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Santiago, veintiséis de febrero de dos mil diecinueve.

Vistos:

El Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de San Antonio, por sentencia de

catorce de julio de dos mil dieciocho, en los antecedentes RUC 1.700.183.315-

4, RIT 204-2017, condenó a Matías Ignacio Briceño Santis, en calidad de autor

del delito de porte ilegal de arma de fuego prohibida, descubierto en la comuna

de San Antonio el día 22 de febrero de 2017, a la pena de tres años y un día de

presidio menor en su grado máximo y accesorias de inhabilitación absoluta

perpetua para derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para cargos y

oficios públicos durante el tiempo de la condena, disponiendo el cumplimiento

efectivo de la pena, por no reunir requisitos de la Ley 18.216.

La defensa del acusado dedujo recurso de nulidad contra la indicada

sentencia, el que se conoció en la audiencia pública de seis de febrero del

presente año, donde se recibió la prueba ofrecida por la recurrente, consistente

en la copia del parte policial ofrecido en su arbitrio, citándose a los

intervinientes a la lectura del fallo para el día de hoy, según consta del acta

levantada al efecto.

Considerando:

Primero: Que el recurso interpuesto se sustenta en la causal

establecida en el artículo 373 letra a) del Código Procesal Penal, esto es,

cuando en cualquier etapa del procedimiento o en la sentencia se hubieren

infringido sustancialmente los derechos o garantías asegurados por la

Constitución o por los tratados internacionales ratificados por Chile que se

encuentren vigentes.

Señala que durante la sustanciación de la presente causa se ha

vulnerado en su esencia el principio del debido proceso y el derecho de su

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defendido a la libertad personal, todos los cuales se encuentran contenidos en

los artículos 19 N°s 3 y 7 de la Carta Fundamental.

Explica que el origen de esta investigación arranca de un patrullaje

preventivo realizado por los funcionarios policiales en la comuna de San

Antonio, alrededor de las 23:00 horas, del día 22 de febrero de 2017, y al

momento de circular por calle Centenario, la policía “…realizando patrullajes

preventivos, por la calle Palmieri, es que sorprenden a 3 hombres jóvenes, 2

de ellos frente a la cortina de la galería, anteriormente señalada, situación

encontrada sospechosa por el personal aprehensor, es por ello que

procedieron a descender del vehículo policial y a acercarse a estos individuos,

los cuales uno de ellos, cruza la calle demostrando nerviosismo, por lo que se

procede a efectuar un control de identidad preventivo, identificando al señor

Matías Briceño Santis, cédula de identidad número 19.403.447-4…”. En

audiencia de juicio oral quedó establecido que se realizó “un control

preventivo”, según lo indica el funcionario policial, don Marco Farías Vargas,

verificándose un registro de sus vestimentas, el cual no se encuentra

autorizado por la ley. Con ocasión del mismo, funcionarios policiales

encontraron especies ilícitas en poder del encausado. Vulneran con ello lo

dispuesto en el artículo 19 N° 3 de la Constitución Política de la República.

Estima que las actuaciones policiales, de las cuales fue objeto su

defendido, lesionaron de un modo trascendente la garantía constitucional del

debido proceso, que la Carta Fundamental y los Tratados Internacionales sobre

Derechos Humanos le reconocen, explicando que al haberse verificado un

procedimiento no ajustado a la ley, la prueba obtenida a raíz de esa ilegal

actuación y la producida con posterioridad, sería ilícita al haber sido obtenida

con vulneración de garantías. No obstante lo anterior, consta que la prueba

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obtenida ilegalmente fue trascendente, desde que fue positivamente valorada

por el Tribunal Oral en lo Penal de San Antonio y fue decisiva al momento de

formar su convicción en torno a la participación culpable de su defendido.

Solicita se anule la sentencia definitiva y el juicio oral, a efectos de

realizar un nuevo juicio por tribunal no inhabilitado y se disponga la exclusión

de la totalidad de la prueba de cargo que se incluye en el auto de apertura.

Segundo: Que la sentencia impugnada, en su motivo noveno, tuvo por

acreditado el siguiente hecho: “el día 22 de febrero de 2017, alrededor de las

23:00 horas, en circunstancias que Carabineros efectuaba un patrullaje en la

vía pública, específicamente en calle Palmieri, comuna de San Antonio, se

percataron que tres sujetos, se hallaban frente a la cortina de la galería

Rosales ubicada en calle Centenario N° 290, San Antonio, la que ya se

encontraba cerrada, dos de ellos manipulando los candados de dicha cortina y

un tercero, el acusado Matías Ignacio Briceño Santis, junto a éstos, lo que

motivó que efectuaran un control de identidad, encontrando en poder del

acusado, específicamente en el cinto de su pantalón, un arma de fuego

consistente en un revólver marca Italo GRA, calibre 22, color plateado,

empuñadura negra, con su número de serie borrado, el cual mantenía cargado

con 4 cartuchos balísticos sin percutir en su interior del mismo calibre…”.

Estos hechos fueron calificados por los Jueces Orales como

constitutivos del delito consumado de porte ilegal de arma de fuego prohibida,

sancionado en el artículo 14 de la Ley 17.798.

Ahora, en relación a los puntos abordados en el recurso, el fallo señaló

en su motivo decimotercero que, “…la defensa técnica del encartado solicitó no

fuese valorada positivamente la prueba rendida por este acusador, por cuanto

a su juicio los funcionarios policiales se habrían excedido en sus facultades al

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efectuar el control de identidad a su defendido, fuera de los casos

contemplados en el artículo 85 del Código Procesal Penal y 12 de Ley 20.931,

argumentando primeramente que el control se hace porque dos personas

manipulaban candados, aduciendo que su representado no manipulaba ningún

candado. Si bien, Briceño Santis no fue sorprendido manipulando los candados

de la cortina de la galería Rosales en la calle Centenario, éste se encontraba

junto a los otros individuos que sí efectuaban dicha acción, explicando Farías

que el acusado miraba a los sujetos que manipulaban los candados de la

cortina de la galería, viendo Contreras Barra además que el encartado miraba

hacia los costados, por lo que no resulta posible estimar que el encausado se

encontraba en un lugar diverso y ajeno a la acción que efectuaban los otros

dos individuos, quien además al ver la presencia policial, cruza la calle, que se

muestra en la foto Nro. 6, tratando de evadir la fiscalización al percatarse de la

presencia policial, descendiendo el cabo Contreras del carro policial para

efectuar el control, explicando que incluso debió ingresar contra el sentido del

tránsito por calle Centenario para efectuar el control.

Así, la circunstancia advertida por el personal policial, motivaba el

control efectuado tanto a Briceño Santis como a las otras dos personas que

maniobraban los candados, explicando los carabineros del procedimiento que

dicha fiscalización se debió a que Briceño intentó evadir el control policial, lo

cual no resulta ser —como lo pretende la defensa—, una circunstancia que

conlleve un sesgo subjetivo, ya que al advertir la presencia policial el encartado

cruzó la calle pasadas las 23:00 horas, en un sector céntrico en donde los

locales comerciales cierran a las 20:00 o 21:00 horas, y en donde se producen

diversos robos; por todo lo cual no puede considerarse que dichos

antecedentes obedezcan solamente a una apreciación personal y parcializada

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de los policías, sino que constituían hechos concretos, contextualizados

temporal y espacialmente.

Así, todas aquellas circunstancias descritas y en especial la

manipulación de los candados de la cortina de una galería comercial que ya

estaba cerrada y el que el encausado intentara evadir el control policial,

ameritaban el control efectuado por el personal policial resultando justificado su

actuar, conforme a las hipótesis contempladas en el artículo 85 del Código

Procesal Penal para dicho proceder, al existir indicios respecto de la comisión

del algún ilícito por la hora, lugar y por las acciones advertidas ejecutar en los

fiscalizados y en particular porque el encartado intenta evadir el control policial,

siendo así todos los indicios dados dentro del contexto ya descrito, lo que

resultaban conexos y complementarios entre sí.

Resultaba asimismo del todo razonable y ajustado a la norma antes

descrita la revisión superficial de las vestimentas del acusado quien intentó

eludir el control policial, control que ya se efectuaba dentro de los supuestos

legales, lo mismo que a los otros dos individuos que manipulaban los candados

de la cortina, quienes se quedaron en el mismo lugar cuando fueron

fiscalizados y exhibieron las llaves de los candados y del local, a diferencia del

encausado quien trató de eludir la fiscalización, siendo abordado por el

carabinero Contreras Barra, quien lo condujo hacia donde estaba el Sargento

Farías controlando a los locatarios de la galería, procediendo Contreras al

registro de las vestimentas de Briceño, diligencia permitida por el artículo 85

del Código Procesal a existir un indicio, como en el caso de marras así ocurrió.

A mayor abundamiento y sin perjuicio de lo señalado y razonado sobre

los indicios que motivaron la fiscalización al encausado, cabe considerar que

éste no portaba su cédula de identidad ni otro documento identificatorio, lo que

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también ameritaba proceder a efectuar las diligencias necesarias de

verificación, y de ser necesario proceder a su traslado a la unidad policial con

dicho objetivo, para lo cual por razones de seguridad del detenido y del propio

personal policial justifican dicha actuación; por lo que la revisión de las

vestimentas cuestionada por la defensa se produjo dentro de un contexto de

legalidad del actuar policial, no habiéndose vulnerado garantías del debido

proceso y otras consagradas en la Constitución…”.

Tercero: Que, de acuerdo a lo expuesto en el motivo de nulidad, la

infracción denunciada se produjo dado que la detención del acusado y la

recolección de la evidencia incriminatoria habría sido ejecutada fuera del

ámbito de las atribuciones de la policía que intervino, al haber actuado sin que

existiese indicio alguno que le permitiera realizar acciones restrictivas de la

libertad de ésta.

Ha sostenido esta Corte Suprema que el Código Procesal Penal regula

las funciones de la policía en relación a la investigación de hechos punibles,

reconociéndole grados de autonomía en lo que dice relación con la posibilidad

de llevar a cabo diligencias o actuaciones que tiendan al éxito de la

investigación.

Se desprende de lo anterior que la actuación de la policía, por regla

general, se encuentra sujeta a la dirección y responsabilidad de los

representantes del Ministerio Público o de los jueces (artículo 80 del Código

Procesal Penal) y en esa condición de excepcionalidad ha de leerse el artículo

83 del Código del ramo.

Los artículos 85 y 86 regulan el procedimiento de control de identidad,

estableciendo el primero de ellos, en redacción vigente a la época de los

hechos —22 de febrero de 2017— en lo que interesa, “Control de identidad.

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Los funcionarios policiales señalados en el artículo 83 deberán, además, sin

orden previa de los fiscales, solicitar la identificación de cualquier persona en

los casos fundados, en que, según las circunstancias, estimaren que exista

algún indicio de que ella hubiere cometido o intentado cometer un crimen,

simple delito o falta; de que se dispusiere a cometerlo; de que pudiere

suministrar informaciones útiles para la indagación de un crimen, simple delito

o falta; o en el caso de la persona que se encapuche o emboce para ocultar,

dificultar o disimular su identidad. El funcionario policial deberá otorgar a la

persona facilidades para encontrar y exhibir estos instrumentos”.

La norma transcrita permite o faculta a los funcionarios policiales para

solicitar la identificación de cualquier persona, siempre que, según las

circunstancias, estimaren que existe algún indicio que la persona a controlar se

dispusiere a cometer un crimen, simple delito o falta, además de otros casos

que señala la disposición.

Por su parte, el artículo 12 de la Ley 20.931 establece que “En

cumplimiento de las funciones de resguardo del orden y la seguridad pública, y

sin perjuicio de lo señalado en el artículo 85 del Código Procesal Penal, los

funcionarios policiales indicados en el artículo 83 del mismo Código podrán

verificar la identidad de cualquier persona mayor de 18 años en vías públicas,

en otros lugares públicos y en lugares privados de acceso al público, por

cualquier medio de identificación, tal como cédula de identidad, licencia de

conducir, pasaporte o tarjeta estudiantil o utilizando, el funcionario policial o la

persona requerida, cualquier dispositivo tecnológico idóneo para tal efecto,

debiendo siempre otorgarse las facilidades necesarias para su adecuado

cumplimiento…”.

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Cuarto: Que cabe consignar que el indicio que justificó la decisión de los

funcionarios policiales para llevar a cabo un control de identidad fue la

presencia de unas personas manipulando unos candados en el acceso a una

galería comercial, a una hora en que es sabido que la misma permanece

cerrada, lugar en el cual se encontraba el acusado quien, al advertir la

presencia policial, cruzó la calle en un sentido diverso.

De esa manera el hecho descrito precedentemente, en tanto el acusado

se ubicaba en una vía pública, habilitaba a los efectivos policiales para, a lo

menos, efectuar un control de identidad preventivo conforme lo dispone el

artículo 12 de la Ley 20.931. En ese orden de cosas, al no haber portado el

acusado su cédula de identidad, debió ser trasladado a la unidad policial para

su comprobación y, en ese momento, se produjo la revisión de sus vestimentas

–por razones de seguridad– que provocó el hallazgo inevitable del arma

incautada

Quinto: Que, por tanto, la sentencia da por cierto un hecho –la

presencia en el lugar del acusado y su alejamiento al advertir la presencia

policial– que, conforme al artículo 12 de la Ley 20.931, por encontrarse en la

vía pública, autorizaba a los agentes policiales para realizarle un control de

identidad preventivo, sin que sea menester examinar si se observan además

indicios de la posible comisión de un delito, conforme lo dispuesto en el artículo

85 del Código Procesal Penal.

Más allá de expresar si esta Corte comparte o no la apreciación de los

policías de que en la situación de autos se presentaba un caso fundado que

justificaba controlar la identidad del imputado, lo relevante es que el fallo da por

cierto, en primer lugar, una circunstancia objetiva que admite calificarse como

indicio de aquellos a que alude el artículo 85 del Código Procesal Penal, lo que

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permite descartar la arbitrariedad, abuso o sesgo en el actuar policial, objetivo

principal al demandarse por la ley la concurrencia de dicho indicio para llevar a

cabo el control de identidad, máxime si podían efectuarlo de forma preventiva

al alero de la norma contenida en la Ley 20.931 y el acusado no estuvo en

condiciones de poder identificarse, por lo que debería ser trasladado a la

unidad policial y, en su revisión, se advirtió la presencia del arma.

Sexto: Que, en atención a lo antes concluido, los funcionarios policiales

se encontraban entonces facultados para el registro de sus vestimentas, labor

en la cual hallan el arma de fuego prohibida, lo que configura la causal de

flagrancia de la letra a) del artículo 130 del Código Procesal Penal, esto es, “El

que actualmente se encontrare cometiendo el delito”, lo que en definitiva

justificaba su detención.

Séptimo: Que corolario de todo lo que se ha venido razonando, es que

no se han vulnerado los derechos al debido proceso y a la libertad personal del

imputado Briceño Santis como se acusa por el recurrente, motivo por el cual no

se configura la causal de nulidad de la letra a) del artículo 373 del Código

Procesal Penal invocada en el arbitrio, todo lo cual conduce a que éste deba

ser desestimado.

Y visto, además, lo dispuesto en los artículos 372 y 373 letra a) del

Código Procesal Penal, se rechaza el recurso de nulidad deducido por la

defensa del acusado Matías Ignacio Briceño Santis, contra la sentencia dictada

con fecha catorce de julio de dos mil dieciocho, por el Tribunal de Juicio Oral

en lo Penal de San Antonio, en causa RUC N° 1.700.183.315-4 y RIT N° 204-

2017, y el juicio oral que le antecedió, los que, por ende, no son nulos.

Redacción a cargo del Ministro Sr. Dahm.

Regístrese y devuélvase.

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Nº 16.968-2018.

Pronunciado por la Segunda Sala integrada por los Ministros Sres. Hugo

Dolmestch U., Carlos Künsemüller L., Lamberto Cisternas R., Manuel

Valderrama R., y Jorge Dahm O. No firma el Ministro Sr. Dahm, no obstante

haber estado en la vista de la causa y acuerdo del fallo, por estar con permiso.

HUGO ENRIQUE DOLMESTCH URRA CARLOS GUILLERMO JORGE


MINISTRO KUNSEMULLER LOEBENFELDER
Fecha: 26/02/2019 12:37:39 MINISTRO
Fecha: 26/02/2019 13:05:39

LAMBERTO ANTONIO CISTERNAS MANUEL ANTONIO VALDERRAMA


ROCHA REBOLLEDO
MINISTRO MINISTRO
Fecha: 26/02/2019 13:05:39 Fecha: 26/02/2019 13:05:40

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En Santiago, a veintiséis de febrero de dos mil diecinueve, se incluyó en el
Estado Diario la resolución precedente.

Este documento tiene firma electrónica y su original puede ser


validado en http://verificadoc.pjud.cl o en la tramitación de la causa.
En aquellos documentos en que se visualiza la hora, esta
corresponde al horario establecido para Chile Continental. XFTFJHRXVE

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