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CLASE 3: HÁBITAT E INFORMALIDAD

MARÍA MERCEDES DI VIRGILIO


23-05-2019
1
CLASE 3: HÁBITAT E INFORMALIDAD

Esta clase tiene como objetivo principal presentar tres tópicos analíticos que son
fundamentales para la comprensión del hábitat y la informalidad en América Latina y el Caribe.
El primero, se refiere a las formas de habitar nuestras ciudades. Para su debate utilizaremos las
contribuciones de Bouquet quien, teniendo como ejemplo a las tierras ejidales de Tlaxcala, en
México, y el modo de operación del mercado inmobiliario. También, Pírez y Van Gelder et al.
nos introducen en la complejidad habitacional, histórica y crítica de las villas de emergencia en
Buenos Aires1.
El segundo tópico es la ciudad informal-ilegal-irregular. Estudiaremos no solo su aparición y
expansión sino los conceptos subsumidos en ella. Asimismo, revisaremos su génesis-
constitución, sus características esenciales; así como su desarrollo en los últimos tiempos,
apuntando para ello las causas más importantes de su producción y, como es lógico, sus
consecuencias. Finalmente, daremos cuenta de algunos, actuales e interesantes debates, que
sobre este segundo tópico se continúan planteando (la producción de vida cotidiana dentro de
urbanizaciones clandestinas, por ejemplo). Para esta sección se recomienda el análisis de los 2
textos de Abramo, Calderón, Salazar y Di Virgilio.
El tercer tema que indagaremos está vinculado con la ciudad de las clases medias. En particular
trabajaremos el fenómeno de las urbanizaciones cerradas, basados en el artículo de Cosacov.
Además del material bibliográfico que usamos en el desarrollo de esta clase, les recomendamos
los siguientes videos:
1. https://www.youtube.com/watch?v=OEtaKRltEHA. En este video, Ann Anna Varley, de
la University College of London, analiza la informalidad urbana en América Latina
2. https://www.lincolninst.edu/es/publications/multimedia/mercado-suelo-informalidad-
regulacion-urbana. En este corto, Cynthia Goytia, de la Universidad Di Tella (Argentina),
realiza un análisis de los determinantes de la condición de tenencia informal de la
vivienda y en los efectos de algunos de los instrumentos de política aplicados en el
mundo y, en especial, en América Latina, ante esta situación.
Ambos cortos, aportan elementos sustantivos al debate sobre la informalidad en la región.

FORMAS DE HABITAR NUESTRAS CIUDADES

1
Con los textos de Prevot-Schapira y Janoschka & Sequera, abordaremos tangencial y respectivamente
las pautas que propone la ‘geografía social’ para los estudios del hábitat popular y la inclusión social; y las
reflexiones sobre el ‘fenómeno de la gentrificación’ en nuestra región.
Para empezar debemos decir que atrás de toda y cualquier forma de hábitat urbano, de toda y
cualquier ciudad, está el ‘suelo’ y están sus componentes esenciales: la estructura y
comunidades de propietarios; la situación de su tenencia -que en sí misma es una red de
múltiples intereses interrelacionados-; la lógica de las grandes acciones inmobiliarias, y el papel
de sus desarrolladores; y los mercados legales e ilegales a través de los cuales se vende el suelo
o la tierra urbana2. Ésta, como sostienen Abramo, Calderón y Jaramillo, es un producto
homogéneo, por un lado; y es el soporte físico-material de un enorme conjunto de relaciones
sociales que orientan el desarrollo urbano de nuestras ciudades, por otro lado. Más
particularmente, las parcelas (lotes, pedazos, paños, fracciones, etcétera) de suelo urbano son
únicas, con localizaciones y atributos físicos, y con una diversidad de actores rotando en torno
a ellas, algunos de los cuales sobrellevan agendas públicas bastante complejas.
El abordaje teórico y empírico que se viene haciendo en América Latina y el Caribe
sobre suelo urbano ha dejado de ser “débil y emergente” o “básico y general”, como se lo
consideraba anteriormente (Hardoy, 1995). Actualmente el conocimiento que sobre su
tenencia tenemos, por ejemplo, nos permite abordar esta categoría con diferentes enfoques
conceptuales y metodológicos. Uno de estos es el histórico, ampliamente abordado desde los
años 70 por Lojkine (1970), Lefebrve (1971), Topalov (1973), 1980, 1984), Lipietz (1975),
Yujnovsky (1977), Carrión et al (1979), Dechervois & Theret (1979), entre otros. Algunos de los
trabajos producidos por estos autores se inscriben dentro de la denominada Escuela Francesa
de Sociología Urbana. Más adelante, en los años 90, aparece una primera tendencia, por
llamarla de alguna manera, cuando las contribuciones de pensadores latinoamericanos y
caribeños de economía urbana, como Jaramillo (1994), en Colombia, proponen fantásticas
‘teorizaciones particulares’ sobre el desarrollo de la urbanización y de los modos de hábitat en 3
nuestra región3. Una segunda tendencia, vigente hasta la actualidad pero también nacida en los
90, empezó a privilegiar en sus análisis no solo la situación espacial y económica de los sectores
poblacionales insolventes, sino su vinculación con otros agentes, algunos de los cuales serán
siempre divergentes, como son los promotores inmobiliarios privados.
Otro abordaje importante que, sobre suelo urbano y formas de hábitat, se ha
desarrollado en nuestra región, es el político-institucional. En otras palabras, desde hace más
de cincuenta años, los Estados Nacionales han mostrado posturas diversas frente a la
administración del suelo urbano y éstas se han convertido en objetos de estudio para diversos
autores, varios de los cuales hacen parte de la bibliografía recomendada para este seminario.
Indiscutiblemente, la relación entre uso público, interés social y disponibilidad de suelo, ha sido
de especial interés en las investigaciones desarrolladas. La implementación de programas de
regularización de usos de suelo y la creación de marcos jurídicos y códigos urbanísticos que,
respectivamente, sostengan y normen estos programas, ha sido otro de los temas de interés
en América Latina el Caribe. Una tercera subtemática, que sigue siendo encarada por

2
Los elementos de estudio más comúnmente empleados para estudiar la vivienda, a diferencia del suelo,
están relacionados con sus modos de financiamiento y/o construcción, díganse, respectivamente
hablando la tipología de la producción capitalista en serie, la estatal o por encargo; y la muy conocida
tipología de autoconstrucción precapitalista, ampliamente abordada en nuestra región (revisar Abramo y
Calderón).
3
Jaramillo, antes citado, se esfuerza por distinguir el marco analítico de los estudios de suelo, de los
específicos de suelo urbano (revisar su artículo).
profesores e investigadores, está relaciona con las intervenciones estatales en la fijación de
precios, en la apropiación de rentas a través de leyes fiscales, en la valuación de predios, en la
fijación de montos expropiatorios, etcétera (revisar Calderón). Así también, los efectos de
valorización de suelo, después de la construcción de grandes obras de infraestructura urbana
por parte de gobiernos subnacionales y/o nacionales; y las intervenciones de estos en las
formas de tenencia de suelo, se han convertido en un cuarto tópico de interés para la
investigación urbana latinoamericana.
Finalmente, son fundamentales los puntos de vista que, sobre el papel de los mercados
en la fijación de precios al suelo urbano, se han desarrollado en nuestra región. Por un lado, se
ha caracterizado al agente mercantil que no ha dejado de percibir lucros económicos y se ha
analizado su relación con, primero, las posturas débiles de ciertos Estados Nacionales y,
segundo, la ineficacia de los marcos reguladores por ellos elaborados. Por otro lado, se ha
estudiado el costo económico que implica acceder a mercados formales; en otras palabras, el
costo de la legalidad (revisar Abramo). Por supuesto que, los rígidos marcos regulatorios para
el uso y ocupación de suelo urbano, que en algunos países han sido causantes de la expansión
de formas informales de hábitat, también han sido estudiados (revisar Jaramillo).
Ahora bien, independientemente de los enfoques teórico-prácticos que se empleen
para explicar los problemas ligados con la gestión y el acceso a suelo urbano, y con su
propiedad, podemos sostener que en las manifestaciones de crisis urbanas4, tal como
sostienen la mayoría de autores recomendados para esta clase, encontramos una base
histórica, político-institucional y económica-social, que también explica la constitución y
desarrollo de modos informales/ilegales/irregulares de habitar el suelo y en consecuencia la
ciudad. 4

CIUDAD INFORMAL/ILEGAL/IRREGULAR
Hoy en día tenemos muy buenos conocimientos sobre las frecuentemente llamadas ‘ciudades
informales/ilegales/irregulares’, que sin duda son de naturaleza amplia y compleja. Dentro de su
estudio, varios son los temas que se discuten como emergentes, siendo el de su dinámica
económica uno de los más relevantes. Éste, lógicamente, está respaldado en la inmensa
magnitud de suelo ofertado ilegalmente en prácticamente todas las ciudades de América
Latina y el Caribe.
Debemos decir que, al igual que lo manifestado anteriormente para el suelo urbano, los
estudios sobre las ‘ciudades informales/ilegales/irregulares’, también han partido de
aproximaciones histórico-estructurales. En particular, ha sido el “proceso de acumulación
capitalista dependiente” (abordado por Abramo, Calderón y Jaramillo), considerado uno de los
factores centrales en la explicación de las condiciones que han dificultado el desarrollo de
‘mercados formales/legales/regulares’ y, al mismo tiempo, ha sido el que ha alentado la gran
expansión de ‘mercados informales/ilegales/irregulares’ de suelos urbanos, en nuestra región.
De igual modo, ha sido el carácter mercantilista de los Estados Nacionales, el que ha obligado a

4
Entre las señaladas por los autores recomendados, destacan: malas condiciones de hábitat, procesos
de segregación socio espacial, costos para la colectividad social y el sector público, mala gestión
administrativa, gobernabilidad consustancial a la crisis.
que los pobladores urbanos empobrecidos desarrollen formas alternativas de hábitat en la
ciudad, siendo estas las respuestas que se generan en las ciudades ante los altos costos de la
formalidad.
Ahora bien, es importante rescatar cinco conceptos de ‘mercado de suelo’,
desarrollados en las lecturas indicadas para esta clase. Estos son: legal; ilegal, dentro de éste se
incluyen el clandestino e irregular; y el mercado informal. El añadir estos adjetivos, como bien
lo escribe Calderón, “agrega elementos” de análisis conceptual y teórico a los estudios de
mercados inmobiliarios; así, las transacciones económicas y el entramando normativo del
ordenamiento jurídico, que puede violarse o contravenirse, son intrínsecos al estudio de estos
mercados. Dichos brevemente, los conceptos son los siguientes:
1. Mercados legales de suelo urbano. Se dan cuando se ajustan a los requisitos estipulados
en los entramados normativos del ordenamiento jurídico de cualquier país (códigos civil
y urbanístico, por ejemplo).
2. Mercados ilegales de suelo urbano. Aparecen cuando violan o contravienen,
expresamente, el entramado normativo del ordenamiento jurídico de cualquier país. En
otras palabras, se dan cuando en su interior se permiten “actividades/acciones
criminosas” o más sencillamente delitos ejecutados por propietarios, poseedores o
promotores inmobiliarios).
a. Submercados clandestinos de suelo urbano. Transgreden todo control y/o
autorización pública.
b. Submercados irregulares de suelo urbano. Transgreden algún control y/o 5
autorización pública.
2. Mercados informales de suelo urbano. Aparecen cuando violan o contravienen,
expresamente, las normas de comercialización de bienes; es decir, cuando en su
interior desarrollan actividades económicas que generan ingresos o beneficios, pero
que no están reguladas por los Estados Nacionales.
Esta clasificación conceptuada considera, como marco de discusión más amplio, el
comportamiento de los mercados de suelo urbano en general. En particular, cinco son los ejes
analíticos transversales, que más frecuentemente han sido usados en los estudios sobre estos
mercados en nuestra región. El primero está relacionado con la venta o alquiler de parcelas de
suelo urbano después de cambiar su uso, de rústico a urbano. El segundo tiene que ver con la
mercantilización de parcelas de suelo urbano, dentro de este eje se ha hecho énfasis en la
posesión y en los, académicamente, fascinantes “procesos de subdivisión ilegal”. El tercer eje
considera las formas de tenencia/propiedad de parcelas, bajo la regulación de diversos órdenes
jurídicos, subrayando que la disociación existente entre procesos sociales e instituciones
jurídicas es persistente, como persistentes son los “condicionamientos objetivos” que el
aparataje legal le impone a la sociedad (relación sanción-propiedad, por ejemplo). A diferencia
de este último, el cuarto eje se ha preocupado por indagar en las formas de tenencia/propiedad
de parcelas, sin órdenes jurídicos establecidos; y, haciendo esto, los expertos han producido muy
valiosa información sobre cómo se intercambian millones de bienes inmuebles, como son las
parcelas de suelo urbano y viviendas, fuera de todo marco legal; siendo esta una de las
aportaciones más relevantes, quizá la más, de los estudios de mercados
informales/ilegales/irregulares, en nuestra región5. Por último, el quinto eje está relacionado
con los cambios de uso, mercantilización y formas de tenencia/propiedad de parcelas de suelo, en
franjas de expansión urbana. Aquí se ha puesto interés en las características de la estructura de
tenencia/propiedad de suelo en los márgenes de las ciudades.

Mercados informales e ilegales de suelo urbano


Abramo, Calderón y Jaramillo demuestran que aún hoy estos mercados constituyen el
mecanismo principal, y a veces único, que tienen los pobladores empobrecidos para acceder a
suelo urbano, primero, y después a vivienda. No obstante, manifiestan los autores, estos no
solo existen por razones de índole económica, como podrían ser los “precios bajos” y la
asequibilidad del bien, sino porque también hay un tipo de relaciones sociales que les permite a
los demandantes conseguir créditos informales y/o pagos flexibles. En suma, los mercados
informales e ilegales de suelo urbano, muestran tres complejas problemáticas:
1. La falta de ingresos de una parte muy significativa de la población, quienes no pueden
cubrir los precios de suelo urbano impuestos por los mercados legales. La baja
capacidad de consumo de estos grupos empobrecidos activa “procesos de
autoconstrucción” y medio crea ciudades.
2. La comercialización desregulada del acceso a suelo para pobladores empobrecidos. En
otras palabras, la “puesta en marcha” de prácticas ilegales que solo buscan obtener
ganancias y rentas urbanas.
3. El incremento de precios después de regularizar la tenencia/propiedad de suelo 6
informal/ilegal. Se ha comprobado que dentro de este proceso de regularización, que
ha sido muy bien aceptado en las agendas políticas de diversos Estados Nacionales y
ciudades, después de haberse otorgado millones de títulos de propiedad en barrios
pobres, se han elevado los precios de venta y alquiler de parcelas y viviendas.
Además, es necesario mencionar que el “predominio de estos mercados”, visto como
un problema, se da porque algunos Estados Nacionales desarrollan o estimulan la utilización de
mecanismos alternativos para acceder a suelo; incluso han legitimado y/o autorizado
ocupaciones ilegales. Con respecto al “predominio”, queda claro que una de sus causas
principales son las debilidades e ineficiencias en la función reguladora que los estados deben
cumplir. Simultáneamente, el “movimiento anárquico” y característico de los agentes privados
al interior del conjunto social, incide en la persistencia de estos mercados en nuestras ciudades.
Una tercera causa para el “predominio” de estos mercados está relacionada con los modos de
concepción y aceptación ciudadanos del derecho y los órdenes jurídicos, los cuales bien pueden
estar al servicio de oligarquías nacionales o de movimientos de pobladores organizados que los
incorporan en sus luchas y movilizaciones.
Como resultado, los mercados informales e ilegales de suelo urbano reflejan,
principalmente, la desigual distribución de suelo urbano que existe en nuestras ciudades; pero

5
La diversidad de formas de tenencia/propiedad y la generación de enrevesados regímenes jurídicos
aparecen como parte de la explicación del origen de estos mercados.
también: i) los modos ilegales de acción mercantil, ii) el comportamiento criminoso de diversos
agentes urbanos; y iii) las condiciones de pobreza de los adquirientes.

CIUDAD DE LAS CLASES MEDIAS

Tal como señala Cosacov (2014),6 a pesar de que la presencia de las clases medias urbanas ha
sido un rasgo constitutivo de las metrópolis latinoamericanas durante el siglo XX, existe sólo
una escasa bibliografía en las ciencias sociales locales que estudia la vinculación de ellas con el
espacio urbano. Socialmente, los últimos tres últimos lustros han tenido un fuerte impacto en
la disminución de la pobreza -del 44% en 2002 al 28% en 2015 (CEPAL, 2015)7 y, por ende, en la
consolidación de los sectores medios. A pesar de ello, el peso de las clases medias en los países
de la región es muy heterogéneo -según Núñez Castellano (2018)8, representan solo el 9% en
Guatemala, pero rondan el 40% en Brasil o Chile. También es muy heterogénea su composición,
ya que la noción misma de clases medias “abarca situaciones sociales dispares que van desde
una cercanía y estilo de vida próximo a los estratos más altos de la sociedad a sectores
vulnerables que temen perder su nueva condición y recaer en la pobreza” (Núñez Castellano,
2018).
Dos son los fenómenos que en las últimas décadas caracterizaron las formas de habitar
la ciudad de las clases medias en los países de la región: por un lado, el fenómeno conocido
como suburbanización de las élites y por otro, los proceso de gentrificación.
La suburbanización de las élites es un fenómeno que se produce concomitantemente a 7
la difusión del automóvil y al tendido y la extensión de la red de autopistas metropolitanas. El
proceso, pionero en las metrópolis norteamericanas, 9 desde fines de la década de 1980 se ha
extendido progresivamente en las grandes ciudades latinoamericanas, constituyéndose en la
base de un submercado residencial: los barrios y urbanizaciones cerradas (Torres, 2004).10 Este
fenómeno socio-espacial y residencial puso de relieve el abandono del rol integrador
tradicionalmente adjudicado a la ciudad (Svampa, 2001).
El proceso de sububanización de las elites supuso “cambios en los modelos de
socialización y sociabilidad, en los usos de la ciudad, en nuevos imaginarios y en la constitución

6
Cosacov, N. (2014). Habitar la centralidad. Trayectorias residenciales y usos cotidianos del espacio urbano
de residentes en Caballito, Buenos Aires (Tesis doctoral). Buenos Aires, Argentina: Facultad de Ciencias
Sociales, Universidad de Buenos Aires.
7
CEPAL (2015), Panorama Social de América Latina. CEPAL: Santiago de Chile.
8
https://www.esglobal.org/el-rol-politico-de-las-clases-medias-en-america-latina/
9
En las ciudades norteamericanas, el proceso de suburbanización tuvo su auge el durante el período
posterior a la 2ª Guerra Mundial (1947-1960), dando lugar a la formación de suburbios de clase media y
alta.
10
Torres, J.C. (2004); “Procesos recientes de fragmentación socioespacial en Buenos Aires: La
suburbanización de las élites”. En Mundo Urbano, no. 3.
http://www.mundourbano.unq.edu.ar/index.php/ano-2000/39-numero-3-julio/46-4procesos-recientes-de-
fragmentacion-socioespacial-en-buenos-airesla-suburbanizacion-de-las-elites
de nuevas formas de ciudadanía. Los ganadores, caracterizados “como una nueva clase de
servicios”, junto con su estilo de vida, encarnaban el quiebre de una experiencia urbana común.
Eran la expresión emblemática del proceso de privatización y de la emergencia de una cultura
más rígida y jerárquica que se distinguía de la “cultura igualitaria” que [tradicionalmente
caracterizaba a la ciudad]” (Cosacov, 2014:31).
El barrio constituyó por décadas un espacio en el que se producía, en gran medida, una
socialización igualitaria basada en la mezcla y la heterogeneidad urbanas (Svampa, 2001).11 Las
clases medias urbanas fueron las protagonistas de ese modelo de hacer y habitar la ciudad. En
este marco, los cambios en las elecciones residenciales se asociaron a cambios en las formas de
sociabilidad y en los modelos de socialización y contribuyeron a la consolidación procesos de
fragmentación socio-espacial (Prévôt-Schapira, 2000 y 2001).12y13
El proceso de suburbanización de las élites, al igual que los procesos de gentrificación,
se inscribe en una nueva fase de acumulación territorial del capital. El llamado neoliberalismo
realmente existente (Theodore, Peck, y Brenner, 2009) 14 ha impactado fuertemente en las
ciudades latinoamericanas impulsando la redefinición del sentido de lo urbano desde “una
noción de concentración demográfica y de urbanización, hacia la idea de estructuras socio-
espaciales dispersas y fragmentadas” (Carrión, 2010).15y16 En este marco, la gentrificación se
convirtió en una experiencia generalizada en nuestra ciudades e integrada a procesos más
amplios, tanto urbanos como globales.
En las grandes ciudades del mundo occidental, la gentrificación implicó desde los
albores del proceso un desplazamiento residencial y social: la entrada de residentes de clase
8
11
Svampa, M. (2001). Los que ganaron. La vida en los countries y barrios privados. Buenos Aires: Biblos.
12
Prévot-Schapira, M.F. (2000), “América Latina: la ciudad fragmentada”. En Revista de Occidente, nro.
230-231, julio-agosto, pp. 25-46.
Prévot-Schapira, M.F. (2001). “Fragmentación espacial y social: conceptos y realidades”. En Perfiles
Latinoamericanos. Revista de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, nro.19. pp. 33-56.D.F.
México.
13
“La noción de fragmentación surgió a fines de los años ochenta como concepto que venía a subrayar
los procesos de desconexión física y de discontinuidad morfológica que corrían paralelos a un repliegue
comunitario y a la emergencia de lógicas sociales excluyentes que se expresaban en el territorio. Hablar
de fragmentación era hablar de la existencia de “fronteras urbanas” que ponían en tela de juicio las
formas de incorporación a la ciudad del período nacional-popular (Prévôt-Schapira, 2000 y 2001).”
(Cosacov, 2014:29).
14
Theodore, N., Peck, J., & Brenner, N. (2009), “Urbanismo neoliberal: La ciudad y el imperio de los
mercados”. Temas sociales, 66, 1-11.
15
Carrión, F. (2010), “Prólogo”. En Coulomb, R. (2010). México: centralidades históricas y proyectos de
ciudad. Quito: OLACCHI.
16
“Esta concepción implica entender que, si bien la dinámica de las ciudades se genera a partir de un
conjunto de interrelaciones de carácter endógeno entre los diferentes sistemas que la conforman, no es
menos cierto que los flujos informacionales determinan una serie de articulaciones externas que
configuran al emergencia de una organización supra-física sobre la cual se redefinen los procesos
sociales, políticos, económicos y culturales donde converge y se reproduce lo urbano” (Carrión, 2010:7).
media empuja a la población de menores ingresos. De este modo, la transformación de los
barrios se lleva a cabo a través de la renovación de edificios y casas y mediante el
establecimiento de una población de mayor nivel socioeconómico. En las ciudades de América
Latina, además, el desplazamiento no tomará exclusivamente la forma del desplazamiento
residencial. Las poblaciones pueden ser desplazadas en la medida en que su sustento
económico se ve amenazado, se reducen sus posibilidades de acceso a los beneficios de la
centralidad y sus vínculos sociales e interacciones modificados, a pesar de que podían seguir
residiendo en el barrio. Jones y Varley (1999)17 muestran cómo los antiguos residentes son
desplazados por nuevos clientes de clase media y alta que buscan recreación, consumo de
servicios culturales y/o servicios comerciales y, también, por turistas nacionales e
internacionales. El nuevo gentrificador no necesita vivir en la zona, sino que introduce nuevos
usos al lugar y elimina otros inaceptables asociados con los grupos de bajos ingresos.
¿Qué es lo que está ocurriendo en la actualidad en las ciudades de América Latina? Las
diferentes experiencias permiten observar que en todos los casos, bajo distintas modalidades y
ritmos, el desplazamiento de los sectores de menores ingresos va acompañado de inversiones
y mejoras tanto en las viviendas, que son renovadas o rehabilitadas, como en toda el área
afectada: comercios, equipamientos y servicios. Esto implica cambios en el mercado del suelo y
de la vivienda. En dichos cambios los agentes del mercado del suelo desempeñan un rol
decisivo: los propietarios, los promotores -las inmobiliarias-, los gobiernos -locales, nacionales-,
las entidades financieras, así como también los ocupantes -en régimen de propiedad o de
alquiler- que padecen las consecuencias. En conjunto, el fenómeno suele conllevar una mayor
apreciación por las áreas renovadas e incluso una recuperación del valor simbólico de los
centros urbanos. Resulta evidente, entonces, que en la actualidad la gentrificación constituye la 9
expresión espacial de un cambio social profundo (Herzer, 2009).18 Algunos de los impactos de
la gentrificación son: la creación de nuevas oportunidades para la inversión especulativa en el
mercado habitacional en el centro de la ciudad, el desplazamiento de los sectores de menores
ingresos por aumento del precio de alquiler y de la propiedad, los costos psicológicos del
desplazamiento para la población que deja el lugar, la tensión y el conflicto social, soluciones
siempre de emergencia para la población sin techo, el desplazamiento de los hogares que son
forzados a buscar vivienda en zonas de menor costo --Marcuse (2000)19 denomina a este
fenómeno desplazamiento excluyente--, el desplazamiento comercial e industrial, el aumento
del costo de los servicios, la pérdida de diversidad social y, por último, la introducción de
nuevas formas discriminatorias de vigilancia y control social.20

17
Jones, G. & Varley, A. (1999). “The reconquest of the historic centre: urban conservation and
gentrification in Puebla, Mexico”. Environment and Planning A, vol. 31, pp. 1547-1566.
18
Herzer, H. (2009). “Globalización y cambio en el sur de la ciudad de Buenos Aires”.
Seminario: Ciudadanía y Problemas Sociales Urbanos. Centro Cultural Borges. Universidad 3 de Febrero-
Maestría en Políticas Sociales Urbanas.
19
Marcuse, P. (2000). Globalizing Cities. Studies in Urban and Social Change. Oxford. Backwell.
20
“Cuando consideramos los impactos negativos de la gentrificación, pensamos no sólo en los residentes
que son desplazados inmediatamente por los procesos de gentrificación sino también en el impacto de la
reestructuración del espacio urbano sobre la habilidad de los residentes de bajos ingresos de mudarse de
vecindarios que alguna vez les proveyeron una amplia oferta de viviendas asequibles” (Newman & Wyly,
2006) y añadiría servicios asequibles.

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