Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
La jurisdicción, se trata de una función pública que reside en un órgano jurisdiccional o tribunal, pero resulte
imposible que esta jurisdicción sea ejercida por un solo Tribunal. Ante esta imposibilidad surge la necesidad imperiosa de
distribuir la labor jurisdiccional entre varios tribunales, y atribuir a cada tribunal una “medida o porción de jurisdicción”
Esta medida de jurisdicción que la ley distribuye entre todos los tribunales es lo que se denomina competencia y
constituye un límite interno en cuanto al ámbito dentro del cual ellos deben ejercer la jurisdicción.
Consustancialmente, todo tribunal, por ser tal, tiene jurisdicción, pero no todo tribunal tiene competencia para
conocer de un negocio específico.
En otros términos, la competencia es la capacidad reconocida a ciertos jueces para ejercer la jurisdicción en
determinados casos.
La competencia está regulada en los arts. 108 y sgtes. COT.
La define el art. 108: "La competencia es la facultad que tiene cada juez o tribunal para conocer de los negocios que
la ley ha colocado dentro de la esfera de sus atribuciones".
Se critica esta definición por ser confusa, ya que utiliza la expresión “facultad” y sabemos que es más adecuada la
expresión función, por cuanto no se trata únicamente de una facultad sino que al mismo tiempo es un deber del tribunal.
También se le critica porque resulta incompleta, pues que no sólo la ley coloca un asunto dentro de la esfera de competencia
de un tribunal, sino que también pueden hacerlo las partes a través de la prórroga de competencia y también puede hacerlo
otro tribunal en virtud de la delegación de competencia.
Además, la definición se refiere a la facultad de “conocer”, empero este término debe entenderse en sentido amplio,
es decir, comprendiendo igualmente las facultades de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado.
Doctrinariamente se ha dicho que la competencia “es la cantidad, grado o medida de la jurisdicción que a cada
tribunal corresponde”.
Entre los términos jurisdicción y competencia hay una estrecha relación; pero tienen sustanciales diferencias.
Clasificación de la Competencia
La competencia, admite diversas clasificaciones, según sean también los puntos de vista que se consideren para efectuarlas:
1) Atendiendo a sus fuentes puede ser Natural y Prorrogada.
2) Atendiendo a si es originaria o derivativa puede ser Propia o Delegada.
3) Atendiendo a su extensión puede ser Común y Especial.
4) Atendiendo a su contenido puede ser Contenciosa y No Contenciosa.
5) Atendiendo al número de tribunales que pueden llegar a conocer del asunto puede ser Privativa o Exclusiva y
Acumulativa o Preventiva.
6) Atendiendo al grado jurisdiccional en que se conoce el asunto, puede ser de Única Instancia, de Primera Instancia y
de Segunda Instancia.
7) Atendiendo a la generalidad o precisión con que se determina al tribunal competente puede ser Absoluta y
Relativa.
1
Competencia natural es aquella que la propia ley asigna a cada tribunal tomando en consideración los diversos factores que
la determinan.
Competencia prorrogada es aquella que naturalmente no tiene un tribunal; pero que puede llegar a tenerla por voluntad de
las partes y siempre que concurran los demás requisitos legales.
Este acuerdo (prórroga) puede referirse tanto a un juicio ya iniciado como a uno futuro, pero es válido sólo en
materia civil contenciosa.
2
Competencia voluntaria es aquella que le corresponde a un tribunal para conocer de asuntos de jurisdicción no
contenciosa, voluntaria o graciosa, esto es, de negocios en que no existe contienda entre partes, y en los cuales el tribunal
debe intervenir por expresa disposición de la ley.
3
e) La competencia absoluta no admite prorroga, pero ello sí es posible en el caso de la competencia relativa.
f) La falta de competencia absoluta puede y debe ser declarada de oficio por el tribunal, sin perjuicio de la facultad
de las partes litigantes de representarla en cualquier estado del juicio; en cambio, la falta de competencia relativa sólo puede
ser representada por las partes litigantes, antes de hacer cualquiera gestión que implique prorrogar competencia.
g) La incompetencia absoluta puede ser asimilada, ha resuelto la jurisprudencia, a la falta de jurisdicción. Pero lo
anterior no es sostenible respecto de la incompetencia relativa.
4
Se ha discutido si la dictación de una nueva ley que priva a un tribunal del conocimiento de determinados asuntos
entregándolo a otro es causa sobreviniente para los efectos del artículo 109.- Se ha creído por algunos que en el evento de
que la nueva ley viniera a alterar la competencia de los tribunales, es decir, a privar a un tribunal del conocimiento de un
determinado asunto y a entregarlo a otro, dicha ley no podría aplicarse a los juicios en actual tramitación. Se fundan en el
art. 19 N°4 de la CPR, que dispone que nadie puede ser juzgado por comisiones especiales sino por el tribunal que le señale
la ley que se halle establecido con anterioridad por ésta; y en el art. 109 del COT, que prescribe que radicado con arreglo a
la ley el conocimiento de un negocio ante tribunal competente, no se alterará esta competencia por causa sobreviniente.
Sin embargo, dicha doctrina no cuenta con el apoyo de la Corte Suprema, y se la rebate sosteniendo que el precepto
constitucional citado lo que persigue es evitar el juzgamiento por tribunales ad-hoc; y que la causa sobreviniente a que alude
el art. 109 del COT, tiene que consistir en un acto o manifestación voluntad del individuo, empero no del legislador.
3) Regla de la Extensión
Se contiene en el art. 111 del COT: "El tribunal que es competente para conocer de un asunto lo es igualmente para
conocer de todas las incidencias que en él se promuevan. Lo es también para conocer de las cuestiones que se susciten por
vía de reconvención o de compensación, aunque el conocimiento de estas cuestiones, atendida su cuantía, hubiere de
corresponder a un juez inferior si se entablaran por separado".
Esta regla parte de la base de que en todo asunto o negocio judicial existe la cuestión principal y las cuestiones
accesorias. La primera constituye el fondo del asunto o negocio mismo, y las segundas son los llamados incidentes.
5
Conforme a esta regla, el juez competente para conocer de una cuestión principal, lo es también para conocer de las
cuestiones accesorias que en el curso de ella se susciten. Es aplicación del adagio o brocardo: “Quien puede lo más, puede lo
menos”.
También tiene competencia este mismo juez para conocer de la reconvención. Se entiende por tal la demanda que
puede deducir el demandado en contra del demandante, utilizando el mismo proceso ya iniciado por este último en contra
de aquél.
Igual competencia le atribuye la ley para conocer de la compensación; esto es, de aquel modo de extinguir las
obligaciones cuando demandante y demandado son acreedores y deudores a la vez de dos obligaciones y siempre que se
reúnan los demás requisitos establecidos por la ley de fondo.
Además, el juez que conoce de un asunto tiene también competencia para conocer de las reconvenciones y de las
compensaciones, aun cuando estimadas separadamente, debieran ser de la competencia de otro tribunal. Esto último, sin
embargo, carece de importancia práctica hoy en día, pues no existen tribunales inferiores a los juzgados de letras.
5) Regla de Ejecución:
Está establecida en el art. 113 del COT: “La ejecución de las resoluciones corresponde a los tribunales que las hubieren
pronunciado en primera o en única instancia”. Esta misma norma se haya consagrada en el art. 231 inc. 1° del CPC.
Estos tribunales, indudablemente, son los que están mejor dotados, desde el punto de vista psicológico, de la mayor
comprensión del contenido de la resolución, y desde el punto de vista material, de los medios físicos de coacción más
adecuados para ejecutarla o cumplirla.
Hay una excepción a esta regla de ejecución, que dice relación con las resoluciones que dicten los tribunales en la
sustanciación de los recursos de apelación, casación o revisión, pues estos mismos tribunales están facultados para cumplir
dichas resoluciones, lo mismo que para decretar el pago de las costas a los funcionarios que hubieren intervenido en ellos,
reservando el de las demás costas, para que sea decretado por el tribunal de primera instancia (art. 113 inc. 2° COT).
Hay que tener presente aquí la regla del art. 114 del COT: “Siempre que la ejecución de una sentencia definitiva
hiciere necesaria la iniciación de un nuevo juicio, podrá éste deducirse ante el tribunal que menciona el inciso primero del
artículo precedente o ante el que sea competente en conformidad a los principios generales establecidos por la ley, a elección
de la parte que hubiere obtenido en el pleito.” Esta misma disposición se consagra en el art. 232 del CPC.
Por regla general, para que una sentencia pueda cumplirse debe estar firme o ejecutoriada. Por excepción, pueden
cumplirse no obstante existir recursos pendientes, de apelación o casación (causan ejecutoria).
El cumplimiento de las sentencias es diferente según se trate de sentencias civiles o penales.
Finalmente, debe tenerse especialmente presente que en la normativa propia de la reforma procesal penal, se
encargó expresamente la ejecución de las sentencias penales, siempre y en todo caso, al Juzgado de Garantía que hubiere
intervenido en el correspondiente proceso penal (arts. 14 letra f y 113 inc. 2° del COT). A su turno, la ejecución de la decisión
civil contenida en una sentencia definitiva criminal, corresponde siempre al tribunal civil que hubiere sido competente según
las reglas generales (art. 171 inc. final COT).
6
Los factores, reglas o elementos de la competencia absoluta son aquellas disposiciones legales que permiten establecer
qué jerarquía, clase o categoría de tribunal es el llamado a conocer de un determinado asunto judicial.
Se trata, en consecuencia, de un conjunto ordenado y metódico de preceptos de derecho procesal orgánico, que
indican si un asunto judicial determinado debe ser de la competencia de un juez de letras, de una Corte de Apelaciones o de
la Corte Suprema.
Para elaborar el sistema, la ley ha tomado en consideración ciertos puntos de referencia o factores, como más
propiamente se les llama, que son: el fuero, la materia y la cuantía.
Puede suceder que estos factores se encuentren en conflicto o choquen entre sí. La ley resuelve el conflicto
señalando un orden de prelación entre los tres factores indicados: el fuero predomina sobre los factores materia y cuantía; y
entre estos dos últimos la materia predomina sobre la cuantía. Así se dice que “el fuero “mata” a la materia y esta última
“mata” a la cuantía”.
Por su parte, los factores o reglas de la competencia relativa son aquellas disposiciones legales que permiten
establecer, una vez señalada la jerarquía, clase o categoría del tribunal que debe intervenir en el conocimiento de un negocio
judicial, qué tribunal preciso y determinado, dentro de esa jerarquía, clase o categoría, es el llamado a conocer de él.
Las reglas de competencia relativa, por consiguiente, se aplican posteriormente a las de competencia absoluta. Éstas
han establecido con precisión la jerarquía, clase o categoría del tribunal competente para conocer de un determinado asunto.
Las de competencia relativa, precisan el tribunal determinado dentro de la jerarquía, clase o categoría de tribunal ya
prefijado.
Por ej.: los factores de competencia absoluta nos dicen que, de un determinado asunto, va a conocer un juez de
letras, y las de competencia relativa, en cambio, que de ese mismo asunto va a conocer el juez de letras de una ciudad
determinada.
De allí que también a las normas de competencia relativa se las llame reglas destinadas a determinar la competencia
entre tribunales de la misma jerarquía, a diferencia de las de competencia absoluta, que son reglas destinadas a determinar,
por regla general, la competencia entre tribunales de distinta jerarquía.
Ahora bien, así como la ley para elaborar las reglas de competencia absoluta tomó en consideración diversos puntos
de referencia o factores, también en la confección de las de competencia relativa hubo de tomar en consideración puntos de
referencia o factores, pero con la diferencia que, en este último caso, el factor determinante es uno solo: el territorio.
Naturalmente que, en el hecho, el factor territorio, como determinante de las reglas de competencia relativa, puede
adoptar o revestir diversas formas.
Así, a veces, será el lugar designado en la convención; en otras, el lugar en donde está situada la especie que se
reclama; otras, el lugar donde debe efectuarse el pago; y, en otras (que es la regla general) será el domicilio del demandado.
Pero, en todos estos casos, el factor determinante de la competencia relativa del tribunal será siempre el territorio; y
se las llama reglas de competencia relativa porque, precisamente, han sido instituidas en beneficio de las partes, por cuyo
motivo son renunciables, no puede hacerlas valer el tribunal de oficio y los litigantes deben exigir su cumplimiento antes de
hacer cualquiera gestión en el juicio que no implique reclamo de competencia.
En resumen, los factores de competencia son: El Fuero, la Materia, la Cuantía y el Territorio.
Estos factores los establece el COT al tratar de la competencia en el Título VII, y también en los distintos títulos que
fijan las atribuciones de cada tribunal.
I.- El Fuero:
Es el elemento de la competencia absoluta que se funda en la intervención en un proceso determinado de una
persona constituida en dignidad, esto es, que desempeñe un determinado cargo considerado importante por la ley. Dice
relación, entonces, con la calidad o investidura de las partes o de una de las partes de un proceso, y, según se dijo, constituye
un factor determinante de la competencia absoluta que prevalece sobre los demás.
El fuero o la calidad o dignidad que tienen ciertas personas determinan que los asuntos en que tienen interés no
sean conocidos por el tribunal que ordinariamente conocería de él de no mediar el fuero, sino por otro de mayor jerarquía.
Su fundamento objetivo es garantizar la imparcialidad en el juzgamiento, en cuanto se estima que un tribunal de
mayor jerarquía es menos susceptible a la influencia que por la calidad que inviste, pudiere ejercer la persona sujeta a fuero o
aforada.
Así, el fuero no está establecido en beneficio de la persona aforada, y por lo mismo se ha indicado que no es
completamente propio referirse al aforado como la persona que “goza” de fuero.
El fuero, por regla general, opera tanto en materia civil como criminal, pero en este último caso sólo respecto del
procedimiento antiguo.
7
Existen, no obstante, ciertos casos en que el fuero no se toma en cuenta y son los que establece el art. 133 del COT.
De acuerdo con esta disposición, no se considerará el fuero de que gocen las partes en: Los juicios de minas, los juicios
posesorios, los juicios sobre distribución de aguas, las particiones, los juicios que se tramiten breve y sumariamente, los
demás que determinen las leyes, el que tengan los acreedores en el juicio de quiebra, ni el de los interesados en los asuntos
no contenciosos
Dentro del fuero se distingue el fuero mayor y el fuero menor.
Las diferencias entre uno y otro están dadas:
A) Por las personas que gozan de uno y otro fuero.
B) Por el tribunal llamado a conocer del asunto en uno y otro caso.
C) Por los asuntos que quedan comprendidos en uno y otro fuero.
A) Personas que gozan de uno u otro: En cuanto a las personas que gozan de Fuero Menor, las enumera el artículo
45 N° 2° letra g) del COT:
1) Comandantes en Jefe del Ejército, de la Armada y de la Fuerza Aérea,
2) El General Director de Carabineros
3) Los Ministros de la Corte Suprema o de alguna Corte de Apelaciones
4) Los Fiscales de estos tribunales
5) Los jueces letrados
6) Los párrocos y vicepárrocos
7) Los cónsules generales, cónsules o vicecónsules de las naciones extranjeras reconocidas por el Presidente de la República
B) Por Tribunal llamado a conocer del asunto: De las causas en que sean parte o tengan interés las personas que
gozan de fuero menor, conocerá un juez de letras, en primera instancia.
De los asuntos en que sean parte o tengan interés las personas que gozan de fuero mayor, conocerá un Ministro de
la Corte de Apelaciones respectiva que corresponda, según el turno que ella fije, en primera instancia.
C) Asuntos que quedan comprendidos en uno u otro fuero: El fuero menor comprende tan sólo las causas civiles y
de comercio.
En el caso del fuero mayor, el art. 50 N° 2° del COT, habla sólo de causas civiles, pero esta expresión ha de
entenderse en sentido amplio y, por ende, comprensiva también de las causas de comercio, porque de lo contrario resultaría
un absurdo que en cuantías inferiores se entregue el conocimiento de dichos asuntos a un juez de letras, el que seguiría
8
teniendo en asuntos de cuantía mayor, a diferencia de las materias civiles propiamente tales donde el conocimiento de los
asuntos de cuantía mayor se entrega a un Ministro de Corte de Apelaciones.
Cabe hacer presente que en las causas que aún siguen pendiente bajo el imperio de antiguo sistema de
procedimiento penal, esto es, el regulado por el Código de Procedimiento Penal, el fuero aún tiene importancia. Sin
embargo, en el nuevo proceso penal, esto es, en el regido por el Código Procesal Penal que en nuestra Octava Región comenzó a operar el
16 de diciembre de 2003, el fuero en materia penal no existe, razón por la cual todas las personas, cualesquiera sea el cargo que
desempeñen o la dignidad de que se encuentren investidas, están sujetas a la misma normativa.
Interactuación entre personas que tienen fuero con otras que no lo tienen:
Esto dice relación si en un mismo juicio intervienen personas con fuero y otras que no lo tienen.
En materia civil no hay norma expresa que resuelva el problema, pero si aplicamos el principio de que en caso de
conflicto de competencia prima la del tribunal de mayor jerarquía, se concluye que siempre será competente aquel que deba
conocer del juicio en razón del fuero.
En materia penal, el antiguo art. 168 del COT (hoy derogado), establecía que en caso de ser varios los autores de un
delito o de varios delitos conexos y de haber entre ellos individuos aforados y otros que no lo fueren, el tribunal competente
para juzgar al aforado lo era también para juzgar a los demás autores, cómplices y encubridores. No obstante, con motivo de
la entrada en vigencia del Código Procesal Penal, dicha disposición fue derogada por el art. 11 de la ley 19.665, de 9 de
marzo de 2000 (llamada ley adecuatoria), por lo que desapareció el concepto de delito conexo.
Cabe hacer presente, que se mantuvo la norma del art. 169 del COT, pero restringida al caso de ser muchos los
responsables de un delito y ya no de varios delitos conexos como hasta antes de la reforma de la Ley 19.708, de 5 de enero de
2001.- Según este art.: “Si siendo muchos los responsables de un delito, hubiere entre ellos individuos sometidos a los
tribunales militares y otros que no lo estén, el tribunal competente para juzgar a los que gozan de fuero juzgará también a los
demás.”
Este precepto dispone que los “responsables” del delito que gozan de fuero arrastran a los demás. Así, debe
entenderse que la persona aforada arrastra a los demás responsables, sea que el aforado sea responsable en calidad de autor,
cómplice o encubridor del delito de que se trata.
II.- La Materia
El segundo factor determinante de la competencia absoluta es la materia.
La materia, corresponde a la naturaleza del asunto controvertido, es decir, a la naturaleza del negocio sometido a la
decisión del tribunal.
La importancia de este factor radica en que motiva la creación de tribunales civiles para los asuntos civiles y
comerciales; laborales para los asuntos del trabajo; de familia para los asuntos que incumben a dicha institución y a los
menores; o criminales para los asuntos penales.
Pero además dentro de cierta materia, un tema específico puede hacer que el asunto sea conocido por un tribunal
determinado. Por ejemplo: un juicio particional es de naturaleza civil, pero su conocimiento corresponde a un juez árbitro,
porque se trata de una materia de arbitraje forzoso; los juicios de hacienda, que son civiles, pero tienen la particularidad que
en ellos tiene interés el fisco, son conocidos por un Juez de Letras de una comuna asiento de Corte de Apelaciones (art. 48
COT)
La materia como factor de competencia es desplazada por el fuero, pero prevalece sobre la cuantía.
III.- La Cuantía
Corresponde al valor pecuniario de la cosa que es objeto del asunto o negocio sometido a la decisión del tribunal o
el monto de la pena que el delito lleve consigo, según si se trata de asuntos civiles o penales. Se dice que es el valor de lo
disputado o el quantum de la pena que el delito lleva consigo.
El concepto civil del factor cuantía se relaciona con el aspecto económico del negocio sometido a la decisión del tribunal.
En cambio, el concepto penal del factor cuantía dice relación con la mayor o menor gravedad de la sanción impuesta por el
legislador al delito objeto del respectivo proceso penal.
Según el art. 115 del COT: “En los asuntos civiles la cuantía de la materia se determina por el valor de la cosa disputada.”
“En los asuntos criminales se determina por la pena que el delito lleva consigo.”
Puede percibirse entonces, que será más fácil determinar la cuantía en un negocio penal que un negocio civil; siendo diversas
las reglas destinadas a determinar la cuantía en uno y otro caso.
9
En materia civil, hoy en día, habiéndose eliminado la distinción entre justicia de menor y de mayor cuantía,
existiendo simplemente Juzgados de Letras, el factor cuantía sólo tiene importancia para determinar el procedimiento al que
deberá someterse un determinado asunto.
En efecto, atendiendo a la cuantía del asunto el procedimiento aplicable podrá ser:
a) Procedimiento Ordinario de Mayor Cuantía
b) Procedimiento de Menor Cuantía
c) Procedimiento de Mínima Cuantía
Además el factor cuantía es importante en materia civil para determinar si la competencia del tribunal será de única
o de primera instancia, como igualmente para la fijación de las costas.
En materia penal, el factor cuantía tiene importancia, porque atendiendo a la gravedad de los delitos, éstos se
clasifican en crímenes, simples delitos y faltas. Crímenes, son aquellos que tienen asignada por la ley una pena de presidio o
reclusión mayores en su grado mínimo u otra superior, esto es, desde cinco años y un día inclusive hacia arriba. Simples
delitos, los que tienen asignada una pena de presidio o reclusión menor en su grado mínimo hasta presidio o reclusión
menor en su gado máximo, ambas inclusive, esto es, desde 61 días hasta cinco años. Faltas, las que están sancionadas en la
ley con prisión en su grado mínimo a prisión en su grado máximo, esto es, de un día a sesenta días, y también los ilícitos
sancionados sólo con multa. Todo lo expuesto tiene importancia, entre otras cosas, para los efectos del cómputo de los
plazos de prescripción y para el otorgamiento de algún beneficio alternativo al cumplimiento de las penas
10
f) Cuando se demanda el pago de pensiones periódicas, la ley distingue varias situaciones (art. 127 COT):
– Si se trata del derecho a pensiones futuras que no abracen un tiempo determinado, se fijará la cuantía de la materia por
la suma a que ascendieren dichas pensiones en un año.
– Si se trata de pensiones futuras que tienen tiempo determinado, se atenderá al monto de todas ellas.
– Si se tratare del cobro de una cantidad procedente de pensiones periódicas ya devengadas, la determinación se hará
por el monto a que todas ellas ascendieren.
Conforme a lo que se viene diciendo, es claro que el momento determinante de la cuantía en el juicio es aquel de la
interposición de la demanda.
Consecuencias de la afirmación anterior son las siguientes:
– Si el valor de la cosa disputada se aumentare o disminuyere durante la instancia, no sufrirá alteración alguna la
determinación que antes se hubiere hecho con arreglo a la ley (art. 128 COT)
– Tampoco sufrirá la determinación alteración alguna en razón de lo que se deba por intereses o frutos devengados
después de la fecha de la demanda, ni de lo que se deba por costas o daños causados durante el juicio; pero los
intereses, frutos o daños debidos antes de la demanda se agregarán al capital demandado, y se tomarán en cuenta para
determinar la cuantía de la materia (art. 129 COT)
11
Puede también acontecer que la obligación cuya declaración o pago se persiga en juicio aparezca expresada en
moneda extranjera. En este caso, para determinar la cuantía del pleito, podrá acompañar el actor, al tiempo de presentar la
demanda, un certificado expedido por un banco, que exprese en moneda nacional la equivalencia de la moneda extranjera
demandada. Este certificado no podrá ser anterior en más de quince días a la fecha de la presentación de la demanda (art.
116 inc. 2° COT).
b) Si el demandante no acompaña documentos referentes a la cuantía:
Si el demandante no acompaña documentos o, acompañándolos, en ellos no aparece esclarecido el valor de la cosa
disputada, será necesario subdistinguir si la acción es personal o real:
Si la acción entablada fuere personal, se determinará la cuantía de la materia por la apreciación que el demandante
haga en su demanda verbal o escrita (art. 117 COT).
Si la acción entablada fuere real, se estará a la apreciación que las partes hicieren de común acuerdo (art. 118 inc. 1°
COT).
Esta apreciación de común acuerdo por las partes, la ley la presume de derecho, esto es, no permite rendir prueba
en contrario, por el simple hecho de comparecer ante el juez para cualquiera diligencia o trámite del juicio todas las partes
juntas o cada una de ellas separadamente, sin que ninguna haya entablado reclamo por incompetencia nacida del valor de la
cosa disputada (art. 118 inc. 2° COT).
Si no existe la presunción de derecho anteriormente señalada, quiere decir que no está determinado el valor de la
cosa disputada, por lo cual no está aún fijada la competencia del tribunal en relación a la cuantía del negocio. Pues bien, en
este último caso, el juez ante quien se hubiere entablado la demanda nombrará un perito para que avalúe la cosa, y se
reputará por verdadero valor de ella, para el efecto de determinar la cuantía del juicio, el que dicho perito le fijare (art. 119
COT). La apreciación del perito, por tanto, no admite impugnación y se la tendrá de inmediato como definitiva.
Finalmente, si cualquiera de las partes tiene dudas acerca de la cuantía del pleito, y ésta no aparece determinada en
los autos por alguno de los medios antes señalados, podrá hacer las gestiones convenientes para que dicho valor sea fijado
antes de que se pronuncie la sentencia, y aun el tribunal de oficio puede dictar las medidas y órdenes convenientes para el
mismo efecto (art. 120 COT).
IV.- El Territorio
Es el factor exclusivo y único de la competencia relativa y se define como el lugar geográfico donde sucede el evento que la
ley considera para determinar la competencia.
La ley, para satisfacer los anhelos de justicia ha creado tribunales en distintos puntos de territorio nacional y
distribuye en ellos la jurisdicción. Por ello cuando se habla de la competencia relativa se le denomina también “competencia
horizontal”, mientras que a la competencia absoluta se le llama también “competencia vertical”.
El elemento territorio es el que permite determinar, una vez señalada la jerarquía del tribunal que debe intervenir en el
conocimiento de un negocio judicial, qué tribunal preciso dentro de esa jerarquía es el llamado a conocer de él.
Las reglas de competencia relativa, por consiguiente, se aplican posteriormente a las de la competencia absoluta.
Para estudiar con precisión las reglas de competencia relativa es previo determinar la naturaleza de los negocios o asuntos en
que dichas reglas van a aplicarse, y así hay que distinguir:
12
Las reglas “especiales” en cuestión son las siguientes:
En primer lugar, es competente el juez del lugar que las partes hayan establecido en la correspondiente convención.
(arts. 135 y 138 del COT)
Si las partes nada han estipulado al respecto es preciso atender a la naturaleza de la acción, por lo que es preciso
distinguir si la acción entablada es mueble o inmueble.
a) Si la acción es mueble:
Es competente el juez del domicilio del demandado (art. 138 inc. 2° COT).
Si el demandado tuviere su domicilio en dos o más lugares, podrá el demandante entablar su acción ante el juez de
cualquiera de ellos (art. 140 COT)
Si los demandados fueren dos o más y cada uno de ellos tuviere su domicilio en diferente lugar, podrá el
demandante entablar su acción ante el juez de cualquier lugar donde esté domiciliado uno de los demandados, y en tal caso
quedarán los demás sujetos a la jurisdicción del mismo juez (art. 141 COT)
Según el art. 142 COT, cuando el demandado fuere una persona jurídica se reputará por domicilio, para el objeto de
fijar la competencia del juez, el lugar donde tenga su asiento la respectiva corporación o fundación. Pero si la persona
jurídica demandada tuviere establecimientos, comisiones u oficinas que la representen en diversos lugares, como sucede con
las sociedades comerciales, deberá ser demandada ante el juez del lugar donde exista el establecimiento, comisión u oficina
que celebró el contrato o que intervino en el hecho que da origen al juicio.
b) Si la acción es inmueble:
Desde el momento en que, en conformidad al art. 580 del Código Civil, los derechos y acciones se reputan muebles
o inmuebles según sea la cosa en que han de ejercerse o que se deba, quiere decir que acción inmueble será aquella en que se
haga valer un derecho que recaiga sobre un inmueble o mediante la cual se pretenda la entrega de un inmueble.
El art. 135 del COT, establece quesi la acción entablada es inmueble, serán competentes para conocer del juicio, a
elección del demandante:
– El juez del lugar del lugar donde debe cumplirse la obligación. Si una misma demanda comprendiere obligaciones
que deban cumplirse en diversos territorios jurisdiccionales, será competente para conocer del juicio el juez del lugar
en que se reclame el cumplimiento de cualquiera de ellas (art. 139 del COT).
– El del lugar donde se contrajo la obligación.
– El del lugar donde se encontrare la especie reclamada
Ahora bien, si el inmueble o inmuebles que son objeto de la acción estuvieren situados en distintos territorios
jurisdiccionales, será competente cualquiera de los jueces en cuya comuna o agrupación de comunas estuvieren
situados. (art. 135 del COT).
Por último, conforme al art. 137 del COT: “Si una misma acción tuviere por objeto reclamar cosas muebles e inmuebles, será
juez competente el del lugar en que estuvieren situados los inmuebles.”
“Esta regla es aplicable a los casos en que se entablen conjuntamente dos o más acciones, con tal que una de ellas
por lo menos sea inmueble.”
No obstante, además de las reglas indicadas, existen otras normas especiales de competencia relativa que priman sobre ellas:
1) Es competente para conocer de los interdictos posesorios el juez de letras del territorio jurisdiccional en que
estuvieren situados los bienes a que se refieren. Si ellos, por su situación, pertenecieren a varios territorios
jurisdiccionales, será competente el juez de cualquiera de éstos (art. 143 COT).
2) Será juez competente para conocer de los juicios de distribución de aguas el de la comuna o agrupación de
comunas en que se encuentra el predio del demandado. Si el predio estuviere ubicado en comunas o agrupaciones de
comunas cuyo territorio correspondiere a distintos juzgados, será competente el de cualquiera de ellos (art. 144 COT).
3) Conocerá de todos los asuntos a que se refiere el Código de Minas, el juez letrado que tenga jurisdicción en la
comuna o agrupación de comunas en que esté ubicada la pertenencia. Lo cual se entiende sin perjuicio de las
disposiciones especiales que se establecen en el mismo Código de Minas, en el COT y en el CPC (art. 146 COT).
4) Será juez competente para conocer de las demandas sobre alimentos el del domicilio del alimentante o alimentario,
a elección de este último. Esta regla también se aplicará a la demanda de aumento de pensiones alimenticias ya
decretadas (art. 147 inc. 1° COT). De las demandas de cese o rebaja de la pensión ya decretada, conocerá el juez del
domicilio del alimentario (inc. 2° art. 147 COT).
5) Será juez competente para conocer de las acciones de filiación del CC, el del domicilio del demandado o
demandante, a elección de este último (art. 147 inc. final COT).
13
6) Será juez competente para conocer del juicio de petición de herencia, del de desheredamiento y del de validez o
nulidad de disposiciones testamentarias, el del lugar donde se hubiere abierto la sucesión del difunto con arreglo a lo
dispuesto por el art. 955 del Código Civil (art. 148 COT).
7) Será juez competente en materia de quiebras, cesiones de bienes y convenios entre deudor y acreedores el del lugar
en que el fallido o deudor tuviere su domicilio (art. 154 COT).
14
Los comprendidos en los tratados celebrados con otras potencias.
Los sancionados por el Título I del Decreto No. 5 839, de 30 de septiembre de 1948, que fijó el texto definitivo de la Ley
de Defensa Permanente de la Democracia, cometidos por chilenos o por extranjeros al servicio de la República.
Los sancionados en los arts. 366quinquies, 367 y 367 bis N° 1, del Cód. Penal, cuando pusieren en peligro o lesionaren la
indemnidad o la libertad sexual de algún chileno o fueren cometidos por un chileno o por una persona que tuviere
residencia habitual en Chile; y el contemplado en el art. 374 bis, inc. primero, del mismo cuerpo legal, cuando el material
pornográfico objeto de la conducta hubiere sido elaborado utilizando chilenos menores de dieciocho años.
El reformado art. 167 del COT, señala que son los Juzgados de Garantía y Tribunales Orales en lo Penal de la
jurisdicción de la Corte de Apelaciones de Santiago, los competentes para intervenir en el conocimiento de los delitos
perpetrados fuera del territorio nacional, según el turno que dicha corte fije a través de un auto acordado.
15
b) Ese mismo tribunal conocerá también todas las restantes acciones que la víctima deduzca respecto del imputado
para perseguir las responsabilidades civiles derivadas del hecho punible, y que no se interpongan en sede civil (art. 171 inc.
2° COT, en relación con el art. 59 CPP). La víctima, entonces, puede también ejercer esas acciones civiles ante el tribunal civil
correspondiente.
Sin embargo, admitida a tramitación la demanda civil en el procedimiento penal, no se podrá deducir nuevamente
ante un tribunal civil (art. 59 del CPP).
c) Las otras acciones civiles encaminadas a obtener la reparación de las consecuencias civiles del hecho punible que
interpusieren personas distintas de la víctima, o se dirigieren contra personas diferentes del imputado, sólo podrán
interponerse ante el tribunal civil que fuere competente conforme a las reglas generales (art. 171 inc. 3° Cot y 59 inc. 3° CPP).
16
En este caso es preciso distinguir según se trate de asuntos civiles contenciosos y no contenciosos.
Art. 176. En los lugares de asiento de Corte en que hubiere más de un juez de letras en lo civil, deberá presentarse a la Corte toda
demanda o gestión judicial que se iniciare y que deba conocer alguno de dichos jueces, a fin de que se designe el juez a quien corresponda
su conocimiento.
Esta designación se hará electrónicamente por orden del presidente del tribunal, asignando a cada causa un número de orden,
según su naturaleza.
Sin embargo, esta regla de distribución de causas tiene las siguientes excepciones:
No se aplica a los juzgados de garantía y de juicio oral en lo penal.
No se aplica al caso en que el procedimiento se hubiere indiciado por medidas prejudiciales, medidas preparatorias
de la vía ejecutiva o notificación de desposeimiento (art. 178 COT).
No se aplica a todas las gestiones que se susciten con motivo de un juicio ya iniciado (art. 178 COT).
No se aplica a aquellas gestiones a que dé lugar el cumplimiento de una sentencia, fuera del caso previsto en la
parte final del artículo 114 (art. 178 COT)..
No se aplica al ejercicio de las facultades que corresponden a los jueces para el conocimiento de los asuntos que
tienen por objeto dar cumplimiento a resoluciones o decretos de otros juzgados o tribunales (art. 179 COT). La
jurisdicción en estos casos será ejercida por el juez letrado de turno, a menos que se trate de negocios derivados del
conocimiento que otro juzgado tuviere de un determinado asunto, en cuyo caso la jurisdicción podrá también ser
ejercida por este. En el territorio jurisdiccional de la Corte de Apelaciones de Santiago el turno para el conocimiento
de estos asuntos y demás que leyes especiales dispongan será ejercido simultáneamente por cinco jueces letrados en
la forma establecida en el inciso segundo del artículo 175.
La Prórroga de Competencia
La prórroga de competencia es el acto por el cual las partes litigantes le otorgan competencia a un tribunal para
conocer de un determinado asunto judicial en circunstancias de que naturalmente no la tiene.
Según el art. 181 COT: “Un tribunal que no es naturalmente competente para conocer de un determinado asunto, puede
llegar a serlo si para ello las partes, expresa o tácitamente, convienen en prorrogarle la competencia para este negocio.”
Lo que se prorroga es la competencia; porque la jurisdicción es improrrogable.
Todo tribunal tiene jurisdicción, pero no competencia; de modo tal que lo que las partes le otorgan, expresa o tácitamente, no
puede ser otra cosa que la competencia de la cual se halla privado para conocer de un determinado asunto judicial.
17
La prórroga de competencia es una facultad de las partes y no del tribunal, de ahí que el tribunal relativamente
incompetente no pueda negarse a aceptarla. Rige aquí en su integridad el principio de la inexcusabilidad.
Capacidad para prorrogar la competencia: Pueden prorrogar competencia todas las personas que según la ley son hábiles
para estar en juicio por sí mismas, y por las que no lo son, pueden prorrogarla sus representantes legales (artículo 184 COT)
2) Que se trate de un asunto contencioso civil: Este requisito fluye del art. 182 del COT, conforme el cual la prórroga de
competencia sólo procede respecto de negocios contenciosos civiles. Debe existir, por tanto, un juicio o contienda, esto es,
una controversia de orden jurídico civil y actual sometida a la decisión de un tribunal. En consecuencia, la prórroga de
competencia no puede producirse ni en los negocios de jurisdicción voluntaria ni en los asuntos de orden penal.
De este modo, las normas de competencia relativa en materia de jurisdicción voluntaria y en los negocios penales,
han sido establecidas por razones de orden público, lo mismo que las normas de competencia absoluta; por lo cual son
irrenunciables por las partes y el tribunal puede declarar de oficio, en cualquier estado del asunto voluntario o del juicio
penal su incompetencia en razón de territorio.
3) Debe tratarse de la primera instancia: Así lo establece expresamente el art. 182 del COT: “La prórroga de competencia sólo
procede en primera instancia, entre tribunales ordinarios de igual jerarquía y respecto de negocios contenciosos civiles.
4) Debe tratarse de tribunales ordinarios de igual jerarquía: También lo señala expresamente el citado art. 182. Debe,
entonces, tratarse de tribunales ordinarios y deben ser de la misma jerarquía, es decir, deben ser competentes absolutamente,
esto es, a la luz de los factores fuero, materia y cuantía.
18
El tribunal al que se pretende prorrogarle competencia debe únicamente ser incompetente en razón del factor
territorio, pues si se quisiera prorrogar competencia a un tribunal incompetente en razón del fuero, de la materia o de la
cuantía, quiere decir que se autorizaría la prórroga de la competencia absoluta, lo cual se encuentra prohibido.
a) Cuestiones de competencia: Cuestión de competencia es aquella incidencia formulada por las partes acerca de la
falta de atribuciones del tribunal requerido para conocer de un asunto determinado.
El incidente sobre cuestión de competencia puede referirse a la incompetencia absoluta del tribunal, en cuyo caso lo
promueve la parte ante el mismo tribunal que conoce del negocio, sea por la vía de la nulidad procesal, sea por la vía de un
recurso, empero sin perjuicio de la facultad de declararse la incompetencia de oficio por el mismo tribunal.
Si el incidente es de incompetencia relativa, debe alegarse por medio de una excepción dilatoria, antes de hacer
cualquier gestión en el juicio, para evitar la prórroga de la competencia.
Según el art. 193 del COT, las cuestiones de competencia se regirán por las reglas que señalen al efecto los Códigos
de Procedimiento y demás disposiciones legales. A su turno, el Código de Procedimiento Civil regla estas cuestiones de
competencia en los artículos 101 a 112.-
El CPC, establece dos caminos o vías para formular una cuestión de competencia:
a) La vía inhibitoria, y
b) La vía declinatoria
Acorde al art. 101 del CPC: “Podrán las partes promover cuestiones de competencia por inhibitoria o por declinatoria.”
“Las que hayan optado por uno de estos medios, no podrán después abandonarlo para recurrir al otro. Tampoco
podrán emplearse los dos simultánea ni sucesivamente.”
La cuestión de competencia por vía inhibitoria es aquella que se intenta ante el tribunal a quien se cree competente,
pidiéndole que se dirija al que está conociendo del negocio para que se inhiba y le remita los autos.
Se refiere a este instituto el art. 102 del CPC: “La inhibitoria se intentará ante el tribunal a quien se crea competente,
pidiéndole que se dirija al que esté conociendo del negocio para que se inhiba y le remita los autos.”
19
La cuestión de competencia por declinatoria, en cambio, se plantea ante el tribunal a quien se cree incompetente
para conocer un negocio que le está sometido, indicándole cual es el que se estima competente y pidiéndole que se abstenga
de dicho conocimiento.
Se refiere a esto el art. 111 del CPC: “La declinatoria se propondrá ante el tribunal a quien se cree incompetente para
conocer de un negocio que le esté sometido, indicándole cuál es el que se estima competente y pidiéndole se abstenga de
dicho conocimiento. Su tramitación se sujetará a las reglas establecidas para los incidentes.”
Un estudio más profundizado de estos incidentes, se efectuará al tratar de los denominados “incidentes especiales”.
b) Contiendas de competencia: Las contiendas de competencia son conflictos que se suscitan entre dos o más
tribunales cuando todos ellos estiman que tienen competencia para conocer de un determinado asunto judicial o que
ninguno de ellos la tiene.
La contienda de competencia puede originarse al declarar de oficio un tribunal su incompetencia para conocer de
un tribunal en el cual se ha requerido su intervención.
También puede originarse cuando las partes formulan una cuestión de competencia, y los tribunales cuya
competencia se ha puesto en duda se estiman todos igualmente competentes, o bien, estiman todos que son incompetentes.
3) Contiendas entre tribunales de justicia y autoridades políticas o administrativas: Para determinar quién es llamado a
dirimir las contiendas entre tribunales de justicia y autoridades políticas o administrativas es preciso distinguir:
20
Si se produce entre estas autoridades y los tribunales inferiores, resolverá la Corte Suprema (art. 191 inc. final COT).
Si se produce entre dichas autoridades y los tribunales superiores de justicia, corresponde resolver la contienda al Senado
(art.53 N° 3 Constitución Política de la República).
4) Contiendas entre tribunales arbitrales: Para resolver las contiendas entre tribunales arbitrales se aplican las mismas reglas
que para los tribunales ordinarios y para tales efectos los jueces árbitros de primera, de segunda o de única instancia tendrán
por superior, para los efectos de este artículo, a la respectiva Corte de Apelaciones (art. 190 inc. final COT).
5) Contiendas entre un tribunal arbitral y uno ordinario o uno especial: Para resolver las contiendas entre un tribunal
arbitral y uno ordinario, se aplica la misma regla que tratándose de conflictos entre tribunales ordinarios (art. 190 inc. final
COT).
En cuanto a la forma de resolver de las contiendas entre un tribunal arbitral y un tribunal especial, la ley nada dice.
La opinión mayoritaria estima que corresponde resolver a la Corte Suprema, toda vez que el tribunal arbitral se asimila a un
tribunal ordinario para estos efectos. -
21