Вы находитесь на странице: 1из 147

Ariel C.

Armony

LA ARGENTINA, LOS ESTADOS


UNIDOS Y LA CRUZADA
ANTICOMUNISTA EN AMÉRICA
CENTRAL, 1977-1984

UNIVERSIDAD NACIONAL DE QUILMES

Rector
Julio M. Villar

Vicerrector
Ernesto Villanueva

Vicerrector de Asuntos Académicos


Alejandro Villar

Vicerrector de Gestión y Planeamiento


Mario Greco

Vicerrector de Investigaciones
Julián Echave

Vicerrector de Posgrado
Ernesto López UNIVERSIDAD NACIONAL DE OUILMES
Política, Economía y Sociedad ÍNDICE
Colección dirigida por Ernesto López

PRÓLOGO, por Ernesto López ................................................. 11


FROSONA
Y LETRAS PREFACIO ......................................................................................... 15

INTRODUCCIÓN ................................................................................ 19

Capítulo 1: La Argentina: terrorismo de estado y guerra


Traducción: Horacio Pons de contrainsurgencia 23
Portada: Pablo Barragán Capítulo 2: Los Estados Unidos y las vicisitudes de su
colaboración con los militares argentinos ........................... 71
Capítulo 3: La Argentina en América Central ......................... 121
Capítulo 4: La Argentina y los Contras nicaragüenses 169
Capítulo 5: Un mundo clandestino: América Central
en la era de los Contras .................................................... 217

Conclusión ............................................................................ 251


Siglas 255
Cronología ............................................................................ 259
Bibliografía ............................................................................ 263
Índice de nombres y de instituciones ....................................... 283
Título original:
Argentina, the United States, and the Ant Communist
Crusade in Central America, 1977-1984

Ariel C. Armony. 1999


Universidad Nacional de Quilmes. 1999
Roque Sáenz Peña 180, Bernal
(1876) Buenos Aires

ISBN: 987-9173-34-1
Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723
F-225618
T

Q
PRÓLOGO ro-
ra-
al

Tez
198

En noviembre de 1977, durante la xn Conferencia de Ejérci-


tos Americanos desarrollada en Managua, el entonces coman-
dante en jefe del Ejército argentino, general Roberto Viola
–destituido, tras el retorno de la democracia, al ser hallado
culpable, durante el llamado Juicio a las Juntas, de una larga
serie de delitos atroces y aberrantes– puso al día la perspecti-
va argentina de la Doctrina de la Seguridad Nacional. Teori-
zó allí sobre la necesidad de dar alcance regional a la proble-
mática de seguridad antisubversiva y de encarar esfuerzos
compartidos en materia de acción represiva. Poco tiempo des-
pués –mayo de 1980–, el entonces canciller W. Pastor, ha-
ciendo explícita la misma concepción, sostuvo ante el diario
La Prensa de Buenos Aires: "Si Guatemala cayera en poder
de la izquierda radical el continente americano se quebraría
en dos y si los marxistas triunfaran en América Central no
habrá quien consiga detenerlos y pasarán a perturbar a Méxi-
co en el norte y a los países del Grupo Andino al sur".
Esta clase de argumentos se esgrimía corrientemente en las
alturas gubernamentales para justificar la proyección extrate-
rritorial de una fuerza militar argentina. Y se reforzaban me-
diante una ácida crítica a la política no intervencionista defi-
nida por James Carter para la región centroamericana, en
aquellos tiempos.
Fue así que entre finales de los setenta y comienzos de los
ochenta, la dictadura militar argentina de aquel entonces se
embarcó en una campaña antirrevolucionaria en Centroamé-
rica, que la llevó a asociarse con Tachito Somoza (primero y
luego, a su caída, con la contra) en Nicaragua, con Roberto

11 13
D'Aubuisson en El Salvador y con Romeo Lucas García en brir una faceta nueva del horror padecido en los años del Pro-
Guatemala, entre otros oscuros precursores del exterminio y ceso, reabre la memoria, remueve historias y actualiza una gra-
la desolación. Exportó armamentos y doctrina. Pero también vosa falencia ética y política de la que –quiéralo o no– es, al
un escalofriante know how sobre el que los uniformados del menos en parte, tributaria nuestra todavía frágil democracia.
Plata tenían una probada experticia: el terrorismo de estado.
Ernesto López
Dicha proyección era anómala –no está de más recordar-
Buenos Aires, julio de 1998
lo– porque carecía de fundamento jurídico y no se asentaba
sobre compromisos internacionales formalizados y legítimos.
Y era también perversa, pues: a) alentaba una modalidad
clandestina y oculta de intervención; b) su objetivo era la di-
fusión del terrorismo estatal; y c) era criminal en el terreno de
los delitos comunes: en nombre de la cruzada anticomunista
se incursionó en el tráfico de armas, en el narcotráfico y en el
lavado de dinero.
No obstante, en los medios gubernamentales argentinos se
asumía con toda naturalidad esta postura internacional. Al fin y
al cabo, la discrecionalidad y el abuso habían alcanzado ya, en
el escenario doméstico, unas proporciones tales que tornaban
común y corriente lo que en rigor era completamente ilegal.
Todo esto se refleja en el trabajo de Armony, en el que van
apareciendo, uno tras otro, los hilos de una madeja paciente-
mente desenredada. Hasta la presentación de su obra, nadie
había trabajado sistemáticamente esta cuestión. Se tenía me-
moria del compromiso argentino en el marasmo centroameri-
cano y se conocía información fragmentaria y dispersa. Pero
no se la había abarcado como totalidad. Éste es un mérito in-
discutible del trabajo de Armony. Pero no ciertamente el úni-
co. Con rigor académico –Armony es Ph.D. (doctor) de la
Universidad de Pittsburgh y, actualmente, profesor del presti-
gioso Colby College en Maine, Estados Unidos– y tenacidad
para encontrar la información, compone una obra excepcio-
nal por su calidad analítica y su precisión informativa.
Diversas cuestiones quedan interesantemente planteadas pa-
ra el debate académico. Por ejemplo, las referidas al papel ini-
cialmente autónomo jugado por los instructores argentinos en
la organización de la contra nicaragüense y su posterior asimi-
lación como sustitutos de los norteamericanos, a partir del giro
que Reagan impuso a la política estadounidense en la región.
Leído con ojos argentinos el libro es, empero, por sobre to-
da otra consideración, dolorosamente esclarecedor. Al descu-

13
12
PREFACIO

El principio de rendición de cuentas es esencial para asegurar


la vigencia de una democracia basada en el imperio de la ley.
Esto es especialmente importante para las democracias re-
cientemente salidas del autoritarismo. En estos casos, la pri-
mera rendición de cuentas consiste en contar la verdad. Esta
puede representar un poderoso impulso para que una socie-
dad corrija pasadas violaciones a los derechos humanos. La
tarea de contarla es larga y difícil. Sin embargo, el esfuerzo
es necesario si la sociedad quiere llevar a cabo un genuino
proceso curativo y construir un sistema democrático que im-
pida la reiteración de esas atrocidades.
Las sociedades latinoamericanas aún tratan de llegar a una
interpretación adecuada de su pasado reciente. Los trágicos
acontecimientos ocurridos en todo el hemisferio en los años
setenta y ochenta tuvieron un enorme impacto sobre la demo-
cracia y los derechos humanos. Pese a importantes esfuerzos
por restablecer la verdad y la justicia, persiste una sensación
de impunidad que impide un perdón y una reconciliación ge-
nuinos. No obstante los intentos de algunos dirigentes electos
para imponer el olvido, no son pocos los que creen que forta-
lecer la memoria colectiva es crucial para construir un ejerci-
cio democrático del poder.
Este libro procura entender un aspecto poco conocido del
reciente pasado autoritario de América Latina: el papel extra-
territorial desempeñado por las fuerzas de seguridad naciona-
les responsables de planes sin precedentes de terrorismo esta-
tal en sus países. Un caso decisivo de estas actividades más
allá de las fronteras fue la cruzada anticomunista conducida
por los militares argentinos en América Central a fines de la

15
década del setenta y principios de la del ochenta. Este libro mentales, ex dirigentes y soldados "contras", diplomáticos,
muestra en detalle de qué manera los perpetradores de la in- periodistas y otros actores pertinentes. Hice contactos inicia-
fame "guerra sucia" en la Argentina trasladaron su modelo les con informantes estratégicos y recolecté más nombres me-
de represión masiva a América Central y cómo los Estados diante la técnica de muestreo de la bola de nieve. En la mayo-
Unidos apoyaron ese esfuerzo, adhiriendo a los bárbaros mé- ría de los casos, los entrevistados me autorizaron a grabar las
todos aplicados por los militares argentinos en la región. conversaciones. Algunos solicitaron permanecer en el anoni-
En este estudio me concentro en un complejo y oscuro capí- mato o que determinadas declaraciones no se les atribuyeran
tulo de la historia estadounidense, argentina y centroamerica- con nombre y apellido. Las entrevistas se realizaron en la Ar-
na. Mi intención es entender el proceso de colaboración entre gentina, Nicaragua y los Estados Unidos.*
actores estatales y no estatales en la campaña contrarrevolu- Secciones clave de este estudio se basan en documentos
cionaria en América Central y determinar su responsabilidad originales que recogí de una serie de fuentes, incluidos orga-
en muchas de las atrocidades cometidas en nombre del antico- nismos gubernamentales, organizaciones de derechos huma-
munismo. La confluencia de los soldados argentinos de la gue- nos, instituciones de investigación y periodistas que habían
rra sucia, los dirigentes de los escuadrones de la muerte cen- trabajado en aspectos conexos de esta materia. Varias perso-
troamericanos y los agentes de inteligencia norteamericanos en nas me abrieron sus archivos particulares y compartieron
la lucha contra fuerzas nativas que procuraban cambiar sus conmigo valiosos datos.
sociedades ilustra la manera en que una política de contrain-
surgencia puede ser un catalizador de los asesinatos en masa y En la realización de este proyecto, recibí la colaboración y el
del terror. La responsabilidad moral de todos los actores invo- apoyo de muchas personas de América Latina y de los Esta-
lucrados en esta empresa debe aún ser asumida tanto por los dos Unidos. Ellas contribuyeron en muchos aspectos a com-
gobiernos como por los individuos. pletar este libro, siempre con generosidad y entusiasmo. Me
Cuando llegué a la Argentina en 1993 para realizar el traba- facilitaron la investigación, me ayudaron a comprender con-
jo de campo, no me imaginaba que la cuestión era todavía muy ceptos y problemas y me orientaron en la ardua tarea de pulir
delicada. Pronto descubrí que no sólo en ese país los actores mis reflexiones e ideas.
del caso eran renuentes a hablar de la intervención argentina en Desde el comienzo mismo del proyecto disfruté del consejo de
América Central, sino que lo mismo ocurría en Nicaragua y los Thomas Walker. Su integridad académica e intelectual me sirvió
Estados Unidos. En Nicaragua, la mayoría de los archivos con- como modelo para empeñarme en mi propia obra. Thelma Wais
cernientes a este tema habían sido destruidos durante la admi- y Jorge y Natalio Kolbowski cumplieron un papel esencial en
nistración de Violeta Chamorro. En los Estados Unidos, mu- la elaboración de este estudio. Me facilitaron enormemente la
chos de los documentos relacionados con la colaboración investigación en la Argentina y me alentaron e instruyeron a lo
norteamericano-argentina en América Central eran confiden- largo del camino. A ellos, mi más profundo agradecimiento.
ciales. Mientras escribo este prefacio (en el otoño de 1996), el Mientras permanecí en la Argentina, diversas personas e
Ombudsman de los Derechos Humanos de Honduras, Leo Va- instituciones me proporcionaron un generoso apoyo y acceso
lladares, aguarda que los gobiernos de los Estados Unidos y la a fuentes de información. Estoy especialmente agradecido a
Argentina publiquen documentos de sus operativos contrarre- Jorge Listosella, Juan José Salinas, Rogelio García Lupo, Ho-
volucionarios que puedan ayudar a aquel país a procesar a
miembros de sus fuerzas armadas vinculados con la actividad
de los escuadrones de la muerte durante los años ochenta. * Para la presente edición, las entrevistas, documentos y otros textos tra-
ducidos al inglés por el autor para la primera edición de este libro han sido
Este libro se basa en diversos datos primarios. Realicé en- nuevamente traducidos al castellano, respetando, en todos los casos, su seno-
trevistas en profundidad a oficiales, funcionarios guberna- do original.

16 17
racio Verbitsky, Gerardo Noto y al Centro de Estudios Lega- INTRODUCCIÓN
les y Sociales (CELS). Me gustaría destacar mi gratitud hacia
mis amigos Leonardo Bechini y Marcelo Sosa, que cargaron
conmigo y mi investigación en Buenos Aires.
Durante mi estadía en Nicaragua, varias personas colabo-
raron con este proyecto brindándome acceso a entrevistas y
documentos clave. Estoy especialmente en deuda con Ricardo
y Milagros Chavarría, Isa Zúñiga y varios nicaragüenses anó-
nimos que generosa y voluntariamente ofrecieron su tiempo y
su esfuerzo a esta investigación.
En los Estados Unidos, diversos académicos e investigadores
contribuyeron a este estudio con recursos, sugerencias y críti-
cas. Peter Kornbluh, del National Security Archive [Archivo de `El terrorismo de estado convulsionó a la Argentina en los
Seguridad Nacional] de Washington, DC, me facilitó el acceso a años setenta, particularmente hacia el final de la década. Co-
i mportantes documentos. Robert White, Wayne Smith, Robert mo resultado de un plan estatal de represión masiva, decenas
Chisholm, Mitchell Seligson, Harold Molineu y Michael Grow de miles de personas fueron secuestradas, torturadas y asesi-
leyeron borradores de varios capítulos y propusieron ideas muy nadas. Durante el régimen autoritario que gobernó el país
útiles y perspicaces. Margaret Crahan compartió conmigo su desde 1976 hasta 1983, los militares procuraron reestructurar
experiencia en la materia, me brindó orientación y lecturas mi- el estado, la economía y la sociedad. j
nuciosas y alentó el desarrollo conceptual de este proyecto. En sus esfuerzos por imponer un modelo sociopolítico ex-
La Universidad de Ohio y el Center for Latin American Stu- tremadamente excluyente –y, en rigor de verdad, por aniqui-
dies [Centro de Estudios Latinoamericanos] de la Universidad lar todo lo que se percibiera como oposición al régimen–, las
de Pittsburgh proporcionaron un generoso respaldo económico fuerzas armadas adoptaron una estrategia clandestina y re-
a diferentes etapas de la investigación. Agradezco a la Ohio Uni- presiva. Ésta se convirtió en la marca registrada del estado de
versity Press y su colección Monographs in International Studies seguridad nacional en la Argentina. Uno de sus componentes
el apoyo dado a este proyecto. Mi editora, Gillian Berchowitz, clave fue la implementación de un programa sistemático de
demostró que en este turbulento mundo aún existen la paciencia "desapariciones", \EI aparato de inteligencia, que surgió como
y la comprensión. El magnífico trabajo de Dennis Marshall co- un núcleo autónomo dentro del estado autoritario, desempe-
mo revisor del manuscrito contribuyó a mejorarlo en innumera- ñó un papel central en el despliegue del terrorismo estatal du-
bles aspectos. Como ya lo señalé, mucha gente me ayudó en di- rante lo que llegó a conocerse como la "guerra suciali
versos momentos del proyecto. Si inadvertidamente omití
mencionar a alguien, vayan mis disculpas y mi agradecimiento. Entretanto –y particularmente durante la última parte de la
Escribí esta obra gracias a mi esposa Mirna. Con amor, represión argentina–, América Central experimentaba una
dignidad e inteligencia, me enseñó las lecciones más valiosas eclosión de la actividad rebelde. Una serie de organizaciones
que aprendí en mi vida. Este libro es para ella y para mis hi- guerrilleras, con diversos grados de apoyo popular, desafia-
jos, Ian y Alan. Cuando me sentía abrumado por los trágicos ban el orden institucional de sus naciones y procuraban to-
sucesos que describo en el libro o descorazonado por el futu- mar el poder en nombre de una mayoría privada de derechos.
ro de la Argentina y de América Latina, sus ojos, sus risas y Enfrentadas a tamaña amenaza, las fuerzas armadas de la re-
sus silencios me ayudaron a comprender que vale la pena in- gión respondieron con programas masivos de violencia auspi-
tentarlo una vez más. ciada por el estado. Como consecuencia de ello, decenas de

18 19
miles de civiles quedaron atrapados entre "dos fuegos", y fue- Una fase final de su empresa extraterritorial fue su participa-
ron víctimas de crímenes, exilios y groseras violaciones de los ción en los conflictos centroamericanos.
derechos humanos en manos de las fuerzas militares y para- Los argentinos comenzaron a intervenir en esa región duran-
militares/Prolongada durante la década del ochenta, la ma- te la guerra civil en Nicaragua (1977-1979), e inmediatamente
yor violencia estatal fue responsable de un nivel sin preceden- después proporcionaron entrenamiento en contrainsurgencia y
tes de devastación humana en América Central. asistencia militar a El Salvador, Guatemala y Honduras. El pro-
\En Nicaragua, tras el triunfo revolucionario de julio de
grama militar argentino, conducido por veteranos de la gue-
1979, el país ingresó en el peor conflicto civil de su historia: rra sucia, alcanzó su clímax con la organización de los Con-
la así llamada guerra "contra". Un movimiento armado con- tras nicaragüenses. Tras esta empresa independiente contra
trarrevolucionario, constituido por guardias nacionales exilia- los sandinistas, la Argentina se convirtió en un sucedáneo de los
dos y campesinos descontentos, luchó contra los sandinistas Estados UnidoyLa administración de Ronald Reagan hizo
—antaño revolucionarios y ahora gobierno en el poder— en un suyo ese programa clandestino en 1981.
esfuerzo aparente por derrocar el régimen. Inicialmente orga- Este libro examina el papel de la Argentina y los Estados
nizado por la Argentina y más tarde apoyado por el gobierno Unidos en la ola de actividades contrarrevolucionarias en
norteamericano, a mediados de los años ochenta el ejército América Central. Intenta comprender las actividades extrate-
"contra" evolucionó hasta transformarse en una gran fuerza rritoriales de la Argentina a la luz de las doctrinas militares,
militar. Una década de intensas luchas dejó un total de más ideológicas y geopolíticas de las fuerzas armadas, el creci-
de treinta mil muertos (combatientes y no combatientes) en miento del aparato de inteligencia del país durante la guerra
ambos bandos. La prolongada guerra "contra" devastó la sucia, las motivaciones de la conducción militar y las faccio-
economía nicaragüensej nes dentro de las fuerzas y el proceso de generación y transfe-
Actores extranjeros y nativos, embarcados en una reacción rencia de experiencia en seguridad interna. Discute las moti-
armada contra el gobierno sandinista, querían impedir el vaciones de política exterior de los Estados Unidos y su
cambio revolucionario en Nicaragua. El elemento aglutinante accionar en América Central, el papel de la CIA en el esfuerzo
que juntaba a los diversos actores que constituían la coalición contrarrevolucionario en la región y la dinámica de las rela-
antisomocista era su oposición común al despiadado y co- ciones norteamericano-argentinas en las administraciones de
rrupto gobierno de Anastasio Somoza Debayle, más que un Carter y Reagan. También propone un perfil de las misiones
interés en la búsqueda de la revolución social. Por lo tanto, el militares argentinas en América Central, su capacidad técnica
movimiento contrarrevolucionario que llegó a conocerse co- y su coordinación con las fuerzas de seguridad locales.
mo los Contras no quería restaurar el régimen de Somoza; se El libro destaca el proceso transnacional que envolvió a or-
empeñaba en poner término a la transformación estructural ganizaciones estatales y no estatales en la movilización de re-
de la sociedad promovida por los sandinistas. cursos, tanto económicos como de coerción, en favor de la con-
trarrevolución en América Central. Centra con ello su atención
Esos acontecimientos conforman el núcleo histórico de este li- en las coaliciones transnacionales que fueron el resultado de
bro. Los siguientes capítulos analizan la participación militar las complejas vinculaciones entre los actores ideológicos. La
argentina en América Central y su empresa conjunta con los obra otorga un amplio espacio a las conexiones internaciona-
Estados Unidos en la región. A fines de los años setenta y prin- les y la dinámica de la sustitución en el bando anticomunista
cipios de los ochenta, el régimen militar argentino procuró in- de la guerra fría.
ternacionalizar su aparato represivo en toda América Latina. Los distintos capítulos describen los orígenes, desarrollo y
Los argentinos querían trasladar su experiencia en contrain- finalización de la intervención militar argentina en América
surgencia a los países que combatían contra el comunismo. Central y su empresa de colaboración con los Estados Unidos

20 21
en la región. Los capítulos 1 y 2 establecen el contexto para el CAPITULO 1. ARGENTINA: TERRORISMO DE ESTADO
estudio y presentan elementos conceptuales clave. El capítulo Y GUERRA DE CONTRAISURGENCIA*
1 analiza el terrorismo de estado en la Argentina: las doctri-
nas de la seguridad, el aparato de inteligencia militar y la
coordinación de las fuerzas antidisidentes en América Latina.
El capítulo 2 presenta las características principales de la polí-
tica exterior de los Estados Unidos hacia América Central y
Nicaragua en la administración de Carter y el comienzo de la
de Reagan y analiza las relaciones norteamericano-argentinas
durante ese período.
Los capítulos ulteriores brindan una detallada relación de
la intervención de la Argentina en América Central y sus vín- Una investigación sobre la empresa extraterritorial de los mili-
culos con los Estados Unidos y otros actores ideológicos. El tares argentinos a fines de los años setenta y comienzos de los
capítulo 3 describe el papel militar argentino en la Nicaragua ochenta exige que señalemos cuatro grandes rasgos de la gue-
somocista y en El Salvador, Guatemala y Honduras. El capí- rra sucia de 1975-1981, que sirvió de prototipo a la aventura
tulo 4 evalúa la relación entre la Argentina y los Contras ni- militar más allá de las fronteras del país. Pero antes quiero dar
caragüenses (1979-1984) y el convenio tripartito entre aquel brevemente una idea del telón de fondo de los acontecimien-
país, los Estados Unidos y Honduras. El capítulo 5 traza el tos en la Argentina. Para un poderoso núcleo de elementos de
desarrollo de las principales redes transnacionales que partici- línea dura dentro de las fuerzas armadas, la guerra sucia ini-
paron en el esfuerzo contrarrevolucionario en América Cen- ciada en 1975 fue, como lo señaló un ex asesor superior de un
tral y analiza su impacto último sobre el estado argentino. presidente argentino, "una empresa sin fin") Lanzada contra
la "subversión" –un concepto definido por su misma impre-
decibilidad y falta de medida–, la guerra sucia se libró contra

" Nota del autor: Este libro se basa en una amplia variedad de fuentes
primarias y secundarias, tanto en inglés como en castellano. Algunas notas se
redactaron utilizando un estilo compuesto, esto es, una lista de fuentes sepa-
radas por puntos y comas. Adopté este estilo en dos tipos de casos a lo largo
del libro. Primero, cuando una descripción se basa en una amalgama de va-
rias fuentes, dispuse las referencias de acuerdo con el orden en que se presen-
tan en el texto. Segundo, cuando consideré importante proporcionar al lector
una multiplicidad de fuentes en respaldo de una afirmación particularmente
pertinente.
La mayoría de las personas implicadas en las actividades militares y de in-
teligencia descriptas en este libro eran conocidas por alias. Para algunos lecto-
res, podría ser importante tener acceso a esta información a fin de identificar
a determinados individuos. Enumero los nombres y los alias correspondientes,
cuando los conozco, en el índice de nombres.
1
Jaime E. Malamud-Goti, Carne Without End: State Terror and the Poli-
tics of the Justice (Norman, University of Oklahoma Press, 1996). Malamud-
Goti fue un alto asesor del presidente Raúl Alfonsín (1983-1989) en asuntos
institucionales y legales.

22 23
un enemigo en el que se consideraban incluidos desde los gru- de los cargos gubernamentales para cada una de las tres fuer-
pos guerrilleros localmente armados hasta las organizaciones in- zas; y 3) la intensa competencia por el poder político entre el
ternacionales de derechos humanos que denunciaban los abusos ejército y la marina. Además, existía una tendencia de larga
de los militares. data a las desavenencias dentro de la comunidad informativa.3
Las fuerzas armadas argentinas adoptaron y refinaron una Esto nos lleva al tercer rasgo relevante de la guerra sucia:
metodología de contrainsurgencia generalizada de origen la existencia de una red de servicios de inteligencia en gran
francés y norteamericano. La doctrina de la seguridad nacio- medida autónomos profundizó el patrón nacional de corrup-
nal resultante fue un producto nativo modelado por rasgos .ción y groseras violaciones de los derechos humanos y erosio-
institucionalizados de la vida política argentina, conflictos in- no los mecanismos institucionales de control. Es interesante
tramilitares de larga data centrados en cuestiones técnicas e advertir que el efecto potencialmente nocivo de una estrategia
ideológicas y las cambiantes percepciones castrenses sobre la antisubversiva clandestina sobre la institución militar ya había
amenaza "comunista revolucionaria". A mediados de la déca- sido puesto de relieve en los años cincuenta por un influyente
4a del setenta, el "anticomunismo" se convirtió en el paradig- oficial argentino educado en Francia (véase más adelante, en
ma dominante dentro de las fuerzas armadas. Pasó a ser una este mismo capítulo). 4 \En rigor de verdad, la experiencia del
"enunciación de la verdad" y sirvió como medida del acata- ejército francés en la guerra de Argelia había mostrado que
miento o resistencia de una persona a las políticas del régi- los valores occidentales y cristianos no eran suficientes para
men milita/1:i, garantizar la integridad, disciplina y moralidad de la fuerzas
El primero de los cuatro grandes rasgos de la guerra sucia Mi argumento es que el carácter corrupto de los servicios de
que debe señalarse es que la guerra "antisubversiva" fue un inteligencia y su capacidad y autonomía operativas informa-
resultado de la combinación de los principios de la seguridad les fueron elementos clave que influyeron en las operaciones
nacional adoptados por la conducción de las fuerzas armadas extraterritoriales argentinas.
y el crecimiento de una maquinaria represiva secreta (el apa- Por último –el cuarto rasgo–, el terrorismo de estado desdi-
rato de inteligencia) que surgió como un núcleo autónomo bujó los límites entre la acción y la sanción. 6 Los individuos
dentro del estado autoritario. Esta red de servicios de inteli-
gencia, en la que los oficiales más jóvenes y los agentes civiles
3
cumplieron un papel fundamental, adquirió un inmenso po- Alfred Stepan, Rethinking Military Politics: Brazil and the Southern Cone,
Princeton, Princeton University Press, 1988, pp. 24-25. Durante la guerra su-
der. Ésta fue una consecuencia de la estrategia clandestina de
cia, diversas facciones de las fuerzas de seguridad se vieron envueltas en violen-
los generales para aniquilar la disidencia política. tos conflictos clandestinos. El terrorismo se convirtió en un mecanismo utiliza-
El segundo rasgo digno de mención es que, aunque los ser- do para resolver disputas intramilitares y la guerra dentro del aparato castrense
vicios de inteligencia descentralizados y autónomos tuvieron ocasionó numerosas bajas. Véase Carlos H. Acuña y Catalina Smulovitz, "Mi-
un impacto de importancia en la sociedad civil y política de la litares en la transición argentina: del gobierno a la subordinación constitucio-
nal", en C. Acuña et al., Juicios, castigos y memoria: derechos humanos y justi-
Argentina, como lo indicó Alfred Stepan, no se integraron en
cia en la política argentina, Buenos Aires, Nueva Visión, 1995, pp. 34-35.
un sistema de inteligencia nacional, como el del Brasil. Stepan 4
Malamud-Goti, Game Without End..., cit., pp. 74-75.
señaló tres razones de ello: 1) la cuestionable capacidad profe- S
Acuña y Smulovitz, "Militares en la transición argentina...", cit., pp.
sional de la comunidad de inteligencia a ojos de los militares; 32-34. Véase Andrés Fontana, "De la crisis de Malvinas ala subordinación
2) la separación del poder establecida en 1976 entre la Junta y condicionada: conflictos intramilitares y transición política en Argentina",
documento de trabajo, Kellogg Instante, agosto de 1986, p. 33.
el presidente, con una distribución formal de una tercera parte 6
Juan E. Corradi, "Toward Societies without Fear", en Juan E. Corradi,
Patricia Weiss Fagen y Manuel A. Carretón (comps.), Fear at the Edge: State
2
pp. 80-81, citando a Silvia Sigas y Eliseo Verón, Perón o muerte: los Terror and Resistance in Latin America, Berkeley, University of California
fundamentos discursivos del fenómeno peronista, Buenos Aires, Legasa, 1986. Press, 1992, pp. 279-280.

24 25
no tenían la posibilidad de encontrar reglas que garantizaran ciones extraterritoriales, y en la coordinación de las fuerzas
su seguridad personal. Sin embargo, a pesar del carácter aza- antidisidentes en el hemisferio. Propone por último una visión
róso y de la impredecibilidad propios del sistema represivo, el de la participación argentina en el golpe de estado boliviano
terrorismo de estado no fue exclusivamente el fruto de oficia- de 1980, una etapa decisiva en el proceso de la expansión mi-
les militares perversos o sádicos. Aunque esto no condona la litar en América Central.
índole moralmente censurable de la campaña represiva militar,
las groseras violaciones de los derechos humanos eran, en gran
medida, una función de la logística asociada con la aniquila- Terrorismo de estado
ción del enemigo subversivo, tal como se lo percibía. Este as-
pecto es importante: revela de qué manera la pericia técnica DEl 24 de marzo de 1976, una junta militar compuesta por los
fue una dimensión clave en la campaña no convencional libra- en jefe del ejército, la armada y la fuerza aérea se
da por las fuerzas de seguridad argentinas. En mi opinión, un apoderó del gobierno en la Argentina. El derrocamiento de la
elemento central de la empresa extraterritorial argentina fue la presidente Isabel Perón fue la respuesta de las fuerzas armadas
transferencia de know-how antisubversivo. Se les suministra- a una situación de creciente violencia políticagEl país estaba
ban herramientas a las fuerzas militares y paramilitares em- sometido al terrorismo de derecha y de izquierda, la actividad
barcadas en guerras contrarrevolucionarias en otros lugares. guerrillera, el desorden económico y un vacío de poder político.
Este capítulo analiza la naturaleza del terrorismo de estado Esto se combinaba con una notoria erosión dentro de las filas
en la Argentina en los años setenta. Se presta atención a las del partido oficial, el peronismo. El golpe de marzo de 1976
cuestiones del conocimiento técnico, la significación ideológi- inauguró un nuevo período político que estaría marcado por la
ca y militar de la doctrina de la seguridad nacional, las in- implementación de un vasto programa de represión promovida
fluencias extranjeras en la metodología antisubversiva y no por el estado y orientada a la aniquilación de la "subversión"
convencional de las fuerzas armadas argentinas y el papel de en la Argentina. La combinación de violencia política y caos
los servicios de inteligencia en la guerra sucia. \La doctrina de institucional explicaba "la puesta en marcha de la 'máquina de
la seguridad nacional expresaba una concepción de la guerra, matar' que prosiguió con sus actividades antiterroristas aun
el estado y el papel de los militares en la sociedad que hacía después de haber aniquilado militarmente a la guerrilla".8
hincapié en la seguridad intern tyLa doctrina argentina refor- Las fuerzas armadas consideraban que su rol político iba
mulaba las concepciones francesa y estadounidense de esa se- más allá de la tarea de destruir al enemigo. Las nuevas autori-
guridad, de acuerdo con la cultura política del país, la histo- dades militares anunciaron que su objetivo primordial era
ria institucional de sus fuerzas armadas y la naturaleza de las fortalecer e integrar la nación, a fin de que la Argentina pu-
relaciones entre civiles y militares.7 diera realizar su potencial político y económico. Esta meta a
El capítulo también se concentra en la doctrina de las fron- largo plazo, que implicaba un amplio esfuerzo para reestruc-
teras ideológicas como una justificación racional de las opera- turar el estado, la economía y la sociedad (de acuerdo con los
lineamientos de un modelo de libre mercado, altamente ex-
cluyente), exigía que las fuerzas armadas permanecieran inde-
7
Carina Perelli, "From Counterrevolutionary Warfare to Political Awa- finidamente en el poder. 9 Como lo declaró el jefe de la junta
kening: The Uruguayan and Argentine Armed Forces in the 1970s", en Ar-
med Forces and Society 20, N° 1, otoño de 1993, pp. 28-29. Para una conci-
8
sa revisión de la literatura sobre la doctrina de la seguridad nacional, véase Alain Rouquié, The Military and thc State in Latin America, Berkeley,
Joan Patrice McSherry, "Democratization and the Politics of National Secu- University of California Press, 1987, p. 276.
9
rity in Argentina", tesis del doctorado de filosofía, City University of New Roberto Russell y Juan Tokatlian, Argentina y la crisis centroamerica-
York, 1994, pp. 111-117. na, 1976-1985, Informe de investigación N° 36, Facultad Latinoamericana

26 27
militar, el teniente general Jorge Rafael Videla, el derroca- El temor a lo conocido se inculcó mediante la represión física
miento de la democracia en la Argentina representaba "el cie- concreta, las amenazas, el control de la sociedad, la propa-
rre definitivo de un ciclo histórico y el inicio de uno nuevo, ganda y el poder omnipresente del estado. El temor a lo des-
cuya característica fundamental se manifestará en la reorgani- conocido se infundió primordialmente a través de la omisión:
zación de la nación".10 la desinformación, la ausencia de las reglas definidas de la
Con el argumento de que la confrontación con el enemigo "guerra" y de espacios donde la gente pudiera encontrarse y
en los que cada uno reconociera la presencia del otro."
marxista era una guerra sin fin, los militares sostuvieron que
la respuesta a la subversión interna tenía que implicar una es-
El terror propiciado por el estado anuló la capacidad del indi-
trategia política, económica, psicosocial y castrense de alcan-
viduo para predecir la relación entre la acción y la sanción."
ce generalizado." "La subversión no es un problema que sólo
Como lo expresó contundentemente Tulio Halperin Donghi,
exija la intervención militar", dijo Videla en abril de 1976.
la cualidad que impregnaba el tejido social era "la abrumado-
"Es un fenómeno global que requiere una estrategia global
ra monotonía de vivir con miedo". 16 Por otra parte, el ciclo
que abarque todas las áreas: la política, la economía, la cultu-
del terror era completo: la vigilancia mutua reforzaba la obe-
ra y las fuerzas armadas." 12 De hecho, la represión masiva
diencia a la autoridad.17
fue el componente central de la "lógica reactiva" de las fuer-
tLos militares alegaban actuar en nombre de "los más altos
zas de seguridad a la movilización popular.13
intereses de la nación" para impedir "la disolución de la so-
Los militares procuraron resolver el problema político del
ciedad argentina [...] [y] la desaparición de la patria como un
orden con la implementación de un programa de terror que
estado". 18 Su "proceso de reorganización", notoriamente in-
fusionaba el "temor a lo conocido" con el "temor a lo desco-
fluido por su "visión conspirativa de la historia", no toleraba
nocido".
oposiciónjard ' el régimen militar, toda disidencia con respec-
to al nuevo proyecto nacional era una traición a las creencias
nativas y amenazaba la supervivencia física y espiritual de la
de Ciencias Sociales (FLACSO), 1986, p. 5. Véase David Pion-Berlin y George nación. 19 La subversión se definía como "cualquier acción
A. López, "Of Victims and Executioners: Argentine State Terror, 1975-
1979", en International Studies Quarterly, 35, 1991, pp. 63-86. 14 Garretón, "Fear in Military Regimes...", cit., p. 23.
I
° Citado en Brian Loveman y Thomas M. Davies (comps.), The Politics 15
Corradi, "Toward Societies without Fear", en Corradi et al. (comps.),
of Antipolitics: The Military in Latín America, 2a. ed., Lincoln, University of Fear at the Edge..., cit., pp. 279-280.
Nebraska Press, 1989, p. 199. 16
Tulio Halperin Donghi, "Argentina's Unmastered Past", en Latín Ame-
/1
Margaret E. Crahan, "National Security Ideology and Human Rights", rican Research Review 23, N° 2, 1988, p. 13.
en Margaret E. Crahan (comp.), Human Rights and Basic Needs in the Ame- 17 Corradi, "Toward Societies without Fear", cit., pp. 279-280.
ricas, Washington, DC, Georgetown University Press, 1982, p. 104. 14 Extraído de los discursos de dos generales, el primero de Videla, el se-
12
Citado en Donald C. Hodges, Argentina's "Dirty War": An Intellec- gundo de Galtieri, citados en Loveman y Davies, The Politics of Antipoli-
tual Biography, Austin, University of Texas Press, 1991, p. 124, que cita a su
tics..., cit., pp. 200 y 203. Un informe gubernamental rezaba: "El 24 de mar-
vez La Nación del 14 de abril de 1976. Como lo señaló un analista, "la segu- zo de 1976 las fuerzas armadas tomaron el poder en la República Argentina
ridad total se convierte en algo así como una bola de nieve que rueda colina y asumieron además la responsabilidad de frenar la desintegración progresiva
abajo y aumenta constantemente de tamaño con quienes están 'infiltrados' del estado, la expansión del caos y las condiciones de extrema indefensión
por el marxismo [—]. En su búsqueda de la seguridad total, los regímenes social prevalecientes en esos momentos". Poder Ejecutivo Nacional, Terro-
terminan por marginar a la mayoría de una sociedad que, a juicio de quienes rism in Argentina, Buenos Aires, 7 de enero de 1980, p. 3.
están en el poder, nunca estará completamente segura". Roberto Calvo, 19 Genaro Arriagada Herrera, "Ideology and Politics in the South Ameri-
"The Church and the Doctrine of National Security", en Journal of Entera- can Military (Argentina, Brazil, Chile and Uruguay)", trabajo presentado en
merican Studies and World Affairs 21, N° 1, febrero de 1979, p. 84. el Woodrow Wilson International Center for Scholars, Washington, DC, 21
13
Manuel Antonio Garretón, "Fear in Military Regimes: An Overview", de marzo de 1979, p. 1. Véase Osiris G. Villegas; Tiempo geopolítico argen-
en Corradi et al. (comps.), Fea, at the Edge..., cit., pp. 15-16.
tino, Buenos Aires, Pleamar, 1975, p. 176.

28 29
oculta o abierta, insidiosa o violenta que intente cambiar o desaparición generó incertidumbre en las filas de las organi-
destruir el criterio moral y el modo de vida de un pueblo, con zaciones rebeldes y terror en la sociedad en su conjunto. Ser
el objetivo de tomar el poder o imponer desde una posición secuestrado por las fuerzas de seguridad significaba literal-
de fuerza un nuevo modo de vida basado en un ordenamiento mente ser "chupado": esto es, colocado "al margen de la so-
diferente de los valores humanos".2° ciedad". 22 Como lo declaró una organización argentina de
derechos humanos,

La metodología represiva de los militares La detención y desaparición tiene un doble objetivo: facilitar
la rapidez y eficacia de las investigaciones y los operativos y
Los militares tenían una justificación racional para su adop- permitir que la persona detenida pase al [...] plano [secreto]
de la represión. A partir de ese momento, el prisionero puede
ción de una estrategia represiva clandestina. En primer lugar,
ser torturado, obligado a colaborar, detenido indefinidamen-
suponían que ésta (en comparación con un enfoque conven- te o asesinado, sin que nadie sepa nada más sobre él. Tam-
cional en que tuvieran que rendir cuentas a la justicia y al bién se genera incertidumbre sobre su destino, lo que puede
público) daría resultados más rápidos y eficaces en la con- paralizar la actividad de búsqueda por parte de la familia y
frontación con el enemigo interno kEl despliegue secreto de la los amigos.23
violencia estatal protegería a las fuerzas de seguridad de las
restricciones legales y las presiones internas e internacionales. Otro aspecto de la metodología de los militares garantizaba
Además, su naturaleza clandestina les garantizaba la libertad aún más protección para la comunidad de seguridad. 24 "Se
de acción necesaria para la aniquilación de la subversión.2j consideraba particularmente importante que [en los operati-
Al difundir el miedo entre la población, una metodología vos] participara personal de las tres armas, porque de ese
de este tipo inhibiría la aptitud de los insurgentes para movili- modo todos estarían involucrados", dijo un oficial naval re-
zar un apoyo masivo. La implementación sistemática de un tirado. "Era una contribución que debían hacer todos los in-
programa de "desapariciones" después del golpe fue un ele- tegrantes de las fuerzas armadas. Todos tenían que enfrentar
mento clave de esta estrategia. Sometidos a la tortura, los pri- los mismos riesgos políticos y militares, tanto en zonas urba-
sioneros desaparecidos revelaban información considerada vi- nas como rurales." 25 De esta forma las fuerzas armadas pro-
tal para las actividades de contrainteligencia. La táctica de la
' En español en el original del t.).
22
Hodges, Argentina's "Dirty War"..., cit., p. 180. Como dijo Jean Fran-
20
Generales Roberto Viola y L. A. Jáuregui, conferencia de prensa de co, los desaparecidos "se convirtieron en ficciones sin existencia civil ni histo-
abril de 1977, citada en Hodges, Argentina's "Dirty War" ..., cit., p. 181. So- ria". J. Franco, "Gender, Death, and Resistance: Facing the Ethical Vacuum",
bre la caracterización de la subversión, véase Poder Ejecutivo Nacional, Te- en Corradi et al. (comps.), Fear at the Edge..., cit., p. 112. Véase también
rrorism in Argentina, cit. "Este informe –reza el prólogo (p. 3)– presenta las Frank Graziano, Divine Violente: Spectacle, Psychosexuality, and Radical
pruebas del nacimiento, desarrollo y desenlace del fenómeno terrorista en la Christianity in the Argentine "Dirty War", Boulder, Westview Press, 1992.
23
Argentina y de su reaparición, en fecha posterior, fuera de sus fronteras". CELS, "Doctrine...", cit., p. 12.
21 24
Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), "The Doctrine of Global Adopto el uso que hace Alfred Stepan del concepto de comunidad de
Parallelism", manuscrito, Buenos Aires, 1981, en los archivos del autor, pp. seguridad como "los elementos del régimen más directamente involucrados
1-16. Este informe es una versión al inglés de "El caso argentino: desapari- en el planeamiento y la ejecución de la represión, la recolección de informa-
ciones forzadas como instrumento básico y generalizado de una política. La ciones, los interrogatorios, la tortura y los operativos armados clandestinos
doctrina del paralelismo global. Su concepción y aplicación", enero de 1981. internos". Stepan, Rethinking Military Política..., cit., p. 30.
25
Sobre la concepción y repercusión del informe, véase Emilio F. Mignone, De- Entrevista con el capitán retirado Carlos H. Raimondi, director de po-
rechos humanos y sociedad: el caso argentino, Buenos Aires, CELS/Ediciones lítica del Ministerio de Relaciones Exteriores durante el régimen militar, en
del Pensamiento Nacional, 1991, pp. 54-58. Buenos Aires, el 4 de agosto de 1993. "Desde el rango de capitán hacia arriba,

30 31
curaban asumir como institución la responsabilidad de la mo estatal –"una forma premeditada, programada e instru-
campaña antisubversiva, para impedir así que en el futuro mental de violencia gubernamental"- 28 no fue el producto de
los oficiales tuvieran que rendir cuentas individualmente a la perversos oficiales militares sino una respuesta de hombres
sociedad. "terrible y aterradoramente normales" (para usar palabras de
La metodología respondía a un patrón: el presunto subver- Hannah Arendt referidas a anteriores atrocidades). 29 El régi-
sivo era secuestrado, se lo confinaba en un centro de deten- men autoritario implementó la táctica habitual de las desapa-
ción clandestina, se lo torturaba para que confesara y luego riciones para encargarse de enemigos presuntos porque fun-
se lo ejecutaba sumariamente. Por lo común, la tortura era un cionaba: era eficaz. Para el gobierno argentino, "los costos
procedimiento regulado que implicaba una técnica: métodos morales y políticos a largo plazo parecen menos importantes
de última generación y equipamiento especial. Con frecuen- que las consideraciones de seguridad", decía un cable de la
cia, junto al torturador actuaba un médico, responsable de es- Embajada de los Estados Unidos en Búenos Aires."
tablecer la capacidad del prisionero para tolerar la tortura sin Las fuerzas armadas argentinas, especialmente la comuni-
sufrir un paro cardíaco. El personal recibía entrenamiento es- dad de seguridad, dominaban una lógica de represión y exter-
pecializado en las técnicas de los tormentos. 26 Los métodos e minio. Esta pericia iba desde sofisticadas técnicas de tortura
instrumentos rutinariamente utilizados para torturar a los hasta la así llamada "solución naval", la práctica de arrojar
prisioneros cruzaban las fronteras nacionales (por ejemplo, la prisioneros drogados o ya muertos al océano Atlántico desde
picana eléctrica, un elemento básico de las sesiones de tortura aviones en vuelo. 31 Este método, de los "vuelos de la muer-
que fue adoptado por la mayoría de las fuerzas de seguridad te", como se lo denominaba, fue una marca distintiva de las
latinoamericanas).27 fuerzas armadas argentinas. El ejército y la marina lo emplea-
Para las fuerzas de seguridad, la eliminación de los enemi- ron para matar a cientos de presos políticos a fines de los
gos era un problema logístico. Como ya se señaló, el terroris- años setenta. Según lo revelaron oficiales militares, antes de
desnudarlos y tirarlos al mar, los detenidos torturados reci-
bían drogas que los dejaban inconscientes. "Cuando había
demasiados [prisioneros en el centro clandestino de torturas},
todos los miembros de las fuerzas armadas tenían que participar personal-
mente en por lo menos un operativo antisubversivo." Esta práctica tenía el teníamos que `trasladarlos'", dijo un sargento argentino. 32 En
objetivo de crear una sólida red de solidaridad en el cuerpo de oficiales. En- referencia a su participación en los vuelos de la muerte, el ca-
trevista con el coronel retirado José Luis García, Centro de Militares Demo- pitán de la armada Adolfo Scilingo afirmó: "Yo estaba con-
cráticos ( GEMIDA), en Buenos Aires, 10 de agosto de 1993.
26
Véase Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONA-
DEP), Nunca más: The Repon of the Argentine National Commission on the
2s Pion-Berlin y López, "Of Victims and Executioners...", cit., p. 63.
Disappeared, Nueva York, Farrar, Straus and Giroux, 1986. Un estudio de 29
casos de terrorismo estatal en Chile sostuvo que "la tortura es primera y Hannah Arendt, Eichmann in Jerusalem: A Report on the Banality of
principalmente un fenómeno político y no debería caracterizarse como la Evil, Nueva York, Viking Press, 1963, p. 253.
39
conducta perturbada, aberrante o fuera de control de los torturadores. Es Embajada de los Estados Unidos, Buenos Aires, cable confidencial,
una práctica de rutina utilizada de una manera elaborada y sistemática. La "The Tactic of Dissapearance", al secretario de estado, 26 de septiembre de
enseñanza de sus métodos está muy difundida y éstos son adaptados a las 1980, p. 3, reproducido en lain Guest, Behind the Disappearances: Argenti-
exigencias locales por los gobiernos represivos, que usan la tortura para con- na's Dirty War Against Human Rights and the United Nations, Filadelfia,
trolar y destruir a sus adversarios, tanto en sus personas como en sus organi- University of Pennsylvania Press, 1990, pp. 430-435.
31
zaciones". Sofía Salimovich, Elizabeth Lira y Eugenia Weinstein, "Victims of Horacio Verbitsky, "La solución final", en Página/12, 3 de marzo de —
Fear: The Social Psychology of Repression", en Corradi et al. (comps.), Fear 1995; CELS, "Doctrine...", cit., p. 15. Véase también Horacio Verbitsky, El
at the Edge..., cit., p. 78. Sin embargo, es importante admitir que en ocasio- vuelo, Buenos Aires, Planeta, 1995.
32
nes la tortura es una práctica desorganizada y sin reglas. Sargento Víctor Ibáñez, según lo cita el New York Times, 25 de abril
27
Franco, "Gender, Death, and Resistance...", cit., p. 106. de 1995.

32 33
fiado totalmente en las decisiones que habían tomado mis su- nacional por encima de la seguridad personal, las necesidades
periores [...] no tenía la más mínima duda de que se estaba del estado antes que los derechos individuales y el juicio de
obrando en forma totalmente legal, como correspondía". Sci- una élite gobernante sobre el imperio de la ley". 36 En la Ar-
lingo agregó que parte de la jerarquía de la Iglesia Católica gentina, la doctrina era el resultado de un complejo y extenso
excusó el método del régimen militar de deshacerse de los proceso que combinaba diversas fuentes, entre ellas el pensa-
opositores políticos arrojándolos al océano, ya que considera- miento geopolítico alemán, el canon de la Iglesia Católica y,
ba que era una forma clemente y cristiana de muerte para Principalmente, la doctrina contrarrevolucionaria francesa y
quienes representaban un peligro para la sociedad. 33 Esta las políticas de seguridad estadounidenses para la guerra
práctica argentina era un castigo doblemente terrible: no sólo fría. 37 La corriente francesa de pensamiento desarrollada en
mataba a sus víctimas sino que las privaba del derecho a sa- las guerras de Indochina (1945-1954) y Argelia (1954-1962)
ber que habían sido condenadas sumariamente a muerte.34 hacía hincapié en un enfoque ideológico y global del fenóme-
El prestigio alcanzado por las fuerzas de seguridad argenti- no de la insurgencia. A su turno, la influencia de los Estados
nas en círculos castrenses de gran influencia en el hemisferio Unidos hacía las veces de justificación racional de la interven-
estaba en función de la eficacia de su metodología contrain- ción militar en la seguridad y el desarrollo internos (concep-
surgente no convencional. El caso argentino demostraba que, tos que se consideraban recíprocamente dependientes) y sub-
en los años setenta, el terrorismo de estado funcionaba. La rayaba la necesidad de una defensa colectiva del hemisferio
Embajada de los Estados Unidos en Buenos Aires admitía que occidental contra el expansionismo comunista. La interpreta-
"nos seguirá resultando difícil refutar el 'éxito' argentino en ción argentina de la DSN daba preponderancia a la dimensión
su guerra no declarada contra el terrorismo y el accionar de de la seguridad sobre la del desarrollo, y sostenía que la Ar-
la guerrilla paramilitar". 33 Era precisamente este tipo de ex- gentina era un teatro de operaciones fundamental en una con-
periencia lo que las fuerzas de seguridad argentinas iban a frontación internacional en que los bloques rivales estaban se-
transferir a América Central. parados por fronteras ideológicas.38

Influencias extranjeras 36
Crahan, "National Security Ideology...", cit., p. 101. Como lo sostu-
vieron Pion-Berlin y López, también una ideología económica de libre mer-
El gran componente ideológico subyacente al terrorismo esta- cado orientaba el programa militar de terrorismo estatal, y le proporciona-
tal argentino era la doctrina de la seguridad nacional (DSN). ba un punto de mira para la selección de víctimas tomadas entre los
Esta doctrina era el resultado de la interpretación que los pro- miembros de ciertos sindicatos. Círculos antiliberales de gran influencia en
las fuerzas armadas se oponían vigorosamente a ese programa económico de
pios militares hacían de una serie de conceptos sobre la segu- libre mercado. Pion-Berlin y López, "Of Victims and Executioners...", cit.,
ridad nacional, la política de la guerra fría y las operaciones pp. 71 - 74.
bélicas de contrainsurgencia. La DSN colocaba "la seguridad 37
Crahan, "National Security Ideology...", pp. 121-122 (nota 8).
38
Ramón J. A. Camps, "Apogeo y declinación de la guerrilla en la Argen-
tina", en La Prensa, Buenos Aires, 4 de enero de 1981; Pion-Berlin y López,
33 "Of Victims and Executioners...", cit., pp. 69-71. Sobre la doctrina de la se-
Entrevista con el capitán retirado de la armada, Adolfo Scilingo, en guridad nacional, véanse Genaro Arriagada Herrera, El pensamiento político
Verbitsky, El vuelo, cit., pp. 26, 38-39 y 64-67 (cita tomada de estas últi- de los militares (estudios sobre Chile, Argentina, Brasil y Uruguay), Santiago
mas).
34 de Chile, Editorial Aconcagua, 1981, en especial pp. 183-207; y José Com-
Véase Michel Foucault, Discipline and Punish: The Birth o( the Prison, blin, The Church and the National Security State, Maryknoll, Orhis Books,
Nueva York, Vintage, 1979, pp. 10-13. 1979. Sobre la DNI; en la Argentina, véase David Pion-Berlin, "The Nacional
34
Cable de la Embajada de los Estados Unidos, "The Tactic of Disappea- Security Doctrine, Militare Threat Perception and the 'Dirty War' in Argenti-
rance", sección 2, p. 3. na", en Comp,zrative Political Studies 21, 1988, pp. 382-407.

34
35
El nacional catolicismo francés ejerció una fuerte influen- el ejército organizó los primeros cursos y ejercicios militares
cia sobre los militares argentinos. 39 La versión católica de la de guerra contrarrevolucionaria. Aunque el papel de la doc-
doctrine de la guerre révolutionnaire sostenía que todas las trina francesa en el entrenamiento militar se desdibujó con el
autoridades civiles debían ser subsidiarias del "orden y la ley correr de los años, sus principios e ideas siguieron influyendo
naturales". Esta corriente de pensamiento destacaba que "no en las sucesivas promociones del ejército. El modelo francés
se debe permitir que la subversión y la revolución socaven el también dejó una vigorosa impronta en las normas y regula-
orden moral natural de la sociedad, porque con ello socavan ciones militares antisubversivas en la Argentina"
el orden de la Creación"." El nacionalismo era la única he- Los matices mesiánicos de la doctrina contrarrevoluciona-
rramienta para la emancipación, porque tanto el marxismo ria francesa, en conjunción con el pensamiento católico espa-
como el liberalismo eran percibidos como doctrinas que vio- ñol del siglo xix y principios del xx, contribuyeron a fortale-
laban "el ideal orgánico estatista de la comunidad armonio- cer entre los oficiales argentinos la creencia de que las fuerzas
sa"» Las partes subordinadas tenían que desempeñar el pa- armadas tenían que desempeñar un papel preponderante en la
pel que les correspondía en el todo orgánico; la misión del sociedad debido a su compromiso con el bien común. Entendi-
estado era promover el bien común." do como "la causa final del estado, su fin íntimo", sólo éste
En la década del cincuenta, la doctrina contrarrevoluciona- infundía al poder político "su autoridad y legitimidad mora-
ria francesa se convirtió en un importante tema de estudio en les". 44 Esta noción del bien común se relacionaba estrecha-
la Escuela Superior de Guerra de la Argentina. El general mente con la teoría orgánica del estado, en que éste se conce-
Carlos Jorge Rosas, que se graduó en la academia militar
francesa a mediados de la década, desempeñó un papel fun-
43
damental en la difusión de la doctrine de la guerre révolution- Entrevistas realizadas en Buenos Aires con los siguientes oficiales reti-
naire dentro de círculos destacados del ejército argentino. Esa rados del ejército: general José Teófilo Goyret, 5 de agosto de 1993; general
Ernesto Víctor López Meyer, 4 de agosto de 1993, y coronel Horacio P. Ba-
influencia aumentó rápidamente con la llegada a Buenos Ai-
Ilester, 28 de julio de 1993. A principios de los años setenta, la prestigiosa re-
res de una misión militar francesa y la publicación de varios vista militar Estrategia publicó varios artículos del general André Beaufre,
artículos de autores de esa nacionalidad en las revistas milita- uno de los más importantes voceros de la corriente francesa de pensamiento
res argentinas. El anticomunismo y la guerra psicológica fue- desarrollada durante la guerra de la independencia argelina. Véase André
ron dos temas con gran repercusión en la concepción castrense Beaufre, "La violencia", en Estrategia, 5, enero-febrero de 1970, pp. 5-9;
Beaufre, "Perspectivas estratégicas en la década del 70", en Estrategia, 9,
de la guerra antisubversiva. Hacia fines de los años cincuenta,
enero-febrero de 1971, pp. 5-14. Véase también José T. Goyret, "El pensa-
miento estratégico del general Beaufre", en Estrategia, 7, mayo-junio de
1970, pp. 104-110, y Estrategia, 8, julio-agosto de 1970, pp. 15-26. Es im-
39
El nacional catolicismo francés fue el resultado del "matrimonio entre portante destacar que la creciente preocupación por la seguridad interna se
los fuertes valores nacionalistas de los oficiales militares [franceses] y la escue- asoció en un principio con el proyecto de desmovilización antiperonista pre-
la integrista de pensamiento representada por grupos como Cité Catholique, sentado por el nuevo gobierno militar de la Revolución Libertadora (que de-
el Centre d'Etudes Supérieures de Psychologie Sociale, el Centre d'Études Poli- rrocó al presidente Juan D. Perón en 1955). Sobre este tema, véase David
tiques et Civiques o Armée-Nation". Perelli, "From Counterrevolutionary Rock, Authoritarian Argentina: The Nationalist Movement, les History and
Warfare to Political Av]]akening...", cit., p. 40 (nota 14). lis Impact, Berkeley, University of California Press, 1993. Sobre los puntos
Ibid. Sobre la doctrina contrarrevolucionaria francesa, véase John Ste- de vista del general Rosas acerca de la "subversión" y el nuevo rol profesio-
ward Anabler, Soldiers Against the State: The French Army in Politics, Co- nal del ejército, véase Martín Edwin Andersen, Dossier Secreto: Argentina's
lumbus, Ohio State University Press, 1966. Desaparecidos and the Myth of the "Dirty War", Boulder, Westview Press,
41
Alfred Stepan, The State and Society: Pene in Comparative Perspective, 1993, pp. 63-64 y 336 (nota 10); )‘ Malamud-Goti, Game Without End...,
Princeton, Princeton University Press, 1978, pp. 31-32 y 37. cit., pp. 73-75.
42
Perelli, "From Counterrevolutionary Warfare to Political Awakening...", • " Tratado católico de filosofía política, citado en Stepan, State and So-
cit., p. 40 (nota 14). ciety..., cit., p. 31.

36 37
bía como una fuerza orgánica autónoma sujeta a un ciclo vi- este sistema de creencias, la misión de las fuerzas armadas era
tal. Dicha teoría se originaba en el pensamiento católico ibéri- mantener y proteger la soberanía nacional contra la amenaza
co y en la filosofía alemana de los siglos Xix y Xx. Esta con- de disolución."
cepción biológica del estado es una noción central en el La doctrina ideológico-militar francesa de la guerra no
pensamiento geopolítico. 45 La influencia de la teoría geopolíti- convencional, combinada con las técnicas estadounidenses de
ca alemana ( Geopolitik) en el pensamiento militar sudameri- contrainsurgencia empleadas en la guerra de Vietnam s ° y las
cano fue decisiva en la configuración del basamento racional propias fuentes argentinas de experiencia en la represión de
de la seguridad nacional, particularmente la noción central del disidentes ideológicos, dieron forma al "nuevo profesionalis-
poder nacional, un tópico fundamental de la DSN.46 mo de seguridad interna" de las fuerzas armadas del país. Su
En suma, el nacional catolicismo francés, la doctrina co- misión central pasó de la defensa externa a la protección in-
munitaria de la Iglesia Católica y el pensamiento geopolítico terna contra la infiltración comunista. 51 Las doctrinas contra-
europeo (sobre todo el alemán) encontraron un público re- rrevolucionarias y los principios de la guerra fría también in-
ceptivo en los medios militares nacionalistas, anticomunistas fluyeron en la manera en que se llevó a cabo dicha misión.
y antiliberales de la Argentina. 47 El desorden en la sociedad, Consecuentemente, el nuevo profesionalismo de las fuerzas
una consecuencia de la subversión y la revolución, se percibía armadas hacía hincapié en la necesidad de una intervención
como una gran fuente de debilidad para el estado nacional.
Sólo Dios y la Patria, interpretados como entidades análogas,
podían servir como sólidos principios fundadores de un orden ciembre de 1990. En su opinión, el "éxito operativo-táctico militar" alcanza-
do por las fuerzas armadas en la guerra contrainsurgente de los años setenta
social verdaderamente moral. Como lo declaró un oficial ar-
se había convertido en una "derrota política" bajo la democracia, lo cual re-
gentino que en los años ochenta cobró notoriedad como un presentaba una amenaza para la supervivencia misma de la institución cas-
paradigma del soldado cívico cristiano, "sin Dios y la Patria trense. Sobre los levantamientos militares durante las presidencias de Alfonsín
sólo hay vacío, nada [...] olvido, muerte". 48 De acuerdo con y Menem, véanse, por ejemplo, David Pion-Berlin, "Between Confrontation
and Accomodation: Military and Government Policy in Democratic Argenti-
45 na", en Journal of Lacia American Studies 23, octubre de 1991, pp. 543-571;
La geopolítica es el estudio científico de "la influencia de los factores y Deborah Norden, "Democratic Consolidation and Military Professiona-
geográficos en la vida y evolución de los estados, a fin de sacar conclusiones lism: Argentina in the 1980s", en Journal of Interamerican Studies and
de carácter político". Jorge E. Atencio, ¿Qué es la geopolítica?, Buenos Aires,
World Affairs 32, N° 3, otoño de 1990, pp. 151-176.
Pleamar, 1965, citado en Crahan, "National Security Ideology...", cit., pp. 44
Véase Sandra McGee Deutsch y Ronald 1-1. Dolkart (comps.), The Ar-
103-104.
46 gentine Right: Its History and Intelectual O rigins,1910 ro the Present, Wil-
Véanse Jack Child, Geopolitics and Conflict in South America, Nueva
mington, SR Books, 1993.
York, Praeger, 1985; y Robert Chisholm, "From National Defence to Natio- 4() El programa estadounidense de instrucción en la Argentina se centraba
nal Security: `Geopolitical Darwinism' and Military Thought in South Ameri- en las técnicas militares y policiales de contrainsurgencia. "Los Estados Uni-
ca", tesis de maestría, Queen's University, Kingston, Ontario, Canadá, 1989. dos no entendían que la guerra antisubversiva era ideológica", destacó un
Una buena ilustración del pensamiento geopolítico tal como lo desarrollaron oficial retirado del ejército. "Guerra revolucionaria no era una expresión co-
los militares sudamericanos es Augusto Pinochet Ugarte, Geopolítica, 2 a ed., rrecta [para lo sucedido en la Argentina]. La que correspondía era subversión
Santiago de Chile, Andrés Bello, 1974. ideológica." Entrevista con el coronel Miguel Ángel Li Puma, en Buenos Ai-
47
Fue particularmente importante la influencia de Cité Catholique (Ciu- res, el 18 de agosto de 1993.
dad Católica). Si
48 Sobre la transformación del rol militar en el región, véanse Alfred Ste-
Entrevista con el coronel Mohamed Alí Seineldín en la prisión militar pan, "The New Professionalism of Interna! Warfare and Military Role Ex-
de Magdalena, 21 de agosto de 1993; la cita está extraída de uno de sus dis- pansion", en A. Stepan (comp.), Authoritarian Brazil: Origins, Policies and
cursos en representación del Movimiento por la Identidad Nacional e Inte-
Future, New Haven, Vale University Press, 1973, pp. 47-68; y Frank Mc-
gración Iberoamericana (mINeii), pronunciado en aquella prisión el 3 de oc- Cann, "Origins of the 'New Professionalism' of the Brazilian Military", en
tubre de 1992. Seineldín encabezó los levantamientos militares del 1° de Journal of Interamerican Studies and World Affairs, 21, N° 4, noviembre de
diciembre de 1988 (conocido como Operación Virgen del Valle) y 3 de di- 1979, pp. 507 y 520.

38 39
militar directa en la política y la inteligencia interior, el uso ta determinaba un nuevo tipo de confrontación en la que no
de métodos no convencionales para incrementar la eficacia de había partición geográfica alguna que circunscribiera las ope-
la guerra antisubversiva y la adopción de una nueva hipótesis raciones militares a conflictos separados. Si el enemigo mar-
de conflicto basada en el concepto de fronteras ideológicas.52 xista aplicaba una estrategia global que ignoraba la noción de
fronteras convencionales, la réplica del bloque occidental no
podía lanzarse desde posiciones nacionales independientes.55
La seguridad nacional y la transición al globalismo Consecuencia de los principios de la seguridad nacional, el
concepto de fronteras ideológicas respaldaba la idea de quela
La doctrina de la seguridad nacional subrayaba la dimensión Argentina podía "ocupar los espacios vacíos en la lucha he-
internacional de la guerra revolucionaria. Se estimaba que los misférica contra el comunismo", espacios generados por la po-
conflictos locales eran un efecto de las acciones estratégicas lítica de derechos humanos de la administración Carter 56 (para
soviéticas en el marco de una confrontación este-oeste. Esta un análisis de la política exterior de ésta, véase el capítulo 2).
doctrina de la defensa reducía el comunismo "a la condición El alto mando militar argentino creía que el fracaso de esa
de agresión interna al servicio de un poder extranjero" y con- administración en el enfrentamiento contra el imperialismo
ducía a las fuerzas armadas a la creación de un nuevo modelo comunista en América Latina planteaba "la necesidad impe-
societal que eliminara toda intromisión en la agenda definida riosa de una fuente alternativa de asistencia militar y política
por ellas (los así llamados "objetivos nacionales" ).53 dentro de la región". 57 Vista la abdicación estadounidense en
El concepto de equilibrio global de poder desempeñó un materia de seguridad hemisférica, las fuerzas armadas lanza-
papel importante en la visión del Mundo de los militares ar- ron un ambicioso programa de expansionismo continental que
gentinos. En el ámbito de la estrategia global, todo logro de aspiraba a situar a la Argentina en el contexto internacional.
la Unión Soviética se veía como un triunfo del comunismo, y El primero en proclamar el concepto de fronteras ideológi-
todo progreso del marxismo en la arena política mundial co- cas fue el general Juan Carlos Onganía en un discurso pronun-
mo otro paso hacia la victoria final del Kremlin. De acuerdo ciado en West Point, en 1964. Onganía afirmó entonces que
con esta cosmovisión, la intensidad del conflicto este-oeste las fuerzas armadas argentinas veían con agrado el liderazgo
obligaba a los países en desarrollo a evitar una posición neu- hemisférico de los Estados Unidos y estaban comprometidas
tral –una "tercera" posición–, a fin de preservar su indepen- con "la causa común de las Américas", esto es, la defensa del
dencia nacional frente al expansionismo propiciado por los modo de vida "occidental y cristiano" contra el totalitarismo
soviéticos.54 comunista." El ejército argentino definía la principal amena-
Los militares argentinos sostenían que los límites geográfi-
cos no podían ser un obstáculo a la defensa del sistema occi- 55
Hodges, Argentina's "Dirty War"..., cit., pp. 128-129; Horacio Ver-
dental. Ante la agresión de la Internacional marxista comu- bitsky, La última batalla de la tercera guerra mundial, Buenos Aires, Legasa,
nista, el concepto de fronteras nacionales se subordinaba a 1984, p. 21; Eduardo Luis Duhalde, El Estado terrorista argentino, Barcelo-
na, Argos Vergara, 1983, p. 81. Véase Congreso de los Estados Unidos, testi-
una dimensión ideológica. La guerra revolucionaria comunis-
monio de Leandro Sánchez Reisse ante el Subcommittee on Terrorism, Nar- '
cotics and International Operations of the Senate Committee on Foreign
Relations, 23 de julio de 1987, pp. 15-16.
52 56
McSherry, "Democratization and the Politics of National Security...", Oscar Cardoso, Ricardo Kirschbaum y Eduardo van der Kooy, Malvi-
cit., pp. 98-117. nas, la trama secreta, Buenos Aires, Sudamericana-Planeta, 1983, p. 27.
53 57
Arriagada, "Ideology and Politics in the South American Military...", Mark Falcoff, A Tale of Two Policies: U.S. Relations with the Argentina
cit., pp. 8-9. Junta, 1976-1983, Filadelfia, Foreign Policy Research Institute, 1989, p. 43.
54
Osiris G. Villegas, Guerra revolucionaria comunista, Buenos Aires, 5g
Aldo C. Vacs, "A Delicate Balance: Confrontation and Cooperation
Pleamar, 1963, pp. 122, 124 y 192. between Argentina and the United States in the 1980s", en Journal of Intera-

40 41
za a la seguridad nacional como una "maniobra indirecta" materiales bélicos, ni líneas de batalla claramente definidas".62
del comunismo internacional. En el teatro de operaciones de De acuerdo con este punto de vista, el hemisferio era un úni-
la guerra fría, la estrategia del enemigo consistía en promover co campo de combate en la guerra contra el comunismo inter-
movimientos insurgentes en el Tercer Mundo con el objetivo nacional. Por lo tanto, era imperativo garantizar la victoria
de conquistar la mente de la población. El problema de la se- sobre la subversión interna destruyendo el ataque ideológico
guridad interna se convertía en una preocupación central pa- del enemigo desde el exterior.63
ra el estado, que se veía obligado a combatir la insurgencia en Los militares suponían un estado de guerra permanente con-
todos los ámbitos, particularmente en el dominio ideológi- tra la agresión marxista. Por consiguiente, después de derrotar
co. 59 A su vez, el principio de las fronteras ideológicas definía a las fuerzas de la izquierda local, volcaron su atención hacia la
una nueva clase de cooperación para la seguridad en todo el "conspiración" externa que amenazaba al mundo occidental.
hemisferio. La asistencia multilateral convencional contra la Los militares argentinos procuraban unir a los países del
agresión externa —como la establecía el Tratado Interamerica- cono sur en un pacto de seguridad, con el objetivo de aplastar
no de Asistencia Recíproca (TIAR)— se consideraba insuficiente a las fuerzas marxistas, así como de oponerse a la "enajena-
para contrarrestar los conflictos de nuevo tipo. Consecuente- da" política exterior de Carter hacia América Latina. La Ar-
mente, la cooperación para la seguridad continental evolucio- gentina intentó convencer al Brasil para que asumiera una
nó hasta convertirse en un programa coordinado de contrain- postura activa en el esfuerzo anticomunista hemisférico. Sin
surgencia, basado en un modelo de operaciones militares embargo, el gobierno militar brasileño, embarcado en el pro-
clandestinas y no convencionales." ceso de abertura: había pasado de la doctrina de las fronteras
En la Décimotercera Conferencia de Ejércitos Americanos, ideológicas a una actitud más pragmática en la arena interna-
realizada en 1979 en Bogotá, Colombia, el entonces coman- cional. Como lo comentó el Latin America Weekly Report en
dante en jefe del ejército, general Roberto Viola, dijo que las septiembre de 1980, "el reciente viaje del presidente Jorge Vi-
fuerzas armadas argentinas tenían tanto la responsabilidad dela a Brasil fue un fracaso en lo que se refiere a inducir a este
como el derecho de intervenir en otros países latinoamerica- país a suscribir la estrategia central de la Argentina". 64 Es po-
nos en defensa de regímenes amenazados por la "agresión in- sible que la actitud brasileña de no intervención en el esfuerzo
terna". 61 El conflicto global de los años setenta, afirmó Viola, colectivo contra el comunismo haya contribuido a acelerar la
era un nuevo tipo de confrontación: "A diferencia de las gue- decisión argentina de proyectarse como potencia continental.
rras clásicas, ésta no tiene ni un principio definido en el La doctrina de las fronteras ideológicas, para la cual los lí-
tiempo ni una batalla final que corone su victoria. Tampoco mites nacionales eran irrelevantes en la confrontación contra el
existen grandes enfrentamientos de hombres, armas y otros comunismo, sirvió a los militares argentinos como justificación
racional para inmiscuirse en conflictos regionales latinoameri-

merican Studies and World Affairs, 31, N° 4, invierno de 1989, p. 27; CONA-
62
DEP, Nunca más..., cit., p. 443. Durante la presidencia de Onganía se creó el Citado en Hodges, Argentina's "Dirty War"..., cit., p. 129.
63
Consejo Nacional de Seguridad, CONASE, que se concentraba exclusivamente Carlos Guillermo Suárez Mason, comandante del Primer Cuerpo de
en la cuestión de la seguridad interna. Ejército, dijo en 1979: "Frente al avance de las operaciones del marxismo en
59 todos los terrenos, es imperativo que tengamos una respuesta integral. [...]
Entrevista con Li Puma.
60
Duhalde, El Estado terrorista argentino, cit., pp. 114-115 y 125; "Ar- Sería absurdo pensar que hemos ganado la guerra contra la subversión sim-
gentina Redraws the Ideological Map oí South America", en Latin America plemente por haber eliminado su amenaza armada". Citado en Hodges, Ar-
Weekly Report, 19 de septiembre de 1980, p. 5. gentina's "Dirty War"..., cit., p. 183.
6I * En portugués en el original (n. del t.).
Duhalde, El Estado terrorista argentino, cit., pp. 114-115; Verbitsky,
ba
La última batalla..., cit., pp. 21-22. "Argentina Redraws the Ideological Map. cit., p. 5.

42 43
una amenaza que había que erradicar. No obstante la victoria
canos." Las fuerzas armadas se hicieron responsables de una
militar sobre los Montoneros y el Ejército Revolucionario del
serie de acciones castrenses en el hemisferio: la intervención en
Pueblo (ERP) en 1977, esos oficiales insistían constantemente en
el "golpe de la cocaína" de julio de 1980 en Bolivia, el entrena-
el hecho de que los guerrilleros exiliados, incluida la conduc-
miento de contrainsurgencia y la asistencia militar a El Salva-
ción montonera, habían encontrado un refugio seguro en Nica-
dor, Guatemala y Honduras y la organización de los guardias
ragua. Los Montoneros se identificaban como peronistas. Su
nacionales nicaragüenses exiliados como fuerza antisandinista.
conducción estaba compuesta en gran medida por activistas ca-
El régimen autoritario de la Argentina emprendió un ambicioso
tólicos de derecha. El ERP era el brazo armado del Partido Re-
plan de expansión militar luego de aplastar, mediante un pro-
volucionario de los Trabajadores (PRT). Trotskista en sus ini-
grama sin precedentes de terrorismo estatal en su propio país,
cios, el ERP seguía el modelo de la revolución cubana y el
al movimiento guerrillero local. En armonía con una antigua
ejemplo del líder guerrillero Ernesto "Che" Guevara.
pauta del nacionalismo que veía a la Argentina como un poder
Desde el punto de vista de algunos generales argentinos, el
potencial con intereses predominantemente exteriores, 66 los mi-
triunfo revolucionario de los sandinistas demostraba que las
litares procuraron realizar una serie de operaciones extraterri-
fuerzas de la izquierda no habían sido derrotadas. Como lo
toriales que frenaran la presunta amenaza comunista al mismo
recordó un oficial del ejército, la inquietud argentina con res-
tiempo que ampliaban la influencia del país en el extranjero.
pecto a Nicaragua surgió cuando, tras el derrocamiento de
Si la Argentina había sido sólo un campo de batalla en una
Somoza, "todo el sector democrático que había participado
confrontación global con el comunismo, la escalada de turbu-
en la revolución antisomocista fue completamente desplaza-
lencias en América Central podía verse como una prolonga-
do, encarcelado u obligado a exiliarse". Según este oficial, en
ción del mismo conflicto. Como había ocurrido en aquel país
ese momento las autoridades argentinas vieron claramente
a principios de los años setenta, se percibía a Nicaragua, El
que no habría posibilidades de llegar a un entendimiento con
Salvador y Guatemala como blancos de un ataque soviético
una Nicaragua sandinista. 68 Si bien la inteligencia militar ex-
indirecto. El principio de las fronteras ideológicas dio un
cluía la posibilidad de una renovada ofensiva guerrillera con-
fundamento racional a un poderoso sector de las fuerzas ar-
tra el régimen argentino a partir de ese país centroamericano
madas que vieron en la empresa de transferir la experiencia
(idea basada en la certeza de que las organizaciones insurgen-
contrainsurgente argentina a América Central una fuente po-
tes no tenían capacidad para reanudar las acciones militares),
tencial de enormes beneficios económicos y políticos.67
algunos analistas sostenían que en manos del sandinismo Ni-
Además, un grupo de oficiales de alto rango consideraban la
caragua podría servir a los guerrilleros argentinos exiliados
existencia de un pequeño núcleo guerrillero en el exterior como
como una plataforma para operaciones de inteligencia en
América del Sur. En consecuencia, algunos círculos influyen-
65
Aun cuando el anticomunismo desempeñó un papel central en la confi- tes del ejército vieron en el recurso a las acciones militares
guración de la política exterior'de la Argentina, la conducción militar, en un más allá de las fronteras nacionales una fase final, esencial, de
esfuerzo independiente de las coacciones ideológicas, trató de incrementar las la guerra interna contra la subversión.69
ventas comerciales. Por ejemplo, el régimen se negó a adherir al embargo ce-
realero estadounidense y europeo a la URSS motivado por la invasión soviéti-
ca a Afganistán en diciembre de 1979 (vease capítulo 2).
66
Por ejemplo, los pensadores geopolíticos argentinos destacaron tradi-
68 Entrevista con el general retirado Miguel Ángel Maltea Gil, ex subjefe
cionalmente la necesidad de crear una esfera argentina de influencia en la re-
gión sudatlántica. El país tenía un interés de larga data en la constitución de de personal de la secretaría presidencial (durante el gobierno de Videla) y
una Organización del Tra t ado del Atlántico Sur para enfrentar posibles ame- agregado militar en los Estados Unidos, realizada en Buenos Aires el 18 de
nazas no occidentales en la región oceánica. agosto de 1993.
67
Cf. Pion-Berlin y López, "Of Victims and Executioners...", cit., p. 67.
69
Entrevista con Maltea Gil; Verbitsky, La última batalla..., cit., p. 127.

44 45
tración de Juan Domingo Perón (1946-1955) organizó la pc
Los servicios de inteligencia: actores clave
lémica Secretaría de Inteligencia del Estado (OH), que sirviL
en el terrorismo de estado
para espiar a la oposición política al régimen.73
Una década más tarde, los servicios de inteligencia militar
Los comandantes en jefe pronto coincidieron en que era nece-
iniciaron un proceso gradual de profesionalización. En los años
sario establecer un orden legal de facto para combatir la "sub-
sesenta, el énfasis en la guerra de contrainsurgencia y la apari-
versión" en la Argentina. Pero también decidieron que la
adopción de una estrategia clandestina era el único rumbo que ción de los primeros focos guerrilleros dieron a la inteligencia
interna un papel estratégico dentro de la estructura castrense»
garantizaba la aniquilación de la oposición política. 70 Esta es-
En la década siguiente, el aparato del espionaje evolucionó has-
trategia dio a la comunidad informativa un papel central en la
ta transformarse en una faceta clandestina del estado, con su
campaña represiva. Como lo subrayó un oficial del ejército,
propia lógica y reglas de racionalidad autónomas.75
"como la guerra contra la subversión era ideológica, el poder
Durante la guerra sucia de los años setenta, el comando mi-
se transfirió al sector de inteligencia de las fuerzas armadas"?'
litar estableció dos estructuras paralelas, una oficial y la otra
El personal de éste alcanzó un alto grado de autonomía orga-
secreta, que dirigieron las operaciones represivas a lo largo y a
nizativa. Los así llamados grupos de tareas disfrutaban de un
lo ancho de la nación. La Argentina se dividió en zonas a fin de
poder y una independencia inmoderados para librar "su" gue-
facilitar la implementación de las acciones de contrainsurgen-
rra sucia. La comunidad de inteligencia fue responsable de
cia. El estado secreto era manejado por "los servicios de inteli-
groseras violaciones de los derechos humanos y una extendida
gencia de cada una de [las tres] fuerzas, bajo el mando sí de
corrupción asociada con la campaña antisubversiva. Aun
quienes conformaron las sucesivas juntas de comandantes en
cuando la estrategia represiva adoptada por el régimen militar
jefe y de quienes ejercieron los comandos de zona y de subzona
modeló profundamente el papel de los servicios de inteligencia
y las distintas jefaturas de área". 76 En realidad, el aparato clan-
en el despliegue del terror estatal, las características y el poder
destino de represión estaba bajo el comando operativo del ejér-
de éstos eran, hasta cierto punto, un resultado de desarrollos
cito con el apoyo directo de la marina y la fuerza aérea (véase
históricos del sistema de coerción estatal de la Argentina.
Los especialistas de inteligencia comenzaron a recoger in-
formación sobre disidentes políticos en los años treinta. Tras
Congress of the Latin American Studies Association, Atlanta, 10 a 12 de
el golpe de estado militar de 1930, se creó un vasto aparato marzo de 1994. Véase Robert A. Potash, El ejército y la política en Argenti-
de coerción. Los nuevos organismos coercitivos estatales se na, 1928-1945, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1981, pp. 135-136.
burocratizaron rápidamente durante el régimen de Agustín P. 73
Stepan, Rethinking Military Politics..., cit., p. 24. La nueva agencia de
Justo (1932-1938). Específicamente orientado al control polí- inteligencia carecía de prestigio en sectores clave de las fuerzas armadas.
74
Antes de hacer hincapié en la seguridad interna, las fuerzas armadas
tico, el aparato de vigilancia se basaba en una red de inteli-
trabajaban primordialmente sobre la base de la así llamada hipótesis de con-
gencia militar y policial caracterizada por la fragmentación y flicto ABC (Argentina, Brasil, Chile). Por consiguiente, los servicios de inteli-
el conflicto interno. 72 En la década del cuarenta, la adminis- gencia militar se concentraban en gran medida en reunir información sobre
Gif
Brasil y Chile. Sin embargo, llevaban a cabo la tarea con recursos limitados y
70 técnicas elementales. Entrevista con el general retirado Eugenio Alfredo Dal-
Acuña y Smulovitz, "Militares en la transición argentina...", cit., pp.
ron, realizada en Buenos Aires el 6 de agosto de 1993.
28-33.
71 Véase Alan Wolfe, The Lamas of tegitimacy: Political Contradictions
Entrevista con Li Puma; un estado mayor general militar consiste nor-
of Contemporary Capitalism, Nueva York, The Free Press, 1977, p. 203. El
malmente de cuatro secciones: personal, logística, operaciones e inteligencia.
análisis de Wolfe sobre el "estado dual" en los Estados Unidos es altamente
Antes de que el Proceso diera preponderancia a la sección de inteligencia, el
significativo para mi argumentación.
poder organizativo se concentraba en la división de operaciones. 76
72 Federico Mittelbach, Informe sobre desaparecedores, Buenos Aires, La
Laura Kalmanowiecki, "Milirary Power and Policing During the Justo
Urraca, 1986, p. 13.
Administration, 1932-1938", trabajo presentado al Eighreenth International

47
46
figura 1.1)7 7 El núcleo del aparato represivo también incluía a dos* fue tan importante para el público argentino que Raúl
la Superintendencia de Seguridad Federal, una división de la Alfonsín ganó las elecciones presidenciales de 1983 con una
Policía Federal, y a la SIDE, bajo la autoridad de la secretaría de campaña basada en una plataforma de defensa de los dere-
la presidencia. chos humanos.
A diferencia del Brasil, la Argentina no tenía un sistema de
inteligencia nacionalmente integrado. Ninguna de sus agen-
Figura 1.1. La estructura de la comunidad informativa del Ejército, cias podía compararse con la principal organización nacional
conductor de los operativos clandestinos
de inteligencia brasileña, el Servico Nacional de Informagóes
(SNI). 79 En aquel país, la mayoría de las organizaciones mili-
BATALLÓN DE INTELIGENCIA 601 tares y paramilitares de inteligencia actuaban con un alto gra-
do de autonomía, a menudo en competencia unas con otras y
dependientes de cadenas de mando paralelas. Sus acciones en-
COMANDOS DE INTELIGENCIA
Cuerpos de ejército cubiertas solían eludir las propias regulaciones institucionales
del régimen. La emergencia de este estado dual contribuyó a
COMANDO DE INTELIGENCIA la erosión de la jerarquía dentro de las fuerzas armadas y a la
COMANDO DE INTELIGENCIA Institutos militares intensificación de las tensiones intramilitares. 8 ° Como lo se-
Estado Mayor General
del Ejército
ñaló en 1980 la Embajada de los Estados Unidos en Buenos
ESCUELA DE INTELIGENCIA Aires, las sanciones norteamericanas que pretendían forzar a
"las fuerzas de seguridad a abandonar la táctica [de las desa-
pariciones] implicarían una confrontación entre el nivel polí-
DESTACAMENTOS DE INTELIGENCIA
tico del gobierno y elementos muy poderosos de esas fuerzas
de seguridad. Los costos potenciales de dicha confrontación
SECCIONES DE INTELIGENCIA la convierten en una alternativa muy poco atractiva para un
Destacamentos
gobierno que debe contar con una institución militar más o
menos unificada" .81
Fuente: Entrevistas con oficiales del ejército en Buenos Aires, julio y
agosto de 1993; Federico Mittelbach, Informe sobre desaparecedores,
Buenos Aires, La Urraca, 1986, p. 19; Páginal12, varios números.
tora Vozes, 1985, pp. 291-293, y Charles Gillespie, "Party Strategies and Re-
democratization: Theoretical and Comparative Perspectivos on the Urugua-
La comunidad de seguridad fue responsable de grandes vio- yan Case", tesis del doctorado de filosofía, Yak University, 1987, p. 460.
laciones a los derechos humanos durante la guerra sucia. En En español en el original (n. del t.).
78
Stepan, Rethinking Military Politics..., cit., pp. 24-25; L. A. Binen-
el período 1975-1979, la Argentina ocupó el primer lugar en court Emilio, "The 'Abertura' in Brazil: the Day-After of the Brazilian Intelli-
términos de porcentaje de "desapariciones" en comparación gence Monster'", documento de trabajo, Instituto de Pesquisa Económica
con los otros regímenes burocrático autoritarios de América Aplicada (IPEAI, noviembre de 1992, pp. 7-11.
8
del Sur. 78 La significación de la cuestión de los desapareci- ° El recurso a operativos represivos clandestinos generalizados por parte
del ejército francés en Argelia y el estadounidense en Vietnam había contri-
buido a la erosión de la jerarquía militar y el aumento de la corrupción den-
tro de la institución. Acuña y Smulovitz, "Militares en la transición argenti-
77
Véase Duhalde, El Estado terrorista argentino, cit., pp. 13, 19, 145 y 131. na...", cit., pp. 32-33.
78 81
Stepan, Rethinking Military Politics..., cit., cuadro de p. 70 que cita a Cable de la Embajada de los Estados Unidos, "The Tactic of Disappea-
la CONADEP, Nunca más..., cit., p. 284, Brasil: Nunca Mais, Petrópolis, Edi- rance", sección 2, p. 2.

48 49
La comunidad argentina de seguridad estaba constituida en gran escala formada por agentes profesionales con capaci-
por varias agencias de inteligencia con autonomía operativa.82 dad para embarcarse en operaciones extraterritoriales. 84 El
El aparato de informaciones aparecía como un centro omnis- Batallón de Inteligencia 601 del ejército fue un actor central en
ciente de poder dentro del estado de seguridad nacional, con este proceso. Unidad de inteligencia clave," cumplió un papel
sus propios procedimientos y sólo responsable ante sí mismo. vital en la guerra sucia y más adelante condujo las operaciones
Los oficiales y civiles pertenecientes a ese ámbito tenían un contrarrevolucionarias argentinas en América Central.
poder notoriamente mayor que los oficiales asignados a uni-
dades de combate regulares. Las unidades de inteligencia no Batallón de Inteligencia 601
sólo tenían jurisdicción exclusiva para llevar a cabo operati-
vos, sino que también controlaban la dimensión más rentable El Batallón de Inteligencia 601 tenía un lugar central en el
de la empresa de contrainsurgencia: el saqueo de los bienes de aparato represivo y la recolección de informaciones. Disfruta-
las víctimas de la represión estatal y el secuestro extorsivo de ba de capacidades sin paralelo, tanto formales como, espe-
personas adineradas con el argumento de la "guerra contra la cialmente, informales, para centralizar y llevar a cabo opera-
subversión económica". El grado de poder poco común dis- tivos secretos de inteligencia. Durante la guerra sucia, todas
frutado por la comunidad informativa durante la guerra sucia las unidades del espionaje militar tenían la instrucción de
fue una fuente de conflictos y resentimientos intensos dentro mantener un intercambio permanente de informaciones con
de las fuerzas armadas. Varios años después de los juicios por este batallón y remitir a él todo el equipamiento militar no
violaciones a los derechos humanos emprendidos por la ad- identificado y la documentación capturada a la guerrilla por
ministración de Alfonsín, algunos oficiales sostuvieron que el las fuerzas de seguridad." El Batallón 601 estaba bajo el pa-
hecho de que no se procesara a personal de esa comunidad,
en particular a agentes civiles que trabajaron dentro de las es-
tructuras de la inteligencia militar, era una prueba de la natu- Romero Mundani, julio y agosto de 1992, en Malamud-Goti, Game Without
raleza política partidista de esas acciones judiciales." End..., cit., pp. 174-175.
84
Sobre la autonomía y los recursos del aparato de inteligencia, véanse
La red de agencias de inteligencia operaba con gran auto- Ana Barón, "La conexión Sánchez Reisse-Suárez Mason-Guglielminetti", en
nomía con respecto a las normas militares y policiales y las es- Somos, 25 de febrero de 1987; "Servicios bien intactos", en Página/12, 25 de
tructuras de mando, y sus presupuestos, personal y procedi- julio de 1993; y Peter Dale Scott y Jonathan Marshall, Cocaine Politics:
mientos eran secretos. Hacia la época en que decreció la Drugs, Armas, and the CM in Central America, Berkeley, University of Cali-
fornia Press, 1991, p. 43. Cf. el análisis de Wolfe sobre la CIA como parte del
intensidad de la guerra antisubversiva en la Argentina, el apa-
estado semisecreto que ejecutó las políticas estadounidenses en la guerra fría.
rato informativo se había convertido en una fuerza autónoma Wolfe, Limits o( Legitimacy..., cit., en especial pp. 201-205.
85
Una definición útil de la contrainteligencia es la dada por la Escuela Su-
perior de Guerra (ESG) del Brasil, para la cual se trata de un "grupo de medi-
52
Esta descripción del aparato de inteligencia argentino se basa en las si- das concebidas para neutralizar la eficacia de servicios de inteligencia hostiles
guientes entrevistas, realizadas en Buenos Aires: general del ejército argenti- y salvaguardar la seguridad nacional, así como identificar ofensivas psicológi-
no, nombre omitido a su pedido, 4 de agosto de 1993; Rogelio García Lupo, cas lanzadas contra sus ciudadanos". Escola Superior de Guerra, Doutrina
30 de julio de 1993; y Juan José Salinas, 31 de julio de 1993. Véase Jorge Básica, Río de Janeiro, ESG, 1979, p. 290, citado en Bittencourt Emilio, "The
Grecco y Marcela Luza, "Secuestros extorsivos: la historia del horror", en 'Abertura' in Brazil...", cit., p. 9.
Somos, Buenos Aires, 9 de diciembre de 1991, pp. 10-15. Es importante pun- 56 Comando General del Ejército, ENIGE, Jefatura II de Inteligencia —en lo
tualizar que dentro de las filas de las fuerzas armadas argentinas era tradi- sucesivo Cdo. J. Ej. (ERIGE-Jef. u)—, anexo 1 (Inteligencia) a la directiva secreta
ción y habitual considerar la carrera en el sector de inteligencia corno una del comandante en jefe del ejército n° 404/75, "Guerra contra la subver-
ocupación para oficiales de escasa calificación, que no podían aspirar a gran- sión", firmada por el general Roberto Eduardo Viola, Buenos Aires, 28 de
des destinos militares. octubre de 1975, p. 10. El Batallón de Inteligencia 601 fue suprimido en el
83
Entrevistas con el coronel Mohamed Alí Seineldín y el mayor Héctor periodo posautoritario. La unidad fue reorganizada como Centro de Reunión

50 51
raguas del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIL) y el man- documentos de inteligencia del ejército exhibían un mapa de la
do directo de la Jefatura II de Inteligencia del Estado Mayor "guerra subversiva marxista" desde el punto de vista castrense.
General del Ejército (EMGE). Desde sus inicios a comienzos de los años sesenta (con el pri-
Aunque formalmente subordinado de manera exclusiva a mer intento de construir un foco° guerrillero en el norte argen-
la Jefatura el Batallón de Inteligencia 601 tenía una cadena tino), se consideraba que los grupos "terroristas subversivos"
de mando paralela con el Primer Cuerpo de Ejército (Buenos habían evolucionado hasta transformarse en complejas organi-
Aires) a través de su jefe, el general Carlos Guillermo Suárez zaciones clandestinas "que contaban con un aparato político
Mason. Presuntamente, fue éste quien, desde su puesto como de conducción, propaganda y adoctrinamiento, y un aparato
comandante de ese cuerpo, propició y fue el primer conductor armado responsable de acciones terroristas específicas, incluida
de las intervenciones militares argentinas en América Central. la formación de un 'ejército irregular'". 88 La creación de la Or-
Su interés en una guerra contra el marxismo más allá de las ganización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS) y las opera-
fronteras nacionales –una empresa a la que ulteriormente adhi- ciones guerrilleras dirigidas por Ernesto Guevara en Bolivia se
rió el presidente y comandante en jefe de las fuerzas arma- veían como acontecimientos clave en el ascenso de los movi-
das– estaba íntimamente vinculado con sus operaciones trans- mientos revolucionarios en América Latina.89
nacionales ilegales (véase capítulo 5).87 Un informe de inteligencia del ejército de 1975 declaraba
que el primer objetivo de los marxistas era conquistar la psi-
El punto de vista de la inteligencia militar que de la población y, a continuación, controlar los recursos
sobre la subversión de la nación. Se subrayaba que las organizaciones revoluciona-
rias locales, los Montoneros y el ERP, habían lanzado una gue-
Vale la pena estudiar de qué manera los militares, y específica- rra total contra la sociedad argentina. Las fuerzas armadas (en
mente el comando de inteligencia del ejército (Jefatura inter- especial el ejército) constituían, desde luego, el principal obstá-
pretaban la amenaza subversiva en el período 1975-1981. Los culo al éxito potencial de la empresa insurgente; por lo tanto,
se sostenía, las organizaciones revolucionarias procurarían
"erosionar, desmoralizar y aniquilar" a las fuerzas militares.9°
de In teligencia Militar (CRIN), con la misión de recolectar y analizar informa- Otro informe, éste de 1977, destacaba que, dada la erosión
ciones para el comandante en jefe del ejército. de la estructura militar de los insurgentes y su incapacidad de
g7
El general Suárez Mason formaba parte del sector "duro" del ejército, obtener apoyo de la población, la estrategia de la organiza-
en el que se contaban, entre otros, el general Ibérico M. Saint Jean (goberna-
ción montonera había pasado a priorizar la acción política
dor de la provincia de Buenos Aires), el entonces coronel Ramón J. Camps
(jefe de la policía de la provincia de Buenos Aires), el general Luciano Benja- sobre la lucha armada. Se estimaba que el ERP, tras la aniqui-
mín Menéndez (comandante del Tercer Cuerpo de Ejército, Córdoba), el ge-
neral René O. Azpitarte (comandante del Quinto Cuerpo de Ejército, Bahía
Blanca) y el coronel Roberto L. Roualdés (jefe de inteligencia del Primer * En español en el original (n. del t.).
Cuerpo). Anteriormente, esta facción era partidaria de un régimen dictatorial " Poder Ejecutivo Nacional, Terrorism in Argentina, cit., pp. 5-6.
89
fuer t e y la eliminación violenta de toda forma de oposición. Durante el pri- ibid.
mer año del Proceso, el Primer Cuerpo de Ejército, de Suárez Mason, ya 90 Cdo. J. Ej. (EMGE-jet II), "Guerra contra la subversión", ch., pp. 1-9.
mostraba signos evidentes de autonomía operativa con respecto al gobierno De acuerdo con la inteligencia mili t ar, los Montoneros actuaban simultánea-
militar y las fuerzas armadas. Claudio Uriarte, Almirante Cero: biografía no mente a través de sus milicias clandestinas, un aparato semiencubierto dedi-
autorizada de Emilio Eduardo Massera, Buenos Aires, Planeta, 1991, pp. cado a las reivindicaciones políticas y una estructura legal y política. Según se
123-125, 128 y 141-142. Sobre el papel de Suárez Mason, Roualdés, d coro- informaba, uno de sus principales objetivos era asumir el liderazgo del movi-
nel Raúl Alberto Gatica y el Batallón de Inteligencia 601 en la así llamada miento sindical. El informe de inteligencia señalaba que el ERP intentaba
guerra contra la subversión económica, véase Grecco y Luza, "Secuestros ex- abrir un frente urbano en la ciudad de Buenos Aires, como complemento de
torsivos...", cit., en especial pp. 10 y 12. su frente rural en la provincia de Tucumán.

52 53
lación de su conducción y la devastación de su militancia e in- núcleo de la JCR estaba formado por organizaciones guerrille-
fraestructura militar, se centraba casi exclusivamente en la ac- ras de la Argentina, Chile, Uruguay y Bolivia. Un informe de-
ción psicológica. 91 Este informe alertaba sobre la amenaza de cía que, en procura de su objetivo estratégico inicial de crear
nuevos actos terroristas internos contra blancos gubernamen- una vanguardia revolucionaria latinoamericana unificada, la
tales y militares seleccionados, pero también subrayaba que JCR había establecido contactos con organizaciones insurgen-

se libraba una confrontación decisiva contra las organizacio- tes del Brasil, el Paraguay, Perú, Venezuela, Colombia, Méxi-
nes guerrilleras en la arena internacional, donde el enemigo co, Guatemala, Nicaragua, El Salvador y la República DOrtli-
marxista, se decía, intentaba lograr el aislamiento político del nicana. 96 A fines de los años setenta, fuentes de inteligencia
régimen militar. 92 A pesar del alto costo político internacio- militar sostenían que las organizaciones guerrilleras izquier-
nal de la campaña antisubversiva para el gobierno argentino, distas de América Central y América del Sur se habían inte-
la poderosa comunidad de seguridad dictaba la necesidad de grado en una estructura unificada regida por la Unión Sovié-
continuarla en el ámbito interno" –con el complemento de tica, Cuba y el gobierno sandinista de Nicaragua.97
operativos extraterritoriales en conjunción con fuerzas de los El énfasis cada vez mayor en las operaciones de inteligen-
países vecinos–, con el objetivo de eliminar completamente cia extraterritoriales tal vez haya sido una respuesta a la per-
los restos de la amenaza subversiva." cepción militar de una amenaza, en particular la evaluación
La inteligencia militar prestó particular atención a los vín- hecha por la Jefatura ti de la estrategia subversiva (véase figu-
culos transnacionales entre las organizaciones insurgentes. ra 1.2). La expansión de las operaciones de seguridad del ré-
Los informes destacaban la importancia de la Junta Coordi- gimen en el extranjero posiblemente se relacionara con la
nadora Revolucionaria (JCR), una organización de cobertura preocupación creciente por un ataque internacionalmente
creada "para prolongar el despertar marxista subversivo de coordinado contra la Argentina. Como se reveló más adelan-
los años sesenta e infundirle nuevas metas y estímulos"." El te, un documento de la inteligencia del ejército mostraba que
el principal punto de inquietud para las fuerzas armadas entre
1979 y fines de 1981 fue la campaña de propaganda presun-
tamente subversiva contra el régimen militar que llevaban a
41
Cdo. J. Ej. (EMGE-Jef. u), anexo [a la directiva secreta n° 504/77, "Con- cabo organizaciones de derechos humanos, tanto argentinas
tinuación de la ofensiva contra la subversión durante el período 1977/1978", como internacionales, y el movimiento Montonero.98
firmada por el general Roberto Eduardo Viola, Buenos Aires, 20 de abril de
1977, pp. 1-15. A mediados de 1977, los militares obtuvieron una concluyen-
te victoria sobre los Montoneros y el ERP. De acuerdo con Viola, La Nación,
30 de septiembre de 1977, hacia septiembre de ese año habían sido "muertos
o detenidos" siete u ocho mil guerrilleros. "Hacia fines de 1978 –dijo el gene- por el coronel Carlos Alberto Martínez, subjefe de inteligencia del ejército,
ral Díaz Bessone–, la victoria militar sobre los revolucionarios en la Argentina Buenos Aires, 28 de octubre de 1975, p. 7.
96
era un hecho. Pero la guerra proseguiría en la arena política." Genaro Díaz Cdo. J. Ej. (EMGE-Jef. u), anexos a la directiva secreta n° 404/75,
Bessone, Guerra revolucionaria en la Argentina (1959-1978), Buenos Aires, "Resumen de los orígenes...", cit., pp. 7-9.
97
Fraterna, 1986, p. 359. Véase Congreso de los Estados Unidos, testimonio de Sánchez Reisse,
92
Cdo. J. Ej. (EMGE-Jef. ti), directiva secreta n° 504/77, "Continua- cit., pp. 37-38, 81-82 y 106-108.
9s
ción...", cit., pp. 11-14. Cdo. J. Ej. (EmGE,jef. u), anexo 1 a la directiva secreta n° 604/79,
43
Cable de la Embajada de los Estados Unidos, "The Tactic of Disappea- "Continuación de la ofensiva contra la subversión", firmada por el general
rance", sección 2, p. 2. Alberto Alfredo Valín, jefe de inteligencia del ejército, Buenos Aires, 24 de
94
Véase Ramón J. A. Camps, "Cómo se planificó la campaña terrorista diciembre de 1981, pp. 1-21. Véase Guest, Behind the Disappearances..,, cit.
latinoamericana", en La Prensa, 28 de diciembre de 1980. Sobre el movimiento argentino de derechos humanos, véase Alison Brysk,
95
Cdo. J. Ej. (EMGE-Jef. u), anexo 1 a la directiva secreta n° 404/75, "Re- The Pohtics of Human Rights in Argentina: Protest, Change, and Democrati-
sumen de los orígenes, evolución y doctrina del PRT/ERP y la JCR", firmada zation, Stanford, Stanford University Press, 1994.

54 55

'■
vl
T) El primer ataque en América Central
>, ce
-e 1 1 o c .2
u — >,. o .c. c 2-41-3
,-,
15 oc O. oc c", 7rJ Ti •C, "I Debido a la percepción que tenían los militares de una ofensi-
a 2, -, o-r.,, 1o 4e
>
cl 2,'.? o o) va ideológica contra la Argentina, el jefe de inteligencia del
=U El .c
, a ci
'-a lyg 7 8 13 ejército, general Alberto A. Valín (que manejó el programa
1 E 1
U 11 N' r:11 11:79 antisandinista argentino), instruyó a su personal para que me-
, 1
a. p
., u, u 1 cl l - ,, 2
9 7,., ¿_," :2 "',,_ ..6, -6' 1o■5 -1 l
' '1' ¡orara e intensificara la actividad de contrainteligencia. Las
1
9 -° cd r.;.i t 1, ,,, r, .2 -ou >. ó

-O lo a" .2 o 1> 1,, o afirmaciones castrenses sobre la existencia de dicha ofensiva


.ÉI 1a a .2
>
Q -
1
EE
72 9 ideológica no estaban respaldadas por ninguna evidencia con-
az ó'
Ja
.__,
.1 1 Lt.a ci-a, creta de una campaña terrorista o guerrillera. Sin embargo, el
1 comando de inteligencia militar destacaba la importancia de
-r, la agresión ideológica marxista. "Uno de los principales ata-
ques contra el Proceso de Reorganización Nacional [Pm]
U.°
-decía un documento secreto suscripto por Valín- proviene
e de organizaciones de solidaridad y estaciones de radio instala-
---,?
e ,...
-n5.das en el exterior, que se entrometen abiertamente en los
e a U, co asuntos internos del país." 99 Efectivamente, en un comienzo
o o
F o 2 —c c o. -r, las operaciones extraterritoriales de inteligencia se concentra-
-a, I-, o 2 'e
o
r)
,,.. o mc a
.„, _ ron en blancos percibidos como fuentes de propaganda an-
o E 9o -=1 -i; E .-, tiargentina. El primer operativo realizado por guardias nacio-
o TI . ,,, . o •2 `'
u
o U -ci: a (,./ 6' 1, 2 nales nicaragüenses entrenados por argentinos fue un ataque
o J.4
-o o „5,' -in o 7; ..cc
o 2 _8 12 q ,1> _; a la estación de radio de onda corta Noticias del Continente,
_o
u
u LO o.rl •r, g
ubicada en las afueras de San José de Costa Rica, en diciem-
o
o. to" ,-; bre de 1980. Presuntamente manejada por los Montoneros, la
00
id 7.. c°
-.

e
e
C' emisora denunciaba las violaciones a los derechos humanos
= -S en la Argentina. Los exiliados nicaragüenses aceptaron reali-
eo ;12, zar el operativo a cambio de la continuación del apoyo argen-
-1.
zi... .v tino a la empresa "contra". 1 "
-.eo De acuerdo con un ex agente del Batallón de Inteligencia
o .e -e 601 -que testificó ante el Senado de los Estados Unidos en
o .17.11
._
/, lo/ ,,s,
T., e
-o .,-'
o 99 Cdo. J. Ej. (EMGE-Jef. u), directiva secreta n° 604/79, "Continua-
o TI 1 ción...", cit., p. 5.
S E lw Entrevista con Emilio Echaverry Mejía, ex mayor de la guardia nacio-
o LS
>
oTi
`o'
o er: nal de Nicaragua y jefe de operaciones de la FDN, abril de 1991, en Guillermo
Alberto Monkman, "The Institutionalization of the Doctrine of National Se-
<9; 1-
curity in Argentina: The Military and Foreign Policy", tesis del doctorado de
§2 filosofía, University of South Carolina, 1992, p. 275. Véanse Christopher Die-
0 c'd
1 .2 key, With the Contras: A Reportar in the Wilds of Nicaragua, Nueva York,
1 2 Simon and Schuster, 1987, pp. 90-92; y Peter Kornbluh, Nicaragua: The Price
z i, of Intervention, Washington, DC, Institute for Policy Studies, 1987, p. 27.
zr..7

56 57
1987–, la CIA proporcionó a los argentinos informaciones y de seguridad nacional, las fuerzas de seguridad de la región
asistencia logística para el ataque a la radio. 1 ° 1 De tal modo, establecieron reglas y pautas de asociación para librar una
la agencia estadounidense estuvo involucrada en una opera- guerra no convencional sin fronteras.1°2
ción no autorizada durante la presidencia de Carter. Si bien el
ataque fracasó, fue el primer intento de coordinar la expe-
riencia en inteligencia de los Estados Unidos con el entrena- Operación Cóndor
miento militar argentino para un operativo clandestino lleva-
do a cabo por ex guardias nacionales nicaragüenses contra un .fin los años setenta, la Dirección de Información Nacional de
blanco en América Central. Chile (DINA), en conjunto con los servicios de inteligencia de la
Argentina, el Brasil, el Uruguay y Bolivia, organizó la Opera-
ción Cóndor. Esta red transnacional aspiraba a coordinar es-
La coordinación de la represión en América del Sur fuerzos para la captura de disidentes políticos y el intercambio
de información de inteligencia. El argumento que justificaba la
La amenaza presuntamente planteada por los movimientos empresa colectiva era que había un enemigo común, el comu-
revolucionarios sirvió como fundamento ideológico para la nismo internacional / en consecuencia, un país tenía "el dere-
coordinación de las fuerzas antidisidentes en toda América cho y, a decir verdad, el deber de silenciar no sólo la oposición
Latina durante los años setenta. Los servicios de inteligencia a su propio régimen sino también la de cualquier régimen veci-
militar de los países del cono sur organizaron una infraestruc- no". 103 Las fuerzas de seguridad locales secuestraban a los di-
tura clandestina para la persecución de enemigos políticos. sidentes y los transferían a centros de detención secretos en sus
Grupos paramilitares vecinos operaban de manera colectiva. países de origen. Algunos de ellos eran refugiados pero resi-
Los extranjeros eran secuestrados y se los "transfería" a las dentes legales; otros estaban bajo la protección del Alto Comi-
fuerzas de seguridad de sus respectivos países. En ocasiones, sionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Ac-
las agencias de inteligencia trabajaron en conjunto para co- NUR). 104 Esta red represiva transnacional fue responsable de
meter asesinatos políticos. Al establecer disposiciones comu- numerosas operaciones (que incluían secuestros, torturas y
nes para sus actividades antisubversivas en la región, los regí-
menes militares sudamericanos crearon un aparato represivo 102
Verbitsky, La Ultima batalla..., cit., p. 65; Duhalde, El Estado terro-
multinacional basado en el intercambio de informaciones so-
rista argentino, cit., p. 114. Los servicios militares argentinos de inteligencia
bre opositores políticos. desarrollaron una colaboración más estrecha con el Uruguay y el Paraguay
En los años sesenta, las fuerzas de seguridad del cono sur que con el Brasil (y posiblemente Chile). A pesar de serias diferencias en tér-
habían establecido vínculos para cooperar en operaciones de minos de sus intereses nacionales, el anticomunismo representó un terreno
contrainsurgencia. La profesionalización de los servicios de común para la cooperación entre los países del cono sur.
103
Scott Anderson y Jon Lee Anderson, Inside the League, Nueva York,
inteligencia, el intercambio de misiones militares y la crecien-
Dodd, Mead, 1986, p. 142. De acuerdo con la comisión de relaciones exte-
te cantidad de oficiales entrenados en los países vecinos con- riores del Senado de los Estados Unidos, la Operación Cóndor llevó a cabo
tribuyeron a ese proceso de cooperación. En 1974, las fuerzas ataques contra sus enemigos según un modelo por el cual un "equipo [esta-
policiales y los servicios de inteligencia del cono sur acorda- bal encargado de elaborar la `lista de blancos' de Cóndor en un país determi-
ron formalmente colaborar en la detención e intercambio ile- nado. Luego, un segundo equipo [eral despachado para ubicar a las víctimas
elegidas y mantenerlas bajo vigilancia. Por último, un tercer equipo, formado
gales de disidentes políticos exiliados. En nombre de intereses
por integrantes de uno o más de los cuerpos policiales miembros, [eral envia-
do para ejecutar el 'castigo' decidido". Anderson y Anderson, Inside the Lea-
101
Congreso de los Estados Unidos, testimonio de Sánchez Reisse, cit., gue, cit., p. 143.
104
pp. 14-17, 26-27, 36-37 y 111. CONADEP, Nunca más..., cit., p. 255.

58 59
asesinatos) contra disidentes políticos no sólo en América La- Puede conjeturarse que el agente argentino de inteligencia
tina sino también en los Estados Unidos y en Europa.1135 que actuó como enlace de los miembros de la DINA en la Ar-
En la Argentina, la primera ola de represión transnacional gentina, los Estados Unidos e Italia fue Juan Martín Ciga Co-
comenzó en 1974 con el asesinato en Buenos Aires del gene- rrea. Integrante de la SIDE y ex miembro de grupos ultradere-
ral Carlos Prats González, ex comandante en jefe del ejército chistas de su país, Ciga Correa estuvo al parecer implicado en
chileno y ministro del interior durante la administración so- la logística del operativo Prats. Bajo las órdenes del Batallón
cialista de Salvador Allende. Al parecer, la organización para- de Inteligencia 601 del ejército, este agente comenzó a inter-
militar argentina Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) venir en el programa contrarrevolucionario en América Cen-
rechazó el pedido chileno de asesinar a Prats, lo que obligó a tral a principios de los años ochenta. (Héctor Francés, agente
la DINA a encargarse del operativo. del Batallón 601 que actuó como asesor de inteligencia en
Además de este crimen (en septiembre de 1974), la DINA Costa Rica con la misión de organizar una red de apoyo a la
también cometió, bajo los auspicios de la Operación Cóndor, operación antisandinista, identificó a Ciga Correa como uno
el asesinato de Orlando Letelier, ex ministro de relaciones ex- de los pagadores de los asesores argentinos en Honduras.)I°7
teriores del gobierno de Allende, en Washington DC (septiem- (Véase el capítulo 4.)
bre de 1976), y el ataque terrorista contra un ex vicepresiden- La red de la DINA en América del Sur –cuyo agente clave en
te chileno, Bernardo Leighton, en Roma (octubre de 1975). Buenos Aires era Enrique L. Arancibia Clavel– incluía a los te-
En una segunda ola de represión transnacional propiciada rroristas neofascistas italianos Stefano delle Chiaie y Pier Luigi
por los estados, fueron asesinados en la Argentina varios exi- Pagliai, que jugaron un papel fundamental en el aparato repre-
liados políticos sudamericanos, entre ellos el general Juan Jo- sivo del general Luis García Meza en Bolivia. Otros actores
sé Torres (ex presidente de Bolivia), Zelmar Michelini (ex se- i mportantes vinculados con esta red eran el coronel José Os-
nador uruguayo) y Héctor Gutiérrez Ruiz (ex presidente de la valdo Ribeiro, del Batallón 601, quien sería jefe del estado
Cámara de Diputados del Uruguay).106 mayor general argentino con base en Honduras, a cargo del
programa antisandinista, y el coronel (en ese momento capi-
tos Scott y Marshall, Cocaine Politics..., cit., p. 42; Alipio Paotetti, Como tán) Mohamed Alí Seineldín, quien actuaba como enlace entre
los Nazis, como en Vietnam, Buenos Aires, Contrapunto, 1987, pp. 419-438. el ejército y la Triple A y se convertiría en un influyente líder
Documentos secretos sobre la represión política del general Stroessner en el ultranacionalista de las rebeliones militares en la Argentina.1138
Paraguay, hallados en diciembre de 1992 en el cuartel general de la policía en
Asunción, suministraron importantes pruebas sobre la colaboración entre las
fuerzas de seguridad en el cono sur durante los años setenta y ochenta. Esos ejército) procuró dar protección al ex congresista uruguayo. El hecho de que
archivos contenían información sobre unos quinientos ciudadanos argentinos Gutiérrez Ruiz fuera presurosamente asesinado para impedir su liberación es
secuestrados, torturados y muertos por las fuerzas de seguridad. Había tam- una prueba de la estrecha cooperación entre las fuerzas de seguridad argenti-
bién una carta de junio de 1978 del general Manuel Contreras, director de la nas y uruguayas. Entrevista con García.
l 7
policía secreta chilena ( DINA), al jefe de policía del Paraguay, general Francis- ° Transcripción del testimonio videograbado de Héctor Francés ante auto-
co Brítez Borges, en la que le proponía un intercambio de información y pri- ridades sandinistas, el 6 de diciembre de 1982; en los archivos del autor, p. 62.
sioneros entre los dos países. Además, el archivo secreto contenía informes 108
Horacio Verbitsky, "El vuelo del cóndor", en Página/12, 28 de enero de
de los servicios de inteligencia brasileños con respecto a disidentes políticos 1996; declaración jurada de Rodolfo Peregrino Fernández, Madrid, CADHU, 26
argentinos exiliados que eran intensamente buscados por las fuerzas de segu- de abril de 1983, en tos archivos del autor, p. 8. Véase Horacio Verbitsky, La
ridad de su país. Luis Bruschtein, "Archivos del infierno", en Página/12,7 de posguerra sucia: un análisis de la transición, Buenos Aires, Legasa, 1984, pp.
febrero de 1993; Páginal12, 11 de febrero de 1993 y 26 de enero de 1996. 127-130 y 132-140. El ex agente de la DINA Michael Townley fue el enlace cla-
Véase también Centro de Estudios Legales y Sociales, Uruguay/Argentina: ve en las operaciones de Prats, Letelier y Leighton. Fue extraditado a los Esta-
coordinación represiva, Buenos Aires, CELS, 1982. dos Unidos en 1978. En 1995, un tribunal chileno sentenció al ex director de la
106
Inmediatamen t e después del secuestro de Gutiérrez Ruiz, el director de DINA, general Manuel Contreras, a siete años de cárcel por su participación en
una de las más prestigiosas academias militares argentinas (un general del el asesinato de Letelier en 1976. En enero de 1996, el ex agente de la DINA

60 61

1,1

II
Ciertos exiliados cubanos instalados en Miami trabajaban sier con fotografías, descripción e información sobre los an-
como agentes contratados de la Operación Cóndor. Los terro- tecedentes de las personas que buscaban, y que se distribuyó
ristas anticastristas Orlando Bosch, Gaspar Jiménez y Luis Po- entre los participantes.11°
sada tuvieron participación en el asesinato de diplomáticos cu-
banos en la Argentina en 1976. La organización terrorista A partir de 1977, grupos paramilitares argentinos acecharon,
Omega 7, compuesta por exiliados, suministró apoyo para el secuestraron y asesinaron a refugiados políticos de esa nacio-
asesinato de Letelier, urdido por la DINA. La red de cubanos en nalidad en América Latina y Europa. Se destacaron equipos
el exilio, en particular Omega 7 y Alfa 66, cooperaría con el Ba- especiales con la misión de rastrear a disidentes exiliados en
tallón de Inteligencia 601 en el entrenamiento y la organización el Brasil, el Uruguay, Paraguay, Bolivia, Perú, Venezuela, Mé-
de fuerzas antisandinistas a principios de los años ochenta.1°9 xico, España, Italia, Suiza y Bélgica."' Hacia fines de los
Tras haber ganado prestigio hemisférico como resultado años setenta, el Batallón de Inteligencia 601 había instalado
de su éxito en la guerra sucia, la Argentina auspició cursos de bases operativas en varios países latinoamericanos, así como
contrainsurgencia para oficiales latinoamericanos a fines de en los Estados Unidos (véase capítulo 5).112
los años setenta. Expertos argentinos dieron instrucción sobre
su metodología antisubversiva, con especial hincapié en el uso
de la tortura para obtener informaciones de los prisioneros. Una operación de magnitud: golpe en Bolivia en 1980
Algunos de los cursos se realizaron en la Escuela de Mecánica
de la Armada (ESMA), uno de los más nefastos centros de de- \En julio de 1980, los militares argentinos participaron en una
tención clandestina del país. Un ex prisionero de ese centro importante y violenta operación exterior: el golpe de estado
declaró ante la Comisión Nacional sobre Desaparición de que en Bolivia encabezó el comandante del ejército, general
Personas ( CONADEP) que a principios de 1979 el grupo de ta- García Meza. Éste solicitó asistencia militar para expulsar a
reas ( GT) 3.3.2 de la ESMA organizó un curso de técnicas anti- Lidia Gueiler, la presidenta civil designada por la Asamblea
subversivas al que se invitó a oficiales de Nicaragua, Bolivia, Legislativa boliviana, y el ejército y la armada argentinos in-
el Uruguay y el Paraguay (y posiblemente del Brasil y Guate- tervinieron activamente/1 golpe se caracterizó por una preci-
mala). El GT 3.3.2 elaboró varios informes: sa planificación y una brutal ejecución.'"

Uno se refería a la historia del movimiento guerrillero en la


I
Argentina, otro a la organización y creación de los grupos de ") Declaración de Amalia Larralde, citada en CONADEP, Nunca más...,
tareas. Otro informe abarcaba los métodos más eficaces de cit., p. 134.
I
tortura y sus diferentes fases, tortura física [...1, tortura psi- " Sobre estas operaciones extraterritoriales realizadas por grupos para-
cológica, aislamiento, etcétera. También elaboraron un dos- militares, véanse Verbitsky, La última batalla..., cit., pp. 65-74; Juan Gaspa-
rini, La pista suiza, Buenos Aires, Legasa, 1986, p. 75; y Duhalde, El Estado
terrorista argentino, cit., pp. 113-114. Véase el testimonio de Néstor Norber-
Arancibia Clavel fue detenido en la Argentina y acusado del asesinato de Prats. to Condón ante la CONADEP en Paoletti, Como los Nazis, como en Vietnam,
Página/12, 24, 26 y 27 de enero de 1996. Seineldín fue agregado militar argen- cit., pp. 425-426.
112
tino en Panamá (1984-1986) y consejero de las fuerzas armadas del general Juan J. Salinas, "Los mercenarios argentinos en Centroamérica (M)",
Noriega (1986-1988). Ejerció una fuerte influencia sobre los militares paname- en El Porteño, febrero de 1989, pp. 18-19. Los coroneles Roberto Roualdés,
ños. En 1994, el ministro de relaciones exteriores de ese país lo acusó de actuar Jorge Muzzio y Alejandro Arias Duval (conocido como Arizmendi) eran pro-
como consejero de la Fuerza de Tareas E2, la unidad de inteligencia panameña bablemente los oficiales encargados de la red extraterritorial del Batallón de
más despiadada, dedicada a la represión política. Entrevista con Li Puma; Cla- Inteligencia 601. Véase José Luis D'Andrea Mohr, "La línea y la memoria",
rín, 18 de junio de 1994. en Pregón, Lanús, Argentina, 11 de enero de 1989.
109 III
Scott y Marshall, Cocaine Politics..., cit., pp. 30, 42-43, 204 y 259. Sobre el golpe militar de 1980 en Bolivia, véase Gregorio Selser, Boli-
Véase Anderson y Anderson, bzside the League, cit., pp. 142-143. via: el cuartelazo de los cocadólares, México, Mex-Sur, 1982.

62 63
Esta intervención fue un paso clave en el proceso de la ex- años ochenta (se acusó al régimen de proteger también a
pansión militar argentina en todo el subcontinente. De otros dos importantes círculos de la cocaína, uno encabezado
acuerdo con el teniente general Videla, las fuerzas armadas por Alfredo Gutiérrez y el otro por José Gasser). El dinero
argentinas ayudaron a derrocar a la presidenta interina Guei- proporcionado por Suárez Levy contribuyó a pagar la inter-
ler –pese a la decidida oposición de la administración Carter vención argentina en el golpe. A su vez, esos fondos solventa-
a la interrupción del proceso democrático en Bolivia– para ron las actividades militares argentinas en El Salvador. El ge-
impedir la emergencia de "una Cuba en América del Sur".114 neral Suárez Mason, socio de los grandes traficantes de
La Argentina fue el primer país que reconoció al nuevo régi- cocaína –entre ellos García Meza y su ministro del interior, el
men boliviano. "Formaba parte del juego de la guerra fría", coronel Luis Arce Gómez–, dirigió una poderosa red dentro
dijo un oficial naval de alto rango. "Teníamos que hacer el del aparato militar y paramilitar argentino, que combinó exi-
trabajo sucio en Bolivia." 115 Además de consideraciones re- tosamente los operativos anticomunistas con el narcotráfico y
feridas al conflicto este-oeste, tensiones tradicionales en la otras transacciones ilegales. 117 Durante el régimen de García
región del cono sur –en especial la rivalidad argentina con el Meza, Bolivia se convirtió en un santuario de criminales de
Brasil– y la importancia de estados tapón como Bolivia para guerra nazis y terroristas neofascistas italianos. Klaus Alt-
el equilibrio regional de poder desempeñaron un papel signi- mann –más conocido como Klaus Barbie, el carnicero de
ficativo en la decisión de respaldar el golpe de García Meza. Lyon– recibió de manos de Arce Gómez el rango honorario
Sin embargo, la lógica geopolítica no fue la única razón de la de teniente coronel del ejército boliviano. Altmann asesoró a
cooperación con los militares bolivianos.Joderosos grupos las fuerzas de seguridad de ese país en técnicas de interrogato-
de las fuerzas armadas argentinas estaban estrechamente re- rio y torturas)" Pier Luigi Pagliai y Stefano delle Chiaie ope-
lacionados con redes transnacionales ilegales, principalmente raban dentro del servicio de inteligencia militar boliviana.
de narcotráfico, y su participación en el alzamiento –conocido Pagliai solía "dedicarse a torturar prisioneros, y también ex-
como el golpe de la cocaína– les redituó enormes beneficios torsionaba a narcorraficantes"." 9 Delle Chiaie, socio de Suá-
económicos:di rez Mason y protegido de la logia secreta italiana Propaganda
De acuerdo con Human Rights Watch/Americas (antes Due (P-2), trabajó en la sección de operaciones del ejército
Americas Watch), el régimen de García Meza "se ganó la ( G-3), comandando grupos paramilitares. Un autor ha sugeri-
condena internacional debido a su ampliamente notoria parti-
cipación en el tráfico de cocaína, así como a groseras viola-
ciones de los derechos humanos". 116 El socio de García Meza 117
Congreso de los Estados Unidos, testimonio de Sánchez Reisse, cit., p.
era el barón de la droga Roberto Suárez Levy, considerado 154. A la caída del régimen militar, Suárez Mason huyó de la Argentina y ex-
uno de los principales traficantes de cocaína del mundo en los pandió sus actividades ilegales en el exterior. Hacia 1985, cuando estableció
su cuartel general en los Estados Unidos, se lo consideraba "uno de los prin-
cipales narcotraficantes latinoamericanos". Scott y Marshall, Cocaine Poli-
114
Videla, citado en Sergio Joselovsky, "El ejército del 'Proceso' y su in- tics..., cit., p. 47, que citan Panorama (Milán), 10 de noviembre de 1985. So-
tervención en Centroamérica", en Humo, Buenos Aires, ejemplar del autor bre la conexión entre el movimiento anticomunista internacional y el tráfico
sin fecha, circo otoño de 1984, p. 63. de drogas, véase Scott y Marshall, Cocaine Politics..., cit., capítulo 5.
115 lig
Entrevista con el almirante retirado Alberto R. Varela, en Buenos Aires, Americas Watch, Almost Nine Years..., cit., p. 3; Americas Watch,
17 de agosto de 1993. Véase Roberto Russell, "Las relaciones Argentina-Esta- The Trial of Responsibilities: The García Meza Tejada Trial, Nueva York,
dos Unidos: del alineamiento heterodoxo a la recomposición madura", en Mó- 10 de septiembre de 1993, p. 4; Michael Levine, The Big White Lie: The CIA
nica Hirst (comp.), Continuidad y cambio en las relaciones América Latina-Es- and the Cocaine/Crack Epidemic, Nueva York, Thunder's Mouth Press,
tados Unidos, Buenos Aires, Grupo Editor Latinoamericano, 1987, p. 24. 1993, p. 57.
116 119
Americas Watch, Almost Nine Years and Still No Verdict in the "Trial Conversación telefónica con un ex embajador estadounidense (desig-
of Responsibilities", Nueva York, diciembre de 1992, pp. 2-3. nado en América Latina en los años ochenta), 23 de junio de 1993.

64 65
do que había sido asesor de la Triple A y del servicio de inte- te, asesores navales argentinos usaron a Quiroga para enseñar-
ligencia del ejército argentino.12° les a los bolivianos cómo mantener vivo a un prisionero mien-
Veteranos de la guerra antisubversiva en la Argentina de- tras le infligían el mayor de los sufrimientos. También es posi-
sempeñaron un papel clave en la asunción del poder por parte ble que asesores argentinos hayan intervenido en la tortura de
de García Meza y la ulterior campaña de terrorismo estatal. otros sobrevivientes de la incursión en la coli. 123 El "golpe de
La Argentina tenía al menos dos unidades militares de inteli- la cocaína" en Bolivia contribuyó al financiamiento de una red
gencia en funcionamiento en Bolivia. Algunos oficiales argen- anticomunista transnacional dirigida por la Argentina y cono-
tinos eran "casi parte integrante del ejército boliviano. Traba- cida como Brigada Andina o Grupo Andes: "una especie de le-
jaban en el cuartel general del alto mando E...] directamente gión extranjera secreta cuya tarea era eliminar a los comunistas
encargados de la misión de ayudar a los bolivianos". El servi- en cualquier lugar en que se encontraran, especialmente a los
cio argentino de inteligencia militar colaboró activamente con guerrilleros montoneros y a quienes los ayudaban". 24 Esta red
García Meza y Arce Gómez en la planificación y ejecución del paramilitar trabajaba en conjunción con el Batallón de Inteli-
golpe de julio de 1980. Los comunicados militares difundidos gencia 601. Los enlaces argentinos clave con el Grupo Andes
por las nuevas autoridades habían sido preparados en la Ar- eran el general Suárez Mason y Raúl Guglielminetti, un agente
gentina y con la asistencia de expertos en inteligencia de ese de inteligencia civil que encabezaba el Grupo de Tareas Exte-
país. 121 Una de las unidades paramilitares irregulares más pro- rior de la Argentina (véase capítulo 5). Se afirma que la brigada
fundamente implicada en la despiadada represión que siguió al colaboraba con personal militar estadounidense destinado en
golpe de julio en Bolivia fue el Servicio Especial de Seguridad América Central:12s
(SES), una rama del Departamento de Investigación Nacional
(DIN). Encabezado por el coronel Freddy Quiroga y directa-
mente responsable ante Arce Gómez, "al parecer, el SES se creó El sucedáneo calificado
bajo la supervisión de asesores argentinos, entre ellos ex ofi-
ciales de la notoria Escuela de Mecánica de la Armada jES- Como resultado de su irrefutable éxito sobre el enemigo sub-
MAI". 122 El SES cometió el que se consideró el más grave cri- versivo, los militares argentinos estimaban haber elaborado
men contra los derechos humanos durante el régimen de una sofisticada metodología contrainsurgente. Esta opinión era
García Meza: el asesinato de ocho miembros del Movimiento
de Izquierda Revolucionaria (MIR) en enero de 1981. Agentes
paramilitares que actuaban con los auspicios del Servicio Es- 123
Americas Watch, The Trial of Responsibilities..., cit., pp. 2, 4 y 7-8;
pecial también fueron responsables de la muerte del líder so- Levine, The Big White Lie..., cit., p. 58. Un documento oficial "de acredita-
cialista Marcelo Quiroga Santa Cruz, el congresista Juan Car- ción de un mayor del ejército argentino ante el ejército boliviano" (presenta-
los Flores Bedregal y el sindicalista Gualberto Vega. Como do en el juicio a García Meza y sus colaboradores) suministra más evidencia
consecuencia de una incursión dirigida por el SES contra la sede sobre la participación de asesores argentinos en el aparato represivo bolivia-
de la Central Obrera Boliviana (COB), Quiroga y Flores fueron no. El 2.1 de abril de 1993, la Corte Suprema de Bolivia declaró al general
García Meza, el coronel Arce Gómez y a varios de sus colaboradores culpa-
gravemente heridos y arrastrados a instalaciones del ejército, bles de diversos delitos, entre ellos sedición, levantamiento armado, genoci-
donde murieron luego de sufrir brutales torturas. Presuntamen- dio y fraude. Anteriormente, Arce Gómez había sido declarado culpable de
narcotráfico en los Estados Unidos. Americas Watch, The Trial of Responsi-
bilities..., cit., pp. 1-3, 5-6 y 9-11.
1211
Scott y Marshall, Cocaine Politics..., cit., pp. 43, 45-47 y 205. Véase 124
Jack Blum, ex consejero especial del senador John Kerry, citado en
Levine, The Big White Lie..., cit., pp. 55-60. Scott y Marshall, Cocaine Polirics..., cit., p. 44.
121
Conversación telefónica con el ex embajador estadounidense. 124
Congreso de los Estados Unidos, testimonio de Sánchez Reisse, op.
122
Americas Watch, Ahnost Nine Years..., cit., p. 3. cit., pp. 10 y 44; Scott y Marshall, Cocaine politics..., cit., p. 42.

66 67
compartida en gran medida por varias otras fuerzas armadas micos. Esta cara clandestina del estado autoritario sería la
del hemisferio. Junto con el punto de vista generalizado de que fuerza dominante en la empresa contrarrevolucionaria argen-
la política de derechos humanos del gobierno de Carter era res- tina en el extranjero.
ponsable de la oleada de "expansionismo comunista", esto La decisión argentina de ocupar el lugar de los Estados
contribuyó a la decisión argentina de transferir su experiencia Unidos en la lucha hemisférica contra el comunismo, tomada
en seguridad interna a América Central, para aplicarla en la or- durante el gobierno de Carter, indicaba la determinación de
ganización de un movimiento armado antisandinista. Subyacía las fuerzas armadas de proyectar su influencia a toda América
a esa decisión el supuesto de que el progreso tecnológico con- Latina. La intervención argentina contra el "marxismo inter-
temporáneo hacía improbable una confrontación directa entre nacional' en el hemisferio era coherente con la afirmación de
las superpotencias, lo que daba primacía a la lucha indirecta a los generales de que su país había padecido "una invasión so-
través de conflictos periféricos y no convencionales.126 viética a través de la sucursal cubana". 13jComo lo sostuvo
Una vez derrotados los movimientos guerrilleros en la Ar- uno de los más notorios ideólogos argentinos del terrorismo
gentina, el terrorismo propiciado por el estado se desplegó co- de estado, el país fue el campo de batalla de una confronta-
mo un mecanismo de control social de la población. 127 Desde ción internacional que prosiguió en América Central. 132 En
el punto de vista de las fuerzas armadas, la victoria militar so- consecuencia, el anticomunismo sirvió como la eficaz justifi-
bre la "subversión" exigía un triunfo análogo en el ámbito po- cación racional de una compleja operación que combinó el
lítico. 128 En rigor de verdad, tras la restauración del gobierno entrenamiento militar e ideológico de fuerzas contrarrevolu-
civil luego de 1 98 3, algunos oficiales sostendrían que la bata- cionarias con una amplia red de negocios ilícitos que prolon-
lla política contra la subversión se había perdido.129 garon el esquema delineado durante la guerra sucia.
Las operaciones extraterritoriales argentinas eran conduci- A comienzos de los años ochenta, la Argentina, que en un
das por el núcleo de la comunidad de seguridad que había li- principio operó como actor independiente en América Central,
brado la guerra sucia en su país, principalmente el Batallón se erigió en un sucedáneo calificado en el programa de política
de Inteligencia 601 del ejército. 13 ° Como lo mostró este capí- exterior del gobierno de Reagan para esa región. La coopera-
tulo, la red de inteligencia que jugó un papel central en la ción norteamericano argentina en América Central no fue un
campaña represiva clandestina alcanzó un grado poco común acuerdo incidental en cuestiones de seguridad, sino el corolario
de autonomía operativa. Fue responsable de grandes violacio- de un paradigma coincidente, que veía la agitación popular co-
nes de los derechos humanos y numerosos delitos cometidos a mo el resultado de un plan comunista orientado a profundizar
causa de un deseo de venganza personal o por motivos econó- las fuentes nacionales de descontento. Además, la participación
argentina en las iniciativas contrarrevolucionarias hemisféricas
a fines de los años setenta y comienzos de los ochenta no fue
126
Osiris G. Villegas, Testimonio de un alegato, Buenos Aires, Compañía un caso aislado de intervencionismo extemporáneo; antes bien,
Impresora Argentina, 1990, p. 49. se ajustaba a un punto de vista militar de larga data, que consi-
127
Juan Corradi, "The Mode of Destruction: Terror in Argentina", en deraba a la Argentina un líder natural en América Latina.133
Telos, 54, 1982-1983, p. 70.
128
Cdo. J. Ei. (EmGE-Jef. II), directiva secreta no. 504/77. "Continua-
ción...". Cf. Acuña y Smulovirz, "Militares en la transición argentina...", cit., 131
pp. 31 y 39-40. General Santiago Omar Riveros, citado en Verbitsky, La última bata-
129
Entrevista con Seineldín. lla..., cit., p. 21.
132
13
" Es importante recordar que los grupos ultraderechistas responsables de la General Ramón Camps, citado en Duhalde, E/ Estado terrorista ar-
oleada de violencia política en 1974-1975 nutrieron con sus miembros las filas gentino, cit., p. 81.
133
de las fuerzas de seguridad directamente comprometidas en la represión. Véase Véase Robert Wesson (comp.), The Latin American Military Maitu-
Ignacio González Janzen, La Triple-A, Buenos Aires, Contrapunto, 1986. tion, Nueva York, Praeger, 1986, p. 150.

68 69

ir
Es necesario un análisis conciso de la política exterior esta- CAPÍTULO 2. LOS ESTADOS UNIDOS Y LAS
dounidense hacia América Latina durante los gobiernos de VICISITUDES DE SU COLABORACIÓN CON LOS
los presidentes Carter y Reagan para entender la cooperación MILITARES ARGENTINOS"
entre los Estados Unidos y la Argentina en América Central.
También es importante examinar algunos rasgos clave de las
tormentosas relaciones entre ambos países en ese período.
Debe prestarse atención a las pruebas que ponen al descubier-
to un aspecto poco conocido de dichas relaciones. Ésa es la
tarea que abordo en el próximo capítulo.

Los centro y sudamericanos fueron actores clave en los es-


fuerzos contrarrevolucionarios realizados en América Central
en los años setenta y ochenta. En otras palabras, la lucha mi-
litar y política, en especial la empresa antisandinista, no fue el
resultado exclusivo de una estrategia sofisticada formulada e
i mplementada por los Estados Unidos. Es cierto que el go-
bierno de Ronald Reagan y muchos grupos e individuos ins-
talados en los Estados Unidos –algunos de ellos fuertemente
respaldados por congresistas de este país– jugaron un papel
crucial en el aliento a los esfuerzos militares y paramilitares
de desmovilización, pero la guerra en América Central fue
impulsada por una combinación de fuerzas nativas y actores
internacionales que respondían a percepciones de amenaza es-
pecíficas.' Ciertas coaliciones internacionales resultantes de
complejos vínculos entre actores ideológicos configuraron en
gran medida los orígenes de un conflicto tan devastador co-
mo la guerra de los Contras. Este libro se concentra principal-
mente en la dinámica del lado derechista de esa confrontación
ideológica (véase, en especial, el capítulo 5).

* Algunos de los documentos mencionados en este capítulo se consulta-


ron a través de las siguientes colecciones en microfichas: Declassified Docu-
ments Reference System, Woodbridge, Research Publications, varios años (en
lo sucesivo DDRS); Nacional Security Archive (comp.), Nicaragua: The Ma-
king of U.S. Policy, 1978-1990, Alexandria, Chadwyck-Healey, 1991 (en lo
sucesivo, NSA, Nicaragua).
Véase, por ejemplo, Margaret E. Crahan, "Religion, Revolution, and
Counterrevolution: The Role of the Religious Right in Central America", en
Douglas A. Cha lmers, Maria do Carmo Campello de Souza y Atilio A. Boron
(comps.), The Right and Democracy ni Latin America, Nueva York, Praeger,
1992, pp. 163-165 y 177.

70 71
La Argentina, tradicionalmente un actor agresivo en políti- los principios que habían orientado su actitud política desde el
ca exterior, advirtió la existencia de espacios vacíos dejados final de la Segunda Guerra Mundial. La percepción de que la
por el gobierno de Carter en el conflicto hemisférico antico- amenaza soviética era menos intensa creó una situación que el
munista y aprovechó la oportunidad para asumir una posición gobierno de Carter veía como una oportunidad de que los Es-
de liderazgo en esa lucha. En respuesta a lo que percibían co- tados Unidos se liberaran del "inmoderado miedo al comunis-
mo un venero de comunismo en América Central, los militares mo que alguna vez nos llevó a respaldar a cualquier dictador
argentinos procuraron extender su campaña antisubversiva que compartiera ese miedo con nosotros". 3 En consecuencia,
extraterritorial a esa región. En un inicio actor autónomo en el país tenía que hallar un nuevo enfoque para su política exte-
la actividad contrarrevolucionaria centroamericana, la Argen- rior, orientado a crear un marco más flexible de cooperación
tina asumió un rol sustituto en nombre de los Estados Unidos internacional basado en los principios de los derechos huma-
cuando el gobierno de Reagan "compró" el programa militar nos, la democracia, la reducción de las armas estratégicas y la
clandestino de ese país a principios de 1981. Ese período de disminución de las tensiones con la Unión Soviética.
colaboración terminó con el conflicto de las Malvinas, desen- El nuevo modo de encarar la política exterior aspiraba en
cadenado en la primavera boreal de 1982.2 parte a restaurar la confianza en el gobierno tras la crisis mo-
Este capítulo esboza los rasgos más significativos de la po- ral generada por la guerra de Vietnam, Watergate y la revela-
lítica exterior norteamericana hacia América Central y Nica- ción de la magnitud de los abusos cometidos por la comuni-
ragua durante el gobierno de Carter y los inicios del de Rea- dad de inteligencia estadounidense, que iban desde complots
gan. También describe los elementos clave que dieron forma para derrocar gobiernos extranjeros hasta la vigilancia ilegal
a las relaciones entre los Estados Unidos y la Argentina du- de ciudadanos norteamericanos. La administración encabeza-
rante ese período. Se presta atención al papel de la CIA en el da por Carter subrayó su compromiso de abandonar lo que
apoyo a los esfuerzos paramilitares clandestinos de la Argen- se percibía como una "tradición política de manipulación"
tina en América Central, y se aclara el papel e influencia de del Tercer Mundo por parte de los Estados Unidos, y procuró
los Estados Unidos en los orígenes de la empresa regional an- asumir en cambio una actitud de cooperación abierta con
ticomunista. El capítulo muestra además cómo los planifica- América Latina, África y Asia.
dores políticos de Reagan procuraron desestabilizar lo que La nueva política atribuía un papel distintivo a América
consideraban un régimen totalitario en Nicaragua, una tarea Latina. Se escogió esta región para que funcionara como un
en la que recibieron la ayuda del aparato de inteligencia del laboratorio de la concreción de la promesa gubernamental de
despiadado régimen argentino. implementar un sincero diálogo norte-sur. El punto central
fueron las negociaciones para un tratado por el canal de Pa-
namá, el compromiso con los derechos humanos y la demo-
El nuevo enfoque de Carter: derechos humanos y estabilidad cratización y la intención de mejorar las relaciones con Cuba.
América Latina, como un área gris del mapa geopolítico in-
"Es un nuevo mundo que exige una nueva política norteame- ternacional, podía ser un lugar adecuado y seguro para que el
ricana", declaró el presidente Carter el 22 de mayo de 1977. gobierno llevara a la práctica su innovadora agenda.4
Un mundo que había cambiado dramáticamente en menos de
3
una generación requería que los Estados Unidos abandonaran Discurso del presidente Carter en la ceremonia de graduación de la No-
tre Dame University, 22 de mayo de 1977, en American Foreign Policy Cu-
rrent Documents 1977-80 (en lo sucesivo AFP Documents) (Washington, DC,
Véase Ariel C. Armony, "Argentina and the Origins of Nicaragua's U.S. Department of State, 1984), pp. 6-7.
4
Contras", en Low Intensity Conflict and Law Enforcement 2, No. 3, invier- Para un análisis de América Latina como zona gris, véase Lars Schoultz,
no de 1993, pp. 434-459. Nacional Security and United States Policy Toward Latin America, Princeton,

72 73
El nuevo enfoque de Carter, aunque presumiblemente sin- tirse a las turbulencias y una posible dominación comunista".8
cero, no duró mucho. Dio paso a una agenda más tradicional Ese día de octubre ejemplificó la imposibilidad en que se en-
que apuntaba a manejar una serie de crisis de seguridad re- contraba el gobierno de Carter de articular su nuevo enfoque
gional surgidas en el contexto de un ambiente interno e inter- con los tradicionales intereses de seguridad de los Estados Uni-
nacional cada vez más hostil. Las actividades militares cuba- dos. El "nuevo comienzo" anunciado en 1977 terminó a prin-
nas en África, la revolución fundamentalista en Irán y el cipios de 1980 con un país que "se sentía amedrentado por la
shock petrolero de julio de 1979 afectaron la cosmovisión es- OPEC, humillado por el ayatollah Khomeini, trampeado por
tratégica de la administración y desataron una oleada de pre- Castro, comercialmente superado por Japón y armamentística-
siones conservadoras en el país. Varios acontecimientos pro- mente inferior a los rusos". 9 Los esfuerzos por proteger en to-
ducidos en la cuenca caribeña (a saber, las revoluciones en do el mundo los intereses económicos y de seguridad norteame-
Grenada y Nicaragua, la cumbre del Movimiento de Países ricanos, particularmente frente a las crecientes turbulencias en
No Alineados en La Habana y el "descubrimiento" de una el Tercer Mundo, condujeron al gobierno de Carter a abando-
brigada soviética en Cuba) alertaron a Washington con res- nar su énfasis en los derechos humanos en favor de una política
pecto a la creciente amenaza del expansionismo soviético y centrada en la defensa del orden y la estabilidad.
cubano s Con el asalto a la Embajada estadounidense en Te-
herán, la invasión soviética a Afganistán y el agravamiento de
la guerra en El Salvador, la agenda de la "intervención global Carter inicia actividades encubiertas
constructiva", predilecta de la administración, fue definitiva-
mente reemplazada por la "determinación de dar una res- Ante el temor de que la creciente inestabilidad en Nicaragua
puesta mesurada y eficaz a la competencia soviética y las acti- desencadenara una ola de cambios revolucionarios en toda
vidades militares cubanas en todo el mundo".6 América Central, la administración Carter procuró impedir el
El mismo día en que entraron en vigor los tratados del canal surgimiento de regímenes "al estilo cubano" en la región. En
de Panamá (1° de octubre de 1979), el presidente Carter dirigió 1978, Nicaragua había ingresado en un ciclo de represión ex-
a la nación un discurso centrado en la importancia de la briga- trema propiciada por el estado e insurrecciones populares
da soviética detectada en Cuba para la seguridad nacional de masivas que aceleraron la crisis política del país.
los Estados Unidos. Aunque los tratados aspiraban a simboli- La estrategia de Washington en relación con el torbellino
zar una nueva era en las relaciones interamericanas, Carter de- nicaragüense se formuló en gran medida a la luz de la expe-
claró que los tiempos de la guerra fría no habían terminado.' riencia de la guerra de Vietnam. Ésta había mostrado que los
Los Estados Unidos estaban todavía preocupados por garanti- Estados Unidos no debían apoyar a un régimen que careciera
zar "que los pueblos en conflicto tengan la capacidad de resis- de legitimidad popular, y en un comienzo el gobierno de Car-
ter concibió su política hacia Nicaragua de conformidad con
Princeton University Press, 1987, pp. 268-307. Véase también Schoultz, Hu- ese principio. El régimen dictatorial de Anastasio Somoza no
man Rights and United States Policy Toward Latin America, Princeton, Prin- tenía posibilidades de alcanzar siquiera un mínimo consenso
ceton University Press, 1981.
S
social. No podía gobernar sin una brutal represión. Sin em-
Robert A. Pastor, "The Carter Administration and Latin America: A bargo, a medida que se intensificaban las turbulencias en toda
Test of Principie", en John D. Martz (comp.), United States Policy in Latin
América Central –particularmente en El Salvador–, los Esta-
America: A Quarter Century of Crisis and Challenge, 1961-1986, Lincoln,
University of Nebraska Press, 1988, pp. 81-90.
6 8
Discurso a la nación del presidente Carter, 1° de octubre de 1979, en Discurso de Carter, I° de octubre de 1979, cit., p. 1.350.
AFP Documents, p. 1.348. 9
Daniel Yankelovich y Larry Kaagan, "Assertivc America", en Foreign
7
Pastor, "The Carter Administration...", cit., p. 87. Affwrs, No. 60, 1980, p. 696.

74 75

IC
dos Unidos comenzaron a ver cada vez más la crisis nicara- Pese a los esfuerzos norteamericanos por limitar los perjui-
güense como una cuestión de seguridad nacional. Para la ad- cios, las fuerzas sandinistas asumieron un papel primordial en
ministración encabezada por Carter resultaba claro que la in- la victoriosa revolución nicaragüense. En respuesta a este de-
quietud en Nicaragua exigía una política norteamericana más senlace, el gobierno de Carter transformó su estrategia en una
eficaz, que estuviera preparada para "evitar un desenlace ra- política de contención: el objetivo era restringir las perspectivas
dical" del proceso insurreccional» de un cambio radical. La desintegración de la GN y los antece-
La estrategia de mediación de los Estados Unidos en ese dentes marxistas leninistas de la condución sandinista parecían
país centroamericano estaba orientada por el esfuerzo de im- representar un serio golpe a la búsqueda de estabilidad en
pedir una victoria militar de los sandinistas. Tras una serie de América Central. Así, la administración Carter actuó con pres-
intentos fallidos de controlar el resultado de la revolución, se teza para encontrar un modus vivendi con la triunfante coali-
lanzó una "política de limitación de daños"" centrada en ción dirigida por los sandinistas, a fin de impedir el riesgo de
"preservar alguna clase de presencia efectiva pero reconstitui- tener "otra Cuba" en el hemisferio." Una decisión clave fue
da de la guardia [nacional], a fin de impedir que el FSLN solicitar al Congreso que suministrara asistencia económica al
[Frente Sandinista de Liberación Nacional] quede como la gobierno sandinista, con el objetivo de evitar la radicalización
única fuerza militar organizada" en Nicaragua» De acuerdo del nuevo régimen. Esta línea de acción fue acompañada por la
con funcionarios norteamericanos, era crucial exhibir pruebas determinación de proporcionar ayuda militar al gobierno sal-
concretas de que una guardia nacional reconstruida podía vadoreño para reforzar su campaña contrainsurgente.15
sostenerse, e inducir con ello a los "moderados" a desempe- El programa de ayuda económica de Carter tenía la inten-
ñar un papel dirigente en un período de transición post-So- ción de impedir que Nicaragua se inclinara hacia Cuba y la
moza. Ese plan dependía en gran medida de la selección de un Unión Soviética. El supuesto central de los estadounidenses
nuevo comandante con "la capacidad de unir a la GN [guar- era que la asistencia económica orientada al fortalecimiento
dia nacional] y manejarse en un ambiente transicional". (Uno del sector privado podría mantener "la viabilidad del sistema
de esos candidatos, que contaba con el favor del gobierno es- monetario y económico y su participación en la economía in-
tadounidense, era el coronel Enrique Bermúdez, más tarde lí- ternacional". En opinión del gobierno de Carter, si los ele-
der militar de las fuerzas "contras".) Se consideraba que la mentos moderados de la coalición antisomocista podían so-
guía y la asistencia estadounidenses eran decisivas para el éxi- brevivir y cobrar fuerza, habría "buenas posibilidades de que
to de esta estrategia» el proceso interno evolucionara hacia un modelo mexicano y
no cubano".16
Cynthia J. Arnson, Crossroads: Congress, the President, and Central A principios de noviembre de 1979, la administración soli-
America 1976-1993, 2' ed., University Park, Pennsylvania State University citó la autorización parlamentaria para el envío de 75 millo-
Press, 1993, pp. 2-3 y 24.
11 nes de dólares como fondos de asistencia, dirigidos en gran
Roy Gutman, Banana Diplomacy: The Making of American Policy in
Nicaragua 1981-1987, Nueva York, Simon and Schuster, 1988, p. 35. parte a fortalecer el sector privado no sandinista. El debate en
12
Cable del Departamento de Estado de los Estados Unidos, del secreta- el Congreso se centró en si "Nicaragua todavía era rescatable
rio de estado al embajador estadounidense en Nicaragua, Lawrence Pezzullo, o ya se había perdido en manos del comunismo". 17 Tras con-
29 de junio de 1979, citado en Morris Morley y James Petras, The Reagan
Administration and Nicaragua: How Washington Constructs Its Case for
Counterrevolution in Central America, Nueva York, Institute for Media 14
Morley y Petras, The Reagan Admmistration and Nicaragua..., cit., p. 40.
Analysis, 1987, p. 39. 15
Arnson, Crossroads..., cit., p. 35.
13
Embajada de los Estados Unidos en Managua, cable secreto del emba- 16
Viron P. Vaky, "Flemispheric Relation: 'Everything is Part of Everything
jador Lawrence Pezzullo al subsecretario de estado Viron Vaky, "Nicaraguan Else'", en Foreign Affairs, No. 60, 1980, p. 662.
Scenario", 30 de junio de 1979, pp. 1-2. 17
Schoultz, National Security..., cit., pp. 46-47.

76 77
siderar la magnitud de la influencia soviética y cubana en el decisión presidencial del otoño de 1980 que aprobó las ope-
nuevo régimen sandinista, el Congreso acordó proporcionar raciones clandestinas en Nicaragua abrió un camino sustan-
la ayuda económica solicitada. Sin embargo, la liberación de cialmente diferente de la cándida política exterior proclamada
los fondos se condicionó a la certificación presidencial de que por Carter tres años antes. 22 Es indudable que la administra-
el "gobierno de Nicaragua no ha cooperado con ni dado refu- ción no pretendía establecer el marco para realizar un esfuer-
gio a ninguna organización terrorista internacional ni ayuda, zo paramilitar tendiente a derrocar al régimen sandinista. Sin
encubre o apoya actos de violencia o terrorismo en otros paí- embargo, como lo puntualizó un comentarista, "el hecho de
ses"» El centro de la preocupación norteamericana en Améri- que Carter hubiera iniciado algún tipo de actividades encu-
ca Central era la amenaza marxista en El Salvador; el Congre- biertas hizo que el paso siguiente –las operaciones paramilita-
so, en consecuencia, quería que Carter certificara que los res de Reagan– fuese más digerible para los parlamentarios
sandinistas no suministraban armas a la guerrilla de ese país. demócratas".23
Una vez que el presidente certificó finalmente, en septiembre Antes de dejar el poder, el gobierno de Carter reanudó la
de 1980, que no había pruebas de la colusión del gobierno ni- asistencia militar a El Salvador, que se había interrumpido
caragüense con los rebeldes de El Salvador, los fondos se libe- por cuestiones referidas a los derechos humanos, y puso fin a
raron; sin embargo, como lo señaló un analista, en esos mo- la ayuda económica a Nicaragua a causa del presunto papel
mentos "la importancia simbólica [de ese dinero] como un de los sandinistas en el suministro de armas para los rebeldes
gesto amistoso de los Estados Unidos se había desvanecido".19 salvadoreños. En enero de 1981, Carter afirmó que las res-
Cuando el gobierno de Carter advirtió que no podía impe- tricciones a la prensa y la actividad política en Nicaragua, así
dir el acercamiento del gobierno nicaragüense al bloque comu- como la excesiva presencia cubana en ese país, eran una fuen-
nista, autorizó un programa de acciones encubiertas de la CIA te de preocupación significativa para el gobierno estadouni-
para enviar aproximadamente un millón de dólares a una serie dense, y comprometió a la administración entrante, encabeza-
de grupos sindicales, periodísticos y políticos antinsandinistas da por Reagan, a no "abandonar Nicaragua a los cubanos".24
de Nicaragua. 2 ° Aun cuando el almirante Stansfield Turner,
por entonces director de la CIA, indicó que "la administración
Carter no tenía un programa de acciones encubiertas que hu- Las fricciones entre Carter y la Argentina
biera permitido algún apoyo paramilitar a los Contras", 2i la
Las fricciones entre los Estados Unidos y el régimen militar
argentino fueron intensas durante el gobierno de Carter; la
18
Congreso de los Estados Unidos, House Committee on Foreign Affairs, 22
Subcommittee on Inter-American Affairs, Review of the Presidential Certifi- La enmienda Hughes-Ryan de 1974 a la ley de asistencia exterior pro-
hibía que la CIA se dedicara a actividades clandestinas a menos que el presi-
cation of Nicaragua's Connection to Terrorista, Audiencias, 30 de septiem-
bre de 1980, p. 1. dente "considere que cada una de esas operaciones es importante para la se-
19 guridad nacional de los Estados Unidos y transmita, en tiempo y forma, una
Arnson, Crossroads..., cit., pp. 37 y 49
21)
Véanse Nacional Security Archive (comp.), The han-Contra Affair: descripción y alcance de cada una de ellas a las comisiones correspondientes
The Making of a Scandal, 1983-1988, Alexandria, Chadwyck-Healey, 1990, del Congreso". Arnson, Crossroads..., cit., p. 13.
23
p. 30; John Brecher et al., "A Secret War for Nicaragua", en Newsweek, 8 de Toth y McManus, "Contras and CIA...", citado.
24
noviembre de 1982, p. 44; Robert C. Toth y Doyle McManus, "Contras and Discurso a la nación del presidente Carter, 14 de enero de 1981, AFP
CIA: A Plan Gone Awry", en Los Angeles Times, 3 de marzo de 1985. Varios
Documents 1981, Washington, DC, U.S. Department of State, 1984, pp. 22-
nicaragüenses que trabajaron para la CIA en el programa de operaciones en- 23. Véanse Robert A. Pastor, Condemned to Repetition: The United States 2-
and Nicaragua, Princeton, Princeton University Press, 1987, pp. 227-228; y . 1
cubiertas de Carter, por ejemplo Orlando Bolaños, serian después actores im-
Harold Molineu, U.S. Policy Toward Latin America: From Regionalista to
portantes en el movimiento antisandinista.
21 Globalism, Boulder, Westview Press, 1990, pp. 144-155. W, Ut
Transcripto por Toth y McManus, "Contras and CIA...", citado.
MEXICy
78 FILOS5FIA
Y LETRAS
tensión se concentró en cuestiones de derechos humanos, la Con el respaldo del Congreso y la opinión pública esta-
política nuclear de la Argentina, su negativa a adherir al em- dounidense, el gobierno de Carter propuso una política basa-
bargo cerealero norteamericano y de Europa occidental a la da en una de las iniciativas parlamentarias clave de los años
URSS y la participación del régimen en el golpe de estado boli- setenta: la importancia de considerar los antecedentes de res-
viano de 1980. peto a los derechos humanos de los países que recibían asis-
La Argentina consideraba que la política de derechos hu- tencia norteamericana. 29 La relativa ausencia de intereses es-
manos de la administración Carter era una expresión del "im- tratégicos o económicos vitales para los Estados Unidos en la
perialismo moral" estadounidense, y la impugnaba vigorosa- Argentina facilitaba la consecución de una política que refor-
mente con el argumento del nacionalismo, el prestigio y el zaba un esquema de larga data de desconfianza y antagonis-
rechazo de toda intromisión en sus asuntos internos. 25 Si bien mo mutuo entre los dos países. Por otra parte, los esfuerzos
ratificó su adhesión a la coalición anticomunista en el hemis- del gobierno de Carter por aislar al régimen militar argentino
ferio occidental, la Argentina hizo hincapié en una posición a causa de sus violaciones a los derechos humanos le enajena-
de alineamiento "no automático" con los Estados Unidos y el ron un aliado de la posguerra en la política anticomunista es-
bloque occidental. 26 Sus ambiciones de preeminencia regional tadounidense.30
se fortalecieron durante el gobierno de Carter, dado que, jun- El gobierno militar argentino veía la tensión con los Estados
to con otros regímenes militares latinoamericanos, percibían Unidos como un choque entre la falta de realismo político de
la política de derechos humanos de éste como un incumpli- Carter (un resultado de su enfoque moral de la política exte-
miento de sus responsabilidades hemisféricas de seguridad.27 rior) y la necesidad argentina de combatir y aniquilar un movi-
La administración Carter escogió a la Argentina como uno miento armado insurreccional auspiciado por Cuba y la Unión
de los países en los que implementaría su política exterior Soviética. Los militares afirmaban que dicho movimiento había
orientada hacia los derechos humanos. El horror de la guerra contribuido a poner al país al borde de la desintegración nacio-
sucia movió al gobierno estadounidense a aplicar sanciones al nal. "Se calculó que había veinte mil activistas [en la Argenti-
régimen militar, a fin de inducirlo a mejorar su conducta en na]; vale decir, veinte mil combatientes potenciales", dijo un
la materia. Como parte de esa política, los Estados Unidos general del ejército argentino. "Lanzaron una guerra [...] que,
aplicaron un embargo a la ayuda y la capacitación militares a lo mejor, los Estados Unidos no lograron comprender."31
destinadas a la Argentina, se opusieron a las solicitudes de
crédito de ésta al Banco Mundial y el Banco Interamericano
opuesto a la propuesta de un recorte en la ayuda militar a la Argentina a cau-
de Desarrollo (BID), le negaron créditos del Export-Import sa de violaciones a los derechos humanos. La justificación de esa decisión fue
Bank (EXIMBANK) y condenaron periódicamente a la junta que la asistencia militar permitía al gobierno estadounidense "influir más en
militar en los foros internacionales.28 el curso de los acontecimientos si se mantiene este contacto con la Argentina
que si no se lo hace". Congreso de los Estados Unidos, House Committee
Appropriations, Subcommittee on Foreign Operations and Related Agencies,
25
Aldo C. Vacs, "A Delicate Balance....., op. cit., pp. 28-33. Véanse Car- Foreign Assistance and Related Agencies Appropriations for 1976, parte 4,
los Escudé, La Argentina os. las grandes potencias (el precio del desafío), 1975, p. 272, citado en Schoultz, Hmnan Rights..., cit., p. 221.
29
Buenos Aires, Editorial de Belgrano, 1986; y Escudé, La Argentina: ¿paria in- Arnson, Crossroads..., cit., p. 11.
ternacional?, Buenos Aires, Editorial de Belgrano, 1984. Véase también Jo- Véanse Vacs, "A Delicate Balance....., cir., pp. 23-33; Wolf Graben-
seph Tulchin, Argentina and the United States, Boston, Twayne, 1990. dorff, "¿De país aislado a aliado preferido? Las relaciones entre la Argentina
26
Entrevista con Raimondi. y los Estados Unidos: 1976-1981", en Peter Waldmann y Ernesto Garzón
27
Guillermo Alberto Monkman, "The Institutionalization of the Doctri- Valdez (comps.), El poder militar en la Argentina, 1976-1981, Buenos Aires,
ne of Nacional Security...", cit., pp. 216-217. Galerna, 1983, pp. 155-159.
28 31
Mark Falcoff, A Tale of Two Policies..., cit., p. 21; Molineu, U.S. Po- Entrevista con Mallea Gil. Compárense las cifras dadas por éste con el
licy Toward Latin America..., cir., pp. 147-148. El gobierno de Ford se había número de desaparecidos en la guerra sucia. De acuerdo con Amnesty Inrer-

80 81
Aun cuando las relaciones entre ambos países durante la saparición involuntaria, por la cual el régimen argentino ha-
administración Carter se caracterizaron en gran medida por bía ganado notoriedad internacional."33
una abierta hostilidad, hubo ejemplos aislados en que ambos Varias fuentes sugirieron que la facción militar encabezada
gobiernos trataron de encontrar un terreno para el entendi- por Videla y Viola procuraba mejorar las relaciones con los
miento mutuo. Se ha sostenido que Carter utilizó estos míni- Estados Unidos y la comunidad internacional como un medio
mos intercambios para obtener resultados concretos en su po- de fortalecer su posición con respecto a los elementos de línea
lítica de derechos humanos con la Argentina. Como lo señaló dura del régimen. 34 Dicha facción estaba interesada en pro-
un analista, en septiembre de 1978 el vicepresidente de los Es- mover un proceso gradual de liberalización política bajo la
tados Unidos, Walter Mondale, y el presidente argentino, Jor- tutela castrense. El almirante Eduardo Emilio Massera, co-
ge Rafael Videla, concertaron un acuerdo compensatorio que mandante en jefe de la armada, propiciaba un plan político
vinculaba las prácticas internas en materia de derechos huma- con tonalidades populistas. Los duros, Suárez Mason y Lucia-
nos con la ayuda económica. 32 Videla invitó a la Comisión no Benjamín Menéndez, estaban a favor de un gobierno mili-
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a realizar una tar fuerte y se mostraban resueltamente decididos a aniquilar
investigación sobre el terreno acerca de la situación existente todo vestigio de oposición política al régimen. Al parecer, Vi-
en ese ámbito en la Argentina. A cambio, la administración dela utilizó el trueque con el gobierno de Carter entre el
Carter acordó desbloquear un préstamo del EXIMBANK a ésta. EXIMBANK y la CIDH para obtener un consenso básico dentro
Presuntamente, este acuerdo temporario contribuyó a mejo- de las fuerzas armadas y proponer una política de negocia-
rar la situación de los derechos humanos en el país. "Es espe- ción limitada sobre la cuestión de los derechos humanos.
cialmente digno de señalarse que declinó la práctica de la de- Como lo recordó un asistente cercano a Videla, el general
retirado Miguel Ángel Mallea Gil, la reunión de 1978 entre el
presidente argentino y Mondale en Roma resultó en cierta
national, hubo más de 15 mil víctimas de la represión estatal. Las organiza- mejoría de las relaciones Estados Unidos-Argentina:
ciones argentinas de derechos humanos -como Madres de Plaza de Mayo y ti
Servicio de Paz y Justicia- estimaban en casi treinta mil la cantidad de perso-
nas desaparecidas. La Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas El presidente Videla le dijo [a Mondale]: "¿Cómo pretende
( CONADEP) calculó que las víctimas de la represión del estado fueron más de que yo mejore los derechos humanos en la Argentina si cada
mec e mil. Acuña y Smulovirz, "Militares en la transición argentina...", op. vez que abro el diario encuentro una dura condena del De-
cit., p. 27. Véase Alison Brysk, "The Politics of Measurement: The Contested partamento de Estado o los parlamentarios demócratas, que
Count of the Disappeared in Argentina", en Human Rights Quarterly 16, N° -merecida o inmerecida- tiene una gran repercusión interna,
4, noviembre de 1994, pp. 676-692. En El mito de la guerra sucia, Buenos en particular en el ejército, que es el que está combatiendo y
Aires, Centro de Estudios Legales y Sociales [cuxj, 1984, Daniel Frontalini y cuyos hombres son los que mueren?"35
María Cristina Caiati impugnaron convincentemente el argumento de las
fuerzas armadas que sostenían haber librado desde 1976 en adelante una
guerra contra un poderoso enemigo. En opinión de estos autores, los movi- Según la misma fuente, Mondale le aseguró a Videla que el
mientos guerrilleros habían sido militarmente derrotados antes del golpe de nivel de las críticas norteamericanas contra el régimen militar
estado de marzo de 1976.
32
Kathryn Sikkink, "The Effectiveness of U.S. Human Rights Policy: The
33
Case of Argentina and Guatemala", trabajo presentado en el Décimosexto Sikkink, "The Effectiveness...", cit., p. 1.
34
Congreso Internacional de la Latin American Studies Association, Washing- La descripción de las agendas antagónicas dentro de la conducción mi-
ton, DC, 4 a 6 de abril de 1991. Véase también Lisa L. Martin y Kathryn Sik- litar se basa en Sikkink, "The Effectiveness...", cit., pp. 17-18 y 30; y en una
kink, "U.S. Policy and Human Rights in Argentina and Guatemala, 1973- entrevista con un ex funcionario , de alto rango del gobierno de Videla, cuyo
1980", en Peter B. Evans, Harold K. Jacobson y Robert D. Putnam (comes.), nombre no se menciona a su solicitud, realizada en Buenos Aires el 18 de
Double-Edged Diplonzacy: International Bargaining and Domestic Politics, agosto de 1993.
34
Berkeley, University of California Press, 1993. Entrevista con Maltea Gil.

82 83

lik
argentino disminuiría, y se prestaría una atención especial a subsecretaria de estado para derechos humanos, Patricia De-
las declaraciones públicas del Departamento de Estado. El rian, había comunicado su renuncia a la prensa, denunciando
compromiso de Mondale "se implementó, duró algún tiempo la "intención de normalizar nuestras relaciones y poner fin a
y después volvimos a empezar con el mismo problema". Para las críticas oficiales al régimen [militar argentino]". 38 Ante-
las autoridades militares resultó claro que los intereses de la riormente, Derian se había enterado de que los militares y las
Argentina y los Estados Unidos eran "básicamente inconcilia- agencias de inteligencia estadounidenses alababan a las fuer-
bles". Videla representaba a los oficiales que estaban "a favor zas armadas argentinas por su exitosa campaña de contrain-
de respetar los derechos humanos", dijo Mallea Gil. "Pero surgencia. "A través de estas agencias –declaró–, el gobierno
había una guerra que ganar y elegimos ese camino en vez de de los Estados Unidos envía un peligroso doble mensaje. Si
la lógica moral, políticamente errónea en nuestra opinión, insiste en ello, subvertirá toda nuestra política de derechos
propuesta por el presidente Carter."36 humanos." 39 La opinión de Derian coincidía con fuentes ar-
Hacia 1980, las preocupaciones por la seguridad nacional gentinas que sugerían que los Estados Unidos enviaban efecti-
y las presiones políticas internas forzaron al gobierno de Car- vamente un doble mensaje con respecto a la estrategia clan-
ter a adoptar una posición más fuerte frente a lo que se perci- destina de represión militar en la guerra sucia. En tanto el
bía como avances soviéticos en la arena internacional. 37 De gobierno condenaba a la Argentina por su abominable histo-
manera coherente con esta restaurada agenda de política ex- rial en materia de derechos humanos, los oficiales militares y
terior, los Estados Unidos modificaron gradualmente su acti- de inteligencia elogiaban secretamente a los líderes de ese país
tud hacia la Argentina. La decisión de mejorar las relaciones por su triunfo sobre el enemigo marxista 40
con el régimen autoritario se aceleró tras la invasión soviética
a Afganistán. Obligado a hacer funcionar su política reactiva,
Carter envió una misión a Buenos Aires para solicitar la ad- El apoyo de la CIA a la contrarrevolución
hesión de la junta militar al embargo de granos contra la
Unión Soviética. Sin embargo, los generales mantuvieron su Testimonios aportados en el Congreso en 1987 indicaron que
decisión de ocupar en parte el lugar de los Estados Unidos co- durante el gobierno de Carter, la CIA colaboró en operaciones
mo proveedor cerealero de la URSS, y la actitud argentina con- extraterritoriales realizadas por los servicios de inteligencia
tribuyó al fracaso final de las sanciones estadounidenses. argentinos» Los agentes de la CIA, manifiestamente sin la
Otra fuente de conflicto fue la participación argentina en la aprobación de la Casa Blanca o el Congreso, facilitaron las
caída del proceso democrático en Bolivia. En julio de 1980, actividades de inteligencia de los argentinos en los Estados
las fuerzas de seguridad argentinas intervinieron activamente Unidos y en América Central. Esas operaciones procuraban
en el así llamado golpe de la cocaína (véase capítulo 1). organizar una fuerza antisandinista y respaldar el esfuerzo bé-
Pese a las tensiones, el gobierno de Carter empezó a modi- lico contra la guerrilla salvadoreña.
ficar su política hacia la Argentina. A principios de 1980, la Muchos de los veteranos de la CIA consideraron la decisión
de Carter de hacer de ella una organización "altamente mo-
36
Entrevista con Mallea Gil.
37
La siguiente descripción de las relaciones Estados Unidos-Argentina
durante el gobierno de Carter se basa en Juan de Onís, "Four Years Afrer the 38
Citado en Ano Crittenden, "Assistant Secretary of State Patricia M.
Coup", en New York Times, 26 de marzo de 1980; Grabendorff, "¿De país Derian", en New York Times, 30 de mayo de 1980.
aislado a aliado preferido?...", cit., p. 159; y Vacs, "A Delicate Balance...", " Patricia Derian, memorándum, citado en Andersen, Dossier Secreto,
cit.., p. 33. Véase Aldo C. Vacs, "The 1980 Grain Embargo Negotiations: cit., p. 260.
The United States, Argentina, and the Soviet Union", ed. rev., Pew Case Stu- 40
Entrevista con Raimondi.
dies in International Affairs, Washington, DC, 1992. 41
Congreso de los Estados Unidos, testimonio de Sánchez Reisse, citado.

84 85
ral", preparada para actuar sobre la base de una moderada Los militares argentinos instalaron agentes de inteligencia
amenaza soviética, como una política de "purgas" en la agen- en los Estados Unidos para coordinar la transferencia de fon-
cia. 42 Antiguos expertos de ésta creían que la actitud de Car- dos y armas a América Central. Esta unidad especial, el Gru-
ter ante la "marea comunista" era débil e ineficaz. Pero infor- po de Tareas Exterior ( GTE), se había creado como una pro-
mes de audiencias secretas del Congreso de los Estados longación del Batallón de Inteligencia 601 del ejército. 45 Al
Unidos, hechos públicos a principios de los años ochenta, su- parecer, la naturaleza y extensión de las actividades del GTE
gieren que, en realidad, el papel de la CIA durante ese gobier- en aquel país –tráfico de armas, transacciones financieras ile-
no fue más allá del programa de asistencia encubierta a los gales y lavado de dinero– fueron posibles debido a la conni-
antisandinistas moderados en Nicaragua. vencia de la CIA. La unidad argentina de inteligencia maneja-
Leandro Sánchez Reisse, que trabajó para el Batallón de ba fondos encubiertos en varios países, incluidos los Estados
Inteligencia 601 desde 1976 hasta 1981, reveló ante una sub- Unidos y Suiza. Por lo común, esos fondos se transferían a
comisión del Senado de los Estados Unidos que el gobierno América Central a través de Panamá (véase capítulo 5, "Las
argentino, en colaboración con la CIA, estableció un negocio empresas pantalla argentinas").46
encubierto en Florida, que actuó como centro de operaciones Otras fuentes, como Edgar Chamorro y Sam Dillon, decla-
para las actividades militares argentinas en América Central y raron que había agentes de la CIA que mantenían contactos
América del Sur desde 1978 hasta 1981. En su declaración de secretos con los primeros organizadores de los Contras du-
1987, Sánchez Reisse afirmó que la CIA colaboraba con su rante el gobierno de Carter. Al parecer, y pese a los esfuerzos
unidad de inteligencia en Florida y que los argentinos realiza- del presidente por restringir el poder y la influencia de la CIA,
ron operaciones en nombre de la central de inteligencia de los la agencia respaldaba una red hemisférica de funcionarios gu-
Estados Unidos (véase capítulo 5).43 bernamentales derechistas y actores independientes unidos
Sánchez Reisse declaró que había tratado sin intermedia- bajo la enseña del anticomunismo. Dos de los miembros más
rios con agentes de la CIA mientras manejaba operaciones de prominentes de esa red eran el exiliado nicaragüense Francis-
inteligencia en Fort Lauderdale. De acuerdo con su testimo- co Aguirre y un ex vicedirector de la CIA, el teniente general
nio, la agencia estadounidense proporcionó a los argentinos (retirado) Vernon Walters. En 1980, Aguirre y Walters viaja-
apoyo para operativos militares en las áreas de inteligencia y ron a la Argentina para discutir con oficiales de alto rango los
logística (véase capítulo 1). Al preguntársele cuál era el verda- detalles de un plan para organizar un ejército contrarrevolu-
dero propósito de la base argentina en Florida, contestó: "Te- cionario en América Central. Estos primeros esfuerzos fueron
níamos que estar presentes en Fort Lauderdale para facilitar cruciales para la rápida implementación de un programa anti-
los embarques de armas y dinero en apoyo de las actividades
centroamericanas de tropas y asesores argentinos y de perso-
nas que desde los Estados Unidos trabajaban en esa área".44
neral Carlos Guillermo Suárez Mason, Guglielminetti participó en el secues-
tro de empresarios y banqueros durante la guerra sucia. Véanse Gasparini,
La pista suiza, cit., pp. 275-276; y Juan J. Salinas, "Los mercenarios argenti-
John Ranelagh, 77w Agency: The Rise and Decline of the CIA, Nueva
42 nos (0", en El Porteño, julio de 1988, p. 7.
45
York, Simon and Schuster, 1986, p. 706. Luego de la asunción del presidente electo, Raúl Alfonsín, en diciembre
43
Congreso de los Estados Unidos, testimonio de Sánchez Reisse, cit., pp. de 1983, el Batallón 601 se convirtió en el centro de una vasta red de anti-
8-9, 14, 27 y 111. guos participantes en la guerra sucia implicados en actividades criminales y
44 ¡ bid, pp. 14-17, 26-27, 36-37 y 111. El grupo de tareas instalado en actos terroristas que amenazaban al nuevo gobierno democrático.
46
Florida estaba encabezado por un agente civil de la inteligencia del ejército, Congreso de los Estados Unidos, testimonio de Sánchez Reisse, cit., pp.
Raúl Antonio Guglielminetti, conocido como mayor Rogelio Guastavino 18-19 y 56. Véase David Corn, "The CIA and the Cocaine Coup", en Nation,
(véase capítulo 5). Bajo el mando del jefe del Primer Cuerpo de Ejército, ge- 7 de octubre de 1991, p. 405.

86 wu 87
sandinista auspiciado por los Estados Unidos y bajo supervi- cano, que equiparaba el antiamericanismo con el comunismo,
sión argentina.47 llevaría a su administración a considerar como inspiradas por
éste todas las amenazas a los intereses estadounidenses.51
La concepción que el gobierno reaganiano tenía del Ter-
Reagan aboga por la contención y el liderazgo cer Mundo respondía a un enfoque geopolítico de la guerra
estadounidense fría, de acuerdo con el cual los conflictos regionales eran
parte de una confrontación este-oeste. Esos conflictos exi-
* Ronald Reagan llegó a la presidencia con una clara agenda gían una acción decisiva de los Estados Unidos para comba-
basada en una filosofía política exterior de "internacionalis- tir una presunta expansión de la hegemonía soviética. Por
mo de la guerra fría". 48 Cruzado anticomunista, Reagan se consiguiente, la administración Reagan juzgó que América
comprometía a restablecer la preponderancia militar mundial Central y el Caribe eran un lugar clave para mostrar el com-
de los Estados Unidos y contrarrestar el expansionismo estra- promiso de los Estados Unidos en la reafirmación de su pa-
tégico soviético en el Tercer Mundo. Mientras que los Esta- pel de superpotencia.
dos Unidos, en su opinión, sufrían las devastadoras conse- La retórica contra Nicaragua, "la nueva cabecera de playa
cuencias de su autoimpuesta misión en favor de los derechos soviética" en el hemisferio, se había intensificado desde que la
humanos, la Unión Soviética se veía a sí misma como una po- administración republicana llegó al poder. A principios de
tencia dinámica "interesada en el objetivo último de sus pa- 1980, Gordon Sumner, un teniente general retirado y uno de
dres filosóficos, el triunfo mundial de su sistema político".49 los autores del así llamado Documento de Santa Fe, 52 aseveró
Durante el gobierno de Reagan, la respuesta norteamericana que "los sandinistas son hermanos de sangre de los militantes
a la meta expansionista soviética iba a traducirse en una polí- marxistas, terroristas rojos que hoy tienen de rehén a esta na-
tica exterior despojada de preocupaciones por los derechos ción en Teherán". 53 La plataforma republicana de 1980 con-
humanos y largamente fundada en el supuesto de que los con- denaba la "toma del poder por los marxistas en Nicaragua y
flictos regionales eran en gran medida una función de factores sus intentos de desestabilizar El Salvador y Guatemala" y
externos." La doctrina de inteligencia del presidente republi- comprometía al partido a "respaldar los esfuerzos del pueblo
nicaragüense para establecer un gobierno libre e independien-
te". 54 Tras las elecciones, el futuro asesor de seguridad nacio-
nal de Reagan, Richard Allen, declaró que "el gobierno de
44
Edgar Chamorro, Packaging the Contras: A Case of CIA Disinforma- Reagan actuará rápidamente para revertir una sensación de
tion, Nueva York, Institute for Media Analysis, 1987, pp. 5-6. Según Cha-
indefensión con respecto a los secuaces de Fidel Castro en
morro, "Aguirre era bien conocido en la CIA y el Departamento de Estado,
por haber mantenido vinculaciones con ellos a lo largo de varios años para América Central, específicamente en Nicaragua, El Salvador y
vigilar a personalidades nicaragüenses, traficar armas y relacionarse con gru-
pos políticos conservadores del Caribe". Véase también Cardoso, Kirsch-
baum y Van der Kooy, Malvinas, la trama secreta, cit., pp. 22-23 y 26-30. Se
presume que la CIA financió clandestinamente al coronel Enrique Bermúdez, 5i Ranelagh, The Agency..., cit., p. 704.
dirigente contra, durante el gobierno de Carter. Sam Dillon, Comandos: The
52
Committee of Santa Fe, A New Inter-American Policy for the Eighties,
CIA and Nicaragua's Contra Rebels, Nueva York, Henry Holt, 1991, p. 341. Washington, DC, Council for Inter-American Security, 1980.
53 Congreso de los Estados Unidos, House Committee on Appropriations,
Schoultz, Nacional Security, pp. 13-14.
49
Discurso de Reagan ante la Foreign Policy Association, ciudad de Nue- Subcommitree on Foreign Operations and Related Agencies, Foreign Assis-
va York, 9 de junio de 1977, en Ronald Reagan, A Time for Choosing: The tance and Related Programs Appropriations for 1981, parte I, 1980, p. 282.
54 Audiencias sobre la plataforma en la Convención Nacional Republica-
Speecbes of Ronald Reagan, 1961-1982, Chicago, Regnery Gateway in coo-
peration with Americans for the Reagan Agenda, 1983, pp. 206-207 y 210. na de 1980, Detroit, 8 y 10 de julio, citado en Gutman, Banana Diplo-
50
Arnson, Crossroads, cit., p. 55. macy..., cit., p. 20.

88 89
Guatemala, que operan dirigidos, armados y financiados por bulento ambiente global en el cual los grandes núcleos de
los soviéticos".55 inestabilidad en el Tercer Mundo representaban una amenaza
El Documento de Santa Fe, elaborado en el verano de 1980, para la seguridad nacional estadounidense. 58 Un marco inter-
fue un anteproyecto de la estrategia hemisférica de Reagan. To- nacional tan hostil obligaba a los Estados Unidos a restaurar
dos sus autores –con la excepción de L. Francis Bouchey– ocu- su liderazgo en el mundo occidental y desalentar el aventure-
paron cargos en el área de asuntos latinoamericanos durante el rismo soviético en regiones sensibles para su seguridad nacio-
gobierno de éste. David Jordan y Lewis Tambs fueron designa- nal. En opinión de Haig, el intervencionismo soviético se con-
dos embajadores en América Central; Gordon Sumner se con- centraba en áreas estratégicas con rutas y recursos críticos
virtió en asesor especial del subsecretario de estado para asun- para la independencia económica y política de Occidente:
tos interamericanos; Roger Fontaine se incorporó al Consejo "Cuando la Unión Soviética explota condiciones locales en
de Seguridad Nacional como experto en América Latina.56 favor de sus propias metas estratégicas, el problema ya no es
El documento sostenía que los Estados Unidos debían for- local sino una amenaza estratégica a nuestra misma supervi-
talecer la seguridad hemisférica contra la amenaza comunista, vencia". 59 Haig rechazaba la noción de un mundo "dividido
fundados en el reconocimiento de "una vinculación integral en diferentes zonas estratégicas en las que las guerras pueden
entre subversión interna y agresión externa". La política exte- librarse y contenerse con discreción"; abogaba en cambio por
rior norteamericana, de acuerdo con el Documento de Santa el principio de un conflicto extendido en el cual una confron-
Fe, tenía que revitalizar el postulado central de la doctrina tación regional norteamericano-soviética podría difundirse y
Monroe: "No se permitirá que ninguna potencia hostil tenga convertirse de inmediato en mundia1.6°
bases o aliados políticos y militares en la región". Por consi- En un artículo titulado "La seguridad estadounidense y
guiente, los Estados Unidos ya no podían tolerar "el estatus de América Latina", Jeane Kirkpatrick, embajadora de Reagan
Cuba como un estado vasallo soviético" ni un régimen sandi- ante las Naciones Unidas, describió la seguridad nacional co-
nista permanente en Nicaragua. El trabajo recomendaba la mo "la perspectiva estratégica que ha dado forma a la políti-
búsqueda de una efectiva integración hemisférica mediante la ca norteamericana desde la doctrina Monroe hasta la víspera
promoción de acuerdos de seguridad regional y la reactivación del gobierno de Carter, en cuyo centro había una concepción
de los vínculos tradicionales con las fuerzas armadas latinoa- del interés nacional y una creencia en la legitimidad moral de
mericanas. Con el supuesto de que la supervivencia misma de su defensa". 61 Al hacer una distinción entre las autocracias
los Estados Unidos estaba en peligro, el informe alentaba al tradicionales (regímenes autoritarios), que tenían la capaci-
país a restablecer su liderazgo continental a fin de "proteger a dad de evolucionar hasta transformarse en democracias, y los
las naciones independientes de América Latina contra la con- regímenes totalitarios, en los que no había perspectivas de un
quista comunista y contribuir a preservar la cultura hispanoa-
mericana de la esterilización provocada por el materialismo
58 Declaración del secretario de Estado designado, Alexander Haig Jr.,
marxista internacional".57
ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, 9 de enero de 1981,
En las audiencias de confirmación de enero de 1981, el se-
en AFP Documents 1981, cit., pp. 1-2.
cretario de estado designado, Alexander Haig, pintó un tur- 59 Discurso de Haig en la ceremonia de graduación de la Fairfield Univer-
il sity, 24 de mayo de 1981, en AFP Documents 1981, cit., p. 50.
"') Declaración de Haig ante la Comisión de Servicios Armados del Sena-
55
Citado en "No Easy Options in Latin America", en Latin America do, 30 de julio de 1981, en AFP Documents 1981, cit., p. 50.
Weekly Repon, 14 de noviembre de 1980, p. 9. 61 Jeane Kirkpatrick, "U.S. Security and Latin America", en Howard
56
Gutman, Banana Diplomacy..., cit., p. 21. Wiarda (comp.), Rift and Revolution: The Central American Imhroglio,
57
Committee of Santa Fe, A New Inter-American Policy..., cit., pp. 1, 4- Washington DC, American Enterprise Institute for Public Policy Research,
5, 9, 13-14, 45-46 y 53. 1984, p. 333.

90 91
cambio político en ese sentido, Kirkpatrick contribuía a pro- país para preservar la alianza occidental. Como lo señaló
mover la necesidad de un apoyo pragmático de los Estados Reagan, si América Central cayera bajo el control de los co-
Unidos a las dictaduras derechistas de América Latina.62 munistas, "nuestra credibilidad se derrumbaría, nuestras
alianzas se desmoronarían y la seguridad de nuestra patria es-
taría en peligro"." La necesidad de mantener la cuenca del
La retórica de la era Reagan: Caribe en el lado norteamericano del balance de poder res-
"El eje Moscú-La Habana-Managua" pondía a imperativos tanto políticos como militares. En el
ámbito político, un triunfo del anticomunismo en América
La agenda estratégica del gobierno de Reagan en América La- Central se consideraba decisivo para la credibilidad estadou-
tina se definía en términos del principio de balance de'poder nidense. En el plano militar, el principio orientador, la "eco-
global. Los esfuerzos norteamericanos en el hemisferio occi- nomía de fuerzas", exigía medidas concretas para impedir
dental apuntaban a corregir la presunta "inclinación" en fa- que la región se volviera comunista; no podían desviarse re-
vor de la Unión Soviética. América Latina, un campo de bata- cursos hacia la cuenca del Caribe en detrimento de otras
lla clave en el conflicto este-oeste, demostraba ser vulnerable áreas críticas. 66 En su testimonio ante las comisiones parla-
a la agresión soviética. La administración Reagan sostenía mentarias que investigaban el asunto Irán-Contras, el ex ase-
que si la región caía en manos del comunismo, los Estados sor de seguridad nacional Robert McFarlane esbozó las razo-
Unidos perderían el acceso a materias primas críticas y líneas nes para frustrar la creación de un "eje hostil" en la frontera
marítimas de comunicación vitales en el Caribe, el golfo de sur de los Estados Unidos. "El peligro no es que los soldados
México y el Atlántico sur. 63 Lo más importante, empero, era nicaragüenses tomen los Estados Unidos", explicó,
que el designio de la administración de proteger los intereses
económicos y de seguridad de los Estados Unidos en América [...] sino que ese país actúe como una plataforma desde la
cual la Unión Soviética o algunos de sus satélites, como Cu-
Latina se consideraba como un medio de restablecer el balan- ba, puedan subvertir los regímenes vecinos y exigir en última
ce de poder global y la voluntad y credibilidad de ese país. instancia que los Estados Unidos se defiendan contra una
Desde el punto de vista de la política exterior estadounidense, amenaza soviética, ya sea gastando más dólares de los que
la región se había convertido en el escenario en que los Esta- necesitábamos en la defensa de nuestra frontera sur, ya te-
dos Unidos y la Unión Soviética iban a "representar el drama niendo que preocuparnos más por el canal de Panamá ahora
de la política internacional".64 que los rusos están aquí, ya, por último, debiendo inquietar-
El gobierno de Reagan situó a América Central en el cora- nos con respecto a la mitad de nuestras importaciones de pe-
zón de las preocupaciones de la política exterior norteameri- tróleo, procedentes de refinerías del Caribe que están dentro
cana. La región se convirtió en un símbolo de la aptitud del del alcance de los MIGs de Nicaragua.67

Se delinearon tres grandes misiones de la política exterior es-


61
Jeane Kirkpatrick, "Dictatorships and Double Standards", en Com- tadounidense en el hemisferio occidental. Primero, mejorar
mentary 68 (noviembre de 1979), p. 37. Véase Thomas Carothers, In the
Name of Democracy: U.S. Policy Toward Latin America in the Reagan
Years, Berkeley, University of California Press, 1991, p. 109. 65
Cita de Weekly Compilation of Presidential Documents: Reagan, No.
63
Declaración preparada por el teniente general Ernest Graves, director 19, 2 de mayo de 1983, p. 614.
66 Schoultz, Nacional Security..., cit., p. 259.
de la Agencia de Asistencia para la Seguridad del Departamento de Defensa,
67 Testimonio del ex asesor de seguridad nacional Robert McFarlane, en
an te la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, 4 de mayo de 1981,
en AFP Documents 1981, cit., pp. 1.186-1.187. Joel Brinkley y Stephen Engelberg (comps.), Report of the Congressiorzal
64
Cita de Schoultz, National Security..., cit., p. 325. Sobre los Estados Committees Investigating the Iran-Contra Affair, Nueva York, Random
Unidos, América Latina y el equilibrio mundial de poder, ibid., pp. 268-307. House, 1988, p. 411.

92 93
las relaciones con México; segundo, hacer de la cuenca del de que Nicaragua se utilizaba como una base para la penetra-
Caribe un área segura para la seguridad nacional; y tercero, ción comunista en América Central, lo que frustraba las pers-
restablecer la amistad con las naciones sudamericanas. pectivas de democratización de la región. 69 Grandes preocupa-
La política exterior del gobierno de Reagan para América ciones estadounidenses eran el creciente poderío militar
Latina dio preponderancia a la situación estratégica en la sandinista y el apoyo nicaragüense a los rebeldes salvadoreños.
cuenca del Caribe. La política estadounidense pretendía ayu- El cuarto punto que señalaba Enders era que la guerra en El
dar a los países de la cuenca a mejorar su situación económi- Salvador se había "transformado progresivamente en un caso
ca, en la creencia de que una "genuina estabilidad sólo puede de manual de agresión armada indirecta de las potencias comu-
basarse en la prosperidad económica". Además de la asisten- nistas por intermedio de Cuba"." Ésta era una opinión muy
cia en esa materia, los Estados Unidos se comprometieron a vigorosamente sostenida en los Estados Unidos. El conflicto
colaborar con ellos en la defensa contra la agresión comunis- salvadoreño se consideraba decisivo en el desenlace de la con-
ta, proporcionándoles ayuda militar sin condiciones especia- frontación global este-oeste. "Si luego de lo ocurrido en Nica-
les y concentrándose en la presunta fuente del problema: Cu- ragua una minoría violenta captura El Salvador, ¿qué estado de
ba. "Tanto América Central como el Caribe están expuestos América Central será capaz de resistir?", se preguntaba Enders.
a una empresa de subversión armada de gran sutileza y sofis- "¿Cuánto tiempo pasará antes de que estén en peligro los gran-
ticación, originaria de Cuba", dijo el subsecretario de estado des intereses estratégicos de los Estados Unidos, el canal, las ru-
para asuntos interamericanos, Thomas O. Enders. Los blan- tas marítimas, los suministros petrolíferos?"71
cos cubanos, sostenía el gobierno de Reagan, eran Nicaragua,
El Salvador y Guatemala. "En cada uno de estos países, Cuba
ha estando creando sistemáticamente una maquinaria para la El debate sobre un curso de acción
destrucción de las instituciones y gobiernos establecidos", di-
jo Enders, quien declaró además que los Estados Unidos de- El problema de la intervención externa en el hemisferio occiden-
fenderían a sus aliados contra la "guerra encubierta" de aqué- tal y el papel de Cuba como fuerza delegada de la Unión Sovié-
lla y haría pagar "a La Habana los costos de esa guerra". 68 tica fueron leitmotifs en la retórica del gobierno de Reagan. Un
Enders señaló que había en la cuenca del Caribe cuatro informe del Departamento de Estado de diciembre de 1981, ti-
grandes factores que se percibían como generadores de una tulado "El renovado apoyo de Cuba a la violencia en América
amenaza regional a la estabilidad hemisférica. En primer lugar, Latina", ofrecía un detallado análisis de "la magnitud del com-
la nueva estrategia cubana iniciada en 1978, cuando Fidel Cas- promiso directo cubano en los esfuerzos por desestabilizar a
tro decidió patrocinar la insurgencia sandinista en Nicaragua. sus vecinos mediante el auspicio de movimientos opositores ar-
Segundo, la creciente brecha entre las mercaderías de exporta- mados". El informe abordaba el papel del "eje Moscú-La Ha-
ción y el petróleo importado por un lado y los productos ma- bana" en la explotación de los conflictos nativos fundados "en
nufacturados locales por el otro, que resultaba en una grave desigualdades históricas, sociales y económicas" en favor de las
crisis económica regional (Enders: "Al coincidir con la campa-
69
ña cubana para unificar la izquierda e inducirla a la violencia, Declaración preparada por Enders ante la Subcomisión de Asuntos del
la crisis económica genera una gran vulnerabilidad política po- Hemisferio Occidental de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado,
tencial en toda el área"). Tercero, la impresión norteamericana 14 de diciembre de 1981, en AFP Documents 1981, cit., pp. 1.366-1.367.
70 Informe del Departamento de Estado, "Communist Interferente in El
Salvador" (conocido como Documento Blanco), 23 de febrero de 1981, en
a Discurso de Thomas Enders, subsecretario de Estado para asuntos inte- AFP Documents 1981, cit., p. 1.236.
71
ramericanos, ante el Consejo de las Américas, 3 de junio de 1981, en AFP Enders, declaración preparada ante la Subcomisión de Asuntos del He-
Documents 1981, cit., pp. 1.191-1.193. misferio Occidental, cit., p. 1.368.

94 95
metas expansionistas del comunismo. "Las políticas de Cuba Los asesores más cercanos al presidente abogaban por una
en el exterior están vinculadas con su relación con la Unión acción encubierta como un medio eficaz y prudente de enfren-
Soviética. Al intervenir en América Latina en nombre de la lu- tar al "eje Moscú-La Habana-Managua" en el hemisferio. El
cha armada, Cuba traslada los conflictos locales a la dimen- 26 de febrero de 1981, la CIA emitió un documento político en
sión del enfrentamiento este-oeste."72 que sugería "un programa muy amplio de acciones encubiertas
Algunos altos funcionarios de Washington hablaban de para contrarrestar la subversión cubana en América Central".76
América Central en términos de la crisis cubana de los misiles En un memorándum de comentario de esa propuesta, McFarla-
de octubre de 1962. A principios de 1981, Haig lanzó una ne le escribió a Haig que "éste es un principio muy digno de
fuerte ofensiva retórica contra La Habana: "Creo que desde el consideración que le recomiendo acoja favorablemente y res-
comienzo indicamos con mucha claridad que éste es un proble- palde". McFarlane instaba a la coordinación de las estrategias
ma originado, primero y principalmente, en Cuba, y que nues- de todas las agencias en un programa general para neutralizar
tra intención es tratar este asunto en su fuente". 73 Haig instru- la influencia cubana en América Central. "El punto clave que
yó a McFarlane, por esa época asesor del Departamento de hay que plantear ahora es que al mismo tiempo que debemos
Estado, para que estudiara la factibilidad de una serie de accio- movernos con prontitud, tenemos que garantizar la adecuada
nes militares a fin de presionar a Cuba y a los sandinistas. El coordinación de nuestras acciones políticas, económicas, diplo-
plan resultante contemplaba la posibilidad de "derribar y hun- máticas, propagandísticas, militares y encubiertas." 77 Ese mis-
dir aviones y naves cubanas pequeñas, contrabandear armas e mo día, McFarlane redactó un informe para someterlo a Haig,
incluso establecer un bloqueo naval de Nicaragua y Cuba"? en el que hacía hincapié en la necesidad de orquestar la estrate-
La posición relativa de Haig frente al presidente era débil. gia centroamericana del Departamento de Estado con las del
Su postura estratégica de "ir hasta la fuente" encontró una Departamento de Defensa y la CIA. "El documento de Bill [Wi-
definida oposición en el secretario de defensa Caspar Wein- lliam] Casey aporta una excelente dimensión encubierta a lo
berger, el vicepresidente George Bush y el círculo íntimo de que debe ser una inmediata estrategia general para enfrentarse
Reagan en la Casa Blanca. Además, los jefes del Estado Ma- a Cuba en toda América Central", rezaba el informe. El borra-
yor Conjunto recomendaron que el presidente rechazara la dor planteaba una serie de cuestiones referentes a asuntos clave
propuesta de Haig referente a un potencial bloqueo naval de que la administración tenía que abordar a fin de implementar
Cuba. Medidas abiertas de esa naturaleza entrañaban el ries- un programa clandestino en esa región. En primer lugar, el
go de un duro choque con Castro, una consecuencia incom- problema de financiar las operaciones. McFarlane sugería que
patible con la intención de Reagan de reforzar el poderío nor- el Departamento de Defensa aportara una parte de los fondos
teamericano en América Central sin incrementar el peligro de para el programa. Segundo, el problema clave de impedir filtra-
una confrontación directa con la Unión Soviética.75 ciones de información sobre éste cuando se lo sometiera al
Congreso para su consideración. Por último, lo más importan-
72
te: la posibilidad de obtener ayuda de terceros (presuntamente
Informe del Departamento de Estado, "Cuba's Renewed Support for
la Argentina y Honduras), de quienes los Estados Unidos ha-
Violente in Latin America", 14 de diciembre de 1981, en AFP Documents
1981, cit., pp. 1.207 y 1.210. bían recibido "una oferta tentativa"?
73
Informe de prensa de Haig, 27 de febrero de 1981, en AFP Documents
76
1981, cit., p. 1.275. Documento político secreto de la CIA al Departamento de Estado, 26
74
Departamento de Estado, memorándum secreto, "Taking the War to de febrero de 1981 ( NSA, Nicaragua).
77
Nicaragua", McFarlane a Haig, citado en Toth y McManus, "Contras and Memorándum secreto del Departamento de Estado, "Covert Action for
CIA...", citado. Central America", McFarlane a Haig, 27 de febrero de 1981 ( NSA, Nicaragua).
75 78
Gutman, Banana Diplomacy..., cit., p. 29. Véase Schoyltz, National Se- Memorándum secreto del Departamento de Estado, "Talking Points",
curity..., cit., pp. 272-273. McFarlane a Haig, 27 de febrero de 1981 ( NSA, Nicaragua).

96 97
fr

Tanto el gobierno de la Argentina como el de Honduras intervención en actividades de apoyo a la violencia en El Sal-
querían cooperar con los Estados Unidos en una campaña an- vador". El comunicado emitido por el Departamento de Esta-
ticomunista en América Central. Estaban especialmente inte- do admitía que el gobierno norteamericano no tenía "pruebas
resados en apoyar un ejército antisandinista costeado por los incontestables de movimientos de armas a través de Nicara-
estadounidenses. Más avanzado 1981, éstos formalizaron un gua en las últimas semanas". Sin embargo, seguía preocupado
acuerdo con ambos gobiernos para facilitar el programa con- por la posibilidad de que estuviera realizándose "algún tráfi-
trarrevolucionario de Reagan en la región. co de armamentos" desde ese país a la guerrilla salvadoreña.
Un proyecto de decisión presidencial, fechado el 27 de febre- La declaración ratificaba la decisión estadounidense de apo-
ro de ese año, instruía a Casey, director de la Central de Inteli- yar a las fuerzas "moderadas" de Nicaragua contra la "domi-
gencia (DCI), para que "participara, directamente o en colabora- nación marxista". 81 El ex embajador en ese país, Lawrence
ción con gobiernos extranjeros, en un esfuerzo regional a fin de Pezzullo, consideraba groseramente equivocada la política de
desenmascarar y contrarrestar el terrorismo, la insurgencia y la la administración: "Sin razón alguna, y a causa de nuestra es-
subversión marxistas, patrocinados por Cuba en El Salvador, trechez de miras, en abril de 1981 nosotros mismos nos elimi-
Nicaragua, Guatemala, Honduras y cualquier otro lugar de namos del juego".82
América Central". El proyecto ordenaba al Departamento de El supuesto central norteamericano era que mientras el
Estado que brindara asistencia a la CIA en la implementación del FSLN se mantuviera en el poder en Nicaragua no podría lo-
programa de contrainsurgencia. 79 El 9 de marzo de 1981, Rea- grarse ninguna solución al problema de la inestabilidad en
gan emitió una decisión que autorizaba a la CIA a "proporcio- América Central. Para la administración Reagan, los sandi-
nar todo tipo de entrenamiento, equipamiento y asistencia rela- nistas se definían por su origen comunista ortodoxo, su entre-
cionada para colaborar con los gobiernos de toda América namiento político y militar en Cuba, la Unión Soviética y
Central a fin de contrarrestar la subversión y el terrorismo aus- otros países comunistas y su preferencia por "el poder que sa-
piciados por países extranjeros" 8 Ó Con ello podemos advertir le de la boca del fusil". 83 De acuerdo con el Departamento de
que ya en esa fecha la administración Reagan había desplegado Estado, la sugerencia de que los sandinistas se habían visto
su estrategia para que los Estados Unidos reconquistaran su in- "'llevados', aun contra su voluntad, a procurar la protección
fluencia en América Central y promovieran la estabilidad de la cubana y soviética en respuesta a las políticas estadounidenses
región, oponiéndose a las fuerzas contrainsurgentes locales. [...] no tiene un respaldo empírico". 84 La concepción predo-
minante y más bien distorsionada que adoptó la administra-
ción Reagan sobre la revolución encabezada por el sandinismo
Punto final a la ayuda a Nicaragua impidió que tomara en cuenta todas las pruebas disponibles
con respecto a la conducta del nuevo gobierno nicaragüense.
El 1° de abril, los Estados Unidos dieron oficialmente por ter- A su vez, la conducción sandinista, como lo indicaron algunas
minada toda la asistencia económica a Nicaragua, "dada [su]
81
79
Declaración emitida por el Departamento de Estado, 1° de abril de
Decisión presidencial secreta (proyecto) para la CIA, 27 de febrero de 1981, en AH> Documents 1981, cit., p. 1.298.
1981 ( NSA, Nicaragua). 82
Entrevista con Lawrence Pezzullo, marzo de 1986, en Gutman, Banana
81)
Oficina Ejecutiva del Presidente, decisión presidencial secreta de Ro- Diplomacy, cit., p. 37.
nald Reagan, 9 de marzo de 1981, en Congreso de los Estados Unidos, Sena- 81
Departamento de Estado, Bureau of Public Affairs, Nicaraguan Bio-
re Select Committee on Secret Military Assistance to Iran and the Nicaraguan graphies: A Ressource Book, informe especial N° 174, Washington, DC, Bu-
Opposition and House Select Committee to Investigare Covert Arms Tran- reau of Public Affairs, 1988, pp. 3-5.
sactions with Iran, Report of the Congressional Committees Inuesugating the 84
'bid., p. 4. Véase Morley y Petras, Reagan Administration and Nicara-
Iran-Contra Affair, apéndice A, Source Documents, 1988, p. 1.156. gua..., cit., pp. 82-84.

98 99
Carter, a un nuevo mandato definido por una ideología nada
fuentes, supuso que la elección de Reagan desembocaría en ambigua de enérgico anticomunismo. Aun cuando la reorga-
una definida ofensiva norteamericana apuntada a subvertir la nización de la CIA encarada por Reagan fue esencialmente su-
revolución, independientemente de los esfuerzos de Nicara- perficial, éste logró restablecer la moral y el entusiasmo de la
gua por adaptarse a las exigencias políticas y de seguridad de agencia. El nombramiento de Casey, su ex director de campa-
los Estados Unidos." ña, como Director de la Central de Inteligencia, fue decisivo
Entre los altos funcionarios de Washington, los elementos para hacer de ella una burocracia gubernamental eficaz.88
moderados abogaban por un diálogo con el FSLN, aduciendo Durante su permanencia en el cargo en la década del
que Nicaragua no representaba una amenaza crítica a los ochenta, Casey contribuyó a intensificar la desconfianza del
aliados de los Estados Unidos en la región. Pero los partida- Congreso hacia la Dirección de Operaciones, un organismo
rios de la línea dura (en particular Casey, Kirkpatrick y el clave. Considerada por muchos críticos como "la más reser-
asistente de la Casa Blanca Edwin Meese) consideraban que, vada y [...] obstinada de las cuatro direcciones principales de
por ser los sandinistas sucedáneos de los soviéticos, no podía la agencia", ese grupo manejó el programa antisandinista en
confiarse en ellos; de allí que se estimaran inútiles los esfuer- conjunción con los militares argentinos. Los funcionarios de
zos conducentes a un acuerdo de seguridad. Para estos fun- ese sector de la CIA, que recolectaban clandestinamente inteli-
cionarios, que no apoyaban la propuesta de Haig de una ac- gencia y procuraban influir en los asuntos exteriores, compar-
ción secreta contra Cuba y sus aliados en la región, el único tían una "cultura del secreto obsesivo". 89 Esto se tradujo en
rumbo alternativo era la opción paramilitar. 86 Estratégica- la actitud de negar información al Congreso sobre los víncu-
mente ubicados en el círculo íntimo del presidente, estos ele- los de la central con individuos, organismos o gobiernos ex-
mentos duros lograron dar forma a la política para Nicara- tranjeros involucrados en actividades ilegales o violaciones a
gua. Sin embargo, no excluían el enfoque negociador. "Pocos los derechos humanos. Los funcionarios que cumplían funcio-
creían que los sandinistas hablaran seriamente con nosotros", nes en roles encubiertos compartían una mentalidad que no
confió un alto funcionario, "pero teníamos que intentarlo".87 quería admitir que negar, omitir o demorar la entrega de in-
Por consiguiente, la política centroamericana de los Esta- formación pertinente implicaba un grave engaño.9°
dos Unidos empezó a seguir un enfoque de "dos vías". Al
mismo tiempo que jugaba la partida diplomática para con- 88
Ranelagh, The Agency..., cit., pp. 658-659 y 673-675.
vencer al Congreso de que la administración creía en una so- 88
R. Jeffrey Smith, "CIA Chief Fires 2 Over Scandal in Guatemala", en
lución negociada, la Casa Blanca autorizó a la CIA a realizar Washington Post, 30 de septiembre de 1995.
90
La CIA violó la ley cuando omitió informar al Congreso apropiadamente
operaciones militares contra Nicaragua.
sobre la operación Irán-Contras en 1987. Este legado de tergiversación resur-
gió a principios de los años noventa cuando funcionarios de la Dirección de
Operaciones de la División América Latina "engañaron a sabiendas" al Con-
Acción clandestina greso en relación con pagos secretos efectuados por la agencia a un oficial mili-
tar guatemalteco vinculado con dos asesinatos políticos en su país. Un informe
de la Junta de Supervisión de Inteligencia del presidente Bill Clinton atribuyó la
Una vez en funciones, la administración Reagan decidió
fechoría a la "mala administración de la CIA, la fal t a de un procedimiento siste-
adaptar el rol "altamente moral" de la agencia, impartido por mático de notificación al Congreso y un deseo rutinario de los funcionarios de
menor jerarquía de proteger la identidad de todas las fuentes de la agencia".
Sin embargo, puede sostenerse que el caso de Guatemala de los años noventa
Arnson, Crossroads..., cit., p. 50. Un ex funcionario sandinista de alto probó que la CIA seguía operando como una cara clandestina y omnisciente del
rango entrevistado por el autor en Nicaragua (el 10 de julio de 1993) corro- estado con jurisdicción exclusiva para desplegar su aparato de inteligencia ba-
boró esta versión. sada en su propia e indiscutible Weltanschauung. Smith, "CIA Chief Fires 2...",
s6 Carothers, In the Name of Deznocracy..., cit., pp. 78-80.
cit. Véase Wolfe, The Limits of Legitimacy..., cit., pp. 201-205.
87
Citado en Dickey, W ith the Contras..., cit., pp. 111.

101
100
América Central fue uno de los dos lugares (el otro fue Af- diera por terminado todo respaldo a los movimientos revolu-
ganistán) donde el gobierno de Reagan enfrentó el desafío de cionarios en la región y redujera drásticamente sus vínculos
definir el nuevo papel de los Estados Unidos como potencia con el bloque comunista. A su vez, el país centroamericano
mundial. En esa región, la CIA sirvió como un vehículo eficaz pedía a los Estados Unidos seguridades de que la administra-
para implementar programas secretos a fin de hacer retroceder ción Reagan no trataría de desestabilizar la revolución sandi-
el "expansionismo comunista". En el caso de Nicaragua, la nista. A mediados de agosto, mientras la CIA formalizaba una
agencia recibió instrucciones para promover un ejército con- empresa antisandinista conjunta con la Argentina y Hondu-
trarrevolucionario nativo bajo la guía de asesores argentinos. ras, Enders se reunió con el coordinador de la junta Daniel
Ortega y el ministro de relaciones exteriores Miguel D'Escoto
en Managua. Al no llegar a una base para un consenso míni-
¿Por qué darle un papel a la Argentina? mo, las conversaciones bilaterales finalizaron poco después.92
Con respecto a la opción militar, el DCI Casey declararía
Las operaciones por delegación respondían a una serie de res- más adelante que los Estados Unidos "compraron" un pro-
tricciones que hacían imposible la participación directa de los grama argentino existente. 93 "Era conveniente manejar las
Estados Unidos. Las más importantes de esas limitaciones operaciones a través de los argentinos", dijo un alto funcio-
eran 1) la restringida capacidad de la CIA para realizar accio- nario de la CIA. "No teníamos que hacer preguntas sobre sus
nes encubiertas (en la agencia había pocos especialistas en objetivos por las que no pudiéramos evitar preguntarnos so-
ellas), 2) su vulnerabilidad al escrutinio parlamentario, y 3), bre los nuestros una vez que nos hiciéramos cargo." 94 La re-
la más significativa, la aversión del Congreso hacia cualquier lación tripartita entre los Estados Unidos, la Argentina y
tipo de accionar que pudiera invocar los "fantasmas" de Viet- Honduras se ajustó al esquema de Washington para desesta-
nam, esto es, una intervención progresiva de los Estados Uni- bilizar el régimen sandinista sin el envío de más tropas nor-
dos que forzara al país a participar directamente en una gue- teamericanas a América Central.95
rra en América Central. 91 La decisión de la CIA de sostener un El 12 de noviembre de 1981, Haig se negó a asegurar a la
ejército nativo de exiliados entrenado por un tercer país re- Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Repre-
presentó una eficaz solución a dichos problemas. La agencia sentantes que los Estados Unidos no estaban involucrados en
dejó el manejo militar cotidiano de las operaciones a los ase- ningún intento de derrocar al gobierno sandinista en Nicara-
sores argentinos. La ayuda a los Contras nicaragüenses se di- gua. En una caldeada discusión con diputados demócratas,
simuló como asistencia monetaria a la Argentina. Dadas las Haig no haría más que reafirmar lo aseverado por Reagan, en
amplias prerrogativas de que disfrutaba Casey, fue posible
que la CIA montara el programa clandestino en América Cen-
tral sin grandes interferencias del Congreso. 92
Amson, Crossroads..., cit., p. 79.
93
Desde enero hasta agosto de 1981, mientras cobraban im- Don Oberdorfer y Patrick E. Tyler, "U.S.-Backed-Nicaraguan Rebel
pulso los esfuerzos por construir una fuerza insurgente anti- Army Swells to 7,000 Men", en Washington Post, 8 de mayo de 1983.
94
Citado en Leslie H. Gelb, "Argentina Linked to Rise in Covert U.S. Ac-
sandinista, el subsecretario Enders exploró las posibilidades tions Against Sandinists", en New York Times, 8 de abril de 1983.
de un acuerdo negociado con Nicaragua. Sus conversaciones 95
Como lo manifestó el ex agente de inteligencia Sánchez Reisse en su de-
secretas con la conducción del FSLN procuraron encontrar un claración ante el Congreso, "gente del gobierno de la Argentina, junto con gen-
terreno común. Los Estados Unidos querían que Nicaragua te del gobierno de los Estados Unidos, decidieron que era mejor y mucho más
[seguro] que hubiera tropas y asesores argentinos, por ejemplo en El Salvador o
91
Costa Rica y Honduras, [en vez del involucrar directamente a tropas de [los]
Ranelagh, The Agency..., cit., pp. 674 y 680-681; Arnson, Cross- Estados Unidos en esa época y en ciertas situaciones centroamericanas". Con-
roads..., cit., pp. 64-65 y 74. greso de los Estados Unidos, testimonio de Sánchez Reisse, cit., p. 16.

102 103
el sentido de que los Estados Unidos no tenían la intención de Haig–, pero no pueden ser la política." Consideraba el plan
99

emplear tropas para realizar acciones militares en ningún lu- de Casey como una "jugada de pacotilla" que pretendía tras-
gar del mundo. "Creo que la declaración del presidente debe ladar a la acción la retórica anticomunista del presidente al
mantenerse", dijo Haig. "Basado en sus respuestas –le replicó mismo tiempo que aseguraba al Congreso que las tropas nor-
el diputado Michael Barnes, demócrata de Maryland–, si yo teamericanas no se comprometerían en una guerra en su pro-
fuera nicaragüense empezaría a construir mi refugio contra pio patio trasero. Para Casey, la acción clandestina en Améri-
las bombas."96 ca Central era la única alternativa a la intervención directa de
El 23 de noviembre de 1981, Reagan aprobó la Instrucción los Estados Unidos en la región. Una de las principales razo-
Directiva de Seguridad Nacional (IDSN) número 17, que auto- nes que sustentaban esta postura era que el país no quería
rizaba a la CIA a crear un grupo paramilitar de quinientos que lo acusaran de practicar una diplomacia de cañonera en
hombres como complemento de una fuerza ya existente de el hemisferio.100
mil efectivos bajo el mando argentino. Se asignó al programa El 1° de diciembre, Reagan firmó una decisión que autori-
un monto inicial de 19 millones novecientos cincuenta mil zaba a la CIA a "apoyar y llevar a cabo operaciones paramili-
dólares, y se admitía que serían "necesarios más fondos y tares contra la presencia cubana y la infraestructura de sostén
efectivos militares". En realidad, los argentinos ya estaban
97
cubana y sandinista en Nicaragua y otros lugares de América
entrenando una fuerza antisandinista de unos mil quinientos Central". La agencia trabajaría "con gobiernos, organiza-
101

hombres; la IDSN 17 sólo formalizó la operación. Los milita- ciones e individuos extranjeros para construir un respaldo po-
res argentinos estaban activamente dedicados al entrenamien- pular [que fuera] nacionalista, anticubano y antisomocista".
to de rebeldes Contras aun antes de que Reagan asumiera el También "apoyaría y protegería a la oposición creando y en-
poder. Según informes de 1987 que ulteriormente no pudie- trenando grupos de acción que intervendrían en operaciones
ron corroborarse ni desestimarse, cuando el gobierno de Rea- paramilitares y políticas en Nicaragua y otros lugares" .102 El
gan decidió armar una fuerza nativa antisandinista, pagó se- gobierno de Reagan abrazó con entusiasmo la alternativa de
cretamente a la Argentina cincuenta millones de dólares para la procuración. "Para nosotros y nuestros amigos es mucho
desarrollar el programa contra.98 más fácil y menos costoso apoyar una insurgencia que tener
El secretario de estado Haig estuvo en desacuerdo con la que resistirse a ella", fueron las palabras de Casey citadas en
decisión de la administración de adoptar un enfoque clandes- un informe de noticias unos 18 meses después de iniciada la
tino en América Central. "Las operaciones clandestinas pue- operación. "Se necesitan relativamente pocas personas y po-
den ser auxiliares de una política exterior –dijo más adelante co respaldo para desorganizar la paz interna y la estabilidad
económica de un país pequeño." ° Al firmarse la decisión
I 3

presidencial y entrar en acción el jefe de la División América


96
Citado en John M. Goshko, "Haig Won't Rule Out Anti-Nicaragua
Action", en Washington Post, 13 de noviembre de 1981. Véase también
Holly Sklar, Washington's Virar on Nicaragua, Boston, South End Press,
1988, p. 95.
99
Citado en Joseph E. Persico, Casey: From the OSS to the CIA, Nueva York,
912
Kornbluh, Nicaragua: The Price of Intervention, cit., pp. 22-23. Para Viking, 1990, p. 273.
más información sobre la I DSN 17 y los documentos adjuntos, véanse Ober-
11/5
Ibid.
101 Oficina Ejecutiva del Presidente, decisión presidencial secreta de Ro-
dorfer y Tyler, "U.S.-Backed Nicaraguan Rebel Army...", cit.; Sklar, Was-
hington's War..., cit., 98-100; y Dickey, With the Contras..., cit., pp. 111- nald Reagan, 1° de diciembre de 1981, NSA, Nicaragua.
112.
102
Memorándum secreto de la CIA, "Scope of CIA Activities under the
88
Joanne Omang, "Rebel Fund Diversion Rooted in Early Policy", en Central America Finding", sin fecha ( DDRS).
103 Citado en Oberdorfer y Tyler, "U.S.-Backed Nicaraguan Rebel
Washington Post, 1° de enero de 1987; Daniel Hadad, "Comandante 3-80: je-
fe militar de la 'Contra — , en Somos, Buenos Aires, 14 de enero de 1987, p. 6. Army...", citado.

104 105
Latina de la Dirección de Operaciones de la CIA, Duane "De- guardia nacional de Somoza, de triste fama por su crueldad y
wey" Clarridge, el programa clandestino ingresó en una nue- corrupción.1"
va fase.'" Casey aseguró al Congreso que la operación clandestina de
A fines de 1981, Enders informó a las Comisiones Especia- la CIA no pretendía derrocar al régimen sandinista. La empre-
les de Inteligencia del Senado y la Cámara de Representantes sa secreta –dijo a las comisiones de supervisión– tenía el úni-
sobre el programa encubierto de la CIA en América Central. co objetivo de prohibir el tráfico de armas de Nicaragua a El
En ese momento dijo a los parlamentarios que la agencia apo- Salvador, y al mismo tiempo convencer a los sandinistas de
yaba secretamente con entrenamiento, dinero y armas a una que debían evitar mostrar una mayor lealtad a los cubanos y
fuerza de resistencia de guardias nacionales nicaragüenses soviéticos. 107 Sin embargo, la decisión presidencial contenía
exiliados que realizaban incursiones armadas en territorio de los elementos esenciales para intentar una desestabilización
Nicaragua desde bases instaladas en Honduras. En las sesio- clandestina del gobierno revolucionario nicaragüense. Al ga-
nes secretas, Enders contó que la CIA utilizaba a disidentes rantizar que la fuerza opositora sería antisomocista, la resolu-
políticos, ex guardias nacionales, minorías étnicas y grupos ción mentía desde el mismísimo comienzo acerca de la signifi-
de exiliados nicaragüenses en los Estados Unidos para gene- cativa presencia de ex guardias nacionales de Somoza en el
rar una situación de inquietud generalizada en aquel país. Si nuevo movimiento armado. Al establecer la naturaleza abier-
bien los Estados Unidos aportaban los fondos para las opera- ta de la operación, la decisión presidencial preveía que la em-
ciones secretas, aclaró, los responsables de la implementación presa de "prohibición" iba a transformarse en un emprendi-
del programa eran los asesores militares argentinos.105 miento contrarrevolucionario de gran escala (la enmienda
Algunos parlamentarios manifestaron su preocupación con Boland de diciembre de 1982 prohibiría cualquier política es-
respecto a la capacidad de la CIA para controlar la operación. tadounidense orientada al derrocamiento del gobierno nicara-
Los expertos argentinos en contrainsurgencia y los ex miem- güense). Por último, aun cuando el documento presidencial
bros de la guardia nacional de Somoza eran notorios por sus reconocía el papel de gobiernos extranjeros en la operación,
métodos de represión brutales y poco ortodoxos. En respues- el informe de Casey al Congreso restó importancia al hecho
ta a esas quejas, Enders aseguró a los integrantes de las comi- de que los militares argentinos, que recientemente habían im-
siones de inteligencia que la operación apoyada por los Esta- plementado una vasta campaña de exterminio y terror en su
dos Unidos sería firmemente controlada, y destacó que este
país no toleraría violaciones a los derechos humanos. Sin em-
bargo, como lo señalaron algunos legisladores, era difícil en- toe Bob Woodward, Veil: The Secret Wars of the CIA, 1981-1987, Nueva
tender cómo podía la CIA propiciar la democracia en Nicara- York, Simon and Schuster, 1987, pp. 172, 176 y 187-188. Como dijo el líder
gua con la ayuda del régimen militar argentino, en esa época antisandinista disidente Edgar Chamorro, "tuvimos Contras porque [los Es-
un "símbolo de las dictaduras de derecha", y los restos de la tados Unidos] pusieron juntos a somocistas, argentinos y la CIA. De eso no se
puede esperar mucha democracia". Entrevista con Chamorro, noviembre de
1986, citado en Sklar, Washington's War..., cit., p. 75.
117
Al parecer, en su mayor parte el apoyo militar nicaragüense al Frente
1114
A principios de agosto de 1981, Clarridge había reemplazado a Nés- Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) había cesado en febrero de
tor Sánchez como jefe de la División América Latina de la CIA. Sánchez fue 1981. Según el ex agente de la CIA David McMichael, la agencia sabía indu-
trasladado al Departamento de Defensa. dablemente que el aprovisionamiento de armas estaba casi totalmente corta-
11)5
Informe del Institute for Policy Studies, Washington, oC, 5 de marzo do. "La decisión de iniciar la guerra "contra" –declaró McMichael– se tomó
de 1982. Véase Barricada, 4 de noviembre de 1982. Posteriores informes de al mismo tiempo que se interrumpía el flujo de armamentos." Citado en Ve-
prensa revelaron que asesores estadounidenses y argentinos habían trazado gard Bye, La paz prohibida: el laberinto centroamericano en la década de los
un plan para organizar las fuerzas de resistencia y transformarlas en un ejér- ochenta, San José de Costa Rica, Departamento Ecuménico de Investigacio-
cito más convencional, con capacidad para grandes acciones militares. nes, 1991, p. 96.

106 107
propio país, fueran un componente clave de la empresa esta-
ríos de las oficinas del senador republicano Jesse Helms, que
dounidense.108
recorrieron toda América Latina dando señales claras de que
la administración de Reagan había decidido adherir a una
enérgica cruzada militar para salvar al mundo del comunis-
La Argentina como aliada de los Estados Unidos
mo. Como resultado de esta campaña, las violaciones a los
derechos humanos se incrementaron notoriamente luego del
La elección de Ronald Reagan fue un punto de inflexión para
triunfo de Reagan. En esa materia, y en un período de cuatro
las relaciones argentino-norteamericanas. Reagan había criti-
meses, El Salvador y algunos otros países pasaron por varias
cado vigorosamente la política de Carter hacia la Argentina y
de las peores experiencias de toda su historia. Las fuerzas mi-
elogiado a los militares de ese país por la aniquilación de la
litares y paramilitares tuvieron carta blanca para lanzar una
amenaza marxista. Fundadas en la amplia coincidencia de sus
escalada de represión masiva, a fin de contrarrestar el avance
ideologías y presuntos intereses de seguridad nacional —defini-
del comunismo internacional. 109 En la Argentina, el ejército
dos en gran medida por un intenso anticomunismo—, las ad-
extendió sus misiones a Guatemala, El Salvador y Honduras,
ministraciones de ambos países pasaron rápidamente a una
con el objeto de incrementar las operaciones de entrenamien-
relación de entendimiento y cooperación mutuos. Esta concu-
to e inteligencia en la región.1111
rrencia ideológica condujo a un nuevo modelo de asociación
en la que la Argentina asumió el papel de sustituto de los Es-
tados Unidos en América Central. '° 9 Estoy en deuda con el ex embajador estadounidense Edwin Corr por
No fue una sorpresa que la victoria de Reagan tuviera un su perspicacia decisiva en este tema. Entre los actores clave en este proceso
significativo e inmediato impacto en las relaciones argentino- informal se cuentan John Carbaugh, funcionario del senador Helms; Nat
Hamrick, un empresario de Carolina del Norte que había sido socio de la fa-
norteamericanas. A fines de 1980, los líderes militares argen- milia de Somoza; y Francisco Aguirre, un ex coronel de la guardia nacional
tinos habían iniciado conversaciones informales con algunos establecido en Washington, DC, vinculado con la CIA e íntimo amigo de Wal-
de los principales asesores latinoamericanos del futuro presi- ters, su ex vice director. Hamrick y Aguirre se reunieron con el segundo jefe
dente, procurando asociarse con los Estados Unidos en caso de inteligencia del ejército, el coronel Mario Davico, en marzo de 198] (tras
de un triunfo republicano en las elecciones de noviembre. La la visita a los Estados Unidos del presidente designado, Viola). En ese en-
cuentro realizado en Buenos Aires, convinieron los detalles específicos de la
nueva administración abandonó incondicionalmente la políti- cooperación argentino-norteamericana en la empresa antisandinista. Ham-
ca de Carter de presionar a los militares para que rectificaran rick era amigo de Carbaugh y Gerardo Schamis, un diplomático argentino
su comportamiento interno y se inclinó rápidamente a la con- estrechamente vinculado con la conducción del ejército de su país. Previa-
certación de una alianza con Buenos Aires, centrada en la mente a la victoria de Reagan en las elecciones de 1980, Hamrick le había
contención del comunismo en América Latina. dado a Schamis acceso al círculo íntimo del candidato republicano. Por con-
siguiente, Schamis actuaba como uno de los principales enlaces entre la ad-
La retórica utilizada en la campaña contra Carter y su po- ministración Reagan y el gobierno militar argentino. Carbaugh, por su parte,
lítica de derechos humanos tuvo un fuerte impacto en los re- tenía una vasta red de contactos dentro de poderosas facciones derechistas
gímenes militares derechistas de todo el hemisferio. Éstos ad- latinoamericanas. Uno de sus socios clave era Roberto D'Aubuisson, líder del
vertían que la elección de Reagan iba a significar un amplio escuadrón de la muerte salvadoreño. Carbaugh respaldaba vigorosamente al
apoyo norteamericano a una renovada y feroz ofensiva con- coronel José Osvaldo Ribeiro, cabeza política de las operaciones del estado
mayor general argentino en Honduras. Ribeiro había estado implicado en la
tra el comunismo. Desempeñó un papel central en este proce-
red t ransnacional Cóndor y comandó un centro de detención clandestina (El
so un equipo de independientes, primordialmente funciona- Campito) en Campo de Mayo (provincia de Buenos Aires) durante la guerra
sucia. Esta relación se basa en una entrevista con Juan José Salinas, realizada
en Buenos Aires el 31 de julio de 1993; Gutman, Banana Diplomacy..., cit.,
I
" Persico, Casey..., cit., pp. 274-275. pp. 22, 49-57 y 104; y Chamorro, Packaging the Contras..., cit., pp. 5-6.
In Entrevista con un ex embajador argentino que tuvo un puesto clave en
'

108
109
ji

En febrero de 1981, el presidente Reagan envió al general ses después, Jorge Aja Espil, al abandonar su cargo de embaja-
retirado Walters a una gira latinoamericana, con la misión de dor argentino en Washington, dijo que "Reagan es un amigo
obtener apoyo para la política norteamericana en América de la Argentina y del presidente Viola, y esto abre un camino
Central (previamente a su designación como embajador itine- para futuras posibilidades". 114 Reagan y Viola coincidían en
rante, Walters había ayudado a organizar los primeros gru- que "la seguridad hemisférica es crucial para la estrategia geo-
pos de rebeldes antisandinistas). Como lo recordaba Edgar política global". Reconocían que la cuenca del Caribe y el
Chamorro, "el propio Walters dispuso que todas las bandas Atlántico sur eran núcleos fundamentales del sistema de segu-
[de guardias nacionales exiliados] se incorporaran a la Legión ridad hemisférica. Luego de su misión en Washington, Viola
15 de septiembre, y que el gobierno militar de la Argentina aseguró al gobierno de Reagan que "la Argentina dará todo el
enviara varios oficiales del ejército para actuar como asesores apoyo necesario a la causa de Occidente".11s
e instructores". 111 Uno de los principales objetivos del viaje Avanzado ese mismo año, el comandante en jefe del ejérci-
de Walters era explorar las posibilidades de cooperación mili- to, general Leopoldo F. Galtieri, se reunió en Washington con
tar en América Central entre los Estados Unidos y las fuerzas los principales asesores en política exterior de Reagan. Desde
armadas de la Argentina, Honduras y Guatemala. 112 En Bue- la perspectiva de los Estados Unidos, Galtieri parecía el "más
nos Aires, el enviado de Reagan dijo que la política exterior cooperativo" de los generales en lo que se refería a una plena
de su gobierno iba a responder a la amistad manifiesta. Dis- participación argentina en América Central. Galtieri ratificó
cutió con los líderes militares la visión estratégica de los Esta- un acuerdo por el cual el ejército argentino recibiría fondos e
dos Unidos sobre el intervencionismo patrocinado por los so- inteligencia norteamericanos como ayuda para eliminar la
viéticos en el hemisferio y brindó detalles acerca de la red presunta asistencia cubana y nicaragüense a los movimientos
marxista latinoamericana centrada en Cuba y Nicaragua, con guerrilleros de El Salvador y Guatemala. 116 Además, la arma-
especial atención al papel de los exiliados políticos argentinos da argentina envió lanchas patrulleras para vigilar el golfo de
en las operaciones insurgentes.113 Fonseca, al que se suponía una de las principales rutas en el
"He encontrado una comprensión que supera mis más opti- suministro de armas nicaragüenses a la guerrilla del FmLN.117
mistas esperanzas", declaró el general Roberto Viola tras su Uno de los primeros gestos de amistad de Reagan hacia el
visita a los Estados Unidos en marzo de 1981. Unos pocos me- régimen castrense argentino fue solicitar al Congreso que re-
vocara el embargo a la asistencia militar a ese país. El 1° de
abril de 1981 (el mismo día que el gobierno de Reagan sus-
la División Centroamericana, del Caribe y México del Ministerio de Relacio- pendió oficialmente toda la ayuda norteamericana a Nicara-
nes Exteriores entre 1981 y 1982, cuyo nombre se mantiene en el anonimato
a su pedido, en Buenos Aires, el 11 de agosto de 1993. gua), se convocó una sesión conjunta de las Subcomisiones de
111
Citado de la declaración jurada de Edgar Chamorro, Washington, DC, Derechos Humanos y Organizaciones Internacionales y de
5 de septiembre de 1985, para la Corte Internacional de Justicia, "Case Con- Asuntos Interamericanos de la Cámara de Representantes,
cerning Military and Paramilitary Activities In and Against Nicaragua", en para analizar "si la situación de los derechos humanos en la
los archivos del autor, pp. 4-5. Véase Brecher et al., "A Sectet War for Nica-
Argentina ha mejorado lo suficiente para levantar la restric-
ragua", citado.
112 Se
ha sugerido que el general Mallea Gil, graduado en la academia mi-
litar de West Point, fue la principal conexión argentina con Vernon Walters.
114
Presuntamente, también fue el oficial argentino que despertaba más confian- General Viola y embajador Aja Espil, citados en Falcoff, A Tale of
za en el Pentágono (Mallea Gil fue designado agregado militar argentino en Lavo Policies..., cit., p. 45.
115
los Estados Unidos a principios de 1981). Entrevista con Ballester; entrévista Verbitsky, La última batalla..., cit., p. 97, que cita La Prensa, 19 de
con Raimondi. marzo de 1981, y Clarín, 21 y 22 de marzo de 1981.
116
113
Jesús Iglesias Rouco, "Conversaciones estratégicas", en La Prensa, Cardoso et al., Malvinas..., cit., pp. 29-30.
Buenos Aires, 6 de marzo de 1981. "'Entrevista con Raimondi.

110 111
ción". La resolución de la administración de mejorar sustan- "La lucha contra la subversión en América Central marcó
cialmente las relaciones con la Argentina fue vigorosamente un período de luna de miel entre la Argentina y los Estados
impugnada por los demócratas, que sostenían que los Estados Unidos", dijo un oficial naval retirado. En oportunidad de una
Unidos no podían mantener vínculos armónicos con un régi- visita de una delegación del Pentágono a Buenos Aires, en
men autoritario responsable de groseras violaciones a los de- 1981, los argentinos sintieron, por primera vez en años, que se
rechos humanos."8 los trataba como aliados de los estadounidenses. "Recuerdo
El régimen argentino percibió el "pragmatismo" de Rea- una inclinación muy favorable de los oficiales norteamerica-
gan como una base sólida para fomentar el entendimiento re- nos hacia la Argentina, porque los habíamos ayudado a resol-
cíproco. Todavía existían discrepancias en los puntos de vista ver sus problemas en América Central", dijo este oficial. "Fue
de ambos países, pero su coincidencia en la política interna- una época de gran prestigio para la Argentina." 120
cional alimentaba una relación bilateral flexible. Los argenti- A principios de 1982, la administración Reagan sondeó a
nos advertían aliviados que había terminado el conflicto de la conducción militar argentina con respecto a la posibilidad
los días de Carter. "A pesar de nuestros desacuerdos mutuos de infiltrar fuerzas de combate en Nicaragua. La Argentina,
–explicó el general Mallea Gil–, a la Argentina le resultó mu- lo mismo que Chile, Colombia, el Paraguay y Uruguay, reci-
cho más fácil tener acceso al núcleo donde se tomaban las de- bió una propuesta del Pentágono para crear una fuerza com-
cisiones de los Estados Unidos [en política exterior]. Nuestro binada que pudiera desplegarse en América Central a fin de
embajador tenía una mucho mejor relación con el Departa- hacer retroceder a la guerrilla en El Salvador y, finalmente,
mento de Estado." El reciente interés argentino en América establecer un bloqueo militar a Nicaragua.121
Central coincidía con los nuevos designios estadounidenses en
materia de política exterior. "Uno de los objetivos fundamen-
tales de los Estados Unidos era derrocar al régimen sandinis- La CIA y la Argentina
ta. Por lo tanto [...], cuando dos países tienen una meta co-
mún, se entienden mucho mejor uno al otro."119 Cuando poco después de su nombramiento como Director de
Habían pasado casi veinte años desde el franco respaldo la Central de Inteligencia Casey se enteró de que asesores ar-
de la Argentina a los Estados Unidos en la crisis cubana de gentinos estaban adiestrando una fuerza antisandinista, com-
los misiles (1962), cuando había mostrado una decidida pos- prendió de inmediato que los militares de esa nacionalidad
tura anticomunista y su lealtad al líder de Occidente. El país podrían ayudar a la administración Reagan a implementar su
entraba ahora en una nueva fase de acuerdo y cooperación política de contención en América Central. Los Estados Uni-
con los objetivos hemisféricos norteamericanos. Dentro de dos podían hacer fácilmente suyo un programa argentino ya
los círculos militares de influencia en la Argentina, la estre- existente. "Bill ICasey1 estaba absolutamente encantado", di-
cha pero breve alianza con los Estados Unidos se percibió jo más adelante el vicedirector de la CIA, almirante Bobby
como el inicio de una nueva era en la que aquel país iba a Ray Inman. "Sabía que la esperanza argentina era desalojar a
obtener un reconocimiento internacional por su victoria so- los sandinistas. Y eso era más de lo que el Congreso de los
bre el enemigo comunista. Estados Unidos estaba dispuesto a permitirnos."122

118
Congreso de los Estados Unidos, House Foreign Affairs Committee, 120
Subcommittee on Human Rights and International Organizations and on In- Entrevista con Raimondi.
121
ter-American Affairs, Review o( United States Policy on Military Assistance Informe de ABC Televisión, 3 de febrero de 1982; Excélsior, México,
to Argentina, Audiencias, l° de abril de 1981, cita de la p. 2. 12 de febrero de 1982.
122
119
Entrevista con Mallea Gil. Citado en Persico, Casey..., ch., p. 273.

112 113
Casey instruyó al jefe de la delegación de la CIA en Buenos involucró en él con unos cuatrocientos hombres que entra-
Aires para que entregara una propuesta al general Galtieri, ban y salían de la región. [...] Eran apenas unos pocos, pero
señalando el interés norteamericano en el programa militar excelentes asesores que se adaptaron muy bien a ese terreno.
argentino en América Central. Los Estados Unidos estaban Adiestraban fuerzas de combate y ganaron mucha influencia.
[...] El personal argentino implementó técnicas de contrain-
dispuestos a financiar la operación y aliviar a la Argentina de
surgencia que había aprendido en el monté tucumano y em-
esa preocupación, colocándose en el papel de fuerza conduc-
pezó a obtener resultados concretos en la guerra centroame-
tora detrás de los rebeldes antisandinistas. La oferta cautivó a ricana. [...] Los asesores argentinos llevaron adelante la
Galtieri quien, como uno de los cabecillas de la facción de lí- difícil misión que los norteamericanos no habían podido
nea dura dentro de la institución militar, consideraba que una cumplir. 124
alianza con los Estados Unidos en América Central era una
vía para restablecer las relaciones amistosas con el líder de Como resultado del programa de acción clandestina de la CIA
Occidente. Presuntamente, dicha mejora de las relaciones en- en América Central, los Estados Unidos comenzaron a utili-
tre ambos países podía ayudar a promover el proyecto políti- zar veteranos de la guerra sucia en la Argentina para comba-
co personal de Galtieri en un momento de fuertes tensiones tir a un régimen percibido como una amenaza a la democra-
dentro de las fuerzas armadas.I23 cia liberal y a los valores norteamericanos. El personal militar
Sectores clave de los militares percibieron el interés de la y paramilitar argentino implicado en la operación "contra"
CIA en las operaciones argentinas como una adhesión a la me- servía en el Batallón de Inteligencia 601 del ejército y otros
todología contrainsurgente implementada en los años setenta. organismos que habían desempeñado un papel fundamental
"Es posible que los servicios militares y de inteligencia nor- en el programa de terror estatal llevado a la práctica por el
teamericanos vieran que lo que no podían lograr en América régimen. Algunos de los agentes argentinos que actuaban en
Central había sido cumplido por las fuerzas armadas argenti- América Central también provenían de la Alianza Anticomu-
na, chilena y uruguaya en sus propios países [...] utilizando nista Argentina (Triple A) y otras organizaciones terroristas
un exitoso modelo de contrainsurgencia, que más tarde se ultranacionalistas. 125 Muchos de estos "expertos" habían tor-
cuestionó y descartó como resultado del debate sobre los de- turado y asesinado prisioneros en los campos clandestinos de
saparecidos", dijo el oficial naval argentino citado en la sec- detención durante la guerra sucia.
ción anterior. "Los Estados Unidos estaban perdiendo la gue-
rra en América Central. Era una guerra que los
norteamericanos no podían ganar por sí mismos. Si se hubie- La repercusión sobre la campaña de las Malvinas
ran quedado solos, habría habido otro Vietnam." Prosiguió
con la descripción de los hombres en el terreno: Un rasgo intrigante de la participación argentina encubierta en
América Central fue su repercusión en la decisión de la junta
La Argentina, que empezaba a salir de su guerra antisubver- militar de tratar de recuperar las islas Malvinas. La influencia
siva, estaba interesada en el conflicto centroamericano y se
del programa de inteligencia territorial en las relaciones argen-
tino-norteamericanas contribuyó a dar forma a la determina-
123
ción estratégica de la conducción militar de emprender una
Persico, Casey..., cit., pp. 272-273; Falcoff, A Tale of Two Policies..., operación militar convencional en el Atlántico sur.
cit., p. 47. Sobre la lógica decisoria de la conducción militar a principios de
los años ochenta, véase Andrés Fontana, "Fuerzas armadas, partidos políti-
cos y transición a la democracia en Argentina", Centro de Estudios de Esta- * En español en el original (n. del t.).
124
do y Sociedad ( CEDES), Buenos Aires, 1984; y Fontana, "De la crisis de Mal- Entrevista con Raimondi.
125
vinas a la subordinación condicionada...", citado. Véase González Janzen, La Triple-A, citado.

114 115
Sin embargo, es importante señalar que la intervención mi- nas, pero debe señalarse que la determinación argentina de
litar argentina en América Central no estaba concebida como ocupar las islas se basó principalmente en tres supuestos.128
una maniobra para obtener la neutralidad estadounidense en Primero, los generales suponían que Gran Bretaña no podría
caso de un gran conflicto con los británicos: su participación reaccionar militarmente para recuperar las islas; segundo, es-
en la operación antisandinista era un resultado de la gradual peraban conseguir el apoyo del Consejo de Seguridad de las
expansión militar a toda la región. No obstante, a medida Naciones Unidas en la disputa; y tercero, conjeturaban que
que la Argentina profundizaba su compromiso con el progra- si los británicos, debido a urgencias internas, recurrían a la
ma "contra", un sector de las fuerzas armadas encabezado fuerza militar, los Estados Unidos mediarían, impedirían
por Galtieri consideró que esa actuación encubierta en Améri- una guerra y, si el conflicto bélico estallaba, se mantendrían
ca Central era una forma útil de conseguir el apoyo de los Es- neutrales.
tados Unidos en el tema de las islas.126 Se ha sugerido que la visita de Enders a Buenos Aires a
Los motivos centrales del interés de la conducción militar principios de marzo de 1982 fue interpretada por la conduc-
en las operaciones extraterritoriales eran 1) la creencia de que ción militar argentina como la luz verde de Washington para
la Argentina podía aumentar su influencia en Bolivia y Amé- la toma de las islas. Uno de mis entrevistados corroboró la te-
rica Central aprovechando la experiencia contrainsurgente sis propuesta por una investigación argentina, de acuerdo con
adquirida en la guerra sucia; y 2) el deseo de incrementar la la cual el general Mallea Gil, agregado militar en los Estados
venta de armas argentinas a esos países y a las fuerzas anti- Unidos, le había transmitido al presidente Galtieri su creencia
sandinistas. Pero el alto mando militar percibía erróneamente de que "la presencia argentina en América Central era de vi-
la importancia que tenía para los Estados Unidos la interven- tal importancia para el golpe que los norteamericanos esta-
129
ción de asesores argentinos en América Central (y posible- ban organizando en Nicaragua". Sin embargo, Mallea Gil
mente la influencia de ese país en Bolivia). Creían que los negó esta versión. "El gobierno de los Estados Unidos no en-
norteamericanos permanecerían neutrales en caso de un en- vió ninguna señal [...] con respecto a las Malvinas", me dijo.
frentamiento con Gran Bretaña.127 Según él, tras la invasión de las islas, Reagan le dijo a Galtieri
No es nuestro objetivo analizar aquí las decisiones polí- que los Estados Unidos querían mediar en la disputa. Poste-
tico-estratégicas que condujeron a la aventura de las Malvi- riormente, comentó, el secretario de estado Haig le señaló al

126 128
Entrevista con Seineldín; entrevista con Raimondi. Véase Roberto Esta versión de los supuestos sostenidos por la conducción militar ar-
Russell y Juan Tokatlian, "Argentina y la crisis centroamericana (1976- gentina se basa en las siguientes fuentes: entrevis t a con Mallea Gil; Frontalini
1985)", en Boris Yopo, R. Russell y J. Tokatlian, La Unión Soviética y Ar- y Caiati, El mito de la guerra sucia, cit., p. 18; CAERCAS, Informe Ratten-
gentina frente a la crisis centroamericana, San José de Costa Rica, Facultad bach, cit., p. 44. La decisión de invadir las Malvinas fue tomada por un pe-
Latinoamericana de Ciencias Sociales [FLACS0], 1987, p. 38. La junta militar queño grupo de oficiales de alto rango del nivel del estado mayor de las fuer-
percibía el siempre vigen t e obje t ivo argentino de recuperar las Malvinas co- zas armadas. Los jefes de los cuerpos de ejército no habían sido oficialmente
mo una cuestión que podía unir al pueblo de t rás del gobierno de Galtieri, informados sobre la operación antes de su lanzamiento. Entrevista con Dal-
que enfrentaba una seria crisis económica y social en el país. Vacs, "A Deli- ton. Hay una amplia bibliografía sobre la guerra de las Malvinas. Véanse,
cate Balance...", cit., p. 35. por ejemplo, Lawrence Freedman y Virginia Gamba-Stonehouse, Signals of
127
Entrevistas en Buenos Aires con Goyret, Li Puma y Raimondi. Una War: The Falklands Conflict of 1982, Princeton, Princeton University Press,
fuente clave para comprender cómo veían los militares el papel argentino en 1991; y David Lewis Feldman, "The United States Role in the Malvinas Cri-
América Central es el testimonio dado a la Comisión Rattenbach por el almi- sis, 1982: Misguidance and Misperception in Argentina's Decision to Go to
rante Jorge Isaac Anaya, miembro de la junta y comandante en jefe de la ma- War", en Journal of Interamerican Studies and World Affairs 27, No. 2, ve-
rina, en Comisión de Análisis y Evaluación de las Responsabilidades Políticas rano de 1985, pp. 1-24.
129
y Estratégico-Militares en el Conflicto del Atlántico Sur ( CAERCAS), Informe Cardoso et al., Malvinas..., cit., pp. 59-63. El entrevistado fue Rai-
Rattenbach, Buenos Aires, Ediciones Espartaco, 1988, p. 42. mondi.

116 117
embajador argentino en Washington: "Estamos dispuestos a tras hasta fines de 1984, presumiblemente bajo la supervi-
mediar, como dijo el presidente Reagan [...]; sin embargo, si sión de la CIA y sin estar sujetos al mando de las autorida-
la mediación fracasa [...], no tendremos otra alternativa que des militares de Buenos Aires. La CIA recién logró el control
apoyar a los británicos". 130 La versión de Mallea Gil coincide operativo del programa antisandinista en Honduras ya bien
con la de Haig. En un libro de 1984, éste escribió: "Los Esta- avanzado 1983.134
dos Unidos no habían prestado mucha atención a la situación
de las Malvinas. Durante una visita a Buenos Aires a princi-
pios de marzo, Thomas O. Enders [...] había instado a los ar-
gentinos a seguir las negociaciones; al respecto, informó que
éstos no se comprometían, pero tampoco asumían una acti-
tud negativa". En cuanto al conflicto de las Malvinas, Haig
señaló: "Si bien mi simpatía estaba con los británicos, creí
que la expresión más práctica de ésta sería una mediación im-
parcial de los Estados Unidos en la disputa. Por encima de to-
do, el mediador honesto debe ser neutral".131

La acción militar argentina en el Atlántico sur en abril de


1982 condujo en definitiva al fin de su alianza secreta con los
Estados Unidos en América Centra1. 132 En el momento del es- c
tallido de la guerra argentino-británica, las fuerzas "contras"
comandadas por los primeros estaban compuestas por alrede-
dor de dos mil quinientos hombres, 133 pero la decisión nor-
teamericana de colaborar con Gran Bretaña en el conflicto
por las islas afectó el compromiso argentino en América Cen-
tral. De allí en más, los militares argentinos reducirían su par-
ticipación en el programa "contra".
No obstante, siguieron controlando las operaciones coti-
dianas antisandinistas a lo largo de todo 1982. Un grupo
de oficiales argentinos continuaron adiestrando a los Con-

130
Entrevista con Mallea Gil.
131
Alexander M. Haig, Caveat: Realism, Reagan, and Foreign Policy,
Nueva York, Macmillan, 1984, pp. 263 y 266.
132
Juan José Salinas, "Los mercenarios argentinos 00", en El Porteño,
agosto de 1988, p. 33; entrevista con Raimondi. El resto de mis entrevistados
en la Argentina corroboraron esta versión.
133
Véanse Departamento de Estado de los Estados Unidos, Bureau of Pu-
134
blic Affairs, Documents on the Nicaraguan Resistance: Leaders, Military Gutman, Banana Diplomacy..., cit., pp. 104 y 107. Véase Internatio-
Personnel, and Program, informe especial, No 142, Washington, DC, Bureau nal Court of Justice OCJ), Case Concerning Military and Paramilitary Activi-
of Public Affairs, 1986, p. 3; , Jaime Morales Carazo, La Contra, México, Pla- ties In and Against Nicaragua ( Nicaragua o. United States of America), Me-
neta, 1989, p. 57. rits, Judgment,IC; Reports, 1986, p. 523.

118 119
CAPÍTULO 3. LA ARGENTINA
EN AMÉRICA CENTRAL"

La revolución sandinista dio un estímulo decisivo a la movili-


zación popular y a las tácticas radicales de resistencia en toda
América Central. A principios de los años setenta, enfrenta-
das a una creciente violencia propiciada desde el estado en
respuesta a sus demandas de reforma social y económica, las
organizaciones izquierdistas de El Salvador y Guatemala ha-
bían elegido la lucha armada como estrategia en favor del gli
cambio social. 1 Hacia 1979, los movimientos rebeldes salva-
doreños y guatemaltecos habían crecido de manera sustan-
cial; estaban en condiciones de desafiar a las fuerzas de sus
respectivos regímenes militares. 74:
Las fuerzas armadas de ambos países, adiestradas por los
Estados Unidos, respondieron con amplios programas de con-
trainsurgencia basados en la premisa de que los métodos no
convencionales eran preferibles a las tácticas militares tradi-
cionales. Guiadas por un nuevo código operacional promovi-
do por los Estados Unidos en los años sesenta, su objetivo

* Algunos documentos citados en este capítulo se consultaron por medio


de las siguientes colecciones de microfichas: Declassified Documents Referen-
ce System, Woodbridge, Research Publications, varios años (en lo sucesivo
DDRS); National Security Archive (comp.), Nicaragua: The Making of U.S.
Policy, 1978-1990, Alexandria, Chadwyck-Healey, 1991 (en lo sucesivo NSA,
Nicaragua); National Security Archive (comp.), El Salvador: The Making of
U.S. Policy, 1977-1984, Alexandria, Chadwyck-Healey, 1989 (en lo sucesivo
NSA, El Salvador).
Sobre la violencia patrocinada por el estado, véase Andrew R. Morrison
y Rachel A. May, "Escape from Terror: Violente and Migration in Post-Re-
volutionary Guatemala", en Latín American Research Review 29, No. 2,
1994, p. 114.

121
primordial era la erradicación de la oposición interna.'- En La presencia militar argentina en esos países facilitó nota-
alianza con las extremadamente conservadoras clases altas, blemente la creación de un ejército antisandinista organiza-
las instituciones castrenses de El Salvador y Guatemala utili- do y comandado por ex miembros de la guardia nacional
zaron el terror sistemático contra la población civil como una nicaragüense.
herramienta política. La importación de tecnología represiva Un conocimiento de este escenario es clave para entender
(fundamentalmente de los Estados Unidos, la Argentina, Chi- el papel argentino en la creación de los Contras nicaragüen-
le e Israel) convirtió a aquellos dos países en campos de prue- ses. Antes de la revolución sandinista, ya había una presencia
ba de las técnicas contrarrevolucionarias. El resultado, duran- militar argentina en Nicaragua y su participación en la em-
te fines de los años setenta y comienzos de los ochenta, presa antisandinista fue un resultado lógico de su intromisión
fueron decenas de miles de asesinatos políticos y desaparicio- en la región. El flujo de la ayuda militar de la Argentina a
nes. Aun en Honduras, donde no había una amenaza subver- otros gobiernos centroamericanos recién comenzó después de
siva de magnitud, el régimen militar implementó un progra- 1979. Sin embargo, las conexiones de ese país con las fuerzas
ma de terrorismo estatal sin precedentes. militares y paramilitares salvadoreñas, guatemaltecas y hon-
Los militares argentinos desempeñaron un papel funda- dureñas –así como sus vínculos de larga data con la guardia
mental en este ciclo de violencia patrocinada por el estado. nacional de Somoza– facilitaron el desarrollo del programa
Basados en el supuesto de que habían alcanzado un alto nivel contrarrevolucionario en América Central.
y de profesionalismo en seguridad interna, transfirieron su ex- Los militares argentinos tomaron parte tanto en la activi-
periencia en contrainsurgencia a las fuerzas armadas centroa- dad contrainsurgente interna como en acciones clandestinas
mericanas. Les brindaron asistencia a través de la instrucción contra el régimen sandinista. Este capítulo describe las carac-
militar, la inteligencia y la venta de armas. Ese apoyo se ajus- terísticas de su papel de asesoramiento en Nicaragua durante
taba tanto a la visión geopolítica de una confrontación este- el gobierno de Somoza, El Salvador, Guatemala y Honduras.4
oeste que tenían las fuerzas armadas como a una posición en Brinda un perfil de las misiones militares argentinas en Améri-
el mercado asumida por el gobierno argentino. Es indudable ca Central, su capacidad técnica y su coordinación con las
que el respaldo argentino a los regímenes militares centroa- fuerzas de seguridad locales. Esta descripción del papel militar
mericanos fue en esencia una respuesta de corto plazo a una extraterritorial de la Argentina en América Central indica de
inquietud social interna en la región y a la retirada de los Es- qué manera los recursos de la violencia estatal, ya innecesarios
tados Unidos, durante el gobierno de Carter, de su papel de en ese país para el control interno, se emplearon para fortale-
responsable de la seguridad hemisférica. cer la seguridad del estado en otras naciones latinoamericanas,
Dadas la generalizada inestabilidad en la región y las políti- vistas como aliadas por el régimen militar argentino.
cas de Carter, los militares argentinos ofrecieron a los estados
contrainsurgentes centroamericanos un modelo "parainstitu-
donar viable, orientado a controlar sus frentes internos. In- Nicaragua durante el gobierno de Somoza
mediatamente después del triunfo revolucionario en Nicara-
gua, unos mil quinientos guardias nacionales buscaron refugio Asistencia militar argentina
en Honduras, mil en Guatemala y quinientos en El Salvador.'
Después de tomar el poder en la Argentina (marzo de 1976),
2 las fuerzas armadas cultivaron una estrecha relación con el ré-
McClintock, The American Connection: Guatemala, cit., pp. 271-272.
3
Las cifras son del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Refugiados, cable de uso oficial exclusivo de Gerald B. Helman al Departa-
mento de Estado, 18 de diciembre de 1979, NSA, Nicaragua. 4
La red argentina en Costa Rica se examina brevemente en el capítulo 5.

122 123
gimen de Anastasio Somoza Debayle (1967-1979). Oficiales de Expertos argentinos, como el coronel Mohamed Alí Seineldín,
la guardia nacional nicaragüense recibieron instrucción espe- dictaron a esos oficiales cursos de comandos (toda una gama
cializada en las academias militares y policiales argentinas; este de técnicas para las fuerzas especiales) y cursos avanzados de
país también vendió equipamiento militar a Nicaragua y pro- inteligencia militar. 8 Seineldín, un ultranacionalista con un
porcionó a las fuerzas de seguridad de Somoza asesoramiento sentido mesiánico de su misión histórica, adiestró más adelan-
en contrainsurgencia. Y cuando la rebelión popular contra el te a las fuerzas de defensa panameña durante el gobierno del
régimen de éste se intensificó, la Argentina aumentó su apoyo. general Manuel Noriega y, a fines de los años ochenta, surgió
Esta temprana amistad continuó hasta los ultimísimos días del como líder de las rebeliones militares de los carapintadas, tras
gobierno somocista y se prolongó durante el período de respal- el retorno de la Argentina a un gobierno civil.
do argentino a los restos de la guardia nacional. Como lo recordó un ex oficial de la guardia nacional so-
Hacia 1975, ésta era la institución militar latinoamericana mocista, entrenado en la Argentina –que se convertiría en jefe
más intensamente adiestrada por los Estados Unidos. Como de la guerra psicológica en la Fuerza Democrática Nicara-
parte de sus estudios en la Academia Militar Nicaragüense, güense (FDN) y uno de los favoritos de la CIA–, 9 se veía a Sei-
los cadetes de cuarto año recibían instrucción militar en la Es- neldín como "un líder de gran fortaleza, que nos decía que
cuela de las Américas, Fort Gulick, en la Zona del Canal de era imperativo combatir al comunismo con Dios". El coronel
Panamá. 5 Hasta principios de los años setenta, algunos guar- suscitó una intensa impresión en este y otros oficiales, que
dias nacionales habían completado ocasionalmente su ins- también recibieron instrucción de comandos bajo su supervi-
trucción en otros establecimientos de América Latina (como sión. Era extremadamente eficaz para convencer a sus pares
el Colegio Militar de la Nación y la Escuela de Policía Coro- centroamericanos de que la religión era vital para legitimar la
nel Ramón L. Falcón, de la Argentina). La escalada de los guerra contra la penetración marxista en la región.
ataques contrainsurgentes y el fin de los programas estadou-
nidenses de seguridad pública llevaron a Somoza a buscar en 8
Entrevista con un ex teniente de la guardia nacional, Rodolfo Ampié
otros lugares nueva asistencia en la materia. 6 La Argentina Quiroz, en Managua, el 2 y 5 de julio de 1993. En cumplimiento de directivas
fue uno de los países que le proporcionaron experiencia técni- del gobierno de María Estela (Isabel) Martínez de Perón (1974-1976), Seinel-
ca en la guerra no convencional en los primeros días del com- dín adiestró a comandos de la Triple A en la base militar de Campo de Mayo,
bate contra la guerrilla sandinista. en la provincia de Buenos Aires, en 1975. Más adelante se lo identificó como
A raíz de la política exterior de apoyo a los derechos huma- el vínculo visible entre el ejército y esa organización terrorista. De acuerdo
con algunos de sus vecinos de Paraná, Entre Ríos, hizo varios viajes a América
nos del presidente Carter, cantidades crecientes de oficiales la- Central en 1977-1978. Declaración jurada de Rodolfo Peregrino Fernández,
tinoamericanos (de Nicaragua, Guatemala, El Salvador, Vene- Madrid, 26 de abril de 1983, p. 8; Juan José Salinas y Julio Villalonga, Go-
zuela, Ecuador, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay) acudieron rriarán, La Tablada y las "guerras de inteligencia" en América Latina, Buenos
a la Argentina en busca de adiestramiento contrainsurgente.7 Aires, Mangin, 1993, p. 94. Seineldín no aceptó discutir su presunta participa-
ción en la empresa contrarrevolucionaria centroamericana cuando lo entrevis-
té en la penitenciaría militar de Magdalena, en la provincia de Buenos Aires,
"Adiestramiento militar", en Acción Cívica, Managua, marzo de 1976, el 21 de agosto de 1993, aunque sí se refirió a temas relacionados.
9
p. 12. Véase Richard Millett, Guardians of the Dynasty: A History of the El oficial mencionado en la nota 8, Ampié Quiroz, entrevistado en julio
U.S. Created Guardia Nacional de Nicaragua and the Somoza Family, de 1993. Éste, instructor de la EERI adiestrado en la Argentina (1972-1973 y
Maryknoll, Orbis Books, 1977, pp. 251-252. 1978, fue sentenciado por un tribunal especial sandinista a treinta años de
6
CIA, "Hired Guns for Nicaragua", memo, clasificación desconocida, co- cárcel por los delitos de "asesinato atroz, asociación para delinquir y contra
pia en mi poder sin fecha, circa 1975 (DDRS). el orden internacional". (El texto entre comillas aparece en español en el
7
Véase el testimonio de Amaba Larralde ante la Comisión Nacional so- original.) Documentos de la Corte, Octavo Tribunal Especial, caso contra
bre la Desaparición de Personas (Comisión Sabato), en CONADEP, Nunca Rodolfo Ampié Quiroz, en los archivos del autor. En octubre de 1983, Am-
más, cit., p. 143. pié huyó de la cárcel de Tipitapa y pronto se incorporó a la FDN.

124 125
Los cursos argentinos de inteligencia militar consistían en tador nicaragüense confiaba en que una guardia más grande y
una instrucción política e ideológica (el nacimiento de las reorganizada derrotaría a los insurgentes sandinistas. 13 Cuan-
ideologías, los partidos políticos y. los movimientos subversi- do Carter canceló la asistencia militar a Nicaragua a princi-
vos, la coordinación de las organizaciones subversivas en pios de 1979, la Argentina, junto con Israel (que se convirtió
América Latina, la transferencia de experiencia antiguerrillera en el principal proveedor militar de Somoza), Sudáfrica, Bra-
entre los diferentes países) y técnica (el manejo y organización sil, El Salvador y Guatemala, ocupó el lugar de los Estados
de la sección de inteligencia; el papel del jefe de inteligencia). Unidos. El régimen castrense argentino intentó frustrar la caí-
El entrenamiento incluía visitas a los cuarteles de inteligencia da de Somoza proporcionándole un apoyo militar encubierto
del ejército en Buenos Aires, la base del Tercer Cuerpo de hasta la víspera del triunfo revolucionario. 14 Un grupo selecto
Ejército en Córdoba y el "teatro de operaciones" de la cam- de oficiales argentinos actuaron como asesores de la fuerza de
paña tucumana.10 élite conocida como Escuela de Entrenamiento Básico de In-
Los centroamericanos consideraban que el ejército argenti- fantería (LEO, comandada por Anastasio el Chigüín ("el pi-
no estaba altamente capacitado para la guerra de contrainsur- be") Somoza Portocarrero, hijo del dictador» El respaldo ar-
gencia. "Los argentinos son profesionales de primera catego- gentino al régimen somocista provenía sobre todo de la
ría: la mayoría de nosotros tomamos cursos con ellos en la facción ultranacionalista del ejército, encabezada por el gene-
Escuela de las Américas", señaló el oficial antes citado. "El ral Ramón Genaro Díaz Bessone, y del alto mando naval con-
ejército argentino tenía la experiencia de haber eliminado al ducido por el almirante Massera. La intervención en Nicara-
movimiento guerrillero en Tucumán y nosotros queríamos gua fue una provechosa operación para esos grupos»
aprender de eso." 11 Sin embargo –y pese a las notorias cre- En el período 1977-1979, las ventas militares argentinas a
denciales de los argentinos–, los guardias nacionales nicara- ese país incluyeron pistolas ametralladoras de 9 mm, lanzaco-
güenses entrenados en la Argentina pronto advirtieron que hetes, bombas de alto impacto y transportes blindados de per-
los antecedentes de sus instructores se centraban primordial- sonal. 17 La asociación del régimen militar con Somoza fue de- 1,1
mente en la contrainsurgencia urbana. El núcleo del Operati- nunciada por los sandinistas luego del triunfo de la revolución.
vo Independencia en la provincia de Tucumán, en 1975, se En referencia a la deuda de siete millones setecientos mil dóla-
había localizado en las ciudades, donde el ejército libró una res contraída por el Ministerio de Defensa de Nicaragua con
brutal guerra secreta no convencional: 2 Como lo confirmaría
la guerra "contra", esa experiencia apenas sería útil en las 13
Duhalde, El Estado terrorista argentino, cit., p. 118; Roberto Bardini,
montañas nicaragüenses. Monjes, mercenarios y mercaderes: la red secreta de apoyo a los Contras,
En la Conferencia de Ejércitos Americanos (CEA) realizada México, Alpa Corral, 1988, pp. 103-105.
en Managua en 1977, el general Roberto Viola y el almirante 14
Cardoso et al., Malvinas..., cit., p. 27; Joselovsky, "El ejército del 'Pro-
Emilio Massera garantizaron secretamente al gobierno somo- ceso'...", cit., p. 63.
15
cista un amplio apoyo para su esfuerzo antiguerrillero; el dic- Entrevista con Ampié Quiroz; Ernesto Tenembaum, "Me dedicaba al
ablande", en Página/12, 29 de noviembre de 1982. Apenas unas horas des-
pués del triunfo revolucionario, varios oficiales de la EEBI fueron evacuados a
Miami en aviones de la CIA camuflados con signos de la Cruz Roja. Entrevis-
10
Entrevista con Ampié Quiroz. En Córdoba, este grupo fue recibido por ta con Lizzeth Chávez, ex miembro de la policía femenina de la EEBI, en Ma-
el general Luciano Benjamín Menéndez, comandante del Tercer Cuerpo de nagua, el 6 de julio de 1993.
16
Ejército. El agente argentino Carlos Dürich confirmó el papel desempeñado por
11
Entrevista con Ampié Quiroz. la marina y la facción del ejército encabezada por el general Díaz Bessone.
12
Véase Acdel Edgardo Vilas, Tucumán, el becho histórico – "El plan Entrevista con Salinas.
17
táctico que posibilitó la victoria contra el Ejército Revolucionario del Pueblo Leonardo Frei, "Nicaragua bajo fuego argentino", en Caras y Caretas,
(ERE) en 1975", panfleto sin fecha, en los archivos del autor. Buenos Aires, marzo de 1984.

126 127
una firma argentina, la Empresa de Desarrollos Especiales rio del Pueblo de la Argentina (ERP) se incorporó a las fuerzas
( EDESA) (deuda de la cual el gobierno somocista sólo había sandinistas en la ofensiva final contra Somoza. Conducido
amortizado dos millones y medio), Daniel Ortega dijo: "Cree- por Enrique Gorriarán Merlo, el grupo había censurado al
mos que no puede existir mayor [prueba] de la complicidad de ERP, brazo armado del Partido Revolucionario de los Traba-

los crímenes cometidos contra el pueblo [nicaragüense]. Sim- jadores, por mostrar "una irresponsable falta de solidaridad
plemente no puede haber mayores evidencias. La respuesta de con el FSLN". Este puñado de veteranos del ERP afirmaba que
este gobierno de reconstrucción nacional es no pagar un solo la lucha armada seguía siendo la estrategia fundamental para
centavo de esa deuda". 18 EDESA era de propiedad de oficiales promover la revolución, y como la Argentina no ofrecía las
navales de alto rango y la administraba el estado mayor de la condiciones apropiadas para esa búsqueda, decidieron inter-
armada. Vendía equipamientos militares no sólo a Nicaragua venir en la lucha nicaragüense.21
sino también a Guatemala y otros países latinoamericanos.I9 Los argentinos se unieron a la Brigada Simón Bolívar del
Luego de la caída de Somoza, el brigadier general Rubens Partido Socialista de los Trabajadores de Colombia en el fren-
Graffigna, comandante en jefe de la fuerza aérea argentina, te sur, Benjamín Zeledón. Comandado por Edén Pastora y re-
dijo que la pérdida de un país en manos del marxismo repre- forzado por muchos combatientes internacionalistas de Amé-
sentaba una seria amenaza para la seguridad hemisférica. rica Latina, el frente sur libró en El Naranjo, Peñas Blancas y
Graffigna hizo hincapié en que la Argentina, victoriosa contra Sapoá una feroz y prolongada batalla contra las unidades de
la subversión, debía encabezar la defensa del hemisferio occi- élite de la EEBI de la guardia. La guerra en ese frente, en gran
dental: "Es un hecho que no hay política interna sin proyec- medida convencional, fue una novedosa experiencia para los
ción extraterritorial". 2 ° En vista de lo que percibían como la combatientes argentinos.22
abdicación de responsabilidades por parte de los Estados Uni- Tras el derrocamiento de Somoza, varios guerrilleros ar-
dos, las fuerzas armadas argentinas decidieron lanzar un am- gentinos permanecieron en Nicaragua como parte del aparato
bicioso programa de expansión continental, con la aspiración de seguridad sandinista. La mayoría trabajó en el Ministerio
de colocar al país en el primer plano de la escena política in- del Interior, en el área de asuntos internacionales. 23 Gorria-
ternacional. En el otro bando, algunos miembros de la iz-
21
quierda radicalizada argentina participaron a fines de los Entrevista con Luis Bruschtein, en Buenos Aires, 30 de julio de 1993;
años setenta junto al Frente Sandinista de Liberación Nacio- cita de Hodges, Argentina's "Dirty War"..., cit., p. 223. Véase Jorge Siga!,
"Gorriarán Merlo, fantasma y realidad", en Somos, Buenos Aires, 20 de ju-
nal (FSLN) en su lucha por derrocar a la dictadura de Somoza. lio de 1992, p. 8; y Salinas y Villalonga, Gorriarán..., cit., p. 45.
22
Conversación con Margarita Suzán, asistente de Tomás Borge, en Ma-
Disidentes internacionalistas en la lucha contra Somoza nagua, 25 de junio de 1993. Sobre el papel de los argentinos en el frente sur,
véanse Dickey, With the Contras..., cit., p. 30; Henri Weber, "The Struggle
A principios de junio de 1979, un grupo disidente de aproxi- for Power", en Peter Rosset y John Vandenneer (comps.), Nicaragua: The
Unfinished Revolution, Nueva York, Grove Press, 1986, p. 202; y Claribel
madamente 15 miembros exiliados del Ejército Revoluciona- Alegría y D. J. Flakoll, .Somoza: expediente cerrado, Managua, El Gato Ne-
gro-Latino Editores, 1993, p. 21. Entre los combatientes argentinos en el
I9
Citado de Foreign Broadcast Information Service-Latín America (en lo frente sur estaban Juan Manuel Murúa, Hugo Alfredo Irurzún, Roberto Sán-
sucesivo FBIS-LAT), 27 de julio de 1979. chez (que se convertiría en subjefe de policía de Managua) y José Luis Caldú.
19
Tengo en mis archivos los siguientes documentos de EDESA: "Reforma Estos dos últimos murieron en el asalto a los cuarteles del ejército en La Ta-
de estatutos: 'Empresa de Desarrollos Especiales S. A.'", 5 de enero de 1977; blada, en las afueras de Buenos Aires, lanzado por el Movimiento Todos por
" Memoria y Balance: EDESA S. A.", 30 de abril de 1978. la Patria (HL/0 el 23 de enero de 1989. Salinas y Villalonga, Gorriarán...,
211
Discursos de Graffigna del 10 de agosto, 24 de septiembre y 16 de no- cit., pp. 46-47, 49 y 79-80; Paoletti, Como los Nazis..., ea., pp. 427 y 442-
viembre de 1979, citados en Verbitsky, La última batalla..., cit., p. 83. La ci- 442 (nota 6).
21
ta corresponde al discurso de septiembre. Entrevista con un ex cuadro guerrillero argentino que trabajó en el Mi-

128 129
rán Merlo y su grupo fueron reclutados para integrar la también intervinieron en la creación de las altamente eficaces
Quinta Dirección, una unidad de élite organizada por el coro- unidades antiguerrilleras del ejército sandinista (batallones de
nel cubano Renán Montero, que formaba parte de la Direc- lucha irregular)* utilizadas para enfrentar a los Contras.29
ción General de Seguridad del Estado (DGSE) de Lenin Cerna.
El grupo, conocido como Núcleo de Acero, se convirtió en la Participación de los Montoneros
fuerza de choque de la unidad. 24 Su bautismo de fuego fue la
captura y ejecución, en 1979, de un ex mayor de la guardia La otra gran organización guerrillera argentina, los Montone-
nacional, Pablo Emilio Salazar, que tuvo peso en los primeros ros, apoyó la insurrección nicaragüense con combatientes pro-
intentos de organizar una fuerza antisandinista. Los esfuerzos fesionales, una brigada sanitaria, equipamiento militar (princi-
contrarrevolucionarios de Salazar recibían el apoyo de una palmente explosivos) y una donación de más de un millón de
influyente red de nicaragüenses exiliados en los Estados Uni- dólares. 30 Aunque los Montoneros y los sandinistas tenían
dos, con acceso a los sectores políticos derechistas de ese país. mucho en común (un marxismo pragmático y un enfoque na-
El 17 de septiembre de 1980, un grupo comando argentino cionalista y extremadamente emocional de sus movimientos),
disidente mató a Somoza en Asunción del Paraguay. 25 Para su relación distó de ser armónica. Sin embargo, los sandinistas
citar a Barricada, diario del FSLN, Nicaragua se convirtió en tenían un gran respeto por Rodolfo Puiggrós, un importante
un "mar de felicidad"; la euforia popular absorbió a todo el referente intelectual para peronistas y montoneros; además,
país. 26 El día después del operativo, la policía paraguaya cap- según una fuente, cuando los líderes montoneros se reunieron
turó a uno de los miembros del escuadrón, Hugo Alfredo en Cuba con Daniel y Humberto Ortega y Jaime Wheelock a
Irurzún. Éste, ex comandante de la Compañía de Monte Ra- fines de 1977, los montoneros, bajo presión cubana, acepta-
món Rosa Jiménez en Tucumán, Argentina (1974-1976), mu- ron contribuir con dinero para la insurrección sandinista con-
rió en la cámara de torturas.27 tra Somoza. Pero condicionaron dicha contribución a que los
En 1982, el Núcleo de Acero participó en el secuestro (en sandinistas hicieran público que el líder montonero Mario Fir-
San José de Costa Rica) e interrogatorio de un agente militar menich había participado directamente en la revolución.31
argentino, Héctor Francés. 28 Gorriarán Merlo y sus socios

' 1 En español en el original (n. del t.).


nisterio del Interior en Managua, en esa ciudad, el 28 de junio de 1993; nom- 29
Jorge G. Castañeda, Utopia Unarmed: The Latín American Left Alter
bre mantenido en el anonimato a su pedido. the Cold War, Nueva York, Alfred A. Knopf, 1993, p. 268. En enero de
24
Martha Honey, Hostile Acts: U.S. Policy in Costa Rica in the 1980s, 1989, Gorriarán Merlo encabezó el ataque a la base militar de La Tablada.
Gainesville, University Press of Florida, 1994, pp. 376-377. Varios de los participantes en el asalto eran ex miembros del ERP. En 1995,
25
Véase Embajada de los Estados Unidos en Paraguay, actualizaciones Gorriarán fue detenido en México corno resultado de un trabajo en colabo-
sobre el asesinato de Somoza, cables confidenciales de Lyle F. Lane al Depar- ración entre las agencias de inteligencia argentina y mexicana. Se lo extraditó
tamento de Estado, 18, 19, 20, 22 y 24 de septiembre y 7 de octubre de a la Argentina acusado de varios cargos que se remontan a los años setenta.
1980, NSA, Nicaragua. En agosto de 1996 se encontraba a la espera de ser juzgado.
26 34
Barricada, Managua, 18 de septiembre de 1980. Un ex montonero entrevistado por el autor en Buenos Aires (18 de
27
Andersen, Dossier Secreto..., cit., pp. 292-293. Para una descripción de- agosto de 1993) dijo que había aproximadamente 35 guerrilleros de esa or-
tallada del operativo, véanse Alegría y Flakoll, Somoza: expediente cerrado, ganización en la Brigada Simón Bolívar. Véase Dickey, With the Contras...,
cit.; y "Así maté a Somoza", en Siete Días, Buenos Aires, 27 de julio de 1983. cit., p. 30.
24 51
Conversación con Tomás Borge, ministro del interior durante el go- Richard Gillespie, Soldiers of Perón: Argentina's Montoneros, Nueva
bierno sandinista, en Managua, 8 de julio de 1993; Honey, Hostile Acts..., York, Oxford University Press, 1982, p. 311; entrevista con Mario Firme-
cit., p. 378. Algunas fuentes sostuvieron que en realidad Francés desertó del nich, en Hodges, Argentina's "Dirty War"..., cit., p. 292. La versión de la
Batallón 601. En mi conversación con Borge, éste subrayó: "Lo secuestramos reunión entre montoneros y sandinistas en Managua procede de Castañeda,
en San José de Costa Rica". Utopia Unarmed..., cit., pp. 13-14.

130 131
Firmenich, que no participó en combates durante el perío- gencia durante la guerra sucia. 36 El doble rol de Firmenich
do insurrecional, se encontraba en Managua en el momento como líder guerrillero y agente del espionaje militar, señalaba
del triunfo revolucionario. "Un estudio de la lucha sandinista Andersen, era "bien conocido por la comunidad de inteligen-
nos muestra una combinación muy original de insurrección cia de los Estados Unidos".37
urbana y guerrilla rural", declaró ante quienes lo entrevista-
ban. "El cerco estratégico de las ciudades por la guerrilla ru- La Junta envía comandos
ral se combinó con la insurrección de masas dentro de ellas."
La revolución nicaragüense, sostenía Firmenich, "muestra En 1978, los militares argentinos enviaron agentes a Nicara-
que hay una nueva situación en el mundo, que nos permite gua para identificar a los guerrilleros argentinos que comba-
conjeturar que para nuestro continente los años ochenta se- tían en las filas sandinistas. La aspiración del equipo comando
rán la década de la liberación y la contraofensiva del pueblo de la Argentina, que trabajaba en conjunción con la Oficina
I atinoa mericano " . 3 2 de Seguridad Nacional (OSN) de Somoza, era capturar cua-
Tras hacer hincapié en que "los Montoneros no están dros exiliados del ERP y Montoneros. 38 Un asesor argentino
muertos", aseveró que la Argentina seguiría el sendero revo- de la guardia nacional dijo lo siguiente: "En Nicaragua cum-
lucionario trazado por Nicaragua. 33 Su lugarteniente, Fernan- plí las mismas tareas que en la Argentina [...] tareas de inteli-
do Vaca Narvaja, se jactó de que Firmenich regresaría a su gencia [...] la lucha contra el comunismo a través de medios
patria a raíz de un triunfo montonero, para ser recibido por no convencionales. Eran trabajos duros, desapariciones, acti-
las masas como "un nuevo Perón". 34 Los acontecimientos vidades que no podían realizarse por las vías legales".39
posteriores demostraron ser muy diferentes. A fines de 1979, El equipo argentino en Nicaragua estaba encabezado por
los Montoneros lanzaron una "contraofensiva estratégica" en Carlos Dürich, un ex miembro de la Triple A que actuaba en
la Argentina, como resultado de la cual las fuerzas de seguri- el grupo de tareas 3.3.2 que operaba desde la Escuela de Me-
dad mataron a más de cien integrantes exiliados de la organi- cánica de la Armada (ESMA), en Buenos Aires." La principal
zación (que habían sido enviados de regreso al país). Hacia conexión con las fuerzas de seguridad de Somoza era el te-
diciembre de ese año, la contraofensiva contra el régimen mi- niente coronel Emilio Echaverry Mejía, segundo jefe de perso-
litar había sido definitivamente aplastada.35
De acuerdo con el periodista Martin Andersen, Firmenich
era un doble agente de inteligencia. El líder montonero –argu- 36
Ibid., pp. 117-118 y 319-320. Véase Martin Edwin Andersen, "Dirty
mentaba Andersen–trabajaba para el Batallón de Inteligencia Secrets of the 'Dirty War'", en Nation, 13 de marzo de 1989.
601 del ejército desde principios de los años setenta. Según su 37
Andersen, Dossier Secreto..., cit., p. 319.
38
fuente principal, un diplomático estadounidense retirado, des- Dickey, With the Contras..., cit., pp. 54-55.
tinado en la Argentina durante esa época, su enlace era un co- " Entrevista con Carlos Alberto Lobo en Siete Días, 13 de marzo de
1983, pp. 74-76. Véase también Buenos Aires Herald, 19 de enero de 1985.
ronel (luego general), Alberto Valín, que desempeñó un papel
Como lo reveló Rogelio García Lupo, también Chile tenía un escuadrón de
clave en las operaciones internas y extraterritoriales de inteli- contrainsurgencia en Nicaragua. García Lupo, El Paraguay de Stroessner,
Buenos Aires, Grupo Editorial Zeta, 1989, pp. 179-180.
40
Dickey, With the Contras..., cit., p. 54; Juan José Salinas, "De Perón a
Somoza, vía Massera", en El Porteño, Buenos Aires, diciembre de 1987, pp.
-C Citas de bBIS- LAT, 23 de julio de 1979. Véase Andersen, Dossier Secre- 18-21. Otro miembro del equipo argentino de choque era Alfredo Zarattini,
to, cit., p. 287. un agente de inteligencia vinculado con Mario Sandoval Alarcón y Lionel
33 Sisniega Otero, líderes del Movimiento de Liberación Nacional (MLN) de
Ibid. Véase Gasparini, La pista suiza, cit., pp. 184-185.
34 Guatemala, y la guardia nacional salvadoreña. Salinas y Villalonga, Gorrea-
Gasparini, La pista sirca, cit., p. 185.
35
Andersen, Dossier Secreto..., cit., p. 287. rán..., cit., pp. 165 y 168-169.

132 133
nal de la guardia nacional. 41 Éste, graduado en el Colegio Mi- La cronología de los acontecimientos y la cooperación en-
litar de la Argentina (promoción de 1961), se convertiría en tre las fuerzas paramilitares a fines de 1979 indican que el nú-
uno de los favoritos de los argentinos del estado mayor del cleo del movimiento armado "contra" nicaragüense se formó
principal grupo "contra", la Fuerza Democrática Nicaragüen- ese mismo año como resultado de la colaboración entre fuer-
se (FDN), y estaría directamente implicado en el reclutamiento zas irregulares de Nicaragua, El Salvador, Guatemala y la Ar-
de asesores argentinos para los Contras en 1981. gentina. Como antes se mencionó, una fuente sugirió que el
Sobrevivientes de la ESMA denunciaron que al menos un pre- proyecto contrarrevolucionario transnacional fue aprobado
so político había sido capturado en Nicaragua por el escuadrón por la CIA durante el gobierno de Carter.45
extraterritorial argentino que colaboraba con el régimen de So- En el verano de 1979, el ejército argentino envió asesores a
moza. El detenido fue ejecutado en el centro de torturas de la El Salvador a solicitud del régimen del general Carlos Humber-
ESMA a mediados de 1979, antes de la llegada a Buenos Aires to Romero (1976-1979), que pidió a la Argentina expertos de
de una delegación de la Comisión Interamericana de Derechos inteligencia especializados en técnicas de interrogatorio y análi-
Humanos de la Organización de Estados Americanos.42 sis de informaciones. 46 Al parecer, los argentinos se dedicaban
Cuando las fuerzas sandinistas tomaron el Hotel Intercon- a asesorar a los escuadrones de la muerte: Unión Guerrera
tinental de Managua el 19 de julio de 1979, capturaron a tres Blanca (UGB) y Fuerzas Armadas de Liberación Anticomunista-
oficiales argentinos, que en esa época trabajaban con el apa- Guerra de Eliminación (FALANGE). 47 Tras el reemplazo de
rato de seguridad de Somoza. Más adelante se los liberó co-
mo parte de un acuerdo secreto con el gobierno de Videla, a
cambio de trigo argentino.43 salvadoreño, el capitán Ricardo Alejandro Fiallos, ante la Subcomisión de
Operaciones en el Exterior de la Comisión de Asignaciones de la Cámara de
Representantes, 29 de abril de 1981; testimonio de Néstor Norberto Cen- E

El Salvador dón, ex miembro del Batallón de Inteligencia 601, ante la Comisión Sábato,
en Paoletti, Como los Nazis..., cit., pp. 425-426. Véase Departamento de
Estado, "Dissent paper on El Salvador and Central America", to Dissent
Entrenamiento terrorista procedente de la Argentina Channel from ENGATE/D, re.: DM-ESCA no. 80-3, 6 de noviembre de 1980, en
McClintock, The American Connection: El Salvador, cit., pp. 343-344 (debe
La cooperación contrainsurgente entre Nicaragua, El Salva- advertirse que la autenticidad de este testimonio ha sido motivo de muchos
dor y Guatemala aumentó el último año del régimen de So- debates).
44
Congreso de los Estados Unidos, testimonio de Sánchez Reisse, cit., pp.
moza. Luego del triunfo sandinista, guardias nacionales nica- 26-27, 36-37 y 111.
ragüenses exiliados y efectivos de seguridad guatemaltecos 46
Antes de la asunción de Reagan, Israel transfirió a El Salvador equipos
participaron en operaciones de contrainsurgencia en El Salva- de computación y comunicaciones para recolección de información de inteli-
dor, asistidos por agentes argentinos del Servicio de Inteligen- gencia, con destino a las operaciones antiguerrilleras. Entrevista con el emba-
cia del Ejército y el Batallón de Inteligencia 601.44 jador Thomas Pickering, en Max G. Manwaring y Court E. Prisk (comps.),
El Salvador at War: An Oral History, Washington, DC, National Defense
University, 1988, p. 309.
4 4'
' Estos datos de Echaverry Mejía se basan en las siguientes fuentes: en- Laurie Becklund, "Death Squad Members: 'Over the Edge'", en Los
trevista con un ex capitán, José Luis D'Andrea Mohr, en Buenos Aires, el 14 Angeles Times, 19 de diciembre de 1983; Duhalde, El Estado terrorista ar-
de agosto de 1991; entrevista con un ex teniente coronel de la guardia nacio- gentino, cit., pp. 120-121 y 128. Se denunció que la 11GB y FALANGE tenían
nal, Abel Céspedes, 7 de julio de 1993, en Managua; CIA, "Emilio Echaverry estrechos vínculos con círculos de la clase alta salvadoreña. Cynthia Arnson,
Mejía", memo, clasificación desconocida, 19 de diciembre de 1983 ( DDRS). "Background Information on the Security Forces in El Salvador and U.S. Mi-
42
Salinas y Villalonga, Gorriarán..., cit., p. 167. litary Assistance", Institute for Policy Studies, Washington, DC, marzo de
43
!bid., p. 46. 1980, p. 6. A lo largo de 1980, el gobierno salvadoreño negó toda vincula-
44
Congreso de los Estados Unidos, testimonio de un desertor del ejército ción entre los escuadrones de la muerte anticomunistas y las fuerzas de segu-

134 135
Romero por una junta cívico-militar en octubre de 1979, y a En colaboración con la Agencia Nacional de Servicios Es-
medida que ésta caía en manos de representantes de la línea peciales de El Salvador ( ANSESAL), los argentinos entrenaron a
dura y la guerra civil se intensificaba, la Argentina amplió su oficiales en el uso de procedimientos psicológicos de interro-
presencia militar en el país. Aunque lo fundamental de la in- gatorio. La misión argentina propició un sistema por el que
tervención de los militares argentinos en El Salvador se pro- éstos se transformaban en una herramienta de la contrainsur-
dujo durante el gobierno de Reagan, en el país ya había ase- gencia. 51 Querían reproducir el método antisubversivo em-
sores de esa nacionalidad a fines de los años setenta." pleado en la guerra sucia argentina: la destrucción mediante
La violencia estatal posterior a 1979 se diferenció de la vi- operativos paramilitares de las organizaciones opositoras, con
gente durante el gobierno de Romero, tanto en términos de una metodología que iba desde la periferia (no combatientes)
escala como de coordinación represiva. Los asesinatos políti- hacia el núcleo organizativo (conducción). El procedimiento
cos y las desapariciones se multiplicaron a lo largo de 1980. seguía un patrón: la ejecución sumaria de los prisioneros tras
A principios de 1981, Amnesty International denunció que los interrogatorios, aun cuando su afiliación política careciera
como resultado de la represión promovida por el gobierno de significación o fuera incidenta1.52
habían muerto más de seis mil civiles. Las pruebas recogidas Desde octubre de 1979 a mayo de 1981, los Estados Uni-
por Amnesty indicaban que "en general, no se ha probado dos, en colaboración con la Argentina, Chile y Uruguay, adies-
que las víctimas de torturas y muerte a manos de las fuerzas traron secretamente a unos trescientos oficiales salvadoreños
de seguridad tuvieran, en su mayoría, alguna vinculación di- en la Zona del Canal de Panamá. De acuerdo con un docu-
recta con la insurrección armada"." Como en la mayor parte mento: 53 "El bloque más sólido de apoyo al actual gobierno y
de las demás instituciones militares latinoamericanas, las uni- sus esfuerzos contrainsurgentes proviene de los regímenes mili-
dades regulares del ejército se unían a fuerzas policiales y pa- tares del cono sur. Entre éstos, la Argentina, Chile y Uruguay
ramilitares para realizar los operativos de contrainsurgencia. aportan entrenamiento, asesores en inteligencia, contrainsur- E

Al comprometer al ejército en la empresa terrorista estatal, la gencia urbana y rural y logística. La Argentina se ha transfor-
conducción castrense obligaba a los oficiales jóvenes a parti- mado en el segundo instructor de oficiales salvadoreños, tras
cipar directamente en atrocidades contra civiles, lo que forta- los Estados Unidos". Como en el caso de Guatemala, los ex-
lecía la solidaridad intramilitar.s° pertos argentinos eran un instrumento en el esfuerzo estatal
por destruir a los insurgentes y calmar y atomizar a la pobla-
ción. "Los argentinos son los únicos en el mundo que comba-
tieron una guerrilla urbana y la derrotaron", dijo un miembro
ridad. Sin embargo, un desertor del ejército, Fiallos, declaró que aquéllos es-
taban "compuestos por miembros de las fuerzas de seguridad, y los actos de de un escuadrón de la muerte salvadoreño. "Así que es natural
terrorismo atribuidos a ellos, como asesinatos políticos, secuestros y matan- que se los reconozca como los mejores."54
zas indiscriminadas [fueron], en realidad, planeados por oficiales militares de
alto rango y llevados a cabo por integrantes de las fuerzas de seguridad".
Fiallos acusó al alto mando de las fuerzas armadas (específicamente a los co-
51
roneles José Guillermo García y Jaime Abdul Gutiérrez) de tener un control Becklund, "Death Squad Members...", cit.; Craig Pyes, " 'The Doctor'
directo de la represión estatal. Véase Christopher Dickey, "Behind the Death Prescribes Torture for the Hesitant", en Albuquerque Journal, 20 de diciem-
Squads", en New Republic, 26 de diciembre de 1983. bre de 1983.
48 52
Ex embajador de los Estados Unidos en El Salvador, Robert E. White, Duhalde, El Estado terrorista argentino, cit., p. 146. En el caso argenti-
comunicación personal con el autor, 29 de febrero de 1996. no, fuentes militares estimaron el margen de error de las operaciones en alrede-
49
Congreso de los Estados Unidos, testimonio de Amnesty International dor del 25 por ciento, lo que hace unas 7.500 víctimas de "equivocaciones".
53
ante la Subcomisión de Asuntos Interamericanos de la Comisión de Asuntos "Dissent paper on El Salvador...", en McClintock, The American Con-
Exteriores de la Cámara de Representantes, marzo de 1981. nection: El Salvador, cit., p. 331.
54
" McClintock, The American Connection: El Salvador, cit., pp. 299-300. Transcripto en Becklund, "Death Squad Members...", citado.

136 137
A principios de 1980, la base de poder de la guerrilla se llera careció de un apoyo popular extendido. Entre otros fac-
encontraba en las ciudades, especialmente en la capital, San tores, esto era el resultado del temor a las represalias de las
Salvador. De modo que las fuerzas armadas salvadoreñas fuerzas armadas y la falta de confianza en la capacidad del
concentraron su esfuerzo contrainsurgente en la aniquilación FMLN para garantizar la protección de la población.
de las bases políticas y militares urbanas. Su éxito contra la Debe señalarse que el retroceso de la guerrilla en las zonas
guerrilla y sus organizaciones políticas aliadas se alcanzó me- urbanas luego de la ofensiva de enero de 1981 se produjo an-
diante un programa despiadado de terrorismo estatal. Duran- tes de que los Estados Unidos reanudaran una asistencia mili-
te el año en que José Napoleón Duarte fue presidente de la tar de importancia al gobierno salvadoreño. 58 (En 1977, El
junta cívico-militar (1981), las fuerzas armadas mataron a al- Salvador, junto con la Argentina, Brasil y Guatemala, había
rededor de 14 mil no combatientes. 55 "No nos gusta admitir- rechazado la propuesta ayuda militar norteamericana, como
lo –dijo un asesor norteamericano destinado en El Salvador–, protesta por las denuncias de la administración Carter en ma-
pero la horrible lección de principios de los años ochenta es teria de derechos humanos.) Esa situación pone de relieve la
que el terrorismo funciona [como mecanismo de contrainsur- significación del apoyo de los militares argentinos al programa
gencia]. n56 de contrainsurgencia salvadoreño en el período 1979-1981.

En enero de 1981, el Frente Farabundo Martí de Liberación Vías de suministro del know-how argentino
Nacional (FMLN), la organización de cobertura de la guerrilla
salvadoreña, lanzó una "ofensiva final" contra el gobierno. Uno de los enlaces clave con la misión militar argentina en El
Pese a que el FMLN contaba con miles de combatientes, las Salvador era el mayor Roberto D'Aubuisson, al que el alto
fuerzas armadas sofocaron la insurrección. El contexto de un mando salvadoreño había redestinado secretamente a la ANSE-
régimen militar colectivo en El Salvador –fundamentalmente SAL tras el golpe reformista de 1979. "Estuvieron aquí muy po-
diferente del estado personalista de la Nicaragua somocista–, co tiempo", dijo D'Aubuisson, según se lo ha citado, en refe-
en sólida alianza con una élite unificada, significó una formi- rencia a los argentinos. "Pero en lo poco que estuvieron fueron
dable barrera a la ofensiva guerrillera. En tanto el régimen muy útiles [porque] trataron de transmitir sus experiencias, in-
autocrático nicaragüense había sido esencialmente dinástico, formar a la gente y sugerirles, actúen de tal o cual forma, usen
en El Salvador el poder político estaba dominado por la élite este sistema, coordinen la información y analícenla así."59
cafetalera y el cuerpo de oficiales militares. La unidad dentro D'Aubuisson desempeñó un papel central en la red antico-
de cada uno de los grupos y entre ellos demostró ser crucial munista latinoamericana. Entrenado en la Academia Interna-
para la estabilidad del régimen. 57 Además, la ofensiva guerri- cional de Policía de Washington, la Escuela de las Américas y
academias de policía del Uruguay y de Taiwán, se convirtió en
55
Americas Watch, U.S. Reporting on Human Rights in El Salvador:
Methodology at Odds with Knowledge, Nueva York, junio de 1982, p. 33. America: A Comparative Study of Insurgents and Regimes Since 1956, Prince-
56
Entrevista con un experto norteamericano destinado en El Salvador, ton, Princeton University Press, 1992, pp. 282-291. El sistema de tandas (en
noviembre de 1989, en Benjamin C. Schwarz, American Counterinsurgency castellano en el original, n. del t.) de los militares salvadoreños, el ascenso
Doctrine and El Salvador: The Frustrations of Re form and the Illusions of conjunto de toda una promoción académica a través de las filas, contribuía a
Nation Building, Santa Mónica, RAND, 1991, p. 80 (nota 27). Sobre la natu- reforzar no sólo la naturaleza colectiva de las fuerzas armadas sino también su
raleza de la guerra de contrainsurgencia librada por el ejército salvadoreño, comportamiento poco profesional y despiadado. Schwarz, American Counte-
véase la descripción de Mark Danner sobre la masacre de El Mozote, cometi- rinsurgency Doctrine..., cit., p. vi.
Sg
da por el Batallón Atlacatl, adiestrado por los norteamericanos, The Massa- Véase Wickham-Crowley, Guerrillas and Revolution in Latin Ameri-
cre at El Mozote: A Parable of the Cold War, Nueva York, Vintage, 1994. ca..., cit., p. 285.
59 59
Timothy P. Wickham-Crowley, Guerrillas and Revolution in Latin Transcripto en Becklund, "Death Squad Members...", citado.

138 139
una de las principales figuras políticas de El Salvador como lí- La asistencia militar, y una negativa
der de la ultraderechista Alianza Republicana Nacionalista
(ARENA). Admirador de las técnicas de contrainsurgencia de Desde 1979 en adelante, la Argentina suministró equipamien-
Taiwán, estuvo implicado en el asesinato del arzobispo Oscar to militar a las fuerzas armadas salvadoreñas. La actividad se
A. Romero, cometido en 1980 en San Salvador. También se lo fundaba en la justificación racional de que esas transacciones
vinculó con los principales conspiradores que planearon el "fortalecerían nuestras relaciones con ese país y contribuirían
asesinato de dos asesores sindicales norteamericanos y el di- también a endurecer su posición en la lucha que se libraba
rector de la reforma agraria salvadoreña en 1981. 60 D'Aubuis- contra la subversión, en conjunto con otros países de la zo-
son se contaba entre los delegados a la conferencia de la Con- na". 63 Un ejemplo de esas operaciones comerciales puede en-
federación Anticomunista Latinoamericana (CAL), realizada en contrarse en un documento fechado en febrero de 1982; por
septiembre de 1980 en Buenos Aires (véase capítulo 5).61 él, el Banco Central de la República Argentina, de acuerdo
Raúl Midense, un experto paramilitar guatemalteco (sobri- con instriicciones del comandante en jefe del ejército, autori-
no del "padrino de los escuadrones de la muerte" de Guate- zó a la Dirección General de Fabricaciones Militares a expor-
mala, Mario Sandoval Alarcón), fue otro intermediario entre tar armas livianas y pesadas, municiones y repuestos de equi-
los argentinos y los salvadoreños. Operó con el informante de pos militares a El Salvador, por un monto de veinte millones
la inteligencia naval argentina, Carlos Dürich, consejero de la de dólares." Otro documento afirmaba que la transacción se
policía secreta de Somoza y líder del equipo de choque argen- basaba primordialmente en "razones estratégicas y políticas".
tino en Nicaragua, y Alfredo Zarattini, un agente del Batallón Se habían hecho transferencias parecidas de armamentos a
601 que coordinó el envío de asesores argentinos a El Salva- Guatemala, Honduras, Uruguay, Bolivia y Perú.65
dor en 1979.62 Fondos de Roberto Suárez Levy, principal traficante de
cocaína de Bolivia y socio del general Luis García Meza, el
60
dictador militar que tomó el poder en ese país en 1980, ayu-
Esta descripción de D'Aubuisson se basa en las siguientes fuentes: en-
trevista con Roberto D'Aubuisson, en Pensamiento Propio, Managua, mayo-
daron a financiar operaciones militares argentinas en El Sal-
junio de 1984, pp. 36-37; Laurie Becklund, "Death Squads: Deadly 'Other vador. La Argentina había dado un apoyo clave al golpe de
War'", en Los Angeles Times, 18 de diciembre de 1983; Allan Nairn, "Be- estado militar boliviano de julio de 1980. Su participación en
hind the Death Squads", en Progressive, mayo de 1984, pp. 25 y 28; Craig el brutal levantamiento que llevó a García Meza al poder se
Pyes, "Two Dinner Parties Meet, And Two Americans Die", en Albuquerque había retribuido en su totalidad con narcodólares. El alto
Journal, 19 de diciembre de 1983. Dos de los principales conspiradores com-
prometidos en los asesinatos de 1981 (los "asesinatos del Sheraton") y vincu-
mando del ejército argentino utilizó luego esos fondos en el
lados con D'Aubuisson eran un capitán de la guardia nacional, Eduardo Ávi- teatro de operaciones salvadoreño (véase capítulo 1).66
la, y un teniente de la misma institución, Rodolfo López Sibran. "Los argentinos –señaló un analista político– fueron par-
61
Luis Guazzaroni, ex miembro de la Triple A, actuó como enlace entre ticularmente útiles para la administración Reagan [...] por-
el Batallón de Inteligencia 601 y D'Aubuisson. El capitán Roberto Alfieri,
asesor de la guardia nacional salvadoreña, fue otro de los argentinos identifi-
63
cados en El Salvador. Luego de la guerra de las Malvinas, permaneció en Dirección General de Fabricaciones Militares (DGFM), "Financiación de
América Central como parte de una organización de narcotráfico y secues- venta de material bélico a la República de El Salvador", memo secreto del ge-
tros extorsivos presuntamente comandada por el general Suárez Mason. Sali- neral Augusto J. B. Alemanzor al comandante en jefe del ejército, general
nas, "Los mercenarios argentinos (si)", cit., pp. 35-36. Leopoldo F. Galtieri, 18 de enero de 1982.
62 64
Becklund, "Death Squad Members...", cit.; Salinas, "De Perón a So- Banco Central de la República Argentina (Bota), "Sesión secreta" del
moza...", cit., pp. 18-21. Jorge Flores Allende y Carlos Noria, miembros de Directorio, "Acta No. `S' 2", 11 de febrero de 1982.
65
la organización ultraderechista argentina Falange de Fe, actuaron al parecer Dirección General de Fabricaciones Mili t ares, memo n° 624/33, ref.:
como asesores de los militares salvadoreños. Salinas, "Los mercenarios ar- E02940182, 1° de febrero de 1982.
gentinos (ni)", cit., p. 21. Testimonio de Sánchez Reisse, ci t ., p. 44.

140 y 141
que durante la mayor parte de 1981 el presidente estuvo enzar- clandestina destinada a interrumpir la presunta provisión de
zado en una batalla campal con el Congreso en relación con la armas para las guerrillas de El Salvador y Guatemala por par-
ayuda militar a El Salvador. [...] La Argentina (junto con te de cubanos y nicaragüenses.71
Israel, Taiwán, Sudáfrica y posiblemente Corea del Sur) se Cuando otro coronel salvadoreño, Rafael Flores Lima, hi-
convirtió en una fuente de reserva de asistencia militar ante la zo una visita oficial a Buenos Aires en febrero de 1982, el Mi-
eventualidad de que el Congreso dispusiera su cancelación."67 nisterio de Relaciones Exteriores de la Argentina anunció que
En una visita oficial de marzo de 1981 a Washington, el pre- habría observadores argentinos en las elecciones para la
sidente argentino designado, Roberto Viola, confirmó el com- asamblea constituyente en El Salvador, al mismo tiempo que
promiso de su país para apoyar el esfuerzo antiinsurgente de negaba su intervención en operaciones antiinsurgentes en ese
El Salvador. El jefe del estado mayor del ejército salvadoreño, país. 72 En una declaración oficial, el general Antonio Vaque-
coronel Jaime Abdul Gutiérrez, viajó a Buenos Aires en la pri- ro dijo: "El fortalecimiento y la consolidación de las relacio-
mavera de ese año para finiquitar los detalles de la asistencia nes que hoy vinculan a nuestros ejércitos tienen gran impor-
militar de la Argentina a su país. Uno de los resultados inme- tancia. El ejército argentino –que junto con la armada y la
diatos de la visita de Gutiérrez fue un aumento del persónal fuerza aérea, y con el respaldo de la nación, derrotó al terro-
contrainsurgente argentino en El Salvador, que llegó a la can- rismo– comprende y valora la lucha de las fuerzas armadas y
tidad de cien asesores militares y civiles.68 el pueblo salvadoreño y proporcionará su asistencia, en la
En el otoño de 1981, Vernon Walters, el teniente general medida de lo posible, a una nación amiga en una situación di-
retirado y embajador itinerante de Reagan, solicitó al alto fícil". En El Salvador, dijo Vaquero, "están en juego dos con-
mando militar argentino que aumentara su asistencia a las cepciones de vida [...] por un lado, el respeto por la dignidad
fuerzas armadas salvadoreñas (véase capítulo 2). 69 En ese mo- de la humanidad –creación de Dios–, y por el otro, el terroris-
mento Walters declaró que "la Argentina debería estar lista a mo, hombres al servicio de un estado ateo y omnipotente".73
enviar tropas como parte de una fuerza interamericana, que Las observaciones de Vaquero se habían prefigurado meses
tendrá que organizarse si el gobierno de José Napoleón Duar- antes, cuando, al referirse a la guerra antiguerrillera en El Sal-
te solicita esa ayuda militar". 70 Los generales argentinos rati- vador, el general Alfredo Saint Jean subrayó que "las fuerzas
ficaron un acuerdo por el cual recibirían apoyo de inteligen- armadas argentinas han adquirido una experiencia interna-
cia y logística norteamericana para una operación paramilitar cionalmente reconocida en la guerra no convencional, y están
dispuestas a brindar adiestramiento y todo tipo de coopera-
67
Falcoff, A Tale oh Two Policies..., cit., p. 43. El secretario de Estado
ción a los países aliados"» Cuando en El Salvador se incre-
Alexander Haig, al hablar ante una comisión parlamentaria, declaró: "Es evi-
71
dente que si ponemos fin a la asistencia militar a El Salvador —que recibe una "'Che' Galtieri Plans His Own Vietnam", en LAWR, 9 de octubre de
ayuda limitada de la Argentina, Venezuela y otros países centroamericanos—, 1981; "Viola's Health Wanes and Galtieri Gets the U.S. Seal of Approval",
sería un golpe fatal para ellos". Citado en Embajada de los Estados Unidos en LAWR, 13 de noviembre de 1981, p. 1.
72
en la Argentina, "Fardes Question Argentina Involvement in Central Ameri- Embajada de los Estados Unidos en la Argentina, "More on Argentina,
ca", cable confidencial de Harry Shlaudeman al Departamento de Estado, 12 El Salvador and Central America", cable confidencial de Harry Shlaudeman
de marzo de 1982, NSA, El Salvador. al Departamento de Estado, 26 de febrero de 1982, NSA, El Salvador. El co-
6s Verbitsky, La última batalla..., cit., pp. 96 y 98; Duhalde, El ronel Flores Lima fue uno de los comandantes del ejército vigorosamente res-
Estado
terrorista argentino, cit., p. 121. paldados por la Embajada norteamericana en El Salvador.
69 J3
"Military Diplomacy Tilts Argentina Foreign Policy Towards Washing- Citado en Anderson y Anderson, Inside the League, cit., p. 303, que ci-
ton", en Latin America Weekly Repon (en lo sucesivo LA wR), 11 de septiem- ta a su vez a Noticias Argentinas, Buenos Aires, 24 de febrero de 1982.
74
bre de 1981, p. 1. Citado en El Día, México, 19 de marzo de 1981. Véase también Gui-
74
Citado en "The Walters Friendship Formula", en LAWR, 2 de octubre llermo Almeyra, "El gendarme del sur", en Uno Más Uno, México, 25 de
de 1981, p. 8. marzo de 1981.

142 143
mentó el recurso a la violencia estatal, la ayuda, como hemos pesinas y otras organizaciones populares. En respuesta a la
visto, estaba próxima a llegar. Ese país se había convertido en ofensiva militar de la guerrilla, el ejército lanzó una campaña
un terreno adecuado para la transferencia de la tecnología antiinsurgente sin precedentes, con la intención de destruir el
contrainsurgente argentina. poderoso movimiento revolucionario indígena. 77 Durante el
gobierno de Lucas García, la violencia estatal creció dramáti-
camente, pasando de la represión selectiva a las masacres in-
Guatemala discriminadas.78

Masacre indiscriminada Asistencia militar

El Salvador no fue el único país maduro para la intervención Desde 1963 hasta 1977, los Estados Unidos desempeñaron un
argentina. Desde el nacimiento de la contrainsurgencia promo- papel fundamental en la creación y sostén del estado contrain-
vida por los Estados Unidos en los años sesenta hasta la gue- surgente guatemalteco. El gobierno de Carter redujo significa-
rra de tierra arrasada de principios de los años ochenta, Gua- tivamente la asistencia formal para la seguridad, y el régimen
temala había aparecido como un "campo de pruebas ideal" del general Kjell Laugerud (1974-1978) rechazó unilateral-
para la contrarrevolución. Las grandes oleadas de terror estatal mente la ayuda militar norteamericana vinculada con medi-
de 1954, 1967-1971 y 1978-1983 eran la respuesta de la clase das de protección de los derechos humanos, calificándola co-
dirigente guatemalteca al incremento de la participación popu- mo una intromisión externa en los asuntos internos de
lar y la lucha armada. Las desapariciones y la tortura habían Guatemala. El país incrementó las compras de material mili-
sido una metodología "antiterrorista" habitual desde la campa- tar en la Argentina, Israel (que había sido su principal provee-
ña militar de Zacapa en 1966. Orientado a paralizar la capaci- dor de tecnología de contrainsurgencia desde 1975, cuando
dad de movilización de la población, el terror estatal, tanto ma- los Estados Unidos se pusieron del lado de Gran Bretaña en la
sivo como selectivo, había ocasionado miles de víctimas civiles. disputa por Belice), Sudáfrica, Italia, Bélgica y Yugoslavia.79
Las campañas apuntaban especialmente a campesinos, trabaja-
dores y miembros de la clase media dependiente. La mayoría
77
de los asesinatos políticos eran obra del ejército guatemalteco y Los principales grupos guerrilleros eran el Ejército Guerrillero de los
escuadrones de la muerte vinculados con el gobierno.75 Pobres (EGP) y la Organización del Pueblo en Armas (ORPA).
78
Falla, Massacres in the Jungla..., cit., p. 183; Figueroa Ibarra, El recur-
La presencia argentina en Guatemala coincidió con la ter- so del miedo..., cit., p. 25. Véase también Jim Handy, Gift of the Devil: A
cera ola de terror, que golpeó a la nación bajo el régimen del History of Guatemala, Boston, South End Press, 1984, p. 180. Sobre la mag-
general Romeo Lucas García (1978-1982). 76 Éste planificó la nitud de las violaciones a los derechos humanos en Guatemala, véanse los in-
aniquilación de sindicatos de obreros y estudiantes, ligas cam- formes de Human Rights Watch/Americas (antes Americas Watch), Amnesty
International y los de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de
la Organización de Estados Americanos.
75 79
Sobre el terror estatal en Guatemala, véanse McClintock, The Ameri- McClintock, The American Connection: Guatemala, cit., pp. 187-188 y
can Connection: Guatemala, cit.; Carlos Figueroa Ibarra, El recurso del mie- 191-194; Jonas, The Battle for Guatemala..., cit., pp. 120 y 195. Un grupo de
do: ensayo sobre el Estado y el terror en Guatemala, San José de Costa Rica, empresarios guatemaltecos de extrema derecha (al parecer vinculados con la
Editorial Universitaria Centroamericana, 1991; Susanne Jonas, The Battle actividad de los escuadrones de la muerte), la Asociación de Amigos del País,
for Guatemala: Rehels, Death Squads, and U.S. Power, Boulder, Westview procuró activamente que se reanudara la asistencia militar de los Estados Uni-
Press, 1991; Ricardo Falla, Massacres in the Jungle: acán, Guatemala, dos. "Los Estados Unidos se han negado a prestar apoyo técnico, financiero y
1975-1982, Boulder, Westview Press, 1994. hasta moral a un pais que lucha por conquistar la estabilidad y la prosperi-
76
La tercera oleada comenzó en mayo de 1978 con la masacre de Panzós, dad", señalaba el boletín de noticias en inglés del grupo, elaborado por la fir-
Alta Verapaz, en la que tropas del ejército mataron a más de cien campesinos. ma de relaciones públicas Deaver and Hannaford. Michael Deaver y Peter

144 145
La Argentina se convirtió en uno de los principales provee- En 1982 y 1983, la Argentina vendió más equipamiento
dores de instrucción para las unidades de elite del ejército gua- militar a Guatemala, en cumplimiento de convenios secretos
temalteco. En octubre de 1981, las autoridades militares de con los gobiernos de Lucas García y Efraín Ríos Montt (1982-
ambos países firmaron un convenio secreto por el que aumen- 1983). Las ventas incluían pistolas ametralladoras MAG 60-20,
taba la participación argentina en la empresa antiinsurgente. ametralladoras M60, morteros de 105 mm, munición explosi-
Como parte de este programa de asistencia, unos doscientos va antitanque de 105 mm, proyectiles incendiarios y bombas
oficiales del ejército y la policía de Guatemala se trasladaron de alto impacto. El acuerdo inicial de treinta millones de dó-
a Buenos Aires para recibir un entrenamiento avanzado en in- lares garantizaba a Guatemala que la Argentina seguiría pro-
teligencia, incluido el uso de "técnicas de interrogatorio".80 duciendo repuestos para ese equipamiento hasta 1993 y con-
La confirmación circunstancial de esa ayuda militar (en co- templaba futuras transferencias de armas a aquel país en
laboración con Israel) se remonta a junio de 1977, cuando en condiciones preferenciales.82
su ruta a Guatemala, un avión argentino con problemas me-
cánicos tuvo que aterrizar en Barbados. Alertadas por la inte- Participación en las ofensivas rural y urbana
ligencia británica, las autoridades de ese país confiscaron 26
toneladas de armas y municiones israelíes. El avión pertenecía A principios de 1980, en respuesta a una solicitud de asesora-
a Transporte Aéreo Rioplatense (TAR), una empresa privada miento en guerra contrainsurgente hecha por el régimen de
de propiedad de oficiales de alto rango de la aeronáutica ar- Lucas García, llegó a Guatemala una misión militar argentina
gentina. Este tipo de operación, que combinaba el anticomu- compuesta por oficiales del ejército y la armada. En colabora-
nismo con las ganancias personales, fue característico de las ción con asesores militares de Israel y Chile, los argentinos
fuerzas armadas argentinas durante el régimen militar.81 instruyeron a las fuerzas de élite guatemaltecas en técnicas de
inteligencia avanzadas. El personal militar argentino trabajó
con escuadrones de la muerte apañados por el gobierno, espe-
Hannaford, asistentes de Ronald Reagan, también actuaron como agentes
cíficamente con el Ejército Secreto Anticomunista (ESA).83
extranjeros para la junta militar argentina y el gobierno de Taiwán. Tras una
visita de Vernon Walters a Guatemala en 1981 y la decisión de Reagan de Numerosos asesinatos cometidos por las fuerzas del ejército y
dar luz verde al Departamento de Estado para la venta de equipos militares a la policía a principios de 1980 se atribuyeron a esa organiza-
ese país, la publicación conservadora acogió favorablemente la nueva política ción, una unidad paramilitar estrechamente asociada con el
exterior norteamericana: "En vez de aplicar el estrecho criterio de la política propio Lucas García. Al parecer, la actividad de los escuadro-
de derechos humanos a un gobierno cuya supervivencia se ve diariamente
nes de la muerte era coordinada por el Centro Regional de
amenazada por el creciente movimiento guerrillero izquierdista, el presidente
Reagan ha asumido una concepción más amplia y una posición de mayor al- Telecomunicaciones de Guatemala, una agencia de seguridad
cance, en favor tanto de la economía de los Estados Unidos como del bienes- presidencial establecida a comienzos de los años sesenta con
tar de Guatemala". Citas de Guatemala Newsletter, ciudad de Guatemala, asistencia norteamericana. Durante el régimen de Lucas Gar-
septiembre de 1980, p. 1; ibid., agosto de 1981, p. 4. Véase Bye, La paz pro-
hibida..., cit., pp. 44-45. Sobre Deaver y Hannaford, véase Ronald Browns-
tein y Nina Easton, Reagan's Ruling Class: Portraits of the President's Top
82
Hundred Officials, Nueva York, Pantheon Books, 1983, p. 652. Banco Central de la República Argentina, "Sesión secreta" del Directo-
8
" Sobre este aspecto de la asistencia argentina a Guatemala, véanse las si- rio, "Acta No. 'S' 1", 14 de enero de 1982; Dirección General de Fabricacio-
guientes fuentes: "Argentina Redraws the Ideological Map...", cit., p. 6; Du- nes Militares, contrato secreto del 19 de mayo de 1983, firmado por el gene-
halde, El Estado terrorista argentino, cit., pp. 122-123; Alejandro Dabat y ral Horacio Varela Ortiz, director del organismo, y el general Oscar Mejía
Luis Lorenzano, Argentina: The Malvinas and the End of Military Rule, Lon- Víctores, ministro de Defensa de Guatemala, que reemplazaría a Ríos Montt
dres, Verso, 1984, pp. 80-81. como jefe de estado tras el golpe militar de agosto de 1983.
83
81
"Odisea en el Caribe de un avión argentino", en La Semana, Buenos Guardias, Londres, 29 de diciembre de 1981; Duhalde, El Estado te-
Aires, 6 de julio de 1977; entrevista con García Lupo. rrorista argentino, cit., p. 122.

146 147
cía, el centro regional recibió un asesoramiento técnico sus- rasgo inevitable de la campaña militar no convencional para
tancial de la Argentina e Israel." aniquilar a la guerrilla.88
En julio de 1981, los militares guatemaltecos lanzaron una
amplia contraofensiva contra la guerrilla. La acción conoció Una base para la Legión "contra"
un considerable éxito en la capital, donde desmanteló la reta-
guardia insurgente. Gracias a los conocimientos técnicos ad- Luego del triunfo de los sandinistas en julio de 1979, un gru-
quiridos de los argentinos e israelíes, los militares localizaron po de guardias nacionales nicaragüenses exiliados en Guate-
y destruyeron una red de "aguantaderos" de la Organización mala organizó el Frente Revolucionario Nicaragüense (FRENE
del Pueblo en Armas (ORPA). El asesoramiento argentino al CA). Su conductor era el coronel Ricardo Lau, un notorio
G-2, sector de inteligencia del ejército guatemalteco, fue deci- torturador de la Oficina de Seguridad Nacional de Somoza,
sivo en el éxito militar contra la infraestructura urbana de la que había recibido instrucción en inteligencia militar en la Ar-
guerrilla. Según se decía, los argentinos introdujeron el uso gentina a principios de los años sesenta.89
del "control computarizado de las llamadas telefónicas y las A mediados de 1980, el FRENICA se unió a otros grupos de
cuentas de electricidad y otros servicios de las casas sospecho- guardias nacionales exiliados para formar la Legión 15 de
sas". 88 Esa técnica ayudó a identificar aguantaderos de la Septiembre. Desde los momentos iniciales de confusión tras el
guerrilla, basándose, por ejemplo, en un consumo excepcio- derrumbe de Somoza hasta los primeros pasos en la organiza-
nalmente alto de electricidad.86 ción de una fuerza antisandinista, los líderes del neofascista
Los argentinos también participaron en la ofensiva rural Movimiento de Liberación Nacional ( MNL) de Guatemala,
iniciada en agosto de 1981 bajo el mando del jefe del estado Mario Sandoval Alarcón y Lionel Sisniega Otero, brindaron
mayor del ejército, general Benedicto Lucas García. La ope- un apoyo crucial a los guardias nicaragüenses.
ración representó una campaña de exterminio de la pobla- La nueva organización "contra", encabezada por el coro-
ción indígena sin paralelo en la historia guatemalteca. La po- nel Enrique Bermúdez (que había sido el último agregado mi-
lítica de tierra arrasada aplicada entre 1981 y 1983 resultó litar de Somoza en Washington), se dedicó a actividades de-
en la destrucción de más de 440 aldeas montañosas, el asesi- lictivas en Guatemala, como robos, secuestros y asesinatos,
nato de más de cien mil civiles y la reubicación forzada de con el consentimiento de las autoridades de ese país. 90 Ade-
casi un millón de personas. 87 Vale la pena señalar que, desde más de los fondos obtenidos de esa forma, la Legión recibió
fines de 1981, la expresión guerra sucia: por esa época am- dinero de Luis Pallais Debayle, primo de Somoza, con el obje-
pliamente identificada con la campaña de terror estatal en la
Argentina, se convirtió en habitual en los comunicados de
prensa del estado mayor militar guatemalteco. Los oficiales Se
The American Connection: Guatemala, cit., pp. 245 y 263.
89
del ejército la empleaban cuando explicaban a la prensa que Enrique Yeves, La Contra, una guerra sucia, Buenos Aires, Ediciones
la muerte de civiles en las operaciones antiinsurgentes era un B, 1990, p. 42. Mientras estaba en Guatemala, Lau fue presuntamente con-
tratado por D'Aubuisson para orquestar el asesinato del arzobispo de San
Salvador, Oscar A. Romero. En marzo de 1981, Lau, jefe del G-2 (inteligen-
cia) de la legión, viajó a Buenos Aires con un grupo de guardias nacionales
94
Anderson y Anderson, Inside the League, cit., p. 177; McClintock, The nicaragüenses para hacer un curso de contrainsurgencia en la base militar de
American Connection: Guatemala, cit., pp. 142, 169-171, 193 y 219. Campo de Mayo. Véanse Dickey, With the Contras..., cit., pp. 83-84, 88,
85
"Testing Time for Militare Solutions in Guatemala and El Salvador", 114 y 286; y Craig Pyes, "Who Killed Archbishop Romero?", en Nation, 13
en LA WR, 6 de noviembre de 1981. de octubre de 1984.
86 90
Ibid. Entrevista con José Efrel Martínez Mondragón, en Elisabeth Reimann,
87
Jonas, The Battle for Guatemala..., cit., pp. 95 y 149. Confesiones de un Contra, historia de "Moisés" en Nicaragua, Buenos Aires,
* En español en el original (n. del t.). Legasa, 1986, pp. 76-77.

148 149
tivo de crear un movimiento armado contra los sandinistas.91 Además, un escuadrón del Batallón de Inteligencia 601 con
Según lo referido por un ex guardia nacional, la Argentina le base en ese país (y que también operaba en El Salvador y
dio a Bermúdez una gran suma de dinero en la primera etapa Honduras) colaboró con el régimen militar en la represión de
de la empresa contra. Mi informante recordaba varias con- organizaciones izquierdistas. Conducido por un teniente co-
versaciones en las que los asesores argentinos se quejaban por ronel retirado, Santiago Hoya, el grupo de tareas argentino
el mal uso que aquél daba a esos fondos.92 tuvo una responsabilidad directa en el asesinato y desapari-
El término Contra empezó a utilizarse en Nicaragua inme- ción de campesinos y disidentes políticos guatemaltecos. La
diatamente después del derrumbe del régimen somocista. Se misión central del escuadrón era el secuestro de argentinos
lo empleaba en referencia a los contrarrevolucionarios,* los acusados de subversivos que estaban exiliados en América
individuos que se oponían a la revolución. Con el surgimiento Central. Entre sus miembros, que eran veteranos de la guerra
de grupos armados de contrarrevolucionarios, la palabra co- sucia en la Argentina, se contaban Juan Martín Ciga Correa,
menzó a designar a las organizaciones que combatían contra ex asesor de la EEBI nicaragüense, y Zarattini, enlace con las
el régimen sandinista. fuerzas de seguridad salvadoreñas e integrante del grupo co-
Hacia fines de 1980, los agentes argentinos empezaron a mando argentino que operó en Nicaragua durante los últimos
organizar y entrenar a las dispersas y mal equipadas bandas de meses de Somoza.94
guardias nacionales nicaragüenses exiliados en Guatemala.93 Al parecer, el grupo argentino trabajó con los ex guardias
nacionales Ricardo Lau y Hugo Villagra, Néstor Sánchez (jefe
de operaciones de la CIA para América Latina) y agentes del
91
Shirley Christian, Nicaragua, Revolution in the Family, Nueva York,
Mossad en Guatemala. 95 Uno de los lugartenientes de Hoya
Vintage Books, 1986, pp. 176 y 204. era Héctor Francés, que a fines de 1982, tras ser secuestrado
92
Entrevista con Francisco Martínez Zelaya, en Managua, el 1° de julio por los sandinistas, reveló detalles clave de las operaciones
de 1993. A partir de la derrota sandinista en las elecciones de 1990, la mayo- clandestinas argentinas. 96 Haciéndose pasar por empleados
ría de la tropa de la guardia nacional que había participado en la guerra
"contra" se convirtió en un grupo marginal en la sociedad nicaragüense. En
tanto algunos ex oficiales empezaron a ganarse la vida con proyectos de de-
sarrollo financiados por fuentes externas, la mayor parte de los hombres de geoda del ejército. La declaración de este agente vuelve a confirmar aspectos
menor rango permanecieron desempleados. importantes de mi versión sobre el papel militar argentino en América Cen-
* En español en el original (n. del t.). tral. Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal No. 5 (doctor
93
Es probable que asesores argentinos hayan participado en el entrena- Norberto M. Oyarbide), caso No. 10.000, "Sivak, Osvaldo Fabio, víctima de
miento de rebeldes antisandinistas en el otoño de 1979, dado que por esa secuestro extorsivo", testimonio de Rafael López Fader, Buenos Aires, 20 de
época ya operaban en América Central. Pruebas recientes confirman que los agosto de 1996, en los archivos del autor.
94
argentinos daban adiestramiento antiinsurgente a las fuerzas de seguridad de Ministerio del Interior, Dirección General de Seguridad del Estado, Ni-
la región alrededor de ese mismo año. En noviembre de 1996, poco después caragua, memo secreto en referencia a la participación de las fuerzas arma-
de corregir la copia revisada de este libro, Leo Valladares, el Ombudsman de das argentinas y sus servicios de inteligencia en la agresión contra Nicaragua,
Derechos Humanos de Honduras, me envió un documento en el que un ex copia en mi poder sin fecha, circa 1984.
95
agente de inteligencia argentino revelaba su participación en el programa Esta versión de los enlaces del grupo argentino se basa en las siguientes
contrarrevolucionario en América Central. En su testimonio ante un juzgado fuentes: Soberanía, abril de 1982; conversación con Alvaro Argüello Hurta-
penal federal de Buenos Aires, Rafael López Fader declaró que, a mediados do, S.J., en Managua, 6 de julio de 1993; Salinas y Villalonga, Gorriarán...,
de 1979, fue comisionado por el comando de inteligencia del ejército argenti- cit., p. 177. Villagra participó en la primera acción militar de la Legión con
no para actuar como asesor de las tropas especiales en Honduras. Permane- supervisión argentina.
96
ció en América Central hasta noviembre de 1983. López Fader presentó al Conversación con Borge. Véase la transcripción del testimonio video-
juzgado vatios documentos que comprobaban su testimonio, en particular grabado de Héctor Francés ante autoridades sandinistas, 6 de diciembre de
fotografías, un estado de cuenta bancaria de Tegucigalpa y una tarjeta de 1982, en los archivos del autor. Una versión resumida se publicó en Chamo-
identificación que lo señalaba como personal civil perteneciente a la inteli- rro, Packaging the Contras..., citado.

150 151
de las empresas Bridas y El Ganadero, los agentes del Bata- contrarrevolucionaria librada contra el régimen sandinista en
llón 601 permanecieron en Guatemala hasta fines de 1981.97 Nicaragua.102
Luego de trasladarse a Honduras, fueron reemplazados por
otro grupo de asesores de la misma nacionalidad; más adelan-
te, personal de inteligencia que había actuado en América Honduras
Central fue responsable de extorsiones, secuestros y otras ac-
tividades delictivas en la Argentina durante el régimen demo- Un alumno aplicado del método argentino
crático establecido en 1983.98
Los argentinos ayudaron a la Legión 15 de Septiembre a La presencia de asesores argentinos en Honduras entre 1980 y
instalar una base de entrenamiento en una granja en las afue- 1984 coincidió con el desarrollo de la doctrina de la seguridad
ras de la ciudad de Guatemala. Conocida como Destacamen- nacional bajo la égida del general Álvarez Martínez, educado
to 101, la base fue una de las primeras guarniciones "contras" en la Argentina (Colegio Militar, promoción de 1961). 1 " El
en la región. Con supervisión argentina y la participación de así llamado método argentino –centros de detención clandesti-
oficiales del ejército guatemalteco, los guardias nacionales ni- na, desapariciones y ejecuciones sumarias cometidas por gru-
caragüenses recibieron instrucción técnica e ideológica en pos de tareas secretos establecidos por el gobierno– comenzó a
contrainsurgencia. 99 El bautismo de fuego de la Legión fue el implementarse sistemáticamente tras el nombramiento de Ál-
antes mencionado ataque de diciembre de 1980 contra la es- varez Martínez (por entonces coronel) como comandante de la
tación de radio de onda corta Noticias del Continente, en Fuerza de Seguridad Pública en agosto de 1980. 104 "Los es-
Costa Rica (véase capítulo 1). La operación, que tuvo apoyo cuadrones paramilitares ya operaban en la FUSEP [la fuerza de
de la CIA, fracasó miserablemente.1°° seguridad] antes de que Álvarez asumiera el mando", señaló
En la primavera de 1981, oficiales argentinos supervisaron un analista político hondureño, "pero lo que él hizo fue profe-
la mudanza de los cuarteles de la Legión de Guatemala a sionalizar la estructura con la llegada de los asesores argenti-
Honduras. 101 El coronel Gustavo Álvarez Martínez, jefe de la nos". 105 Aun cuando en el país el terror estatal se mantuvo en
Fuerza de Seguridad Pública (FUSEP) hondureña, le había ofre- un nivel muy bajo en comparación con los de El Salvador y
cido al director de la CIA, William Casey, una base de opera-
ciones antisandinista en su país. Con asistencia estadouniden- 102
se, Honduras se convertiría en un "santuario seguro" para los Gutman, Banana Diplomacy..., cit., p. 49.
103
Además de su capacitación en las academias militares hondureña y ar-
combatientes "contras" y en una plataforma para la guerra gentina, Álvarez Martínez asistió al "curso avanzado de oficial de infantería
en Fort Benning, Georgia, y el de operaciones de contrainsurgencia en Fort
Bragg, Carolina del Norte; el curso de mando y estado mayor general perua-
97
Ministerio del Interior, Dirección General de Seguridad del Estado, Ni- no; y el de operaciones combinadas en Fort Gulick, en la Zona del Canal de
caragua, memo secreto, circo 1984. Panamá". CIA, "Gustavo Álvarez Martínez", memo, clasificación desconoci-
98
Salinas y Villalonga, Gorriarán..., cit., pp. 184-185. Carlos Vivas fue da, 25 de agosto de 1983 (DDRS).
104
uno de los miembros del nuevo equipo. Véase Americas Watch, Human Rights in Honduras: Signs of "The
99
Entrevista con Martínez Zelaya. Otras fuentes sobre estas primeras ac- Argentine Method", Nueva York, diciembre de 1982, pp. 2-19.
I()5
tividades "contras" son las siguientes: Dickey, With the Contras..., cit., p. 82; Entrevista con Víctor Meza, en Anderson y Anderson, Inside the Lea-
Embajada de los Estados Unidos en Nicaragua, cable confidencial de Harry gtie, cit., p. 224. En 1979 y principios de 1980 se encontraron pruebas de la
E. Bergold Jr. al Departamento de Estado, 20 de mayo de 1985, NSA, Nicara- actividad de escuadrones de la muerte. Cuando Álvarez era comandante de la
gua; Reimann, Confesiones de un Contra..., cit., p. 25. Segunda Zona Militar, aparecieron cuerpos de delincuentes ejecutados en el
1
°° Dickey, With the Contras..., cit., pp. 90-92; Kornblyh, Nicaragua: área de San Pedro Sula. Con su nombramiento como jefe de la FUSEP, esas
The Price of Intervention, cit., p. 27. prácticas irregulares comenzaron a concentrarse en los disidentes políticos.
101
Dickey, With the Contras..., cit., p. 117. Americas Watch, Human Rights in Honduras..., cit., p. 9.

152 153
Guatemala, las prácticas represivas posteriores a 1980 repre- de un régimen de seguridad nacional en Honduras a co-
sentaron un apartamiento sustancial con respecto a los antece- mienzos de los años ochenta, caracterizado por la coopera-
dentes previos. ción activa de las fuerzas armadas en la defensa de los inte-
Durante su período como jefe de la FUSEP, Álvarez Martí- reses estratégicos de los Estados Unidos en la región y el
nez utilizó cuantiosos recursos estatales en la profesionaliza- indiscutido liderazgo de Alvarez Martínez, resultaron en un
ción de los militares, a fin de que cumplieran su papel de programa de represión selectiva orientada a decapitar las or-
guardianes de la seguridad nacional. 106 Un aspecto primor- ganizaciones populares.
dial de esa profesionalización radicaba en la adquisición de En los primeros años del gobierno constitucional de Ro-
pericia técnica, un área en que las fuerzas armadas argentinas berto Suazo Córdova (1982-1986), la rápida escalada de la
ofrecían una asistencia clave. Álvarez Martínez defendió pú- violencia de las fuerzas de seguridad (bajo la supervisión di-
blicamente la eficacia del método argentino para una campa- recta de los argentinos) coincidió con la consolidación del
ña antisubversiva. En su opinión, las fuerzas armadas de ese control militar estadounidense sobre Honduras ("nuestra pu-
país, guiadas por "su propia doctrina de la seguridad nacio- ta centroamericana", en palabras de un funcionario del De-
nal", habían librado una guerra legítima contra el enemigo partamento de Estado). 109 Durante la administración Reagan,
marxista a fines de los años setenta. Reproduciendo el discur- la estrategia de contrainsurgencia de los Estados Unidos pro-
so de sus pares argentinos, afirmaba frecuentemente que "los curó la erradicación de la disidencia popular en el país, la
supuestos 'desaparecidos' probablemente estén en Cuba o Ni- reubicación de los refugiados salvadoreños lejos de las zonas
caragua capacitándose en técnicas terroristas para difundir la fronterizas, la cooperación entre las fuerzas armadas hondu-
subversión en su patria".107 reñas y salvadoreñas en la lucha contra el FMLN y el estableci-
La designación de Álvarez Martínez como comandante miento de Honduras como una base militar en respaldo de la
en jefe de las fuerzas armadas hondureñas en enero de guerra clandestina de la CIA contra Nicaraguail°
1982, su ascenso a general de brigada y la reubicación for-
zada de oficiales rivales en puestos en el exterior, fortalecie- Escuadrones de la muerte militares
ron su control del aparato de seguridad. 108 El surgimiento
El Batallón 3-16, una unidad paramilitar clandestina respon-
106
sable de la desaparición y ejecución extrajudicial de cientos
Véanse Leticia Salomón, "The Nacional Security Doctrine in Hondu-
de civiles hondureños en la década del ochenta, fue original-
ras: Analysis of the Fall of General Gustavo Álvarez Martínez", en Nancy
Peckenham y Annie Street Icomps.), Honduras: Portrait oía Captive Nation,
Nueva York, Praeger, 1985, pp. 197-207; y Leticia Salomón, Política y mili-
tares en Honduras, Tegucigalpa, Centro de Documentación de Honduras, ras: A Country Guide, Albuquerque, Inter-Hemispheric Education Resource
1992, en especial pp. 1-94. Center, 1990, p. 45.
107
General Álvarez Martínez, citado en Roberto Bardini, "Asesores ar- 109
Citado en Schoultz, Nacional Security and United States Policy..., cit.,
gentinos en Honduras", en Humor, enero de 1984, p. 43, y en Anderson y p. 171
Anderson, Inside the League, cit., p. xiv. Como jefe del Cuarto Batallón de 11
° Philip E. Wheaton, Inside Honduras: Regional Counterinsurgency Ba-
Infantería en La Ceiba, Álvarez había sido responsable del asalto a la coope- se, Washington, DC, EPICA, 1982, p. 31. Véase Richard Lapper y James Pain-
rativa de trabajadores bananeros de Las Isletas, en 1977. ter, Honduras: State for Sale, Londres, Latin American Bureau, 1985. Hondu-
108
Álvarez fue destituido por un golpe militar interno encabezado por el ras intervino en la guerra civil salvadoreña a principios de 1980, cuando
comandante de la fuerza aérea, general Walter López, en marzo de 1984. Lo algunas de sus tropas colaboraron con las de El Salvador en una masacre de
asesinaron el 25 de enero de 1989. El Movimiento Cinchonero de Liberación civiles en el norte de Chalatenango. En 1981, con los auspicios de los Estados
Popular se declaró responsable de la acción, pero algunas fuentes atribuyeron Unidos, suscribió una alianza contrarrevolucionaria con El Salvador y Guate-
el asesinato a una facción rival dentro de las fuerzas armadas. La Tribuna, mala. Véase American Civil Liberties Union and Americas Watch, Report on
Tegucigalpa, 26 de enero de 1989; Tom Barry y Kent Norsworthy, Hondu- Human Rights in El Salvador, Nueva York, enero de 1982, pp. 177-178.

154 155
mente entrenada y equipada por el FBI, la CIA, la Argentina y guerra sucia en la Argentina, eran expertos en las actividades
Chile. 111 Ideado por Álvarez Martínez, el batallón (una ver- de los escuadrones de la muerte.
sión en pequeña escala del Batallón de Inteligencia 601) ope- Uno de esos asesores que trabajó con grupos paramilitares
raba en colaboración con la FUSEP y la Dirección Nacional de hondureños fue el agente del Batallón 601 Ciga Correa.115
Investigaciones ( DNI) en la eliminación de "los individuos que
causaban problemas a las fuerzas armadas de Honduras y
115
eran comunistas incorregibles" .112 La descripción de Ciga Correa que sigue se basa en estas fuentes: Uno
Más Uno, 19 de agosto de 1980; transcripción de Francés, p. 5; declaración
Durante el gobierno de Carter (en agosto de 1980), 25 ofi-
jurada de Barrera Martínez, pp. 189 y 191; Andersen, Dossier Secreto..., cit.,
ciales del ejército hondureño se trasladaron en secreto a las ins- pp. 119 y 284; Paoletti, Corno los Nazis..., cit., p. 405. Véase también Ver-
talaciones de entrenamiento de los Estados Unidos en Houston, bitsky, La posguerra sucia..., cit., pp. 127-130 y 132-140. Una de las prime-
Texas, donde se les dictó un curso de seis meses en técnicas de ras víctimas del Grupo de los Catorce fue Gerardo Salinas, un abogado de-
interrogatorios, e instructores argentinos y chilenos capacita- fensor de presos políticos, asesinado en Tegucigalpa en junio de 1980. Es
ron a los escuadrones de la muerte y las fuerzas especiales (los posible que Ciga Correa fuera uno de los instructores que entrenó un grupo
comando de ex guardias nacionales nicaragüenses en Buenos Aires, a princi-
Cobras y una unidad conocida como TESON) en el Centro de pios de 1981. Barricada, 24 de agosto de 1983.
Instrucción Policial (CIP), en las afueras de Tegucigalpa.113 Otro asesor argentino fue Roberto Alfieri González. Éste, miembro del
En 1981, Álvarez organizó, con asistencia argentina, el grupo de tareas 3.3.2 de la ESMA, había estado implicado en la tortura de
Comando de Operaciones Especiales (con, una unidad an- presos políticos y el secuestro de varios empresarios en Buenos Aires. Como
tiinsurgente de élite dentro de la FUSEP, que coordinaba activi- se explica en el capítulo 1, hubo agentes de inteligencia que durante la guerra
sucia argentina participaron en una organización de secuestros extorsivos al
dades represivas. Los argentinos entrenaron a personal del mismo tiempo que, en apariencia, combatían contra la "subversión económi-
ejército hondureño (incluidos muchos miembros del Batallón ca". Alfieri González, oficial de policía, actuó como asesor de inteligencia de
3-16) en maniobras de combate, explosivos y técnicas de inte- la guardia nacional salvadoreña en 1980, y posteriormente operó en Guate-
rrogatorios en la base "contra" de Lepaterique.114 mala y Honduras. En 1988 fue detenido por las autoridades hondureñas acu-
Asesores militares argentinos en Honduras participaron en sado de extorsión y asesinato. Cable de prensa (IPM, 3 de febrero de 1984;
archivos del Centro de Estudios Legales y Sociales ( CELS); Tiempo, San Pedro
operativos de captura, interrogatorio y ejecución de dirigentes Sula, 19 de marzo de 1988; El Heraldo, Tegucigalpa, 22 de marzo y 5 de
sindicales y estudiantiles de ese país, presuntos simpatizantes abril de 1988; La Tribuna, 5 de abril de 1988.
sandinistas y refugiados salvadoreños. Como veteranos de la La misión militar argentina en Honduras también incluía al coronel Jorge
Eugenio O'Higgins (agregado militar en Tegucigalpa, que entrenó fuerzas hon-
dureñas y "contras" y al parecer estuvo comprometido en el secuestro y asesi-
nato de dirigentes sindicales y estudiantiles), el coronel Rafael de la Vega (ase-
Originalmente conocido como Departamento de Investigaciones Espe- sor del ejército hondureño), el coronel Roberto Carmelo Gigante (un asesor de
ciales ( DIEM, el Batallón 3-16 fue la unidad de más alto rango en el ejército. grupos paramilitares, condecorado en 1983 por el comandante en jefe del ejér-
112
Declaración jurada de José Barrera Martínez, ciudad de México, 2 de cito de Honduras), el mayor César Garro (asesor de la FUSEP), Alfredo Mario
julio de 1987, en National Commissioner for the Protection of Human Mingolla (oficial de inteligencia adiestrado por los israelíes, que colaboró con
Rights in Honduras, Honduras: The Facts Speak for Themselves, Nueva las fuerzas de seguridad hondureñas y guatemaltecas y también estuvo mezcla-
York, Human Rights WatchiAmericas, 1994, p. 189. do en el golpe de la cocaína en Bolivia, en 1980), el coronel Emilio Jasón, el te-
" 3 La unidad Cobras era una fuerza de contrainsurgencia urbana creada niente coronel Cabrera, el mayor García Cano, Julio Jorge Ianantuone, Hora-
bajo la égida de Álvarez. tEsoN era la sigla de Tropas Especiales y de Opera- cio Capelo, Antonio Rauch, Julio César Casanova Ferro, Gustavo Guasti, Félix
ciones Nocturnas. Brenes, Jorge Flores Allende, Carlos Noria, Víctor Gard, Juan Carlos Galessio,
114
Corte Interamericana de Derechos Humanos, testimonio de Florencio D'Espeche, Báez y Chacamé (no conocemos sus nombres de pila). Algunos de
Caballero, 6 de octubre de 1987, y declaración jurada de Barrera Martínez, los asesores argentinos destinados en Honduras habían operado previamente
en Nacional Commissioner for the Protection of Human Rights in Honduras, en México y Costa Rica, tras la puta de argentinos exiliados. Roberto Bardini,
Honduras: The Facts..., cit., pp. 160-199; Anderson y Anderson, Inside the "Los militares argentinos exportan su guerra sucia a América Central", en El
League, cit., pp. 224-225. Dia, 8 de febrero de 1983; Bardini, "La red mercenaria del Proceso", en Caras

156 157
Éste, ex integrante de la Triple A, había colaborado con la jándolos de helicópteros y aviones militares (en Honduras, al
Dirección de Información Nacional ( DINA) de Chile en el ase- río Sumpul; en el caso argentino, al océano Atlántico) (véase
sinato del general Carlos Prats, comandante en jefe del ejérci- capítulo 1).117
to chileno durante el gobierno de Salvador Allende, cometido En Honduras, los argentinos trabajaron en colaboración
en Buenos Aires en septiembre de 1974 (véase capítulo 1, directa con el capitán Alexander Hernández, jefe del Batallón
"Operación Cóndor"). También actuó como instructor en la 3-16. 118 Éste, graduado del programa de entrenamiento poli-
EEBI de Somoza y más tarde como tesorero del Batallón 601 cial de la Oficina de Seguridad Pública de los Estados Unidos,
en América Central. Era miembro del grupo de tareas argenti- era el responsable directo de manejar las operaciones cotidia-
no que operaba desde la ciudad de Guatemala con el objetivo nas del batallón. También actuaba como enlace entre Álvarez
de capturar a presuntos guerrilleros argentinos en el así lla- Martínez y los guardias nacionales nicaragüenses exiliados en
mado Triángulo de Hierro (Guatemala, El Salvador y Hondu- Honduras. A fines de 1982, fue sacado de su puesto como re-
ras). Más adelante se lo identificó como uno de los oficiales sultado de la denuncia pública del coronel hondureño Leóni-
del ejército argentino que adiestró a una unidad paramilitar des Torres Arias (él mismo un actor clave en la incorporación
hondureña conocida como Grupo de los Catorce, predecesora de la Argentina al programa "contra") y enviado como agre-
(junto con el Grupo de los Diez) del Batallón 3-16. gado militar a Buenos Aires. Hernández permaneció en la Ar-
El modelo represivo que se hizo manifiesto en Honduras a gentina, al parecer trabajando en la operación "contra", has-
principios de los años ochenta tenía su paralelo en el emplea- ta que el gobierno constitucional de Raúl Alfonsín lo declaró
do en la Argentina durante la década del setenta. De acuerdo persona no grata a fines de 1984. (Coincidentemente, por
con un informe de 1982 de Americas Watch, "es probable esos días los últimos asesores argentinos abandonaron Hon-
que el factor decisivo en las desapariciones [en Honduras] duras y la CIA asumió el control total del programa "contra".)
también se haya adoptado de la experiencia argentina: la ab-
soluta ineficacia de los recursos de habeas corpus para ubicar
a los detenidos, garantizar su puesta en libertad o verificar la Vínculos oficiales
legalidad de sus arrestos". 116 Las técnicas de guerra no con-
vencional aplicadas en ambos países eran llamativamente La participación de asesores argentinos en el desarrollo de un
análogas: grupos de tareas compartimentados (inteligencia, aparato de seguridad interna en Honduras y su misión, desde
interrogatorios, secuestros y ejecuciones) directamente subor- fines de 1980 en adelante, de organizar los restos de la derro-
dinados a las estructuras militares; hombres de civil abundan- tada guardia nacional nicaragüense en una fuerza de combate
temente armados en autos sin patentes; operativos a plena luz
del día sin interferencia de las fuerzas de seguridad regulares;
117
centros secretos de detención y cementerios clándestinos; y, Véanse las siguientes fuentes: National Commissioner for the Protec-
por último, el método de eliminar a los presos políticos arro- non of Human Rights, Honduras: The Faces..., cit., pp. 123 y 227; testimo-
nio de Caballero, pp. 164-165; Americas Watch, Human Rights in Hondu-
ras..., cit., pp. 5-6 y 11-12; Anderson y Anderson, Inside the League, cit., p.
226. Hasta diciembre de 1993 se habían encontrado en Honduras 16 cemen-
y Caretas, junio de 1984; Bardini, "Asesores argentinos...", cit. Véanse tam- terios clandestinos. La Prensa, Nueva York, 29 de diciembre de 1993.
188
bién Bardini, Monjes, mercenarios y mercaderes..., cit., p. 124; Tiempo, 5 de Esta descripción de Hernández se basa en las siguientes fuentes: testi-
diciembre de 1983; Salinas, "Los mercenarios argentinos (i(, 00, 010", cit.; Jo- monio de Caballero, pp. 166-167; declaración jurada de Barrera Martínez, p.
selovsky, "El ejército del 'Proceso'...", cit.; Ministerio de Relaciones Exteriores 188; Tiempo, 13 de junio de 1981 y 6 de septiembre de 1982; Donald E.
y Culto (Argentina), "Memoria Año 1981", p. 41; Scott y Marshall, Cocaine Schulz y Deborah Sundloff Schulz, The United States, Honduras, and the
Politics..., cit., p. 44-45; y Barricada, 30 de marzo de 1983. Crisis in Central America, Boulder, Westview Press, 1994, pp. 80 y 84; y
lis
Americas Watch, Human Rights in Honduras..., cit., p. 14. Dickey, With the Contras..., cit., pp. 116, 153 y 261.

158 159
eficaz contra los sandinistas, fue una operación aprobada por a la guerrilla salvadoreña. 123 Más avanzado el año, y tras una
los gobiernos argentino, hondureño y norteamericano. 119 Los reunión entre Sierra y su par argentino, Oscar Camilión, el
agregados militares argentinos en Honduras, El Salvador y comando militar de Buenos Aires autorizó un préstamo de
Guatemala manejaban las actividades cotidianas desde sus diez millones de dólares a Honduras para la compra de equi-
embajadas en esos países. 12 ° Las fuerzas armadas hondureñas pos militares. Ambos países habían suscripto una condena
estaban al mando directo de la red de represión clandestina y, pública del "terrorismo y la subversión", en la que afirmaban
con apoyo de la CIA, propiciaron activamente la organización que su objetivo era mantener la estabilidad en América Cen-
de grupos armados antisandinistas durante todo 1980)21 tra1. 124 Por esa época, representantes de la Argentina, los Esta-
En abril de ese mismo año, las autoridades militares argen- dos Unidos, Honduras y la oposición nicaragüense establecie-
tinas aceptaron suministrar asistencia antiinsurgente a Hon- ron un acuerdo formal sobre el movimiento armado
duras. A lo largo del año, agencias norteamericanas (la CIA y antisandinista. Un documento de la Dirección General de Fa-
el FEO dieron instrucción especializada en inteligencia a fuer- bricaciones Militares argentina subrayaba que la venta de
zas paramilitares hondureñas en el sudoeste de los Estados "equipamiento militar secreto" a Honduras respondía primor-
Unidos y colaboraron con la unidad de inteligencia argentina dialmente a "razones políticas y estratégicas". 125 Las exporta-
que operaba desde Miami y Fort Lauderdale, Florida. (Véase ciones de armas a ese país incluían morteros de 81 y 120 mm,
capítulo 5 sobre el papel del grupo de tareas argentino con minas antipersonales y antitanques, granadas de mano y muni-
base en los Estados Unidos.)122 ciones. Hacia fines de 1981, había más de ciento cincuenta
A principios de 1981, el ministro de relaciones exteriores oficiales y soldados argentinos estacionados en Honduras.126
hondureño, coronel César Elvir Sierra, se ofreció a cooperar Las ventas militares secretas a este país continuaron hasta
con los Estados Unidos para manejar el problema del contra- 1986; en marzo de ese año, la policía brasileña confiscó en el
bando de armas desde el régimen revolucionario nicaragüense puerto de Río de Janeiro una nave que transportaba seis tone-
ladas de armas, municiones y material médico de uso en situa-
ciones bélicas, que se enviaban desde Buenos Aires hasta Hon-
119 Aun cuando es un hecho que la CIA aprobó los operativos argentinos duras con destino a las fuerzas "contras".127
en América Central durante la administración Carter, no hay pruebas del res-
paldo presidencial a dichas actividades. La entrante administración Reagan
tuvo, por supuesto, una política de pleno apoyo al programa contrarrevolu- 123 Departamento de Estado de los Estados Unidos, cable secreto de Haig

cionario. a la embajada norteamericana en Honduras, 5 de febrero de 1981, NSA, Ni-


120
Entrevista con un funcionario del servicio exterior argentino destinado caragua.
124
en América Central en 1981-1982, cuya identidad se mantiene en el anoni- Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto (Argentina), "Memoria
mato a su pedido, en Buenos Aires, 11 de agosto de 1993. Esta fuente confir- Año 1981", cit., pp. 137-138; Salinas y Villalonga, Gorrearán..., cit., pp.
mó la relación oficial entre la junta militar argentina y los gobiernos hondu- 151-152. A mediados de 1982, la Argentina vendió suministros bélicos adi-
reño, salvadoreño y guatemalteco con respecto a los programas paramilitares cionales a Honduras por un valor de ocho millones de dólares. Dirección Ge-
clandestinos en esos países. El agregado militar en Honduras (1981-1984) neral de Fabricaciones Militares ( DGFM), carta secreta del general Horacio
era el coronel Jorge Eugenio O'Higgins. En 1988 encabezaba la división de Varela Ortiz al presidente del Banco Central de la República Argentina, 26
inteligencia del ejército (EstUE-Jef. u). El coronel Humberto Pompilio Ferru- de julio de 1982.
124
ci actuó como agregado militar en Guatemala y El Salvador desde 1981 en Carta secreta de Varela Ortiz, de la DGFM, al presidente del Banco
adelante. - Central de la República Argentina, 29 de diciembre de 1981.
121 Embajada de los Estados Unidos en Nicaragua, cable confidencial de 126
Falcoff, A Tale of Two Policies..., cit., que cita fuentes de la embajada
Thomas J. O'Donnell al Departamento de Estado, 1° de marzo de 1980, NSA, de los Estados Unidos, noviembre de 1981, p. 43.
127
Nicaragua. El Día, 19 de marzo de 1986. Algunos oficiales argentinos obtuvieron
122
Testimonio de Caballero, pp. 180-182; testimonio de Sánchez Reisse, enormes ganancias con las transacciones con Honduras. Entrevista con
cit., pp. 14-17, 26-27, 36-37 y 111. D'Andrea Mohr; Duhalde, El Estado terrorista argentino, cit., pp. 123-124.

1. 60 161
El papel dominante del general Alvarez Martínez en las to rango de la misma institución trataban de obtener apoyo
instituciones militares hondureñas facilitó la participación para la contrarrevolución en Miami y Washington. Algunos
del ejército argentino en la operación contrarrevolucionaria de los guardias nacionales formaron pequeñas bandas y em-
mediante la formalización de lazos con los Estados Unidos y pezaron a atacar a patrullas sandinistas en las regiones fron-
el apoyo a las actividades armadas antisandinistas en Hon- terizas entre Honduras y Nicaragua. 13 ° En un principio, las
duras. En rigor de verdad, el plan inicial propiciado por el fuerzas de seguridad hondureñas fueron hostiles a los exilia-
líder hondureño era utilizar la fuerza antisandinista respal- dos nicaragüenses y procuraron controlar sus actividades de-
dada por los norteamericanos para provocar un enfrenta- lictivas, pero con la designación de Alvarez Martínez como
miento militar entre Honduras o Costa Rica y Nicaragua, y jefe de la FUSEP, la situación cambió rápidamente. Aquéllos
legitimar así la intervención directa de los Estados Unidos pasaron entonces a contar con la protección del régimen del
en la región.128 general Policarpo Paz García (1978-1982). Aumentaron sus
Los asesores argentinos se vieron directamente involucra- incursiones armadas en Nicaragua y la FUSEP empezó a sumi-
dos en la organización e instrucción de ex guardias naciona- nistrarles armas (fusiles automáticos M-3 y FAL) e infraestruc-
les en campamentos base situados a lo largo de la frontera tura militar.131
nicaragüense. Oficiales argentinos también operaron en la Luego de la caída de Somoza, los guardias nacionales exi-
provincia de Gracias a Dios, en el oriente de Honduras, don- liados constituyeron una red de asesinos a sueldo en Hondu-
de miles de miskitos que habían huido de Nicaragua vivían ras, El Salvador y Guatemala. Uno de sus líderes más noto-
en campamentos de refugiados. Los combatientes miskitos rios fue Ricardo Lau, el ex torturador de la OSN entrenado en
antisandinistas, conducidos por Steadman Fagoth, recibieron inteligencia militar por los Estados Unidos y la Argentina.
instrucción militar de los asesores argentinos en campos de Como jefe de la sección de inteligencia de la FDN en Hondu-
entrenamiento instalados bajo la supervisión de las autorida- ras, Lau comandó la campaña de eliminación de presuntos
des castrenses hondureñas (véase capítulo 4, "Contrarrevolu- agentes sandinistas y salvadoreños sindicados como trafican-
cionarios miskitos").129 tes de armas para el FMLN. La relación entre la estructura re-
presiva clandestina de Honduras y la red de asesinatos de los
Contras alcanzó un estatus formal a fines de 1981, cuando
Los Contras y la represión interna en Honduras los asesores militares argentinos sugirieron que los hombres
de Lau se dedicaran a ejecutar prisioneros mantenidos por el
Unos mil quinientos hombres enrolados en la derrotada guar- Batallón 3-16 en centros de detención clandestinos. Financia-
dia nacional nicaragüense huyeron a Honduras tras el triunfo
sandinista de julio de 1979. Durante muchos meses, los ex
guardias somocistas se dedicaron a trabajos menores y activi- 130
dades delictivas para ganarse la vida, mientras oficiales de al- Sobre estas actividades de ex guardias nacionales en Honduras, véanse
los siguientes documentos: Embajada de los Estados Unidos en Honduras,
cable secreto de Mari-Luci Jaramillo al Departamento de Estado, 30 de julio
de 1979; Embajada de los Estados Unidos en Nicaragua, cables confidencia-
les de Lawrence A. Pezzullo al Departamento de Estado, 9 de noviembre de
129
El general de división Robert Laurance Schweitzer (asesor del Consejo 1979; Embajada de los Estados Unidos en Nicaragua, cables confidenciales
de Seguridad Nacional durante el gobierno de Reagan), del ejército de los Esta- de Thomas J. O'Donnell al Departamento de Estado, 7 de febrero, 1° de
dos Unidos, procuró promover el plan de Álvarez Martínez luego de reunirse marzo, 31 de julio y 12 y 17 de septiembre de 1980; Departamento de Esta-
con éste en el verano de 1980. Gutman, Banana Diplomacy..., cit., pp. 46-49. do, memo confidencial de Thomas O. Enders al subsecretario, 6 de mayo de
129
Entrevista con un ex combatiente "contra", Camilo Dormoz, en Blue- 1981, NSA, Nicaragua.
131
fields, Nicaragua, el 29 de junio de 1993. Entrevistas con Chávez y Martínez Zelaya.

162 163
dos, según se dice, por la CIA, los pistoleros de Lau fueron centroamericana. La decisión de ocupar el lugar de los Esta-
responsables de muchos de los asesinatos políticos ocurridos dos Unidos en la lucha hemisférica contra el comunismo indi-
en Honduras desde 1981 hasta 1984.132 ca la determinación de los militares argentinos de proyectar
Durante los primeros años de la década del ochenta, el su influencia a toda América Latina de acuerdo con una agen-
programa hondureño de terror estatal y la operación "contra" da de política exterior fuertemente condicionada por las per-
fueron empresas entrelazadas. Los argentinos suministraron cepciones geopolíticas de la guerra fría. 134 Las sustanciales
los recursos técnicos y organizativos para mantener en marcha ganancias procedentes de las ventas de pertrechos militares a
el esfuerzo contrarrevolucionario. Por ese lado, el grueso de los países centroamericanos, a veces realizadas por empresas
las operaciones recayó en el Batallón de Inteligencia 601 del privadas de propiedad de oficiales de alto rango, son una mo-
ejército, que actuó como el eje de una compleja red clandesti- tivación adicional que explica el interés de las fuerzas arma-
na constituida por la sección de informaciones del ejército das argentinas en "la defensa del sistema occidental". El régi-
hondureño (G-2), la FUSEP, la DNI, el Batallón 3-16, la CIA y el men de facto emprendió su ambicioso plan de expansionismo
estado mayor general de la FDN, con apoyo de los servicios de militar cuando la subversión ya no se percibía como una ame-
inteligencia de los ejércitos guatemalteco y salvadoreño.133 naza seria en el ámbito interno (las organizaciones guerrille-
ras habían sido aniquiladas y el programa de terrorismo esta-
tal había alcanzado el objetivo de desarticular a la mayoría de
Conclusión: la red de transferencia de tecnología las organizaciones populares). El despliegue de técnicas de con-
trainsurgencia en América Central se realizó a través de la
La colaboración militar de la Argentina con el régimen de So- misma red de inteligencia que cumplió un papel protagónico
moza y su posterior apoyo a los estados contrainsurgentes de en la guerra sucia en la Argentina, principalmente el infame
El Salvador, Guatemala y Honduras es un factor crítico en el Batallón de Inteligencia 601 del ejército.
análisis de la empresa Argentina-Estados Unidos-Contras. Es- Mientras la rebelión de masas cobraba impulso en Améri-
te capítulo ha mostrado que la Argentina operaba como un ca Central, algunos de los elementos ultraderechistas más vio-
actor independiente en su precoz participación en la maraña lentos del hemisferio (procedentes de la Argentina, Chile, Ni-
caragua, El Salvador, Guatemala y Honduras) colaboraban
en un despiadado programa antidisidentes aprobado por or-
132 ganismos gubernamentales estadounidenses, específicamente
Esta versión de la participación "contra" en la represión interna se ba-
la CIA, durante las administraciones de Carter y, en particular,
sa en las siguientes fuentes: Dillon, Com:nal:dos..., cit., pp. 99-101; Linda
Drucker, "A Contra's Story", en Progressive, agosto de 1986, pp. 25-26; ca- de Reagan. Una de sus características más espantosas fue la
ble secreto de la CIA y testimonio de Caballero, citados en National Commis- "profesionalización" de los escuadrones de la muerte pertene-
sioner, Honduras: The Facts..., cit., pp. 133-134. Véase la entrevista con cientes a las fuerzas de seguridad y la difusión del conocido
Martínez Mondragón en Reimann, Confesiones de un Contra..., cit., p. 90. método argentino por toda la región.
Véase también Schulz y Schulz, The United States, Honduras and the Cri-
sis..., cit., pp. 85-86.
Las relaciones individuales jugaron un papel importante en
133
Véase, por ejemplo, el testimonio de José Gregorio Najera Andrade en la empresa contrarrevolucionaria, sobre todo a causa de las
Barricada, 30 de marzo de 1983. Agente de la inteligencia militar guatemal- intensas lealtades personales resultantes de experiencias edu-
teca adiestrado por los argentinos, Najera trabajó para la CIA y el servicio de cacionales militares compartidas. Por ejemplo, oficiales cen-
inteligencia del ejército de Honduras. En coordinación con el Centro de Apo- troamericanos de Nicaragua, Honduras, Guatemala y El Sal-
yo Logístico de las Fuerzas Armadas hondureñas (CALFA), fue responsable de
las operaciones de reaprovisionamiento en la base "contra" de Las Trojes.
Véase también Gregorio Selser, Honduras, república alquilada, México,
134
Mex-Sur, 1983, pp. 88-92, 124-129, 260-263 y 338-341. Véase Schoultz, National Security cit., pp. 13-14.

164 165
vador, muchos de ellos actores clave en sus guerras de con- t iinsurgente desarrollada durante la guerra sucia no se ajusta-
trainsurgencia locales, habían recibido instrucción en las aca- ba a las necesidades de un movimiento guerrillero rural como
demias militares de la Argentina a principios de los años se- el de los Contras. Sin embargo, los asesores argentinos tuvie-
senta. La Escuela de las Américas de los Estados Unidos, ron éxito en su papel de instructores militares y líderes de los
situada en la Zona del Canal de Panamá, donde los argenti- desbandados guardias nacionales nicaragüenses, sobre todo a
nos sobresalieron como instructores de antiinsurgencia, fue causa de su celo y crueldad anticomunistas. Como lo explicó
un centro para el desarrollo de vínculos militares transnacio- un oficial del ejército argentino: "En los cursos de comandos
nales durante los años sesenta, setenta y comienzos de los uno empezaba a pensar que la tortura era, si no un método
ochenta. Actores fundamentales en el establecimiento de esta- legítimo, sí un procedimiento corriente en la guerra antiinsur-
dos de la seguridad nacional a lo largo y a lo ancho de Améri- gente. Después de algún tiempo, los argentinos se hicieron ex-
ca Latina recibieron algún tipo de formación en ella; por pertos en asuntos de contrainsurgencia. Esto los llevó a con-
ejemplo, el general Leopoldo Galtieri (Argentina), el general vertirse en instructores de los Contras, porque habían
Augusto Pinochet (Chile), el general Hugo Banzer Suárez probado su éxito en la Argentina".136
(Bolivia), el general Policarpo Paz García (Honduras), el ge- Con el apoyo decisivo de la CIA desde fines de 1981 en
neral Manuel Antonio Callejas y Callejas (Guatemala), el gene- adelante, el naciente movimiento armado antisandinista, or-
ral Manuel Antonio Noriega (Panamá) y el mayor Roberto ganizado y entrenado por el ejército argentino, se transformó
D'Aubuisson (El Salvador). Además, cuatro de los cinco ofi- finalmente en una operación militar en gran escala que infligi-
ciales acusados de organizar el infame Batallón 3-16 en Hon- ría inmensas pérdidas humanas y económicas a Nicaragua.
duras recibieron entrenamiento contrainsurgente en esa mis- Los infames profesionales argentinos en guerra de contrain-
ma escuela, al igual que 19 de los 27 oficiales del ejército surgencia desempeñarían un papel fundamental en el esfuerzo
salvadoreño implicados en el brutal asesinato de seis sacerdo- transnacional por repeler lo que se percibía como una amena-
tes jesuitas en noviembre de 1989.135 za marxista en América Central. Esta empresa se llevó a cabo
Comprender el papel militar argentino en América Central en no pequeña medida gracias a la tendencia de la adminis-
requiere hacer hincapié en la cuestión de la transferencia de tración Reagan a atribuir mayormente el descontento social a
tecnología. Este capítulo ha señalado varios de los métodos las maquinaciones del comunismo internacional, y a ignorar
antisubversivos exportados a la región y las condiciones gene- factores locales como la pobreza endémica, las desigualdades
rales en que se implementaron. Como lo muestra esta descrip- extremas y la represión propiciada por el estado.
ción de los casos salvadoreño, guatemalteco y hondureño, la
tecnología contrainsurgente argentina fue particularmente efi-
caz en el éxito militar contra las organizaciones guerrilleras
en áreas urbanas. En cambio, la experiencia argentina en el
combate en las ciudades demostraría su inadecuación para la
guerra de guerrillas "contra" en zonas rurales. Aunque el
ejército argentino había usado el ámbito rural de Tucumán
como un terreno de prueba para algunas de las más "exito-
sas" técnicas de guerra no convencional, la experiencia an-

135
Walter Goobar, "Escuela de dictadores", en Página/12, 8 de agosto de
136
1993. Entrevista con D'Andrea Mohr.

166 167
CAPÍTULO 4. LA ARGENTINA Y LOS CONTRAS
NICARAGÜENSES`

Este capítulo examina la relación entre la Argentina y las


fuerzas contrarrevolucionarias nicaragüenses, los así llamados
Contras, en el período 1979-1984. Como antes se señaló, el
comienzo de la intervención argentina en la maraña centroa-
mericana se sitúa en la guerra civil nicaragüense (1977-1978),
durante la cual brindaron apoyo militar a Anastasio Somoza
Debayle hasta el derrumbe de su régimen. Luego del triunfo
sandinista en 1979, los argentinos proporcionaron asistencia
en contrainsurgencia a otros gobiernos militares centroameri-
canos. Esta temprana presencia en la región fue crucial para
la participación clave de la Argentina en la organización de
los Contras nicaragüenses. La intervención en la red militar y
paramilitar de América Central facilitó la operación antisan-
dinista y el establecimiento de campamentos "contras" a lo
largo de la frontera hondureña con Nicaragua.
Durante la presidencia de Carter (en particular en la pri-
mera mitad de su mandato), los Estados Unidos habían re-
nunciado en gran parte a su papel de custodios militares del
hemisferio. El compromiso de Carter con una política exte-
rior basada en los derechos humanos representó un cambio
fundamental en el enfoque norteamericano tradicional de la
región, a menudo fundado en la violencia. Este novedoso cur-
so de acción fue considerado por muchos actores preocupa-
dos por la revolución en América Latina como una abdica-

* Algunos documentos citados en este capítulo se consultaron por medio


de la siguiente colección de microfichas: National Security Archive (comp.),
Nicaragua: The Making of U.S. Policy, 1978-1990, Alexandria, Chadwyck-
Healey, 1991 (en lo sucesivo, NSA, Nicaragua).

169
ción del rol que desde siempre tenían los Estados Unidos co- La naturaleza de la contrarrevolución
mo líder hemisférico. Según ya se señaló, los argentinos llena-
ron hasta cierto punto el vacío dejado por ellos en América Una revolución' entraña la redistribución del poder político,
Central a fines de los años setenta. que pasa de los viejos sectores de élite a nuevos grupos. 4 Hay
Cuando Reagan llegó al poder, su país volvió rápidamente en ella un autoritarismo inherente, porque el reordenamiento
a su papel de fuerza en América Latina. Con los argentinos ya de la sociedad a menudo se produce mediante la violencia, que
en operaciones en América Central, los Estados Unidos se im- despoja de sus privilegios a los anteriores gobernantes. Inevita-
plicaron decisivamente en la reacción contrarrevolucionaria blemente, una revolución implica una desintegración de la au-
en la región. Durante un corto período, trabajarían en estre- toridad central, lo que hace posible la expulsión de la vieja éli-
cho contacto con los despiadados militares argentinos en lo te. La oposición a los regímenes revolucionarios proviene,
que podría llamarse la guerra sucia en América Central.' además de los grupos pertenecientes a ésta, de diversos secto-
La organización y adiestramiento de los primeros Contras res de la coalición revolucionaria original o de grupos neutra-
a cargo de asesores argentinos se transformó a principios de les. Éstos intentan impedir que la revolución adopte transfor-
los años ochenta en una vasta operación clandestina apoyada maciones que van más allá de sus deseos o intenciones.5
por la CIA. La administración Reagan percibía al régimen san- En el caso nicaragüense, la acción político-militar contra el
dinista como una amenaza de inspiración comunista a la esta- gobierno sandinista revolucionario comenzó casi desde su ins-
bilidad regional, e intentó derrocarlo mediante el respaldo a talación en julio de 1979. Sectores de la clase empresaria, el
un movimiento armado formado en gran parte por campesi- campesinado rico y medio y las comunidades indígenas pronto
nos descontentos (véase "La naturaleza de la contrarrevolu- se sintieron descontentos con el proyecto del FSLN y se embar-
ción") y dirigido por ex oficiales de la guardia nacional y caron en una empresa contrarrevolucionaria que confluyó con
aliados políticos de Somoza. los esfuerzos de grupos del antiguo régimen que habían perdi-
La colaboración entre la Argentina y los Estados Unidos en do su poderío político, económico y social a manos de los san-
el tema de los Contras fue el resultado de un proceso gradual dinistas; a saber, los miembros de la derrotada guardia nacio-
que implicó la coincidencia de los intereses de seguridad nacio- nal, la burocracia política somocista y la élite terrateniente.6
nal de ambos países. Como ya se mencionó, en 1981 los Esta- La contrarrevolución fue en Nicaragua el resultado de una
dos Unidos se convirtieron en el principal sostén del programa convergencia de actores extranjeros e internos más interesados
militar argentino en América Central. Con toda probabilidad, al
asumir el papel de sustitutos de los norteamericanos en la re-
gión, la Argentina esperaba mejorar sus relaciones con Was- 3
Véase James M. Malloy, Bolivia: The Uncompleted Revolution, Pitts-
hington. Además, el apoyo estadounidense al esfuerzo contra burgh, University of Pittsburgh Press, 1970, para una breve definición de las
garantizaba a los militares argentinos que la operación cobraría situaciones revolucionarias y las revoluciones.
4
grandes dimensiones. Un ex teniente coronel de la guardia na- Esta sección reproduce parte del material de Ariel C. Armony y Robert
Chisholm, "Is Social Revolution Possible in a Liberal Era? Revolution and
cional me dijo lo siguiente: "Los argentinos hicieron una inver-
Compromise in Nicaragua 1979-1990", trabajo presentado en la reunión
sión inicial para ver si el proyecto era viable. Corrieron ese ries- anual de la American Political Science Association, Nueva York, septiembre
go para ver si había alguna respuesta en favor de una empresa de 1994.
5
conjunta con los Estados Unidos. Y la cosa funcionó, porque Véase Jack A. Goldstone, "Revolution", en Mary Hawkesworth y Mau-
los norteamericanos les compraron el proyecto en 1981".2 rice Kogan (comps.), Encyclopedia of Government and Politics, Londres,
Routledge, 1992, pp. 1.055-1.056.
6
Orlando Núñez (comp.), La guerra en Nicaragua, Managua, Centro pa-
I
Debo la expresión "guerra sucia en América Central" a Wayne Smith. ra la Investigación, la Promoción y el Desarrollo Rural y Social (CIFRES),
2
Entrevista con Céspedes. 1991, p. 26.

170 171
en poner fin a los procesos revolucionarios que en la búsqueda preocupación de los Estados Unidos por el mantenimiento de
de la restauración del régimen de Somoza. 7 El movimiento con- estos elementos en el poder se tradujo en los años ochenta en
trarrevolucionario inicial evolucionó hasta transformarse en una preferencia por las soluciones militares para el conflicto
una insurgencia en gran escala apoyada por los Estados Uni- centroamericano, lo que contribuyó a la escalada de la vio-
dos, centrada en las zonas rurales y lanzada desde los países lencia en la región.lo
vecinos, Honduras y Costa Rica.
La concurrencia entre fuerzas extranjeras e internas en una
empresa armada para dar forma a la arena política nicara- La oposición dentro de Nicaragua
güense no fue en modo alguno un fenómeno novedoso en la
historia de ese país. Por ejemplo, a principios de este siglo los Los resueltos esfuerzos de los Estados Unidos por suprimir el
Estados Unidos respaldaron abiertamente a la elite conserva- régimen sandinista y la negativa de la Unión Soviética a pro-
dora contra los liberales zelayistas –partidarios del presidente porcionar un acabado respaldo a Nicaragua fueron incues-
José Santos Zelaya (1894-1909)– en un conflicto que desem- tionablemente razones fundamentales para el desenlace de
bocó en la intervención militar directa de los norteamericanos una década de revolución: la derrota del sandinismo en las
durante más de dos décadas. 8 Una cantidad importante de las elecciones de 1990. Además de estos factores externos, las
personas que hicieron la política exterior estadounidense en decisiones económicas y políticas del FSLN contribuyeron a la
este siglo parece haber compartido la idea de que "las inter- erosión de la legitimidad del régimen revolucionario y a real-
venciones militares norteamericanas se producían con fre- zar el atractivo de los Contras. En particular, estas decisio-
cuencia ante la invitación, y hasta la súplica, de un gobierno nes fortalecieron al sector empresarial contrarrevolucionario
centroamericano que hacía las veces de anfitrión, con el obje- y se enajenaron el apoyo de los campesinos y las minorías ét-
tivo explícito de retornar a la estabilidad durante un momen- nicas. La clase empresaria, a pesar de su activo papel en la
to particularmente peligroso de su historia". 9 Sin embargo, el expulsión de Somoza, no estaba interesada en el éxito de la
caso de la guerra de baja intensidad contra la Nicaragua san- revolución más allá de la terminación del antiguo régimen,
dinista indica que lo que dictaba la política de los Estados aunque había elementos que aceptaban el gobierno sandinis-
11
Unidos era la meta de reinstalar en el poder a élites adictas ta. Supuestamente socios menores en la coalición antiso-
que aseguraran la estabilidad pronorteamericana en el he- mocista, los miembros de esa clase constituían el sector me-
misferio, sin importar su compromiso con las prácticas de- jor organizado para la búsqueda autónoma de sus propios
mocráticas y el respeto de los derechos humanos y civiles. La intereses. Pudieron presionar en su favor ante el gobierno en
materia de política económica y mantener un nivel de auto-
7
Es importante destacar que la coalición insurreccional se aglutinó debi-
do a su oposición al régimen de Somoza: no era un movimiento revoluciona- I
° Véase Booth y Walker, Understanding Central America, cit., pp. 129-
rio consolidado que procurara la transformación estructural de la sociedad y 130.
la ciudadanía. Sobre la naturaleza antisomocista de la insurrección, véanse, Las pruebas de la antipatía de la burguesía hacia la revolución pueden
por ejemplo, Henri Weber, The Sandinist Revolution, Londres, Verso, 1981, verse en la declinación de la participación del sector privado en la inversión,
o Dennis Gilbert, Sandinistas, - Oxford, Basil Blackwell, 1988. que bajó de dos tercios a menos de un quinto del total entre 1979 y 1984, lo
8
Núñez, La guerra en Nicaragua, cit., pp. 18-19; Thomas W. Walker, que demuestra una abstención del capital en las etapas más precoces de la re-
Nicaragua: The Land of Sandino, Boulder, Westview Press, 1991, pp. 15-19. volución. Bill Gibson, "Overview of the Nicaraguan Economy", en Rose J.
9
Representante Suplente de los Estados Unidos en las Naciones Unidas, de- Spalding (comp.), The Political Economy of Revoiutionary Nicaragua, Bos-
claración ante la Asamblea General de la ONU, 8 de octubre de 1981, en De- ton, Allen and Unwin, 1987, p. 37. Sobre la actitud de la burguesía y las di-
partamento de Estado de los Estados Unidos, American Foreign Policy Current visiones con respecto a su relación con las metas revolucionarias de los sandi-
Documents 1981, Washington, DC, U.S. Department of State, 1984, p. 1350. nistas, véase Gilbert, Sandinistas, citado.

172 173
nomía que les permitió realizar un doble juego: oposición in- acceso a la tierra, y el objetivo estatal de destruir la tradicio-
terna y ataque externo. nal economía campesina individualista y reemplazarla por la
producción cooperativa fueron también causas decisivas de la
El campesinado desafección de ese sector."
Otros motivos importantes de la creciente atracción de los
Aunque los sandinistas se embarcaron en una ambiciosa re- Contras entre los residentes rurales fueron la disidencia ideo-
forma agraria poco después de la toma del poder, sus relacio- lógica y religiosa y el conflicto étnico. 15 La propaganda anti-
nes con el campesinado, un sector clave en un país en gran comunista promovida por los Estados Unidos y el temor a un
medida agrario, fueron decepcionantes tanto para éste como estado marxista de partido único que sentía la jerarquía de la
para el gobierno. El bienestar de los campesinos disminuyó a Iglesia Católica, que también se oponía a la identificación del
causa de políticas económicas que resultaron en una aguda sandinismo con el cristianismo, penetraron en el corazón del
declinación en términos comerciales para el campo (lo que a campesinado nicaragüense. Las opiniones antisandinistas
su turno frustró las políticas de redistribución de ingresos en eran fuertes en algunos sectores pobres de la población, tanto
el sector rural) y por los efectos imprevistos de la centraliza- en áreas rurales como urbanas. 16 Por otra parte, los errores
ción de la distribución del crédito y los bienes de consumo en cometidos por los funcionarios sandinistas en sus relaciones
las áreas urbanas» Los campesinos también se opusieron a con las minorías étnicas de la región atlántica (miskitos, su-
la política estatal de colectivización agrícola que centró su mus y ramas) acentuaron un legado histórico de conflicto en-
atención en grandes unidades rurales de producción adminis- tre la población costera y los nicaragüenses occidentales. Las
tradas por el estado (consideradas vitales para la reactivación primeras tensiones entre miskitos y sandinistas dieron como
de la economía) e ignoró las demandas de los productores resultado el crecimiento en espiral de la actividad "contra" en
privados» El intento de imponer un modelo que no corres- la costa atlántica.'"
pondía a las pautas históricas de organización rural de la pro- Los campesinos ricos y medios, que se contaron entre los
ducción resultó en el descontento de un gran sector del cam- primeros en organizar bandas armadas antisandinistas luego
pesinado. La presión que se ejercía sobre éste para que se
incorporara a formas de producción colectiva a fin de obtener
14
Vera Gianotten, Ton de Wit y Rodrigo Montoya, Nicaragua: cuestión
agraria y participación campesina, Lima, DESCO, 1987, pp. 43-46. Véase Ale-
12
El ingreso real de los trabajadores agrícolas disminuyó en un 46,9 por jandro Bendaña, Una tragedia campesina: testimonios de la resistencia, Ma-
ciento desde 1978/1979 hasta 1981/1982. Forrest D. Colburn, Post-Revolu- nagua, Edit-Arte/co, 1991. Con la intensificación de la guerra "contra", el
tionary Nicaragua: State, Class, and the Dilemmas of Agrarian Policy, Berke- programa de reforma agraria pasó en 1985 del énfasis en la creación de un
ley, University of California Press, 1986, p. 114 (cuadro). Colburn señala el sector agrícola estatal y la promoción de las cooperativas de producción a la
empobrecimiento de los trabajadores rurales y la percepción que tenían los distribución de títulos de propiedad individual de la tierra, con la esperanza
productores de cereales básicos del suyo propio a causa de las políticas agrí- de recuperar el apoyo campesino. Alejandro Martínez Cuenca sostiene que el
colas sandinistas. Colburn, "Foot Dragging and Other Peasant Responses to deseo de volver a contar con ese apoyo cumplió un papel importante en la
the Nicaraguan Revolution", en Colburn (comp.), Everyday Forms of Pea- decisión de modificar la política de distribución de tierras luego de 1985.
sant Resistance, Armonk, M. E. Sharpe, 1989, pp. 183-187. Martínez Cuenca, Sandinista Economics in Practice, Boston, South End
13
Véase Forrest D. Colburn, Managing the Cornmanding Heights: Nica- Press, 1992, p. 58.
15
ragua's State Enterprises, Berkeley, University of California Press, 1990. Es Núñez, La guerra en Nicaragua, cit., pp. 30-39.
16
posible argumentar que el régimen sandinista no fue capaz de proporcionar Margaret E. Crahan, "Religion, Revolution, and Counterrevolu-
"los beneficios pertinentes con 1..1 sensibilidad hacia los rasgos específicos 6on...", cit., p. 174.
17
de los dispositivos políticos y sociales locales". Theda Skocpol, "What Ma- Walker, Nicaragua: The Land of Sardina, cit., pp. 98-99. Véase John
kes Peasants Revolutionary?", en Conzparative Politics, No. 14, abril de A. Booth, The End and the Beginningz The Nicaraguan Revolution, 2: ed.,
1982, p. 366. Boulder, Westview Press, 1985, pp. 208-215.

174 175
del triunfo de la revolución, jugaron un gran papel en el re- cationes de tierras por parte del estado aumentaron el resenti-
clutamiento de tropas para las fuerzas "contras". En términos miento entre ellos e impulsaron a muchos hacia la contrarre-
de la estructura social rural del país, ese sector puede definir- volución.22
se como un grupo propietario de tierras (diez a cincuenta Los esfuerzos del gobierno sandinista por centralizar el po-
manzanas;* una manzana equivale a 0,7 hectáreas) cuya der y agrupar a la población en organizaciones de masas cho-
principal actividad es la producción para el mercado interno. caron con una fuerte tradición de elevados niveles locales de
Producen además cosechas de subsistencia y participan en autonomía. Las identidades regionales, hasta cierto punto
un grado limitado en la agroexportación. Este agrupamiento amenazadas por las políticas revolucionarias, estaban entrela-
de clase representaba el 21,6 por ciento de la población agríco- zadas con arraigadas creencias religiosas. Además, el intento
la económicamente activa de Nicaragua en 1978. 18 Como de los sandinistas de construir una amplia coalición por la li-
vínculo estratégico entre la burguesía agraria y los campesi- beración nacional estaba en conflicto con las profundas ten-
nos pobres, el campesinado rico y medio era vocero de intere- siones de clase del país. La rigidez ideológica de importantes
ses que atravesaban los alineamientos de clase. 19 El sector ha- sectores de la vanguardia revolucionaria intensificó los ma-
bía sido durante mucho tiempo una figura influyente en las lentendidos entre sandinistas y campesinos.23
comunidades campesinas: controlaba los recursos comunales
y funcionaba como un enlace con el mercado y el aparato po- La agenda de las élites
lítico local y nacional. 2 ° La fuerte intervención del estado en
el sector agrario a través del control del mercado y los precios Aunque los promotores exteriores aportaban recursos para una
malquistó a sus integrantes, que respondían a una lógica de insurrección campesina, la lucha se configuraba exclusivamente
simple intercambio comercial y cuya identidad estaba estre- en términos de intereses elitistas; a saber, el objetivo de recupe-
chamente asociada a los bienes que producían. Las restriccio- rar los privilegios socioeconómicos y políticos prerrevoluciona-
nes económicas y la reestructuración socialista impuesta por rios de las élites. Estos actores contrarrevolucionarios, tanto in-
el régimen sandinista amenazaban las redes tradicionales de ternos como foráneos, con agendas independientes pero
comercialización de ese agrupamiento de clase. 21 Las confis- complementarias, pudieron cobrar fuerza cuando grupos influ-
yentes de campesinos comenzaron a sentirse muy insatisfechos
con las políticas estatales. 24 El descontento campesino se cana-
* En español en el original (n. del t.). lizó de tal modo a través de la resistencia armada en un movi-
18
Laura Enríquez, Harvesting Change: Labor and Agrarian Reform in
Nicaragua, 1979-1990, Chapel Hill, University of North Carolina Press,
miento que ignoró consistentemente las demandas e identidad
1991, pp. 7-8. del sector. Consecuentemente, el proceso de negociación que
19
Véase Eric Wolf, Peasant Wars of the Twentieth Century, Nueva York,
Harper and Row, 1969, pp. 289-290. Bendaña, entre otros, sostiene que la
222
mentalidad marxista de la conducción sandinista fue decisiva en su fracaso Véanse Barrington Moore Jt., Social Origina of Dictatorship and De-
en entender la diversidad y fragmentación de la estructura social agraria de mocracy: Lord and Peasant in the Making of the Modem World, Boston,
Nicaragua. Bendaña, tina tragedia campesina..., cit., p. 41. Beacon Press, 1966, p. 460; Wolf, Peasant Wars..., cit., p. 295; y Riel S.
20
Centro de Investigación y Estudios de la Reforma Agraria ( CERA), La Migdal, Peasants, Politics and Revolution: Pressures Toward Political and
reforma agraria en Nicaragua, 1979-1989, vol. 4, Managua, CERA, 1989, Social Change in the Third World, Princeton, Princeton University Press,
pp. 312-313. 1974, pp. 229-230.
21 23
Núñez, La guerra en Nicaragua, cit., pp. 32 y 44. Sobre la relación en- Jeffrey L. Gould, To Lead as Equals: Rural Protest and Political Cons-
tre insatisfacción con el sistema político y participación política movilizada, ciousness in Chinandega, Nicaragua, 1912-1990, Chapel Hill, University of
véase Mitchell A. Seligson, "Trust, Efficacy and Modes of Political Participa- North Carolina Press, 1990, pp. 292-305; Graban, "Religion, Revolution,
don: A Study of Costa Rican Peasants", en British Journal of Political Scien- and Counterrevolution...", cit., p. 177.
24
ce, No. 10, enero de 1980, pp. 75-99. Colburn, Post-Revolutionary Nicaragua..., cit., p. 22.

176 177
acompañó la transición desde el régimen del FSLN al de la UNO aptitudes militares y asumieron la ofensiva estratégica contra el
en 1990 favoreció los intereses de las élites y descuidó las de- ejército sandinista. Hacia fines de 1983, las fuerzas "contras"
mandas de las bases. 25 Contrariamente a sus expectativas de habían establecido sólidas bases operativas en Honduras y Cos-
obtener beneficios inmediatos de la victoria electoral de la ta Rica, logrado el apoyo de un gran sector del campesinado e
Unión Nacional Opositora (UNO), en el proceso de construc- iniciado operaciones militares dentro de Nicaragua, con el obje-
ción del consenso los Contras fueron marginados. 26 El resulta- tivo de socavar la retaguardia del ejército sandinista.28
do fue que algunos grupos de ellos (los recontras) tomaron las Luego del fracaso del intento de "liberación" de la región
armas para exigir al gobierno de Chamorro que los respaldara del norte y el centro del país en 1984, resultó evidente que las
con tierras y servicios de apoyo, tal como se había prometido fuerzas "contras" no podrían obtener una victoria militar so-
en los acuerdos de desmovilización. La violencia rural de los bre los sandinistas. En consecuencia, el Pentágono y la CIA
grupos rearmados conoció una enorme escalada en 1992.27 orientaron la insurgencia antisandinista hacia un programa
de "conflicto de baja intensidad" que combinaba la guerra de
Los Contras: de forajidos a ejército apoyado guerrillas (operaciones militares destinadas a "desgastar e in-
por los Estados Unidos fligir bajas al enemigo, dañar pertrechos e instalaciones y obs-
taculizar y demorar las operaciones enemigas") y la subver-
En el nivel estratégico militar, la guerra "contra" pasó por di- sión (operaciones político-militares, principalmente sabotajes,
versas etapas, cada una de ellas vinculada con los recursos or- con la intención de poner trabas a las decisiones y acciones
ganizativos y materiales puestos a disposición de los rebeldes del gobierno sandinista). 29 La guerra contrarrevolucionaria
antisandinistas y la estrategia definida por los actores externos en Nicaragua fue un conflicto de inmensas proporciones para
al mando de la empresa; a saber, el Batallón de Inteligencia un país tan pequeño. Los Contras evolucionaron hasta con-
601 del ejército argentino y, más significativamente, la CIA. vertirse en una gran fuerza militar semiconvencional: tras la
En un principio, los insurgentes contrarrevolucionarios apa- asunción de Violeta Chamorro en 1990, fueron oficialmente
recieron como una serie de bandas aisladas y mal equipadas que desmovilizados más de 22 mil hombres. El Ejército Popular
operaban en las regiones montañosas y en las zonas de la fron- Sandinista (EPs) llegó a tener unos 75 mil efectivos. El conflic-
tera norte de Nicaragua. Gradualmente, fueron agrupándose en to militar se centró en las áreas rurales del país: Estelí, Ma-
unas pocas organizaciones insurgentes que constituirían los ci- driz y Nueva Segovia (denominadas por el gobierno sandinis-
mientos del ejército "contra". Tras la creación de la Fuerza De- ta como Primera Región), los municipios de Boaco, Chontales
mocrática Nicaragüense (FDN) con el respaldo norteamericano a y Zelaya y el río San Juan (Quinta Región), Matagalpa y Ji-
fines de 1981, las agrupaciones contrarrevolucionarias ingresa- notega (Sexta Región) y el norte y sur de Zelaya y el río San
ron en una nueva fase, en la que multiplicaron sus efectivos y Juan (las Zonas Especiales). Estas áreas geográficas abarca-
ban cerca de un tercio de la población total de Nicaragua.3°
25
Philip J. Williams, "Dual Transitions from Authoritarian Rule: Popular
28
and Electoral Democracy in Nicaragua", en Comparative Politic, No. 26, Núñez, La guerra en Nicaragua, cit., pp. 271-287, que cita varios do-
enero de 1994, pp. 180-182. cumentos del Ministerio del Interior nicaragüense.
26 29
Angel Saldomando y Elvira Cuadra, "Los problemas de la pacificación Michael T. Klare, "The Interventionist Impulse: U.S. Military Doctrine
en Nicaragua: recomposición de grupos armados y conflictos sociales", for Low-Intensity Warfare", en Michael Klare y Peter Kornbluh (comps.),
Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales (cRIES), fe- Low-Intensity Warfare: Counterinsurgency, Proinsurgency, and Antiterro-
brero de 1994. rism in the Eighties, Nueva York, Pantheon, 1988, pp. 65-66.
27 311
Véase Ariel C. Armony, "The Former Contras", en Thomas W. Walker Saldomando y Cuadra, "Los problemas de la pacificación en Nicara-
(comp.), Nicaragua Without Illusions: Regime Transition and Other Chan- gua...", cit., pp. 21 y 37; CIERA, La reforma agraria..., cit., vol. 4, pp. 63 y
ges in the 1990s, Wilmington, SR Books, 1997. 280-281.

1 72 179
Hacia 1987, la destrucción de propiedades y las pérdidas en zaron a colaborar con las bandas de ex guardias nacionales
la producción como resultado de la guerra ascendían a mil que operaban en el norte de Nicaragua.
ciento cincuenta millones de dólares. 31 Las muertes en ambos Los primeros tres grupos identificados como MILPAS respon-
bandos, incluidos los civiles, llegaron a casi 31 mil en los nue- dían al liderazgo de Pedro Joaquín González, un comandante
ve años de enfrentamiento militar.32 guerrillero sandinista desafecto, considerado por muchos "el
fundador de la lucha armada antisandinista". 36 Un segundo lí-
der de las primeras milicias fue otro ex comandante sandinista,
Crece la insurrección: las milpas Encarnación Valdivia, al que el EPS habían enviado a perseguir
a la banda de González luego de que ésta tomara el pueblo de
En los primeros meses posteriores a la expulsión de Somoza, Quilalí en julio de 1980. 37 El tercero de los dirigentes originales
grupos de pequeños agricultores, ganaderos y comerciantes del de las MILPAS fue Oscar Sobalvarro, hijo de un productor cafe-
norte y centro de Nicaragua empezaron a levantarse contra el talero y juez de mesta° (un juez rural) del norte de Jinotega.38
régimen sandinista. Muchos de esos rebeldes habían participa- (Durante el gobierno de la dinastía Somoza, estos jueces a me-
do en la insurrección de 1978-1979 encabezada por los sandi- nudo actuaban como espías y agentes de control social a través
nistas y unos cuantos se habían convertido en soldados del EPS de sus lazos con la guardia nacional y el corrupto Partido Libe-
o milicianos luego del triunfo de la revolución. "El sistema ral Nacionalista, PLN.) 39 En un principio, las MILPAS se dedica-
marxista –dijo un miembro de uno de esos grupos originales– ron a pequeños robos y actividades de propaganda; más tarde
no brindaba la oportunidad de combatirlo a través de canales empezaron a atacar blancos civiles y militares sandinistas." Es-
cívicos, así que la única alternativa era la lucha armada."33 taban armadas con pistolas, revólveres y rifles de caza y unos
Estos contrarrevolucionarios formaron bandas armadas y pocos Galils, M-16 y Uzis tomadas a las fuerzas gubernamen-
se autodenominaron MILPAS ( Milicias Populares Antisandinis- tales. Pronto comenzaron a recibir apoyo del campesinado.41
tas), 34 una designación que se había utilizado anteriormente
(antes de julio de 1979) para las Milicias Populares Antiso- 36
Centro de Investigación y Estudios de la Reforma Agraria ( CERA),
mocistas, grupos insurreccionales ligados al promaoísta Mo- "Caracterización de las primeras bandas contrarrevolucionarias: el caso de la
vimiento de Acción Popular (MAP). Durante fines de 1979 y banda de Dimas", noviembre de 1980, en CERA, La reforma agraria..., cit.,
1980, se desarrollaron varios centros de actividad de las MIL- vol. 6, pp. 231-261. La cita corresponde a la entrevista con Oscar Sobalvarro
PAS en Matagalpa, Nueva Segovia, Jinotega y otras regiones García, en Managua, el 7 de julio de 1993.
32
Departamento de Estado de los Estados Unidos, Nicaraguan Biograp-
del norte. 35 Recién unos meses después estas milicias comen- hies..., cit., p. 5.
" En español en el original (n. del t.).
31 38
E. V. K. Fitzgerald, "Estado y economía en Nicaragua", en Raúl Ru- Morales Carazo, La Contra, cit., pp. 31-32. Sobalvarro me dijo lo si-
bén y Jan de Gorot (comps.), El debate sobre la reforma agraria en Nicara- guiente: "Mi padre era un finquero [en castellano en el original] (productor
gua, Managua, Editorial Ciencias Sociales, 1988, p. 40. de pequeña a mediana escala) y juez de resta en Santa Teresa, al norte de Ji-
32
Booth y Walker, Unclerstanding..., cit., p. 150. Véase Núñez, La gue- notega, antes de la revolución. Se había ganado el respeto y la confianza de
rra en Nicaragua, cit., p. 258. nuestra comunidad. A pesar de eso, los sandinistas pretendieron que era so-
33
Testimonio de Max Rodríguez Martínez, en Bendaña, Una tragedia mocista. Arrasaron nuestra finca y maltrataron a toda mi familia". Entrevis-
campesina..., cit., p. 97. ta con Sobalvarro.
34 39
Los MILPAS también se conocían como Chilotes. Véase Knut Walter, The Regime of Anastasio Somoza, 1936-1956,
35
Departamento de Estado de los Estados Unidos, Nicaraguan Biograp- Chapel Hill, University of North Carolina Press, 1993, p. 113.
4
hies..., cit., p. 5. Véanse los testimonios de Rodríguez Martínez, Fausto ° Núñez, La guerra en Nicaragua, cit., p. 390; Fernando Peñalba, "Bri-
Sáenz Soza, Isidro García Díaz, Diógenes Membreño Hernández y José Boa- gada 'Omar Torrijos' desarticula bandas revolucionarias", en Patria Libre,
nerges Matus en Bendaña, Una tragedia campesina..., cit., pp. 68-69, 82, 95- No. 18, noviembre de 1981, pp. 14-18.
41
96 y 203. Entrevista con Martínez Zelaya; testimonio de García Díaz, p. 86.

180 181
La estructura de las MILPAS era similar a las de las Milicias Surgidos inmediatamente después de la toma revolucionaria
Populares Sandinistas, ciudadanos voluntarios (que no forma- del poder, mucho antes de que los sandinistas iniciaran sus
ban parte del ejército permanente) a quienes, cada vez más políticas agrarias (con excepción de las confiscaciones de pro-
después de 1981, se les entregaban viejas armas y recibían piedades somocistas), los grupos rebeldes de las áreas rurales
una o dos semanas de instrucción para defender aldeas e ins- norteñas eran una reacción al derrumbe de un patrón tradi-
talaciones locales. Las MILPAS tenían el apoyo de una red de cional de autoridad local y su súbito reemplazo por un co-
colaboradores, entre quienes se contaban campesinos ricos y mando revolucionario militar que no entendía la dinámica so-
medios, así como pobres, unidos a los anteriores por fuertes ciopolítica específica de las comunidades rurales. Numerosos
vínculos patrimoniales. 42 Como lo muestra la figura 4.1, un campesinos se unieron a las bandas rebeldes tras afirmar ha-
análisis de la estructura de clase de una milicia antisandinista ber sufrido abusos por parte de las autoridades sandinistas lo-
con base en Jinotega en 1979-1980 revela que casi la mitad cales. 43 A principios de 1980, se impusieron en todo el país
de sus miembros provenían del campesinado rico y medio. controles de precios y mercados: estas medidas, y la coerción
necesaria para implementarlas, malquistó a los campesinos
medios, quienes (como se señaló antes en este mismo capítu-
Figura 4.1. Análisis por clase de los colaboradores y reclutas de una lo) experimentaron ese proceso como una violación de su
milicia antisandinista (MILPAS), Yalí, Jinotega, 1979-1980 identidad económica."
El discurso político de la conducción de las MILPAS, que
Campesinos ricos prestaba particular atención al establecimiento de una inte-
y medios
46% racción frecuente con los campesinos pobres, se caracterizaba
por cuatro elementos principales: a saber, una defensa de la
propiedad privada frente al estado socialista; la promesa de
Otros una distribución de tierras (específicamente, las ya confiscadas
16% por el estado); el énfasis en la liberación de Nicaragua del "co-
Medianos
productores munismo" del FSLN y un matiz religioso opuesto al proyecto
25% político "ateo" de éste. Con el objeto de reclutar jóvenes ex
guerrilleros en las zonas rurales, estos grupos destacaban la
distinción entre sandinistas comunistas y anticomunistas, al
mismo tiempo que planteaban la necesidad de construir un
Campesinos pobres/
proletariado rural movimiento de liberación nacional en alianza con los ex guar-
13% dias nacionales de Somoza. Las MILPAS consideraban los pro-
gramas sociales originales del FSLN (por ejemplo, la Cruzada
de Alfabetización Nacional, que movilizó a miles de maestros
El análisis corresponde a los reclutas y a la red de colaboradores (to-
tal = 110).
43
Fuente: CERA, "Caracterización de las primeras bandas contrarrevo- Juan Ángel Rivera, la finca de cuya familia fue confiscada en 1980,
lucionarias", noviembre de 1980, en CIFRA, La reforma agraria en mencionó como motivos centrales de su incorporación a las MILPAS la falta de
respeto de los sandinistas por la propiedad privada, la democracia, los dere-
Nicaragua, 1979-1989, vol. 6, Managua, CIERA, 1989, p. 253.
chos humanos y las creencias religiosas. Entrevista con Rivera, en Managua,
el 7 de julio de 1993. Véase Gould, To Lead as Equals..., cit., pp. 299-305.
44
Núñez, La guerra en Nicaragua, cit., pp. 323-331, 368, 382, 385 y
42
CIERA, "Caracterización. cit., pp. 249-255. 392-398; GLERA, "Caracterización...", cit., pp. 254-255.

182 183
voluntarios hacia las áreas rurales en 1980) como un intento constante de ayuda de subsistencia a través de Bermúdez.47
del régimen sandinista de "domesticar" al campesinado y di- La transición desde las deficientemente equipadas y mal en-
fundir el comunismo en el agro.45 trenadas MILPAS hasta la Legión 15 de Septiembre (y más tar-
Hacia fines de 1980, algunas MILPAS habían cruzado la de la FDN) se cumplió mediante la unificación del mando mili-
frontera hacia Honduras, donde se fusionaron con otros gru- tar, la selección de objetivos de acuerdo con una operación
pos antisandinistas instalados en la zona de Las Trojes. Las político-militar preestablecida y, sobre todo, la implementa-
autoridades hondureñas permitieron que las bandas operaran ción de un programa de instrucción orientado a imponer el
clandestinamente en las montañas y las pusieron en contacto orden militar a las heterogéneas milicias. En este proceso, los
con poblaciones locales que las apoyaban. Como lo relató el asesores argentinos y los ex guardias nacionales cumplieron
líder de una de las MILPAS que actuaban en aquel país, algu- un papel decisivo."
nas semanas más tarde llegaron hasta ellos un ex coronel de Las MILPAS, que por sí solas carecían de la capacidad nece-
la guardia nacional, Enrique Bermúdez, y un oficial militar saria para superar su debilidad militar (instrucción, estrategia
argentino, Santiago Hoya. "Los guardias nacionales exiliados y pertrechos militares), comprobaron que su supervivencia y
estaban en Honduras desde hacía meses, montando una orga- crecimiento dependían de factores externos: los ex guardias
nización", dijo el antes mencionado Sobalvarro, uno de los nacionales, Honduras, la Argentina y los Estados Unidos."
primeros comandantes de las MILPAS. "Había cierto interés de Pero estos grupos antisandinistas fueron fundamentales para
los Estados Unidos en crear una fuerza antisandinista, pero el movimiento contrarrevolucionario porque aportaron su ba-
los norteamericanos buscaban el apoyo argentino. El coronel se popular original, que se expandiría hasta transformarse en
Villegas [alias de Hoya] nos pasó dos mil dólares para com- un gran ejército insurreccional campesino a lo largo de los
prar comida. Ese dinero nos ayudó a sobrevivir durante los años ochenta.
primeros meses. En octubre de 1981 instalamos nuestro pri-
mer campamento base cerca de Capire, en Honduras, e inten-
sificamos nuestras infiltraciones en Nicaragua. Más tarde, Organizaciones político-militares
nuestro grupo, de unos sesenta hombres, pasó a formar parte
de la Legión 15 de Septiembre." 46 Inicialmente, las milicias se Algunos meses después de la asunción sandinista, pequeñas y
toparon con una fuerte animosidad en el campesinado hon- dispersas bandas de ex guardias nacionales comenzaron a
dureño, porque, me dijo Sobalvarro, "nos confundían con los operar en las zonas fronterizas de Honduras y Nicaragua. El
guardias nacionales de Somoza, que tenían una reputación in- derrumbe de esa institución había obligado a miles de sus
fame como asesinos". "Teníamos que ganarnos su confianza, hombres a exiliarse: los oficiales, desde el grado de coronel en
y lo hicimos gradualmente. Después de un tiempo, los hondu- adelante, y la clase política somocista huyeron a los Estados
reños empezaron a darnos comida y otros elementos esencia-
les, porque la ayuda argentina inicial no duró mucho." Algu-
nos meses después, el grupo de Sobalvarro se trasladó a otro 47
Entrevista con Sobalvarro.
campamento cerca de Las Trojes, en el que se incorporaron a 48
"Al principio —dijo Rivera— hubo graves disputas con los guardias na-
la Legión 15 de Septiembre y comenzaron a recibir un flujo cionales durante la instrucción; para nosotros, los civiles, era muy difícil
adaptarse a las prácticas militares. Posteriormente, los guardias se dedicaron
sobre todo a las tareas administrativas de nuestro movimiento. Había pocos
45
Entrevista con Sobalvarro; CERA, "Caracterización...", cit., pp. 238 y que actuaban como comandantes de campo. Los dirigentes civiles eran mu-
244-247. cho más populares entre la tropa que los oficiales militares." Entrevista con
46
Entrevista con Sobalvarro. Véase Morales Carazo, La Contra, cit., pp. Rivera.
49
31 y 33. Véase CIFRA, "Caracterización...", cit., p. 259.

184 185
Unidos; la mayoría de las tropas escaparon a Honduras y así como Eduardo Román, José Robelo y Frank Arana; la
Costa Rica. "Los oficiales y la conducción política somocista Unión Democrática Nicaragüense-Fuerzas Armadas Revolu-
abandonaron a los guardias° a su propia suerte. Así que éstos cionarias Nicaragüenses ( UDN-FARN), uno de los grupos mejor
decidieron organizarse en una fuerza antisandinista", dijo un organizados, cuya conducción original incluía a José Francisco
ex líder "contra". 50 Ex guardias nacionales como el capitán Cardenal, David Stadthagen, Max Vargas, Edmundo Chamo-
Hugo Villagra, el sargento Pedro Ortiz Centeno y el sargento rro, Enrique Bolaños y, más tarde, Fernando Chamorro; y la
José Efrel Martínez Mondragón se contaron entre los prime- Fuerza Unida Revolucionaria (FIJA), el menos influyente en esa
ros en organizar bandas armadas en Guatemala y Honduras, época, en el que se contaban Julio Pataky, Juan Bautista Saca-
bastante antes de que Bermúdez llegara a América Central a sa Gómez y Arístides Sánchez, un empresario nicaragüense
encabezar las fuerzas antisandinistas.51 exiliado que en 1981 sería reclutado por la CIA para trabajar
A partir de 1980, grupos armados de ex guardias naciona- en estrecho contacto con Bermúdez y los argentinos en la FDN.
les, dirigidos por Francisco Ruiz Castellón, Juan Ramón Ri- Algunas de estas organizaciones establecieron los primeros
vas y otros exiliados, comenzaron a atacar puestos del EPS a vínculos con la inteligencia militar argentina y actuaron como
lo largo de la frontera hondureña, a robar ganado, a torturar enlaces entre la burocracia política y militar del antiguo régi-
y matar a voluntarios de la campaña de alfabetización y a men y las MILPAS civiles. Otras procuraron fortalecer los lazos
aterrorizar a los partidarios sandinistas en las zonas rurales. con políticos norteamericanos. Entre los contactos derechistas
La creciente actividad de esos ex guardias en Honduras ayu- hechos por los exiliados nicaragüenses en los Estados Unidos
dó a difundir informes sobre un movimiento antisandinista en estaba el teniente general (retirado) Gordon Sumner, uno de
formación, lo que alentó a los campesinos desilusionados a los autores de A New Inter-American Policy for the Eighties
incorporarse a las MILPAS que surgían espontáneamente en la (el Documento de Santa Fe), el análisis político que sirvió co-
región del norte y el centro. 52 En 1980, luego de contactos mo modelo para la política latinoamericana de la administra-
iniciales con conservadores estadounidenses, surgieron una ción Reagan. El informe de 1980 sostenía que los Estados Uni-
serie de organizaciones político-militares (guardias nacionales dos no podían tolerar la presencia de un régimen sandinista en
exiliados, agricultores y ganaderos independientes y miem- Nicaragua y abogaba por el restablecimiento del liderazgo
bros de las clases altas terrateniente y ernpresarial): 53 la continental del país para "proteger a las naciones indepen-
Alianza Democrática Revolucionaria Nicaragüense ( ADREN), dientes de América Latina contra la conquista comunista"."
entre cuyos fundadores se contaban dos ex coroneles de la Otros grupos contrarrevolucionarios ss eran las Fuerzas Ar-
guardia nacional, Enrique Bermúdez y Guillermo Mendietta, madas Democráticas (FAD), con vínculos directos con la Fede-

En español en el original (n. del t.).


1
°Entrevista con Ampié Quiroz. 54
Committee of Santa Fe, A New Inter-American Policy..., cit., p. 53.
51
Entrevista con Martínez Zelaya. Véase Dickey, With the Contras..., Véase Gutman, Banana Diplomacy..., cit., p. 44. Gordon Sumner actuó co-
cit., pp. 67-68. mo asesor especial del subsecretario de Estado para asuntos interamericanos
52
Núñez, La guerra en Nicaragua, cit., p. 272, que cita al Ministerio del durante la presidencia de Reagan.
Interior de Nicaragua, Dirección General de Seguridad del Estado, Cronolo- 55
Este detalle de los grupos contrarrevolucionarios se basa en las siguien-
gía de la guerra no declarada, Managua, Departamento de Relaciones Públi- tes fuentes: CIFRA, "Caracterización...", cit., pp. 233-234; "Fuerzas armadas
cas, MINT, 1984. Véase también p. 387. asestan nuevos golpes a la contrarrevolución", en Patria Libre, No. 6, agosto
53
La descripción de las organizaciones antisandinistas se basa en las si- de 1980, pp. 56-57; "Las fuerzas armadas golpean a la contrarrevolución",
guientes fuentes: Morales Carazo, La Contra, cit., p. 44; Dillon, Comandos..., en Patria Libre, No. 7, septiembre de 1980, p. 44; 'Siniestra conspiración
cit., pp. 102-103; Gutman, Banana Diplomacy..., cit., pp. 43-44; Roberto contrarrevolucionaria", en Patria Libre, No. 8, octubre-noviembre de 1980,
Bardini, Conexión en Tegucigalpa (el somocismo en Honduras), Puebla, Uni- pp. 51-57; "Las fronteras serán la tumba de la contrarrevolución", en Patria
versidad Autónoma de Puebla, 1982, pp. 46-47. Libre, No. 9, diciembre de 1980, pp. 48-49.

186 187
ración de Ganaderos de Nicaragua (FAGANIC); las Fuerzas Ar- La Legión
madas Anticomunistas (FARAC); el Movimiento 11 de No-
viembre y las Fuerzas Anticomunistas de León-Organización Las nacientes organizaciones opositoras trataban de desarro-
Popular Anticomunista (FAL-OPAC). Las FAD recibían asisten- llar a la vez "frentes internos y externos" con el objetivo de
cia económica de Jorge Salazar, ex vicepresidente del Consejo obtener legitimidad y recursos para su causa. En 1980, un
Superior de la Empresa Privada (C0sEP). Salazar, que fue grupo de ex oficiales de la guardia nacional (Bermúdez y Lau,
muerto por fuerzas de seguridad sandinistas en noviembre de entre otros) fundaron la Legión 15 de Septiembre en Guate-
1980, encabezó un primer intento de crear un frente político- mala. La Legión unió a la mayoría de los grupos contrarrevo-
militar contrarrevolucionario en Nicaragua (el Ejército De- lucionarios existentes en una única organización conducida
mocrático Sandinista), basado en una alianza entre el sector por una junta militar y, lo que es más importante, trató de
empresarial independiente y guardias nacionales exiliados (Ii- absorber a las dispersas MILPAS. Estableció tres bases opera-
derados por el coronel Bermúdez) y apoyado por el gobierno cionales en la frontera hondureño-nicaragüense –Ariel, Cebra
de El Salvador. Las FAD también operaban en Bluefields, en y Sagitario– e inició un estilo bélico caracterizado por peque-
procura del respaldo de las comunidades étnicas de la costa ñas emboscadas y ataques relámpago. 58 Estaba compuesta
atlántica. El Movimiento 11 de Noviembre fue rápidamente por casi quinientos ex guardias nacionales, incluidos algunos
absorbido por la UDN-FARN. En su conducción se contaban de los más despiadados representantes del ethos "contra":
Fernando Chamorro, un dirigente autoexiliado del Partido Leonte Arias, que ordenó la ejecución de prisioneros sandinis-
Social Demócrata (PSD), y Vicente Rappaccioli, del Partido tas en 1985; Marcos Navarro y Armando López, comandan-
Conservador Democrático (PCD). 56 El grupo recibía apoyo del tes del campamento Cebra acusados de numerosos asesinatos
Batallón de Inteligencia 601 para financiar los costos de los de reclutas y prisioneros; José Benito Bravo Centeno, un mal-
viajes y la instrucción militar en Honduras y la Argentina. vado comandante "contra" implicado en varios crímenes y
El gobierno sandinista reaccionó con presteza ante las activi- uno de los legionarios entrenados en la Argentina en 1981; y
dades contrarrevolucionarias en Nicaragua y los países vecinos. Ricardo Lau, un célebre torturador y asesino que también re-
En 1980, el Ministerio del Interior (MINT) creó una división es- cibió instrucción de inteligencia en ese país.59
pecial subordinada a la Dirección General de Seguridad del
Estado ( DGSE) para recolectar informaciones sobre los grupos La Iglesia
opositores, infiltrarlos y establecer redes de informantes civi-
les en apoyo de las operaciones del MINT-DGSE. Al mismo La jerarquía de la Iglesia Católica cumplió un papel significa-
tiempo, el EPS creó unidades no convencionales dirigidas por tivo en el esfuerzo antisandinista. En marzo de 1979, monse-
ñor Miguel Obando y Bravo, arzobispo de Managua (más
experimentados guerrilleros sandinistas, que realizaron misio-
tarde cardenal), y monseñor Pablo A. Vega, obispo de Juigal-
nes especiales en áreas rurales donde operaban los Contras.
pa, promovieron la creación de una organización civil, el Co-
Pese á la rápida y vigorosa respuesta del nuevo régimen, las
mité de Reflexión Patriótica, para bloquear el ascenso de los
redes locales contrarrevolucionarias sobrevivieron a la reac-
ción sandinista y siguieron aportando combatientes y apoyo a sandinistas al poder."
la rebelión "contra".57 Inmediatamente después del derrumbe del régimen de So-
moza, la junta militar argentina empezó a respaldar las activi-
56
Embajada de los Estados Unidos en Managua, "CRN State Security Pre-
sents Confessed Counterrevolutionaries", cable confidencial de Charles H. 59
Entrevista con Sobalvarro; Morales Carazo, La Contra, cit., pp. 44-45.
Brayshaw al secretario de Estado, 29 de julio de 1981. 59
Dillon, Comandos..., cit., pp. 70, 117-120 y 200.
57
Núñez, La guerra en Nicaragua, cit., pp. 272-274; entrevista con So- 60
Raúl Vergas, Deborah Barry y Rodolfo Castro, Nicaragua: país sitia-
balvarro. do, Managua, CRIES, 1986, p. 160.

188 189
dades anticomunistas de Obando mediante asistencia financie- El 23 de noviembre de 1981, el presidente Reagan aprobó
ra y contactos en los "niveles más altos" en América Latina, la Instrucción Directiva de Seguridad Nacional (IDSN) número
Europa y los Estados Unidos. "Teníamos un enemigo común: 17, que autorizaba a la CIA a crear una fuerza paramilitar de
la subversión había tomado el poder en Nicaragua, permitien- quinientos hombres para "prohibir" un presunto flujo de ar-
do que los guerrilleros de Montoneros y el ERP operaran libre- mas de Nicaragua a la guerrilla salvadoreña (véase capítulo
mente en ese país", me dijo un oficial militar argentino de alto 2). Este grupo complementaría una fuerza ya existente de mil
rango. "El cardenal Obando era un gran luchador. Lo presen- hombres bajo mando argentino. Se asignó al programa un
tamos en círculos internacionales clave donde podría explicar monto inicial de 19 millones novecientos cincuenta mil dóla-
qué estaba pasando en Nicaragua."" Además de la ayuda res, con la observación de que serían necesarios más fondos y
provista por el régimen militar argentino, hacia 1981 Obando personal militar." Como ya se señaló, los militares argenti-
recibía amplio apoyo financiero para su Comisión para la Pro- nos, que estaban activamente dedicados a la instrucción de
moción Social de la Arquidiócesis (COPROSA), con sede en Ma- rebeldes "contras" bastante antes de que Reagan asumiera su
nagua, que coordinaba las actividades contrarrevolucionarias cargo, empezaron a cumplir entonces el papel de sustitutos de
de la iglesia conservadora, por parte de la Agencia para el De- los Estados Unidos.
sarrollo Internacional (AD') de los Estados Unidos, Misereor La inteligencia militar argentina destinó a su personal a
y Adveniat (agencias de los obispos de Alemania Occidental) y áreas críticas, para que pudiera operar eficazmente en el in-
otras organizaciones internacionales.62 cierto ámbito centroamericano. Se entrenó a rebeldes nicara-
güenses en Buenos Aires, Guatemala, El Salvador, Honduras
y los Estados Unidos. Aun cuando en un inicio la empresa
El papel de la Argentina en detalle contrarrevolucionaria dirigida por los argentinos se montó
con recursos limitados, con el resuelto apoyo norteamericano
Hacia fines de 1980, los asesores argentinos empezaron a or- la operación cobró rápido impulso.
ganizar y entrenar a guardias nacionales nicaragüenses exilia-
dos en Guatemala. 63 En abril de 1981, el coronel Bermúdez Entrenamiento antisandinista en Buenos Aires
se reunió en Buenos Aires con oficiales de inteligencia de alto
rango, a quienes les dijo que la Argentina podía cumplir un En los primeros momentos de su intervención (principios de
papel fundamental en América Central y facilitar así la parti- 1981), los argentinos se dedicaron a dar instrucción antiin-
cipación estadounidense en la región. 64 Los argentinos deci- surgente en Buenos Aires a grupos seleccionados de nicara-
dieron apoyarlo como líder militar del movimiento antisandi- güenses. El propósito de esta actividad era contar con una
nista y, poco después, comenzaron a encaminar fondos para cantidad de hombres bien adiestrados que pudieran actuar a
los rebeldes "contras". su turno como instructores en los campamentos de entrena-
miento instalados en Honduras y como jefes sobre el terreno,
con la misión de penetrar en Nicaragua y crear las condicio-
61
Entrevista con Mallea Gil. nes para el surgimiento de un contexto insurreccional anti-
ez Bersy Cohn y Patricia Hynds, "The Manipulations of the Religion Is- sandinista.66
sue", en Thomas W. Walker (comp.), Reagan versus the Sandinistas: The
Undeclared War on Nicaragua, Boulder, Westview Press, 1987, p. 115.
63
Entrevista con un ex sargento de la guardia nacional nicaragüense, Ma-
65
riano Morales, en Managua, el 7 de julio de 1993. Kornbluh, Nicaragua: The Price of Intervention, cit., pp. 22-23.
64 66
Gutman, Banana Diplomacy..., cit., p. 53; Excelsior, México, 20 de Entrevista con Martínez Mondragón, en Reimann, Confesiones de un
junio de 1988. Contra..., cit., p. 35; entrevista con Céspedes.

190 191
Tres grupos de unos veinte hombres cada uno viajaron a garía a equipararse al de sus instructores. Por ejemplo, Mora-
Buenos Aires en la primavera de 1981 para recibir entrena- les, jefe de la policía militar del ejército rebelde nicaragüense
miento militar y de inteligencia. Seleccionados sobre la base de entre 1985 y 1987, sería acusado de torturas y violación por
su experiencia militar y del compromiso con la causa rebelde, la Asociación Nicaragüense por los Derechos Humanos, orga-
los efectivos eran ex guardias nacionales y combatientes civiles nismo financiado por el Departamento de Estado.71
de las primeras bandas antisandinistas. El viaje secreto fue De acuerdo con los argentinos, el entrenamiento brindado a
coordinado por el coronel Bermúdez. "Dijo que íbamos a ha- los combatientes antisandinistas se basaba en la exitosa expe-
cer un curso de capacitación en el extranjero", me informó un riencia de los instructores en su lucha contra las organizacio-
ex sargento de la guardia, Mariano Morales, "pero no dónde nes insurgentes locales, particularmente los Montoneros.72
iba a realizarse". Los rebeldes se alojaron en instalaciones mi- Aquéllos sostenían que la inteligencia militar tenía pruebas de
litares clandestinas en los suburbios de Buenos Aires, donde les que el gobierno sandinista daba instrucción y apoyo a guerri-
dictarían un curso de seis semanas a fin de prepararlos para mi- lleros de esa organización en Nicaragua para que realizaran
siones secretas en América Central.67 operaciones terroristas en la Argentina?" Al parecer, esa ame-
Los nicaragüenses, en su mayoría miembros de la Legión naza fortalecía el compromiso argentino con la empresa anti-
15 de Septiembre y la UDN-FARN, recibieron instrucción en in- sandinista.74
teligencia, contrainteligencia, operaciones psicológicas, con- Al comienzo de esta etapa, los argentinos intentaron impo-
ducción, camuflaje, demolición, explosivos, sabotaje, secues- ner un acento anticomunista distintivo al movimiento "con-
tros y técnicas de interrogatorio. 68 La capacitación, que tra", internacionalizando y sovietizando el conflicto nicara-
incluía guerra de guerrillas y contraguerrillas tanto urbana co- güense. "Las ideas de los oficiales argentinos tuvieron una
mo rural, estuvo a cargo de asesores de las Fuerzas Especiales influencia importante sobre los primeros planteamientos ideo-
del ejército argentino.69 lógicos del movimiento `contra'", dijo un ex funcionario de la
Se trataba de veteranos de la guerra sucia; algunos habían FDN, Edgar Chamorro. "De manera muy parecida a los cuba-
participado en la instrucción de agentes de la Triple A a me- nos de Miami, la influencia argentina dio una tonalidad más
diados de los años setenta/ 9 El historial de violaciones a los ideológica al grupo, una tonalidad de objetivos antisoviéticos,
derechos humanos de varios de los efectivos nicaragüenses lle- anticubanos, anticomunistas. Comenzaron a modificar lo que
en un principio habían sido metas nacionalistas adecuadas a la
67
particular situación histórica, social y cultural de Nicara-
Entrevista con Morales. Véase Dickey, With the Contras..., cit., pp.
gua." 75 Los argentinos subrayaban que la guerra revoluciona-
113-115.
68
Entrevista con el oficial "contra" Pedro Núñez Cabezas, en Dieter Eich
ria era una confrontación ideológica, "herencia de la Segunda
y Carlos Rincón, The Contras: Interviews with Anti-Sandinistas, San Francis- Guerra Mundial", que tenía la meta de conquistar los "cora-
co, Synthesis Publications, 1985, pp. 46-47; entrevista con Morales. zones y las mentes" de la pohlación. 76 Según ellos, la Unión
69
Entrevista con Martínez Mondragón, en Reimann, Confesiones de un
Contra..., cit., pp. 29 y 35-36.
7
° Al parecer, dos de los instructores argentinos eran Javier Mora y Os-
valdo Saravia Amievas. Mora había actuado en el campo de detención Auto- ' I Dillon, Comandos..., cit., pp. 146, 296 y 357.
72
motores Orletti durante la guerra sucia en la Argentina. Estaba vinculado Entrevista con Morales.
73
con Raúl Gugliehninetti, jefe del Grupo de Tareas Exterior con sede en Flori- Entrevista con Ampié Quiroz.
74
da, y actuó como asesor de las fuerzas armadas salvadoreñas y más adelante Entrevista con Martínez Mondragón, en Reimann, Confesiones de un
como coordinador de una unidad "contra". Saravia, que había entrenado al Contra..., cit., p. 29.
73
grupo comando Los Halcones, de la Triple A, se dedicaba presuntamente a Chamorro, Packaging the Contras..., cit., pp. 6-7.
75
montar las instalaciones de adiestramiento de la base "contra" Sagitario, en Entrevista con Martínez Mondragón, en Reimann, Confesiones de un
Honduras. Salinas, "Los mercenarios argentinos (li)", cit., pp. 35-36. .Contra..., cit., p. 31.

192 193
Soviética, cuya estrategia inicial se había concentrado en gue- nicaragüenses entrenados en la Argentina se dirigió a campa-
rras convencionales de liberación nacional en África y Asia, mentos situados en la frontera hondureña, donde dieron ins-
había abierto un frente en América Latina y adaptado su es- trucción militar a varios grupos de combatientes, incluidos
trategia a las condiciones específicas de la región. 77 Esa agre- muchos comandantes de campo "contras" como Encarnación
sión exigía una respuesta político-militar que justificaba cual- Valdivia, Israel Galeano, Tirzo Moreno Aguilar y Oscar So-
quier método capaz de garantizar el éxito. Es interesante balvarro. Más adelante, algunos de los rebeldes preparados
señalar que esa concepción reflejaba la doctrina norteameri- en la Argentina entraron a Nicaragua al mando de sus pro-
cana de los "conflictos de baja intensidad" (CM), que resitua- pias tropas para realizar operaciones en la región del norte y
ba la "contrainsurgencia" como principio orientador del in- el centro. Otros nicaragüenses fueron enviados a la provincia
tervencionismo de los Estados Unidos en el exterior. 78 (Al hondureña de Gracias a Dios a instruir fuerzas de miskitos
evaluar los pobres resultados –en términos del interés nacio- antisandinistas, y algunos grupos comando adiestrados en
nal norteamericano– de la doctrina de los conflictos de baja Buenos Aires tuvieron como destino Managua, para cumplir
intensidad tal como se aplicó en El Salvador, un informe de misiones de infiltración.82
RAND concluyó en 1991 que el gobierno y los militares esta- "Los argentinos hacían hincapié en su fervor anticomunis-
dounidenses sobreestimaban la amenaza comunista en ese ta y su total apoyo a nuestra causa", me dijo Morales. "Cul-
país y no lograban comprender que, más que producto de la paban a los Estados Unidos por no haber impedido que Nica-
instigación soviética, la rebelión tenía raíces predominante- ragua cayera en manos del comunismo." Morales destacó el
mente locales.)79 profesionalismo de los instructores argentinos de Buenos Ai-
Luego de la instrucción en Buenos Aires, los nicaragüenses res, que eran de mayor graduación que los que entrenaban a
fueron destinados a Honduras, Guatemala, Costa Rica, Pana- los Contras en Honduras. El curso ponía el acento en las des-
má y Miami, donde otros rebeldes antisandinistas recibían trezas militares, pero los oficiales argentinos también prepa-
entrenamiento en campos paramilitares cubano-norteameri- raban con frecuencia a los nicaragüenses en guerra política e
canos" (un grupo de oficiales argentinos se trasladó a Miami ideológica. "Nos pedían que despertáramos al pueblo nicara-
para adiestrar fuerzas antisandinistas). 81 La mayoría de los güense para que entendiera que era imperativo rescatar a
nuestra nación del comunismo", dijo Morales. 83 Su relato fue
confirmado por otro informante, el ex oficial de la EEBI Mar-
77 tínez Mondragón, que recibió instrucción especial en la Ar-
Camps, "Cómo se planificó la campaña terrorista latinoamericana", ci-
tado. gentina en 1981 y un año después se incorporó al grupo co-
78
Como lo reconoció Sam C. Sarkesian, teórico de los conflictos de baja mando entrenado por argentinos que voló el puente sobre el
intensidad, "La revolución y la contrarrevolución desarrollan su propia mo- río Negro, en el norte de Chinandega.84
ralidad y ética que justifican cualquier medio que conduzca al éxito. La su- El estado mayor general del ejército argentino, que estaba
pervivencia es la moralidad última". S. C. Sarkesian, "Low-Intensity Con-
directamente comprometido en el reclutamiento de asesores
flicts: Concepts, Principies, and Policy Guidelines", en Air University
Review, 6, No. 2, 1985, p. 11, citado en Michael T. Klare y Peter Kornbluh, para los Contras en colaboración con ex oficiales de la guar-
"The New Interventionism: Low-Intensity Warfare in the 1980s and Be-
yond", en Klare y Kornbluh, Low-Intensity Warfare..., cit., p. 15. Véase
también p. 53. 82
Entrevistas con Morales y Sobalvarro.
79
Schwarz, American Counterinsurgency Doctrine and El Salvador..., 83
Entrevista con Morales.
cit., en especial pp. 81-84. 84
Embajada de los Estados Unidos en Nicaragua, "Ex-FDN Mondragón
8
° Transcripción del testimonio en videograbado de Francés, p. 4. Tells His Story", cable no confidencial de Bergold al Departamento de Esta-
81
Entrevista con D'Andrea Mohr. Véase el testimonio de Francisco Gar- do, 20 de mayo de 1985, NSA, Nicaragua. Véase Reimann, Confesiones de
cía Rivera, en Bendaña, Una tragedia campesina..., cit., p. 173. un Contra..., citado.

194 195
dia nicaragüense, prestaba atención no sólo a las capacidades día la fórmula de la seguridad y el desarrollo "para alcanzar el
militares de sus efectivos destinados en América Central sino crecimiento económico con justicia social".87
también a sus ideas políticas. Por ejemplo, se rechazó a un ex- El boletín de la Legión definía a los guardias nacionales ni-
perto oficial de comandos, candidato al cargo de asesor, por- caragüenses como "demócratas" y destacaba que "han expe-
que sugería implementar en Nicaragua un sistema socioeconó- ri mentado un cambio importante, porque no son somocistas
mico similar al del peronismo de los años cuarenta en la ni pretenden iniciar una lucha armada en nombre de la guar-
Argentina, en caso de producirse una victoria antisandinista.85 dia nacional. Actúan con la intención de liberar a su patria
Es posible que los argentinos hayan estado implicados en del yugo comunista [...] [y] aceptan que no puede obtenerse
la elaboración de El Legionario, el boletín de noticias de la la victoria en la lucha por la liberación sin la participación de
Legión 15 de Septiembre, que analizaba conceptos de estrate- todos los nicaragüenses unidos contra el comunismo". 88 Se
gia, poder y objetivos nacionales y geopolítica. La edición de prestaba especial atención a la coordinación de los movimien-
junio de 1981 debía mucho a publicaciones de expertos milita- tos guerrilleros latinoamericanos, un tema clave en los cursos
res argentinos, particularmente a los escritos de uno de los de instrucción dictados por los militares argentinos. 89 Ampié
principales pensadores geopolíticos, el general Juan Guglial- Quiroz, el jefe de inteligencia de la FDN, me dijo lo siguiente:
melli. 86 "Los países del Tercer Mundo –decía El Legionario– "Los argentinos destacaban el hecho de que todos los movi-
son extremadamente vulnerables a las ideologías socialistas a mientos guerrilleros de América Latina estaban coordinados
causa de una serie de factores que tienen mucha influencia en bajo un mando central. El FSLN cumplía un papel fundamen-
su desarrollo: herencia colonialista, bajos niveles de crecimien- tal en la organización y promoción de operaciones insurgen-
to económico, dependencia foránea, falta de representación de tes en todo el hemisferio" 90
grupos de intereses, desigualdad, inestabilidad, una importan-
te brecha entre el campo y la ciudad, bajos niveles educativos, Formación de la FDN
ausencia de una base industrial e inadecuadas capacidades mi-
litares." A fin de evitar la colusión de la vulnerabilidad de los A principios de 1981, dos operadores independientes con
países del Tercer Mundo con las ideologías basadas en la fuertes conexiones con los militares argentinos, Francisco
"irracionalidad de las masas", la publicación "contra" defen- Aguirre, un poderoso miembro de la comunidad nicaragüense
exiliada en los Estados Unidos, y Nat Hamrick, un empresario
con excelentes contactos en Capitol Hill,' presentaron a Enri-
gs
Entrevista con D'Andrea Mohr. Según él, el ex guardia nacional Emilio que Bermúdez a los jefes de la inteligencia militar argentina.91
Echaverry, miembro de su promoción (1961) en el Colegio Militar argentino,
trató de reclutarlo para la operación antisandinista. Echaverry le dijo que
87
el salario mensual de un capitán era de aproximadamente cinco mil dólares "Fundamentos estratégicos", en El Legionario: Revista oficial de la Le-
y que los asesores argentinos no podrían asumir puestos gubernamentales gión 15 de Septiembre 1, No. 3, junio de 1981, pp. 9-18.
88
en caso de una victoria militar sobre los sandinistas. Después de consultar "La mentalidad militar en el exilio", cit., p. 8.
89
con el estado mayor general del ejército, Echaverry rechazó a D'Andrea "Organizaciones terroristas en Latinoamérica", cit., pp. 28-29.
9
Mohr debido a que sus ideas sobre la justicia social "se parecían a las de los ° Entrevista con Ampié Quiroz.
sandinistas". * Sede del Congreso de los Estados Unidos (n. del t.).
91
u Véase Juan E. Guglialmelli, "Las FF.AA. en América Latina (FF.AA. y Esta descripción de las conexiones entre actores antisandinistas se basa
Revolución Nacional)", en Estrategia, No. 17, julio-agosto de 1972, pp. 9- en Gutman, Banana Diplomacy..., cit., pp. 49-53, y en los siguientes cables:
19; "Fuerzas Armadas para la Liberación Nacional", en Estrategia, No. 23, Embajada de los Estados Unidos en Managua, cable confidencial "GNR
julio-agosto de 1973, pp. 7-30; "Geopolítica en la Argentina", en Estrategia, Arrests Counterrevolutionary Plotters", de L. Pfeifle al secretario de Estado, 9
No. 46-47, mayo-agosto de 1977, pp. 5-14; "Economía, Poder Militar y Se- de enero de 1982; Embajada de los Estados Unidos en Managua, cables limi-
guridad Nacional", en Estrategia, No. 51, marzo-abril de 1978, pp. 7-29. tados al uso oficial, "GRN Charges Officials from Venezuela, Argentina, Hon-

196 197
Aguirre cumplió un destacado papel en la organización de un el movimiento fue inicialmente respaldado por los Estados
movimiento antisandinista apoyado por la Argentina y los Es- Unidos, Bermúdez reconoció que "los argentinos fueron los
tados Unidos. Vinculó a elementos clave en esa empresa, in- únicos que nos dieron el padrinazgo necesario para comenzar
cluidos ex oficiales de la guardia nacional, dirigentes de la nuestra lucha militar contra los sandinistas".93
UDN-FARN, jefes de inteligencia del ejército argentino y fun- A principios de agosto de 1981, una delegación de la UDN
cionarios del Departamento de Estado de los Estados Unidos, visitó Buenos Aires para discutir con los jefes de la inteligen-
entre ellos el subsecretario para asuntos interamericanos, cia militar argentina los términos de su incorporación a la
Thomas Enders. FDN. Un miembro de ese grupo, William Baltodano Herrera,
El programa argentino en América Central fue supervisado dijo lo siguiente: "Tuvimos una reunión con el general Valín
por la misma estructura de mando que condujo la guerra de [...] y su primer asistente, el coronel Mario Davico, que que-
contrainsurgencia urbana en la guerra sucia. A cargo de la fis- rían conocer el significado de la UDN, el objetivo político que
calización del programa de apoyo a los Contras, en esencia buscaba y sus intenciones. En el tercer encuentro con esta
una operación de inteligencia, estaba Alberto Valín, quien, gente, nos entregaron cincuenta mil dólares. [...] Nos los dio
por haber actuado como asesor de la guardia nacional de So- el coronel Davico, que dijo: 'Caballeros, éste es el comienzo,
moza durante el período insurreccional en Nicaragua, tenía la para poner la cosa en marcha'" .94
experiencia necesaria para asumir el control total de las acti- Ese mismo mes, representantes de la Legión 15 de Septiem-
vidades contrarrevolucionarias argentinas en América Cen- bre y la UDN realizaron un cónclave de unidad en la ciudad de
tral. Valín manejó el programa antisandinista desde Buenos Guatemala, para establecer una única organización antisandi-
Aires a lo largo de todo 1981. A principios del año siguiente, nista, la FDN. 95 "La CIA preparó la reunión y los documen-
fue designado embajador en Panamá, con la misión de coor- tos", afirmó un dirigente antisandinista disidente, Edgar Cha-
dinar la operación sin intermediarios.92 morro. 96 La FDN incorporó a la Legión 15 de Septiembre a la
El temprano apoyo de los militares argentinos fue decisivo UDN-FARN, la FUR y otros grupos disidentes. 97 Sin embargo,
para el desarrollo de las fuerzas "contras". A fines de los hasta 1984 muchos de los rebeldes siguieron operando en el
años ochenta, y en oposición a la opinión generalizada de que terreno con sus grupos originales. La nueva organización de
cobertura tuvo una naturaleza cosmética.98

duras and El Salvador with Assassination and Sabotage Piot: CIA Charged as
93
Mastermind" y "Foreign Officials Implicated in Counterrevolutionary Plot", Entrevista con Enrique Bermúdez, Associated Press, 19 de junio de
ambos al secretario de Estado, 13 de enero de 1982; Embajada de los Estados 1988, en Morales Carazo, La Contra, cit., p. 53.
94
Unidos en Buenos Aires, cable "Goa Denial of GRN Charges of Involvement William Baltodano Herrera testificó ante los medios nicaragüenses lue-
with Anti-Sandinistas", de Shlaudeman al secretario de Estado, 15 de enero de go de haber sido capturado por los sandinistas, acusado de montar una cam-
1982. (Véase capítulo 2, "La Argentina como aliada de los Estados Unidos".) paña de sabotaje en la capital del país, "Interior Minister Borge Holds News
92
Enrique Vayas, La Contra, una guerra sucia, cit., p. 67; Latin America Conference", en Foreign Broadcast Information Service-Latin America, 15
Weekly Repon, 12 de febrero de 1982. Valín no aceptó ser entrevistado para de enero de 1982, pp. P5-P9.
95
este libro. Se ha sugerido que el alto mando argentino recomendó a la admi- Entrevista con Enrique Bermúdez, en Gutman, Banana Diplomacy...,
nistración Reagan hacer del comandante guerrillero disidente Edén Pastora el cit., p. 56. La UDN experimentó conflictos internos entre sus integrantes civiles
líder del movimiento armado antisandinista. En respuesta a las dudas nortea- y militares. Los ex guardias nacionales acusaron a algunos de los primeros de
mericanas sobre lo impredecible de dicho proyecto, los argentinos sugirieron ser sandinistas. Parte de los miembros de la agrupación abandonó la empresa
eliminar a Pastora una vez cumplido el proyecto contrarrevolucionario. En- contrarrevolucionaria y buscó refugio en Miami. Entrevista con Sobalvarro.
96
trevista con ex agregado militar argentino en América Latina, en Oscar R. Declaración jurada de Edgar Chamorro para la Corte Internacional de
Cardoso, "El último secreto del Proceso: apéndice sobre la experiencia argen- Justicia, cit., p. 5.
97
tina", en Christopher Dickey, Con los Contras, Buenos Aires, Sudamericana/ Morales Carazo, La Contra, cit., p. 45
98
Planeta, 1987, p. 310. Entrevista con Sobalvarro.

198 199
No obstante, una de las primeras tareas de la Legión 15 de El mismo mes que se efectuó la reunión en la ciudad de Gua-
Septiembre organizada como FDN fue incorporar a las MILPAS temala (agosto de 1981), representantes de la CIA, la inteli-
a su fuerza militar. Se enviaron sandinistas disidentes a Nica- gencia militar argentina y las fuerzas militares hondureñas se
ragua para reunir a los pequeños grupos independientes que encontraron en Tegucigalpa para establecer un acuerdo que
operaban en la región del norte y del centro, llevarlos a Hon- denominaron "la tripartita"."°° El convenio determinaba el
duras para que recibieran instrucción militar y volver a in- papel de cada uno de los socios en el programa contrarrevo-
troducirlos en territorio nicaragüense. A principios de 1982, lucionario: los argentinos proporcionarían la organización,
ese accionar aumentó en gran medida el número de comba- administración e instrucción militar, la CIA suministraría ayu-
tientes y la base popular de las fuerzas antisandinistas. 99 La da clandestina y el gobierno hondureño aportaría el territorio
figura 4.2 muestra el rápido incremento de los combatientes para las bases operacionales)" El pueblo norteamericano,
"contras" en los primeros años de la década del ochenta. explicó Bermúdez, "quería hacer algo pero en esa época no
sabían cómo hacerlo. Y los argentinos allanaron el camino a
.102
la participación de los Estados Unidos" Según él, "recién
Figura 4.2. Efectivos militares de la Fuerza Democrática empezamos a recibir ayuda estadounidense en noviembre de
Nicaragüense (FDN), 1981-1987

* En español en el original (n. del t.).


10
" Los delegados eran el coronel Mario Davico, subjefe de inteligencia del
20,000 ejército argentino, Duane "Dewey" Clarridge, cabeza de la División Latinoa-
mericana de la Dirección de Operaciones de la CIA, el coronel Gustavo Alva-
rez Martínez, jefe de la Fuerza de Seguridad Pública de Honduras, el coronel
15,000 Leónides Torres Arias, jefe de la inteligencia militar hondureña, y el general
Policarpo Paz García, presidente de ese país. Gutman, Banana Diplomacy...,
cit., p. 57.
10,000 101
Ibid. Véanse Morales Carazo, La Contra, cit., p. 51; Dickey, With the
Contras..., cit., p. 119; y Sklar, Washington's War on Nicaragua, cit., p. 87.
102
5,000 En Gutman, Banana Diplomacy..., cit., p. 53. Bermúdez se graduó en
la academia militar nicaragüense en 1952. Participó en la unidad de la guardia
nacional enviada por Luis Somoza a la República Dominicana en 1965 como
parte de la fuerza de paz interamericana constituida con los auspicios nortea-
1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 mericanos. Durante la insurrección nicaragüense, actuó como agregado mili-
tar de Anastasio Somoza en Washington. Luego de su prolongado liderazgo
de las fuerzas "contras", Bermúdez fue expulsado de su puesto de comandan-
te de la FDN poco después de las elecciones de febrero de 1990 en Nicaragua.
Fuentes: Departamento de Estado de los Estados Unidos, Documents Durante el gobierno de Bush, el Departamento de Estado presionó para que
on the Nicaraguan Resistance: Leaders, Military Personnel, and Pro- dimitiera en un esfuerzo por purgar a los corruptos de la conducción "con-
gram, Washington, DC, Bureau of Public Affairs, 1986, p. 3; Jaime tra". Bermúdez se trasladó a los Estados Unidos y volvió a Nicaragua tras la
Morales Carazo, La Contra, México, Planeta, 1989, p. 57. asunción de la presidenta Violeta Chamorro. El 16 de febrero de 1991 lo ma-
taron a tiros en la playa de estacionamiento del Hotel Intercontinental de Ma-
nagua. Según algunas fuentes, su asesinato fue el resultado de una disputa en-
" Entrevista con Miguel Ángel Sosa, en Managua, 5 de julio de 1993. tre facciones "contras" vinculadas con el narcotráfico; otros sostenían que lo
"Bermúdez me dio la misión de unificar a los chilotes con base en Matagal- mataron sandinistas leales. Gutman, Banana Diplomacy..., cit., p. 42; New
pa. Tuvieron una instrucción de tres meses en Honduras y después los llevé York Tintes, 18 de febrero y 7 de marzo de 1991. Véase Schulz y Schulz, The
de vuelta a Nicaragua", me dijo. United States, Honduras, and the Crisis..., cit., pp. 259-260.

200 201
1981, cuando nos brindaron asistencia indirecta para instalar militar argentina, dirigió la guerra "contra" desde el cuartel
la radio 15 de Septiembre". 1 ° 3 Tras la concertación del acuer- general argentino en el Hotel Maya en Colonia Nueva Palmi-
do tripartito, la junta argentina aprobó la venta de "equipa- ra, Tegucigalpa; Hoya a menudo trabajaba en el terreno)"
miento militar secreto" a Honduras por un monto de diez mi- Ribeiro "se convirtió en una figura prominente en Tegucigal-
llones de dólares)" Como resultado de la creación de la FDN pa; vivía en una gran casa, repartía dinero norteamericano y
–y no obstante su naturaleza cosmética–, el programa "con- brindaba lo que funcionarios de la CIA estimaban un asesora-
tra" ingresó en una nueva fase debido al decidido apoyo fi- miento militar poco sólido", dijo un informe periodístico de
nanciero y logístico de la CIA. los Estados Unidos. "Por ejemplo, como su experiencia pro-
A fines de 1981 se despacharon a territorio nicaragüense venía del combate urbano y no rural, aconsejó a los Contras
las primeras unidades de combate de la FDN, esencialmente pa- montar un programa de terrorismo urbano. La CIA quería ali-
ra llevar a cabo ataques relámpago. En marzo de 1982, la or- mentar una insurgencia popular en el campo." 108
ganización realizó sus primeras grandes acciones militares Ribeiro, elogiado como "probablemente el mejor estratego
cuando comandos argentinos y nicaragüenses, con apoyo ope- en guerra de guerrillas del hemisferio" por un asistente del se-
rativo de la CIA, volaron los puentes en el río Negro y Ocotal nador republicano Jesse Helms, había intervenido en la orga-
en el norte de Nicaragua)" "Los asesores argentinos –reveló nización y funcionamiento de un infame centro de detención
Héctor Francés, agente del Batallón 601– instruidos en los Es- clandestina en la base militar de Campo de Mayo, en las
tados Unidos para llevar a cabo estos operativos y que trans- afueras de Buenos Aires, durante la guerra sucia. 109 En los
mitieron ese conocimiento a los contrarrevolucionarios nicara- primeros años del régimen autoritario, actuó como jefe de in-
güenses, llevaron consigo elementos muy tecnificados como teligencia del ejército en la provincia de Mendoza, bajo el
explosivos programados [...], mapas detallados de Nicaragua mando del general Jorge A. Maradona, y se lo involucró en
trazados para ellos por el Pentágono, mapas a escala especial y numerosas violaciones a los derechos humanos. También de-
diagramas de objetivos, [y] también fotografías satelitales."106 sempeñó aquella función en el Quinto Cuerpo de Ejército,
El estado mayor general argentino que supervisaba las con sede en Bahía Blanca. Como miembro del Batallón de In-
fuerzas "contras" estaba encabezado por José Osvaldo Ribei- teligencia 601, Ribeiro estaba bajo la autoridad directa del
ro, jefe político de operaciones, y Santiago Hoya, jefe de lo- coronel Muzzio)10
gística y operaciones militares. Ribeiro, considerado por sus Hoya, que actuaba como enlace con el jefe de la delegación
pares como "uno de los mejores cuadros" de la inteligencia de la CIA en Honduras, controlaba el flujo de pertrechos mili-

103
Entrevista con Enrique Bermúdez en Resistencia, No. 2, Costa Rica, 107
Hoya se graduó en el Colegio Militar de la Argentina en 1946 y más
septiembre-octubre de 1987. tarde recibió instrucción avanzada en inteligencia militar. Se retiró del servi-
I
" Dirección General de Fabricaciones Militares (DGFm), "Financiación cio activo en 1970. Junto con Ribeiro, organizó la infiltración del ejército en
de venta de material bélico a la República de Honduras", memorándum se- el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERE) en 1975. Entrevista con el coro-
creto del general Horacio Varela Ortiz al presidente del Banco Central de la nel (retirado) Horacio Ballester en Buenos Aires, 5 de agosto de 1991; entre-
República Argentina, 29 de diciembre de 1981. vista con Salinas.
1 9
° Declaración jurada de Chamorro, pp. 5-6. Martínez Zelaya (que reali- 108
Wall Street Journal, 5 de marzo de 1985.
109
zó instrucción con los argentinos en la base Lepaterique en Honduras y luego John Carbaugh, citado en Gutman, Banana Diplomacy..., cit., p. 104;
entrenó a fuerzas de la MISURA en Puerto Lempira) afirmó que el grupo co- entrevista con Salinas. Véase Chamorro, Packaging the Contras..., cit., p. 6.
mando estaba compuesto por 12 hombres, la mayoría ex guardias naciona- no Carta de fuente no identificada, ref.: coronel Osvaldo Ribeiro, archi-
les, y que un agente argentino conocido como el Diablo cumplió un papel vi- vos del Centro de Estudios Legales y Sociales (CES), en los archivos del au-
tal en las acciones. Entrevista con Martínez Zelaya. tor. La información contenida en esta comunicación fue confirmada de ma-
106
Transcripción de Francés, cit., p. 19. nera confiable por otras fuentes.

202 203
tares y fondos de esa agencia para las fuerzas "contras".111 ción tuvo un impacto negativo en la organización militar con-
"Autorizaba el gasto en equipamientos y el desembolso de di- trarrevolucionaria: "Los argentinos eran más exigentes, da-
nero de la CIA para las organizaciones de la FDN. El agente de ban una mejor instrucción y demandaban más compartimen-
la CIA encargado de supervisar las operaciones cotidianas en tación y una mejor planificación de las operaciones", me dijo
Honduras trabajaba en estrecho contacto con él", dijo un el jefe de inteligencia de la FDN, Ampié Quiroz.117
agente jerárquico de la FDN, responsable de la logística. 112 Ho-
ya había trabajado en íntima vinculación con líderes políticos
y militares antisandinistas para constituir esa fuerza en agosto La conducción de la FDN
de 1981. 113 También jugó un papel decisivo en la reorganiza-
ción del estado mayor militar de esa fuerza en diciembre del Cuando en agosto de 1981 se formó la FDN, mediante la fu-
mismo año, cuando ubicó a oficiales nicaragüenses proargen- sión de la Legión 15 de Septiembre y la UDN-FARN, la CIA
tinos (Bermúdez, Lau y Emilio Echaverry Mejía) en puestos creó una junta política compuesta por José Francisco Carde-
clave. 114 Hoya y Ribeiro procuraban controlar las operacio- nal, Mariano Mendoza Juárez y Arístides Sánchez. Carde-
nes "contras" mediante una relación de cohesión con los hon- nal, dirigente de la UDN, había sido convencido por la agen-
dureños y con los rebeldes nicaragüenses.115 cia (y en particular por Vernon Walters) para que uniera sus
El personal argentino supervisaba las operaciones militares fuerzas a las de los ex guardias nacionales de Somoza, a fin
de la FDN y dejaba el manejo específico de la organización ar- de desalojar a los sandinistas del poder. 118 Mendoza Juárez
mada a los ex guardias nacionales. Desde el inicio, la estruc- era un dirigente sindical nicaragüense que trabajaba para el
tura militar "contra" fue corrupta y carecía de controles y de American Institute for Free Labor Development (maD),
eficiencia administrativa, una tendencia que empeoró cuando apoyado por la CIA, y Sánchez, ex socio de Somoza, era un
la CIA tomó a su cargo la instrucción y la logística (principios estrecho colaborador de Bermúdez y el estado mayor gene-
de 1984). "Los argentinos eran muy eficaces en la prepara- ral argentino en Honduras. 119 También estaba directamente
ción de dirigentes militares para el movimiento de resisten- vinculado con un cartel de cocaína instalado en Costa Rica
cia", dijo un ex líder "contra". "Sin embargo, subestimaban que operó en el área de la bahía de San Franciso, en los Es-
la incompetencia de la estructura de mando militar de la FDN tados Unidos, durante los primeros años de la década del
116
para establecer una eficiente administración interna." Se- ochenta. 120 Aunque no hubiera una sólida evidencia que de-
gún algunos comandantes "contras", el cambio de conduc- mostrara la realidad de una conexión entre las actividades
de narcotráfico de Sánchez y las de Carlos Suárez Mason,
un actor clave en el programa extraterritorial de la Argenti-
In
Transcripción de Francés. na, la abundancia de vínculos entre los dos hombres y el ne-
112
Entrevista con Céspedes. Sobre la infraestructura bajo el mando de gocio de la cocaína bajo el paraguas del anticomunismo su-
Hoya, véase la transcripción de Francés según la publicó Barricada, Mana-
gua, 2 de diciembre de 1982.
giere que sí existía.
113
Dickey, With the Contras..., cit., p. 119.
114
Ibid., pp. 127-129 y 153. En septiembre de 1982, Hoya y Ribeiro pa-
saron a integrar un nuevo estado mayor general "contra". Lo encabezaban el 117 Entrevista con Ampié Quiroz. Sosa y otros líderes "contras"expresa-

jefe de la delegación de la CIA en Tegucigalpa y el oficial a cargo de la ins- ron similares opiniones acerca del personal militar argentino que trabajó con
trucción y operaciones paramilitares especiales de los Estados Unidos. El ge- la FDN.
neral Álvarez Martínez y el coronel Calderini representaban a los hondure- 118
Declaración jurada de Chamorro, pp. 3-5.
ños y Bermúdez y Echaverry a los rebeldes nicaragüenses. 119 Transcripción de Francés, p. 4; declaración jurada de Chamorro, p. 5;
115
Gutman, Banana Diplomacy..., cit., p. 104. entrevista con Edgar Chamorro, en Sklar, Washington's War..., cit., p. 220
116
Entrevista con Céspedes. 1211
Scott y Marshall, Cocaine Politics..., cit., pp. 104-109.

204 205
El estado mayor general original de la FDN estaba com- Contrarrevolucionarios miskitos
puesto por Bermúdez, Lau, Orlando Bolaños, Raúl Arana,
Justiniano Pérez y Carlos Rodríguez. En diciembre de 1981 El conflicto entre el régimen sandinista y la organización indí-
sufrió una reorganización: Bermúdez pasó a ser jefe de estado gena que unía a miskitos, sumus y ramas se intensificó rápi-
mayor, Echaverry Mejía, un ex mayor de la guardia nacional, damente entre fines de 1979 y principios de 1981. Graves en-
jefe de operaciones, Lau quedó a la cabeza de la inteligencia, frentamientos entre el ejército sandinista y esta organización,
Edgar Hernández a cargo del personal y Manuel Antonio Cá- que a veces involucraron a la Iglesia Morava de la región, tu-
ceres de las operaciones psicológicas. La logística quedó en vieron vastas repercusiones en el área. Los líderes miskitos se
manos de Francisco Rivera.121 embarcaron en actividades separatistas y contrarrevoluciona-
Bermúdez, apoyado por los argentinos y otros actores polí- rias y establecieron conexiones con grupos de ex guardias na-
ticos decisivos, asumió como comandante supremo de la nue- cionales exiliados en Honduras. Muchos jóvenes desertaron
va fuerza antisandinista. 122 Después de asistir a un curso de para unirse al creciente movimiento contrarrevolucionario.
guerra de guerrillas de seis semanas en la Argentina, en junio Pronto, el resentimiento de las comunidades étnicas de la cos-
y julio de 1981, se estableció en Honduras para manejar las ta atlántica debido a las políticas y prácticas sandinistas in-
operaciones militares de la FDN.123 corporó una distintiva tonalidad anticomunista –una combi-
Durante el período de la conducción argentina, Echaverry nación de sentimientos antiextranjeros y anticubanos– que
Mejía, graduado en el Colegio Militar de ese país (1958-1961), exacerbó el descontento local.128
fue un poderoso actor en la estructura militar de la FDN. "Los A principios de 1981, unos tres mil miskitos de las comu-
argentinos cometieron un grave error que estuvo a punto de nidades establecidas en las orillas del río Coco, con la con-
fracturar el movimiento de resistencia en su primera etapa", ducción de Steadman Fagoth, emigraron a Honduras. A con-
me dijo Ampié Quiroz. 124 "Le dieron demasiado poder a Echa- tinuación, Fagoth –antiguo informante de la infame Oficina
verry [en connivencia con Álvarez Martínez]. Era muy autori- de Seguridad Nacional de Somoza– organizó un pequeño gru-
tario y no sabía cómo tratar a la tropa de combatientes y a los po armado y empezó a atacar comunidades indígenas en las
campesinos. Hubo varias revueltas contra él y Bermúdez enca- zonas fronterizas nicaragüenses.
bezadas por comandantes de campo, que no querían aceptar su Pronto se le unió otro líder miskito, Brooklyn Rivera; sin
conducción." 125 Bermúdez siguió en su puesto debido a las pre- embargo, no tardaron mucho en surgir tensiones entre am-
siones de la CIA, pero Echaverry fue desalojado de las fuerzas bos. 129 El gobierno hondureño respaldó activamente a Fa-
"contras" en 1983, cuando los argentinos y Álvarez Martínez goth, protegido de los argentinos, en su disputa con Rivera
perdieron su influencia en la operación. 126 Una investigación por el liderazgo de los rebeldes miskitos en la guerra contra el
respaldada por la CIA descubrió graves irregularidades en su régimen sandinista. Luego de negarle el acceso a las áreas de
manejo de los fondos de la FDN.127

Analysis of the Makeup of the Military Leadership of the Rebel Forces, and
121
Dickey, With the Contras..., cit., pp. 294-295. of the Nature of the Private American Groups Providing Them Financial and
122
Gutman, Banana Diplomacy..., cit., pp. 42 y 53. Material Support", informe de investigación, Washington, DC, 18 de abril de
123
"Comandante 3-80: Jefe militar de la "Contra en Somos, Cuenos 1985, p. 8.
128
Aires, 14 de enero de 1987, p. 6. Carlos M. Vilas, Del colonialismo a la autonomía: modernización ca-
124
Entrevista con Ampié Quiroz. pitalista y revolución social en la Costa Atlántica, Managua, Nueva Nicara-
125
Entrevista con Céspedes. gua, 1990, pp. 266 y 278-280.
126 129
Entrevista con César Arana, en Miami, 9 de julio de 1993. Ibid., pp. 280-282. Véase Bardini, Conexión en Tegucigalpa cit.,
117
Arms Control and Foreign Policy Caucus, "Who Are the Contras? An pp. 14-24.

206 207
refugiados en Mokorón, las autoridades militares expulsaron dinistas.134 Hubo un patrón coherente: desaparición, tortura
sumariamente a este último de Honduras!" y violación y ejecución sumaria.
Con el apoyo del ejército hondureño, Fagoth y su grupo Estos ataques precedieron a un gran plan contrarrevolucio-
establecieron campamentos de entrenamiento en Mokorón nario separatista auspiciado por la CIA y denominado Opera-
(cuartel general) y áreas circundantes de la provincia de ción Navidad Roja. 1 " El plan intentaba generar una situa-
Gracias a Dios en septiembre de 1981. Inicialmente, la ins- ción de emergencia en el norte de Nicaragua para aislar a la
trucción estuvo a cargo de ex guardias nacionales exiliados. población miskito de la costa atlántica del resto de la nación
Poco después, se desplegó en la zona un grupo de unos cin- y promover una insurrección general contra el régimen. El
cuenta asesores argentinos para organizar y adiestrar un objetivo era asegurar el control de la región hasta Puerto Ca-
ejército contrarrevolucionario de exiliados miskitos. 131 La bezas y declarar el área territorio liberado, a fin de instalar un
instrucción incluía guerra de guerrillas y contraguerrillas y gobierno provisional y solicitar el reconocimiento internacio-
técnicas de interrogatorio (los argentinos establecieron reglas nal. "El pastor de la MISURA capturado que confesó la existen-
informales para el trato a los prisioneros, tolerando que se cia del plan dijo al parecer que los Estados Unidos pretendían
los matara después de interrogarlos). 132 Los instructores tra- usar el área como cabecera de playa para atacar desde ella a la
taban de trasladar a América Central las lecciones de la cam- revolución en el Pacífico", señaló un experto en la región
paña de Tucumán en los años setenta. (El general Acdel Ed- atlántica de Nicaragua. 136 La operación respaldada por la CIA,
gardo Vilas, comandante del Operativo Independencia, que iba a implicar a asesores argentinos, oficiales de la inteli-
describió la metodología no convencional del ejército de la gencia militar hondureña y ex guardias nacionales, fue frustra-
siguiente manera: "¿Cuánta gente hay en Río Colorado? da por las fuerzas de seguridad sandinistas en febrero de
¿Setecientas personas? Está bien. Pongan en cuarentena a 1982. 137 Sin embargo, como resultado de la creciente amenaza
todo el mundo. Después averiguaremos quién es guerrillero contrarrevolucionaria en la zona, el gobierno sandinista reubi-
y quién no".)133 có a las comunidades indígenas del río Coco e impuso estric-
Se enviaron de regreso a Nicaragua unidades de miskitos tos controles a los desplazamientos regionales y a la prensa.
para establecer redes de apoyo en sus comunidades y reclutar Apoyada por la Argentina y los Estados Unidos, la organi-
y entrenar secretamente a jóvenes combatientes. A fines de zación de Fagoth se incorporó a la EDN; Rivera se unió con
1981, sus fuerzas lanzaron la primera gran ofensiva contra Edén Pastora y la Alianza Revolucionaria Democrática (AR-
puestos sandinistas de avanzada a lo largo del curso superior DE) de Alfonso Robelo en 1982.
del río Coco. Además de estos blancos militares, la ofensiva Como se señaló, la MISURA lanzó grandes operaciones con-
incluyó varias aldeas, donde las fuerzas conducidas por Fa- trarrevolucionarias hacia fines de 1981. El objetivo era crear
goth cometieron atrocidades contra la población, en particu- caseríos estratégicos al estilo vietnamita a lo largo de la re-
lar contra los miskitos considerados como simpatizantes san-

134 Judy Butler, "A Nation Divided: A Chronicle of Nicaragua's Atlantic


130
Cardoso, "El último secreto del Proceso...", cit., pp. 309-310; Ame- Coast", manuscrito inédito, en los archivos del autor, pp. 102-103.
133
ricas Watch, Human Rights in Honduras..., cit., pp. 27 y 33. Rivera esta- Véase Embajada de los Estados Unidos en Managua, cable confiden-
bleció su cuartel general en Costa Rica, donde organizó su propio grupo cial, "Operation Red Christmas: A Counterrevolutionary Plot", de Linda
antisandinista. Pfeifle al secretario de Estado, 4 de febrero de 1982.
131 136
Vilas, Del colonialismo a la autonomía..., cit., pp. 280-282; Cardoso, Butler, "A Nation Divided...", cit., p. 104.
137
"El último secreto del Proceso...", cit., p. 309. Manlio Tirado, "Falló una conjura antisandinista", en Excelsior, 4 de
132
Wall Street _frunza!, 5 de marzo de 1985. febrero de 1982; Barricada, 4 de febrero de 1982; "Los EE.UU. dirigen la con-
133
A. E. Vilas, Tucumán: el hecho histórico, cit., p. 5. trarrevolución", en Soberanía 3, febrero de 1982, pp. 52-54.

208 209
gión costera atlántica que pudieran hacer las veces de redes dante "contra". "Los argentinos nos adiestraron más específi-
de suministros para las fuerzas de la FDN. Al mismo tiempo, camente en acciones guerrilleras y de sabotaje. Nos transfirie-
facilitarían el reclutamiento de combatientes y colaboradores ron sus conocimientos sobre la guerra antiguerrillas al mismo
para el movimiento antisandinista. Las fuerzas miskitos au- tiempo que aprendían de nuestra experiencia guerrillera en
mentaron hasta unos cuatro mil efectivos en 1982-1983. Con las montañas nicaragüenses. ”141
el apoyo decisivo de los militares hondureños y los Estados La instrucción suministrada por los argentinos incluía tácti-
Unidos (que realizaron varios ejercicios navales y aéreos en la cas y estrategia guerrilleras y contraguerrilleras (ataques relám-
zona en conjunto con Honduras, por ejemplo Halcón Vista en pago, operaciones móviles y guerra de emboscadas), sabotaje,
1981 y Big Pine I en 1983), las fuerzas de la MISURA incremen- algunos tipos de operativos ofensivos, guerra psicológica, el
taron sus ataques contra blancos económicos de la región. La uso de armas livianas (como rifles y ametralladoras de peque-
meta estratégica era establecer una poderosa presencia militar ño calibre) y otras más pesadas (ametralladoras de mayor ca-
en el área y exacerbar al mismo tiempo la confrontación entre libre, morteros de 81 y 82 mm y artillería liviana), el empleo
las comunidades locales y la administración centra1. 138 La in- de explosivos, demolición, técnicas de rastreo direccional, na-
corporación de las minorías étnicas a la empresa permitió a la vegación de ríos, cartografía, técnicas de supervivencia, los
FDN abrir otro frente a lo largo de la frontera hondureño-ni- atributos del mando, movimiento de tropas, conducción ad-
caragüense en la región miskito de Gracias a Dios. 139 Los ase- ministrativa y militar e inteligencia militar.
sores argentinos siguieron entrenando a las fuerzas de la MI- Cada curso se centraba en un conjunto de destrezas milita-
SURA durante todo 1983.140 res específicas, adaptadas a la capacidad del grupo que iba a
recibirlas. Los cursos variaban en términos de su énfasis teórico
o práctico. Los dictaban equipos de hasta diez oficiales argenti-
El estilo de la instrucción argentina nos, y duraban de tres a seis meses. Se realizaron en campa-
mentos de entrenamiento instalados en Honduras (Sagitario,
El entrenamiento de las fuerzas antisandinistas a cargo de los Quinta Escuela, Lepaterique y otros) hasta principios de 1984,
argentinos se centró en la guerra de guerrillas y unos pocos cuando los argentinos fueron reemplazados por instructores de
elementos de operaciones semiconvencionales, como técnicas los Estados Unidos, la mayoría veteranos de Vietnam, y aseso-
para el uso de explosivos y demolición. Con la intensificación res latinos, principalmente cubano-norteamericanos.
del enfrentamiento militar, la instrucción comenzó a concen- La experiencia argentina en la guerra sucia tuvo un papel
trarse cada vez más en tácticas semiconvencionales y menos decisivo en la instrucción de los "contras". Como me dijo So-
en pequeñas emboscadas y ataques relámpago. Sin embargo, balvarro, "eran muy honestos con respecto a su experiencia
poco después de ese cambio los argentinos fueron reemplaza- en el combate contra guerrillas rurales y urbanas en la Argen-
dos por asesores norteamericanos. "Combinamos su instruc- tina. Admitían sus errores para que nosotros no los repitiéra-
ción [la argentina] con nuestra experiencia en las montañas y mos. La mayoría, decían, había sido el resultado de un exceso
gradualmente pasamos a realizar operaciones más al estilo del de confianza, particularmente en las ciudades, donde los gue-
ejército y menos del tipo guerrillero", me dijo un ex coman- rrilleros podían sabotear fácilmente instalaciones militares y
policiales".142
138
Vilas, Del colonialismo a la autonomía..., cit., pp. 282-284,287 y 309.
134
"Amenazan con invasión contrarrevolucionaria a Nicaragua", en Patria 141
Libre 20, marzo de 1982, pp. 52-55; William I. Robinson, "La Contra: corrup- Entrevista con Soba Ivarro.
ción y grietas", en Pensamiento propio 3, No. 25, agosto de 1985, p. 63.
14'_ Uno de los más devastadores ataques contra las fuerzas de segu-
14 ridad argentinas, que tuvo repercusiones directas en la intensificación de la
" Entrevista con Dormoz.

210 211
Fuerzas especiales y guerra psicológica mo en su preparación y orientación en el uso de explosivos y
técnicas de demolición.147
La actuación argentina en América Central tuvo una repercu- Un rasgo clave de la instrucción argentina fue el acento
sión directa e indirecta sustancial en el movimiento armado puesto en lá guerra psicológica. "Los argentinos nos prepara-
antisandinista. Los asesores argentinos fueron directamente ban primordialmente para el sabotaje y las operaciones psico-
responsables de la instrucción de más de dos mil combatien- lógicas. Hablaban del origen del comunismo y del hecho de
tes "contras" y también entrenaron a muchos de los principa- que el régimen sandinista fuera su piedra angular en América
les instructores y comandantes de campo nicaragüenses, así Central, y Nicaragua la base para su expansión por toda la re-
como a las fuerzas especiales hondureñas, Cobras y Tesones gión", me dijo Sobalvarro. "Destacaban la importancia de la
(véase capítulo 3).143 acción psicológica y del sabotaje para derrotar al enemigo. Nos
A principios de 1982, un equipo de asesores argentinos de enseñaban que era crucial detectar sus debilidades como base
la base de Lepaterique dictó cursos especializados sobre el para una estrategia político-militar general."
uso de explosivos y técnicas de demolición. Organizaron un La estrategia debía centrarse en diferentes tipos de opera-
grupo comando especial para realizar los primeros grandes ciones; a saber, rápidos y decisivos ataques concebidos para
operativos de sabotaje dentro de Nicaragua. Bajo su conduc- causar grandes pérdidas materiales y humanas al enemigo, y
ción, el equipo seleccionado llevó a cabo varias acciones desti- acciones de propaganda y contrapropaganda para ganar el
nadas a destruir infraestructura militar y civil en aquel país.144 apoyo de la población y, al mismo tiempo, inculcar el miedo
La primera de ellas se produjo en marzo de 1982, cuando el a los residentes rurales. "Los argentinos -dijo Sobalvarro-
comando "contra" voló los puentes de los ríos Negro y Ocotal nos pedían que les mostráramos a los campesinos nuestra ca-
en el norte de Nicaragua, para impedir el movimiento de tan- pacidad militar y les metiéramos miedo hablándoles de las
ques y maquinaria pesada hacia Chinandega. 145 Los argenti- torturas y los asesinatos cometidos por los militares sandinis-
nos planearon estas primeras operaciones con informaciones tas y subrayando que, si seguían apoyando al gobierno, per-
de la CIA. Como lo expresó un ex comandante "contra", "ba- derían sus casas y su tierra y se convertirían así en vasallos
148
sados en la información adecuada, los asesores argentinos del estado." Se procuraba especialmente infundir senti-
adiestraron a los comandos, supervisaron los preparativos y mientos anticomunistas en el campesinado:
condujeron las misiones de infiltración". 146 Después de su
partida, a principios de 1984, uno de los objetivos de la ins- "Si no paramos ya la agresión sandinista –le decíamos a la
trucción dada por los asesores norteamericanos fue apoyarse población local– pronto tendremos que pelear contra los
en los cursos de guerra de guerrillas dictados por ellos, así co- hondureños y costarricenses". Decíamos que los sandinistas
no querían la paz: la prueba era que apoyaban a la guerrilla
salvadoreña. También les mostrábamos a los campesinos ar-
mas soviéticas capturadas al EPS como prueba de que los
represión urbana, había sido la bomba puesta en julio de 1976 en el cuartel sandinistas eran representantes de los soviéticos y que los
general de inteligencia de la Policía Federal en Buenos Aires, un operativo cubanos estaban invadiendo Nicaragua para imponer su sis-
montonero que mató a más de veinte personas e hirió a otras sesenta. Ander- tema político.'"
sen, Dossier Secreto..., cit., p. 231.
143
Esta evaluación de la influencia argentina en el movimiento armado
"contra" se basa primordialmente en mis entrevistas con Martínez Zelaya,
Sobalvarro, Ampié Quiroz y Morales.
144
Entrevista con Sobalvarro. 147
Testimonio de Rodríguez Martínez, p. 99.
143
Testimonio de Rodríguez Martínez, p. 97. 149
Entrevista con Sobalvarro.
146
Entrevista con Rivera. 149
Mut.

212 213
Bajo la conducción argentina, hubo un intento decisivo de generalizaba la participación norteamericana. En suma, con
darle al movimiento antisandinista un matiz ideológico. Ese el despliegue de una cantidad relativamente pequeña de ase-
esfuerzo por imponer una finalidad ideológica consciente a la sores expertos en el área, los argentinos habían creado el nú-
lucha armada mediante el adoctrinamiento en todos los nive- cleo de lo que sería uno de los más poderosos ejércitos con-
les menguó cuando los Estados Unidos reemplazaron a los ar- trarrevolucionarios en el Tercer Mundo.
gentinos como principales asesores de los Contras. Varios co- En el momento en que la CIA asumió el control efectivo del
mandantes de campo civiles de éstos señalaron que el principal programa, alrededor de la tercera parte de todos los puestos
problema de la oposición fue que al crecer se convirtió en una de la estructura de mando de la FDN estaban en manos de ex
fuerza militar y no en un movimiento guerrillero político ideo- guardias nacionales o civiles que habían recibido entrenamien-
lógico como los sandinistas. "Una de nuestras debilidades cla- to de asesores argentinos o de personal nicaragüense, hondu-
ve fue la falta de cuadros ideológicos", dijo un líder "contra". reño, guatemalteco o salvadoreño instruido por éstos. 153 La
"La mayoría de los comandantes de campo eran hombres sólo mayoría de los principales cargos militares de la fuerza, in-
dedicados a operaciones militares, sin ninguna capacitación cluido el de comandante estratégico, eran desempeñados por
para difundir su causa entre la población. Había habido una ex guardias nacionales adiestrados por los argentinos.
mínima formación ideológica proporcionada por los argenti- Además, los efectivos de esa nacionalidad estaban directa
nos, pero únicamente a la estructura de mando militar."15° o indirectamente implicados en la instrucción de varios co-
Por lo común, las tensiones en el plano de la comunidad lo- mandantes de campo en diferentes niveles de la estructura mi-
cal eran las que determinaban la decisión de una población con litar "contra": mandos regionales (quinientos a mil doscien-
respecto a si apoyar o no la contrarrevolución e incorporarse a tos combatientes), grupos de tareas (doscientos cincuenta
ella: "La mayoría de la tropa no sabía por qué estaba pelean- combatientes), compañías (ciento veinte combatientes), gru-
do. En su mayor parte, se unían a nuestras fuerzas debido a su pos (sesenta combatientes) y destacamentos (veinte comba-
resentimiento por algún incidente específico, como el asesinato tientes). Los asesores argentinos también entrenaron a las
de un pariente o la violación de la madre o la hermana. No lo- fuerzas miskitos y a ex guardias nacionales (algunos de ellos
gramos construir sobre ese resentimiento un conjunto de en Buenos Aires) asignados a la instrucción de las tropas de la
MISURA en Honduras.
creencias de aceptación generalizada". 1 " Es importante pun-
tualizar que la mayoría de los ex guardias nacionales en pues- La intervención argentina en la guerra contra el régimen
tos de conducción no creían necesario adoctrinar a los campe- sandinista, iniciada a la luz de lo que se percibía como la ab-
sinos porque, en su opinión, éstos ya expresaban su postura al dicación de responsabilidades de los Estados Unidos en mate-
ofrecerse como combatientes antisandinistas voluntarios.152 ria de seguridad hemisférica durante el gobierno de Carter,
puso de relieve una estrategia concebida para ofrecer a los
contrarrevolucionarios nicaragüenses una fuente alternativa
Millones de dólares sin destino cierto de apoyo militar y político. Como lo mostrará el próximo ca-
pítulo, los esfuerzos argentinos se proyectaron para alcanzar
Luego del retorno de la Argentina a la democracia en diciem- grandes dimensiones. De hecho, funcionarios designados por
bre de 1983, su apoyo a los "contras" declinó, mientras se el gobierno de Raúl Alfonsín en 1983 descubrieron en el Mi-

153
Realicé veinte entrevistas con ex dirigentes "contras" en Nicaragua en
15
° Entrevista con Sosa. junio y julio de 1993. Mi evaluación del impacto de la instrucción argentina
151 en la conducción militar "contra" se basa en los datos recogidos en ese mo-
Entrevista con Sobalvarro.
152
Véase Bendaña, Una tragedia campesina..., cit., p. 232. mento.

214 215

nisterio de Defensa de la Argentina registros militares que re- CAPÍTULO 5. UN MUNDO CLANDESTINO:
velaban que en la operación centroamericana se habían inyec- AMÉRICA CENTRAL EN LA ERA DE LOS CONTRAS"
tado secretamente millones de dólares sin ninguna rendición
de cuentas.'s"
En [Os años ochenta, tras la elección de Reagan como pre-
sidente, la colaboración entre la Argentina y los Estados Uni-
dos se fundó en puntos de vista coincidentes sobre el Tercer
Mundo corno uno de los campos del enfrentamiento este-oes-
te. Ambos países sostenían que ese conflicto exigía una acción
militar decisiva para contrarrestar lo que se veía como expan-
sionismo soviético. Se creía que el comunismo internacional
era el inspirador de las amenazas a la seguridad nacional. La La naturaleza clandestina de la cooperación entre gobiernos
decisión de la administración Reagan en favor de la acción (e intereses no gubernamentales) en la empresa contrarrevolu-
clandestina como el medio más eficaz de desestabilizar al go- cionaria centroamericana impulsó a estos actores políticos a
bierno sandinista coincidió con el objetivo argentino de orga- establecer vínculos transnacionales ad boc. Fundados en per-
nizar secretamente un ejército en el exilio que pudiera realizar cepciones compartidas de la situación, todos esperaban acre-
operativos guerrilleros dentro del territorio nicaragüense. centar sus posibilidades de influir en los resultados políticos y
En conclusión, puede señalarse que los principios de la se- de seguridad de la región. La inestable situación estimulaba la
guridad nacional y el papel de conducción del aparato de in- convergencia de gobiernos y actores no gubernamentales en
teligencia fueron características clave de las operaciones ex- torno del movimiento armado antisandinista, creando una
traterritoriales argentinas. La red de poderosos servicios de multifacética red de interacciones. Estas alianzas cumplieron
inteligencia mayormente autónomos que había surgido como un papel clave en el avance del programa antiinsurgente encu-
un núcleo independiente dentro del estado autoritario argen- bierto. Los intentos iniciales de reorganizar los restos de la
tino desarrolló un amplio programa contrarrevolucionario en guardia nacional nicaragüense tuvieron la ayuda de procesos
América Central. En colaboración con la CIA, los argentinos políticos transnacionales basados en intereses y actitudes re-
organizaron un ejército rebelde caracterizado por la corrup- gionales específicas.'
ción y la brutalidad. Como parte de esta empresa, sus aseso- La cooperación entre gobiernos y grupos de presión se cen-
res transmitieron a los "contras" nicaragüenses su experien- tró primordialmente en el intercambio de información, la mo-
cia en guerra no convencional. Ese know-how, combinado vilización de recursos económicos y militares y la coordina-
con la tradicional crueldad de los guardias nacionales de So- ción de planes operacionales. Pero el resultado capital de
moza, condujo a groseras violaciones de los derechos huma- estas múltiples interacciones fue el desarrollo de la misma red
nos, en una guerra que devasró Nicaragua y profundizó las transnacional informal. la estructura de apoyo para los acto-
tensiones sociales de ese país. res derechistas, basada en el así llamado anticomunismo, de-

Algunos documentos citados en este capitulo se consultaron a través de


la siguiente colección de microiiehas: Declassitied Documents Reference Sys-
tem, Woodbridge, Rescata Pubkcarions, varios años (en lo sucesivo, IMR51.
I
La primera sección de este capítulo recurre a Peer Willetts (comp.),
1
" John Goshko, "Argentina bid> 'Contra' Aid", en Washington Post, Pressure Grnups 111 the Global System, Nueva York, Sr. Martin's Press,
19 de enero de 1981. 1982, pp. 1-27 y 179.100.

216 217
sembocó en una colaboración efectiva a través de las fronte- la falta de restricciones burocráticas. Sus integrantes tenían la
ras nacionales. posibilidad de actuar mediante procedimientos poco ortodo-
Los grupos directa o indirectamente involucrados en la fase xos, con mayor flexibilidad y rapidez que los gobiernos y
inicial del enredo fueron de diversos tipos. Los actores no esta- estaban exentos de la obligación de obtener la aprobación pe-
tales desempeñaron un gran papel en la vinculación del movi- riódica de las autoridades.
miento interno "contra" con las redes transnacionales.11abía:
La perspectiva de la inteligencia
1. grupos formados en torno de problemas específicos (se
contaron entre los patrocinadores más importantes de El apoyo a los sandinistas desde fines de los años setenta por
la empresa antisandinista): la Liga Anticomunista Mun- parte de diversos movimientos revolucionarios y de liberación
dial (LAM) y su capítulo latinoamericano, la Confedera- nacional, y la participación de actores estatales externos en la
ción Anticomunista Latinoamericana (CAL), las organi- guerra de contrainsurgencia de Somoza durante el mismo pe-
zaciones de exiliados cubanos Omega 7 y Alfa 66, el riodo habían dado a la revolución nicaragüense una dimen-
Movimiento Costa Rica Libre (rstoti.) y la logia masóni- sión geopolítica. Los esfuerzos de los actores externos por
ca italiana Propaganda Due (P-2); ayudar a los grupos rebeldes nicaragüenses en su desafío al ré-
2. organizaciones religiosas de derecha, entre ellas la Igle- gimen sandinista acentuaron ese aspecto del conflicto. El as-
sia de la Unificación del reverendo Sun Myung Moon y censo de la actividad revolucionaria en El Salvador y Guate-
su brazo político, la Confederación de Asociaciones pa- mala, así como la creciente participación de 1 londuras y Costa
ra la Unidad de las Sociedades de América (CAUSA) y Rica en los conflictos regionales, convirtieron a América Cen-
Extensión Evangélica y Mayoría Moral, con sede en los tral, y en especial a Nicaragua, en un sucedáneo de múltiples
Estados Unidos; enfrentamientos geopolíticos; a saber, el régimen militar ar-
3. partidos políticos, en particular el Movimiento de Libe- gentino contra las organizaciones revolucionarias Montoneros
ración Nacional (mt.N) de Guatemala, la Alianza Repu- y Ejército Revolucionario del Pueblo (FRP), Israel contra la Or-
blicana Nacionalista ( ARENA) de El Salvador y la Confe- ganización para la Liberación de Palestina ( OLP) y los exilia-
3
rencia Republicana del Senado de los Estados Unidos; dos cubanos contra el régimen comunista de Fidel Castro. En
4. grupos económicos: empresas e instituciones financie- el caso de la Argentina, la preocupación de los militares no se
ras, primordialmente argentinas, como el Ingenio Ledes- centraba en una posible ofensiva guerrillera argentina a partir
ma, Bridas, la Empresa de Desarrollos Especiales (E p t- de Nicaragua –puesto que tanto los Montoneros como el FRP
SA) y • Fransporte Aéreo Rioplatense (TAJO.= habían sido derrotados hacia fines de 1979–, sino en la posibi-
lidad de "operaciones subversivas de inteligencia" contra el ré-
El origen de la fortaleza de estos grupos podría encontrarse gimen militar lanzadas desde aquel país.'
no sólo en su capacidad, en algunos casos, para movilizar im- La colaboración entre los servicios latinoamericanos de in-
portantes recursos económicos o coercitivos, sino también en teligencia militar y sus lazos con actores no gubernamentales
el intenso compromiso personal de sus miembros. Éste se de- internos, particularmente empresarios y organizaciones anti-
rivaba de creencias políticas, expresadas primordialmente co- comunistas, ayudaron a movilizar recursos materiales y orga-
mo anticomunismo y lealtad al orden occidental y cristiano, y

Ve:1kt Ande:son Anderson, Inside the 1.e.zp,fle, cit.; y Bruce Holiman,


'!Be et o asid Israel in Central America: jipe Genpolitica1 01111COISUM, Sama
= Las definiciones de los tipos de grupos de presión se extraen de Wilietts Monica, RiND, 1985.
Pressuregrottps..., cit., pp. 2-8. ' Entrevista con Mallca Gil.

218 219
nizativos en la fase inicial del esfuerzo contrarrevolucionario. conexión entre los agentes argentinos y el aparato de espiona-
Como ya se mencionó, las relaciones individuales jugaron un je norteamericano.
papel decisivo en la alianza, sobre todo a causa de las intensas
lealtades personales resultantes de la socialización y el recluta- El cuartel general del grupo de tareas en Florida
miento. Por ejemplo, los oficiales centroamericanos educados
en las academias militares argentinas (Colegio Militar y Escue- Tras haber decidido jugar un papel en la oposición a la ame-
la Superior de Guerra) a principios de los años sesenta cum- naza revolucionaria en América Latina, la conducción militar
plieron papeles significativos en la organización de la oposición argentina comprendió que, para llevar a la práctica las deci-
paramilitar al régimen sandinista. 5 También la Escuela de las siones de la estructura central de Buenos Aires, había que es-
Américas de los Estados Unidos, ubicada en la Zona del Canal tablecer un aparato encubierto en todo el hemisferio. Ésa fue
de Panamá, tuvo un rol crítico en el establecimiento de redes la razón que justificó la organización de una unidad especial
anticomunistas continentales compuestas por oficiales latinoa- de inteligencia, el Grupo de Tareas Exterior, creado como
mericanos, entrenados allí en técnicas de inteligencia en los una prolongación del Batallón de Inteligencia 601.
años sesenta y setenta.6 La naturaleza delicada de las actividades del grupo de ta-
reas, que incluían el tráfico de armas y el lavado de narcodó-
lares, decidieron al alto mando argentino a establecer su cuar-
Espías, armas y drogas: el aparato extraterritorial tel general en Florida, una ubicación excepcionalmente
de la Argentina conveniente dada la connivencia de las agencias de seguridad
del gobierno de los Estados Unidos con respecto a las opera-
La internacionalización del aparato contrainsurgente argenti- ciones argentinas encubiertas en ese país.?
no exigió el desarrollo de unidades autónomas de inteligen- La administración Carter todavía estaba en funciones cuan-
cia. Éstas tenían que operar desde bases ubicadas fuera del do, en 1978, el régimen militar argentino estableció bases de
país y establecer conexiones con redes transnacionales. operaciones en Miami y Fort Lauderdale con el objetivo de
El Batallón de Inteligencia 601 del ejército, una unidad con coordinar transacciones financieras, embarques de armas, ope-
amplias capacidades formales e informales, instaló bases ex- rativos de inteligencia e instrucción contrainsurgente. De acuer-
traterritoriales principalmente en los Estados Unidos. Los do con el testimonio dado a la Comisión de Relaciones Exte-
centros de operaciones más importantes se establecieron en riores del Senado estadounidense por Leandro Sánchez Reisse,
Florida, donde los argentinos tenían muchos contactos. Así un ex agente de inteligencia del ejército argentino, la CIA auto-
facilitadas sus actividades, la unidad de inteligencia argentina rizó las acciones clandestinas de la Argentina en los Estados
pudo actuar con eficiencia y mantener tanto en secreto como Unidos. 8 Como antes se señaló (véase capítulo 2), Sánchez
con plena autonomía su presupuesto, sus planes y su perso- Reisse dijo que mientras actuó como administrador del grupo
nal. La instalación del cuartel general para las operaciones de tareas tuvo que tratar directamente con agentes de la CIA.9
centroamericanas en los Estados Unidos también facilitó la La colaboración de esta agencia con los integrantes de la
inteligencia argentina antes de la asunción de Reagan indica
5
Dos casos prominentes fueron el teniente coronel Emilio Echaverry Mejía, que, aun durante el gobierno de Carter, aquélla estuvo impli-
de la guardia nacional nicaragüense, y el general hondureño Gustavo Álvarez
Martínez. Véanse memo de la CIA "Biographical sketch of Emilio Echaverry
7
Mejía", 19 de diciembre de 1983 ( DORS); memo de la CIA "Biographical sketch Congreso de los Estados Unidos, testimonio de Sánchez Reisse, cit., pp.
of Gen. Gustavo Álvarez Martínez", 25 de agosto de 1983 ( DDRS). 14-17, 26-27 y 111.
6 8
Declaración jurada de R. P. Fernández, cit., p. 48; Goobar, "Escuela de Ibid., pp. 17 y 37.
9
dictadores", citado. Ibid., pp. 34-37.

220 221
cada en una operación no autorizada. Su participación en ese la Comunidad Informativa, la red interfuerzas que coordina-
período en una empresa contrarrevolucionaria promovida ba el aparato represivo clandestino en la Argentina. El núcleo
por los militares argentinos es una ilustración clave de la au- de este organismo se encontraba en el Batallón de Inteligencia
tonomía con que actuaba. El papel de la CIA en las primeras 601 y Coordinación Federal de la Policía Federal, con apoyo
fases de la promoción de la reacción contrarrevolucionaria en de los servicios de inteligencia de la marina y la fuerza aérea.
Nicaragua fue mucho más allá del muy criticado intento de Vinculada con servicios de inteligencia militar de América La-
Carter de preservar la despiadada guardia nacional de Somo- tina, la Defense Intelligence Agency (DIA) de los Estados Uni-
za tras el derrumbe del régimen del dictador.1° dos y la CIA, esta sofisticada estructura argentina tenía el ob-
El grupo de tareas argentino estaba encabezado por un jetivo confeso de enfrentar "una red sistemática e integrada
agente civil de inteligencia, Raúl Antonio Guglielminetti. Sus de organizaciones comunistas terroristas en América Lati-
superiores inmediatos en Buenos Aires eran el coronel Raúl na"» En realidad, se convirtió en el eje de una vasta red ul-
A. Gatica, del Batallón 601, y dos coroneles del Primer Cuer- traderechista directamente implicada en actividades ilegales y
po de Ejército, Roberto L. Roualdés y Enrique C. Ferro. 11 Ex apoyada por los regímenes militares latinoamericanos y agen-
miembro de la Triple A vinculado con el fascista Grupo An- cias gubernamentales de los Estados Unidos.16
des (un programa de inteligencia continental orientado a la
detección y captura de disidentes políticos), 12 Guglielminetti Las empresas pantalla argentinas
había sido reclutado por el Batallón 601 a mediados de los
años setenta. Durante la guerra sucia en la Argentina, operó Desde 1978 hasta 1981, la unidad de inteligencia argentina
en centros clandestinos de detención en las provincias de con base en Miami organizó transacciones en moneda extran-
Neuquén y Buenos Aires.13 jera y embarques de armas y pertrechos militares especiales
Tanto él como Sánchez Reisse recibieron instrucción de in- en apoyo del programa contrarrevolucionario de la Argentina
teligencia en los Estados Unidos en 1976. 14 Trabajaron para en América Central. Durante ese período, las empresas panta-
lla argentinas manejaron más de treinta millones de dólares
en cuentas de los Estados Unidos, Suiza, las Bahamas, las is-
1
° Véase Booth y Walker, Understanding Central America, cit., p. 130. las Gran Caimán, Liechtenstein y Panamá.17
11
Testimonio de Sánchez Reisse, cit., pp. 9-10 y 80; D'Andrea Mohr, Los argentinos establecieron sociedades de testaferros en
"La línea y la memoria", citado. casi todos esos países, para manejar transacciones en dinero o
12
Testimonio de Sánchez Reisse, cit., p. 10.
13
En Neuquén, Guglielminetti actuó en el centro de detención clandesti-
na conocido como La Escuelita. En Buenos Aires lo hizo en El Banco, Olim-
14
po, Superintendencia de Seguridad Federal y Garage Azopardo. Bajo el man- Testimonio de Sánchez Reisse, cit., pp. 8-9 y 106.
do de Suárez Mason, jefe del Primer Cuerpo de Ejército, realizó operativos " Por ejemplo, agentes del Batallón 601 fueron responsables de los se-
de inteligencia en Buenos Aires, manejó ventas de pertenencias de individuos cuestros extorsivos de Carlos Koldobsky (enero y julio de 1979), Jaime Pri-
desaparecidos y participó en el secuestro extorsivo de empresarios y banque- sant (marzo de 1979), Fernando Combal (mayo de 1979 y marzo de 1981) y
ros durante la guerra sucia. Centro de Estudios Legales y Sociales ( CELS), Osvaldo Sivak (mayo de 1979 y julio de 1985). En apariencia, el Batallón
Culpables para la sociedad, impunes por la ley, Buenos Aires, CELS, 1988, p. 601 combatía la así llamada subversión económica en la Argentina. Alberto
24; Gasparini, La pista suiza, pp. 275-276. Dos veteranos de la guerra sucia Riobó, "Sánchez Reisse y el secuestro de banqueros", en La Razón, Buenos
que trabajaron para el Grupo de Tareas Exterior fueron Jorge Rivero, un ex Aires, mi ejemplar sin fecha, circa 1987; Jesús Iglesias Rouco, "Testimonios
miembro de la Triple A y agente de la SIDE, y Jorge Franco, oficial del ejérci- (I): declaraciones de un Subcomisario sobre el caso Sivak" y "Testimonios
to que actuó como asistente de Sánchez Reisse en el cuartel general de Flori- (n): otras dos declaraciones del Subcomisario Moreschi sobre el caso Sivak",
da. Salinas, "Los mercenarios argentinos (1)", cit., p. 7, y "Los mercenarios en La Prensa, Buenos Aires, mis ejemplares sin fecha, circa 1986.
17
argentinos (II)", cit., p. 33. Testimonio de Sánchez Reisse, cit., pp. 18-19 y 56. Véase Corn, "The
14
Scott y Marshall, Cocaine Politics..., cit., p. 50. CIA and the Cocaine Coup", cit., p. 405.

222 223
transferencias cablegráficas en código. Esta manera de operar ciones de actores de variedades norteamericanos en la Argen-
les permitía comprar armamentos y equipos sofisticados que tina. La empresa, instalada en Fort Lauderdale, había sido
no podían obtenerse a través de canales normales. De esa for- inicialmente constituida en Nueva York en 1977 por el abo-
ma adquirieron armas y pertrechos militares procedentes de gado de Sánchez Reisse, Norman Faber, un socio de la firma
fuentes tan diversas como Alemania Oriental, Gran Bretaña, legal de William Casey, director de inteligencia durante la
Taiwán, Tailandia y Corea del Sur.18 presidencia de Reagan.23
El negocio que hacía de pantalla a las actividades de Gu- Los argentinos utilizaban con frecuencia los servicios de la
glielminetti, el "Silver Dollar", una casa de numismática y agencia de cambio Deak Perera y el Crédit Suisse Bank. 24 En
empeño de Miami, manejaba el tráfico de armas y actuaba 1982, la agencia se vio envuelta en un escándalo financiero re-
como centro de operaciones del grupo de tareas argentino. lacionado con el lavado de dinero. 25 Según se decía, su gerente
Las armas se compraban principalmente a proveedores cuba- general, Raúl del Cristo, estaba estrechamente vinculado a Ra-
no-norteamericanos y luego se embarcaban a América Cen- món Milián Rodríguez, un cubano-norteamericano que lavaba
tral y Panamá con el conocimiento del gobierno de los Esta- dinero de los carteles colombianos de la droga. 26 El Crédit
dos Unidos. 19 Un enlace clave en esta empresa era el agente Suisse Bank, a su turno, cumplió un papel importante en el
de la CIA John Hull, un ranchero estadounidense cuya pista
de aterrizaje en Costa Rica se usaba para la red de reaprovi-
sionamiento de los Contras y el tráfico de cocaína. 2 ° Al pare- 23
Sobre la empresa pantalla de Sánchez Reisse, véanse las siguientes fuen-
cer, Hull había trabajado para la CIA en Brasil entre 1974 y tes: testimonio de Sánchez Reisse, cit., pp. 13-18, 96-97 y 132-133; Corn,
1976, donde se había visto envuelto en operaciones clandesti- "The CIA and the Cocaine Coup", cit., p. 404; Barón, "La conexión Sánchez
nas que incluían secuestros y asesinatos. 21 Según testimonios, Reisse-Suárez Mason...", cit., p. 20. Antes de constituirse en Nueva York,
había tenido reuniones con Guglielminetti que se remontaban Argenshow había sido una sociedad argentina de la que era propietario Sán-
por lo menos hasta 1980, cuando los dos agentes se encontra- chez Reisse junto con Fernando Combal, un empresario argentino secuestra-
do por agentes del Batallón 601 en 1979 y 1981. El contacto entre Sánchez
ron en Costa Rica para discutir el impacto de la Nicaragua
Reisse y Norman Faber fue Mike Gould, un empresario norteamericano que
revolucionaria en América Central y los aspectos financieros estableció vínculos con el régimen militar en ocasión del campeonato mun-
de la empresa argentina.22 dial de fútbol de 1978. A mediados de la década del ochenta, Sánchez Reisse
La cobertura de Sánchez Reisse era una firma denominada y Faber fundaron Integrity Capital Corporation, una compañía de lavado de
"Argenshow", cuya actividad visible era contratar presenta- dinero con sede en los Estados Unidos que empleaba a oficiales de la policía
y el ejército argentinos y tenía estrechos lazos con la organización terrorista
de exiliados cubanos Omega 7 y agentes de la CIA. Testimonio de Sánchez
Reisse, cit., pp. 93-98.
19 20
Testimonio de Sánchez Reisse, cit., pp. 52-54 y 140; Scott y Marshall, Testimonio de Sánchez Reisse, cit., pp. 53-54 y 113-115.
23
Cocaine Poética..., cit., p. 49. R. T. Naylor, Hot Money and the Política of Debt, Nueva York, Lin-
19
Testimonio de Sánchez Reisse, cit., pp. 14, 22-23, 54-55 y 133-135. den/Simon and Schusrer, 1987, p. 292.
26
Panamá jugó un gran papel en la empresa argentina. La mayor parte de los Para información adicional sobre esta red en particular, véanse las si-
fondos y armas para las operaciones en América Central se transferían por guientes fuentes: testimonio de Sánchez Reisse, cit., pp. 109-110; Congreso
intermedio de esa plaza, y Manuel Noriega era un estrecho colaborador de la de los Estados Unidos, audiencias ante la Subcomisión de Terrorismo, Nar-
inteligencia militar argentina. cóticos y Operaciones Internacionales y la Subcomisión de Política Económi-
29
Véase Congreso de los Estados Unidos, Senate Committee on Foreign ca Internacional, Comercio, Océanos y Medio Ambiente de la Comisión de
Relations, Subcommittee on Terrorism, Narcotics, and International Opera- Relaciones Exteriores del Senado, 27 de mayo, 15 de julio y 30 de octubre de
tions, Drugs, Law Enforcenzent and Foreign Policy: A Repon, Washington, 1987, pp. 244-245; y Scott y Marshall, Cocaine Política..., cit., p. 223. Ra-
DC, Government Printing Office, 1989, pp. 53-54 y 56-57. món Milián Rodríguez había sido entrenado por un exiliado cubano, el te-
Honey, Hostile Acts..., cit., pp. 267-268 y 272-273. rrorista Manuel Arrime, oficial político de la fracasada operación de Bahía
22
Testimonio de Sánchez Reisse, cit., pp. 60-63. de los Cochinos.

224 225
asunto Irán-Contras; "fondos procedentes de todos los partici- Los agentes a cargo de las actividades financieras del apa-
pantes en la venta de armas a Irán afluían y salían de este ban- rato de inteligencia exterior, principalmente Sánchez Reisse y
co, lo mismo que ocurría con la mayoría de los fondos usados Guglielminetti, habían participado anteriormente en el com-
en las operaciones de reaprovisionamiento de los Contras".27 bate contra la así llamada subversión económica durante la
El gobierno de Irán, el traficante de armas iraní Manucher guerra sucia. 32 Uno de los blancos de esa empresa fue el im-
Ghorbanifar y varias de las compañías que componían la Em- perio financiero encabezado por el banquero argentino David
presa de Oliver North tenían cuentas en ese banco.28 Graiver. 33 Los militares lo acusaron de manejar fondos mon-
El Grupo de Tareas Exterior con sede en Florida cooperó toneros reunidos mediante el secuestro extorsivo de empresa-
con el Centro Piloto de la marina argentina en París. 29 Crea- rios argentinos. El Batallón de Inteligencia 601 investigó las
do en 1979, este centro recolectaba datos sobre los grupos propiedades de Graiver y otras sociedades a las que se supo-
opositores argentinos en Europa, infiltraba organizaciones de nía ligadas al movimiento guerrillero. Con el pretexto del
derechos humanos y producía material de propaganda para combate contra la subversión, oficiales de alto rango de ese
mejorar la imagen internacional del régimen militar." batallón saquearon los bienes de varios empresarios y accio-
nistas que fueron secuestrados por las fuerzas de seguridad."
El submundo Este círculo criminal se expandió de manera significativa
cuando el Batallón 601 internacionalizó sus operaciones de
La red internacional creada por la inteligencia militar argentina inteligencia y financieras a fines de los años setenta.
servía como un conducto para el tráfico de drogas y armas, el
lavado de dinero y actividades terroristas, mucho más allá del
propósito original de repeler la amenaza comunista en el he- Otros actores, otras agendas
misferio occidental. En la Argentina, el desarrollo de un apara-
to autónomo de inteligencia, con capacidad para llevar a cabo La participación argentina en América Central fue instigada
vastas operaciones secretas, tuvo un fuerte impacto en la socie- por una serie de actores que, cuando la situación política en
dad civil y política; de hecho, se convirtió en una amenaza para la región cobró importancia para ellos, decidieron embarcarse
el gobierno democrático instalado en 1983. La consolidación en interacciones informales a través de las fronteras. En algu-
de centros clandestinos internos de poder por parte del estado nos casos, estos participantes implementaron sus programas
generó un fuerte aparato informal que escapaba al control de independientemente de los argentinos, como sucedió con Is-
los organismos gubernamentales y la sociedad civil.31 rael, que perseguía sus propios objetivos geopolíticos pero ad-
virtió de inmediato la ventaja de cooperar con ellos en la em-
presa contrainsurgente centroamericana. En otros casos, por
27
National Security Archive (comp.), The Iran-Contra Affair..., cit., p. ejemplo el de la red de exiliados cubanos, la aventura antisan-
113. dinista se vio como una batalla necesaria en la guerra contra
25
!bid., pp. 89-90 y 113. La Empresa de North era "el grupo de compa-
Castro. Grupos centrados en problemas específicos (por ejem-
ñías y sociedades de testaferros que por el lado norteamericano manejaban el
flujo de fondos para las ventas de armas a Irán y gran parte de las operacio- plo la LAM-CAL) fueron el origen de un fuerte movimiento
nes de reaprovisionamiento de los Contras", p. 90.
29
Testimonio de Sánchez Reisse, cit., p. 140.
313 32
CONADEP, Nunca Más..., cit., pp. 133-134. El teniente de navío Alfre- Salinas y Villalonga, Condirán..., cit., pp. 200-201.
33
do Astiz, responsable de la desaparición de varios activistas de los derechos Andersen, Dossier Secreto..., cit., p. 258. Véase Juan Gasparini, El cri-
humanos en la Argentina, operaba desde el Centro Piloto de París. men de Graiver, Buenos Aires, Grupo Editorial Zeta, 1990.
31
Sobre esta cuestión aplicada a un contexto diferente, véase Wolfe, The Grecco y Luza, "Secuestros extorsivos: la historia del horror", cit., pp.
Limáis of Legitinzacy..., cit., p. 201. 10-15.

226 227
ideológico conspirativo empeñado en derrotar lo que perci- La embajada israelí y funcionarios del Mossad tenían es-
bían como un enemigo internacional multifacético que ame- trechos vínculos con el general Albano Harguindeguy, minis-
nazaba a la sociedad occidental. La red anticomunista se en- tro del interior de la Argentina. Harguindeguy dispuso que
trelazaba con individuos con poder de decisión en los países personal de inteligencia israelí pudiera utilizar instalaciones
envueltos en la guerra contrarrevolucionaria. Esta red exhibía de la Policía Federal para prácticas de tiro; a cambio, los is-
una capacidad excepcional para movilizar recursos no guber- raelíes proporcionaron a los grupos de tareas que operaban
namentales en toda América Latina. desde el Ministerio del Interior municiones y sofisticados
equipos policiales» Además de manejar operativos represi-
vos contra los "subversivos", Harguindeguy comandaba un
Israel grupo dedicado a los secuestros extorsivos, que usaba las ca-
pacidades operacionales de su ministerio. Paradójicamente,
Cuando la administración Carter suspendió toda asistencia las víctimas preferidas de dichas prácticas fueron empresarios
militar a la Argentina en 1978 a causa de las groseras violacio- judíos. 38 Los servicios de inteligencia israelíes cooperaron ac-
nes del régimen a los derechos humanos, Israel apareció como tivamente con los argentinos en materia de seguridad interna
un proveedor alternativo de armas para las fuerzas armadas durante los años de la guerra sucia.39
de ese país. Desde 1978 hasta 1983, Israel exportó a la Argen- Funcionarios de ese país en la Argentina también tenían es-
tina equipamiento militar por un valor de más de mil millones trechas relaciones con el Batallón de Inteligencia 601. El em-
de dólares, incluidos cazas Mirage-5 Dassault, Mirage-3C bajador de Israel y el agente del 601 Sánchez Reisse se reunie-
(Daggers), Skyhawks A-4 de fabricación norteamericana, misi- ron en varias oportunidades en Buenos Aires (Argenshow, el
les Gabriel y equipos para seguridad interna. El Mossad, la negocio de cobertura de Sánchez Reisse en Fort Lauderdale,
agencia israelí de inteligencia exterior, envió asesores a la Ar- colaboró con los israelíes y, en muchas ocasiones, agentes del
gentina para que entrenaran a oficiales del ejército. 35 Ese país Batallón 601 proporcionaron "seguridad" a diplomáticos de
también compartió información de contrainsurgencia con el esa nacionalidad). La embajada de Israel en Costa Rica sumi-
ejército argentino; por ejemplo, sobre los combatientes monto- nistraba pasaportes falsos a los asesores argentinos que traba-
neros que se preparaban en campos de la OLP en el Libano pa- jaban clandestinamente en Honduras y prestaba asistencia a
ra "la contraofensiva final" contra el régimen militar.36 extremistas anticomunistas centroamericanos íntimamente li-
gados a ellos y a los Contras nicaragüenses."
Expertos militares israelíes colaboraron con las fuerzas ar-
15
La descripción de la ayuda israelí a la Argentina se basa en las siguientes
gentinas involucradas en el golpe de la cocaína en Bolivia, en
fuentes: Stockholm International Peace Research Institu y e (SIPRI), World Ar- julio de 1980. Los militares argentinos, en especial el ejército
maments and Disarmament Yearbook 1979, Londres, Taylor and Francis,
1979, pp. 204-205; SIPRI, Yearbook 1982, Londres, Taylor and Francis, 1982,
p. 207; Edward Schumaker, "Argentina Buying New Arms", en New York 37
Times, 6 de junio de 1982; Washington Post, 7, 12 y 16 de diciembre de Declaración jurada de Peregrino Fernández, cit., p. 37. El general Har-
1982; Latin America Weekly Repon (en lo sucesivo LA %U), 24 de diciembre guindeguy había sido jefe de la Policía Federal desde diciembre de 1975 hasta
de 1982, p. 10; Ignacio Klich, "Israel et l'Amérique Latine: Le Pari d'un enga- el golpe de marzo de 1976.
38
gement acero aux c g tés de Washington", en Le Monde Diplomatique, febrero Declaración jurada de Peregrino Fernández, cit., pp. 17-18; Andersen,
de 1983, p. 17. Véase Bishara Bahbah, Israel and Latin America: The Military Dossier Secreto..., cit, p. 246.
39
Connection, Nueva York, St. Martin's Press, 1986, pp. 72-73 y 123-134. Véanse, por ejemplo, Bahbah, Israel and Latin America..., cit., pp.
36
Salinas y Villalonga, Gorriarán..., cit., p. 181. Véase "Israel y la dicta- 123-134; y LAWR, 17 de febrero de 1984, p. 15.
40
dura militar: retorno a la tierra prometida", en Página/12, 8 de junio de Transcripción del testimonio videograbado de Francés, cit., pp. 7 y 10;
1991. Gasparini, La pista suiza, cit., p. 253.

222 229
y la marina, cumplieron un gran papel en el levantamiento En la primavera de 1981, una firma pantalla israelí vendió
que instaló un gobierno gangsteril en ese país bajo el mando a Irán equipos militares por un valor de 27,9 millones de dó-
del general Luis García Meza y su ministro del interior, Luis lares. Los doce cargamentos de suministros tenían que enviar-
Arce Gómez (véase capítulo 1). Unidades de la inteligencia se de Tel Aviv a Teherán vía Larnaca, Chipre, en una compa-
militar argentina, que operaban desde el cuartel general del ñía argentina de cargas aéreas, Transporte Aéreo Rioplatense
alto mando boliviano, recibieron asistencia de asesores israe- (TAR). 44 El contrato entre TAR y los intermediarios británicos
líes en la vasta campaña represiva que siguió al golpe.41 que trabajaban para los israelíes reza lo siguiente: "El char-
Pero Israel parece haber tenido un enfoque bilateral con teador declara específicamente que el cargamento de que se
respecto al régimen militar argentino. La junta era bien cono- trata está compuesto por municiones. [...] Por la presente, las
cida por su antisemitismo y el tratamiento particularmente vil partes acuerdan que la ruta a recorrer según los términos y
de los presos políticos judíos, no obstante lo cual Israel su- condiciones de este convenio será la siguiente: Ben Gurion (Is-
bordinó su preocupación por el bienestar de la comunidad ju- rael)/Larnaca (Chipre)/Teherán (Irán), y viceversa"»
día en la Argentina a consideraciones políticas y comerciales. Transporte Aéreo Rioplatense, con oficinas en la Argentina,
Sin embargo, el gobierno de aquel país también se dedicó se- Suiza, Panamá y los Estados Unidos, era de propiedad de ofi-
cretamente, a través de operaciones manejadas por el Mos- ciales de alto rango de la fuerza aérea retirados del servicio ac-
sad, a salvar las vidas de cientos de judíos –aunque no todos– tivo y estrechamente vinculados con el alto mando de su arma.
que corrían el riesgo de desaparecer en manos de las fuerzas Presuntamente, el control de la compañía de cargas aéreas lo
de seguridad argentinas» tenían un brigadier general, Rodolfo Aquilino Guerra, y sus
Tengo en mis archivos pruebas de que el régimen argenti- socios» Identificada como una compañía confiable para ope-
no desempeñó algún papel en el programa norteamericano raciones de carga confidenciales, TAR creció rápidamente, ob-
para armar encubiertamente a Irán con la ayuda de Israel. La teniendo sus ganancias principalmente del tráfico de armas.
participación de los militares argentinos en el tráfico de ar- En el período de 1979 a 1980, tuvo un ingreso bruto de trein-
mas con destino a ese país complementó sus actividades ex- ta millones de dólares. De acuerdo con algunos informes, ac-
traterritoriales en América Central y posiblemente fortaleció tuaba como compañía de cargas contratada por la CIA.47
sus relaciones con la administración Reagan. En 1981, la Ar-
gentina intervino en un trato secreto entre los israelíes y el ré- 44
Scott Armstrong et al., The Chronology: The Documented Day-by-
gimen de Khomeini que cubría la provisión de 360 toneladas
Day Account of the Secret Military Assistance to Iran and the Contras, Nue-
de repuestos de fabricación norteamericana para tanques y va York, Warner Books, 1987, pp. 7-8. Véase La Razón, 8 de agosto de
municiones para las fuerzas revolucionarias iraníes. La Ar- 1981.
43
gentina se hizo cargo del transporte aéreo de la operación» Contrato entre TAR y McCafferty.
46
Entrevista con García Lupo. El brigadier Guerra estuvo involucrado en
la campaña represiva urbana como jefe del Área 162 (partido de Moreno)
[en español en el original, n del t]. CELE, Culpables para la sociedad..., cit., p.
41
Véanse, por ejemplo, LAWR, 11 de septiembre de 1981, pp. 1 y 5; Sali- 43. Ciertas evidencias indican que TAR podría haber sido usada por los mili-
nas y Villalonga, Gorriarán..., cit., pp. 142-143; Scott y Marshall, Cocaine tares para arrojar presos políticos vivos al océano Atlántico (véase capítulo
Politics..., cit., pp. 77 y 217 (nota 79). 1, "La metodología represiva de los militares"). Declaración jurada de Pere-
42
Andersen, Dossier Secreto..., cit., p. 253. Sobre la violencia antijudía grino Fernández, cit., p. 47; Buenos Aires Herald, 7 de marzo de 1995.
47
durante el régimen autoritario, véase ibid., pp. 242-243; y Jacobo Timerman, Sobre las operaciones de la compañía argentina de cargas aéreas TAR,
Preso sin nombre, celda sin número, Buenos Aires, El Cid Editor, 1982. véanse las siguientes fuentes: "El caso del avión caído en Rusia", en La Se-
43 mana, Buenos Aires, 29 de julio de 1981; Mario Diament, "La asombrosa
Contrato firmado por José María Patena, de Transporte Aéreo Riopla-
tense (TAR), y Stuart J. McCafferty, en Miami, el 7 de julio de 1981, en los historia del avión argentino que cayó en la Unión Soviética", en Siete Días,
archivos del autor. Buenos Aires, 28 de octubre de 1981; Oscar Raúl Cardoso, "Un favor clan-

230 231
El 18 de julio de 1981, un avión de la empresa que trans- Los asesores israelíes colaboraron en la elaboración de una
portaba equipos militares a Irán se estrelló cerca de Eriván, en estrategia antiinsurgente en El Salvador, Guatemala y Hondu-
la ex Unión Soviética, luego de perderse, al parecer, sobre la ras. Su asistencia en materia policial y de seguridad interna se
frontera de este país con Turquía y ser interceptado por cazas concentró en mejorar la eficacia de las fuerzas de seguridad
soviéticos. Según un funcionario del Departamento de Avia- locales, sobre todo su competencia en las actividades de inte-
ción Civil de Chipre, el carguero argentino CL-44 turbopro- ligencia. Según los instructores israelíes, las fuerzas de seguri-
pulsado había hecho cuatro escalas en Chipre en viajes entre dad centroamericanas eran "muy emocionales y causaban
Tel Aviv y Teherán durante la primera mitad de 1981. 48 Este muertes innecesarias entre los prisioneros"» Así, pues, les
incidente no fue la única prueba concreta de la participación enseñaron métodos más efectivos de interrogatorio. Cuando
de la compañía argentina de cargas aéreas en el tráfico secreto Reagan asumió la presidencia en 1981, los expertos israelíes
de armas israelíes: como se señaló en el capítulo 3, en 1977, el en contrainsurgencia comenzaron a dedicarse a la instrucción
gobierno de Barbados había confiscado otro carguero de TAR de ex guardias nacionales nicaragüenses en Honduras, posi-
que transportaba armas y municiones israelíes a Guatemala." blemente en colaboración con oficiales argentinos. 54 Una vez
La agresiva campaña israelí de exportación de armas a que la Argentina se retiró oficialmente de América Central
América Latina a fines de los años setenta, junto con lo que luego de la guerra de las Malvinas (y antes de que la CIA asu-
percibía como su papel de sucedáneo de los Estados Unidos miera el control total del programa "contra"), la agencia de
en la región, en cierto modo similar al de la Argentina, fueron inteligencia norteamericana intentó infructuosamente conven-
razones decisivas de su intervención en América Centra1. 5 ° Su cer a Israel de que se hiciera cargo de ese papel»
actuación en la región en los inicios de la presidencia de Rea-
gan fortaleció su convicción de que "podía aumentar su in-
fluencia sobre Washington cumpliendo funciones indispensa- Exiliados cubanos con base en Miami
bles para los Estados Unidos en terceros países"» Además,
su creciente preocupación por el uso de Nicaragua como una Una serie de organizaciones de exiliados cubanos proporcio-
base operacional para los agentes de la OLP que trabajaban en nó asistencia directa e indirecta a las actividades antisandinis-
América Central lo llevó a incrementar sus actividades de in- tas luego de la caída del régimen de Somoza. En la primera
teligencia y asesoramiento en la región.52 fase de la empresa contrarrevolucionaria, los cubanos instala-
dos en Miami cumplieron un papel fundamental como inter-
mediarios entre los exiliados oficiales nicaragüenses de la
destino a EE.UU.", en Clarín, 20 de diciembre de 1991; Transporte Aéreo
guardia nacional y varios individuos y organizaciones interesa-
Rioplatense S.A., folleto, sin fecha, en los archivos del autor. dos en hacer retroceder la marea comunista en la cuenca del
" Armstrong et al., The Chronology..., cit., pp. 7-8. El incidente tuvo Caribe. Veteranos del movimiento anticastrista hicieron con-
amplia cobertura en la prensa argentina. Véanse Clarín, 23 a 31 de julio y 1° tactos iniciales entre los guardias nicaragüenses y los agentes
a 6 de agosto de 1981, La Razón, 25 de julio y 8 de agosto de 1981, La Na-
ción, 27 y 28 de julio de 1981, Buenos Aires Herald, 29 de julio de 1981,
Convicción, 29 de julio de 1981, y La Prensa, 2 y 6 de agosto de 1981.
49
"Odisea en el Caribe de un avión argentino", en La Semana, 7 de julio
)3
"Israel Adds Itself to the War Against Nicaragua", en Soberanía 8,
de 1977. enero de 1983, p. 37.
54
5
° Hoffman, The PLO and Israel..., cit., p. vii, passim. Véanse, por ejemplo, Guardian, Londres, 10 de diciembre de 1982;
51
Cheryl A. Rubenberg, "Israel and Guatemala: Arms, Advice and Coun- Washington Post, 14 de noviembre de 1984; Andrew y Leslie Cockburn,
terinsurgency", en Middle East Report, mayo-junio de 1986, p. 21, citado en Dangerous Liaison: The Inside Story of the U.S.-Israelí Covert Relationship,
Hoffman, The PLO and Israel..., cit., p. 29. Nueva York, Harper Collins, 1991, p. 223
55
Hoffman, The PLO and Israel..., cit., pp. 8-13. Scott y Marshall, Cocaine Politics..., cit., pp. 8-13.

232 233
argentinos en Florida. Esos vínculos fueron cruciales para el la comunidad cubana anticastrista, Jorge Más Canosa y Félix
desarrollo de un movimiento armado de oposición al régimen Rodríguez, facilitó los esfuerzos de coordinación de la opera-
sandinista, con supervisión argentina. ción antisandinista. Rodríguez, un agente de carrera de la CIA
Como lo reveló el agente del Batallón 601 Sánchez Reisse, e importante actor en la empresa "contra", había sido secre-
la red de exiliados cubanos, en particular las organizaciones tamente destinado a Buenos Aires en 1972 como asesor espe-
terroristas Omega 7 y Alfa 66, hicieron las veces de enlaces cial del Primer Cuerpo de Ejército en antiterrorismo y opera-
iniciales entre los argentinos y los guardias nacionales nicara- ciones bélicas de baja intensidad."
güenses en el exilio norteamericano. 56 Los agentes argentinos, Como el régimen militar argentino, los grupos extremistas
dijo Sánchez Reisse, estaban "en contacto con Alfa 66, Ome- de exiliados cubanos tenían asesores que trabajaron con la
ga 7 [...] [y] algunos de los Contras formaban parte de esas guardia nacional de Somoza durante el período insurreccional
organizaciones". 57 Ciertos Contras minimizaron la significa- en Nicaragua. Uno de sus equipos intervino directamente en
ción del apoyo de los exiliados cubanos a la empresa antisan- combate contra los sandinistas y algunos de sus integrantes
dinista. En su opinión, éstos no cumplieron sus promesas de ocupaban puestos de alto rango en la guardia somocista.62
proporcionar combatientes y sostén financiero para su causa. Tras la toma del poder por los sandinistas en 1979, la comuni-
"Los cubanos tienden a irse de boca", dijo un ex Contra. dad cubana de Miami fue un instrumento muy útil para pro-
"Nunca ponen el dinero donde está la boca."'" porcionar a los oficiales de la guardia exiliados contactos po-
El intenso anticomunismo de los exiliados cubanos, que líticos y con la CIA.63
veían a Nicaragua como un puente hacia la liberación de su Durante la primera fase de la empresa "contra", en la cual
país del castrismo, contribuyó a propiciar un amplio frente el grupo de tareas argentino de Florida manejó las finanzas y
contra los sandinistas. En dicha coalición, los objetivos nacio- los embarques de armas para las fuerzas antisandinistas de
nalistas de muchos disidentes nicaragüenses pronto quedarían América Central, el grupo mantuvo contactos periódicos con
desplazados por la ideología anticomunista dominante en Omega 7 y Alfa 66. Su colaboración se centró en el intercam-
Miami. 59 El anticomunismo también fue un vínculo decisivo bio de informaciones y el tráfico de armas." Omega 7, una
entre los cubanos y los argentinos. A mediados de los años se- organización clandestina anticastrista, había estado implicada
tenta, la Triple A había tejido fuertes lazos con grupos extre-
mistas y terroristas cubanos. Los cubanos ultraderechistas
61
también colaboraron con los argentinos y otros regímenes mi- Entrevista con García Lupo. Rodríguez había trabajado como intérpre-
te y guía del general Tomás Sánchez de Bustamante, jefe del Primer Cuerpo
litares del cono sur en la empresa represiva continental cono-
de Ejército de la Argentina, durante su visita a Vietnam. Félix I. Rodríguez y
cida como Operación Cóndor. 6 ° Una relación de larga data John Weisman, Shadow Warrior: The CIA Hero of a Hundred Unknown
entre los derechistas argentinos y dos miembros dirigentes de Battles, Nueva York, Simon and Schuster, 1989, pp. 203-206. El mentor de
Rodríguez en la CA fue Donald Gregg, ex jefe de la delegación de la agencia
en la región 3 de Vietnam y, desde abril de 1982, asesor en seguridad nacio-
nal del vicepresidente George Bush. En 1985, Gregg recomendó a Rodríguez
56
Testimonio de Sánchez Reisse, cit., pp. 50 y 187-188. para el puesto de enlace en la base aérea de llopango, en El Salvador. Natio-
57
Ibid., p. 50. nal Security Archive, The Iran-Contra Affair..., cit., pp. 90 y 104.
56
Entrevista con César Arana. 62
Dickey, With the Contras..., cit., pp. 54 y 61; Sklar, Washington's War
59
Chamorro, Packaging the Contras..., cit., p. 5. Algunos exiliados cuba- on Nicaragua, cit., p. 22.
nos procuraron crear una infraestructura paramilitar permanente para una 63
Testimonio de Sánchez Reisse, cit., pp. 50 y 187-188; testimonio de
brigada anticomunista en América Latina. Sklar, Washington's War on Nica- Baltodano Herrera, en FBIS-LAT, 15 de enero de 1982, pp. P5-P9. Véanse An-
ragua, cit., pp. 75-76 y 239; Anderson y Anderson, Inside the League, pp. derson y Anderson, Inside the League, cit., p. 248; y Scott y Marshall, Cocai-
248-249. ne Politics..., cit., p. 49.
Scott y Marshall, Cocaine Politics..., cit., pp. 43-44. 64
Testimonio de Sánchez Reisse, cit., pp. 187-188.

234 235
en numerosos actos terroristas contra blancos cubanos y pro- Algunas pruebas sugieren una vinculación entre la inteli-
cubanos en los Estados Unidos y Puerto Rico a lo largo de la gencia militar argentina y Mario Dellamico, un cubano exilia-
década del setenta. Por esa época, el FBI la consideraba "la or- do residente en Miami y traficante de armas, con múltiples
ganización terrorista más peligrosa de los Estados Unidos"." conexiones con la CIA, entre ellas la existente con un agente
Tres miembros de la agrupación fueron procesados por el clave de ésta (y ex asesor de la Argentina), Félix Rodríguez.7°
asesinato, en 1976, de Orlando Letelier, ex ministro de rela- Dellamico era el representante en Honduras de la distribuido-
ciones exteriores y embajador de Chile en los Estados Unidos, ra norteamericana de armas R. M. Equipment, que exportaba
en lo que fue una acción vinculada, al parecer, con la Opera- armamento desde Miami a los Contras. Se presumía que la
ción Cóndor. También se acusó de participar en el crimen del empresa también se dedicaba al narcotráfico. Uno de sus so-
ex embajador chileno en Washington, muerto a causa de la cios, el coronel James L. McCoy, había sido ex agregado de
explosión de una bomba, a dos fugitivos conocidos como mi- Defensa de los Estados Unidos en Managua durante los años
litantes de Omega 7, José Dionisio Suárez y Pablo Paz Rome- finales del régimen somocista.71
ro. 66 Un ex agente de la CIA presentó pruebas de que en 1980 En 1980, algunos ex guardias nacionales empezaron su
Suárez trabajaba en Guatemala (con los auspicios argentinos) instrucción en campamentos cubano-norteamericanos en Flo-
ayudando a entrenar rebeldes antisandinistas.67 rida. Un año después, había por lo menos diez organizaciones
Como Omega 7, también la organización extremista Alfa 66 paramilitares nicaragüenses que recibían entrenamiento de
fue acusada de cometer varios actos terroristas en los Estados comandos en la zona. 72 En 1981 se reclutó a oficiales argenti-
Unidos. 68 El grupo se embarcó en la empresa militar antisandi- nos para adiestrar a los combatientes en esos campamentos
nista con su apoyo a la instrucción de los guardias nacionales de los Estados Unidos."
en ese país (según se decía, controlaba dos campamentos de La mayoría de los nicaragüenses entrenados en las instala-
entrenamiento en Florida) y su participación en la red antico- ciones norteamericanas de los exiliados cubanos se incorpora-
munista clandestina en Costa Rica.69 ron a las filas del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y la
Unión Democrática Nicaragüense-Fuerzas Armadas Revolu-
cionarias Nicaragüenses (UDN-FARN). 74 A fines de 1981, estos
65
Peter Kihss, "Two Castro Foes Are Sought in Bombing", en New York dos grupos se fusionaron en la Fuerza Democrática Nicara-
Times, 27 de marzo de 1979.
66 güense (FDN).
'bid.; Robert D. McFadden, "Cuban Refugee Leader Slain in Union
City", en New York Times, 26 de noviembre de 1979. Los vínculos entre los argentinos y los exiliados cubanos se
67
Peter Maas, Manhunt, Nueva York, Random House, 1986, p. 202. fortalecieron después de entrar en funciones la administración
Véase National Security Archive, The Iran-Contra Affair..., cit., p. 101. El Reagan. Por último, cuando a fines de 1981 los Estados Unidos
ex agente de la CIA era Rafael "Chi Chi" Quintero, un integrante clave del
operativo de reaprovisionamiento clandestino de los Contras.
68
Por ejemplo, en enero de 1981 el FBI detuvo a siete agentes de Alfa 66 ban implicados en narcotráfico, torturas y asesinatos. Honey, Hostile Acts...,
en los Cayos de la Florida. Se encontraban a bordo de una lancha que trans- cit., p. 294.
portaba "dispositivos explosivos, incluidas bombas de tubo y granadas de 7
" Conversación telefónica con un ex oficial del ejército de los Estados
mano, así como una ametralladora, varios rifles semiautomáticos, pistolas, Unidos asignado a América Latina a principios de los años ochenta, manteni-
municiones y pólvora sin humo". Robert Pcat, "Seven Exiles Seized in Flori- do en el anonimato a su pedido, 19 de junio de 1995.
da Linked to Raids on Cuba", en New York Times, 17 de enero de 1981. 71
Dillon, Comandos..., cit., pp. 175-176, 324 y 328; Scott y Marshall,
69 El presidente de Alfa 66, Andrés Nazario Sargen, era miembro de la Li-
Cocaine Politics..., cit., pp. 59-60.
ga Anticomunista Mundial. Anderson y Anderson, Inside the League, cit., p. 72
Sklar, Washington's War on Nicaragua, cit., p. 76; Chamorro, Packa-
248; Scott y Marshall, Cocaina Politics..., cit., p. 49. A principios de los años ging the Contras..., cit., p. 5.
setenta, dos integrantes de Alfa 66 habían trabajado como asesores de la Ofi- 73
Entrevista con D'Andrea Mohr.
cina de Narcóticos del Ministerio de Seguridad costarricense. Al parecer esta- Sklar, Washington's War on Nicaragua, cit., p. 76.

236 237
hicieron suyo el programa centroamericano de la Argentina, Munido del principio de las fronteras ideológicas (véase
un grupo de empresarios cubano-norteamericanos conectados capítulo 1, "La seguridad nacional y la transición al globalis-
con Omega 7 compraron el negocio pantalla de Guglielminetti mo"), el jefe del poderoso Primer Cuerpo de Ejército, en
en Miami para realizar operaciones de tráfico de armas.75 alianza con otros oficiales de línea dura que habían estado di-
rectamente involucrados en la guerra sucia argentina, lanzó
–armados, como estaban, con una capacidad autónoma de
Los anticomunistas poder– un ambicioso programa de expansionismo confinen-
tal. 80 Tras haber propiciado la aniquilación de toda oposición
El programa extraterritorial argentino recibió apoyo financie- al régimen militar de la Argentina, estos oficiales de línea du-
ro de la Liga Anticomunista Mundial (LAM) a través de la ra no tardaron en descubrir el potencial financiero de la em-
Confederación Anticomunista Latinoamericana (CAL). 76 Desde presa anticomunista. Suárez Mason, dijo un analista, "priva-
su creación en 1966 "como brazo de relaciones públicas de los tizó el negocio anticomunista". 81 Reunió fondos de diversas
gobiernos de Taiwán y Corea del Sur", la LAM evolucionó organizaciones e individuos identificados con esa causa y se
hasta transformarse en una poderosa red transnacional, opera- aseguró los canales nacionales e internacionales adecuados
tivamente conectada con numerosos servicios de inteligencia para vincular el principio de las fronteras ideológicas al nego-
de todo el mundo. Sus secciones sudamericana y centroameri- cio del tráfico de drogas y armas.
cana experimentaron un importante crecimiento a fines de la Luego de retirarse del servicio activo, Suárez Mason fue
década del setenta. Como reclutaban a sus miembros sobre nombrado director del monopolio estatal petrolero, Yaci-
todo entre los funcionarios gubernamentales, estas secciones mientos Petrolíferos Fiscales (YPF), donde cumplió un papel
ganaron una gran influencia sobre el poder, vinculando a re- central en un multimillonario negocio clandestino centrado
gímenes autoritarios como los de la Argentina, Paraguay, en la adulteración de naftas y aceites lubricantes. 82 La frau-
Guatemala, El Salvador y Honduras.77 dulenta operación, que presuntamente contribuyó a financiar
El general Suárez Mason, comandante en jefe del Primer el programa centroamericano, se concretó a través de una
Cuerpo de Ejército de la Argentina y más tarde jefe del Esta- compañía privada, Sol Petróleo S.A., y no sólo incluyó a YPF
do Mayor Conjunto, fue el enlace visible entre el alto mando sino también a otras dos empresas estatales, Fabricaciones
argentino y la CAL. 78 Impulsor clave del Grupo Andes (véase Militares y Petroquímica General Mosconi. En un período de
"El cuarte general del grupo de tareas en Florida", en este dos años (1980-1982), Sol Petróleo produjo ganancias de ca-
mismo capítulo), Suárez Mason cumplió un papel decisivo en si mil millones de dólares, lo que la erigió en ese tiempo en
la expansión militar argentina por América Latina (particu- "el negocio ilegal más lucrativo después del narcotráfico".83
larmente en la operación triangular narcomilitar Argentina- El asistente de Suárez Mason en la maniobra fue el mayor
Bolivia-América Central).79 Hugo Raúl Miori Pereyra, secretario de la convención de
1980 de la LAM-CAL en Buenos Aires y correo encargado de los
salarios de los oficiales argentinos estacionados en América
75
Testimonio de Sánchez Reisse, cit., p. 139; Juan Gasparini, "La CIA no
abandona a sus hombres", en El Periodista de Buenos Aires, 11 de diciembre
8
de 1987, p. 3. °Entrevistas con García Lupo y Salinas.
76 81
Entrevista con García Lupo; Entrevista con Salinas. Entrevista con García Lupo. Véase Uriarte, Almirante Cero..., cit., pp.
77
Anderson y Anderson, Inside the League, cit., pp. 11, 107 y 264. 123 y 141-142.
78
Entrevista con García Lupo. 8'- La última batalla..., cit., pp. 110-115; Verbitsky, La posgue-
79
Entrevista con Leandro Sánchez Reisse publicada en Somos, 25 de fe- rra sucia..., cit., p. 130.
83
brero de 1987. Véase Scott y Marshall, Cocaine Politics..., cit., pp. 43-49. Ámbito Financiero, Buenos Aires, 8 de febrero de 1982.

238 239
Central. Sol Petróleo posiblemente sirvió a Suárez Mason y a de apertura, Suárez Mason esbozó un programa para "detener
su entorno para lavar narcodólares de la operación bolivia- la abertura* brasileña, bloquear los proyectados planes 'demo-
no-centroamericana.84 cráticos' del Uruguay, barrer las ligas agrarias — en Paraguay,
En septiembre de 1980, la CAL realizó su Cuarto Congreso dar un franco apoyo al régimen de García Meza en Bolivia [y]
en Buenos Aires. Oficialmente apoyada por los gobiernos mi- [...] [lanzar] una campaña de desestabilización contra la admi-
litares de la Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay y Bolivia, nistración de [Fernando] Belaúnde Terry en Perú". 89 Tras el
las resoluciones de la convención deploraron la toma del po- golpe de julio de 1980 en Bolivia, sostenido por la Argentina,
der por los sandinistas en Nicaragua y denunciaron al presi- Perú había surgido como el nuevo blanco en el esquema geo-
dente Carter por haber traicionado a Somoza. Los delegados político de ese país para América del Sur. Al parecer, la inteli-
acusaron al gobierno de aquél por "favorecer el avance del gencia militar argentina había descubiero que guerrilleros
marxismo en América Latina y la así llamada política de los montoneros estaban estableciendo allí una base operacional
derechos humanos, usándola como un arma política contra en colaboración con fuerzas revolucionarias locales, y crean-
los gobiernos que combaten con eficiencia la subversión co- do con ello lo que se percibía como una amenaza potencial
munista en todas sus formas". 85 Los puntos de vista geopolí- para la Argentina.90
ticos expresados en la reunión reflejaban los explícitamente John Carbaugh, un funcionario del senador republicano
sostenidos por el gobierno militar argentino, que afirmaba es- Jesse Helms y actor central en la empresa Estados Unidos-Ar-
tar librando una guerra ideológica sin fronteras contra el gentina-Contras, y Margo Carlisle, asistente legislativa de otro
marxismo, junto con las fuerzas armadas del cono sur.86 senador del mismo partido, James McClure, y directora de
Suárez Mason ocupó la presidencia del congreso, financia- personal de la Conferencia Republicana del Senado, participa-
do por la LAM y el estado mayor general del ejército argenti- ron en el congreso de la LAM-CAL en Buenos Aires como ob-
no. 87 Entre los delegados llegados a Buenos Aires se encontra- servadores. Ambos delegados norteamericanos jugarían un pa-
ban el presidente de la liga, Woo Jae Sung, el ministro de pel decisivo en la reconstrucción de la imagen del líder de los
defensa de Paraguay, general Marcial Samaniego, los líderes escuadrones de la muerte salvadoreños, Roberto D'Aubuisson,
de escuadrones de la muerte Mario Sandoval Alarcón (Guate- ante el público de los Estados Unidos. Carbaugh trabajaba en
mala) y Roberto D'Aubuisson (El Salvador), el terrorista ita- estrecha vinculación con él para dar forma a la idea de un par-
liano Stefano delle Chiaie y representantes de Alfa 66 y la lo- tido anticomunista viable en El Salvador ( ARENA) y le propor-
gia masónica italiana Propaganda Due (P-2). 88 En su discurso
* En portugués en el original (n. del t.).
u Entrevista con García Tupo; Verbitsky, La posguerra sucia..., cit., pp. En español en el original (n. del t.).
130-131. Más adelante se comprobó que Miori Pereyra se había embolsado " "Argentina Redraws the Ideological Map...", cit., p. 5. Las resolucio-
el veinte por ciento de los salarios de los asesores argentinos durante su ac- nes de la conferencia consideraban la política de derechos humanos de Carter
tuación como administrador de la operación. como "el instrumento de un proyecto neocolonial contra América Latina".
85
Resolución de la CAL, citada en Anderson y Anderson, Inside the Lea- También condenaban tanto la teología de la liberación como a los jesuitas,
gue, cit., p. 204. etiquetándolos de neocolonizadores marxistas que organizaban guerrillas ru-
56
"Argentina Redraws the Ideológica! Map of South America", en LA IX1R, rales "con el pretexto de la evangelización". Anderson y Anderson, Inside the
19 de septiembre de 1980, p. 5. League, cit., p. 204, que cita Proceso, San Salvador, No. 13, 1° a 7 de sep-
87
Entrevista con García Lupo. Según éste, Suárez Mason obtuvo diez mi- tiembre de 1980, pp. 13-14. Véanse también Clarín, 2 de septiembre de 1980;
llones de dólares de la LAM para el congreso anticomunista. La Nación, 4 de septiembre de 1980; La Prensa, 9 de septiembre de 1980.
88 90
Sobre el congreso de la CAL realizado en 1980 en Buenos Aires, véanse Un equipo de oficiales de la inteligencia militar argentina participó en
Verbitsky, La última batalla..., cit., pp. 91-92; Anderson y Anderson, Inside el secuestro de tres montoneros exiliados en Lima a principios de 1980, pre-
the League, cit., pp. 75, 147 y 204; Scott y Marshall, Cocaine Politics..., cit., suntamente con la connivencia del alto mando peruano. "Argentina Redraws
pp. 43 y 46. the Ideological Map", cit., p. 5.

240 241
cionó importantes contactos derechistas en Washington. Car- gua para las organizaciones de exiliados antisandinistas e ins-
lisle, por su parte, se reunió en Buenos Aires con Ricardo Val- tigó secretamente a las fuerzas "contras". Los paramilitares
divieso, uno de los lugartenientes de D'Aubuisson, y concertó costarricenses colaboraron con la CIA y los asesores argenti-
en su nombre varios encuentros con individuos influyentes en nos en la planificación del ataque a la radio Noticias del Con-
los círculos de la derecha norteamericana.91 tinente en 1980 (véase capítulo 1, "El primer ataque en Amé-
La administración Reagan aprobó formalmente estos me- rica Central").93
canismos informales cuando en 1981 hizo suya la operación Héctor Francés, agente del Batallón 601, tenía su base en
argentina en América Central. Cuando el diputado demócrata Costa Rica con la responsabilidad de establecer redes de in-
Michael Barnes se enteró del plan de la CIA de usar a la Ar- formación y crear condiciones para realizar acciones militares
gentina en la organización de un movimiento armado anti- contra Nicaragua. Bajo la supervisión del estado mayor gene-
sandinista, transmitió su preocupación a Thomas Enders, ral argentino en Honduras y "la fiscalización y dirección per-
subsecretario de asuntos interamericanos. Todos los partici- manentes de la CIA", se le asignó la misión de constituir célu-
pantes en la operación, en particular los argentinos, eran céle- las de la FDN en Costa Rica, con la intención de construir una
bres por su crueldad. Enders le aseguró que la ejecución del estructura militar antisandinista que fuera viable e indepen-
plan sería estrictamente controlada y no habría violaciones de diente de Edén Pastora en el frente sur." Frustrado en sus as-
los derechos humanos.92 piraciones políticas y desencantado con la política sandinista,
Pastora había dejado Nicaragua en 1981 y organizado su
Los costarricenses propio grupo armado (con base en Costa Rica) para combatir
contra el régimen revolucionario.
El ultraderechista Movimiento Costa Rica Libre (MCRL), un Entre los contactos clave de Francés se contaban el antes
grupo paramilitar anticomunista con estrechos vínculos con mencionado agente de la CIA John Hull, el director del MCRL
la LAM, asistió a los argentinos en la organización del progra- Bernardo Urbina Pinto y un asistente del senador Helms, Nat
ma antisandinista en Costa Rica. La agrupación extremista, Hamrick. 95 En su testimonio ante las autoridades sandinistas,
que recibía asistencia económica de la embajada de los Esta- Francés reveló que discutió con este último la necesidad de
dos Unidos en San José, exigió tolerancia política en Nicara- i mponer presiones económicas al presidente costarricense,
Luis Alberto Monge (1982-1986) a través del Fondo Moneta-
rio Internacional (FMI) y la Agencia para el Desarrollo Inter-
91
Craig Pyes, "The New American Right Cooks Up a Hot Potato", en nacional (A!D) de los Estados Unidos. El objetivo era lograr
Albuquerque Journal, 22 de diciembre de 1983; Anderson y Anderson, Insi- que Monge "garantizara que Costa Rica nos brindara las
de the League, cit., pp. 206-207. La adhesión de sectores derechistas de los condiciones adecuadas para las operaciones [antisandinis-
Estados Unidos fue esencial para la creación de ARENA. A comienzos de tasl". 96 Un mes después de su asunción, Monge fue a Was-
1980, D'Aubuisson se había reunido con grupos norteamericanos de derecha
que le prometieron apoyo si los republicanos volvían al poder. "Hemos ha-
blado con varios senadores en el Capitolio -informó el militar salvadoreño a
93
sus partidarios en mayo de 1980- y ellos nos pidieron que nos mantengamos Embajada de los Estados Unidos en Nicaragua, cable del embajador
firmes hasta noviembre, porque con el nuevo gobierno de los republicanos de McNeil al secretario de Estado, julio de 1981, citado en Honey, Hostile
Reagan ya a cambiar nuestra suerte." Entre los grupos anticomunistas que Acts..., cit., pp. 245 y 559 (nota 19); véase también p. 203.
94
apoyaban a D'Aubuisson estaban el Council on Inrer-American Security (con Transcripción del testimonio videograbado de Francés, cit., pp. 3 y 6-14.
95
su influyente Comité Santa Fe), la Heritage Foundation y el American Secu- Anderson y Anderson, Inside the League, cit., pp. 244-246. Otros
riry Council. En Washington, el contacto más importante del salvadoreño era miembros del MCRL que trabajaban con los argentinos eran Carlos Feders y
el senador Helms. Manuel Oliveira Pinto.
92 96
Woodward, Ved..., cit., pp. 187-188. Transcripción del testimonio videograbado de Francés, cit., pp. 3 y 6-14.

242 243
hington a confirmar el apoyo de su país a la estrategia de la Otro patrocinador del programa centroamericano de la
administración Reagan en América Central, a cambio de una Argentina fue la P-2, la logia masónica italiana Propaganda
asistencia económica norteamericana que necesitaba con ur- Due. Esta poderosa red política y empresarial tenía estrechos
gencia (en esa época, Costa Rica atravesaba su peor crisis vínculos con el movimiento anticomunista transnacional y es-
económica). Hacia fines de 1982, el FMI aprobó un nuevo taba involucrada en el mercado negro financiero internacio-
acuerdo standby por cien millones de dólares, y la ayuda de nal y el negocio del tráfico de armas.
la AID al país centroamericano aumentó de 13 millones de dó- En Italia, el objetivo de la logia era el desarrollo de un apa-
lares en 1981 a 212 millones en 1983.97 rato estatal paralelo que abarcara las esferas política, financie-
ra y militar. Un fiscal de ese país la definió como "una asocia-
Los moonies y otros ción secreta que perseguía fines políticos ilegales y aspiraba a
modificar la estructura del estado con delitos que amenazaban
Entre los grupos clave que facilitaron la interacción entre el el orden público". 100 La logia procuraba dominar sectores cla-
régimen militar argentino y la red anticomunista se encontra- ve de los ámbitos político y social de Italia, fundamentando su
ba CAUSA, creado en 1980 como brazo político de la Iglesia poder en el control de los servicios de inteligencia. Hacia
de la Unificación de Sun Myung Moon. A través de ese gru- 1977, la mayoría de los oficiales de alto rango de los servicios
po, la Iglesia de la Unificación participó en el golpe de estado de inteligencia pertenecían a ella.1°1
boliviano y prestó asistencia a los regímenes militares de El Conducida por su Gran Maestro, un ex funcionario fascis-
Salvador y Guatemala, así como a los Contras nicaragüenses. ta, Licio Gelli, la logia P-2 construyó una red paralela en
Al parecer, su contribución consistió en fondos, tareas de lob- América Latina, centrada en la Argentina y Uruguay, con la
by en favor de esos gobiernos y los Contras y actividades de meta confesa de actuar como malla de seguridad para impe-
propaganda. La organización moonie fue también un puente dir que el comunismo llegara al poder en la región. Gelli, in-
importante entre la nueva derecha norteamericana y la red fluyente miembro del entorno de Juan Domingo Perón, tenía
anticomunista, incluidas las organizaciones de la derecha reli- estrechas vinculaciones con el fundador de la Triple A, José
giosa con sede en los Estados Unidos que hicieron lobby ante López Rega, así como con el almirante Emilio Massera y el
el Congreso para que éste concediera subsidios a los Con- general Suárez Mason. Según Massera, el Gran Maestro "nos
tras. 98 Estos grupos trataron de influir sobre la opinión públi- ayudó en la lucha antisubversiva y en la promoción de nues-
ca estadounidense denunciando una presunta persecución re- tra imagen en el extranjero". 102 Se ha sugerido que Gelli pro-
ligiosa del gobierno sandinista.99 porcionó fondos a Massera para la compra de equipos de
contrainsurgencia destinados al grupo de tareas 3.3.2 de la
Escuela de Mecánica de la Armada."
91
Honey, Hostile Acts..., pp. 59-62. Con el establecimiento en Buenos Aires del Banco Ambro-
98
Sobre las actividades anticomunistas de CAUSA, véanse Kai Herrmann, siano, encabezado por Roberto Calvi, socio del Gran Maes-
"Klaus Barbie: A Killer's Carece", en Covert Action, invierno de 1986, pp. tro, las inversiones vinculadas con la P-2 aumentaron signifi-
18-19; Salinas, "Los mercenarios argentinos (0", cit., p. 5; Anderson y An-
cativamente en la Argentina a fines de los años setenta. Al
derson, Inside the League, cit., p. 129. La conexión visible entre CAUSA y el
alto mando argentino era el general Ramón Genaro Díaz Bessone. Dos agen-
tes clave en la empresa de inteligencia argentina en América Central, Miori
Pereyra y Sánchez Reisse, tenían vinculaciones con le iglesia de Moon. El ge- Fiscal Elisabetta Cesqui, citada en Página/12, 5 de marzo de 1994.
lm Página/12, 5 de marzo de 1994.
neral Gustavo Alvarez Martínez de Honduras, uno de los principales actores 182
de la operación antisandinista, también estaba relacionado con CAUSA. Cita tomada de La Voz, Buenos Aires, 11 de agosto de 1983, en An-
Crahan, "Religion, Revolution and Counterrevolution...", cit., pp. dersen, Dossier Secreto..., cit., p. 372 (nota 23); véase también p. 298.
1f13
164, 166, 170 y 172-173. Uriarte, Almirante Cero..., cit., pp. 108 y 145.

244 245
mismo tiempo que combatían contra el comunismo, Gelli y tonal. Es posible que haya sido uno de sus principales apoyos
sus socios de la marina y el ejército se dedicaron a contratos privados. 110 Esta compañía petrolera se contaba entre los
de obras públicas altamente rentables y compras de sofistica- grupos que se beneficiaron enormemente con las políticas
dos equipos militares en Italia)" Al parecer, la logia P-2 te- económicas del régimen militar. Durante el período autorita-
nía vinculaciones con la red sudamericana de narcotráfico y rio, desde 1976 hasta 1983, el grupo Bridas pasó de siete a 41
el grupo de secuestradores dirigido por Suárez Mason. 105 Hay empresas. Como otras grandes corporaciones argentinas,
111
también informes sobre estrechos lazos entre Gelli y el grupo transfirió su cuantiosa deuda externa al estado. El magnate
de tareas argentino instalado en Florida, en particular con el de la compañía, Carlos Alberto Bulgheroni, al parecer miem-
agente del Batallón 601 Sánchez Reisse.1°6 bro de la P-2, tenía estrechos vínculos con Massera y, particu-
larmente, con Suárez Mason, que pasó a integrar el directorio
Financiamiento privado desde la Argentina de Bridas luego de retirarse del servicio activo a fines de 1979.
Como antes se mencionó, a continuación este general, como
Financistas y empresarios argentinos contribuyeron a aportar director de YPF, maquinó un negocio ilegal multimillonario
fondos para las operaciones secretas del Batallón 601 en basado en la adulteración de nafta. En esa época, Bridas fue
América Central. Un prominente hombre de negocios de Bue- uno de los mayores contratistas de la petrolera estatal.112
nos Aires costeó los gastos de cincuenta oficiales centroameri-
canos que recibieron instrucción de contrainsurgencia en la
Argentina a fines de 1980.107 El impacto interno a largo plazo sobre la Argentina
Como lo reveló Sánchez Reisse, el empresario argentino
Carlos Pedro Blaquier, cuyo Ingenio Ledesma de la provincia Uno de los rasgos más sorprendentes de la compleja red de
de Tucumán era uno de los principales ingenios azucareros del organizaciones internas y transnacionales descriptas en este
país, aportó doscientos cincuenta mil dólares para la operación capítulo fue su impacto a largo plazo en el estado constitucio-
contrarrevolucionaria en América Central. Lo que lo llevó a nal de la Argentina. Esa red reflejaba la existencia de un "po-
financiar la empresa antisandinista, dijo Sánchez Reisse, fue der invisible" (servicios secretos, sectas religiosas, logias ma-
que "uno de los miembros de su familia había sido secuestra- sónicas, narcotráfico, contrabando de armas y bandas de
do por los Montoneros en la Argentina, así que quiere ayudar secuestradores) paralelo al del estado visible y extremada-
a la gente que está del otro lado en esto". 108 La empresa de mente autónomo del régimen en que se desarrolló.
Blaquier estuvo relacionada con el escándalo desatado a raíz El tema del poder invisible, aunque largamente descuidado
de la quiebra fraudulenta del Banco Ambrosiano de Gelli.1" por los especialistas en ciencias sociales, es altamente significa-
Una de las corporaciones más poderosas de la Argentina, tivo en la política contemporánea, porque se refiere a uno de
Bridas, también estuvo vinculada con la campaña extraterri- los principios centrales del estado constitucional; a saber, el de

104 110
Andersen, Dossier Secreto..., cit., pp. 87-88, 144-145, 254, 226, 280- Ministerio del Interior, Dirección General de Seguridad del Estado,
281 y 302-303. Nicaragua, memo secreto con respecto a la participación de las fuerzas arma-
1(15
Penny Lernoux, In Banks We Trust, Carden City, Anchor Press, das argentinas y sus servicios de inteligencia en la agresión contra Nicaragua,
1984, p. 189; entrevista con Salinas mi copia sin fecha, carca 1984.
111
106 El Periodista de Buenos Aires, 25 de diciembre de 1987. Luis Majul, Los dueños de la Argentina, Buenos Aires, Sudamericana,
1 7
° Verbitsky, La última batalla..., cit., p. 93. 1992, p. 86. La deuda externa transferida por Bridas al estado argentino era
1 de 619 millones de dólares.
" Testimonio de Sánchez Reisse, cit., p. 75.
109 112
¡bid. Ibid., pp. 88-89.

246 247
la publicidad, en su sentido fundamental de "estar abierto al tante enclave autoritario que impone serios límites a la pro-
escrutinio público". Si el poder secreto mantiene su relevancia fundización de la democracia.»
en un régimen democrático, conspira contra la consolidación El estado secreto argentino también prevaleció como el re-
de ese sistema político dado que imposibilita la apertura del positorio del conocimiento sobre contrainsurgencia urbana. El
gobierno y prevalece como un influyente antiestado.113 know-how elaborado durante la guerra sucia y posteriormente
El fenómeno no tradicional del poder invisible incluye la transferido a países vecinos, especialmente Bolivia, y de Améri-
red de servicios de inteligencia y otras organizaciones secretas ca Central, sirvió como una mercancía extremadamente valiosa
que Norberto Bobbio denominó criptogobierno, esto es, "la ya entrados los años noventa. Cosa que ilustra la presencia de
totalidad de las acciones llevadas a cabo por fuerzas políticas expertos argentinos en contrainsurgencia urbana en Chiapas,
paramilitares que operan entre bastidores en colaboración México, en 1994. Los argentinos asesoraron a las fuerzas me-
con los servicios secretos o sectores de ellos, o al menos con xicanas de seguridad en sus operativos contra el Ejército Za-
su connivencia". 114 La consolidación y profesionalización del patista de Liberación Nacional (EZLN), la guerrilla campesina
estado secreto en la Argentina durante el período militar re- surgida el 1° de enero de 1994 que precipitó una crisis nacio-
sultó en un poder, presuntamente omnisciente y únicamente nal en aquel país. Tras el levantamiento del EZLN, un grupo de
responsable ante sí mismo, que en lo fundamental se mantuvo oficiales de la policía y el ejército mexicanos viajaron a Buenos
intacto a lo largo de la transición a la democracia. El estado Aires a recibir entrenamiento de inteligencia en contrainsur-
secreto (en particular el aparato militar de espionaje) desarro- gencia. Al parecer, les interesaba conocer la exitosa empresa
llado para reprimir a la población dentro del país se utilizó argentina que desmovilizó a la guerrilla en los años setenta.117
con un objetivo similar en el exterior y, a su vez, se perfeccio- Los informes de derechos humanos acerca del ataque militar
nó y desplegó más adelante en el ámbito interno)" en gran escala del ejército mexicano contra los rebeldes zapa-
En el período posmilitar, el personal de inteligencia no só- tistas revelaron numerosos casos de arrestos y detenciones ar-
lo escapó a los procesamientos, sino que siguió operando co- bitrarias, desapariciones, ejecuciones sumarias y torturas, in-
mo parte de una poderosa red interna con fuertes vinculacio- cluidos interrogatorios con la aplicación de picanas eléctricas,
nes internacionales. Los procesos antes descriptos acentuaron el método básico utilizado en los centros de detención de la Ar-
en los servicios de inteligencia argentinos un patrón constante gentina durante la guerra sucia de la década del setenta.'"
de secreto y ausencia de rendición de cuentas. En gran medi-
da, sus actividades internas están rodeadas por un manto im- 116
Véanse Manuel Antonio Carretón, La posibilidad democrática en
penetrable que impide todo control eficaz por parte de los or-
Chile, Santiago de Chile, FLACSO, 1988; y Stepan, Rethinking Military Poli-
ganismos estatales y su evaluación por el Parlamento, los tics..., citado.
tribunales y los ciudadanos particulares. Como resultado de 117 Jorge Grecco, "Expertos argentinos asesoran a México en lucha anti-

ello, el aparato de inteligencia, que constituye un ámbito cla- guerrillera", en Clarín, 30 de noviembre de 1994; Walter Curia, "Denuncian
ve del sistema de coerción del estado y por lo tanto debe estar en México malestar militar por asesores argentinos", en Clarín, 4 de diciem-
sujeto a los mecanismos democráticos, representa un impor- bre de 1994.
115
Human Rights Watch/Americas, The New Year's Rebellion: Viola-
tions of Human Rights and Humanitarian Law During the Armed Revolt in
Chiapas, Mexico, Nueva York, 1° de marzo de 1994, pp. 10-23. Sobre los
113
Norberto Bobbio, The Future of Democracy: A Defence of the Rules métodos usados en tos centros de detención de la Argentina, véase CONADEP,
of the Game, Minneapolis, University of Minnesota Press, 1987, pp. 33, 81, Nunca Más, cit. Veáse también Graziano, Divine Violente..., cit., pp. 38 y
91-92 y 94-95. 89. La policía militar mexicana tiene un largo historial de brutalidad contra
114
p. 95. campesinos y pueblos indígenas. Las fuerzas antidrogas de ese país también
116
Este análisis se basa en Wolfe, The Limits of Legitimacy. cit., pp. emplean desde hace tiempo tácticas "no convencionales" de inteligencia en
200-203. sus operaciones habituales.

249
CONCLUSIÓN

El propósito de este libro ha sido examinar la internacionali-


zación del aparato argentino de contrainsurgencia a fines de
los años setenta y principios de los ochenta, centrando la
atención en la intervención de la Argentina en el conflicto
centroamericano. Una investigación de esa naturaleza ofrece
nuevas perspectivas sobre una dimensión importante, aunque
casi no estudiada, del aparato represivo estatal de la Argenti-
na. El libro también echa luz sobre el papel de la acción encu-
bierta, contara o no con aprobación oficial, en la configura-
ción de la política exterior norteamericana en el hemisferio.
Es indudable que este caso de actividad extraterritorial argen-
tina no sólo brinda un nuevo punto de vista sobre el aparato
represivo del país durante la dictadura militar y una descrip-
ción de su cooperación con los Estados Unidos, sino que tam-
bién puede ofrecer lecciones para ulteriores análisis compara-
tivos de la contrarrevolución, la violencia propiciada por el
estado, la dinámica de la sustitución y las coaliciones transna-
cionales. Las principales tesis del libro pueden sintetizarse de
la siguiente manera:
1. Las operaciones extraterritoriales argentinas fueron lle-
vadas a cabo por los elementos del régimen autoritario más
directamente implicados en la campaña de represión clandes-
tina de la guerra sucia.
La estrategia clandestina adoptada por el régimen militar
contribuyó a aumentar el poder y la autonomía organizativa
de la comunidad de seguridad. Estos atributos formales e in-
formales fueron vitales para la implementación del programa
extraterritorial. Los recursos de la violencia estatal ya innece-
sarios para el control interno y la aniquilación de disidentes

251
en la Argentina se utilizaron para apoyar a actores extranje- 4. La instrucción y supervisión argentinas de un ejército
ros gubernamentales y no gubernamentales percibidos como "contra" respaldado por los Estados Unidos apuntaron a
aliados ideológicos. promover la insurgencia contrarrevolucionaria mediante el
2. La transferencia de tecnología represiva a fuerzas milita- despliegue de un número relativamente pequeño de asesores
res y paramilitares trabadas en luchas contrarrevolucionarias en la región.
en otros lugares fue una característica central de la empresa Los expertos argentinos eran responsables de la formación
extraterritorial argentina. de instructores, comandantes de campo y combatientes de las
Para las fuerzas de seguridad argentinas, la aniquilación de fuerzas antisandinistas. El entrenamiento se centraba en la
la "subversión" interna representó un problema de logística guerra de guerrillas (con énfasis en la acción psicológica) y
que exigió una experiencia definida en operaciones bélicas no operaciones militares semiconvencionales. La participación de
convencionales. Dicha experiencia se transfirió a otras fuerzas veteranos de la guerra sucia de la Argentina en una operación
de seguridad como parte de su programa extraterritorial. El encubierta de la CIA evidenciaba que los Estados Unidos po-
patrón de violaciones de los derechos humanos, corrupción y dían aprobar el terrorismo de estado si éste demostraba su
erosión de los mecanismos institucionales de control iba ad- eficacia contra un régimen percibido como una amenaza a los
junto al know-how, y como tal también se lo exportó. valores y la democracia de los norteamericanos.
3. La Argentina actuó por sí sola al empezar a organizar y 5. La empresa contrarrevolucionaria en América Central
adiestrar un ejército "contra". Más adelante, cuando la admi- se vio facilitada por la colaboración entre estados y organiza-
nistración Reagan decidió dar pleno apoyo al programa ami- ciones transnacionales no estatales. Las coaliciones con fun-
sandinista, la Argentina apareció como un sustituto de los Es- damentos ideológicos implicaban complejas vinculaciones.
tados Unidos en América Central. Las interacciones entre aliados ideológicos se desarrollaron
La intervención anticomunista argentina en el hemisferio hasta transformarse en redes transnacionales informales que
era coherente con la afirmación militar de que la nación ha- proporcionaron una gran estructura de apoyo a los derechis-
bía enfrentado una agresión propiciada por los soviéticos a tas militares y paramilitares del hemisferio. Elementos clave
través de Cuba. Fundados en la percepción de que la política de la estructura fueron (a) el aparato multinacional de repre-
de derechos humanos del gobierno de Carter implicaba ceder sión organizado por los regímenes militares del cono sur, y
terreno al expansionismo comunista, los militares argentinos (b) las empresas de colaboración entre servicios de inteligen-
decidieron ocupar el lugar de los Estados Unidos. Entre otros cia y redes delictivas dedicadas al tráfico de armas y drogas.
factores, esta decisión se basó en la convicción de que la Ar- El principio del anticomunismo sirvió como justificación ra-
gentina podía expandir su influencia en América Central, Bo- cional de estas aventuras clandestinas.
livia y cualquier otro lugar de América Latina si sacaba pro- 6. Al considerar vital para la política norteamericana la in-
vecho de su experimentado aparato de contrainsurgencia. El tervención de asesores argentinos en América Central, la con-
alto mando militar también procuró incrementar las ventas ducción militar supuso que los Estados Unidos se manten-
de armas y know-how argentino a otras fuerzas de seguridad drían neutrales en caso de que la Argentina ocupara las islas
nacionales. Tras la asunción del presidente Reagan, los Esta- Malvinas. Cometía un error.
dos Unidos empezaron a tener participación en el programa La presunta repercusión del programa encubierto argenti-
contrarrevolucionario argentino en América Central. Ambas no de inteligencia en las relaciones con los Estados Unidos
administraciones compartían el punto de vista de que la in- contribuyó a dar forma a la decisión estratégica de la junta
quietud popular se debía en gran medida a la acción del co- militar de invadir las Malvinas. Debería señalarse, sin embar-
munismo internacional, que pretendía profundizar las fuentes go, que su intervención en la empresa antisandinista no se
nacionales de descontento. concibió originalmente como un elemento de trueque para

252 253
conseguir la neutralidad o la mediación norteamericana en SIGLAS
caso de un enfrentamiento entre la Argentina y Gran Bretaña
por las islas: fue un corolario del afianzamiento militar argen-
tino en la región.
7. El aparato de inteligencia directamente involucrado en
el programa extraterritorial contrarrevolucionario se trans-
formó en una amenaza para la nueva democracia argentina.
El estado clandestino se fortaleció durante el período auto-
ritario. Apoyado por una red internacional de servicios de in-
teligencia extranjeros, sectas religiosas, logias secretas y ban-
das de contrabandistas de armas y narcotraficantes, surgió
como un poder invisible que conspiraba contra la democra- AAA (Triple A) Alianza Anticomunista Argentina
cia. El perjudicado fue –y es– el estado constitucional argenti- ACNUR Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
no. Veteranos de la operación centroamericana se dedicaron Refugiados
ADREN Alianza Democrática Revolucionaria Nicaragüense
a acciones terroristas, levantamientos militares y el delito or-
AID Agency for International Development (Agencia pa-
ganizado en la Argentina. Tras haber librado una guerra su-
ra el Desarrollo Internacional)
cia dentro de las fronteras nacionales y más allá de ellas, el American Institute for Free Labor Development
AIFLD
aparato de seguridad, descentralizado, autónomo y en gran ANSESAL Agencia Nacional de Servicios Especiales de El Sal-
medida independiente, subsistió –y subsiste– como un enclave vador
de autoritarismo en la nueva democracia argentina. ARDE Alianza Revolucionaria Democrática (Nicaragua)
ARENA Alianza Republicana Nacionalista (El Salvador)
BCRA Banco Central de la República Argentina
BID Banco Interamericano de Desarrollo
CAL Confederación Anticomunista Latinoamericana
CALFA Centro de Apoyo Logístico de las Fuerzas Armadas
( Honduras)
CAUSA Confederación de Asociaciones para la Unidad de
las Sociedades de América
CBI Conflicto de Baja Intensidad
CEA Conferencia de Ejércitos Americanos
CIA Central Intelligence Agency (Agencia Central de In-
teligencia, Estados Unidos)
CIDH Comisión Interamericana de Derechos Humanos
CIP Centro de Instrucción Policial (Honduras)
COB Confederación Obrera Boliviana
COE Comando de Operaciones Especiales (Honduras)
CONADEP Comisión Nacional sobre la Desaparición de Perso-
nas (Argentina)
COPROSA Comisión para la Promoción Social de la Arquidió-
cesis (Nicaragua)
COSEP Consejo Superior de la Empresa Privada (Nicaragua)

254 255
GT 3.3.2 Grupo de Tareas 3.3.2 (Argentina)
CRIM Centro de Reunión de Inteligencia Militar (Argentina)
GTE Grupo de Tareas Exterior (Argentina)
DGFM Dirección General de Fabricaciones Militares (Ar-
IDSN Instrucción Directiva de Seguridad Nacional (Esta-
gentina)
dos Unidos)
DGSE Dirección General de Seguridad del Estado (Nica-
JCR Junta Coordinadora Revolucionaria
ragua)
LAM Liga Anticomunista Mundial
DIA Defense Intelligence Agency (Agencia de Inteligen-
MAP Movimiento de Acción Popular (Nicaragua)
cia para la Defensa, Estados Unidos)
MCRL Movimiento Costa Rica Libre
DCI Director de la Central de Inteligencia (Estados Unidos)
MILPAS Milicias Populares Antisandinistas (Nicaragua)
DIN Departamento de Investigación Nacional (Bolivia)
MILPAS Milicias Populares Antisomocistas (Nicaragua)
DINA Dirección de Información Nacional (Chile)
MINT Ministerio del Interior (Nicaragua)
DNI Dirección Nacional de Investigaciones (Honduras)
MIR Movimiento de Izquierda Revolucionaria (Bolivia)
DSN Doctrina de la Seguridad Nacional
MISURA Organización Miskito, Sumu, Rama (Nicaragua)
EDESA Empresa de Desarrollos Especiales (Argentina)
MISURASATA Unidad de los Miskitos, Sumus, Ramas y Sandinis-
EEBI Escuela de Entrenamiento Básico de Infantería (Ni-
tas (Nicaragua)
caragua)
MLN Movimiento de Liberación Nacional (Guatemala)
EGP Ejército Guerrillero de los Pobres (Guatemala)
OAS Organisation de l'Armée Secrete (Organización del
ELN Ejército de Liberación Nacional (Nicaragua)
Ejército Secreto, Francia)
EMGE Estado Mayor General del Ejército (Argentina)
OEA Organización de Estados Americanos
EPS Ejército Popular Sandinista (Nicaragua)
OLAS Organización Latinoamericana de Solidaridad
ERP Ejército Revolucionario del Pueblo (Argentina)
OLP Organización para la Liberación de Palestina
ESA Ejército Secreto Anticomunista (Guatemala)
ORPA Organización del Pueblo en Armas (Guatemala)
ESG Escola Superior de Guerra (Escuela Superior de
OSN Oficina de Seguridad Nacional (Nicaragua)
Guerra, Brasil)
P-2 Propaganda Duc (Italia)
ESMA Escuela de Mecánica de la Armada (Argentina)
PCD Partido Conservador Democrático (Nicaragua)
EXIMBANK Export-Import Bank (Banco de Exportación e Im-
PRN Proceso de Reorganización Nacional (Argentina)
portación)
PRT Partido Revolucionario de los Trabajadores (Argen-
EZLN Ejército Zapatista de Liberación Nacional (México)
tina)
FAD Fuerzas Armadas Democráticas (Nicaragua)
PSD Partido Social Demócrata (Nicaragua)
FAGANIC Federación de Ganaderos de Nicaragua
SES Servicio Especial de Seguridad (Bolivia)
FAL-OPAC Fuerzas Anticomunistas de León-Organización Po-
SIDF) Secretaría de Inteligencia del Estado (Argentina)
pular Anticomunista (Nicaragua)
SIE Servicio de Inteligencia del Ejército (Argentina)
FALANGE Fuerzas Armadas de Liberación Anticomunista-
SNI Serviw Nacional de InformaÇóes (Servicio Nacional
Guerra de Eliminación (El Salvador)
de Informaciones, Brasil)
FARAC Fuerzas Armadas Anticomunistas (Nicaragua)
TAR Transporte Aéreo Rioplatense (Argentina)
FDN Fuerza Democrática Nicaragüense
TESON Tropas Especiales y de Operaciones Nocturnas
FMI Fondo Monetario Internacional
( Honduras)
FMLN Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (El
TIAR Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca
Salvador)
UDN-FARN Unión Democrática Nicaragüense-Fuerzas Armadas
FRENICA Frente Revolucionario Nicaragüense
Revolucionarias Nicaragüenses
FSLN Frente Sandinista de Liberación Nacional (Nicaragua)
UGB Unión Guerrera Blanca (El Salvador)
FUR Fuerza Unida Revolucionaria (Nicaragua)
UNO Unión Nacional Opositora (Nicaragua)
FUSEP Fuerza de Seguridad Pública (Honduras)
YPF Yacimientos Petrolíferos Fiscales (Argentina)
GN Guardia Nacional (Nicaragua)

257
CRONOLOGÍA DE LOS ACONTECIMIENTOS
EN LA ARGENTINA, LOS ESTADOS UNIDOS
Y AMÉRICA CENTRAL

1967-1979 Anastasio Somoza Debayle gobierna Ni-


caragua
24 de marzo de 1976 Golpe militar en la Argentina
Enero de 1977 Jimmy Carter asume la presidencia de
los Estados Unidos y se compromete a
promover una política exterior basada
en los derechos humanos
1977-1979 Guerra civil en Nicaragua
1977 La Argentina comienza a participar en
la campaña somocista contra los insur-
gentes sandinistas
1978 El ejército argentino establece bases en
los Estados Unidos para coordinar sus
operaciones en América Central
1979 Asesores argentinos brindan instrucción
en contrainsurgencia en América Central
19 de julio de 1979 Triunfo de la revolución sandinista en
Nicaragua
Enero de 1980 La Argentina se niega a adherir al em-
bargo cerealero estadounidense contra
la Unión Soviética
Mediados de 1980 Guardias nacionales nicaragüenses exi-
liados crean la Legión 15 de Septiembre
Julio de 1980 El "golpe de la cocaína" en Bolivia re-
cibe activo apoyo argentino
Agosto de 1980 Gustavo Alvarez Martínez es designado
comandante de la FUSEP en Honduras
Septiembre de 1980 Se reúne en Buenos Aires la Confedera-
ción Anticomunista Latinoamericana
Otoño boreal de 1980 Carter autoriza un programa de acción
encubierta de la CIA en apoyo de las orga-
nizaciones antisandinistas en Nicaragua

259
Fines de 1980 Asesores argentinos organizan y entrenan 14 de junio de 1982 Las tropas argentinas se rinden a las
a guardias nacionales exiliados en Gua- fuerzas británicas
temala Fines de 1982 Como resultado de la decisión norteame-
Noviembre de 1980 Triunfo republicano en las elecciones ricana de cooperar con el gobierno britá-
presidenciales estadounidenses nico durante el conflicto de las Malvinas,
Diciembre de 1980 Guardias nacionales entrenados por los la Argentina reduce drásticamente su
argentinos atacan una radio de onda cor- participación en la empresa "contra"
ta en Costa Rica Julio a diciembre de 1983 Los Estados Unidos realizan grandes
Enero de 1981 Al asumir como presidente, Ronald Rea- ejercicios militares con Honduras
gan promete restablecer la preeminencia Diciembre de 1983 El presidente electo Raúl Alfonsín asu-
militar global de los Estados Unidos me su cargo en la Argentina
Marzo de 1981 Reagan autoriza a la CIA a apoyar los es- Principios de 1984 La CIA asume el control total de la ins-
fuerzos contrarrevolucionarios en Amé- trucción y la logística "contras"
rica Central Marzo de 1984 Alvarez Martínez es expulsado por un
1° de abril de 1981 Reagan cancela toda la ayuda econó- golpe militar interno
mica a Nicaragua Fines de 1984 Los últimos asesores argentinos de los
Primavera boreal de 1981 Rebeldes antisandinistas reciben instruc- Contras se retiran de Honduras
ción militar y de inteligencia en Buenos
Aires
Primavera boreal de 1981 Con supervisión argentina, la Legión
15 de Septiembre traslada su base de
operaciones a Honduras
Agosto de 1981 Se crea la FDN en una reunión en la ciu-
dad de Guatemala
Agosto de 1981 Los Estados Unidos, la Argentina y Hon-
duras firman un acuerdo tripartito para
manejar la empresa antisandinista
23 de noviembre de 1981 Reagan aprueba la I DSN n° 17, que au-
toriza a la CIA a crear una fuerza rebel-
de (los argentinos ya están adiestrando
un ejército "contra")
1° de diciembre de 1981 Reagan firma una decisión que autori-
za a la CIA a trabajar con gobiernos ex-
tranjeros para construir un movimiento
paramilitar antisandinista
Enero de 1982 Se designa a Alvarez Martínez como co-
mandante en jefe de las fuerzas arma-
das hondureñas
Marzo de 1982 Comandos "contras" entrenados por los
argentinos vuelan dos puentes en el nor-
te de Nicaragua
2 de abril de 1982 Tropas argentinas invaden las islas Mal-
vinas

260 261
BIBLIOGRAFÍA

Acuña, Carlos H., y Catalina Smulovitz, "Militares en la transición


argentina: del gobierno a la subordinación constitucional", en
Carlos Acuña et al., Juicios, castigos y memorias: Derechos hu-
manos y justicia en la política argentina, Buenos Aires, Nueva Vi-
sión, 1995.
Alegría, Claribel, y D. J. Flakoll, Somoza: expediente cerrado, Ma-
nagua, El Gato Negro-Latino Editores, 1993.
Ambler, John Steward, Soldiers Against the State: The French Army
in Politics, Columbus, Ohio State University Press, 1966.
American Civil Liberties Union and Americas Watch, Report on Hu-
man Rights in El Salvador, Nueva York, enero de 1982.
Americas Watch (hoy Human Rights Watch/Americas), U.S. Repor-
ting on Human Rights in El Salvador: Methodology at Odds
with Knowledge, Nueva York, junio de 1982.
Americas Watch, Human Rights in Honduras: Signs of "The Argen-
tine Method", Nueva York, diciembre de 1982.
Americas Watch, Almost Nine Y ears and Still No Verdict in the
"Trial of Responsibilities", Nueva York, diciembre de 1992.
Americas Watch, The Trial of Responsibilities: The García Meza Te-
jada Trial, Nueva York, 10 de septiembre de 1993.
Andersen, Martin Edwin, Dossier Secreto: Argentina's Desapareci-
dos and the Myth of the "Dirty War", Boulder, Westview Press,
1993 [traducción castellana: Dossier secreto: el mito de la "gue-
rra sucia", Buenos Aires, Planeta, 1993].
Anderson, Scott, y Jon Lee Anderson, Inside the League, Nueva
York, Dodd, Mead, 1986.
Arendt, Hannah, Eichmann in Jerusalem: A Report on the Banality
of Evil, Nueva York, Viking Press, 1963.
Armony, Ariel C., "Argentina and the Origins of Nicaragua's Con-
tras", en Low Intensity Conflict and Law Enforcement 2, No. 3,
invierno de 1993.
Armony, Ariel C, "The Former Contras", en Thomas W. Walker

263
(comp.), Nicaragua Without Illusions: Regime Transition and Booth, John A., y Thomas W. Walker, Understanding Central Ame-
Other Changes in the 1990s, Wilmington, SR Books, 1997. rica, 2' ed., Boulder, Westview Press, 1989.
Armony, Ariel C., y Robert Chisholm, "Is Social Revolution Possible Brinkley, Joel, y Stephen Engelberg (comps.), Report of the Congres-
in a Liberal Era? Revolution and Compromise in Nicaragua 1979- sional Committees hzvestigating the Iran-Contra Affair, Nueva
1990". Trabajo presentado en la Reunión Anual de la American York, Random House, 1988.
Political Science Association, Nueva York, septiembre de 1994. Brownstein, Ronald, y Nina Easton, Reagan's Ruling Class: Por-
Armstrong, Scott, et al., The Chronology: The Documented Day-by- traits of the President's Top One Hundred O fficials, Nueva
Day Account of the Secret Military Assistance to han and the York, Pantheon Books, 1983.
Contras, Nueva York, Warner Books, 1987. Brysk, Alison, "The Politics of Measurement: The Contested Count
Arnson, Cynthia, "Background Information on the Security Forces of the Disappeared in Argentina", en Human Rights Quarterly
in El Salvador and U.S. Military Assistance", lnstitute for Policy 16, No. 4, noviembre de 1994.
Studies, Washington, DC, marzo de 1980. Brysk, Alison, The Politics of Human Rights in Argentina: Protest,
Arnson, Cynthia, Crossroads: Congress, the President, and Central Change, and Democratization, Stanford, Stanford University
America 1976-1993, r ed., University Park, Pennsylvania State Press, 1994.
University Press, 1993. Butler, Judy, "A Nation Divided: A Chronicle of Nicaragua's Atlan-
Arriagada Herrera, Genaro, "Ideology and Politics in the South tic Coast". Manuscrito inédito, en los archivos del autor.
American Military (Argentina, Brazil, Chile and Uruguay)". Tra- Bye, Vegard, La paz prohibida: el laberinto centroamericano en la
bajo presentado en el Woodrow Wilson International Center for década de los ochenta, San José de Costa Rica, Departamento
Scholars, Washington, DC, 21 de marzo de 1979. Ecuménico de Investigaciones, 1991.
Arriagada Herrera, Genaro, El pensamiento político de los militares Calvo, Robert, "The Church and the Doctrine of National Secu-
(estudios sobre Chile, Argentina, Brasil y Uruguay), Santiago de rity", en Journal of Interamerican Studies and World Affairs 21,
Chile, Editorial Aconcagua, 1981. No. 1, febrero de 1979.
Bahbah, Bishara, Israel and Latin America: The Military Connec- Cardoso, Oscar Raúl, "El último secreto del Proceso: apéndice sobre
tion, Nueva York, St. Martin's Press, 1986. la experiencia argentina", en Christopher Dickey, Con los Con-
Bardini, Roberto, Conexión en Tegucigalpa (El somocismo en Hon- tras, Buenos Aires, Sudamericana-Planeta, 1987.
duras), Puebla, Universidad Autónoma de Puebla, 1982. Cardoso, Oscar R., Ricardo Kirschbaum y Eduardo van der Kooy, Mal-
Bardini, Roberto, Monjes, mercenarios y mercaderes: la red secreta vinas, la trama secreta, Buenos Aires, Sudamericana-Planeta, 1983.
de apoyo a los Contras, México, Alpa Corral, 1988. Carothers, Thomas, In the Name of Democracy: U.S. Policy To-
Barry, Tom, y Kent Norsworthy, Honduras: A Country Guide, Al- ward Latin America in the Reagan Years, Berkeley, University of
buquerque, Inter-Hemispheric Education Resource Center, 1990. California Press, 1991.
Beaufre, André, "La violencia", en Estrategia 5, enero-febrero de 1970. Castañeda, Jorge G., Utopía Unarmed: The Latin American Left Af-
Beaufre, André, "Perspectivas estratégicas en la década del 70", en ter the Cold War, Nueva York, Alfred A. Knopf, 1993.
Estrategia, No. 9, enero-febrero de 1971. Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), "The Doctrine of Glo-
Bendaña, Alejandro (comp.), Una tragedia campesina: testimonios bal Parallelism". Manuscrito, Buenos Aires, 1981, en los archivos
de la resistencia, Managua, Edit-Arte/CFL 1991. del autor.
Bittencourt Emílio, L. A., "The 'Abertura' in Brazil: The Day-After of Centro de Estudios Legales y Sociales, Uruguay/Argentina: coordi-
the Brazilian Intelligence Monster'". Documento de trabajo, Insti- nación represiva, Buenos Aires, CELS, 1982.
tuto de Pesquisa Económica Aplicada (IDEA), noviembre de 1992. Centro de Estudios Legales y Sociales, Culpables para la sociedad,
Bobbio, Norberto, The Future of Democracy: A Defence of the Ru- impunes por la ley, Buenos Aires, CELS, 1988.
les of the Game, Minneapolis, University of Minnesota Press, Centro de Investigación y Estudios de la Reforma Agraria (CIERA),
1987 [traducción castellana: El futuro de la democracia, México, La reforma agraria en Nicaragua, 1979-1989, vols. 4 y 6, Mana-
fa, 1986]. gua, CIERA, 1989.
Booth, John A., The End and the Beginning: The Nicaraguan Revo- Chamorro, Edgar, Packaging the Contras: A Case of CIA Disinfor-
lution, 2' ed., Boulder, Westview Press, 1985. mation, Nueva York, Institute for Media Analysis, 1987.

264 265
Child, Jack, Geopolitics and Conflict in South America, Nueva Crahan, Margaret E, "Religion, Revolution, and Counterrevolu-
York, Praeger Publishers, 1985. tion: The Role of the Religious Right in Central America", en
Chisholm, Robert, "From National Defence to National Security: Douglas A. Chalmers, Maria do Carmo Campello de Souza y
`Geopolitical Darwinism' and Military Thought in South Ameri- Atilio A. Boron (comps.), The Right and Democracy in Latin
ca". Tesis de maestría, Queen's University, Kingston, Ontario, America, Nueva York, Praeger, 1992.
Canadá, 1989. Dabat, Alejandro, y Luis Lorenzano, Argentina: The Malvinas and
Christian, Shirley, Nicaragua, Revolution in the Family, Nueva the End of Military Rule, Londres, Verso, 1984.
York, Vintage Books, 1986. Danner, Mark, The Massacre at El Mozote: A Parable of the Cold
Cockburn, Andrew, y Leslie Cockburn, Dangerous Liaison: The In- War, Nueva York, Vintage, 1994.
side Story of the U.S.-Israeli Covert Relationship, Nueva York, Deutsch, Sandra McGee, y Ronald H. Dolkart (comps.), The Argen-
Harper-Collins, 1991. tine Right: Its History and Intellectual Origins, 1910 to the Pre-
Cohn, Betsy, y Patricia Hynds, "The Manipulation of the Religion sent, Wilmington, SR Books, 1993.
Issue", en Thomas W. Walker (comp.), Reagan versus the Sandi- Díaz Bessone, Ramón Genaro, Guerra Revolucionaria en la Argenti-
nistas: The Undeclared War on Nicaragua, Boulder, Westview na (1959-1978), Buenos Aires, Fraterna, 1986.
Press, 1987. Dickey, Christopher, With the Contras: A Reporter in the Wilds of
Colburn, Forrest D., Post-Revolutionary Nicaragua: State, Class, Nicaragua, Nueva York, Simon and Schuster, 1987 [traducción
and the Dilemmas of Agrarian Policy, Berkeley, University of Ca- castellana: Con los Contras, Buenos Aires, Sudamericana-Plane-
lifornia Press, 1986. ta, 1987].
Colburn, Forrest D., "Foot Dragging and Other Peasant Responses Dillon, Sam, Comandos: The CIA and Nicaragua's Contra Rebels,
to the Nicaraguan Revolution", en Forrest Colburn (comp.), Nueva York, Henry Holt, 1991.
Everyday Forms of Peasant Resistance, Armonk, M. E. Sharpe, Duhalde, Eduardo Luis, El Estado terrorista argentino, Barcelona,
1989. Argos Vergara, 1983.
Colburn, Forrest D., Managing the Commanding Heights: Nicara- Eich, Dieter, y Carlos Rincón, The Contras: Interviews with Anti-
gua's State Enterprises, Berkeley, University of California Press, Sandinistas, San Francisco, Synthesis Publications, 1985.
1990. Enríquez, Laura, Harvesting Change: Labor and Agrarian Reform in
Comblin, José, The Church and the National Security State, Maryk- Nicaragua, 1979-1990, Chapel Hill, University of North Caroli-
noll, Orbis Books, 1979. na Press, 1991.
Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas ( CONADEP), Escudé, Carlos, La Argentina: ¿paria internacional?, Buenos Aires,
Nunca Más, Buenos Aires, EUDEBA, 1984. Reeditado en inglés co- Editorial de Belgrano, 1984.
mo Nunca Más: The Report of the Argentine National Commis- Escudé, Carlos, La Argentina vs. las grandes potencias (el precio del
sion on the Disappeared, Nueva York, Farrar, Straus and Gi- desafío), Buenos Aires, Editorial de Belgrano, 1986.
roux, 1986. Falcoff, Mark, A Tale of Two Policies: U.S. Relations with the Ar-
Committee of Santa Fe, A New Inter-American Policy for the Eigh- gentine Junta, 1976-1983, Filadelfia, Foreign Policy Research
ties, Washington, DC, Council for Inter-American Security, 1980. Institute, 1989.
Corradi, Juan E., "The Mode of Destruction: Terror in Argentina", Falla, Ricardo, Massacres in the Jungle: Ixcán, Guatemala, 1975-
en Telos 54, 1982-1983. 1982, Boulder, Westview Press, 1994.
Corradi, Juan E., "Toward Societies without Fear", en Juan E. Co- Feldman, David Lewis, "The United States Role in the Malvinas Cri-
rradi, Patricia Weiss Fagen y Manuel A. Garretón (comps.), Fear sis, 1982: Misguidance and Misperception in Argentina's Deci-
at the Edge: State Terror and Resistance in Latin America, Berke- sion to Go to War", en Journal of Interamerican Studies and
ley, University of California Press, 1992. World Affairs 27, No. 2, verano de 1985.
Crahan, Margaret E., "National Security Ideology and Human Figueroa Ibarra, Carlos, El recurso del miedo: ensayo sobre el Esta-
Rights", en Margaret Crahan (comp.), Humo ' Rights and Basic do y el terror en Guatemala, San José de Costa Rica, Editorial
Needs in the Americas, Washington, DC, Georgetown University Universitaria Centroamericana, 1991.
Press, 1982. Fitzgerald, E. V. K., "Estado y economía en Nicaragua", en Raúl

266 267
Rubén y Jan de Gorot (comps.), El debate sobre la reforma agra- Goldstone, Jack A., "Revolution", en Mary Hawkesworth y Mauri-
ria en Nicaragua, Managua, Editorial Ciencias Sociales, 1988. ce Kogan (comps.), Encyclopedia of Government and Politics,
Fontana, Andrés, "Fuerzas armadas, partidos políticos y transición a Londres, Routledge, 1992.
la democracia en Argentina", Centro de Estudios de Estado y So- González Janzen, Ignacio, La Triple-A, Buenos Aires, Contrapunto,
ciedad (CEDES), Buenos Aires, 1984. 1986.
Fontana, Andrés, "De la crisis de Malvinas a la subordinación con- Gould, Jeffrey L., To Lead as Equals: Rural Protest and Political
dicionada: conflictos intramilitares y transición política en Argen- Consciousness in Chinandega, Nicaragua, 1912-1990, Chapel
tina". Documento de trabajo, Kellogg Institute, agosto de 1986. Hill, University of North Carolina Press, 1990.
Foucault, Michel, Discipline and Punish: The Birth of the Prison, Goyret, José T., "El pensamiento estratégico del general Beaufre",
Nueva York, Vintage, 1979 [traducción castellana: Vigilar y cas- parte 1, en Estrategia 7, mayo-junio de 1970.
tigar. Nacimiento de la prisión, México, Siglo xxi, 1976]. Goyret, José T., "El pensamiento estratégico del general Beaufre",
Franco, Jean, "Gender, Death, and Resistance: Facing the Ethical parte 2, en Estrategia 8, julio-agosto de 1970.
Vacuum", en Juan E. Corradi, Patricia Weiss Fagen y Manuel A. Grabendorff, Wolf, "¿De país aislado a aliado preferido? Las rela-
Garretón (comps.), Fear at the Edge: State Terror and Resistance ciones entre la Argentina y los Estados Unidos: 1976-1981", en
in Latin America, Berkeley, University of California Press, 1992. Peter Waldmann y Ernesto Garzón Valdez (comps.), El poder mi-
Freedman, Lawrence, y Virginia Gamba-Stonehouse, Signals of War: litar en la Argentina, 1976-1981, Buenos Aires, Galerna, 1983.
The Falklands Conflict of 1982, Princeton, Princeton University Graziano, Frank, Divine Violente: Spectacle, Psychosexuality, and
Press, 1991 [traducción castellana: Señales de guerra. El conflicto Radical Christianity in the Argentine "Dirty War", Boulder,
de las islas Malvinas de 1982, Buenos Aires, Javier Vergara, 1992]. Westview Press, 1992.
Frontalini, Daniel, y María Cristina Caiati, El mito de la guerra su- Guest, lain, Behind the Disappearances: Argentina's Dirty War
cia, Buenos Aires, Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Against Human Rights and the United Nations, Filadelfia, Uni-
1984. versity of Pennsylvania Press, 1990.
García Lupo, Rogelio, El Paraguay de Stroessner, Buenos Aires, Guglialmelli, Juan E., "Las FF.AA. en América Latina (FF.AA. y Revo-
Grupo Editorial Zeta, 1989. lución Nacional)", en Estrategia 17, julio-agosto de 1972.
Garretón, Manuel Antonio, La posibilidad democrática en Chile, Guglialmelli, Juan E., "Fuerzas Armadas para la Liberación Nacio-
Santiago de Chile, FLACSO, 1988. nal", en Estrategia 23, julio-agosto de 1973.
Garretón, Manuel Antonio, "Fear in Military Regimes: An Over- Guglialmelli, Juan E., "Geopolítica en la Argentina", en Estrategia
view", en Juan E. Corradi, Patricia Weiss Fagen y Manuel A. Ga- 46-47, mayo-agosto de 1977.
rretón (comps.), Fear at the Edge: State Terror and Resistance in Guglialmelli, Juan E., "Economía, Poder Militar y Seguridad Nacio-
Latin America, Berkeley, University of California Press, 1992. nal", en Estrategia 51, marzo-abril de 1978, pp. 7-29.
Gasparini, Juan, La pista suiza, Buenos Aires, Legasa, 1986. Gutman, Roy, Banana Diplomacy: The Making of American Policy
Gasparini, Juan, Montoneros: final de cuentas, Buenos Aires, Punto- in Nicaragua 1981-1987, Nueva York, Simon and Schuster, 1988.
sur, 1988. Haig, Alexander M., Jr., Caveat: Realism, Reagan, and Foreign Po-
Gasparini, Juan, El crimen de Graiver, Buenos Aires, Grupo Edito- licy, Nueva York, Macmillan, 1984.
rial Zeta, 1990. Halperin Donghi, Tulio, "Argentina's Unmastered Past", en Latin
Gianotten, Vera, Ton de Wit y Rodrigo Montoya, Nicaragua: cues- American Research Review 23, No. 2, 1988.
tión agraria y participación campesina, Lima, DESCO, 1987. Hanndy, Jim, Gift of the Devil: A History of Guatemala, Boston,
Gibson, Bill, "Overview of the Nicaraguan Economy", en Rose J. South End Press, 1984.
Spalding (comp.), The Political Economy of Revolutionary Nica- Hodges, Donald C., Argentina's "Dirty War": An Intellectual Bio-
ragua, Boston, Allen and Unwin, 1987. graphy, Austin, University of Texas Press, 1991.
Gilbert, Dennis, Sandinistas, Oxford, Basil Blackwell, 1988. Hoffman, Bruce, The PLO and Israel hl Central America: The Geo-
Gillespie, Richard, Soldiers of Perón: Argentina's Montoneros, Nueva political Dimension, Santa Monica, RAND, 1988.
York, Oxford University Press, 1982 [traducción castellana: Solda- Honey, Martha, Hostile Acts: U.S. Policy in Costa Rica in the
dos de Perón: los Montoneros, Buenos Aires, Grijalbo, 1987]. 1980s, Gainesville, University Press of Florida, 1994.

268 269
Human Rights Watch/Americas, Honduras: The Facts Speak for Malloy, James M., Bolivia: The Uncompleted Revolution, Pitts-
Themselves, Nueva York, 1994. burgh, University of Pittsburgh Press, 1970.
Human Rights Watch/Americas, The New Year's Rebellion: Viola- Manwaring, Max G., y Court E. Prisk (comps.), El Salvador at War:
tions of Human Rights and Humanitarian Law During the Ar- An Oral History, Washington, DC, National Defense University,
med Revolt in Chiapas, Mexico, Nueva York, 1° de marzo de 1988.
1994. Martin, Lisa L., y Kathryn Sikkink, "U.S. Policy and Human Rights
Jonas, Susanne, The Battle for Guatemala: Rebels, Death &pais, in Argentina and Guatemala, 1973-1980", en Peter B. Evans,
and U.S. Power, Boulder, Westview Press, 1991. Harold K. Jacobson y Robert D. Putnam (comps.), Double-Ed-
Kalmanowiecki, Laura, "Military Power and Policing During the ged Diplomacy: International Bargaining and Domestic Politics,
Justo Administration, 1932-1938". Trabajo presentado en el De- Berkeley, University of California Press, 1993.
cimoctavo Congreso Internacional de la Latin American Studies Martínez Cuenca, Alejandro, Sandinista Economics in Practice, Bos-
Association, Atlanta, marzo de 1994. ton, South End Press, 1992.
Kirkpatrick, Jeane, "Dictatorships and Double Standards", en Com- McCann, Frank, "Origins of the 'New Professionalism' of the Brazi-
mentary 68, noviembre de 1979. lian Military", en Journal of Interamerican Studies and World
Kirkpatrick, Jeane, "U.S. Security and Latin America", en Howard Affairs 21, No. 4, noviembre de 1979.
J. Wiarda (comp.), Rift and Revolution: The Central American McClintock, Michael, The American Connection: State Terror and
Imbrogli, Washington, DC, American Enterprise Institute for Pu- Popular Resistance in El Salvador, Londres, Zed Books, 1985.
blic Policy Research, 1984. McClintock, Michael, The American Connection: State Terror and
Klare, Michael T., "The Interventionist Impulse: U.S. Military Doc- Popular Resistance in Guatemala, Londres, Zed Books, 1985.
trine for Low-Intensity Warfare", en Michael Klare y Peter Korn- McSherry, Joan Patrice, "Democratization and the Politics of Natio-
bluh (comps.), Low-Intensity Warfare: Counterinsurgency, nal Security in Argentina". Tesis del doctorado en filosofía, City
Proinsurgency, and Antiterrorism in the Eighties, Nueva York, University of New York, 1994.
Pantheon, 1988. Migdal, Joel S., Peasants, Politics and Revolution: Pressures Toward
Klare, Michael T., y Peter Kornbluh, "The New Interventionism: Political and Social Change in the Third World, Princeton, Prin-
Low-Intensity Warfare in the 1980s and Beyond", en Michael ceton University Press, 1974.
Klare y Peter Kornbluh (comps.), Low-Intensity Warfare: Coun- Mignone, Emilio F., Derechos humanos y sociedad: el caso argenti-
terinsurgency, Proinsurgency, and Antiterrorism in the Eighties, no, Buenos Aires, CELS/Ediciones del Pensamiento Nacional,
Nueva York, Pantheon, 1988. 1991.
Kornbluh, Peter, Nicaragua: The Price of Intervention, Washington, Millett, Richard, Guardians of the Dynasty: A History of the U.S.
DC, Institute for Policy Studies, 1987. Created Guardia Nacional de Nicaragua and the Somoza Family,
Lapper, Richard, and James Painter, Honduras: State for Sale, Lon- Maryknoll, Orbis Books, 1977.
dres, Latin American Bureau, 1985. Mittelbach, Federico, Informe sobre desaparecedores, Buenos Aires,
Lernoux, Penny, In Banks We Trust, Garden City, Anchor Press, La Urraca, 1986.
1984. Molineu, Harold, U.S. Policy Toward Latín America: From Regio-
Levine, Michael, The Big W bite Lie: The CIA and the CocainelCrack nalism to Globalism, Boulder, Westview Press, 1990.
Epidemic, Nueva York, Thunder's Mouth Press, 1993. Monkman, Guillermo Alberto, "The Institutionalization of the Doc-
Loveman, Brian, y Thomas M. Davies (comps.), The Politics of An- trine of National Security in Argentina: The Military and Foreign
tipolitics: The Military in Latin America, 2' ed., Lincoln, Univer- Policy". Tesis de doctorado en filosofía, University of South Ca-
sity of Nebraska Press, 1989. rolina, 1992.
Maas, Peter, Manhunt, Nueva York, Random House, 1986. Moore, Barrington, Jr., Social Origins of Dictatorship and Demo-
Majul, Luis, Los dueños de la Argentina, Buenos Aires, Sudamerica- cracy: Lord and Peasant in the Making of the Modem World,
na, 1992. Boston, Beacon Press, 1966 [traducción castellana: Los orígenes
Malamud-Goti, Jaime E, Carne Without End: State Terror and the sociales de la dictadura y la democracia, Barcelona, Ediciones 62,
Politics of Justice, Norman, University of Oklahoma Press, 1996. 1991].

270 271
Morales Carazo, Jaime, La Contra, México, Planeta, 1989. Poder Ejecutivo Nacional, Terrorism in Argentina, Buenos Aires, 7
Morley, Morris, y James Petras, The Reagan Administration and Ni- de enero de 1980.
caragua: How Washington Constructs Its Case for Counterrevo- Potash, Robert A., El ejército y la política en Argentina, 1928-1945,
lution in Central America, Nueva York, Institute for Media Buenos Aires, Sudamericana, 1981.
Analysis, 1987. Ranelagh, John, The Agency: The Rise and Decline of the CIA, Nue-
Morrison, Andrew R., y Rachel A. May, "Escape from Terror: Vio- va York, Simon and Schuster, 1986.
lence and Migration in Post-Revolutionary Guatemala", en Latin Reagan, Ronald, A Time for Choosing: The Speeches of Ronald
American Research Review 29, No. 2, 1994. Reagan, 1961-1982, Chicago, Regnery Gateway in cooperation
Naylor, R. T., Hot Money and the Politics of Debt, Nueva York, with Americans for the Reagan Agenda, 1983.
Linden/Simon and Schuster, 1987. Reimann, Elisabeth, Confesiones de un Contra, historia de "Moisés"
Norden, Deborah, "Democratic Consolidation and Military Profes- en Nicaragua, Buenos Aires, Legase, 1986.
sionalism: Argentina in the 1980s", en Journal of Interamerican Rock, David, Authoritarian Argentina: The Nationalist Movement,
Studies and World Affairs 32, No. 3, otoño de 1990. Its History and Its Impact, Berkeley, University of California
Núñez, Orlando (comp.), La guerra en Nicaragua, Managua, Cen- Press, 1993.
tro para la Investigación, la Promoción y] el Desarrollo Rural y Rodríguez, Félix I., y John Weisman, Shadow Warrior: The CIA He-
Social (CIFRES), 1991. ro of a Hundred Unknown Battles, Nueva York, Simon and
Paoletti, Alipio, Como los Nazis, como en Vietnam, Buenos Aires, Schuster, 1989.
Contrapunto, 1987. Rouquié, Alain, The Military and the State in Latin America, Berke-
ley, University of California Press, 1987 [traducción castellana:
Pastor, Robert A., Condemned to Repetition: The United States and
Nicaragua, Princeton, Princeton University Press, 1987. El estado militar en América Latina, Buenos Aires, Emecé, 1984].
Russell, Roberto, "Las relaciones Argentina-Estados Unidos: del ali-
Pastor, Robert A., "The Carter Administration and Latin America:
neamiento heterodoxo a la recomposición madura", en Mónica
A Test of Principie", en John D. Martz (comp.), United States
Policy in Latin America: A Quarter Century of Crisis and Cha- Hirst (comp.), Continuidad y cambio en las relaciones América
llenge, 1961-1986, Lincoln, University of Nebraska Press, 1988. Latina-Estados Unidos, Buenos Aires, Grupo Editor Latinoame-
Perelli, Carina, "From Counterrevolutionary Warfare to Political ricano, 1987.
Awakening: The Uruguayan and Argentine Armed Forces in the Russell, Roberto, y Juan Tokatlian, Argentina y la crisis centroame-
1970s", en Armed Forces and Society 20, No. 1, otoño de 1993. ricana, 1976-1985. Informe de investigación No. 36, Facultad
Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), 1986. Reeditado
Persico, Joseph E., Casey: From the oss to the CIA, Nueva York, Vi-
en Boris Yopo, Roberto Russell y Juan Tokatlian, La Unión So-
king, 1990.
Pinochet Ugarte, Augusto, Geopolítica, 2 a ed., Santiago de Chile,
viética y Argentina frente a la crisis centroamericana, San José
de Costa Rica, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales
Andrés Bello, 1974.
(FLACSO), 1987.
Pion-Berlin, David, "The National Security Doctrine, Military Threat
Saldomando, Ángel, y Elvira Cuadra, "Los problemas de la pacifica-
Perception and the `Dirty War' in Argentina", en Comparativo
ción en Nicaragua: recomposición de grupos armados y conflic-
Political Studies 21, 1988.
tos sociales", Coordinadora Regional de Investigaciones Econó-
P on-Berlin, David, "Between Confrontation and Accomodation: Mi-
litary and Government Policy in Democratic Argentina", en Jour- micas y Sociales (CREES), febrero de 1994.
Salimovich, Sofía, Elizabeth Lira y Eugenia Weinstein, "Victims of
nal of Latin American Studies 23, octubre de 1991 [traducción cas-
Fear: The Social Psychology of Repression", en Juan E. Corradi,
tellana: "Entre la confrontación y la adaptación: los militares y la
Patricia Weiss Fagen y Manuel A. Carretón (comps.), Fear at the
política gubernamental en la Argentina democrática", en Ernesto
López y David Pion-Berlin, Democracia y cuestión militar, Buenos Edge: State Terror and Resistance in Latin America, Berkeley,
Aires, Editorial de la Universidad Nacional de Quilmes, 1996]. University of California Press, 1992.
Pion-Berlin, David, y George A. Lopez, "Of Victims and Executio- Salinas, Juan, y Julio Villalonga, Gorriarán, la Tablada y las "guerras
ners: Argentine State Terror, 1975-1979", en International Stu- de inteligencia" en América Latina, Buenos Aires, Mangin, 1993.
Salomón, Leticia, "The National Security Doctrine in Honduras:
dies Quarterly 35, 1991.

273
272
Analysis of the Fall of General Gustavo Álvarez Martínez", en Stockholm International Peace Research Institute, Yearbook 1982,
Nancy Peckenham y Annie Street (comps.), Honduras: Portrait of Londres, Taylor and Francis, 1982.
a Captive Nation, Nueva York, Praeger, 1985. Timerman, Jacobo, Preso sin nombre, celda sin número, Buenos Ai-
Salomón, Leticia, Política y militares en Honduras, Tegucigalpa, res, El Cid Editor, 1982.
Centro de Documentación de Honduras, 1992. Tulchin, Joseph, Argentina and the United States, Boston, Twayne
Schoultz, Lars, Human Rights and United States Policy Toward La- Publishers, 1990 [traducción castellana: La Argentina y los Esta-
tin America, Princeton, Princeton University Press, 1981. dos Unidos: historia de una desconfianza, Buenos Aires, Planeta,
Schoultz, Lars, National Security and United States Policy Toward 19901.
Latin America, Princeton, Princeton University Press, 1987. Uriarte, Claudio, Almirante Cero: biografía no autorizada de Emilio
Schulz, Donald E., y Deborah Sundloff Schulz, The United States, Eduardo Massera, Buenos Aires, Planeta, 1991.
Honduras, and the Crisis in Central America, Boulder, Westview Vacs, Aldo C., "The 1980 Grain Embargo Negotiations: The United
Press, 1994. States, Argentina, and the Soviet Union", rev. ed. Pew Case Stu-
Schwarz, Benjamin C., American Counterinsurgency Doctrine and dies in International Affairs, Washington, DC, 1992.
El Salvador: The Frustrations of Reform and the Illusions of Na- Vacs, Aldo C., "A Delicate Balance: Confrontation and Cooperation
tion Building, Santa Mónica, RAND, 1991. Between Argentina and the United States in the 1980s", en Jour-
Scott, Peter Dale, y Jonathan Marshall, Cocaine Politics: Drugs, Ar- nal of Interamerican Studies and World Affairs 31, No. 4, invier-
mies, and the CIA in Central America, Berkeley, University of Ca- no de 1989.
lifornia Press, 1991. Vaky, Viron P., "Hemispheric Relations: `Everything is Part of Every-
Seligson, Mitchell A., "Trust, Efficacy and Modes of Political Parti- thing Else'", en Foreign Affairs 60, 1980.
cipation: A Study of Costa Rican Peasants", en British Journal Verbitsky, Horacio, La última batalla de la tercera guerra mundial,
of Political Science 10, enero de 1980. Buenos Aires, Legasa, 1984.
Selser, Gregorio, Bolivia: El cuartelazo de los cocadólares, México, Verbitsky, Horacio, La posguerra sucia: un análisis de la transición,
Mex-Sur, 1982. Buenos Aires, Legasa, 1985.
Selser, Gregorio, Honduras, república alquilada, México, Mex-Sur, Verbitsky, Horacio, El vuelo, Buenos Aires, Planeta, 1995.
1983. Vergara, Raúl, Deborah Barry y Rodolfo Castro, Nicaragua: país si-
Sikkink, Kathryn, "The Effectiveness of U.S. Human Rights Policy: tiado, Managua, CRIES, 1986.
The Case of Argentina and Guatemala". Trabajo presentado en Vilas, Acdel Edgardo, Tucumán: el hecho histórico ("El plan táctico
el Décimosexto Congreso Internacional de la Latin American Stu- que posibilitó la victoria contra el Ejército Revolucionario del
dies Association, Washington, DC, abril de 1991. Pueblo (ERP) en 1975"). Panfleto sin fecha.
Sklar, Holly, Washington's War on Nicaragua, Boston, South End Vilas, Carlos M., Del colonialismo a la autonomía: modernización
Press, 1988. capitalista y revolución social en la Costa Atlántica, Managua,
Skocpol, Theda, "What Makes Peasants Revolutionary?", en Com- Nueva Nicaragua, 1990.
parative Politics 14, No. 3, abril de 1982. Villegas, Osiris G., Guerra revolucionaria comunista, Buenos Aires,
Stepan, Alfred, "The New Professionalism of Interna' Warfare and Pleamar, 1963.
Military Role Expansion", en Alfred Stepan (comp.), Authorita- Villegas, Osiris G., Tiempo geopolítico argentino, Buenos Aires,
rian Brazil: Origins, Policies and Future, New Haven, Yale Uni- Pleamar, 1975.
versity Press, 1973. Villegas, Osiris G., Testimonio de un alegato, Buenos Aires, Compa-
Stepan, Alfred, The State and Society: Peru in Comparative Perspec- ñía Impresora Argentina, 1990.
tive, Princeton, Princeton University Press, 1978. Walker, Thomas W., Nicaragua: The Land of Sandino, 3' ed., Boul-
Stepan, Alfred, Rethinking Military Politics: Brazil and the Southern der, Westview Press, 1991.
Cone, Princeton, Princeton University Press, 1988. Walter, Knut, The Regime of Anastasio Somoza, 1936-1956, Chapel
Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI), World Ar- Hill, University of North Carolina Press, 1993.
mamelas and Disarmament Yearbook 1979, Londres, Taylor and Washington Office on Latin America, Contra Human Rights Abuses
Francis, 1979. Against Honduran Civilians, Washington, DC, marzo de 1986.

274 275
Weber, Henri, The Sandinist Revolution, Londres, Verso, 1981. en Jefe del Ejército, "Resumen de los orígenes, evolución y doc-
Weber, Henri, "The Struggle for Power", en Peter Rosset y John trina del PRT-ERP la [CR", firmada por el coronel Carlos Alberto
y

Vandermeer (comps.), Nicaragua: Unfinished Revolution, Nueva Martínez, Subjefe de Inteligencia del Ejército, Buenos Aires, 28
York, Grove Press, 1986. de octubre de 1975.
Wesson, Robert (comp.), The Latín American Military Institution, Comando General del Ejército, EMGE, Jefatura Inteligencia, Anexo
II

Nueva York, Praeger, 1986. 1 (Inteligencia) a la directiva secreta n° 504/77 del Comandante
Wheaton, Philip E., Inside Honduras: Regional Counterinsurgency en Jefe del Ejército, "Continuación de la ofensiva contra la sub-
Base, Washington, DC, EPICA, 1982. versión durante el período 1977/1978", firmada por el general
Wickham-Crowley, Timothy P., Guerrillas and Revolution in Latín Roberto Eduardo Viola, Buenos Aires, 20 de abril de 1977.
America: A Comparative Study of Insurgents and Regimes Since Comando General del Ejército, EMGE, Jefatura Inteligencia, Anexo
II

1956, Princeton, Princeton University Press, 1992. 1 (Inteligencia) a la directiva secreta n° 604/79 del Comandante
Willetts, Peter (comp.), Pressure Groups in the Global System, Nue- en Jefe del Ejército, "Continuación de la ofensiva contra la sub-
va York, St. Martin's Press, 1982. versión", firmada por el general Alberto Alfredo Valín, Jefe de
Williams, Philip J., "Dual Transitions from Authoritarian Rule: Po- Inteligencia del Ejército, Buenos Aires, 24 de diciembre de 1981.
pular and Electoral Democracy in Nicaragua", en Comparative Comisión Argentina de Derechos Humanos (CADHU), declaración ju-
Politics 26, enero de 1994. rada de Rodolfo Peregrino Fernández, Madrid, 26 de abril de
Wolf, Eric, Peasant Wars of the Twentieth Century, Nueva York, 1983.
Harper and Row, 1969. Comisión de Análisis y Evaluación de las Responsabilidades Políti-
Wolfe, Alan, The Limits of Legitimacy: Political Contradictions of cas y Estratégico-Militares en el Conflicto del Atlántico Sur
Contemporaty Capitalism, Nueva York, The Free Press, 1977. (CAERCAS), Informe Rattenbach, Buenos Aires, Ediciones Espar-
Woodward, Bob, Veil: The Secret Wars of the CIA, 1981-1987, Nue- taco, 1988.
va York, Simon and Schuster, 1987 [traducción castellana: Veil: Congreso de los Estados Unidos, House, Committee on Appropria-
las guerras secretas de la CIA, 1981-1987, Buenos Aires, Sudame- tions, Subcommittee on Foreign Operations and Related Agen-
ricana, 1988]. cies, Foreign Assistance and Related Programs Appropriations
a
Yankelovich, Daniel, y Larry Kaagan, "Assertive America", en Fo- for Fiscal Year 1981, parte 96° Congreso, 2 sesión, 1980.
1,

reign Affairs 60, 1980. Congreso de los Estados Unidos, House, Committee on Foreign Af-
Yeves, Enrique, La Contra: una guerra sucia, Buenos Aires, Edicio- fairs, Subcommittee on Inter-American Affairs, Review of the
nes B, 1990. Presidential Certification of Nicaragua's Connection to Terro-
rism, 96° Congreso, 2 a sesión, 30 de septiembre de 1980.
Congreso de los Estados Unidos, House, Committee on Appropria-
Documentos seleccionados tions, Subcommittee on Foreign Operations and Related Pro-
grams, Foreign Assistance and Related Programs Appropriations
a
Arms Control and Foreign Policy Caucus, "Who Are the Contras? for 1982, 97° Congreso, l sesión, 1981.
An Analysis of the Makeup of the Military Leadership of the Re- Congreso de los Estados Unidos, House, Committee on Foreign Af-
bel Forces, and of the Nature of the Prívate American Groups fairs, Subcommittee on Inter-American Affairs, Foreign Assistan-
a
Providing Them Financial and Material Support". Informe de in- ce Legislation for Fiscal Year 1982, 97° Congreso, l sesión,
vestigación, Washington, DC, 18 de abril de 1985. 1981.
Comando General del Ejército, EMGE, Jefatura Inteligencia, Anexo
11 Congreso de los Estados Unidos, House, Committee on Foreign Af-
1 (Inteligencia) a la directiva secreta n° 404/75 del Comandante fairs, Subcommittees on Human Rights and International Orga-
en Jefe del Ejército, "Guerra contra la subversión", firmada por nizations and on Inter-American Affairs, Review of United States
a
el general Roberto Eduardo Viola, Buenos Aires, 28 de octubre Policy on Military Assistance to Argentina, 97° Congreso, l se-
de 1975. sión, 1° de abril de 1981.
Comando General del Ejército, EMGE, Jefatura Inteligencia, Anexo
II Congreso de los Estados Unidos, Senate, Committee on Foreign Re-
1 (Inteligencia) a la directiva secreta n° 404/75 del Comandante lations, Subcommittee on Terrorism, Narcotics, and International

276 277
Operations, Drugs, Law Enforcement, and Foreign Policy: Mo- Dirección General de Fabricaciones Militares, memo No. 624/33,
ney Laundering, testimonio de Leandro Sánchez Reisse, 23 de ju- ref. E.02940/82, 1° de febrero de 1982.
lio de 1987. Dirección General de Fabricaciones Militares, carta secreta de Vare-
Congreso de los Estados Unidos, Senate, Select Committee on Secret la Ortiz al presidente del Banco Central, 26 de julio de 1982.
Military Assistance to Iran and the Nicaraguan Opposition, and Dirección General de Fabricaciones Militares, contrato secreto firmado
House, Select Committee to Investigate Covert Arms Transac- por Varela Ortiz, director de la DGFM, y el general Oscar Mejía Víc-
tions with Iran, Repon of the Congressional Committees Investi- tores, ministro de Defensa de Guatemala, el 19 de mayo de 1983.
gating the Iran-Contra Affair, Appendix A, Source Documents, Francés, Héctor, transcripción del testimonio grabado en videotape
Washington, DC, Government Printing Office, 1988. ante autoridades sandinistas, 6 de diciembre de 1982.
Congreso de los Estados Unidos, Senate, Committee on Foreign Re- Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal No. 5 (doc-
lations, Subcommittee on Terrorism, Narcotics, and International tor Norberto M. Oyarbide), Caso n° 10000, "Sivak, Osvaldo Fa-
Operations, Drugs, Law Enforcement, and Foreign Policy: A Re- bio víctima de secuestro extorsivo", declaración de Rafael López
port, Washington, DC, Government Printing Office, 1989. Fader, Buenos Aires, 20 de agosto de 1996.
Corte Internacional de Justicia (International Court of Justice, National Security Archive (comp.), El Salvador: The Making of U.S.
lq), Case Concerning Military and Paramilitary Activities In Policy, 1977-1984, colección de microfichas, Alexandria, Chad-
and Against Nicaragua, Declaración jurada de Edgar Chamorro. wyck-Healey, 1989.
Washington, DC, 5 de septiembre de 1985. National Security Archive (comp.), The Iran-Contra Affair: The Ma-
Corte Internacional de Justicia, Case Concerning Military and Para- king of a Scandal, 1983-1988, colección de microfichas, Alexan-
military Activities In and Against Nicaragua ( Nicaragua v. Uni- dria, Chadwyck-Healey, 1990.
ted States of America), Merits, Judgment, ig Reports, 1986. National Security Archive (comp.), Nicaragua: The Making of U.S.
Departamento de Estado de los Estados Unidos, American Foreign Policy, 1978-1990, colección de microfichas, Alexandria, Chad-
Policy Current Documents 1977-80, Washington, DC, State De- wyck-Healey, 1991.
partment, 1984. Nicaragua, Ministerio del Interior, Dirección General de Seguridad
Departamento de Estado de los Estados Unidos, American Foreign del Estado, memo secreto con respecto a la participación de las
Policy Current Documents 1981, Washington, DC, State Depart- fuerzas armadas argentinas y sus servicios de inteligencia en la
ment, 1984. agresión contra Nicaragua, circa 1984.
Departamento de Estado de los Estados Unidos, Documents on the Presidente de los Estados Unidos, Public Papers of the Presidents of
Nicaraguan Resistance: Leaders, Military Personnel, and Pro- the United States. Ronald Reagan, 1981, Washington, DC, Go-
gram, Special Report No. 142, Washington, DC, Bureau of Public vernment Printing Office, 1982.
Affairs, 1986. Research Publications, Declassified Documents Reference System,
Departamento de Estado de los Estados Unidos, Nicaraguan Bio- colección de microfichas, Woodbridge, Research Publications,
graphies: A Resource Book, Special Report No. 174, Washing- varios años.
ton, DC, Bureau of Public Affairs, 1988.
Dirección General de Fabricaciones Militares ( DGFM), "Financiación
de venta de material bélico a la República de Honduras", memo Publicaciones periódicas
secreto del general Horacio Varela Ortiz al presidente del Banco
Central de la República Argentina, 29 de diciembre de 1981. Acción Cívica (Managua)
Dirección General de Fabricaciones Militares, carta secreta de Vare- Albuquerque Journal
la Ortiz al presidente del Banco Central, 29 de diciembre de Ámbito Financiero (Buenos Aires)
1981. Barricada ( Managua)
Dirección General de Fabricaciones Militares, "Financiación de ven- Brecha ( Montevideo)
ta de material bélico a la República de El Salvador", memo secre- Buenos Aires Herald
to del general Augusto J. B. Alemanzor al Comandante en Jefe Caras y Caretas (Buenos Aires)
del Ejército, general Leopoldo F. Galtieri, 18 de enero de 1982. Clarín (Buenos Aires)

278 279
Convicción (Buenos Aires) Ballester, Horacio P., coronel (retirado), Buenos Aires, 5 de agosto
Covert Action de 1991 y 28 de julio de 1993.
El Día (México) Borge, Tomás, Managua, 8 de julio de 1993.
El Heraldo (Tegucigalpa) Bruschtein, Luis, Buenos Aires, 30 de julio de 1993.
El Legionario: Revista oficial de la Legión 15 de Septiembre Cesio, Juan Jaime, coronel (retirado), Buenos Aires, 5 de agosto de
El Periodista de Buenos Aires 1993.
El Porteño (Buenos Aires) Céspedes, Abel, Managua, 7 de julio de 1993.
Excelsior ( México) Chávez, Lizzeth, Managua, 6 de julio de 1993.
Guardian (Londres) D'Andrea Mohr, José Luis, ex capitán, Buenos Aires, 14 de agosto
Guatemala Newsletter (ciudad de Guatemala) de 1991.
Humor (Buenos Aires) Dalton, Eugenio Alfredo, general (retirado), Buenos Aires, 6 de
La Nación (Buenos Aires) agosto de 1993.
La Prensa (Buenos Aires) Dormoz, Camilo, Bluefields (Nicaragua), 29 de junio de 1993.
La Prensa (Nueva York) García, José Luis, coronel (retirado), Buenos Aires, 10 de agosto de
La Razón (Buenos Aires) 1993.
La Semana (Buenos Aires) García Lupo, Rogelio, Buenos Aires, 30 de julio de 1993.
La Tribuna (Tegucigalpa) Goyret, José Teófilo, general (retirado), Buenos Aires, 5 de agosto
La Voz (Buenos Aires) de 1993.
Latin America Weekly Report Li Puma, Miguel Ángel, coronel (retirado), Buenos Aires, 18 de
Le Monde Diplomatique agosto de 1993.
Los Angeles Times López Meyer, Ernesto Víctor, general (retirado), Buenos Aires, 4 de
Nation agosto de 1993.
New Republic Mallea Gil, Miguel Ángel, general (retirado), Buenos Aires, 18 de
New York Times agosto de 1993.
Newsweek Martínez Zelaya, Francisco, Managua, 1° de julio de 1993.
Página 12 (Buenos Aires) Morales, Mariano, Managua, 7 de julio de 1993.
Patria Libre (Managua) Raimondi, Carlos H., capitán (retirado), Buenos Aires, 4 de agosto
Pensamiento Propio ( Managua) de 1993.
Pregón (Buenos Aires) Rivera, Juan Ángel, Managua, 7 de julio de 1993.
Progressive Salinas, Juan José, Buenos Aires, 31 de julio de 1993.
Resistencia (Costa Rica) Seineldín, Mohamed Alí, ex coronel, prisión militar de Magdalena,
Siete Días (Buenos Aires) provincia de Buenos Aires, 21 de agosto de 1993.
Soberanía ( Managua) Sobalvarro García, Oscar, Managua, 7 de julio de 1993.
Somos (Buenos Aires) Sosa, Miguel Ángel, Managua, 5 de julio de 1993.
Tiempo (San Pedro Sula, Honduras) Varela, Alberto R., almirante (retirado), Buenos Aires, 17 de agosto
Uno Más Uno ( México) de 1993.
Wall Street Journal
Washington Post

Entrevistas seleccionadas (realizadas por el autor)

Ampié Quiroz, Rodolfo, Managua, 2 y 5 de julio de 1993.


Arana, César, Miami, 9 de julio de 1993.

281
ÍNDICE DE NOMBRES Y DE INSTITUCIONES

AAA. Véase Alianza Anticomunista Argentina


Academia Internacional de Policía, Estados Unidos, 139
ADREN. Véase Alianza Democrática Revolucionaria Nicaragüense
Agencia de Inteligencia para la Defensa (Defense Intelligence Agency,
DIA), 223
Agencia Nacional de Seguridad de El Salvador (ANSESAL), 136, 139
Agencia Nacional de Servicios Especiales de El Salvador.
Véase Agencia Nacional de Seguridad de El Salvador
Agencia para el Desarrollo Internacional (ADI), 190, 243
Aguirre, Francisco, 87, 88 (n. 47), 109 (n. 109), 197
AIFLD. Véase American Institute for Free Labor Development
Aja Espil, Jorge, 111
Alfa 66, 63, 218, 234-236, 240
Alfieri González, Roberto, 140 (n. 61), 157 (n. 115)
Alfonsín, Raúl, 23 (n. 1), 49-50, 87 (n. 45), 159, 215
Alianza Anticomunista Argentina (AAA), 60-61, 65, 115, 133, 140
(n. 61), 157, 192, 222, 234
Alianza Democrática Revolucionaria Nicaragüense (ADREN), 186
Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), 218, 241
Alianza Revolucionaria Democrática (ARDE), 209
Allen, Richard, 89
Allende, Salvador, 60, 158
Altmann, Klaus (alias Klaus Barbie), 65
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Refugiados (ACNUR), 59
Álvarez Martínez, Gustavo, 151, 153-156, 159, 163, 201 (n. 100),
204 (n. 114), 206, 220 (n. S), 244 (n. 95).
American Institute for Free Labor Development (AIFLD), 205
American Security Council, 242 (n. 91)
Americas Watch. Véase Human Rights Watch/Americas
Amnesty International, 81 (n. 31), 136
Ampié Quiroz, Rodolfo (alias Invisible), 126 (n. 10 y 11), 186, 197,
204, 206

283
Anaya, Jorge Isaac, 116 (n. 127) Bosch, Orlando, 62
Andersen, Martin, 132 Borge, Tomás, 130 (n. 28)
ANSESAL. Véase Agencia Nacional de Seguridad de El Salvador
Bouchey, L. Francis, 90
Arana, Frank, 187 Bravo Centeno, José Benito (alias Mack), 189
Arana, Raúl, 205 Bridas, 151, 218, 246-247
Arancibia Clavel, Enrique L., 61 Brigada Andina, 67, 222, 238
Arce Gómez, Luis, 65-66, 67 (n. 123), 229 Brítez Borges, Francisco, 59-60 (n. 105)
ARDE. Véase Alianza Revolucionaria Democrática
Bulgheroni, Carlos Alberto, 247
ARENA. Véase Alianza Republicana Nacionalista
Bush, George, 96, 201 (n. 102), 235 (n. 61)
Arendt, Hannah, 33
Argenshow, 224, 229 Cáceres, Manuel Antonio, 205
Arias Duval, Alejandro, 63 (n. 112) CAL. Véase Confederación Anticomunista Latinoamericana
Arias, Leonte (alias Atila), 189 Callejas y Callejas, Manuel Antonio, 165
Artime, Manuel, 225 (n. 26) Calvi, Roberto, 245
Asociación de Amigos del País, 145-146 (n. 79) Camilión, Oscar, 160
Asociación Nicaragüense por los Derechos Humanos, 192 Camps, Ramón J., 69 (n. 132)
Astiz, Alfredo, 226 (n. 30) Carbaugh, John, 109 (n. 109), 241
Automotores Orletti, 192 Cardenal, José Francisco, 187, 205
Azpitarte René, 52 (n. 87) Carlisle, Margo, 241
Carter, Jimmy, 21-22, 41, 43, 57, 63, 67-69, 76-77, 82-86, 91, 101,
Baltodano Herrera, William, 198, 199 (n. 94) 108, 124, 126, 135, 139, 156, 165, 169, 215, 221-222, 228,
Banco Ambrosiano, 245-246 240, 252
Banco Interamericano de Desarrollo (BID), 80 Casey, William, 97-98, 100-101, 103-105, 107, 113, 152, 225
Banzer Suárez, Hugo, 165 Castro, Fidel, 75, 89, 94, 96, 219, 227
Barbie, Klaus. Véase Altmann, Klaus CAUSA. Véase Confederación de Asociaciones por la
Barnes, Michael, 104, 142 Unidad de las Sociedades de América
Barricada, 130 CEA. Véase Conferencia de Ejércitos Americanos
Batallón "3-16", 155-156, 158, 163-164 Central Intelligence Agency. Véase CIA
Batallón Atlacatl, 138 (n. 56) Central Obrera Boliviana (COB), 66
Batallón de Inteligencia 601 del Ejército, 51, 57, 61-63, 67-68, 86- Centro de Instrucción Policial (CIP), 156
87, 115, 130 (n. 28), 132, 134, 140, 151, 155-156, 158, 164- Centro de Reunión de Inteligencia Militar (CRIM), 51 (n. 86)
165, 178, 188, 202-203, 220-223, 225 (n. 23), 227, 229, 233, Centro Piloto (París), 226
243, 246 Cerna, Lenin, 130
Beaufre, André, 37 (n. 43) Céspedes, Abel (alias Ciro), 133 (n. 41)
Belaúnde Terry, Fernando, 240 Chamorro, Edgar, 87, 107 (n. 106), 110, 193, 199
Bermúdez, Enrique (alias Comandante 3-80), 76, 78 (n. 47), 149, Chamorro, Edmundo, 187
184-190, 192, 197-198, 201, 204-206, 208-209 Chamorro, Fernando (Negro), 187-188
BID. Véase Banco Interamericano de Desarrollo Chamorro, Violeta Barrios de, 16, 179, 201 (n. 102)
Big Pine I, 209 Chávez, Lizzeth (alias Roxana), 127 (n. 15)
Blaquier, Carlos Pedro, 246 Chilotes. Véase Milicias Populares Antisandinistas
Bobbio, Norberto, 248 CIA (Central Intelligence Agency), 21, 72, 79, 84-87, 97-98, 100-
Bolaños, Enrique, 187 107, 113-115, 118-119, 125, 127 (n. 15), 135, 151-152, 155,
Bolaños, Orlando, 78 (n. 20), 205 158-160, 163-166, 170, 178-179, 187, 191, 199-206, 212, 214,
Bolívar, Simón (Brigada), 129, 131 (n. 30) 216, 221-224, 225 (n. 23), 231, 233-236, 242-243, 257

285
284
Ciga Correa, Juan Martín (alias Mariano Santa María), 60, 151, 156 Delle Chiaie, Stefano, 61, 65, 240
CIP. Véase Centro de Instrucción Policial Departamento de Estado de los Estados Unidos, 84, 193, 198
Cité Catholique (Ciudad Católica), 36 (n. 39), 38 (n. 47) Departamento de Investigaciones Especiales (DIES), 155 (n. 111)
Clarridge, Duane (Dewey), 106, 200 (n. 100) Derian, Patricia, 85
Clinton, Bill, 101 (n. 90) D'Escoto, Miguel, 103
COB. Véase Central Obrera Boliviana Destacamento 101, 152
Cobras, 156, 212 DGSE. Véase Dirección General de Seguridad del Estado
COE. Véase Comando de Operaciones Especiales DIA. Véase Agencia de Inteligencia para la Defensa
Colegio Militar de la Nación, 124, 134, 153, 196 (n. 85), 220 Díaz Bessone, Ramón Genaro, 54 (n. 91), 127, 244 (n. 98)
Comando de Operaciones Especiales (COE), 156 DIES. Véase Departamento de Investigaciones Especiales
Combal, Fernando, 223 (n. 16), 225 (n. 23) Dillon, Sam, 87
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, 82-83, 134 DIN. Véase Departamento de Investigación Nacional
Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), 62 DINA. Véase Dirección de Información Nacional
Comisión para la Promoción Social de la Arquidiócesis (COPROSA), 190 Dirección de Información Nacional (DINA), 59-62, 157
Comisión Rattenbach, 116 (n. 127) Departamento de Investigación Nacional (DIN, Bolivia), 66
Comisión Sábato. Véase Comisión Nacional sobre la Desaparición Dirección General de Seguridad del Estado (DGSE), 130, 188
de Personas Dirección Nacional de Investigaciones (DNI), 155, 164
Comité de Reflexión Patriótica, 189 DNI. Véase Dirección Nacional de Investigaciones
CONADEP. Véase Comisión Nacional sobre la Desaparición doctrina de la seguridad nacional (DSN), 26, 34-35, 38
de Personas doctrina Monroe, 90-91
Confederación Anticomunista Latinoamericana (CAL), 218, 227, Documento de Santa Fe, 90, 187
238-239, 241 Dormoz, Camilo (alias Búfalo), 162 (n. 129)
Confederación de Asociaciones por la Unidad de las Sociedades de DSN. Véase doctrina de la seguridad nacional
América (CAUSA), 218, 244 Duarte, José Napoleón, 137, 142
Conferencia de Ejércitos Americanos (CEA), 126 Dürich, Carlos, 133, 140
Conferencia Republicana del Senado, Estados Unidos, 218
Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP), 188 Echaverry Mejía, Emilio (alias Fierro), 57 (n. 100), 133, 195 (n. 85),
Contreras, Manuel, 61 (n. 108) 204-206, 220 (n. 5)
Coordinación Federal, 48, 123, 222 (n. 13) EDESA. Véase Empresa de Desarrollos Especiales
COPROSA. Véase Comisión para la Promoción Social de la Arquidió- EEBI. Véase Escuela de Entrenamiento Básico de Infantería
cesis EGP. Véase Ejército Guerrillero de los Pobres
COSEP. Véase Consejo Superior de la Empresa Privada Ejército de Liberación Nacional (ELN), 237
Crédit Suisse Bank, 225 Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP), 144 (n. 77)
ERIM. Véase Centro de Reunión de Inteligencia Militar Ejército Popular Sandinista (EPS), 179-181, 186, 188
Cruzada de Alfabetización Nacional, 183 Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), 45, 53, 54 (n. 91), 128,
131 (n. 29), 133, 190, 202 (n. 107), 219
D'Aubuisson, Roberto, 109 (n. 109), 139-140 (n. 61), 165, 240-242 Ejército Secreto Anticomunista (ESA), 147
(n. 91) Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), 249
Davico, Mario, 109 (n. 109), 199, 200 (n. 100) ELN. Véase Ejército de Liberación Nacional
De la Vega, Rafael, 157 (n. 115) Embajada de los Estados Unidos (Buenos Aires), 33-34, 49
Deak Perera, 225 1 Empresa de Desarrollos Especiales (EDESA), 218
Deaver y Hannaford, 145-146 (n. 79) Enders, Thomas 0., 94, 102-103, 106, 117-118, 198, 242
Del Cristo, Raúl, 225 enmienda Boland, 107
Dellamico, Mario, 236-237 enmienda Hughes-Ryan, 79 (n. 22)

286 287
EPS. Véase Ejército Popular Sandinista Fuerza Democrática Nicaragüense (FDN), 125, 133, 163-164, 178,
ERP. Véase Ejército Revolucionario del Pueblo 185, 187, 193, 197-206, 209-210, 214, 237, 243
ESA. Véase Ejército Secreto Anticomunista Fuerzas Armadas Revolucionarias Nicaragüenses (FARN), 187
Escola Superior de Guerra (ESG, Brasil), 51 (n. 85) FUSEP. Véase Fuerza de Seguridad Pública
Escuela de Entrenamiento Básico de Infantería (EFBI), 127, 129, 151
195 Galeano, Israel (alias Franklyn), 194
Escuela de las Américas, Estados Unidos, 124, 126-127, 139, 165, 220 Galtieri, Leopoldo F., 29 (n. 18), 111, 115, 117, 165
Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), 62, 133-134, 157 (n. Ganadero, El, 151
115), 245 García, José Guillermo, 135 (n. 47)
ESG. Véase Escola Superior de Guerra García Meza, Luis, 61-63, 64, 66, 67 (n. 123), 141, 229, 240
ESMA. Véase Escuela de Mecánica de la Armada Garro, César, 157 (n. 115)
Export-Import Bank (EXIMBANK), 80, 82-83 Gasser, José, 64
Extensión Evangélica, 218 Gatica, Raúl A., 222
EZLN. Véase Ejército Zapatista de Liberación Nacional Gelli, Licio, 245-246
Ghorbanifar, Manucher, 226
Faber, Norman, 225 Gigante, Roberto Carmelo, 157 (n. 115)
Fabricaciones Militares, 239 GN. Véase Guardia Nacional somocista
Fagoth, Steadman, 162, 207-209 González, Pedro Joaquín (alias Dimas), 181
FARN. Véase Fuerzas Armadas Revolucionarias Nicaragüenses Gorriarán Merlo, Enrique Haroldo, 128, 130, 131 (n. 29)
FBI. Véase Federal Bureau of Investigation Gould, Mike, 225 (n. 23)
FDN. Véase Fuerza Democrática Nicaragüense Graffigna, Rubens, 128
Federal Bureau of Investigation (FBI), 155, 160, 235, 236 (n. 68) Graiver, David, 227
Ferro, Enrique C., 222 Gregg, Donald, 235 (n. 61)
Ferruci, Humberto Pompilio, 160 (n. 120) Grupo Andes. Véase Brigada Andina
Fiallos, Ricardo Alejandro, 135 (n. 47) Grupo de los Catorce, 157 (n. 115), 158
Firmenich, Mario, 131-132 Grupo de los Diez, 158
Flores Allende, Jorge, 140 (n. 61), 157 (n. 115) Grupo de Tareas Exterior (GTE), 67, 87, 192, 221, 222 (n. 13), 226
Flores Bedregal, Juan Carlos, 66 GTE. Véase Grupo de Tareas Exterior
Flores Lima, Rafael, 143 Guardia Nacional somocista (GN), 76, 109 (n. 109), 123-124, 133,
FMI. Véase Fondo Monetario Internacional 150 (n. 92), 159, 162, 170-171, 181, 195, 198, 205, 216-217,
FMLN. Véase Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional 220 (n. 5), 222, 233, 235-236
Fondo Monetario Internacional (FMI), 243 Guastavino, Rogelio. Véase Guglielminetti, Raúl Antonio
Fontaine, Roger, 90 Guazzaroni, Luis, 146 (n. 61)
Francés, Héctor, 61, 130, 151, 202, 243 Gueiler, Lidia, 63
Franco, Jorge, 222 (n. 13) Guerra, Rodolfo Aquilino, 231
FRENICA. Véase Frente Revolucionario Nicaragüense Guevara, Ernesto (Che), 45, 53
Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN), 107 (n. Guglialmelli, Juan, 196
107), 138, 155, 163 Guglielminetti, Raúl Antonio (alias Rogelio Guastavino), 67, 86 (n.
Frente Revolucionario Nicaragüense (FRENICA), 149 44), 192, 222, 224, 227, 237
Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), 76, 99, 100, 103, Gutiérrez, Alfredo, 64
128-130, 171, 173, 178, 183, 197 Gutiérrez, Jaime Abdul, 142
FSLN. Véase Frente Sandinista de Liberación Nacional Gutiérrez Ruiz, Héctor, 60
Fuerza de Seguridad Pública (FUSEP), 152-153, 155-156, 157 (n.
115), 163-164 Haig, Alexander M., 90-91, 96-97, 103-105, 117-118

288 289
Halcón Vista, 209 López Rega, José, 245
Halperin Donghi, Tulio, 29 Lucas García, Benedicto, 148
Hamrick, Nat, 109 (n. 109), 197, 243 Lucas García, Romeo, 144-147
Harguindeguy, Albano, 228-229
Helms, Jesse, 109, 203, 241, 243 Mallea Gil, Miguel Angel, 45 (n. 68 y 69), 83-84, 110, 112, 117
Heritage Foundation, 242 (n. 91) MAP. Véase Movimiento de Acción Popular
Hernández, Alexander, 159 Maradona, Jorge A., 203
Hernández, Edgar, 205 Martínez Mondragón, José Efrel (alias Moisés), 186, 195
Hoya, Santiago (alias Santiago Villegas), 151, 184, 202-204 Martínez Zelaya, Francisco (alias Lumber), 150 (n. 92), 202 (n. 105)
Hull, John, 224, 243 Más Canosa, Jorge, 234
Human Rights Watch/Americas, 64, 158 Massera, Emilio Eduardo, 245, 247
Mayoría Moral, 218
IDSN 17. Véase Instrucción Directiva de Seguridad Nacional n° 17 McClure, James, 241
Iglesia Católica, 34, 38, 175, 189 McCoy, James L., 237
Iglesia de la Unificación, 218, 244 McFarlane, Robert, 93, 97
Iglesia Morava, 207 McMichael, David, 107 (n. 107)
Inman, Bobby Ray, 113 MCRL. Véase Movimiento Costa Rica Libre
Instrucción Directiva de Seguridad Nacional (IDSN) n° 17, 104, 191 Meese, Edwin, 100
Integrity Capital Corporation, 225 (n. 23) Mendietta, Guillermo, 186
Irurzún, Hugo Alfredo (alias Santiago), 130 Mendoza Juárez, Mariano, 205
Menéndez, Luciano Benjamín, 83, 126 (n. 10)
Jáuregui, L. A., 30 (n. 20) Michelini, Zelmar, 60
JCR. Véase Junta Coordinadora Revolucionaria Midense, Raúl, 140
Jefatura a (Inteligencia), 52, 55 Milián Rodríguez, Ramón, 225
Jiménez, Gaspar, 62 Milicias Populares Antisandinistas (MILPAS), 180-189, 199
Jordan, David, 90 Milicias Populares Antisomocistas (MILPAS), 180
Junta Coordinadora Revolucionaria (JCR), 54-55 Milicias Populares Sandinistas, 182
Justo, Agustín P., 46 MILPAS (antisandinistas). Véase Milicias Populares Antisandinistas
MILPAS (antisomocistas). Véase Milicias Populares Antisomocistas
Khomeini, 75, 230 Mingolla, Alfredo Mario, 157 (n. 115)
Kirkpatrick, Jeane, 91-92, 100 Miori Pereyra, Hugo Raúl, 239, 244 (n. 98)
MIR. Véase Movimiento de Izquierda Revolucionaria
LAM. Véase Liga Anticomunista Mundial miskitos, 162, 175, 195, 206-210, 215
Latin America Weekly Report, 43 MISURA. Véase Organización de Miskitos, Sumus y Ramas
Lau, Ricardo (alias Chino), 149, 151, 163, 189, 204-205 MLN. Véase Movimiento de Liberación Nacional
Laugerud, Kjell, 145 Mondale, Walter, 82-83
Ledesma, Ingenio, 218, 246 Monge, Luis Alberto, 243
Legión 15 de Septiembre, 149, 152, 184-185, 189, 192, 196, 199, 205 Montero, Renán, 129
Legionario, El, 196 Montoneros, 45, 53, 54 (n. 91), 55, 57, 131-133, 190, 193, 219,
Leighton, Bernardo, 60 241, 246
Letelier, Orlando, 60, 61 (n. 108), 62, 236 Moon, Sun Myung, 218, 244
Liga Anticomunista Mundial (LAM), 218, 227, 236 (n. 69), 238-242 Mora, Javier, 192 (o, 70)
López, Armando (alias el Policía), 189 Morales, Mariano (alias Leo), 192, 195
López Fader, Rafael, 150 (n. 93) Moreno Aguilar, Tirzo (alias Rigoberto), 194

290 291
Mossad, 151, 228, 230 Pastora, Edén (alias Comandante Cero), 129, 198 (n. 92), 209, 243
Movimiento Costa Rica Libre ( MCRL), 218, 242-243 Pataky, Julio, 187
Movimiento de Acción Popular ( MAP), 180 Paz García, Policarpo, 163, 165, 201 (n. 100)
Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), 66 Paz Romero, Pablo, 236
PCD. Véase Partido Conservador Democrático
Movimiento de Liberación Nacional (MLN), 149, 218
Pérez, Justiniano, 205
Nájera Andrade, José Gregorio, 164 (n. 133) Perón, Isabel, 27
Navarro, Marcos (alias Dimas Negro), 189 Perón, Juan Domingo, 47, 132, 245
Nazario Sargen, Andrés, 236 (n. 69) Perón, María Estela Martínez de. Véase Perón, Isabel
Noria, Carlos, 140 (n. 62) peronismo, 27
Noriega, Manuel Antonio, 61 (n. 108), 125, 165, 224 (n. 19) Petroquímica General Mosconi, 239
North, Oliver, 226 Pezzullo, Lawrence, 99
Núcleo de Acero, 130 Pinochet, Augusto, 165
PLN. Véase Partido Liberal Nacionalista
Obando y Bravo, Miguel, 189-190 Policía Federal de la Argentina, 48, 229, 211 (n. 142)
OEA. Véase Organización de Estados Americanos Posada, Luis, 62
Oficina de Seguridad Nacional ( OSN), 149, 163, 207 Prats González, Carlos, 60, 61 (n. 108), 158
O'Higgins, Jorge Eugenio, 157 (n. 115), 160 (n. 120) Primer Cuerpo de Ejército, 43 (n. 63), 52, 86 (n. 44), 222, 235, 238
OLAS. Véase Organización Latinoamericana de Solidaridad
Propaganda Due, 65, 68, 218, 240, 244, 245, 247
Olimpo, El, 222 (n. 13) PRT. Véase Partido Revolucionario de los Trabajadores
OLP. Véase Organización para la Liberación de Palestina PSD. Véase Partido Social Demócrata
Omega 7, 62, 218, 225 (n. 23), 234-237 Puiggrós, Rodolfo, 131
Onganía, Juan Carlos, 41
Operación Cóndor, 59-60, 62, 158, 234, 236 Quintero, Rafael (Chi Chi), 236 (n. 67)
Operación Navidad Roja, 208 Quinto Cuerpo de Ejército, 52 (n. 87), 203
Operativo Independencia, 126, 208 Quiroga Santa Cruz, Marcelo, 66
Organización de Estados Americanos (OEA) Quiroga, Freddy, 66
Organización de Miskitos, Sumus y Ramas ( MISURA), 209-210, 215
Organización del Pueblo en Armas (ORPA), 148 Radio Noticias del Continente, 57, 152, 242
Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS), 53 Ramas, 175, 206
Organización para la Liberación de Palestina (OLP), 219, 228, 232 Rappaccioli, Vicente, 188
ORPA. Véase Organización del Pueblo en Armas
Reagan, Ronald, 21, 61, 69, 72, 89, 91-96, 98, 100-105, 108-112,
Ortega, Daniel, 127, 131 117-118, 142, 145 (n. 79), 159 (n. 119), 167, 170, 187, 191,
Ortega, Humberto, 131 215, 221, 225, 230, 232-233, 237, 242-243, 252
Ortiz Centeno, Pedro (alias Suicida), 186 Ribeiro, José Osvaldo, 61, 109 (n. 109), 202-204
05N. Véase Oficina de Seguridad Nacional
Ríos Montt, Efraín, 146
Rivas, Juan Ramón (alias Quiché), 186
P-2. véase Propaganda Due Rivera, Brooklyn, 207, 209
Pagliai, Pier Luigi, 61, 65 Rivera, Francisco, 205
Pallais Debayle, Luis, 149 Rivera, Juan Ángel (alias Juvenal), 183 (n. 43)
Partido Conservador Democrático (PCD), 188 Rivero, Jorge, 222 (n. 13)
Partido Liberal Nacionalista (PLN), 181 R. M. Equipment, 237
Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), 45, 128 Robelo, Alfonso, 209
Partido Social Demócrata (PM)), 188 Robelo, José, 187

293
292

111
Rodríguez, Carlos, 205 Somoza Debayle, Luis, 201 (n. 102)
Rodríguez, Félix, 234, 235 (n. 61), 237 Somoza Portocarrero, Anastasio (el Chigüín), 127
Román, Eduardo, 187 Sosa, Miguel Ángel (alias Emiliano), 200 (n. 99), 204 (n. 117)
Romero, Carlos Humberto, 135-136 Stadthagen, David, 187
Romero, Oscar A., 139, 149 (n. 89) Stepan, Alfred, 24
Rosas, Carlos Jorge, 36 Stroessner, Alfredo, 59 (n. 105)
Roualdés, Roberto L., 63 (n. 112), 222 Suárez, José Dionisio, 236
Ruiz Castellón, Francisco (alias Renato), 186 Suárez Levy, Roberto, 64, 141
Suárez Mason, Carlos Guillermo, 43 (n. 63), 52, 65, 67, 83, 87 (n.
Sacasa Gómez, Juan Bautista, 187 44), 140 (n. 61), 205, 222 (n. 13), 238-240, 245, 247
Saint Jean, Alfredo, 143 Suazo Córdova, Roberto, 155
Saint Jean, Ibérico M., 52 (n. 87) Sumner, Gordon, 89-90, 187
Salazar, Jorge (alias Bravo), 188 Sumus, 206
Salazar, Pablo Emilio, 130 Sung, Woo Jae, 240
Salinas, Gerardo, 157 (n. 115) Superintendencia de Seguridad Federal. Véase Coordinación Federal
Samaniego, Marcial, 240
Sánchez, Arístides, 106 (n. 105), 187, 205 Tambs, Lewis, 90
Sánchez, Néstor, 151 TAR. Véase Transporte Aéreo Rioplatense
Sánchez Reisse, Leandro, 57 (n. 101), 103 (n. 95), 221-222, 224- Tercer Cuerpo de Ejército, 52 (n. 87), 126
226, 229, 233-234, 244 (n. 98), 246 TESON. Véase Tropas Especiales y de Operaciones Nocturnas
Sandoval Alarcón, Mario, 133 (n. 40), 140, 149, 240 TIAR. Véase Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca
Santa María, Mariano. Véase Ciga Correa, Juan Martín Torres Arias, Leónides, 159, 201 (n. 100)
Saravia Amievas, Osvaldo, 192 Torres, Juan José, 60
Scilingo, Adolfo, 33-34 Townley, Michael, 61 (n. 108)
Schamis, Gerardo, 109 (n. 109) Transporte Aéreo Rioplatense (TAR), 218, 230-232
Schweitzer, Robert Laurence, 162 (n. 128) Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TTAR), 42
Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), 47-48, 61 Triple A. Véase Alianza Anticomunista Argentina, 31
Seineldín, Mohamed Alí, 38 (n. 48), 50 (n. 83), 61, 68 (n. 129), Tropas Especiales y de Operaciones Nocturnas (TESON), 156, 212
124-125 Turner, Stansfield, 79
Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE), 51, 134
Servicio Especial de Seguridad (SES), 66 UDN. Véase Unión Democrática Nicaragüense
ServiÇo Nacional de Informa0es (SNI, Brasil), 48 Unión Democrática Nicaragüense (UDN), 187, 192, 197-199, 205,
SES. Véase Servicio Especial de Seguridad 237
SIDE. Véase Secretaría de Inteligencia del Estado Unión Nacional Opositora (UNO), 178
SIE. Véase Servicio de Inteligencia del Ejército UNO. Véase Unión Nacional Opositora
Sierra, César Elvir, 160 Urbina Pinto, Bernardo, 243
Silver Dollar, 124
Sisniega Otero, Lionel, 133 (n. 40), 149 Vaca Narvaja, Fernando, 132
SNI. Véase ServiÇo Nacional de Informagóes Valdivia, Encarnación (alias Tigrillo), 181, 194
Sobalvarro García, Oscar (alias Rubén), 181, 184, 194, 211-213 Valdivieso, Ricardo, 241
Sol Petróleo S. A., 239 Valín, Alberto A., 55, 57, 132, 198-199
Somoza Debayle, Anastasio, 20, 45, 75, 106-107, 109 (n. 109), 123, Valladares, Leo, 16, 150 (n. 93)
127-131, 134, 140, 149, 151, 158, 163-164, 169, 170, 172-173, Vaquero, Antonio, 143
180, 183, 189, 201, 205, 219, 233, 240 Vargas, Max, 187

294 295
Vega, Gualberto, 66
Vega, Pablo A., 189
Videla, Jorge Rafael, 28, 29 (n. 18), 43, 63, 64 (n. 114), 82-84, 134
Vilas, Acdel Edgardo, 108
Villagra, Hugo (alias Visage), 151, 186
Villegas, Santiago. Véase Hoya, Santiago
Viola, Roberto, 30, 42, 109 (n. 109), 110-111, 126, 142

Walters, Vernon, 87, 109 (n. 109), 110, 142, 145 (n. 79), 205
Watergate, escándalo de, 73
Weinberger, Caspar, 96
West Point, 41, 110 (n. 112)
Wheelock, Jaime, 131

Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YFF), 239, 249

Zarattini, Alfredo, 133 (n. 40), 140, 151


Zelaya, José Santos, 172

296

Вам также может понравиться