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ACLARACIÓN DE TERMINOS.

GRUPO DE UN CURSO DE MILAGROS.

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Abundancia
Principio de plenitud que contrasta con el principio de
escasez que el ego sostiene.
El Hijo de Dios no carece de nada, salvo en sueños.

Amor
El motivo por el cual Dios creó a su hijo. La fuerza
maravillosa que todo lo mueve.
Para Un Curso de Milagros, es sinónimo de Paz, Perdón,
Confianza, Mansedumbre, Fe, Abundancia,
Conocimiento, Generosidad, Honestidad.
Ataque
Intento de justificar la culpa proyectándola en otros.
Luego de proyectarla fuera de nosotros, al verla en otros,
el ego nos persuade de atacarla con la esperanza de
des-hacernos de ella. Lo cierto es que así solo logramos
reforzarla en nuestro hermano y en nosotros
multiplicándola. A través del maravilloso proceso de
cambio de percepción que nos propone Un Curso de
Milagros, veremos todo ataque como lo que es en
realidad, un pedido de amor, un pedido de ayuda.

Causa y Efecto
Uno depende del otro. Todo aquello que pensamos es la
causa y el efecto es el reflejo de dichos pensamientos en
el plano material, físico. No hay pensamientos fútiles nos
dice Jesús en Un Curso de Milagros ya que todo
pensamiento (causa) genera un efecto en el mundo
material. Por otra parte y basado en el mismo precepto,
“solo mis propios pensamientos pueden hacerme daño”.
En la Creación, el Hijo fue el efecto de la Causa, el
inconmensurable amor del Padre.

Cielo
El conocimiento. Donde mora Dios y su creación en
perfecta unidad.
Aquí en el mundo del sueño, de la ilusión, el Cielo se ve
reflejado en la Relación Santa.

Conocimiento
El Cielo o Morada de Dios. Donde no existe la
percepción.
Donde no existe el Juicio ni es necesario el milagro,
donde la Fe no es necesaria.

Creación
Solo existe en el plano del conocimiento.
Extensión del Ser o Espíritu de Dios. No es equivalente a
la creatividad del mundo de la percepción.

Cristo
La Segunda persona de la Trinidad. La Mente del Hijo de
Dios. La Totalidad de la Filiación. El Ser que Dios creó
por extensión. No debe asociarse únicamente con Jesús.
Todos somos parte del Cristo con Jesús.

Crucifixión
Un símbolo del ataque del ego a Dios y por lo tanto a su
Hijo.
La culpabilidad interna que se sintió en una época y que
aun perdura por quienes permitieron y propiciaron la
crucificaron a Jesús.
Ejemplo extremo que enseño que nuestra verdadera
identidad no está en el cuerpo.
Hoy en día el mundo de la ilusión sigue rindiendo culto y
culpándose de la crucifixión equivocando el mensaje que
Jesús nos quiso dejar, sintiéndose responsable por un
hecho que se tergiversa al creer que Dios envió a su
amado hijo para que fuera un redentor sufriente por todos
nuestros pecados y muriera por nosotros.

Cuerpo
La encarnación del ego. El pensamiento de separación
proyectado en el mundo de la materia. El testimonio de la
culpabilidad que siente el Hijo de Dios por percibirse
separado del Padre. Incluye el cuerpo físico como el
psicológico.
A través del trabajo que realizamos con Un Curso de
Milagros, si se lo permitimos, el Espíritu Santo, el Gran
Maestro, al igual que con todo lo fabricado por el ego en
este plano, tomará el cuerpo y lo empleará en el
propósito de nuestra paz, sanándole y convirtiéndole en
una herramienta de comunicación con nuestros
semejantes al servicio del Plan de Dios y de su reino.

Culpa
Estado que surge al percibirnos pecadores. Es la suma
de los sentimientos adversos que tenemos con relación a
nosotros mismos. Es el sentimiento que surge al
percibirnos lejos de casa, lejos del Padre y de haberle
traicionado, engañado y atacado.
Esto en ocasiones consciente y en otras,
inconscientemente, aflora como un sentimiento hacia
nosotros de indignidad, de vulnerabilidad, de debilidad,
de poca valía.
Al creer que somos culpables, nos percibimos
merecedores de castigo tal como el mundo nos ha
enseñado. Dicho castigo lo buscamos fuera en la forma
de carencia, enfermedad, sacrificio, relaciones especiales
o bien lo buscamos dentro a través de la enfermedad.
Dar/Recibir
Son parte de la misma cosa toda vez que cuando damos
es a nosotros mismos a quien damos. En contraposición
con la idea del mundo de que al dar, “perdemos”, Un
Curso de Milagros nos muestra que al ser todo una idea
un pensamiento, al dar, cuando el otro recibe y hace
suyo ese pensamiento que compartimos, esa idea la
reforzamos en él y en nosotros y lejos de perder,
multiplicamos lo que compartimos.

Demonio
Una proyección del ego de la culpa hacia un agente
externo.

Dios
La Primera persona de la Trinidad. El Padre, La fuente,
La Maravillosa Energía Universal, el Creador.

Ego
El personaje, el falso yo, la mente errada. La mente
dividida del Hijo de Dios que se percibe separada del
Padre. La “loca idea” que se coló en la poderosa mente
del Hijo de Dios durante su sueño en la que piensa que
puede ser su propio creador.
Como nada Eterno puede ser dividido ni separado, es
simplemente una ilusión un sueño en la mente del Hijo de
Dios que se percibe separado.

Enfermedad
La división que el Hijo de Dios percibe en su mente al
creer en la separación.
Esta percepción de separación que se da en la mente, se
proyecta al cuerpo.
La enfermedad que el cuerpo manifiesta no está en el
cuerpo si no en la mente.
El cuerpo para Un Curso de Milagros como todo lo
fabricado en el plano material, es neutro. Todo en este
plano cobra “vida” según se le de utilidad a favor del ego
o del Espíritu Santo. El ego al no poder acaparar toda a
la mente, pues esta aun conserva el recuerdo de su
verdadera identidad, se vale del cuerpo como
herramienta para manifestar su culpabilidad y perpetuar
el ataque al proyectar.
El Espíritu Santo por otra parte si se lo permitimos, al
corregir la percepción a cerca de quienes somos, toma el
cuerpo, lo pone al servicio del plan de sanación del Hijo
de Dios borrando cualquier rastro de enfermedad en el.

Espíritu
La naturaleza de nuestro Ser. Nuestra esencia. Lo
Eterno, lo inmutable, lo que nunca muere, lo que nos une
al Todo del que somos parte. El resultado de haber sido
creados a imagen y semejanza de nuestro Padre. Para
Un Curso de Milagros es sinónimo de Pensamiento.

Espíritu Santo
La Tercera Persona de la Trinidad. La respuesta de Dios
a la idea de separación que surgió en la mente del Hijo
durante el sueño. El Nexo, el Interlocutor, el re-interprete,
el Vínculo entre Padre e Hijo. La voz de Dios que habla
por El. El Espíritu Santo es el guía perfecto. Si se lo
permitimos evaluará absolutamente todo lo que hagamos
en el plano físico en función de cómo contribuye a
nuestra paz y a nuestra felicidad. En virtud de dicha
contribución lo conservará o simplemente le acercará luz
y lo hará desaparecer.

Expiación
Es el plan de corrección del Espíritu Santo para des-
hacer el ego y sanar la creencia en la separación. Surgió
con la creación del Espíritu Santo luego de la separación.
Expiar es des-hacer. El mundo de ilusión nos convoca en
todo momento a hacer, a la acción. El Espíritu Santo nos
convoca a no-hacer que es lo mismo que des-hacer la
ilusión. Nuestra única responsabilidad como estudiantes
de Un Curso de Milagros es aceptar la Expiación para
nosotros mismos, es decir des-hacer el error de que
estamos separados del Padre. Todo conflicto, todo
desasosiego proviene de una idea equivocada de estar
separados del Padre. Si Expiamos ese error,
recobraremos nuestro estado natural de dicha, paz y
armonía. La Expiación se vale del perdón para des-hacer
la ilusión de separación que tanta culpabilidad nos ha
generado.

Extensión:
Extender es compartir a través del Espíritu Santo. En
contraposición a la proyección del ego, la extensión es
compartir la visión del Espíritu Santo.

Fe
La expresión de nuestra confianza. Según donde la
depositemos tendremos un resultado determinado. Si la
depositamos en la ilusión veremos un mundo caótico de
culpabilidad, de conflicto, enfermedad, carencia, conflicto.
Si la depositamos en la verdad, veremos un mundo
perdonado de abundancia, paz, dicha, armonía. No es
que no tengamos fe es que en ocasiones generalmente
no sabemos donde la depositamos.

Hijo de Dios
La Segunda persona de la Trinidad. El Cristo que es
nuestro verdadero Ser.
Infierno
Un lugar de culpabilidad, muerte, desolación,
enfermedad, carencia, sufrimiento, sacrificio, relaciones
especiales. En lugar donde según el ego se nos
castigará.

Instante Santo
El instante donde el lugar de ver culpabilidad vemos
perdón. Un instante donde en lugar de ver ataque, vemos
pedido de amor, de ayuda.

Jesús
La Primera persona, el “YO” del Curso de Milagros.
Nuestro hermano quien trascendió el ego antes que
nosotros.
En el mundo del tiempo, es diferente a nosotros ya que
no tiene ego.
En el mundo de la eternidad es uno más de nosotros.
Integra junto a nosotros, la Filiación, la Mente del Hijo de
Dios.
Es el “modelo a seguir” para Un Curso de Milagros ya
que además de ser quien amorosamente nos acerca la
información, es el primero que ha culminado el proceso
de Expiación mostrándonos el camino que nos enseña
que es realmente posible.

Juicio Final
El final de todas las ilusiones. La culminación del proceso
de Expiación por parte del Hijo de Dios.

Libre albedrío
Solo existe en el mundo de la ilusión, de las formas,
donde aun entendemos que tenemos opciones y que
podemos decidir. La decisión es si actuar con el ego
como guía o con el Espíritu Santo. En el Cielo es
innecesario ya que hay una única voluntad, no hay nada
que decidir.

Maestro de Dios
Todos quienes optamos por aprender y enseñar la
lección del perdón.
Todos somos alumnos y maestros a la vez ya que
estamos en constante aprendizaje.
Todo aquello que enseñamos, que mostramos al mundo
lo reforzamos en nosotros mismos. Todo aquello que
enseñamos, es a nosotros mismos a quien lo
enseñamos.
Al ser la vida diaria, la cotidianeidad nuestra gran salón
de clases, a diario estamos desempeñando ambas
funciones. Bastará con pensar y tener en todo momento
presente la idea de: “que deseo aprender”, ya que eso es
exactamente lo que debo enseñar.

Magia
Cualquier cosa del mundo físico y de la materia que
creemos nos aportará una solución.
Todo lo externo, todo lo que vemos es reflejo de nuestro
estado mental por lo tanto, es allí donde debemos
trabajar, en nuestros pensamientos, el lugar donde se
genera todo aquello que vemos en el plano físico. Nada
existe por si solo en el plano físico sin antes no haberse
generado en la mente. Por lo tanto cualquier solución,
corrección a lo que vemos “fuera” debe darse y se
encuentra en la mente, el origen de todas las cosas.
Cualquier solución que entendamos viene del exterior, es
magia.

Mente
Sinónimo de Espíritu. El nivel donde se generan los
pensamientos, donde se encuentra la conexión con el
Padre. El nivel donde el Hijo de Dios es UNO. El nivel
donde se encuentra la energía creadora.

Mente correcta
La parte de nuestra mente que acepta sin interponer
obstáculos ser guiada por el Espíritu Santo, que es
conciente de cual es nuestra verdadera identidad, que
sabe que no estamos solos nunca, menos al momento de
tomar decisiones o de actuar y por ello apela a quien
sabe perfectamente el recorrido del camino del amor, de
regreso a casa y que nos lleva a un estado de paz, de
dicha, de abundancia, de júbilo. La parte de la mente que
nos alienta a dejarnos guiar, a escuchar, a no-hacer, a
confiar. La mente que nos muestra un mundo de
esperanza, de belleza, de unión.

Mente errada
La parte de nuestra mente que escucha al ego, la mente
que cree en el sueño, que cree en la división de lo
eterno, que cree que todo lo sabe, que actúa por impulso,
sin pedir asesoramiento, que entiende que todo depende
de nosotros, que nos habla en todo momento de actuar,
de acción, de hacer, de tomar decisiones. La parte de la
mente que nos dice que somos “el centro del mundo”. La
parte de la mente que nos habla de miedo, de carencia,
de angustia, de enfermedades, de conflicto. La parte de
la mente que nos muestra un mundo de desolación, de
separación, de cuerpos divididos.

Mente UNA
La mente de Dios, El Cristo, la Mente del Hijo de Dios, la
Filiación.
La mente que trasciende la mente errada y la mente
recta. Se halla en el nivel del conocimiento. Trasciende
toda percepción.

Miedo
Sentimiento ilusorio. El “cielo” que fabricó el Hijo de Dios
con todo el poder de su mente, en oposición al cielo del
Amor. Se originó en el sueño como respuesta al
sentimiento de separación, de destierro, de auto-exilio,
como respuesta a la sensación
de haber perpetuado un supuesto ataque al Padre, de
haberle ofendido, de haberle “fallado”. Es el resultado de
la culpabilidad que siente el Hijo de Dios por esta
supuesta separación y por la cual entiende que merece
un debido castigo. El sentimiento que el mundo de la
ilusión ha alimentado al sostener que la crucifixión de
Cristo fue el “merecido” castigo del Padre ante los
pecados de sus hijos.

Milagro
El cambio de percepción en nuestra mente que nos
permite pasar del mundo de angustia, carencia, conflicto,
ira, enfermedad, a un mundo de dicha, felicidad, armonía,
abundancia, salud y paz a través del perdón y de la
conducción del Espíritu Santo.
Se produce cuando toda relación se convierte en una
relación Santa. Es decir cuando la mente de dos
hermanos se une en una misma mente, allí aparece el
Espíritu Santo, allí aparece Cristo y se produce el
milagro.

Muerte
El abandono del cuerpo luego de que este ha culminado
su función en este plano.
Mundo
La materialización de la idea de separación. El hijo de
Dios al percibir su mente dividida y separada del Padre,
soñándose desterrado del Cielo, fabrica el mundo con el
poder de su mente al servicio de dicho sueño. Allí da
origen al tiempo y al espacio y a todo lo que tiene que ver
con el plano de las formas y la materia, a todo lo que
tiene que ver con lo perecedero. Fabrica la herramienta
necesaria para ver, oler, sentir, oír, percibir, fabrica el
cuerpo. Dios no crea el mundo físico, el mundo de lo
perecedero un mundo de “vida” y “muerte”. Nada que no
hable de eternidad, tiene que ver con lo que Dios crea.
En nada de ello está la fuerza creadora de un Dios que
solo crea lo eterno. A través del Curso de Milagros,
transformamos este mundo en el verdadero “salón de
clases” donde podemos aplicar todo el perdón necesario
para expiar, corregir nuestros errores y des-hacer la
culpabilidad que cargamos. De la mano del Espíritu
Santo, podemos transitar por este mundo en una actitud
de aprendizaje continuo y como menciona el Curso
agradeciendo y bendiciendo cada situación vivida
conscientes que el trascender dichas situaciones
representa un avance en nuestro camino al Cielo.

Negación
Negar la existencia del cuerpo, negar la sensación de
culpabilidad que sentimos.
No es la propuesta del Curso de Milagros.

Oración
Muy distinto a lo que el mundo conoce como oración. El
Curso de Milagros sostiene que la única oración válida es
la del perdón considerando que ante cualquier evento
que veamos como adverso lo único valido es
perdonarnos y veremos como dicha situación se resuelve
felizmente para el objetivo de nuestra paz. Cualquier
evento adverso que convoquemos a nuestra vida, dará
testimonio de nuestra supuesta culpabilidad. Perdonando
dicha culpabilidad, la adversidad desaparece al hacer
desaparecer su causa.

Pecado
La creencia en que la separación es real con todo lo que
ella significa, ataque al Padre, engaño, destierro del Hijo.
La creencia en un Dios “débil” que creó como producto
de su amor a su Hijo pero que no pudo evitar las
consecuencias del ataque de dicho Hijo a al Padre,
motivo por el que debe castigarle vehementemente y con
toda su fuerza.
Percepción
Surge ante la idea de separación. Al separarnos de
nuestra Fuente, de Dios, nos alejamos del Conocimiento.
Fabricamos un cuerpo y le pusimos al servicio de dicha
separación. Al no estar en el Conocimiento, debimos por
nuestra cuenta, creyéndonos ser el Creador y no la
creación, nombrar, definir, clasificar, etiquetar, juzgar,
todo por nuestra cuenta. De esta forma surge la
percepción.
Un Curso de Milagros nos propone pasar de una
percepción errada, donde juzgamos todo por nuestra
cuenta usando el cuerpo como herramienta, a una
percepción correcta donde juzgamos todo a través del
Espíritu Santo.

Perdón
Nuestra única función en este mundo. A través de la
manifestación más elevada del Amor, el perdón des-
hacemos el error de percibirnos separados. Un Curso de
Milagros sostiene que dar y recibir son la misma cosa,
por lo tanto todo perdón que ofrecemos, al darlo, es
nosotros mismos a quien lo damos. Necesitamos para
contrarrestar la supuesta culpabilidad que cargamos,
este perdón. La única forma que tenemos de obtener
dicho perdón es otorgándolo. Todo lo que vivimos como
experiencia ha sido convocado por nuestro pensamiento
por lo tanto, perdonamos a los demás por aquello que
nos hicimos nosotros mismos no por lo que percibimos
que ellos nos hicieron.
El perdón es necesario únicamente en este plano de la
ilusión. Podríamos decir que es una “ilusión sana” que
contrarresta otra ilusión que es la culpa. Nada ha
ocurrido en realidad más que en el sueño, por lo tanto de
nada tenemos que perdonarnos. Pero mientras creamos
que somos culpables, el perdón será necesario.

Principio de escasez
La creencia en que estamos carentes de determinadas
cosas, la creencia en necesidades.
El pensar que “factores externos” nos proporcionarán
satisfactores a estas supuestas necesidades
insatisfechas. Esto nos lleva a buscar ídolos, a buscar
como dice Un Curso de Milagros, la paz y la felicidad en
parajes extraños. El pensar que algo nos falta refuerza la
idea de separación al creer que los demás pueden
privarme de algo.

Proyección
Ley fundamental de la mente. Lo que vemos dentro lo
proyectamos fuera.
El mundo que vemos es el reflejo de la proyección de
nuestra mente.
No hay nada fuera nuestro que no sea el reflejo de la
idea que tenemos a cerca de quienes somos. Dicha idea
se encuentra en la mente. Allí es donde a través de
percibirnos culpables o inocentes, proyectamos “fuera“,
un mundo que da testimonio de dicha percepción.
Regalo
Los regalos de Dios son el amor, la vida, eterna, la dicha,
la abundancia, la plenitud.
Los del ego son la angustia, la enfermedad, el miedo, la
carencia.
Los regalos del ego los debemos procurar a través de
nuestro constante sacrificio y esfuerzo. Los regalos de
Dios se nos otorgan a través del Espíritu Santo a través
dejarle actuar y guiarnos.

Relación Santa
Toda relación donde vemos al otro como lo que
realmente es, mi hermano.
En la Relación Santa, no vemos cuerpos, relaciones
biológicas, edades, clases sociales, solo vemos
hermanos, semejantes, iguales. Allí en la Relación Santa,
Cristo aparece, nos unimos a la mente de nuestro
hermano dando testimonio de unidad y no de separación.
La Relación Santa es el ámbito de los Milagros.

Relaciones Especiales
Toda relación donde percibimos niveles de amor. Es
imposible que el amor entienda de niveles. Hay amor o
no lo hay, pero no puede haber amor con unos y no con
otros, o más amor y menos amor. La relación especial
entiende que el amor es privativo, exclusivo, selectivo. El
amor es absoluto, ilimitado y se da imparcialmente. En la
relación especial lejos de extender amor, se priva de él,
se cree en la escasez y se trae el miedo y los celos a la
relación. La relación especial refuerza la idea de
separación no la de unión. Hay dos tipos: Las relaciones
especiales de odio y las relaciones especiales de amor.
En las relaciones especiales de odio se proyecta toda la
culpa y se perpetúa un ataque a dicha culpabilidad. En
las relaciones especiales de amor, creemos en la
carencia donde personas especiales, llenarán
necesidades especiales, con atributos especiales que
otros no tienen.

Resurrección
El despertar del sueño de muerte del ego.
El cambio de mente que nos permite identificarnos con
nuestro verdadero Ser.

Revelación
Un instante de comunicación plena con Dios.
No es el objetivo de Un Curso de Milagros.

Sacrificio
La creencia central del sistema de pensamiento del ego.
El ego nos enseña que todo debe costar, todo se logra
con “sudor y lágrimas”.
Nada más lejos de la realidad. Nada que tenga que ver
con nuestro verdadero Ser requiere esfuerzo ni sacrificio
alguno. Dios no desea que su hijo viva en estado de
plenitud y felicidad a costa de ningún sacrificio o
sufrimiento. Dios no conoce nada de esto. La idea de
sacrificio, es invención del Hijo durante el sueño. La
voluntad del Padre es felicidad absoluta y duradera sin
sacrificios. Por recibir lo que Dios desea para nosotros no
debemos pagar ningún precio.

Salvación
La Expiación, el des-hacer nuestros errores. De lo único
que debemos ser “salvados” es de nuestra creencia de
ser culpables y es lo logramos a través del perdón.

Sanación
La corrección en la mente de la creencia de estar
separados de Dios.
La enfermedad es una decisión que tomamos se da en la
mente por lo tanto la sanación también se encuentra allí.

Separación
La creencia en el pecado de que hemos atacado a Dios,
de que le hemos fallado y le hemos traicionado. La
creencia de que se nos ha exiliado y desterrado del cielo.
La creencia de que somos un cuerpo deambulando en
busca de una experiencia espiritual y no un espíritu unido
eternamente a su Fuente en busca de una experiencia
física.

Ser
Nuestra verdadera identidad, unida eternamente a la
Fuente que como producto de su inconmensurable amor
le dio origen.

Sueño
El estado en el cual el Hijo de Dios se percibe separado
de su Padre.
El nivel donde se fabricó el cuerpo, donde se dio origen a
la percepción.
Donde se percibe como posible que lo eterno, lo
invulnerable pueda cambiar.
El nivel donde el Hijo de Dios cree ser el Padre y no el
Hijo, donde causa y efecto se invierten.

Tener / Ser
El estado de plenitud donde al saber quienes somos,
reconocemos que lo tenemos todo.

Tiempo
Elemento del mundo de la ilusión fabricado en
contraposición con la eternidad.
Del tiempo hace uso el ego para perpetuar el pasado.
Apela al pasado en todo momento para asegurarnos que
el futuro será tan dramático como el pasado, salteándose
el presente. El Espíritu Santo si se lo permitimos, como
todo lo fabricado por el Hijo de Dios, hará uso del tiempo
a favor de Dios y de la felicidad de su Hijo. Al des-hacer
el error mediante el perdón se produce el milagro que es
un verdadero colapso del tiempo, el tiempo parece
paralizarse, todo es posible y damos paso al plano de
todas las posibilidades, la eternidad.

Trinidad
Dios el Padre, su Hijo Cristo, nuestra verdadera esencia,
el verdadero Ser, y el Espíritu Santo, el nexo entre Padre
e Hijo, el re-interprete, el vínculo eterno e indisoluble

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