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Persona:
Sistema auditivo: La capacidad de tener una buena audición facilita
actividades que se realizan en la vida diaria como persona, ya que como seres
humanos nos encontramos con situaciones que requieren reflejo, atención,
localización espacial, y otros. El sistema auditivo dentro de su complejo
proceso de asimilación de las ondas externas en impulsos que el cuerpo
capta como sonidos, nos hace una representación del cuerpo mismo cuando
somatiza diferentes situaciones emocionales o fisiológicas que ocurren en la
vida, por ejemplo el enojo que se suele transformar en ataques relacionados
con el sistema nervioso, la repugnancia que se transforma en náuseas, los
nervios que se muestran en sudoración, dolor de cabeza, falta de saliva,
respiración agitada; y así estaríamos comparando la función de
transformación que el oído tiene de un medio exterior a uno interior (como
lo es el cuerpo) y al cuerpo como un gran receptor y transformador
(somatizador) a la vez. Un oído desarrollado en un músico es imprescindible
para su actividad y buen desarrollo de sus capacidades: éste le va a permitir
ganar confianza a medida que sus aptitudes crezcan, pues va a ser su mejor
profesor a la hora de mejorarse a sí mismo. Además de esto, yendo un poco
más profundo en la actividad de instrumentista, el equilibrio que aporta el
sistema auditivo, se puede relacionar con el equilibrio, el control emocional,
el dominio de la ansiedad; que se deben de tener en ésta práctica. Así como
es importante revisar el sistema auditivo en cuanto a sus interferencias,
problemas o malestares, también es importante revisar el flujo natural entre
el cuerpo, la mente y las emociones, sin que existan barreras o interferencias
que nos impidan la práctica musical, y menos en la vida en general.
Flauta:
Como vemos, el sistema auditivo nos puede dar buenas rutas para trabajar
con eficiencia en pro de mejorar.
La respiración además de ayudarnos con las tensiones físicas nos ayuda con
las tensiones mentales que muchas veces se forman y se convierten en el
remarcado estrés musical, que nos da en el escenario, ante un jurado, ante
un público, etc. El trabajo de la respiración que encontramos aquí se trata de
transformar, descomprimir, expandir de una manera natural la mente. Se
pueden hacer algunos ejercicios de respiración al comienzo del estudio diario
o antes de algún performance con el fin de obtener tranquilidad, seguridad y
ayudar a que los miedos escénicos vayan quedando a un lado y en su lugar
quede la serenidad y la concentración necesarias para enfocar toda la energía
en el acto musical.