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SOBRE EL PAPEL DEL ARQUITECTO EN LA ACTUALIDAD

Me resulta sumamente interesante realizar un ensayo sobre este tema, pero más desafiante es el
hecho de plasmar mi experiencia de forma clara y sintética.

Es entonces cuando quisiera hacer de este ejercicio un viaje a través del tiempo, que estará siempre
sumergido en lo posible de los sueños y lo imaginario de la realidad. Así lanzaré mis ideas al aire
esperando rescatar en todo momento eso que me sostiene profesionalmente y a la vez incita a
continuar esa búsqueda infinita e incesante por los diversos caminos de los saberes, que aunque a
veces desespera y angustia, en mi experiencia es el origen de toda inspiración y momento de
genialidad.

Si bien vemos la producción de lo arquitectónico como un proceso complejo donde intervienen un sin
número de profesionistas y especialistas de la construcción, según sea la complejidad de los edificios
o espacios habitables por generar, modificar e intervenir. Con base en esto podemos decir que estos
procesos se darán siempre por demandas y problemáticas espaciales establecidas en experiencias y
conocimientos pasados, que motivan u originan la proyección a futuro de todo aquello que se busca o
desea construir.

Pero si bien se ha comprendido lo transdisciplinario de estos procesos productivos, ello solo explica lo
complejo y diverso que puede llegar a exigírsele al papel del arquitecto, pues cuando se mencionan
los títulos de ingeniero, dibujante o especialista en..., socio-culturalmente se proyecta en nuestra
mente ciertos límites y/o compromisos de cada profesión. Es entonces cuando recuerdo algunos
adjetivos que quizás aclaran algunos de esos compromisos sociales, como lo son: urbanista, paisajista,
técnico o... ¿diseñador?; pero con este último, nos regresamos al conflicto de inicio, pues socialmente
se espera que el o los arquitectos sean responsables de todo aquello que se produce en los procesos
de diseño y concepción de lo arquitectónico.

Al ver entonces el proceso de producción arquitectónica como esos dos grandes momentos: de
diseño y materialización, parece ser que aunque los arquitectos pueden y/o deben estar involucrados
en ambos momentos, su papel principal o mayor exigencia será siempre dentro de los procesos de
diseño, donde se piensa, concibe y determina en gran medida la fase final de materialización.

Con ello no se descartan el sin número de variables que influyen en las tomas de decisiones de los
diversos procesos constructivos en la obra, o incluso sus respectivas modificaciones y cambios de
última hora; pero así como mismo lleva su tiempo el proceso de materialización, debemos
comprender que también se requiere de tiempo, para desarrollar adecuadamente un buen proceso
de diseño. Así es como a cada tiempo se le exigirá por la labor que se le ha de presentar, de modo tal
que nunca haremos responsable al plomero cuando una columna interrumpe un acceso; porque este
tipo de problemática se debe visualizar y trabajar desde el proceso de diseño y concepción.

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Es entonces cuando pienso que la problemática mayor de la producción de lo arquitectónico estará
siempre planteada en los procesos de diseño; y aunque en este no dejan de hacer presencia
ingenieros, especialistas, dibujantes y hasta alguno que otro demandante o usuario exigente
habitador; siempre se va a requerir quien o quienes se ocupen de visualizar la resolución de todo el
problema en cuestión como unidad, que no sólo presenta variables en el ámbito de lo tecnológico
edificable y lo útil de su función, pues siempre quedará la búsqueda de nuestros deseos, todo aquello
que le da significado a lo bello de nuestra existencia y nos hace pertenecer a esa realidad imaginaria y
construida.

Por ello termino enamorado de mi profesión, siendo testigo claramente consciente de las
capacidades y aptitudes que he adquirido o incluso muchas otras que me falta experimentar o
conocer, para desempeñar mi papel (de arquitecto) tanto en los procesos de diseño como de
materialización, pues no me conformaré con ser sólo el dibujante o su interpretador, siempre estaré
dispuesto visualizar más allá, colaborar con pensamiento crítico y dar lo mejor de mí para tratar de
construir en cada proyecto que participe un futuro mejor.

Cabe señalar en este punto que me asumo como un ser en constante cambio y transformación, que
siempre intento escoger lo que al menos feliz me emociona, edifica o enamora; siempre en esa
búsqueda incesante de superación y perfección, como si se tratase de un proceso de diseño
interminable, porque al final eso es el ambiente construido, que se renueva con cada usuario
habitador y su pequeña intervención.

Por ello me gustaría culminar con ese pensamiento de Oscar Niemeyer donde menciona que:
"no existe una arquitectura ideal, la arquitectura ideal sería monotonía"; para así obligarnos a
reinventarnos como arquitectos cada día en este mundo dinámico, donde sería absurdo imaginarse
un pensamiento estático, más aún dentro de los procesos de diseño, donde el ingenio y la necesidad
de "ser" original y libre, exigen constantemente el cambio y modificación de las ideas que limitan
nuestra concepción.

Ensayo realizado para la materia: TEORÍA DEL DISEÑO. Posgrado Arquitectura UNAM
Dra. Dulce María Barrios y Ramos García

Arq. Leonardo Sánchez Betancourt

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