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República Bolivariana de Venezuela

Instituto Universitario Politécnico


“Santiago Mariño”
Escuela de Arquitectura
Extensión Barinas

ARQUITECTURA RENACENTISTA
EN ESPAÑA

Estudiantes:
-Barazarte Jesús
C.I: 27.881.492
Sem. V
Sección A6

Barinas, enero de 2019


Arquitectura renacentista en España

La Arquitectura renacentista aparece en España cuando el denominado estilo


Reyes Católicos, todavía goticista, comienza a enriquecerse a finales del siglo XV
con motivos decorativos llegados de Italia, dando paso a una nueva tendencia
donde predominará el gusto por lo clásico y lo estético sobre el sentimiento
religioso. Con la exaltación de la personalidad surgen fuertes individualidades que
mostrarían su señorío a través del mecenazgo, que crearían a su costa palacios y
fundaciones benéficas donde mostrar su poder y su cultura humanista.
El Renacimiento ocupa prácticamente todo el siglo XVI y se extiende por España
con desigual intensidad. Ciudades como Salamanca, Sevilla, Alcalá de
Henares o Úbeda revisten su fisonomía urbana con un lenguaje estético nuevo,
elegante y culto, generalmente asociado a poderosos mecenas procedentes de
entidades religiosas o nobiliarias.
La arquitectura renacentista va evolucionando desde un primer abigarrado mundo
decorativo del Plateresco hasta la extrema sobriedad del Clasicismo puro,
llegando a amanerarse luego en sus formas dando lugar al
denominado Manierismo. Estos movimientos artísticos no se entienden en realidad
como estilos arquitectónicos en sí, sino como manifestaciones distintas del mismo
Renacimiento, pues los tres toman como base las formas clásicas inspiradas en
las culturas griega y romana.
Entre sus autores existen reconocidos arquitectos de indudable calidad, entre los
que se pueden citar a Enrique Egas, Rodrigo Gil de Hontañón, Juan de
Álava, Diego de Siloé, Andrés de Vandelvira, Hernán Ruiz II el Joven, y como
figura especial a Juan de Herrera.
Etapas del renacimiento en España

1ª etapa: Estilo plateresco


El desarrollo del Renacimiento se produjo principalmente por arquitectos locales.
De esta manera, se creó una corriente puramente española del estilo, que se vio
influida por la arquitectura del sur de Italia (dominios de la Corona de Aragónen
esa época). Este estilo español llamado plateresco, combinaba las nuevas ideas
italianas con la tradición gótica española, así como la idiosincrasia local. El
nombre proviene de las extremadamente decoradas fachadas de estos edificios,
que se asimilaban al intrincado y detallista trabajo de los plateros. En estos años
sobresalen los arquitectos Enrique Egas y Juan de Álava.

El Palacio de Santa Cruz de Valladolid (1486-1491) fue el primer edificio


renacentista construido en España.

2ª etapa: Purismo
Con el paso de las décadas, la influencia del Gótico fue disminuyendo lentamente,
llegándose a alcanzar un estilo más depurado y ortodoxo, desde el punto de vista
del Renacimiento. El purismo se caracteriza por una mayor austeridad decorativa,
que se limita a algunos elementos concretos, generalmente de inspiración clásica.
Hay un cierto cansancio de la exuberancia decorativa a mitad del siglo XVI y se
imponen los edificios de aspecto más sereno, armónico y equilibrado. Algunos
arquitectos consiguen reciclar su producción tardo-gótica para iniciarse en este
nuevo estilo: tal es el caso, por ejemplo, de Alonso de Covarrubias, Rodrigo Gil de
Hontañón y Pedro de Ibarra. El centro de la producción renacentista se localizó
en Andalucía con Diego de Siloé (fachada de la Catedral de Granada y la Sacra
Capilla del Salvador de Úbeda); Pedro Machuca (Palacio de Carlos
V en Granada), el arquitecto más decididamente clásico; Andrés de
Vandelvira (Catedral de Jaén y de Baeza) y Diego de Riaño (Ayuntamiento de
Sevilla).
Catedral de la Asunción de Jaén, de Andrés de Vandelvira, entre otros.

3ª etapa: Estilo herreriano


A mitad del siglo XVI, la iniciación del Monasterio de San Lorenzo del Escorial
como símbolo del poder de Felipe II de España por Juan Bautista de
Toledo(fallecido en 1567) y Juan de Herrera supuso la aparición de un nuevo
estilo, que se caracteriza por el predominio de los elementos constructivos, la
ausencia decorativa, las líneas rectas y los volúmenes cúbicos. Significa además
la introducción de los postulados manieristas provenientes de Italia, aunque con la
sobriedad castellana. Este estilo bautizado posteriormente como estilo
herreriano en honor de la figura indiscutible de Juan de Herrera, dominó la
arquitectura española durante casi un siglo, y entre sus seguidores se encuentran
figuras tan relevantes como Francisco de Mora, Juan Gómez de Mora o el
portugués Juan Gómez de Trasmonte establecido en México donde alcanzó a ser
maestro mayor de su catedral ya en el siglo XVII.
En todos los casos, los conceptos de la arquitectura y urbanismo de España en el
Renacimiento, fueron llevados a las colonias de América, dónde encontró campo
fértil para su difusión dada la urbanización extensiva que se dio a lo largo de tres
siglos y que recibió, también, a estilos posteriores como el Barroco y
el Neoclásico.

Patio de los Reyes y fachada de la Basílica del Monasterio de El Escorial,


de Herrera.
Ejemplos de la arquitectura renacentista en España

El Hospital Real de Santiago de Compostela es fundación de los Reyes


Católicos y obra de Enrique Egas, que se inicia en 1501 y se acaba en 1511. De
planta cruciforme, destaca su exuberante portada a modo de retablo, con
hornacinas e imaginería, de 1518.

La Casa de las Conchas de Salamanca es una muestra del deseo de ostentación


de la nobleza. Obra de hacia 1512 para el doctor Talavera Maldonado, canciller de
la Orden de Santiago, aún combina elementos goticistas con la nueva
ornamentación renacentista de los antepechos de ventanas, dintel de la puerta de
entrada o cresterías del patio.

En la Catedral de Burgos, a principios del siglo XVI aparecen las primeras


portadas platerescas, con esquemas que responden en general a un arco sobre
pilastras, a veces enmarcado por un orden de columnas, con pedestales y
rematado por un edículo o cuerpo semicircular. Las variantes son muchas, en
obras como la portada de la Capilla del Condestable o la de La Pellejería, obras de
Francisco de Colonia, de 1512 y 1516, respectivamente. De gran importancia son
también la Escalera Dorada (1519-23), obra de Diego de Siloé, y los sepulcros
labrados por Juan de Vallejo.

La Universidad de Salamanca culmina su fachada plateresca en 1533. Se le ha


denominado fachada inconexa, pues no responde su estructura arquitectónica con
el resto del edificio. Es una obra puramente decorativa desarrollada como un
enorme tapiz, realizada con un virtuosismo plástico difícilmente superable.
Elementos como grutescos, heráldica o medallones, se suceden en una exquisita
composición.
Portada de la portada plateresca de la Universidad de Salamanca.

La Iglesia de San Esteban en Salamanca, correspondiente al convento del mismo


nombre, fue en parte promovido por fray Juan Álvarez de Toledo, obispo de
Córdoba, hijo del duque de Alba. A los pies del templo se levanta su magnífica
fachada plateresca, obra de Juan de Álava que se prolongaría a lo largo del siglo
XVI.

Portada plateresca de la Colegiata de Torrijos.

El Hostal de San Marcos de León se comienza a principios del XVI bajo el


patrocinio de Fernando el Católico. Sus trazas se deben a Pedro de Larrea,
realizándose en ese siglo la fachada, por Martín de Villarreal, y el claustro y la
bella sacristía (1549) bajo la dirección de Juan de Badajoz.
El Hospital de Tavera o de San Juan Bautista de Toledo, es fundación de la
voluntad de mecenas del cardenal Tavera. Trazado por Alonso de Covarrubias, se
inició en 1451. Organizado alrededor de dos patios unidos por galería de arcos
intermedia, su fachada de tintes florentinos con huecos rodeados por recios
sillares almohadillados le dan monumentalidad y sobriedad al edificio.

La Universidad de Alcalá de Henares levanta su espléndida fachada renacentista


entre 1541 y 1553, según las trazas de Rodrigo Gil de Hontañón. A la manera de
colosal retablo en piedra, sus cuerpos verticales se organizan y articulan mediante
columnas y pilastras, marcando un espléndido cuerpo central presidido por un
gran escudo imperial con el águila bicéfala y el busto del Padre Eterno.

Fachada de la Universidad de Alcalá de Henares, obra deRodrigo Gil de


Hontañón, de 1553.

El Convento de San Benito de Alcántara, lo erige la Orden militar que da nombre a


esta localidad. Tiene estructura de palacio con dos fachadas donde repite el
esquema de galerías porticadas de tres pisos en arcos de medio punto sobre
columnas en los primeros y adintelado el superior; en sus extremos se elevan
sendas torrtas cilíndricas donde figuran escudos de Carlos V.

El Palacio del marqués de la Conquista, de Trujillo, es obra tardía (primer tercio


del siglo XVII), pero responde plenamente al Plateresco, tanto en su estructura
como en su decoración. Mandado levantar por Juan Fernando Pizarro y Manrique,
bisnieto del conquistador de Perú, destaca su ventana esquinada entre columnas
abalaustradas y su fastuosa decoración superior.

La Catedral de Murcia se suma al movimiento renacentista con elementos


importantes como son la Portada de las Cadenas, labrada hacia 1515. Su
portentosa torre la comienza Jacobo Florentín, en 1521, realizando el primer
cuerpo donde incluye decoración de muy depurado estilo italiano. El segundo
cuerpo es obra de Jerónimo Quijano, realizado hacia el año 1560.

La Torre del Reloj o del Tardón, en Alcaraz, es obra de Andrés de


Vandelvira realizada entre 1555 y 1574. De planta hexagonal irregular, está
profusamente decorada con elementos renacentistas. Frente a ella, la Torre de la
Trinidad, iniciada en 1544, presenta en su cuerpo superior un campanario y una
crestería similar a la del Reloj.

El Palacio de Carlos V de Granada lo manda edificar el emperador Carlos V,


siendo diseñado por Pedro Machuca. Comenzado en 1527, el edificio de dos
plantas de altura y líneas muy puras y clásicas, se organiza de forma magistral
según una planta cuadrada en cuyo interior incluye un patio de sección circular.

Patio del Palacio de Carlos V de Granada.

La Catedral de Sevilla convierte su viejo alminar almohade en un grandioso


campanario cristiano, para lo cual en 1558 el Cabildo acuerda la construcción
sobre ella de un importante cuerpo de campanas a Hernán Ruiz II El Joven, quien
con gran pericia levanta una magnífica obra renacentista de cuatro cuerpos y más
de treinta metros de altura, la popular Giralda, que se concluye en 1568.

La Catedral de Jaén la encarga el Cabildo a Andrés de Vandelvira mediante


concurso de 1548. De planta rectangular, es una espléndida iglesia de salón de
tres naves cubiertas por bóvedas vaídas. Destacan las piezas emblemáticas de la
Sacristía y la Sala Capitular, obras acabadas en 1577 y realizadas dentro del más
estricto purismo clásico.
Interior de la Catedral de Jaén, obra de Andrés de Vandelvira de hacia mitad del
siglo XVI.

El Monasterio de El Escorial lo funda Felipe II para que sirva como monasterio,


palacio real y panteón familiar. Comenzado por Juan Bautista en 1563 y
continuado tras su muerte por Juan de Herrera, constituye la obra de mayor
empeño de la construcción civil española y una de las obras maestras de nuestra
arquitectura, donde se concretan los más brillantes conceptos del Renacimiento.
Sin concesión a la decoración gratuita, sus volúmenes rotundos y sus formas
puras representan el cenit del clasicismo en nuestro país.

Monasterio de El Escorial. Obra de Juan de Herrera de segunda mitad del siglo


XVI.

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