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1) Tomates enlatados:
El revestimiento de las latas contiene Bisfenol A (BPA), considerada por la
Sociedad Canadiense del Cáncer muy nociva para la salud. Además, estas frutas
en muchos casos son fuertemente rociadas con pesticidas. Lo recomendable es,
en la medida de lo posible, consumir tomates frescos y cultivados
orgánicamente.
2) Gaseosas:
Las gaseosas contienen altas cantidades de fosfatos, enormes cantidades de
azúcar y productos químicos. También suelen contener saborizantes artificiales,
colorantes y edulcorantes (sacarina o aspartamo), sustancias causantes de
cáncer. Estudios de investigación han vinculado el aspartamo, por ejemplo,
como causante de tumores cerebrales en animales de laboratorio.
Las bebidas gaseosas generalmente son ácidas, y cuando son envasadas en latas
de aluminio, pueden lixiviar una alta cantidad de aluminio, relacionado a la
debilitación del tracto gastrointestinal. En el Alzheimer, por ejemplo, se
produce un aumento de los niveles de aluminio en el tejido cerebral.
3) Peces de criadero:
Si bien este tipo de alimento no es tan frecuente en nuestro país, los peces de
criadero son generalmente alimentados con una dieta artificial y suelen estar
contaminados con antibióticos, plaguicidas, productos químicos y otras
sustancias cancerígenas.
No obstante, hoy día hasta los peces capturados en su medio silvestre pueden
estar contaminados con sustancias químicas como el mercurio.
4) Carnes procesadas:
Tocino, embutidos, salchichas, jamón y carne seca. Estos productos han sido
modificados y sus modos de procesamiento: ahumado, curado, la adición de sal
y conservantes, suelen no ser saludables.
Según los informes, comer 50 gramos de carne procesada cada día aumenta el
riesgo de cáncer de colon en un 18%.
Los químicos causantes de cáncer se forman durante el procesamiento de las
carnes. Estos incluyen compuestos N-nitrosos y los hidrocarburos aromáticos
policíclicos (HAP).
5) Pochoclos:
En este caso, si son para microondas, la bolsa interior está recubierta con
revestimiento antiadherente que podría ser cancerígeno.
El químico utilizado en este tipo de producto, así como en el revestimiento de
teflón, se descompone, produciendo un peligroso compuesto llamado ácido
perfluorooctanoico (PFOA).
6) Aceites hidrogenados:
Durante el proceso de hidrogenación, una lata de gas de hidrógeno se sitúa por
debajo de un depósito de aceite, y bajo circunstancias controladas, se le permite
al gas hidrógeno que burbujee en el aceite. De esta forma, el aceite absorbe más
hidrógeno, y las grasas insaturadas se transforman en saturadas.
La hidrogenación transforma algunos ácidos grasos insaturados en grasas trans.
Incluso la FDA (Administración de Alimentos y Drogas) ha declarado que las
grasas trans no son seguras para su consumo.
9) Edulcorantes artificiales:
Estudios demuestran que el aspartamo, presente en los edulcorantes, empeora
la sensibilidad a la insulina en un grado mayor que el azúcar, también puede ser
un irritante neurológico y puede afectar el estado de ánimo y la energía del
usuario.
Estudios han encontrado que la ingesta de aspartamo está asociada con las
migrañas y un riesgo incrementado de tumores cerebrales en animales.