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ASIGNATURA: ECONOMIA, ESTADO Y POLITICA

ACTIVIDAD PRÁCTICA Nº 1 CASTEL, Robert Las metamorfosis de la cuestión social. Crónica del asalariado. Paidós Bs. As.
Páginas: 15 a 17 y 418 a 421
Grupo A (60’)
❑ Constituirse en grupos de 5 integrantes.
❑ Designar un secretario y un vocero del grupo.
❑ Leer los fragmentos texto provisto: La metamorfosis de la cuestión social. Una crónica del asalariado, de Robert Castel.
❑ En base a la lectura y considerando los casos proporcionados, identificar y argumentar:
a. Redes de sociabilidad primaria, flotante, secundarias y sistema de protecciones construidas y primarias en los cuales participan los sujetos
cuyas situaciones se presentan en los casos.
b. En que zonas podría ser incluido cada uno de estos casos. Argumentar

❑ Presentar los resultados en plenario.


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PRÓLOGO
….La sociología del trabajo no se plantea estas preguntas, y no pretendo introducirlas en esa disciplina. No obstante, en el intento de superar la
mera descripción empírica de estas situaciones, he encontrado que el análisis de una relación con el trabajo (o con la ausencia del trabajo, o con el
trabajo aleatorio) representaba un factor determinante para reubicarlas en la dinámica social que las constituye. No encaro aquí el trabajo en tanto
que relación técnica de producción, sino como un soporte privilegiado de inscripción en la estructura social. Existe, en efecto –se lo verificará en el
largo término–, una fuerte correlación entre el lugar que se ocupa en la división social del trabajo y la participación en las redes de sociabilidad y en
los sistemas de protección que "cubren" a un individuo ante los riesgos de la existencia. De allí la posibilidad de construir lo que yo llamaría
metafóricamente "zonas" de cohesión social. Entonces, la asociación "trabajo estable/inserción relacional sólida" caracteriza una zona de
integración. A la inversa, la ausencia de participación en alguna actividad productiva y el aislamiento relacional conjugan sus efectos negativos para
producir la exclusión, o más bien, como trataré de demostrarlo, la desafiliación. La vulnerabilidad social es una zona intermedia, inestable, que
conjuga la precariedad del trabajo y la fragilidad de los soportes de proximidad. Desde luego, estas asociaciones no actúan de una manera
mecánica. Por ejemplo, en numerosos grupos populares la precariedad de las condiciones de trabajo es a menudo compensada por la densidad de
las redes de protección cercana generadas por la vecindad. Sobre todo, estas configuraciones no están dadas de una vez para siempre. Si se
produce por ejemplo una crisis económica, con ascenso del desempleo y generalización del subempleo, la zona de vulnerabilidad se dilata, gana
terreno sobre la integración y alimenta la desafiliación. La composición de los equilibrios entre estas "zonas" puede entonces servir como indicador
privilegiado para evaluar la cohesión de un conjunto social en un momento dado. Por lo menos, ésta es la hipótesis que intentaré fundamentar.
Evidentemente, en el punto de partida se trata de un esquema formal. Sólo los análisis que la hipótesis hace posibles confirmarán su validez. No
obstante, haremos dos observaciones previas, para evitar contrasentidos sobre el alcance de tal construcción.
1
En primer lugar, este esquema de lectura no coincide exactamente con la estratificación social. Pueden existir grupos fuertemente integrados
aunque cuenten con pocos recursos. Es el caso de los artesanos en una estructura de tipo corporativo, que por lo general, a pesar de los ingresos
mediocres, asegura la estabilidad del empleo y protecciones sólidas contra los principales riesgos sociales. Más aún: existe una indigencia
integrada, como la de las poblaciones asistidas, en la cual la ausencia de recursos suscita el socorro en forma de "protección cercana" (capítulo 1).
La dimensión económica no es por lo tanto el rasgo distintivo esencial, y la cuestión planteada no es la pobreza, aunque los riesgos de
desestabilización pesen más sobre quienes carecen de reservas económicas. Por lo tanto, si bien los más ricos no son los afectados en primer
lugar, tampoco lo son necesariamente los "más pobres" o los "más carecientes" en tanto que tales. Lo que habrá que subrayar son más bien las
relaciones que existen entre la precariedad económica y la inestabilidad social2.
En segundo lugar, el modelo propuesto no es estático. Se trata menos de ubicar a los individuos en estas "zonas" que de aclarar los procesos que
los llevan de una zona a otra: por ejemplo, a pasar de la integración a la vulnerabilidad, o caer desde la vulnerabilidad en la inexistencia social3.
¿Cómo se alimentan estos espacios sociales, cómo se mantienen y, sobre todo, cómo se deshacen los estatutos? Por esta razón, en lugar del tema
hoy en día abundantemente orquestado de la exclusión, yo preferiría el de la desafiliación, para designar el desenlace de este proceso. No es ésta
una coquetería de vocabulario. La exclusión es inmóvil. Designa un estado o, más bien, estados de privación. Pero la simple constatación de las
carencias no permite captar los procesos que las generan. Para emplear con rigor una noción de ese tipo, congruente con un modelo de sociedad
dual, es necesario que se aplique a situaciones caracterizadas por una localización geográfica precisa, por la coherencia al menos relativa de una
cultura o de una subcultura y (esto es más frecuente) por una base étnica. Los guetos norteamericanos llenan esas condiciones, y a propósito de
ellos se puede hablar de una "under-class", aunque el concepto sea discutido. En Francia no hemos llegado a ese punto –por lo menos todavía.
Incluso el fenómeno “beur” * a pesar de la referencia a la etnicidad, no coincide con la cultura específica. A fortiori, no hay ninguna cultura común a
los diferentes grupos de excluidos.
Hablar de desafiliación, en cambio, no es confirmar una ruptura, sino retrasar un recorrido. El concepto pertenece al mismo campo semántico que la
disociación, la descalificación o la invalidación social. Desafiliado, disociado, invalidado, descalificado, ¿con relación a qué? Este es precisamente el
problema. Pero se advierte ya cuál ha de ser el registro de los análisis requeridos por esta elección. Habrá que reinscribir los déficits en trayectorias,
remitir a dinámicas más amplias, prestar atención a los puntos de inflexión generados por los estados límite. Buscar las relaciones entre la situación
en la que se está y aquella de la que se viene, no autonomizar las situaciones extremas sino vincular lo que sucede en las periferias y lo que llega al
centro. Desde ya se adivina también que, en ésta perspectiva, la zona de vulnerabilidad ocupa una posición estratégica. Reducida o controlada, ella
permite la estabilidad de la estructura social, sea en el marco de una sociedad unificada (una formación en la cual todos los miembros se beneficien
con seguridades fundamentales), sea bajo la forma de una sociedad dual consolidad (como la de Esparta, en la que prácticamente no existía
posiciones intermedias entre los ciudadanos de pleno derechos y los ilotas contenidos con firmeza). Al contrario, abierta en extensión, tal como
aparentemente hoy en día, la zona de vulnerabilidad alimenta las turbulencias que debilitan las situaciones logradas y deshacen las estabilidades
aseguradas. La observación vale para el largo término. La vulnerabilidad es una marejada secular que ha marcado la condición popular con el sello
de la incertidumbre, y casi siempre de la desdicha.
He titulado a este trabajo La metamorfosis de la cuestión social.
“Metamorfosis”, dialéctica de lo igual y lo diferente: identificar las transformaciones históricas de este modelo, subrayar lo que sus principales
cristalizaciones traen a la vez de nuevo y de lo permanente, así sea bajo formas que no permiten reconocerlas de inmediato. Pues, desde luego, los
contenidos concretos que recubren nociones como las de la estabilidad, precariedad o expulsión del empleo, inserción racional, fragilidad de los
soportes protectores o aislamiento social, son ahora muy diferentes de lo que fueron en las sociedades preindustriales…….
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2
*Joven magrebí nacido en Francia de padres inmigrantes.

2. Si las posiciones sociales elevadas pueden revelarse como endebles y amenazadas, el modelo propuesto resulta aplicable a los diferentes niveles de la estratificación social. He tratado de ponerlo a
prueba en una situación límite en la cima de la pirámide de la grandeza social: “Le roman de la désaffiliation, à propos de Tristan et Iseut” .Le débat, n° 61, septiembre de 1990. En cambio, aquí describiré
por ejemplo, los mecanismos desestabilizadores que el límite llevaban a la muerte social a “los obres de la tierra”, los vagabundos de las sociedades industriales, los subproletarios de los inicios de la
industrialización, y que afectan a los “beneficiarios ” del ingreso mínimo de inserción.

3. Sin negar que existan circulaciones de flujo en sentido inverso, es decir de movilidad ascendente. Pero, por las razones que acabo de exponer, yo me atendré sobre todo en las poblaciones
amenazadas por la invalidación social.

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CASO SILVANA:
Es trabajadora social, egresada de la UNNE en el año 2015. Antes de recibirse primero fue pasante en el Ministerio de Desarrollo Social
y luego becaria del Progresar; tenía muchas expectativas, de trabajar bien, ganar un buen sueldo y pasar a planta permanente en el
Ministerio cuando se recibía.
Cuando egreso otra fue la realidad, se encontró con la dificultad primero para encontrar trabajo y cuando lo encontró se tuvo que
inscribir como monotributista por lo cual debe facturar y pagar los impuestos correspondientes. Con lo cual de los $ 3000 que recibe, le
debe restar $ 345. Entre sus funciones debe visitar las familias para lo cual ocupa su moto y varias veces fue mordida por los perros de
los barrios. Como el dinero no le alcanza vende Avón, elabora informes socio ambiental a particulares y aún continua en la pensión
donde vivía como estudiante. Está muy preocupada por el futuro ya que los años pasan, tiene 25 años y no tiene seguridad de que va a
ocurrir con su vida, si va a poder constituir una familia, si va a poder contar con un ingreso seguro, si algún día podrá tener su propia
casa sin tener que compartir con otros la vivienda.
CASO ALICIA
Es una adolescente que abandonó la escuela secundaria en el año 2003, hasta el año 2009 integraba el grupo de los que no estudian ni
trabajan, hasta que en su localidad se lanzó el programa de terminalidad educativa, Jóvenes con más y mejor trabajo. Ella se inscribió y
ahora está concluyendo la escuela secundaria y a la vez integrada a un programa de formación laboral, mediante una pasantía en una
empresa, por lo cual recibe una beca de $ 400.- Ocasionalmente cuida los niños de una vecina cuando esta debe salir a realizar
trámites. Aún vive con sus padres y 7 hermanos. En general los adultos de la casa realizan trabajos ocasionales como changas y como
diaristas.

CASO PEDRO:
Pedro, nacido en el Paraguay, el mayor de 15 hermanos de diferentes uniones conyugales de su padre, hizo hasta tercer grado, cuando
tenía dos años sus padres migraron a la argentina, debido a que era jugador de fútbol vivió en Brasil y en otros lugares de la Argentina.
A los 25 años dejó de jugar al fútbol. Tuvo varias relaciones de las cuales tiene dos hijos. Comenzó a trabajar como obrero de la
construcción en varias obras y empresas. Antes de ser itinerante, vivía en la Bajada Vieja, donde actualmente se localiza la Av.
Costanera. Él era relocalizado de Yacyretá, tenía su casa en el barrio San Lorenzo, pero lentamente se instaló de manera definitiva en
la calle, junto a otras personas. Antes de fallecer, durante las mañanas, se dedicaba a cuidar los autos de los empleados del IPRODHA.
CASO FEDERICO: De 33 años es Lic. en Ciencias Económicas, en 2008 ingresó a trabajar a la sucursal Corrientes de un banco
internacional. En calidad de empleado de planta permanente cuenta con las cobertura de seguro y la seguridad social en los dos últimos
años participó de los cursos de capacitación propiciados por la entidad superando las evaluaciones, para cubrir un cargo el cargo de
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Sub gerente en la sede central cita en la Capital Federal, allí conoce a Mariana con quien se casa, poco tiempo tienen un niño. Para
diciembre de 2011, lo invitan a asumir la gerencia de una sucursal en la región de San Pablo Brasil, así con su familia se traslada a su
nuevo destino. Por su trabajo desempeño laboral percibe un salario de $ 80.000, más las bonificaciones por productividad, desarraigo,
etc.

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