Acompañar y saber ser autoridad.

El docente, y muy especialmente el profesor jefe, debe ser

un conductor de adolescentes, Para ellos es necesario
alejarse del estilo autoritario, que habitualmente obedece a
una mirada recelosa sobre el adolescente, se le mira como
una amenaza, porque el sistema de creencias de muchos
adultos el buen alumno debe ser disciplinado, trabajador,
ADOLESCENTE Y RIESGO
responsable y dócil. El profesor jefe requiere saber escuchar
Una mirada preventiva desde las neurociencias.
sin enjuiciar, esta cercano en los momentos de conflicto
evitando ser el fiscal acusador, debe ser irrestrictamente Dra. Amanda Céspedes Calderón.
respetuoso, evitando ser el fiscal acusador, debe ser
Instituto de Capacitación GL.
irrestrictamente respetuoso evitando toda descalificación. Un
Fundación Educacional Amanda.
profesor jefe que sabe conducir no centra sus esfuerzos por
motivar solo en lo académico; motiva a sus alumnos a
desarrollar sus talentos; a comprometerse con causas
sociales, a tener sueños, proyectos, y creer que pueden ser
posibles.
Los adolescentes (entre 15 y 21 a 25 años) son en la
actualidad 1.200 millones, en un mundo que se reconfigura a
velocidad exponencial; en este mundo los jóvenes están
tomando un rol protagónico como actores sociales y
políticos. No obstante, para ello los jóvenes deben poseer un
bagaje de recursos que les permitan hacer valer sus derechos
fundamentales. La educación secundaria o media les debería
ofrecer estos recursos, lo cual constituye un enorme desafío
tanto para quienes diseñan e implementan el currículo como
para los docentes.
3 de cada 4 adolescentes viven en países de desarrollo, en
contextos muy diversos que les marcan a fuego. Las cifras
hablan por sí solas el 50% de las nuevas infecciones de VIH
cada año ocurre en adolescentes; 1 de cada 10 nacimientos
es producto de un embarazo adolescente; cada año 1 millón
de adolescentes se inicia en el comercio sexual; la violencia
y los accidentes son la principal causa de muerte en este
rango de edad. La protección de los derechos de los
adolescentes, emerge en ellos una fuerza de resiliencia que
los rescata y les otorga sentido a s vidas.
Lamentablemente, el mundo adulto enfrenta la adolescencia
desde sistema de creencias (conceptos prejuicios), erróneos,
que contribuyen a la conculcación de los derechos de los
jóvenes. Entre ellos, mirar la adolescencia como una etapa
de turbulencia emocional y conductual, de confrontación,
oposicionismo y transgresión irresponsable contribuye a
colocar al docente a los padres en una postura defensiva, de
control y de imposición, actitud que impide aquilatar el
enorme potencial de estos jóvenes y refuerza en ellos su
rebeldía frente una autoridad que perdió vigencia
definitivamente.
El modelo de Neurociencias aplicadas a la educación se ha
instalado en todo el mundo occidental como una amplia y
diáfana ventana para conocer en profundidad esa década tan
rica en fortalezas y decidirse a acompañarlos con certezas
respecto y habilidades de educador.
¿Turbulencia o transformación?
El cerebro adolescente experimenta profundos cambios, los
que se expresan en la emocionalidad, recursos cognitivos al
servicio del aprendizaje, conducta, toma de decisiones, etc.
La adolescencia se extiende desde los 10 años a los 21 a 25
años de la vida es una extensa etapa, muy marcada por los
factores histórico sociales. Se divide a su vez en
preadolescencia (de los 10 a los 15 años) y adolescencia
propiamente tal, de los 15 a los 21 a 25 años. La
preadolescencia se divide en pre- pubertad (de los 10 a los
13 años) y pubertad de los 13 a los 15 años).
Pre- Pubertad.
Biológicamente esta etapa está marcada por el inicio de la
actividad hormonal, especialmente a expensas de las
hormonas producida por la glándula suprarrenal o adrenal,
de allí que la pre- pubertad se denomine también
adrenarquia. A nivel psicológico parece cierto
distanciamiento de los padres; rechazan las caricias, si bien
en ciertas circunstancias las buscan activamente. Se acentúa
el pudor, les disgusta ser mirados cuando están desnudos o
en la ducha o mientras se visten, Es probable que, en la
evolución humana, este pudor y evitación de la intimidad
física hayan surgido como mecanismo natural de protección
frente al incesto.
Pubertad.
Durante los últimos meses de la pre pubertad (alrededor de
los 12 años en la mayoría de los niños)., coincidiendo con
una liberación hormonal que comienza a aumentar
velozmente se opone en marcha un activo proceso de
cambios físicos que involucran a todo el organismo. Su
cerebro se remodela de modo prodigioso, preparándose para
los desafíos de la adolescencia que esta por llegar. La acción
hormonal, especialmente de las hormonas sexuales, tiroideas
y las endorfinas, parece despertar al púber el letargo en que
se encontraba y darle un inusitado soplo de energía vital. Los
espacios que hasta hace apenas un año le parecían un cálido
refugio (su casa, su dormitorio), ahora se le hacen
insoportables estrechos y le parecían un cálido refugio (su
el
casa, su dormitorio), ahora se le hacen insoportablemente
estrechos y desea ardientemente salir al mundo, ser libre,
vivir experiencias, experimentar nuevas emociones. En esta
etapa aparece con enorme una fuerza una dimensión social
que hasta en ese momento existía, pero situada en un
segundo plano, detrás de la poderosa influencia de la
familia: la dimensión llamada amistad. Los amigos se
convierten en un formidable bloque de sentimientos y
emociones que puede arrasar con la fuerza que hasta ese
momento tenían los padres y los hermanos. A mayor
vulnerabilidad del sistema familiar, más poder adquiere el
sistema amigos, quienes se convierten en un formidable
bloque de sentimientos y emociones que puede arrasar con
la fuerza que hasta ese momento tenían los padres y los
hermanos. A mayor vulnerabilidad del sistema familiar, más
poder adquiere el sistema amigos, quienes se convierten en
camaradas de aventuras, en confidentes, en referencias de
opinión. Por el contrario, un sistema familiar sano,
“funcional”, en el cual reinan el respeto, la comunicación
afectiva y una adecuada resolución de conflictos, suele ser
un catalizador que tempera la fuerza de la influencia de los
amigos.
La vida cotidiana, que rara vez ofrece ese tipo de goces,
provoca en el púber un estado constante de disgusto, que
aplaca planificando un panorama tras otro y buscando con
cierta ansiedad la compañía de los pares. Esta búsqueda
compulsiva de experiencias “puertas afuera” es máxima en
el púber de persona
extrovertida, con escasos intereses intelectuales y carente de
toda oportunidad de desarrollo de sus talentos.
Estas experiencias son el escenario propicio para
experimentar nuevas experiencias de goce grupal.
Entre los 15 y 16 años (en algunas niñas, a los 14 años), se
cierra la fase puberal para dar paso a la compleja etapa de la
adolescencia. En los varones se anuncia por la aparición de
la barba, inicialmente sobre la barbilla y luego cubriendo
todo el mentón. Suele ocurrir otro crecimiento de estatura
rápido, de varios cm., y la musculatura muestra un
considerable incremento, especialmente en los adolescentes
que practican deportes y prefieren la vida al aire libre. Los
cambios físicos que venían ocurriendo día a día en el chico
desde los 13 años en adelante parecen estabilizarse; el rostro
adquiere una fisonomía más amónica y
reposada. Tiende a disminuir la permanente excitación
interna que se expresaba en una corta hiperactividad. La niña
adolescente muestra la plena madurez de las formas físicas,
en la medida que su alimentación haya sido saludable y haya
evitado el sedentarismo. También sus facciones son más
armoniosas y serenas y ya no muestra la secreta excitación
psíquica y física que la hacían aparecer ansiosa e inestable.
En su cerebro parece irse instalando también la estabilidad;
los activos procesos neurobiológicos que han estado
ocurriendo durante la pubertad son los responsables del
súbito despertar intelectual de los
adolescentes. En efecto, entre los 15 y 16 años, chicos y
chicas ya adolescentes sienten como si hubiesen adquirido
una suerte de "banda ancha intelectual que los lleva a tomándose fundamentalistas y poseedores de la verdad.
comprender fenómenos complejos de índole conceptual, Mientras más precaria sea su habilidad para debatir y
lógica y social. Se sorprenden siendo capaces de razonar de argumentar, más radical será la defensa de sus convicciones
un modo altamente abstracto, y comienzan a interesarse y mayor la pasión que pondrán en descalificar al otro. Sin
vivamente por el mundo que les rodea, un mundo que para la duda que, si ese “otro” es uno de sus progenitores, el abuelo
mayoría es totalmente nuevo y palpitante de novedades. Los o un profesor, es más probable que tales adultos se ofuscan
adolescentes que tienen la oportunidad de escolarizarse al sentir la energía argumentadora del adolescente, reacciona
comienzan a interesarse por los hechos y desafíos sociales, con enojo que pronto da paso al control tras la consolidada
la historia remota y reciente, los fenómenos de la ciencia; frase “callase, acaso no ve que yo soy la autoridad”.
ternas como la política, la contaminación del planeta, el
Esta fascinación por el mundo que las rodea y que intentan
efecto invernadero, las guerras en Medio Oriente, la
atrapar desde las alturas lo conceptual, la abstracción y el
conquista espacial, etc.
dominio de lo cultural pronto se impregnará de decepción,
ira yo un peligroso nihilismo, emociones que se
En muchos, el interés es eminentemente intelectual y
superpondrán a un gradual ingreso a un estado de ánimo
comienzan a leer ávidamente y a buscar interlocutores
caracterizado por la confusión y la caída de los pocos
válidos con quienes discutir y confrontar ideas. En otros, el
baluartes de certeza que les iba quedando. Mientras es más
interés se transforma rápidamente en un ideal que los
vulnerable el sistema familiar, en términos de
impulsa a la acción, convirtiéndose en lideres políticos en su
disfuncionalidad sistémica, ausencia de comunicación
escuela, líderes sociales en el barrio, activistas de toda lucha
afectiva y de la capacidad para resolver adecuadamente los
que les parezca legitima. Es tan
conflictos, más intenso será el ingreso del adolescente a esta
nuevo, excitante y sorprendente al mundo que se abre a sus
etapa de crisis psicológica y riesgo de enfermar
ojos, que les parezca ser dueños de una revelación,
psicopatológicamente; la vida cotidiana adquiere una
profunda tonalidad gris, de tedio y carente de sentido vital.
El adolescente se toma impaciente y disfórico anhela vivir
experiencias nuevas e intensas, que lo alejen de la
insoportable cotidianidad. Estas experiencias se ubican en un
continuo que va de lo hedónico a lo épico. Tan excitante
puede ser embriagarse con alcohol en una disco bajo el
embrujo de la música, los lujos y los cuerpos que se
contornean alrededor, como participar en una marcha de
protesta por alguna causa que les parece justa y digna de
reivindicar. Hedónica o épica, la experiencia debe ser limite,
riesgosa y excitante, cualidades que para el adolescente son
normales y lo atraen poderosamente. A esta edad no hay
conciencia do los peligros, el adolescente está convencido
que el mundo adulto es pusilánimo y que los riesgos no son
tales, solo son situaciones que no están hechas para quien no
arriesga un poco. Con esta convicción, se involucra con
goces como embriagarse sin freno o tener relaciones
sexuales sin ninguna protección, o participa en marchas de
protesta por las calles o se planta desafiante frente a un
Carabinero de Fuerzas Especiales.
Esta etapa es el escenario propicio para experimentar nuevas
experiencias sensoriales a través del
alcohol y las drogas. La gran mayoría de los adolescentes en
las ciudades lleva a cabo una experimentación de modo
recreativo consumen alcohol y/o marihuana en grupo, como
un modo de desinhibirse socialmente y disfrutar en
compañía. De esta mayoría, muchos abandonan el consumo
de marihuana y limitan de alcohol que ingirieron a poco
haber iniciado dicho tal hábito, mientras que una minoría
inicia un consumo
inmoderado de alcohol en cada evento social en el que
participa, y el consumo de marihuana la cantidad deja de ser
social y ocasional para hacerse individual y frecuente o
habitual. Este es el grupo denominado "de consumo
terapéutico', entendiendo por terapéutico una
automedicación mediante drogas para aliviar un sufrimiento
anímico en el caso de la marihuana o superar la dolorosa
ansiedad social del chico inhibido en el caso del alcohol.
Queda claro que el grupo que prueba la marihuana y la
abandona y que opta por no beber alcohol o modera en
forma drástica la cantidad que consume, tiene como
característica poseer numerosos factores de protección
imbricados (una familia funcional, roles bien definidos,
comunicación afectiva al interior de la familia, adecuado
afrontamiento de conflictos, actividades familiares).
Mientras que en el grupo que se
automedica es frecuente encontrar antecedentes de
disfuncionalidad familiar, soledad afectiva, abuso maltrato o
trastornos de ansiedad y del ánimo no diagnosticados ni
abordados en forma adecuada.
La adolescencia es una etapa compleja y que puede ser
escenario de profundos dolores psíquicos.
El adolescente intuye que camina hacia una plena
independencia. El adolescente entre los 16 y 17 años está
todavía a merced de una profunda inseguridad en sí mismo,
producto de una crisis de identidad experimenta también una
dolorosa inestabilidad anímica; a menudo se embarca en
pasiones que lo arrastran gozosamente, como trabajar por
causas sociales o ser líder en su escuela, para experimentar
pocos días después un extraño desapego, una súbita
desmotivación que lo lleva a encerrarse en su habitación y
desear romper con todo. El adolescente ignora que en las
profundidades de su cerebro emocional están ocurriendo
veloces transformaciones, que lo preparan en forma
silenciosa para la etapa que se aproxima, la edad del joven.
Esta crisis existencial que le afecta es máxima y muy
adolescente vive en una riesgosa cuando él situación de
vulnerabilidad social, se encuentra afectivamente solo, sufre
discriminación,
abuso, maltrato o es consumidor de adictivos. La
psicopatología más grave se
desencadena en esta edad: agudización de un trastorno límite
de la personalidad, episodios bipolares o de depresión
severa; autoagresión e intentos de suicidio; primer brote
esquizofrénico; psicosis agudas reactivas, trastornos de la
conducta alimentaria... Una colección de tragedias que
reflejan el extremo
desvalimiento de chicos que ya todo el mundo mira como
“casi adultos " y les va dejando irremediablemente solos.
Al adolescente ya no le es funcional la identidad grupal de
cuando era un púber. La abandona y se entrega a la tarea de
construir una Identidad individual progresivamente más
compleja, conformada por las identidades personales y
sociales. Ya no es solamente Raúl, Margarita o Vicente.
Ahora es "Raúl, quien estudiará
Auditoría y Contabilidad y trabaja para Un Trecho Para
Chile y toca batería en su colegio, o Margarita quien práctica
jockey sobre césped, entrara a INACAP a estudiar
Gastronomía o Vicente quién se iría interno a la Escuela
Agrícola de su localidad, pero se metió en drogas y ahora
debe rehabilitarse. Esa es la identidad social que declarara
un mundo adulto. Pero Raúl, Margarita y Vicente deben
construir también una identidad personal, muchas veces
yendo en contra de otras identidades. Es probable que Raúl
haya decidido estudiar Contabilidad para agradar a su padre
y abuelo, ambos contadores. Pero secretamente Raúl anhela
estudiar trabajo social e irse al sur para ayudar a los
pescadores artesanales a defender sus derechos; Margarita se
ve más ganadora de los juegos panamericanos más que Chef
y Vicente no se atreve a confesar que empezó las drogas para
escapar de una evidencia: sentirse atraído por los chicos, y
que detesta la escuela agrícola pero su padre lo decidió para
que se haga cargo del campo que heredaron de sus abuelos.
Niños, pre- púberes viven el presente.
Mientras menos edad tienen, el futuro casi no se vislumbra y
el pasado es brumoso, solo logran evocar aquellas vivencias
intensamente teñida de emociones ocurridas desde el quinto
cumpleaños en adelante. Pero el adolescente se instala en un
escenario temporal hecho de planes para el futuro y
sustentando en hechos del pasado, no necesariamente de su
propia biografía sino de su historia familiar y social. El
mundo adulto es egoísta reduce el futuro de los adolescentes
a un plano meramente laboral, poniendo como único
objetivo la carrera de educación superior (aun sabiendo a
ciencia cierta que muchos adolescentes no tendrán los
medios financieros para estudiar una carrera), mostrando así
a los jóvenes que para el estudio la estabilidad laboral es
sinónimo de crecimiento personal. Por el contrario, el futuro
para los adolescentes es mucho más vasto; anhelan conocer
otras gentes, otras culturas. Involucrarse activamente en la
historia de su barrio, de su ciudad. De su país.
Alcanzar metas personales en el mundo de la música, el
deporte, las artes, la ecología y el liderazgo. Es decir,
objetivos amplios que para el adulto no son sino sueños,
pero para los adolescentes son sueños que les inspiran y
dentro de poco, moverán todas sus energías.
Entre los 17 y 18 años ya se es o se debería ser autónomo y
saber tomar decisiones responsables, en la medida que los
años anteriores hayan sido un tiempo generoso para ensayos,
con sus aciertos y también con sus errores, que en definitiva
son también valiosos aprendizajes siempre que se haya
realizado algún ejercicio reflexivo en torno a ellos. La
autonomía y capacidad de hacerse cargo de sí mismo en
forma responsable suele ponerse a prueba en ciertos “ritos”
de la adolescencia, como lo es a partir de viaje en grupo de
mochileros sin ningún adulto, a diferencia de los llamados
viajes de estudio, en los cuales los chicos entre 16 y 17 años
parten a algún lugar del país o fuera de él con fines
culturales (que no se cumplen).
En estos viajes van acompañados de profesores. En cambio,
irse de mochilero es, literalmente dar dos exámenes
simultáneos: el examen de capacidad de tomar decisiones
acertadas (administrar el escaso dinero que suelen llevar,
procurar alimentarse en forma relativamente saludable y
cuidar la higiene para evitar enfermedades; no acercarse a
sitios potencialmente peligrosos ni confiar excesivamente en
extraños, etc.) y el examen de capacidad de ejercer la
libertad intrínseca, que se refiere a ser responsable consigo
mismo en sus opciones.
El púber despierta al goce de los sentidos y descubre el
erotismo; juega a seducir y conquistar, pero rara vez será
constante en sus conquistas, por cuando el disfrute del juego
radica precisamente en probar una y otras armas de
seducción. El adolescente, en cambio, está listo para el
encuentro con la pareja; el erotismo puberal da paso a la
relación sentimental sustentada en la fuerza vital de los
vínculos afectivos.
Un adolescente psicológicamente sano, bien equipado para
la vida, descubre que puede sublimar la fuerza del sexo a
través del sentimiento. Se proyecta con su pareja hace planes
sueña, pero, sobre todo, cultiva esa relación desde la
amistad, la colaboración, el disfrute de la compañía,
descubriendo que lo erótico es parte de la relación y no su
eje. Por el contrario, la búsqueda compulsiva del sexo como
centro de la relación suele ser una señal de vulnerabilidad
emocional del adolescente y debería ser identificada como
tal alertando a los adultos cercanos para que puedan
ofrecerla ayuda.
Los adolescentes miran al adulto como mirada horizontal. Ya
es un igual, aunque disguste a muchos.
Esta nueva mirada plantea un nuevo desafío a los adultos: es
preciso validarse ante ellos. Por primera vez alguien que
todavía no es adulto nos mira tal como somos; por mas de 15
años fuimos idealizados y los niños nos quisieron de modo
incondicional, pero a partir de este momento el adolescente
tiene la libertad de aceptarnos o, simplemente rechazarlos.
aunque esto último signifique para el/ella un gran dolor. El
adolescente es generoso, no obstante, suele poner en la
balanza nuestros defectos y lo contrapone a un pequeño pero
potente grupo de cualidades. Si estas cualidades están
presentes en nuestra personalidad, somos afortunados. el
adolescente nos validará, seremos sus iguales, pero en la
esfera del respeto, el cariño y la admiración. Todo padre,
toda madre y todos quienes ejercen la educación de
adolescentes en liceos y colegios deben saber y admitir que
no basta con imponernos como autoridad. Ellos piden
honestidad, alegría de vivir y capacidad de liderazgo.
La maduración del cerebro humano es un fenómeno
extraordinariamente complejo. A lo largo de los primeros 20
a 25 años de la vida se van sucediendo pérdidas masivas de
neuronas, desconexiones de redes, formación de nuevas
redes y una activa mielinización; está última se encarga de
dar eficiencia a la funcionalidad cerebral. Una vez
cumplidos 15 años (en promedio), se pone en marcha en
ciertas regiones del cerebro como pérdida de neuronas y de
redes, la que va a durar unos dos años. Este proceso afecta
áreas que se relacionan con la emocionalidad, el juicio de
realidad y la identidad, lo cual explica que los adolescentes
experimentan una serie de fenómenos que, en el caso de
chicos y chicas que tienen algún grado de vulnerabilidad
cerebral, muestren desequilibrios que lindan con la
psicopatología.
- Baja la tolerancia al estrés ambiental: Experimentan
crisis de ansiedad e inestabilidad anímica, Pueden
reaparecer síntomas de psicopatología leve que estaba
enmascarada, como impulsividad, depresión, fobias,
obsesiones. Aparece la disforia, que es un estado
emocional en el cual destaca irritabilidad, tristeza,
desánimo e impulsividad.
- El juicio real de subjetivitiza: Se pierden los matices
de apreciación que permiten ser flexible; los y los
adolescentes se toman polares en su juicio: TODO O
NADA. Son frecuentes los comentarios como “todos
son unos cretinos”, “nadie me entiende” o todos son
unos estúpidos. La disforia suele ser motivo de fuertes
conflictos con los adultos. En el aula puede aparecer
como despectivos, arrogantes, desconsiderados y
hostiles, generando en el docente una actitud
defensiva. Desde este juicio tan subjetivo pueden
 tomar decisiones muy extremas, como irse de casa,
tatuar su rostro, etc.
- Aumentar el umbral de la recompensa. Esto significa
que las situaciones que hasta 1 o 2 años antes les
resultaban placenteras, ahora le provocan tedio,
necesitando estímulos fuertes y novedosos para
disfrutar.
- Ya no es el partido de futbol con los amigos o salir de
shopping con las amigas, sino vivir experiencias al
límite, las que conforman las llamadas situaciones o
conductas de riesgo.
- Se centran en gratificaciones inmediatas (experiencias
placenteras), evitando todo lo que se proyecta a
mediano plazo y rechazando las obligaciones.
Cumplen el deber a regañadientes, procrastinando,
pero se sumergen apasionadamente en aquello que les
captura su interés.
- La identidad se debilita, apareciendo confusión.
- Suelen irrumpir súbitos fenómenos inexplicables,
como los llamados dejavu, jamais vu (sentir como
familiar o ya vivida una situación nueva, o a la
inversa, experimentar extrañeza frente a una situación
familiar) y despersonalizaciones (vivir una situación
como espectador, experimentar alejamiento y
perplejidad).
Todos estos fenómenos pueden ser tan sutiles como para
pasar desapercibidos a ojos del adulto, o alcanzar ribetes
dramáticos, generando enojo, rechazo o temor en los
adultos. En aquellos adolescentes que tienen vulnerabilidad
cerebral (prematuros, trastornos del desarrollo, limítrofes,
etc.) pueden ser tan extremos como para desencadenar
psicopatología desde episodios bipolares, intentos de
suicidio, trastornos, de la conducta alimentaria hasta
episodios psicóticos. El consumo de sustancias adictivas y
de alcohol es muy dañino en esta etapa, pero cuanto la
inestabilidad estructural y funcional del cerebro determina
en especial vulnerabilidad a los tóxicos.
Resulta comprensible entonces que el rol de educador
adquiera una complejidad inusitada. Los padres, docentes
que conviven en el ámbito familiar, escolar, laboral, clubes
deportivos, scouts, guías religiosos, etc. Deben saber que los
y las adolescentes no están viviendo una etapa de
turbulencia sin causa; por el contrario, son varios años de
profundas transformaciones cerebrales- psicológicas,
sociales.
La cognición adolescente.
Durante la pubertad se inicia una etapa de activa
remodelación cerebral – que ya venía instalándose en los
años previos- y que no va a finalizar sino después de los 20
años. Estos cambios determinan características muy
particulares de la cognición adolescente, que los adultos
deben conocer. También deben saber que la cognición de los
adolescentes esta teñida de una emocionalidad muy intensa.
La activa mielinización que ocurre durante la pubertad
instala en el cerebro de los adolescentes una especie de
zoom cognitivo, sustentado en el refinamiento de los
procesos de abstracción y se recuperan aprendizajes
automatizados para aprender lo nuevo. La sinergia entre
elevada abstracción, dominio conceptual y eficiencia
permiten al adolescente aprender disciplinas complejas,
operando sobre ellas con procesos de integración. Esto
explica el súbito interés que muestran los chicos y chicas de
15 a 16 años por la política, los sucesos contingentes, la
historia, las ciencias. Sin embargo, no en todos ocurre este
esplendido despertar intelectual, aquellos que llegan a la
adolescencia son débiles de aprendizajes, por lo general
memorísticos, quedan el consuelo de lo banal o inmediato,
como lo es la farándula, la vida de los famosillos que forman
parte de su grupo de culto y de películas y material impreso
de poco impacto cultural.
El zoom cognitivo se acompaña de un fenómeno de sui
generis que suele provocar comezón en algunos adultos. Se
trata del fenómeno de la omnisapiencia. El súbito despertar a
nuevos intereses, unido a la capacidad de integra
conocimientos, la alta eficiencia cognitiva y la rigidez que
caracteriza a esta edad, determina que el adolescente se
sienta poseedor de conocimientos y destrezas únicas, propias
que defiende a ultranza sin someter a juicio critico y que los
llevan a descalificar al adulto. En casa suelen trenzarse en
discusiones con sus padres, tildándose de anticuados o poco
informado, mientras que en el aula intentan rebatir al
docente, en ocasiones con un aire arrogante. Cuando el
adulto tiene presente que el adolescente se percibe como
omnisapiente, evita entrar a la confrontación, aceptando
debatir sin apasionamientos ni descalificaciones. Estos
debates intergeneracionales pueden ser muy interesantes y
productivos si el adulto se muestra flexible, dispuesto a
escuchar, y el adolescente posee conocimientos solidos que diversas alternativas). El razonamiento se aleja de la
pueden esgrimir. Pero mientras menos conocimientos tienen
realidad.
un adolescente o mientras mas rígido y autoritario sea el
Durante la adolescencia se refina metacognición, concepto
adulto, el debate da paso rápidamente al conflicto y a la
agresión verbal. que se refiere por una parte a la capacidad de gestionar la
En una clase de historia contemporánea, el docente intento
propia actividad cognitiva a través de procesos de procesos
general un debate acerca de la derrota del Japón en la
de organización, planificación, supervisión, evaluación, así
Segunda Guerra Mundial. En medio de la intervención de
como la capacidad de observar críticamente en si mismo la
varios alumnos, uno de ellos afirmo “los japoneses siempre
calidad de los procesos cognitivos. Sin embargo, como el
van a ser derrotados”. El docente le pudio que aumentara su
adolescente se independiza de sentirse obligado a responder
aseveración, el alumno respondió “porque son estúpidos”. El
a expectativas de otro (el niño estudia para que “los papas
docente indico que ese no era un argumento sino una
estén contentos” o “para que no lo castiguen”), a la
descalificación, que intentara argumental El alumno
capacidad de poner sus nuevos atributos cognitivos al
respondió “usted debe ser japonés”
servicio de mejorar como persona se contrapone el problema
Aparece la posibilidad como un subconjunto de los posible,
de la motivación, Un/a adolescente que no considera valioso
fenómeno que alienta en los adolescentes el abrirse a nuevas
ni útil el aprendizaje escolar abandona sus recursos de
conjeturas, surge con fuerza el plantearse hipótesis a través
metacognición reemplazándolos por una tenaz
del razonamiento lógico y la lógica combinatoria (análisis de
procrastinación del deber y un centrarse en gratificaciones
inmediatas.
Cognición adolescente, currículo, docentes.
El currículo nacional comprende los contenidos, los
objetivos de aprendizaje, las metodologías y la evaluación,
Cada uno de ellos cobra relevancia a la hora de trabajar con
alumnos adolescentes, El eje de un trabajo exitoso radica en
la motivación, por cuanto los adolescentes se hallan
inmersos en tal variedad de intereses (relaciones
sentimentales; búsqueda y construcción de una identidad
personal y social; des construir y reconstruir su relación con
los padres encontrar un propósito en su vida, etc.).que un
sistema escolar ajeno a ellos no solo es fuente de
desmotivación sino también de conflictos. Motivar no es
sólo lograr que los alumnos aprendan en una clase; es a
encender en ellos el fuego del interés por ampliar su
cosmovisión y lograr ver la esencia de lo que es ser un ser
humano. Esta tarea no sólo se logra a través de ofrecerles
desafíos intelectuales de las metodologías se precisa de un
tipo de docente qué abandone su condición de asignaturista
para convertirse en un adulto que acompaña sin controlar y
sin enjuiciar, que muestra el camino de los ideales y del
compromiso, que sabe descubrir en cada adolescente sus
fortalezas y su potencial. Para ellos sin duda alguna que
debe modificar su praxis, ajustándola a los tiempos. Se
afirma que enseñar a los adolescentes es hacerles sentir en
primer lugar que son protagonistas con descubrimientos
intelectuales que les abren nuevas dimensiones. Es permitir
que elaboren sus propias conjeturas y las comprueben sin
temor al error y favorecer el pleno ejercicio del pensamiento
crítico. Sobre la base de conocer la mente de los
adolescentes, estos deberían vivir experiencias
de aprendizaje que posean un carácter socialmente
compartido.
Sistema de recompensa y omnipotencia adolescente.
En el cerebro humano hay un circuito que se activa frente a
situaciones placenteras a la expectativa de la recompensa ya
la recompensa misma es el circuito del núcleo accumbens y
su transmisor químico es la dopamina. A poco de cumplir 15
años se produce una reorganización neuronal en este circuito
a expensas de podas sinápticas. Ello determina que el umbral
a la recompensa sube lo que significa que durante la
adolescencia no es fácil experimentar gozo y expectativas de
recompensa. Probablemente se trata de un recurso
devolutivo que percibe incitar al adolescente no tener no
temer vivir experiencias que pueden ser riesgosas. Por el
contrario, estas nuevas experiencias son excitantes atractivos
y el adolescente las vives sintiendo que cada nada le puede
ocurrir el riesgo es mínimo y le atrae. Es el fenómeno
denominado omnipotencia y el cual están base de con las
conductas de riesgo. La búsqueda de situaciones de riesgo se
transforma en una fuente motivación, en adolescentes
encantado de la vida pueden transformarse en la verdadera
adicción y un peligro social, como lo es portar armas de
fuego participar en delitos como” portonazos” y asaltos
violentos a casas con moradores aparte.
La mayoría de las conductas denominadas riesgosas son
conductas comunes que también son propias de los adultos
las que las convierte en riesgosas es la necesidad y/o
frecuencia con que son experimentadas por los y las
adolescentes la ausencia de medidas de precaución y la
sumatoria (por ejemplo, beber alcohol consumir drogas y
conducir a alta velocidad).
Conductas de riesgo
- Sexo sin afectividad sin protección de probable
embarazo.
- Consumo excesivo de alcohol.
- Consumo de sustancias adictivas
- Conducción de vehículos y licencia a alta velocidad
sin representar el reglamento y/o bajo efectos de
alcohol.
- Participación en delitos menores
- Promover o participar en peleas callejeras.
- Subir a vehículos desconocidos.
- Tatuarse.
En las últimas dos décadas han aparecido nuevos
comportamientos riesgosos que los docentes deben
conocer y colaborar a su prevención Uno de ellos es dar
inicio durante la adolescencia a las denominadas ECNT,
enfermedades crónicas no transmisibles que derivan de
hábitos de vida inadecuados o francamente malsanos.
Estas enfermedades son muy variadas; afectan a todo
organismo y se van desarrollando de manera insidiosa a
lo largo de décadas, provocando un impacto grave
personal y social. Entre ellas podemos mencionar, el
hígado graso alcohólico temprano el hígado graso no La adolescencia no es fácil de vivir. La mayor parte del
alcohólico. El primero se relaciona con la ingesta
tiempo los adolescentes andan irritables, ansiosos,
excesiva de alcohol de inicio temprano mientras que la
impacientes e intolerantes. Les resulta difícil la vida simple
segunda social sedentarismo sobrepeso y obesidad.
Debemos tener presente que una de cada cuatro como cuando eran niños, entonces buscan “emociones
adolescentes presenta sobrepeso y una de cada cual de
fuertes” que les permitan sentirse bien y gozando su libertad.
cada 10 es obeso el sedentarismo en adolescentes es
Estas experiencias les permiten dejar atrás por un rato las
crítico se asocia el número de horas día y caja videojuego
y están conectados a redes sociales también influye el obligaciones, las desilusiones, los conflictos con los adultos.
exceso de horas académicas y dedicadas al trabajo
Entonces a mayor cantidad y peso de las obligaciones, de las
intelectual. El tabaquismo temprano y la diabetes 2 han
desilusiones y de los conflictos, mayor búsqueda de
experimentado un aumento preocupante en menores de
20 años. Por otra parte, una alimentación adecuada “emociones fuertes” (conductas de riesgo).
especialmente aquella conocía como “comida chatarra” y
Emociones fuertes.
responsable de la elevación de los triglicéridos de la
- Carrete.
sangre, sobrepeso y obesidad.
Finalmente es preciso considerar una como conducta - Copete.
riesgosa el consumismo que niños y adolescentes puede
- Droga.
alcanzar niveles de adicción además de favorecer los
- Sexo sin compromiso.
delitos en menores de edad. (robo de celulares, de ropa
deportiva). - Velocidad.

- Consumo (ropa, accesorios, tecnología).

 Obligaciones. - Malas relaciones con los hermanos.
- Malas relaciones con la pareja.
- Responder a las exigencias escolares.
- Malas relaciones con los profesores,
- Responder a las exigencias familiares (cuidar a los

hermanos, ayudar en las tareas del hogar, apoyar a los Motivos del conflicto.

abuelos, etc.).
- Errores en la aplicación de límites por parte de padre
- Responder a los límites que los padres imponen
y profesores.
(horarios, restricciones al pololeo). - Exceso de control por parte de los adultos.
- Trato inadecuado, descalificaciones, amenazas.
Desilusiones.
- Castigos inadecuados.
- Empiezan a ver a los padres de manera real y objetiva
- Ausencia de comunicación afectiva.
(con sus defectos). - Dificultad por parte d ellos padres y familiares para
resolver los conflictos.
- Empiezan a ver a los profesores de manera real y
- Adultos con psicopatología (alcoholismo, depresión,
objetiva (con sus defectos).
consumo de fármacos).
- Desilusiones amorosas, con los amigos, con los
¿Como prevenir las conductas de riesgo con peligro
hermanos,
para la salud y la vida?
En nuestra experiencia, los docentes requieres:
Conflictos: - Conocer las características neurobiológicas de la etapa
adolescente.
- Mala relación con los padres.
- Manejar estrategias de comunicación efectiva y
afectiva.
- Saber acompañar.
- Saber ser autoridad.
Comunicación efectiva y afectiva.
Consiste en saber escuchar, especialmente en los
momentos de conflicto:
- Momentos en que sienten miedo, incertidumbre,
confusión y dolor.
- Cuando tienen miedo a las consecuencias de una
determinada acción en la que han participado directa o
indirectamente.
- Cuando tienen miedo a las consecuencias de una
determinada acción en la que han participado en
manera directa o indirectamente.
- Cuando se siente amenazados, en situaciones de
conflicto, de incertidumbre, de quiebre de sus
baluartes de seguridad.
- Cuando deben decidir y están confundidos.
Requisitos.
- El adulto debe ser empático. La empatía es la
habilidad para ponerse en el lugar del otro. A los
adultos no les resulta difícil cuando se trata de otro
adulto, pero en una mayoría nuestra gran dificultad
para ser empático con un adolescente el adulto tiene a
mostrar una solicitud condescendiente que muchas
veces es solo aparente, y los chicos se dan cuenta de
ellos en otras ocasiones se muestran excesivamente
severos y amenazantes.
- Debe ser capaz de “retroceder” en forma rápida a su
adolescencia en términos emotivos, recurso que ayuda
enormemente a la sintonía co-emotiva y a la empatía
emocional.
- Debe ser capaz de ¡escuchar activamente! (no basta
mirar al adolescente ¿hay que mostrarle que existe un
real interés por que le está ocurriendo en ese
momento).
- Tener una real disposición a la escucha activa. Regirse
por el principio de la buena fe: a menudo escuchamos
a los adultos exclamar “ojo, mira que ese cabro te está
 manipulando”, “esta chiquilla es muy pilla, seguro
que está haciendo teatro”.
- ¡No enjuiciar!, demasiado a menudo pensamos que
los adolescentes quieren sacar ventaja de ciertas
situaciones.
¿Por qué están difícil comunicarse afectivamente
con un adolescente?
- En primer lugar, porque la mayoría de los adultos no
conoce a cabalidad a los adolescentes, se les trata en
ciertos momentos como niños y en otros como si ya
fuesen adultos.
- Por que los adultos estamos convencidos de que
nuestra misión principal en la tarea de aportar al
crecimiento socioemocional de un adolescente es
disciplinar (corregir, evitar que se vaya a torcer).
- Por qué los adulos tenemos un enorme miedo a perder
autoridad, a que los lolos “se suban por el chorro”,
“agarren el codo en vez de la mano”, etc. La mayoría
de los adultos piensa que “ser acogedor” es mostrar el
flanco débil, lo cual va a confundir al adolescente y a
favorecer la mala conducta.
- Por que en los adultos está demasiado arraigada la
desconfianza, ese apático temor a la mala intención, y
actuamos con los adolescentes aplicando el principio
de la mala fe.
Existe un círculo vicioso muy común: los adolescentes
no se sienten acogidos, escuchados ni contenidos
emocionalmente por el adulto, de modo que
desarrollan conductas de aislamiento de negativismo o
de franca rebeldía, las que provocan en el adulto una
inmediata reacción de desconfianza, recelo y mala fe ,
por lo que refuerzan el control va empeorando en los
otros el aislamiento, el oposicionismo y la rebeldía.
Así muere todo intento de comunicación y va
creciendo la brecha entre chicos y grandes.