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como universales
¿Qué mejor forma de celebrar Halloween que
recordando esas historias "reales"?
La autoestopista fantasma
La dama de blanco
Atraco a un riñón
El camarero fantasma
Cartas en cadena
Comida adulterada
JAIME MARQUEZ
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Una de las variantes de la leyenda nos cuenta que, si el charro negro se nos
aparece y ofrece una bolsa con monedas, no debemos aceptarla, ya que
pasaríamos a tomar su lugar, condenados a vagar hasta que otro pobre
desgraciado acepte nuestras monedas (aunque también hay versiones en que
el castigo es nada menos que la muerte).
También nos encontramos con el charro negro como cobrador de deudas,
concretamente en Pachuca, donde esta figura fantasmal se aparecía para
cobrar un hijo como pago, a cambio de la ayuda sobrenatural para salir de la
miseria. Se cuenta que, quienes aceptaban este trato, estaban obligados a criar
una enorme serpiente capaz de hablarnos en sueños, y que exigía a sus
beneficiarios dicho pago de hijos.
Una variante más moderna del charro negro la encontramos en las leyendas
urbanas de Puebla, donde algunos taxistas afirman que un misterioso viajero
se sube a sus coches, para desaparecer en mitad del trayecto sin siquiera abrir
la puerta, en medio de una terrible carcajada. Por suerte, en esta versión, no
hay oferta ni trato sino simplemente un susto considerable.
Sea como fuere, las diferentes versiones de la leyenda del charro negro
convergen en la idea del castigo por la avaricia o la codicia, haciéndonos (de
una u otra forma) la eterna pregunta de ¿qué estarías dispuesto a sacrificar por
dinero?
MIRIAM MARTI
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Aka Manto, que significa Capa Roja en japonés, es el espíritu de una mujer
que habita los baños públicos de Japón. Suele esconderse en el último de los
retretes atemorizando a toda aquella joven que lo use. Al parecer, Aka Manto
fue en realidad una joven sometida a la humillación constante de sus
compañeros de colegio. Ahora, una vez muerta, su único objetivo es pagar con
el resto del mundo las vejaciones por las que pasó durante su vida.
La leyenda asegura que una vez dentro del retrete escucharemos una voz
siniestra que nos preguntará “¿Papel rojo o azul?”. Tras esta pregunta,
aparecerán dos rollos de papel con estos colores. Si la persona escoge el rojo,
Aka Manto aparecerá y desollará a sus víctimas. Arrancará su piel poco a poco
para que las víctimas puedan sentir el dolor mientras se desangran.
SARAY GARCÍA
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Pronto se corrió el rumor de que alguna gente había visto un tren blanco y
resplandeciente durante la noche, aunque es cierto que existen varias
versiones del mito. En 1980, en pleno auge de la leyenda, esta fue compilada y
escrita por Bengt Klintberg e incluso llegó a aparecer en la serie sueca de
finales de la década de los 90, “Det spökar”(“Los fantasmas”).
Entre las diferentes versiones que existen de ella, hay quien asegura que tan
sólo fue visto por trabajadores por la red de metro, o que tan sólo circula a gran
velocidad después de medianoche por algunas estaciones. Incluso hay quien
ha llegado a afirmar que el convoy para en algunos andenes para recoger
pasajeros.
Es habitual que el tren esté asociado con la también estación fantasma
Kymlinge, cuya construcción nunca fue acabada y, por lo tanto, su uso no está
autorizado. Se dice que los pasajeros que recoge el Silverpilen son apeados
aquí una vez que están muertos, lo que ha dado lugar al siguiente dicho: “Bara
de döda stiger av i Kymlinge”, que quiere decir “sólo los muertos se bajan en
Kymlinge”.
El Silbón
AUTHORADMINESPÍRITUS VENGATIVOS 133 COMENTARIOS
La leyenda de El Silbón nació a mediados del siglo XIX en las llanuras de Guanarito, un
municipio del estado La Portuguesa, dentro de Venezuela. Después la leyenda migró a
los llanos de Cojedes y Barinas y hoy en día inclusive se la encuentra en ciertas zonas
de la llanura colombiana.
Versión 1:
Cuentan que cierto joven descubrió que algo extraño estaba pasando entre su esposa y
su padre. Unos dicen que el padre la había golpeado, pero generalmente se cuenta que la
violó y que, cuando su hijo lo encontró cometiendo el crimen, únicamente se justificó
diciendo: “lo hice porque es una regalada (mujer fácil)”. Entonces la cólera del joven se
desató y ambos comenzaron un combate cuerpo a cuerpo, golpeándolo en medio de la
lucha con un palo y asfixiando a su padre con éste (que yacía en el suelo tras el golpe),
apretándolo con ferocidad hasta que dejó de respirar…
El abuelo, que había escuchado toda la pelea, pues se encontraba cerca, fue corriendo a
ver qué pasaba y se encontró con el atroz parricidio. Conmocionado, juró que castigaría
al joven, quien siendo de su propia carne y sangre, osó dar muerte a quien le transmitió
la vida…
Así, poco tiempo después se encargó de que el homicida fuese atado, dándole entonces
una lluvia de latigazos. “Eso no se le hace a su padre…¡Maldito eres pa´ toa´ la vida”, le
dijo antes de frotarle ají en las heridas y echarle al perro Tureco para que lo persiguiera.
Según la leyenda, el espíritu del perro le perseguirá hasta el fin de los tiempos…
Versión 2:
Dicen que El Silbón era un muchacho mimado, un joven que había crecido con tales
excesos de libertad que, en su adolescencia, se fue de casa simplemente porque le
apetecía “ver mundo” y hacer “lo que le diera la gana”.
Fuera de casa, El Silbón llevó una vida libertina en la que las fiestas, los excesos de
alcohol y el sexo desenfrenado y promiscuo estaban a la orden del día. Como era
violento, cuentan que mató a varias personas y que por ello estuvo muchas veces en
prisión (no se sabe cómo salía tan rápido). Pero finalmente El Silbón se cansó de todos
los golpes y maltratos que le costaban los excesos de su vida pendenciera y libertina,
por lo cual un buen día volvió al rancho de sus padres y allí, pese a todas sus atroces
proezas, fue recibido con alegría y afecto.
Ya pasados algunos días, El Silbón invitó a su padre de cacería; y, cuando estaban algo
adentrados en el bosque después de que el muchacho guiara al padre por un buen rato,
encontraron un árbol delgado y torcido que les obstaculizaba el paso. Surgió entonces el
siguiente diálogo entre el hijo y su padre:
Papá, ¿por qué no enderezas ese palo? Está atravesando el camino. ¿Por qué no lo
enderezas?”
¡Ay, hijo!, ese ya no se puede enderezar, debía hacerse cuando estaba tierno, cuando
estaba chiquito, ya está muy formado y crecido, ya no se puede.
¡Ah! Si usted sabía que las cosas torcidas se enderezan cuando están pequeñas: ¡¿por
qué entonces no me enderezó cuando podía, cuando estaba a tiempo?! Usted me dejó
crecer malo, torcido y caprichoso… No sabe cuánto he sufrido por eso. He tenido que
matar tanta gente y sufrir tantos golpes para estar vivo ahora…
Llegado el momento, el hijo le confesó al padre que pensaba matarlo, que tenía que
vengarse por todo lo que había sufrido por culpa de él. Así y sin darle tiempo de huir, lo
agarró del cuello, lo apuñaló y le sacó las partes (hígado, corazón y pulmón) con que se
hace el asado. Después dejó el cuerpo tirado y fue a casa con las partes de su padre para
que la madre hiciera un asado…
No obstante la madre se dio cuenta del crimen, entró en ira, lo maldijo y, junto al
hermano y el abuelo, lo ataron, le arrancaron la piel de la espalda a latigazos, le frotaron
ají, lo exiliaron para siempre de casa y mandaron al perro Tureco para que lo persiga,
lanzándole la maldición de que sería errante y no tendría descanso pues oiría los
ladridos del perro cada vez que se detuviera a descansar…
1- La sayona
2- El silbón
Entregó las tripas a su madre y ésta las puso a cocer. Al pasar las horas
y notar que no se ablandaban, empezó a sospechar. Al interrogar a su
hijo, éste confesó el asesinato. La madre lo maldijo, su hermano lo
mandó a azotar y le arrojó picante en las heridas.
“No vayas para la fiesta te dijeron, Juan Hilario”. Así comienza la popular
copla que narra la historia de este personaje que solía acudir a las
fiestas para cortejar mujeres y beber hasta amanecer.
Fue así como Juan Hilario describió al individuo fantasmal que lo había
atacado, y cuando su amigo le advirtió, quedando en la leyenda la frase:
“Te lo dije Juan Hilario, esos no son juegos…”
4- María Lionza
Cuenta la leyenda que Yara, la hija de un Cacique, nació con unos bellos
ojos verde agua. El shamán de la tribu predijo que ella debía ser
sacrificada a la gran anaconda o si no traería la perdición al pueblo.
6- Doctor Knoche
7- La llorona
Otra versión relata que se trataba de una joven mujer, la cual mataba a
sus hijos cada vez que nacían.
8- La mujer mula
En esta historia una anciana señora acudió alrededor del año 1815 a un
restaurante caraqueño, donde trabajaba su hija.
La hija le negó la comida y la echó del lugar. La señora encontró a un
individuo, quien le obsequió una moneda con la cruz de San Andrés en el
sello. El hombre le dijo que regresara, pagara con la moneda y dijera
“Quédate con el vuelto para que compres malojo”
9- La loca de Ejido
Éste quiso ir a Mérida con su mamá y con Marta, pero ella no podía
porque su madre estaba enferma. Insistió a Lorenzo para que no viajara
ya que no quería quedarse sola. Él dijo que tenía deberes qué cumplir.
Juan tenía una hacienda y una noche quiso hacer un pacto con el diablo,
pidiéndole muchas riquezas.
A partir de ese día sus pastos empezaron a ser muy fértiles y sus vacas
parían de a dos terneros. Un buen día apareció entre su ganado un
macho negro, muy grande de cascos blancos y pensó que se trataba de
un animal escapado de otra hacienda.
Un día estando solo, fue tragado por las aguas y su cuerpo nunca fue
encontrado. Desde entonces, su espíritu aparece en la superficie
pidiendo ayuda.
14- El carretón
Se trata de una bola de fuego que se desplaza dando vueltas como una
rueda. Al detallarla se ve una figura espectral parecida a un esqueleto.
Vestida de novia y lista para ir al altar, fue a tomar un taxi que la llevara
hasta Caracas para la boda. El taxi se descompuso y María decidió pedir
a algún viajero que la ayudara.
Por el frío y para calmar los nervios de la soledad de aquel lugar éste iba
tomando ron. De pronto sintió que alguien lo seguía pero se trataba de
un perro harapiento ante el que se burló de su presencia.
18- El horcón