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CUARTA UNIDAD: LOS BIENES COMO OBJETO DE DERECHO

4.1.- Los Objetos del Derecho: Concepto y Clasificación.

A. Concepto.

Existen 2 conceptos de objeto del derecho, uno clásico y otro moderno:

i. Clásico: Es la entidad material o inmaterial, sobre la cual recae el interés implicado


en la relación y constituye el punto de incidencia de la tutela jurídica. El objeto resultaría,
de este modo, tutelado en orden a un interés propio. Tal interés lo suscita una entidad
distinta del mismo sujeto, la cual puede ser una cosa (un fundo, una joya, un crédito), o el
resultado de una idea (procedimiento científico, fórmula industrial, creación intelectual), o
una persona (el hijo, el cónyuge), o la utilidad proveniente de un servicio.

ii. moderno: La concepción moderna sostiene que el único objeto del derecho es la
conducta humana (sea de acción u omisión). Esta concepción suele llevar a algunos
partidarios a distinguir entre el objeto inmediato de los derechos que sería la conducta
humana y su objeto mediato o practico o substrato del derecho que sería la cosa a esa
conducta se refiere.

B. Entidades de que pueden ser objeto del Derecho

i. Los "actos" y "manifestaciones" humanas dentro de los cuales pueden distinguirse:

1.- Ciertas "manifestaciones" la propia persona – objeto de los derechos de la


personalidad.

2.- Los "actos" aislados de otras personas –objeto inmediato de los derechos de crédito.

3.- Ciertos "aspectos" de la vida de otras personas – objeto de ciertos derechos familiares
y públicos.
ii. Las "cosas" propiamente dichas, objetos inmediatos de los derechos reales y
objeto mediato de muchos derechos de crédito.

C. De las cosas corporales e incorporales.

1.- Del Concepto de cosa y sus características.

Para vivir en sociedad o en grupos, el hombre se ha dado cuenta, justamente, que para
satisfacer sus necesidades, las cosas deben ser repartidas de manera tal que sean
apropiadas por los hombres, produciéndose así en el ingreso de las cosas en el campo del
Derecho.

De esta manera en el derecho privado, una cosa es una porción delimitada e impersonal
del universo material, que es susceptible del dominio o poder humano, es decir, que es
posible de estar sujeta al poder del hombre. En esta definición se destaca las siguientes
cuatro características esenciales para que una realidad material sea considerada como
cosa:

a) Debe tratarse de un objeto material; los derechos (vide infra), las energías, un
patrimonio en cuanto tal no son cosa. Los bienes inmateriales (invenciones, dibujos,
modelos industriales, marcas de fábrica, obras artísticas, no son objetos de derechos
reales, pero pueden ser protegidos por otros derechos de dominio -patentes de invención,
patentes de dibujos industriales, patentes de modelos industriales y registros de marca de
fábrica y derechos autor.

b) Este objeto debe ser delimitado o estar delimitado, lo que significa que debe tener
sustantividad: debe existir por sí mismo, ser sustancia, presentar cierta cohesión. En
cuanto a los objetos que son sólidos, bien sea naturales o derivados de la naturaleza en si,
como el caso de una piedra, de una fruta, de un animal, de un árbol. También lo que
provienen en ciertos casos , de la intervención del hombre , como el caso de una mesa, de
una silla , de una hoja de papel ; y en cuantos a los objetos que son líquidos y gaseosos , la
cohesión les es atribuida por el recipiente que los contiene. Excepcionalmente, la unidad
jurídica de una cosa puede derivarse de razones económicas, como es el caso de un
enjambre de abejas o de un cumulo de arena o de piedras que constituyen una cosa única,
pero múltiple (cosa múltiple), a pesar de que desde el punto de vista físico, en ellas hay o
se encuentran muchos objetos: miles de abejas o de piedras, en los ejemplos señalados.

c) El objeto debe ser susceptible de apropiación en el sentido de que el dominio o


poderío humano sobre ese objeto sea posible. El sol y las estrellas, por los momentos al
menos, no son jurídicamente cosas, a diferencia de la luna en virtud de que su condición
jurídica en derecho internacional esta indeterminada. El aire libre y la luz, cuyo uso es
común a todos los hombres tampoco son cosas; esto mismo debe decirse del agua
fluyente, aun cuando sin la misma seguridad.

d) El objeto debe ser impersonal, el cuerpo de una persona viva no es una cosa; el
derecho a la integridad corporal es, por lo demás, uno de los derechos de la personalidad.
Las partes del cuerpo tampoco son cosa mientras y durante que forman parte del cuerpo
de una persona viva. Una vez separadas, se convierten en cosas, dándose la posibilidad de
su trasplante al cuero de otra persona, o ser objeto de uso con fines científicos o de
humanidad.

Los aparatos, prótesis o miembros artificiales que se fijan al cuerpo humano (el oro
utilizado en la dentadura o de una articulación artificial para permitir el movimiento de
miembros superiores o inferiores del ser humano) se asimilan a las partes naturales del
cuerpo humano en virtud de su función que es la de dar o permitir el bienestar físico del
hombre. Pero una peluca y una dentadura postiza si son cosas, por no afectar su
separación física la integridad anímica del cuerpo.

En si mismo considerado, el cadáver humano es una cosa, ya que la personalidad se


extingue con la muerte. El cadáver es resto humano. Pero su estatus jurídico, a pesar de
ello muy peculiar ya que los parientes cercanos del difunto tienen un derecho propio,
vinculado a la personalidad de cada uno de ellos, de disponer del cadáver, pudiéndose
incluso considerar el derecho del propio difunto de disponer de su cuerpo o de partes del
mismo para después de su muerte por vía testamentaria y de documento autentico,
debiéndose respetar dicha última voluntad.

2.- De Las cosas incorporales o derechos

Podemos decir que las cosas incorporales son entidades que carecen de corporeidad
material. El Código Civil, con un criterio muy discutible, asimila las cosas incorporales a los
derechos, al señalar el artículo 576 del Código Civil, que las cosas incorporales se dividen
en derechos reales y personales.

2.1.- Los derechos reales. El artículo 577 define al derecho real como aquél que
tenemos sobre una cosa sin respecto a determinada persona. Se concibe como una
relación persona - cosa, inmediata, absoluta; un derecho o poder en la cosa. Son derechos
reales el de dominio, el de herencia, los de usufructo, uso o habitación, los de
servidumbres activas, el de prenda y el de hipoteca.

Cuando este poder es completo, total, se está en presencia del derecho real
máximo, el dominio; pero también puede ser parcial, incompleto, como ocurre en los
demás derechos reales por ejemplo, en el usufructo, la hipoteca o la prenda.

En cuanto a los titulares del derecho real, puede ser una persona o varias, y en este último
caso estaremos ante una comunidad (que se llamará copropiedad, si recae tal comunidad
en el dominio).

La doctrina señala que en todo derecho real hay necesariamente dos elementos: a) El
sujeto activo o titular del derecho, que es quien tiene el poder de aprovecharse de la cosa,
en forma total o parcial. El propietario tiene un poder jurídico de aprovechamiento total,
porque puede no sólo usar y gozar de la cosa, sino también destruirla o consumirla
material o jurídicamente (enajenarla). Los titulares de los demás derechos reales tienen
únicamente un poder jurídico de aprovechamiento parcial, que puede ser mayor o menor
según el derecho real de que se trata y, b) La cosa objeto del derecho debe ser siempre
determinada individual o específicamente, porque como decía Planiol, el derecho real
tiene siempre por objeto garantizar el hecho de la posesión, que es necesariamente
concreto y que sólo puede existir tratándose de una cosa determinada.

Los derechos reales, por su contenido absoluto y directo sobre las cosas, están
establecidos por la ley. Generalmente, los códigos civiles efectúan una enumeración de los
derechos que deben considerarse como derechos reales, como acontece con el nuestro,
en el artículo 577. Lo anterior no impide, que otros preceptos legales establezcan otros
derechos reales, como ocurre en el artículo 579, referido al derecho de censo.

2.2.- Los derechos personales. El artículo 578 define a los derechos personales o
créditos como aquellos que sólo pueden reclamarse de ciertas personas, que, por un
hecho suyo o la sola disposición de la ley, han contraído las obligaciones correlativas.

El derecho personal es la contrapartida de la obligación del deudor. Tratándose de


esta clase de derechos, el acreedor tiene la facultad para exigir del deudor el
cumplimiento de una prestación, que podrá consistir en dar, hacer o no hacer.

A diferencia de lo que acontece con los derechos reales, los derechos personales
son ilimitados, pueden originarse libremente en la voluntad de los contratantes, sin
perjuicio naturalmente del respeto a la ley, la moral, el orden público y las buenas
costumbres.

En todo derecho personal distinguimos tres elementos: a) El sujeto activo del


derecho, llamado acreedor; b) El sujeto pasivo del derecho, denominado deudor; c) El
objeto del derecho, que puede consistir en una dación, la realización de un hecho positivo
o una abstención.

3.- De los bienes muebles e inmuebles y del dominio.

Las cosas corporales se dividen en muebles e inmuebles, según que ellas puedan o no
transportarse de un lugar a otro sin cambiar su naturaleza. En el derecho moderno, se
considera como la clasificación más importante de las cosas la que distingue entre
muebles e inmuebles. Por razones históricas, afincadas fundamentalmente en el derecho
medieval, se tendió a dar mayor protección jurídica a los inmuebles. La tendencia se
mantiene hasta nuestros días, no obstante, que con la industrialización del Siglo XIX en
adelante, aumentó considerablemente la manufactura de valiosos muebles.

La importancia práctica de la distinción entre bienes muebles e inmuebles, radica en que


el régimen jurídico de los muebles e inmuebles es diverso, cuestión que se aprecia en
distintos aspectos:

a) La compraventa de bienes inmuebles es un contrato solemne, que debe efectuarse


por escritura pública, mientras que la compraventa de bienes muebles es un contrato
consensual (artículos 1443 y 1801).

b) La tradición de los inmuebles se efectúa por la inscripción del título en el Registro


respectivo del Conservador de Bienes Raíces competente (artículo 686). La tradición de los
bienes muebles se realiza por la entrega material o simbólica de las cosas mediante uno
de los medios señalados en la ley (artículo 684), significando una de las partes a la otra
que le transfiere el dominio.

c) En materia de prescripción adquisitiva ordinaria, para los muebles se requiere un


plazo de 2 años, mientras que para los inmuebles el plazo es de 5 años: artículo 2508.

d) En lo que respecta a las cauciones reales, se establecen dos instituciones


diferentes, la prenda y la hipoteca, según la garantía sea un bien mueble o inmueble,
artículos 2384 y 2407.

e) Existiendo sociedad conyugal, el marido puede arrendar sin restricciones los bienes
muebles de la sociedad. En cambio, si se trata de bienes inmuebles urbanos o rústicos y el
arrendamiento excede de 5 u 8 años, respectivamente, requiere de la autorización de la
mujer o del juez en subsidio (artículo 1749).

3.1 Categorías de cosas corporales muebles e inmuebles.

En principio, la noción de inmueble está ligada a la de fijeza. El concepto de


inmueble, evoca una cosa que no es susceptible de trasladarse de un lugar a otro sin
alterar su naturaleza; el concepto de mueble corresponde a una cosa cuyo traslado es
posible sin ningún riesgo para su sustancia.
Pero la ley admite que una cosa mueble por naturaleza sea considerada inmueble y, a la
inversa, que una cosa inmueble, se repute mueble para constituir un derecho sobre ella
en favor de terceros. Teniendo presente lo expuesto, distinguimos entre: a) Bienes
muebles: por naturaleza y por anticipación y, b) Bienes inmuebles: por naturaleza,
adherencia y destinación.

3.1.1 Cosas corporales muebles. Son las que pueden trasladarse de un lugar a otro,
sin cambio o detrimento de su sustancia (artículo 567).

a) Bienes muebles por naturaleza. Son las cosas muebles propiamente tales, las que
por su esencia misma calzan con la definición legal. Se dividen en semovientes y cosas
inanimadas. Son semovientes las cosas corporales muebles que pueden trasladarse de un
lugar a otro moviéndose por sí mismas, como los animales. Son cosas inanimadas las que
sólo se mueven por una fuerza externa.

b) Bienes muebles por anticipación. Son aquellas cosas inmuebles por naturaleza, por
adherencia o por destinación que, para el efecto de constituir un derecho sobre ellas a
otra persona distinta al dueño, se reputan muebles aún antes de su separación del
inmueble del que forman parte, o al cual adhieren o al cual están permanentemente
destinados para su uso, cultivo o beneficio (artículo 571). Ejemplos de bienes muebles por
anticipación: la venta de la madera de un bosque o de la fruta de una plantación, antes de
derribar los árboles o cosechar la fruta, o la constitución de una prenda forestal o agraria
sobre tales productos y frutos.

3.1.2 Cosas corporales inmuebles.

a) Inmuebles por naturaleza. Son las cosas que responden esencialmente a la


definición de inmuebles, que no pueden trasladarse de un lugar a otro sin que se altere su
sustancia artículo 568.
Las tierras comprenden el suelo y el subsuelo, sin construcciones, árboles ni
plantaciones. Las minas son los depósitos de sustancias minerales formadas naturalmente
y existentes en el interior de las tierras. Las sustancias minerales extraídas de las minas
son muebles, pero la mina en sí misma siempre es una cosa inmueble.

b) Inmuebles por adherencia. Son aquellos que adhieren permanentemente a un


inmueble por naturaleza (como un árbol) o a otro inmueble por adherencia (como la
manzana que pende de la rama de un árbol, o como los cultivos en general). Por esta
adherencia o incorporación están inmovilizados y la ley los trata como inmuebles. El
Código Civil menciona, a vía de ejemplo, los árboles y las plantas que adhieren al suelo por
sus raíces, siempre que no se encuentren en macetas que puedan transportarse de un
lugar a otro (artículos 568 y 569). Conviene precisar que los productos de la tierra y los
frutos de los árboles, pueden encontrarse en tres posibles estados: i) mientras
permanecen adheridos a su fuente de origen, son inmuebles, por adherencia, pues
forman con ella un solo todo; ii) separados permanentemente, son muebles; y iii) se
reputan muebles, aún antes de su separación, para los efectos de constituir derechos
sobre ellos en favor de persona distinta que el dueño.

La jurisprudencia nacional ha declarado que deben reputarse inmuebles por


adherencia los durmientes, rieles y en general todas las obras de un ferrocarril; los
puentes, alcantarillados, terraplenes, etc., obras que se encuentran unidas al terreno
formando con él un solo todo; también las líneas telegráficas, que por su propia
naturaleza, deben considerarse permanentemente adheridas al suelo.

c) Inmuebles por destinación. Son aquellas cosas muebles que la ley reputa
inmuebles por una ficción, como consecuencia de estar destinadas permanentemente al
uso, cultivo o beneficio de un inmueble, no obstante de que puedan separarse sin
detrimento (artículo 570).

Los motivos de la ficción que constituyen los inmuebles por destinación son de
orden práctico. Se persigue evitar que con la separación de esas cosas se menoscabe la
utilidad o productividad económica del inmueble principal. Por ello, en principio (salvo
pacto en contrario), se entienden comprendidos los inmuebles por destinación en la venta
de una finca (artículo 1830), en la hipoteca sobre bienes raíces (artículo 2420), y en la
especie que se lega (artículo 1121).

4.- El dominio o propiedad

Como concepto general, entendemos la propiedad como el derecho que confiere al sujeto
el poder más amplio sobre una cosa. En principio, lo faculta para apropiarse, en forma
exclusiva, de todas las utilidades que un bien es capaz de proporcionar. En cambio, los
demás derechos reales otorgan poderes limitados sobre la cosa, sólo autorizan
aprovechamientos parciales.

Nuestro Código Civil define el dominio en su art. 582: “El dominio (que se llama también
propiedad) es el derecho real en una cosa corporal, para gozar y disponer de ella
arbitrariamente; no siendo contra la ley o contra derecho ajeno. La propiedad separada
del goce de la cosa se llama mera o nuda propiedad”.

4.1 Reconocimiento constitucional de la propiedad

La Constitución Política de la República consagra los principios fundamentales acerca del


derecho de propiedad. Específicamente, en el artículo 19 Ns. 23 y 24, que se refieren,
respectivamente, al derecho “a la propiedad” y de la protección de ésta, una vez adquirida
por su titular. Podemos sintetizar estas normas en los siguientes términos:

a. La Constitución consagra la libertad para adquirir el dominio de toda clase de bienes,


excepto aquellos que la naturaleza ha hecho comunes a todos los hombres o que deban
pertenecer a la nación toda y la ley lo declare así (es decir, las cosas incomerciables).

b. La Constitución asegura a todas las personas el derecho de propiedad en sus diversas


especies sobre toda clase de bienes corporales o incorporales. Al aludir la Constitución a
“las diversas especies” de propiedad, se pretende abarcar tanto aquella que se
reglamenta en el Código Civil, como las normadas en leyes especiales, como por ejemplo
la propiedad indígena. Hemos aclarado con antelación, que hay dominio tanto sobre cosas
corporales, como también sobre derechos.
c. Sólo la ley puede establecer los modos de adquirir la propiedad, de usar, gozar y
disponer de ella.

d. Sólo la ley puede establecer las limitaciones y obligaciones que deriven de la función
social de la propiedad. Esta función social comprende cuanto exijan: i) los intereses
generales de la nación; ii) la seguridad nacional; iii) la utilidad y la salubridad pública y; iv)
la conservación del patrimonio ambiental.

e. Nadie puede, en caso alguno, ser privado de su propiedad, del bien sobre que recae o
de alguno de los atributos o facultades esenciales del dominio, sino: i) En virtud de una ley
general o especial que autorice la expropiación; ii) Que dicha expropiación tenga por
causa la utilidad pública o el interés nacional; iii) Que dicha causa haya sido calificada por
el legislador.

4.2 Características del dominio

Según la doctrina clásica o tradicional, el dominio presenta las siguientes características:


es un derecho real; es un derecho absoluto; es un derecho exclusivo; y es un derecho
perpetuo.

a) Derecho real; es el derecho real por excelencia (arts. 577 y 582 del CC). Por ello, está
amparado por una acción real, la reivindicatoria (art. 889 del CC).

b) Derecho absoluto; el carácter absoluto del derecho de propiedad tiene dos alcances: i)
En primer lugar, significa que el dueño puede ejercitar sobre la cosa todas las facultades
posibles; ii) En segundo lugar, que tiene un poder soberano para usar, gozar y disponer de
ella a su arbitrio, sin que nadie pueda impedírselo.

c) Derecho exclusivo; por su esencia, supone un titular único facultado para usar, gozar y
disponer de la cosa, y por ende, para impedir la intromisión de cualquiera otra persona. En
otras palabras, el derecho de dominio se atribuye a un titular en forma privativa, de
manera que no puede haber dos o más propietarios sobre una misma cosa con poderes
absolutos. En otras palabras, esta característica impide que sobre una misma cosa existan
dos derechos independientes al mismo tiempo.
d) Derecho perpetuo, el dominio es perpetuo, en cuanto no está sujeto a limitación de
tiempo y puede durar tanto como la cosa; en sí mismo no lleva una razón de caducidad y
subsiste independientemente del ejercicio que se pueda hacer de él. Por tanto, el
propietario no pierde su derecho por no usar la cosa de que es dueño ni tampoco porque
un tercero, sin la voluntad del dueño o contra ella, ejerza actos de dominio. El propietario
sólo pierde su derecho si deja poseer la cosa por el tercero durante el tiempo requerido
por la ley para que éste adquiera el dominio de ella por prescripción (art. 2517 del CC).

4.3 Facultades inherentes al dominio.

El contenido de todo derecho subjetivo está formado por sus facultades. Estas son las
posibilidades o poderes que, al ejercitarse, permiten el aprovechamiento económico del
derecho. No constituyen en sí mismas derechos subjetivos, sino poderes secundarios de
actuación que dependen del derecho o poder principal.

Las facultades del dominio pueden clasificarse en materiales y jurídicas. Son materiales las
que se realizan mediante actos materiales que permiten el aprovechamiento del objeto
del derecho (uso, goce y consumo físico de la cosa); son facultades jurídicas o de
disposición, las que se realizan mediante actos jurídicos, dentro de los que se encuentran
los actos de disposición, que requieren precisamente de la facultad de disposición.

4.4 Diversas clases de propiedad.

a) Según su extensión o integridad de facultades, la propiedad puede ser plena o nuda.


Plena es aquella que autoriza al propietario para ejercer todas o la plenitud de las
facultades que contiene: uso, goce y disposición. Nuda propiedad, es la que no permite al
dueño ejercer las facultades de uso y goce, en razón de que sobre ella pesa el derecho real
de usufructo (art. 582, inc. 2º). Al dueño, le resta sólo la facultad de disposición, jurídica y
material.

b) Según su duración, se distingue entre propiedad absoluta, que no está sometida a


duración o término, y propiedad fiduciaria, que está sometida al evento de traspasarse a
otro si se cumple una condición (arts. 733 y 739).
c) Según el número de sus titulares o sujetos activos: propiedad individual, plural
(condominio o copropiedad) o colectiva, si el propietario es una persona, varias personas
(asumiendo a veces una forma “asociativa”, cuando se forma una persona jurídica, como
en el caso de las cooperativas) o el Estado.

d) Según el punto de vista de la naturaleza del objeto sobre el que recae: propiedad civil,
intelectual, industrial, minera, indígena, copropiedad inmobiliaria, etc.

4.5 La copropiedad.

Es el derecho de propiedad que sobre el total de una misma cosa y sobre cada una de sus
partes tienen dos o más personas conjuntamente. El derecho de cada copropietario recae
sobre toda la cosa y cada una de sus partes y no sobre una parte materialmente
determinada de la misma.

Sobre la Naturaleza jurídica de la copropiedad, existen dos teorías se han planteado para
explicarla:

a) La concepción clásica, inspirada en el Derecho Romano, sostiene que la copropiedad no


es un derecho esencialmente distinto del dominio, sino una simple forma, modalidad de
este. Sólo acontece que el dominio está fragmentado entre varios titulares; la parte de
cada propietario no es una parte material de la cosa, sino una parte ideal del derecho
entero.

b) Según otra concepción, propuesta entre otros por Capitant, la copropiedad constituye
un derecho real, pero distinto del dominio; otorga a su titular el derecho de adquirir parte
de los frutos o el uso de la cosa en ciertos casos, intervenir en la administración, la
facultad de pedir la partición de la cosa común, y de oponerse a los actos de enajenación
que pretendan realizar los otros copropietarios.

4.6 Modos de adquirir el dominio.

El modo de adquirir es el hecho o acto jurídico que produce efectivamente la adquisición


del dominio u otro derecho real. De ahí que suele expresarse que los modos de adquirir
son las fuentes de donde emanan los derechos reales. El art. 588, que no es una
disposición taxativa, enumera los siguientes modos de adquirir:

a) La ocupación (art. 606).

b) La accesión (art. 643).

c) La tradición (art. 670).

d) La sucesión por causa de muerte (art. 951).

e) La prescripción adquisitiva (art. 2492).

A los anteriores, cabe añadir la ley, que si bien no está mencionada por el art. 588, se
agrega entre los modos de adquirir, pues en ciertos casos opera como tal: por ejemplo, el
usufructo legal del padre o madre sobre los bienes del hijo no emancipado y el del marido
sobre los bienes de la mujer (art. 810) o el usufructo legal consagrado en favor del
beneficiario de una donación revocable (art. 1140). De la misma forma, la jurisprudencia
ha declarado reiteradamente que una ley de expropiación sirve de título y modo de
adquirir el bien expropiado.

Por su parte el título es el hecho o acto jurídico que sirve de antecedente para la
adquisición del dominio u otro derecho real.

5.- Derechos personalísimos.

Como ya lo hemos dicho, el derecho existe para el hombre y es creación del hombre; la
persona natural es siempre la destinataria mediata o inmediata de la norma jurídica.

Desde el momento del nacimiento -y aún antes- cada persona tiene derecho a una
protección jurídica integral, que abarca no solamente su supervivencia y desarrollo
biológico, sino que se extiende también a su integridad moral, a su dignidad y a su
libertad.

No obstante lo anterior, solamente a partir de mediados del Siglo XX, y en especial por
influencia del Código Civil italiano de 1942, la tradición civilística agregó a los “atributos”
tradicionales (atributos de la personalidad) los llamados “derechos de la personalidad”,
denominados también por algunos “jus in se ipsum”, dentro de los que se encuentran:
derecho a la vida, derecho a la integridad física y psíquica, derecho al honor, derecho a la
libertad, derecho a la actividad vital y al trabajo, derecho a la privacidad o intimidad,
derecho a la identidad personal, derecho a disponer de partes separadas del cuerpo, etc,.

Los derechos de la personalidad o personalísimos no son más que el resultado de la


privatización de los derechos públicos subjetivos, que la mayoría de las Constituciones
Políticas acogieron primeramente bajo el nombre de “garantías constitucionales” y que se
conocen hoy con la denominación de “derechos humanos”.

Una definición posible, de los derechos de la personalidad seria aquella que indica que son
bienes jurídicos subjetivos protegidos por el derecho positivo, que si bien no confieren
facultades, sólo se manifiestan cuando un tercero los vulnera naciendo el derecho para
exigir su respeto, mientras no sea así, ese derecho se mantiene latente.

En la actual evolución jurídica, una persona natural se encuentra resguardada por los
derechos humanos que contemplan las Constituciones Políticas y los Tratados
Internacionales en vigencia en el país de que se trate, por los derechos protegidos por el
ordenamiento penal, así como por los derechos y atributos de la personalidad
contemplados en la legislación civil.

5.2 Los autores clásicos han caracterizado los derechos esenciales de las personas
naturales con los siguientes atributos:

a) Son innatos y anteriores al Estado. Esta característica fue sostenida a partir del Siglo
XVIII por el Iusnaturalismo o Escuela de Derecho Natural. Según ella, el hombre posee, por
esencia, ciertos derechos fundamentales e inalienables, anteriores y superiores al Estado,
derechos que no le incumbe al ordenamiento jurídico otorgar, sino reconocer y sancionar.
Nuevas corrientes filosóficas jurídicas, y que son la corriente dominante en estos días
cree, en cambio, que los derechos de las personas o derechos humanos tienen un
fundamento suprajurídico, es decir, se generan en la colectividad humana como
exigencias éticas en torno al concepto de dignidad del hombre y en consecuencia, no
preexisten en una especie de limbo metafísico prejurídico. Señalan además, que la
colectividad humana es portadora de valores, los cuales varían históricamente conforme a
los intereses de las épocas y dan contenido a las culturas.

b) Son absolutos, esto significa, que su respeto puede imponerse y exigirse de cualquier
individuo, pueden oponerse a todos sin distinción, son erga omnes, tienen un sujeto
pasivo universal. En efecto, todos los hombres, sin exclusión, deben respetar el derecho a
la vida, a la integridad física y moral, al honor, etc., de los demás. Lo dicho no significa que
los titulares de estos derechos esenciales tengan en su ejercicio un poder arbitrario e
irresponsable. Todo derecho se ejerce dentro de un contexto social y reconoce los límites
de los intereses colectivos, de la ley, la moral y el orden público y no puede ser ejercido
con abuso o lesión de los derechos de terceros

c) Son extrapatrimoniales, es decir, no son susceptibles de apreciación pecuniaria. Ello no


obsta para que su violación pueda dar origen a ilícitos penales y civiles y en consecuencia,
generar efectos pecuniarios por la vía de la reparación de los daños materiales y morales
que se hayan causado.

d) Son irrenunciables e incomerciables, no están sujetos a disposición por parte de sus


titulares y se encuentran fuera del comercio y del mercado. Como consecuencia, son
inalienables, intransferibles, intrasmisibles, inembargables e imprescriptibles.

e) Son originarios, esto es, aparecen espontáneamente en la persona de su titular, y no


requieren que otro titular anterior se los ceda, transfiera o traspase.

5.3 Enumeración de los derechos de la personalidad, según el profesor Fernando Fueyo:

a) Derechos de la personalidad que protegen la integridad física del titular. Entre ellos, se
encuentran el derecho a la vida, el derecho a la integridad física, el derecho a disponer de
partes separadas del cuerpo, el derecho a la integridad psíquica, el derecho a la salud, el
derecho a vivir en un ambiente libre de contaminación y el derecho a disponer de su
propio cadáver para trasplantes y otros fines.
b) Derechos de la personalidad que protegen la integridad espiritual del titular. Entre
ellos, el profesor Fueyo señala el derecho al honor, el derecho a la propia imagen, el
derecho a la intimidad, reserva o secreto (objeto de nuestra atención en esta ponencia), el
derecho a toda forma de comunicación privada, la inviolabilidad del hogar y la igualdad
ante la ley

c) Derechos de la personalidad que aseguran la libertad del titular, entre las cuales el
profesor Fueyo ubica la libertad y la seguridad personales, la libertad de conciencia y
culto, la libertad de enseñanza, la libertad de expresión y la libertad de trabajo.

d) Derechos de la personalidad que protegen el desarrollo personal y espiritual, como el


derecho a la educación, el derecho a la información o publicidad, el derecho a reunirse
pacíficamente, el derecho a asociarse, el derecho a la seguridad social, el derecho a la
sindicalización, el derecho a desarrollar cualquier actividad económica lícita, el derecho a
presentar peticiones, el derecho de propiedad, el derecho patrimonial de autor y la
propiedad industrial.

e) Derechos de la personalidad que se refieren a las relaciones de familia, como los que
norman las relaciones entre los cónyuges o entre padres e hijos.

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