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Gilda Holst
Biografía
Además de esto, su primera novela “Dar con ella” vio la luz en el 2000; su trabajo ha sido muy
reconocido a nivel nacional e internacional, tanto así que ha aparecido en un total de quince
antologías las cuales han sido publicadas en México, Hanover, Buenos Aires, Pittsburg,
Guayaquil y Quito, en años que van desde 1986 al 2001.
De acuerdo, al escritor venezolano, José Balza, él manifiesta que el estilo de Holst radica en
demostrar lo ilustrativo del poder literal y metafórico, la igualdad y la autoridad, la inequidad
de género y la transgresión, cuenta con un manejo del diálogo breve y las descripciones con
una marca distintiva, les otorga sensibilidad a sus palabras por medio de la densidad de sus
percepciones. Generalmente es agrupada junto a los escritores: Jorge Martillo, José Velasco
Mackenzie, Carolina Andrade, Aminta Buenaño y Liliana Miraglia, entre otros, formando parte
de una nueva generación denominada como la “nueva onda de narrativa guayaquileña”.
“Ayer soñé que estábamos comprando helados y él me decía "Qué caros que están los helados,
¿se acuerda cuando un palito costaba seis reales?", entonces yo le contestaba un poco brava
"Oiga, Ud. no puede acordarse de eso", y él se iba desilusionado. Uno siempre sueña cosas
estúpidas. Seré yo la que comentaré y hasta lo sorprenderé iniciando la conversación: "Qué
caros están los helados, ¿se acuerda cuando sólo costaban diez sucres?", y él no se dará cuenta
porque tengo un cuerpo pasable y dirá: "¡Sí, qué caros!", y luego diré "¡Qué lindo niño!", y él
contestará: "Es mi sobrino", y yo me alegraré de su engaño entonces dejaremos al niño
comiendo dos o tres helados e iremos a bañarnos al mar.
Estoy segura de que hoy sucederá lo que tiene que suceder porque ya se acercan y, por fin, hoy
si hay un heladero y está situado a igual distancia de los dos. Me levanto y él me mira; está
viendo a una mujer contenta que camina con paso grácil, se apoya en la heladera y levanta la
tapa para mirar como deslumbrada los distintos sabores de helados y escoge feliz el de manzana
y sabe que al levantar la vista él estará a su lado pidiendo otro helado y comprueba que,
definitivamente, tiene un cuerpo pasable de largo.”
Comentario
Este cuento escrito por Gilda Holst dentro de su libro “Turba de signos” demuestra
verdaderamente su dote como escritora. La narración hecha en primera persona capta al
instante la atención de lector, aquello sumado a que en ningún momento se vuelve demasiada
cargada de información o revuelto de metáforas, la lectura es rápida y se puede apreciar la
dedicación puesta en el texto. Sus descripciones son acertadas y esa herramienta que utiliza en
la protagonista para contar lo que pasará en un tiempo diferente al narrado, le da una distinción
de lo demás escrito. Su ubicación del espacio es familiar, debido a que se siente como si ella
supiera dónde está, en qué playa está ubicada. En general, su trabajo se merece todo lo que ha
logrado.
¿Debería o no ser parte del Canon ecuatoriano?
Referencia bibliográfica:
Holst, Gilda. Algo debe ocurrir. Turba de signos. Abrapalabra Editores. Guayaquil,
1995.