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LA MENTE EN EL SER HUMANO

Es interesante como la cognición nos permite percibir nuestro entorno, aprender de éste y
recordar la información que hemos obtenido, así como solucionar problemas que surgen
durante la vida o comunicarnos con otras personas.

La definición más aceptada de cognición es la capacidad que tenemos los seres vivos de procesar
la información a partir de la percepción (estímulos que nos llegan del mundo exterior a través
de los sentidos), el conocimiento adquirido con la experiencia y nuestras características
subjetivas que nos permiten integrar toda esta información para valorar e interpretar el mundo.
La palabra cognición viene del latín "cognoscere", que significa conocer. Por lo tanto, cuando
hablamos de lo cognitivo normalmente nos estamos refiriendo a todo aquello que pertenece o
que está relacionado con el conocimiento, es decir, el cúmulo de información que hemos
adquirido gracias al aprendizaje o la experiencia.

Todos conocemos las 10 heurísticas de usabilidad propuestas por Nielsen, sin embargo
conversando recientemente con alumnos y otros colegas, me he dado cuenta que tal vez no
tengamos tan presente lo que subyace a éstas.

La sociedad tecnologizada depende cada vez más de internet, por lo que no resulta demasiado
extraño que esta facilidad de acceso a tan inmensa base de datos en línea afecte los procesos
humanos de pensamiento que aplicamos para solucionar problemas, recordar información y
aprender nuevos conocimientos.

El ser humano construye la representación del mundo que le rodea y de sí mismo a lo largo de
toda su vida, las bases de esta construcción se desarrollan durante sus primeros años de vida y
es sobre la base de éstas que se elaboran las primeras formas de representar y comprender el
mundo.

Ante la dicotomía obsoleta que opone la naturaleza a la cultura, Tomasello propone el

estudio de una tensión dialéctica crucial: la línea individual y cultural del desarrollo

cognitivo. El autor expone la necesidad de complementar los estudios filogenéticos de la

cognición con una aproximación histórica y ontogenética. Esta idea no es ninguna novedad

en los avatares de la psicología moderna. La psicología soviética en los inicios de Siglo XX,

liderada por Vigotsky y Luria, articuló su teoría de las denominadas funciones psíquicas

superiores en semejantes aproximaciones. Esta necesidad, señalada por Tomasello, tiene

como objeto dar respuesta a un enigma evolutivo: la velocidad con la cual la mente humana

adquirió características funcionales con implicaciones conductuales de enorme

trascendencia. La investigación en paleoantropología demuestra que “las primeras señales

convincentes de habilidades cognitivas exclusivas de la especie se verifican sólo en los

últimos 250.000 años, con el Homo Sapiens moderno” (Tomasello, 2007, p. 14).

Para mucha gente, el desarrollo del ser humano puede ser algo misterioso, un mundo reservado
a los filósofos o psicólogos profundos. Por ello, quisiera ofrecer una pincelada de lo que se sabe
hasta ahora sobre este tema, aunque rehuyendo de tecnicismos y palabras incomprensibles
para los que no están metidos en tales estudios específicos.

El cerebro de la especie humana, al nacer, se halla inacabado, inmaduro. Debido a esta


inmadurez el cerebro humano posee una gran plasticidad y unas valiosas habilidades para
adquirir conocimientos durante un dilatado período de tiempo, lo cual contribuye a
reestructurar complejas redes de interconexiones, formando genuinos circuitos neurales. En
esta modificabilidad, a partir del conocimiento, radica la gran capacidad de adaptación de los
humanos a las diversas condiciones ambientales. Sin embargo, para lograr una adaptación
exitosa al medio con el que interactuamos que incremente la probabilidad de supervivencia de
la especie, debemos ser capaces de extraer información (conocimientos) verídica y útil.
Debemos estar dotados de unos sensores (receptores) y sistemas perceptuales.

Es trágico que tan pocas personas "posean su alma" antes de morir. Dijo Emerson: "En el hombre
nada hay más raro que un acto propio". Es absolutamente cierto. La mayoría de la gente es otra.
Sus pensamientos son ajenos, sus vidas remedos, sus pasiones una cita Oscar Wilde, Epístola: in
carcere et vinculis (""De Profundis")

El proceso de evoución cultural acumulativa requiere no sólo invención creativa, sino también
algo no menos importante: una transmisión social fiel que pueda actuar como trinquete,
impidiendo el deslizamiento hacia atrás, de modo que el artefacto o la práctica modificados
puedan mantener más o menos fielmente su forma mejorada hasta que se produzca una nueva
modificación o mejora en el desarrollo de las sucesivas generaciones.

La lingüística, como área científica para el estudio del lenguaje, comienza a desarrollarse a inicios
del siglo XX. No obstante, en dichos años, de acuerdo a Álvarez (2010), el paradigma conductista
imperaba en los ámbitos académicos y científicos, y los fenómenos de la conciencia no eran
populares ni defendidos generalizadamente (al menos en Norteamérica). El conductismo dirige
la atención, principalmente, sobre las características del objeto, los sistemas de refuerzo y las
respuestas o conductas del individuo (Froufe, 2011). Así, durante la primera etapa del desarrollo
de la lingüística, predominó un interés sobre la estructura y funciones del lenguaje, observando
los elementos o componentes lingüísticos, sin considerar o dando escasa preponderancia a los
procesos cognitivos involucrados en su procesamiento.

Tradicionalmente, las ciencias sociales se han fundado en categorías de sentido común para

describir la realidad, de modo que aceptan tácitamente el principio de la folk psychology,

según el cual las personas actúan para conseguir aquello que desean, dadas unas creencias.

Sin embargo, aunque los deseos y las creencias puedan ser causas de la acción, no hay modo

de definir de forma conceptualmente independiente cada uno de estos elementos con el

fin de elaborar leyes de la acción que sean informativas y empíricamente corregibles o


ajustables. Se hace necesario substituir este sistema explicativo por otro que «divida la
naturaleza por sus articulaciones». Alejada del fallido programa de investigación conductista, la
ciencia social puede explorar nuevas vías para convertirse en una disciplina rigurosa equipada

con un conjunto de teorías que permitan reorganizar las valiosas observaciones disponibles y
sugerir nuevas hipótesis interdisciplinariamente integradas. Sin embargo, esto no
ocurrirá en la medida en que no haya forma de escapar a las limitaciones de la folk psychology.
El presente artículo trata de mostrar cómo la psicología evolucionaria, centrada en

los mecanismos evolucionados de procesamiento de información presentes en la mente

humana, proporcionaría la conexión causal necesaria entre la biología evolucionaria y los

complejos e irreductibles fenómenos sociales y culturales estudiados por sociólogos,


economistas, antropólogos e historiadores

“Una de sus características es que dirige la conducta pero no de manera específica; constituye
una preferencia”, expone. Por ejemplo, dice que observando a un animal podemos comprender
su motivación a través de su comportamiento: si busca comida, tiene miedo… “La motivación
sirve para explicar una diversidad compleja de la conducta”, indica.

De acuerdo al sentido común, conocer es la función de todo el cerebro. Si así fuera, el concepto
de cognición reemplazaría a los de mente, pensamiento, conocimiento, inteligencia y hasta los
conceptos de conciencia, emoción y de alma. Más aún, según el sentido común, a diferencia de
la función cerebral de conocer, se supone que la personalidad es sólo el conjunto de
características que diferencian a los seres humanos. Resulta pues de lo más llamativo, por decir
lo menos, que la psicología cognitiva se defina como la teoría que debe explicar toda la actividad
psíquica cerebral, tal vez con la excepción de un supuesto componente "emotivo-motivacional";
aunque, por otro lado, resulta decepcionante que con este esquema teórico sea imposible
definir la naturaleza de las relaciones entre cognición y conciencia, cognición y afectividad,
cognición y motivación, cognición y personalidad, entre otras dificultades no menos
importantes.

Nuestra época actual muy influida por la era de los artificios, ha hecho que los expertos en
cognición, explican la cognición de manera diferente y de acuerdo a sus especialidades o
intereses. Todo esto dentro del principio de la fragmentación de las ideas, esa que busca
diferentes aplicaciones practicas en la característica macro/micro artificial propia de la sociedad
industrial, es decir la visión y la perspectiva del proceso cognitivo en vez de ser de integración,
difiere en su contenido, si ésta es explicada por la psicología, la sociología, la filosofía, la
neurociencia, la cibernética o la informática, todas al servicio de una ideología "superior" sobre
la sociedad.

A medida que aumenta la cantidad de datos, se vuelve más y más difícil la tarea de procesar y
de dar sentido a los datos recogidos. La natural ambición y codicia humana no quiere verse
derrotada, desea usar cada bit de datos disponibles. Aquí es donde se hace imprescindible
contar con una computadora que vaya más allá de la realización de tareas pre-programadas y
que sea capaz de aprender sobre la marcha, sin interferencia humana. Para este tipo de
computación, necesitamos la cognición.

LA MENTE E UN PROCESO COMPLEJO.

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