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Jose luis Brizuela Maldonado

Curriculum para la emancipacion

En la dinámica del currículum no sólo se hace reseña como un modo básico de comprender
los programas de estudios; los cambios educativos están juntos a procesos sociales, no a diseños
o planificaciones estructuradas. La base de apropiarse de las transformaciones educativas se
encuentra en el conocimiento y en la voluntad, que son dos términos que aseguran la idea de que
el verdadero aprendizaje significativo se encuentra en la independencia de la persona o en su
autonomía. En correspondecia a, Escobar (2019) manifiesta que esta interpretacion es vital para
enfatizar en algunas ideas que me detendré en su análisis, a fin de aclarar los diferentes
significados de currículum emancipador y sus principios principales y colocar en primera
instancia el origen y desarrollo del ratio y, posteriormente, el Studiorum. Dos términos clave
para situar al currículum dentro de la práctica curricular. El ratio, que fué creado por los Jesuitas
significa cálculo o diseño de algo, que posteriormente será desarrollado por un proceso.

Comenzando en este ángulo, vale la pena situar que se trata de un desarrollo mental que se
adhiere a lo que Habermas (1972, citado por Grundy 1998, 27) denominó como interés técnico.
Según él, los procesos técnicos se basan en “la necesidad de sobrevivir y reproducirse que tiene la
especie, tanto ella misma como aquellos aspectos de la sociedad humana que se consideran de
mayor importancia”. El ratio Studiorum es proceso técnico; implica un teorizar sobre el hacer, una
significación derivada del producto hacia el proceso. Dicho de otra manera, el proceso didáctico
está sujeto a la programación educativa, a lo que constituye el currículum oficial. La estructura
curricular queda expresada mediante el siguiente planteamiento: “el beneficio técnico constituye
un interés fundamental por el control del ambiente mediante la acción de acuerdo con reglas
basadas en leyes con fundamento empírico” (Grundy 1998, 29). Se evidencia, desde esta posición,
que el proceso técnico engloba objetivos, métodos y evaluación.

Ese eidos significa la idea expresada en objetivos técnicos que enmarcan la formación
profesional, que, a fin de cuentas, es la base que sustenta la enseñanza universitaria casi en toda
América Latina. Hacia el siglo XVII y con las revoluciones industriales y sociales, el currículum
implicaba colecciones de tratados principales que se enseñaban en una facultad de las
universidades y que recogían los adelantos científicos de la época (Páez, y otros 2013). Esos
tratados eran los eidos, dado que englobaba contenidos, objetivos y diversos temarios que se
habían recabado a lo largo de la práctica docente y que servía de base para la formación de nuevos
profesionales.

Aquí hay ambas cosas que se deben tomar en cuenta. En primer lugar, hay que señalar que
los objetivos son vinculados a las habilidades técnicas que el estudiante universitario debe dominar
y desarrollar, si es que quiere ser tomado en cuenta en el mundo profesional. En segundo lugar, se
debe ubicar la revisión como clave para investigar y verificar si las habilidades técnicas han sido
desarrolladas. En este sentido, el currículum adquiere la forma de “cursos de estudios o estructura
de conocimientos organizada de modo que dé respuesta efectiva a las necesidades de los procesos
industriales” (Tyler 1949, citado en Páez, y otros 2013, 4).

Kemmis (1998) señala que el beneficio técnico “centra los esfuerzos de los planificadores
sobre las cuestiones técnicas y, en ese sentido, oscurece los principios educativos que guían la
práctica del currículum a partir de los mismos educadores, dejando su progreso al trabajo científico
de los teóricos fuera de las escuelas” (62). Esto significa que el currículum técnico como curso de
estudio hace una distinción entre teoría (que es el producto), acuñada por los científicos, y práctica
(que es el proceso) desarrollada por los docentes. La tendencia de esta forma de concebirlo es
condicionar la educación al eidos de los expertos académicos (psicólogos, sociólogos, filósofos) y
a su modo de concebir epistemológicamente la ciencia, la técnica y la cultura.

Cuando en un adecuado modelo de currículum y en cada uno de los pasos de su progreso, a


partir de las macrodecisiones político administrativas hasta las técnico-docentes, no se contempla
la iniciativa y participación del profesor, es más dificultoso que el currículum permita después al
profesorado su propia iniciativa.

Ideas sobre el currículum como producto

Las ideas planteadas hasta aquí únicamente representan datos asociados a la transición de un
tipo de currículum hacia otro. No cabe duda, que el ratio studiorium es un programa de estudios
académicos orientados hacia una determinada formación y que, a partir de este ángulo, surge la
visión de comportamiento de aprendizaje, con lo cual se justifica el significado del currículum
como producto.
La razón de desarrollo del ratio studiorium no fue viable concebirla como desarrollo didáctico
hasta cuando la Compañía de Jesús afincó la idea de ‹‹inculturación››2, replanteando el sentido de
abordar los problemas sociales, desde el Evangelio de Jesús. Sólo entendiendo esa realidad
concreta, se puede evangelizar, se puede llevar la palabra a la gente, de forma que la aplique y,
sobre todo, que demuestre sus actitudes ante ellos mismos y ante su prójimo. El programa de
estudio, desde esta experiencia, implicaba una preparación previa, una consulta científica y
pastoral sobre la formación del futuro ciudadano, una búsqueda de fuentes bibliográficas y, sobre
todo, una diagnosis de la realidad, entre otros, para hallar los contenidos de enseñanzaaprendizaje
que hagan posible el desarrollo del currículum.

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