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Los cuatro sistemas principales del cuerpo humano son el circulatorio, el digestivo, el respiratorio y el nervioso. El sistema circulatorio transporta la sangre, nutrientes y oxígeno a las células a través de arterias y venas. El sistema digestivo descompone los alimentos y absorbe nutrientes. El sistema respiratorio captura oxígeno y elimina dióxido de carbono a través de los pulmones. El sistema nervioso controla funciones corporales y procesa información a través de impulsos nerviosos.
Los cuatro sistemas principales del cuerpo humano son el circulatorio, el digestivo, el respiratorio y el nervioso. El sistema circulatorio transporta la sangre, nutrientes y oxígeno a las células a través de arterias y venas. El sistema digestivo descompone los alimentos y absorbe nutrientes. El sistema respiratorio captura oxígeno y elimina dióxido de carbono a través de los pulmones. El sistema nervioso controla funciones corporales y procesa información a través de impulsos nerviosos.
Los cuatro sistemas principales del cuerpo humano son el circulatorio, el digestivo, el respiratorio y el nervioso. El sistema circulatorio transporta la sangre, nutrientes y oxígeno a las células a través de arterias y venas. El sistema digestivo descompone los alimentos y absorbe nutrientes. El sistema respiratorio captura oxígeno y elimina dióxido de carbono a través de los pulmones. El sistema nervioso controla funciones corporales y procesa información a través de impulsos nerviosos.
Sistema Circulatorio Se trata de una estructura hecha a base de venas y arterias,
por las cuales viaja la sangre. Este líquido es de fundamental importancia para mantener vivo al organismo, dado que por él viajan nutrientes extraidos de la comida y el oxígeno captado del aire. Estas sustancias van a parar a las células, donde se dan reacciones químicas que les otorgan energía para poderlas mantener vivas. El principal órgano de este sistema es el corazón, que trabaja como si fuera un motor permitiendo a la sangre fluir por todo el cuerpo. Este órgano tiene unas cavidades especiales que impiden que la sangre que se encuentra en las venas se mezcle con la que está en las arterias. Sistema Digestivo Se encarga de recoger y aprovechar nutrientes. Mediante procesos físicos y químicos, este sistema asimila nutrientes de la comida, con los cuales se podrán mantener las funciones biológicas. La digestión empieza en la boca, donde se mastica la comida y se mezcla con la saliva. Luego pasa al esófago para llegar hasta el estómago. Allí, mediante la acciones de los ácidos gástricos, la comida es descompuesta y reducida en elementos más simples. Una vez la comida ha sido descompuesta esta pasa a los intestinos, primero al delgado y después al grueso, en donde las vellosidades de estos órganos absorben los nutrientes que pasan al torrente sanguíneo. Lo que no se ha podido aprovechar de la comida pasa a las partes finales del intestino, las cuales son el colon, el ciego y el recto, esperando para recibir la señal para ser defecado. Sistema Respiratorio Se encarga de captar oxígeno y eliminar dióxido de carbono. El oxígeno es introducido en el torrente sanguíneo para que la sangre lo lleve a las células y se pueda producir la respiración celular y el metabolismo. El dióxido de carbono, el cual es el resultado de estos procesos celulares, es extraído de la sangre y expulsado a través de los pulmones y el resto del sistema respiratorio. Las partes del cuerpo que participan en la respiración son los pulmones, los bronquios, la faringe, la tráquea, la nariz, el diafragma y la laringe. La respiración es un proceso semirreflejo, es decir, podemos controlarla en parte, sin embargo, cuando estamos durmiendo, por ejemplo, seguimos respirando. Sistema Nervioso Se encarga de enviar impulsos nerviosos por todo el organismo, lo cual permite ejercer funciones como el control voluntario del movimiento, la toma de decisiones consciente, el pensamiento, la memoria y otros aspectos cognitivos. Además de ser el responsable de que seamos conscientes de nuestro entorno exterior y de nosotros mismos, el sistema nervioso también se encarga de acciones que no se pueden controlar de forma voluntaria como lo son los reflejos, el mantenimiento de funciones biológicas básicas como el latido del corazón y la transmisión de la propia información nerviosa. Sistema Excretor Se encarga de eliminar del organismo aquellas sustancias que puedan ser perjudiciales, las cuales han sido introducidas mediante la comida o son el resultado de los procesos metabólicos. Para eliminar las sustancias no aprovechables, el sistema excretor dispone de dos vías. Por un lado, mediante las glándulas sudoríparas, puede eliminar los patógenos y los residuos a través del sudor. Por el otro lado, mediante los riñones, los cuales filtran la sangre y extraen lo que puede ser tóxico, se forma la orina, a través de la cual se elimina lo que no es beneficioso para el cuerpo. Sistema Reproductor Se encarga de la procreación de la especie. Hay diferencias en la morfología de este sistema en función del sexo. El sistema reproductor masculino consta de testículos, los cuales se encargan de producir espermatozoides. En el coito, primero se endurece el pene enviándole sangre y poniéndolo erecto. Una vez hecho esto, se introduce este órgano en la vagina de la mujer para poder expulsar semen, un líquido en el que se encuentran espermatozoides y sustancias nutritivas para mantenerlos con vida. En el caso del sexo femenino, las principales glándulas sexuales son los ovarios, los cuales se encargan de producir óvulos. Estos descienden por las trompas de Falopio una vez al mes, esperando ser fecundados. En caso de que no se dé la fecundación son eliminados durante la menstruación. Si un espermatozoide logra llegar hasta el óvulo se da la fecundación. Se formará un cigoto que nueve meses después será un bebé plenamente formado. GLÁNDULAS ENDOCRINAS Las glándulas endocrinas son un conjunto de glándulas que producen sustancias mensajeras llamadas hormonas, virtiéndolas sin conducto excretor, directamente a los capilares sanguíneos, que las llevan a las células, llamadas células blanco, para que realicen su función. También se llama órgano blanco al que está regulado por hormonas. GLÁNDULAS EXOCRINAS Las glándulas exocrinas son un conjunto de glándulas que se distribuyen por todo el organismo, formando parte de distintos órganos y aparatos que producen diferentes sustancias no hormonales que realizan una función específica, como las enzimas. Las glándulas exocrinas también se llaman glándulas de secreción externa. Las glándulas exocrinas secretan productos químicos a través de conductos o tubos que llevan las secreciones a una cavidad corporal, a la luz de un órgano o a la superficie corporal. Por oposición las glándulas endocrinas llevan su producto hacia el líquido intersticial circundante no hacia conductos. LOS CINCO SENTIDOS Los seres vivos y entre ellos el hombre tienen mecanismos destinados a captar las variaciones que ocurren en el medio y responder de forma correcta a las mismas. Los cinco sentidos del ser humano cumplen esta función: vista, oído, tacto, gusto y olfato. Estos sentidos tienen células especializadas con receptores que se activan por estímulos específicos, conectadas por medio del sistema nervioso al cerebro. El sentido de la vista De los cinco sentidos del ser humano, vista y oído son clave ya que nos proporcionan una información fundamental acerca de lo que ocurre en nuestro entorno, permitiendo a nuestro organismo reaccionar de la forma más adecuada. El ojo es el órgano sensorial dominante y del que depende el sentido de la vista, que proporciona al cerebro más información que todos los otros sentidos juntos. Está situado en la cavidad ocular y depende del nervio óptico, que contiene un millón de fibras nerviosas. Los globos oculares tienen un diámetro aproximado de 2,5 centímetros, actúan en pareja y cada uno suministra una versión ligeramente diferente del objeto cuando se mira. La visión tridimensional o estereoscópica es muy importante para medir distancias y calcular la velocidad a la que viajan los objetos. Los ojos contienen líquidos (humor acuoso y vítreo) y junto a ellos existen otros órganos anejos: cejas, párpados, glándulas lacrimales y pestañas. El sentido del oído Dentro de los cinco sentidos del ser humano también tenemos que hablar del oído. Además de proporcionar la capacidad auditiva, los oídos detectan la posición y el movimiento de la cabeza y son esenciales para el equilibrio. Cuentan con dos elementos, uno mecánico y otro relacionado con los impulsos nerviosos eléctricos, y se dividen en tres partes: Oído externo: compuesto por la oreja o pabellón auditivo y el conducto auditivo externo. Oído medio: cavidad que se encuentra dentro del hueso temporal. En esta destacan tres orificios: uno externo, que cierra el tímpano; otro interno, denominado ventana oval, que comunica con el oído interno; y, finalmente, uno inferior, que corresponde a la trompa de Eustaquio. Oído interno: conjunto de conductos integrados por los canales semicirculares y el caracol, estando su interior relleno de unos líquidos llamados perilinfa y endolinfa. Los oídos hacen de convertidores de energía al transformar las diferencias de presión del aire en impulsos nerviosos electromagnéticos. El cerebro se encarga de interpretar esos impulsos eléctricos y convertirlos en información. También en el oído interno existen órganos relacionados con el equilibrio, que nos permiten mantenernos de pie y recuperarnos cuando estamos a punto de caer, además de poder volver la cabeza y agacharnos sin que perdamos la estabilidad. Sentido del tacto El sentido del tacto tiene un carácter eminentemente exploratorio. Su funcionamiento se debe a pequeños receptores sensoriales que se encuentran en la piel, con distintas formas y tamaños. Estos localizan estímulos, como calor, frío o dolor, y envían sus señales desde la médula espinal y el encéfalo inferior al córtex somatosensorial. Existen cinco tipos de receptores sensoriales: de frío, calor, dolor, presión y contacto. Los termorreceptores corresponden al frío y el calor, siendo más abundantes los primeros; los de dolor son los nociceptores, que están relacionados con estímulos químicos, mecánicos y térmicos muy intensos que generan daños en tejidos; y, por último, los de presión y contacto son los mecanorreceptores, que se hallan fundamentalmente en los labios, la piel de la espalda y en las yemas de los dedos. Olfato El sentido del olfato se sitúa en el epitelio olfatorio, un tejido que está en el techo de la cavidad nasal y que localiza las moléculas que hay en el aire. Las sustancias que tienen un olor despiden moléculas, que se presentan en el aire y que son aspiradas. Estas se disuelven en la mucosa nasal y estimulan el nervio olfatorio. La información viaja a los lóbulos olfatorios del cerebro y también a una región primitiva del cerebro, el rinencéfalo o también denominado sistema límbico. Cuando comemos alimentos, se utiliza tanto el sentido del olfato como el del gusto, ya que al masticar gran número de moléculas volátiles se desprenden, excitando las células olfativas de la cavidad nasal. El sentido el gusto El sentido del gusto que tiene un funcionamiento parecido al olfato. En las papilas gustativas se encuentran sus células receptoras, que detectan las sustancias que se disuelven en la saliva. La lengua pude distinguir cuatro sabores básicos: dulce, agrio, salado y amargo. Su superficie está cubierta de pequeñas prolongaciones denominadas papilas, que contienen las terminaciones nerviosas que captan el gusto. Las papilas gustativas son estimuladas por partículas de los alimentos que se disuelven en la saliva. Los impulsos nerviosos van hasta el cerebro a través de los músculos faciales y el nervio glosofaríngeo. El sentido del gusto cumple la importante función de estimular las glándulas del estómago elaborando jugo gástrico, que sirve para realizar la digestión de los alimentos.