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10 leyendas urbanas tan espeluznantes

como universales
¿Qué mejor forma de celebrar Halloween que
recordando esas historias "reales"?

¿Cocodrilos en las alcantarillas? ¿La autoestopista que desaparece


al tomar la curva? ¿La canguro que estaba tan ciega que metió al
gato en el microondas? No, en realidad nada de eso le ha sucedido
al vecino de la hermana de un amigo tuyo, y probablemente
tampoco le haya pasado nunca a nadie. Son leyendas urbanas.
Cuentos y creencias populares que, pese a contener elementos
sobrenaturales o inverosímiles, se presentan como hechos reales.
Se transmiten por tradición oral, de boca en boca, y van
embelleciéndose con cada nueva versión, creando un folclore
contemporáneo. Se ceban en la superstición y en el morbo, y casi
siempre tienen cierta moralina, "si haces tal –o si no lo haces–, te
pasará esto…". He aquí 10 tan terroríficas como universales:

La autoestopista fantasma

Lleva circulando siglos, adaptándose a los distintos medios de


transporte. Consiste básicamente en que una mujer hace autostop
al borde de una carretera: Un coche se detiene y se sube a la parte
de atrás. Al llegar a una peligrosa curva, la autoestopista advierte
del peligro. Cuando el vehículo ha rebasado la curva, la mujer ha
desaparecido misteriosamente. Luego, el conductor, o conductor y
copiloto, se entera de que en ese punto murió trágicamente una
mujer. En algunas versiones, la pasajera no avisa del peligro y el
coche sufre un accidente y mueren conductor o pasajeros, aunque
siempre queda algún superviviente, claro, para poder contar la
historia. En nuestro país la fatídica curva se ubica en el puerto de
la Cruz Verde, un paso de montaña de la sierra de Guadarrama, y
se dice que hay otra curva con su fantasma en el puerto de
Galapagar.

También hay variaciones en las que el autoestopista es un padre


angustiado que tiene que llegar como sea al lecho de su hijo
moribundo. O ancianas siniestras que anuncian el fin del mundo.
A veces es una novia vestida de blanco que murió el día de su
boda. Vamos, que hay versiones para todos los gustos.
Hace unos años, se hizo viral un vídeo de apariencia casero que
espantó a medio Portugal. Estaba rodado desde dentro de un
coche en el que viajaban tres amigos. El vehículo recogía en mitad
de la noche a una joven, Teresa Fidalgo, y sufre un accidente.
Según los créditos murieron los tres amigos. En realidad era un
fragmento del vídeo A Curva que su director, David Rebordão,
quiso promocionar por internet. Causó furor en redes sociales,
muchos creyeron que era real. Fue tal la conmoción que el director
tuvo que aclarar la situación.

La dama de blanco

Es una leyenda parecida a la anterior, y también está extendida


por todo el mundo. En ella, una mujer vestida de blanco aparece
durante un breve periodo de tiempo en alguna zona rural. Su
historia suele estar relacionada con alguna tragedia de carácter
local. Son mujeres que han perdido a hijos, maridos o han sido
víctimas de una traición y su espíritu vaga sin descanso clamando
venganza.

En el medievo, cuando esta fantasmagórica figura aparecía


significaba que alguien cercano, de la familia o del vecindario, iba
a morir. En la tradición inglesa, la Dama de Blanco custodiaba un
tesoro, pero murió repentinamente, antes de que pudiera revelarle
a nadie dónde se hallaba escondido. Cuentan que en el siglo XIX
la dama blanca se apareció hasta tres veces al hijo de los dueños
del castillo de Blenkinsopp en Northumbria, pero es cierto que en
esa parte de Inglaterra todos los castillos tienen sus leyendas de
fantasmas. La dama Blanca en Gales también guarda un tesoro.
Cuando un hombre tuvo el valor de acercarse a ella, le
recompensó con la mitad. En su avaricia, él se lo llevó todo, pero
la Dama de Blanco reaccionó, y con sus poderes sobrenaturales,
mató al codicioso abusón.
La Casa de las Siete Chimeneas, en pleno centro de Madrid, está
encantada y por las noche se pasea por el tejado el fantasma de
Elena.

En la capital madrileña también hay una dama de blanco que,


noctámbula y sin asomo de vértigo, se pasea de noche por el techo
de la casa de las Siete Chimeneas en la Plaza del Rey. Se trata de
Elena, hija de un montero de Felipe II y supuesta amante del rey
que pereció en extrañas circunstancias y que, según varios
testigos, sigue deambulando por la villa y corte. Pero por las
alturas.

En 1996 se extendió la leyenda de que escuchar la música del


Pueblo Lavanda del videojuego de Pokémon incitaba a los
menores al suicidio.
anucha sirivisansuwan

Los suicidios de Pokémon

En marzo de 1996, tras el lanzamiento de Pokémon Rojo y Verde


1.0, en Japón se dieron 104 suicidios de niños entre 10 y 15 años.
Algunos se ahorcaron, otros se arrojaron al vacío desde altos
edificios, los hubo que se cortaron las venas. ¿Qué tenían todos en
común? Todos ellos, según sus padres, estaban enganchados al
juego. Se desencadenó el rumor de que escuchar la música del
Pueblo Lavanda incitaba a los menores al suicidio. Según esta
leyenda urbana, ritmos binaurales de tono alto afectaban al
cerebro de los niños, aunque, como sucede con el test del
mosquito, los adultos eran inmunes a esa frecuencia. Alguien se
inventó una enfermedad, "el Síndrome del Pueblo Lavanda", que
inducía a los niños al suicidio. La leyenda se disparó por las redes,
amenizada con todo tipo de especulaciones, como el peligro
inminente de los cartuchos de juego que todavía circulaban por el
mundo, responsables directos de las muertes. Se habló mucho del
suicidio de uno de los programadores, Chiro Miura, y del macabro
legado que dejó.

El problema de los suicidios juveniles en Japón poco tiene que ver


con los videojuegos y mucho con las gran presión que sufren los
adolescentes: el temor al fracaso escolar es tan acuciante que la
angustia juvenil que se da en cualquier cultura se convierte aquí
en obsesión y terror.
La canguro, según la leyenda urbana de turno, a veces es víctima,
a veces, verdugo.
Westend61
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La llamada viene de dentro de la casa

En general esta es la historia: una canguro se encuentra en una


casa, cuidando a unos niños que duermen plácidamente desde
hace horas. Empieza a recibir llamadas amenazantes que en
realidad vienen de dentro de la casa. Cuando va a comprobar
cómo están los pequeños, se encuentra con que han sido
asesinados. Luego suele ser ella la que muere.

A veces lo que sucede es que la canguro está tan colocada de


marihuana (o lo que sea) que cuando le entra hambre mete al
bebé de la casa en el microondas, o alguna barbaridad similar. Ya
he dicho que con cada nueva versión la leyenda se hace aún más
monstruosa y disparatada.

La moraleja es clara: "Mujeres, proteged a vuestros hijos". Hay


variaciones de esta historia en todas partes, desde Scream hasta
los clásicos, como Otra vuelta de tuercade Henry James. Con los
avances de la tecnología en telefonía móvil, se espera que la
historia devenga en horror basado en wasap o en asesinos que
utilizan Tinder para localizar a sus víctimas.
Qué gran clásico, tras una noche loca, te despiertas con una resaca
de campeonato y un riñón de menos.
pastorscott

Atraco a un riñón

Este relato también tienen infinidad de variantes, pero el principio


es el mismo: un hombre se deja seducir por una mujer hermosa –
o tiene sexo con una meretriz–. A la mañana siguiente, se
despierta sin recuerdo alguno de la noche anterior, y descubre una
sospechosa cicatriz a la altura del riñón, víscera que estará
entonces a merced del mejor postor el mercado negro. La
moraleja no puede ser más clara, ¿verdad? A veces en lugar de
despertarse sin un riñón se despierta con un mensaje:
"Bienvenido al club del sida". Y casi siempre ha desaparecido
también la cartera, con su documentación y dinero.

Esta leyenda del tráfico de órganos en ocasiones se da sin ni


siquiera intercambio carnal. Hubo una época en que se decía que
perdías un riñón si te atrevías a acceder al probador de según qué
tiendas, y no por el precio de la ropa, sino que lo del riñón era
literal. Alguien te contaba de alguien que había entrando en una
tienda y su pareja, al ver que no salía, se asoma y le dicen que allí
no hay nadie. El marido, o la amiga, o mujer o novia en cuestión
acude a la policía que, al llegar, encuentra a la víctima atada y
amordazada y a punto de extraerle un riñón para el tráfico de
órganos.

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El tráfico de órganos es un elemento básico de la ficción de terror;


de Nunca me abandones de Kazuo Ishiguro a Desconexión, la
novela juvenil de Neal Shusterman. Por desgracia este tipo de
intercambio sucede, pero no en estas latitudes, y no mediante un
secuestro (espero).
No, las arañas no ponen huevos en los humanos.
Lorenzo Tombola

La picadura del insecto


En el universo de Suehiro Maruo, maestro del horror, nunca
faltan insectos recorriendo el cuerpo de sus víctimas.
EDT

Es tan universal que ha servido de inspiración a la ficción de


medio planeta. Un joven regresa a casa tras una excursión o un
viaje. Entre las marcas de su periplo, (arañazos, pequeñas heridas,
picaduras, lo normal cuando caminas por el monte) se halla una
picadura de insecto en apariencia inofensiva. Empieza el escozor,
que se hace inaguantable. Cuando el joven acude al médico, este le
hace una incisión. Bajo la piel, la araña u hormiga o insecto que le
picó había depositado sus huevas, que ahora son larvas o insectos
que se nutren del cuerpo de la víctima y que probablemente
acaben con su vida. Hay versiones más lights y otras
asquerosamente gore. Que algo así suceda es prácticamente
imposible. Aun así es un clásico del cine y la literatura de terror,
desde Alien de Ridley Scott hasta El cazador de sueños de
Stephen King, pasando por los cómics de Charles Burns o Suehiro
Maruo.

El hombre del gancho

Otra historia indispensable en todo fuego de campamento que se


tercie. Una pareja en coche busca un lugar oscuro y discreto donde
dar rienda suelta a sus arrumacos. Llegan a una zona apartada. El
chico detiene el vehículo y pone la radio para que haya algo de
música de ambiente. En mitad de sus actividades amatorias, la
canción que suena se detiene y un locutor advierte de que un
peligroso loco se ha escapado de una institución cercana. Un
hombre con una característica física muy llamativa: donde debería
estar su mano, luce un gancho. La chica se asusta, el chico la
tranquiliza para seguir con el cortejo, pero ella insiste, se quiere ir
a casa. El chico acepta a regañadientes. Cuando llegan a su
destino, la chica sale del coche y comienza a gritar histéricamente.
Hay un garfio sanguinolento clavado en la parte posterior del
vehículo. A veces mueren uno o los dos miembros de la pareja.
Empezó a circular en los años cincuenta en Estados Unidos y ha
sido la inspiración de numerosas películas de terror, como Sé lo
que hicisteis en el último verano de Jim Gillespie, basada a su vez
en la novela de Lois Duncan.

Edward Hopper pintó Nighthawks en 1942. Aquí todo es


fantasmagórico: el camarero, los clientes, hasta la calle,
Edward Hopper
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El camarero fantasma

No, no se trata de un tabernero chulesco que te vacila cuando le


pides una cerveza –que los hay, pero esos, por suerte, dan más
risa que miedo–. Todo el mundo conoce a alguien que conoce a
alguien que, estando de viaje, se fue a tomar una copa a un bar
solitario del pueblo en el que se alojaba. Para pasar el rato y
desconectar tras muchas horas al volante, el conductor consume
varios gin & tonics en animada conversación con el camarero.
Según la leyenda, el forastero vuelve al día siguiente y se
encuentra con otro barman. Al preguntar por su compañero, si es
que ese día libra, se entera con estupefacción de que el
establecimiento había estado cerrado la noche anterior. Ahora
mismo todos estamos visualizando un bar de carretera cercano a
un polvoriento motel de la ruta 66, pero el caso es que esta
leyenda también tiene su versión celtibérica. La oí hace poco, de
boca de un amigo cuyo padre era comandante del aire y había
estado un tiempo destinado en la Base Aérea de Los Llanos en
Albacete. Cuando al cabo de seis meses volvió a esa base para una
breve instrucción, decidió una noche acercarse a la cantina para
ver si aún estaba Tomás, el soldado camarero con el que había
hecho buenas migas durante su anterior estancia. Todavía estaba
al cargo y el mando se pasó un buen rato bebiendo Magno y
contándole anécdotas al soldado. Al día siguiente la cantina estaba
cerrada. Cuando inquirió, le contaron que Tomás ya no estaba en
el cuerpo: se había suicidado hacía tres meses. La cantina estaba
cerrada, a raíz del suicidio y de que se había terminado el nuevo
pabellón de oficiales.

Cartas en cadena

Ya lo conoces. Te envían un mensaje que sugiere que si no se lo


pasas a cinco personas más, habrá consecuencias terribles. Esta
leyenda urbana parece haber previsto la comercialización viral en
unos veinte años. Hoy en día también hay quien cree que sirve
para curar el cáncer o concienciar a la sociedad de alguna
enfermedad, pero yo, desde luego no le veo sentido a "Pásale este
mensaje a X personas si quieres que (lo que sea)", son ganas de
sucumbir a chantajes absurdos. El concepto de la mortífera carta
en cadena también se ha explotado en la ficción: aparece en la
fantástica novela de misterio El fin de Mr. Y, de Christopher Pike.

El anciano coronel vigila lo que nos echan en la comida. Bueno,


por si acaso, también tenemos a la Autoridad Europea
de Seguridad Alimentaria.
pjohnson1

Comida adulterada

No hace mucho corría por internet el rumor de que KFC había


tenido que eliminar de su nombre la palabra chicken porque en
realidad lo que vendían no era pollo, sino algo creado
genéticamente. Circularon incluso algunas fotos sorprendentes.
Los alimentos son a menudo víctimas de mitos urbanos: Las
hamburguesas MacDonald's en realidad están hechas de
lombrices, en los restaurantes chinos sirven carne de perro y en
las latas de paté de tal marca aparecen cucarachas. Estas leyendas
se nutren de que en realidad a veces sí que saltan noticias
escandalosas a los periódicos, como aquella del pastel de Ikea en
cuyo análisis encontraron excrementos humanos, pero quiero
pensar que en Europa al menos hay un férreo control de las
medidas de seguridad e higiene alimentaria, ¿o no? Mi leyenda
urbana favorita de comida proviene de mi infancia, en el colegio se
extendió el rumor de que si mezclabas Coca-Cola con aspirina
salía droga. Así, en hiperónimo: "droga". Droga no sé, pero seguro
que es una mezcla explosiva para el estómago.
La Leyenda del Charro Negro

 JAIME MARQUEZ

 6 COMENTARIOS

La leyenda del Charro Negro es una de las más extendidas de México, y


también de las que más variantes poseen.

Tienen como denominador común la figura fantasmal de un hombre alto,


delgado y vestido de charro negro, montado sobre un caballo también negro,
pero sea cual sea la variante de la historia que escuchemos, lo más probable
es que tenga que ver con una bolsa de monedas, por lo que quizá se trate de
una advertencia contra la avaricia, donde el desgraciado que acepta las
monedas, queda irremisiblemente condenado.

Variantes de la leyenda del Charro Negro

Esta leyenda se extiende a varios estados de la República de México;


Veracruz, Hidalgo, Puebla o Tlaxcala son sólo algunos ejemplos, presentando
diferencias en la narración, pero siempre con el mismo nexo común de
advertencia.

Una de las variantes de la leyenda nos cuenta que, si el charro negro se nos
aparece y ofrece una bolsa con monedas, no debemos aceptarla, ya que
pasaríamos a tomar su lugar, condenados a vagar hasta que otro pobre
desgraciado acepte nuestras monedas (aunque también hay versiones en que
el castigo es nada menos que la muerte).
También nos encontramos con el charro negro como cobrador de deudas,
concretamente en Pachuca, donde esta figura fantasmal se aparecía para
cobrar un hijo como pago, a cambio de la ayuda sobrenatural para salir de la
miseria. Se cuenta que, quienes aceptaban este trato, estaban obligados a criar
una enorme serpiente capaz de hablarnos en sueños, y que exigía a sus
beneficiarios dicho pago de hijos.

Una variante más moderna del charro negro la encontramos en las leyendas
urbanas de Puebla, donde algunos taxistas afirman que un misterioso viajero
se sube a sus coches, para desaparecer en mitad del trayecto sin siquiera abrir
la puerta, en medio de una terrible carcajada. Por suerte, en esta versión, no
hay oferta ni trato sino simplemente un susto considerable.

Sea como fuere, las diferentes versiones de la leyenda del charro negro
convergen en la idea del castigo por la avaricia o la codicia, haciéndonos (de
una u otra forma) la eterna pregunta de ¿qué estarías dispuesto a sacrificar por
dinero?

Aka Manto, leyenda japonesa

 MIRIAM MARTI

 13 COMENTARIOS

La leyenda de Aka Manto es una de las leyendas urbanas más difundidas


en Japón. Una tenebrosa historia que habla del fantasma de una mujer, el cual
habita el último de los retretes de mujeres de los baños públicos.
Al parecer, hace años ya existía otra versión de esta leyenda de terror que
hablaba de un hombre vestido con una capa roja que se escondía en los
armarios de una escuela primaria de Osaka, allá por el año 1935. Más tarde,
sobre 1940, la leyenda derivó en una especie de vampiro que aterrorizó un
vecindario de Tokio con una capa roja. No obstante, la leyenda actual
comenzaría a difundirse allá por 1980 y tomaría forma de mujer.

Aka Manto, que significa Capa Roja en japonés, es el espíritu de una mujer
que habita los baños públicos de Japón. Suele esconderse en el último de los
retretes atemorizando a toda aquella joven que lo use. Al parecer, Aka Manto
fue en realidad una joven sometida a la humillación constante de sus
compañeros de colegio. Ahora, una vez muerta, su único objetivo es pagar con
el resto del mundo las vejaciones por las que pasó durante su vida.

La leyenda asegura que una vez dentro del retrete escucharemos una voz
siniestra que nos preguntará “¿Papel rojo o azul?”. Tras esta pregunta,
aparecerán dos rollos de papel con estos colores. Si la persona escoge el rojo,
Aka Manto aparecerá y desollará a sus víctimas. Arrancará su piel poco a poco
para que las víctimas puedan sentir el dolor mientras se desangran.

Por el contrario, si la víctima escoge el papel azul, el malvado espíritu cortará


las piernas de la persona para que se desangre poco a poco.

Al parecer, esquivar la pregunta tampoco funciona, aunque muchas versiones


aseguran que es la única forma de escapar de la ira de Aka Manto. No
obstante, otras aseguran que si optamos por esquivar la pregunta terminará
con nuestra vida igualmente.

Asimismo, si escogemos otro color se abrirá un agujero del que comenzarán a


salir manos blancas que arrastrarán a la víctima hacia la más absoluta
oscuridad.

Algunas versiones aseguran podemos librarnos de Aka Manto corriendo nada


más escuchar la voz. No obstante, otras tantas cuentan que si esto sucede,
Aka Manto podría aparecer frente a la persona bloqueando la salida y
acabando con su vida de igual forma. Asimismo, otras cuentan que durante
esta aparición el cuarto de baño queda completamente bloqueado, como en
una dimensión paralela, impidiendo que las víctimas puedan salir. Sin duda una
de las leyendas de terror más poco esperanzadoras de Japón, pues lo cierto
es que parece que Aka Manto tiene muy claro su objetivo, acabar con la vida
de la gente.

Aunque parece imposible escapar de esta espeluznante aparición repleta de


odio e ira, lo cierto es que si contestamos serenamente que no necesitamos
papel, cabe una pequeña posibilidad de que Aka Manto nos permita seguir
viviendo. Quizá dependa del humor que presente el espíritu en esos
momentos, pues lo cierto es que esta vía de escape no siempre funciona.
Silverpilen, un tren fantasma en Estocolmo

 SARAY GARCÍA

 5 COMENTARIOS

Una de las leyendas urbanas más extendidas en la ciudad de Estocolmo,


en Suecia, es la conocida como Silverpilen (“La flecha plateada”); de hecho,
es tan conocida que tiene hasta un grupo en la red social Facebook.

Se trata de un tren fantasma de cinco vagones y de color plata (de ahí su


nombre) correspondiente a la serie C5, que ha sido atisbado en varias
ocasiones en la red de metro de Estocolmo. Lo asombroso es que tan sólo un
tren de esas características, pero de 8 vagones, fue construido y puesto en
funcionamiento durante los años 60, siendo sustituido por uno más moderno
hace unas décadas.

Pronto se corrió el rumor de que alguna gente había visto un tren blanco y
resplandeciente durante la noche, aunque es cierto que existen varias
versiones del mito. En 1980, en pleno auge de la leyenda, esta fue compilada y
escrita por Bengt Klintberg e incluso llegó a aparecer en la serie sueca de
finales de la década de los 90, “Det spökar”(“Los fantasmas”).

Entre las diferentes versiones que existen de ella, hay quien asegura que tan
sólo fue visto por trabajadores por la red de metro, o que tan sólo circula a gran
velocidad después de medianoche por algunas estaciones. Incluso hay quien
ha llegado a afirmar que el convoy para en algunos andenes para recoger
pasajeros.
Es habitual que el tren esté asociado con la también estación fantasma
Kymlinge, cuya construcción nunca fue acabada y, por lo tanto, su uso no está
autorizado. Se dice que los pasajeros que recoge el Silverpilen son apeados
aquí una vez que están muertos, lo que ha dado lugar al siguiente dicho: “Bara
de döda stiger av i Kymlinge”, que quiere decir “sólo los muertos se bajan en
Kymlinge”.

Así que ya sabéis, si tenéis planeado un viaje a Estocolmo… ¡tened cuidado


en la red de metro y vigilad en qué tren os subís!

El Silbón
AUTHORADMINESPÍRITUS VENGATIVOS 133 COMENTARIOS

En los llanos de Colombia y principalmente de Venezuela, existe la leyenda de


un espectro maldito que, tras matar a su padre, deambula por la llanura desde
tiempos muy antiguos. Su espantoso silbido es sinónimo de muerte y desgracia,
por eso le llaman “El Silbón”.
Muchos son los habitantes de los llanos que cuentan haberlo visto sobre todo en
verano, época en que la sabana venezolana arde bajo el rigor de la sequía y El Silbón se
sienta en los troncos de los árboles y recoge polvo en sus manos. Pero es principalmente
en los tiempos de humedad y lluvia cuando el espectro vaga hambriento de muerte y
ávido por castigar a borrachos y mujeriegos y a una que otra víctima inocente. Y es que
cuentan que a los borrachos les succiona el ombligo para beberse el aguardiente que
ellos ingirieron cuando se los encuentra solos por el llano, y que a los mujeriegos los
despedaza y les quita los huesos y los mete al saco donde guarda los restos de su padre.
Algunas versiones dicen que es como un alargado gigante de unos seis metros, que
camina moviéndose entre las copas de los árboles mientras emite su escalofriante
silbido y hace crujir, dentro de su viejo y harapiento saco, los pálidos huesos de su
infortunado padre; o, según afirman algunos, de sus múltiples víctimas. Otras versiones
dicen que, sobre todo a los borrachos, se les presenta como la sombra de un hombre
alto, flaco y con sombrero.
Existe la creencia de que sus silbidos se suceden unos a otros en ciclos de do, re, mi, fa,
sol, la, sí y que se escuchan cercanos cuando no hay peligro y lejanos cuando sí lo hay
pues cuanto más lejanos suenan más cerca está. Unos piensan que escuchar su silbido es
un presagio de la propia muerte, que puede oírsele en cualquier sitio y hora y que si lo
oyes lejos entonces no te queda más salvación que el ladrido de un perro; o, para otros
más optimistas, también el ají (un fruto rojo y muy picante que se emplea como
condimento) y el látigo.
Cuentan que, en ciertas noches, El Silbón puede aparecerse cerca de una casa, dejando
en el suelo el saco y poniéndose a contar los huesos uno a uno. Si una o más personas lo
escuchan, no pasará nada; si nadie lo escucha, al amanecer un miembro de la familia
nunca despertará.
En los llanos orientales de Colombia, donde le llaman “El Silbador”, creen que es el
alma errante de un mujeriego parrandero que murió en soledad, la gente afirma que él
busca la compañía de alguien que a esas horas de la noche ose cabalgar. Pero aquella
versión amable es una excepción pues, también en Colombia, otros dicen que El
Silbador persigue a las embarazadas, que su silbido penetra los oídos e infunde frío y
que, si alguien lo escucha en tono agudo, pronostica la muerte de una mujer, mientras
que si suena grave pronostica la de un hombre. En cualquier caso, esa mujer u hombres
es generalmente alguien conocido por parte de quien ha escuchado el silbido.
Orígenes

La leyenda de El Silbón nació a mediados del siglo XIX en las llanuras de Guanarito, un
municipio del estado La Portuguesa, dentro de Venezuela. Después la leyenda migró a
los llanos de Cojedes y Barinas y hoy en día inclusive se la encuentra en ciertas zonas
de la llanura colombiana.
Versión 1:

Cuentan que cierto joven descubrió que algo extraño estaba pasando entre su esposa y
su padre. Unos dicen que el padre la había golpeado, pero generalmente se cuenta que la
violó y que, cuando su hijo lo encontró cometiendo el crimen, únicamente se justificó
diciendo: “lo hice porque es una regalada (mujer fácil)”. Entonces la cólera del joven se
desató y ambos comenzaron un combate cuerpo a cuerpo, golpeándolo en medio de la
lucha con un palo y asfixiando a su padre con éste (que yacía en el suelo tras el golpe),
apretándolo con ferocidad hasta que dejó de respirar…
El abuelo, que había escuchado toda la pelea, pues se encontraba cerca, fue corriendo a
ver qué pasaba y se encontró con el atroz parricidio. Conmocionado, juró que castigaría
al joven, quien siendo de su propia carne y sangre, osó dar muerte a quien le transmitió
la vida…
Así, poco tiempo después se encargó de que el homicida fuese atado, dándole entonces
una lluvia de latigazos. “Eso no se le hace a su padre…¡Maldito eres pa´ toa´ la vida”, le
dijo antes de frotarle ají en las heridas y echarle al perro Tureco para que lo persiguiera.
Según la leyenda, el espíritu del perro le perseguirá hasta el fin de los tiempos…
Versión 2:

El Silbón era un joven caprichoso y consentido, acostumbrado desde niño a ser


complacido en casi todo. Un día, al Silbón se le antojó comer asadura de venado (hecha
con el hígado, el corazón y el pulmón del animal); su padre inmediatamente salió de
cacería a buscarle un venado…
Pero he aquí que el padre tuvo una mala jornada de cacería y, tras regresar con las
manos vacías, se encontró con la cólera de su hijo, el cual se descontroló y terminó
matándolo y sacándole las partes necesarias para hacer la asadura.
Después le entregó las partes a la madre, quien no sabía nada del asesinato; ésta acabó
por darse cuenta de que las partes para la asadura no se ablandaban como de costumbre,
sospechó de su hijo y avisó al abuelo.
Tras descubrir el crimen, el joven fue maldecido por su abuelo y su hermano (según
algunos, también por la madre), quienes lo ataron, le pelaron la espalda a latigazos, le
frotaron ají en las heridas, lo echaron con violencia de la casa y le soltaron al perro
Tureco para que lo persiga.
Variante de la versión 2:

Dicen que El Silbón era un muchacho mimado, un joven que había crecido con tales
excesos de libertad que, en su adolescencia, se fue de casa simplemente porque le
apetecía “ver mundo” y hacer “lo que le diera la gana”.
Fuera de casa, El Silbón llevó una vida libertina en la que las fiestas, los excesos de
alcohol y el sexo desenfrenado y promiscuo estaban a la orden del día. Como era
violento, cuentan que mató a varias personas y que por ello estuvo muchas veces en
prisión (no se sabe cómo salía tan rápido). Pero finalmente El Silbón se cansó de todos
los golpes y maltratos que le costaban los excesos de su vida pendenciera y libertina,
por lo cual un buen día volvió al rancho de sus padres y allí, pese a todas sus atroces
proezas, fue recibido con alegría y afecto.
Ya pasados algunos días, El Silbón invitó a su padre de cacería; y, cuando estaban algo
adentrados en el bosque después de que el muchacho guiara al padre por un buen rato,
encontraron un árbol delgado y torcido que les obstaculizaba el paso. Surgió entonces el
siguiente diálogo entre el hijo y su padre:
Papá, ¿por qué no enderezas ese palo? Está atravesando el camino. ¿Por qué no lo
enderezas?”
¡Ay, hijo!, ese ya no se puede enderezar, debía hacerse cuando estaba tierno, cuando
estaba chiquito, ya está muy formado y crecido, ya no se puede.
¡Ah! Si usted sabía que las cosas torcidas se enderezan cuando están pequeñas: ¡¿por
qué entonces no me enderezó cuando podía, cuando estaba a tiempo?! Usted me dejó
crecer malo, torcido y caprichoso… No sabe cuánto he sufrido por eso. He tenido que
matar tanta gente y sufrir tantos golpes para estar vivo ahora…
Llegado el momento, el hijo le confesó al padre que pensaba matarlo, que tenía que
vengarse por todo lo que había sufrido por culpa de él. Así y sin darle tiempo de huir, lo
agarró del cuello, lo apuñaló y le sacó las partes (hígado, corazón y pulmón) con que se
hace el asado. Después dejó el cuerpo tirado y fue a casa con las partes de su padre para
que la madre hiciera un asado…
No obstante la madre se dio cuenta del crimen, entró en ira, lo maldijo y, junto al
hermano y el abuelo, lo ataron, le arrancaron la piel de la espalda a latigazos, le frotaron
ají, lo exiliaron para siempre de casa y mandaron al perro Tureco para que lo persiga,
lanzándole la maldición de que sería errante y no tendría descanso pues oiría los
ladridos del perro cada vez que se detuviera a descansar…

Las 20 Leyendas y Mitos


Venezolanos Más Destacados
Por

Maria Laura Romero

Las leyendas venezolanas y los mitos son un conjunto de narraciones


y de hechos fantásticos, con alto componente sobrenatural y espiritual.

Dichos relatos se han transmitido de generación en generación, por lo


que son susceptibles de cambiar en contenido y forma.

Existen variantes de las mismas historias que se adaptan al lenguaje


infantil. Además sus personajes a menudo son históricos del lugar o
zona donde se originan.

A diferencia del mito, que se ocupa de las deidades, las leyendas se


basan en los personajes humanos.

En lugares de Venezuela como El Llano y en Los Andes son muy


comunes las leyendas referentes a personajes datados en la era colonial.
En concreto ambientadas en la época en que la iluminación escaseaba.

La mayoría se origina de algún hecho trágico, que termina en una


condena pública o directamente en una intervención divina.

Todas llevan consigo un mensaje de advertencia que previene a quien la


oye de abstenerse de hacer ciertos actos.

Como componente del folklore, la leyenda integra gran parte de la letra


de muchas canciones, siendo una de las más conocidas “Florentino y El
Diablo” donde se cuenta la historia de un coplero que fue retado por el
mismísimo diablo a cantar.

Su personaje, perdido, continua su canto hasta el amanecer, momento


en el cual el diablo no puede continuar y sale derrotado. Esta historia se
inmortaliza en la obra “Cantaclaro” de Rómulo Gallegos, y en la obra
musical de Alberto Arvelo Torrealba, la cual también ha sido adaptada al
cine y a la televisión.

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Las leyendas venezolanas

1- La sayona

Sin duda se trata de la leyenda más popular en Venezuela. Cuenta la


historia de Melisa, una hermosa mujer casada con un buen hombre que
era incapaz de hacerle daño. Ambos tenían un bebé de 9 meses.

Melisa acostumbraba bañarse en el río, descubierta por un individuo


malintencionado que la espiaba muy a menudo.

Un día Melisa se percató de que estaba siendo espiada, y preguntó al


individuo por qué lo hacía. Éste para excusarse, le mintió diciendo que
quería advertirle que su esposo le era infiel con su propia madre. Melisa
le creyó y salió corriendo a su casa, y muerta de celos, incendió la casa
con su marido y el bebé dentro.

Acto seguido se dirigió a casa de su madre a reclamarle la infidelidad, la


cual le dijo que aquello no era cierto. Ella la atacó hasta matarla y antes
de morir la otra mujer exclamó: “Jamás te mentí y tú cometiste el peor
pecado, por lo que yo te condeno, sayona”.
La palabra Sayona se refiere al atuendo o batola (saya) blanca que usa
la mujer. Las historias relatan que suele aparecerse a hombres
mujeriegos, en forma de mujer seductora, o bien un animal común.

Al seducirlos, pedirles un cigarrillo, cambia su aspecto por uno horrendo


de afilados dientes, y sus victimas mueren horrorizadas o huyen
despavoridas.

2- El silbón

El silbón es una de las leyendas más populares del folklore venezolano,


ambientada en los llanos. Ha sido tema de numerosas creaciones
musicales muy difundidas en el país. Se origina con la historia de un
joven toñeco (malcriado) que insistía a su padre para que cazara a un
venado, ya que quería comer sus vísceras.

Así, un día el padre salió de cacería, pero al tardar demasiado, el joven


salió en su búsqueda. Al encontrarlo, y darse cuenta que no había
cazado nada, lo mató y lo destripó, llevando sus vísceras a la casa.

Entregó las tripas a su madre y ésta las puso a cocer. Al pasar las horas
y notar que no se ablandaban, empezó a sospechar. Al interrogar a su
hijo, éste confesó el asesinato. La madre lo maldijo, su hermano lo
mandó a azotar y le arrojó picante en las heridas.

Se dice que recordar y narrar su sufrimiento libra al oyente de su


aparición. Este espíritu errante se aparece en las noches oscuras de
mayo a los caminantes que van de fiesta en el llano con ropas rasgadas
y silbando unas notas musicales las cuales.

Al aparecerse, golpea a sus víctimas y las aterroriza, a veces hasta la


muerte. Una de las versiones más populares es la de Juan Hilario, la cual
puede contarse como una leyenda más del folklore.
3- Juan Hilario

“No vayas para la fiesta te dijeron, Juan Hilario”. Así comienza la popular
copla que narra la historia de este personaje que solía acudir a las
fiestas para cortejar mujeres y beber hasta amanecer.

Juan Hilario se dirigía al pueblo cercano una noche oscura, cuando se


encontró con un amigo que le advirtió de la peligrosidad de la noche
debido a la aparición de relámpagos y lluvia y quién le recordó la posible
aparición del «silbón».

Pero Juan Hilario se burló de su amigo y se marchó. Por el camino


comenzó a escuchar el famoso silbido: “Compadre, váyase para su casa,
que yo me voy para la fiesta, a mí no me va a meter miedo”.

Y de pronto comenzó a ser golpeado. Para defenderse, golpeó


fuertemente al aire, y exhausto cayó al piso e inconsciente cuando sus
amigos al escucharlo fueron y lo socorrieron.

Fue así como Juan Hilario describió al individuo fantasmal que lo había
atacado, y cuando su amigo le advirtió, quedando en la leyenda la frase:
“Te lo dije Juan Hilario, esos no son juegos…”

4- María Lionza

Cuenta la leyenda que Yara, la hija de un Cacique, nació con unos bellos
ojos verde agua. El shamán de la tribu predijo que ella debía ser
sacrificada a la gran anaconda o si no traería la perdición al pueblo.

Su padre fue incapaz de hacerlo y la escondió en una cueva, custodiada


por guardianes, de la cual no podía salir y mucho menos mirarse
reflejada en el agua.

Un día una misteriosa fuerza adormeció a los guardianes y la niña salió.


Se acercó al lago y vio su reflejo quedando encantada. El dios del agua
Anaconda salió y se enamoró de la doncella, tomándola para sí.
Su padre intentó separarlos, pero la anaconda se enojó y causó una gran
inundación que acabó con la aldea. Desde entonces se convirtió en la
protectora de las aguas, la naturaleza y el amor.

Con la llegada de los españoles, Yara fue convertida al catolicismo bajo


el nombre de María de la Onza del Prado de Talavera de Nivar, o sea
María Lionza.

5- La loca luz caraballo

Se dice que una mujer de la época de la guerra de la independencia


perdió a sus dos hijos, quienes “se fueron detrás del hombre a
caballo” en clara alusión a Simón Bolívar.

Quedó inmortalizada en la literatura por el poeta Andrés Eloy Blanco.


Enloquecida por la pérdida, su alma vaga por los páramos en busca de
sus hijos perdidos.

6- Doctor Knoche

Su nombre fue Gottfried August Knoche, de origen alemán, quien


investigó la manera de preservar los cadáveres de la descomposición.

Vivió en La Guaira en 1840 y compró una hacienda en Galipán, en el


cerro el Ávila, donde construyó una hacienda llamada Buena Vista.

En dicha hacienda continuó sus experimentos de momificación,


realizándolo en sus familiares fallecidos, soldados muertos no
reclamados de la guerra federal, animales etc.

Su fama se extendió por la zona, e importantes personalidades de la


época acudieron a él para realizarse el proceso a la hora de su muerte.

La hacienda se convirtió así en un mausoleo lleno de momias en perfecta


conservación. La fórmula del Dr. Knoche permitía este proceso sin
necesidad de retirar las vísceras de los cadáveres, sólo con una
inyección de una fórmula secreta.

Al morir, dejó una dosis para él y otra para su enfermera. Después de


esto la hacienda fue abandonada y saqueada y actualmente sólo
muñecos de plástico sustituyen a las famosas momias.

7- La llorona

La leyenda trata de una mujer joven que solía gritar desesperada:“Mi


hijo, mi hijo”.Se dice que ataca a todo aquel que se encuentra con ella.

Se conocen dos versiones acerca de su origen. La primera relata que fue


una joven mujer, que tuvo amores con un soldado, el cual la abandonó,
dejándola embarazada. Desesperada por los llantos de su bebé, sin
saber qué hacer, lo mató con sus manos. Una vez hecho ésto comenzó a
gritar fuertemente, llamando la atención de familiares y vecinos.

Los familiares y vecinos al ver el horror, la maldijeron y ella salió


corriendo perdiéndose en el llano, convirtiéndose en espanto, robando
niños solos, sobre todo en época de Semana Santa.

Otra versión relata que se trataba de una joven mujer, la cual mataba a
sus hijos cada vez que nacían.

Ésta confesó sus pecados a un sacerdote y éste le dijo que, la próxima


vez que pariera, antes de matar a su hijo, le diera de mamar. Pero
entonces este acto creó en ella un profundo arrepentimiento y desde
entonces vaga por el llano buscando desesperada a sus hijos.

8- La mujer mula

En esta historia una anciana señora acudió alrededor del año 1815 a un
restaurante caraqueño, donde trabajaba su hija.
La hija le negó la comida y la echó del lugar. La señora encontró a un
individuo, quien le obsequió una moneda con la cruz de San Andrés en el
sello. El hombre le dijo que regresara, pagara con la moneda y dijera
“Quédate con el vuelto para que compres malojo”

La señora lo hizo así y acto seguido la hija se transformó de la cintura


para arriba en mula. Delante de todos los presentes, comenzó a lanzar
coces y huyó corriendo. Desde ese día la mujer aparece rezando en la
iglesia de Las Mercedes cubriéndose con un manto blanco.

9- La loca de Ejido

En la época de la guerra de la independencia, en 1812, vivía en la


entonces Villa de Ejido, del estado de Mérida, una joven llamada Marta
que estaba enamorada profundamente de un joven, llamado Lorenzo,
quien había heredado de su padre hacienda y muchos bienes.

Éste quiso ir a Mérida con su mamá y con Marta, pero ella no podía
porque su madre estaba enferma. Insistió a Lorenzo para que no viajara
ya que no quería quedarse sola. Él dijo que tenía deberes qué cumplir.

El 26 de Marzo ocurrió el gran terremoto y en Mérida se derrumbaron


muchos edificios. La gente pedía misericordia a Dios y aterrados, los
sobrevivientes se agrupaban en las plazas. Marta se enteró de lo
ocurrido y salió presurosa a Mérida.

Al llegar consiguió a la madre de Lorenzo con la mirada perdida


desconsolada, sobre las ruinas bajo las cuales se encontraba el cuerpo
de su hijo.

Su reacción fue quedar petrificada ante el horror de la pérdida de su


amado. Desde ese día cada Semana Santa se la ve recorriendo las calles
de Mérida seguida por un grupo de niños.
10- El encadenado de Michelena

Es la historia de José, un joven enamoradizo y mujeriego, que tenía su


novia llamada María Eugenia, pero a la vez se veía con otras chicas del
pueblo.

El padre de María Eugenia se enteró y harto de los chismes que corrían


por todo el pueblo, persiguió al joven y lo mató a garrotazos.

Poco después mandó a botar el cadáver sin enterrarlo. Tiempo después,


de noche, al pasar por el lugar donde había cometido su crimen, se
encontró con una figura espectral que le dijo que tendría que pagar por
lo que hizo. Asustado, ya en casa, cayó desmayado, enloqueciendo y
muriendo poco después.

Los días cercanos al aniversario de la muerte de José, sigue


apareciéndose su figura arrastrando cadenas y vistiendo túnica negra
por las calles del pueblo.

11- El ánima sola

En Venezuela se conoce al ánima sola como el espíritu de una mujer


combatiente en la guerra de la independencia, que murió en una batalla.
Es un alma errante benefactora pero que aterroriza a quienes han
actuado mal.

12- Juan Machete

Se trata de la historia de Juan Francisco Ortiz, apodado “Juan Machete”


porque siempre cargaba un machete en el cinto.

Juan tenía una hacienda y una noche quiso hacer un pacto con el diablo,
pidiéndole muchas riquezas.

A partir de ese día sus pastos empezaron a ser muy fértiles y sus vacas
parían de a dos terneros. Un buen día apareció entre su ganado un
macho negro, muy grande de cascos blancos y pensó que se trataba de
un animal escapado de otra hacienda.

Pero Juan Machete, tras hacerse rico al comprar mucho ganado y


multiplicarlo, todo comenzó a desaparecer.

Cuenta la leyenda que Juan Machete desapareció también y que sus


tesoros quedaron enterrados en la sabana.

Se dice que si uno se presenta desnudo en el lugar adecuado, y aparece


el ánima de Juan Machete, se puede negociar con él un gran tesoro. No
obstante, muchos que lo han intentado huyen despavoridos al ver al
ánima vomitando fuego.

13- El pozo del cura

Ubicado en el estado Vargas, es un pozo turístico muy profundo. Se dice


que debe su nombre a que un cura de la región solía bañarse en sus
aguas, en compañía femenina.

Un día estando solo, fue tragado por las aguas y su cuerpo nunca fue
encontrado. Desde entonces, su espíritu aparece en la superficie
pidiendo ayuda.

14- El carretón

Se remonta a la época colonial, durante la peste negra, que arrasó


pueblos y ciudades y donde los cadáveres eran apilados en carretas para
llevarlos a fosas comunes.

Muchos de estos individuos aún estaban vivos y desorientados y salían


de las fosas errantes sin saber qué hacer.

El carretón fantasma era ese carruaje pero encendido en llamas y


pilotado por el diablo, quien se llevaba a todo aquel que vivía en pecado.
También se dice que ver el carruaje era presagio de calamidades.
15- La bola de fuego

Se trata de una bola de fuego que se desplaza dando vueltas como una
rueda. Al detallarla se ve una figura espectral parecida a un esqueleto.

De su origen se dice que fue el alma de un obispo que cometió pecado, o


bien de dos madres que se maldijeron mutuamente; una mujer que fue
mala hija o almas en pena errantes.

En cualquier caso se cuenta que si se reza, se acerca más hasta quemar,


que debe ser insultada para que se aleje.

16- La novia de la Guaira

En los años 50 cuando aún no existía la autopista Caracas La Guaira,


una joven llamada María José Cárdenas estaba muy enamorada de su
novio.

Vestida de novia y lista para ir al altar, fue a tomar un taxi que la llevara
hasta Caracas para la boda. El taxi se descompuso y María decidió pedir
a algún viajero que la ayudara.

Alguien se detuvo y se ofreció llevarla, pero estando ebrio, tuvieron un


accidente en una curva y murieron los dos.

Desde entonces cuentan los conductores que en las noches aparece en


la carretera pidiendo que la lleven. Si la llevas, al pasar por el lugar del
accidente, ella dice: “Aquí me maté yo”, desapareciendo.

Los conductores ebrios pierden el control y sufren accidentes. Se cuenta


también que si el conductor está sobrio, le deja unas flores donde iba
sentada.

Por otro lado si se le niega llevarla, se aparece más adelante


preguntando “¿Por qué no me llevas?”, produciendo en la mayoría de los
casos graves accidentes.
17- El enano de la catedral

En la ciudad de Caracas colonial, un individuo se paseaba camino a casa


de su enamorada a altas horas de la noche.

Por el frío y para calmar los nervios de la soledad de aquel lugar éste iba
tomando ron. De pronto sintió que alguien lo seguía pero se trataba de
un perro harapiento ante el que se burló de su presencia.

Al pasar por catedral, divisó a un enano muy pequeño sentado, vestido


al estilo colonial. Éste lo saludó y le pidió el favor de encender un
cigarrillo.

Para no ser descortés, accedió y recordó la advertencia de sus abuelos:


“No des fuego al cigarro del enano”. El enano sonrió con unos afilados
colmillos y empezó a crecer hasta hacerse más grande que la catedral.

Aterrorizado y paralizado, observó como aquel ser le decía desde las


alturas. “Gracias por el fuego, amigo. ¿Quieres ir a un sitio donde hay
fuego de verdad?”

18- El horcón

El horcón es una historia trágica de amor y celos, en la que un joven que


consigue trabajo en una hacienda, conoce y enamora a la hija del
capataz, casándose después con ella y teniendo un hermoso hijo.

Sin embargo, al sospechar de la infidelidad de su amada, éste se


despide de ella, haciéndola creer que se ha marchado para esconderse
en realidad dentro de la hacienda.

Al descubrirlo con otro, el protagonista asesina a la pareja y los entierra


en las proximidades de un árbol cercano.
19- El hachador perdido

Hace más de cien años, en los bosques de Barinas, un hachador se fue


un viernes santo a cortar madera para su propio ataúd.

Dios lo castigó fulminándolo al instante que levantaba su hacha,


convirtiéndolo en un alma en pena vagabunda de la sabana, con aspecto
de hombre calvo, ojos brillantes, pecho cubierto de lana y manos
planchadas como una rana. Por lo general, siempre lleva el hacha en
alto para atacar a todo aquel que caza por ambición.

Su presencia se manifiesta sobre todo en cuaresma, en las noches


silenciosas de brisa fuerte que movía la vegetación.

20- El carretón de la muerte

A diferencia del resto de las leyendas, ésta no se refiere a ningún


personaje en particular ni a ningún espíritu.

Se trata de la aparición caraqueña de una carreta que sin caballos ni


jinete que la guíe, da tumbos en las calles, dejando por el camino
quejidos tenebrosos, cargando un montón de restos humanos.

 La mujer ciervo. Deer Woman o Deer Lady (mujer ciervo, en


inglés), es una leyenda norteamericana de las zonas del oeste y
noroeste Pacífico, cuya protagonista es una mujer capaz de
convertirse en diversos animales silvestres. Bajo la forma de una
anciana, una joven seductora o un cervatillo, a veces de un híbrido
entre animal y venado, aparece para atraer y asesinar a los hombres
poco precavidos. También se dice que avistarla es señal de un cambio
profundo en la persona o una transformación personal.

 Kuchisake-onna. Este nombre en japonés significa,


literalmente, la mujer de la boca cortada, y pertenece a la mitología
local. Una mujer asesinada y brutalmente mutilada por su esposo se
convierte en un espíritu demoníaco o Yōkai, para poder volver al
mundo a cobrar venganza. Supuestamente se aparece a los hombres
solitarios y, tras preguntarles qué opinan de su belleza, procede a
llevárselos a la tumba.

 Juancaballo. La leyenda de Juancaballo recuerda vagamente a la


de los Centauros en la Antigua Grecia, sólo que ésta es proveniente
de Jaén, España, en donde se afirma que habitaba, en las
inmediaciones de la Sierra Mágina, una criatura mitad hombre y
mitad caballo dotada de fuerza, astucia y maldad en mismas
proporciones. Juancaballo era especialmente adicto a la carne
humana y gustaba de cazar a caminantes solitarios a los que
emboscaba y llevaba a su caverna para ser devorados.

 Luzmala. En Argentina y Uruguay se conoce como Luzmala al


instante de la noche en que el mundo de los espíritus y el de los vivos
se entremezcla. Esto ocurre en las soledades de la Pampa, en donde
un conjunto de luces serpenteantes revelan la apertura del más allá,
lo cual es considerado por los lugareños como anuncio de
calamidades venideras.

 La Leyenda del Puente de las Ánimas. Procedente de


Málaga, en Andalucía, esta leyenda cuenta la aparición anual, en el
día de todos los muertos, de las almas en pena que arrastrando
cadenas y llevando antorchas, atravesaban el puente en el pueblo
hasta refugiarse en el convento. Se les acusa de ser los espíritus de
los soldados cristianos muertos en combate contra los moros durante
la Reconquista.

 El Ifrit. Se trata de una vieja leyenda árabe, cuyo protagonista es


una criatura demoníaca que habita bajo la tierra, con forma semi
humana pero capaces de asumir la forma de perros o hienas. Se les
supone criaturas malignas, dadas al engaño y la ilusión, que
embaucan a los incautos y son invulnerables a todo daño. Muchas de
las enfermedades y pestes de la época se atribuían a su influjo
maléfico en los poblados.

 Los familiares. En la América colonial se conoció a los familiares


como espíritus devoradores de hombres que pululaban en los
ingenios azucareros, sobre todo del noroeste argentino. Existen muy
diversas versiones sobre ellos y sus orígenes, pero casi todas
coinciden en su avidez por la carne humana que los llevaba a
merodear los barracones de noche, inquietando a caballos y animales
que sentían su presencia. A menudo se acusaba a los patronos de
tener tratos con familiares, sacrificando cada año a un peón al apetito
de los monstruos a cambio de permitirles prosperar en su negocio.

 El zombi. Lejos de las representaciones actuales en el cine, el


mito del zombi proviene de Haití y el Caribe africano, y se remonta a
las tradiciones vudú de las diversas tribus esclavas capturadas por los
españoles. Los zombis eran las víctimas de un proceso de hechicería
vudú, capaz de arrebatar la energía vital a una persona hasta matarla
y luego revivirla despojada de su voluntad, lista para hacer lo que el
sacerdote le instruya. Esta leyenda motivó numerosas versiones
fílmicas y literarias, sobreviviendo hasta nuestros días después de
muchas mutaciones imaginarias.

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