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Materia: Antropología
Docente Carlos Makler
Parcial Domiciliario
Estudiantes:
Fuentes Candia Erika, Fuentes Fabián, Kalika Marcos
Junio 2019
Consigna:
1) A partir de la lectura del libro Los argonautas del Pacífico occidental, de
Bronislaw Malinowski, consideren:
a. ¿En qué corriente del pensamiento antropológico se lo puede encuadrar?
Exponga los lineamientos fundamentales de dicha corriente.
b. La investigación de Malinowski en Los argonautas...¿es de carácter
etnográfico o etnológico? Justifiquen y fundamenten su respuesta.
c. ¿Cuáles son los procedimientos seguidos por el autor para relevar el
material etnográfico?
d. ¿Cuáles son las características del trabajo de campo y las mejores
condiciones para llevarlo a cabo?
e. El abordaje articulado que propone Malinowski acerca de La estructura
tribal y la anatomía de su cultura, La observación de la vida indígena
(incluyendo los imponderables de la vida diaria) y Las concepciones,
opiniones y formas de expresión.
Desarrollo
C. Los procedimientos llevados por el autor para que fuera un trabajo etnográfico
correcto fueron como se mencionó anteriormente la observación directa, exposiciones e
interpretaciones. También creó un sumario para que se pueda estimar con precisión el nivel de
trato personal que tuvo con los hechos que describe y así darse una idea en qué condiciones
obtuvo la información de los indígenas.
Fue su propio cronista e historiador, además, en el momento de escribir la última
versión de sus resultados tuvo en cuenta un breve bosquejo de las tribulaciones tal como las
vivió para ser más esclarecedor.
D. Según Malinowski para realizar trabajo de campo hay que recoger datos concretos
pero además realizar una aplicación paciente y sistemática de cierto número de reglas de
sentido común y procesos científicos demostrados. Estos principios se agrupan en tres: quien
estudia debe albergar propósitos estrictamente científicos y conocer las normas de la etnografía
moderna. En segundo lugar es la ubicación ideal en donde se va a vivir, o sea, no estar rodeado
de personas afines a uno, sino directamente convivir con sociedad que se va a investigar. En
tercer lugar se debe utilizar cierto número de métodos precisos, en orden a recoger, manejar y
establecer sus pruebas.
E. Malinowski aborda la estructura tribal y la anatomía de su cultura teniendo en cuenta
que el etnógrafo debe destacar las reglas y normas de la vida en la tribu. Debe reconstruir toda
la anatomía de su cultura y describir la estructura de la sociedad. Al no existir un código escrito,
lo difícil se encuentra en que la decodificación debe ser a través de las acciones de las mismas
personas.
La solución es siempre recolectar datos concretos de pruebas testimoniales y forjar las
deducciones y generalizaciones. A veces cuando uno proviene de una realidad diferente,
sumado a la dificultad del lenguaje, no se pueden realizar preguntas abstractas, sino que deben
ser tratadas a través de casos concretos. Estos casos ayudan a comprender los diferentes
problemas que pueden existir en la sociedad estudiada.
También, es importante la comparación de datos para entender en un futuro si fueron bien
abordados. Es necesario, en lo posible, agotar la totalidad de los casos disponibles y mientras
más casos a investigar se obtengan, es mejor, porque así se podrá llegar a análisis finales
exitosos.
Es importante verter las información en gráficos o cuadros sinópticos, pues sirven para
ilustrar también de forma concreta lo estudiado siendo de fundamental importancia para las
propias pruebas del etnógrafo.
Con respecto a la vida indígena Malinowski destaca que es importante abordarla con la
mayor cantidad de detalles posibles en la descripción y lo cual se logra a través de la
convivencia diaria con ellos. Es relevante enriquecer el estudio observando sus costumbres.
Viviendo en el poblado sin otra ocupación que no sea observar. Así, se presencian
continuamente rituales que ayudan a la conformación de datos empíricos y concretos.
Malinowski constantemente afirma que todos estos detalles diferencian a un amateur de un
científico y la importancia de realizar estos trabajos minuciosos para que no terminen en
resultados mediocres. Asimismo, explica cómo los comportamientos de los indígenas no son
tan disímiles de los que realizamos en nuestras sociedades occidentalizadas. También, destaca
que observar el comportamiento es un hecho relevante para tener muy en cuenta y sería un gran
descuido que un científico no lo hiciese. Por eso asegura que en el método práctico de
observación y recopilación de estos imponderables de la vida real y del comportamiento en el
campo de trabajo, la ecuación personal del observador interviene con mucho más peso que en
la recolección de datos etnográficos cristalizados.
El autor comenta que un diario etnográfico, llevado a cabo de forma sistemática a lo
largo del trabajo es un instrumento ideal, ya que se puede recopilar datos de forma precisa. A
su vez, explica que también es mejor dejar de lado las anotaciones e involucrarse en primera
persona participando de las actividades que la sociedad estudiada está realizando en ese
momento, para poder vivenciar y experimentar.
Finalmente, con respecto a las concepciones, opiniones y formas de expresión,
Malinowski dice que hay que tener en cuenta la mentalidad: las concepciones, las opiniones y
la forma de expresarse del indígena, pues son de fundamental importancia ya que es lo que le
dan la interpretación de cómo ellos piensan y actúan.
Estas ideas, sentimientos y móviles son parte de la cultura impregnada en ellos y por lo
tanto únicas de esa sociedad. En consecuencia, se debe hacer el esfuerzo por recogerlos y
estudiarlos. Por eso es que Malinowski afirma que hay que descubrir las formas típicas de
pensar y sentir que corresponden a las instituciones y a la cultura de la comunidad y formular
los resultados de la forma más convincente.
Partiendo de la premisa que se sabe que los sarcófagos son de origen egipcio, desde la
Antropología sociocultural se podría comenzar con el análisis etnológico de documentos
referidos a las culturas antiguas contemporáneas a los egipcios y así conocer cómo se
organizaban entonces las sociedades en general, y los egipcios en particular, A través de la
interpretación de ciertos inventarios ya producidos anteriormente, tendríamos la posibilidad
de contrastar similitudes y diferencias, que nos sirvan para determinar la datación histórica
de los mismos. A su vez, valiéndonos del método comparativo, se puede estimar a qué grupo
social pertenecían los sarcófagos. Si observamos el material con el que fueron
confeccionados, se sabría qué materiales tenían disponibles entonces y cómo los trabajaban
según su necesidad.
Desde la Arqueología deberíamos estudiar todos los restos materiales que hacen al
sarcófago, es decir, de qué estaba hecho, qué ajuares lo acompañan si es que tuviéramos
acceso a ellos, algo que nos ayudaría mucho para establecer el status social del cuerpo. Los
elementos personales que allí encontremos, nos van a acercar a la intimidad de la momia, a
saber realmente cuales eran sus gustos, y el valor que le otorgaba a cada uno de sus objetos.
Los artefactos y herramientas que pudieran haber construido, a los cuales les atribuyen
importancia, nos dan la pauta del grado de civilización que habrían alcanzado. Si, además,
dentro del ajuar hubiera restos de animales, granos o semillas, reconoceríamos sus
costumbres alimentarias y sus modos de producción. De la mano de arqueología se podría
también, mediante el estudio de textiles y elementos de alfarería, saber o hipotetizar, si el
grupo al que pertenecía el fallecido, mantenía contacto con otras culturas cercanas, mediante
alguna forma de comercio o intercambio.
Con ayuda de la Antropología biológica, y de su especial interés en la paleoantropología,
examinaríamos cómo influye el medio ambiente en esos cuerpos, si han sido favorecidos o
dañados durante su “almacenamiento”. Mediante el uso de tomógrafos, sabríamos cuál fue
la causa de muerte de ese egipcio, y establecer de algún modo un índice de esperanza de
vida para ese periodo histórico. Las enfermedades o males vividos entonces, nos darán la
pauta de que remedios pudieron haber manejado, si es que, se nutrían de la naturaleza para
sortear alguna problemática en particular. Pero además, la pintura utilizada para pintar los
sarcófagos, nos diría cuáles eran sus recursos tanto a nivel de recursos, como a nivel
artístico.
De la mano de la antropología lingüística, nos acercaríamos de un modo especial a la
sociedad que nos compete, ya que las inscripciones y relieves también nos hablan desde su
lugar. A través de los jeroglíficos, que actualmente ya han sido descifrados en su mayoría,
tendríamos la posibilidad de analizarlos y así podríamos interpretar qué quisieron comunicar
a la hora de confeccionar dichos féretros. Los paisajes y dibujos que estuvieran en los
relieves podrían ser observados para reconstruir medianamente el esquema de esa sociedad,
entender también cómo era el medioambiente en el que vivían ya que mucho de estos
jeroglíficos estaban realizados con flora y fauna de la zona. Podríamos saber cómo se
organizaban en relación al trabajo físico y quienes al trabajo intelectual.
BIBLIOGRAFIA
Lomnitz, L. (1975). Cómo sobreviven los marginados. México, D.F.: Siglo XXI