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“La Participación en la Adquisición

de Materiales de Historia en las


Bibliotecas de los Liceos N° 1 y N°
5”

Instituto de Profesores Artigas (IPA)


3°A Historia
Año 2019
Investigación Educativa
Prof. Ana María Faedo

Francisco Doti Tori - CI: 4.647.392-4 / 099982377


Darío Larroude Álvarez - CI: 4.929.737-3 / 091758929
Vittorio Lecchini González - CI: 4.645.260-1 / 099074464
Resumen: Dentro de la realidad del Uruguay y también del mundo, existen
distintas formas de participación institucional que no tienen fuerza de coacción,
si partimos de la realidad empírica de los actores que pasan una y otra vez por
las puertas de los centros educativos. Para estudiar los porqué de esta situación
o analizar sus vicisitudes, es preciso centrarse en un área específica que viene
siendo medianamente valorada en la realidad institucional cotidiana; la
Biblioteca. Sus funciones, funcionarios, servicios y abastecimiento, entre otras
cuestiones, están en tela de juicio a la hora de fijar la mirada en ellas. Más aún
si nos centramos en una sección todavía más precisa; los materiales de Historia.
La toma de decisiones en cuanto a la adquisición, disposición y designación de
presupuesto para libros u escritos relacionados con esta asignatura será el área
de estudio donde la participación educativa será puesta a colación en las
siguientes páginas.

Abstract: Inside the reality of Uruguay and also of the world, there are different
forms of institutional participation that have no force of coercion, if we start from
the empirical reality of the actors who pass again and again through the doors of
the educational centers. To study the reasons for this situation or analyze its
vicissitudes, it is necessary to focus on a specific area that has been moderately
valued in everyday institutional reality; the library. Its functions, officials, services
and supply, among other issues, are in question when it comes to looking at them.
Even more if we focus on an even more precise section; History materials. The
decision making regarding the acquisition, disposition and designation of budget
for books or writings related to this subject will be the area of study where the
educational participation will be brought up in the following pages.

CAPÍTULO I
Marco Teórico: de la Participación, las Bibliotecas y las leyes acordes.

La presente investigación buscará analizar las diferentes formas de participación


dentro de la biblioteca en cuanto a la adquisición de los materiales. Si bien nos
centraremos en lo concerniente a la asignatura Historia, debemos aquí en esta
fundamentación precisar algunos aspectos genéricos, con base a diferentes
fuentes nacionales, regionales e internacionales relacionadas con el ámbito
educativo y el tema en cuestión.
Según el Departamento de Educación del Gobierno de Navarra, la participación
educativa consiste en fomentar la corresponsabilidad social en la educación.
¿Pero la corresponsabilidad de quienes? Se habla de la familia, el profesorado,
los centros escolares, las instituciones y los núcleos de opinión, formándose así
una estructura heterogénea que apueste al diálogo a la hora de tomar
decisiones. Esta conceptualización es muy importante a la hora de afrontar un
trabajo de esta envergadura; la definición que aporta este organismo español
alega de antemano una actitud cooperativa, libre de personalismos; como
asegura Elliot “(...) no debería existir “derechos automáticos” delegados a las
máximas autoridades de las instituciones”. Todos los actores implicados en una
deliberación que tiene como objeto llegar a una decisión concreta, deben actuar
de manera estrictamente conjunta e igualitaria. A sabiendas que esto en nuestro
país es casi una utopía, se escogió esta definición a modo de introducir
genéricamente el tema; hallar las respuestas a la desigualdad deliberativa es
nuestro objetivo y por tanto, destacar a las posibles personas u organismos que
habitualmente forman parte, es un inicio.
Para acercarnos a la realidad de la participación en América Latina
consideramos conveniente aludir en este punto a Torres Castillo (2012), que en
un fragmento de su tesis de maestría (presentada en la Universidad Libre de
Colombia) reflexiona sobre los informes del PRELAC (Project National Education
for Latin American Caribbean), coordinado por la UNESCO y cuyo espectro se
eleva a nivel regional, por todo el Caribe. En el año 2002 este ente concluyó que
“ (...) para que en las instituciones educativas existan
verdaderos cambios en la gestión educativa es indispensable que
las diferentes reestructuraciones a los sistemas educativos se
vayan dando en forma pausada y progresiva, donde se evidencie
la participación activa de los docentes, donde se apropien de los
diferentes procesos de la escuela, propiciándoles además el
tiempo para realizar la planeación de las actividades escolares(...)
(Torres Castillo, 2012, 15).
Aquí claramente se refiere al rol docente; esto puede visualizarse en los
postulados de Stenhouse (1987, 203) “(...) vinculados a las problemáticas de los
profesores hoy en día, en donde la falta de tiempo -además de representar una
dificultad a la hora de realizar una investigación- no le permite dedicarse de lleno
en los asuntos institucionales de fuerza mayor; aunque por supuesto, existen
excepciones, se comprende que el problema del tiempo es un ítem a corregir al
momento de pensar en una participación”.
Por tanto, Torres Castillo, siempre basándose en los informes del PRELAC,
aboga por un docente que se sienta comprometido y más que nada protagonista;
para ello, no deben estar sistematizados en un nivel de participación estático y
vertical, sino que deben generarse para ellos “(...) espacios de participación y
discusión en todas las decisiones que toma la institución” (Torres Castillo,
2012,15).
Asimismo, el segundo de los ejes de la articulación de la gestión escolar,
presentes en el informe de 2010 de la OIE (Organización de Estados
Iberoamericanos) apunta en la misma dirección: "(...) la relación entre los
diferentes actores educativos, donde se brindan espacios para que cada uno de
ellos se involucre en los diferentes procesos que se tejen al interior de la
institución (...)" (Torres Castillo, 2012, 16). Estas declaraciones llevan el asunto
a terrenos más allá del rol docente; entendiendo que deben imbricarse todos los
actores institucionales -en especial, los que hemos mencionado-, también deben
relacionarse entre ellos dentro de un espacio profesional conferido por las
autoridades competentes. Aquí podemos referirnos a los postulados de
Saballs (..) en cuanto al liderazgo. El líder tiene como tarea nuclear tomar la
iniciativa, de forma democrática y nunca autoritaria. Esto último debe ser utilizado
como variable fundamental para el tema en cuestión, ya que la existencia o no
de un “líder democrático” a nivel institucional pauta su grado de injerencia en los
asuntos internos. Para Saballs (2001) y Elliot (1991), las deliberaciones deben
siempre ejecutarse con espíritu corporativista, no compartimentado; los líderes y
las autoridades deben propiciar un colaboracionismo.
Nancy Carolina Melo, Secretaria de Educación Distrital en Bogotá, es muy clara
en esto. Según su artículo publicado en 2014, los mandatos constitucionales,
normas legales y actos administrativos no se han conjugado para cumplir los
objetivos de la política educativa en general. Esto se debe a la ineficacia de la
participación de docentes y directivos de las instituciones. Parece evidenciarse
una falsa apreciación de los directivos, no se tiene en cuenta el desarrollo de
principios y la promoción de programas y actividades en búsqueda permanente
del mejoramiento de su calidad y excelencia. Esto nos remite a un problema ya
“clásico”; una estructura de mando en el sistema educativo en sentido piramidal.
Para la autora, la “invisibilización (de los docentes y demás actores aquí
destacados) genera apatía y desmotivación que impide la obtención de los
objetivos de la política educativa trazada en los planes de desarrollo...”.
Los ejemplos aquí utilizados referidos al país colombiano son adecuados, puesto
que dicha nación se encuentra en proceso de Reforma Educativa a nivel distrital,
dirigida por el Estado. Sabiendo que a la investigación presente no compete esta
reforma, ya que apunta a factores que se distancian de nuestro objetivo, no se
explicitará.

Es conveniente entonces, proseguir este marco teórico aludiendo al rol de las


bibliotecas en las instituciones educativas uruguayas, de manera de ir
acercándose a por estos lares.
Tradicionalmente, el rol asignado a las bibliotecas liceales en Uruguay fue apoyar
el aprendizaje de los estudiantes y la labor docente, dejando en un segundo
plano el enriquecimiento cultural de la comunidad. En este sentido va una de las
definiciones más extensas al respecto, presente en la circular del CES titulada
Reglamento de préstamo:
La Biblioteca liceal tiene como finalidad principal servir de
apoyo al cuerpo docente en su tarea educativa y brindar ayuda al
estudiante durante el proceso de aprendizaje, poniendo a su
disposición el máximo posible de textos y libros de consulta
adaptados a los programas vigentes de las asignaturas que debe
cursar, así como satisfacer otros intereses de orden cultural.
Por su parte, la concepción actual del rol de la biblioteca liceal se hace eco de
esa tradición, pero también introduce nuevos elementos. Como señala el
documento de la Biblioteca Central de Educación Secundaria titulado Manual de
biblioteca en su apartado La biblioteca: Espacio interactivo, esta es:
(...) un instrumento de desarrollo del currículo,
generadora de hábitos de estudio basados en la consulta a
diferentes fuentes de información; permite el fomento de la lectura
y la formación de una actitud científica; prepara al alumno para un
aprendizaje permanente; fomenta la creatividad, la comunicación;
facilita la recreación; apoya a los docentes en su capacitación y
les ofrece la información necesaria para el trabajo en el aula.
He aquí que esta información se conectará con los aspectos jurídicos formales.
Por ello es necesario a continuación desarrollar cuál es el estado del derecho
educativo en referencia a esta problemática. ¿Cuál es la política educativa
llevada a cabo al día de hoy? ¿Qué aspectos se tienen en cuenta? ¿Cuáles no
están considerados? Y de los sí están considerados, ¿Cuál es su criterio para
llevarlo a cabo? ¿De qué manera? ¿Con qué propósitos? ¿Cuál es la condición
legal de los actores implicados? Para responder estas preguntas estudiamos la
Ley General de Educación No 18.437, la Ley de Presupuesto para los años 2015-
2019, el Informe de la INEEd sobre el estado de la educación en Uruguay entre
2015-2015 y los Estatutos del Estudiante y Funcionario Docente.

En este sentido, el artículo 9 de la Ley General de Educación que trata


específicamente la participación, perteneciente al capítulo II “De los principios de
la educación”, establece que: “La participación es un principio fundamental de la
educación, en tanto el educando debe ser sujeto activo en el proceso educativo,
para apropiarse en forma crítica, responsable y creativa de los saberes. Las
metodologías que se apliquen deben favorecer la formación ciudadana y la
autonomía de las personas”. Para ello, se desarrollan diversas políticas
educativas para lograr dichos propósitos (además de los seleccionados para
este trabajo) explicitadas en el Capítulo III, artículo 13, en donde se establecen
los fines que se persiguen, entre ellos se encuentran la promoción de justicia,
democracia e inclusión social para procurar que las personas adquieran
aprendizajes que les permitan un desarrollo integral del ciudadano. Para ello,
continúa, “la educación deberá contemplar los diferentes contextos, necesidades
e intereses, para que todas las personas puedan apropiarse y desarrollar los
contenidos de la cultura local, nacional, regional y mundial.”
Esto lleva a preguntarnos ¿Esto es así? ¿Son todas las personas capaces de
apropiarse y desarrollar los contenidos de la cultura? ¿Cómo se lleva a cabo
esto?
En el capítulo II del Estatuto del Funcionario Docente llamado “De los derechos
y deberes específicos del funcionario docente”, el inciso G del artículo 3
establece que son deberes específicos de éstos el “cumplir y hacer cumplir las
disposiciones legales y reglamentarias del Ente [estudiante] y respetar el orden
de las jerarquías funcionales”. Esto implica que es el docente el responsable de
llevar a la práctica cotidiana las disposiciones reglamentarias propuestas por el
gobierno. Pero ¿Es el docente un funcionario capacitado para contemplar los
diferentes contextos, necesidades e intereses del estudiantado?
Los resultados que arroja el informe de la INEEd sobre el estado de la educación
en Uruguay entre los años 2015-2016 publicado en 2017 informa que, en nuestro
país, un 14% de los adolescentes de 15 años no asiste a la educación obligatoria,
mientras que quienes sí lo hacen, un 40% de los estudiantes de Educación Media
no alcanza los logros mínimos en lecturas y ciencias, mientras que un 52% no lo
logra en matemáticas. Esto nos da la pauta de que hay una falla importante en
la puesta en práctica de esta política y/o que el docente se encuentra saturado
en cuanto a las realidad heterogénea que la actualidad le impone.

Sin embargo, el Estatuto del Estudiante establece como objetivo principal en el


artículo 1 el “desarrollar los principios fundamentales tendientes a asegurar al
educando el ejercicio de una ciudadanía plena y la inserción en la sociedad, con
conocimientos de sus derechos y responsabilidades.” Para ello, los fines de la
educación del joven se encaminarán al (artículo 3) desarrollar la personalidad,
las aptitudes y la capacidad mental, y física del educando. Fomentar el respeto
de los derechos humanos, de sus padres, de su identidad cultural, de su idioma,
de los valores nacionales en conjunto con la valoración de las civilizaciones
distintas a la propia, es decir, en tolerancia.

En este sentido, el Informe de la INEEd considera que “el clima de convivencia


permite caracterizar las relaciones interpersonales entre estudiantes, docentes y
familias. Éstas se enmarcan en un contexto escolar determinado, caracterizado
por ciertas prácticas de participación y comunicación, y normas que las regulan.”
(pág. 121) Por clima de convivencia escolar el informe lo entiende en cuanto a la
calidad de las relaciones interpersonales percibidas y experimentadas por los
miembros del centro educativo y al contexto en que estas interacciones tienen
lugar. Por lo tanto, la INEEd considera como cuestiones recíprocas la
participación con el clima de convivencia, ya que la participación alude a los
procesos en que se comparten las decisiones que afectan la vida propia y la de
la comunidad educativa. Esta definición de participación alude a un proceso de
aprendizaje gradual en el que el alumnado se involucre en la toma de decisiones
en diferentes etapas. “La participación como pilar fundamental para el ejercicio
de la ciudadanía en el centro educativo implica el aprendizaje a partir de la
práctica. No sería un fin a ser alcanzado, sino un ejercicio cotidiano. Convivir
democráticamente en la institución escolar requiere explicitar los ámbitos de
participación, de opinión y de deliberación de cada uno de los actores, de
acuerdo con los roles y funciones que estos desarrollan en la comunidad
educativa.” (pág. 123)

En este sentido, el artículo 76 de la Ley General de Educación, perteneciente al


capítulo X sobre los Consejos de Participación, establece que “en todo centro
educativo público de Educación Inicial, Primaria, Media Básica y Media Superior
y Educación Técnico-Profesional, funcionará un Consejo de Participación
integrado por: estudiantes o participantes, educadores o docentes, madres,
padres o responsables, y representantes de la comunidad. Los respectivos
Consejos de Educación reglamentarán su forma de elección y funcionamiento.
Los Consejos de Participación de Centro Educativos de Educación Media
Básica, Educación Media Superior y Educación Técnico-Profesional (UTU)
deberán incluir entre sus miembros, al menos un tercio de representantes
estudiantiles.”

Es importante tener en cuenta la asignación de recursos a la educación


promovida por la Ley de Presupuesto para los años 2015-2019 en donde del total
de recursos previstos para 2016 y 2017, la educación recibe el 40%. Es en este
caso, la mayor asignación de los fondos incrementales. Esto se divide en 1.875
millones de pesos para la ANEP en 2016 y 3.994 millones de pesos en 2017.
La propuesta presupuestal para la educación incluye además otras asignaciones
incrementales para la UTEC, Plan CEIBAL, MEC, INEEd, UDAS y los
componentes educativos asociados a la investigación. Además, un crédito
adicional de 100 millones de pesos para la contratación de los docentes que
requiere la ampliación de la oferta de carreras en UTEC en 2017.

CAPÍTULO II
Sobre el Problema de la Investigación y sus Objetivos.

 Problema de la investigación.
La presente investigación buscará discernir el grado de participación educativa
en lo relativo a la adquisición de los materiales de Historia. Se utilizará como
centros experimentales los Liceos N°1 y N°5. Pero para esto se debe
embanderar, en primera instancia, el papel de las Bibliotecas de estos liceos;
estas albergan dichos materiales y cualquier funcionario u alumno puede
acceder a ellos. Sin embargo, ante esta situación surgen preguntas recurrentes
que definen el objetivo de este trabajo; ¿Hasta que punto están adecuadamente
provistas de materiales de Historia, las bibliotecas de estas instituciones? ¿De
qué forma se toman las decisiones en cuanto a la adquisición de los materiales
y la asignación de presupuesto?
Las réplicas a estas interrogantes son amplias, provisorias o a veces
inexistentes. La homogeneización disciplinar a nivel bibliotecario es un aspecto
que incluso trasciende a la propia institución, conduciendo a los niveles más altos
del sistema educativo. No obstante, la investigación buscará identificar ciertos
focos de corporativismo; si existen o no, su grado de injerencia y el papel de sus
líderes y autoridades, en pos de un mejor funcionamiento de la Biblioteca. De
este modo, se medirá si los docentes de Historia que trabajan allí tienen o no la
posibilidad de acceso a material de renombre, actualizado y correlativo a los
currículos.

 Objetivos de la investigación.

Se es consciente que estos focos de corporativismo, traducido en Proyectos de


Centro o iniciativas informales de funcionarios preocupados por el asunto, no se
cierran solamente al ámbito bibliotecario; otros factores de gran importancia
entran aquí. Sin embargo, se considera a la Biblioteca como un espacio
fundamental a la hora de dar clase, de ingresar a las aulas; y por tanto, se erige
como un organismo que no debe ser tomado a la ligera, en el sentido de que su
abastecimiento no debe ceñirse a un simple mandato vertical. De esta manera,
la presente investigación tendrá como objetivo general medir esta verticalidad,
dentro de las instituciones citadas, a la hora de tomar decisiones que refieran a
la situación bibliotecaria en cuanto a los materiales de Historia.
Los objetivos específicos nos llevan a las profundidades y a las vicisitudes de las
instituciones que se tomaron como centros experimentales. Se trata de una
investigación cuyo método será gradual y con un alto enfoque cualitativo,
buscando siempre otorgar un significado a las acciones humanas y a la vida
social. Por supuesto que aquí ingresarán variables fácticas, números que se
tendrán que manejar para llegar a la conclusión pertinente; no obstante, a
sabiendas de que cada funcionario tiene su propia visión de su entorno y se sitúa
dentro de un contexto determinado por el marco de su experiencia y sentidos, la
investigación pretenderá concientizar a los actores implicados en la situación
bibliotecaria.
Por tanto, aquí se alude a: conocer determinados aspectos del funcionamiento
de las bibliotecas liceales; identificar a los actores involucrados en las decisiones
de la adquisición de material de Historia para las bibliotecas de estas
instituciones; conocer la autopercepción de los actores involucrados sobre su rol
en estos procesos; y finalmente conocer o identificar la incidencia presupuestal
en la adquisición los materiales en cuestión.

CAPÍTULO III
Sobre los términos, las variables y el modelo de análisis.

● Definición de términos:
Biblioteca: En este caso nos remitiremos a la definición de biblioteca dada por
ANEP en el ya citado documento Manual de bibliotecas
La biblioteca liceal, formando parte de la enseñanza media,
es hoy una institución del sistema social, que reúne y organiza
materiales bibliográficos, audiovisuales y otros medios y los pone
a disposición de la comunidad educativa.
Constituye parte integral del sistema educativo, compartiendo sus
objetivos, metas y fines. Es un instrumento de desarrollo del
currículo, generadora de hábitos de estudio basados en la consulta
a diferentes fuentes de información; permite el fomento de la
lectura y la formación de una actitud científica; prepara al alumno
para un aprendizaje permanente; fomenta la creatividad; la
comunicación, facilita la recreación; apoya a los docentes en
su capacitación y les ofrece la información necesaria para el
trabajo en el aula.” ()

Institución: Entendemos por institución el concepto manejado por el sociólogo


francés François Dubet en su obra “El declive de la institución” (2006) en donde
propone como término del mismo a la mayor parte de los hechos sociales que
están organizados, transmitidos de una generación a otra imponiéndose a los
individuos. En este sentido, las instituciones designan todas las actividades
regidas por anticipaciones estables o recíprocas. Son ellas las organizaciones,
costumbres, hábitos, etc. referidas a maneras de ser, objetos, maneras de
pensar en donde cada aspecto de la vida social puede referirse a una institución.
Por ello, tomando las palabras de Durkheim, una institución puede ser entendida
como todas las creencias y modos de conducta instituidos por la colectividad.
Por lo tanto, lo que refiere a una institución escolar en sentido “dubetiano” sería
un corpus de contenidos científicos organizados y transmitidos jerárquicamente
de generación en generación. Es, al mismo tiempo, no sólo un espacio de
aprendizaje, sino también de cohesión moral.

Participación: En el presente trabajo al hablar de participación estaremos


haciendo alusión a las diversas formas de colaboración al interior de las
instituciones educativas analizadas. Especial importancia le conferimos a la
inclusión del parecer de los diversos actores de la institución a la hora de tomar
decisiones en la misma, cuestión en la que se centra nuestra investigación.

● Identificación y selección de variables:

Variable n°1: Rol en la institución. Consideramos que el rol dentro de la


institución moldea la experiencia del individuo y forma su opinión sobre el
funcionamiento de la misma. Por tanto, esperamos distintas perspectivas sobre
el tema en un miembro del cuerpo docente, un profesor orientador bibliográfico
y un integrante del equipo de dirección

Variable n°2: Antigüedad. De forma análoga al rol, consideramos que el tiempo


tanto en la función como en la institución puede modificar la visión del individuo
sobre los temas que indagamos.

Variable n°3: La institución. Cada liceo tiene sus propias características,


producto tanto de su historia como de la interacción de los distintos actores que
la conforman y de la realidad en que está inserta. Estas particularidades están
en diálogo con las personas que toman parte en la institución.

● Modelo de análisis:

En esta investigación se realiza un análisis comparativo de la información


recolectada, a partir de las tres variables explicitadas en el anterior apartado. El
rol del individuo -de modo genérico- en las instituciones escogidas, punto más
importante de la presente investigación, debe ser sujeto de comparación con la
antigüedad del mismo y las características de su contexto. El análisis de cada
variable debe poder sacar a la luz los aspectos ligados a la participación dentro
de la estructura situada de estos centros educativos, determinando si esta es
vertical o no, autoritaria o democrática y en qué medida los sujetos implicados
infieren en la toma de decisiones. Para este cometido los resultados que emanen
de la indagación según cada variable se compararán entre sí para poder lograr
los objetivos de este trabajo y aproximarnos a la hipótesis que se planteará en
las siguientes páginas.
De este modo, se deja debidamente asentado que la presente investigación tiene
una modalidad definida según el carácter de medida, que en este caso sería
cualitativa, en el sentido de que se enfocará en aspectos observables bajo la
postura empírico-analítica predominante, como bien expresa Justo Arnal (2008).
Asimismo, se caracterizará por ser aplicada, de acuerdo a que se centrará en un
área de práctica recurrente y se preocupará por el desarrollo y la aplicación de
los resultados correspondientes, en función de que el conocimiento es particular
para solucionar un problema general. Esta visión puede hallarse en la obra de
Millan y Schumacher (2012).

CAPÍTULO IV
Sobre la Hipótesis, las características del Estudio y sus Instrumentos.

● Hipótesis de trabajo:
En primera instancia, se entiende que la participación de algunos actores
educativos -identificados con roles de menor autoridad dentro de las instituciones
escogidas- es insuficiente a la hora de tomar decisiones. Esto, a la hora de
formular la presente hipótesis, se comprueba de forma en empírica a raíz de las
prácticas educativas que los autores de esta obra llevan a cabo en sus
respectivos liceos. El aspecto observacional es importante; al estar en contacto
directo o indirecto con los actores mencionados en apartados previos, se pueden
distinguir ciertas actitudes, impedimentos o carencias que no provienen de una
acción colectiva en la mayoría de las ocasiones.
A partir de este panorama, se considera que la escasa participación de ciertos
actores educativos debe poder demostrarse en un área específica; para ello, fue
elegida la Biblioteca de estas instituciones. Aquí se abre otro espectro, ya que
se estima que la participación de los bibliotecarios es asimismo insuficiente,
debido a las limitaciones presupuestales a decisiones sobre la adquisición de
materiales que son más bien impuestas por las autoridades competentes, de
manera vertical y sin consulta previa a los encargados. Esto también se
comprueba de manera empírica; a partir de ciertas experiencias relacionadas
con la utilización de la Biblioteca en los centros escogidos, se notan algunas de
estas incongruencias. Esto motivó, en parte, a realizar este trabajo.
Cabe destacar un aspecto referido a los materiales de Historia. Según se recogió
en el marco de referencia, los fines de la Biblioteca no se restringen únicamente
a proveer de materiales a los alumnos, sino también para completar la formación
de los docentes. En este sentido, los contenidos de las bibliotecas analizadas en
esta investigación, no estarían cumpliendo con ambos fines, puesto a que se
enfoca principalmente en los alumnos según se ha observado; los materiales
que aluden a la Historia son mayormente manuales u obras escritas o editadas
alrededor de medio siglo atrás. Por supuesto que existen excepciones; no
obstante, estas no son significativas numéricamente y tampoco son correlativos
a los programas.
Ante todo esto, la hipótesis que podemos plantearnos grosso modo, es que los
docentes y funcionarios competentes tienen escasa o nula participación en la
selección y adquisición de los materiales de Historia.

● Metodología:
Debido a que este punto necesita de una explicación detallada de la metodología
de trabajo llevada a cabo para la realización de la presente investigación, el tipo
de metodología empleada fue la entrevista a los actores implicados en los
espacios de interés de manera de tratar de describir la realidad que se manifiesta
en dicha realidad educativa.
Se considera que en este caso, dados los temas que se pretenden tratar así
como el enfoque cualitativo de la investigación en que se enmarca dicha
recolección de información, la entrevista es más práctica que el uso de
cuestionarios. Entendemos esta herramienta como un diálogo entre al menos
dos individuos, entrevistador y entrevistado, en el que el primero realiza una serie
de preguntas para recoger información con la que cuenta el segundo.
Asimismo, dentro de la diversas posibilidades que ofrece la entrevista como
herramienta para recabar información, se ha optado por darle un enfoque
semiestructurado a las mismas; con ello se busca generar un ambiente más
“amigable” para los entrevistados, en el cuál se sientan libres de expresar sus
dudas sobre las preguntas, por ejemplo, así como una mayor flexibilidad para el
entrevistador, pudiendo en algunos casos suprimir preguntas que el entrevistado
ha respondido mientras se explaya respecto a otro punto.
En tanto la información recogida será cualitativa antes que cuantitativa, se
considera improcedente la producción de gráficos en esta investigación. En
cambio, las respuestas de los actores entrevistados se canalizarán en un análisis
comparativo pregunta a pregunta.

● Tipo y Muestra de estudio:

En tanto este trabajo de investigación es explicativo en tanto pretende, a través


de una serie de datos recogidos tanto a través de la observación directa como
mediante entrevistas, comprender y explicar un aspecto de la realidad de las
instituciones educativas estudiadas (los Liceos n°1 y n°5), las formas de
participación de diversos actores (docentes, personal de biblioteca y equipo de
Dirección) en las decisiones inherentes a la adquisición de materiales de Historia
en dichos liceos. Sobra aclarar que esta investigación parte desde el paradigma
crítico, en tanto ni el paradigma tradicional ni el interpretativo contemplan la
cuestión de la participación como problema per se. En cuanto a la muestra, este
estudio se realiza en los Liceos 1 y 5, indagando en tres grupos de individuos:
Los docentes de Historia, el personal de biblioteca y el equipo de dirección, a la
razón de un representante por grupo en cada institución.

● Instrumentos:

Esta investigación se realizó a través de la respuesta (presencial) de una


entrevista que constó de las siguientes preguntas:

● Nombre
o Edad
● cargo que ocupa
● Tiempo en la institución
● Tiempo en el cargo actual

1. El material de Historia, ¿es abundante? ¿es actualizado? ¿es correlativo


con los programas actuales de Historia? (3 preguntas)

1. La adquisición de materiales para la biblioteca, ¿Cómo se realiza? ¿Por


lotes, por unidades, por donación? ¿Cuál de las tres formas predomina?

1. En el caso de las donaciones, ¿conservan todo lo que recibe? En caso de


que no sea así, ¿qué criterio aplican?

1. ¿Se realiza una selección a la hora de comprar materiales de Historia?


¿Cuál es el criterio para dicha compra?

1. ¿El liceo dedica parte de su presupuesto a la adquisición de materiales


de historia?

1. ¿Quienes toman parte en esta decisión? En caso de que el entrevistado


participe, ¿en qué forma lo hace? ¿Qué hacen los demás actores involucrados?
1. ¿Usted considera que debería participar más en la decisión de comprar
materiales de Historia para la biblioteca? ¿Qué rol considera que le
corresponde?

1. Algo que quieras agregar que no te hayamos preguntado…

La entrevista se divide en dos partes, la primera de ellas breve y enfocada en


aspecto formales (nombre, edad, tiempo en la institución, etc.), siendo la
segunda parte la central para la investigación. Ella se compone de una serie de
preguntas de relevancia ascendente con respecto a los objetivos de la
investigación previamente mencionados.
Será aplicado, en principio, a aquellos actores institucionales que deberían estar
implicados en estas decisiones (lo cual es una de nuestras hipótesis de trabajo):
El equipo de dirección, bibliotecarios y profesores de Historia de dichos liceos;
en caso de que aparezcan otras personas involucradas, se considerará la
posibilidad de incluirlos.

● Aplicación de instrumentos:

Este cuestionario fue realizado por los investigadores involucrados en este


estudio (Francisco Doti, Darío Larroude y Vittorio Lecchini). El proceso consistió,
en primer lugar, en la obtención de los permisos correspondientes para realizar
el estudio en cada institución; en segundo lugar, en sondear la misma en
búsqueda de sujetos que cumplieran con los requisitos de la muestra y
estuvieran dispuestos a participar; en tercer lugar, en coordinar las entrevistas;
y finalmente, en el desgrabado de las mismas.
Respecto a las entrevistas en sí mismas, la mayor complejidad fue su
coordinación. Dado los complicados horarios de estos actores e instituciones, en
reiteradas ocasiones fue necesario reagendar. Una vez disponibles, las
entrevistas se desarrollaron de formas descontracturadas y coherentes tanto con
el planteo de la misma como de las expectativas que se tenían al respecto. Por
lo tanto, nos sentimos seguros de la fiabilidad de las entrevistas, ya que se
realizaron de acuerdo a las inquietudes presentadas a la hora de la investigación
y las preguntas planteadas en la misma, así como de la transparencia y
sinceridad de los actores implicados que, amablemente aportaron a esta
investigación.

CAPÍTULO V
Sobre los resultados y el análisis de los mismos.

● Comentario sobre los resultados.

En primer lugar, participaron de las instancias de entrevistas tres funcionarios.


En el caso del Liceo N°1, contamos con los aportes del docente de Historia,
Federico Golpe, el cual también se desempeña como profesor orientador
bibliográfico (POB) en la misma institución, algo que otorga un doble panorama
a la hora de manejar los datos que se extrajeron de sus opiniones. Por otro lado,
en el caso del Liceo N°5, participaron la subdirectora Ana Resbani y la profesora
orientadora bibliográfica (POB), Ángela Sierra. Asimismo, se debe aclarar que
ambas últimas son docentes de Historia -aunque en este momento no ejerciendo
en el centro educativo escogido-, lo cual les permite conocer los roles que
cumplen los docentes de dicha asignatura en la adquisición de los materiales,
según fue explicitado en el objetivo de esta investigación.
Es conveniente también destacar la voluntad de estos funcionarios por brindar
sus nombres, por lo cual en los siguientes párrafos se hará alusión a ellos
utilizando sus apellidos. Se considera necesario, según fue pautado en el modelo
de análisis en cuanto al análisis comparativo, explicitar los datos extraídos del
cuestionario interrogante tras interrogante y no de persona a persona, a modo
de establecer un diálogo entre sus puntos de vista.

● Análisis.

A priori, existen diferencias marcadas entre estos funcionarios en cuanto a la


permanencia en la institución misma y en el cargo que desempeñan. El más
longevo en cuanto al cargo de POB es el profesor Golpe, quien lleva once años
como tal en el Liceo N°1, aunque tan solo dos como docente en el mismo. El
caso de Ángela es distinto; se trata de su primer año en el Liceo N°5 cumpliendo
la labor de POB, aunque en el mismo cargo ya había ejercido en el Liceo N°1;
no tenemos información acerca de su longevidad como docente de Historia. Ana
Resbani, ejerce como subdirectora del Liceo N°5 desde febrero del 2019,
desempeñándose los dos años previos como docente de Historia en el mismo
liceo, aunque se desconoce también su longevidad como docente en general.
Estos datos son de gran importancia, previo inicio de este análisis, considerando
que conforman un punto de partida para el abordaje de las variables
establecidas.

Pues bien, en cuanto a si el material de Historia en las bibliotecas de estas


instituciones es abundante, tenemos opiniones diversas, aún en el seno de un
mismo centro como lo es el Liceo N°5. Se puede destacar como punto de
acuerdo entre los tres entrevistados que el material es abundante (esta es la
palabra que emplearon), aunque con reticencias; se observa en sus argumentos
que aluden a que existe una buena cantidad o que esta cantidad es relativa,
haciendo referencia a una insuficiencia a la hora de reflexionar más
objetivamente sobre la pregunta que se les hizo.
Asimismo, estos materiales están centrados en las necesidades de los alumnos
en cuanto a la primacía de manuales de secundaria como los de Santillana o
Monteverde -variando las editoriales, a decir de Golpe-. Esto es una impresión
compartida por los entrevistados; sin embargo, en el caso del Liceo N°5, Sierra
toma en cuenta la Biblioteca como una herramienta para el docente y en su
opinión estaría desprovista para ellos, además de priorizarse la Historia Nacional
frente a la Americana o Universal. También existe acuerdo en que el material
historiográfico se encuentra bastante desactualizado en ambas Bibliotecas, con
un predominio de la Historia del Uruguay por encima de todo, algo que puede
observarse en frases como “de Artigas hay de todo”. Esto es algo que se
relaciona con la experiencia empírica de los autores de este trabajo. Incluso
Golpe agrega que la bibliografía a la que remiten los manuales tampoco es
actualizada y responden a la tradicional, entre otros datos que no son relevantes
para expresar aquí.
Por otra parte, en la pregunta relacionada al modo de adquisición de materiales
de Historia, se encuentran realidades diferentes según el contexto situado. En el
caso del Liceo N°1, existen donaciones regulares que constituyen la forma
predominante de adquisición de libros, a diferencia del Liceo N°5 en donde las
donaciones son casi nulas -por parte de algunos alumnos, según el inventario
consultado por Sierra-, predominando la adquisición por lotes, ya sea destinados
directamente por Secundaria sin previa consulta, o solicitados a través de
decisiones colectivas que emanan de las Salas Docentes. No obstante, esto
según Resbani no ocurre por lo menos desde que ella llegó a esta institución, es
decir tres años como se ha dicho. Golpe también aporta que no hay
adquisiciones mayores desde el año 2010, cuando se destinó una considerable
cantidad de dinero en el Liceo N°1.
En cuanto a que ocurre con las donaciones, se aplica el Reglamento de Descarte
que circula en el Uruguay desde el año 1991, como se ha precisado en el marco
teórico. Sin embargo, Golpe informa que en el caso del Liceo N°1, al imperar las
donaciones, se realiza una preselección de las mismas ateniéndose a criterios
de pertinencia de los materiales a recibir, como puede ser un ejemplo la
correlación a los programas u obras antiguas con su contenido teórico totalmente
refutado. Por otro lado, Sierra en el Liceo N°5 dice que no todo lo que los alumnos
donan, que de antemano es escaso a diferencia del otro centro educativo, se
conserva; se han realizado grandes descartes destinados luego a Biblioteca
Central, situada en el IAVA, como estipula el Reglamento mencionado.
Pues bien, en lo referido a los criterios de selección a la hora de adquirir
materiales de Historia, los tres entrevistados coinciden. No obstante, un aspecto
es la realidad económica -que es precaria- y otro es lo que correspondería
realizar en caso de que la situación fuera mejor. Existe acuerdo entonces, en
cuanto a cual correspondería ser el protocolo para esta compra; este consiste en
una decisión colectiva de la Sala Docente de Historia, la cual sugeriría los
materiales para que luego la Dirección lo apruebe o no. Esto es sumamente
defendido por Resbani, no obstante, el presupuesto apremia y no hay solución
práctica frente a esto. Lo que sí queda claro es que el Director toma la decisión
final y puede llegar a cancelar iniciativas.
En la cuestión que respecta a la destinación del presupuesto del liceo a la
adquisición de materiales de Historia, los entrevistados contestan
negativamente, con algunos agregados personales. Si bien existe un mecanismo
por el cual se les puede destinar parte de los ingresos de proventos -por ejemplo,
proventos de “cantina” a decir de Sierra- a las Bibliotecas de ambas instituciones,
esto sucede muy ocasionalmente, o más bien no suele suceder. Sierra agrega
que el dinero de la caja chica de estos centros de ninguna manera puede ser
destinado para estos fines, no se contempla el uso en bibliotecas.
En el caso de la pregunta neurálgica de esta investigación, referida a quienes
forman parte de la toma de decisiones en cuanto a estas adquisiciones, como se
ha mencionado corresponde que lo haga la propia Sala Docente. Ambos POB
señalan que su rol principal en esta situación es más bien orientar sobre
ediciones -siendo su principal función trabajar con materiales de referencia como
diccionarios, enciclopedias o literatura recreativa-, mientras que Resbani señala
que el suyo se remite a la coordinación de la participación, erigiéndose como una
bisagra entre la Dirección, la Biblioteca y las Salas Docentes. Son claro para los
tres entrevistados los demás actores involucrados y sus roles: A la Sala de
profesores de Historia le corresponde la selección del material, mientras que a
Dirección le corresponde el ya mencionado rol ejecutivo de jerarquizar y/o
priorizar las compras.

Las interrogantes finales se remiten a aspectos personales de los entrevistados,


en cuanto a si consideran que su participación es suficiente o corresponde
tenerla más. Asimismo, pueden encontrarse varios agregados que ellos desean
que aparezcan en esta investigación, algo que aparecerá en el último párrafo de
este apartado.
En general, las respuestas son divididas, aunque apuntan a una idea similar.
Mientras que Resbani y Sierra desean más participación (si bien Sierra reconoce
que su rol como POB es justo y suficiente, dedicado más bien a lo técnico), Golpe
no desea más participación de la que ya posee. En primer lugar, participaron de
las instancias de entrevistas tres funcionarios. En el caso del Liceo N°1,
contamos con los aportes del docente de Historia, Federico Golpe, el cual
también se desempeña como profesor orientador bibliográfico (POB) en la
misma institución, algo que otorga un doble panorama a la hora de manejar los
datos que se extrajeron de sus opiniones. Por otro lado, en el caso del Liceo N°5,
participaron la subdirectora Ana Resbani y la profesora orientadora bibliográfica
(POB), Ángela Sierra. Asimismo, se debe aclarar que ambas últimas son
docentes de Historia -aunque en este momento no ejerciendo en el centro
educativo escogido-, lo cual les permite conocer los roles que cumplen los
docentes de dicha asignatura en la adquisición de los materiales, según fue
explicitado en el objetivo de esta investigación.
Es conveniente también destacar la voluntad de estos funcionarios por brindar
sus nombres, por lo cual en los siguientes párrafos se hará alusión a ellos
utilizando sus apellidos. Se considera necesario, según fue pautado en el modelo
de análisis en cuanto al análisis comparativo, explicitar los datos extraídos del
cuestionario interrogante tras interrogante y no de persona a persona, a modo
de establecer un diálogo entre sus puntos de vista.
A priori, existen diferencias marcadas entre estos funcionarios en cuanto a la
permanencia en la institución misma y en el cargo que desempeñan. El más
longevo en cuanto al cargo de POB es el profesor Golpe, quien lleva once años
como tal en el Liceo N°1, aunque tan solo dos como docente en el mismo. El
caso de Ángela es distinto; se trata de su primer año en el Liceo N°5 cumpliendo
la labor de POB, aunque en el mismo cargo ya había ejercido en el Liceo N°1;
no tenemos información acerca de su longevidad como docente de Historia. Ana
Resbani, ejerce como subdirectora del Liceo N°5 desde febrero del 2019,
desempeñándose los dos años previos como docente de Historia en el mismo
liceo, aunque se desconoce también su longevidad como docente en general.
Estos datos son de gran importancia, previo inicio de este análisis, considerando
que conforman un punto de partida para el abordaje de las variables
establecidas.

Pues bien, en cuanto a si el material de Historia en las bibliotecas de estas


instituciones es abundante, tenemos opiniones diversas, aún en el seno de un
mismo centro como lo es el Liceo N°5. Se puede destacar como punto de
acuerdo entre los tres entrevistados que el material es abundante (esta es la
palabra que emplearon), aunque con reticencias; se observa en sus argumentos
que aluden a que existe una buena cantidad o que esta cantidad es relativa,
haciendo referencia a una insuficiencia a la hora de reflexionar más
objetivamente sobre la pregunta que se les hizo.
Asimismo, estos materiales están centrados en las necesidades de los alumnos
en cuanto a la primacía de manuales de secundaria como los de Santillana o
Monteverde -variando las editoriales, a decir de Golpe-. Esto es una impresión
compartida por los entrevistados; sin embargo, en el caso del Liceo N°5, Sierra
toma en cuenta la Biblioteca como una herramienta para el docente y en su
opinión estaría desprovista para ellos, además de priorizarse la Historia Nacional
frente a la Americana o Universal. También existe acuerdo en que el material
historiográfico se encuentra bastante desactualizado en ambas Bibliotecas, con
un predominio de la Historia del Uruguay por encima de todo, algo que puede
observarse en frases como “de Artigas hay de todo”. Esto es algo que se
relaciona con la experiencia empírica de los autores de este trabajo. Incluso
Golpe agrega que la bibliografía a la que remiten los manuales tampoco es
actualizada y responden a la tradicional, entre otros datos que no son relevantes
para expresar aquí.
Por otra parte, en la pregunta relacionada al modo de adquisición de materiales
de Historia, se encuentran realidades diferentes según el contexto situado. En el
caso del Liceo N°1, existen donaciones regulares que constituyen la forma
predominante de adquisición de libros, a diferencia del Liceo N°5 en donde las
donaciones son casi nulas -por parte de algunos alumnos, según el inventario
consultado por Sierra-, predominando la adquisición por lotes, ya sea destinados
directamente por Secundaria sin previa consulta, o solicitados a través de
decisiones colectivas que emanan de las Salas Docentes. No obstante, esto
según Resbani no ocurre por lo menos desde que ella llegó a esta institución, es
decir tres años como se ha dicho. Golpe también aporta que no hay
adquisiciones mayores desde el año 2010, cuando se destinó una considerable
cantidad de dinero en el Liceo N°1.
En cuanto a que ocurre con las donaciones, se aplica el Reglamento de Descarte
que circula en el Uruguay desde el año 1991, como se ha precisado en el marco
teórico. Sin embargo, Golpe informa que en el caso del Liceo N°1, al imperar las
donaciones, se realiza una preselección de las mismas ateniéndose a criterios
de pertinencia de los materiales a recibir, como puede ser un ejemplo la
correlación a los programas u obras antiguas con su contenido teórico totalmente
refutado. Por otro lado, Sierra en el Liceo N°5 dice que no todo lo que los alumnos
donan, que de antemano es escaso a diferencia del otro centro educativo, se
conserva; se han realizado grandes descartes destinados luego a Biblioteca
Central, situada en el IAVA, como estipula el Reglamento mencionado.
Pues bien, en lo referido a los criterios de selección a la hora de adquirir
materiales de Historia, los tres entrevistados coinciden. No obstante, un aspecto
es la realidad económica -que es precaria- y otro es lo que correspondería
realizar en caso de que la situación fuera mejor. Existe acuerdo entonces, en
cuanto a cual correspondería ser el protocolo para esta compra; este consiste en
una decisión colectiva de la Sala Docente de Historia, la cual sugeriría los
materiales para que luego la Dirección lo apruebe o no. Esto es sumamente
defendido por Resbani, no obstante, el presupuesto apremia y no hay solución
práctica frente a esto. Lo que sí queda claro es que el Director toma la decisión
final y puede llegar a cancelar iniciativas.
En la cuestión que respecta a la destinación del presupuesto del liceo a la
adquisición de materiales de Historia, los entrevistados contestan
negativamente, con algunos agregados personales. Si bien existe un mecanismo
por el cual se les puede destinar parte de los ingresos de proventos -por ejemplo,
proventos de “cantina” a decir de Sierra- a las Bibliotecas de ambas instituciones,
esto sucede muy ocasionalmente, o más bien no suele suceder. Sierra agrega
que el dinero de la caja chica de estos centros de ninguna manera puede ser
destinado para estos fines, no se contempla el uso en bibliotecas.
En el caso de la pregunta neurálgica de esta investigación, referida a quienes
forman parte de la toma de decisiones en cuanto a estas adquisiciones, como se
ha mencionado corresponde que lo haga la propia Sala Docente. Ambos POB
señalan que su rol principal en esta situación es más bien orientar sobre
ediciones -siendo su principal función trabajar con materiales de referencia como
diccionarios, enciclopedias o literatura recreativa-, mientras que Resbani señala
que el suyo se remite a la coordinación de la participación, erigiéndose como una
bisagra entre la Dirección, la Biblioteca y las Salas Docentes. Son claro para los
tres entrevistados los demás actores involucrados y sus roles: A la Sala de
profesores de Historia le corresponde la selección del material, mientras que a
Dirección le corresponde el ya mencionado rol ejecutivo de jerarquizar y/o
priorizar las compras.

Las interrogantes finales se remiten a aspectos personales de los entrevistados,


en cuanto a si consideran que su participación es suficiente o corresponde
tenerla más. Asimismo, pueden encontrarse varios agregados que ellos desean
que aparezcan en esta investigación, algo que aparecerá en el último párrafo de
este apartado.
En general, las respuestas son divididas, aunque apuntan a una idea similar.
Mientras que Resbani y Sierra desean más participación (si bien Sierra reconoce
que su rol como POB es justo y suficiente, dedicado más bien a lo técnico), Golpe
no desea más participación de la que ya posee.
Mientras que Resbani no quiso agregar nada adicional a las preguntas
formuladas, ambos P.O.B. sí realizaron aportes. En el caso de Sierra sugirió que
a través de la inspección de Historia y la Biblioteca Central se realizará una base
común de materiales de historia para todos los liceos de acuerdo a su ciclo con
el fin de servir de auspiciar como fuente de recursos para su desempeño.
Por otro lado, Federico Golpe aportó la información de la existencia de un
proyecto de fortalecimiento de bibliotecas que reformuló la gestión de las
bibliotecas en el año 2007 el cual nunca contó con la asignación de recursos.
Mencionó al respecto una convención de la UNESCO sobre las bibliotecas en el
que se establecieron perspectivas que transformaron el espacio mismo de una
biblioteca en donde se pretendió integrar a la comunidad educativa en un espacio
en donde los estudiantes tengan contacto con los materiales, a diferencia de las
convenciones pasadas en donde un mostrador dividía y separaba dicho espacio.
Esta postura fue defendida también por Ángela Sierra.

● Conclusiones:

Con los acotados rubros que significan contar con solo tres entrevistas, se
concluye en primera instancia que lo que predomina dentro de la biblioteca son
los manuales para estudiantes; aunque estos no tienen una antigüedad mayor,
en ocasiones, a los tres o cuatro años, los contenidos se remiten mayormente a
historiografía pretérita, difícilmente correlativa con los fines establecidos por los
programas de Historia. Incluso, siguiendo con la idea que predomina en la
Escuela, y que como podemos ver continúa hasta el Liceo, los materiales de
Historia se adquieren en función de la consciencia cívica que se desea estimular
en los alumnos; por ello se explica la preeminencia de obras referidas a la
Historia del Uruguay, de cáracter piveliano, centradas en los hechos políticos,
diplómaticos o aquellos que se relacionen directamente con la figura de Artigas
u otros importantes protagonistas de la historia de la región.
Esto de alguna manera demuestra una contracara; la ausencia de materiales
que puedan contribuir a la continuidad de la formación de los docentes, una de
las finalidades explícitas de las bibliotecas que al parecer se ha diluído en el
servicio exclusivo a los alumnos. No obstante, cabe destacar que muchos de los
profesores de esta asignatura no se sirven de la Biblioteca, prefiriendo buscar
por sí mismos la información o utilizar repartidos, por lo que ninguno de los
actores que hemos mencionado colabora mucho en este asunto. Además, los
alumnos necesitan de la lectura y de servicios o personas que los alienten a
darse un espacio para realizarla; por lo que se invierte y se recibe demasiado en
literatura recreativa, la cual se coloca en estantes próximos a los alumnos que
circulan el área, de modo que puedan sentirse atraídos. Esto es un aspecto
positivo que fue descubierto más allá de los planteos iniciales de este trabajo.
Se concluye, asimismo, que la problemática de fondo en la adquisición de
materiales de Historia para las bibliotecas es antes que nada presupuestal y no
de participación, como a priori se había problematizado y planteado como
objetivo e hipótesis. Si bien teóricamente hay acuerdo en cómo participarían (o
como deberían participar de acuerdo a los protocolos de la Dirección), los
actores involucrados según nuestros entrevistados y la escasez de recursos
presupuestales para la adquisición de libros en general lleva a que en muy
escasas oportunidades esta participación se ponga en práctica.
Cabe también preguntarse cuánto de esto remite a una horizontalidad real dentro
de las instituciones estudiadas, y cuánto es una expresión de deseo ante una
situación que para algunos de estos actores no pasa de ser hipotética. Existen
ciertos datos recogidos que llevan a pensar en una estructura vertical de acuerdo
a que la Dirección tiene la última palabra, pero tampoco hay colaboración, sobre
todo de parte del Liceo N°5, de los funcionarios involucrados en cuanto a realizar
acciones coaccionadas para formar parte de esta toma de decisiones. Una
conclusión definitva entonces, puede ser que el tema no preocupa demasiado;
que se tiene consciencia de lo que es correcto y lo que no lo es, pero sin embargo
pocas acciones se toman o bien poca fuerza de grupo se ejerce. Sin embargo,
muchas respuestas al planteo general de este trabajo quedarán como
provisorias, abiertas a posteriores abordajes de este asunto.
Por otro lado, los autores de esta investigación consideran valioso que, aunque
sea como expresión de deseo, se encuentre presente la participación en las
instituciones, ya que estando los actores interesados en tomar parte en los
procesos de decisión institucional, existen más posibilidades de que aprovechen
las oportunidades que en dicho sentido se habiliten. Un ejemplo podría ser el
mencionado por la POB, Ángela Sierra, de alentar inspecciones (en la medida
que el presupuesto estatal lo permita) en las bibliotecas, a modo de que el
material escencial, pautado por los profesionales competentes, nunca falte en
las instituciones. Asimismo, se considera que deben alentarse las Salas Docente
para mantener el material abundante y actualizado, así como correlativos a todos
los programas (no sólo a los de algunos años de Ciclo Básico, como han
sugerido los entrevistados y no sólo a una sóla subdivisión histórica referente al
Uruguay), situación que los autores observan descuidada o simplemente
indiferente ante las exigencias.
BIBLIOGRAFÍA

Dubet, F. (2006) “El declive de la institución. Profesiones, sujetos e individuos


ante la reforma del Estado”. Editorial Gedisa S.A. Barcelona, España.

Elliot, John. (1991). El cambio educativo desde la investigación-acción. Madrid:


Morata.

Stenhouse, Lewis. (1987). Investigación y desarrollo del currículo. Madrid:


Morata.

Teixidó Saballs, Joan. (2001). La participación, elemento clave en la


construcción de una cultura colaborativa.

Torres Castillo, Mélida Ivonne. (2012). El trabajo colaborativo como estrategia de


gestión académica en el fortalecimiento de la reorganización curricular por ciclos.
Bogotá: Universidad Libre.
ANEXO

Entrevista a Resbani

El contenido de esta entrevista comienza a formularse a las 57 segundos de empezado el

material de audio

Bueno. ¿Edad? si querés decirlo.

43

¿Cargo que ocupas?

Subdirectora. Artículo 20.

¿Hace cuánto que estás acá?

¿En la subdirección?

No, en la institución.

En la subdirección desde febrero. En la institución hace tres años

Ta.. Ahora si vamos al tema. El material de historia en la biblioteca, ¿Es abundante?

¿Es actualizada?

Es abundante, hay pila de libros. Más allá de los manuales, ¿no? Hay bibliografía de los

de Capítulo Oriental que tienen bastante. Actualizado ya, ahí te la debo.

Claro, ahí ya más o menos.

Pero algún ejemplar interesante hay, sí. Está por ejemplo el de derechos humanos que

está bueno. Pero son cuestiones más puntuales.

Básicamente la biblioteca nuestra lo que tiene son manuales y lectura recreativa.

O sea que sería correlativo a los programas.

A primer ciclo, sí.

¿Y hay una diferencia entre primero, segundo y tercero?


A nivel de bibliografía sí.

No, digo si hay más, digamos para tercero o hay una diferencia ahí marcada que…

A no presté tanta atención porque siempre trabajé con tercero.

Bueno bien. Ta, esa quedó este... Digamos... más o menos ahí pronta esa parte.

Bueno, la adquisición de estos materiales ¿ta? ¿Cómo se realiza? Te doy tres

opciones que pensamos que podía ser que son ¿lotes, unidades, donación?

Donaciones no ha habido muchas. Eh… y en realidad por unidades es más que nada a

petición. Lo que llegan como lotes son manuales, por ejemplo que está bueno hay un

manual que mandan siempre que es sobre... ¿Cómo es? Los derechos en acción. Que en

realidad es para Social, pero tiene legislación actual en lo que tiene que ver con derechos

del niño y derechos laborales y está interesante como para tocar también en Historia.

Si, para trabajar en tercero. Donación, lotes. Claro, sería digamos compran

Esos lotes los manda secundaria. Esos lotes los manda secundaria. Y la compra es... eh..

Se solicita, pasa lo mismo con los materiales (pelotas, mapas…) Cuando hay plata ¿no?

Se solicitan y se compran más por encargo de lo que piden los profes que por otra cosa.

Ta…

También debo decirte que desde que estoy yo acá eso en este liceo no ha… no ha existido.

Ni donaciones ni comprar libros específicos.

Ta. Eso es importante. Ta, muy bien. O sea que es como que mandan lo necesario.

Al seguimiento lo conozco de otras instituciones, no de acá.

Entonces, a la hora de comprar los materiales de Historia no hay criterio en

realidad, es lo que mandan

Están los manuales y en algunas oportunidades la Sala solicita cosas específicas.

¿La sala docente?


Si, la Sala docente. La Sala de Historia.

La sala de historia. Si, sí, claro. ¿Y eso cada cuánto más o menos?

Lo que te estoy diciendo, que desde que yo trabajo acá estos tres años, no… También te

tengo que decir que a mí no me preocupó tanto porque yo en realidad como trabajo con

fichas, la información la busco yo, y más el apoyo del manual.

No usas tanto la biblioteca

Exacto.

No, yo pienso lo mismo… así que claro, ya sabemos cómo va la idea ¿no? Este… Y,

bueno ta. Esto de que el liceo dedica parte de su presupuesto es…

Es muy relativo. Sí, es una cuestión… la verdad funciona, lo que me estoy dando cuenta

este año es que funciona a pedido. ¿No? Cuando los profesores detectan que hay algo que

está faltando, se pide y bueno ta, si hay plata se compra. Pero no, no ha habido (y ahí me

hago cargo yo también) no ha habido una organización de bueno ta, tenemos esta plata

para materiales, es esto, esto, y esto.

Pero capaz que prefieren, la gran mayoría de los profesores prefieren soltar por la

suya, digamos ¿no?

Sí, sí. Yo creo que sí. Además en otros momentos Secundaria mandó una plata específica

para materiales didácticos. Ahora hace pila que no manda.

¿Y en Historia te acordás de eso? O sea, como para decir que se destinó a historia,

si se destinó una gran parte al menos para la historia.

Es lo que te digo. Desde que yo estoy en este liceo hablando de ésta biblioteca, no.

Ta, perfecto.

En este biblioteca que yo sepa no. Ya te digo, yo hace tres años.


Bueno y, en caso de que manden que ya lo estuvimos diciendo, o sea, digamos, este,

¿la dirección qué ocupa? En el tema de la adquisición de los materiales didácticos, o

sea, ¿qué papel toma? ¿La dirección? Ya me dijiste que la Sala de historia…

¿Qué es lo que corresponde? Yo creo que como dirección lo que corresponde es tirarlo

en coordinación a debate, hacer una lista ¿no? De los materiales que van pidiendo las

distintas materias y ahí ver qué se puede y jerarquizar. Es lo que corresponde a la parte

organizativa.

Pero no se ha hecho desde que está…

No.

Bueno, creo que queda solamente…

En realidad este espacio de biblioteca más que como biblioteca específica… porque

además viste que la población que nosotros tenemos mayoritariamente (toce) tiene

bibliotecas en sus casas, la mayoría. Entonces, eso queda compensado. Y vienen a

estudiar y a otras cosas, por ejemplo cuando tienen horas libres a leer. Pero no tanto en lo

que tiene que ver con búsqueda de materiales.

Claro, sí. Porque si vemos en el 1 hay una diferencia.

Bueno… en 1 tiene LA biblioteca.

Claro… ¿qué, decís que es mejor que ésta?

Por lejos.

En el 1 tienen el archivo artiguista, si me acuerdo bien.

Lo que pasa que la biblioteca, el 1 es el liceo departamental. En todos los departamentos,

el liceo departamental es el que tiene la mejor biblioteca. Que es el primer liceo, y porque

todas las donaciones van hacia ahí. En el 1 de Montevideo hay un problema y es que la

Dictadura cerró el liceo 1, lo cerró y derribó la casa en la que estaba. Entonces esa

biblioteca quedó como medio en suspenso. Cuando se vuelve a abrir el liceo 1 a la salida
de la, o sea, en la democracia. Cuando se vuelve a abrir el liceo 1, ahí bueno se va a buscar

para que tenga, digamos, una biblioteca acorde. Que no es para mí (esto es humilde

opinión) no es la biblioteca original, y debe haber tenido ¿no? una buena censura en la

vuelta. Pero si es una buena biblioteca.

Claro, si tiene… está bueno.

Ahora el que ocupa ahora el liceo, el lugar como el liceo departamental es el IAVA, eso

está así. No el liceo 1.

Bueno, ahora para terminar es personal. Es una pregunta personal. ¿Es si considerás que

deberías vos participar más en la toma de decisiones para la biblioteca? Si.

Sí. (Risas).

O sea, llevando el rol que me dijiste hace un rato.

Sí, claro en la parte organizativa.

¿Y no has tenido tiempo o es otra cosa? Ta igual no importa…

¿Viste que quien mando capitán no manda marinero?

Sí, sí.

Bueno

Bueno ta, eso es aparte (risas) Ta está bien. ¿Algo más que quieras agregar?

¿En lo que tiene que ver con biblioteca? No… a mí me parece importante que en el liceo

este espacio de tarde funciona [suena un dispositivo con música]… de tarde funciona

porque está Magela y es sistemático. Hasta, o hace un mes, hasta después de vacaciones

[suena nuevamente el dispositivo y la entrevistada responde con frustración “¡Pero!”]

hasta después de vacaciones no tuvimos bibliotecóloga, bibliotecaria

O sea, estaba cerrada.


Estaba cerrada de mañana. Porque teníamos asignado una muchacha que vivía enferma,

entonces en realidad prácticamente que no venía. Y hubo que conseguir un suplente de

POB que costó bastante, pero ta.

¿Y qué te decía? Y acá en la… o sea, aparte de Rubén y los otros profesores de

historia, ¿se dan clases acá? ¿Has visto vos? Que se dé como acá utilizan se hacen

matemáticas, geografía…

Sí, yo algunas veces para la parte sobre todo de la tele, pero ahora… porque para cds tiene

que ser acá.

¿Sala de audiovisuales no hay?

Hay una teleconferencia abajo en el SUB, pero es enorme, entonces de esa manera hay

que distribuir esto.

Tengo que saber porque capaz uso eso.

Ta, pero cds es más complicado eh?

No no, pero yo con cd no trabajo.

Claro, pero vos sos joven. Yo tengo todo una inversión…

[FIN DE LA GRABACIÓN]

Entrevista a ÁNGELA SIERRA

Bueno, a ver… el asunto es: Nombre, ¿Quiere decirlo?

Si, Ángela Sierra.

No tiene problema…

Ningún problema

¿Cargo que ocupa?


Aquí en este liceo soy Profesora de Orientación Bibliográfica.

Ahí está.

En secundaria después soy profesora de Historia.

Ah bien, buenísimo. Ta, mejor. Buenísimo. ¿Hace cuánto está en esta institución y hace
cuánto en el cargo?

En el cargo es el segundo año. Y en este liceo, el primero.

Ta, bien. Perfecto. ¿Antes estaba en qué otro liceo?

Estaba en el Rodó.

En el Rodó.

Si, en el nocturno estaba.

Bueno, entonces vamos al grano. Entonces, ¿el material de historia en ésta biblioteca, es
abundante? Cree usted…

Para ser un liceo de primer ciclo, en cuanto a variedad de títulos, es relativamente abundante. Para
los docentes, digamos que no alcanza. Que le falta más títulos para los docentes y practicantes.

¿Es actualizado?

Medianamente actualizado.

Y si es correlativo con los programas… Digamos si sirven más para los programas…

Si, para primero, para segundo y para tercero. Pero ahonda más en Historia Nacional.

Claro, en Historia Nacional es…

Si, si. De Artigas tenemos bastante si.

Así que de prehistoria tenés que ir a…

Prehistoria es muy poco.

Claro.

Universal es relativamente poco. Es nacional lo que abunda más, seguido por Americana, y lo
último Universal. Pero Americana y Universal es menos de la mitad de Nacional.

Bien, perfecto.

Cada uno de ellos, ¿no?

Está bien. Bueno, la adquisición de estos materiales que veníamos hablando antes, ¿cómo se
realiza? Le doy tres opciones que consideramos nosotros: ¿Lotes, unidades, donaciones?

Bien. Este… En Historia es más bien por lotes y donaciones.


Aja… ¿Y cuál predomina más?

Lotes.

Lotes predomina.

Si, en Historia si.

Ana me comentó que donaciones en realidad, por lo menos ella no ve.

Si. Yo he encontrado, pasa que ella es la subdirectora. Yo he encontrado, al inventariar o


reinventariar, uno encuentra donado por tal alumno, uno encuentra… claro.

Ah, en el inventario.

Claro, en el inventario o cuando uno está libro por libro. Fundamentalmente cuando trabajas libro
por libro por razones técnicas. Ahí es cuando podes encontrar… o sea, está bajo toda la colección.

Claro, está perfecto. Entonces, en estos casos que usted vio ¿Se ha conservado todo desde
que está?

No. Aquí hay mucho que no ha llegado hasta nuestros días. Es decir, nada más que con este
inventario, que es un inventario relativamente nuevo que arranca del año 9 más o menos, hay
mucho que ha quedado por el camino. O sea, fácilmente un estante entero se ha perdido del año
9 hasta acá, y este liceo tenía otra colección. Algo pasó en el camino, secundaria lo destinó a otra
parte o hubo un descarte… También, sí.

¿Y el criterio para eso, no?

Secundaria establece los criterios. Biblioteca Central establece los criterios, si. Nada más que
ahora nosotros tenemos que comunicarnos con Fortalecimiento de Bibliotecas y ellos son los que
administran nuestro descarte. Ellos reciben nuestro descarte.

Si, si. Biblioteca Central es la…

La Biblioteca Real de Azúa, la que está en el edificio del IAVA. Esa es la central, claro. Ellos
tienen normas de descarte, ¿si? Pero nosotros cuando decidimos nuestro descarte, va a
fortalecimiento de bibliotecas y ellos deciden qué hacer con eso.

Perfecto. ¿Se realiza una selección a la hora de comprar materiales de Historia?

En los liceos en general, el comprar material, generalmente los directores preguntan a los
profesores de la Sala de Historia.

Pregunta. Claro, hacen como una especie de Sala.

Es la Sala de historia la que va a sugerir. El bibliotecario si eventualmente nos pregunta, nos


pregunta la biblioteca en general. Difícilmente nos pregunte de una asignatura.

Claro. Ustedes tienen que hacer un pedido, y hace tiempo que no hay uno según Ana.
Exactamente. Lo que nos quedaría a nosotros por ética es lo de recreativa y toda la parte de
referencia: Enciclopedia, diccionarios, digamos series de libros. Ahí podemos nosotros dar una
opinión, pero en lo demás son las Salas. O la dirección también.

Claro, claro. Usted es una especie de auxiliar digamos ¿no?

Claro. La parte general de referencias, sí. Porque ahí nosotros tenemos que manejar, claro, en
general ¿no?

Bien, perfecto. Y bueno, ahora vamos al tema. Si sabe o si no sabe. ¿El liceo dedica
presupuesto a la hora de adquirir los materiales de historia? O sea, esta Sala docente…

Es la que se comunica con dirección, yo eso sí que no sé. Porque yo digo lo que sé cómo funcionan
los liceos.

Ahí está. Dígalo si.

Claro, si hay un partida que secundaria manda para material didáctico, generalmente van directo
a la Sala de profesores, a las coordinaciones y ahí plantean. Nos pueden plantear a nosotros,
también nos pueden plantear. La otra forma es que haya proventos de cantina y por ahí, en
proventos de cantina, bueno, ahí puede ser que la Directora venga, porque son $2000 (dos mil
pesos), $1500 (mil quinientos) y venga a la biblioteca preguntar directamente.

Claro, tenemos este dinero que sobró…

Claro.

Ahí está.

Que es difícil, ¿no? En este momento.

Te hablo del presupuesto del liceo que le da…

No, lo que le da a secundaria es la caja chica. La caja chica no se destina nunca a material
didáctico.

No se destina nunca a material didáctico. Perfecto. Y bueno, y ahora el tema de la


participación. Porque la investigación es sobre la participación. Entonces, ¿quiénes toman
parte en estas decisiones? Ta.. la Sala de Historia y la dirección, y…

Y en última instancia el bibliotecario. Pero en cada materia en general no entramos nosotros.

Y en la Sala de historia tienen que hacerlo en colectivo, no puede salir un profesor de


Historia, no puede ir a pedir.

No. Es la Sala si. Bueno, hay liceos en que lo manejan distinto, simplemente dicen “bueno, cada
profesor anote el material que necesita y después se ve”, pero en general a través de la Sala es la
mejor forma de que salga medio coherente. No es obligatorio. Después la opción de los directores
para que tenga coherencia.
Claro, claro. Y el director nunca llega y dice (por ejemplo): “se hace una sala de historia, se
destinan ciertos libros, se seleccionan… bueno, se destina una parte del presupuesto, no sé.
Se realiza todo eso y el Director llega y puede decir “no, no, no. Se cancela.” ¿Tiene esa
potestad?

Ah sí. Porque en última instancia puede decir “No, esto que va para Historia lo paso para material
de laboratorio”, porque él es el que va a decidir. Sí, la decisión final la tiene él. Él ofrece…

¿Es la decisión final?

Si. El ofrece: “tengo tanta cantidad, este… bueno, a ver ¿cada sala qué propone?” Y después él
jerarquiza los pedidos, sí. Porque él hace la compra.

Y bueno ta, lo último. ¿Considera que usted debería tener más participación, o le gustaría
tener más participación?

Generalmente, si la Directora me quiere comentar si yo conozco una edición distinta… Pero es


difícil porque yo soy profesora de Historia, el bibliotecario puede ser de cualquier materia.
Entonces, yo puedo como profesora de Historia que los compañeros me digan “Ángela, mira,
nosotros propusimos esto, ¿qué te parece?” Pero lo que yo más puedo sugerir es una edición o un
autor, pero en general me parece que un aporte mío va por el lado técnico de la asignatura, más
que por el lado del contenido.

Claro, claro. Está muy bien, pero si considera que le gustaría más…

Ah sí, cómo no. Si, si, si. Claro, si si.

¿Cree que le corresponde?

No, creo que no me corresponde.

Ah, ¿usted cree que no le corresponde? Le gustaría.

No. Pienso que mi trabajo es, después que vino ese material, que los docentes eligieron y que el
director compró, mi trabajo tiene que ser técnico y de asesoramiento al usuario, o sea, al estudiante
o quien sea que venga a la biblioteca, en función del material que ese cuerpo docente, que es el
que está en este liceo con los chicos trabajando en el aula, seguro. Porque yo no te voy a decir un
material que después en el aula, no….

Claro, no elegir materiales de la dictadura si no se trabaja.

Claro, o sea, lo mío es técnico. Yo acá no estoy como profesora de historia, así que si a mí no me
consultan, yo lo considero normal.

Ta, perfecto. Pero le gustaría…

Ah sí, claro que si. Porque desde el punto de vista profesional uno se siente dentro de lo suyo.

Perfecto. ¿Algo más que quiera agregar? Si quiere agregar algo.


Bien, no sé, pienso como que quizá habría que tratar de que la inspección de historia (tiene mucho
trabajo, esta gente tiene un trabajo enorme, no da abasto) pueden turnarse por región, un año uno,
un año otro, no sé cómo hacer porque es mucho. A veces, de común acuerdo con biblioteca central
sugerirle a biblioteca central, no digo todos los años porque el presupuesto del país no da, pero
cada tres años, una cosa así, sugerirle a Biblioteca Central bueno, en todo el liceo de secundaria
de primer ciclio, estos libros que salieron hace poco o esta conexión que está reimpresa varias
veces, tiene que estar. En Bachillerato estos manuales tienen que estar, este autor tiene que estar.
Es decir…

¿Y eso no se hace?

Claro, algún tipo de conexión o con fortalecimientos de bibliotecas, o con quien corresponda.

¿Una inspección de biblioteca vendría a ser?

Que no existe

Que no existe…

Vamos a ver que fuera esa, porque Biblioteca Central tiene que ser la inspección, pero bueno.
Alguien que es el que pone el dinero y decide a dónde van los libros, y qué libros se compran,
qué fortalecimiento, y que el profesor diga “bueno a ver, que cada liceo diga si estos libros están
o no? ¿Está o no está?
Visto el relevamiento (que eso lo tienen que hacer en quince días. Deberíamos todos
responder.) Muy bien. A este le falta, en general falta esto, falta lo otro. Tienen que estar estos
libros y que fortalecimeinto de biblioteca contesta “se puede, no se puede”.

Ciertos títulos que todos los docentes, que todos los alumnos cuenten con ellos en Historia
en la biblioteca un liceo de primer ciclo, o si corresponde en segundo ciclo. Pero todo el mundo,
toda materia va a pedir lo mismo, ¿verdad? Pero digo que haya una base común y después la
creatividad de cada liceo, de su fondo que viene de otros años de donaciones, de todo lo demás.

Claro… Si, si. Estoy de acuerdo. No sabía que existía eso.

Inspección de bibliotecas hubo hace mucho tiempo, con la idea del Consejo de Educación Básica
y Superior. La última inspección de bibliotecas es en el año 60, después se fue. Cuando la
dictadura se fue, me parece.

Si, si. Me dijo Ana.

Claro. La Biblioteca Central ¿cómo hace para inspeccionar todas las bibliotecas?

Si.

Otro país. Tenías veinte liceos en Montevideo y uno por departamental.


Es otra cosa.

Bueno, ta. Pronto.

Nombre y edad
Federico Golpe, 42 años.

Cargo que ocupa

Docente de Historia efectivo, egresado del Instituto de Profesores Artigas. Y en este liceo además
soy Orientador Bibliográfico, trabajo en la Biblioteca.

Tiempo en la institución

Este es el año número 11 como Orientador Bibliográfico y es el segundo año que trabajo con
horas de docencia directa. Antes siempre tomaba las horas de clase en otros liceos por una
decisión personal de no estar tanto tiempo adentro de una misma institución. Pero bueno, en
definitiva ahora lo estoy haciendo.

Tiempo en el cargo actual

En el cargo de profesor de Historia empecé en el 2001 y algunos años no trabajé. O sea, cuando
empecé todavía no me había recibido, no había egresado del IPA. Después efectivamente egrese
del IPA en el 2006. Así que imagínate, empecé a trabajar en el 2001 y recién terminé el IPA en el
2006, hubo un paréntesis ahí que no dí clases digamos. No me acuerdo la antigüedad exactamente,
pero son unos cuantos años.

En cuanto al tema de las bibliotecas en sí ¿El material bibliográfico es abundante?

En esta biblioteca en particular es abundante porque es el Liceo No 1 de Montevideo, es un liceo


que se fundó en 1917. Por lo tanto la biblioteca del Liceo Rodó es una de las bibliotecas que está
nutrida. Ahora, no está muy actualizada. Y en Historia en particular tenemos mucho material pero
no hemos tenido recursos, no nos dan dinero como para comprar libros muy seguido. Entonces
tenemos muchos manuales pero todo en base a donaciones, y después un acervo de libros de
Historia que ya de esa etapa del liceo y muy poquita cosa nueva. Lo que hay poco es historiografía
más reciente. Ni para los docentes ni para los chiquilines en general. Pero está bien, o sea, hay
libros.

¿Es correlativo con los programas actuales?

Si, en general sí.


Nosotros ahora estamos recibiendo una donación de mil libros de la Caja de Jubilados y
Pensionistas Bancarios y ellos nos dan la última versión de Santillana por ejemplo, que la tenemos
para primero, segundo y tercero. De repente en cuarto año flaqueamos un poco. Después tenemos
libros comprados de la editorial Contexto, cuadernos de ejercicio. Tenemos otros más viejos, pero
materiales para los chiquilines hay.

Una duda mía en particular [Francisco]. ¿Esos manuales que están hoy responden más a la
bibliografía tradicional y no tanto a la actualizada?

Lo que pasa es que no siempre los manuales están acorde con la última historiografía. Cuando
vos decías “actualizada”, bueno de repente hay cosas que recién se editaron y son en parte
publicaciones y los manuales no incorporan esos últimos cambios. A veces ni siquiera se trata de
eso. A veces se trata de un tipo de lenguaje distinto en el libro o que primen más las imágenes que
los textos. Pero yo te aseguro que no hay mucho manual (en general no hay mucha cantidad de
manuales) que incorporen las últimas investigaciones y últimas visiones historiográficas, por lo
general. Igual de lo que tenemos acá en el liceo, no lo hace. Por decirte una cosa: los últimos
avances en los planteos más novedosos de lo que puede ser historia regional del Río de la Plata
no aparecen en los manuales que nosotros tenemos. Igual no son tan viejos, pero no aparecen.

El tema de la adquisición de los materiales ¿Cómo se realiza?

Los libros se compran con partidas de secundaria que vienen específicamente para libros, que no
vienen muy frecuentemente. Con plata de proventos, o sea, popularmente lo que la cantina del
liceo le da al liceo y que la dirección dispone que se pueda gastar en libros. O se obtiene por
donaciones, y en algunos casos el proyecto de fortalecimiento de bibliotecas por el cual yo tengo
el cargo de profesor orientador bibliográfico, a veces envía algún tipo de material. Pero
básicamente acá los libros de historia que hay, que ya estaban (yo te puedo hablar desde el 2009
que fue cuando empecé) que pertenecían al acervo de la biblioteca y los demás fueron la mayor
parte de los manuales que son donación de esta Caja de Jubilados Bancarios que está en la Ciudad
Vieja y que ya tenemos una relación establecida hace tiempo. Pero después una vez en el 2010
hubo plata para comprar libros, hubo 2.500 dólares para comprar libros, que con una parte de eso,
yo armé toda esta biblioteca recreativa que tiene libros de cuentos, novelas, cómics y relatos
biográficos para acercar a los gurises, que el liceo no tenía esa sección, no existía. Esa es la forma.
No siempre hay plata, no siempre las direcciones disponen de dinero.

¿Y cuál es la más usual que se dé?

¿De comprar el liceo decís?

De incorporación.

En mí experiencia en este lugar han sido las donaciones. Tengo miles de libros que han venido
de donaciones. Y la semana que viene vamos a buscar una partida de mil libros más que son para
cuarto, quinto y sexto (porque funciona el nocturno también), y a veces estamos hablando de
libros que son usados y son caros, y nosotros que tenemos la suerte que de hicimos ese vínculo
con esa institución y ligamos, pero no es lo habitual. Sino las direcciones te tienen que dar el
dinero, y en general los que están a cargo de las bibliotecas van y compran. Lo que sí, trabajamos
con algunas editoriales y/o con algunos distribuidores como U.S.I., tenemos unos descuentos
grandes cuando vamos a comprar alguna cosa. Pero usual ya te digo las partidas, y las partidas
dependen de que en cada administración, cada gobierno depende de cuánta plata, presupuesto está
destinado a este tipo de rubros, a veces le dan plata a los liceos y específicamente no se pueden
comprar libros, es solamente para equipamientos. Ya te digo, en todo el período en el que yo
estoy acá, una vez sola nos dieron mucho dinero junto ese año 2010. Después ha habido partidas
que han variado, entre gastar mil pesos, dos mil pesos, diez mil pesos una vez capaz. Pero cuando
uno pone a fijarse qué puede comprar con ese dinero, no es mucho te puedo asegurar.

¿Cuándo se adquiere por dinero?

No se adquiere en forma periódica, se adquieren solamente cuando la dirección dispone que


hay dinero. No todos los años, no hay un criterio, no hay un protocolo. Nosotros [las
bibliotecas] no manejamos dinero. Nosotros gestionamos las bibliotecas sin dinero. Los recursos
vienen cuando la dirección así lo prevé, y es un poco negociado. Uno en general va y les pregunta
a los docentes qué necesita, a veces los docentes se acercan y dicen “me está haciendo falta tal
cosa…”, entonces uno va tratando de generar con las direcciones que le den algo de dinero para
comprar algo de esas cosas.
Este año recorrí las librerías de la zona de Tristán Narvaja para hacer rendir $1200 para comprar
tres o cuatro libros. Como si fuera una especie de reality para ver “¿Cuánto puedo llevar por tanta
plata?” No existe una cosa que sea institucionalizada.

Cuando hay una donación ¿Conservan todo? ¿Hay algo que se descarta?

Primero, muchas veces pasa (en esta zona pasa una cantidad) que hay señoras que tienen mucha
edad, que se mudan a un apartamentito más chico y donan todos los libros. O como hacen muchas
personas que están hacia el final de su vida, vienen y te dicen “tengo una cantidad de libros” y te
los dan, entonces te pueden venir los del País que, si no tenés nada, de repente lo aceptas, porque
no tenés nada de literatura de determinada cuestión, o tenés deteriorado algo y bueno, podes de
repente. Pero hay un proceso. Eso sí funciona en la biblioteca con determinados protocolos que
es de incorporación de materiales, vas mirando siempre las colecciones que hay, haces un descarte
que puede ser por deterioro, o puede ser porque los materiales no son pertinentes. Entonces
cuando te donan libros en general primero te pones de acuerdo. En el caso este de la Caja de
Jubilaciones de los Bancarios ellos me pasan un listado entonces yo ya sé los manuales que voy
a recibir. En el caso de ellos le acepto todo. Este año mandaron incluso unos libros de la Real
Academia Española que en realidad serían para formación docente, no son para acá, o algún
ejemplar para el uso de los profesores porque son carísimos, se ve que ellos los compraron mal y
bueno. Yo digo que sí, a todas esas cosas en realidad trato de incorporar. También te mandan
cosas que no, entonces ahí no aceptas directamente, les decís que no. A veces algunas cosas pasan,
no lo filtraste y después lo descartas y lo tratas de pasar a otro lugar. Lo mismo cuando tenés más
volúmenes disponibles para ese tipo de cosas y cambiamos con otros liceos, nos ponemos de
acuerdo con otra biblioteca. A veces a través del fortalecimiento de bibliotecas, a veces
directamente. Porque por ejemplo hay una profesora que trabaja acá que es quien trabaja en la
biblioteca del liceo No 7, entonces me dijo “tengo treinta libros de historia de tercero que te los
puedo dar pero necesito tantos esto, esto, y esto…”, entonces bueno, nos manejamos de esa
manera.
¿Qué se hacían me dijiste cuando se compran? ¿Qué se hace en qué sentido?

¿Cómo se adquieren? ¿Se adquieren por lote, por unidad…?

No, no. O es la plata que tenés. En general es así, como es muy poquita plata yo tengo esta
necesidad, tengo que comprar libros de Química de tercero que no tengo, libros de inglés que no
tengo (el de inglés es un tema aparte... Porque además la inspección de inglés y la editorial Pearson
tiene una ¿cómo decirlo? Una extraña relación. No sé cómo es, pero siempre esos libros son de
esa editorial, y son los únicos que se pueden usar y ta, son carísimos. Entonces yo en ese sentido
siempre a las profesoras de inglés les digo, cuando vienen las profesoras de Didáctica les digo, a
todo el mundo le digo pero nunca tuve respuesta de por qué se da de esa manera porque en las
demás siempre hay opciones, le compras Monteverde o a Contexto o a Santillana, no es que
solamente le podes comprar a Santillana). Entonces, no sé si esto estaba bien pero bueno, ustedes
vean…
Miras la plata que tenés y decís “bueno, con esta plata voy a comprar las cosas”, ves los precios
y los descuentos que podes obtener y te manejas ahí, es un tetrix. Es una cosa así, muy
puntualmente.

Otra pregunta que teníamos es ¿Quiénes toman parte en esta decisión de adquirir material?
Ya nos dijiste que participaban algunos, vos sos como un intermediario…

En el liceo, dependiendo que cómo sea ese año el cuadro institucional digamos, o sea, la dirección
(la dirección de este liceo en particular cambia mucho), quiénes están en la dirección, por donde
circulan esas decisiones. El poder pasa por algunos lugares que a veces son sospechados. Hace
mucho tiempo, cuando yo llegué acá, había una biblioteca que era… ¿cómo te puedo describir?
Viste esos libros que de repente la gente los tiene para leerlos en la playa porque no quieren pensar
en nada, o sea bestseller. Había una biblioteca que tenía como una sección que tenían como esos
libros, y los usaban tres personas. Y después me di cuenta que claro, esas tres personas que estaban
hace mucho más tiempo en el liceo, ellos mismos habían donado o a veces la dirección compraba
algún libro de ese tipo y eran ellos quienes más o menos utilizaban esas cosas. Yo la desarmé a
esa sección y la metí para adentro de una recreativa de jóvenes y de adultos de lo que pude, y
otros libros de autoayuda de dudosa procedencia de autoría los mandé a volar. En general somos
nosotros. Hay un procedimiento que existe tanto para la adquisición como para el descarte.
Cuando vos descartas material tenés que hablar con profesores de la asignatura, si son libros de
literatura que vos crees que no son pertinentes, o son de física, tenés que hablar con profes. En
general se trata de que sean profes de que tengan un determinado grado, de grado cuatro para
arriba. O sea, profesores con antigüedad con determinado grado, que pueden opinar si lo son o no
pertinentes los materiales tanto para descartarlos como para incorporarlos a los materiales.
Muchas veces se hace en las coordinaciones institucionales se dice bueno “hay que hacer listados
con materiales que los profesores sugieran”. Las salas de asignatura que se reúnen en las
coordinaciones también son una fuente de información para poder ir a comprar. Y después está el
boca a boca del liceo: “che, está faltando tal cosa, estaría bueno comprar” y bueno, hablamos en
ese momento la dirección, a veces te dan la plata y vas puntualmente y compras ese libro. Viste,
lo que se puede.
No sé si te contesté todo, ¿Quedó algo?

Yo creo que está todo respondido, porque había sub-preguntas que eran: ¿en qué forma
participabas? Si participabas, ¿en qué forma lo hacías y qué hacían los demás actores? Pero
ya lo explicaste.

Claro, yo te diría que por ejemplo yo traté de agrandar la parte de la biblioteca esta que se llamaba
recreativa antes de que yo llegara acá. Yo metí muchos gustos personales también. Yo no
necesariamente compro más libros de historia, he comprado libros de filosofía por ejemplo, y
trato de que haya una literatura de que sea representativa de lo que se escribe acá en Uruguay para
los chiquilines. Pero va por ese lado, creció la sección de ciencia ficción cuando yo llegué. Pero
eso pasa también.
También se hace un muestreo con los chiquilines, tratamos de estar al tanto de qué cosas le pueden
a ellos interesar. Esa sección, esa parte de la biblioteca incorpora muchos títulos de las cosas que
a ellos les interesan. Hace unos años estaba muy de moda los libros de la serie aquella de Voces
Anónimas, entonces todos leíamos voces anónimas. Teníamos Voces Anónimas 1, 2, 3, 4, oculto,
siniestro. Y ahora no los tenemos. No los tenemos porque algún día algunos se los llevaron, nunca
más los trajeron, se los robaron, se fueron a otros lados, entonces así también los perdimos. Sucede
eso bastante. Los indicadores de los materiales que a los chiquilines les interesan son tanto porque
los llevan mucho en préstamos, como porque después no vuelven y son difíciles de recuperar a
veces. Pero va por ese lado también.
A veces tiene que ver con llevarlos a la feria del libro, hay presentaciones de autores, a veces
traemos gente que da charlas acá entonces adquirimos antes los materiales para que los gurises
los conozcan. En caso de Marcos Vázquez ahora va a venir en octubre y yo compré este año libros
porque iba a venir él y no teníamos libros en la biblioteca.

O sea que intenta haber como una dinámica

Y hay una dinámica ahí. Los gurises te piden, te dicen. A veces tenés que romperle la lógica que
tienen del mercado, porque ellos vienen acá y te piden como si fuera “¿tenés tal cosa?” como si
“¿tenés el último disco de no sé quién?”, entonces te dicen “¿tenés tal libro?”, “No no, nosotros
no compramos casi nunca libros”, lo primero que le digo, “Si te interesa ese tipo de cosas, te
puedo ofrecer tal otra”, que es muy clásico que ellos vengan buscando una historia de terror y yo
les dé un libro de un autor nacional y después los trate de llevar a Poe. Porque tratamos de que
suban unos peldaños a veces en las cosas. Pero ta, más o menos por ahí.

¿Usted considera que debería participar más en la decisión de comprar materiales de


historia para la biblioteca?

¿Yo?

Si.

Será la casualidad que soy profesor de historia y que cumplo con los requisitos que se necesitan
para estar. En general en la sala de historia del liceo nos ponemos de acuerdo. La profesora
orientadora pedagógica es profesora de historia, la profesora Mariana Raba que es de los primeros
hace muchos años es profesora de Historia, además también trabaja en el IPA, y hay otros profes
en la vuelta, un adscripto también que es profesor Adscriptor que es profesor de Historia. O sea,
en general nos ponemos de acuerdo, yo participo a mi gusto en la decisión. Si tuviera más dinero
compraría más libros.

¿Pero de historia en particular?

De Historia en particular no no. Yo trato de que no se note demasiado que yo soy de Historia.
Intento que esté surtido, que esté bien de repente, pero no siempre hay dinero para comprar cosas
que a uno le gustaría. Igual son más lindos los libros de filosofía.

Algo que quieras agregar de todo esto, en el tema que no hayamos preguntado.

Sí, no preguntaron si las bibliotecas están funcionando en una época en la que en realidad los
libros, aparentemente no son de lo primero en la línea de lo que les interesa a los adolescentes.
Si, en realidad nos enfocamos más en la adquisición.

Va por otro lado, en esa parte del sistema…


Aparte de decirles que hay un proyecto de fortalecimiento de bibliotecas que reformuló la gestión
de las bibliotecas y a la gente que trabajaba en las bibliotecas que arrancó en el año 2007 con un
llamado, concurso y con listas de profesores que quedaron dentro de esas listas para tomar los
cargos que son las listas del 2007-2008. Y que ese proyecto de fortalecimiento de bibliotecas
nunca tuvo recursos, siempre tuvo una persona o dos personas a lo sumo trabajando. Capaz que
tres, pero no más que eso.

Que hubo una reestructura, que en las bibliotecas de los liceos funcionaban una cantidad de
empleados públicos que venían de diferentes destinos. Por ejemplo, cuando cerró AFE había gente
que pasó a trabajar en las bibliotecas de los liceos (gesto con sentido). Entonces a partir de eso,
como que empezó a gestionarse de una manera distinta, y básicamente se trató de implantar una
idea distinta de todas las bibliotecas, creo que la base de todo eso a nivel por lo menos teórico o
jurídico digamos tiene que ver con alguna convención de la UNESCO sobre las bibliotecas
escolares y que por lo tanto se abrieron también, se transformaron en un espacio para integrar a
la comunidad educativa en términos actuales. O sea, las bibliotecas dejaron de ese ese lugar donde
había un mostrador y no te dejaban pasar, te daban los libros, los tenías que devolver y se acabó,
a un lugar más abierto, un espacio donde estás en contacto con los materiales donde lo gestionan
profesores, no porque sea lo idóneo, sino porque había mucha gente con una cantidad de horas
con falta de trabajo, con materias deficitarias, entonces los profesores de Historia (que somos
millones), los de literatura, filosofía ocupamos horas en las bibliotecas. Que también fue una
decisión política, no se los dejó participar a los egresados de bibliotecología por ejemplo.
Entonces ta, por un lado hay poca preparación técnica para la gestión de las bibliotecas, y por otro
lado hay un perfil docente, y eso creo que tiene que ver con la gestión, con la administración,
porque en definitiva las bibliotecas de repente tendrían otra impronta fueran con menos perfil del
docente y que se transformen en espacios para que los gurises estén, como acá que hay juegos y
guitarra.

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