del cerebro (1º y 2º par), el tronco cerebral (3º, 4º, 5º, 6º, 7º, 8º, 9º, 10º y 12º) y la parte superior de la médula (11º par) El tronco cerebral es una estructura situada en el cráneo, por delante del cerebelo, formada por el diencéfalo, mesencéfalo, protuberancia y bulbo. Por el mismo discurren informaciones de los estratos superiores y de estímulos externos; su integridad es cardinal para la vida y cualquier daño que sufra provoca alteraciones de cuantía. Hay zonas por donde pasan varios nervios que pueden afectarse en conjunto: hendidura esfenoidal (2º, 3º, 4º, 6º y rama oftálmica del 5º); seno cavernoso (2º, 3º, 4º, 5º y 6º); peñasco temporal (5º y 6º); conducto auditivo interno (7º y 8º); agujero rasgado posterior (9º, 10º y 11º); ángulo ponto cerebeloso (5º, 7º y 8º; en ocasiones también el9º); tumor de la base del cráneo (los 12 pares). Las probables causas capaces de producir lesiones centrales o periféricas son vasculares, infecciosas, inflamatorias, tóxicas, degenerativas, tumorales Primer par. Olfatorio. Lo forman fibras nerviosas ubicadas en las fosas nasales que penetran al cráneo por la lámina cribosa del etmoides llegando al bulbo olfatorio (centro primario de la olfación) situado en las base del cerebro; desde allí parten prolongaciones hasta los centros corticales de la olfación (lóbulos temporal y frontal) Nervio sensorial, tiene a su cargo la olfación o sentido del olfato que capta a través de las células de Schultze de la mucosa nasal. Semiotecnia. Ya en la anamnesis el paciente suele expresar si su percepción de los olores es normal o está alterada. El objetivo del examen físico consiste en comprobar si el paciente es capaz de percibir e identificar sustancias. Para ello, se usarán dos o tres olores familiares para el examinado, agradables y que no sean irritantes de la mucosa (perfume, tabaco, alcohol, café, chocolate, mentol); el paciente debe estar siempre con los ojos cerrados y el examinador evitará producir ruidos orientadores del objeto expuesto Luego de constatar que ambas fosas nasales son permeables, se pide al paciente ocluir una fosa nasal sin hacer presión para no afectar la mucosa; una mala técnica consiste en presionar las fosas. Se coloca la sustancia en estudio lo más cerca posible; el paciente realiza una inspiración profunda y debe identificar el aroma. Hay que esperar cierto tiempo, no menos de diez minutos, entre cada sustancia para evitar la fatiga de la mucosa; la operación se repite luego en la otra fosa nasal. Alteraciones. La olfación puede estar normal o presentar diferentes trastornos. Se llama anosmia e hiposmia a la abolición o disminución respectivamente de la capacidad olfatoria. Se debe determinar si es bilateral (adultez, sinusitis, obstrucción nasal, tabaquismo, rinitis, virosis) o unilateral (lesión nasal, fractura de base de cráneo, traumatismo del etmoides, tumor frontal). Hiperosmia es el aumento de la sensibilidad olfatoria (embarazo, histeria, cocaína). Existen además algunas alteraciones especiales siempre de tipo patológico (síndrome de abstinencia alcohólica, lesiones corticales, trastorno psiquiátrico): parosmia o percepción diferente al olor expuesto; cacosmia u olfación permanente de malos olores. Otra alteración particular y específica, es la presencia de alucinaciones olfativas que consisten en la captación por el paciente de aromas no existentes (aura de los epilépticos en la epilepsia temporal). Segundo par. Óptico. La neurona receptora periférica está en las capas externas de la retina; sus fibras terminan en las células ganglionares o segunda neurona periférica que constituyen el nervio óptico. Semiotecnia. El paciente puede consultar por diferentes sensaciones visuales subjetivas: Disminución de la visión más marcada a la noche (nictalopia) o con el crepúsculo (hemeralopia). ―Moscas volantes- que son formaciones flotantes pequeñas, de formas variables (puntiformes, alargadas) producidas por opacidades del humor vítreo; permanecen fijas o parecen descender al levantar la mirada por movimiento del líquido. Imágenes en zig-zag (teicopsia) frecuentes en migrañas. Alucinaciones visuales consistentes en la percepción de objetos o colores variados e inexistentes en ese momento (alcohol, lesión del lóbulo temporal u occipital, aura epiléptica). Percepción persistente de finos destellos (fotopsia) que se asocian a la visión de los elementos (neuritis óptica). Con el examen físico se estudia: agudeza visual, campo visual (campimetría), visión de los colores y también el fondo de ojo.
Para un buen examen, es fundamental
analizar primero los dos ojos (visión binocular) y luego cada ojo por separado (visión uni o monocular). Agudeza visual. Es la capacidad del paciente de ver con claridad y definición las personas u objetos. Se estudian las visiones lejana y cercana cuyas alteraciones son por lejos, el motivo más frecuente del del motivo de consulta.
› Visión lejana. Se pide al paciente identificar letras,
números o figuras ubicadas a distancia y se evalúa la visión en relación al tamaño de los objetos mostrados.
› Visión cercana. Se solicita al paciente que lea los grandes
titulares de un periódico o revista, luego los subtítulos y finalmente las letras más pequeñas. Si el paciente no sabe leer, se le muestran figuras de distintos tamaños que debe reconocer. En caso que el paciente use anteojos, debe sacárselos en el momento del examen; luego se puede hacer una prueba con los anteojos colocados para evaluar su utilidad real. Campo visual. Evalúa la extensión total de la visión a través del examen llamado de perimetría manual o campimétrico por confrontación. Para efectuarlo, el paciente y el médico se sientan frente a frente, a una distancia alrededor de 1 metro; se pide al paciente que ocluya con la mano un ojo y fije su pupila en el ojo contrario del médico; El examinador, que ocluye el ojo contralateral, va colocando su dedo o un lápiz en todos los ejes posibles del campo visual; el paciente debe referir si lo ve o dónde deja de hacerlo. En caso que el paciente use anteojos para mejorar la visión, no debe sacárselos en el momento del examen; el cuidado a tener, es que los marcos no sean muy gruesos e impidan ver el campo en toda su extensión. Para que esta prueba sea válida, es imprescindible que ninguno de los dos mueva el ojo estudiado ni la cabeza y que el médico tenga un buen campo visual. Alteraciones del campo visual. Su evaluación clínica pone en evidencia distintas afecciones relacionadas con la ubicación de la lesión referido al quiasma. La ceguera o amaurosis es la pérdida total de la visión, permanente o transitoria; delata una lesión ubicada por delante del quiasma. Los escotomas son zonas circunscriptas de pérdida del campo visual central (escotoma fisiológico a nivel de la papila) o periféricas (neuritis isquémica, enfermedades desmielinizantes, infecciones). Se llama hemianopsia a la pérdida de la visión de medio campo visual; se las llama temporales o nasales según el campo visual alterado y no por la zona retiniana lesionada; se clasifican en homónimas o heterónimas según la zona del campo afectado. La homónima, toma las dos mitades izquierdas o derechas (mitad temporal de un ojo y nasal del otro); la lesión en esta situación se ubica por detrás del quiasma desde las cintillas ópticas hasta la cisura calcarina. La heterónima toma las dos mitades temporales o nasales. La más frecuente es la hemianopsia bitemporal por alteración de la mitad nasal de la retina (lesión quiasmática por tumor de hipófisis); el paciente ve como por un tubo. a). Se denomina cuadrantopsia a la pérdida de visión de algún cuarto del campo visual; la lesión se ubica en las radiaciones ópticas a nivel parietal, temporal u occipital. Visión de los colores. Consiste en la capacidad del paciente de identificar y diferenciar colores. Se pide al paciente que identifique, primero con un ojo y luego con el otro, objetos de distintos colores que están a su alrededor (ropa, libros) de preferencia los del semáforo (verde, amarillo y rojo); el otro ojo debe permanecer ocluido. Alteraciones de la visión de los colores. Discromatopsias. Consisten en no identificar colores (se ve todo en blanco y negro) o sólo alguno de ellos; puede afectarse uno o los dos ojos. Tienen un origen congénito (daltonismo) o adquirido (traumatismo, infecciones). Fondo de ojo. Para su realización se utiliza el oftalmoscopio que permite la introducción de un haz de luz a través de la pupila. El paciente debe mirar a la distancia, tratando de no mover los ojos; el ojo derecho se examina con el ojo derecho y el oftalmoscopio en la mano derecha; el izquierdo con el ojo izquierdo y la mano izquierda Para un examen clínico general, no es necesario dilatar la pupila ni tener el cuarto a oscuras; se debe identificar la papila, la retina y los vasos retinianos Alteraciones del fondo de ojo. Las más importantes de la papila son: el edema donde se observa su saliencia, enrojecida y “borrosa”(bordes poco nítidos por el edema), arterias adelgazadas y venas gruesas y tortuosas La atrofia que muestra una papila decolorada y pálida con los bordes presentes. Otros hechos patológicos importantes a encontrar son los siguientes: hemorragias retinianas, que se presentan como formaciones redondeadas o “en llamas”, profundas o superficiales, que van del color rojo al pardo según su antigüedad (etapas iniciales de la diabetes o finales de hipertensión arterial, ateroesclerosis) Exudados que son máculas blanquecinas grisáceas, aspecto algodonoso, bordes difusos, blandos, dispuestas alrededor de la papila(hipertensión arterial Existen además exudados duros, amarillentos, bordes netos, agrupados (diabetes, hipertensión arterial). Tercero, cuarto y sexto pares: Óculomotores. El tercer par, motor ocular común, Nace, en su origen real, de un núcleo situado en el mesencéfalo a nivel de los tubérculos cuadrigéminos anteriores (parte motora). Sus fibras salen del tronco encefálico, origen aparente, por el surco que separa el pedúnculo cerebral con el espacio perforado posterior y por la parte externa del pedúnculo Proporciona inervación motora a los músculos rectos superior, interno e inferior, al elevador del párpado superior y oblicuo menor; lleva fibras parasimpáticas que inervan el esfínter pupilar y también al músculo de la acomodación. El cuarto par, o nervio patético, tiene su núcleo de origen en el mesencéfalo, por debajo del tercero; se entrecruza con el del lado opuesto y luego transcurre por la periferia con los otros óculomotores para inervar finalmente al músculo oblicuo mayor. El sexto par o motor ocular externo tiene su núcleo de origen en la zona de la protuberancia y emerge por la cara anterior del bulbo; sigue el trayecto del 3er y 4º par e inerva el músculo recto externo. Los tres pares craneales reciben el nombre de óculomotores porque tienen a su cargo los movimientos oculares en distintas direcciones según el músculo que inervan. El motor ocular común es un nervio mixto con función motora y parasimpática. La motora es amplia: lleva el globo ocular hacia arriba (recto superior), abajo (recto inferior), adentro (recto interno), arriba y afuera (oblicuo menor); produce elevación del párpado superior en antagonismo con el 7º par; coordina los movimientos entre el párpado superior y el globo ocular. La función parasimpática de constricción pupilar permite la adecuación a diferentes intensidades de luces. El patético, nervio exclusivamente motor, lleva el globo ocular hacia abajo y adentro.
El motor ocular externo, es motor y dirige
el globo ocular solamente hacia afuera. Semiotecnia. El síntoma característico de lesión de los óculomotores es la diplopía o visión doble (estrabismo), más franca en lesiones del 4º y 6º par porque la del 3º se atenúa por la ptosis existente. Dentro de los signos, prevalecen la ptosis palpebral y el estrabismo. El examen físico consiste en estudiar la simetría facial (ejes visuales), movimientos oculares, examen pupilar, reflejos (fotomotor, consensual y acomodación) y nistagmo o nistagmus. Simetría facial. Ejes visuales. En condiciones normales se observa que los dos párpados superiores tienen igual grado de apertura, cubren la porción superior del iris y dejan la pupila al descubierto; en los movimientos de arriba hacia abajo no debe verse la esclerótica supracorneana; los globos oculares guardan también una relación simétrica con ambas pupilas céntricas; existe un parpadeo completo, bilateral y similar cada 15 segundos aproximadamente. Alteraciones de la simetría facial. Existen distintos hechos. La ptosis palpebral es el signo característico y consiste en la caída total o parcial del párpado superior e imposibilidad de abrirlo (parálisis del 3er par). Se denomina estrabismo a la desviación del globo ocular: puede ser convergente (ojo hacia adentro) por parálisis del 6º par o divergente (ojo hacia fuera) por parálisis del 3er par. En los niños es frecuente la presencia de estrabismo convergente por hipotonía del recto externo. Movimientos oculares. Para que el paciente no mueva la cabeza, el examinador la fija con el dedo pulgar en la frente y los restantes en la región occipital; luego se le pide que siga con ambos ojos el desplazamiento del dedo en forma lineal (horizontal y vertical) y también con movimientos rotatorios; en caso de duda se puede repetir con cada ojo por separado. La maniobra es para ver la motilidad conjugada de los globos oculares y su sinergismo con los párpados superiores. El movimiento coordinado de cada ojo se realiza por acción armónica de los seis músculos que están regulados por conexiones entre los núcleos; el sinergismo entre el párpado superior y el globo ocular, se debe a relaciones entre los núcleos de los pares 3º y 7º. Alteraciones del movimiento ocular. Oftalmoplejías. Según la localización lesional, las parálisis de los movimientos oculares (oftalmoplejías) pueden ser de distintas formas: supranucleares, nucleares o infranucleares con manifestaciones diferentes Examen pupilar. Se realiza a través de la inspección cuidando que no haya una incidencia lumínica directa sobre los ojos. Las dos pupilas son circulares e iguales; situación central o algo excéntricas; tamaño de 2 a 5 milímetros de diámetro; color oscuro. Funcionalmente actúan como diafragmas regulando la entrada de luz: el motor ocular común contrae la pupila; el simpático determina su dilatación. Se denomina hippus fisiológico, a contracciones pupilares leves e intermitentes. Alteraciones del examen pupilar. Pueden ser del tamaño , forma, color y reflejos. En cuanto al tamaño, se llama miosis a la reducción del diámetro pupilar por debajo de 2 mm que puede ser unilateral (parálisis del simpático cervical)o bilateral (encefalopatías, alcohol, coma urémico, morfina). La midriasis es el aumento del diámetro pupilar por arriba de 5 mm ya sea unilateral (parálisis del 3er par, estimulación simpática) o bilateral (pérdidas de conocimiento de causa cerebral, atropina, cocaína). Anisocoria es la presencia de pupilas con tamaño diferente por causas locales (neuritis óptica) o neurológicas (meningitis). Referido a la forma, se llama discoria a la pérdida de la regularidad del contorno pupilar (congénita, alteración local, neurolúes). La pupila puede presentar también un color diferente (grisácea, blanquecina, negra, amarilla) por procesos diversos que afectan al cristalino, vítreo o retina. Reflejos. Los tres reflejos más importantes son el fotomotor, el consensual y el de acomodación y convergencia. Reflejo fotomotor. Consiste en la contracción pupilar del ojo estimulado por un haz luminoso (vía 2º y 3er par). Se lo estudia usando la luz de una linterna en un ambiente a oscuras y con el ojo contralateral cerrado. Otra forma de investigar el reflejo fotomotor es procediendo a tapar con los dedos ambos ojos dirigidos hacia una zona iluminada (luz de una ventana) y destapando el ojo a estudiar. Reflejo consensual. Consiste en la contracción pupilar del ojo contralateral al iluminado. Al estimular la retina nasal, sus fibras se cruzan hacia el lado opuesto en el quiasma y llegan al cerebro medio del otro lado provocando una respuesta en el ojo no estimulado. Se lo investiga haciendo incidir un haz de luz en un ojo en un ambiente a oscuras y observando la pupila del otro. Reflejo de acomodación y convergencia. Consiste en la convergencia de ambos globos oculares hacia adentro acompañado de una contracción pupilar (miosis bilateral). Se estudia haciendo que el paciente mire hacia el horizonte; luego se coloca el dedo índice del examinador a 20-30 cm de distancia de la cara y se lo acerca lentamente hasta 5 cm de la nariz, pidiéndose que siga el desplazamiento. Alteraciones de los reflejos. El reflejo fotomotor está abolido por lesión de los pares 2º (falta de captación de la luz por ojo amaurótico) o del 3er (por midriasis paralítica). El consensual está ausente en la parálisis del 3º par del lado afectado. El reflejo de acomodación y convergencia está ausente en el lado de la parálisis del 3er par. Nistagmo. Nistagmus. Es un movimiento involuntario de los ojos (“temblor ocular”), rítmico, bilateral, simétrico en dirección vertical, horizontal o mixta (rotatoria). Normalmente no existe en forma espontánea pero puede desencadenarse girando sobre uno mismo. La mejor forma de buscarlo es solicitar al paciente que, previa inmovilización de la cabeza con una mano, siga la dirección del dedo índice que se lleva en forma más o menos rápida a posiciones extremas (laterales y verticales) donde queda fijo por unos segundos mientras se observa con detenimiento. Lo importante en la práctica clínica, es primero detectarlo y luego determinar si es en resorte o pendular. Alteraciones del nistagmo. Pueden presentarse distintos tipos de nistagmos patológicos: en resorte y el pendular u oscilatorio. El nistagmo en resorte es el más frecuente y recibe ese nombre por presentar una fase lenta (nistagmo verdadero) y una fase rápida, como un resorte que es la más visible y la que designa al nistagmo. Se observa en afecciones vestibulares (espontáneo o provocado) y también en forma normal después de un giro (baile, juego). El nistagmo pendular u oscilatorio muestra el movimiento de los globos oculares hacia ambos lados con idéntica velocidad; es producido por alteración en las conexiones centrales de los movimientos oculares (vestíbulo, cerebelo). Parálisis del 4º par. El paciente refiere diplopía y además un síntoma característico que consiste en la dificultad para bajar por escalinatas. En el examen físico se observa la cabeza desviada hacia abajo del lado afectado, para contrarrestar la diplopía, con el ojo desviado para arriba y afuera e imposibilidad de moverlo hacia abajo y adentro. Parálisis del 6º par. El paciente puede referir diplopía. En el examen del ojo del lado de la lesión, se observa estrabismo convergente e imposibilidad de llevar el ojo hacia fuera CN3: Los ojos son "abajo y hacia fuera" con un párpado caído. Piense en un aneurisma si la pupila está midriatica. CN4: El paciente inclina su cabeza a un lado de la lesión. Piense en un trauma o una enfermedad congénita CN6: El paciente se ve "bizca". Considere la posibilidad de aumento de la presión intracraneal.