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RESUMEN GRUPO 2

DEONTOLOGÍA FORENSE

LA ETICA PROFESIONAL

La ética profesional hace referencia al conjunto de normas y valores que hacen

y mejoran al desarrollo de las actividades profesionales. Es la encargada de

determinar las pautas éticas del desarrollo laboral mediante valores universales

que poseen los seres humanos.

LA ETICA EN UN ABOGADO

El abogado requiere una ética personal para el ejercicio de su profesión de forma

inobjetable, pues los conocimientos que posee debe dirigirlos a los fines de la

justicia, de la reconciliación, de la composición de los conflictos y de la

conservación de la sociedad misma.

Si acaso un abogado traicionara los sagrados y elevados fines a los que apunta

el ejercicio de su profesión, es evidente que se convierte en un delincuente y su

conducta y desempeño no podría decirse que corresponde a los de un abogado.

CARACTERISTICAS DE LA ACTIVIDAD PROFESIONAL DEL ABOGADO.

 Servicio de justicia.- El abogado debe tener presente que es un servidor

de la justicia y un colaborador de su administración y que su deber

profesional es defender, con estricta observancia de las normas jurídicas

y morales, los derechos de su patrocinado.

 Honradez y buena fe.- El abogado debe obrar con honradez y buena fe.

No debe aconsejar actos fraudulentos, afirmar o negar con falsedad


 Eficiencia.- El abogado debe abstenerse del empleo de recursos y

formalidades legales innecesarias, de toda gestión dilatoria que

entorpezca el normal desarrollo del procedimiento y de causar perjuicios.

 Solidaridad.- La profesión de abogado impone defender gratuitamente a

los pobres, tanto cuando éstos se los soliciten como cuando recaigan

nombramientos de oficio.

CRISIS DE LA ÉTICA EN LA ABOGACÍA

Otra variante básica en la formación integral del abogado es la que se contrae al

aspecto ético de su actividad y proceder.

El vacío que se presenta en ciertas circunstancias en el campo de la formación

ética del abogado encuentra, como se ha apuntado, su remota raíz en el hogar,

donde la educación de los hijos se produce desde casi el momento del

nacimiento.

Si bien en muchos casos esta carencia en la formación ética del futuro abogado

no puede suplirse a nivel de la educación superior, también es cierto que poco

se hace por incorporar en la currícula de las Facultades de Derecho cursos de

Deontología Jurídica donde se pueda brindar al estudiante, aunque tardíamente,

una orientación en cuanto al comportamiento que debe asumir, al menos, en el

ejercicio de la profesión de abogado

El diagnóstico de la crisis es severo, pero no por eso debemos desanimarnos.

Al contrario, lo propio de la abogacía es transformar la realidad del mundo donde

actúa; el abogado siempre fue un operador de principios jurídicos, un cooperador

de la justicia.
Para combatir la crisis que padecemos tenemos que retornar a la aplicación de

la justicia. La abogacía, en este sentido, tiene que ser una cooperadora de la

justicia y de la misma forma en que los filósofos son cooperadores de la verdad,

los abogados peruanos debemos de ser cooperadores de la justicia.

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