El concepto de “sostenibilidad”, muy habitual en el campo del desarrollo y la
cooperación, es utilizado en diferentes sentidos. El primero de ellos es el relativo al desarrollo sostenible, esto es, aquél proceso de desarrollo que utiliza los recursos mundiales preservándolos para generaciones venideras. El segundo uso se refiere a los denominados “medios de sustento sostenibles”, o medios de vida de las personas o grupos que les permiten mejorar su situación socioeconómica de forma duradera, resistiendo a posibles crisis y sin dañar las oportunidades de otros o de generaciones futuras. Por último, el concepto que aquí abordaremos es el de la “sostenibilidad” de las intervenciones de cooperación, o capacidad para que los cambios, infraestructuras y servicios que generan se mantengan en el tiempo.
La sostenibilidad de un proyecto de cooperación para el
desarrollo constituye un criterio esencial para evaluar su calidad. Sólo aquellos proyectos que introduzcan cambios equitativos y aborden de forma duradera las causas de la vulnerabilidad estructural contribuirán a generar sistemas de sustento sostenibles y un desarrollo humano también sostenible.
Elaboración:
La sostenibilidad de un proyecto incluye diferentes aspectos tales como lo
Institucional, el financiero, el ambiental el tecnológico y el social y cultural. Todos estos aspectos constituyen las dimensiones de la sostenibilidad que deberían ser consideradas, con el objetivo de dar continuidad a las acciones y que éstas no afecten la capacidad de desarrollo futuro. Dependiendo de cada proyecto algunas dimensiones son más importantes que otras, pero todas son importantes para alcanzar la sostenibilidad.
Sostenibilidad Institucional: La voluntad y el apoyo político es un
parámetro fundamental, sobre todo en el caso en que el área es administrada por una organización del Estado Sostenibilidad financiera: Debido a la finalización del aporte financiero de la Cooperación Alemana, la continuación en el apoyo a los procesos emprendidos por el Proyecto depende en gran parte de la disposición del financiamiento estatal y es importante adaptar la estrategia de sostenibilidad previendo que pueden darse limitaciones económicas para el financiamiento del área. Sostenibilidad ambiental: La sostenibilidad ambiental significa la existencia de condiciones económicas, ecológicas, sociales y políticas que determinen su funcionamiento de forma armónica a lo largo del tiempo y del espacio. Sostenibilidad Tecnológica: Tiene que ver con la capacidad del proyecto en aplicar tecnologías adecuadas. Sostenibilidad Social: Nivel de apropiación por parte de los grupos implicados Como lograr la sostenibilidad de un proyecto
El diseño del proyecto no solo debe comprender la viabilidad del mismo,
sino también su sostenibilidad. En consecuencia, dicho diseño debe incluir acciones que incidan en los factores que impactan en la sostenibilidad
La sostenibilidad debe encarase desde el comienzo del proyecto y es una de
las principales acciones que debe prestar atención el Director del mismo.
Dicha definición nos lleva a desarrollar ese concepto en un marco
conceptual más amplio que comprenda la identificación de los factores que inciden en la sostenibilidad de los proyectos en desarrollo.
Podemos identificar cuatro factores que inciden en este tema:
En consecuencia, en el diseño del proyecto deben incorporarse acciones que
conlleven a tal fin, por ejemplo:
Capacitación de los Directivos de la Institución en la Gestión de
Proyectos Entrenamiento del personal existente en la institución, en la nueva tarea a desarrollar Consolidación del elenco directivo institucional Búsqueda de apoyo del sector público en el fortalecimiento institucional Integración estratégica del nuevo proyecto con los existentes Coordinación con otros programas o proyectos de similares características Fidelización de la masa de beneficiarios con la institución. Analizar la posibilidad de crear el “Comité de Beneficiarios” Análisis del entorno socio político para lograr mayor impacto Transferencia de los conocimientos y la experiencia la personal de la agencia ejecutora
Conclusión
Para garantizar la sostenibilidad de los proyectos hay que asegurarse de
que los encargados de su mantenimiento (gobierno, comunidad, individuos) disponen de: la capacidad técnica y de gestión necesaria para mantener las actividades o bienes generados por el proyecto; y los recursos suficientes para financiar los costes corrientes (salarios de personal, gastos de reparaciones) que generará dicho mantenimiento a medio y largo plazo, aspecto frecuentemente olvidado por la ayuda internacional. Asegurar la sostenibilidad de las actividades y beneficios del proyecto más allá de la vida de éste requiere incrementar las capacidades del grupo seleccionado y de los responsables del mantenimiento. Igualmente, hay que asegurarse de que para éstos los beneficios compensarán los costos de mantenimiento de las actividades e infraestructuras durante la vida del proyecto y, sobre todo, más allá de ella.
Para estimar el nivel de sostenibilidad del proyecto también es necesario
preguntarse por qué razones esa acción que la ayuda promueve no había sido emprendida por la propia comunidad antes de que le fuera proporcionada. Si el problema era de falta de conocimientos técnicos o de recursos económicos, la ayuda puede proporcionarlos para estimular el inicio de dicha actividad. Pero si se debía a una conciencia entre los beneficiarios de que no merece la pena o no resultará viable, en ese caso la sostenibilidad del proyecto es muy improbable: aunque el estímulo de la ayuda puede traducirse en una implicación temporal en las actividades promovidas, tras su finalización los antiguos beneficiarios abandonarán su mantenimiento si consideran que se trata de una idea inadecuada. Un ejemplo habitual de fracaso es el de reforestación de bosques comunitarios, que generalmente acaban sin ser sostenibles por su mala gestión, dado que los campesinos suelen preferir plantaciones individuales. Ciertamente una actividad antes desconocida puede convertirse en sostenible proporcionando la información adecuada a los beneficiarios, pero resulta imprescindible que éstos se crean la idea para que se impliquen y no se trate de una iniciativa artificial.
Del mismo modo, la sostenibilidad difícilmente será viable si no se implica a
las comunidades en la identificación, implementación, seguimiento y evaluación del proyecto, prestando particular atención a que las mujeres se puedan expresar de forma efectiva. Tal participación es esencial para que el proyecto responda a las necesidades y expectativas reales de los receptores, más que a los criterios de los donantes y ONG y también es necesaria para que los beneficiarios se sientan implicados en el proyecto, lo sientan como propio y sostengan a largo plazo sus impactos positivos una vez que el mismo haya concluido. Para hacer efectiva esta participación, y plasmar las necesidades y deseos de las comunidades y personas, pueden resultar muy útiles las técnicas y métodos desarrollados por diferentes enfoques participativos, como el denominado diagnóstico rural participativo.