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Finanzas personales
SUBTEMAS:
Priorización de necesidades
Presupuesto: ingresos y gastos
Ahorro e inversión
OBJETIVO GENERAL: Que el colaborador logre a largo plazo administrar de mejor forma sus recursos y
utilizar de manera adecuada los productos y servicios financieros con el fin de que puedan lograr sus metas y
mejorar su calidad de vida.
Todavía son muchas las personas que creen que hablar de educación financiera es involucrarse en un mundo
técnico y complejo, reservado para unos cuantos. Por el contrario, la educación financiera nos permite
desarrollar habilidades útiles en el día a día: presupuestar los gastos de la casa, identificar la tarjeta de
crédito más barata, proteger nuestro patrimonio con un seguro, tener un fondo de ahorro para enfrentar
imprevistos y preparar nuestro retiro, entre otras situaciones frecuentes.
Los productos y servicios financieros están cada vez más presentes en nuestra vida diaria. Los avances en la
tecnología y las nuevas formas de hacer negocios hacen posible que las instituciones financieras puedan
ofrecer sus productos y servicios a menores costos y en lugares remotos. Muchos mexicanos que nunca
habían tenido acceso a éstos, ahora pueden contratarlos.
Presupuesto
Un presupuesto es anotar el dinero que tenemos y lo que gastamos en un periodo. Presupuestar nos permite
saber con cuánto contamos y a qué destinamos cada peso de nuestros ingresos. También nos permite identificar
si gastamos más de lo que tenemos.
¿Alguna vez has escuchado a un familiar o amigo que diga: “Ya se me acabó el dinero y no sé ni en qué me lo
gasté”? Un presupuesto no solo sirve para anotar lo que ya gastamos, también para identificar en qué debemos y
podemos gastar antes de empezar a comprar. Es una herramienta útil para organizar nuestros ingresos y gastos.
En un presupuesto podemos anotar lo que queremos comprar en una semana o en un mes, para saber cuánto
dinero necesitamos para cubrirlo y apartar el dinero antes de empezar a gastar.
Hay quienes dicen que es difícil armar un presupuesto, pues sus ingresos no son los mismos todos los meses,
varían: las propinas que recibe un mesero, lo que gana un taxista. En esos casos es cuando más importante
resulta elaborar un presupuesto, pues no hay certeza de los ingresos y por lo tanto tenemos que cuidar en qué y
cuánto gastamos. Es mejor suponer que los ingresos van a ser más bajos de lo que pueden llegar a ser, para que
no nos falte
Consumo inteligente
Ser un consumidor inteligente no significa comprar siempre lo más barato, sino analizar cuál producto o
servicio, con relación a su precio, nos va a ser más útil o durar por más tiempo. El consumidor inteligente
ahorra en lo que compra y no gasta de más en servicios tales como la luz, el agua, el gas o el teléfono.
Con tu tarjeta de crédito también adquieres una gran responsabilidad y son específicamente dos días que no
debes dejar de lado, el primero es tu fecha de corte, es decir, el último día donde se registran tus compras de
cada mes. El segundo es tu fecha de pago, o sea el último día que tienes para realizar al menos el pago mínimo
para que el banco no te cobre intereses o comisiones. Si por alguna razón se te olvida pagar en tu fecha límite se
comenzarán a generar intereses, los cuales en ocasiones llegan a ser muy altos.
Reflexión
1. ¿Sabes en qué gastas cada peso que recibes?
2. ¿Alguna vez has tenido que pedir prestado a alguien?
3. ¿Llevas algún tipo de registro de tus ingresos y tus gastos?
4. ¿Antes de empezar a gastar piensas en lo que necesitas comprar durante la semana o el mes y apartas el
dinero para comprarlo?
Ahorro e inversión
Ahorrar es guardar una parte de nuestros ingresos para utilizarla más adelante. Es importante destinar algo de
nuestro dinero al ahorro. Podemos usar el ahorro, entre otras cosas, para pagar unas vacaciones, comprar una
computadora, enfrentar una enfermedad o invertir en un taxi. Es importante definir las metas que queremos
alcanzar, así sabremos cuánto dinero tenemos que ahorrar y en cuánto tiempo lo podemos lograr.
Hacer del ahorro un hábito nos ayuda a tener lo que queremos. Los objetivos de ahorro son diferentes en cada
persona y cambian de acuerdo con la edad.
Algo que nos ayuda a ahorrar cuando compramos es ser consumidores inteligentes: pensar y comparar. Ahorrar
es el hábito de guardar una parte de nuestro ingreso para conseguir una meta en un futuro o para crear un fondo
que nos permita enfrentar una emergencia. Ahorrar implica dejar de consumir hoy una parte de nuestro ingreso
para gastarlo en el futuro. Como el fin del ahorro es lograr una meta próxima o enfrentar alguna emergencia,
necesitamos tener esos recursos disponibles y protegidos. El ahorro es tan importante que desde niños podemos
abrir una cuenta en el Banco para ese fin.
Muchas personas acostumbran guardar su ahorro en algún lugar de su hogar: debajo del colchón, en una
alcancía, o incluso confiárselo a otra persona; por ejemplo en una tanda. Esta forma de guardar el dinero se
conoce como ahorro informal. Ahorrar de esa manera no es lo más conveniente, podemos perder nuestro dinero
o arriesgarnos a que alguien lo tome. Una mejor forma de guardar nuestros recursos es en un Banco, a través de
una cuenta de ahorro.
Guardar nuestro dinero en una cuenta de ahorro tiene varias ventajas: el Banco es una institución financiera
especialista en administrar el ahorro de millones de personas, y allí nuestro dinero está protegido y más seguro.
A esta forma de ahorrar, que es más conveniente, se le conoce como ahorro formal. En casi todas las cuentas de
ahorro nuestro dinero está disponible en cualquier momento, y podemos retirarlo si acudimos a una sucursal del
Banco. Al abrir la cuenta, en la mayoría de los casos el Banco nos entrega una tarjeta de débito que nos permite
pagar en muchos establecimientos y retirar dinero en los cajeros automáticos. Además, la mayoría de las
cuentas de ahorro cuentan con un seguro de depósito del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB)
que protege el dinero de los ahorradores. Pregunta a la institución en que deposites tus ahorros si lo tiene.
Una forma de hacer crecer nuestro ahorro es a través de la inversión, que implica comprar productos para
vender, o herramientas y maquinaria para un taller. Cuando invertimos buscamos incrementar nuestro
patrimonio, es decir, ganar por medio de un negocio.
Cuando vemos que en nuestra calle se abrió una nueva papelería o una tiendita, o que alguien como don
Gonzalo compró un taxi nuevo, los dueños están invirtiendo. Desde las grandes empresas hasta un puesto en un
mercado son inversiones, pues quienes destinan su dinero a éstos buscan hacer crecer su patrimonio vendiendo
productos y servicios a la comunidad, y además generan empleos. Debemos tener presente que invertir implica
un riesgo, pues no siempre ganaremos dinero, algunas veces podemos perder. No todos los negocios tienen
ventas buenas todos los días. Hay épocas en que se vende menos y se pierde dinero.
Nuestro dinero crece cuando con él podemos comprar más productos y servicios. Algunas veces, aunque nos
paguen más en nuestro trabajo, no necesariamente podemos comprar más. La razón es que los precios de las
cosas suben: el precio que tenía un litro de leche hace tres años no es el mismo que tiene hoy. Al aumento
generalizado y continuo de los precios de bienes y servicios se le conoce como inflación, y se debe
generalmente a la emisión excesiva de dinero o al sobreendeudamiento de un gobierno para hacer frente a
gastos que están por arriba de sus ingresos. También puede haber inflación cuando la cantidad de bienes que se
ponen a la venta (oferta), disminuye y por lo tanto hay menos productos para las personas que tienen dinero
para comprarlo (demanda). Hay muchos productos que suben de precio porque hay menos en el mercado, por
ejemplo algunas frutas y verduras fuera de su temporada.
La inflación afecta nuestros ahorros; por eso cuando ahorramos debemos buscar intereses por arriba de la
inflación, o invertir en un negocio que haga crecer nuestro dinero por encima de lo que crecen los precios.
El ahorro y la inversión no son lo mismo, son complementarios: el ahorro nos ayudará a cumplir metas,
enfrentar emergencias y a tener recursos para invertir. Con la inversión, que implica poner un negocio, nuestro
patrimonio puede crecer en la medida que al negocio le vaya bien. Así como una persona que quiere empezar a
correr primero necesita caminar y ganar condición física, una persona que quiere invertir, primero tiene que
ahorrar.
Errores comunes en el manejo de las finanzas personales
Cuando los errores se convierten en hábitos, corregirlos puede ser aún más complicado y eso en la planeación
de las finanzas personales puede afectar seriamente la economía.
1) Gastar el dinero que aún no recibes. Siempre planea los gastos partiendo del dinero que tienes al
momento. No hagas que el pago dependa de ingresos inciertos, como recibir un bono del trabajo o que
alguien te pague una deuda. Así podrás mantener la autonomía de tus finanzas y un mejor control de tu
economía.
2) No invertir. El dinero no se multiplica sin inversión. No te conformes con vivir siempre de una sola fuente
de ingresos, busca alternativas que te permitan aumentar la fuente de tus ingresos y la rentabilidad de tus
ahorros. Recuerda buscar la asesoría de un experto y tomar en cuenta algunos factores como son la
rentabilidad, la liquidez y la seguridad, pues son variables decisivas para obtener mejores ganancias.
3) No planear para el futuro. Pensar que tu situación financiera es permanente es un error. El hecho de que
siempre percibas los mismos ingresos no asegura que tus finanzas serán siempre estables. Prepárate para
situaciones inesperadas. Te recomendamos tener un fondo para casos de emergencia. Separa y destina
dinero para dicho fondo cada mes y procura tener siempre lo suficiente para cubrir tus gastos de
manutención correspondientes a tres meses. Asimismo, prepara tu retiro.
4) Vivir al límite de tu capacidad financiera. Si mes tras mes tu quincena termina en ceros, no estamos
hablando de una buena administración, sino de una situación de riesgo. Lo más sano es que mantengas un
equilibrio de ingresos y egresos, incluyendo un ahorro recurrente. Con una planeación sencilla y
proyectando metas financieras claras, podrás construir un excedente disponible para emergencias, para
gastos no programados y para lograr tus objetivos.
5) Perder el control. Tener control de tus finanzas implica que en todo momento debes saber cuánto tienes, en
qué gastas, cuánto debes y cuánto ahorras. Así tendrás un balance y no te comprometerás con gastos fuera
de tu presupuesto.
6) Ignorar los gastos extraordinarios. Es usual tener una planeación estricta con los gastos fijos (renta,
colegiatura, gimnasio, gasolina, entre otros), pero olvidamos planear los gastos repentinos, como son las
propinas, el lavado de auto o las entradas al cine. Recuerda que todo debe pagarse de los mismos ingresos,
así que no olvides planear esos pequeños gastos repentinos en tu presupuesto. De esta manera, tu
capacidad financiera podrá cubrir tanto tus gustos, como tus necesidades.
7) No tener objetivos financieros. Es importante planear y establecer metas para trazar un plan financiero
que te permita alcanzarlas conservando tu bienestar económico. Si tienes claro qué tipo de vida deseas
tener y cuáles son tus metas a cumplir, es necesario orientar tus esfuerzos para lograrlas.
8) Mantener los gastos innecesarios. Sé honesto en la evaluación de tus gastos y omite aquellos que podrías
evitar. De esta manera, dispondrás de ese capital para ahorrar para un viaje, saldar una deuda, invertirlo
en la mejora de tu economía, entre otras posibilidades. La definición de gasto innecesario, depende de tu
situación personal.
Referencias
https://www.condusef.gob.mx/Revista/index.php/usuario-inteligente/educacion-financiera/747-los-
basicos-de-tus-finanzas-personales
https://www.forbes.com.mx/8-errores-que-cometemos-en-el-manejo-de-las-finanzas-personales/