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LA COMPETENCIA

La jurisdicción, se trata de una función pública que reside en un órgano jurisdiccional o tribunal, pero resulte
imposible que esta jurisdicción sea ejercida por un solo Tribunal. Ante esta imposibilidad surge la necesidad imperiosa de
distribuir la labor jurisdiccional entre varios tribunales, y atribuir a cada tribunal una “medida o porción de jurisdicción”
Esta medida de jurisdicción que la ley distribuye entre todos los tribunales es lo que se denomina competencia y
constituye un límite interno en cuanto al ámbito dentro del cual ellos deben ejercer la jurisdicción.
Consustancialmente, todo tribunal, por ser tal, tiene jurisdicción, pero no todo tribunal tiene competencia para
conocer de un negocio específico.
En otros términos, la competencia es la capacidad reconocida a ciertos jueces para ejercer la jurisdicción en
determinados casos.
La competencia está regulada en los arts. 108 y sgtes. COT.
La define el art. 108: "La competencia es la facultad que tiene cada juez o tribunal para conocer de los negocios que
la ley ha colocado dentro de la esfera de sus atribuciones".
Se critica esta definición por ser confusa, ya que utiliza la expresión “facultad” y sabemos que es más adecuada la
expresión función, por cuanto no se trata únicamente de una facultad sino que al mismo tiempo es un deber del tribunal.
También se le critica porque resulta incompleta, pues que no sólo la ley coloca un asunto dentro de la esfera de competencia
de un tribunal, sino que también pueden hacerlo las partes a través de la prórroga de competencia y también puede hacerlo
otro tribunal en virtud de la delegación de competencia.
Además, la definición se refiere a la facultad de “conocer”, empero este término debe entenderse en sentido amplio,
es decir, comprendiendo igualmente las facultades de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado.
Doctrinariamente se ha dicho que la competencia “es la cantidad, grado o medida de la jurisdicción que a cada
tribunal corresponde”.
Entre los términos jurisdicción y competencia hay una estrecha relación; pero tienen sustanciales diferencias.

Diferencias entre Jurisdicción y Competencia


1) La jurisdicción es la facultad que tienen los tribunales para administrar justicia; en cambio, la competencia es, la
facultad que tiene cada tribunal determinado para conocer de los negocios que le son propios.
2) La jurisdicción es un concepto genérico, de allí que sea de la esencia de todo tribunal tener jurisdicción; en cambio,
la competencia es un concepto específico, de su propia naturaleza, y es por eso que un tribunal puede no tener competencia
para conocer de un determinado asunto y no por ello deja de ser tal.
3) La jurisdicción es el género, el todo; en cambio, la competencia es la parte, y por tal razón también se puede
definir la competencia como “la cantidad, grado o medida de la jurisdicción que a cada tribunal corresponde”.
4) La jurisdicción señala la esfera de acción del poder judicial frente a los demás poderes del estado; en cambio, la
competencia señala la esfera de acción de los diversos tribunales entre sí.

Clasificación de la Competencia
La competencia, admite diversas clasificaciones, según sean también los puntos de vista que se consideren para efectuarlas:
1) Atendiendo a sus fuentes puede ser Natural y Prorrogada.
2) Atendiendo a si es originaria o derivativa puede ser Propia o Delegada.
3) Atendiendo a su extensión puede ser Común y Especial.
4) Atendiendo a su contenido puede ser Contenciosa y No Contenciosa.
5) Atendiendo al número de tribunales que pueden llegar a conocer del asunto puede ser Privativa o Exclusiva y
Acumulativa o Preventiva.
6) Atendiendo al grado jurisdiccional en que se conoce el asunto, puede ser de Única Instancia, de Primera Instancia y
de Segunda Instancia.
7) Atendiendo a la generalidad o precisión con que se determina al tribunal competente puede ser Absoluta y
Relativa.

Competencia Natural y Prorrogada:

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Competencia natural es aquella que la propia ley asigna a cada tribunal tomando en consideración los diversos factores que
la determinan.
Competencia prorrogada es aquella que naturalmente no tiene un tribunal; pero que puede llegar a tenerla por voluntad de
las partes y siempre que concurran los demás requisitos legales.
Este acuerdo (prórroga) puede referirse tanto a un juicio ya iniciado como a uno futuro, pero es válido sólo en
materia civil contenciosa.

Competencia Propia y delegada:


Competencia propia es aquella que le corresponde a un tribunal por expresa disposición de la ley, y que no se ejerce a través
o por intermedio de otro tribunal.
Competencia delegada, en cambio, es aquella que ejerce un tribunal a virtud de encargo o delegación que le hace otro
tribunal.
En la práctica, esta última competencia se pone en actividad mediante el envío de comunicaciones, que reciben el nombre de
exhortos o cartas rogatorias mediante los cuales un tribunal puede encargar a otro la práctica de determinadas diligencias
dentro de su territorio jurisdiccional.
En efecto, conforme al artículo 7 del COT, “los tribunales sólo podrán ejercer su potestad en los negocios y dentro
del territorio que la ley les hubiere respectivamente asignado.”
“Lo cual no impide que en los negocios de que conocen puedan dictar providencias que hayan de llevarse a efecto
en otro territorio.”
Los exhortos, según si son enviados por tribunales chilenos o extranjeros, permiten ser clasificados en exhortos
nacionales e internacionales, clasificación que tiene importancia en cuanto a la diversa tramitación que sufren unos y otros
antes de su cumplimiento.

Diferencias entre la competencia delegada y la prorrogada:


a) En cuanto a su origen, ya que la competencia delegada tiene su fuente en una norma legal que autoriza la
delegación y arranca de un acto del juez naturalmente competente que encomienda la práctica de determinados actos
procesales; mientras la competencia prorrogada si bien igualmente tiene su origen en una norma legal que la autoriza,
arranca de un acuerdo de voluntades expreso o tácito entre las partes.
b) La competencia delegada comprende tanto la competencia absoluta como la relativa, sea en materia civil o penal;
en cambio, la competencia prorrogada se extiende únicamente a la competencia relativa y en materia civil contenciosa.
c) En el caso de la competencia delegada, el tribunal exhortado sólo queda habilitado para la práctica de los actos
procesales especificados en el exhorto; en cambio, tratándose de la competencia prorrogada, el tribunal a quien se atribuye la
competencia puede y debe avocarse al conocimiento íntegro del asunto como si fuera naturalmente competente.

Competencia Común y Especial


Competencia común es aquella que le corresponde a un tribunal para conocer de toda clase de asuntos, cualquiera que sea su
naturaleza, esto es, sean civiles, penales, comerciales, de minas, del trabajo, etc.
Competencia especial es aquella que le corresponde a un tribunal para conocer de ciertos y determinados asuntos,
según su propia naturaleza, esto es, según sean civiles, penales, comerciales, de minas, del trabajo, etc.
En nuestro país, la regla general es que la competencia de los tribunales sea común, esto es, que tengan facultad
para conocer de toda clase de asuntos; y la excepción, que la competencia sea especial, es decir, que conozcan de ciertos y
determinados negocios, aún cuando actualmente pareciera ser la tendencia a la especialización con la aplicación de la
reforma procesal penal, la reforma en materia de familia y la reforma en materia laboral, todo lo cual implicó la creación de
un sinnúmero de tribunales especializados. En el extranjero, la regla es la competencia especial.
Para la generalidad de la doctrina, el sistema de la competencia especial es el más aconsejable, pero en la práctica
siempre choca con la problemática propia de su financiamiento; sin embargo, hoy en día se están dando pasos
importantísimos a fin de implementar la especialización como la tendencia general.

Competencia Contenciosa y Voluntaria


Competencia contenciosa es aquella que le corresponde a un tribunal para conocer de juicios o contiendas, es decir, cuando
existe un conflicto jurídico y actual entre partes sometido a la decisión del tribunal.

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Competencia voluntaria es aquella que le corresponde a un tribunal para conocer de asuntos de jurisdicción no
contenciosa, voluntaria o graciosa, esto es, de negocios en que no existe contienda entre partes, y en los cuales el tribunal
debe intervenir por expresa disposición de la ley.

Competencia Privativa o Exclusiva y Acumulativa o Preventiva


Competencia privativa o exclusiva es aquella que le corresponde a un tribunal por expresa disposición de la ley para conocer
de determinados asuntos, con exclusión de los demás tribunales.
Competencia acumulativa, en cambio, es aquella que les corresponde a dos o más tribunales a la vez para conocer de un
determinado asunto; pero de suerte tal, que, interviniendo uno de ellos en el conocimiento del asunto, hace desaparecer la
competencia de los restantes (es lo que se conoce como prevenir el conocimiento y por ello se habla también de competencia
preventiva)
Dentro de nuestra legislación, la regla general es que la competencia sea privativa o exclusiva de cada tribunal; y la
excepción, la competencia acumulativa, que también recibe el nombre de preventiva.

Competencia de Única, de Primera y de Segunda Instancia


Esta clasificación fluye del artículo 188 del COT: “La competencia de que se halla revestido un tribunal puede ser o
para fallar un asunto en una sola instancia, de modo que la sentencia sea inapelable, o para fallarlo en primera instancia, de
manera que la sentencia quede sujeta al recurso de apelación.”
Este precepto no es del todo completo en cuanto no se refiere a la competencia de segunda instancia, si bien la
implica, pues desde que establece la competencia en primera instancia, es obvio que debe existir la competencia para conocer
el asunto cuya sentencia ha sido apelada.
Competencia de única instancia, entonces, es aquella de que se halla revestido un tribunal para fallar los asuntos
que la ley le ha encomendado, de modo que la sentencia sea inapelable.
Competencia de primera instancia es aquella de que se halla revestido un tribunal para fallar los asuntos que la ley
le ha encomendado, de modo que la sentencia quede sujeta al recurso de apelación.
Competencia de segunda instancia es aquella de que se halla revestido un tribunal superior para conocer de un
recurso de apelación que se ha deducido en contra de una sentencia pronunciada por un tribunal inferior en primera
instancia.
La regla general es que la competencia sea de primera instancia, esto es, que la sentencia que ponga término al juicio
sea susceptible de recurso de apelación para ante un tribunal superior. La excepción es que la competencia sea de única
instancia, esto es, que la sentencia que ponga término al juicio no sea susceptible de apelación. Estos casos de excepción se
fundamentan, ya en la naturaleza, ya en la cuantía del negocio, pero este último sistema no es el que ofrece mayores
garantías de seguridad y de acierto a los litigantes.

Competencia Absoluta y Relativa


Competencia absoluta es aquella que le corresponde a un tribunal para conocer de un determinado negocio en razón de su
jerarquía, clase o categoría.
Competencia relativa es aquella que le corresponde a un tribunal, dentro de una determinada jerarquía, clase o
categoría, para conocer de un determinado negocio en razón de su ubicación o lugar de asiento en que funciona.

Diferencias entre la competencia absoluta y la relativa:


a) La competencia absoluta sirve para precisar la jerarquía, clase o categoría del tribunal que va a conocer de un
determinado asunto; en cambio, la relativa sirve para precisar qué tribunal determinado, dentro de una jerarquía, clase o
categoría de tribunales, va a conocer de ese mismo asunto.
b) La competencia absoluta tiene como factores determinantes o puntos de referencia la materia, la cuantía y el
fuero; en cambio, la relativa tiene como factor determinante o punto de referencia, únicamente el territorio.
c) La competencia absoluta ha sido establecida por razones de orden público; en cambio, la relativa ha sido
establecida en el solo interés de las partes litigantes.
d) La competencia absoluta no puede ser renunciada por las partes litigantes, precisamente por su carácter de
norma de orden público; en cambio, la relativa puede ser renunciada por las partes litigantes, desde el momento en que ha
sido establecida en el propio y personal interés de ellas.

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e) La competencia absoluta no admite prorroga, pero ello sí es posible en el caso de la competencia relativa.
f) La falta de competencia absoluta puede y debe ser declarada de oficio por el tribunal, sin perjuicio de la facultad
de las partes litigantes de representarla en cualquier estado del juicio; en cambio, la falta de competencia relativa sólo puede
ser representada por las partes litigantes, antes de hacer cualquiera gestión que implique prorrogar competencia.
g) La incompetencia absoluta puede ser asimilada, ha resuelto la jurisprudencia, a la falta de jurisdicción. Pero lo
anterior no es sostenible respecto de la incompetencia relativa.

Reglas Generales de Competencia


Las reglas generales de competencia están tratadas en el COT en el Título VII, párrafo 1°, arts. 108 a 114 del COT.
Tienen las siguientes características:
a) Son de aplicación general, esto es, se aplican cualquiera que sea la naturaleza del negocio de que se trate, sea
contencioso o voluntario, civil o penal.
b) Son complementarias, porque no integran ni la competencia absoluta ni la relativa. Por su carácter general se
encuentran sobre ellas, pero las complementan.
c) Son normas de competencia que actúan una vez que, por aplicación de las normas de competencia absoluta y
relativa, se ha radicado el negocio ante tribunal competente.
d) Son normas funcionales, porque no están referidas ni al juez ni al tribunal, sino que a la función jurisdiccional.
Estas reglas o principios generales de competencia son los siguientes:
1) Regla de la Radicación o Fijeza
2) Regla del Grado o Gradualidad o Jerarquía o Superioridad.
3) Regla de la Extensión
4) Regla de la Prevención o Inexcusabilidad
5) Regla de la Ejecución

1) Regla de Radicación o Fijeza


Según el art. 109 COT: "Radicado con arreglo a la ley el conocimiento de un negocio ante tribunal competente, no se
alterará esta competencia por causa sobreviniente".
Esta situación de radicación se produce cuando el tribunal toma conocimiento de un negocio en razón de que, tanto
las partes como el propio tribunal, en virtud de las reglas de competencia absoluta y relativa, estiman que es ese tribunal y
no otro el llamado a conocer de dicho negocio.
Los requisitos para que opere la radicación son los siguientes:
a) Que exista actividad jurisdiccional.
b) Que el tribunal sea competente.
c) Que la intervención del tribunal se produzca con arreglo a derecho.
La ley habla de una vez “radicado con arreglo a la ley el conocimiento de un negocio”. En materia civil, se produce
la radicación desde que queda trabada la litis, esto es, desde que el tribunal confiere traslado de la demanda y se notifica al
demandado de la demanda y su proveído.
Si se traba la litis ante tribunal incompetente es preciso distinguir si es incompetente absoluta o relativamente. Si el
tribunal es absolutamente incompetente, de oficio deberá declarar su incompetencia y si no lo hace, las partes podrán
representarla en cualquier momento. Ahora, si el tribunal es relativamente incompetente, la radicación se producirá una vez
que el demandado realice en el juicio cualquier gestión que no sea la de reclamar la incompetencia.
En materia penal no hay una regla expresa y se estima que el asunto se encuentra radicado cuando el fiscal del
Ministerio Público ordena la investigación del hecho punible. La Corte Suprema ha precisado que el asunto penal se
entiende radicado ante un juzgado de garantía, desde que se realiza cualquier gestión ante ese mismo tribunal.
Así, radicado el negocio ante tribunal competente con arreglo a la ley, esta competencia no se altera por causa
sobreviniente. Esto significa que aun cuando se alteren los factores determinantes de la competencia, que se tuvieron en
vista al iniciarse el juicio, con posterioridad a su iniciación, la competencia primitiva no cambia.
Causa sobreviniente, es la causa o fenómeno que se produce después de que el asunto ha quedado radicado ante
tribunal competente.

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Se ha discutido si la dictación de una nueva ley que priva a un tribunal del conocimiento de determinados asuntos
entregándolo a otro es causa sobreviniente para los efectos del artículo 109.- Se ha creído por algunos que en el evento de
que la nueva ley viniera a alterar la competencia de los tribunales, es decir, a privar a un tribunal del conocimiento de un
determinado asunto y a entregarlo a otro, dicha ley no podría aplicarse a los juicios en actual tramitación. Se fundan en el
art. 19 N°4 de la CPR, que dispone que nadie puede ser juzgado por comisiones especiales sino por el tribunal que le señale
la ley que se halle establecido con anterioridad por ésta; y en el art. 109 del COT, que prescribe que radicado con arreglo a
la ley el conocimiento de un negocio ante tribunal competente, no se alterará esta competencia por causa sobreviniente.
Sin embargo, dicha doctrina no cuenta con el apoyo de la Corte Suprema, y se la rebate sosteniendo que el precepto
constitucional citado lo que persigue es evitar el juzgamiento por tribunales ad-hoc; y que la causa sobreviniente a que alude
el art. 109 del COT, tiene que consistir en un acto o manifestación voluntad del individuo, empero no del legislador.

Excepciones a la regla de la fijeza:


--La acumulación de autos:
Por aplicación del principio de economía procesal y para evitar la dictación de sentencias contradictorias, el CPC
en sus arts. 92 a 100, regula la acumulación de autos que tiene lugar siempre que se tramiten separadamente dos o más
procesos que deban constituir un solo juicio y terminar en una sola sentencia, con el objeto de mantener la unidad o
continencia de la causa.
--El compromiso:
El asunto que actualmente está siendo conocido por un tribunal ordinario, y siempre que no sea de arbitraje
prohibido, puede sustraerse del conocimiento de dicho tribunal por las partes mediante el contrato de compromiso, en
virtud del cual entregan su conocimiento a un juez árbitro.

2) Regla del Grado, Superioridad, Gradualidad o Jerarquía


Está regulada en el art. 110 del COT: “Una vez fijada con arreglo a la ley la competencia de un juez inferior para
conocer en primera instancia de un determinado asunto, queda igualmente fijada la del tribunal superior que debe conocer
del mismo asunto en segunda instancia.”
La ley establece dos caminos para fijar la competencia de un tribunal: Sus propias disposiciones o la voluntad de las
partes; y hay también, por consiguiente, desde este punto de vista, dos clases de competencia: la natural y la prorrogada.
Ahora bien, sea que la competencia del juez de primera instancia se haya determinado por voluntad de las partes,
es decir, mediante prórroga de competencia, sea por voluntad de la propia ley en el silencio de las partes, es decir, mediante
competencia natural, el hecho es que automáticamente queda determinada la competencia del tribunal de segunda instancia.
El tribunal que va a conocer del asunto en segunda instancia será siempre el superior jerárquico del que ha
conocido de ese mismo asunto en primera instancia.
Esta regla tiene una importancia manifiesta, en cuanto demuestra que la ley sólo permite la competencia prorrogada
en los tribunales de primera instancia, mas no en los de segunda, siendo todas las reglas de competencia de estos últimos de
orden público y, por consiguiente, irrenunciables por las partes (art. 182 COT).
La gradualidad tiene los siguientes presupuestos:
1) Que el asunto esté radicado ante un tribunal de primera instancia.
2) Que sea procedente el recurso de apelación contra la resolución que se pronuncie en el juicio.
Como excepción a la regla del grado tenemos el arbitraje, porque en los casos en que no está prohibido, las partes
pueden convenir que el tribunal de segunda instancia, esto es, el que conozca la resolución dictada por el de primera, sea un
tribunal arbitral.

3) Regla de la Extensión
Se contiene en el art. 111 del COT: "El tribunal que es competente para conocer de un asunto lo es igualmente para
conocer de todas las incidencias que en él se promuevan. Lo es también para conocer de las cuestiones que se susciten por
vía de reconvención o de compensación, aunque el conocimiento de estas cuestiones, atendida su cuantía, hubiere de
corresponder a un juez inferior si se entablaran por separado".
Esta regla parte de la base de que en todo asunto o negocio judicial existe la cuestión principal y las cuestiones
accesorias. La primera constituye el fondo del asunto o negocio mismo, y las segundas son los llamados incidentes.

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Conforme a esta regla, el juez competente para conocer de una cuestión principal, lo es también para conocer de las
cuestiones accesorias que en el curso de ella se susciten. Es aplicación del adagio o brocardo: “Quien puede lo más, puede lo
menos”.
También tiene competencia este mismo juez para conocer de la reconvención. Se entiende por tal la demanda que
puede deducir el demandado en contra del demandante, utilizando el mismo proceso ya iniciado por este último en contra
de aquél.
Igual competencia le atribuye la ley para conocer de la compensación; esto es, de aquel modo de extinguir las
obligaciones cuando demandante y demandado son acreedores y deudores a la vez de dos obligaciones y siempre que se
reúnan los demás requisitos establecidos por la ley de fondo.
Además, el juez que conoce de un asunto tiene también competencia para conocer de las reconvenciones y de las
compensaciones, aun cuando estimadas separadamente, debieran ser de la competencia de otro tribunal. Esto último, sin
embargo, carece de importancia práctica hoy en día, pues no existen tribunales inferiores a los juzgados de letras.

4) Regla de Prevención o Inexcusabilidad


La regla general de competencia de la prevención se establece en el art. 112 del COT: “Siempre que según la ley
fueren competentes para conocer de un mismo asunto dos o más tribunales, ninguno de ellos podrá excusarse del
conocimiento bajo el pretexto de haber otros tribunales que puedan conocer del mismo asunto; pero el que haya prevenido
en el conocimiento excluye a los demás, los cuales cesan entonces de ser competentes”
Esta regla está también contenida en el inc. 2° del art. 10 del COT: “Reclamada su intervención en forma legal y en
negocios de su competencia, no podrán excusarse de ejercer su autoridad ni aun por falta de ley que resuelva la contienda
sometida a su decisión”.
La regla de prevención está relacionada con la clasificación de la competencia en razón de su exclusividad o no, en
competencia privativa y acumulativa o preventiva. La primera es la regla general, y, la segunda, la excepción, siendo una
excepción de muy escasa aplicación práctica.
Así, si hay dos o más tribunales igualmente competentes para conocer de un asunto, el que primero entra a conocer
de él (el que previene (“prevención”)) excluye a los demás; y en caso de que se negare a intervenir, so pretexto de que hay
otros tribunales competentes, incurrirá en el delito de denegación de justicia.

5) Regla de Ejecución:
Está establecida en el art. 113 del COT: “La ejecución de las resoluciones corresponde a los tribunales que las hubieren
pronunciado en primera o en única instancia”. Esta misma norma se haya consagrada en el art. 231 inc. 1° del CPC.
Estos tribunales, indudablemente, son los que están mejor dotados, desde el punto de vista psicológico, de la mayor
comprensión del contenido de la resolución, y desde el punto de vista material, de los medios físicos de coacción más
adecuados para ejecutarla o cumplirla.
Hay una excepción a esta regla de ejecución, que dice relación con las resoluciones que dicten los tribunales en la
sustanciación de los recursos de apelación, casación o revisión, pues estos mismos tribunales están facultados para cumplir
dichas resoluciones, lo mismo que para decretar el pago de las costas a los funcionarios que hubieren intervenido en ellos,
reservando el de las demás costas, para que sea decretado por el tribunal de primera instancia (art. 113 inc. 2° COT).
Hay que tener presente aquí la regla del art. 114 del COT: “Siempre que la ejecución de una sentencia definitiva
hiciere necesaria la iniciación de un nuevo juicio, podrá éste deducirse ante el tribunal que menciona el inciso primero del
artículo precedente o ante el que sea competente en conformidad a los principios generales establecidos por la ley, a elección
de la parte que hubiere obtenido en el pleito.” Esta misma disposición se consagra en el art. 232 del CPC.
Por regla general, para que una sentencia pueda cumplirse debe estar firme o ejecutoriada. Por excepción, pueden
cumplirse no obstante existir recursos pendientes, de apelación o casación (causan ejecutoria).
El cumplimiento de las sentencias es diferente según se trate de sentencias civiles o penales.
Finalmente, debe tenerse especialmente presente que en la normativa propia de la reforma procesal penal, se
encargó expresamente la ejecución de las sentencias penales, siempre y en todo caso, al Juzgado de Garantía que hubiere
intervenido en el correspondiente proceso penal (arts. 14 letra f y 113 inc. 2° del COT). A su turno, la ejecución de la decisión
civil contenida en una sentencia definitiva criminal, corresponde siempre al tribunal civil que hubiere sido competente según
las reglas generales (art. 171 inc. final COT).

Elementos o Factores de la Competencia:


Deben distinguirse los elementos o factores de la competencia absoluta y los de la competencia relativa.

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Los factores, reglas o elementos de la competencia absoluta son aquellas disposiciones legales que permiten establecer
qué jerarquía, clase o categoría de tribunal es el llamado a conocer de un determinado asunto judicial.
Se trata, en consecuencia, de un conjunto ordenado y metódico de preceptos de derecho procesal orgánico, que
indican si un asunto judicial determinado debe ser de la competencia de un juez de letras, de una Corte de Apelaciones o de
la Corte Suprema.
Para elaborar el sistema, la ley ha tomado en consideración ciertos puntos de referencia o factores, como más
propiamente se les llama, que son: el fuero, la materia y la cuantía.
Puede suceder que estos factores se encuentren en conflicto o choquen entre sí. La ley resuelve el conflicto
señalando un orden de prelación entre los tres factores indicados: el fuero predomina sobre los factores materia y cuantía; y
entre estos dos últimos la materia predomina sobre la cuantía. Así se dice que “el fuero “mata” a la materia y esta última
“mata” a la cuantía”.
Por su parte, los factores o reglas de la competencia relativa son aquellas disposiciones legales que permiten
establecer, una vez señalada la jerarquía, clase o categoría del tribunal que debe intervenir en el conocimiento de un negocio
judicial, qué tribunal preciso y determinado, dentro de esa jerarquía, clase o categoría, es el llamado a conocer de él.
Las reglas de competencia relativa, por consiguiente, se aplican posteriormente a las de competencia absoluta. Éstas
han establecido con precisión la jerarquía, clase o categoría del tribunal competente para conocer de un determinado asunto.
Las de competencia relativa, precisan el tribunal determinado dentro de la jerarquía, clase o categoría de tribunal ya
prefijado.
Por ej.: los factores de competencia absoluta nos dicen que, de un determinado asunto, va a conocer un juez de
letras, y las de competencia relativa, en cambio, que de ese mismo asunto va a conocer el juez de letras de una ciudad
determinada.
De allí que también a las normas de competencia relativa se las llame reglas destinadas a determinar la competencia
entre tribunales de la misma jerarquía, a diferencia de las de competencia absoluta, que son reglas destinadas a determinar,
por regla general, la competencia entre tribunales de distinta jerarquía.
Ahora bien, así como la ley para elaborar las reglas de competencia absoluta tomó en consideración diversos puntos
de referencia o factores, también en la confección de las de competencia relativa hubo de tomar en consideración puntos de
referencia o factores, pero con la diferencia que, en este último caso, el factor determinante es uno solo: el territorio.
Naturalmente que, en el hecho, el factor territorio, como determinante de las reglas de competencia relativa, puede
adoptar o revestir diversas formas.
Así, a veces, será el lugar designado en la convención; en otras, el lugar en donde está situada la especie que se
reclama; otras, el lugar donde debe efectuarse el pago; y, en otras (que es la regla general) será el domicilio del demandado.
Pero, en todos estos casos, el factor determinante de la competencia relativa del tribunal será siempre el territorio; y
se las llama reglas de competencia relativa porque, precisamente, han sido instituidas en beneficio de las partes, por cuyo
motivo son renunciables, no puede hacerlas valer el tribunal de oficio y los litigantes deben exigir su cumplimiento antes de
hacer cualquiera gestión en el juicio que no implique reclamo de competencia.
En resumen, los factores de competencia son: El Fuero, la Materia, la Cuantía y el Territorio.
Estos factores los establece el COT al tratar de la competencia en el Título VII, y también en los distintos títulos que
fijan las atribuciones de cada tribunal.

I.- El Fuero:
Es el elemento de la competencia absoluta que se funda en la intervención en un proceso determinado de una
persona constituida en dignidad, esto es, que desempeñe un determinado cargo considerado importante por la ley. Dice
relación, entonces, con la calidad o investidura de las partes o de una de las partes de un proceso, y, según se dijo, constituye
un factor determinante de la competencia absoluta que prevalece sobre los demás.
El fuero o la calidad o dignidad que tienen ciertas personas determinan que los asuntos en que tienen interés no
sean conocidos por el tribunal que ordinariamente conocería de él de no mediar el fuero, sino por otro de mayor jerarquía.
Su fundamento objetivo es garantizar la imparcialidad en el juzgamiento, en cuanto se estima que un tribunal de
mayor jerarquía es menos susceptible a la influencia que por la calidad que inviste, pudiere ejercer la persona sujeta a fuero o
aforada.
Así, el fuero no está establecido en beneficio de la persona aforada, y por lo mismo se ha indicado que no es
completamente propio referirse al aforado como la persona que “goza” de fuero.
El fuero, por regla general, opera tanto en materia civil como criminal, pero en este último caso sólo respecto del
procedimiento antiguo.

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Existen, no obstante, ciertos casos en que el fuero no se toma en cuenta y son los que establece el art. 133 del COT.
De acuerdo con esta disposición, no se considerará el fuero de que gocen las partes en: Los juicios de minas, los juicios
posesorios, los juicios sobre distribución de aguas, las particiones, los juicios que se tramiten breve y sumariamente, los
demás que determinen las leyes, el que tengan los acreedores en el juicio de quiebra, ni el de los interesados en los asuntos
no contenciosos
Dentro del fuero se distingue el fuero mayor y el fuero menor.
Las diferencias entre uno y otro están dadas:
A) Por las personas que gozan de uno y otro fuero.
B) Por el tribunal llamado a conocer del asunto en uno y otro caso.
C) Por los asuntos que quedan comprendidos en uno y otro fuero.

A) Personas que gozan de uno u otro: En cuanto a las personas que gozan de Fuero Menor, las enumera el artículo
45 N° 2° letra g) del COT:
1) Comandantes en Jefe del Ejército, de la Armada y de la Fuerza Aérea,
2) El General Director de Carabineros
3) Los Ministros de la Corte Suprema o de alguna Corte de Apelaciones
4) Los Fiscales de estos tribunales
5) Los jueces letrados
6) Los párrocos y vicepárrocos
7) Los cónsules generales, cónsules o vicecónsules de las naciones extranjeras reconocidas por el Presidente de la República

8) Las corporaciones y fundaciones de derecho público o de los establecimientos públicos de beneficencia


En cuanto a las personas que gozan de Fuero Mayor, están indicadas en el artículo 50 N° 2° del COT:
1) El Presidente de la República
2) Los ex Presidentes de la República
3) Los Ministros de Estado
4) Los senadores y diputados

5) Los miembros de los tribunales superiores de justicia


6) El contralor general de la república
7) Los comandantes en jefe de las fuerzas armadas el general director de carabineros y el director general de la policía de
investigaciones
8) Los Intendentes y Gobernadores

9) Los Agentes Diplomáticos chilenos


10) Los Embajadores y los Ministros Diplomáticos acreditados con el Gobierno de la República o en tránsito por su territorio
11) Los Arzobispos, los Obispos, los Vicarios Generales, los Provisores y los Vicarios Capitulares.

B) Por Tribunal llamado a conocer del asunto: De las causas en que sean parte o tengan interés las personas que
gozan de fuero menor, conocerá un juez de letras, en primera instancia.
De los asuntos en que sean parte o tengan interés las personas que gozan de fuero mayor, conocerá un Ministro de
la Corte de Apelaciones respectiva que corresponda, según el turno que ella fije, en primera instancia.

C) Asuntos que quedan comprendidos en uno u otro fuero: El fuero menor comprende tan sólo las causas civiles y
de comercio.
En el caso del fuero mayor, el art. 50 N° 2° del COT, habla sólo de causas civiles, pero esta expresión ha de
entenderse en sentido amplio y, por ende, comprensiva también de las causas de comercio, porque de lo contrario resultaría
un absurdo que en cuantías inferiores se entregue el conocimiento de dichos asuntos a un juez de letras, el que seguiría

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teniendo en asuntos de cuantía mayor, a diferencia de las materias civiles propiamente tales donde el conocimiento de los
asuntos de cuantía mayor se entrega a un Ministro de Corte de Apelaciones.
Cabe hacer presente que en las causas que aún siguen pendiente bajo el imperio de antiguo sistema de
procedimiento penal, esto es, el regulado por el Código de Procedimiento Penal, el fuero aún tiene importancia. Sin
embargo, en el nuevo proceso penal, esto es, en el regido por el Código Procesal Penal que en nuestra Octava Región comenzó a operar el
16 de diciembre de 2003, el fuero en materia penal no existe, razón por la cual todas las personas, cualesquiera sea el cargo que
desempeñen o la dignidad de que se encuentren investidas, están sujetas a la misma normativa.

Interactuación entre personas que tienen fuero con otras que no lo tienen:
Esto dice relación si en un mismo juicio intervienen personas con fuero y otras que no lo tienen.
En materia civil no hay norma expresa que resuelva el problema, pero si aplicamos el principio de que en caso de
conflicto de competencia prima la del tribunal de mayor jerarquía, se concluye que siempre será competente aquel que deba
conocer del juicio en razón del fuero.
En materia penal, el antiguo art. 168 del COT (hoy derogado), establecía que en caso de ser varios los autores de un
delito o de varios delitos conexos y de haber entre ellos individuos aforados y otros que no lo fueren, el tribunal competente
para juzgar al aforado lo era también para juzgar a los demás autores, cómplices y encubridores. No obstante, con motivo de
la entrada en vigencia del Código Procesal Penal, dicha disposición fue derogada por el art. 11 de la ley 19.665, de 9 de
marzo de 2000 (llamada ley adecuatoria), por lo que desapareció el concepto de delito conexo.
Cabe hacer presente, que se mantuvo la norma del art. 169 del COT, pero restringida al caso de ser muchos los
responsables de un delito y ya no de varios delitos conexos como hasta antes de la reforma de la Ley 19.708, de 5 de enero de
2001.- Según este art.: “Si siendo muchos los responsables de un delito, hubiere entre ellos individuos sometidos a los
tribunales militares y otros que no lo estén, el tribunal competente para juzgar a los que gozan de fuero juzgará también a los
demás.”
Este precepto dispone que los “responsables” del delito que gozan de fuero arrastran a los demás. Así, debe
entenderse que la persona aforada arrastra a los demás responsables, sea que el aforado sea responsable en calidad de autor,
cómplice o encubridor del delito de que se trata.

II.- La Materia
El segundo factor determinante de la competencia absoluta es la materia.
La materia, corresponde a la naturaleza del asunto controvertido, es decir, a la naturaleza del negocio sometido a la
decisión del tribunal.
La importancia de este factor radica en que motiva la creación de tribunales civiles para los asuntos civiles y
comerciales; laborales para los asuntos del trabajo; de familia para los asuntos que incumben a dicha institución y a los
menores; o criminales para los asuntos penales.
Pero además dentro de cierta materia, un tema específico puede hacer que el asunto sea conocido por un tribunal
determinado. Por ejemplo: un juicio particional es de naturaleza civil, pero su conocimiento corresponde a un juez árbitro,
porque se trata de una materia de arbitraje forzoso; los juicios de hacienda, que son civiles, pero tienen la particularidad que
en ellos tiene interés el fisco, son conocidos por un Juez de Letras de una comuna asiento de Corte de Apelaciones (art. 48
COT)
La materia como factor de competencia es desplazada por el fuero, pero prevalece sobre la cuantía.

III.- La Cuantía
Corresponde al valor pecuniario de la cosa que es objeto del asunto o negocio sometido a la decisión del tribunal o
el monto de la pena que el delito lleve consigo, según si se trata de asuntos civiles o penales. Se dice que es el valor de lo
disputado o el quantum de la pena que el delito lleva consigo.
El concepto civil del factor cuantía se relaciona con el aspecto económico del negocio sometido a la decisión del tribunal.
En cambio, el concepto penal del factor cuantía dice relación con la mayor o menor gravedad de la sanción impuesta por el
legislador al delito objeto del respectivo proceso penal.
Según el art. 115 del COT: “En los asuntos civiles la cuantía de la materia se determina por el valor de la cosa disputada.”
“En los asuntos criminales se determina por la pena que el delito lleva consigo.”
Puede percibirse entonces, que será más fácil determinar la cuantía en un negocio penal que un negocio civil; siendo diversas
las reglas destinadas a determinar la cuantía en uno y otro caso.

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En materia civil, hoy en día, habiéndose eliminado la distinción entre justicia de menor y de mayor cuantía,
existiendo simplemente Juzgados de Letras, el factor cuantía sólo tiene importancia para determinar el procedimiento al que
deberá someterse un determinado asunto.
En efecto, atendiendo a la cuantía del asunto el procedimiento aplicable podrá ser:
a) Procedimiento Ordinario de Mayor Cuantía
b) Procedimiento de Menor Cuantía
c) Procedimiento de Mínima Cuantía
Además el factor cuantía es importante en materia civil para determinar si la competencia del tribunal será de única
o de primera instancia, como igualmente para la fijación de las costas.
En materia penal, el factor cuantía tiene importancia, porque atendiendo a la gravedad de los delitos, éstos se
clasifican en crímenes, simples delitos y faltas. Crímenes, son aquellos que tienen asignada por la ley una pena de presidio o
reclusión mayores en su grado mínimo u otra superior, esto es, desde cinco años y un día inclusive hacia arriba. Simples
delitos, los que tienen asignada una pena de presidio o reclusión menor en su grado mínimo hasta presidio o reclusión
menor en su gado máximo, ambas inclusive, esto es, desde 61 días hasta cinco años. Faltas, las que están sancionadas en la
ley con prisión en su grado mínimo a prisión en su grado máximo, esto es, de un día a sesenta días, y también los ilícitos
sancionados sólo con multa. Todo lo expuesto tiene importancia, entre otras cosas, para los efectos del cómputo de los
plazos de prescripción y para el otorgamiento de algún beneficio alternativo al cumplimiento de las penas

Forma de determinar el factor cuantía:


Desde el momento en que el factor cuantía tiene diversas acepciones, según se trate de negocios civiles o penales, quiere
decir que también serán diversas las reglas para determinar la cuantía, según se esté en presencia de una u otra clase de
negocios.
Dentro de los negocios civiles habrá casos en que será posible determinar el valor de la cosa disputada, y casos en que ello
será imposible. Para regular estas situaciones, la ley ha establecido diversas reglas para determinar la cuantía, distinguiendo
para estos efectos:
-Los asuntos civiles susceptibles de apreciación pecuniaria.
-Los asuntos civiles no susceptibles de apreciación pecuniaria y de cuantía indeterminada.
-Los asuntos penales.

A) Asuntos civiles susceptibles de apreciación pecuniaria:


Aquí, conforme al art. 115 inc. 1° COT, la cuantía se determina por el valor de la cosa disputada. Esta regla es muy
simple y genérica, razón por la cual la ley entrega otras reglas que son complementarias de la anterior.

Y estas reglas complementarias o especiales son las siguientes:


a) Si en una misma demanda se entablaren a la vez varias acciones, en los casos en que puede esto hacerse conforme a lo
prevenido en el Código de Procedimiento Civil, se determinará la cuantía del juicio por el monto a que ascendieren todas las
acciones entabladas (art. 121 COT).
b) Si fueren muchos los demandados en un mismo juicio, el valor total de la cosa o cantidad debida determinará la cuantía
de la materia, aun cuando por no ser solidaria la obligación no pueda cada uno de los demandados ser compelido al pago
total de la cosa o cantidad, sino tan solo al de la parte que le correspondiere (art. 122 COT)
c) Si el demandado al contestar la demanda entablare reconvención en contra del demandante, la cuantía de la materia se
determinará por el monto a que ascendieren la acción principal y la reconvención reunidas; pero para estimar la competencia
se considerará el monto de los valores reclamados por vía de reconvención, separadamente de los que son materia de la
demanda (art. 124 COT)
En caso de existir reconvención, la cuantía es la resultante de la suma de la demanda con la reconvención y sirve para todos
los efectos legales; salvo para determinar la competencia del tribunal, en cuyo caso es necesario analizar separadamente el
valor de la demanda y de la reconvención y ver si cada una de ellas cuadra dentro de la competencia del tribunal. Esta
norma actualmente resulta intrascendente. El art. 315 inciso 2°, del CPC, repite este mismo concepto.
d) En los juicios de desahucio o de restitución de la cosa arrendada, el valor de lo disputado se determinará por el monto de
la renta o del salario convenido para cada período de pago y en los de reconvenciones, por el monto de las rentas insolutas
(art. 125 COT)
e) Si lo que se demanda fuere el resto insoluto de una cantidad mayor qué hubiere sido antes pagada en parte, se
atenderá, para determinar la cuantía de la materia, únicamente al valor del resto insoluto (art. 126 COT).

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f) Cuando se demanda el pago de pensiones periódicas, la ley distingue varias situaciones (art. 127 COT):

– Si se trata del derecho a pensiones futuras que no abracen un tiempo determinado, se fijará la cuantía de la materia por
la suma a que ascendieren dichas pensiones en un año.
– Si se trata de pensiones futuras que tienen tiempo determinado, se atenderá al monto de todas ellas.

– Si se tratare del cobro de una cantidad procedente de pensiones periódicas ya devengadas, la determinación se hará
por el monto a que todas ellas ascendieren.

Conforme a lo que se viene diciendo, es claro que el momento determinante de la cuantía en el juicio es aquel de la
interposición de la demanda.
Consecuencias de la afirmación anterior son las siguientes:

– Si el valor de la cosa disputada se aumentare o disminuyere durante la instancia, no sufrirá alteración alguna la
determinación que antes se hubiere hecho con arreglo a la ley (art. 128 COT)

– Tampoco sufrirá la determinación alteración alguna en razón de lo que se deba por intereses o frutos devengados
después de la fecha de la demanda, ni de lo que se deba por costas o daños causados durante el juicio; pero los
intereses, frutos o daños debidos antes de la demanda se agregarán al capital demandado, y se tomarán en cuenta para
determinar la cuantía de la materia (art. 129 COT)

B) Asuntos no susceptibles de apreciación pecuniaria y de cuantía indeterminada:


Esta situación dice relación con casos particulares en que no es posible determinar el valor de lo disputado. Sin
embargo, la ley, recurriendo a una ficción, los ha reputado asuntos de mayor cuantía.
El inc. 1° del art. 130 del COT, establece: “Para el efecto de determinar la competencia se reputarán de mayor
cuantía los negocios que versen sobre materias que no estén sujetas a una determinada apreciación pecuniaria.”
El legislador a continuación, colocó de ejemplos de asuntos de cuantía indeterminada, los siguientes: Las cuestiones
relativas al estado civil de las personas; las relativas a la separación de bienes entre marido y mujer, o a la crianza y cuidado
de los hijos; las que versen sobre validez o nulidad de disposiciones testamentarias, sobre petición de herencia, o sobre
apertura y protocolización de un testamento y demás relacionadas con la apertura de la sucesión, y las relativas al
nombramiento de tutores y curadores, a la administración de estos funcionarios, a su responsabilidad, a sus excusas y a su
remoción.
El art. 131 COT, agrega que se reputarán también, en todo caso, como materias de mayor cuantía, para el efecto de
determinar la competencia del juez: El derecho al goce de los réditos de un capital acensuado; y todas las cuestiones relativas
a quiebras y a convenios entre el deudor y los acreedores.
Se trata de asuntos de cuantía indeterminada y que el legislador ficticiamente reputa de mayor cuantía.

C) En los asuntos penales:


En estos casos la cuantía se determina por la pena que el delito lleva consigo (art. 115 inc. 2° COT). El art. 132 COT,
establece que para determinar la gravedad o levedad en materia criminal, hay que estarse a lo previsto en el Código Penal
(ver art. 21 Cód. Penal).

Forma de acreditar la cuantía del juicio:


Acorde a los arts. 116 a 120 del COT, para estos efectos debe distinguirse:
a) Si el demandante acompaña documentos en que aparezca la cuantía.
b) Si el demandante no acompaña documentos, o, de acompañarlos, no aparece esclarecido en ellos el valor de la
cosa disputada. Y, aun en estos dos últimos casos, a subdistinguir según si la acción entablada es personal o real.

a) Si el demandante acompaña documentos en que aparece la cuantía:


Si el demandante acompaña documentos que sirvan de apoyo a su acción y en ellos aparece determinado el valor de la cosa
disputada, se estará para determinar la competencia a lo que conste de dichos documentos (art. 116, inc. 1° COT).

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Puede también acontecer que la obligación cuya declaración o pago se persiga en juicio aparezca expresada en
moneda extranjera. En este caso, para determinar la cuantía del pleito, podrá acompañar el actor, al tiempo de presentar la
demanda, un certificado expedido por un banco, que exprese en moneda nacional la equivalencia de la moneda extranjera
demandada. Este certificado no podrá ser anterior en más de quince días a la fecha de la presentación de la demanda (art.
116 inc. 2° COT).
b) Si el demandante no acompaña documentos referentes a la cuantía:
Si el demandante no acompaña documentos o, acompañándolos, en ellos no aparece esclarecido el valor de la cosa
disputada, será necesario subdistinguir si la acción es personal o real:
 Si la acción entablada fuere personal, se determinará la cuantía de la materia por la apreciación que el demandante
haga en su demanda verbal o escrita (art. 117 COT).
 Si la acción entablada fuere real, se estará a la apreciación que las partes hicieren de común acuerdo (art. 118 inc. 1°
COT).
Esta apreciación de común acuerdo por las partes, la ley la presume de derecho, esto es, no permite rendir prueba
en contrario, por el simple hecho de comparecer ante el juez para cualquiera diligencia o trámite del juicio todas las partes
juntas o cada una de ellas separadamente, sin que ninguna haya entablado reclamo por incompetencia nacida del valor de la
cosa disputada (art. 118 inc. 2° COT).
Si no existe la presunción de derecho anteriormente señalada, quiere decir que no está determinado el valor de la
cosa disputada, por lo cual no está aún fijada la competencia del tribunal en relación a la cuantía del negocio. Pues bien, en
este último caso, el juez ante quien se hubiere entablado la demanda nombrará un perito para que avalúe la cosa, y se
reputará por verdadero valor de ella, para el efecto de determinar la cuantía del juicio, el que dicho perito le fijare (art. 119
COT). La apreciación del perito, por tanto, no admite impugnación y se la tendrá de inmediato como definitiva.
Finalmente, si cualquiera de las partes tiene dudas acerca de la cuantía del pleito, y ésta no aparece determinada en
los autos por alguno de los medios antes señalados, podrá hacer las gestiones convenientes para que dicho valor sea fijado
antes de que se pronuncie la sentencia, y aun el tribunal de oficio puede dictar las medidas y órdenes convenientes para el
mismo efecto (art. 120 COT).

IV.- El Territorio
Es el factor exclusivo y único de la competencia relativa y se define como el lugar geográfico donde sucede el evento que la
ley considera para determinar la competencia.
La ley, para satisfacer los anhelos de justicia ha creado tribunales en distintos puntos de territorio nacional y
distribuye en ellos la jurisdicción. Por ello cuando se habla de la competencia relativa se le denomina también “competencia
horizontal”, mientras que a la competencia absoluta se le llama también “competencia vertical”.
El elemento territorio es el que permite determinar, una vez señalada la jerarquía del tribunal que debe intervenir en el
conocimiento de un negocio judicial, qué tribunal preciso dentro de esa jerarquía es el llamado a conocer de él.
Las reglas de competencia relativa, por consiguiente, se aplican posteriormente a las de la competencia absoluta.
Para estudiar con precisión las reglas de competencia relativa es previo determinar la naturaleza de los negocios o asuntos en
que dichas reglas van a aplicarse, y así hay que distinguir:

– Reglas de competencia relativa en los asuntos contenciosos civiles;

– Reglas de competencia relativa en los asuntos de jurisdicción voluntaria; y

– Reglas de competencia relativa en los asuntos penales.

a) Reglas de competencia relativa en lo contencioso civil:


El art. 134 del COT, prevé que: “En general, es juez competente para conocer de una demanda civil o para intervenir en un
acto no contencioso el del domicilio del demandado o interesado, sin perjuicio de las reglas establecidas en los artículos
siguientes y de las demás excepciones legales”.
Este precepto da a entender, en consecuencia, que la regla general en nuestro derecho es que el juez competente
para conocer de una demanda civil es el del domicilio del demandado; y que la excepción está constituida por aquellos
jueces señalados en los artículos siguientes o en otras disposiciones legales.
Sin embargo, un estudio más detenido del problema nos hace llegar a un solución diametralmente opuesta.
En efecto, son tantas las excepciones establecidas por el legislador a la regla general que en el hecho esta viene a
constituir la excepción, y, por el contrario, las excepciones vienen en el hecho a constituir la regla general.

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Las reglas “especiales” en cuestión son las siguientes:
En primer lugar, es competente el juez del lugar que las partes hayan establecido en la correspondiente convención.
(arts. 135 y 138 del COT)
Si las partes nada han estipulado al respecto es preciso atender a la naturaleza de la acción, por lo que es preciso
distinguir si la acción entablada es mueble o inmueble.
a) Si la acción es mueble:
Es competente el juez del domicilio del demandado (art. 138 inc. 2° COT).
Si el demandado tuviere su domicilio en dos o más lugares, podrá el demandante entablar su acción ante el juez de
cualquiera de ellos (art. 140 COT)
Si los demandados fueren dos o más y cada uno de ellos tuviere su domicilio en diferente lugar, podrá el
demandante entablar su acción ante el juez de cualquier lugar donde esté domiciliado uno de los demandados, y en tal caso
quedarán los demás sujetos a la jurisdicción del mismo juez (art. 141 COT)
Según el art. 142 COT, cuando el demandado fuere una persona jurídica se reputará por domicilio, para el objeto de
fijar la competencia del juez, el lugar donde tenga su asiento la respectiva corporación o fundación. Pero si la persona
jurídica demandada tuviere establecimientos, comisiones u oficinas que la representen en diversos lugares, como sucede con
las sociedades comerciales, deberá ser demandada ante el juez del lugar donde exista el establecimiento, comisión u oficina
que celebró el contrato o que intervino en el hecho que da origen al juicio.
b) Si la acción es inmueble:
Desde el momento en que, en conformidad al art. 580 del Código Civil, los derechos y acciones se reputan muebles
o inmuebles según sea la cosa en que han de ejercerse o que se deba, quiere decir que acción inmueble será aquella en que se
haga valer un derecho que recaiga sobre un inmueble o mediante la cual se pretenda la entrega de un inmueble.
El art. 135 del COT, establece quesi la acción entablada es inmueble, serán competentes para conocer del juicio, a
elección del demandante:

– El juez del lugar del lugar donde debe cumplirse la obligación. Si una misma demanda comprendiere obligaciones
que deban cumplirse en diversos territorios jurisdiccionales, será competente para conocer del juicio el juez del lugar
en que se reclame el cumplimiento de cualquiera de ellas (art. 139 del COT).
– El del lugar donde se contrajo la obligación.
– El del lugar donde se encontrare la especie reclamada
Ahora bien, si el inmueble o inmuebles que son objeto de la acción estuvieren situados en distintos territorios
jurisdiccionales, será competente cualquiera de los jueces en cuya comuna o agrupación de comunas estuvieren
situados. (art. 135 del COT).
Por último, conforme al art. 137 del COT: “Si una misma acción tuviere por objeto reclamar cosas muebles e inmuebles, será
juez competente el del lugar en que estuvieren situados los inmuebles.”
“Esta regla es aplicable a los casos en que se entablen conjuntamente dos o más acciones, con tal que una de ellas
por lo menos sea inmueble.”
No obstante, además de las reglas indicadas, existen otras normas especiales de competencia relativa que priman sobre ellas:
1) Es competente para conocer de los interdictos posesorios el juez de letras del territorio jurisdiccional en que
estuvieren situados los bienes a que se refieren. Si ellos, por su situación, pertenecieren a varios territorios
jurisdiccionales, será competente el juez de cualquiera de éstos (art. 143 COT).
2) Será juez competente para conocer de los juicios de distribución de aguas el de la comuna o agrupación de
comunas en que se encuentra el predio del demandado. Si el predio estuviere ubicado en comunas o agrupaciones de
comunas cuyo territorio correspondiere a distintos juzgados, será competente el de cualquiera de ellos (art. 144 COT).
3) Conocerá de todos los asuntos a que se refiere el Código de Minas, el juez letrado que tenga jurisdicción en la
comuna o agrupación de comunas en que esté ubicada la pertenencia. Lo cual se entiende sin perjuicio de las
disposiciones especiales que se establecen en el mismo Código de Minas, en el COT y en el CPC (art. 146 COT).
4) Será juez competente para conocer de las demandas sobre alimentos el del domicilio del alimentante o alimentario,
a elección de este último. Esta regla también se aplicará a la demanda de aumento de pensiones alimenticias ya
decretadas (art. 147 inc. 1° COT). De las demandas de cese o rebaja de la pensión ya decretada, conocerá el juez del
domicilio del alimentario (inc. 2° art. 147 COT).
5) Será juez competente para conocer de las acciones de filiación del CC, el del domicilio del demandado o
demandante, a elección de este último (art. 147 inc. final COT).

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6) Será juez competente para conocer del juicio de petición de herencia, del de desheredamiento y del de validez o
nulidad de disposiciones testamentarias, el del lugar donde se hubiere abierto la sucesión del difunto con arreglo a lo
dispuesto por el art. 955 del Código Civil (art. 148 COT).
7) Será juez competente en materia de quiebras, cesiones de bienes y convenios entre deudor y acreedores el del lugar
en que el fallido o deudor tuviere su domicilio (art. 154 COT).

b) Reglas de competencia relativa en los asuntos voluntarios:


Tal como se dijo, el art. 134 del COT, establece que, en general, es juez competente para intervenir en un acto no
contencioso el del domicilio del interesado. Esta pareciera ser la regla general, pero, al igual que en el caso anterior, pasa a
ser la excepción ante la casuística regulación que hace el COT..
Las reglas al punto son:
1) Será juez competente para conocer de todas las diligencias judiciales relativas a la apertura de la sucesión,
formación de inventarios, tasación y partición de los bienes que el difunto hubiere dejado, el del último domicilio del
causante (art. 148 inc. 2° COT). Sin embargo, si la gestión versa sobre dación de posesión efectiva de herencia, y la sucesión
se abre en el extranjero deberá pedirse en el lugar en que tuvo el causante su último domicilio en Chile, o en el domicilio del
que la pida si aquél no lo hubiere tenido (art. 149 COT).
2) Será juez competente para conocer del nombramiento de tutor o curador y de todas las diligencias que, según la
ley, deben preceder a la administración de estos cargos, el del lugar donde tuviere su domicilio el pupilo, aunque el tutor o
curador nombrado tenga el suyo en lugar diferente (art. 150 COT). Este mismo juez será competente para conocer de todas
las incidencias relativas a la administración de la tutela o curaduría, de las incapacidades o excusas de los guardadores y de
su remoción (art. 150 inc. 2° COT).
3) En los casos de presunción de muerte por desaparecimiento, el juez del lugar en que el desaparecido hubiere
tenido su último domicilio será competente para declarar la presunción de muerte y para conferir la posesión provisoria o
definitiva de los bienes del desaparecido a las personas que justifiquen tener derecho a ellos (art. 151 COT).
4) Para nombrar curador a los bienes de un ausente o a una herencia yacente, será competente el juez del lugar
en que el ausente o el difunto hubiere tenido su último domicilio (art. 152 inc. 1° COT).
5) Para nombrar curador a los derechos eventuales del que está por nacer, será competente el juez del lugar en
que la madre tuviere su domicilio (art. 152 inc. 2° COT).
6) Para aprobar o autorizar la enajenación, hipotecación o arrendamiento de inmuebles, es competente el juez del
lugar donde éstos estuvieren situados (art. 153 COT).
c) Reglas de competencia relativa en los asuntos penales:
Para facilitar el estudio de las reglas de competencia relativa en asuntos penales, será necesario distinguir:
delitos cometidos fuera del territorio de la república y delitos cometidos dentro del territorio nacional.
1) Delitos cometidos fuera del territorio de la República:
Excepcionalmente pueden juzgarse en Chile delitos cometidos en el extranjero. Es así como el art. 6° del COT,
establece que quedan sometidos a la jurisdicción chilena los siguientes crímenes y simples delitos perpetrados fuera del
territorio:
 Los cometidos por un agente diplomático o consular de la República, en el ejercicio de sus funciones.
 La malversación de caudales públicos, fraudes y exacciones ilegales, la infidelidad en la custodia de documentos, la
violación de secretos, el cohecho, cometidos por funcionarios públicos chilenos o por extranjeros al servicio de la
República.
 Los que van contra la soberanía o contra la seguridad exterior del Estado, perpetrados ya sea por chilenos naturales, ya
por naturalizados, y los contemplados en el Párrafo 14 del Título VI del Libro II del Código Penal, cuando ellos pusieren
en peligro la salud de habitantes de la República.
 Los cometidos, por chilenos o extranjeros, a bordo de un buque chileno en alta mar, o a bordo de un buque chileno de
guerra surto en aguas de otra potencia.
 La falsificación del sello del Estado, de moneda nacional, de documentos de crédito del Estado, de las Municipalidades o
de establecimientos públicos, cometida por chilenos, o por extranjeros que fueren habidos en el territorio de la
República.
 Los cometidos por chilenos contra chilenos si el culpable regresa a Chile sin haber sido juzgado por la autoridad del país
en que delinquió.
 La piratería.

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 Los comprendidos en los tratados celebrados con otras potencias.
 Los sancionados por el Título I del Decreto No. 5 839, de 30 de septiembre de 1948, que fijó el texto definitivo de la Ley
de Defensa Permanente de la Democracia, cometidos por chilenos o por extranjeros al servicio de la República.
 Los sancionados en los arts. 366quinquies, 367 y 367 bis N° 1, del Cód. Penal, cuando pusieren en peligro o lesionaren la
indemnidad o la libertad sexual de algún chileno o fueren cometidos por un chileno o por una persona que tuviere
residencia habitual en Chile; y el contemplado en el art. 374 bis, inc. primero, del mismo cuerpo legal, cuando el material
pornográfico objeto de la conducta hubiere sido elaborado utilizando chilenos menores de dieciocho años.
El reformado art. 167 del COT, señala que son los Juzgados de Garantía y Tribunales Orales en lo Penal de la
jurisdicción de la Corte de Apelaciones de Santiago, los competentes para intervenir en el conocimiento de los delitos
perpetrados fuera del territorio nacional, según el turno que dicha corte fije a través de un auto acordado.

2) Delitos cometidos dentro del territorio de la República:


La regla fundamental en esta materia está tratada en el art. 157 del COT.
Según el art. 157 inc. 1°, es competente para conocer de un delito el tribunal en cuyo territorio se hubiere cometido
el hecho que da motivo al proceso.
La pregunta que nace es: ¿Dónde se considera cometido el delito? El delito se considerará cometido en el lugar
donde se hubiere dado comienzo a su ejecución (art. 157 inc. 3° COT).
El juzgado de garantía del lugar de comisión del hecho investigado conocerá de las gestiones a que diere lugar el
procedimiento previo al juicio oral.
No obstante, cuando las gestiones debieren efectuarse fuera del territorio jurisdiccional del juzgado de garantía y se
tratare de diligencias urgentes, la autorización judicial previa podrá ser concedida por el juez de garantía del lugar donde
deban realizarse.
Asimismo, si se suscitare conflicto de competencia entre jueces de varios juzgados de garantía, cada uno de ellos
estará facultado para otorgar las autorizaciones o realizar las actuaciones urgentes, mientras no se dirimiere la competencia.
Conforme al inc. final del art. 157, la competencia, así como la de la Corte de Apelaciones que deba conocer en
segunda instancia, no se alterará por razón de haber sido comprometidos por el delito intereses fiscales.
El artículo 159 se refiere al caso en que el Ministerio Público decida investigar en forma conjunta hechos
constitutivos de delito en los cuales, de acuerdo al art. 157, correspondiere intervenir a más de un juez de garantía.
En tal evento, dispone que continuará conociendo de las gestiones relativas a dichos procedimientos el juez de
garantía del lugar de comisión del primero de los hechos investigados.
Conforme con el inc. 2° de la misma disposición, el Ministerio Público deberá comunicar su decisión en cada uno de
los procedimientos que se seguirán en forma conjunta, para lo cual solicitará la citación a una audiencia judicial de todos los
intervinientes en ellos.
El o los jueces de garantía inhibidos harán llegar copias de los registros que obraren en su poder al juez de garantía
al que correspondiere continuar conociendo de las gestiones a que diere lugar el procedimiento.
Si el Ministerio Público decidiere posteriormente separar las investigaciones que llevare conjuntamente,
continuarán conociendo de las gestiones correspondientes los jueces de garantía competentes de conformidad al artículo 157,
procediéndose de igual modo que el indicado.

Reglas sobre competencia civil de los tribunales en lo criminal:


En algunos casos el juez de garantía puede conocer también de asuntos civiles (arts. 59 y 189 CPP). De todo delito
nace una acción penal para el castigo del culpable, pero también pueden nacer acciones civiles cuyo objeto es reparar los
efectos civiles del hecho punible, como la restitución de la cosa o la indemnización de los perjuicios causados. (art. 59 CPC).
También en el curso del proceso penal pueden suscitarse cuestiones sobre hechos de carácter civil que la ley considere para
definir un determinado delito, para agravar o disminuir la pena o para configurar una situación de exención de
responsabilidad criminal (art. 171 CPP).
Las reglas relativas a la competencia civil de los tribunales en lo criminal están consagradas en los arts. 171, 173 y
174 del COT. Para determinar la competencia hay que distinguir:
a) Si la acción civil es restitutoria, es decir, su objeto es la mera restitución de la cosa, debe interponerse ante el
tribunal que conozca las gestiones relacionadas con el respectivo procedimiento penal (art. 171 inc. 1° COT).
El art. 189 del CPP, señala que de interponerse siempre ante el juez de garantía durante la investigación

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b) Ese mismo tribunal conocerá también todas las restantes acciones que la víctima deduzca respecto del imputado
para perseguir las responsabilidades civiles derivadas del hecho punible, y que no se interpongan en sede civil (art. 171 inc.
2° COT, en relación con el art. 59 CPP). La víctima, entonces, puede también ejercer esas acciones civiles ante el tribunal civil
correspondiente.
Sin embargo, admitida a tramitación la demanda civil en el procedimiento penal, no se podrá deducir nuevamente
ante un tribunal civil (art. 59 del CPP).
c) Las otras acciones civiles encaminadas a obtener la reparación de las consecuencias civiles del hecho punible que
interpusieren personas distintas de la víctima, o se dirigieren contra personas diferentes del imputado, sólo podrán
interponerse ante el tribunal civil que fuere competente conforme a las reglas generales (art. 171 inc. 3° Cot y 59 inc. 3° CPP).

Juez competente para conocer de las cuestiones prejudiciales civiles:


Cuestiones prejudiciales civiles son aquellas que se refieren a un hecho de carácter civil que constituye uno de los
elementos que la ley estima para definir el delito que se persigue, para agravar o disminuir la pena o para no estimar
culpable al autor del delito.
La regla general es que estas materias sean de competencia del tribunal en lo criminal, según lo previene el art. 173
del COT: “Si en el juicio criminal se suscita cuestión sobre un hecho de carácter civil que sea uno de los elementos que la ley
penal estime para definir el delito que se persigue, o para agravar o disminuir la pena, o para no estimar culpable al autor, el
tribunal con competencia en lo criminal se pronunciará sobre tal hecho.”
No obstante, existen algunas excepciones a esta regla:
Serán juzgadas previamente por el tribunal a quien la ley tiene encomendado el conocimiento de ellas las cuestiones
sobre validez de matrimonio; las cuestiones sobre cuentas fiscales; las cuestiones sobre estado civil cuya resolución deba
servir de antecedente necesario para el fallo de la acción penal persecutoria de los delitos de usurpación, ocultación o
supresión de estado civil; y las excepciones de carácter civil concernientes al dominio o a otro derecho real sobre inmuebles,
cuando dichas excepciones aparecieren revestidas de fundamento plausible y de su aceptación, por la sentencia que sobre
ellas recaiga, hubiere de desaparecer el delito.
En todo caso, la prueba y decisión de las cuestiones civiles que es llamado a juzgar el tribunal que conoce de los
juicios criminales, se sujetarán a las disposiciones del derecho civil (arts. 173 incs. 2° a 4° y 174).
Conforme al art. 171 del CPP, la resolución previa de una cuestión civil, suspende el procedimiento criminal, esto
es, opera el instituto procesal del sobreseimiento temporal.

Reglas del turno y de la distribución de causas:


Estas reglas permiten establecer cuál es el tribunal que debe conocer de un asunto, cuando existen dos o más jueces
igualmente competentes en el lugar donde el juicio debe quedar radicado.
Estas no son reglas de competencia, sino que simples reglas de ordenación de la actividad jurisdiccional y, por ende,
su infracción no acarrea la nulidad procesal. Así nuestra jurisprudencia ha resuelto que el turno no constituye propiamente
una regla de competencia desde que los jueces a que se refiere son competentes en igual grado y tienen la misma jerarquía, y
son simplemente medidas de orden y buen gobierno judicial. Esta posición ha dejado de lado la de aquellos que sostienen
que estas reglas o son de competencia absoluta o, a lo menos, de competencia relativa.

Para estudiar esta materia hay primeramente que distinguir:


1) Caso de los asuntos civiles contenciosos:
En este caso a su vez hay que subdistinguir:
a) Si en el lugar no existe Corte de Apelaciones:
Art. 175. En las comunas o agrupaciones de comunas en donde hubiere más de un juez de letras, deberá presentarse ante la secretaría
del Primer Juzgado de Letras toda demanda o gestión judicial que se iniciare y que deba conocer alguno de dichos jueces, a fin de que se
designe a aquel de ellos que lo hará.
Esta designación se efectuará mediante un sistema informático idóneo, asignando a cada causa un número de orden según su
naturaleza. En todo caso, deberá velar por una distribución equitativa entre los distintos tribunales.
Lo dispuesto en este artículo no se aplicará a los juzgados de garantía ni a los tribunales de juicio oral en lo penal, que se regirán
por las normas especiales que los regulan.

b) Si en el lugar existe Corte de Apelaciones:

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En este caso es preciso distinguir según se trate de asuntos civiles contenciosos y no contenciosos.
Art. 176. En los lugares de asiento de Corte en que hubiere más de un juez de letras en lo civil, deberá presentarse a la Corte toda
demanda o gestión judicial que se iniciare y que deba conocer alguno de dichos jueces, a fin de que se designe el juez a quien corresponda
su conocimiento.
Esta designación se hará electrónicamente por orden del presidente del tribunal, asignando a cada causa un número de orden,
según su naturaleza.
Sin embargo, esta regla de distribución de causas tiene las siguientes excepciones:
 No se aplica a los juzgados de garantía y de juicio oral en lo penal.
 No se aplica al caso en que el procedimiento se hubiere indiciado por medidas prejudiciales, medidas preparatorias
de la vía ejecutiva o notificación de desposeimiento (art. 178 COT).
 No se aplica a todas las gestiones que se susciten con motivo de un juicio ya iniciado (art. 178 COT).
 No se aplica a aquellas gestiones a que dé lugar el cumplimiento de una sentencia, fuera del caso previsto en la
parte final del artículo 114 (art. 178 COT)..
 No se aplica al ejercicio de las facultades que corresponden a los jueces para el conocimiento de los asuntos que
tienen por objeto dar cumplimiento a resoluciones o decretos de otros juzgados o tribunales (art. 179 COT). La
jurisdicción en estos casos será ejercida por el juez letrado de turno, a menos que se trate de negocios derivados del
conocimiento que otro juzgado tuviere de un determinado asunto, en cuyo caso la jurisdicción podrá también ser
ejercida por este. En el territorio jurisdiccional de la Corte de Apelaciones de Santiago el turno para el conocimiento
de estos asuntos y demás que leyes especiales dispongan será ejercido simultáneamente por cinco jueces letrados en
la forma establecida en el inciso segundo del artículo 175.

2) Caso de los asuntos civiles no contenciosos:


En estos casos rige (art. 179 inc. 1° COT).
Art. 179. Estarán sujetos a lo dispuesto en los artículos 175 y 176, según el caso, el ejercicio de las facultades que corresponden
a los jueces para el conocimiento de los asuntos que tienen por objeto dar cumplimiento a resoluciones o decretos de otros juzgados o
tribunales y los asuntos de jurisdicción voluntaria.
Sobre esta materia, no obstante, debe tenerse presente que por auto acordado de 2 de octubre de 1997, la Corte de
Apelaciones de Concepción dispuso que a partir del 22 de octubre de ese año, deben ingresar en la oficina de distribución de
causas de la Secretaría de la Corte, todos los asuntos de jurisdicción voluntaria, exhortos y demás asuntos referidos a
materias propias del turno y que sean de competencia de los juzgados de letras de Concepción. Sin embargo, esto no
importa una excepción a la regla del art. 179 citado, puesto que se trata de una cuestión destinada a efectos estadísticos y de
control por sistema informático de las causas ingresadas, ya que desde la Corte el asunto voluntario va siempre al tribunal
de turno y no se sujeta a designación propiamente tal.
3) Caso de los asuntos penales:
Aquí no interesa si en el lugar hay o no Corte de Apelaciones, pues los juzgados de garantía y de juicio oral en lo penal se
rigen por normas especiales y atendiendo a un manual de funcionamiento que fue aprobado por la Corte Suprema.
Entonces, sea que el proceso penal se inicie por requisición del Ministerio Público, denuncia o de oficio,
corresponde al Juzgado Garantía de turno.
La distribución entre los jueces de garantía se realiza por un procedimiento general y objetivo, que será aprobado
anualmente por el Comité de Jueces a propuesta del juez presidente de dicho comité (art. 15 COT). Lo mismo cabe aplicar si
el proceso se inicia por querella.
Debe tenerse en cuenta que tanto para los Juzgados de Garantía como para los Tribunales de Juicio Oral en lo Penal,
se aplica el procedimiento general y objetivo, acorde los prevén los arts. 15 y 17 inc. final del COT.

La Prórroga de Competencia
La prórroga de competencia es el acto por el cual las partes litigantes le otorgan competencia a un tribunal para
conocer de un determinado asunto judicial en circunstancias de que naturalmente no la tiene.
Según el art. 181 COT: “Un tribunal que no es naturalmente competente para conocer de un determinado asunto, puede
llegar a serlo si para ello las partes, expresa o tácitamente, convienen en prorrogarle la competencia para este negocio.”
Lo que se prorroga es la competencia; porque la jurisdicción es improrrogable.
Todo tribunal tiene jurisdicción, pero no competencia; de modo tal que lo que las partes le otorgan, expresa o tácitamente, no
puede ser otra cosa que la competencia de la cual se halla privado para conocer de un determinado asunto judicial.

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La prórroga de competencia es una facultad de las partes y no del tribunal, de ahí que el tribunal relativamente
incompetente no pueda negarse a aceptarla. Rige aquí en su integridad el principio de la inexcusabilidad.

Requisitos de la prórroga de competencia:


Para que se verifique válidamente la prórroga de la competencia es indispensable la concurrencia de los siguientes
requisitos copulativos:
1) Que exista convenio de las partes
2) Que se trate de un asunto contencioso civil
3) Que se trate de la primera instancia
4) Que se trate de tribunales ordinarios de igual jerarquía
1) Que exista convenio de las partes: El convenio de las partes implica la existencia de un acuerdo de voluntades de los
litigantes en orden a atribuirle competencia a un tribunal para que conozca de un determinado asunto, el cual sin este
acuerdo carecería legalmente de atribuciones para intervenir en él. Son las partes, entonces, las que voluntariamente quieren
atribuirle esa facultad.
De ahí que se diga que el tribunal tendrá competencia prorrogada para conocer de ese asunto judicial, mas no
competencia natural, pues ésta la confiere la ley y no la voluntad de las partes.
A su vez, el convenio de las partes puede revestir una forma expresa o una forma tácita.
Se prorroga la competencia expresamente cuando en el contrato mismo o en un acto posterior han convenido en ello
las partes, designando con toda precisión el juez a quien se someten. (art. 186 COT).
Se prorroga tácitamente la competencia, según el art. 187 del COT: El demandante, por el hecho de ocurrir ante el
juez interponiendo su demanda; y el demandado, por hacer, después de personado en el juicio, cualquiera gestión que no
sea la de reclamar la incompetencia del juez.
La ley distingue entre la prórroga de competencia tácita efectuada por el demandante y por el demandado,
estableciendo verdaderas presunciones de derecho sobre el particular. En efecto, concurriendo los requisitos legales para
presumir la prórroga de competencia, ésta queda establecida sin admitirse prueba en contrario tendiente a demostrar que
ésa no fue la voluntad de las partes.
Para que se produzca la prórroga de competencia tácita por parte del demandado, la ley exige que éste se haya
personado en el juicio.
Situación en el caso de rebeldía del demandado: La jurisprudencia es contradictoria, pues algunos fallos entienden
que basta que el juicio se ha a seguido en rebeldía del demandado para que la prórroga de competencia se produzca. Así
también los estima una parte de la doctrina. Por el contrario, otros autores, atendiendo al tenor literal de la ley, sostienen
que se exige expresamente que el demandado se haya personado en el juicio, esto es, comparecido real y efectivamente y no
en forma ficta.

Capacidad para prorrogar la competencia: Pueden prorrogar competencia todas las personas que según la ley son hábiles
para estar en juicio por sí mismas, y por las que no lo son, pueden prorrogarla sus representantes legales (artículo 184 COT)

2) Que se trate de un asunto contencioso civil: Este requisito fluye del art. 182 del COT, conforme el cual la prórroga de
competencia sólo procede respecto de negocios contenciosos civiles. Debe existir, por tanto, un juicio o contienda, esto es,
una controversia de orden jurídico civil y actual sometida a la decisión de un tribunal. En consecuencia, la prórroga de
competencia no puede producirse ni en los negocios de jurisdicción voluntaria ni en los asuntos de orden penal.
De este modo, las normas de competencia relativa en materia de jurisdicción voluntaria y en los negocios penales,
han sido establecidas por razones de orden público, lo mismo que las normas de competencia absoluta; por lo cual son
irrenunciables por las partes y el tribunal puede declarar de oficio, en cualquier estado del asunto voluntario o del juicio
penal su incompetencia en razón de territorio.

3) Debe tratarse de la primera instancia: Así lo establece expresamente el art. 182 del COT: “La prórroga de competencia sólo
procede en primera instancia, entre tribunales ordinarios de igual jerarquía y respecto de negocios contenciosos civiles.

4) Debe tratarse de tribunales ordinarios de igual jerarquía: También lo señala expresamente el citado art. 182. Debe,
entonces, tratarse de tribunales ordinarios y deben ser de la misma jerarquía, es decir, deben ser competentes absolutamente,
esto es, a la luz de los factores fuero, materia y cuantía.

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El tribunal al que se pretende prorrogarle competencia debe únicamente ser incompetente en razón del factor
territorio, pues si se quisiera prorrogar competencia a un tribunal incompetente en razón del fuero, de la materia o de la
cuantía, quiere decir que se autorizaría la prórroga de la competencia absoluta, lo cual se encuentra prohibido.

Efectos de la prórroga de la competencia:


El efecto primordial consiste en radicar el asunto ante un tribunal naturalmente incompetente para conocer de él a
la luz del factor territorio.
Ahora bien, la prórroga de competencia sólo surte efectos entre las personas que han concurrido a otorgarla, pero
no respecto de otras personas como los fiadores o codeudores (art. 185 COT).
Se trata de la aplicación del principio general que dice que, para que una persona se obligue a otra mediante un acto
o declaración de voluntad, es preciso, entre otros requisitos, que consienta en dicho acto o declaración.
Se ha resuelto uniformemente por la jurisprudencia que si la obligación es solidaria y uno de los codeudores
solidarios prorroga la competencia, ella obliga a los demás deudores solidarios.

Formas de impedir la prórroga de la competencia:


El demandado podrá evitar la prórroga de competencia, formulando el incidente correspondiente de incompetencia
relativa, incidente que se hace valer, generalmente, en forma de excepción dilatoria y, como tal, antes de hacer cualquiera
gestión en el pleito que no implique reclamo de la competencia (arts. 303 N° 1 y 305 CPC)
Si se formula después, debe ser rechazado, pues se habría producido la prórroga tácita de competencia.

Los Conflictos de Competencia


En general, son conflictos o controversias que existen entre los poderes del Estado, en relación a su facultad de
avocarse al conocimiento de una determinada cuestión. Los conflictos pueden tener lugar, por ende, entre los tres poderes.
Por otro lado, puede suceder que tanto el tribunal llamado a intervenir en un asunto como las partes interesadas en
el mismo, estimen que ese tribunal carece de competencia para conocer de él. Se plantea de este modo un conflicto de
competencia que, cuando es promovido por las partes, recibe el nombre de c u e s t ió n d e c o m p e t e n c i a ; y que cuando se
suscita entre tribunales se denomina c o n t i e n d a d e c o m p e t e n c i a .
Es decir, los conflictos de competencia pueden clasificarse en cuestiones de competencia y en contiendas de competencia.

a) Cuestiones de competencia: Cuestión de competencia es aquella incidencia formulada por las partes acerca de la
falta de atribuciones del tribunal requerido para conocer de un asunto determinado.
El incidente sobre cuestión de competencia puede referirse a la incompetencia absoluta del tribunal, en cuyo caso lo
promueve la parte ante el mismo tribunal que conoce del negocio, sea por la vía de la nulidad procesal, sea por la vía de un
recurso, empero sin perjuicio de la facultad de declararse la incompetencia de oficio por el mismo tribunal.
Si el incidente es de incompetencia relativa, debe alegarse por medio de una excepción dilatoria, antes de hacer
cualquier gestión en el juicio, para evitar la prórroga de la competencia.
Según el art. 193 del COT, las cuestiones de competencia se regirán por las reglas que señalen al efecto los Códigos
de Procedimiento y demás disposiciones legales. A su turno, el Código de Procedimiento Civil regla estas cuestiones de
competencia en los artículos 101 a 112.-
El CPC, establece dos caminos o vías para formular una cuestión de competencia:
a) La vía inhibitoria, y
b) La vía declinatoria
Acorde al art. 101 del CPC: “Podrán las partes promover cuestiones de competencia por inhibitoria o por declinatoria.”
“Las que hayan optado por uno de estos medios, no podrán después abandonarlo para recurrir al otro. Tampoco
podrán emplearse los dos simultánea ni sucesivamente.”
La cuestión de competencia por vía inhibitoria es aquella que se intenta ante el tribunal a quien se cree competente,
pidiéndole que se dirija al que está conociendo del negocio para que se inhiba y le remita los autos.
Se refiere a este instituto el art. 102 del CPC: “La inhibitoria se intentará ante el tribunal a quien se crea competente,
pidiéndole que se dirija al que esté conociendo del negocio para que se inhiba y le remita los autos.”

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La cuestión de competencia por declinatoria, en cambio, se plantea ante el tribunal a quien se cree incompetente
para conocer un negocio que le está sometido, indicándole cual es el que se estima competente y pidiéndole que se abstenga
de dicho conocimiento.
Se refiere a esto el art. 111 del CPC: “La declinatoria se propondrá ante el tribunal a quien se cree incompetente para
conocer de un negocio que le esté sometido, indicándole cuál es el que se estima competente y pidiéndole se abstenga de
dicho conocimiento. Su tramitación se sujetará a las reglas establecidas para los incidentes.”
Un estudio más profundizado de estos incidentes, se efectuará al tratar de los denominados “incidentes especiales”.

b) Contiendas de competencia: Las contiendas de competencia son conflictos que se suscitan entre dos o más
tribunales cuando todos ellos estiman que tienen competencia para conocer de un determinado asunto judicial o que
ninguno de ellos la tiene.
La contienda de competencia puede originarse al declarar de oficio un tribunal su incompetencia para conocer de
un tribunal en el cual se ha requerido su intervención.
También puede originarse cuando las partes formulan una cuestión de competencia, y los tribunales cuya
competencia se ha puesto en duda se estiman todos igualmente competentes, o bien, estiman todos que son incompetentes.

Las contiendas de competencia admiten una doble clasificación:

1) Según el contenido de la contienda, ellas pueden clasificarse en:


Contiendas positivas y negativas de Competencia
 Será positiva cuando todos los tribunales involucrados se estimen igualmente competentes para conocer del asunto.
 Será negativa cuando todos ellos se consideren incompetentes.
2) Según los tribunales en contienda, pueden clasificarse en:

-Contiendas entre tribunales ordinarios


-Contiendas entre tribunales especiales o entre un tribunal ordinario y uno especial
-Contiendas entre un tribunal de justicia y una autoridad política o administrativa
-Contienda entre tribunales arbitrales
-Contienda entre un tribunal arbitral y un tribunal ordinario o especial

Tribunal llamado a dirimir la contienda de competencia:


Conforme al art. 192 del COT, las contiendas de competencia serán falladas en única instancia.
El tribunal llamado a dirimir la contienda dependerá de los tribunales involucrados en ella.
1) Contienda entre tribunales ordinarios: Para determinar el tribunal llamado a resolver la contienda entre tribunales
ordinarios es preciso distinguir si dichos tribunales son de igual o distinta jerarquía (art. 190 COT):
 Si son de la misma jerarquía, serán resueltas por el tribunal que sea superior común de los que estén en conflicto.
 Si los tribunales fueren de distinta jerarquía, será competente para resolver la contienda el superior de aquél que
tenga jerarquía más alta.
 Si dependieren de diversos superiores, iguales en jerarquía resolverá la contienda el que sea superior del tribunal que
hubiere prevenido en el conocimiento del asunto.
2) Contiendas entre tribunales especiales o entre un tribunal ordinario y uno especial (art. 191 incs. 1° a 3° COT):
Para estos efectos, debe distinguirse se dependen o no de una misma Corte de Apelaciones:
 Si dependen ambos de una misma Corte de Apelaciones, resuelve dicha Corte.
 Si dependieren de diversas Cortes de Apelaciones, resolverá la contienda la que sea superior jerárquico del tribunal
que hubiere prevenido en el conocimiento del asunto.
 Si no pudieren aplicarse las reglas precedentes, resolverá la contienda la Corte Suprema.

3) Contiendas entre tribunales de justicia y autoridades políticas o administrativas: Para determinar quién es llamado a
dirimir las contiendas entre tribunales de justicia y autoridades políticas o administrativas es preciso distinguir:

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Si se produce entre estas autoridades y los tribunales inferiores, resolverá la Corte Suprema (art. 191 inc. final COT).
Si se produce entre dichas autoridades y los tribunales superiores de justicia, corresponde resolver la contienda al Senado
(art.53 N° 3 Constitución Política de la República).
4) Contiendas entre tribunales arbitrales: Para resolver las contiendas entre tribunales arbitrales se aplican las mismas reglas
que para los tribunales ordinarios y para tales efectos los jueces árbitros de primera, de segunda o de única instancia tendrán
por superior, para los efectos de este artículo, a la respectiva Corte de Apelaciones (art. 190 inc. final COT).

5) Contiendas entre un tribunal arbitral y uno ordinario o uno especial: Para resolver las contiendas entre un tribunal
arbitral y uno ordinario, se aplica la misma regla que tratándose de conflictos entre tribunales ordinarios (art. 190 inc. final
COT).

En cuanto a la forma de resolver de las contiendas entre un tribunal arbitral y un tribunal especial, la ley nada dice.
La opinión mayoritaria estima que corresponde resolver a la Corte Suprema, toda vez que el tribunal arbitral se asimila a un
tribunal ordinario para estos efectos. -

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