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sta de textos NOS 1 Daniéle Lavallée 2006 "Secuencias y consecuencias de algunos procesos de neolitizacién en los Andes Centrales” Estudios atacamefios. .32. 89 Luis G. Lumbreras 2006 "Un Formativo sin cerémica y ceramica preformativa" Estudios Atacamefios n° 32 75 John Edward Staller 2006 "La domesticacién de paisajes: {Cudles son los componentes primarios del Formativo?” Estudios Atacamefios n° 32. rea andina: Jose Berenguer 1988 "Tiwanaku, el Imperio del Lago Sagrado” en Los primeros americanos y sus descendientes. Cap. 10. Museo de Arte Precolombino. Chile. 5} Luis Jaime castillo y Christopher B. Donnan 1995 “Los Mochicas del norte y los Mochicas ’* del sur” - Universidad de California. Los Angeles. Publicado en Vicus Pag. 143 -176 Victoria Castro 1988 “Chavin y su influencia” en Los primeros americanos y sus descendientes. Cap. 8. Museo de Arte Precolombino. Chile... 40/1 Pierre Duviols - “Huari y Llacuaz Agricultores y pastores. Un dualismo prehispanico de oposicién y complementariedad” En Revista del museo Nacional Tomo XXXIX ~ Morton Fried 1960"Sobre la evolucion de la estratificacién social y el estado” En Culture in history: sedis in honor of Paul Radin. S. Diamond Ed. New Cork, Columbia University Press. 44 — Rosa Fung Pifieda * El periodo Inicial” En culturas pre hispdnicas Edit. | comercio Univ. Ricardo Palma Lima Peri 23 Richard Keatinge - “La naturaleza y el papel de la difusién de la religién en el momento inicial de la formacién del Estado: un ejemplo de la prehistoria peruana” en The transition to statehood in the New Worl Part.4, Edts. G. Jones y R. Kautz. 6:172-187 Cambridge University _ Pres. London: OF ~ G. Kubler 1986 “Los Valles de la costa Sur” - en Arte y arquitectura en la América Precofonial. Cap. 15. - Luis Lumbreras 1969 “De los pueblos, las culturas, las artes del antiguo Peri” Lima, Moncioa- Campodénico Ho Luis G. Lumbreras 1981 “Ei imperio Wari” - en Los origenes de Ja civilizacién en el Peri Cap. 11. Ed. Milla Batres 420 — José Luis Martinez 1988 “Tahuantisuyo el imperio de los Incas” - en Los primeros americanos y sus descendientes. Cap. 11. Museo de Arte Precolombino. Chile. — Virginia Morell 2002 “IMPERIOS a través de los Andes” National Geographic Junio. Pag78- 101 G4 Morris € 1988 "El estudio arqueolégico de! intercambio en los andes”. Instituto Superior del Profesorado “Antonio Ruiz de Montoya”. ~ Morris C y Saritillana 1978 “Perspectiva arqueolégica en la economia Incaica” Historica Vol. TI Julio. 42 Victor Piminchumo Hurtado - “La cultura Chimii Nuevos Datos”. Cap. 4 Los Chimuies - Pozorski y Pozorski. 1987 “Cronologia”. En The Origins and development of the Andean State, editado por Jonathan Haas, Sheila Pozorski y Thomas Pozorski, pp. 3-8. Cambridge University Press, Cambridge (Traduccién para uso interno de la cdtedra Arqueologia Americana y Argentina, UNR) 5 John Howland Rowe 1962 "Etapas y periodos en la interpretacién arqueolégica” Southwestern journal of anthropology. Publ. The university of New México. Volumen 18 N° 1. Alburquerque. Pag. 40-54 - (Traduccién Abel Roquera) 42 Silvia Sifuentes 2000 “Origen de la civilizaciones Andinas” en Historia del Peri. Ed. Lexus. Espafia. 1OC8@, Clifford Smith, William Denevan y Patrick Hamilton - “Antiguos campos de camellones en la region del Lago Titicaca” SG Charles Stanich, Edmundo de la Vega y Cecilia Chavez 2007 “Tiwanaku y el noroeste ‘argentino: una visién desde la cuenta del Titicaca” en Sociedades Precolombinas Surandinas: Temporalidad, integracién y dindmica cultural de! NOA en el émbito de los andes centro sur. Edts. V Willians, B Ventura, A. Callegaris y H. Yacobaccio. Taller internacional de arqueologia del NOA y Andes Centro Sur,. BS AS = Cart Troll - “Las culturas superiores andinas y el medio geografico” 2 Luis Valle Alvarez - “Rituales en torno al camino ceremonial en Chan Chan” Cap. 4 Los Chimies = 2 Elena Vega Obeso - “Dos sitios con campos de cultivos tardios en el valle de Chicama, Peri” = Cap. 4 Los Chimies ‘Owen Bruce y Paul Goldstein 2001 Tiawanaku en Moquewa: Intera colapso. Boletin de Arqueologia PUCP n° 5. 1es regionales y BOLETIN DE ARQUEOLOGiA PUCP. NOS 2001 HUARI Y TIWANAKU: MODELOS VS. EVIDENCIAS Segunda parte Peter Kaulicke y William H. Isbett Editores BOLETIN DE ARQUEOLOGIA PUCP, N.° 5, 2001, 169-188 TIWANAKU EN MOQUEGUA: INTERACCIONES REGIONALES Y COLAPSO Brace D. Owen* y Paul S. Goldyrein** Resumen a sintess de dures de excavaciones y reconorimientos sistemiticos de la cuenca del rio Osmore _nermite una vision nueva de las reluciones enire los war, nianaku v poblaciones indigenas de ta region ‘durante ef Horizonte Medio y el comienso del Period Inrermesa Taro, Una serie de hechas esti efetivaene ‘establecdos, los cuales tondrin que ser consideradox en futuras Interpretaciones. Fire ores. se nota [a ‘parente contemporancidad de asantamionos tovanat y wari en las pares medias y alas de la cuenca de! Gemore, pero mavormente aisladas on zonas geogrificas separadas. No hey indicies de conflcto bélico ni femor detal darante, posilemenc, siglos de comacto, a pecar de que ambos grupos vieron al mismo sito Cerro Bail como una hues la que dnicumente los wari controlaron. Tampoco habla lntercambio de biens, sagiriendo un aislamiont social al igual que espacial. Se describe la contemporaneidad de dos tradiciones fiwanakty marcadas por las estlos ceramogrificos Omo ¥ Chen Chet. que antes se consideraban fases Secuenciales, Finalmente. se confirma que af fin del Horizonte Medio. a gente wari abardond la region, Imicntrar que los de la tradciin Thecnaku se dipersaron en grupos menores desplazindose a sitios aejades ¥ Aefendibles al comienzo de fox tiempos conflicivas del Periodo Imermedio Tardio, Abstract TIWANAKU IN MOQUEGUA: REGIONAL INTERACTIONS AND COLLAPSE The synthesis of data from excavations and systematic survey of the Osmore drainage promotes a new vision ofthe relationships banween Wari. Tina, and indigenous pople ofthe region ding the Middle Horizon Lind the beginning of the Late Intermediate Period. A series of facts ure effectively established thar must be ‘conskered in future interpretations. Among others, we note the apparent comemporaneity of wana and Wari Settlements in the middle ond upper sections of the Osmore dbauaye, generally salted 0 their own geographic ones, Ther are no signs of miltary confict or four of during perhaps centuries of contact. even though both [groups considered the site of Cerro Bat 1a be a huaca that ony the Wari controlled Nor was there exchange of Rood, suggesting social us well a spatial tolation, We describe the cantemparanetty of two. Tiwaaku traditions, marked by the Ona and Chen Chen ceramic sples, which were previously considered sequential ‘phases, Finally, we confirm that atthe end ofthe Middle Horizon, Wari abandoned the region, lasing people of ‘he Towunati tradition to divide into local groups and fee 10 dir defensible ste at the beginning of the ‘roubled umes of the Late Intermediate Period. La cuones del rio Osmore os una de las pocas regiones, si mo la unica, en Ta que las dos culturas, Tiwanaku y Wari, tuvieron una prosencia colonial significativa en la vertiente del Pacifico de los Andes en forms de enclaves de ambas culturas que parceen haber estado en contacto antes del colapso de sus respectives sistemas politicos (Fig. 1). Recientes reconocimientos.sistematicas, ‘excavaciones on numerosos sitios y auevos fechados radiocarbénicos estén permitiendo una nucva feconstruccién de la interaceién entre estas dos unidades potiticas y del, aparentemente, traumatico fin de la explotacion orgenizada por Tiwanaku de la vertiente del Pacifico, * Sonoma State University. Department of Anthropology. e-mail: Owendruce@aol.com Darimouth College, Department of Anthropology e-mail: pspl@idartmouth ech 170 BRUCE D. OWEN YF 8. GOLDSTEIN Influencia a Tiwanaku TOA ne Cochabamba Cuenca det Rio Osmare too 200 300 40 S00 Mometce La Cuenca del Rio Osmore en las regiones de influencia Wari y Tiwanaku ‘ Pig. 1 La euenca del rio Osmore en fos regions de influencia war vtivanake (Di. 8 Owen) TIWANAKU EN MOQUBGUA m El prosenic trabajo sintetia los resultados de investigeciones recientes Movadas a cabo por ‘Owen en las partes costeres y superiores de la cuenca del Osmore, y por Goldstein, en el valle medio de Moquegua (Fig. 2). Se usara el término «Tiwenaku» paca poblaciones y sitios caracterizados por ls estilos eerdmicos llamados Omo y Chea Chen, los cuales, en opinion de los autores, pertenevieron a1 Fsiado Tiwanake. Un tercer estilo relacionado a Tiwanaku, el estilo Tumilaea, parece relacionado on cl colapso det sistema politico de Tiwanaku y Tue asociado de mancra clara can el periodo inmediatamente posterior, Se interpretan los sigs twmilaea como ocupaciones de descendientes de colonos tiwanaky, quienes ya no formaron parte de un sistema politico © idzoldgico enfocado en el altiplano, SeAalende la transicién del Horizonte Medio al Periodo Intormedio Tardio, las ocupaciones cl estilo Tumiluca soa de intords clave para las implicancias acerca del colapso del estado y el desarrollo de eacicazgos secundarios de menor escale. eo ia y contemporaneidad Para interprotar cualquier ovidencia de interacciones entre Tiwanaku y Wari, se tendria que define si poblaciones tiwanaku cestaban presentes cn la cucaca del Osmore micntras que otras wari ‘cuparon Cerro Baul, El primer hecho por enfrentar cs la distincion clare entte los diferentes estos fue se encuentran en la cucnea det Osmorc. Las distincioncs entre los conjuntos de cerimica del estilo Omo, estilo Chen Chen, estilo Tumilaca y las tradiciones de Huaracane y Wari son tan claras y, por lo general, tan bien asociadas con distintas estructuras de sitios, arquitoewra, practicas rmortuoris, estilos de liticos y patrones de asentamicnto, que los autores se sienten jusificados en hacer ef salto interpretative de que wceramiea equivale @ gente» on Ia cuonca del Osmore durente cl Horizonte Medio. Esta suposicion ha sido seguida a través de la historia de las investigaciones cn la evenea del Osmore (c.g. on todos los articulgs en Rice ct al. 1989), y durantc muchas campatas de trabajo de campo y de gabinete no se han encontrado datos que la conttadigan. Sin embargo, fechados tadiocarbonicos recientes sugicren que los distintos estilos no fueron simplemente secuenciales en tiempo, sina deberian interpretarse como senales de poblaciones culturalmente diferenciades que cn siertos tiompos cocxisticron. La Fig. 3 resume los fechados obtenidos. A continuacion se revisa la ronologia de los varios estilos uno por uno. Todos los fechados estn calibrados por OxCal versién 3.5 (Ramsey 2000), con datos pata calibracion atmosférica de Stuiver ef al. 1998, ‘Como se deseribe en Goldstein y Owen (este nmero), Jos fochados (Tabla 1, Fig. 3) para ch estilo Tiwanaku Omo (Fig. 4) son muy variados. Un fechado temprano sugiere que este estilo puede haber estado presente en Moquegua ya en $50 d.C. (calib.); una serie de fechados del sitio Rio Mucrto sugicre una ocupacién sin filiacin precisa, pero probablemente pertencciente al estilo Omo poco despuss de 700 o.C. (calib,) (Magilligas y Goldstcin 2001), y varios feckados de La Cantera, ‘Ome y Ria Muerto indican que el estilo continud en uso hasia alrededor de 1000 dC. (calib.). Eso da tun esiimade de por lo menos 700 a 1000 ¢.C. (calib.} para cl estilo Tivanaku Omo, Un estimado visual de la duracion del estilo Tiwanaku Chen Chen (Fig, 5) es de aproximada- mente 850 2 1000 d.C. (calib.), mientras que un analisis de Ios siete fechados correspondientes en Is Tabla 1 y Ia Fig. 3 como una fase, usando la funcién boundary en el programa OxCal versidn 3.5, sugicre un rango de aproximadamente 91D + 60 a 995 4 65 4.C. (calib.). La mayor parte de Ta ocupa- cidn tiwanaku en la eucnea del rio Osmore eortesponde # este estilo Chen Chen. A pesar de gue trabajos anteriores por paric de ambos autores sugirieron que estos dos estilos tiwanaku fueron cronoldgieamente seeueneiales, con el estilo Omo asociado con Tiwanaku IV y ef estilo Chen Chen fsrociado con Tiwanaka V, con mds fechados, 8 parece que fueron contempordneos, por lo menos ‘después de un posible periods temprano dursate cl cual solamente cl estile Omo estuvo en uso en Moquegua. Hace un tiempo atris parceia que Cerro Baul fue ocupado aproximadamente de 600 a 800 4C, (calib,), dado el predominio de ceramica del Horizonte Medio 1B y tres. fechados radiocutbsnicos we BRUCK D. OWEN ¥ PALL § GOLDSTEIN Cerro Bail ‘Chen Chen Moquegua mo Tramo con poca ocupacién Loreto: Viejo Elevacién (msnm) t { 0- 500 “ 500 - 1000 ( |=] 1000 - 1500 ‘L_} 1500 - 2000 2000 - 2500 [BEI 2500 - 3000 3000 - 3500 3500 - 4000 0 ea MM 4000-4500 kilometros HE 4500 - 5000 Cobertura de Inventarios /\Z Rio Osmore y afluentes enel Y _Osmore Superior (Owen) Valle del Rio Osmore © _Moquegua (Goldstein) Todos los sitios registrados ZA. Osmore Costero (Owen) Fig. 2 La cobortura de lox iventaries de siti en ef yale del riv Osmre, indicady por tas los sito regisirads por el Provecto Calantas Costeras de Tinunaky (Oven 1993), el Moguegir Archacviogical Survey (Goldscin 20000), y ef Cauasro Argucolégicn del Drenaje def Ormore Superior (Owen 1996), EL sector Sehalado coma strain con proc acupacinn ha sido revivado por Goldstein, pero en menar deal ins TIWANAKU EN MOQUEGUA soatpqso20qpe4 sopoysed “4 21404 IH eIEdsorep 90> 9g¢ Kasey} 5s [KO sod ropeLate URIS SOPEHDA) S07, Dyaquotsip se 16 ,,9 on835 wotaseui0>r naknjos eh sqeuotauonues sapep ae ‘61 10 9 s9NIs 9p souayounv wo e5-9051 V1 LO <661 ¥9mMO_ORT-OBIT ERT OP FOIE. DIS FPR (erapeU) sere Jeunseg ‘ony 610209 eomuiny, rs-08s1 V7 LOPEESH VINO —OGIT-OIOL UZ OB FOE (expen) sevuey en LOPTESI WORD 09TT-065 ORE 08 F065, ropeu 2p wage) en cOrTo6I wRO—OvtI-068 OOK OF FOLD gvoIS mE spe em onaneuano —OSTI-ORE «$02 BEF IZOL COSTLY opmpes ap eur we SOFESSE |KO —OSTI-OGE Loe 09 = OFOL_—_I9OIS EK —_opraweDap euE we HOM661 HOMO OLOI-O6 BI OP FO50T__—S90IS FOR optaEED ap eueT be onane vom otoros OL +0601 s69REL BG —exspRW ap upgHED 49 #24 soma W9m—00I-05 «GEES FEO ELLE VW oppo ap rue wo wo, ‘roune 213 ‘wono KearsPIoD —sgesea wz SE TOIT SEBOR YY pe ou wou le-ze=9991 Tsnseg ‘noma som 9001-088 «TZ OS FOZIT—GIBGTT MAE etpear op uogieg 999 124 99'9351 warsp109 —go01-086 + osoci —osssz meg pens wa ED 096-08 + oss oon — gi96e eg rope way wy, OcorosL OTE EE SLIL. 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Bajo esta eronologia wantigasn de Wari en Cereu Haul, el estile Chen Chen empez® después de que Wari abandonara la cuenca dsl Osmore. En consecuencia, no se esperaba interaccion ninguna entre los dos grupos. Sin embargo, Willams (2001), ceciensemenie presentd fechados nuevos, indicando ue los wari ocuparon Cerro Bail por «iueho més tiempo, jedor de 600 4 1000 UC. (calib.), © alin mus. Suponiendo que esta dutacion prolongada del asentamiento wari en Cerro Baul sea cieta, cl estito Ome podria haber llega a Moguewua va poco anes de Wari, pero mayormente fue contemporaneo von la ocupacion ayicuchana de Certo Baul De la misma manera, segin Ios nuevos feehados de Cerro Baul, el estilo Chen Chen empead despuss de {que los wari ya estaban establecidas en Cerro Ball. y no perdaré mis gue tos wari El periodo de, aproximadamente, 450 a 1000 4.C. (ealib.) se caracteriz6, entonces, por haber existide por lo menos res ocupaciones intrusivas fdcilmente distinguibles: Tiwanaku Omo, Tiwvanaky Chen Chen y Wart TIWANAKU EN MOQUEGUA ‘ua ©7 OM ap Owg opts ap oOmMpAAD > Biy AA Yo-v2=9991 eSueon4 op myoue 2D Ho-v2=y991 vfworey sp HOD g coNIEE OE 5 4 REOEOE 97 66, uo4D woHD Fc Du) wBunre4 9p Oyu) NIBISTIOD STOR A NEMO 988 TIWANAKL ENN MOQUEGUA us Ante {a falta de fechados adicionalss y un estudio estadistico de todos los feehados éispo- ables, no se puede exctuir la posibilidad de que les ccupaciones fueran muy breves, intorrurapidas, secueaciales 0, de otra manera, no contemporancas durante este periodo de 150 aos © més. Sin ‘embargo, se considera mucho més probable quc las gcupacioncs de Mequegua por parte de Tiwanaku 1 Wari a'partie de 700 d.C.(calib.), si no antes, se waslaparon en el tiempe por lo menos en parte, Interace 1e5 con Ia poblaci6n indigena de ta cultura Husracane Los inmigrantes de Tiwanaku y de Wari pudicron haber tenido algin tipo de relacion con una poblaciéa indigena de 1a cultura Huaracane (Feldman 1989a; Goldstein 1989s, 2000a). Sin embargo, los pocos fechados radiocarbonicos de sitios huaracane son considerablements anteriores al Horizonte Medio y se mecesitan mis excavaciones para constatar si a iradieién Huaracane todavia existia cuando los tiwanaku y wari llegaron a Moquegua, Los datos disponibles a partir del reconacimiento sistematico superficial sugieren que los hhyatscanc podrian haber permenccido hasta el Horizonte Medio y que cllos, posiblemente, {nteractuason un poco més con la gente wari que con los tiwanaku. Se eneuenitan sitios husrseane on sproximadamente la misma drca del valle medio de Moquegua donde hay sitios tiwanska, aunguo algunos suben un poco mas clo arriba en el valle de Tumilaca (Fig, 6), Sitios huaracane en el valle medio de Moquegua gencralmente carecen de cerimica tiwanaku 0 watt (Goldstein 19892, 1994, 20006; Cardona 1997), Sin embargo, el reconocimiento cn las cuencas superiares (Gwen 1996) ubies uatro sitios huaracane con unos’ euantos tiestas del estilo Ocros y, en un c#80, del estilo Chakipempa, en la superficie, Este patron sugiere que estos sitios huaracane todavia estaban ‘ocupados cuando los wati se ascntaron cn la cuenea del Osmore y que la gente huaracane consiguid ccramios de vex en cuando por intercambio de algun tipo con los wari. Aunque estos por0s casos ‘sugicren la eontemporancidad y contacto entre Wari los huaracane, la marcada escasez de este tipo 4e evidencia implica que los inmigrantes wari mantuvieton un grado considerable de aislamicnto ccondmico con los huaracane. La ausencia total de ticstos de estilo Omo o Chen Chen en estos sitios huaracane sugiere quo, si fealmente estaban ocupados durante cl Horizonte Medio, los tivanaku hicieron ain menos tnlercambios con cllos que los wari Alslamiento geogréfico entre Warl y Tiwanaku Cvalquier iaterprotacion de Ia interaceion emze Tiwanaku y Wari en el Osmore tiene que tomar en cuenta el aislamionto notorio entre estos ambos, tanto gcogrificamente como en téeminos de itorcembio de bienes. Respecto & 10 gcosrifico, la mayoria de los ssentamicntos rclacionados al Estado Tiwanaka, de tos estilos Omo y Chen Chen en el Osmore se restringe casi completamente al valle medio de Moquegua (Fig. 7), La zona de asentamicnto wari esta aguas arriba, cast completamente limitada a.un frca de 10 km’, entre los riot Torata y Tumilaca, incluyendo Cerro Bail, Cerro Mejia y Cerro Chico (Fig. §). Estas dos dreas principales no se traslapan catre si. Las unicas excepeiones notables son los ssentamicntos tiwanaku de La Cantera y Cancha de Yacango al pic del macizo de Cerro Bail, on la Fegion war, y una ocupacién wari pequcta cn Cerro Trapiche, en el rea tiwanaku del valle medio de Moqueena Ya que se tienen inventarios de sitios por recenocimicnto sistemético para fa mayor parte de Ja cuenes, desde la costa hasta easi los limites superioree do cultivo, junto eon mucsiras oxcavadas de numerosos sitios, sc pucde confirmar que esla separacién gcogtdfice no es un accidente del Aescubrimienta de sitios ni de preservacion. Al contrario, representa un patron real de oeupacién separada y casi exclusiva de diferentes partes de Ia euenca det rlo Osmore, ainda 900 00 - ons - ouany oy 0002 - 0051 0001 - auereseny @ way vay em soisanp oven vay vay nyeuemly @ cu nyeveny, aypidesy 0119) ven 7 anbiuayp3 01/9) sofeuorseuqey Somig uey AK ineg 010) ‘myeuenty wate) 2 ‘guereeny obueae,, ‘ap ey>ue) NIRISCTOD S$ 1NRd 4 NaNO U aOA¥R os TIWANAKU EN MOQUEGUA 7 Cerro Bail Chen Chen, Tramo con poca ‘ocupacion kilémetros Wari y /\/ Rio Osmore y afluentes Tiwanaku A Mari (Omo y Chen Chen) @ = Tiwanaku Sitios habitacionales Fig. 7. Sitios uwanaka y wari en lacuenca de! Osmore. ‘sonsuony ons - 0052 0se - 0002 002 - 0S) 00S - 0001 001 - 005 (wusw) uoperag ay van myeuem| @ ug myeuew, O ven 7 ‘sayeuopeugey Sons enBanbow ua um & MmyeueML, suousg pop souadns eipou nouan> © HD A mycuey way) vay) aude ony anbwayp3 0119) eg ona esaque) 2 obuere), ‘ap eypuey NILUSCHIOD SNF NAO AONE TIWANAKU EN MOQUEGUA v9 Aislamiento econémico entre Warl y Tiwanakit Iquatmente dramética es le extaordinaria escasee de cerdmica, liticos 9 arquitectura watt en los sitios relacionados al Estado Tiwanaku en Moquegua. Auague ceratica wari ha sido reportada en algunos ‘sitios tiwanaku, los autores sostienen que una consideracidn de los estilos especificos tencontrados y Iz ovaluzcion de colecciones cxcavadas de sitios prandcs indican que la evidencia de Anteraccion es exteemadamente litsiteda, Las excepciones mejor documentadas son las del enorme complejo mortuorio de estilo Chen Chen en el misma sitio de Chen Chen, Habiendo anatizado material de 334 cntiereas atactos y 2042 cenlictros parciatmente intacios excavadas en Chen Chen por Varges en un reseate para ct Instituto Nacional ‘de Cultura (Vargas 1994), Garcia (1990) identified menos de 20 vasijas de extilos evidentemente exdtices, raros 0 hibrides. Sin ombargo, ninguna de cstas muesiea los stiles Chakipampa w Ocros que son tan aotories en Certo Bat! y los sitios asociados (Fig. 9). Por lo ontario, 1s mayoria corcesponden al estilo Qosqops, un estilo probablemente tardio, provincial, erivado de Wari, que aunca ha sido bien definido y que es mejor conocido en Arequipa (Lumbreras 1943; Neira 1990), Un rescate posterior en Chen Chen (Owen 1997) proparciond 45 enticzres adicio- rales’ de eementerios no incluides en la muestra principal. Estos incluyeron una copa mas de estilo ‘Qosqopa (Fig. 10. 4), y una jarra posiblemente del estilo Yacango (Fig. 10. D), pero tampoco nada de estilo Chakipampa u Ocros. Como otros ejomplares del estilo Qosqopa en el Osmore, Ia copa de la Fig. 10. A esté muy gastada, si se la compara con las tipicas vasijas de Chen Chen, como si fuera una picza traida de lejos, guardada y usada por mucho tiempo antes de ser enterrads, Pari et al. (1996) nataron unas tiestas que tlamaran chakipampa en un sector doméstico de Chen Chen. Si realmente son del estilo Chakipampa, esis tiesios cepresentarian tal vez el Unico indicio de acceso a cerdmica {don estilo predominante cn Certo Bail de parte de gente tiwanaku. Se necesita un estudio comparative dc los materiales cecientemente excavades en Certo Bau para definir si cl estilo Qosgopa, represeatado por los pocas piczas exoticas de emtierros en Chen Chen, realmente esta ausente. de’ Cerzo Baul, pero esa es la impresién preliminar que tienen tos autores. Por lo menos, los estilos predominantes de Cerro Baul bisicamente no llegaron a Chen Chen. Si hubo intereambios entre los wari de Cerro Bailly jos tiwanaku de Chen Chen, hubieran tenido que ser limitados a un cierio periodo, scetor de la sociedad 0 poreidn del conjunto cerdmico asociado con cl estilo Qosqopa. Si es cierto, como sospechan los autores, que la cerdmiea exotica de Chen Chen no pudo haberse originado en Cerro Baul, tas fuentes més alcjadas de cstas ofrendas.funcrarias Indicarian que 1a gente tiwanaky enterrads en Chen Chen tuvo mayores relaciones de intercambio con los ataciados provinciales de Wari cn Arequipa —o alguna region cercana — que con los wari ayacuchanos que vivian en Cerro Bail, solo 12 kilémetros aguas arriba en su propio valle Analisis cstadisticos de colecciones grandes de sitios domésticos tiwsnaku, hechos por ambos autores, permiten cuantiicar el grado extromadamente bajo de interaecion cconomica con Wari y especular sobre algunos de los casos excepcionales de intetcambio intercultural, Garcia {1990} documento cantigades minimas de tiestos qosgopa en varios sitios tianaku en ct valle medio, pero los andlisis de colecciones superficiales y excavadas de Omo y Rio Muerto constatan que la presencia de tiestos gosqopa es extremadamente pequets, con menos de wns docena de sjemplares entre mas de 40.000 tiestos de Omo (Goldstein 1989a). Sin embargo. aungue esta presencia minima ‘de Qosgops indica rclaciones de intercambio entee Tivanaku y los wari provinciales de Arequipa, esto demuestra un contraste agudo con la falta de tiestos relacionados especificamente al Fstado Wart con sitios tivanaku, Con la interesante excepcion de unas vasijas wari asociadas a un taller Iiico ea ct sitio tiwanaku de Rio Muerto (Goldstein 2000b), los sitios de estilo Omo y Chen Chen en el valle medio de Moqucgue carecen, efestivamente, de rasgos de cerdmics chakipampa v ocros. 180 BRUCE D. OWEN ¥ PAUL S. GOLDSTEIN EL enismo patron exctusive eu jeter Las putas anchs de obsidians de estilo Wari, Estos se encuentran regularmente on la superficie de sitios wari alzededor de Certo Bud) (Fig. 11) (Owes 1996), pero se conoce slo un ejemplo que proviene de un contexto timamaku em Moguegus. Sia cmbargo, andlisis de ragmentos raros de obsidiana enconitados en sitios tiwanaku on Moquega indican que estes proviencn de varias fucntes vontraludas por Wari, Todavia no se sube si eso se debe a intercambio de matcris prima o a la captuza o reciclyje de deshechos 0 herramicntas para retrabajarlas en puntas de menor tamane de esto Tiwanakw (Goldstein 21KI0R). Tal vez la evidencia mas hamativa de la ebarcora de inlercambio» entre Tiwanaku y Wari se encuentra en los dos sitios tiwanaky en las ladoras del mismo Cerro Baul, los sitios de La Cantera y Cancha de Yacango (Fig. 12) (Owen 1999), Ambos estan notoriumente libres de tiestus wari, En La Cantera, un sitio doméstico y ceremonial de estilo Ome, mis de 7500 listos de recolecciones super ficiaes sistemitieas y sondcos incluyeron solamente tres tiesios ocros de una sola vasije yn tiesto posiblemente de estilo Chakipampa, mientras que ningoa tiesto wari de estilo algune fue encontrad centre los mas de 9200 tiestos excavados de un basural de este Chen Chen en Cancha de Yacango, Estos datos resultan aun mas impresionantes si se eontempla cl hecho de que ambos sitios estén tan cerea a Is ocupacion wari encims de Cereo Bad como para comunivarse s0la mediante gritos Evidentementc, tampoco habia intereambio de ceramica en la direesidn contearia, Evidencia revuperada durante cl feconocimicate sistemitico de sitios en los valles superiores (Owen 1996) sugiere que los tiestos tiwanaku estan completamente ausentes de [a superficie de los sitios war Feldman (1991) meaciond solamente dos posibles cjemplarss de curtmica tiwanaky entre las cantidades formidables de tiestas watt recuperados cn sus excavaciones en Cerro Hail, Trabajos recientes en Cerro Baul no parecsn haber sumentado este total (Williams 2001: 81-82) Feldman (1991) propuso tambien que cuatro vases muy deeorados de un comtexto eeremo- nial 0 administrative en Cero Baul mosiraron una combinacion de iconogratia wari ytiwanaka. Sin embargo, sus formas, pasta densa, engobe opaco, y bases conwexas y aeabadas indiean que son del estilo Wari desde el punto de vista de su manofactura y su forma. Si ia imerpretacion de la ‘eonogrs fia como hibrido es cierta, estas vasijas deberian relajarintereambios de ideas en niveles may altos de las soviedades Wari y Tiwanaku, en lugar del aivel de la pablacion en genersl, Dado que Feldman (19890) y otros han sugeride que mucha de la eerdmica fina en Cerro Bail podria haber sido impor lada del tervitorio central de. Wari, las imeracciones de elites, posiblememie sugeridas por esa iconografia, podrian haber ocurrido lejos del valle del Osmore Los autores wugicren que esta drastica falta de intercambio de ceramics y liticas implies que otras formas de interaccion entes gents wari y tiwanaku fueron, de igual mancra, minimas. AUctnés, ellos piensan que cualquier intercambio sigatficativo de cosechas, otros bienes, labor, servicios & persenas hubieran ercado relaciones y obligaciones que habrian feseltado en e! intercambio oeasional de ceramics 0 Tisleos exoticos. Aunque Goldstein (20000) sugirid de modo preciso este tipo de Ccomportamiento para explicar las pocas vasijas wari aguiridas por especialista litteos en Rio Muee fo, quienes posiblemente compartieron fuentes de materia prima o intercambiaton materiales con los wari, au este easo unico podria ser explicado mediante otros esquoms de reciclaje v recoleccion, En general, la ausencia de, incluso, un minimo de ecramica oeros 0 chakipampa en sitios tiwanaku Suiere que el contacto ¢ intercambio Fue extraordinariamente limitado. ‘Le huaca compartida de Cerro Bail Cerro Bail esta revereneiady hoy en dia como una huava y el descubrimiente por Williams fal, (2000), que consiste ca un afloramiento de roca madre enoetrad por arguitectura en la cima de TWANAKL EN MOQUEGUA (966 wag) pheg ous 2p 22009 1 fp eng 2p foqsaiap) s01%0 & (opszmbay) adurdyoy. 50} 2p ayfiadns wa sopenwecua sora, “6 3 BRUCE OWEN ¥ PALI. S- GOLDSTEIN Fig. 10, Cerdmica exética asociada con cerdmica tiwanckn de dos mimhas del sitio Chen Cher A. Capa de ‘estilo Qosgopa, Chen Chen 9S Esp. 341007: B. Cops elran esta Tinanahu Chen Chen, Chen Chen 8 xp. 5341005, Ambos (A y 8) son de Chen Chen, Sector 34, Tura 1218. tna tunuccista my eliurla ©. Ker, parcialmente quemado, de estilo Tisaraku Chen Chen. Chon Chen "95 yp. 30507: 0. sara de eva Facango (7), Chen Chen, '98 Esp. 305073. Armbos (Cv D) sum de Chen Chen. Sector 30, Tumba 1656. wre ‘umbascista.apareniemente intact pero. las ela tape TWWANAKU EN MOQUEGUA wee ‘aureus jouuof eanzormbuo 196 ams Sepeuso.y fp dung "FsE OMS “0 ‘opousouay jep odd “PSE cms J fopo.toLy jap ediuod “SE OMS Fs (@ 918 os "2 ‘996 emis a ‘Soe em 01129 29 ‘61 ours 1 Som souosyip 2p 92Yfods 2] 10 Sopo.Uad3D 404 OID 9p BUDIpISAO ap Soy>ue seiund 3p BaysRIe Hy 1] By 19 0219) 2p op 9p aide vpouganb owstu of ap o¥22p tf © oDEU op ap epuaints ope po 20.99 mou 0 lowe) myo) oton42> 7 NIBISUTOD S TOKd A NANO INR TIWANAKU EN MOQUEGUE seh ‘Cerro Baul, enfatiza ain mas of significado sobrenatural dc sitio para sus habitantes wari, Goldstein (2989, b, 1993) not que el impresionante templo del estilo Chen Chen en Orno se ubied en uno de os pocos sitios en el valle modio de Moquegua dosde donde se puede ver Cerro Baul, sugiriendo que cesta clevacidn también fue importante para los inmigrantes tiwanaku. Trabgjos recientes cn La Cantera (Owen 1997) apoyan esta hipdtesis mis directamente, ya que documentan une estructura ‘ceremonial tiwanaku ubicada lejos dct area principal de ocupacién tiwanaku, en las faldas inferiorcs ‘dl mismo Cerro Basi Aunque ambos, los wari y los tiwanaku, aparentemente valoraron Cerro Bail come una hhuaea, solo los wari vivieron encima de esta clevacion, Si gente iwanaku fue permitida a ascender, no dejaron sus propios estilos de artefacios, El cantral de Ia huace por Wark debe haber caussdo tensienes, pero, al parccer, no fucron graves, porgue (os sitios de los estlos Omo y Chen Chen en las faldas de'Cerro Bail no parceen haber sido Ubicados para fines defensivos, ni tienen arquitestura con ese cardeter. “Tiwanaku y Wari en la euenca del Osmore La reconstruceién de la historia cultural en el Osmore durante ol Horizonte Modio sogui por los autores empicza con una poblacion de agricultores indigenas de la tradicién Huaracanc en cl valle medio de Moguegua, Unos inmigrantes, usando cerdmica del estilo Omo, posiblemente llegaron tan temprano como $50 &C. (calib.), asentandose cerca a las aldeas huaracanc, pero tenicndo relnivamente pocas relacioncs con ellas. Inmigrantes de la cultura Wari ocuparon us paisaje escn- ciaimente despoblado alrededor de Cerro Baul en los valles empinados aguas arriba del area huarscane alrededor de 600 4.C. (calib.) (Owen 1994, 1997; Williams 2001). Si los hustacane subsistian en el Horizonte Medio, es notable que sus sitios en et valle de Tumilaca, més cerea e Cerro Bail, no fucran ubicados para defenderse. Los wari, aparentemente, enfocaron sus esfuerzos en reyar las laderas accidentadas de los valles superiores, Su separacidn det drea principal de los husracanc hace improbable que estuvieran interesadas en explotae a fa poblacion indigena, Los wari tampoco parccieron intoresadas en explotar a la gente o terrenos tivanaku. El dnico titio wari en et valle media, donde Is mayoria de la gente tiwanaku vivi6, corrobora esta idea. Cerro Trapiche, una ledera empiaada con estructuras wari y terrazas doméstias, cs el sitio més alejado de Certo Baal y cl Unice rodeado por wexiranjeros» huaracane y, posteriormente, tiwanaku. Sin embargo, 500. 1000 1000-1500 am 1500 - 2000 2000 - 2500 Hl 2500 - 3000 3000 - 3500 3500 - 4000 4000 - 4500 kilémetros fae coe Tiwanaku /\/ Rio Osmore y afluentes (Omo y @ Tiwanaku Chen Chen) Sitios habitacionales Fig. 15. Suis tisanak omo y tiwanak chen chen en la cuenca del Oxmore. wa BRUCE D. OWEN Y PAUL S GOLDSTEIN Cerro San Miguel Cerro Baul Tumilaca La Chimba Omo Tramo con poca ocupacién el Algodonal Elevacion (msnm) 0- 500 500 - 1000 1000-1500 1500 - 2000 2000 - 2500 2500 - 3000 3000 - 3500 3500 - 4000 ee” 4000 - 4500 kilémetros HB #500 - 5000 Tumilaca /\/ Plo Osmore y afluentes Tumilaca Sitios habitacionales Fig 14 Siios nomilace on a ewonces det Oseare TIWANAKU EN MOQUEGUA {2pand 9¢sowsoua s0201 9p DID o]pomM OU 2p S024 40d EpRAPOL PID NpeNte) 0) 2p BISON op soypoyf sop 0) sa ‘opousfour aruowoua8i ejcimof smsutmp 224 1c1 OMS) evejuns Obs wn op OMEA—p UOIDeOraA "st SHY TIWANAKU EN MOQUEGUA is tiwanaky, como el divs de la Portada del Sol (Goldstein 1989a, b). Una provincia antes pavifica se volvio uns region en donde fos moradores tenian que defenderse de ataques, y la competencia por agua y terrenos empujo a gente tumilaca a aseatarse en arcas cada Vee mis marginals. Es ironic que ésta expansion geografica dexpués dt colupso dc Tiwanahu discmind ideas éerivadas de Tivanaku mis extensivamente que todo lo que hizo el estado alliplénice durante sus. sighos de Los nuevos fechados para Wari en Cerro Bail sugieren que éstos abandonaron la regién ‘esi al mismo tiempo que Tiwanaku entraba en colapea, No hay nada que sugiera que los wari fueron sausantes de Ia desintegracin de Tiwanaku on la rogiéa, ai que los tiwanaku fueran responsables por el abandono de Certo Baul por los wari. Se supene quc ambos fueron involuerados en un solo proceso que, por el momento, ni los datos palvoctimatieos ni Ia evidencia excavads pueden caphcat de manera aevuada, Conclusions Los autores proponen una serie de conclusiones en base a los reconocimicntes Hevados a abo por ellos en la euenea del Osmore y a excavaciones en varios sitios tiwanaku en Moquegu Junto con los dos de Certo Bail, cllos ercen que esta sintesis puede provser una base para entender Ia relacion entre Tiwanaku y War, y cl eolapso de Trwanaky en Moguegua |. Tiwanakw y Wari probablemente fucron contomporincos en Moquegua entre 700 a 1000 <.c (calib), si no antes. La ocupacion peincipal de Tiwinaku en Moguegua emperd cuando Wat ya estuve establecide en Cerro Baul 2. Tiwanaku_y Wari simplemente imersctuaron muy poco on Moquegus. Las partes de onde se asentaron fueron en mayor grado exclusivas en cuanto a lo teritorial, no ini Vietualmente nada y, por extensién, de manera probable tuvieron un minimo de contacto social ambiaron 3. No hay evidencia de conflicto militar abicrto entre Tiwanaku y Wari en la cuenea del Osmore, ni de que In gente tiwaneku, por lo menos, temicra un conflicto. Sin embargo, la ausencia de relaciones evondmicas sugiere un distanciamicnto social considerable 4. El intercambiv, o control de intercambio, probablemente no fus una meta principal de ainguno de los dos, dado que ni los tiwanaku ai los wari inteccambiaron una cantided signifcativa de bienes arqueologicamente reconocibles cntre ellos ai con los indigenes huacacane, 5. Ninguna de las ocupaciones parcve haber sido orientada a explotar a la otra, ai a la poblacion indigena huaracane, 6. Wari y Tiwanake ocuparon porciones distintas de Ia euenea con condiciones distintas de tope- grafia y ogricultura. Los wari se asentaron ea una zona accidentada, como su Uetra alrededor Je Ayacucho (Williams 1997), mientras que los tiwanaku ocuparan wna zon ¢un topografia que se presta @ agricultura en terrenos planos (Goldstein 19894, b). Cada uno puede heber simplemente txplotada la poccion del paisaje que le parecia mas familiar 7, Pusden haberss dado tensiones asociadas con el control de Cerra Baill por tos wari, dade que dicha elevuciOn foe eonsiderada una huaca por ambos grupos, El control de la husea podeia haber ado alos wari algun prestigio © poder mayor en relacion a Ja posiefon de Jos colonos trwanake, K. A partir de #50 dC. (calib.) existian dos grupos distintos de poblaciones relacionadas a Tiwandku cen Moqucgus al nismo tiempo: las que utilizazon e] estilo Oma y ls que ustcon el estilo Chen Chen 16 BRUCE D. OWEN Y PAUL S. GOLDSTEIN Los grupos tiwanaku, wari y locales en el Osmore se mantuvicron notablemente separados y diferen- tesa lo largo de toda la duracidn de sus ocupaciones. 9, La ocupacidn tiwanaku de Moquegua asociada al altiplano (erminé con wn trastorno social alrede> for de 1000 d.C. (calib.). La ocupacién wari aparentemente remind casi al mismo momento 10, Los descendientes de Ia gente asociada con Tiwanaku se quedaron on la regidn bajo circunstancias escentealizadas y campetitivas, y se expandicran tanto rio arriba como rio abajo hacia areas que antes estaban deepobladas 11, Bn contraste, los descendientes de poblacioncs axociadss con Weti go mantuvicren una presencia cultural en Ta tegidn después de abandonar cf ascntamiento en Cerro Bail Las diferencias persistentes entre 1os tres grupos intrusivos en la cuenca del Osmore (Ome, Chen Chen y Watt) podria sugerir ua e580 fuerte de mantenimiento de fronteras sociales, © boundary ‘maintenance, a to cusl uno de los autores ha llamado «particidn cstructurada» (Goldstein 19898), Tat Setializacion de fronicras sociales podtia haber surgido de tensiones compettivas relacionadas al control de la husea de Corso Baul, derechos a agus de riego (Williams 1997), y/o otras recursos. ‘También podrie indicar simplemente que los inmigranics al Osmore eonstruyeron sus identidades y snogaciaron sus rales personales on términos de sus Tugares de origen, tal como sugirié Murra (1972) hace afios en su discusign acerca del asentarmiento multeinica. Los extranjeros en él Osmore parecen haber estado mas interesades on micar hacia su ticrra que en conocer a sus vecinos. Agredecimicntos Quisigramos agradceer a los numerosos partcipantes en la Asociasién Contisuyo (ante Fioemente el Programa Contisuya), desde los pioneros como Michael Moscley y Robert Feldman, 2 las muchas decenas de estudiantes y profesionales peruanos y norteamericanos, quienes han pro~ potcionade sus ideas y esfuerzos en el campo y gabinete, a fin de Vievarnas a la posicidn de poder Fecotstruir tanto de Ia prehistoria del Osmore. Asimismo, quisiramos agradecer a la Southern Peru Copper Corporation, por su apoyo constante a las iavestigaciones on la region. Las investigaciones de Gruce Owen han sido apoyadas por becas del National Science Foundation (N.* 8903227 y 9982152), la Comision Fulbright-Hays, la Fundecidn Wennet-Gren y ottos. David Keefer, Charles Stanish y Mark Aldenderfer prestaron apoyo para los fechados radiocarbSnicos. Las investigaciones de Paul Goldstein fueron apoyadas por becas dot National Science Foundation (N.” 98-09720), el US/ED Folbright-Hays Faculty Research Abroad Programm, Dartmouth College y det H. John Heinz 1) Fund. Julio Pinto, Rail Menait y otros miombros del equipo del Musco Contisuyo ayudaron a redactar una version anterior del texto. La responsabilidad de cualquier ereor es, por supuesto, de Los autores TIWANAKU EN MOQUEGUA 187 REFERENCIAS Bermann, M. P. B.S. Goldstein, C. Stanish y 1- Watanabe 1049" "The Collapse of the Trsanaka State” A View fromthe smote Dsvimige eh: B.S. Rice, ©. Stanish y P.'R. Scar [ods Beology, Settlement and History 18 the Onmore Drainage, Pata, BAA Inernational Series S45, 269-288, Onto Cardons, 8 1997 Rescate arqucolgico en ef Sitio Mt (42, vale modio de Mequegua, Par informe de amp presenta af insticuto Nacional de Cues, Lin Feldman, R.A. 19402" "The Barly Ceramic Peviods of Moguegat. ex: D.S. Rise, C. 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La diferoncia reside;'en qua ias etapas bon unidades do semejanza cultural, mientras los perfodoy scn unidades do tiempo o, més espopificanente, unidades de contemporaneidady Vehtro'de un fvea™pequefia Grica, las Unidades cul'turales que,se asemejan Macho por lo general son tambidn'contemporéneas, por lo que ‘las @tapas son oquivalentes de los perfodos. Sin embargo, ‘feaaxtio el pyoblema consiste on‘ equiparar secuenckas locales ‘sobre un drea extensa, es de esperam que las tapas estébie- Ididak en virtud de criterios da dnigormiiad produciran dife- ( Pentps |yinculaciones que, los perfedos, debidolia los efectos ad 2h difusién, El examen de loslpeoviemas relacionados con da drediizacién doisecuencias grqtenldégicas.sigiore yke los perfodos guminiatrarfan base m4sjdti) para la interpretacién cglthral qe las etapas, a condicijéri de que,los priméros es~ : tén“Yofinidos con referencia a aljuna secnencia local jetetada 4 Que eq conogida jon. prbetsién ay {detalles (4). ! i ( ace 4 vith : | Hémos dicho'queslas otapas: brn {unddades|de sonojanza | pjgonclrazy tad linidadbs oul turelébjodn asignadds a 1a wismale- | @h-uho 6 mde oeted gue han S1do}selbc+ | /fapat cdando compartel ¥ : “| (elonadds como @idgndsticos para pio jotapa, 'y Farecen del otros i+] faskos qyue'han sido consideradus' domo @iagnosticos, respecto !! ; é'a las etapas respecto de o~ || [ae tras otapas, Lo que disting j [trod tipos de-tnadades clasificatorias ftndadas en la seme- +) janza es el echo que sé supony que!las etapad sigueniunas a Obras. eniun érdan f4jo. Cuando sejutilizan etapas, todavia se . detbrmina a yecog su orden a la ingnera dé Adb:sighos XVIII y | XTG! pér deduccién a pgrtir de lalteorfa del) progreso; pero cn te brdctaca arguooldgica ol orsen os contpolado ‘general- mente por secuencias ompiricanonté establecthus, ' : {! abe ree oar eee atquoolégicasj locales; puedex . ugarse dos tipos de etapas, [4 logjque propongp llamar, 793 pectivamente, “etapas simples". y ‘fetapas complejas". ‘I's: ata~ , bas simples Son las que ostan definidas en viltad: ae lat pre- 1gend.a o angencia de un faico caso: por’ slemplo, podemos' ha~ ‘qiat en un drea particular que lds unidades calturales que + ‘conlionen alfarerfa,son posteriot)s en odas!pertes a otras unifadés cultarales que carecen do alfarerfa,, $ podemos usar | esta opservapisn como, £ijjlanento [para ‘lefinii dos etapas! tna + ‘etapa ho alfarera o precérdmica, |v otra cerdmiéa, Noles im- 41 pregeipdible|/ / que presamamos die la alfareria debe gstar 4 acoppafiada pbr cualquicr otro | so especffilco; la relacién'’' entee otros rasgos y el que ha s{ilc usndo para,Mofinir asi e~ tapds puede ser tama de investigtcién utrecta, En cambio, las Cee EeerREea : ei il ! | ‘ . | @) una primera vérsidn de épta phpriedessn fuel olde len | . 1a Quinta Neuntén Anua), de‘Laitrdaber Anthrepological Society, | yon Berkeley,’ el 13 delinayo ad #OGL, Conatttuye, on resultado ' secundario de las. invéstigaclones! arquseldégica: llevadas a! cabo en Berd gracias a un siidsiddi dejla Hadional Science . Foundation, cys apoyo recoioxcojayradecido! Hu aproveciude eritigas y sugestianes de, Thecdofs D. Ho Covm, Dorothy Nen- 7: gel, Jonn V. Murra, Mildred iDtekéaan y ‘thomas ©, Patterson, } Pe ere eee “de cultivo, crianza do animal RoW’ - 3 - complajes son etapas definigas sabre la base de varios scos difeventas, que v2 svpenc gue aparecen en forma con- janta. Por ejemplo: si oa cl dvea que ostawos estudlando no~ tamos una correlacién frecuente entre la alfarerfa © indicios youl arte de tejer, podenos dntentar el uso de todos evos cuatro wangos juntoa’ como cri- terio para distanguir una etapa cultural, separada. Podemos poner de manifiests.Jas liwitaciones implicitas en el,ugo de etapas para la orgeniacion de djtos arquoolégi- os, mediante el andlisis de jlas relaeiones ontre log doy ti- fos'de etapa y lo que podenos' dcteralnar accrea de cémo so produce ‘el cambio cultural. Ma «1 enorme cuerpo do casos. iiis— téricanento documentados que esta «ora a nuestra disposi~ cién, es ovidente que cada cambio cultaal'qus tiene logar ypaTee desde un acto de aa dndavidue nico y sé difunde me~ ‘diante un proceso de imitacién.. May casos en los ¢ ise gana con introducirlas, 9s el misuo cawbio os inaedade Indenendiatewente por‘mas de un in~ dividuo, pero ng scm wwy comunes, “na vez quelun nuevo tipo de condacta esta on existencia, enricro; mucha! gente puede i~ witarlo simalténeanente, y el cambio pacde difundirse con cierta rapidez. Por Jo general, los cambios se difanden con auticiente lentitnd como para que sxista en 1A trasmisién una demora percoptible en toda ocasién que esté iinplicada una distancia sustancial, Una complicacién adicional ests coxstitulda por el hecho que los cambios ytte tienen lugar e- un drea particular co- mienzan en Aiferentes partes de ella, sua como resultado de Inveaciones loceles o de traguisid: desce dveas vecinas, Io: caubios que tienen diferentes punt:s de origen, aaturalmente, se dizunden en direcciones viferenlos. d interpretar ec). re- gistro arqueclégico en Tancidn del cumbzo cultural, es Lmpor- ‘Yante detersinar ~por conziguleate- en aué direccién se di- fandié cada canbio,y ~en Ja maida de lo pozible- dénde se o~ yiglid dentro do}. diea en auvudio. - Bl uso de cnalauser gist a. at imples para rela- cionxr secuencias erquccldgicas locales entre sf habilita al investigator para estndiay Cl orde:. en cuag30 produjeron los cambios, pero no pare dutermiuay diferencias en cuanto al pinto do partida y divecetin de la difastén, Bl Ufmite de la etapa es el clonento constante, qu: debi se> mostrade en el gréfico de relaciones como ura linia recta, Por supuesto, os ta dificultad puede ser piel. dawectigador puens re~ ferirse a fechas absolut: wn sista, divtependionte do periodos relativos para el control de cortemporaneidad. Bn u- no W otrocaso, ompero, no nalia necesidyil de recurrir a las etapas para vincalar entra ecugheias locales, y nada Las Gtapas compLejas operan cco las etapas simples on Ja medida en que los Tages que suponemes son “iagnds tice: para Wn estadfo particalar psyan sido ofcetivamunte iutrode- cides al mismo thempo y oe hiayanviacade y difandide conjun~ tamnte. Si los rasgox jitico: tieuen ortgenes aiteren. tes y / / Aifusadn pay rado -como frecusatemente ocarre- el investiy der ane asa tomolejas ce encuentra a sf as, en las une wisn Crabadcis con transiclon:s intre eta: 03 Alagassticos, pero no estén presentes algime. de lus ra thaetén en partigeler coan- todos. Jaz desvent , pete do'Yas transicnxones pesnilan tener yarios siiflos fae extensién- son tan notorias que wo e3 necescrio eonentatlas. “y ‘ i fat us i Qa razén por 1a cual talf situnciéa puede, prqductrse es! quo Joe Arqueddoyos que adoptan un: atstema dai etdnay conple- jaa como. armazén ‘pita organtuary dats ganeralmente lo hy= { cen 9n un momento demasiado temprano d2.sus vines tigactones en ol dyea en cugition, Quizds tongan ana ‘bughe tdechoncia, cuyas unidades oscilan:enm longi tua) ontire, tresctentos y uke nitutos Afos, yf lachah|con eh, probloma oe ebagionar con 611. gahtidad de untdades eulturales, alplad. “iptraa' partes det: aba. Tas anidate’s de 2a socvential, cb tage Box demasiado’ ek tehsns' como Yara revelar diferencias, de un siglo :0 dos en 1# parhcide de nnevos rasgos,,y 1a, falta de otras secuenciaa | 1 qug ypaedan ser comparadgs elimina 1a pouimdidda de hallar gut ‘los rasgos dingnésticos' aparecen ea dite orden en, distintas partes del drea, Séio mucho aesbits 63 aparecen | las debijidades inherentas a este uétetla de ‘otilizacidn de ‘a. tapas complajas como armazdn interbretiatava: i¢ Pane puade ob=. esisbed juna Sea ee nds precisa yj duahéo se han} { ablecido otras; Jecudncian Ioeales, i egract itanonto, en. i este nontnto todos estan acostumbradds! a! pensar én funcién ‘dé las etapas’ tradicionales, y es muy ad fCodL) abl: figherdas y cee 7 menzar de nudvo: con un jaistema mas * ek At " etfs ct |: bidihde ot, regidtie atinloor dgicb conf ‘a: ostdn, ble fopockes Fesulta induddble que ‘en ol érea siempre vo onclont trdh d4@g{ados vartos, taggos cultaralesy on feria. tal goe ¥ ‘uiéren'ighe su introducddn fae ‘Sonjunti, | el hecho } puede | oe may ‘signifigativo pare fia interpreta ciin: curser Es muy -colprobable {que la‘asogiacién'’eh esta Torna de Pasgos diver! +808 ‘se Yroduzca enjel Area en que Seren, inventados -adn- cud) do ‘Habs dran jsido:tavdniades enj.bn Gmacis Jugas [Pofgues ta an -vena én igor! Es tay Md Woceso:|bastantée rare; 1Aaheituackén md ‘cowin Ba"qud los Invendiones ‘tehgan Mujer tna Pelee Bo] gnbar gos jung vez que vsq’ha efedtuad> una! sexs ude? Ravenedond es F due 10d nyevos rasgodiise ban’ Sie panal noi bobre"un" Avea exten 3a, pueden ducdar azoedddos ontie uf comp partes de un modeld Gol korgtianico, jy go ny probable que ontonnes' ids raagos ag | gogiadas se jivasnttan domo, vile tnddad. Vor condigilente, Lal ‘andolacisn de varios rdsgos dh pu écea dada pete “suger! ra’ |: inyestegadox, gue esta tratando. pon on nodeio! snbréduc tas deg de alguna a fuente exterior, +: . See a Oe ane qaetete net g zavonant og té se defiice qua un etd 4 tal do o- poede dar mejores resultado: én un drea cue’ pa stato ‘sone FLAN varias veces’ ainfluencias. a! kternaa inten- as Que tn el. dea jquo jconstituyd 2s fuente de ‘esas infiuen- eins. $1 veshlta has f4cil odechar a1 registrs pryagolépico | 1b de Barspa qhe' el del Cercano Ortente al Sisteial.de tas :tres, Baiides, ol iota vol puadd reaidir en que Ebropatfue, / / pox eilerad: el.’ polo recaptdr dajl}.asy int"inenctas! dol! Cerdano OaHHE rhente,, ¥ que en ocasiones’esus: influencias 1dgaron en dovis Telativaiente greades a. { : i I i Inolusiv$ en ntops tafiadesvacién pareceyno sér may poena. B bart icalurmenttg ) intor! 9a0be C1 anilisisi del probie-j fe due ‘tizo Puidde en 1951 ee capitulo (XII): Za ‘ituadidn} europea ost ‘couiplicada por uns ergajca confu- 3168 entre: etapa y per fodo 1 contra La thal oye Re Dhutel viena i : i 1 y " H ‘ now = 5 ~ ‘La fuente de la large y continsada populariaad do lag o~ tapas compleJas como ayuda para la interpretacién arqueoldgi- cavidggeants en la persistente esperiaza lweana de obtenos al~ zo por nada. G1 método ofvece dow tipac ce aliciente. Ba pri mee logar, $1 presuminos que ol catia cultural tuvo lugar a través de una serae do tapas ynrfovnes zobre on Area ba, el establegimiento de ma 'yecvescia Tecal aislada nos proporeiona al wevos el bozuudjo dol Josurvello cultural det Arex total, Salve cn lo que selrefivre a detalles menores, no hatfa necesalal de buscar otrds socuenctas, y podria ovitar~ se gran cantidad de Jaboriosas|lnvectlgacionos. Por gupveato, facapts ia economta y no ge have ta Inveutigacién, nunca descupreré La debllidil de ja prgane?én original. el eso.de est ten- sh Ba segnndo Logs proweter uf atajo para liegar a ints nds Bi asi ocurre, no oa ala gdea de etapas complejas gn cusnto clapas, sino debido a ont vieja y persiatente agociucién -ntre-las otupas couplejas y 1a teorfa de la evolucién ev} tural, Legada por 1a filosofia Social del siglo XVIII. Iu teorts du ta evolucién cultural, cowicnza por presumlx qe toda,Js cultura hunany se desarro~ lla a trevés de una seri de ctspas comple jas,mas.o monos u- nitorues, de las cuales la | nuala,aota Fopresentada por la cultura occidental da nn: : dias, Jas actuales etlteras ho oceidentales represeut-r Das lénos avanzadas del wisme desarrollo. Se capo que cada stapa outs caracterdzada por sleterminade modelo de instatveinnes, de wangra que cierto tipo de tecnologia est& asouiado eon Aerto tayo de organiza- caén social ertas econtmicas, polftiteas y religio- Kote &itino usps via Qvolucionista es part te utractivo para los arjucclugos yue buscan an atajo terpretacién cWltural, posse propoyeiona un método para reconstreir aquellos aapdebsa cxltarales pia los que el registro arqueolé;ico no sunlit peiebas dixvectas. Un e- jemplo particalurnente elexe y iszacsto de La comblnaciéa on- tre etapas couplejas y beoria eveluclonista para la interpre tacién arqneologica Ja proyardio-an las siguientes cltas ae ana obra general referente « Ike srquzodocta del, este do Bsta~ dos Unidos! SS ios cbtigle jos parece, pretaciones culturales ana de algo inherente “La tendeneia general del Jesarrelio evltural en ol | teste de Betades Unidos Ga iam:laar pare todo yoien po Noga conoesmiesto Ae lu higtow.a huwiae (gaze? evolo. 1 Hidn cultural), ... 4 partis: de nuestros conockmiontos gobre 1a etapa cuitin:) xunorl de estas geates del Ay *caico Lomprano, yodcmos* presmmix 4jee vivieron en grupos Yo bandas de porsouas eetvochanaite emperentsdas, que "probaslemente / 7 supenfan deagender & traves del padre "y evan proballomente patritocals. ,.. Las bandas loca~ “Les eran por Le generel exigamas.+.* 0), Como es natural, los ities. do campamonto de la gente on guestién no proporcionan priebas darectas sobre L{neas de Aescondencia, norias herelitartan o castumores matrimoniales. Cowo Gl autor chide de decix, css jaLernaciones derivan de as presueciones du la tcorid evolucrontsta acerca de la cla+ protestanto desde i (1) Graftin, 199 2 pga. 352 y ashe BEEBE eee Wie tee Fd i ‘ Hh eee ! pale yy ! i | bose i owe’ = 6 #1 i ie { es ' 1 3 lac oxgansudeién socsal qib debs estar abociad con!ios: Ipa, nones do subs4stencia y la tecnologfa observadds en él] yr etre arqueoldgico.' ‘ | 1 I i La nocién evolucionista do etapss compléjag, caractemi- zadas por la asoctacids ontre costumbres, instifucionés e ji~ ae particuldres, no, surgié dé consideracidn aigina sobre{ Benebes arqueolégicas! pertencce nas! bien bila‘ feorfal socior Stica 'y etnolégica, Su grado de wall dezjioh: tifaye fubdanléh~ Kjymente an problema etnolégico, y le} camino wah eviddnte ‘pa- demostrario es/preguntar 52. taide pretandidad asaciaciqnes curren realmente de manera regular en lay. cultiras sobre ,las luales ‘puede obtienerse informactén etnogififica. jBn lo esen= qiat 1a erftica de Boas a la toorfa! evoluctoniata’ fue qua e~ sia inunca Nan étreciqo ras- qa fag g,no ocurrfa, y 19s evoluciontst gpta ‘satisfactoria a esa vert cate eae al a Ais tale i ti luso de porfodos e1i 1a “tonstrucetén’ as ghiesqueletq q ‘ferpretativo~ “argueolégico puede elidir-Jas dggventajas y | ntact ones que presenta el uso deletapas' con eda fynalidad, alg Gunog autores han intentado obtonertital verltdja'mediantd un vaele gambio ae’ nombres: érigieton 16°qle i eo eatreniiaea jon | ‘ide etapds pero lamaron a ésad etapas, {pertodos,'; jy) wieron quel Tas, unidades col turalds auerendn. en la nigma., j] A.aproximadamen te contempotdieas. Por gupyesto, el! i} 6 "3810 spreguce confusién.” Pavabelualss edta ‘error deve ‘| foiled designifica- | : ' ibe ah i ‘n i comonzat ‘este eradagd, aefiht a, loniipertéllos com) uni- ( dadbsiide contemporaneidad. . Bsta definteign significa’que,.|st i |) hayFalgane razdh para ‘considerar como contenpordnoos, a 'dod ~ | nuhiontos arqueoldgitos o a dos miidades cultucales, cualas- | qidbra}!debemos qsignarlod ‘al! mismo! période sin‘ prestar aten~ — érshateudn diferentes -puedah’ ser uno de otro, Sd hay algdn | no tf ‘a pansar gue unaluhiadad: noi derdinjca,de,una parte .es : cOnpempordnga ‘c age uniilad! Gorpeiealde,opra paate det roa, | ambas deben! a3cpa ane in al fn silo iperfodi|i a despécho i hen ee qpntraste en ellanventaribs Bh téninodjhistéricos, la culta- | ativa termihal de Tasmanin péétkiecis al ‘imi ano perfodo' i | La ienltiva victoriana dntedal de Inglaterra, ‘no obstante 1 Aferentes que evan entre et éubas fultnras. idea do enplear ponies ‘ie tempp hérativo, ¢ lugar. ‘tdpas para constrair tna ‘armazén paral la interprétacién ie gheolSzicatno,os nueva en akqueoloine perd su'uso ha sido, ¢ Lahte ‘Timi tad. Ta idea fue propbesta en primer término + i W. HL". Potaie en @l#tr4nsito do bn siglo a,otro, como hicién para o}. problema jdelorganizer" los’ dato’s “arqueolégi- | 7 / del Bgipto predindatico (Lt). HL esquéma de Petrie i ist{a‘en una jserie de perfodes numerailas,: a leajqauo amd + chas secuenciales", La bago del’ esquemuiostaba cons tituida i ‘| una seriacién de gran a ‘de, watorial. do tumbas so-} | Gn} lod tipos alfarerosjqie dontenia, Otras ‘achumentes: fuc~ asfqnados a'la secudnciu'lgn virtyd do st szockacién’ con tisos*alfareres de Petri [ine Fi ~ oingd 3 Fee hk , ‘ t i Hi (1) Petrie, 1900 y!1901,F * Peete feta eelate pe nm fqebale yecucn explorsesenes dg seis periodo, ai un exlicote HWagazine en 1°: peruana en oie ndwerea con les el eucabesam son menc.on: “Yercer Per Oe sfodos po trabaje d2 Poirze de 15 culo que pebs.cé bin UbLe avole gens 9 on 1992, Jos arti toda ol de lac tava Inca"; sictema de estilog 330 va espace 1993 un rid dascutir » absolvtar enro rfouos 1903. EL gicten: 192k en un cole ce.one: sontes poanac a le alfateria } par: (1) hie x86 pox cronoloxico® ea wuiiada. Uaioe chance” y abandoned La Minades euthY culos isms nor S1wawente fan a Ubie rue tava ages ie todas Las aparssrones ran ser consiuers nes oEer ac, adn pinarsins sa 1922 4 avy awol pr inoriame Cueto ae enativo hora conte @ inca ©) art i Rows ~ 7 emise los resultados de sus ory Polivia on an sistema » peesonté con mayor claracad pablica en Harpor's Monthly iyo Lx enlturas do La costa pie 82 prepovciona nombres nt va desimarse s perfedos. in cieces, smpero, los perfedos s stcerns: “Werfodo Tewprano", se, ia wzalizacién do pe- side infivenciada pote] evden otro art{- s§e erszadai entre section- Laos a4 do: “lorizontes ercno- hevtoduc en sos cuales esti— wulor a5 3 digandiaron sobre Liomé "“tevizonte croasiégics ibe glco de Ja cul- odos po} mnie puilie= ‘anoas (1). {So conbempe nt riclos alitoralos, en bajoz porteriorss prefi- vencia a fechas 3 apsolutas es- one aiid el estndso Asiéa dg sa : y Aeepués de samo L'fendmono de la snante dt gue Unle ha- “how sonaae eroholdseos", y chy sv propio astema de Nia ie. an Re feacaes sparte1é piblicade en reeber y Strong te lafoem smo/de Kroeber sobre ugiienke, es03 pertodos has", y oe wsaron a0 awlbernative en es- , } axpresién "hori zonte pablicande en 1913 \néz, 342), pe: idoa se ynaformidades es— én de comenzar sv y gue a Witneidn de Jos - ay [gees gefforalizada’ para Nordvsay Hungria)iSilesia y, Serbid i : ae ! 1 tigi, = 2! 4 j | « Hfos tos inrornce ab-ros t&mnga: hori gente") *perfoao” Is sugdore que Lal inspirycién genoralidel] eaquana de Kero! Ber fora @1 tipo de periodizacioén que as c Triente eh geologfa. | 91 ‘informe sobre Noche, Kroeber, piso deymanifiekto la Limpor~ itancia de efoctuar|una distindtén jalstaindtica otra tiempo ly idstilo,t|y para lograrlo atiliz§ como ~ HECUTEO este: sosquema de : . Perfodos Q),) Bsta, 097 una a assets i Jasnayor,importancia eid teorétiéa. | | i . i " ENI1929 Kroeber dio " sdeiel Tabak Ob ‘al kas’ perfoads, -qut- pads do dewerdo con L. Me orNeate | (cbn; duiieh éstaba trabajando Néntonces sobre textiles peruangs). fos nievog':nombres fueron: {Berfodo “nal Petfode tardio;~y Parfodo |(u Nbrizon}e)itnea (2). Bete hic! Liiptiied‘ cambios én lo defintciém de los, periodos:: il" oa- ‘quama dé Kroeber, con los nonibijes ‘al gnados a’ los /perfodos'en , fde amplianente usado pow otros peruanistas hasta que fel mismo Kroeber lo abandoné ei) 1th G). tied + deel Yo othe sistema ac perfodos 3 el gue; Gopdon Childe. ided 1 dn "192! Teoma Ans tromesito ara dntdryretar 1d arquéologta de uropa gentral (4). Childs leons trys una jpcuiéneig! ardueg]¢; tenet onal’, y paso.a las untdadas!caltabates, de’ exta! se— ee 3 rétulos Danubio I, TIT yi: TVA continuacién | findtilthyd Guatro perfodod, cor: pind ga jiedas unidades | So dE los; que donaniling Perl ‘odes: tY.: Bn; un'jestudio Ty, publicado en 19995 !, camp 1S ° eli la do’ portbdo gi eoHlocer un! total Sage j1as ;unddadeb “nb | Fegan, iredudidlls a star a la forma en que(Chi-lde: ugaba' Jas‘ dosignafiones T{dos en esas publicaciones,; resuktapbidstante evidente ae Beta efectvando un eSfuerzo Gongciante [por distinguir Nentré séniejandh cultural..'y, ftepe ee del? lye Inlodo aug! if Hizo Hive a iit [ antl fo tamen tet praddeubeans boot tt ja ririté| que este esquema de, portpacs a iBjrdpa‘cohtral :ge nspiré Jen 1a! pertodizactén dalvacs TPompsda para Jia .arqueo~ Yosalia (publicada’'en 1912), yeni i siatend "pe~ Tiddée'“ae'.Arthur Bvans para ‘Chota winowea) (jado’a conocer Dor jprimora vor on 1905 y 1906), Sin optargo). ni Wace -y. jThomp- | eel ‘Evang, eféctuaron en realidad, distindia alguna ‘entre ay lsemefanza cultural y tiempo, :Ambos Sguuowas dstaban refdridos { Béduofias / / dreas enilas quo prteiae! de’ Chizaé go! 1924 jcc iprducoldgfa europea. Heal aquello no era necesarig, Ia stitayd und dinoyacién én la hh i jan, Banter ha sofialeds gt chizde Mada haze por. 2. ‘Ta ‘alencién sobre el uso-de: perfodns, y Gatos fueron £4 ments, pagados} por alto cn gus wadlicis(sopre los detalles de iN ala afquectogis ycentroouropea eae i r iad ay, Idem, pdg. 229-7 12) Of Meare" y Kroo kx 3 nor, 1930) vas, 100-113. i Koeber, 194K, pigs, 195-106, Ii.) cuitaé,’1925°b y 1925 a. 0 (5) a 192518 y ediedone| Mey Daniel, 1951, pg.’ 355 | ff i j feet : ' eee su pagutey i ‘femprano, Perfodo Hedid u Wbrizonte Tanuanaco-Epigo- . Wy ol. posterior eftudio do ‘Ciilde cefsronte a la ayqueo~ jogfa do Granfiretafia;! of “uyo,de porlodns cofttuuye un trasgo algd mds, promjnente (). Yatajobra cupra’ un Margo temps, y coktiguied te é1-poaord go! perlodog wtilazadoy ha 2140 au~ ado ee Sain shpat s6, mlentivas bros: autores hah co- gado ilor 4p ‘gojeral conf otapasyy es ‘confunditeron con po- Childe comenizd’ coq persodosly Los cohfuydis luego: coh us perfodos ostan Aefinidos con relacién a Los |can fados en la alfarerda, Jejlas ‘terres cretosas de atgrea maridional, y Lanonta ag, hallar “equealeutey” de mati de elles en Yorkshire yiwaBacseia (2s. Hesattal elelaro ybe enveste andliriy Childe estaba pensando en Janias qulturales y no gn cy tanporsncsuaues. i 1 Qtra traticién més af oth a 4 1 p Te porfodos fie anicipda J..Ay Ford on Louisiana) y, I dppt on 1935; Irving po la aplicd en ol Caribe von -alyonas podificacrones| G ). i funds sufesquema de poricdols $n la frecuencla de apari- hq me je tipos| caramicos em Las encia confla que es aban onadozs] wientgan Hose Uad cla;frecuoneis de apardpien fedgnado gy mbentaag togee 28 9:0 tg). ‘tanto Ford co- fl Rouse refirieron'sus sistemas a temporajes zon |! hedélogoa quo par iclparof: on el’ Pre yooto; Vallo del Vjré en Bas WtLidgaron on ‘ol Port pn Lind tada-mediga un sistema do 5 rfodos basado sobre la. sxpertencia de Ford (1); eta ohbar~ at nde leg to egto!fogrpn presentadas gu scpcapn do otapas ' (5). {las antorpretaciones ¢ eke rast tar 5 y iL yoo 29H3,} ara da, + arqheglogta House neque iboves gait lo las secuencias cultiirales ‘orma [tal que los nombres .de loy:perfodos quo habsa estado u- caer bandos dit obhuond fe poxtodgs 5 ; 8 ng fparecievon nofseguir siendo Aprapialos, EL "Perfodo - descubriintentos. habla ox~ hacia abras en. el? tYelspo an Beupyno” ge chable gonvertido eq denayiudo largo, ,y el |'Po~ see Medio" ino cafarya on les proximidades dela partg media , "ag all gecupn HOcida., Parselome en 1955 que 1a ie olo~ bajo :{ pre thal pgtunnh aivalgerdids un. val eso. tnstrumento de) GYahas se aodndond|er jatuteua de. perfodos, y que un: 8 jusltolide: nombres hublera jalvado! las Wticultades que'jgondut } | jorpni a’ Kroebor a:dejarlo! do-Lgdp,. Segiinslog criteriog jque Kroeper hab{a" utilizadd para’ foiviwlar cl esqucma.origidal, , us habfalanoratqug presghtar, sels lpurfedes en ilugar 7 / i qua- i + trol, y la cultura Chavin que orsrapa’ onielll segundo pem{ddo | 1) de jajoueva serie~ maycaba icharaionte an Mori zonte erditolé! |, gteofifon 2a mima forna wus Jas, vulticas. fica y Mfiahednaco i lgdpar". Por! consignkente!* prosusel pa. ip perfodeslios | hombr$s Pérfodo In 1 florizonte Yemprand, Pexiodo Ditermo- \ ALo Tomprano, Horizonte Medio, larfoda: sift tardfo y | Hori zpnte afulo' (6);; la éxpery eee prente ha confir, 1 fie mado Panett idea go apt eal ee q ! ep i Wo8 oa parecer 05 baptanta, ehpero, jaue. los pqrfod jos] | Pr i 9: ho ! poe | eee t : I i i tee ia3 Childe, Seren ; ai Heel i Gonparar Chtide,! 190,, vigs! By 9 y mapa de ia pap i+) 1a; ver también Childe, ovo, "} loa ye Pe i HG) Ford, 11955) yi 193 i | { i + 1k) Portege ploy: Ford, age? i | ' ! » G5} Por} eJompioli Si¥ore 3058; Mennetk y Diva, 1949, j ; KS} nove, 1860°Lesaoveh L996) TT ' : | pst ‘ ft 1 _ Hae of i eee | Lit t , ' 1 1 squoma -on Ja format enyqué fueron, ded eden sbr contiderddos cumoiraalés périipdes sélo por-; qhe henos estado trabajando con’ una vaga -y' aproximada crono-' [ ' Jogfaelativa. Los orizontes tstabah detinidos por la apa-! cién en Jas secuencias locales de ingluonelas xespectiva-, | wonte Me Chavén,/Tianuanaco {(0:Huayi) @,tiea. lor consiguioi-'; th, ‘stis defini clonesidescansabah sobs'e criterfos'do; soe janza, | 1 Geiturei|hecho que lea daba ‘ely carécter wie, etapas, a estar al | ‘‘ihs"definiciones propuestas ‘on! uste trabajo. Unio y Kroover i gin embargo, suponfan. que ge Ahflugneias uiificantes que do-~ tindar a Jos borizontes se jlifendicron ea}forma, auficierte—', | nte ‘veloz cone para que aeurichen do inflienctias ‘on fi Yasisecuencia¥lociles pudiera ger lomadd "sohoyindiclo da I j! contemporaneidad, Bsta presuncidén era deféndivle porque fla. f Vongitud de las davisiones cntoncesjrecdrdtidas+en lay Je-- . | duencias locales era tan grande-queenmascaraby’ touo retraso que pidiera haber tenido lugar en ia nhnsnisfs de influen- sas estil{stilcas. Cuando se llegé' a ‘establecdér’ subdividiones isis "precisas de las secuencias, el problema del,rotraso devil Ifo amportante? en realidad, ‘nal-Lemos ee poriddos!s disblyfan en étapas can vir wa Hite "h tees eel [ee py eh aa fi il a lstvuacién pacgerser tluctrada coufrererenct’a a la'a '"|gusidh de la tnfluencda Inca. De. acusrdo con sus''propias tri pga piatéricas, inownid.a los ;Incas alrededor do cuarei ta ;afids el conquistar 1a mayor parte jdo, lo “qua, es :ahora jel. |, férd, laparte el] dreu.de-1a solve ueopl cha G.), sKrdqber ipudo | trdtaz con fines argngolées gos la aparicién dg laiidfluéncia Inca ‘en jtoda aqnella drea eqn si} hoBleré aliscag} ‘contemporatiet® ; | botaas Ho habfa' en Perd secdencias 1geates cont divisiongs) sb- fhchentemente jpFect kas como - pa egger una diferencia|ten- jit pdral{de cuarenta afios, El trabajo dg Dordthy. Menzel ' sobr| ' os: estilos'alfareros tard{os de 1a costallsumina tornadd pata |, ! ifergncia significative para,esa dréa, especialmente ‘chando }intenta ‘una dqtaci dp crasada-entre 1a costa ae ye ie ; aE j[.! Como la preeasién de nuestra | gnologfa d greeig mds| ard el pinto. en que 1a japaricién do "sstilos/horizontd" pudiera 23, tomacla , como indidlo »suficionte ‘de> confenpera ne dads | »|de- fajob encontrar alguna ‘nueva bage:para definir lod perfodos, & solucién resultd ser rolacionar, el sistema'de -porfodos con + Cazep. ;fa sécuenctajldcal He on:valle particular} Lailsecugncia/ ae oste. valle| * torn$ lentohées 1a sccuungia magstraa lal cual re- 5 feridhs todasjlas fechas relativas del! iiréa, La, dea ‘dein jlo- = ho. plonar on siotane géneral de / / perfodosja tna lthica s ceo Bie mpestra eg nueva y,‘ on Fealidads' ropresanta '1h'.dnic: n- cién original de este trabujo ala teorfa de!los porfo- queoldgicos, Childe llegé muy cercaide antitipar esta =, pyrtlewdesmariia cuanto funds’ sis “perfodos" brit&nicos “j secvdncia Me, Inglaterra meridional, pero) 1a dejé koure| 2: aes de entre susidedos| cuendd,. Al ‘extender isis "poffo- 3" iP nae {reas lias. straté comb si. fuorda etdphs} viiculd | } Pcuenclad conta de; ing) jejanua cuLtaial;, yino! de evra‘ meridional .en virtud de, a:poHtoapbraheiade. i : aj attract x a8 ida beéuon, in sistema do: i Bor fodos puede sexl ‘ fies. ft faplacks 1a dea} al Port, 1 strada con datos porga- gf ‘ol! valle de‘ Ica como ¢ | ase; EEESSSEES | Kd) Nove. pos. eee ' 50 de] estilo Tacaraca A coat | noWE > 11 ~ 61 punta de referencia wég convenionte) porque habLamos licelo el mejor intento de establecer una cronolo. detallada de los estilos alfareros de ese valle, Pudimos decir, entonces, que el Perdodo Inicial comwienza en époen on quo la alfarerfa fue introducida en Tea, Hori sonte TexprAno es la época vomprendida entre la primera ap: ricién! on Ica de influencias Chavin ye) momento en quo en ese valle la pintura polierema Tecuplaza a la pintura con resinas. ui! Horizonte Hedio es 1a Gpoca comprendida entre cl comler Tez de la Faso 9 dol el comionio de tu Via0 iA Gel osti2o Chulpaca, thienze cn Loa do Ja Faso A del ostilojlscaraea y ©]. comtenzo sete eee Back mime estates, beds ade eres ques el comienzo 46 tox poxalmente con la inicia de la ocupacién Inca Wel valli-de Tea, asigno al _comlen- Movigonte Yardfo ‘la fecha tretic:onal de conquista In- c1éu sta Aroa, alrededor do 1476 D Con el sistema de perfodos -as{ definidos on funcién de la gocuencla macstra~ 1a dataclén velativa puede ver colocada estrictamente sobre la buso de conlemporaneldades. Una unidad cultural particalar de Algnna obra parte del Perd sert asig~ nida, por ejomplo, al Vorlsonte Yewprano, si hay algdn motive para’ pensar que ea contemporéaea enn |mi tmidad cultoral de Tea! que esté fechada cn cl Horizonte weuprano, sin entrar a considgray vi entve aubas existe algdn parectio estilistico o teenoldgico. | EL nuevo procedimiento cen sraliga 1a atencién en el pro- blepa,de 1a datacién cruzada y vorva necesarias algunas re- flexioues sistewdticas sobre la te: rfa de 1a contemporanei- dad, Bste tema merece un trabajo ssparadc, pero para el pre- sente. objetivo basta con sefialay qe jexiste cantidad de for- mas-diferentes mediante las cve)es pued: éstablecerse la con- Uemporancivad etre anidados cos tarabes Vl 1. El método mis evident: estd congtitaide por le , re fereneia a fechas abgolutas. Par lk meyorfa de las dreas op cuenta hoy con algunas dataczones|raiocarbéndeas, y on o- casiones elas properctoaan un iiedio te vari ficad 1a’ datacsén ceruzada entre unidades culturalos, th Pard, por ejomplo, el estilo Pueara esta fochado ch e%. fsx goto’ Temprano por una seric do doterminaciones rudJocurbinjeas; hay aparte muy po- 1 indiclos que permitan ubicerlo ajit. Tos art{eulos de comercto sumindstraa algunos de los myores indicios de coatempors slidal, y 7-/ 09 probable ave ain en épocas de relative aisl.mionte haya tensdo lugar algdn comereio entre &reag vecinad, Bl argumente itis convin— gents en favor de Ja contemporsnel ad lu proporeiona 1a. aso- | Claciéa repetida y consecucnte entre un estilo particular, do articulos de comercio y un esth!o partis de articulos! lo~ cales (como, por ejemplo, la asoci..cién én tambas de Tea ei- tre piezas Inca tardfo"y Yacaraca a) 3. Ja contemporansidad queda por_lo general indica Ga si puede demostrarso que un estilo local influyé sobre. o- two, aunaue 1a posibilidad do azeaismos constltuya una com- Plicaeiéa para el razonaiteute. El yejor caso de influencias 18s el de dos ectilos que magstren 14 misma sombinacign asta, ble de rasgos, pero en ningin ex 9 se mantizne esa consis- : ti i {, Rown | -j22 | Por. ts HEH EI : I : durante a tempo. ' 1 2 frecuente que un argumento.an Layor a0 1a contonpora- néidad dependa de una combinacisn vatre diferontes clases do indicios. Cada problema de dataciéy cruzaia: poses sus propias pecultaridades, y édalquier soluciéa propuepta depe'ser juz~ gada egin sus méritos Winaividuales. i | a : fee 8 sa ‘| (Bl ‘uso de una;secuencia maestra paraipproporcionar .con- trol 'onolégico pdia un sistem dé porfodos poses cantidad de cobstcuencias. ‘in toda ol area a que se aplica el sistema dq perfodos, la précicién posible en la datacién relativa es- “gd Lidttada’ por el lgrado do detalles con el, cual hayan’ sido Sstudiados los cambios ostilisticod én lajsecuencia maegtra, El método opera mejor ‘si las inves ‘dgack ons en-la ‘secuencia naestfaison continuhs; do modo qug“ésta sea siempre 1a ser s'| wcuenciajlocal mejow! conocida de}. Area, Cvando:otras secuen~ gias locales estan{firmemonte funidzs,a 1a! secuéncia maestra,'! ‘puedeh ser atilizadas: como pautas ebunder: pias\idé referencia, [pero :biempre .deben |procurarse oportunki del;control cruza~ go difesto con la decuoncia, nage; tra j con eB 1 @efeliminar, . ° jpoumilagiéa de eredres. "| n mt ferret aap et ay a jos teeieiee BAsicos} del ° £1 vom” parndno! Soh dabtanto fl e 6, 1salvd en cdanto al Horizonte! Tardfo, ‘qua durdé,dnicay \ imente| alrededor do |cincuéhta y ocho afios La. longi tud!ds! 103i“! ,rimefros periodos!oscila‘entre ‘treuciento’s|yisatecientos: aq iPor lo general, es convenient posee? ‘onl! todas las) Areas] if ales temporales de este ‘orden proxitiago de, magnitud’ par Splicadas’ a la ldatacién relative: ‘Pard'datactén ‘ctuzadat |} irecisa, puede fsubdividirso a jos‘ perfodos' bAsicos,' y'és— lubdivagiones dronolégicas' pucileh: sor:hechas tan finas | | 0 lo sean las |subdivisiones evtilisticas que puedan ? se: guidas en la |gecuencia maesticn. Bal fel i's tema! peruano gJemplo, el Peyfodo Intermedic' ‘Temprand represqnta iel tiempo. cubierto en |Tca por las’ fase: 1'a Bide estilo! Naeca por: dopsi guiente; yodemos| | @ividir ai Per{odo! Interimedid ‘fer pn ocho: aubdivisionss ("Spocas"); sada una de las cua lorresponterd d'una de\las Pasa% Nascal 0 sea que la Bpo~ lagi Perfodo. Intermedio; Temprano (0, més';bravenentp, “BIP ra la extensién tempotal sorrespondiente en ‘Tea lat Wagca" el Porfodo Titermedio: feaprano durd alvedador do jscis~ os .cincnenta ‘afios, como ahora ‘parece probabley aad épg~ dendrian ‘una Jongitud’ promadié sienar, de un’ stglo' nando , Bofaitos; obterier asociacionos arqueolégicas] mas proctiay seers sposible! subdividir algunas de las ‘Jsupdivisiones pueden ser -design (por, ejemplo, EIP Qray BID 7,3; 1 EP Aha BAB Peer gt } 51 HEAZ fen -usg de: Asténa: de!perfoadi; di i etapas| vara ongdnizar los|ldatos! arquedidjicos! ico) bd tu ye ivaliosa a. ., yoda) pare aclarar ¢] pensamiento en‘la Anterpretdeléa duit? |e 'déto podee Vertajas tanto’ Posi. ti yas: coma negativag. sag. vantajd positiva e8 Ique proporcioha'!un Icontr@l ‘preciso|dg Ta : databién relativa, kue'permité al inveqtigadgr identifjcar’, - retafdos en la difusidn de Pag uos ; cultdraless > ¥ por a 5 guienté determinar ha direccidn jen que jse iprodujo 1a! a: :816n[ejinelusive elliMrea de ori ger “anrofmactén sobre Ta ‘natiraleza 'a iés!¥y Jal direccién!en.que se movieroniaryo jaran ‘a su! thriio } luz pobre relacidnes ge prestigio; ya due ta \ cente jtiende ds Hi +i : mia 5 EEE eae (EEN fans del 'rasgo: estudiado eo i he imitans aquellos a quienes reapeus,! tol Perd uxtdu comensiaady a aparycor al guasa’ int © Anusperhdos modelos de dnfluencia,toltnval come result de reclentss refinamientos on la datacién velativa junto cou Ya orgapizacisn de los datos! on porfodos. los idndicios dispo- niplog jpon atin muy incompletos, poro sugieren que la alfare- fa alganaé la costa pertana desde el norte, el’ mefz fue in- troduciflo en la costa desde la sierra central, y la motalur- gia dell cobre provano del yur, quizds desde tan Lejos como Guile del noroeste de Argentina. Hl.matz aparece en la costa contyaj| a comzenzos de). Perfode jnicial,o ain antes, pero no ‘s@ 1d Chcuentira en la.costa norte hasta la parle final del- Pe~ pido Ipicial. Bn cambio, la alfazeria aparece on la costa vnorte ahtes que comenzara el Perfodo:Inicial’, mientras en e2 eehtrg'es, posterior al maiz. La ymtelurgin tel cobro oxtuvo presente a todo lo largo do la cesta’sur antes que torminara el jlorizonte Temprano, pero.en Ja costa central y norte no a~ pareciéi hasta macuo dgspués del copianzo el Porfedo Interna Gio Muiprano. Cada ung de esos vesgos culturules ee difundié Sobre la.mayor parte dei dreafandins en unc pocor siglos, de modo jue ése contrel cronolézico preciso us nzcosarlo para raatrgar @] proceso. f j ui entaja negetiva de la ulilivackéa de! perfodos en 1u~ gan deletapas para orgauizar log datos arjucolégicos reside en gusiel dpvestigador corre peligro mucho menor de presumir , flo qiiejdebsora estar tratando do demostrar, Deblio a la es-_ rechia asociacidn de las etapas con: Ja teorga de la evolucidn ! ‘ouitural, virtualuente tode arquedloyo que wilisa etapas-pa- va grganigar sus datos Intvodnee en Cllas alganus suposicio~ dosarrpllo cultural, sin darso cuenta que lo esta Wsvtarde, al efectuar suy interpretaciones cul.tu- yalo3]jdeachivrespl modelo de desarrolie cujtyral quo ostaba bupgoste. gn’ su Sistema de organizuciéa, y piensa que lo ha edpejdo empfricamente de los:datos, El razonamiento se haco I, parfgetapénte circular. Bl peligro, dg circularidad en la in- : torte tacton cultural; so"ellmina. caando los datos von organl~ { sagdsibnifuncién de perfodos, pues el sistema de perfodos no | ineluyp pupos.clones acored do modelos cul.turales. Hay al mo- te oportunidad pargigne el. Inventigaday puoda ver nuevos modelos emerger de su's'datos,,en los'que no! habia pensado al i abt ele In pvests gaesén,| 7 : 52 jf ee i finétodo ae fpndar la anterpretacién arqueolégica ,so- dng armazén de perfodos vanculades a tina, sgcuencia loqal pyede sep aplicddo en“todo el mandy tan provechoud j én ol. dveaj andina, Bn Puroza,/ por ejemplo, ser }pptg, importanto, tvatar de quitar el clemento etapa det mg dg 8: fperfodos"! propueste. por “Cirdides guild zar yma ge- hea: geal apropiada ide) Inglaterra’ meridLanal como’ secuen- 2 magstia, y Yelacionar ton! ella Jas unidades culturalog de ' Bef bee an virtud qo" argpnontos de eontenporaneidad (1). | u bs tif perodizact§n de datos arqueolégicos que Daniel 1951 representa’ tna solucién Qitersnte para, este Los’ pelfodes de Dahiel “son perfoitos de tiempo’ abso- tras los fos ‘son’ pprfodos do tiempo relative qde Instituldos gunque falte toda fecha absoluta. An oluden, Ips iineonyaptontes de los! opanomas. do !o~ a Lemos BLS8: qeodeyl Wek a : RowE = 14 ~ ' , | : DuRNER, jMeyaoi Cc.) y DLRD, Junius’ Be é aglg)” | andean Calture Wistory" Gimericen Museom of Natural IHistory,. Handbook Series, If 15, Nuava York). * CHILDE, 1925, aj "fhe Davm of European Glvilization"'; (Alfred A.! Knopf, Hueva York). |i 1925 bMWhen did the beaker-follk arrive?" (arehacclogia, “vol, 7+, 1923-24, pp. 159-180, Londre's), BIDLIOGRAPIA Gordon : ! 19291 1 The Danube.in Frehis tery" {Clarondon Press, ‘Oxford ). 1940 = "Prehistoriclconmunities of the Iritilsh Isles" WW, ij and R. Chambers, Ltd., Londres y Ihdinburgo). ! 1951. “Social evolution" (Watts and Co,, Londves). 1956 | "Piocing Wogbthar the past; the interpretation of “1 “agchagologionl data" (Frederick A. Pracuer, Hueva ; York : I 1 " hf . 1958‘ "Retrospect" ‘antaguaty, vol, 324 8 126, pp, 69-7, f° Newbury). thoy . ; t ! : DNB, Glyn 2. 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BL, y THOMPSON, Mi Se “Prehistoric Thessaly: being some account of recent j excavations and explovations in north-eastern Greece’ from Lake Kopais to te Lorders of Macedonia": (Cam- bridge Archaeological and Bthnological Series, Univ- ersity Préss, Cambridya). te SaeLO - Estudios atacamefios ISSN 0718-1043 versién on-line Esiud atacam n 32 San Pedro de Atacama 2006 Estudios Atacamefios n° 32 - 2006 La domesticacién de paisajes: {Cuales son los componentes primarios del Formativo? John Edward Staller 1 1 Department of Anthropology, Research Associate, The Field Museum, Chicago, Illinois, ESTADOS UNIDOS. Email: jstaller@uky.edu RESUMEN Al intentar definir tos componentes basicos o primarios que caracterizan al Formativo en el oeste y el noroeste de Sudamérica, los arquedlogos se han encontrado con un creciente cuerpo de datos acerca de {a transicién hacia un modo de vida formative mucho més variable de fo que se habia pensado en un principio. Datos recientes procedentes de varias regiones de los Neotrépicos han demostrado que los rasgos primarlos, a menudo adscritos a determinadas culturas, han variado ampliamente tanto en el tiempo como en el espacio, y generalmente estén relacionados con factores locales, regionales, histéricos Y particularmente ecolégicos. Las teorias anteriores que proponian una amplia dispersién de la revolucién neolitica, hoy no estén apoyadas por la informacién procedente de! registro arqueolégico. Esta Informacién suglere que el proceso de domesticacién de especies vegetales puede ser enfocado y comprendido mejor a partir de una perspectiva ecolégica y evolutiva mas amplia, en términos de paisajes domesticados. Palabras claves: Sudamérica - Formativo - domesticacién vegetal. ABSTRACT In attempting to define the primary constituents that characterize a formative way of life in W and NW South America archaeologists have found that with ever increasing data the transition to a formative way of life is more variable than had ever been suspected. Recent data from various regions of the Neotropics has shown that the primary traits often ascribed to such cultures have been found to vary widely in time and space and are generally related to local, regional, historic, and particularly ecological factors. Previous theories of widespread Neolithic revolution are largely unsupported by the archaeological record, suggesting that the process of plant domestication is most efficiently discussed from a broader ecological and evolutionary perspective in terms of domesticated landscapes. Key words: South America - Formative - vegetal domestication. Introduccién La transicién de la recoleccién a la produccién de alimentos es un tema central para la investigacién arqueolégica que rodea al surgimiento y desarrollo de las civilizaciones. Sin embargo, a medida que se acumula la evidencia paleoetnoboténica, arqueolégica y cronolégica, parece haber una creciente carencia de consenso respecto a cuando y dénde se debe trazar la linea divisoria en este continuum de desarrollo. En el siguiente andlisis, introduciré una aproximacién alternativa fuertemente enraizada en la teoria ecolégica evolutiva, centrada en la reconstruccién de ecologias de subsistencia, en lo que mis colegas y yo hemos referido como "paisajes domésticos* (Terrelt et al. 2003). La presencia de maiz en sedimentos arqueolégicos y basureros, 0 dreas de descarte de desechos alimenticios, ha sido, por lo general, citada como evidencia de lo que se consideran generaimente eventos significativos de un modo de vida formativo. Tal como se ha advertido en la comunidad arqueotégica, recientes fechados directos por AMS de marlos tempranos procedentes de Mesoameérica, documentan un evento de domesticacién més reciente en rélacién con la informacion previa. Los marlos més tempranos recuperados en Guild faquitz, Oaxaca, fueron datados en C14 5410:40 AP y 5420440 AP (Piperno y Flannery 2001: Tabla 1), mientras que en las cuevas de Tehuacdn, México -Fase Coxcatlén- han arrojado fechas calibradas, de las cuales seis de ellos tienen fechas C14 comprendidas entre 3555:+40 AC y 2752:488 AC. La datacién promedio de los tres, marlos més tempranos de la cueva Coxcatlan es de 2752488 AC (Benz y Long 2000: Tabia 1). En este caso, las dataciones de los marlos de Tehuacan, sefialan dos mil afios menos de antigdedad que la indicada para la Fase Coxcatién, de acuerdo con las publicaciones originales (MacNeish 1985, 1994: 109-110, Tablas 3.2 y 3.4). Consecuentemente, algunos arquedlogos y palecetnobotdnicos han tenido que considerar una revisién de sus propuestas con respecto a los procesos y al tiempo asociado en reladién a las transiciones agricolas. Muchos estudiosos de la agricultura temprana consideran que algunas plantas, como el maiz, proporclonaron las bases econémicas para el surgimiento de la civilizacion. Se destaca el rol del maiz (Zea mays L.) en la agricultura de subsistencia, relacionada con et sedentarismo y particularmente en la innovacién precoz de la cerdmica a lo largo y ancho de los Andes. Nuestro énfasis metodolégico sobre los datos cronolégicos vinculados con cultigenos de valor econémico, que Hlevaron a la exdusién de otras plantas en el inventario paleoetnoboténico, Indicaria en cierta medida que tales datos estaban sesgados, dando lugar a la reciente controversia que rodea los origenes de Zea mays y consecuentemente fa temprana dispersién de! modo formativo de vida en tas Américas. Mas aun, esta aproximacién ha obstaculizado, mas que faciiitado, ef didlogo con los estudiosos de las ciencias bioldaicas y ecoléaicas, todo ello en detrimento de la Interpretacién arqueolégica. EI desarrollo de fas teorias y modelos neoevolutives que hemos heredado; en otras palabras, nuestra busqueda de transiciones agricolas, centros de domesticacién y revoluciones agricolas, ha afectado profundamente nuestra comprensién del pasado. En el siguiente analisis, proporcionaré ejemptos de como tal forma de pensar ha modificado nuestra comprensién actual del desarrollo de un modo de vida "formativo" y por qué ha resultado no ser efectiva en proporcionar un consenso respecto de las importantes cuestiones de dicho desarrollo. Hace casi un sigla, Herbert }. Spinden (1917) postulé la existencia de un estrato “formativo" que subyacia en las bases de la Givilizacién en las Américas. Spinden, ademas, sugirid que los principales constituyentes de lo que é! llamé "Cultura Arcaica” Inclufan agricultura del maiz, cerémica, figurillas antropomorfas, y la construccién de monticulos ceremoniales. Kroeber (1930), por su parte, elaboré posteriormente un fundamento agricola comin para el Formativo con idénticas plantas alimenticias y similares técnicas textiles, metalurgicas y arquitecténicas. Willey y Phillips (1958: 144) presentaron una interpretacién histérico-desarrollista del Formative definida: “por una presencia de agricultura de maiz y/o mandioca y la integracién socloeconémica exitosa de tal agricultura dentro de una vida sedentaria bien establecida”. Esta definicién se ajustaba bien a las ideas de V. G. Childe, para el Neolitico del Viejo Mundo, en tanto se valora el cambio de una recoleccién de alimentos hacia la produccién de los mismos. La evidencia arqueolégica de América ha sido tradicionalmente analizada teniendo en cuenta si los datos se ajustaban a esta definicion y, a pesar de alguna ambigtedad, la presencia y ausencia de tales constituyentes ha sido sistematicamente aplicada como un esquema Clasificatorio basado en estos criterios. Aproximadamente en la misma época en que esta definicién aparecia impresa, MacNeish comenzé sus excavaciones en varias cuevas localizadas en el centro y norte de México, por un periodo de 20 afios, con ef objeto de desarrallar una secuencia cronoldgica que documentara los tipos de plantas que estaban siendo domesticadas (Mangelsdorf et al. 1967; MacNelsh 1994). Ford, por otra parte, visualizé la dispersién del Formativo en términos de una difusién que comenz6 aproximadamente hace unos 3000 afios, con la aparicion de la cerémica, Implementos de molienda, figurinas, y agricultura de mandioca y maiz. Asimismo, Ford (1969: 5) percibié "centros de domesticacion" y subdividié el Formativo en dos etapas: "Formativo Colonial” que comenzé aproximiadamente hace 3000 afios AC y el “Formativo teocratico", correspondiente al periodo posterior (ca. 1200 AC). Estos estudios ploneros estuvieron particularmente centrados en una innovacién cerémica de cardcter precoz. Esto se debe a que su presencia en el registra arquealégica era evidente y también porque se suponia que implicaba la temprana existencia de produccién de alimentos. Sin embargo, a pesar de que existe suficiente evidencia paleoetnobotanica y arqueoldgica con respecto al cambio haciz la domesticacidn, todavia los arquedtogos no estan de acuerdo en cudles son tos componentes primarios que caracterizan un modo de vida formativo. Varios andlisis conducidos con metodo y disefiados especificamente para descubrir cudndo y dénde acurrié el origen de la produccién de alimentos, han generado conjuntos de datos que se concentran cas! exclusivamente en las plantas con valor econdmico mas tempranas (en particular maiz) con la exclusin de otras plantas silvestres en et inventario paleoetnobotSnico. Los arquedlogos, al enfocar el proceso de domesticaciin exclusivamente en plantas econémicas, han sesgado sus interpretaciones, puesto que han ignorado que esas plantas se modificaron por la seleccién consciente e inconsciente, y que inicialmente no ‘cumplieron roles en términos de alimentos. Al considerar las consecuencias antes que las causas de la produccién de alimentos, hubo una tendencia general en términos de suponer que los usos actuales de las plantas econémicas reflejan necesariamente los roles de los especimenes del pasado. Centrandonos en ua dinamica de sistemas, 0 dicho de manera mas simple, en las causas antes que en las consecuencias de la "domesticaci6n” de paisajes, pademos comenzar a preguntarnos sobre diferentes aspectos y hacer comparaciones que generen datos ecolégicos y paleoetnobotnicos que ‘nos permitan considerar varlaciones subregionales con mayor detalle y reconsiderar por qué ciertos grupos de especies vegetales y animales son seleccionados en una regién 0 area particular y no en otra (Terrell et ai, 2003). Es posible que tal focalizacién pueda proporcionar una base para considerar cémo el consumo y/o la utilidad de clertas especies han cambiado con el tiempo, por qué y como comenzaron a surgir los antiguos sistemas de agricultura intensiva. Deseo demostrar que fos enfoques clasificatorios que hemos heredado, y nuestra perspectiva previa para la comprensién de los origenes de la agricultura, no han sido exitosos en términos de proporcionar una base para documentar la existencla de un modo de vida formativo en estas variadas subregiones. Precisamente, este trabajo incluye las siguientes dreas de estudio: Los arqueélogos que trabajan en los Andes advirtieron hace ya mucho tiempo que hay tuna significativa variacién regional en cuanto a la explotacién de plantas y animales. Aproximadamente 40 ajios atras, Lanning (1967) informé acerca de una considerable variabilidad de lo que se estaba cultivando en 10S sitios del Periodo Inicial correspondiente a los valles del desierto costere de Pert. Sus observaciones se han visto luego apoyadas Por recientes evidencias paleoetnobotanicas y arqueolégicas procedentes de numerosos sitios localizados en los valies del norte y del centro del pais. Uno de estos sitios es Caral (Figura 1). La presencia de agricultura y construccién ‘monumental ha sido, por lo general, considerada como indicador clave de la existencia de un modo de vida formativo. Las investigaciones realizadas por Shady y colaboradores a lo largo del valle de Supe, en la costa peruana, han documentado la presencia de sitios arcaicos tardios con arquitectura monumental, tecnologia de Irrigacién y evidencia de agricultura fechada entre 4090 y 3640 AP. El sitio de Caral es el mas grande y mas formalmente disefiado. Esta localizado 23 km tierra adentro sobre una terraza fluvial de 25 m, por encima de ta planicie de anegamiento, conformado por una arquitectura monumental residencial y no residencial que cubre un area de aproximadamente 65 ha (Shady et al. 2003). A pesar de la escala de la construccién monumental y de la clara presencia de tecnologia agricola y de irrigacién, estamos frente a una cultura perteneciente al Precerdmico Tardio o Final. Este caso ejemplifica el hecho de que los cambios que condujeron a ia dependencia de plantas domesticadas no implican necesarlamente el control de la tecnologia cerémica. Ademds, todos los cultigenos econémicos consumidos en Caral son especies indigenas, algunas resultantes de procesos de domesticacién y trasladadas desde distancias considerables y de distintos ambientes desérticos del valle costero de Supe. Los ejemplos incluyen mani (Arachis hypogaea), calabaza (Lagenaria siceraria), papa (Solanum tuberosum), achira (Canna edulis) y camote (Hipornoea batata). Se acepta que la autoridad politica centralizada impuso orden, control y coordinacién en torno a las actividades econémicas entre los habitantes del valle de Supe. El proceso sociocultural asociado a la complejidad y al desarrollo de una economia agricola tuvo un cardcter Interdependiente y complementario con las sociedades costeras y las agricolas del interior. En este sentido, las plantas econémicas se intercambiaron localmente y fueron incrementadas bajo relaciones de interdependencia simbidtica, asf como por una mayor divisién del trabajo. Las practicas de intercambio de recursos maritimos, como las anchoas secas por algodén {utilizado en telas y redes de pesca), asi como otros cultivos, crearon un sistema cultural ¥ econémico combinado, lo cual beneficié a ambos segmentos de la sociedad, promoviendo un sistema social jerérquico. Este proceso habria culminado con los inlcios de un estilo de vida formativo determinado por la produccién excedentaria. La ausencia de tecnologia alfarera sugiere que no se le involucré entre las innovaciones esperadas, no slendo esencial para el desarrollo de las practicas agrarias, para las instalaciones sedentarias ni en relacién al procesamiento de multiples cosechas de alimentos. El sedentarismo y la innovacién cerémica han sido observados durante mucho tiempo como fuertes indicadores de un estilo de vida formativo. Sin embargo, como ha sido tan claramente demostrado en varias regiones costeras de los Neotrdpicos, ninguno de estos rasgos culturales puede ser considerado como claro indicador de una economia agricola. La bien documentada Cultura Valdivia en la costa ecuatoriana es un caso muy representativo. A pesar de que la mayoria de los sitios Valdivia tempranos estan localizados en la inmediata vecindad de la costa y la cerémica, las figurillas antropomorfas y la construccién de monticulos ceremoniales datan de momentos muy tempranos (2700 AC). Sin embargo, el anilisis de isstopos estables del carbén de fos esqueletos tempranos de Valdivia indica que la dieta estuvo inicialmente centrada en plantas y animales terrestres, pero se torna cada vez mas dependiente de los recursos marinos y acuaticos durante la parte final de la secuencia (Van der Merwe et al. 1993; Staller 1994, 2000; Tykot et al. 1996, 1996 Ms, 1996 Ms-a; Tykot y Staller 2002). Aunque existian ciertas practicas agricotas, la adaptacién Valdivia incorporaba una gama - muy amplia de recursos de subsistencia (Van der Merwe et al. 1993; Tykot y Staller 2002). Las investigaciones regionales sobre asentamientos implican que las sociedades agricolas completamente desarroliadas no aparecen hasta al final de la secuencia cultural de Valdivia, y aun entonces, las comunidades costeras continuaron estando especializadas en la explotacién de los recursos acuéticos durante toda la secuencia prehispanica (Staller 2000). En el caso de plantas econémicas tales como el maiz y 1a mandioca, sobre la base de recientes datos radiocarbénicos, el primero no parece jugar un rol importante en la dieta de subsistencia, sino hasta la parte final de la secuencia, mientras que él rol de la segunda ha sido dificil de identificar directamente en forma arqueologica. Mas atin, el maiz parece haber jugado Inicialmente un rol importante en el ceremonial y ritualidad vaidiviense, de modo que puede estar vinculado con el desarrolio temprano de interacciones a larga distancia y a la complejizacién sociocultural hacia el final de la secuencia cultural, pero no como un recurso econémice (Staller y Thompson 2000, 2002; Staller 2003). Si bien para los Andes centrales se ha planteado una mayor dependencia a las plantas cultivadas, en los casos revisados la situacién es algo similar pero con ciertas diferencias. El desarrollo de una economia agricola se asocia en los sitios costeros de Valdivia con relaciones de interdependencia con los asentamientos del interior. Esto es evidente en la costa sur en la provincia E! Oro, a juzgar por la presencia de conchas marinas y de la construccién de niicleos ceremoniales, tanto en el litoral como en el interior (Staller 1994, 2000). Estos sitios tienen en comiin el hecho de que se sitian estratégicamente asociados a las rutas comerciales de larga distancia orientadas a fas, tierras altas (Hocquenghem 1993a, 1993b; Staller 2003). La extension e integracién innovadora de la cermica durante la posterior Fase Chortera, permitié vincular la cuitura material directamente al desarrollo de sistemas sociales jerarquicos en el marco de una clara divisién social del trabajo, asociada a una economia basada en las nociones andinas tradicionales de reciprocidad y redistribucién. Hay evidencia de practicas de intercambio entre el sur de Ecuador y las socledades norperuanas ya desde los 1500 AC (Hocquenghem 1991, 1993a, 1993b), La evidencia de centros ceremoniales valdivienses ha sido documentada en varios sitios (Eigura 2). Los sitios de Real Alto -EI Encanto, Posora y Punta Arenas- indican una configuracién circular o en forma de "U" rodeando una plaza central (Marcos 1988a y b). En el sector sur de la costa se excavé el centro ceremonial de La Emerenciana, documenténdose un monticulo ovalado en ta parte noroeste del sitio (Fiqusa 3) de 75 m N-S x 47 m E-O y aproximadamente 1,5 m de altura (Staller 1994: 319, 2001b: Figs. 10 y 14). En una terraza marina elevada en el sitio de San Lorenzo del Mate cerca del rio Mate, en fa costa norte (San Isidro), al lado del rio ama, fue identificado un monticuto artificial de 8 m de altura y aproximadamente 70-80 m en la base (Zeidler 1984; Staller 1994, 2000, 2001a y b, 2003). Estos datos indican una considerable variacion en la configuracin y la construccién de monticulos ceremoniales y también en la cerémica diagnéstica regional para la porcién final de la secuencia cultural de Valdivia (Staller 2000/2002). Estas pautas se contradicen fuertemente con fos horizontes culturales de los Andes Centrales en cuanto posteriormente se asoclan con los materiales relacionados con fa extensién de la Fase Chorrera por la costa y {as tierras altas, incluyendo fas liamadas tradiciones de alfareria roja y blanca, propias de fas tierras altas meridionales de Ecuador y el norte de Perti (Unle 1920, 1922; Collier y Murra 1943; Jijon y Caamafio 1952; Bischof 1998; Tellenbach 1998). Valdivia Centros. —— Ceremoniales 1 Contes Corermoniates © Pueblos 0 Crucsdes 900 motto contomno N ten 60 La Plata Guito do Figura 2. El sur y suroeste de la costa ecuatoriana San Isidro ie Milagro, i) og (20), S00 Oceano a, f |e Pacifico / Encanto Guayaquil 9/7 uocnte tg te Emerenciana a Jumon *Arenitas Ecuator ECUADOR 300 Kilometros Figura 3. Noroeste de la costa colombiana En los estuarios costeros de la boca del rio Magdalena y en la amplia planicie caribefia cercana a Cartagena, recientes Investigaciones han ampliado las prospecciones y excavaciones pioneras de Gerardo Reichel Dolmatoff y Alicia Dusan en los sitios de Puerto Hormiga, Monsi y San Jacinto (Figura 4). Estos y otros sitios en los alrededores de la regién representan sélo algunos de los registros cerémicos més tempranos de América (Reichel-Dolmatoff 1955, 1957, 1961, 1965, 1985; Reichel-Dolmatoff y Dussdn de Reichel 1955, 1961, 1962; Raymond et al. 1994). Sin embargo, en vez de documentar el desarrollo precoz de un modo de vida formativo, recientes prospecciones y excavaciones regionales en estos sitios y en el cercano de Puerto Chacho, han demostrado que se trats de cazadores recotectores marinos (Raymond 1998: 16). Los conchales en Puerto Hormiga y Puerto Chacho fueron ocupados durante un periodo de elevacién del nivel de! mar, mientras que otros sitios més tardios, tales como Monsti, estuvieron ocupados cuando el nivel del mar era més bajo y la explotacién de recursos se basaba en aquellos ambientes acuaticos fluviaies mas que en los maritimos, sugerido por la ausencia total de conchales (Reichel-Dolmatoff 1985; Oyuela-Caycedo 1995). Precisamente, Oyuela- Caycedo (1995) sostiene que la base costera rica en recursos faciité el desarrollo de tecnologias de pesca y que esa disponibilidad de recursos no condujo a una adaptacién horticola ni a ocupaciones de largo plazo en localidades Gnicas. Los datos cronolégicos indican que la cerémica estuvo asociada con ocupaciones estacionales, campamentos base y campamentos con propésitos especiales, casi un milenio antes de que los primeros monticulos de valvas de moluscos aparecieran en esta regién (Raymond 1998:17; Oyuela-Caycedo 1995: Fig. 3.1). fae s. 4 Cartagena } ! Mar del Caribe Heel ut eo J ee oc Figura 4, Tierras Bajas de Panama Central ‘Aunque se trata de un campamento base de carécter estacional, Puerto Hormiga presenta una configuracién circular aniliada con un didmetro que oscila entre 16-25 m con depésitos domésticos que llegan hasta una profundidad de 1.2 m y que enclerra un predio central o plaza libre de desechos ocupacianales (Figura 5). El sitio Barlovento, cronolégicamente mas tardio (1560-1030 AC), tiene una configuracién circular simitar constituida por la acumulacién de conchas que conforman seis monticutos casi simétricos, mas 0 menos equidistantes, conformando un circula que los conecta por sus bases (Reichel-Dolmatoff 1955: 247-272). Estos monticulos cubren un area de 100 x 100 m y encierran una plaza central que mide 15 x 20 m (Figura 6). Figura 5. Costa Rica septentrional Figura 6. Monticulo artificial en el sitio de Barlovento, Colombia. Tomado de Ford (1969: Carta 2-16) La Serrania de San Jacinto presenta un ambiente transicional entre bosque y sabana, con una variacién marcada en la precipitacién estacional (Raymond 1998: 17), La mas temprana evidencla de sedentarismo registrada en San Jacinto 2 coincide con ta aparicién temprana de conchales a io largo de la costa. La baja densidad de fragmentos ceramicos en varios de estos sitios sugiere que la cerémica puede haber estado més involucrada en intercambios socioeconémicos y, @ la vez, haber sido un elemento de estatus, antes que utlitario, Las elaboradas decoracianes de algunos fragmentos refuerzan esta idea (Oyuela-Caycedo 1995; Raymond et al. 1994; Raymond 1998). Los ricos recursos estuarinos parecen haber proporcionado un impulso hacia una mayor especializacién asi como también la disponibilidad estacional de plantas y animales terrestres, lo que habria favorecido fa flexibilidad mas que !a especializacién e intensificacién de cultigenos especificos. Otro patrén interesante, aunque rara vez mencionado, es ef hecho de que la Innovacién cerémica no se dispers6 a las regiones aledafias de Puerto Hormiga y San Jacinto 1 y 2, en algunos casos a to fargo de dos milenios, apoyando fa idea de que la tecnologia ceramica no estuvo necesariamente asociada con la dispersién regional de un modo de vida formativo. Los restos macroboténicos y varios rasgos arqueolégicos indican ue las plantas silvestres, en especial las gramineas, eran cosechadas estacionalmente (Raymond 1998: 17).Otra regién intensivamente estudiada respecto al cambio de Ia produccién de alimentos es ia costa pacifica de Panamé Central, a Jo largo de los estuarios costeros del rio Santa Maria. Los conchales de Cerro Mangote y Monagrillo, con ‘ocupaciones tempranas que datan respectivamente del quinto y tercer milenio, son particularmente importantes (Cooke 1984, 1995; Cooke y Ranere 1984, 1992a, 1992b; Cooke et al. 1996). Esta regién y estos sitios en particular han sido de importancia para los arquedlogos que estucian los cambios en el paisaje en tanto estos se relacionan con la transicién entre la recoleccién y la produccién de alimentos (Figura 7). Los sedimentos lacustres Indican la presencia de quemas que se producen aproximadamente hacia los 5000 AC, ademés de una marcada declinacién de las taxas forestales y un Incremento en las gramineas slivestres aproximadamente hacia los 2000 AC. Paralelamente en Monagrillo tiene lugar la aparicién de cerdmica, donde se Incrementa el tamafio de los sitios y hay cambios en las estrategias de pesca (Cooke 1995; Cooke et al. 1996). Debe considerarse que hasta casi un milenio mas tarde no aparecen villas o caserfos completamente sedentarios (Figura 8). Vamps Cero mangote7 6 taMula Bahia Parita Penfnsula Azuero Figura 7. Asentamientos tempranos en la Bahia de Parita, Panama. Tomado de Raymond (1998: Fig. 2.6) El patrén adaptative de larga duracién en la Bahia de Parita en Panamé Central, como el de la costa ecuatorlana, sugieren una flexibilidad adaptativa con respecto a la explotacién de una amplia variedad de recursos acuiticos y terrestres. Sin embargo, el sedentarismo tlene lugar relativamente tarde, sugiriendo que la transformacién de los patrones de subsistencia y asentamiento, permanecleron Independientes en relacién con la presencia de especies domésticas particulares como la mandioca y el maiz. Et conchal de Monagrillo est formade por un conjunte de crestas paralelas que miden alrededor de 100 x 80 m y corren longitudinalmente sobre una baja elevacién natural, rodeando un patio central. Sobre la base de las excavaciones de Willey y McGimsey (1954), se pudo establecer que se hallaba a una profundidad mucho mayor de lo que se observa en superficie. Todavia no ha sido completamente determinado en qué medida estas estructuras representan una arquitectura ceremonial, aunque ta configuracién general del sto es sitar @ la encontrade en otras regiones mencionades en este andlisis. Estos datos indican que las clasificaciones basadas en los componentes primartos de un modo de vida formativa tampoco parecen aplicarse en esta regién, como tampoco las caracterizaciones que consideran a estas poblaciones arcaicas como "norticolas", “agricolas" u "horticultores recolectores" (Piperno 1989: 548). Cooke (1992) enfatizé la 10 ie. explotacién de larga duracién de tubérculos silvestres, palmeras y otros arboles frutales como fundamentales para la subsistencia, Piperno (1989: 539) sugiere que fa agricultura temprana representé una estrategia de bajo costo para amortiguar la escasez de recursos. Océano Pacifico ° 0 a] en Figura 8. Asentamientos del 1000 AC en la Bahia de Parita, Panama, Tomado de Raymond (1998: Fig. 2.7) Sin embargo, esta interpretacién carece de base intuitiva desde el punto de vista ecolégico, ya que la respuesta adaptativa mas comin ante ef riesgo praducido por fa escasez de recursos es un aumento det espectro dietario y una mayor flexibilidad adaptativa, antes que una especializacién sobre recursos especificos. Cooke y Ranere (1992a y b) sugleren que el aumento poblacional fue el impulsor principal para la emergencia de un modo de vida formative en Panamd Central, alrededor del 1000 AC, y su interpretacién se apoya por un aumento en ei tamafio y la distribuctén de los sitios. No ‘obstante, el desarrollo de una agricuitura intensiva en las planicies de anegamiento, con grandes ocupaciones permanentes focaltzatias principalmente sobre el maiz, se cristallza ‘en esta regién alrededor del 200 AC acompaiiado por estrategias especializadas en la explotadién acuatica. El comienzo de un modo de vida agricola en la regién del Arenal del norte de Costa Rica se remonta a ca. 2000 AC (Hoopes 1987). Los pisos habitacionales domésticos enterrados en ceniza volcénica son considerados como evidencia de sedentarismo. Aunque el maiz puede haber estado presente en ia regién del Arenal tan temprano como i por los 2000 AC, la evidencia mas temprana documentada de maiz domesticado se temonta a altededor de! 700 AC (Horn y Kennedy 2001). Aunque el maiz estaba presente durante este period, los marcadores bioquimicos de los esqueletos asociados indican que fue una planta con valor secundario y no se convirtié en un cultigeno principal hasta los primeros siglos AC (Orennen 1996: 102). Varios investigadores sugieren que esto se debié a que el maiz se presenta en una forma relativamente "primitiva". Por otro lado, puede también indicar que no fue explotado o cultivado como una planta econémica, sino que habria funcionado como un catalizador auxiliar para fa fermentacién, teniendo de este modo un significado social, Ei rol social del maiz, desde su primer momento, coincide cronolégicamente con la evidencia de produccién especializada de cacao en tos asentamientos del Formative ‘Temprano y Medio en la cercania de la regién central de Honduras (Joyce y Henderson 2001). En ia regién del Arenal, {a evidencia de cultivos, sedentarismo y cerémica, aparece en asociacién con un modo de vida formative, pera como ya hemos vista, esta es la excepcién antes que la regla en la mayor parte de los Neotrépicos. Océano Pacifico TN ‘igura 9. Asentamientos en la parte central de Costa Rica. Tomado de Snarkis (1981: Fig.12). Figura 9. Asentamientos en la parte central de Costa Rica. Tornado de Snarkis (1981: Fig.12). La arquitectura ceremonial de este periodo esté representada en el sitio Las Mercedes, constituido por monticulos de tierra dispuestos formaimente (Willey 1971: 5-102). El monticulo central en Las Mercedes es circular y tiene aproximadamente 6.5 m de alto, 30 m de diémetro y esté cublerto por guijarros y cantos rodados fluviales (Figuras 9 y 10). 12 Los monticulos contiguas bajos y paralelos y les plataformas estén dispuestos asimétricamente alrededor de un gran patio o plaza (Hartman 1901; Lothrop 1926; Mason 1945; Willey 1971). La construccién monumental incluye también tumbas elaboradas de forma rectangular u oval con paredes alineadas, pisos y techos sellados con trozos de piedra, con ofrendas que incluyen vasijas de cerdmica, metates zoomorfos con forma de felino, las llamadas "pledras de altar”, asi como también adornos de oro (Willey 1971; 339-340}. La escultura en piedra supuestamente asociada con este sitio sustenta alin mas su funcién ceremonial (Figura 11). metros: _ —_ Figura 10, Plano del sitio de Las Mercedes, Costa Rica. Tomado de Willey (1971: Fig. 5-102) Figura 10, Plano del sitio de Las Mercedes, Costa Rica. Temado de Willey (1971: Fig. 5- 102). En lugar de suponer una relacién entre estos correlatos como indicadores de un modo de vida formativo, las estrategias de subsistencia deben ser documentadas y comprendidas ‘en relacién con conjuntos dindmicos de patrones ideolégicos, ecoldgicos, socioeconémicos, yy sociopoliticos de comportamiento, en lugar de indagar hasta qué grado o en qué medida ellos se adecuan a un esquema de clasificacién predeterminado (Terrell et al. 2003) En vez de centrarse en las consecuencias de fa domesticacién, sugiero que las Investigaciones futuras deberian adoptar un enfoque regional mucho mas amplio en términos de paisajes domésticos. Es importante tener en cuenta que la focalizacién en el ‘cambio hacia la produccién de alimentos ha sesgado metodolégicamente los datos microfésiles y conjuntos de datos sobre clertos cultigenos especificos, y nos ha Predispuesto a suponer que su rol econémico en el presente puede ser directamente extrapolado para interpretar el pasado. 1B 4 Oe 2: Figura 11, Esculturas de piedra de las Mercedes, Costa Rica. Tomado de Wiley (4971: Figs, 5-103 y 5-104). Tal como he documentado en un trabajo en colaboracién con colegas de etnobotdnica y de quimica de huesos, el maiz estuvo principaimente asociado con ceremonias rituales y Fue consumido en la mayor parte de los Andes como un intoxicante fermentado y estrechamente asociado a rituales de intercambio (Tykot y Staller 2002; Staller 2003). Parece ser, tal como se visualiza en los datos que acabo de mencionar, que e! rol temprano del maiz en estas regiones puede haber sido similar, particularmente cuando tanto fa evidencia bioquimica como cronoldgica Indican que recién se desarrollé como una reserva econémica en los Neotrépicos aproximadamente y durante la misma época (500 AC-200 DC). Tal coro Hoopes (1987) sugirié hace ya algun tempo, debemos comenzar a alejar nuestra atencién de los patrones "formativos” generalizados y sus supuestos correlatos asociados y empezar, en cambio, a focalizarla en la dinémica de estos procesos en una escala regional més restringida. Conclusiones Al considerar las consecuencias de la produccién de alimentos, hubo una tendencia general a suponer que los usos actuales de las plantas econémicas reflejan sus roles en el pasado (Terrell et al. 2003). Deberiamos comenzar a considerar la domesticacién en términos de su manejo o conduccién, tal como Flannery (1986) lo hizo en su andlisis integrador sobre la domesticacién en Gulla Naquitz. Fue David Rindos (1984) quien 4 argumenté fuertemente contra la idea de "centros de domesticacidn", demostrando que la seleccién humana sobre el ambiente natural es una simbiosis microambiental y que la seleccién de ciertas plantas silvestres tlene un rango enorme de consecuencias sobre otras plantas y animales en la ecologia Los antecedentes expuestos han flevado 3 que las Investigaciones arqueologicas hayan enfocado fa identificacién de las mas tempranas plantas domesticadas como evidencia de que el cambio agricola se habria originado en ese periodo de tiempo. Las evidencias regionales aqui comentadas han demostrado que tales datos son una excepcion mas que una regla, tal como se ha observado en el caso de la regién de Arenal (Costa Rica). En este sentido, le investigacién de Flannery (1986) ha demostrado claramente que el Teosinte generalmente no se encuentra en los depésitos arqueolégicos y que algunos pastos silvestres como Setaria jugaron un papel critico en la subsistencia y adaptaciones arcaicas. Las Investigaciones referidas, incluldas las cuevas de Tehuacan, indican que diferentes plantas fueron modificadas y de varias maneras, todas con seguridad de naturaleze fenotipicas 0 trasladadas desde sus ambientes naturales, modificéndose genéticamente al ser adaptadas a condiciones diferentes, tanto ambientales como climaticas. Precisamente, tales pautas conductuales adquieren una importancla fundamental en la mejor comprensién de los procesos de domesticacion conducentes a posterior!, a un estilo de vida formativo y a la economia agricola. E! énfasis persistente sobre la presencia de tempranas cosechas de plantas alimenticias, con exclusion de otras plantas del inventario macrobotdnico, han predispuesto los planteamientos de Interpretaciones basadas en la bisqueda de respuestas para confirmar preconceptos aprioristicos. Esta forma de hacer ciencia no es correcta, en cuanto ignora esenclalmente los principios darwinianos de la seleccién natural y el papel de la adaptacién humana en torno a la modificacién de! ambiente natural. La domesticacién de una especie por los grupos humanos depende de las caracteristicas de la misma, de la cantidad y las partes de dicha especie que estd(n) siendo seleccionada(s) (Terrell et al. 2003; véase también Smalley y Blake 2003). En el proceso de domesticacién de una especie (conociende cémo cosecharla), los usos de tal especie pueden cambiar sin tener en cuenta si dichos cambios asociados con la seleccién humana son intencionales 0 no (Terrell et al. 2003). En otras palabras, necesitamos comenzar a considerar no solamente qué especies estn siendo cosechadas, sino también qué se esta haciendo para cosecharias. Al focalizarnos en las causas antes que en los comportamientos humanos involucrados en la "domesticacién de paisajes", podemos comenzar a plantearnos diferentes preguntas y comparaciones que generen datos, ecolégicos y paleoetnoboténicos que nos permitiran considerar {a variaciones subreglonales con un mayor detalle y, reconsiderar entonces por qué hay ciertos grupos de especies que estan siendo seleccionadas en un drea o region en particular. Estoy convencido de que tal focalizacién puede llegar a proporcionarnos una base para considerar cémo el consumo y/o la utllidad de ciertas especies ha cambiado a través del tiempo y el modo en que semejante variacién influyé para que las sociedades arcaicas de América alcanzaran finalmente un modo de vida formativo, ‘Agradecimientos Mis agradecimientos mas sinceros a mis colegas y amigos Osvaldo Mendonca y Maria A. Bordach (Universidad de Rio Cuarto, Argentina) por sus aclaraciones, sobre mi sintaxis y errores gramaticales, asi como por su gran ayuda en la traduccién final de este trabajo. Muchas gracias también al Sr. Olaf Jaime-Riveron (Universidad de Kentucky) por su ayuda en la traduccién final del manuscrito. A pesar de la ayuda y consejo de estos eruditos, todas las interpretaciones y los datos presentados en este anélisis fueron engendrados por el autor, quien toma toda la responsabilidad de! contenido de este manuscrito. REFERENCIAS CITADAS BENZ, B. y A. LONG, 2000. 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En contraposicién, se propone exponer dentro de una matriz analltica y holistica el proceso que podria entenderse como Formativo, con prescindencia de la cerémica, en los Andes Septentrionales y Centrates, partiendo de la tesis que sostiene que el desarrollo de los pueblos es necesariamente desigual, por la resolucién de las condiciones materiales diversas, Y que la historia puede registrar la articulacién de tales procesos generando historias combinadas que hacen posible la generalizacién de las experiencias. Palabras claves: Neolitico - Arcaico - Formativo - Area Andina - Andes Septentrionales y Centrates. ABSTRACT In this paper we discuss the concept of Formative. Although a fundamental category which characterized processes that took place in America, nowadays this concept seems inaproplate to take account for the Andean history between the IV and IT millenium BC. In contrast, and under a holistic and analytic matrix, we describe a process that may be understood, a5 formative-without considering the pottery, in the Northern and Central Andean regions. We start considéring the thesis that people development was uneven by solving a variety of material conditions. Therefore, history may record the articulations of these processes generating combined histories allowing the generalization of these experiences. Key words: Neolithic - Archaic - Formative - Andean Area - Northern and Central Andes. Introduccién El evolucionismo llamado “lineal”, desarroliado con mucho empefio entre los siglos XVIII y XIX, en asociacién directa con et proceso de expansién colonial que nacié con Ia Revolucion Industrial, daba quenta plena de las ventajas del proceso expansivo europeo en beneficio de los pueblos “histéricamente atrasados” de los continentes no europeos, incluida ja paradigmitica historia de América, que sirvié como punto de referencia "vigente” de todas las etapas histéricas reconocidas por el esquema evolucionista: “Todo” lo que se registraba en [a historia antigua y la prehistoria de tos paises europeos, estaba “vivo” entre los pueblos americanos. Eso hizo posible que los etnélogos escribieran la historia de la humanidad sin otro referente que el presente etnogréfico, convirtiendo la “etnologia” en Ia clendia histérica por excelencla, cuya dnica debilidad era la carencia de un registro temporal ordenado en secuencia. El método darwiniano de registro biolégico atemporal ayudé a concebir secuencias histéricas sin historia. La carencia de cualquier referencia cronotégica se suplié con una columna histérica matriz, registrada en Europa Central y Norte ~para los llamados periodos prehistéricos- y ‘otra columna para la “historia”, registrada en ef Mediterraneo y el Oriente Bibiica. De esa manera, la mitotogia judeo-cristiana y su secuela ideolégica se convittieron en la historia de la humanidad, con Adan y Eva incluidos. Con esa columna europea y la evidencia etnografica ocednica y americana, se escribié la historia "universal", desde los origenes del ser humano hasta nuestros dias, es decir, desde nosotros, los primitivos contemporaneos, hasta los civilizados europeos contempordneos. Este evolucionismo sostiene que nosotros algin dia podremos llegar a ser como ellos, pero que al vivir histéricamente retrasados, unos en la “edad de pledra” y otros en la barbarie neolitica 0, como los incas de Peri, en la edad de los imperlos arcaicos, miles de afios atrés, hay un largo camino por recorrer y mucho que aprender. Sin duda, es la mejor justificacién académica de la dependencia colonial. Pero el colonialismo europeo se hubo de enfrentar al desarrollo del imperialismo y los norteamericanos requerian consolidar una identidad propia, adecuada a la Doctrina Monroe, que sustentaba que "América es para los americanos". Franz Boas forjé las bases de esa identidad, partiendo de Ja desarticulacién de la propuesta evolucionista, tal cual ella se mostraba a partir de la empiria etnografica. Pero el defecto del historicismo -de fuente positivista- es que no da cuenta de los factores que permiten explicitar los procesos de dominacién y, ademés, es insuficiente para responder af alegato evolucionista que los marxistas habian hecho suyo en el siglo XIX. El facil combate contra el evolucionismo “lineal” se enfrentaba a una terca tesis marxista, que sostenia que, si bien los pueblos podian ser diferentes, como en efecto !o son, existia una historia capaz de permitir entender e! camino por donde ellos transitan y que esa historia tiene lineas procesuales susceptibles de ser conocidas, con capacidad de dar cuenta de las causas y consecuencias de tales procesos. La respuesta fue entonces la construccién de un neo-evolucionismo, con capacidad de registrar las diversidades. Nacié, en consonancia con tos importantes cambios de postguerra una terminologia “multievolucionista", que intentaba explicar las particulares formas de desarrollo histérico americano como alternativa a la generalizacién extraida de la historia europea. Por un lado, la propuesta teérica de Wittfogel, que intentaba retomar algunos de los ‘enunciados marxistas del desarrollo desigual de los pueblos, y, por otro, la incipiente corriente “sustantivista" de los funcionalistas briténicos y fa racionalidad del materialismo de Leslie White, permitieron el nacimiento de una agresiva actitud critica novedosa en los afios 50 del siglo XX, que fue liderada por Julian Steward, uno de los tedricos de fa antropologia ‘que competia con solvencia con los emplristas boasianos de la primera mitad del siglo. De la empiria etnogréfica del Handbook of South American Indians, Steward salté a proponer un esquema globalizador de los procesos americanos cuya solidez sdlo podia ser respondida con un trabajo empirico equivalente, que tuvo que buscarse en el campo de la arqueologia, pues la etnografia, que sirvié para desalentar ia universatidad de los procesos, resultaba teéricamente insuficiente para dar Ia explicacién histérica de fos mismos. Los etndlogos, transformados en antropélogos, abandonaron la experiencia académica para servir de modo més directo a los intereses de los proyectos politicos de! desarrollo capitalista, cumpliendo en ‘América el papel que los sociélogos tenfan en Europa. A partir de fa propuesta funcional-evolucionista, que se proponia superar las limitaciones explicativas del evolucionismo novecentista, y que en la décadas pasadas se transformé en “materialismo cultural", se construyé un esquema que reemplazaba las "tres edades" (Paleolitico-Neolitico-metales 0 su versin etnogréfica, salvajismo-barbarie-civilizacién), por uno que reconocfa los periodos "Litico" (equivalente a "Paleo"), "Arcaico" (equivalente a “Meso” y "Neolitico") y la particular configuracién de nuestra “barbarie" con los periodos “Formativo" y “Floreciente” y una "civilizacién arcaica” que culmina con el “militarismo" luego de pasar por la “teocracia". El avance de la ciencia y, sobre todo, los cambios histéricos de ‘América han hecho que este esquema ya no tenga capacidad para dar cuenta de la historia que ahora podemos conocer, especialmente gracias al desarrollo de la arqueologia, que ha dejado en la obsolescencia la explicacién evoludonista y neo-evolucionista basada en la teoria culturalista de corte antropolégico, Nuestro examen parte de ja tesis que el desarrollo de los pueblos es necesariamente desigual, dado que cada pueblo debe resolver condiciones materiales diversas, y sostiene que la historia registra Ia permanente articulacién de tales procesos particulares, generando historias combinadas, que hacen posible la generalizacién de las diversas experiencias del ser humano, convirtiendo las historias singulares en parte de una historia universal que puede ‘ser registrada en beneficio de la comprensién del proceso en el que estamos inscritos condiciones materiales diversas, y sostiene que la historia registra la permanente articulacién de tales procesos particulares, generando historias combinadas, que hacen posible la generalizacién de las diversas experiencias del ser humano, convittiendo las historias singulares en parte de una historia universal que puede ser registrada en beneficio de la comprensién del proceso en ef que estamos inscritos. Nos interesa, en esta oportunidad, discutir el concepto de Formativo y su articulacién con la historia, dado que es una categoria central en la definicién de los procesos que se dieron en ‘América. La propuesta funcional-evoluclonista, de donde nace esta terminologia, rebautiz6 con este nombre ef Periodo Neolitico, incorporando en su contenido todas las debilidades propias de ese enunciado que, entre otras, asumia como referente tecnolégico de base la aparicién de la ceramic. El Formativo se define en América como fa fase que se inicia con la cerémica, con prescindencla de los procesos que estén Involucrados con tat presencia, Eso determina que haya procesos altamente complejos precerdmicos, y, asimismo, procesos preagricolas con cerdmica en diversos puntos de América. El examen de la evidencia historica pone el concepto en cuestién, pues no tiene valor cronolégico (hay “formativos" muy viejos en Colombia, Brasil y Ecuador, y muy recientes en Paraguay y Chile), y tampoco valor histérico © evolutivo (hay "formativos” preagricolas, con agricultura inciplente, con desarrollo urbano pleno, metalurgia incluida). No es indicador de periodo ni de época. En cada regién o pais su uso difiere, aunque, sin embargo, se mantiene, como se mantienen las categorias de “Neolitico” o similares. ‘A partir de una matriz analitica, holistica e histérica, nos proponemos aqui exponer el proceso que da cuenta de lo que podria entenderse como “Formativo” en los Andes, con prescindencia de la cerémica como indicador histérico, asumiendo que debe permitirnos examinar las condiciones en las cuales los diversos pueblos adquirieron las bases de su afianzamiento en el territorio donde se asentaron. Eso ocurrié en el 3000 AC, en una época que se inserta dentro del periodo que identificamos como Arcaico y, en el caso de Peni, como Arcaico Superior 0 Tardio, El tercer mitenio: La identificacién de los procesos El transito del cuarto al tercer milenio de la era pasada (ca. 3000 AC) fue una etapa de grandes transformaciones en los Andes Centrales. Esas transformaciones nacen del ‘afianzamiento de los logros alcanzados hasta entonces, tanto en el dominio de los descubrimientos tecnolégicos como en el de los cambios sociales y econémicos, que fueron necesarios para el uso eficiente de las nuevas tecnologias descubiertas antes def cuarto milenio. Se presentan como el desenlace inevitable de una serie de procesos acumulados. El proceso agrario o neolitizacién de los Andes, que se desarrollé en los milenios VII-IV, sustentado en avances tecnolégicos especialmente ligados al manejo de las fuentes alimenticias, abrid las puertas a una nueva forma de relacién entre los seres humanos, basada en la necesidad de proteger y afirmar los derechos de las personas sobre los medios y bienes de subsistencia que nacian de su trabajo, con lazos de sustento sélido en la extensién comunera de las relaciones de parentesco. En realidad, se inicié la condicién de fijar reglas de reconocimiento de los derechos de las personas sobre aquellos medios de vida que -sin dejar de tener fuentes naturales en su base- dependian de una cantidad de trabajo Invertido en su creacién. Se trata de un nuevo régimen de propledad, derivado de una nueva forma de produccién. La propiedad es el conjunto de reglas de relacién entre personas que, en sus inicios, consiste en reconocer como propio fo que nace de! trabajo de cada cual, que no es otra cosa que la tlerra cultivada, donde se dan los alimentos sembrados por cada comunidad, con semillas guardadas y no consumidas para invertirlas en su reproduccién, y con una clerta cantidad de tiempo y esfuerzo de personas concretas que realizaron la faena agricola de donde se espera el beneficio de la cosecha. En los tlempos precedentes, los medios de produccién -tanto la tierra como las plantas y animales- aparecian enteramente formados y su posesion dependia de quien tuvlera acceso a ellos, aun cuando se establecieran reglas de coexistencia en zonas de caza 0 recolecta, con variados modelos de tervitorialidad. Similar, en mucho, a las reglas que tenian también otras especies animales. Con los nuevos procesos, los medios de producclén aparecen como producto del trabajo y no como algo natural, incluyendo 1a disponibitidad de las semillas y el tiempo de trabajo efectivo, objetivamente verifiable. Proteger los campos de cultivo -obviamente ligados al trabajo de personas concretas- contra los predadores naturales u otras poblaciones humanas, requeria reorganizar las relaciones internas de las unidades domésticas -las familias- y establecer adecuadas reglas de vecindad, con sistemas de afinidad y alianzas que redujeran los riesgos predatorios. Aunque el azar agricola estd siempre presente, se podian predecir, con alguna certeza, fa cantidad y calidad de los alimentos disponibles para la comunidad en el curso de los ciclos de cultivo, Eso hacia posible reducir la precariedad en el acceso a los bienes que se tomaban de la naturaleza sin previa intervencién humana, pero al mismo tiempo establecer que los productos eran parte de una cantidad de trabajo y bienes proplos invertidos (semillas). Es posible registrar la cuota de derechos que le corresponde a cada cual, segiin su participacién en el proceso de trabajo. Donde los recursos naturales tenian una reproduccién natural, suficlente como para permitir su explotacién sostenida, y la inversin de trabajo era menor, {a agricultura s6lo cumplia una funcién secundaria o complementaria. En cambio, donde esto no ocurria si la actividad agricola era posible, pero trabajosa- y la cosecha representaba una ventajosa opcién de supervivencia, el reconocimiento de los derechos de propiedad era fundamental y exigia formas complejas de relacién entre los productores y sus vecinos. Entre los extremos, hay una larga y variada cantidad de condiciones, donde intervienen muchos factores, que incluyen ia poblacién, las rutas de acceso e incluso las circunstancias de los acontecimientos histéricos no previsibles, como pudieran ser las invasiones de otros pueblos © la secuela demografica o laboral de los desastres naturales. En los Andes Centrales, las condiciones eran muy diversas. En las punas de Junin, en el centro de Peri, los cazadores de camélidos fueron beneficiados por una fauna suficiente como para garantizar una vida de reproduccién sostenible a fo fargo de varios milenios, Su cambio hacia una forma de explotacién doméstica de los camélidos no tuvo implicancias significativas en las formas de vida de las gentes, que formaron siempre unidades de poblacién reducida, con capacidad para resolver sus demandas alimenticias con unos pocos ajustes. En la costa central y norte de Peni, en cambio, la situacién fue distinta. Alli la generosidad de la fauna marina habia permitido el progresivo ascenso de la poblacién en las playas préximas a fuentes de agua dulce. Vivian de ia pesca, fa recoleccién de mariscos, la caza de mamiferos marinos. Consumian productos vegetales y animales terrestres, accesibles en los conos de deyeccién de los rios que bajaban de la cordillera, y en algunos puntos verdes alimentados Por las aguas subterrdneas que cruzaban por debajo de los desiertos. Eran plantas espinosas y de matorrales pantanosos, y unos pocos animales del desierto, o migrantes estacionales que bajaban eventuaimente de fas estribaciones de la cordillera, 0 que vivian en el matorral. No hay duda alguna respecto al comportamlento pantanoso de las partes bajas de los conos de deyeccién, donde las plantas crecian en torno a los humedales. E1 aprovechamiento de estos era la base de una horticultura cuya magnitud, sin duda, dependia de la cantidad y calidad de tales humedales, En los bajios de Supe, Fortaleza 0 Huaura, donde ain hoy los pantanos son importantes, las condiciones horticolas eran apropiadas y seguramente ventajosas frente a otros deltas costeros de mas al norte o sur. Pero, de otro lado, las fluctuaciones del clima nunca fueron -ni son- regulares, y la existencia de los campos irrigados depende de tales fluctuaciones. Aparte de las esperadas estaciones anuales, basicamente verano e invierno, el clima esté afectado por el desplazamiento de ias corrientes marinas de EI Nifio y de Humboldt, cuya periodicidad no ha sido establecida atin ‘en nuestros dias. Los cambios climaticos actdan sobre la calidad y cantidad de los productos marinos y también intervienen sobre el régimen de las aguas que alimentan los valles y oasis del desierto. Afectan tanto a los pescadores como a los agricultores (Diaz y Ortliev 1993; Diaz y Markgraf 1992; Arntz y Fahrbach 1996), pero éstos, en una economia horticola basada en la apropiacién de los humedeles o pantanos, obviamente dependian totalmente del régimen climatico ateatorio que nace de estas condiciones. De este modo, disponer de informacién climatic era parte sustantiva de la horticultura costera. En la costa peruana, tos cambios climaticos -aparte de los de rango planetario- son relativamente frecuentes, determinados por una serie de fendmenos que se asocian habituatmente a la correlacién inestable entre las corrientes maritimas de Humboldt -que viene fria desde el Antartico- y la célida de EI Nifio, que viene desde el noroeste. Ambas se desvian cerca de Ecuador y se juntan 0 superponen frente a las costas de Plura-Guayas. A esas hay que agregarles otras corrientes maritimas, con efectos diversas sobre el clima. Desde tiempos inmemoriales, la poblacién nativa distinguié un fendmeno climatico asociado a las épocas en que "baja El Nifio”, en el solsticio de verano, cuando se inician las lluvias en la sierra peruana 2. Lo destacado de este fenmeno es el cambio violento de las condiciones consideradas “normales" en ef comportamiento del clima, de modo que anormalmente se presentan grandes sequias o intensas iluvias, con las consecuentes inundaciones, mortandad y efectos “imprevistos" en la vida de plantas y animales, con efectos a veces duraderos en la cadena tréfica 3. Se trata de fenémenos catastroficos de costa duracién, que se presentan de modo recurrente, pero imprevisto, sin ninguna regularidad, lo que impide cualquier tipo de previsién climatica eficiente. De otro lado, son eventos que se producen continuamente, pero de manera oscilante, marcando el cardcter irregular de los perfodos climaticos estacionales cuya recurrencia coincide con los términes de la oscllaci6n solsticlal; es decir, duran entre el solsticio de diciembre y el de junio. El fenémeno se asocla a los cambios en la temperatura del mar y, en verdad, es una anomalia del sistema climético del Pacifico con efectos mundiales. Se piensa que es un fenémeno puramente atmosférico, que produce una oscilacién -llamada “onda Kelvin"- del nivel de las aguas entre tos extremas oriental y occidental del océano, que puede ser el resultado de erupciones volcdnicas, lo que Inclulrfa una clerta relacién con terremotos y otros eventos tecténicos que se dan en la cuenca del Pacifico. Debido a esos cambios, se ven afectados tanto la fauna como la flora marina (Arntz y Fahrbach 1996: 6, 61-63). Las variaciones de fa temperatura tienen efecto sobre el comportamiento de la biomasa local, de modo que las especies caracteristicas de aguas frias, habituales, van a ser reemplazadas por especies de aguas célidas, afectando a toda la cadena alimentaria existente. En Pert, en la segunda mitad del siglo XX, sufrimos la desaparicién de la anchoveta, que condujo a la desaparicion de las aves quaneras que se alimentaban de ellas, todo eso junto a los cambios del fito y el zooplancton y sus nutrientes asociados. Si bien su extincién y mortandad suelen ser répidos, su recuperacién puede no producirse jamas. Los efectos drdsticos son los que se dan en la superficie del mar, pues en las profundidades contintian las aguas frias; sdlo las especies que viven cerca de la superficie sufren las consecuencias de El Nifio. Eso se asocia a la influencia de este fenémeno sobre ef litoral. En fos ENSO fuertes se producen violentas precipitaciones sobre el frente occidental de la cordillera, zona desértica que no tiene lluvias habltuales. En 1982-83 El Nifio provocé, en Piura, una lluvia que alcanz6 los 4000 mm de agua en unas pocas semanas, fo que origind inundaciones y desprendimientos de tierra de consecuencias graves. Todo eso, sin duda, tuvo que afectar a los habitantes del litoral cada vez que se producia un “Nifio", y los cambios en la fauna marina préxima a las playas debieron exigir cambios en la dieta. Es bastante claro que los efectos de las oscilaciones maritimas afectaban a los habitantes de la costa, que requerian de reajustes alimentarios de periodicidad aleatoria y, a su vez, de cambios en los habitos de pesca asociados. Pero estas alteraciones, que se presentaban de manera recurrente desde el Pleistoceno, tuvieron que enfrentar, en el tercer mitenio, la solucién de las consecuencias que tienen estos fendmenos sobre las actividades agricolas, que en este tiempo fueron asumiendo un rango de mayor intensidad en las poblaciones de pescadores-mariscadores. La agricultura de la costa requiere de riego. No hay luvias y, por Jo tanto, la tierra sélo se humedece por inundacién o por surgimiento del subsuelo. El agua proviene de los cauces de los rios que bajan de la cordillera 0 de los charcos que se forman a partir de la emergencia de aguas subterréneas de la misma procedencia. Eso impide una agricultura de secano 0 barbecho, con tierras humedecidas por lluvia. En este estado de cosas, fa precariedad estructural sélo puede ser compensada por la abundancia de recursos, que en el mar se fogra con el mejoramiento de los medios técnicos disponibles, como la pesca con redes y embarcaciones adecuadas, 0 el dominio de los indicadores naturales de los cambios climaticos por venir: por ejemplo, cambios en la fauna costera o indicadores césmicos visibles. En tierra, ta horticultura es beneficiosa, tanto para obtener fibras y otros apoyos para fa tecnologia marina como para ampliar el volumen y calidad de fos alimentos. La recoleccién de plantas nativas y la caza eran insuficientes en volumen y calidad. Por eso, ‘cuando la agricultura llegé a ser conocida por los pobladores de fa costa, se inicié su Implantacién, de modo lento y més bien timido, aunque no eran muchas las limitaciones técnicas y poblacionales necesarias para su realizacién. Ayudé, sin duda, la acumulacién marinera, tanto de poblacién concentrada como de conocimientos sobre las alternanclas dliméticas, de donde se deriva un amplio margen de tecnologias al servicio de la produccién agraria. Cuando fue posible aplicar a fa agricultura los alcances de la acumulacién referida, en el segundo milenio, se produjo un cambio verdaderamente revolucionario en esta region (Fung 1972; Moseley 1975), pero hay que tener en cuenta que el proceso de acumulacién sélo fue posible gracias a la base horticola que le dio sustento ampliado. En la costa central, donde hay campos que pueden ser irrigados en la forma de humedales, la tierra fértil y generosa permite la slembra horticola sin una inversin muy costosa de fuerza de trabajo. Eso en los valies nortefios implicaba un ejército estable de trabajadores que redujeran las, Irregularidades del terreno, que hicieran los canales o habilitaran jaguayes o wachaques 4, que limpiaran las acequias, y que, ademés, sembraran, culdaran las tierras y cosecharan. En la costa que esté entre Casma y Supe, las condiciones de humedad natural de los conos de deyeccién que bajaban de la cordillera fueron suficientes para cubrir las demandas de trabajo sostenido, y la tecnologia del riego fue perfeccionandose a lo largo del tiempo, como so racional de los campos alimentados desde el subsuelo mas que como obra fisica de produccién de canales para riego por inundacién. En este proceso, el papel de los "sacerdotes", 0 quienes fueran los que estuvieran Implicados en el trabajo de "predecir" la cantidad y el momento en que eran disponibles los pantanos o humedales, era mucho mas importante que el labrado de la tierra y [a habilitacién fisica de los campos de cultivo, que podian resolverse con tecnologias muy simples y la participacién de toda la comunidad, con mano de obra no calificada. No ocurria to mismo con los trabafadores que debian establecer los calendaries de trabajo y la factibilidad agricola, cuyas tareas exigian conocimientos especiales, experiencia y mucho tiempo dedicado a actividades ajenas a la faena agricola directa. En la costa, especialmente de los rios que bajan desde la Cordillera Negra, habia una serie de ‘componentes asoctados. Las relaciones sociales -comunes en la mayor parte de las sociedades agricolas- basades sélo en los productores directos de los bienes de consumo, los agricultores, eran inadecuadas para el desarrollo de esta parte del territorio. Fue necesario dar lugar a relaciones de nuevo tipo, con "especialistas” que no participaban como trabajadores directos de los campos y que, por fo tanto, no tenian una relacién objetiva, directa, con el trabajo agricola concreto ni con os productos de ese trabajo. Fue Indispensable establecer relaciones que reconocieran la asimetria del trabajo de estos dos diferentes tipos de trabajadores: los que producian medios e instrumentos de trabajo y los que producian bienes de consumo (Lumbreras 1974, 1986, 1996). Queda claro que ambas formas de trabajo son partes complementarias de un mismo proceso, sin las cuales no es posible la produccién. Sin ordculos que fijen el calendarlo y la Programacién de los trabajos es dificil el trabajo agricota. Del mismo modo, si bien el éxito esté sujeto a la disponibilidad de mano de obra para la ejecucién de las tareas agricolas concretas y, desde luego, sujeto a la calidad y cantidad de tierras disponibles, ta primera condicién no es vital y hasta puede resolverse en el ambito doméstico; en cambio, la segunda esta estrechamente ligada al trabajo de los especialistas. El éxito de la conduccién especializada del trabajo es la garantia de la reproduccién ampliada del sistema; pero, desde luego, tiene una serie de condicionantes, que reposan, sobre todo, en la calidad y logros de las tecnologias disponibles para una exitosa organizacién calendérica, cuyo componente de predictibllidad es fundamental. En tanto que se trata de una misma cadena productiva, que combina de modo no tangible el trabajo de los labradores con el de los especialistas, no se hace patente quién es el duefio de los medios de producci6n, dado que sélo la fuerza de trabajo de los labradores se objetiviza, quedando virtual mente desplazados los especialistas. EI control, acceso y apropiacién de la fuerza de trabajo, mediante tributaciones, renta de trabajo, formas de reciprocidad asimétrica o redistributiva, es lo nuevo que aparece, en la medida en que es la forma como se reconoce la participacién de ambos sectores en la produccién. Todo este proceso se advierte en los restos arqueolégicos de manera diversa. El trabajo agricola como tal se aprecia por los productos y las concentraciones de poblacién en la proximidad de las “manchas verdes" y las playas. Donde la base marinera no tiene la posibilidad de disponer de un apoyo horticola eficlente, dada la carencia de suficientes pantanos o humedales, ella mantiene una poblacién constante o creciente de pescadores que combinan su patrimonio marino con los componentes horticolas complementarios, como el algodén para las redes o las cucurbitas para alimentos 0 vasijas, la enea o el junco para las casas, entre otros. En cambio, donde la horticultura est enriquecida por humedales numerosos y de magnitud suficiente, esta actividad productiva se convierte en un camino eficiente para la subsistencia, con muchas ventajas sobre la economia marinera que, de otro lado, tampoco tiene que ser abandonada. Los pescadores, habiles en la calendarizacién de sus faenas, convertidos en horticultores, tienen la base que hace posible la aparicién de los especialistas en la "predicci6n” del tiempo, que tanta importancia tiene en el manejo y [a habllitacién de los campos de cultivo. Hoy, gracias al estudio de Shady en Caral, sabemos to ‘que ocurrié en Supe, y podemos asumir que lo mismo ocurria en Casma, Huaura y otros valles vecinos. Entre los afios 3000 y 1800 AC, todo esto estaba asi encaminado, de manera que mientras que en algunas regiones se desencadenaban procesos orlentados hacia la vida urbana, como en Supe y Casma, en otros, la linea dominante era la vida sural, de base aldeana 0 estanciera. Este es un proceso de desarrollo desigual, en donde fas tecnologias cumpien roles que no necesariamente tienen fos mismos efectos. Esto es en especial visible en las, artesanias, con procesos particulares en el arte textil o la alfareria, e induso la metalurgia, que los arquedlogos han usado como indicadores tecnolégicos de periodos histéricos, tanto en el “Viejo” como en el "nuevo" mundo. La realidad historica ubica la aparicién y uso de esas y otras tecnologias como parte de condiciones particulares, que se explican de diferente forma en cada caso, incluyendo los procesos de difusién que pudieron darse. Desde luego, no era sélo un problema de poblacién o de tierras y semillas ni de disponer de Instrumentos adecuados para sembrar, cosechar o construir canales 0 campos hundidos. Las obras de riego -para tener utilidad en Clertos valles- debian cubrir extensiones progresivamente mas grandes, de varios kilémetros de area, en medio del desierto, lo que implicaba la necesidad de una coordinacién eficiente en la construccién, uso y mantenimiento de las obras y los territorios Involucrados; un problema de gestién. Eso fue apareciendo como resultado de la progresiva habilitacién de las tierras en los conos de deyeccién que oco a poco se fueron convirtiendo en valles. Fue asi como los valles que generaron espaclos, de gran éxito en los periodos iniciales del tercer mitenio, fueron quedando a la zaga de aquellos que, gracias al riego, se convirtieron en potencias agricolas en el segundo y, sobre todo, en el Ultimo mifenio de la era pasada. Supe, Fortaleza y talvez Pativilca y Huaura, que comandaron el proceso originario de desarrollo urbano en el tercer milenio, fueron superados en el segundo por los valles de Lima y por los de la costa norte en el primer milenio, ya con base en el riego por inundacién. La obtencién de alimentos, tanto en calidad como en volumen, dependia de la calidad y cantidad de la fuerza de trabajo disponible. En la costa de Pert, se trataba de fa creacién plena de los medios de produccién por los trabajadores. De allf se deriva que los territorlos debian tener clertas fronteras definidas por derechos derivados de la habilitacién particularizada de los campos, sean estos en forma de wachaques, que aprovechan la napa freatica, 0 por inundacién de las aguas del rio. Una nueva forma de relaciones sociales requeria regular los vinculos de reciprocidad, restringiéndolos a ta comunidad de productores asoclados a la tierra, con establecimiento de un “exterior” definido por el acceso a {a tierra, De algtin modo, la adscripcién de los individuos a linajes de parientes no es otra cosa que un registro notarial de los derechos que tienen los individuos de una comunidad sobre los bienes de esa comunidad de trabajadores asociados. En la costa peruana, esos derechos fueron configurandose como estratificados o diferenciados desde estos tiempos. Los términos de Ia diversidad Las poblaciones “neoiiticas" andinas reacclonaron de varias maneras a las condiciones impuestas por los desarrollos agrarlos previos. A lo largo del extenso territorio andino y gran parte de fas vecindades amazénicas, la agricultura se convirtié en la forma dominante de la produccién, generalizando un proceso de neolitizacién de base agrarla, plenamente vigente antes del Inicio del tercer milenio de la era pasada; es decir, hace mas de 5000 afios. Se puede decir que 3000 AC es una fecha en la que toda la banda tropical sudamericana estaba ocupada por agricultores y pastores, con pocos relictas conservadores. La “cadena neolitica", generalizada en los Andes ecuatoriales y tropicales, leg més tarde a los territorios dridos 0 himedos de dificit manejo agricola que rodean ef trépico de Capricornio, como ef Chaco o la "Terra Firme" del bosque amazénico, y fue alin més lenta en su expansidn hacia el sur. En el cono sur continental, donde termina también la cordillera de fos Andes, se mantuvieron como dominantes o dinicas la caza y la recoleccién, que se combinaron con la pesca en fas proximidades del mar u otras fuentes de agua con peces. Hasta avanzado el siglo XX, los yaganes, alacalufes, selknam y diversos grupos de Pobladores de la Patagonia argentina y chilena, conducian su existencia en esos términos. Lo ‘mismo ocurria con los grupos de lenguas macro-gé del occidente brasilefio y varios habitantes del Chaco. Hacia inicios del tercer milenio, estas tendencias regionales estaban ya definidas en la mayor parte de tos territorios y tas innovaciones agricolas posteriores fueron, Rormalmente, producto de procesos casuales de migraciones, invastones u otro tipo de influencias externas. Puede, pues decirse que el tercer milenio definié las tendencias regionales nativas en sus términos propios, frente a la perspectiva agraria, SI bien sabemos que la sedentarizacién tuvo ciertas formas de manifestarse entre los grupos de recolectores y pescadores y aun de cazadores, no cabe duda que la agricultura consolldé la tendencia humana de vivir en agrupaciones permanentes con vocacién de crecimiento ascendente. Por eso, se asocia el sedentarismo con el proceso de neolitizacién. Por tanto, si bien el sedentarismo no fue una innovacién en todas partes, si se afirmé como una forma de vida més generalizada. El sedentarismo consiste en la opcién de vivir varias unidades domésticas 0 de reproduccién juntas, formando familias o comunidades unidas por vinculos de parentesco o cualquier forma de legitimacién de las relaciones de asociacién, en aldeas 0 caserios aglutinados 0 proximos unos con otros, determinados localmente por Ia proximidad con las fuentes de trabajo agricola, en los bordes de los fondos aluviales, con pantanos 0 clénagas, o en las dreas ricas en pastos con fuentes de humectacién, como los bofedales 5 de la puna. El parentesco es el reconocimiento juridico § de las relaciones de reproduccién que se asocian a las condiciones de la producctén, estableciendo los derechos de pertenencia de los Individues a la comunidad a la que estan adscritos, en términos del acceso que cada cual debe tener a los beneficios del trabajo y uso de la tierra y, en consecuencia, al consumo y la supervivencia, Esos vinculos, entre personas de una y otro sexo y de diversas edades, ala par que establecen las tareas que cada quien debe realizar como parte de sus obligaciones productivas y reproductivas, sefialan también el limite de los derechos de acceso a los blenes ‘que son producto del trabajo comtin y de los instrumentos. Ser miembro de un ayllu 0 cualquier grupo de parentesco no es tanto un titulo de afinidad o de consanguinidad, cuanto de adscripcién a una serie de derechos y deberes que establecen términos de seguridad patrimonial y para sobrevivir. Expulsar a alguien del seno de su comunidad, o no ser feconocido como parte de ella, es algo equlvalente a una pena de muerte. Con la habilitacién de las tierras dedicadas al cultivo, todo este aparato juridico quedé fijado de una u otra forma en todo el territorio andino, con fas variantes que cada regién requer‘a. Es la base de la forma de vida comunera, sea tribal o clénica. Nos proponemos ahora presentar las diferentes opciones de desarrollo que se dieron en ef mundo andino. Agricultores de tos bosques tropicales Los habitantes de los bosques htimedos y calurosos tenian una agricultura basada fundamentalmente en fa yuca 0 mandioca (Manihot utilissima y Manihot suculenta), complementada con el maiz (Zea mays). Ambas plantas habian sido domesticadas antes del tercer milenio, aunque ef cultivo de semillas no togré generalizarse en todas partes, de modo que muchas poblaciones sélo optaban por la stembra de tubérculosZ. Las practicas agricolas en los bosques hiimedos que se emplazan en los flancos de la cordillera de los Andes ecuatoriales y en la vecina Amazonia estan y estuvieron siempre complementadas con la caza de animales de! bosque -especiaimente roedores y venados- la pesca y Ia recoleccién de raices y frutos. La agricultura, basada en fa tala 0 roza del bosque, con un régimen de traslados necesarios de los territorios de cultivo, obligaba a practicas seminomédicas. Eso se asocia 3 una clerta divisién del trabajo y distribucién de tareas entre los miembros de la comunidad, segtin ta edad y el sexo, y a formas de parentesco que ligan a las personas a una asociacién tribal configurada con retaciones externas que fijan nexos favorables a los desplazamientos de territorio para la habilitacién itinerante de los terrenos de cultivo. Los agricultores de los bosques himedos siempre verdes fueron seguramente tos de mayores desniveles de desarrollo y también los de més amplla drea de aproplacién territorial. Tenian una gran movilidad territorial, aun cuando eso no signifique que fueran némades, dado que su trastado se originaba en la busqueda y ampliacién constante de los terrenos para el cultivo. El territorlo del bosque tropical del que tenemos mas informacién sobre lo que ocurria en el tercer milento de la era pasada es la cuenca del rio Guayas y las costas proximas a ella, en el flanco occidental de la cordillera ecuatorial de los Andes. Eso est en el Area Andina Septentrional, cerca de su frontera con los Andes Centrales, y eso hace que sus logros alcancen directamente a los procesos que simulténeamente se ventilaban en las vecindades de estos ditimos. Aqui vivian los productores de la cerdmica mas antigua de los Andes, sl blen no de Sudamérica, dado que en la costa caribefia de Colombia, en el Orinoco y cerca de la boca del Amazonas, se han encontrado evidencias de cerdmica en los milenios Precedentes, Eso no descarta la posibitidad de que la regién de! Guayas fuera uno de los, centros germinales de esta tecnologia. Estamos hablando de 3000 AC, aunque parece que el descubrimiento 0 uso de la cerdmica en la regién del Guayas tenia ya una larga historiaB. Se identifica esta fase con el nombre de Valdivia, que es el lugar donde se definié la ceramica por vez primera por el arquediogo ecuatoriano Emilio Estrada, y donde vivian pescadores asociados a la peninsula de Santa Elena. La ceramica Valdivia, que ha sido organizada en acho fases de desarrollo secuencial, cubre en realidad mas de un mitenio de historia: parte del cuarto, et tercero y una mitad del segundo milento, cuando es desplazada por una nueva tradicién de alfareria, que se conoce ‘como Machalilla, con la cual aparecen también otras modificaciones en el comportamiento de las gentes. Los valdivienses eran pescadores, recolectores de mariscos, recolectores-cazadores y agricultores que habitaban en un medio con condiciones de bosque tropical Iluvioso, bosques xerofiticos semldridos y de manglares. Estas condiciones fueron manejadas por agricultores desde antes det quinto milenio, en la Fase Vegas, de modo que la innovacién de la cerdmica -que caracteriza a Valdivia- aparecié ya en plena vigencia de un modelo neolitico de vida y no fue, por tanto, un indicador del “Neolitico" en los Andes, como en algtin momento se asumid. Es mas, aun cuando la cerémica pudiera tener antecedentes en Colombia o cualquier otra reglén, el examen de su manufactura, sus formas y la decoracién, que a simple vista parecen muy complejas, Indica que se trata de un complejo alfarero muy primitivo, al punto tal, que todos sus elementos parecen copiados de la cesteria, que bien pudo ser la técnica de fhacer recipientes que le dio origen. Aun hoy, aunque sin ninguna ligazén, en la regién de ‘Santo Domingo de los Colorados, se hacen cestos que reproducen as formas valdivianas a Partir de modelos tecnomorfos, que incluyen los motivos geométricos caracteristicos de la decoracién valdiviense. EI trabajo se resolvia mediante instrumentos muy rudimentarios, hechos con conchas, pledra y madera, fabricados de modo sencillo, por percusién y abrasién; el més complejo de los utensilios era una hacha de piedra putida, en forma de 'T’, que se encuentra desde la Fase Vegas y que se usé a lo largo de toda la Secuencia valdiviense. La pesca se hacia con anzuelos de'concha y también con redes. Si bien los primeros hallazgos de Valdivia en la costa del Guayas corresponden a puebios de pescadores, entre 4000 y 1500 AC, tanto en la costa como en la cuenca del Guayas, los valdivienses formaban una poblaci¢h neolitica bien asentada, con una agricultura que tenia maiz (Zea mays) y también porotos (Phaseolus vulgaris), pallares (Phaseolus lunatus) y calabazas (Lagenaria siceraria) (Pearsall 1986, 1988). Esté probado que el uso del algodén (Gossypium barbadense) ya era generalizado, ton lo que produjeron igualmente telas hechas con técnicas de telar. Las formas mas rudimentarias, como las que se producian en los Andes Centrales, deben haberse desarroliado en las precedentes épocas precerémicas. La mayor parte de los asentamlentos arqueolégicos conocidos se hallan concentrados en ta costa, al oeste de la cordillera Chongén-Colonche, desde Manabi, por el norte, hasta el golfo de Guayaquil, la Isla de Puna y, en periodos més tardios, la costa de la provincia de El Oro. Por cierto, estén apareciendo asentamientos vaidivienses més al norte y al oriente (en San Isidro, al norte de Manabi, y en el Cafiar-Azuay, en la sierra). Todo parece Indicar que las fases mds antiguas estaban en efecto mas asociadas al litoral del Guayas y que a partir de la Fase 5-6 se inicié su expansién. En las dos primeras fases, es decir, en el transito entre ef 1V y ef III milenio (se propone un lapso entre 3800-3200 AC; Marcos 1999: 134) aparece claramente definida la formacién de la vida aldeana, con pequefias agrupaciones circulares de unas 15 a 20 casas hechas con cafias amarradas y revestidas con barro, a modo de chozas, de forma mas o menos eliptica, de unos 5 x 3 m, Construidas directamente sobre el suelo. Las casas no se diferencian unas de otras, lo que hace presumir que funcionaba un patron de relaciones sociales igualitarlas, 2 la par que habia una falta de diferenciacién de funciones en los espacios constructives. Estamos hablando de talvez no mas de 100 personas viviendo juntas. Entre las fases 1 y 2 10 se advierten algunas variaciones en las técnicas de construir fas casas, como el uso de zanjas excavadas para fijar los muros de bahareque 0 quincha, pero ningtin cambio en la organizacién del poblado, lo que, ademas, es muy similar a lo que ocurria en la precedente Fase Vegas del milenlo anterior (Damp 1988). Es un periodo en el que la produccion de la alfareria era atin incipiente, con solo tres formas de recipientes: un cuenco abierto, con los bordes adornados; una olta baja con el borde en forma de labio doblado y adornos en el cuerpo, y un céntaro de cuello alto, también decorado con incisiones. Todos reciplentes ligados a ta preparacién y consumo de fiquidos. Hay una época posterior, que comprende las fases 2 y 3 de la cerémica, entre 3200 y 2500 AC, aproximadamente. En ella se dieron cambios importantes en la vida aldeana, que en el caso de Real Alto se definen con el reemplazo de Ia planta circular por una rectangular y el incremento de la poblacién aglutinada, con unas 150 casas dispuestas alrededor de dos plazas con montiailos y la aparicién de edificios diferenciados, al parecer, de uso ‘comunitario. Hay un crecimiento notable de poblacién aldeana, dado que las casas de 12 x 8 m dejaron de ser chozas unifamiliares pequefias, para pasar a tener la condicién de edificios de vivienda para agrupaciones de 10 a 15 miembros y que, ademas, estaban internamente divididas por una especie de blombo central y tenfan accesos faterales en funcién de los recintos en los que esta dividida la vivienda (Zeidler 1984). Eso induce a pensar que vivian juntas tal vez 1000 0 més personas en el poblado; pero, ademas, debe impticar cambios en Ja organizacién de la estructura de la familia 0 quizds de las relaciones que éstas pudieron tener con otras. Este incremento de poblacién puede significar que decidieron vivir en la misma localidad grupos familiares que hasta entonces residian en aldeas independientes, en os pequerios caserios circulares dispersos en el campo; pero puede ser también la expresién de cambios en la estructura de parentesco, con un régimen activo de familias numerosas, ligadas, por ejemplo, a la poliginia o la poligamia. Desde el punto de vista de la organizacién det poblado, seguin algunos arquediogos, en Real Aito se aprecia una divisién en mitades con cuatro monticulos, dos principales y dos menores, en ef centro de fa aldea, lo que podria inducir a pensar en una organizacién segmentaria de la comunidad. La aldea ocupaba un espacio en forma de 'U', ablerto hacia el sur y, al parecer, una tendencia en la concentracién de la poblacién en aldeas mayores, con un patrén aglutinado y ordenado (Marcos 1988). Este cambio fue acompafiado con el aumento del tamafio de unas hachas pulidas de pledra que se producian en la zona desde uno o dos milenios atrés y que, en este tiempo, adoptan una forma de 'T’, lo que debe indicar cambios en las técnicas de aproptacion del bosque, lo ‘que se combina con ta intensificacién en el uso de dreas agricolas en el interior, como las vegas y playas det alto rio Daule, un territorio propiamente selvatico (Raymond et al. 1980). Hay un claro mejoramlento de le calidad allmentaria; ademas de las plantas cultivadas y recolectadas y de los peces y moluscos del mar, se practicaba la caza de venados y de otros, animales del bosque. A la par que se advierte este crecimiento de la base alimentaria, hay también un ascenso en otros rubros de la produccién y el intercambio de bienes a distancia. Existe evidencia del uso y consumo de la hoja de coca (Erothroxylum coca), cuya regién natural est4 a mas de 100 km de distancia de la costa del Guayas (Marcos 1999: 137). Existen, igualmente, indicios de conexiones con la costa norte de Peru, donde se conocen unos mates (Lagenaria sp.) grabados con figuras que son parte de los estilos decorativos valdivienses de las fases 3 y 4, asociados a la ocupacion precerdmica del valle de Chicama, en el asentamiento de Huaca Prieta (Bird 1963; Bird et al. 1985). La actividad textil fue madurando, talvez al ritmo en et que se daban avances en este terreno en los pueblos centroandinos, advirtiéndose la intensificacién de las tareas de hilado. A la par, fa produccién alfarera se fue ampliando, con cerca de 20 diferentes formas de vajilla y ensayos artisticos bien logrados, que se expresan tanto en el manejo ornamentab de la vafilla como en el modelado de unas figuras humanas, principalmente femeninas, con la representacion de madres gravidas y mujeres con vistosos tocados y densas cabelleras. Las "Venus" de Valdivia son esculturas de notable fuerza estética. La época tardia valdiviense, que ocupa las fases 4 a 7 de la cerémica (entre 2600-1800 AC), ul se caracterlza, segiin Marcos (1999: 137), como el perfodo en donde la agricuttura intensiva se define plenamente con e! ingreso a practicas a la intervencién en el manejo de los suelos y especialmente det agua, a diferencia de lo previo, dominado por la capacidad de rescatar tierras en los bosques. Segin parece, el crecimiento econémico y social estuvo acompafiado por una ocupacién mas planificada del espacio productivo y, a la par, de un proceso de diferenciacion social. Aparece una serie de caserios en torno a Real Alto, sobre los bancos de los rios Verde y Real y, al parecer, se habilitaron depdsitos en el poblado mayor para almacenar excedentes. Hay también una extensiva relacién con otras regiones, como se expresa en los vinculos de Valdivia con la vecina slerra del Azuay, donde se desarroliaba una poblacién identificada con una larga tradicién cerémica. Ese sintoma de acumulacién en el centro poblado ms importante se asocia al aumento del tamafio de los monticulos de un posible espacio ceremonial y la aparicién de ciertos indicios de diferencias intemnas en la poblacién, de acuerdo a la presencia de figurillas de barro que muestran posibles deformaciones craneales. Se puede asumir que todas estas Innovaciones acompafian a la definicién de un régimen tribal jerarquizado, con chamanes y jefes étnicos de 4mbito local regional. Ademés, hay mejoras en las técnicas de produccién alfarera, dando inicio al uso de pintura para la decoracién de las vasijas, con fa aparicién de los tonos ante, rojo y negro, combinados, que serén luego caracteristicos de las tradiciones alfareras posteriores. El Ultimo periodo (Fase 8 de la cerdmica) de Valdivia (1800-1500 AC) es, en realidad, de transito hacia el periodo “Chorrera", que se definird luego de un corto lapso de cambios que se manifiestan asociados al desarrollo de una alfareria conocida con el nombre de "Machalilla". Lo més notable de esta época es el inicio de un proyecto regional de intensificacién agricola, mediante el uso de una estrategia de creacién de campos de cultivo eficientes, habllitando campos elevados en dreas de inundaclones estaclonales, con el sistema de "camellones" y habilitando en {as zonas dridas, medios de conservacién del agua, aprovechando los procesos naturales de filtracion 0 concentracién de las aguas de lluvia (Parsons y Schlemon 1987; Marcos 1987). Aqui, se combinan fa roza y quema de los bosques, habituales procedimientos de! medio, con una estrategia de produccién de suelos, que tendré una importancia crucial en el desarrollo econémico y social de una serie de Pueblos a fo largo de la historia, desde el norte de Colombia hasta el oriente boliviano y el altiplano del Titicaca. No sabemos si es el territorio valdiviense el responsable del descubrimiento de esta tecnologia agricola, pero por el momento, si son validas las. inferenclas de Marcos (1987, 1988, 1999), sin duda, es el lugar més antiquo conocido. Esto ocurrlié hace unos 4000 afiosg. Es una etapa de uso activo de toda el area del Guayas y Manabi, con extensiones hacia el sur y oriente, que se manifiestan en diversas formas de circulacién de bienes entre regiones, Los sitios mejor conocidos son los de San Isidro, en Manabi, y San Pablo, San Lorenzo del Mate y Pefién del Rio, en la provincia del Guayas. Desde luego, esta fase de la ceramica es también de varlados cambios, con fa significativa aparicion de botellas y de unos cuencos con pedestal, que los arquedtogos identifican como "compoteras’. No existe una informacién equivalente para el fianco oriental de los Andes equatoriales, pero ya se conocen restos tan antiguos como los de la Fase Pastaza, que indican que un mayor numero de exploraciones podré permitir tener registros histéricos similares en fa cuenca amazénica. La evolucién de Valdivia hacia los perfodos posteriores no esta suficentemente bien documentada; la Fase Machalilla parece haber tenido una notable gravitacién local en la seccién del litoral, en proceso simultaneo de desarrollos locales diferenciados en las cuencas serranas, donde se reconocen los complejos de Chaullabamba y Narrio en la sierra del Cafiar y el Azuay, y los de Cotocollao en Quito. Sin duda, ya no se trata de pueblos asociados a los bosques de los flancos occidentales de la cordillera y, menos ain, a los de las tierras lanas de la Amazonia, aun cuando los registros conocidos establecen estrechos vinculos de las serranias con sus vecinos de oriente y occidente, con formas de vida aldeana de base agricola. Sin duda, tos habitantes ecuatorianos andinos de este tiempo estuvieron intimamente tigados a sus vecinos amazénicos, més que cualquiera de sus similares de més al sur. Los arqueélogos ilaman Formativo Inferior a todo el desarrollo vaidiviano, que es 12 contemporéneo con el Arcaico precerémico centroandino. De algiin modo, ambos procesos se gestaron a inicios del tercer milenio, sobre bases agricolas y maritimas similares, pero en el curso del milenio, las divergencias fueron significativas. EI Arcaico en los valles fértiles def norte En efecto, la situacién es totalmente distinta més al sur. En el litoral peruano que esta entre los 70 y 120 de Lat. Sur, comprendiendo los territorios de Lambayeque y La Libertad, la implantacién de la agricultura en el tercer milenio tuvo una serle de consecuencias que desde luego no escapan a la definicién del proceso agricola como una “neolitizacién”. Sélo un milenio después, como producto del desarrollo de ta agricultura de base hidraulica, ta situacion salié de este rango, pasando a la condicion urbana. Esta se produce a fines del tercer milenio, entrando al segundo, casi simulténeamente con la presencia de la cerémica en Pert, en el periodo que los arquediogos identifican como Formative Inferior 0 Cerémico Inlclal que, como se ve, es 1000 afios posterior al ecuatoriano, y del que seguramente tomé a cerémica, pero con condiciones sociales e histéricas muy diferentes. La alimentacién de los pueblos costefios habia sido dominantemente marina, por tanto, basada en proteina animal, con carnes y grasas de mamiferos, peces y mariscos. En el tercer milenio se advierte un progresivo abandono del consumo de mamiferos y peces, con una dieta més adicta a los mariscos, a lo largo del periodo. Eso no estuvo determinado por carencias tecnolégicas, sino por otros factores que pueden atribuirse a cambios climéticos y otros eventos naturales. Se acompajia a eso un incremento de alimentos de origen agricola. Sin duda, fa agricultura maduré notablemente en esta regién durante el tercer milenio, y se Convirtié en un factor principal de desarrollo, aun cuando la explotacién de los bancos de mariscos mantuvo un papel importante en el sustento de los pueblos del litoral, que no abandonaron las caletas costeras durante este tiempo, a la par que practicaban una horticultura suficiente para un desarrollo poblacional discreto, pero con cambios moderados en la forma de vida "neolitica” que tenian otros pueblos con dominio agricola similar. De acuerdo con los datos disponibles, en los inicios del tercer milenio los pabladores de la costa norte basaban gran parte de su existencia en la explotacién de las lomas costeras y los bosques de la chawpl yunga de los valles medios, en la recoleccién de mariscos y en la pesca, viviendo en aldeas dispersas y de escasa poblacion. Por factores que ain no conocemos, se advierte una reduccién en el uso de fas lomas con respecto al milenio anterior, con una mayor dependencia de los recursos marines, permitiendo la aparicién de aldeas de mayor tamafio asociadas a un intensivo consumo de mariscos, con un apoyo menor en el de las plantas y animales de las lomas. A partir de tos trabajos pioneros de Bird en Huaca Prieta en 1946, tenemos una nutrida informacién sobre establecimientos de esta época (3000-1800 AC) en la costa peruana. El Fasgo general de la época es que hubo un fuerte ascenso de la poblacién, con profundos ‘cambios en su organizacién y capacidad productiva, debido sobre todo al incremento de productos agricolas en el consumo de alimentos y utensillos, aun entre los pobladores asociados a los bancales de mariscos. El cultivo del maiz se fue generalizando, aunque su consumo no parece haber sido muy rotundo, mientras que el algodén se convirtié en el producto de mayor demanda, generando, seguramente, siembras extensivas de esta planta para el uso de su fibra para hacer cuerdas y bolsas. En un grado de menor intensidad, se consumfan especialmente legumbres, como el frijol, el pallar, el frijol-guava (Canavalia ensiformis) y una serie de calabazas (Lagenaria sicerarla, Cucurbita ficifotia, Cucurbita moschata, Cucurbita pepo y otras), combinandolas con frutas estimulantes como el afi (Capsicum sp.) y algunos tubérculos como la achira (Canna edulis) 0 fa Jiquima (Pachyrrhizus tuberosus). Todas ellas plantas de clima templado, a las que se agregaron lego hacia [a mitad del milenio la yuca o mandioca (Manihot utilissima), el camote (Ipomoea batata), el mani (Arachis hypogaea) y otras raices de climas més bien célldos. A fines del periodo, se incorporaron también, como resultado de los intercambios y la movilidad de tos pobladores, ta papa (Solanum tuberosum), que estaba asociada a otros medios, y Ia llama (Lama glama), animal doméstico cardillerano. Pera esto ocurrié a Jo largo de un milenio, durante et cual fueron creciendo y organizndose los poblados de diversa manera. La Introduccién del maiz como un cultivo importante, si bien fue tardia en la costa, pudo ser un factor significativo para generar la exigente politica de riego artificial que caracteriz6 al proceso centroandino posterior. De cualquier modo, en la costa desértica se puede disponer de campos de cultivo accediendo a cualquier forma de humectacién, y ta tecnologia del riego por Inundacién y trasiado de! agua por canales debié ser parte de un proceso de progresivo descubrimiento a lo largo del milento. Cabe suponer que la forma mis primitiva es la que usa las “manchas verdes" de origen fredtico. En la sierra, donde el cultivo podia ser resuelto mediante un régimen de secano, no fue una préctica muy exigente y todo indica que durante el milenio precedente existia en un nivel agrotecnol6gico rudimentario en ambos territorios, SI bien no es algo que tenga vigencia significativa en ef debate actual, en las décadas pasadas se discutia con mucho énfasis el tema del origen del maiz y otros cultigenos, en el Supuesto que la identificacién de su fuente originaria de domesticacion podia indicar la procedencia de “culturas" importadas y, desde luego, el maniqueo tema de "los origenes". En la década del 70, a raiz de sus estudios en el sitio de Los Gavilanes, de Huarmey, Bonavia (1982: 346)10 hizo un balance del estado en el que estaba el debate sobre el maiz, que en afios posteriores a la década del 80 no avanz6 més. Dejando de iado las numerosas referencias anecdéticas, pareceria que el balance se indiina a proponer una domesticacion independiente andina, nacida en tos valles templados de la sierra y talvez con vinculos mas al norte, partiendo de una raza muy primitiva de esta planta (Bonavia 1982: 369-371) llamada “Confite Morocho". Las evidencias sustentables para tal hipétesis siguen siendo escasas, procedentes de los trabajos de Lynch (1980) en el sitio de! Guitarrero, en el Callefén de Huaylas, y los estudlos del equipo de MacNeish (1969) en Ayacucho. En Guitarrero se ha encontrado maiz en un contexto precerémico ubicado entre 5780 AC y el primer mifenio antes de nuestra era, calculandose que los maices mas viejos pueden datarse entre 3000-2000 AC, correspondlentes a una época media del complejo III de la cueva del Guitarrero (Smith 1980: 122)21. En Ayacucho, en la Fase Chihua, ubicada entre 4300 y 3100 AC se encontraron evidencias de cultivo de algodén, maiz y otras plantas (MacNeish et al. 1961: 223), Galinat, especialista en el tema, opinaba entonces (cit. en MacNeish et al. 1970: 38) que este maiz ayacuchano pertenecia al complejo del "Confite Morocho" y representaba la evidencia de una domesticacién independiente. Lo cierto es que, de uno u otro modo, en el tercer milenio e! malz se generalizé como una planta de cultivo tanto en la costa como en la sierra y, talvez, en los trépicos htimedos, y nada indica que su cultivo fuera un factor determinante en el proceso de desarrollo agricola, silo fue, en camblo, en fos procesos de afianzamiento de los Estados en los periodos tardios de nuestra historia. En cuanto al algodén (Gossypium barbadense), que tuvo un importante papel en todo el proceso de "neolitizacién", se generalizé iguaimente en esta época, si bien es evidente que su domesticacién se inicié antes. Segtin se sabe, sélo existen cuatro especies cultivadas: dos de ellas en América (G. barbadense y G. hirsutum). El origen de estos algodones ha sido un asunto de mucho interés para los genetistas, desde que ellos han descublerto que estas dos especies son "halopoliploides", especies hibridas que se han diferenclado por una suma de! numero de cromosomas de un algodén cultivado de Asia y un algodén silvestre de América (Towle 1961: 64). La tendencla més favorecida parece orientarse a considerar que hubo una fusion entre una planta silvestre peruana (G. raimondil) 0 un ancestro similar, y uno asiatico cultivado que puede ser el G. arboreum. De otro fado, el G. hirsutum, que es ‘mesoamericano, tiene en México una antigiiedad de cerca de 5800 AC, lo que significaria una hibridacién muy anterior a las posibles influencias asidticas y seguramente una domesticacién independiente. Eso hace posible suponer que el G. barbadense que se da en los Andes podria Igualmente haber tenido un proceso de hibridacién independiente de 14 cuaiquler influencia asidtica. Es interesante advertir que en Peri: existe también una variedad silvestre o mds bien no cultivada del G. barbadense. El algodén jugé un papel importante en el desarrollo econémico y social de la costa gracias a ta posibilidad de Incorporar valtosos instrumentos de trabajo, como son las redes y cordeles. La poblacién aumenté notablemente en relacién a los periodos precedentes. Se produjo una progresiva concentracién poblacional en las caletas proximas a los bancos de mariscos y en los bordes de "manchas verdes", con agua dulce, cerca 0 lejos de los cursos de los rios. Donde habia recursos alimentarios, sean del mar o de la tierra, alli habia un poblado. Las primeras noticias de los asentamientos "neoliticos” sin cerdmica fueron dadas por Bird a raiz de sus excavaciones en Arica en 1939, a las que, sin embargo, no se dio un lugar pleno de expectativas; lo mismo ocurrié con el asentamiento de Aspero, en Supe, descubierto en 1941-42 por Willey y Corbett (1954), que, a la par que mostraba un notable desarrollo arquitecténico, no tenia cerémica y si restos de plantas cultivadas. Luego, en 1946, Bird estudié el sitio de Huaca Prieta (Bird 1948, 1963), en Chicama, y entonces si lamé la atencién de fa Academia, que comenzé a definir una edad "agricola incipiente y precerdmica”. Desde 1957, con los estudios de Engel (1957, 1958, 1963), se inicié el hallazgo de Innumerables poblados de la época, @ lo largo de toda la costa peruana y mas tarde también en la sierra. Con estos hallazgos se desmoroné la antigua idea “tecnologista” ‘que la cerdmica era un rasgo infaltable del Neolitico. Luego se confirmé que ocurria lo mismo ‘en el Préximo Oriente y en Mesoamerica y, finalmente, en Egipto y el resto del mundo, 3 diferencia de Europa occidental y central, donde lleg6 tardiamente y casi en simultaneidad con el proceso de neolitizacién. Huaca Prieta es el sitio paradigmatico de esta época. Esta al borde de un viejo lecho det rio Chicama, en las costas al norte de Trujillo, a mas o menos unos 4 km del lecho actual del rio y cerca de una pequefia caleta de pescadores, que es conocida con el nombre de EI Brujo. Una playa de formacion moderna separa el monticuto de! mar. Es una zona aparentemente dificil para la pesca, con la playa Hlena de ripio, un mar ligeramente movido y sin abrigos naturales para la proteccién contra los vientos. Es una suerte de colina alargada de unos 12 m de altura que forma un espolén sobre las playas donde se disuelve el valle de Chicama. Esté formada por capas acumuladas de basura sobre los restos de edificios abandonados por sus sucesivos ocupantes. Por lo tanto, la mayor parte de los restos depositados por el ser humano en este espolén son de origen marino y sus habitantes, sin duda, eran gentes de mar, El lugar fue excavado por Bird, como parte de un extenso proyecto conducido por el Institute of Andean Research, de Nueva York, y desarrollado mayormente en el valle de Viri Precisamente, como parte del mismo proyecto, se excavé otro asentamiento similar, en Guafiape-Vird, llamado Cerro Prieto. El informe de las excavaciones en Huaca Prieta fue publicado recién en 1985, gracias al esfuerzo de John Hyslop, cuando ya Bird habia fallecido (Bird et al. 1985: 245). Seatin los registros arqueoligicos, este sitio tuvo una larga ocupacion precermica, desde el tercer milenio hasta los finales dei segundo mitenio, es decir, entre 3000 y 1200 AC aproximadamente. Son dos mit afios de vigencia12. De acuerdo con la evaluacién critica realizada por Hyslop, si bien no se aprecian cambios drasticos en la larga secuencia temporal del sitio, es posible registrar algunos que pueden ser significativos: en la Fase VI, la mas antigua, ya se hallan todos los componentes diagnésticos de la época, pero faltan unas casas caracteristicas de los perlodos més tardios y sdta aparecen signos de uso domeéstico en determinados espacios, como si se tratara de campamentos (Bird et al. 1985: 245). Parece, ademas, que la importancia de la pesca era muy grande, segtin se Inflere de fa abundancia de redes, anzuelos y huesos de pescado que hay en los depésitos. En la sigulente Fase V, aparecen las primeras evidencias de decoraci6n tanto en textiles ‘como en calabazas. Los tejidos estén hechos con la primitiva técnica del torzal (twining) y los disefios eran formados mediante el manejo diferenciado de hilos tefiidos de azul, con pigmento rojo o simplemente de color natural de! algodén marrén o blanco. En los dibujos se representan personajes zoomorfos, principalmente aves con las alas desplegadas y de perfl, 15 serpientes bicéfalas y seres antropomorfos. Los mates son pirograbados y representan personajes antropomorfos y zoomorfos. Es dificil decir que sean hombres y animales, porque SU configuracién no es retratista, La tecnologia textil se hizo muy importante a partir de la Fase IV, en especial, durante esa fase. Es de esta época que praceden los mejores ejempiares textiles decorados con disefios figurativos y geométricos y también en este tiempo aparecen nuevas técnicas textiles, luego extensivamente desarrolladas. En la Fase IV hay igualmente cambios en el régimen alimenticio, con una clara reduccién en el niimero de artefactos liticos y el consumo de peces y aves. La Fase Ill, que se estima proxima al 2000 AC, es decir, ya finalizado el tercer Milenio, es una época de cambios mayores, en varios aspectos, pero especialmente en los tejidos. La produccién texti! aumento y técnicamente se hizo mas variada, aun cuando disminuyeron y se simplificaron los disefios textiles y los mates decorados. En la Fase II, en pleno segundo milenio, esta tendencia continud, pero se advierte un desplazamiento del consumo de los peces por el de tos mariscos, lo que se acompafia de un mayor ntimero de artefactos hechos de conchas. La fase se caracteriza por una mayor simplificacién de la decoracién textii, que no muestra ya disefios figurativos. Mas tarde aparece la cerémica dentro de un contexto econémico y social similar. En realidad, tal como lo sefialaba Bird en sus escritos preliminares, muestra una poblacién més bien conservadora con pocas Innovaciones tecnolégicas y fuertemente adherida a ta explotacién de los recursos marinos. En sus excavaciones, Bird encontré una arquitectura de cantos rodados que formaban muros adheridos a la basura, para dar lugar a pequefias casas, de planta oval o cuadrangular, semisubterréneas (Ilegando a tener una profundidad de hasta 1.60 m). Estas casas parecen haber estado, ademas, en relacién con un gran muro de sostén que atin es visible. Las habitaciones estaban distribuidas sin plan ninguno, con pequefias entradas y escalones para comunicarse con ta superficie. Los techos parecen haber sido mayoritariamente sostenidos con vigas de madera. Estas construcciones ocupan sélo fa parte superior de la colina, Indicande que durante el tercer milenio se fue desarrollando tentamente la tecnologia de la construccién en esta zona. Ocurre una situacién similar en el valle de Viri, al sur de Trujillo, en Cerro Prieto, un ‘monticulo semejante, excavado por Strong y Evans (1952), donde se encontraron casas dispuestas en forma desordenada, hechas riisticamente, con muros de barro amasado con agua de mar. La lectura de estos sitios nortefios indica claramente que ef desarrollo social en la primera parte del tercer milenio estaba basicamente constituido por una forma de vida aldeana que, ademés, tendia a manejarse con un esquema autarquico de produccién y consumo, aun cuando aparecen evidencias de contactos -talvez por via maritima- con poblaciones alejadas como las de Valdivia en la regién del Guayas, a unos 500 km al norte, que a la saz6n ya eran alfareros. Bird encontré en la tumba 903 unos mates pirograbados con disefios que Fecuerdan mucho al estilo de la cerdmica valdiviense de las fases 3-4 (Bird et al.198! 71). No existia un dominio de 1a tecnologia alfarera en Peni para esas fechas y no lo hubo hasta inicios del segundo milenio entre 1800 y 1500 AC. En varios lugares estén apareciendo testimonios del uso de la arcilla cruda para hacer figuritas modeladas e, incluso, Imitaclones de recipientes de Lagenaria en este tiempo, ya sea como resultado de contactos externos con pueblos de alfareros -aunque no se reproducia la tecnologia de ta cerémica- 0 como formas precerémicas de uso esponténeo y auténomo de la plasticidad de las arcillas. En Aspero y en Caral, en el valle de Supe, y en Bandurria (cerca de Huaral, al norte de Lima), se han haliado mufiecos modelados en barro sin cocer, del mismo tipo de unas miniaturas con representaciones antropomorfas, y unos reciplentes que parecen imitar mates (Lagenaria 16 sp.) cortados 0 morteras de piedra, que se han hallado en el sitio de Kotosh, en Huanuco, en la Fase Mito, iqualmente preceramica. Pero esos ya son procesos diferentes, ‘Al parecer, los camblos mas notables en Huaca Prieta fueron el resultado de sus esporddicos contactos con el exterior, ocupando una posicion intermedia entre el Neolitico con cerémica de los Andes ecuatoriales boscosos, y el complejo desarrollo que se comenzé a dar més al sur, en Ancash y Lima, que rompié el esquema simplista aldeano, para organizar uno basado en la formacién de grandes asentamientos de tipo urbano. Una revolucién en el norte fértil ‘Al sur de Trujillo, tanto en la costa como en la slerra, Se produjo un gran salto poblacional, con significativos cambios sociales y econémicos durante el tercer milenio y los primeros siglos del segundo. Todo esto fue provocado por la intensificacion de la actividad agricola que pudo darse gracias al desarrollo de tecnologias anexas al simple aultivo de las plantas. Eso transformé en campos de cultivo a los puntos de resurgencia de agua subterrénea o de inundacién de los Fértiles conos de deyeccién de los rios costefios y a las laderas habiles de los Andes del Marafién. Asimismo, condujo a una nueva divisién del trabajo, donde al lado de los trabajadores del campo, productores directos de los bienes de consumo, aparecieron los, trabajadores de las tecnologias anexas, tales como Ia elaboracién de los calendarios estaclonales que a su vez eran los conductores de las nuevas condiciones de subsistencia. Cerca del valle de Moche, entre Chicama y Vird, se halla un sitio conocido como Alto Salaverry, que muestra una aldea mas o menos compleja, con construcciones mayoritariamente domésticas, semisubterréneas como las de Huaca Prieta y Cerro Prieto, simples y sin orden aparente. Sin embargo, estas se encuentran junto a obras que Podriames considerar publicas o comunales. Aparecen unos complejos rectangulares que sugieren haber tenido una funcién comunal 0 supradoméstica, y que combinan recintos con Plataformas y tumbas. Se trata de edificaciones de mejor elaboracion arquitecténica de las supuestas unidades domésticas, y se ve claramente que su ubicacién y construccién Implicaron una certa planificacién. Al lado de todo esto, finalmente, se encuentra un recinto, a modo de patio hundido de planta circular, al que le atribuimos una funcién de observatorio para fijar un calendarlo. Este tipo de recinto continuard uséndose mas adelante, siempre asociado a grandes templos o centros ceremoniales de fines ailticos, desempefiando un importante papel en el nacimiento de los trabajos no agricolas que acompajian el proceso. Se supone que es un medio de medicién precisa de los movimientos del sol y otros astros, en la conexién que tales movimientos tienen con tos eventos agricolas, tales como fa llegada de! ‘agua por el cauce de los rios, luego del solsticio de diciembre 13 , 0 como el ritmo de las actividades a desarrollar en el lapso intermedio, antes y después de cada campafia agricola. SI bien se conocen otros asentamientos similares en Trujillo, como el de Las Salinas, en el valle de Chao, muy cerca de Alto Salaverry, donde esta tecnologia calendérica se asenté de manera vigorosa desde el milenio anterior, fue en los valles de Ancash y Lima, especialmente entre Casma y Supe, donde se alcanzaron los mas altos niveles de desarrollo de este tiempo, con lugares como Las Aldas y Sechin en Casma, o Piedra Parada, que muestran el mismo tipo de instalacién circular hundida, pero especialmente en los complejos de Aspero y Caral, en Supe. Son los primeros asentamientos urbanos del Area Andina y, hasta donde llegan los conocimientos actuales, de América. Desde luego, no es de suponer que todos los asentamientos de la época tuvieran ese mismo modelo, con edificios publicos anexos. Por el contrario, son mayormente aldeas que sigue tun patrén similar al de Huaca Prieta y Cerro Prietoi4. En ese sentido, parece evidente que los agricultores y mariscadores de este tiempo estaban conectados y compartian una serie de formas de vida bastante préximas. Es probable que tuvieran contactos frecuentes y fuentes comunes de abastecimiento de ciertos productos procedentes de la sierra 0 los trépicos huimedos. La actividad agricola concentraba 2 los habitantes en las proximidades del valle. 17

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