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Nivel Intermedio

Tema 1. La Ración de los Cantores

I. La misión de Nehemías

Nehemías, copero del rey Astajerjes, (el encargado de servirle el vino) nos cuenta que
el pueblo había sido desterrado, las murallas de Jerusalén derrumbadas, con muchas
brechas, la ciudad abandonada y el Templo había sido saqueado. Había unos pocos
judíos que no habían sido desterrados, pero vivían dispersos y desorganizados.

Dice el libro de Nehemías, Cap 1: Palabras de Nehemías, hijo de Jakalías: En el mes


de Kisléu, el año veinte del rey Astajerjes, estando yo en la ciudadela de Susa, Jananí,
uno de mis hermanos, llegó con algunos hombres venidos de Judá. Yo les pregunté por
los judíos - el Resto que se había salvado del cautiverio - y por Jerusalén.

Me respondieron: «Los restos del cautiverio que han quedado allí en la provincia
se encuentran en gran estrechez y confusión. La muralla de Jerusalén está llena
de brechas, y sus puertas incendiadas.»

Al oír estas palabras me senté y me puse a llorar; permanecí en duelo algunos días
ayunando y orando ante el Dios del cielo.

Nehemías ora pidiendo al Señor que perdone a su pueblo y que provea los medios para
reconstruir Jerusalén. Nehemías ama profundamente a Dios y a su pueblo. Reconoce
que su pueblo ha pecado, pero sobre todo, pide a Dios por su conversión y
restauración. Nehemías descubre después que él mismo ha de ser llamado para esta
misión restauradora:

Siendo yo encargado del vino, tomé vino y se lo ofrecí al rey. Anteriormente nunca
había estado yo triste. Me dijo, pues, el rey: «¿Por qué ese semblante tan triste?¿Acaso
tienes alguna preocupación en el corazón?» Yo quedé muy turbado, y dije al rey: «¡Viva
por siempre el rey! ¿Cómo no ha de estar triste mi semblante, cuando la ciudad donde
están las tumbas de mis padres está en ruinas, y sus puertas devoradas por el fuego?»

Replicóme el rey: «¿Qué deseas, pues?» Invoqué al Dios del cielo, y respondí al rey:
«Si le place al rey y estás satisfecho de tu siervo, envíame a Judá, a la ciudad de
las tumbas de mis padres, para que yo la reconstruya.»

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El Rey Astajerjes le dio permiso a Nehemías, para que se ausentara, por cierto tiempo,
de sus servicios. Le dio cartas y le autorizó a reconstruir la muralla y restaurar el
Templo y el culto.

II. Nuestra misión de reconstrucción


Muchas veces descubrimos que nuestro pueblo ha pecado, y que a causa de este
pecado, la Iglesia (la Nueva Jerusalén) ha sido afectada, sus murallas espirituales
tienen brechas, por donde entra el enemigo (Satanás) y hace destrozos; sus puertas
espirituales están incendiadas, y la gente, al no sentirse protegida, se va a otros lados
(salen de la Iglesia) y su Templo espiritual, que es la alabanza y adoración, el culto a
Dios, está derrumbado (en muchos lugares la liturgia está débil o muerta, los grupos de
oración flojos y diezmados).

Debemos ser como Nehemías, que no se lanza a criticar amargamente a su pueblo o a


su ciudad, sino que llora por su pecado y pide a Dios por su restauración. La Iglesia es
nuestra madre, y nadie habla mal de su propia madre, aunque exista pecado en ella.
Antes bien, procura su mayor bien. Nehemías no dice “Jerusalén (la Iglesia) ha
pecado”, sino que dice: “Hemos pecado Señor, tu pueblo y yo te hemos fallado, y
Jerusalén (la Iglesia) ha sido devastada”.

Nuestra misión es decirle al Señor, como Nehemías, las siguientes palabras: «Señor,
tu eres mi Rey, y yo soy tu copero. Si le place a mi Rey y estás satisfecho de tu
siervo, envíame a la Iglesia, a la ciudad espiritual de mis padres, para que yo la
reconstruya.»

Esta es nuestra vocación en el ministerio de Música: Reconstruir la muralla espiritual


con cantos que le den al pueblo fortaleza contra el pecado. Reconstruir el Templo
espiritual con cantos de alabanza, restaurar el culto con cantos de adoración. Estos
cantos no son para nosotros, ni para nuestro propio beneficio. Si de verdad queremos
servir a Dios, nuestros cantos deben convertirse en patrimonio de la Iglesia.

III. La reconstrucción requiere esfuerzo, reconciliación y perdón de las deudas

Nehemías nos sigue contando lo que hizo:

Inspeccioné la muralla de Jerusalén por donde tenía brechas, y las puertas que habían
sido devoradas por el fuego.

Hasta entonces no había dicho nada a los judíos: ni a los sacerdotes ni a los notables ni
a los consejeros ni a los funcionarios;

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Entonces les dije: «Vosotros mismos veis la triste situación en que nos encontramos,
pues Jerusalén está en ruinas, y sus puertas devoradas por el fuego. Vamos a
reconstruir la muralla de Jerusalén, y no seremos más objeto de escarnio.»

Ellos dijeron: «¡Levantémonos y construyamos!» Y se afianzaron en su buen propósito.

Al enterarse de ello los joronitas, ammonitas y árabes, se burlaron de nosotros y


vinieron a decirnos: «¿Qué hacéis? ¿Es que os habéis rebelado contra el rey?»

Yo les respondí: «El Dios del cielo nos hará triunfar. Nosotros sus siervos, vamos
a ponernos a la obra. En cuanto a vosotros, no tenéis parte ni derecho ni recuerdo en
Jerusalén.»

A pesar de la oposición externa, Nehemías y los líderes de Jerusalén se afianzan en su


propósito y se organizan por secciones, para reconstruir la muralla. Mas adelante,
cuando son atacados, los judíos siguieron reparando las brechas pero mantenían la
espada ceñida al cinturón.

Para ayudarse unos a otros a reconstruir y repoblar la ciudad, también se perdonaron


entre ellos las deudas que eran imposibles de pagar, para poder liberar a los esclavos,
a sus hijos e hijas dados en prenda por las deudas, y para habitar las casas y trabajar
los campos que habían sido dados en garantía por los prestamos. (Hermanos: Les
parece increíble que hubiera deudas que se pagaban mediante esclavitud? Piensen en
nuestras deudas, algunas son verdaderamente esclavizantes, si no, pregúntenle a los
países latinoamericanos y africanos)

Nos dice Nehemías:

Tomé decisión en mi corazón de reprender a los notables y a los consejeros, y les dije:
«¡Qué carga impone cada uno de vosotros a su hermano!»

Congregué contra ellos una gran asamblea, y les dije: «Nosotros hemos rescatado, en
la medida de nuestras posibilidades, a nuestros hermanos judíos que habían sido
vendidos a las naciones. ¡Y ahora sois vosotros los que vendéis a vuestros hermanos
para que nosotros los rescatemos!» Ellos callaron sin saber qué responder.
Y yo continué: «No está bien lo que estáis haciendo. ¿No queréis caminar en el temor
de nuestro Dios, para evitar los insultos de las naciones enemigas?
También yo, mis hermanos y mi gente, les hemos prestado dinero y trigo. Pues bien,
condonemos estas deudas.

Restituidles inmediatamente sus campos, sus viñas, sus olivares y sus casas, y
perdonadles la deuda del dinero, del trigo, del vino y del aceite que les habéis
prestado.»

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Respondieron ellos: «Restituiremos y no les reclamaremos ya nada; haremos como
tú has dicho.»

Si queremos responder al llamado de Dios a reconstruir la Iglesia, tenemos que ser


capaces de a) afianzarnos en nuestro propósito, b) tener las armas espirituales a la
mano para la batalla (Efesios 6), c) reconciliarnos y perdonarnos unos a otros nuestras
ofensas y d) condonar entre nosotros aquellas deudas económicas que son
imposibles de pagar.

Parte del daño y de la imposibilidad de reconstruir el Templo espiritual está en las


relaciones dañadas, las deudas impagables y las ofensas imperdonables que
tenemos entre nosotros. Tenemos que perdonar y condonar todo eso para estar todos
libres para la reconstrucción, y que nadie sea esclavo de estas cosas.

Nehemías incluso puso mucho de su propio patrimonio para apoyar al pueblo durante la
reconstrucción, y nunca recibió nada a cambio:

Diariamente se aderezaban a expensas mías un toro, seis carneros escogidos y aves; y


cada diez días se traía cantidad de odres de vino. Y a pesar de todo, jamás reclamé el
pan del gobernador, porque un duro trabajo gravaba ya al pueblo.

IV. Los Levitas y Cantores


Nehemías nos cuenta que se restablecieron los servicios del Templo y las funciones de
los sacerdotes, levitas y cantores. Había 245 cantores y cantoras, y muchos sacerdotes
y levitas. Los cantores aparecen como guardianes para las puertas, formando grandes
coros para las ceremonias y cantando en el Templo en turnos establecidos.

Para ello, era necesario que el pueblo les apoyara y respaldara. Una parte del
compromiso firmado por el pueblo, además de cumplir la ley y celebrar las fiestas como
lo marcaban los libros sagrados, fue dar a los sacerdotes, levitas y cantores el diezmo
para su sostenimiento. Los levitas eran los encargados de recaudar el diezmo.

V. ¿Cantores remunerados? Nuestro papel como Profetas, Cantores y Maestros

Nuestro llamado a servir a Dios y a la Iglesia con la música tiene tres dimensiones
principales: Profetas, cantores y maestros.

V.1 Profetas: Los verdaderos profetas nunca profetizaban bajo la condición de recibir
dinero o salario, sino en obediencia a un mandato expreso de Dios. Los falsos profetas
cobraban por “profetizar”, y eran en realidad adivinos o charlatanes que hablaban
falsamente “de parte de Dios”; este tipo de “profeta” era una profesión heredada en las
ciudades de Israel influidas por la idolatría y el politeísmo; ser “profeta” era un negocio

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(hagan de cuenta Walter Mercado, o los horóscopos, etcétera). Esto lo vemos en el
libro de Miqueas:

Así dice Yahveh contra los profetas que extravían a mi pueblo, los que, mientras
mastican su comida gritan: «¡Paz!»: Tendrán vergüenza los videntes y confusión los
adivinos; y se taparán todos el bigote, por no haber ya respuesta de Dios.

Yo (Miqueas), en cambio, estoy lleno de fuerza, por el espíritu de Yahveh, y de juicio y


bravura, para denunciar a Jacob su delito, y a Israel su pecado.

Sus jefes juzgan por soborno, sus sacerdotes enseñan por salario, sus profetas
vaticinan por dinero, y se apoyan en Yahveh diciendo:«¿No está Yahveh en medio de
nosotros? ¡No vendrá sobre nosotros ningún mal!»
Por eso, por culpa vuestra, Sión será un campo que se ara, Jerusalén se hará un
montón de ruinas, y el monte de la Casa un otero salvaje.

Esta profecía se cumplió, y hubo el destierro anunciado por Miqueas.

En el libro del profeta Amós, leemos que las autoridades del reino de Israel le
recriminaron que profetizara contra el rey, sin que nadie lo hubiera “contratado”. En ese
entonces, los hebreos estaban divididos en dos reinos: Judá al sur, con su capital
Jerusalén, e Israel al Norte, con su capital Betel. Amós venía del reino de Judá, y fue
enviado por Dios a Betel, (al norte) para profetizar la destrucción del reino del norte
(Israel).

El sacerdote de Betel, Amasías, mandó a decir a Jeroboam, rey de Israel: «Amós


conspira contra ti en medio de la casa de Israel; ya no puede la tierra soportar todas sus
palabras, porque Amós anda diciendo: "A espada morirá Jeroboam, e Israel será
deportado de su suelo."»

Y Amasías dijo a Amós: «Vete, vidente; huye a la tierra de Judá; vete a ganar el pan a
Judá, y profetiza allí. Pero en Betel no has de seguir profetizando, porque es el
santuario del rey y la Casa del reino.»

Respondió Amós y dijo a Amasías: «Yo no soy profeta ni hijo de profeta, yo soy
cuidador de vacas, y picador de sicómoros. Pero Yahveh me tomó de detrás del
rebaño, y Yahveh me dijo: "Ve y profetiza a mi pueblo Israel."

Después de esto, y tal como profetizó Amós, el reino de Israel fue deportado, y después
destruido, y lo poco que quedó fueron unos cuantos pueblos dispersos, llamados
“samaritanos” por los Judíos (de Judá).

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En la Iglesia primitiva también se daban casos de falsos profetas que lo que querían era
ganar dinero a costa del pueblo y estar de ociosos. Esto lo vemos en la Didaché o
Enseñanza de los Doce Apóstoles, que es uno de los escritos más venerables que nos
ha legado la antigüedad cristiana. Baste decir que su composición se data en torno al
año 70 después de Cristo; casi contemporáneamente, por tanto, a algunos libros del
Nuevo Testamento. Así pues, la Didaché es una recopilación de las enseñanzas
básicas de la Iglesia Primitiva.

Dice la Didaché en su capítulo 5, respecto a los apóstoles y profetas:

No todo el que habla en espíritu es profeta, sino el que tiene el modo de vida del Señor.
En efecto, por el modo de vida se distinguirá el verdadero profeta del falso. Todo
profeta que manda poner una mesa en espíritu, no come de ella: de lo contrario, es un
falso profeta. Todo profeta que predica la verdad, pero no cumple lo que enseña es un
falso profeta. Pero al que dice “en espíritu”: “Dame dinero”, o cualquier otra cosa,
no le prestéis oído. En cambio si dice que se dé a otros necesitados, nadie lo
juzgue.

A todo el que viniere en nombre del Señor, recibidle. Luego examinándole le conoceréis
por su derecha y por su izquierda, pues tenéis discernimiento. Al que pasa de camino le
ayudaréis en cuanto podáis: pero no se quedará con vosotros sino dos o tres días, si
fuere necesario. Si quiere quedarse entre vosotros, teniendo un oficio, que trabaje
para su sustento. Si no tiene oficio, proveed según prudencia, de modo que no viva
entre vosotros cristiano alguno ocioso. Si no quiere aceptar esto, se trata de un
traficante de Cristo: tened cuidado con tales gentes.

Pero, ¿que hay de la frase: “El obrero tiene derecho a su salario”?

En Lucas 10, Jesús dice a sus discípulos:

No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. En la casa en que entréis, decid primero: "Paz a
esta casa." Permaneced en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que tengan,
porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa. En la ciudad en que
entréis y os reciban, comed lo que os pongan;

De modo que, Cristo nos instruye, en Lucas 10, que el salario al que tenemos derecho
cuando viajamos como apóstoles o profetas consta de: Comida, Bebida (la que nos
den) y Techo.

Si somos auténticos profetas, con un oficio establecido, que no estamos de ociosos,


que no exigimos dinero como condición para servir, ni que “profetizamos” falsamente
que nos den dinero, entonces el pueblo tiene una responsabilidad de apoyarnos, y

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nosotros somos dignos de sustento por parte del pueblo: La Didaché, en su capitulo 11,
dice:

Todo auténtico profeta que quiera morar de asiento entre vosotros es digno de su
sustento. Igualmente, todo auténtico maestro merece también, como el trabajador, su
sustento.

V.2 Cantores

Como cantores, cuando servir en el culto regular y establecido es nuestro oficio,


tenemos a Dios como heredad, nuestra porción, y nuestra parcela es el Templo de
Dios, y ésta es también por lo tanto la fuente legítima, no solo de nuestro sustento,
sino también de nuestro patrimonio y el de nuestra familia. A diferencia de los
profetas, los cantores tenían un oficio regular legítimamente establecido, y eran
remunerados participando del diezmo para su sostenimiento. Estaban apartados para el
ministerio, y normalmente no se dedicaban a otra cosa más que al culto a Dios.

Volvamos ahora a Nehemías, y veamos que pasó con los cantores cuando Nehemías,
después de haberlos establecido en sus puestos, salió de viaje, y regresó al cabo de un
tiempo:

El sacerdote Elyasib había sido encargado de los aposentos de la Casa de nuestro


Dios. Como era pariente de Tobías, le había proporcionado un aposento espacioso,
donde anteriormente se depositaban las oblaciones, el incienso, los utensilios, el
diezmo del trigo, del vino y del aceite, es decir, las porciones de los levitas, los
cantores y los porteros, y lo reservado a los sacerdotes.

Cuando sucedía esto, yo no estaba en Jerusalén, porque el año 32 había ido donde el
rey; pero al cabo de algún tiempo volví a Jerusalén, y me enteré de la mala acción que
había hecho Elyasib en favor de Tobías, preparándole un aposento en el atrio de la
Casa de Dios.

Esto me desagradó mucho; eché fuera del aposento todos los muebles de la casa de
Tobías, y mandé purificar los aposentos y volver a poner en ellos los utensilios de
la Casa de Dios, las oblaciones y el incienso.

Me enteré también de que ya no se entregaban las raciones de los levitas, por lo


que ellos se habían marchado cada uno a su campo - los levitas y los cantores
encargados del servicio -.

Reprendí por ello a los consejeros diciéndoles: «¿Por qué ha sido abandonada la
Casa de Dios?» Luego los reuní de nuevo y los restablecí en sus puestos.

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Y todo Judá trajo a los almacenes el diezmo del trigo, del vino y del aceite.

Puse al frente de los almacenes al sacerdote Selemías, al escriba Sadoq y Pedaías,


porque eran considerados como personas fieles; les incumbía distribuir las porciones a
sus hermanos.

Aquí vemos como al dejarse de dar su ración a los levitas y cantores, “fue
abandonada la Casa de Dios” (el Templo). Los levitas y cantores se dispersaron, se
marcharon cada uno a trabajar en otras cosas para poder sobrevivir, y mantener a sus
familias, y el culto (la Casa de Dios) fue abandonado, por culpa de un favoritismo
personal. Nehemías reprende a los consejeros, y restablece a los levitas y cantores.

Esto revela la íntima conexión entre el diezmo, (la ofrenda dada por el pueblo), la
ración que merecen los levitas y cantores y el culto a Dios en el Templo. Al faltar
el diezmo o faltar la ración a los levitas y cantores, se viene abajo el culto, y la
Casa de Dios es abandonada!

Aquí quisiera compartir un testimonio personal: Hace 10 años, tuve que permanecer
muy lejos de mi país (México) durante casi 6 meses, por razones de trabajo, y en mi
ausencia, el ministerio de música de mi comunidad (Jésed) dejó de reunirse, dejó de
haber ensayos y oración, y los hermanos dejaron de recibir enseñanza y apoyo, por lo
que cada hermano se fue a servir o participar a otros servicios de la Comunidad.
Cuando regresé, la música y el culto en las asambleas se habían venido abajo. Oré al
Señor, pidiendo su dirección, y al abrir la Biblia al azar, me salió justamente esta lectura
de Nehemías, cuando regresa de viaje, lo que me conmovió profundamente.

No “reprendí a los consejeros”, porque gran parte de la culpa de este deterioro había
sido mía, al no prever apropiadamente lo que habría de hacerse en mi ausencia. Sin
embargo, lo que hice fue hablar con los coordinadores de mi comunidad y les pedí que
los cantores fueran invitados a retirarse de otros servicios y a restablecerse en sus
puestos en el Ministerio de Música, y que la Comunidad nos apoyara en nuestras
necesidades. Con gran esfuerzo logramos restaurar los ensayos, tiempos de oración y
preparación y el compromiso a servir a Dios con excelencia. El fruto fue tremendo, al
restaurar la “ración de los cantores”, y a los cantores en sus puestos, la oración de la
comunidad también se restauró, y hubo frutos de gracias y bendiciones de Dios muy
especiales. Yo le doy gracias al Señor por habernos guiado en aquella situación de
crisis.

Así pues, la ración de los cantores no solamente significa una remuneración


económica. Es ante todo el sustento material y espiritual que la comunidad le otorga al
ministerio de Música y a sus miembros, el apoyo y el respaldo de nuestros líderes, la
intercesión, el sostenimiento de nuestras necesidades de instrumentos y equipo de

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sonido, de enseñanza, de retiros, de apoyo fraterno y sobre todo de amor y
colaboración en nuestros proyectos.

La Ración de los Cantores también significa apoyo económico, cuando éste sea
debidamente justificado. En ciertos casos, algunos de los cantores de una comunidad o
parroquia pueden y deben ser remunerados, cuando este es un oficio establecido y
legítimamente necesario para la comunidad. Los cantores legítimamente remunerados
son también aquellos que prestan sus regularmente sus servicios en eventos
evangelísticos, misas y celebraciones litúrgicas como oficios establecidos y del cual
obtienen un sustento y patrimonio digno. También se les puede contratar para cantar
en misas o eventos especiales. Este es un trabajo honorable que merece ser bien
pagado, y al que debemos dar todo nuestro apoyo y respeto.

Los hermanos que valientemente han aceptado el llamado de Dios como cantores o
evangelizadores de tiempo completo merecen de todo nuestro apoyo, y no debemos
escatimar en su bienestar, debemos pagarles dignamente, y cuidar que no solo tengan
para su sustento, sino también dinero y otras posesiones, para su patrimonio y
para proveer dignamente a su familia. Veamos lo que continúa diciendo la Didaché
en el Capítulo 11:

Todo auténtico profeta que quiera morar de asiento (permanentemente) entre vosotros
es digno de su sustento. Igualmente, todo auténtico maestro merece también, como
el trabajador, su sustento. Por tanto, tomarás siempre las primicias de los frutos del
lagar y de la era, de los bueyes y de las ovejas, y las darás como primicias a los
profetas, pues ellos son vuestros sumos sacerdotes. Si no tenéis profeta, dadlo a los
pobres. Si haces pan, toma las primicias y dalas conforme al mandato. Si abres una
jarra de vino o de aceite, toma las primicias y dalas a los profetas. De tu dinero, de tu
vestido y de todas tus posesiones, toma las primicias, según te pareciere, y dalas
conforme al mandato.

Aquí dice “según te pareciere”, dando a entender que no es una exigencia o cuota
preestablecida del profeta o maestro, sino un discernimiento responsable y generoso de
la persona que da “según el mandato”. Es decir, la persona da al auténtico profeta
“según el mandato”, y a la vez “según le pareciere”. Esto es, da en la medida de sus
posibilidades, y a la vez da dignificando el sustento del auténtico profeta.

No obstante lo anterior, no olvidemos lo que dice la misma Didaché: Cuando el apóstol


se vaya, que no tome nada consigo si no es pan, hasta su nuevo alojamiento. Si pide
dinero, es un falso profeta.

Reflexionemos en luz del Espíritu Santo: Cuando el profeta Amós viajó desde Judá en
el Sur, hasta Betel, al Norte, quien pagó sus “viáticos”? Quién lo hospedó? Quien le dio
de comer? No lo sabemos; lo que SI sabemos es que profetizó lo que Dios le ordenó, y

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que por ello pasó hambres y persecuciones, oposición y hasta riesgo a morir, porque
obedeció el mandato de Dios. Así debemos ser nosotros en nuestro celo como
auténticos profetas.

Esta aparente contradicción de la Didaché entre nuestra obligación a dar de nuestros


bienes, dinero, vestido y sustento para apoyar a los hermanos que sirven al Señor y la
advertencia de que “si pide dinero es un falso profeta” se aclara distinguiendo lo que
debe hacerse por mandato de Dios, como profetas, y lo que debe hacerse como un
oficio establecido (apóstoles, coordinadores, cantores, maestros, directores de coro,
responsables de música, etcétera) llamados a servir al pueblo de Dios de manera
regular y quizá de tiempo completo.

Si nos dan libremente una ofrenda por nuestro servicio, debemos aceptarla sin siquiera
cuestionar si lo que nos dan es mucho o es poco, pues es una ofrenda que la
comunidad nos da en el amor. Como ejemplo de esto veamos a la familia que construyó
una habitación para hospedar al profeta Eliseo en II Reyes 4:

Un día pasó el profeta Eliseo por Sunem; había allí una mujer principal y le insistió para
que se quedara a comer, y después, siempre que pasaba, iba allí Eliseo a comer.

Dijo ella a su marido: «Mira, sé que es un santo hombre de Dios que siempre viene por
casa. Vamos a hacerle una pequeña alcoba en la terraza y le pondremos en ella una
cama, una mesa, una silla y una lámpara, y cuando venga por casa, que se retire allí.»

Vino Eliseo en su día, se retiró a la habitación de arriba, y se acostó en ella.

Hay hermanos nuestros que han apostado su vida al servicio de la evangelización por
medio de la música y a veces son objeto de sospecha o de crítica porque son
remunerados o recompensados de una u otra forma. Estos hermanos han respondido a
un llamado de Dios, y hacen lo posible para equilibrar la liberalidad del evangelio con
las necesidades de su sostenimiento y patrimonio, viviendo muy frugalmente. Esto es
un enorme reto en especial para aquellos hermanos de quienes depende el
sostenimiento de su familia. Cuando es evidente su vocación de servicio de tiempo
completo o parcial, nuestra obligación es a apoyarles y a no juzgarles con dureza;
podemos apoyarlos comprando sus producciones, haciendo por ellos lo que esté a
nuestro alcance para sostenerles económicamente y también espiritualmente con
nuestra oración, confiando en que Dios les vaya estableciendo en un apostolado
económicamente viable y con un ingreso digno y estable. La Iglesia Católica sufre
mucho por la falta de hermanos como estos, por lo que debemos cuidar a los que
tenemos, y apoyar a los que vayan surgiendo. Muchos de estos hermanos combinan
diversas actividades y fuentes de ingresos:

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Produciendo material musical (CDs y Cassettes) y vendiéndolo en los conciertos
y ferias católicas.
Vendiendo otros materiales y productos de difusión católica. (camisetas,
estampas, libros, etc…)
Fundando empresas productoras y distribuidoras de música católica para vender
su material y el de otros hermanos músicos.
Estableciendo un estudio de grabación propio y/o vendiendo servicios como
productor artístico a otros músicos.
Cantando en misas y otros eventos donde se puede cobrar un servicio litúrgico
remunerado.
Organizando giras, festivales, y otros eventos que les representen algún ingreso
adicional.
Recibiendo honorarios, donativos o estipendios por cantar en eventos de
evangelización, bajo el discernimiento apropiado.
Recibiendo, de manera regular, los donativos necesarios para sostenerse en su
apostolado, por parte de benefactores, o bien apoyados por alguna organización
evangelizadora sin fines de lucro.
Combinando su apostolado con algún trabajo secular de tiempo parcial.

Muchas veces una sola de estas fuentes es insuficiente, y conlleva el riesgo de que el
ingreso sea muy variable e inestable. Para un soltero o soltera que no sostiene a una
familia esto no necesariamente es un problema serio, pues el hermano puede estar
llamado a vivir en pobreza y sencillez evangélicas. Por otro lado, para un hombre
casado y con familia, donde las necesidades económicas son crecientes, esta
inestabilidad económica puede ser un problema grave, y no creo que sea el plan de
Dios para su vida.

Para estos hermanos, es posible que dos o tres de estas fuentes de ingresos,
combinadas sabiamente, sean suficientes para suplir sus necesidades de sustento y
para las necesidades de alimentación, educación, techo y patrimonio de su familia. Aun
así, estos hermanos suelen llevar una vida de sencillez, y normalmente no son ricos.
Créanme, si quisieran enriquecerse, estos hermanos seguramente podrían hacerlo de
otras maneras menos sacrificadas que andar dando conciertos de ciudad en ciudad!

Por ello, para quienes están llamados a esta vocación de tiempo completo o parcial,
cada uno debe discernir, con la ayuda de su director espiritual o hermanos mayores en
la fe, la forma de combinar estas u otras actividades para que su apostolado sea
económicamente viable y espiritualmente sano.

Algunos hermanos de tiempo completo o parcial, combinan muy sabiamente servicios


gratuitos con servicios remunerados, dependiendo de la naturaleza del servicio.
Aquellos servicios que prestan impulsados por un mandato profético de Dios, los hacen

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sin pedir nada a cambio, y los otros servicios los hacen con una cuota o estipendio. En
estos casos lo importante es tener claro un criterio de distinción entre un caso y el otro.

Es muy importante informar anticipadamente a quien nos pide un servicio la expectativa


que tenemos en el tema de la remuneración económica, porque si esto no se aclara
desde antes, después hay fuertes decepciones, ya sea del organizador, que no
esperaba un cobro por el evento, o de nosotros, que quizá esperábamos recibir un
honorario o donativo por cantar.

Otros hermanos podemos estar llamados a ser como Nehemías, que no solo no fue
remunerado por la reconstrucción de Jerusalén, sino que incluso puso de su propio
patrimonio y dejó temporalmente su oficio en la corte para poder trabajar en la
reconstrucción de la Ciudad Santa, sin paga alguna, y alimentando a otros “a
expensas suyas”, sin otra recompensa que saber que hacía la voluntad de Dios.

El riesgo para estos últimos hermanos (yo les llamo aquí los “Nehemías”) es que no se
valore debidamente nuestro servicio: Al estar llamados a no pedir retribución por
nuestro servicio apostólico, nos invitan personas que aunque bien intencionadas, no
organizan apropiadamente los eventos (porque no les cuesta), ponen equipos de
sonido nulo o deficiente, no hacen buena promoción a los eventos, los locales son de
mala calidad y pésima acústica, y la asistencia es pobre, y a veces es desalentador e
infructífero servir en esas condiciones.

Estos hermanos “Nehemías” debemos buscar asegurarnos de que, aunque el servicio


se preste gratuitamente, todo se haga con excelencia, pidiendo una carta del párroco u
obispo del lugar, indicando a los organizadores que deben cumplir con ciertos requisitos
de organización, promoción, sonorización, etcétera, y asegurándose de que los
cumplen, para que su servicio de fruto y sea según Dios.

Otra cosa importante para estos “Nehemías” es cuidar el buen nombre de nuestros
hermanos remunerados, evitando caer en la tentación de decir que nosotros, por
servir gratuitamente, lo hacemos “según Dios” y que los otros, los remunerados, son
“falsos profetas”, porque sirven “por dinero”.

V.3 Maestros

Como músicos también tenemos la dimensión de maestros, al enseñar al pueblo como


cantar, pero sobre todo porque en nuestros cantos transmitimos las enseñanzas de la
Iglesia. Esto también merece apoyo, respaldo y en algunos casos remuneración,
cuando la enseñanza forma parte de un oficio establecido legítimamente por la
comunidad.

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Debemos cantar las enseñanzas de la Iglesia, la sabiduría de los Padres de la Iglesia,
la doctrina católica, los Himnos de la Liturgia. Nuestro canto debe estar impregnado de
sabiduría.

Históricamente, el arte ha tenido un papel didáctico en la Iglesia. Lo vemos en los


frescos de las catedrales y en los íconos de las iglesias antiguas: Todo estaba
dispuesto para enseñar al pueblo, que no sabía leer, las historias que formaban parte
de la Historia de la Salvación. Los maestros de los nuevos catecúmenos se valían de
las imágenes pintadas para ir enseñando gráficamente los pasajes más relevantes de la
vida de Cristo, y de la historia del pueblo de Dios.

Hoy en día, nuestro pueblo sigue siendo poco educado en la fe. Muchas veces el
catecismo infantil es la única instrucción religiosa que recibe. Por eso, nuestros cantos
deben ser llenos de enseñanza, y nosotros debemos ser maestros, al componer y
cantar la Palabra de Dios. Es mucho mas fácil aprenderse una lectura bíblica si la
cantas que si la tratas de memorizar. En esto consiste la dimensión de maestros que
tiene el ministerio de música.

VI. Conclusión

Como profetas, cantores y maestros, tenemos una grave responsabilidad: Cuando


servimos puramente desde nuestra dimensión profética, no debemos esperar nada a
cambio, ni pedir un sueldo o cobrar por ese servicio como tal.

Cuando servimos desde nuestra dimensión como cantores, más que exigir, debemos
amablemente exponer nuestras necesidades como ministerio o como personas. Es
plenamente lícito tener una cuota establecida para cantar en misas o eventos litúrgicos,
y si vamos a dar un concierto donde vamos a incurrir en gastos, es lícito pedir que se
cubran esos gastos, y quizá tener una cuota, pero siempre cuidando no condicionar
nuestra labor profética y evangelizadora a una estricta e inamovible remuneración
económica. En esto hay que discernir muy cuidadosamente si podemos pedir o no una
cuota, estipendio, u honorario por dar un concierto evangelizador, o simplemente decir
que aceptamos lo que la comunidad quiera darnos en ofrenda, sin condicionar nuestro
servicio a un monto específico. Muchos ministerios (incluyendo Jésed) se sostienen
solamente de la venta de su material (cassettes, camisetas, libros, etc…) y pueden
servir en los conciertos sin pedir una cuota, solo pidiendo gastos de transporte,
hospedaje y alimentación, y gastando en esto muy modestamente, hospedándose en
casas de los hermanos, y “comiendo lo que les den”. Otros hermanos, que por vocación
de Dios se sostienen ellos y sus familias de una labor evangelizadora de tiempo
completo, merecen que les demos un trato digno y que les remuneremos, y que no
pongamos juicio contra ellos, pues muchas veces han apostado su vida y la de sus
familias a este llamado.

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En cuanto a ser maestros, nuestro canto debe tener enseñanza de la Iglesia, para
transmitir la sabiduría del Señor por medio de él, y a la vez debe interpelar y hablar en
el lenguaje de quienes nos escuchan, para acercarlos al Señor.

Combinar y balancear estos tres aspectos (profeta, cantor y maestro) es un reto


tremendo, que debe discernirse, cada uno en lo personal o como ministerio, con la
ayuda de un líder o de un director espiritual. Nunca solos. Es sano que nuestras
finanzas y las finanzas de nuestro ministerio de música y nuestro apostolado estén en
la luz con ese líder o director espiritual, para que en estas decisiones no caminemos
nunca en tinieblas, a ciegas o como lobos solitarios. La decisión de trabajar para el
Señor en la música como fuente principal de sustento es una decisión grave que
requiere de mucho consejo, oración y apoyo comunitario, especialmente cuando
tenemos una familia que depende de nosotros.

El aspecto económico de nuestra vida y de nuestro ministerio puede traer graves


problemas y divisiones si no se maneja bien, pero también es fuente de gran bendición
y de crecimiento cuando se maneja en la sabiduría y la voluntad del Señor.

Recordemos que nuestra vocación en el Ministerio de Música es, como Nehemías, a


reconstruir la muralla espiritual de la Iglesia con cantos que le den al pueblo fortaleza
contra el pecado. Reconstruir el Templo espiritual con cantos de alabanza, restaurar el
culto con cantos de adoración. Para vivir esta vocación vale la pena darlo todo, dar de
nuestro propio patrimonio y no esperar a cambio recompensa. Recordemos que los
cantos no son para nuestro propio beneficio. Si de verdad queremos servir a Dios,
nuestros cantos deben convertirse en patrimonio de la Iglesia.

Oremos hermanos:

Señor: Tú eres mi Rey y yo soy tu siervo. Tus deseos, y los deseos de tu Iglesia son
órdenes para mí. Envíame a servir a tu pueblo, a restaurar sus murallas, a reconstruir
su Templo con cantos de alabanza y con cantos de adoración, para gloria de tu nombre
y edificación de tu Iglesia.
Amén.

Actividades para hacer Individualmente o en Grupo

1. Cuáles son las brechas de mi muralla?


a. Piensa en tu vida espiritual y la de tu grupo como una muralla. Cuáles son las
brechas por donde se mete el enemigo?
b. Haz oración y toma decisiones especificas para tapar esas brechas espirituales.
c. Afiánzate en tu propósito: Platícalo con hermanos de tu confianza y haz el
compromiso de reconstruir.

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d. Perdona las deudas impagables y las ofensas “imperdonables” de tus hermanos.
Diles que ya no hay reclamos pendientes e invítalos a trabajar contigo en la
reconstrucción.

2. Cuál es la ración de nuestros cantores?


a. Piensa en las necesidades espirituales y materiales de tu ministerio de música.
b. Identifica a los hermanos de tu ministerio que están “dispersos” porque no han
recibido apoyo en esas necesidades.
c. Haz un plan para cubrir estas necesidades y “restablecer en sus puestos” a los
hermanos que están dispersos.

3. En qué aspectos debo ser Autentico Profeta?


a. Identifica aquellos aspectos de tu ministerio que no deben ser remunerados sino
libres, por mandato de Dios.
b. Escribe una definición de esta parte profética de tu ministerio.

4. Cómo puedo hacer económicamente viable el ministerio?


a. Haz un reporte económico de tus gastos e ingresos en el ministerio de música.
b. Identifica en cuales aspectos de tu ministerio es lícito recibir una remuneración
económica. Ponlos por escrito, con una explicación de porqué es lícita dicha
remuneración.
c. Si hay un déficit entre tus gastos y tus ingresos, haz un análisis económico de
cómo cubrirlo. Identifica posibles fuentes alternas de ingreso: Donativos,
benefactores, venta de material, reducción de costos, cantar en misas, rentar equipo,
etc.

5. Presenta todo esto a tu “líder”: (tu líder es tu director espiritual, sacerdote o


hermano mayor en la fe que supervisa tu servicio en tu comunidad o parroquia).
a. Pon todo lo que hayas escrito de los puntos 1 a 4 a consideración de tu líder
antes de comunicarlo a otras personas fuera del ministerio.
b. Una vez revisados y autorizados por esta persona, haz del conocimiento de tu
comunidad y de la gente a la que sirves aquello que es prudente que sea conocido
de todos. (Ejemplo: Puedes hacer públicos algunas partes de los puntos 2.a, 2.c, 3.b
y 4.a)
c. Implementa un plan de acción donde haya trabajo en equipo y de ser posible,
que todos participen. Lee Nehemías 3, y ¡Pon tu corazón en el trabajo! (Nehemías 3,
38)

6. Lee el libro de Nehemías y escribe tus impresiones

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Nivel Intermedio
Tema 2. Estilos y tendencias musicales

Repaso

Como vimos en la charla de “La música en la vida del Pueblo de Dios”, La música
forma parte integral de la VIDA del pueblo de Dios. Cuando cantamos juntos como
Iglesia, pueblo de Dios, no cantamos “individualmente”, sino que cantamos como
cuerpo místico de Cristo.

El canto y la danza son expresiones de la salvación de Dios. Inauguran la vida


litúrgica del Israel y de la Iglesia, y tienen vigencia por la eternidad.
Son fundamentales en la gratitud, la alabanza y la proclamación de Dios.
Son parte integral de la vida de oración de todo el pueblo de Dios. Israel canta, la
Iglesia triunfante canta en el cielo, la Iglesia peregrina canta en la tierra.

El canto era una práctica fomentada por los apóstoles en las comunidades que iban
fundando. La música se daba en un ambiente de “entre vosotros”, es decir, en
comunidad, con la participación de TODOS. Se distinguían varias formas (no son
sinónimos):

Salmos: Los de el Antiguo Testamento


Himnos: Composiciones poéticas con música (Ej.: “Despierta tu que Duermes, y
levántate de entre los muertos y te iluminará Cristo”, Efesios 5,14)
Cánticos Inspirados: Eran cantos en lenguas, o profetizar cantando, o proclamar
la gloria de Dios cantando de manera espontánea, inspirados por el Espíritu
Santo

También vimos que algunos Padres de la Iglesia eran cautelosos con los efectos
emocionales que causaba la música. Prohibían el uso de aquellos instrumentos
musicales que la gente asociaba a cultos paganos en ciertas regiones (ej. La flauta de
Pan, etc…)

Otros Padres, prohibían el uso de cualquier instrumento musical, y solo permitían el


canto vocal, por temor a una excesiva exaltación emocional.

Así pues que debemos evitar usar ritmos, sonidos, melodías o instrumentos que sean
distractores o bien que no transmiten la reverencia y el amor a Dios que queremos
transmitir.

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Estos distractores a evitar pueden ser diferentes en cada cultura, grupo social, edad, o
región geográfica, dependiendo de lo que es propio de ese ambiente.

Ante todo, debemos obedecer el mandato de Cantar y gozarnos! Pero al mismo tiempo,
en lo referente a la música litúrgica, debemos someternos a nuestros obispos y
presbíteros, pues ellos son pastores.

El efecto de la modernidad

En la música, como en todas las cosas, toda novedad genera oportunidades e


inquietudes, miedos, rebeldías, etcétera...
Por ejemplo, cuando surgió el órgano de tubos, los templos estaban acostumbrados a
que solo el coro cantaba, los cantos gregoriano y polifónico eran lo normal, y muchas
iglesias rechazaron el uso del órgano por considerarlo demasiado “moderno” e
irreverente, y no lo permitían.
Eso mismo sucedió con el uso de la batería, la guitarra y el bajo eléctricos, el
sintetizador, etc… Solo que ahora el instrumento tradicional ya es el órgano.

Como usar la modernidad


Durante la Reforma de Lutero, sucedieron dos fenómenos que hicieron mas profundo el
efecto de este movimiento sobre los fieles:
La publicación de la Biblia traducida al alemán y reproducida en la imprenta,
recién inventada por Gutenberg.
La composición y proliferación de cantos populares con letras cristianas.
Los cantos eran compuestos con estilos populares, muchas veces tomando melodías
ya existentes y cambiándoles la letra, lo que los hacía mas accesibles y cantables para
todo la gente. (Ej.: Castillo Fuerte, de Martín Lucero, que era una canción de taberna)
Así, los fieles se sentían más identificados con esa expresión de fe que con aquella de
los cantos “incantables” de la polifonía, que además estaban en una lengua
desconocida. (el Latín).
Muchas de las deserciones que sufrió la Iglesia Católica en aquel entonces, fueron
promovidas por el hecho de que las recién nacidas iglesias de la reforma les ofrecían el
evangelio en su propia lengua y en su propia música. No es pues de extrañarse que la
gente se sintiera atraída a abrazar la fe de una manera mas vivencial o a protestar
contra la fe católica.

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Hasta nuestros días, nuestros hermanos separados utilizan muy sabiamente la Biblia y
la música para ganar almas para Cristo y para sus iglesias. Debemos reconocer en
ellos un genuino deseo de predicar a Cristo, y una verdadera dedicación en el uso de la
modernidad al servicio de la evangelización.
Nosotros como católicos debemos aprender de ellos, como dice San Pablo:
“Examinadlo todo y quedaos con lo bueno”.

Inculturación

Las tendencias musicales de la música son muchas, y la palabra clave para su buen
uso es LA INCULTURACION del Evangelio.

La inculturación del evangelio es la adaptación de las formas (no del contenido) en que
se proclama el evangelio a la cultura particular de un pueblo o de un grupo de
personas.

Algunos ejemplos de inculturación son la cristianización y uso de las fiestas populares


para adaptarlas a una fiesta cristiana. Los misioneros que llegaron a América sabían
muy bien esto, y por eso inventaron o adaptaron tantas expresiones como las posadas,
la piñata, las peregrinaciones con danzantes indígenas, el uso del Náhuatl para la
evangelización, etcétera.

La maestra de la inculturación fue María, que se apareció a Juan Diego y le habló en su


idioma, en el cerrito en donde se veneraba antes a una diosa. María de Guadalupe se
pintó en su propia ropa, sanó a su tío, y hasta tomo su color de piel, todo ello para
ganar su corazón y el de todos los habitantes del Anáhuac para Cristo. Por eso ella es
la Primera Evangelizadora de América.

Nosotros debemos pensar en esa inculturación cuando escogemos los estilos


musicales con los que vamos a expresar el Evangelio.

Elección de estilos musicales

Hay dos elementos principales para la elección de los estilos musicales a utilizar para la
evangelización: a) En cuanto al Grupo Social/Cultural y b) en cuanto al proceso de
acercamiento a Dios.

a) En cuanto al Grupo Social/Cultural


Es muy evidente que basándonos en la inculturación, la música que elijamos esta en
función del grupo social/cultural al que nos dirigimos.

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A manera de ejemplo:
Como hablarle a los ancianos de un asilo? Con un estilo musical tranquilo, cantos
populares antiguos y llenos de esperanza.
Como hablarles a los jóvenes de un barrio? Con un estilo musical movido, rapero,
cumbianchero, norteño, rockero, etcétera.

Los elementos que distinguen a un grupo social/cultural de otro son:

La edad (niños, adolescentes, jóvenes, adultos, ancianos)


La nacionalidad
El idioma
El grupo de origen racial (Hispanos, anglosajones, afroamericanos, etc…)
La formación educativa (básica, media, universitarios…)
La condición de su entorno (escuelas, barrios, cárceles, asilos, grupos
apostólicos, pandillas…)

En función de estos elementos, se forman las preferencias musicales de la gente, y


como todos sabemos, cada estilo se convierte en un lenguaje musical, que un grupo
entiende y que otros grupos no entienden. Este “lenguaje” ayuda a cada miembro del
grupo a identificarse con su grupo, a diferenciarse de los otros grupos, a tener su
“propia” identidad, a sentirse seguro, etcétera.

Por ello, aun sin haber escuchado la letra de un canto, el lenguaje musical puede
provocar total aceptación o total rechazo, en un grupo!!

Las palabras de San Pablo nos dicen que es lo que debemos de hacer: “Con los
gentiles me hice gentil, con los judíos me hice judío, para ganarlos a todos para Cristo”

Así pues, no le tengamos miedo a estilos musicales que no son nuestra “lengua
madre”, y tengamos en cuenta las palabras de San Pablo al dirigirnos a los diversos
grupos social/culturales.

b) En cuanto al proceso de acercamiento a Dios

Parte fundamental de la evangelización es “ir y HACER DISCIPULOS de Cristo”. Por


ello, la música no solo habla en el lenguaje musical “básico”, sino que va más allá,
educa en la fe y enseña a orar, porque la música es para “La Gloria de Dios y
santificación de los fieles”.

Por ello, la música de Taize (estilo meditativo, tranquilo, con letra sencilla y repetida) ha
tenido tanto impacto en los jóvenes, porque les lleva “mar adentro” en el encuentro con
Dios.

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Así pues, la elección de los estilos va, no solo en función del grupo social/cultural, sino
también en función del proceso de acercamiento a la presencia de Dios en el que les
vamos llevando.

En la charla “la música en la alabanza y la adoración”, distinguíamos tres “lugares” o


grados de acercamiento a la presencia de Dios:

a) Los Atrios: Era el lugar donde todos llegaban desde lejos, lugar de fiesta,
tamboril, pandero, danza… Es el primer punto de encuentro con Dios, y se
relaciona con la Alabanza: La expresión de amor con todo nuestro cuerpo.
NUESTRA ALABANZA DEBE SER ATRACTIVA!!, La música de Alabanza debe
ser fuerte, festiva, rítmica, sonora, bien tocada, rica en ritmos e instrumentos,
participativa, fácil de cantar, pegajosa, alegre. Y la letra debe proclamar a Dios
de manera vivencial, bíblica y litúrgica.

b) El Lugar Santo El pueblo de Dios entraba en conocimiento de su Señor por


medio de la Luz de su Palabra. El ambiente es de mayor recogimiento y
reflexión que en los atrios, estamos en un lugar interior, que se relaciona con la
mente: meditación de la Palabra, la oración mental y “el comienzo de la
Adoración”. Así como en la alabanza utilizábamos todo el cuerpo para expresar
nuestro amor a Dios, ahora nuestra mente expresa su amor a Dios meditando la
Palabra y adorándole principalmente con nuestra mente. El estilo musical a
escoger es mas tranquilo y reflexivo. La música debe invitarnos a profundizar, a
no quedarnos solo en lo exterior (lo corporal) sino a disponernos de corazón a ir
mas adentro en el encuentro con Dios.

c) El Santo de los Santos En este lugar del Templo estaba el arca de la Alianza,
era el lugar del encuentro “cara a cara”. El Santo de los Santos se relaciona con
nuestro espíritu, y con la Adoración y la Contemplación. Hemos caminado del
cuerpo a la mente y ahora caminamos de la mente al espíritu. El estilo musical a
escoger es muy sencillo, a veces se repite una misma frase sencilla una y otra
vez, porque en la adoración espiritual y “no hacen falta las palabras”. La música
puede ser con muy pocos instrumentos, o incluso a capella, y conviene que haya
silencios fecundos.

Al combinar los dos criterios, (por grupo social/cultural y por nivel de acercamiento)
logramos hablar el lenguaje del grupo y ayudamos a llevarlos más eficazmente a la
presencia de Dios. A manera de ejemplo, en el primer nivel acercamiento hay estilos
musicales como la cumbia, el rock pop, la zamba, la polka, el rap, la salsa, etc… La
elección dependerá de cual es el grupo social/cultural.

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Estilos propios e impropios
Todos sabemos que existen estilos musicales que son propios para una situación y
otros que no son propios para esa misma situación. Es obvio que el la cumbia o el rock
pesado no son propios para el “Lugar Santo” ni para el “Santo de los Santos”, porque
no tienen las características de mover a la adoración o a la contemplación. Sin
embargo, algo muy diferente es afirmar que un ritmo o estilo tiene una esencia
intrínsecamente maligna. Se ha hablado mucho de los peligros de ciertos estilos por
supuestamente contener una esencia intrínsecamente maligna. El rock pesado, es
objeto de un fuerte escrutinio y es muy poco aceptado en los ambientes cristianos por
esta razón.

Si vemos el Catecismo de la Iglesia Católica, pocas cosas son intrínsecamente malas,


en tanto que fueron creadas por Dios. (una planta de marihuana no es mala en si
misma, un aborto deliberado si lo es). Yo en lo personal no creo que un ritmo o estilo,
independientemente de la letra, pueda ser intrínsecamente maligno, pues implicaría
que una secuencia rítmica o una combinación de instrumentos son malos en si mismos,
cosa que no está prevista en el Catecismo ni en ningún lado.

No obstante lo anterior, debemos ver a los estilos musicales de origen secular, y


particularmente la música que ha nacido en un contexto anticristiano (o incluso
satánico) como veía San Pablo a la carne inmolada a los ídolos, en 1 Corintios 8 y 10.
Se trataba de carne que, habiendo sido sacrificada a los ídolos, se vendía después en
el mercado, pues eran muchos los sacrificios y ni modo de desperdiciar tanta carne.
Ibas al mercado y quizá sin saberlo, estabas comprando carne que había sido inmolada
a un ídolo. San Pablo, no lo reprobaba, pues “nada son los ídolos y solo existe Dios”, y
además si tú das gracias a Dios por lo que vas a comer, estas ofreciendo a él los
alimentos, y él los bendice y santifica.

Así decía San Pablo en 1 Cor 10, 23 ss: «Todo es lícito», mas no todo es conveniente.
«Todo es lícito», mas no todo edifica. Que nadie procure su propio interés, sino el de
los demás.

Comed todo lo que se vende en el mercado sin plantearos cuestiones de conciencia;


pues del Señor es la tierra y todo cuanto contiene. Si un infiel os invita y vosotros
aceptáis, comed todo lo que os presente sin plantearos cuestiones de conciencia.

Mas si alguien os dice: «Esto ha sido ofrecido en sacrificio (a los ídolos)», no lo comáis,
a causa del que lo advirtió y por motivos de conciencia.

No me refiero a tu conciencia, sino a la del otro; pues ¿cómo va a ser juzgada la


libertad de mi conciencia por una conciencia ajena?

Y también, en 1 Cor 8 4-13

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Ahora bien, respecto del comer lo sacrificado a los ídolos, sabemos que el ídolo no es
nada en el mundo y no hay más que un único Dios. Pues aun cuando se les dé el
nombre de dioses, …, para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre, del cual
proceden todas las cosas y para el cual somos; y un solo Señor, Jesucristo, por quien
son todas las cosas y por el cual somos nosotros.

Más no todos tienen este conocimiento. Pues algunos, acostumbrados hasta ahora al
ídolo, comen la carne como sacrificada a los ídolos, y su conciencia, que es débil, se
mancha.

No es ciertamente la comida lo que nos acercará a Dios. Ni somos menos porque no


comamos, ni somos más porque comamos. Pero tened cuidado que esa vuestra
libertad no sirva de tropiezo a los débiles. En efecto, si alguien te ve a ti, que tienes
conocimiento, sentado a la mesa en un templo de ídolos, ¿no se creerá autorizado por
su conciencia, que es débil, a comer de lo sacrificado a los ídolos?

Y por tu conocimiento se pierde el débil: ¡el hermano por quien murió Cristo! Y pecando
así contra vuestros hermanos, hiriendo su conciencia, que es débil, pecáis contra
Cristo. Por tanto, si un alimento causa escándalo a mi hermano, nunca comeré carne
para no dar escándalo a mi hermano.

Llevando esta reflexión de San Pablo a nuestro contexto, podemos decir, respecto de
los estilos musicales de origen mundano, más o menos lo siguiente:

“Pues algunos, acostumbrados hasta ahora al estilo musical, usan este estilo musical
como sacrificado a los ídolos, y su conciencia, que es débil, se mancha.

No es ciertamente el estilo musical lo que nos acercará a Dios. Ni somos menos porque
no lo usemos, ni somos más porque lo usemos. Pero tened cuidado que esa
vuestra libertad no sirva de tropiezo a los débiles. En efecto, si alguien te ve a ti, que
tienes conocimiento, participando de este estilo musical dedicado a los ídolos, ¿no se
creerá autorizado por su conciencia, que es débil, a escuchar música idólatra o
satánica?

Y por tu conocimiento se pierde el débil: ¡el hermano por quien murió Cristo! Y pecando
así contra vuestros hermanos, hiriendo su conciencia, que es débil, pecáis contra
Cristo. Por tanto, si un estilo musical causa escándalo a mi hermano, nunca usaré ese
estilo para no dar escándalo a mi hermano.

Federico Carranza
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Nivel Intermedio

Tema 3. Elementos y Fuentes de Composición

I. Repaso

En la charla de Fundamentos de Composición citábamos algunos pasajes de la Biblia


muy importantes:
Salmo 98, 1 Cantad a Yahveh un canto nuevo, porque ha hecho maravillas;

Salmo 96, 1 -4:


“Cantad a Yahveh un canto nuevo,
cantad a Yahveh, toda la tierra,
cantad a Yahveh, su nombre bendecid!

Salmo 33, 1 a 3:
Gritad de júbilo, justos, por Yahveh!,
de los rectos es propia la alabanza;
¡dad gracias a Yahveh con la cítara,
salmodiad para él al arpa de diez cuerdas;
cantadle un cantar nuevo,
tocad la mejor música en la aclamación!

Decíamos que el primer paso para la composición de un canto nuevo es


necesariamente la oración y la intimidad con Dios. El es quien pone en nosotros el
canto nuevo, como dice el Salmo 40, 4 “Puso en mi boca un canto nuevo, una
alabanza a nuestro Dios; muchos verán y temerán, y en Yahveh tendrán confianza”.

El segundo paso es el estudio de técnica musical, la formación doctrinal y el


conocimiento de las fuentes de composición.

II. Elementos y Fuentes de Composición

Nos referimos a “elementos” como aquellos aspectos que hacen que una composición
sea buena o mala desde el punto de vista literario, musical y espiritual. Como nos
enseña Juan Pablo II en su encíclica “Fides et Ratio”, la fe y la razón son las dos alas
con las que el espíritu del hombre vuela hacia Dios. Así pues, en los elementos de
composición de música para gloria de Dios y santificación de los fieles, intervienen la fe
y la razón, y deben estar armónicamente presentes en toda la composición, para que
tanto la fe como la razón participen de la alabanza a Dios.

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II.1 Elementos Literarios
Veamos los elementos literarios principales: Rima, métrica, cadencia, tiempo, sujeto.

Rima: Es la concordancia de terminación de las frases. La rima es uno de los


elementos que hacen que un texto sea prosa o sea verso. Nuestras letras no
necesariamente tienen que ser rimados, pero es conveniente. Un ejemplo de
rima:
Altísimo Señor
Que supiste juntar
A un tiempo en el altar
Ser cordero y pastor
Quisiera con fervor
Amar y recibir
A quien por mi
Quiso morir

Vemos que la rima no tiene que ser 100% perfecta, por ejemplo, “A quien por mí” no
aparece rimando con ninguna otra línea, pero no estorba a la conformación poética de
la canción.

Debemos evitar rimas repetitivas:

Tu en quien siempre creí


Hoy haz puesto tu mirada en mí
Y al experimentar esto que no merecí
Hoy me rindo ante ti
Tu amor infinito me ofreces aquí
Con calidos ojos me llamas así:
Ven a mí, ven a mí

El problema de esta “rima” es que se vuelve empalagosa y repetitiva, por lo que puede
distraer mas que inspirar.

Métrica: Es el uso de un mismo número de sílabas fonéticas en cada frase de la


letra. En el primer ejemplo de arriba, las primeras 6 líneas tienen 6 sílabas:
Al – ti – si – mo – Se – ñor (6 sílabas) ahora, bien, fonéticamente, también esta
línea tiene 6 sílabas: “A_un – tiem – po_en – el – al – tar En general, la métrica
es mas importante que la rima para componer canciones. La rima puede ser mas
libre o casual, y a veces darse y a veces no, pero la métrica es mas necesaria
para poder dar al canto la cadencia.

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Cadencia: La cadencia es el ritmo natural que tienen algunas frases. Para
entender el concepto de cadencia, vamos a imaginarnos a uno de esos políticos
que suelen hablar con mucha rimbombancia o “cadencia” en los discursos
públicos: por ejémplo:

“Ví va la Pa tria, com pa trio tas” (9 sílabas) tiene cadencia acentuando las letras
subrayadas.

Para hacer una canción con esa línea, tendrémos que encontrar otra línea que
tenga la misma cadencia.

Aunque tenga 9 sílabas, la frase “mi ca mi sa es co lor na ran ja” tiene una
cadencia distinta, porque las sílabas acentuadas son otras.

Ví va la Pa tria, com pa trio tas (se acentúan la 1, 4,6 y 8)


mi ca mi sa_es co lor na ran ja (se acentúan la 3, 6 y 8)

así pues, una frase con la misma cadencia a “viva la Patria” será por ejemplo:

“Quie ro fri jol es con ejótes” , porque se acentúan la 1, 4,6 y 8) y tiene la misma
cadencia que
“Ví va la Pa tria, com pa trio tas” (se acentúan la 1, 4,6 y 8)

Tiempo: Toda frase normalmente debe estar enmarcada en una referencia de


tiempo, esto es presente, pasado, futuro. Hay ciertas reglas que no debemos
romper al componer las frases, tratando de no cambiar el tiempo en que está
ubicado el canto: “Alabemos a Dios porque es bueno” todo está en tiempo
presente. Tambien podemos conjugar los tiempos: Por ejemplo, podemos decir
“Te alabaré porque tú me salvaste”, pero no podemos decir: “Yo te alababa
porque tú me salvarás”, porque se pierde el sentido de lo que queremos
expresar.

Sujeto: El sujeto se refiere al uso de referencias a la persona o personas: “yo,


tú, él, nosotros, vosotros, ustedes, ellos”. Normalmente en un canto no hay
cambios de sujeto, mas que uno o dos, ejemplo:

Cantemos al Señor, (nosotros),


Que bueno eres, Señor (tú)

No es correcto que cambiemos arbitrariamente de sujeto en medio de la


composición, porque se confunde el mensaje. Por ejemplo, no podemos decir:

“Alabemos al Señor porque me salvaste, alabenlo”

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Aquí hay 3 sujetos distintos “alabemos” (nosotros), me salvaste (tú), y alabenlo
(ustedes).

En ejemplo de un mal uso del sujeto o de cantos de sujeto erróneos es una


canción que dice:

“Alaba al Señor eternamente” (tú)


invoquenle para esperar salvación (ustedes)
cantad aleluya, cantad alelu (vosotros)
invoquenle, su nombre invocad (ustedes y luego vosotros)
alabemos al Señor (nosotros)

II.2 Elementos musicales:

Elementos musicales son el modo tonal, el tempo, el ritmo y el compás, todos ellos
dando una estructura a la línea melódica.

Modo tonal: Se refiere a si el canto es en acordes menores o mayores. El modo


tonal determina el carácter musical del canto, porque los modos evocan ciertos
sentimientos o ambientes que pueden ser propicios para el mensaje de la letra.
Por ejemplo, una secuencia de acordes Mim, Re, Do, Si 7 crea una cierta
sensación, diferente a la sensación que se crea con una secuencia de acordes
La, Re, Mi. La primera secuencia es mas propia para expresar cierto mensaje, la
segunda para expresar otro. La segunda secuencia podria usarse para un canto
alegre, un canto infantíl, celebrativo, etc… pero no podria usarse para un canto
funerario.
Tempo: Allegro, andante, largo, etc… suelen ser nombres para darle a la
velocidad en que un canto se entona. En general, metrónomo en mano, los
rangos de tempo son los siguientes:

o Prestissimo 200 (tic/seg)


o Presto 180
o Allegro 120 - 160
o Moderato 110
o Andante 80 - 100
o Adagio 70
o Larghetto 60
o Largo 50

Ritmo y compás: Los tipos de compas se refieren al número de notas negritas


que hay en un compas: 4/4, 3/4, 2/4. Por ejemplo, si para seguir un canto
debemos decir “undostres,undostres” pues claramente es un 3/4, como por
ejemplo un vals. Si decimos “undos, undos” entonces es 2/4, como una marcha.

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Al igual que el modo tonal, cada ritmo provoca sensaciones diferentes y puede
ser adecuado para ciertos mensajes y para otros no.

II.3 Elementos y fuentes espirituales


La parte mas importante de nuestra composición es que el canto tenga elementos y
fuentes espirituales, que sea en otras palabras, inspirado por la moción del Espíritu
Santo en nosotros. Elementos espirituales de un canto son la unción, el poder y la
gracia. Cuando un canto tiene estos elementos, quien canta con él o lo escucha es
tocado en su espiritu, y siente el impulso de acercarse a Dios.

En la charla de fundamentos de composición deciamos que hay 3 fuentes de


composición principales, en cuanto a la letra:

1) Los Salmos e himnos de la Biblia


2) los himnos y poemas de la liturgia y de la tradición de la Iglesia y de los santos
3) las palabras que nacen de nuestra propia inspiración personal

Entre mas conozcamos y escudriñemos las escrituras, los salmos, los libros litúrgicos y
los escritos y poemas de los santos, mas nos impregnamos del espíritu de oración y
gratitud de la Iglesia, y enriquecemos nuestras fuentes, lo cual hace que nuestra
composición tenga unción, poder y gracia. Decíamos que debemos privilegiar las
fuentes probadas (las 1 y 2 de arriba) y si hacemos un canto de nuestra propia
inspiración, debemos someter el texto a una revisión cuidadosa.

Al estudiar los escritos de la biblia, o la liturgia o los escritos de los santos, debemos
orar con ellos, y apropiarnos la experiencia que allí se manifiesta. Recuerdo que al
componer música para los poemas de San Juan de la Cruz, algo que me detenía era el
temor a tratar de expresar algo que yo nunca había sentido. En oración le pedí al
Señor, por intercesión de San Juan, que me permitiera experimentar aquello que inspiró
a San Juan a componer tan hermosos poemas, y fui descubriendo que en mi propia
experiencia de oración carismática yo tambien había tenido momentos de gracia, de
contemplación, de “volar alto”, y tambien había tenido “noches oscuras”. Esto me
permitió componer con confianza, al saber que no estaba narrando algo ajeno a mi
mismo.

Por ejemplo, cuando leamos el Salmo 51 (Miserere) para ponerle música, no pensemos
solamente en David y su pecado (el adulterio con Betsabé y la muerte de Urías) sino
pensemos en nuestro propio pecado, y oremos, oremos mucho, y ya desde esa actitud
de arrepentimiento, humillación y oración, hagamos la música para el Salmo. Así la
música tendrá unción.

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Es importante, al estudiar un escrito espiritual, compenetrarnos del texto y del contexto,
esto es, no solo lo que dice la lectura “Elí, Elí, lema sabactaní”, pues nos podemos
equivocar en nuestra interpretación: “Está llamando a Elías”. Debemos ser fieles a las
fuentes de lo que leemos, pero tambien podemos ponerle de nuestras propias palabras,
pero SOLO SI ENTENDEMOS BIEN EL CONTEXTO!!! De otro modo podemos estar
distorsionando el mensaje.

Al tratar de componer sobre los escritos de un Santo, es importante HACERNOS


AMIGOS DEL SANTO. Conocer la situación histórica, los testimonios de su vida, todo
su entorno, para comprender cual era la situación humana y espiritual que le llevó a
escribir aquello. Y sobre todo, IMITARLE!!! Para eso nos lo dio la Iglesia, no para
prenderle velitas o ponerlo de cabeza (como suelen hacer las muchachas con San
Antonio) sino sobre todo y primeramente, para tener su ejemplo, imitarle y contar con su
intercesión.

Oremos: Señor, te pedimos que inspires muchos cantos llenos de unción, de poder y
de gracia para que te demos Gloria, para expresarte nuestro amor y para hermosear a
tu Iglesia con joyas y perlas de alabanza y adoración. Que por medio de nuestros
cantos se restaure el templo espiritual y todo tu pueblo sea santificado y te ame mas y
mas cada dia.
Amén

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Nivel Intermedio

Tema 4. Taller de Composición Intermedio

I. Repaso

Ya vimos que nuestra preparación comienza con ORACION y ESTUDIO, según se


menciona en las charlas de composición y en el taller de composición del nivel básico.

En el taller del nivel básico vimos un método que constaba de los siguientes pasos:

1. Oramos
2. Escogemos un tema:
3. Estudiamos y oramos sobre el Texto y el Contexto:
4. Versificamos el Texto y Contexto
5. Pulimos el texto versificado
6. Le damos la Cadencia y Ritmo
7. Escogemos el modo musical
8. Ponemos la línea melódica

A esto último habría que agregar la fase de “probar el canto”, que es presentarlo a
nuestros hermanos de comunidad, a nuestros amigos en Cristo, y escuchar sus
comentarios y críticas. Todo canto puede volver a pulirse mas, perfeccionarse, o
incluso desecharse y cambiarse por otro, si no tiene el efecto que queremos.

Hoy vamos a ejercitar un método mas “libre y espontáneo” para componer. Está basado
en la dinámica del canto inspirado. Te recomiendo que antes de hacer este taller des
una hojeada rápida al tema del Canto Inspirado que viene en el Nivel Básico.

II. Oración

Oremos:
Padre celestial, somos tus hijos amados, y sabemos que nos amas entrañablemente.
Haz que aprendamos el lenguaje de los ángeles y santos, el idioma del cielo, que es la
alabanza y la adoración por medio del canto.

Abre mis labios Señor, y mi boca proclamará tu alabanza. Mi lengua es la pluma de un


escriba veloz, y voy a cantar, voy a salmodiar. Despierta alma mía, despertad, arpa y
cítara!!
Amén

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III. Dinámica de Canto Inspirado e Improvisación en el Espíritu

Hemos estudiado a los levitas y cantores, y a aquellos que profetizaban cantando, pues
tenían ese don de Dios. Ellos eran conocedores de la ley, estudiosos consagrados al
servicio del templo, hombres santos. Nosotros podemos hacer de nuestra oración una
experiencia como la de esos hombres, y cantar al Señor libremente en el Espíritu. Esta
experiencia es muy familiar para quienes vienen de un contexto de espiritualidad
carismática, pero para quienes no puede ser difícil de entender.

Hoy vamos a dedicar un tiempo a vivir esta dinámica, porque es una de las fuentes mas
poderosas y eficaces de la composición. Te invito a hacer esta dinámica en un
ambiente de oración y libertad.

III.1 Hagámonos como niños: Muchas veces nos han dicho que nosotros, por mas
que demos gloria a Dios, no aumentamos su Gloria ni un ápice, porque la gloria de Dios
no depende de que nosotros se la demos o no. Eso dicen los teólogos. Pero Jesús, en
el evangelio, dice algo muy diferente: El dice: “Mi Padre ENCUENTRA SU GLORIA en
Ustedes, en que Ustedes den fruto.”… Esto quizá no les guste a los teólogos, pero nos
gusta a los místicos, porque Dios se comporta como un Papá amoroso, que tiene
muchos siervos grandes y poderosos (los arcángeles, querubines, serafines y ángeles)
y nos tiene a nosotros, sus hijos pequeños…

Así pues, cierra tus ojos e imagínate una gran sala, llena de gloria y esplendor, donde
cada uno de estos grandes siervos excelsos da gloria a Dios…

“¡Gloria, Gloria, Gloria!” Dicen sin cesar los ángeles y arcángeles, los querubines y
serafines, y presentan ante Dios Padre sus grandes hazañas, sus hechos portentosos y
sus grandes milagros realizados en su honor.

Dios Padre, sin embargo, por alguna extraña razón “no encuentra en ellos su gloria”!
Los teólogos no se explican que pasa, pues al parecer Dios dejó extraviada su gloria en
alguna parte del universo, y la esta buscando, pero no la encuentra en las proclamas de
los ángeles…

Pero de pronto entra a la gran sala un niño pequeño, llevando en la mano una hoja con
un garabato pintado. Es el dibujo de un niño tomado de la mano de su Papá. Ese niño
eres tú, y tu Papá es Dios. Dios Padre se levanta de su trono y se pone de rodillas para
poderte ver cara a cara a tu estatura, y pide a los ángeles que guarden un poco de
silencio para escuchar lo que le vienes a decirle y ver lo que vienes a mostrarle.
Entonces le dices:

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“Papá, hice este dibujo para ti, mira: este eres tú, y este soy yo, y vamos de la mano.
Ah!, y también te quiero cantar una canción que hice para ti.…”

Y Dios Padre, ENCUENTRA SU GLORIA en ti, como un papá que se enorgullece de


los garabatos del hijo más pequeño, y no se fija tanto en las grandes obras de los hijos
mayores. Dios Padre, lleno de orgullo paternal, pide entonces a todas las huestes
celestiales que guarden total silencio y escuchen con atención la canción que SU HIJO,
el MAS PEQUEÑO, hizo para Él. Y tú comienzas a cantar.

III.2 Cántale con amor: No te pongas nervioso, no importa si lo que le cantas es feo o
desafinado a los oídos de los hombres, ¡Cántale libremente lo que brote de tu corazón!!
Dios Padre esta escuchándote, y ENCUENTRA SU GLORIA en ti. Si lo que le cantas
no tiene mucho sentido o se oye desarticulado tampoco importa, porque Él se llena de
ternura con lo que le ha venido a cantar su hijito pequeño. Es mas, no te conviene
pretender sonar demasiado elegante o rimbombante, porque entonces le estarías
cantando ya como un “hijo grande”, un Beethoven o un Mozart… Y dejarías de tener los
privilegios del hijo pequeñito.
Simplemente coge tu guitarra o tu pandero o las palmas de tus manos y cántale lo que
te brote del corazón, dile que lo amas, díselo sin temor, y llámale Abba, papito, papá, y
abrázalo con tu corazón, y salta, y danza, si quieres.

III.3 Haz una “plana” de “Te Amo”: No se como se diga en otros países, en México
se dice “plana” a una hoja que en el kínder te dejan hacer de tarea, donde pones
muchas veces una frase, para ejercitar tu letra. Haz una de estas planas en tu
cuaderno de oración, (supongo que tienes uno, si no lo tienes, comienza uno ahora)
ponle “Te amo, te amo, te amo…” y llena una media página o una página completa. Y
cada vez que escribas “te amo” díselo en voz bajita. Yo tengo docenas de estas planas
en mis cuadernos de oración. No se lo enseñes a nadie, porque van a creer que estás
loco, pero ten en cuenta que todos los ángeles y santos ven tu cuaderno, porque Dios
Padre se los muestra lleno de orgullo diciendo: “Miren! Mi hijo, el mas pequeño me ama
y ya sabe escribir para mí!!!”

III.4 Escribe lo que quieras: Ya que ejercitaste tu caligrafía del idioma del cielo, y que
todos los ángeles y santos están leyendo lo que escribes por mandato de Dios Padre,
escríbele y cántale una canción, o un poema o un cuento, o hazle un dibujo, o talla en
mármol una “Pietá”, o pinta una última cena, o componle una sinfonía, o una danza, o
escribe un libro. Eso sí, hazlo siempre diciendo por dentro “te amo”, como un niño
pequeño, y termina con una oración.

IV. Ahora Qué?

Si ya terminaste tu canción, tu poema o lo que le hayas hecho a Dios Padre, puedes


cantarle otro rato, puedes jugar o puedes escribirle otra canción, o ponerle a tu canción

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otra música, o hacer una canción de tu plana de “Te amo”, el taller ya terminó, es la
hora del recreo. Y no lo olvides: Dios Padre ENCUENTRA SU GLORIA en ti, en que tú
le cantes y le digas que lo amas, y en que des fruto.

V. Conclusión

Muchas personas creen que para componer al Señor se requiere una capacidad
humana súper especial. Yo soy testigo de que no es así. Tengo hermanos en mi
comunidad que han compuesto canciones en medio de una asamblea de oración, tan
hermosas! Y luego ya no han compuesto más canciones nunca mas, lo que me
demuestra que no tienen una capacidad humana especial, sino que, llenos del Espíritu
proclamaron en ese momento la obra de Dios.

Fíjate en el Canto Inspirado de María: “Proclama mi alma la grandeza del Señor, y se


alegra mi espíritu en Dios mi Salvador…”. María no se puso a componer ese canto
cuidadosamente en el camino a la casa de Isabel, no estuvo estudiando las rimas o las
métricas, simplemente cantó con el corazón, llena del Espíritu Santo, al recibir el saludo
de Isabel, y el canto que brotó fue tan hermoso que San Lucas lo recogió en el
Evangelio, y las palabras de María son Palabra de Dios!!!. Claro, María conocía las
escrituras, la prueba de ello es que sabía las promesas mesiánicas y sabía que Dios
favorece a los humildes y a los pobres los colma de bienes… De toda esta “Lectio
Divina” que María había hecho anteriormente estaba impregnado su pensamiento y su
corazón cuando cantó el Magníficat. Por eso, nuestros cantos mas hermosos brotarán
espontáneamente de estos momentos de oración, llenos del Espíritu Santo y serán los
cantos que toquen mas corazones.

Nuestros cantos no son “palabra de Dios”, a menos que sean textualmente tomados de
las sagradas escrituras, no te tomes tan en serio tus propias composiciones, si alguien
te sugiere algún cambio, escucha con humildad y acepta lo que sea para mejorar. Por
sobre todas las cosas, haz todo por amor.

Amen

Federico Carranza

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Nivel Intermedio

Tema 5. Sonorización: Instalación y Operación


Introducción, por Federico Carranza:
En el curso básico hablamos de la verdadera importancia que tiene el equipo de sonido
en cualquier tipo de actividades que realizamos en nuestras comunidades, iglesias,
parroquias, etc. He pedido a Carlos Borrego, que ha sido nuestro ingeniero de audio y
ha grabado nuestras producciones desde hace casi 10 años, (además de sonorizar y
producir muchos eventos religiosos y seculares), que preparara esta charla, desde su
propia experiencia. Para mi es un honor presentarles a Carlos como gran amigo,
colaborador y miembro de tiempo completo del equipo de Corazón de Arpa
Producciones, (ahora Jésed, Ministerio de Música). (Nota: Carlos Borrego ya no está
trabajando con nosotros). A continuación los dejo con Carlos Borrego:

1. Importancia del equipo de audio:


El otro día estaba viendo la película “Gladiador” y me percaté de algo muy chistoso para
mí (que me dedico al audio al 100%): En el coliseo romano, mientras hablaba el Cesar
o las autoridades ante la muchedumbre (que a la vista eran muchísimos) ellos hablaban
fuerte y curiosamente todos le escuchaban claramente. ¡Ni en sueños seria lógicamente
posible que todos escucharan en forma clara y precisa lo que la persona estaba
diciendo!, pero claro, todo puede pasar en las películas.

Esto no pasa en la vida real; si estuviéramos presentando un concierto en un estadio de


fútbol, creanme, sin equipo de sonido el concierto seria un fracaso. Por eso debemos de
aprender como sonorizar un lugar, como instalar las bocinas y cómo operar el sonido
durante la actividad que realizamos.

2. ¿Quién es el responsable de que se oiga bien?


La responsabilidad de que la comunicación sea efectiva la comparten, tanto la persona
que está parada dando el mensaje, ya sea músico, grupo, coro, sacerdote, como
también la persona que instala y opera el sonido. Si un coro está cantando como los
ángeles, afinados, con notas preciosas, tocando sus instrumentos en forma majestral,
pero no se oye bien, o el sonido está mal regulado, entonces difícilmente la gente
entenderá el mensaje, y difícilmente saldrá bendecida de eso. Igualmente, si alguien
opera el sonido en forma perfecta pero sonorizando a un cantante totalmente
desafinado o un coro con la guitarra desafinada, se oirá muy mal.

Recordemos que las cosas que se hagamos para nuestro Dios y su Pueblo la Iglesia
debemos hacerlas bien, como dice el Salmo: “Tocad la mejor música en la aclamación”.

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Ya que entendemos la importancia del sonido para los coros, grupos, obras de teatros,
conferencias, misas, etc. dentro de nuestro ambiente religioso, veamos que debemos
tomar en cuenta para la sonorización adecuada:

3. Las Bocinas y el eco:


Siempre procura usar o tener bocinas medianas (una bocina que tenga su agudo y su
bocina de 12 o 15” y que sean varias. No te recomiendo que adquieras bocinas de
subwoofers o graves (cajones con bocinas de 18”); normalmente no se necesitan;
inclusive si sonorizas bajo eléctrico y batería, lo mejor es comprar bocinas medianas
que se puedan poner en pedestales para que puedan estar en alto y así cubrir mas
áreas con menos cantidad de volumen.

Antes de realizar la instalación debes de analizar el lugar detenidamente, debes de


checar cuanto eco tiene el lugar. Eso se puede comprobar aplaudiendo una vez, de esa
manera te vas a dar cuenta que tanta longitud tiene el eco en el lugar y sabrás también
que tipo de frecuencia (ya sea agudo, medio o grave) es el que predomina en el lugar.

Una vez analizado el eco, debes de ver cual es la forma más conveniente para
acomodar las bocinas, tratando de que el sonido sea distribuido en forma equitativa.
Procura que el sonido pueda llegar a cada parte del lugar sin interferencias: columnas,
curvas en el lugar, recintos con varias secciones, lugares con gradas, etc. Ponte en
contacto con el encargado del evento, misa, conferencia, etc. para cualquier duda.
Ponte de acuerdo con él y procura explicarle donde piensas ubicar el equipo, para evitar
que después de haber instalado todo te pidan que lo cambies de lugar!

Siempre busca un punto donde quieres que llegue el sonido: por ejemplo en una iglesia
donde hay un pasillo en medio y bancas a los lados, busca el centro de uno de esos
lados, tanto de lo largo como de lo ancho y dirige la bocina a ese punto, de la manera
mas “equitativa” posible, y si tienes mas de dos bocinas (que es lo mas conveniente)
distribúyelas dos enfrente (entre el expositor o músico, etc. y la gente) y otras dos en
medio del lugar. Así tendrás menos problemas con los ecos de las iglesias, gimnasios,
etc.

4. Coordinación con otras instalaciones:


También debes de coordinarte con personas (si existen) que vayan a instalar
iluminación, pantallas de video, inclusive arreglos florales, etc. etc. para que no
obstruyan jamás las bocinas, se los comento porque me ha pasado muchísimas veces,
que me han puesto pantallas de proyección de video frente a las bocinas (pensando la
gente que el sonido va a “atravesar la pantalla”) o inclusive le quieren colgar cartelones,
en fin, esto lo único que provoca es cancelación o rebote del sonido, y eso es GRANDE
PROBLEMA!!!

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5. ¡¡Monitores, monitores, monitores!!:
Una vez instaladas las bocinas, la mezcladora y todo lo demás, debemos de ubicar los
monitores. He sido testigo de muchos conciertos, presentaciones, etc. que han
fracasado por falta de monitores, o por monitores mal operados. Créanme: Es MUUUY
probable que si un coro no se escucha a sí mismo cantará mal, y si solo escucha el
“rebote de la sala” cantará peor, porque el rebote los va a desorientar. Si ese mismo
coro canta escuchándose bien a sí mismos, sabrán entonces cómo están cantando y
tendrán una mejor referencia para afinarse y ponerse a tiempo unos con otros. ESO ES
UN HECHO!!.

Los monitores se deben de colocar en el piso frente o a un lado de la (s) persona que
cantan y tocan(s) y deben de llevar una inclinación hacia arriba ligeramente (esa
inclinación viene comúnmente en los monitores de piso diseñados para eso), siempre
teniendo cuidado de que los micrófonos no apunten nunca directamente hacia un
monitor de piso, para evitar una retroalimentación mejor conocida como “feedback” o
“vicio”……..

Por cierto, como una vez dijo un gran hermano mío….. ¿Sabían que los operadores o
ingenieros en audio siempre debemos de luchar y tratar de vencer el vicio? .....
jejeje…es solo para ver si me están siguiendo con la misma atención que en el
principio.

Muchas mezcladoras permiten dos salidas auxiliares “Aux 1 y Aux2”. Te recomiendo un


monitor para el baterista y bajista, conectado a la mezcla “Aux 2” además de los
monitores para los cantantes con la mezcla “Aux 1”. Así, puedes darle una mezcla
diferente a lo que va a escuchar el baterista y bajista, respecto de lo que van a escuchar
los cantantes.

6. Sound Check:
Una vez que han sido conectados los monitores y las bocinas, debemos de confirmar
que todas las bocinas realmente están funcionando correctamente, sin fallas de
interrupción de sonido, porque si llega a existir un falso contacto puede suceder
exactamente lo mismo que con la corriente eléctrica, cuando hay un falso, la corriente o
la señal empiezan a variar mucho, por consiguiente hay una sobrecarga de energía,
empieza a haber un sobrecalentamiento en el cableado y en éste caso también en la
bocina y amplificador hasta que se genera el corto que dañará el equipo.

Ya que haz verificado el buen funcionamiento de las bocinas, debes checar micrófonos
y cables de instrumento, y ojo en esto: Alguna vez les ha pasado que, piensan que todo
está listo y a la hora de empezar a cantar te das cuenta de que tu micrófono no
funciona??? ¡Y todo porque no lo probaron antes de empezar!!!

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Finalmente, haz el sound check con el grupo cantando, para regular la mezcla
debidamente y con anticipación. Recuerda que un salón sin gente tiene más eco que el
mismo salón lleno de gente. Siempre que sea posible, toma el tiempo necesario para el
sound check del grupo antes de que llegue la gente.

7. Regulación de la mezcla
Regular no significa subir los volúmenes de los instrumentos y voces y ya se escuchó,
NO, regular significa simplemente eso, regular los niveles de instrumentos y voces para
que no hayan volúmenes excesivos y todo tenga armonía entre si; puede pasar que, si
tu novia, hermana, amiga es la que canta en el coro es a la que le subes mas de
volumen, y créeme, suele suceder, en ocasiones hay favoritismo a ese respecto y
terminas regulando sin objetividad. Cuando tú regules o sonorices toma en cuenta algo
muy importante: Siempre regula de tal modo que las voces, reguladas en forma
equitativa, siempre estén más fuerte que los instrumentos.
Recuerda que los instrumentos no dan el mensaje de Dios sino la voz, por eso siempre
ten presente que los instrumentos dan la armonía y colorido a la voz, pero al final de
cuentas lo que la voz hace es predicar la palabra de Dios por medio del canto y por lo
tanto se debe de entender el mensaje, eso lo aprendí con el paso del tiempo y créeme,
eso es lo mas importante de nuestro trabajo como ingenieros.

Te recomiendo comenzar regulando primero la batería, luego los instrumentos, luego


las voces y terminar con todo completo. Para eso necesitas de mucha colaboración y
coordinación con los diferentes miembros del grupo. Habla con su líder para que vayan
estando disponibles a medida que se van requiriendo y no hagan bulla.

8. Elementos de Respaldo:
Ten a la mano un par de cables de micrófono y de instrumento previamente probados
también para poderlo cambiar si te falla uno durante el evento. Ten también a la mano,
si se puede, una guitarra de reemplazo por si se revienta una cuerda en medio del
evento!!
Es como salir a carretera, tienes que llevar llanta de refacción!!! Como dice el dicho….
“el show debe continuar” y nosotros somos responsables de que todo funcione.

9. Comentarios finales:
Para terminar éste nivel de audio medio solo les quiero decir lo siguiente:
Como se dijo en el nivel básico, “El sonido es un servicio muy ingrato en nuestros
ambientes de apostolado, y requiere de una especial abnegación y dedicación,
tolerancia a la crítica, responsabilidad y fidelidad:
• El servicio del sonido solo llama la atención cuando se escucha mal, cuando se vicia
un micrófono, etc… Cuando sale todo bien nadie se da cuenta de que dimos un buen
servicio.

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• Cargar y descargar el equipo, instalarlo, regularlo, todo ello es un apostolado muy
pesado, requiere llegar antes que todos e irse después de que todos se han ido.
• Es cansado y no suele ser reconocido.

Muchas veces solo te toca recibir críticas, pocas veces elogios…..”Pero” cuando tus
ojos ven que un hermano es tocado por el trabajo del o los hermanos y por TU trabajo,
no sabes el gozo y la satisfacción que siente tu corazón, y eso, es tu mejor recompensa
por parte del Señor, eso…… no tiene precio y es tu mejor reconocimiento.

Piénsalo y veras que no me equivoco, si ya te pasó, lo entenderás, pero si aún no lo


has sentido, no te preocupes, ya lo verás.

Dios te bendiga.

Ing. José Carlos Borrego Gzz.

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Nivel Intermedio
Tema 6. Fundamentos de Producción de Música Católica
Por Federico Carranza, Hugo Oviedo, Ana de Carranza

I. Principios Espirituales:

(Federico) En esta charla entramos al primero de los temas en el terreno de la


producción, promoción y distribución de música católica, aspectos aparentemente
menos espirituales y mas materiales de nuestro servicio a Dios en la música.
Entendemos por producción todo lo necesario para hacer un álbum (un disco compacto
o casete) con música y reproducirlo masivamente. Para mi es un honor invitar a
participar en la realización de esta charla a mi hermano Hugo.

(Hugo) Hola Hermanos, mi nombre es Hugo Oviedo, formo parte del equipo de
producción musical de Jésed Ministerio de Música, S.C., y por invitación de Federico
participo en esta charla con los aspectos de la producción musical.

(Federico) Muchas veces pensamos que cuando se trata de realizar un proyecto con
implicaciones materiales o económicas debemos seguir más los criterios de las
empresas del mundo, y dejar a un lado los criterios de Dios, porque los criterios de Dios
son de otra “esfera de aplicación”.

Sin embargo, la producción, promoción y distribución de música católica, deben


realizarse con los mismos principios espirituales que cualquier otra actividad del Reino
de Dios, porque somos personas íntegras, que en todas las esferas de nuestra vida
aplicamos los mismos principios. Además, estas cosas son PROFUNDAMENTE
ESPIRITUALES, y en ellas hay también necesidad de la gracia, unción y sabiduría de
Dios, como la hay en la composición, el canto inspirado y los demás aspectos de
nuestro apostolado.

Dice el Salmo 1:
¡Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos,
ni en la senda de los pecadores se detiene,
ni en el banco de los burlones se sienta,

más se complace en la ley de Yahveh,


su ley susurra día y noche!

Es como un árbol plantado


junto a corrientes de agua,
que da a su tiempo el fruto,

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y jamás se amustia su follaje;
todo lo que hace sale bien.

No seguir el consejo de los impíos: Nunca debemos usar criterios mundanos para
nuestro quehacer cristiano. Podemos usar los recursos y técnicas modernas de
producción, promoción, distribución, pero jamás debemos seguir los consejos impíos
de la voracidad, la competencia desleal, el egoísmo, que muchas veces domina a las
empresas del mundo.

Ser como un árbol plantado junto a corrientes de agua: Si estamos injertados en


Cristo, somos como el sarmiento unido a la vid, o como ese árbol, que nuestras raíces
están junto a corrientes de agua, nutriéndonos continuamente. El agua es la gracia de
Dios que recibimos por medio de la oración, la vida sacramental, la lectura de la
Palabra de Dios, la vida en comunidad, que son nuestras raíces.

El fruto a su tiempo: Si nuestra vida espiritual tiene raíces profundas, daremos el fruto
que Dios quiere, y nuestro follaje no se amustiará. Esto es muy importante: dar fruto “a
su tiempo” significa no pretender dar fruto antes ni después, y no querer dar ni mas ni
menos que el fruto que Dios quiere.

Algunas personas se cargan demasiado de actividades y proyectos, de manera


desproporcionada a sus raíces espirituales, ¡como si de ellos dependiera dar más frutos
que los que Dios mismo quiere! Son como árboles demasiado cargados de ramas y
frutos. Los frutos corren el riesgo de ser desabridos, porque el árbol no recibe la savia
espiritual (la unción) que requiere, y ante una tribulación, como un viento fuerte, aquel
árbol corre el peligro de desenraizarse y caer. Lamentablemente esas personas corren
ese peligro: De pronto se hartan de tanta actividad y proyectos y avientan todo, y a
veces incluso se alejan de Dios. ¡Y grande es la ruina de aquel árbol!

Nuestro proyecto de producción debe entonces ser acompañado primeramente de


profundas raíces: oración, sacramentos, lectura bíblica y vida en comunidad.

La Poda: Dice Jesús: “Mi padre es el viñador… todo el que da fruto, mi Padre lo poda,
para que de mas fruto”… A veces Dios poda el árbol, cortando de nosotros proyectos y
actividades que nos están cargando demasiado. El árbol podado aparece truncado,
mutilado y feo, pelón, sin hojas ni flores ni frutos. Así queda nuestra vida, a la vista de
los hombres, cuando Dios nos poda. Pero las raíces, que están en lo secreto, Dios
nunca las poda: Nuestra vida interior, el amor y ternura que Dios nos tiene y su nutrición
espiritual nunca dejan de alimentarnos.

Las Flores antes que los frutos: Todo árbol antes de dar frutos da flores. Las flores son
esos grandes sueños que tenemos a veces, donde por amor quisiéramos ofrecerle a
Dios proyectos maravillosos; Yo tengo muchos sueños: Un canal de TV católico, una

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estación de radio, una escuela de músicos católicos, cientos y cientos de nuevas
canciones, un súper estudio de grabación y producción, ¡videos de música católica!, un
festival donde asistan cientos de miles de personas, películas de las vidas de los
santos… Seguro todos tenemos sueños, porque amamos a Dios, y de nuestro amor
surgen estos sueños, como flores.
Es importante ofrecer a Dios esas flores, con la confianza de un enamorado que ofrece
la luna y las estrellas (¡imposibles!) a su amada. Son expresiones del amor que le
tenemos a Dios, y en ese sentido, como Santa Teresita, hay que “arrojar flores a Dios”,
con estos sueños, y ¡no aferrarnos a ellos, sino entregárselos a Dios!

Recuerdo que un día Dios me dijo en mi oración: “Pon tus sueños en mi corazón, y yo
pondré en tu corazón mis sueños”. Esto significa, entregarle a Dios nuestros sueños,
poniéndolos en su corazón como una ofrenda, y recibir en nuestro corazón los “sueños
y anhelos” de Dios, que son su plan perfecto para nuestras vidas y para la Iglesia.

Ya que el árbol se ha llenado de flores, viene el momento de que de pronto, de manera


a veces inesperada y misteriosa, algunas de esas flores reciben el don de la fecundidad
espiritual de Dios, y sin que nosotros sepamos como, se transforman en frutos, y llegan
a superar aun nuestros mas elevados sueños de servir a Dios que hayamos tenido.

Los frutos son alimento: Es lamentable ver un árbol lleno de frutos podridos, le pesan
tanto y se echan a perder porque el árbol no ha “entregado” los frutos. Dios, el buen
jardinero, no quiere que nos quedemos con los frutos como si fueran nuestros, sino que
los demos generosamente a los demás para que sirvan de alimento. El árbol egoísta
sería aquel que “no suelta los frutos”, se aferra a ellos como si fueran su patrimonio
personal. Al hacer una producción católica debemos tener la disposición de entregarla
generosamente a la Iglesia, haciéndola accesible a todos, responsablemente, sin por
ello despilfarrarla o regalarla con temeridad.

II. Planeación y Roles de la producción

La producción de la música debe comenzar con mucha oración y planeación. Para


poder hacer una buena planeación conviene comenzar con el fin en mente, saber a
donde queremos llegar y como queremos que suene lo que estamos haciendo:

Los pasos a seguir suelen ser los siguientes (Federico y Hugo):

1. Selección de Cantos, (pedir permisos si es necesario)


2. Grabación de un boceto o “draft”
3. Planeación conceptual de los Arreglos Musicales
4. Grabación.
5. Mezcla y Masterización

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6. Diseño de la portada
7. Pruebas de color de la portada
8. Maquila

También conviene saber de antemano quien va a hacer que cosas. Los principales
roles son los siguientes:

Productor ejecutivo:
Conviene establecer un responsable de la producción “productor ejecutivo” que se haga
cargo de realizar un plan de requerimientos y utilización de los 3 elementos que
conforman la producción:

a) Requerimientos de Tiempo (Calendario)


b) Requerimientos de Recursos humanos y materiales (lista de músicos, cantantes,
etc.…)
c) Requerimientos económicos (Presupuesto)

Estos 3 aspectos se conjugan y son como tres patas de una mesa. Si necesitas hacer
algo en poco tiempo necesitas mas dinero, si necesitas hacerlo con menos dinero
necesitas mas recursos humanos, etcétera… El productor ejecutivo debe tener acceso
a estos recursos y los va administrando para lograr la producción.

Productor Artístico o Arreglista:


Suele ser un músico con creatividad que puede pensar en los arreglos y estilo que va a
llevar cada canto, y en que orden se deben ir grabando los instrumentos, como deben
sonar, etcétera…

Diseñador:
Es la persona que se encarga de diseñar la portada, la rueda y todo lo que lleve
impreso la cajita del CD o del Casete.

Director Musical
Cuando hay mucha gente participando en un disco o el arreglista no pertenece al grupo
musical que está grabando, el director musical apoya al arreglista en los ensayos, la
organización y la elaboración de los arreglos. El es el puente entre el productor musical
y los músicos que van a tocar los arreglos si hace falta.

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Realización de la Producción

1. Selección de Cantos, (pedir permisos si es necesario)

Para la selección de cantos es importante buscar tener una cierta coherencia o


consistencia temática y de estilo. No debemos hacer un “collage” de cosas tan
variadas en tema y estilo que no haya unidad. Seleccionamos los cantos y el orden
de los cantos en función de transmitir un mensaje. Un solo canto puede no
transmitir todo el mensaje. Por ejemplo, si fuéramos a hacer un álbum sobre Jesús,
su vida su pasión y resurrección, puede haber cantos que hablen solo de su pasión
y muerte y en seguida un canto que hable de su resurrección. Obviamente, antes
del canto de la resurrección iría el canto de la pasión, y así sucesivamente. En la
selección de cantos es muy importante la finalidad de transmitir un mensaje, una
espiritualidad, una mística, y no simplemente escoger cantos para “lucir” nuestras
habilidades musicales. Por ejemplo puede haber producciones temáticas: Maria,
San Juan, la Eucaristía, la Vocación, etcétera. O bien pueden ser los cantos más
conocidos y populares de tu grupo.

El tema de pedir permiso al autor es importante, porque expresa que reconocemos


que Dios obra a través de personas concretas. Alguien una vez me dijo: “No
debieras poner el nombre de los autores, porque solo a Dios hay que dar gloria, y si
los autores verdaderamente fueron inspirados por Dios, no debieran ir sus nombres,
porque la canción en realidad se las dio Dios.” Yo le contesté que no es así, pues
por ejemplo, las cartas y el Evangelio según San Juan tienen el sello personal de
San Juan, sabemos que San Juan las escribió, y eso es importante para
comprender sus escritos. Lo mismo pasa con los cantos, toda proporción guardada.

La mayoría de los autores católicos se sentirán honrados de que les pidas permiso
de grabar uno de sus cantos, y las condiciones que te pedirá serán bastante
razonables. De hecho a los autores LES GUSTA que sus cantos se usen, y no
porque vayan a ganar dinero, sino porque les hace saber que sus cantos dan fruto.

Si el canto es una traducción de una canción en inglés, es IMPORTANTE que pidas


permiso, porque si no lo haces las compañías que administran los derechos
autorales te pueden demandar. Puedes pedir permiso y pagar una regalía. En
Estados Unidos la regalía es por Ley, 8.5 centavos de dólar por canción por pieza
grabada (no pueden exigirte que pagues mas que eso) de modo que usar una
canción para 1000 CDs te cuesta 85 dólares.
Te recomiendo el sitio www.musicservices.org en donde hay como 25,000
canciones, y allí puedes hacer el trámite por Internet.

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2. Grabación de un boceto o “draft”.

(Hugo) La función del boceto, draft o maqueta es la de facilitar la selección de los


temas. Si por ejemplo la producción incluye 12 temas pues la primera maqueta debe de
tener por lo menos entre 15 a 20 temas, así los cantos “se eliminan unos a otros” al
ensayarlos, arreglarlos y compararlos entre sí y eso ayuda a definir más la
espiritualidad y el estilo musical del disco. Cada canto que se graba debe tener un
porqué, no se vale rellenar los discos, porque luego tenemos discos que solo valen por
dos o tres temas y lo demás era para hacer bulto. Los cantos de la primera maqueta
deben de grabarse sin errores y con la mejor calidad posible, pues a nadie le gusta
aprenderse un canto que suena feo, por más bonita letra o intención que tenga. De
preferencia se debe de grabar sin arreglos ni muchos acompañamientos, pues el canto
debe de convencer por si solo, por su letra y la energía de su melodía, no podemos
decir, “es que cuando le pongamos segunda voz y batería, vas a ver que padre
suena…” o “mira, es la oración de San Agustín, aunque la melodía esté rara, es muy
importante…”

Para la selección de los cantos se debe de confiar por un lado en lo que creemos que el
Espíritu Santo espera de nuestra producción, y por otro lado en la opinión de gente que
sabe de poesía y de música. Hay que tener cuidado de no afirmar que Dios quiere que
grabemos un canto que tiene errores de composición o de forma musical. La oración y
el estudio musical son esenciales. Un músico cristiano sin estos dos aspectos seria
como un predicador que tiene muy buen corazón pero que no ora con la Palabra de
Dios y no estudia teología (es solo una metáfora), Dios obra en nuestra pequeñez pero
también espera que usemos la inteligencia que Él mismo nos dio para que crezcamos y
sirvamos a nuestros hermanos.

Cuando ya se ensayaron todos los temas y se buscó un estilo para cada uno se puede
elegir un orden para la grabación en el estudio. Se recomienda empezar por los cantos
que suenan mejor en el primer ensayo, y al final se van eliminando los temas que “no
suenan” o que “no convencen”.

3. Planeación conceptual de los Arreglos Musicales

Aquí interviene una actitud relacionada con la sensibilidad y la finalidad de la


producción. Esto es una cuestión de lenguaje, y en este caso de lenguaje musical. No
se usan las mismas palabras y el mismo tono para enamorar a una joven, que para
cuestionarla, o para reclamarle algo, y en esto todos estamos de acuerdo, pero parece
que cuando se trata de espiritualidad el tema se vuelve complejo. No se puede dar
leyes o recetas infalibles, pero si debemos reflexionar muy bien sobre el asunto. No
deja de chocarme, por ejemplo, escuchar “Señor, ten piedad” pero con un ritmo y una
interpretación que difícilmente invitaría a una actitud espiritual de recogimiento. ¿Que
buscamos con nuestro disco?

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Lo importante de los arreglos es que nos ayuden a transmitir la intención y la idea del
autor de una manera emotiva. Para esto lo primero es definir bien esta intención: ¿Es
acerca de un momento de intimidad con Dios? ¿Es una expresión de la gran alegría de
saberse amados por Dios? ¿Es para animar una asamblea o dirigir la alabanza? ¿O
para dar testimonio frente a hermanos que todavía no han escuchado hablar de Cristo o
que viven en un ambiente muy diferente al de nuestras comunidades católicas?

Vuelvo a decir que no hay reglas absolutas: “música tranquila para las religiosas y rock
para los jóvenes…” No, cada disco es la expresión de una experiencia y tiene un fin
individual, y hay que buscar qué estilos y qué instrumentos musicales expresan mejor
esa inspiración, ¿un piano muy sencillo? ¿O mejor un coro y cuerdas, o una banda
“pop” o “rock” completa? A veces nos preguntamos: ¿por qué nuestra música no suena
con la misma fuerza? Pues hay que ver como en esos discos tocan la guitarra, qué
percusiones usan, si usan teclados o violines o efectos, ¡qué interpretación le dan a la
voz! A veces tengo la impresión de que a los músicos católicos nos falta un poco de
crítica al respecto: “mira se usa guitarra, pandero y se hace segundas, así le
hacemos…” o “yo la guitarra, tú el bajo, él los teclados y aquel la batería, ya está”
¿Pero que ritmo vamos a tocar, como vamos a acompañarlo? ¡No basta con que todos
pongan “do” y luego “sol”! Hay que darle forma e intención a cada instrumento para que
apoye la letra en diferentes momentos del canto, hay que pensar en la introducción, en
el interludio, en el final (cuando menos). Es muy importante buscar que el arreglo de
voces ponga de relieve la letra y la intención, y que no sea algo que no tiene nada que
ver con el resto o que sea opacado por todo la música. Me atrevo a afirmar que en
general la voz debería ser lo más importante en nuestra música, pues la voz transmite
la palabra, ¡y es por la voz que los hermanos pueden unirse a nuestro canto, a nuestra
oración! Hay que cuidar mucho los arreglos vocales en consecuencia.

4. Grabación de la base rítmica.

Ahora vamos sobre un aspecto más técnico de los métodos de grabación. Vamos a
hablar sobre el proceso de la grabación la música de un disco aunque solo lo haremos
superficialmente.

Empezaré por decir brevemente que la función del estudio de grabación es realzar las
cualidades de la música que tocan los integrantes del grupo o los músicos, es decir, la
música no la hace el estudio, ¡sino los músicos! Esto que estoy diciendo puede sonar
tonto, pero es sorprendente como a veces llegamos al estudio esperando sonar como
Luis Miguel o Alejandro Sanz…. ¡Pues hay que cantar y tocar así de bien entonces! Mi
punto es que el ensayo antes de una producción es esencial, es gran parte del éxito de
la grabación. Lo otro depende de la disciplina dentro del estudio y del trabajo de los
ingenieros. Si grabamos un ensayo así como tocamos siempre, y suena con fuerza,
afinado, cuadrado, con idea, entonces podemos hablar de ir al estudio, pero si no, hay

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que seguir trabajando duro hasta lograr una calidad de la música por si misma, sin la
tecnología del estudio.

Si me preguntaran cuál es el método ideal de grabación diría que lo mejor es que todos
los músicos graben al mismo tiempo en una sola toma. Pero la verdad es que esto
requiere de una técnica y un ensamble que pocos grupos o músicos tienen. Solo grupos
musicales muy experimentados o músicos profesionales con mucha técnica pueden
hacer esto en la práctica. Este tipo de grabación en una sola toma logra captar de una
forma muy especial la fuerza de la pieza musical. Así es como graban las orquestas
sinfónicas o los coros profesionales, por ejemplo.

Es obvio que para esto se requiere que absolutamente todos los participantes de la
grabación tengan un gran dominio de la música que van a grabar, pues el error de una
persona en la interpretación echaría a perder una buena toma donde todos los demás
hicieron un buen trabajo, he ahí lo exigente de este método… y por eso la gran calidad
de sus resultados.

En la práctica, la mayoría de las producciones se hacen grabando los instrumentos por


separado, en lo que se llama canales o “tracks”. Así, primero se graba uno o algunos
instrumentos y si hay errores simplemente se repite sin afectar otros instrumentos o las
voces. A cada instrumento se le dedica tiempo y atención y eso también permite crear
efectos de grabación, por ejemplo que un mismo músico grabe dos instrumentos en una
misma pieza. Por eso que en algunos discos se lee que la base se grabó en un estudio
en “Miami”, las cuerdas en la ciudad de “Nashville” y las voces en “Paris”. Esto da
ventajas muy grandes en muchos sentidos y por eso este método es el más utilizado
hoy en día.

Este proceso de grabación se puede dividir de la siguiente manera:


a. Base rítmica.
b. Base armónica.
c. Instrumentos de adorno
d. Voces.

Normalmente, después de definir el estilo musical y el ritmo en los ensayos, se


empieza por grabar todas las bases rítmicas, es decir los instrumentos como la
batería, las percusiones, las programaciones, etc. Recomiendo que se use
metrónomo para guiar a los músicos y lograr que la pieza tenga buena forma en
cuanto al ritmo.

Grabación de la base armónica.


Después, se graba los instrumentos que llevan la base armónica, el bajo, los pianos,
guitarras, teclados, etc. Todo aquello que le da forma a la pieza, o que “acompaña”
a las melodías de los instrumentos o de las voces.

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Grabación de los instrumentos de adorno.
Luego, se graban los instrumentos que “adornan”, las guitarras “líder”, los
instrumentos de aliento, las cuerdas, los efectos de teclados. Todo aquello que
necesita apoyarse en la base de la pieza para tener una mayor expresividad.

Grabación de voces.
Para cerrar con broche de oro… La voz, en la mayor parte de los casos, es lo que le
da sentido a toda la música, hay que “echarle ganas” entonces. En cuanto a los
arreglos de voz, en mucha de la música que tocamos en nuestras comunidades en
México, no hay arreglos de voces, es decir, todo el coro canta lo mismo en toda la
pieza. Siendo realistas, esto puede ser no muy estético para un disco si se cantan
todas las piezas así. Les recomiendo que si no va haber armonía vocal, solo se
seleccionen algunas voces para grabar y así se simplifica el trabajo y se puede
mejorar la calidad.

La voz se graba hasta el final para ayudar al vocalista a tener mayor expresividad.
De esta manera toda la pista y todos los adornos impulsan al vocalista a cantar más
afinado, con mayor fuerza y de una manera más emotiva.

5. Mezcla y Masterización.

Al grabarse todo se pasa al proceso de mezcla y Masterización. La mezcla consiste


es procesar cada instrumento grabado para mejorar su sonido, ya sea con efectos,
ecualización u otros. Después se ajustan los volúmenes para que todo se escuche
en su lugar y nada se pierda o prevalezca demasiado sobre otros instrumentos. Al
final se obtiene la “mezcla final” que está muy cerca del resultado final. A esta
mezcla final de cada tema se le pueden hacer ajustes generales, como el brillo o el
volumen, y se le comparan con los demás temas para cuidar que todo el disco
suene uniforme en la medida de lo posible. A esto y otros procesos más complejos
se le llaman la Masterización. Cuando todo el disco está masterizado, ¡se acabó el
proceso!

Mi testimonio (Hugo Oviedo).


Pertenecí al grupo Jiram, un grupo de oración formado por jóvenes que además
evangeliza a través de la música. Nuestro grupo ha hecho dos discos, “Reflejar”, en
honor de la Virgen María, y el más reciente “Quienes Somos”, un disco que significa
mucho para nosotros por lo que expresamos y el trabajo que logramos.

En mi corta experiencia haciendo discos, he aprendido muchas cosas gracias a Dios


que me ama tanto y a hermanos que me han compartido su saber generosamente.
Mucho lo he aprendido con personas que realizan un apostolado comprometido con
la Iglesia, pero otras igualmente importantes las he aprendido al lado de

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profesionales que no siempre creen lo mismo que yo, pero que aman su trabajo y
respetan todas sus exigencias. Siempre he creído en un balance entre estas dos
“ciencias”, la de la ponerse en manos del Espíritu Santo, y la de utilizar al máximo
los talentos que Dios nos ha dado a todos para darle gloria con nuestro trabajo, y
lograrlo con calidad. En esto último les insisto personalmente, en que todos nos
ayudemos a crear obras de calidad. No creo que el reto de la música en la Iglesia
Católica sea la buena voluntad, la cual he visto en muchos hermanos, sino la calidad
del contenido en las letras, de las formas de composición y de la interpretación. En
lo personal, les agradezco mucho a Fede y a Ana Carranza por la oportunidad que
me han brindado para producir música en Corazón de Arpa Producciones (ahora
Jésed Ministerio de Música, S.C.) donde he participado en varios discos. Algunos de
estos son “El Trovador de Asís”, mi primera producción para Corazón de Arpa
Producciones (ahora Jésed Ministerio de Música, S.C.), “Primer Sagrario” y “Silencio
de Amor”, “Hacia Galilea” del P. Virgilio Cantú y “Quiénes Somos”, del grupo Jiram,
al cual pertenecí. Espero que puedan escucharlos y darme su opinión.

¡Dios los bendiga Hermanos! Y me pongo a sus órdenes para cualquier comentario.
Mi correo electrónico es hugo.oviedo@corazondearpa.com.mx

(Fede) Los últimos temas los dará una persona que quiero mucho, ha sido mi novia
por 19 años y mi esposa por 18. Ella se encargará de hablarnos desde su
experiencia como productora ejecutiva en Corazón de Arpa Producciones (ahora
Jésed Ministerio de Música, S.C.).

6. Diseño de la portada
7. Pruebas de color de la portada
8. Maquila

(Ana) Hola Hermanos y Hermanas, mi nombre es Ana Carranza y soy la Gerente


General de Corazón de Arpa Producciones (ahora Jésed Ministerio de Música, S.C.) y
me toca compartir con ustedes los últimos 3 puntos de la charla sobre producción.

6.- Diseño de la Portada.


Al empezar a realizar una producción hay que también empezar a pensar en la portada
y que queremos proyectar en ella. Muchas veces terminas de grabar el disco y todavía
no has terminado la portada, con lo que la portada se convierte en el “cuello de botella”
de la producción. La solución es empezar a diseñar la portada casi desde que empiezas
a grabar la producción.
La Portada es muy importante en una producción porque va mostrar lo que queremos
presentar a las personas que vean el CD que hicimos. Lo recomendable es que una
persona con conocimiento profesional en Diseño haga la portada, pero el concepto de
lo que queremos y como lo queremos lo pensamos nosotros como Grupo y el
Diseñador lo plasma en la portada.

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Procura que la portada no la haga tu “tía Panchita”: esa persona que te quiere mucho y
te va a hacer la portada gratis, pero que quizá nunca ha diseñado nada y no tiene idea
de lo que debe tener una portada de CD. Corres el riesgo de perderle el cariño a tu “tía
Panchita”, cuando el CD no se venda a causa de un mal diseño!!

Nosotros como Grupo somos lo que le trasmitimos al diseñador lo que tenemos en


mente para la portada, lo que queremos transmitir como mensaje en la producción.
Para hacer una portada hay un sinfín de alternativas, en el caso de Jésed, cada portada
es pensada y estudiada con mucho tiempo. Podemos hacer uso de muchos recursos:
pinturas antiguas, fotos del Grupo, paisajes, acuarelas, etc.
El tipo de las letras en la producción, contraste y uso de colores, formas estilos etc.
Dentro del diseño de la portada están los interiores que normalmente deberán cubrir los
siguientes puntos:
a).- Titulo de las canciones
b).- Créditos de los Autores y Compositores.
c).- Letras de las canciones (Opcional)
d).- Acordes de guitarra (Opcional)
e).- Créditos de los participantes y datos: Nombres de todos lo que participaron en la
producción:
Músicos
Cantantes
Arreglistas
Director Artístico
Productor
Diseñador
Informes de conciertos y ventas (Teléfono, dirección, etc.…)
Página Web y Dirección electrónica del grupo

f).- Mensaje del Grupo por la producción


g).- Agradecimientos

Pídele al diseñador que tome en cuenta todos estos puntos que se mencionan arriba.

Hay grupos que prefieren no poner las letras y los acordes porque eso implica más
papel. Esto es valido, pero en nuestra experiencia hemos descubierto que si ponemos
las letras y los acordes, los que compren el material podrán sacar los cantos para
usarlos en sus ministerios o actividades y después tendrán interés de comprar el
siguiente álbum.

7. Prueba de Color de la Portada


La Prueba de Color normalmente es como la prueba final de la portada, también se le
llama “preprensa”, para checar todo detalle final: colores, detalles, formas, etc.

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Esto se hace antes de enviar a una imprenta para imprimir las portadas.
Cualquier ajuste que se quisiera hacer ese es el momento para hacerlo. Después de
que quedamos de acuerdo con la prueba entonces se manda a la imprenta. Como
veremos mas abajo, puedes evitarte muchos problemas si la preprensa y la impresión
de las portadas las hace la misma empresa que haga la maquila de los CDs y
cassettes.

8.- Maquila
En el apartado de la maquila hay múltiples opciones de donde poder maquilar el disco y
el CD que queremos sacar a la venta. Los detalles importantes que tenemos que cuidar
son:
a) Master Del estudio donde grabamos nos deberán dar un master que nosotros
llevaremos al lugar donde vallamos a maquilar.
b) “Maquilar” o “Imprimir” vs “Quemar” los CDs: Cuando mandamos fabricar un disco
compacto, hay quienes por cuestión de presupuesto prefieren “quemar” los discos para
venderlos, esto es, en un aparato como el que tienen las computadoras personales, se
imprime con laser la información quemándolo en el disco compacto, con lo cual pueden
hacerse tirajes desde uno, diez, cien CDs etcétera. En cambio un disco “maquilado” o
“impreso” se hace en máquinas que hacen grandes tirajes de discos con un proceso
industrial de impresión de la información, no un “quemado” con láser. Nosotros en
Corazón de Arpa no recomendamos vender discos “quemados” por dos razones:
Porqué un disco quemado se raya más fácilmente que un disco impreso, y el
proceso de quemado puede también tener ejemplares defectuosos, mientras que
un tiraje de CD impresos, nunca salen ejemplares defectuosos.
Porque cuando distribuyes material quemado se presta a pensar que el producto
no es original sino pirateado.

Por cuestión de presupuesto y por los tiempos a veces te urge sacar la producción, y la
única opción que tienes disponible es quemarlo. Siempre recomendamos mejor
maquilar, y planear en tu programa de ejecución el tiempo de maquila de unos 15 a 20
días hábiles. Ten todo eso en cuenta al mandar fabricar el material, para que no
fabriques demasiado ni muy poco.
Cuando ya decides que los vas a maquilar es importante ver las condiciones de quien lo
maquila. Algunas preguntas que tienes que hacerte son las siguientes:

a) De cuanto es el primer tiraje? Normalmente en maquiladoras grandes en México,


como Sony Music, Sonopress S.A. etc. te exigen que el primer tiraje de una producción
sea de 1000 CD y te dicen que a partir del segundo tiraje puedes pedir cantidades más
pequeñas. Esto puede variar de país a país, pero si haces un tiraje pequeño el costo
puede ser más alto por unidad.
b) Costo por unidad: Suele estar entre 1 y 2 dólares por pieza dependiendo de la
maquiladora y de si van a fabricarte la portada o no, el número de colores en el CD,
número de dobleces en la portada, tipo de cajita, etc...

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c) Impuestos: En México, por ejemplo, te cobran 15% de IVA y te dan Factura
d) Gastos de envío: Dependiendo de los transportes y volúmenes, pueden ser entre 100
y 200 dólares de este gasto.
e) Tiempos de entrega del material: Ten en cuenta entre 15 y 20 días hábiles para que
te entreguen el producto, es importante tener un colchón, y no comprometer el producto
en venta o para un evento antes de un plazo adicional razonable, pues algo puede salir
mal y extenderse este plazo.
f) Impresión de Portadas: Investiga si pueden estar incluidas junto con la maquila o tú
como cliente las entregarás. Eso depende de si consigues una imprenta aparte que te
haga unas buenas portadas a buen precio, pero TEN CUIDADO: Si el que va a
maquilar los CDs no es el mismo que va a fabricarte la portada, tienes el riesgo de que
la portada no sea del tamaño exacto de la cajita, que sobren o falten portadas, etc… La
mayoría de las maquiladoras te pueden dar un formato de diseño y especificaciones de
tamaño y papel para la portada. Esto es muy importante que se los des a tu diseñador
de la portada CON ANTICIPACION. Es recomendable que el mismo que maquile los
CDs haga las portadas, porque así, el tiene la responsabilidad de entregar todos los
CDs con portada!!

III. Testimonio de Nuestra primera producción


(Federico) Para terminar, quisiera compartir con ustedes un testimonio: Recuerdo
cuando hicimos nuestra primera producción, en 1985... Al estudio de grabación donde
estábamos grabando le cayo un contrato enorme para una campaña política, y nos
entrego nuestras cintas sin terminar y con esta recomendación:"Lo sentimos mucho...
adiós!. Ah, y búsquense un estudio que tenga el sistema de compresión “dbx”, porque
la música esta comprimida, y necesitan ese sistema para poder continuar grabando".
Anduvimos buscando un estudio de grabación con ese sistema y ¡nadie tenía!.
Estábamos preocupados y desesperados, porque ya habíamos avanzado y temíamos
perderlo todo, hasta que gracias a Dios, dimos con un estudio que tenia ese sistema.
Se llamaba "Salomón Estudios", del hermano Salomón, cristiano evangélico. Me dice
Salomón:
- Si tenemos el sistema dbx, pero aquí solo grabamos música cristiana. Este estudio
está consagrado al Señor. Ustedes son cristianos?
- Si, somos cristianos..., le contesto yo.
- y donde se congregan?
- en la Parroquia del Rosario.
- Ah! son Católicos...
- Si, somos cristianos Católicos...
- Este estudio está consagrado al Señor, y yo solo grabo himnos de la fe que profeso...
No grabo nada en lo que no comulgo.
- Aquí están las letras, puedes ver que todo lo que dicen es compatible con la fe que
profesas. Después de revisar las letras (pasamos bien la censura evangélica) Salomón
acepto grabarnos. El estudio era muy bueno, allí grababan las hermanas de Marcos

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Witt, y allí estaba Luis Chi Sing su bajista y Cesar Garza su arreglista.... tenían un grupo
que se llamaba Mitzva, buenísimo.
- Cuantas horas van a contratar? (pregunta Salomón)
- A cuanto la hora? (yo)
- A 30 dólares - Solo me alcanza para 10 horas...
- ¿Tú crees que en 10 horas vas a poder hacer algo digno para el Señor?! Mira, Mitzva
le va a meter 300 horas a su producción. ¿Cual crees que va a sonar mejor? El Salmo
33 dice "Tocad la mejor música en la aclamación!!" En 10 horas no puedes tocar la
mejor música!!!
- Lo sé Salomón, pero no tengo más presupuesto, fue lo que conseguimos juntar...
- Pues ese es el otro problema de ustedes los católicos: como es para el Señor, creen
que todo debe ser gratis, y nadie pone dinero en serio para la obra de Dios. Este
estudio costo mucho, y yo tengo lo mejor: Los mejores micrófonos, el mejor equipo,
porque el Señor merece lo mejor, y mi familia y yo vivimos de esto, porque es bendición
de Dios. Si tú le das al Señor con generosidad, puedes confiar en que Dios te va a
bendecir, y el dinero que pongas en esto es ofrenda, y el dinero que recibas es
bendición, porque Dios también bendice de manera económica!!! Ah, y págales a los
músicos, aunque sea con cassettes!!!
Después de eso, aumentamos nuestro presupuesto y nuestros estándares de lo que
había que hacer. Cada vez que íbamos a grabar orábamos primero, porque nos lo
pedía Salomón. Sin oración no había grabación... Nos hicimos grandes amigos.
Grabamos con Salomón nuestras primeras 4 producciones, y cuando quisimos hacer
una producción con temas que él no comulgaba nos recomendó con otro estudio muy
bueno. Su comprensión y aceptación de la fe católica fue aumentando también: Las
canciones que más le gustaron fueron la de "Nada te Turbe" de Santa Teresa de Ávila y
"Alma de Cristo" de San Ignacio de Loyola.
- Esta (Alma de Cristo) es sobre la Eucaristía, Salomón, no sé si podamos grabarla
aquí...
- Pues ya vi la letra y me gusto mucho.... No hay en ella nada en contra de mi
fe...Aprendí muchas cosas de mi hermano Salomón. Volví a verlo hace unos meses, ya
han pasado casi 20 años, y ahora yo tengo un estudio consagrado al Señor, donde
antes de grabar siempre se ora, y donde seguimos esforzándonos por hacer la mejor
música para el Señor.

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Nivel Intermedio
Tema 7.Evangelizando con la Música: Conciertos
Por Federico Carranza

Visión Espiritual

I. Anécdota: Recuerdo cuando estaba en la India, por cuestiones de mi trabajo, y que


Jésed Ministerio de Música solo había dado 2 conciertos, organizados por nosotros
mismos. Habíamos participado en 3 o 4 concursos de la canción vocacional,
obteniendo buenos lugares, habíamos también servido en el Encuentro Internacional de
Sacerdotes, haciendo equipo con otros ministerios, pero nadie nos había invitado a dar
ningún concierto, y yo sentía muchas dudas en mi corazón de si realmente Dios quería
que nosotros “diéramos conciertos” o si Dios era solo un pretexto para un afán de
sobresalir y pararnos en un escenario. Me venía a la mente aquella lectura de “Si tu
mano te es ocasión de pecado córtatela” y pensaba si aquello de dar conciertos no era
una cuestión de soberbia. Y estaba leyendo una biografía de San Juan Bosco, que de
joven tocaba el violín y que un día lo rompe y no lo vuelve a tocar en su vida, porque no
era acorde con su ministerio sacerdotal…

Recuerdo que me puse de rodillas y tome la guitarra por el mango, dispuesto a


romperla contra el suelo y jamás volverla a tocar. Le dije al Señor: Señor, si la guitarra
me es ocasión de soberbia, de afán de vanagloria, y tú no quieres que la toque, yo la
rompo aquí mismo y no la vuelvo a tocar…. Háblame Señor… ¿Señor? ¿Señor?

No oí ninguna voz del cielo que me dijera “rómpela” ni tampoco “no la rompas”… pero
sentí en mi corazón que Dios tomaba mi ofrenda y mi disposición y que Él se encargaría
de purificar mi corazón.

Semanas después, atropellaron a mi hijo Federico, y tuve que regresar de emergencia


de la India a México. Dios salvó a mi hijo de una manera verdaderamente milagrosa;
una bola que tenia en la cabeza por el golpe de la camioneta que lo atropelló le
desapareció al llegar al hospital y los médicos no se explican que pasó. Yo le dije al
Señor: “Señor, no has querido tomar la vida de mi hijo, toma la mía!!”. A los pocos días
me llamó Martha Reyes para invitarnos al Festival Hosanna 94, y a la semana siguiente,
el Obispo de Linares nos invitó a un encuentro de jóvenes, y luego a León, Acapulco…
y en tan solo 6 meses dimos 19 conciertos, lo que para mí fue la respuesta de Dios a
esa entrega que yo le había hecho, porque antes nadie nos había invitado a dar ningún
concierto.
A partir de entonces, cada invitación es para mí un mandato, y es como si dijera: “Los
deseos de la Iglesia son órdenes para mí”, no me es posible decir que no.

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II. La Lámpara sobre la mesa

Jesús dijo a sus discípulos que una lámpara no se pone debajo de la mesa, sino sobre
ella, para que alumbre toda la casa, y que así debemos ser nosotros: Somos luz del
mundo y sal de la tierra, por lo que tenemos una vocación evangelizadora que podemos
también realizar por medio de la música.

No todos los ministerios están llamados a “dar conciertos” como una parte regular de su
servicio, pero todos estamos llamados a dar testimonio de nuestra fe, y en ese sentido
debemos estar abiertos y ser preactivos en servir al Señor por este medio. Yo creo que
llegado el tiempo, tu ministerio puede descubrir si Dios le está llamando a un servicio en
particular. Participar en concursos puede ser bueno para conocer y ser conocido, pero
nuestro énfasis NUNCA debe estar en ganar concursos, sino en servir al Señor y a la
Iglesia.

También en esta área debemos ser humildes y dóciles, pues existe el riesgo de querer
llamara la atención, disfrazado de un “celo por el evangelio”. Es difícil que nuestras
intenciones sean siempre 100% puras, Dios sabe que tenemos tentaciones de fama y
éxito, pero no por eso estamos incapacitados para servirle a él.

Dentro de nuestro corazón se libra todos los días una batalla espiritual, en donde
debemos hacer todo para que Dios venza a Satanás, para que en nuestro corazón el
amor venza al egoísmo, la luz y la verdad venzan a las tinieblas y a la mentira. Dios
quiere instrumentos puros para derramar su gracia sobre su pueblo, y además, para
poder brillar con la luz de Dios hay que arder con el amor de Dios, de lo contrario será
un “fuego fatuo”, una bengala efímera de fuego artificial, que además se destruye y ya
no sirve.

III. Oración
Nadie puede dar lo que no tiene, y por eso, si hemos de dar un concierto para hablar de
Dios debemos orar, impregnarnos de Dios. Orar antes, durante y al final del concierto.
Orar e invitar a orar a quienes asisten al concierto. La oración es el aspecto de
preparación más importante para un concierto, y sin oración el concierto estará vacío.

Los invito ahora a que oremos por nuestros conciertos católicos. Cuando leas esta
charla, posiblemente algunos hermanos músicos están preparándose o están dando un
concierto.

“En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amen: Señor, te pedimos que
unjas nuestras voces e instrumentos, que toques los corazones de todos los que van a
escuchar nuestros conciertos, que dispongas tú sus corazones para recibir tu palabra
en los cantos que vamos a entonar en ellos. Utilízanos como instrumentos en tus
manos, tócanos y que podamos resonar en tu templo espiritual. A los que están lejos de

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ti, que nuestros conciertos les acerquen mas y mas a un encuentro contigo, y a los que
están cerca de ti, que nuestros conciertos enciendan en sus corazones un mayor fervor
y que les lleve mas profundamente a entregarse a ti…

Por Cristo, Nuestro Señor, … Amén

Santa Teresita del Niño Jesús, ruega por nosotros

Recuerda que es muy importante que durante el concierto también estés orando o en
una actitud orante, porque toda la gracia y la unción de Dios nos viene porque estamos
en esa disposición de oración. Cuando estamos en el concierto, nos “concertamos”, es
decir, nos reunimos con otros hermanos y hermanas para cantarle al Señor, (de allí
viene la palabra concierto: concertar). Y también nos unimos a los ángeles y santos en
el cielo, a miles y miles de millones que le alaban y que cantan en presencia del Señor.

IV El mensaje

Algo muy importante es que el mensaje y el lenguaje musical del concierto esté
orientado a tocar los corazones de quienes escuchan. Para eso es necesario ver que
personas vienen al concierto: ¿Son muchos jóvenes? ¿Son consagrados? ¿Ya han
recibido el Kerigma? ¿Son cristianos comprometidos o no? ¿Cuál es su trasfondo
cultural? ¿Qué tipo de música les gusta y desearían escuchar?

En función de eso es la selección de cantos y los estilos musicales que vamos a


escoger, así como el tono de nuestras intervenciones habladas. Es importante que no
seamos muy “rolleros” y que queramos hablar demasiado, sino que debemos dejar que
el mensaje de los cantos sea una parte importante del concierto, sobre todo si nuestros
cantos están inspirados en la palabra de Dios.

A veces las personas esperan algo de la música y nosotros debemos llevarles mas
adentro, mas allá de lo que ellos esperan o de lo que preferirían. Por ejemplo, vas a un
evento de jóvenes, y ellos solo quieren que los pongas a bailar:

“Cuando el reloj marca la UNA, las calaveras salen de su tumba,


chumbalacachumbala cachumbalá, chumbalacachumbalacachumbalá,
Cuando el reloj marca las DOS, las calaveras miran su reloj,
chumbalacachumbala cachumbalá, chumbalacachumbalacachumbalá,
Cuando el reloj marca las TRES…

Y de hecho estas calaveras siguen hasta el mediodía, (las DOCE) y luego vuelven a
comenzar… Todos los jóvenes están muy animados y empiezan a gritarte muy
contentos: “Las Calaveras, las calaveras”…

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Pero esto no es lo que el Señor quiere que tú les digas a los jóvenes, el Señor quiere
que los confrontes y les digas que ellos son profetas, y eso quizá NO es lo que ellos
quieren oír!!

¿A quién vas a hacer caso: al Señor o a las calaveras chumbalacachumba?

Con mucha amabilidad, agarras y les dices algo que los lleve mar adentro, y luego les
cantas Jeremías 1, y les hablas con la autoridad de la palabra de Dios. No se trata de
que no haya momentos de “animación”, sino que todo el concierto debe ser Cristo
céntrico, incluso la danza y los saltos, deben ser hechos en el Espíritu, no en la carne, y
para ello tenemos que educar a nuestros hermanos que nos escuchan y decirles como
Jesús: “No tengáis miedo”, y llevarlos mar adentro en la alabanza, en la adoración y en
la reflexión de su vocación y de su radicalidad.

Una vez que las personas han respondido a Dios, una vez que han orado y entregado
su vida y su vocación al Señor, una vez que Dios ha encendido en ellos el fuego del
Espíritu, el fervor y la semilla ha quedado sembrada, puedes llevarlos de allí a la
celebración gozosa, a la danza, a saltar y correr, pero todo ello como una respuesta de
júbilo por esa entrega y esa oración, no como una pachanga de las calaveras.
¿Y qué creen? … jejeje, Resulta que las calaveras no están invitadas a nuestro
concierto, porque Cristo ya venció a la muerte!! Amén!!!

Visión Logística

V. La Comunicación efectiva

Cuando Jesús predicaba, se iba a un monte que tenía forma de un anfiteatro, porque
quería que todos lo escucharan. En otra ocasión se subió a una barca, para poderse
hacer oír. Jesús sabía que para poder transmitir el mensaje era necesario también ser
escuchado con claridad.

Por eso nosotros también debemos asegurarnos que nuestra comunicación es efectiva,
es decir, que todos los elementos que intervienen para dar el mensaje son favorables.
Cuales son esos elementos?

Elementos sonoros: El equipo de sonido, la música y las letras, el ruido exterior,


etc…
Elementos visuales: El escenario y la escenografía, la presencia escénica del
grupo, las luces, etc…
Elementos sensitivos: La comodidad de asientos, temperatura y humedad
ambientales, disposición física del auditorio, olores…
Otros elementos: Cansancio o aburrimiento de la audiencia, hora del día, noticias
del entorno.

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Como ves, hay muchas cosas que pueden influir en la eficacia de la comunicación, y
hay que tenerlas todas en cuenta. Recuerdo una vez que nos tocó dar un concierto en
un auditorio muy bueno, pero fue después de una misa y de un retiro que habían
durado todo el día. Empezamos a tocar casi a las 10:00 p.m. El sonido era excelente,
el lugar tenía clima, las luces, todo perfecto…
La gente se empezó a salir, simplemente porque estaban cansados y porque tenían
que llegar a sus casas. De 2,000 personas que había al comenzar solo quedaron 100 o
menos!
Lo malo es que la gente se salía a “hurtadillas” en medio de las canciones y con una
cara de “ya me tengo que ir, disculpen ustedes, con permiso…”.
Lo correcto hubiera sido hacer solo un canto de “oración de la noche” e invitar a la
gente a retirarse con una bendición final del sacerdote. Luego, decir “los que gusten
quedarse, habrá algunos cantos mas dentro de 5 minutos”.

Ahora vamos a hablar brevemente de los elementos citados arriba:

El Equipo de Sonido: Como se explica en las charlas de “Fundamentos de


Sonorización”, este elemento es muy importante. Sobre todo hay que hacer prueba de
sonido (“SoundCheck”) antes de empezar a cantar, para que el ingeniero pueda regular
los volúmenes.

La Música y las Letras: Es importante que la música y las letras sean entendibles para
el público. Es como dice San Pablo: Con los griegos me hice griego, con los romanos
me hice romano, para alcanzarlos a todos para Cristo. Así nosotros, debemos escoger
cantos que hablen en el lenguaje musical de quienes nos escuchen. Las letras deben
ser entendibles, y es muy recomendable que la gente las pueda ir aprendiendo. De ser
posible, conviene proyectarlas en la pared con una computadora y un proyector, para
promover la participación.

Es conveniente que tengas una lista de cantos en un lugar visible, y que todos los
miembros del grupo sepan cual es el orden de los cantos que se van a entonar y en
cuales de ellos habrá presentación o predicación. No conviene hablar antes de todos y
cada uno de los cantos, porque se vuelve muy pesado, conviene hablar cada dos o tres
cantos, y quizá que no hable uno solo sino que se turnen para presentar cada quien un
grupo de cantos.

También es importante tener la flexibilidad de cambiar los cantos a entonar en medio


del concierto, si el líder siente que Dios le inspira a meter algún otro canto, o si se ve
una circunstancia en la gente que amerita un cambio. No debemos ser rígidos o
acartonados en la lista de cantos a entonar.

Conviene hacer la selección de los cantos una vez que hemos “tomado el pulso” de la
audiencia; esto es: ya que sabemos que tipo de gente viene al concierto y cual es su

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situación, si están cansados o frescos, si son jóvenes comprometidos o personas
mayores, etc…

Esta elección puede hacerse incluso en la oración previa antes de subir al escenario,
pero deben Ustedes hacer 2 o 3 copias de la lista de cantos, con LETRA GRANDE, y
ponerlas en un lugar visible, por ejemplo, en el suelo o en un atril.

El Ruido Exterior: A veces nos invitan a tocar en una kermesse parroquial, y mientras
estas hablando o cantando puedes oír la música y el ruido de la kermesse. Es
importante decir a los organizadores que eviten este tipo de situaciones donde hay
mucho ruido exterior, tocando de preferencia en el interior del templo y no al lado de la
rueda de la fortuna o de la lotería. Recuerdo una vez que nos invitaron, y cuando
estaba predicando entre dos cantos sucedió algo muy cómico: Había un juego de lotería
al lado nuestro, de modo que se escuchaba algo así:

- “Cristo te ama, y quiere que tú también lo ames a él”


- “!!El diablito!!!
- El Señor venció al pecado y a la muerte!
- “!!El barril!!!”
- Entrégale tu vida al Señor…”
- “!!La Calavera!!!

Claro que la gente se distraía y no podía poner atención!!

Escenario y Escenografía (e iluminación):

Es importante que el escenario sea visualmente atractivo, es decir, que sea digno,
limpio, bien iluminado, y que tenga símbolos y emblemas que transmiten el mensaje del
Señor.

Si la gente no te ve es difícil que te ponga atención, y por eso debes ponerte en un


lugar visible del escenario, no detrás de las flores. A veces por “falsa humildad”
queremos escondernos en una parte no visible del escenario, pero eso no es correcto.
Recuerda que “el día de la fiesta, el mas solemne, Jesús, puesto en pie gritó con fuerte
voz: “El que tenga sed que venga a mí…” Yo estoy seguro que Jesús se puso de pié
en un lugar muy visible del Templo, donde todos lo pudieran ver, porque lo que tenía
que decir era muy importante.

Nosotros nos ponemos en un lugar visible del escenario, no porque seamos


importantes, sino porque el mensaje que tenemos que dar es MUY importante, y
nosotros solo somos mensajeros, heraldos del Rey, pero tenemos el mandato de

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decirles a todos el mensaje y que todos lo escuchen, para lo cual debemos captar su
atención.

Respecto a la iluminación, debe ser buena, suficiente, colorida pero discreta y útil para
el mensaje, al servicio del mensaje y no del mensajero: Debemos evitar luces
estrambóticas que mareen a la gente, o muy sofisticadas y complejas.

Si hay un sistema de pantallas, debemos evitar que las cámaras hagan muchos “close
ups” de nuestra persona en las pantallas, más bien debemos pedirles que proyecten
imágenes relacionadas con el mensaje: por ejemplo, partes de películas de Cristo, o de
los santos, paisajes, lecturas de la biblia, imágenes del Santísimo, etc…

Presencia escénica del Grupo

Recuerdo que en la clausura de las Olimpiadas subieron unos cantantes muy


expresivos. Uno de ellos en especial, se puso a correr hacia atrás dando grandes
saltos, y luego pas!! ¡Que se cae!

Obviamente estaba tratando de tener una gran “presencia escénica” y le resultó


contraproducente… después de eso siguió cantando, pero ya mas mesurado en sus
saltos.

Nosotros debemos estar en el escenario con una actitud de oración y a la vez


involucrando todo nuestro cuerpo en el mensaje orante que estamos transmitiendo. No
se vale quedarse parado con la cara crispada por los nervios, o los puños cerrados. O
los brazos cruzados, porque la gente recibe eso como parte del mensaje, y percibe
nerviosismo, tensión, preocupación, etc... Cuando estamos en el escenario, no solo
nuestra voz sino todo nuestro cuerpo transmite el mensaje: Postura, gestos, miradas,
las manos, los pies, y hasta la ropa!
Es muy importante que todo transmita amor, alegría, devoción y oración. Usa las
manos, levántalas cuando alabas, júntalas cuando adoras, cierra tus ojos y ponte a orar
delante de la gente. Que no te de pena!!

Recuerda que todo nuestro cuerpo transmite la disposición del corazón. Recuerda que
una de las virtudes del Salmista era la “agradable presencia” (véase la charla Las
Virtudes del Salmista) y que también con nuestra disposición corporal alabamos al
Señor y expresamos el gozo y la devoción.

Establece contacto visual con el público. Háblales a ellos, dirígete a ellos cuando digas
palabras como “Alaben al Señor”. Utiliza tus manos, sin ser exagerado ni ampuloso en
tus expresiones.

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Recuerda: Cuando una persona está orando, se le nota. Cuando una persona pretende
que esta orando, también se le nota. Y esto es especialmente cierto cuando está en un
escenario. Por eso, sé auténtico y no seas un “actor”.

Elementos sensitivos:
Cristo escogía lugares cómodos y frescos para predicar, y procuraba que la gente
estuviera a gusto. En eso nosotros también debemos contribuir, y si notamos que hace
mucho calor, o mucho frío, debemos tomar eso en cuenta en el concierto. Por ejemplo,
hay cantos que se pueden danzar, y si hace mucho frío ayudan a que la gente tenga
menos frio. Una vez dimos un concierto en Guadalupe y Calvo, Chihuahua, al aire libre,
y estábamos a Cero °C . Lo que hicimos fue ponerle a los muchachos muchos cantos
para bailar, y así estuvieron más cómodos. Obviamente en un lugar muy caluroso hay
que poner poquitos cantos para bailar, y quizá buscar que haya un receso para que la
gente y el lugar se refresquen.

Otro elemento son las sillas y la disposición. Si el lugar es muy grande y la gente es
poquita, invítalos a acercarse. Una vez un amigo dio un concierto en un auditorio
grande y había muy pocas personas, quizá 15 o 20. Entró, y se sentó de espaldas al
público, y empezó a cantar. Luego volteó y les dijo “Ah! Allí están, vénganse para acá,
el concierto es de este lado”. Y la gente subió al escenario y el concierto lo hizo en un
pequeño círculo a su alrededor.

Otros elementos:

Si la gente está muy cansada de un largo evento, NO SEAS CRUEL! Dales oportunidad
de retirarse sin que se sientan apenados: Invita a retirarse a todos aquellos que “ya se
tienen que ir” y luego quédate con los que realmente quieren escucharte. Haz la
oración de ir a dormir, y que reciban la bendición para el camino.

Otro aspecto importante son las noticias del entorno. Usa las noticias del entorno para
sazonar tu conversación en el concierto. Dice San Pablo: Que su palabra sea amena,
grata, sazonada con sal”.

Se refiere a esa cordialidad de que tu predicación sea amable, cercana y coloquial, no


demasiado formal o rígida. Cuéntales algún chiste, has una comparación de la vida
cristiana con los acontecimientos recientes. Por ejemplo, si ganó cierto equipo de futbol
local y la gente está triste, puedes decirles que Cristo ya ganó el partido más importante
de la historia y que le metió un golazo al diablo. Y que lo más importante es el amor de
Dios.

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Consejos Finales

Nunca olvides que Dios nos llama a ser instrumentos de su amor, mensajeros y testigos
de su misericordia, y que de eso se trata un concierto: De transmitir el amor de Dios, de
llevar a la gente a orar en su presencia por medio del canto y de que Dios les toque y
les sane en sus corazones por medio de la música.

A veces conviene que invites a las personas al frente a hacer una oración de entrega a
Cristo, a veces conviene que les animes a danzar, a veces necesitas guardar silencio y
que Dios hable a los corazones. Todo eso lo dicta y lo impulsa el Espíritu, y para ello
debes ser dócil y obediente a Él.

Nunca olvides que solo somos instrumentos en manos de Dios, Él es el que hace la
obra, Él es quien toca los corazones.

Acuérdate de calentar la voz (vocalizar) y tomar mucha agua antes del concierto.
Cuando termine el concierto, no tomes agua fría! Toma agua al tiempo y cúbrete la
garganta para que te dure muchos años.

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Nivel Intermedio
Tema 8. Música en la Liturgia I:
La misa y sus partes.

Por qué cantamos en Misa?

Recuerdo hace unos meses una discusión sobre si podíamos o no celebrar la misa sin
el canto. Era interesante ver que las posturas personales iban desde decir que la
música es totalmente innecesaria hasta decir que era totalmente imprescindible.
Seguramente no somos los únicos que tenemos estas dudas y opiniones, por lo que la
Iglesia, muy sabiamente, nos enseña que es lo que hay que hacer.

Eso es lo que a mí me da tranquilidad: Cuando dos hermanitos tienen un diferendo de


opinión, la mamá viene a poner las cosas en su lugar y a dar a cada quien lo que le
corresponde.

Así pues, lo importante es ir más allá de una opinión personal y ver cual es el plan de
Dios y de la Iglesia para la música en la Misa.

Es por eso que en esta charla vamos a hacer muchas referencias a lo que enseñan los
diferentes documentos de la Iglesia sobre el canto.

Es importante comenzar reflexionando que desde su fundación la Iglesia ha estado


cantando en todas sus celebraciones. También en la Biblia (en el Apocalipsis) leemos
que la Iglesia triunfante canta. Dice el Apocalipsis: “Y cantan un cántico nuevo diciendo:
“Digno es el Cordero, que ha sido degollado…”. Yo no se si en la Iglesia purgante (la
que esta en el Purgatorio) se cante también o no, pero no quisiera tener que irlo a
averiguar. Prefiero unirme por medio del canto a la Iglesia triunfante.
Si alguien no quiere cantar, puede ir a la Iglesia purgante, a ver si allí puede estar un
rato sin cantarle al Señor. (¡No se crean, es una broma!)

Algunas de las palabras, tonos, e instrumentos han cambiado a lo largo de la historia,


pero desde la Resurrección de Cristo (y aún antes) aquellos que se reunían para la
adoración a Dios estaban instruidos para cantar. Incluso Jesús cantaba, como nos lo
cuenta el evangelio.

La Constitución de la Sagrada Liturgia nos dice cual es el valor de la música en la


liturgia:

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"La tradición musical de la Iglesia Universal es un tesoro de valor inestimable, mayor
aún que cualquier otro arte. La razón principal de esta importancia consiste en que el
canto sagrado esta muy apegado al texto, y forma una parte necesaria e integral de la
liturgia solemne". (CSL #112).

La Instrucción General del Misal Romano (“IGMR”) también nos dice que el cantar es
de gran importancia en la celebración de la Misa. ¿Por qué? Porque cantar nos hace
parte de una oración comunitaria que es más antigua y extensa que nuestra propia
oración. Es algo que debemos hacer juntos. Cuando cantamos juntos, oramos de una
manera más fuerte. Además, como Iglesia Peregrina, nos unimos por medio del canto a
la Iglesia Triunfante (en el cielo).

La IGMR dice lo siguiente: ".. deberá tenerse cuidado de que el canto del ministro y el
pueblo no esté ausente en las celebraciones que ocurren en Domingo y los días
festivos de obligación" (IGMR #40).

Que partes de la Misa conviene cantar? Que partes son opcionales de cantar?

A veces no sabemos si hay que cantar absolutamente todo o cantar solo algunas partes
de la misa. Para discernir, dependiendo de la situación, que partes conviene cantar, la
Iglesia nos proporciona guías llamadas "solemnidades progresivas." Esto significa que
algunas partes de la Misa son más importantes y significativas que otras y por lo tanto
deben ser cantadas con preferencia.

A. Lo más solemne: Las partes que DEBEN cantarse:


La Iglesia nos dice que las siguientes partes son las más importantes:

1. Aclamación del Evangelio (Aleluya) y

2. la Aclamación de la Oración Eucarística, que consta de 3:


a. Santo
b. Aclamación Memorial y (el que dice “Anunciamos tu muerte,
proclamamos..”)
c. Gran Amén o Amén Solemne (después de “por Cristo con él y en él…”)

¿Por qué estas partes? Porque enfatizan las dos partes más importantes de la Misa: el
Evangelio y la Oración Eucarística, y estas partes de la Misa nos revelan con sus
palabras y sacramentos la presencia de Cristo. Estas aclamaciones deben ser cantadas
en cada Misa (aún en días de semana). Los textos para estas aclamaciones están
dados por la Iglesia y no deben ser cambiados.

Ojo: Dice el misal que si el Aleluya no puede cantarse se OMITE!! Allí tienes claro que
el canto es necesario e integral!!

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En la práctica, muchas parroquias no cantan las aclamaciones 2.b y 2.c pero es muy
importante que caminemos hacia lograr hacerlo!

B. Los Himnos Procesionales


En orden descendiente en solemnidad tenemos dos himnos procesionales que es muy
importante cantar:

3. El Canto de Entrada y
4. El Canto de Comunión.

¿Porque son importantes? Porque el unir nuestras voces en el canto nos ayuda a
experimentar comunión y unión uno con el otro y con Dios. El Canto de Entrada nos
ayuda a convertirnos en comunidad, y el Canto de la Comunión expresa nuestra unión
con Cristo y unos con otros a través de la unión de nuestras voces. La asamblea entera
es llamada para cantar estos cantos en Domingos y días festivos de obligación.

C. El Salmo Responsorial
Siguiendo en orden de solemnidad tenemos:

5. el Salmo Responsorial.

El cantar el Salmo Responsorial puede ser un reto tanto para los ministros de música
como para la asamblea, porque el salmo cambia cada día. Para facilitar su canto la
Iglesia proporciona la opción de un salmo por estación. Esto permite que la asamblea
aprenda un salmo que puede ser cantado a lo largo de toda una estación litúrgica. El
Salmo Responsorial deberá ser cantado los Domingos y en las liturgias de los días de
guardar.

D. Los Cantos Ordinarios


Enseguida en la lista están los llamados “cantos ordinarios," que se llaman así porque
en todas las misas están presentes:

6. Kyrie Eleison/Señor ten Piedad,


7. Gloria/Gloria a Dios,
8. Oración del Señor (Padre Nuestro),
9. Agnus Dei/Cordero de Dios y
10. Profesión de Fe. (Credo)

Estos pueden ser o no cantados, dependiendo de la solemnidad de la Misa y de la


naturaleza de la estación litúrgica. La profesión de Fe ya no suele cantarse, porque es
muy largo y dificulta la participación de los fieles.

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E. Cantos Suplementarios Opcionales:
Finalmente, tenemos cantos suplementarios:
11. Durante la preparación de las ofrendas (llamado “de Ofertorio”, pero que en
realidad es “de ofrendas”)
12. el canto de oración después de la comunión.
13. El canto de salida, (que ya no forma parte de la Misa y no es de suyo
“Litúrgico”)
14. Las Antífonas: Antífona de entrada, antífona de comunión.

Estos deben ser considerados de menor solemnidad y pueden ser o no cantados.

Vamos ahora a repasar las partes de la misa y a comentar la finalidad de cada canto.
Entre paréntesis se indica como esta la Asamblea:

P es Parados, S es Sentados y R es de Rodillas:

1. RITOS INICIALES
Entrada (P):
Mientras entra el sacerdote comienza el canto de entrada. El fin de este canto es abrir
la celebración, fomentar la unión de quienes se han reunido y elevar sus pensamientos
a la contemplación del misterio litúrgico o de la fiesta. Se recomienda que el canto
termine cuando el sacerdote llega a la Sede.

Saludo al altar y pueblo congregado (P):


Cuando llega, el sacerdote besa el altar. Terminando el canto de entrada, el sacerdote y
la asamblea hacen la señal de la cruz. A continuación el sacerdote, por medio del
saludo, manifiesta a la asamblea reunida la presencia del Señor.
Terminado el saludo, el sacerdote o el monitor puede hacer a los fieles una brevísima
introducción sobre la misa del día. Después el sacerdote invita al Acto penitencial, que
se realiza cuando toda la comunidad hace su confesión general termina con la
conclusión del sacerdote.

Acto Penitencial (P):


El Acto Penitencial consiste en pedirle perdón al Señor por nuestros pecados. Hay 3
formas de Acto penitencial, y LAS 3 PUEDEN CANTARSE:

Forma 1: Es la mas común, se recita “Yo confieso, ante Dios todo poderoso, y ante
Ustedes Hermanos…” y después de esta oración, se canta el “Señor, ten piedad”.

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Forma 2: También puede cantarse o recitarse: Dice el solista o el sacerdote: “Tú que
has venido a salvar a los pecadores…” y se contesta “Señor ten piedad”. , etcétera.

Forma 3: También puede cantarse: Dice “Muéstranos Señor tu misericordia”… y se


contesta “Y danos tu salvación..” Etcétera.

Si no se canta el “Señor, ten piedad”, al menos se recita.


Gloria (P):
Este es un antiquísimo y venerable himno con que la iglesia, congregada en el Espíritu
Santo, glorifica a Dios Padre y al Cordero, y le presenta sus súplicas. Si no se canta, al
menos lo han de recitar todos, o juntos o alternadamente. Si se canta el Gloria, es
MUY IMPORTANTE que la letra no sea mutilada ni modificada respecto del texto
litúrgico.
No solo porque un canto dice “Gloria” en alguna parte ya puede considerarse un canto
propio para esta parte de la misa.

Un criterio es que si el canto no dice al menos un 85 o 90% de toda la oración del Gloria
tal como viene en el misal, no debe usarse para la misa. Puede usarse para otra cosa
pero no para la misa.

Oración colecta (P):


El sacerdote invita al pueblo a orar; y todos, a una con el sacerdote, permanecen un
rato en silencio. Luego, el sacerdote lee la oración que expresa la índole de la
celebración; el pueblo la hace suya diciendo “amen.”

2. LITURGIA DE LA PALABRA
La Eucaristía es sacramento de toda la vida de Jesús. Mediante las Lecturas bíblicas
nos acercamos a ella: su preparación (1º Lectura: Antiguo Testamento), desarrollo
(Evangelio) y consecuencias (2º Lectura: Nuevo Testamento). Formando parte de la
misma Liturgia de la Palabra tenemos los Cantos interleccionales.

Después de la 1º Lectura (S), sigue un Salmo Responsorial (S), que se toma del
Leccionario. El salmista o cantor del salmo, desde el ambón o desde otro sitio oportuno,
proclama las estrofas del salmo, mientras toda asamblea escucha è y además participa
con su respuesta.
Es importante que quien proclama el salmo sea un miembro del CORO, aunque no lo
cante, y además, debe salir del coro y pasar al ambón.
Dado que el salmo responsorial tiene un texto litúrgico específico, normalmente se
canta salmodiando las estrofas y el coro, aunque también puede componerse un canto
rítmico o métrico específico y cantarse como salmo responsorial, siempre que respete lo
más posible el texto litúrgico original.

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A la 2º Lectura (S) sigue el Aleluya (P) u otro canto según las exigencias del tiempo
litúrgico y después viene la lectura del Evangelio (P).

Como ya vimos, si el Aleluya no se canta se omite, pero no se debe recitar.

Cuando es muy solemne la misa puede volverse a cantar el Aleluya al terminar la


lectura del Evangelio, mientras el sacerdote regresa al altar y da a besar el Evangeliario
al Obispo o al Presidente de la celebración.

Homilía (S)
Conviene que sea una explicación de las Lecturas, o de otro texto del Ordinario, o del
Propio de la Misa del día, teniendo siempre el misterio que se celebra y las particulares
necesidades de los oyentes.

Profesión de fe (P) o Credo


Con el Símbolo o Credo el Pueblo da su asentamiento y respuesta a la Palabra de Dios
proclamada en las Lecturas y en Homilía, y trae su memoria, antes de empezar la
celebración eucarística, la norma de su fe.
Como vimos antes, el Credo puede cantarse, pero no se acostumbra, porque es largo y
difícil de enseñar a cantarlo a la Asamblea.

Oración universal (P)


En la oración universal u oración de los fieles, el Pueblo, ejercitando su oficio
sacerdotal, ruega por todos los hombres (Papa, Iglesia, Estado, necesidades....).La
asamblea expresa su súplica o con una invocación común, que se pronuncia después
de cada intención, o con una oración en silencio.

3. LITURGIA EUCARÍSTICA

Preparación de los dones (S):


Al comienzo de la Liturgia eucarística se llevan al altar los dones que se convertirán en
el cuerpo y en la Sangre de Cristo: es de alabar que el pan y el vino lo presenten los
mismos fieles. Acompaña a esta procesión el “canto del ofertorio”, que se alarga por los
menos hasta que los dones han sido colocados sobre el altar.

Debe tenerse cuidado en este último punto: Si el sacerdote termina de lavar sus manos,
debemos terminar lo antes posible el “canto del Ofertorio”.

Plegaria eucarística (P)


Este el centro y el culmen de toda la celebración. Es una plegaria de acción de gracias
y de consagración. El sentido de esta oración es que toda la congregación de fieles se
una con Cristo en el reconocimiento de las grandezas de Dios y en la ofrenda del
sacrificio.

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Los principales elementos de que consta la Plegaría eucarística pueden distinguirse de
esta manera:
a) Acción de gracias (que se expresa sobre todo en el Prefacio).

b) Santo:
Con esta aclamación toda la asamblea, uniéndose a las jerarquías celestiales, canta o
recita las alabanzas a Dios.

c) Epíclesis (R):
Con ella la Iglesia, por medio de determinadas invocaciones, implora el poder divino
para que los dones que han presentado los hombres queden consagradas, es decir, se
conviertan en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, y para que la víctima inmaculada que se
va a recibir en la comunión sea para salvación de quienes la reciban.

d) Narración de la institución y consagración (R):


En ella, con las palabras y gestos de Cristo, se realiza el sacrificio que él mismo
instituyó en la última cena.

e) Anámnesis (P):
También llamada “Aclamación después de la Consagración”, con ella la Iglesia, al
cumplir este encargo que, a través de los Apóstoles, recibió de Cristo Señor, realiza el
memorial del mismo Cristo, recordando principalmente su bienaventurada pasión, su
gloriosa resurrección y la ascensión al cielo. En esta parte es donde la Asamblea
responde, DE PREFERENCIA CANTANDO, con las palabras siguientes, dependiendo
de la fórmula de Anámnesis (hay 3 diferentes) que haya usado el sacerdote:

1. «Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección; ¡ven, Señor Jesús!»


2. «Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz, anunciamos tu
muerte, Señor, hasta que vuelvas».
3. «Por tu cruz y resurrección nos has salvado».

f) Oblación (P):
La asamblea ofrece al Padre la víctima inmaculada, y con ella se ofrece cada uno de
los participantes.

g) Intercesiones (P):
Con ellas se da a entender que la Eucaristía se celebra en comunión con toda la
Iglesia, celeste y terrena, y que la oblación se hace por ella y por todos sus miembros,
vivos y difuntos.

h) Doxología final (P):


En ella se expresa la glorificación de Dios y se concluye y confirma con el amen del
pueblo, llamado el “GRAN AMEN”, y que también debe ser cantado!!

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Rito de la comunión
Ya que la celebración eucarística es un convite pascual, conviene que, según el
encargo del Señor, su Cuerpo y su Sangre sean recibidos por los fieles, debidamente
dispuestos, como alimento espiritual.

a) La oración dominical (P):


Se pide el pan de cada día, con lo que también se alude, para los cristianos, el pan
eucarístico, y se implora el perdón de los pecados. El embolismo, que desarrolla la
última petición, pide para todos los fieles la liberación del poder del mal.

b) El rito de la paz (P):


Con que los fieles imploran la paz y la unidad para la iglesia y para toda la familia
humana y se expresan mutuamente la caridad antes de participar de un mismo pan.
Existe la costumbre de cantar durante el rito de la paz, lo cual no está previsto en los
documentos de la Iglesia. En todo caso el sacerdote es el que puede dar permiso para
que así se haga, pero es MUY IMPORTANTE que no se revuelva este momento con el
Cordero de Dios.

c) El gesto de la fracción del pan (P):


Realizado por Cristo en la última Cena, en los tiempos apostólicos fue el sirvió para
denominar la integra acción eucarística. Significa que nosotros, que somos muchos, en
la comunión de un solo pan de vida, que es Cristo, nos hacemos un solo cuerpo (1 Co
10,17)

d) Inmixión o mezcla (P):


El celebrante deja caer una parte del pan consagrado en le cáliz [originariamente era un
trozo del pan consagrado en otra comunidad el domingo anterior: signo de comunión
entre las diversas comunidades cristianas]

e) Mientras se hace la fracción del pan y la Inmixión, los cantores o un cantor cantan el
Cordero de Dios:
Esta invocación puede repetirse cuantas veces sea necesario para acompañar la
fracción del pan. La última vez se acompañará con las palabras danos la paz. Para
COMENZAR a cantar el Cordero de Dios, debemos fijarnos en el Sacerdote: Cuando el
toma la patena t comienza la fracción es CUANDO HAY QUE COMENZAR a cantar el
Cordero de Dios.

f) Preparación privada del sacerdote.

g) Luego, el Sacerdote muestra a los fieles el pan eucarístico.

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h) Es muy de desear que los fieles participen del Cuerpo del Señor con pan consagrado
en esa misma Misa. Comulgar es la mejor forma de participar del sacrificio que se
celebra.

i) Mientras el sacerdote y los fieles reciben el Sacramento tiene lugar el canto de


comunión, canto que debe expresar, por la unión de voces, la unión espiritual de
quienes comulgan, demostrar, al mismo tiempo, la alegría del corazón y hacer más
fraternal la procesión de los que van avanzando para recibir el Cuerpo de Cristo. Si no
hay canto, se reza la antífona propuesta por la Misal.

Es importante que el canto de Comunión sea Cristocéntrico, es decir, que hable del
encuentro con Cristo. No importa que sea una fiesta o solemnidad de cualquier otra
cosa, nunca debe de sustituirse el canto de comunión por un canto que no sea
Cristocéntrico.

j) Terminada la distribución de la comunión, el sacerdote y los fieles, si juzgan oportuno,


pueden orar un rato recogidos. Si se prefiere, puede también cantar toda la asamblea
un himno, un salmo o algún otro canto de alabanza. (Canto después de la Comunión)

k) En la oración después de la comunión, el sacerdote ruega para que se obtengan los


frutos del misterio celebrado. El pueblo hace suya esta oración con la aclamación
“Amén.”

4. RITO DE CONCLUSIÓN (P):


El rito final consta de saludo y bendición sacerdotal, y de la despedida, con la que se
disuelve la asamblea, para que cada uno vuelva a sus honestos quehaceres alabando y
bendiciendo al Señor.

Aquí puede cantarse un canto de salida, que como ya dijimos es opcional y no forma ya
parte de la Misa. Suele aprovecharse para algún canto mariano, un canto de la fiesta o
solemnidad que se celebra o algún otro canto rítmico y alegre basado en los salmos o
de inspiración personal.

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Nivel Intermedio
Tema 9. Música en la Liturgia II:
Selección de los Cantos para la misa

Por Federico Carranza

1. Por qué debemos escoger bien los cantos para la Misa?

Imaginémonos que llegamos al cielo, y somos invitados a entrar al coro de los


ángeles, los que se mencionan en el Apocalipsis cantando.
El Ángel director toma la batuta, y va a comenzar un canto delante del trono de
Dios y del Cordero. Toda la creación expectante se prepara para escuchar el
poderoso clamor que nos narra San Juan.
Pero de pronto a ti se te ocurre que esa frase de

“Digno es el Cordero Degollado,


de recibir el poder la Gloria,
la Fuerza y la Alabanza”

ya está muy trillada, y decides que es hora de introducir una variación “de tu
propia inspiración” que, a ritmo de cumbia, dice más o menos así:

“Pero que lindo


es el borreguito
que se lastimó,
yo los invito a
felicitarlo,
a echarle porras
y huarachar

Insistes en que tu canción es mejor que la del Ángel director y exiges que se
cante, porque “tu opinión es muy importante”, y porque “eres muy creativo”.

El Ángel director escucha tu creativa sugerencia… ¡Y te manda de inmediato a la


otra sección, donde están los ángeles que se la pasan postrados y en silencio…!

Obviamente ni la letra ni el estilo musical propuestos eran APROPIADOS ni


IDONEOS para la solemnidad del momento.

Cada vez que cantamos en la misa, sucede algo parecido: NOS UNIMOS AL
CORO DE LOS ANGELES, y HUMILDEMENTE CANTAMOS CON ELLOS!!!

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(Ojo: No son ellos los que se nos unen humildemente a nosotros, sino nosotros los
que, humilde y reverentemente nos unimos a ellos)

Por esta razón, los cantos deben ser APROPIADOS e IDONEOS, porque estamos
entrando a una realidad espiritual gloriosa y profunda, y nuestro DEBER es buscar
tocar la mejor música (Salmo 33,3) la más idónea, la más hermosa, para el Señor
y en unión con la Esposa del Señor, que es la Iglesia.

Para determinar el valor de un canto en una celebración litúrgica debemos hacer


un triple juicio: musical, litúrgico y pastoral.

2. EL JUICIO MUSICAL

La pregunta clave de este juicio es: “¿Es buena la música del canto, desde el
punto de vista técnico, estético y expresivo?”
Este juicio es fundamental y de preferencia deben hacerlo los músicos
competentes de nuestro coro o de la parroquia. Sólo la música artísticamente
buena (“la mejor música” Sal. 33,3) será efectiva y apropiada para la misa. Si nos
conformamos con lo barato, lo trivial, o con “la moda” de los cantos populares con
el propósito de conseguir una «liturgia del momento» estaríamos degradando la
liturgia.
En el Concilio Vaticano II, la Constitución Sacrosanctum Concilium, sobre la
sagrada liturgia, núms. 114 y 116 nos dice lo siguiente:
“Los músicos deben buscar y crear música de calidad para el culto,
especialmente los nuevos arreglos musicales para los nuevos textos litúrgicos.
Deben también realizar la investigación necesaria para hallar nuevos usos para lo
mejor de la música antigua. Deben explorar el repertorio de la buena música
usada en otras denominaciones religiosas. Deben hallar los medios prácticos de
conservar y usar nuestra rica herencia de cantos y motetes latinos.”
También es importante que, siendo buena la música, sea también “cantable”,
bonita y accesible al pueblo. En la Declaración de 18 de abril de 1996 del comité
de los Obispos sobre la Liturgia se nos dice:
«En los tiempos modernos la Iglesia ha reconocido consistentemente y admitido
libremente el uso de diversos estilos de música como ayuda al culto litúrgico.
Desde la promulgación de la Constitución sobre la liturgia y más especialmente
desde la introducción de las lenguas vernáculas en la liturgia, ha surgido una
necesidad más apremiante de composiciones musicales en idiomas que puedan
ser cantadas por la congregación y así fomentar la participación en común.»

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Por eso, como músicos tenemos el derecho y la obligación de insistir en que la
música sea buena. Pero si bien toda la música litúrgica debe ser buena, no toda
buena música es adecuada para la liturgia. El juicio musical es básico pero no
decisivo. Quedan los juicios: litúrgico y pastoral.

3. EL JUICIO LITÚRGICO

La naturaleza misma de la liturgia nos ayuda a determinar qué clase de música se


pide, qué partes deben preferirse para cantar, y quién debe cantarlas en cada
parte de la misa. A este respecto, puedes regresar a la charla anterior sobre “La
misa y sus partes” para tener los elementos de juicio litúrgico.

Requerimientos estructurales de la misa


Imagínate que el canto de “Señor ten Piedad” lo tocas con toda una orquesta, y
que el resto de los cantos de la misa los tocas solo con una guitarra. ¡Parecería
que lo más importante de toda la misa fue el “Señor ten Piedad”!!.
Para evitar eso, debemos realzar la parte más importante de la misa con el mejor
arreglo y con el canto más rico posible. En otras palabras, la elección de las
parles cantadas, el equilibrio entre ellas, y el estilo de arreglo musical que se use
en cada parte deben reflejar la importancia relativa de las partes de la misa y la
naturaleza de cada parte.

Requerimientos textuales
La pregunta CLAVE del Juicio Litúrgico para la selección de cantos es la siguiente:
¿Expresa e interpreta el texto litúrgico correctamente y lo hace más comprensible?
¿Es respetada la forma del texto?
Al hacer estos juicios debemos tener presente las clases principales de textos:
proclamaciones, aclamaciones salmos e himnos, y oraciones. Cada una tiene una
función específica que debe ser acentuada por la música escogida para dicho
texto.
Para la mayoría de las partes cantadas de la misa hay un texto litúrgico oficial
aprobado. También existen criterios para los textos que pueden reemplazar los
cantos procesionales de la misa. En estos casos y en la selección de toda la
música suplementaria, los textos «deben estar de acuerdo con la doctrina católica,

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más aún, deben tomarse principalmente de la Sagrada Escritura y de las fluentes
litúrgicas»”

Requerimientos de Participación
Llegamos a la parte central del juicio litúrgico: Liturgia significa el “trabajo común”
o sea el “servicio de todos”. Toda la asamblea debe participar en la liturgia según
le corresponda. Y en esto el Concilio Vaticano II en la Constitución Sacrosanctum
Concilium, sobre la sagrada liturgia, núm. 121 nos dice lo siguiente:
“En las celebraciones litúrgicas, cada cual, ministro o simple fiel, al desempeñar su
oficio, hará todo y sólo aquello que le corresponde por la naturaleza de la acción y
las normas litúrgicas”.
Es decir, no podemos ser “agentes libres” o elegir “democráticamente” cambiar o
dejar de apegarnos a estas normas litúrgicas. En nuestro ministerio de música,
como en el resto de los “oficios” dentro de la misa, debemos ser obedientes,
haciendo “todo aquello” y “solo aquello” que nos corresponde por las normas. Una
de las normas es quienes pueden y quienes deben participar en el canto. Veamos
en seguida la participación de cada quien:

La congregación
La música para la congregación debe estar dentro de la capacidad de ejecución
de sus miembros; es decir, la congregación debe poder cantar, y debe sentirse
cómoda y segura con lo que está cantando, a fin de realizar una buena
celebración. Para ello, obviamente, necesitamos que puedan aprenderse o que
se sepan ya los cantos. Uno de los elementos para escoger un canto respecto de
otro será entonces, darle prioridad al canto que la congregación se sepa, y si no
se lo sabe, repartir hojas para que se lo pueda aprender.

El cantor
Debemos escoger cantos que permitan al cantor dirigir adecuadamente a la
asamblea al cantar. En la Declaración de 18 de abril de 1996 del comité de los
Obispos sobre la Liturgia se nos dice:
“Procúrese, sobre todo allí donde no haya posibilidad de formar ni siquiera un coro
pequeño, que haya al menos uno o dos cantores bien formados que puedan
ejecutar algunos cantos más sencillos con participación del pueblo y dirigir y
sostener oportunamente a los mismos fieles. Este cantor debe existir también, en
las iglesias que cuentan con un coro, en previsión de las celebraciones en las que
dicho coro no pueda intervenir y que, sin embargo, hayan de realizarse con alguna
solemnidad y, por tanto, con canto.» «Aunque un cantor no puede realizar el

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servicio de culto de a misma manera que un coro, un cantor formado y competente
puede realizar un importante ministerio conduciendo a la congregación en los
cantos sagrados comunes y en los cantos responsoriales”

El coro
El Concilio Vaticano II, en la Constitución Sacrosanctum Concilium, sobre la
sagrada liturgia, núm. 114 dice:
«Foméntense diligentemente los coros con tal que toda la comunidad de los
fieles pueda aportar la participación activa que le corresponde»

Es decir, que, siempre que se fomente la participación del pueblo, debemos formar
buenos coros. Ahora bien, también podemos escoger cantos que sean “solo para
cantarlos el coro", pero solo de conformidad con lo que marque la liturgia a este
respecto. Es decir, hay cantos en que el pueblo DEBE CANTAR! Y otros en que
no es necesario que cante. A este respecto también nos dice la Constitución
Sacrosanctum Concilium lo siguiente:
«A veces el coro, dentro de la congregación de los fieles y como parte de ella,
asumirá el papel del liderazgo, mientras que otras veces conservará su propio
ministerio característico. Esto quiere decir que el coro dirigirá al pueblo en la
oración cantada, alternando o reforzando el canto sagrado de la congregación, o
realzándolo con la adición de una elaboración musical. Otras veces en el curso de
la celebración litúrgica el coro solo cantará obras cuyas exigencias musicales
requieren y retan su competencia.»

4. EL JUICIO PASTORAL

La pregunta clave del Juicio Pastoral es la siguiente: ¿Capacita la música en la


celebración a esta comunidad para expresar su fe en este lugar, en esta época, en
esta cultura?
Como vemos, el juicio pastoral toma como criterios el lugar, la cultura, la época, y
a la comunidad misma que participa. En la selección de los cantos interviene el
juicio de si son niños, jóvenes o adultos los que participan, si estamos en una
ciudad o en un pueblo, si la gente tiene educación o no la tiene, si son de tal o cual
país, etcétera. Es decir, si el canto se incultura o no adecuadamente a la realidad
de la comunidad celebrante.

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El juicio pastoral gobierna el uso y la función de cada elemento de la celebración.
Idealmente este juicio lo hace el equipo o comité planificador de la parroquia, y no
solamente el coro por separado. Es el juicio que debe hacerse en esta situación
particular, en estas circunstancias concretas que está viviendo la comunidad.
La Instrucción de la Congregación para el Culto divino, publicada el 5 de
septiembre de 1970, alienta a las Conferencias Episcopales a considerar no
solamente la compatibilidad de la música litúrgica con el tiempo y las
circunstancias de la celebración, sino también “la situación de los fieles que
habrán de emplearla. Por todos los medios deberá fomentarse el canto del pueblo,
echando mano incluso de nuevas formas musicales que respondan a la índole de
cada pueblo y al gusto actual”. El documento añade que la música y los
instrumentos deben «estar de acuerdo con la dignidad y el carácter sagrado del
lugar y del culto divino».

Conclusión:
Nosotros como músicos podemos juzgar que una cierta composición o estilo de
composición es música buena, pero este juicio musical realmente no dice nada
acerca de si esta música puede ser usada o no en una celebración litúrgica.
Todos los signos de la celebración litúrgica, incluyendo la música, deben ser
aceptados y recibidos por la comunidad celebrante como signos significativos para
una experiencia de fe genuinamente humana, que les acerca de verdad a Cristo, y
que les hace una vivencia de fe en la que participan, no como espectadores, sino
como parte misma de la celebración. Por eso es tan importante tener, además del
juicio musical, los juicios litúrgico y pastoral.
Como decíamos, el juicio pastoral puede ser auxiliado por la sensibilidad a las
características culturales y sociales del pueblo que compone la congregación: su
edad, cultura y educación. Estos factores influyen en la efectividad de los signos
litúrgicos, incluyendo la música. Ningún conjunto de regulaciones por sí mismo
logrará jamás una celebración verdaderamente pastoral de los ritos
sacramentales. Tales regulaciones deben siempre ser aplicadas con una
preocupación pastoral por la comunidad que celebra la misa.

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Finalmente, a manera de resumen, puedes tomar en cuenta el siguiente guión
para la selección de los cantos para la misa:
GUION PARA SELECCIONAR UN CANTO PARA LA MISA
Titulo:
Autor de letra:
Compositor de la música:
Editorial:
Cantoral:

Juicio musical:

¿Está la música en consonancia con la celebración?


¿Ayuda o distrae la música?
¿Es cantable por la asamblea o solo por el coro?
¿Qué ambiente provoca o evoca la música del canto?
a) El tiempo (RITMO) es correcto para:
 Tiempo de canto.
 Momento celebrativo

b) La melodía.
 Tiene Intervalos cantables?
 Tiene la tesitura adecuada?
 Ayuda a la oración?

c) Acompañamiento-Armonía
 Las voces: son al unísono o polifonía?
 Los instrumentos: ¿Ayudan a cantar?,
o ¿Sostienen el canto?,
o ¿Tienen el volumen equilibrado?

d) Interpretación:
 ¿Rezan o cantan notas?
 ¿Dicen bien el texto?
 ¿Hay unidad, hay concordancia entre la melodía y el texto?
 ¿Hay expresión: fuertes, mezzofortes, pianos, andantes,
moderatto, allegro…?

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JUICIO LITURGICO:

¿Expresa el canto el texto litúrgico de manera correcta y comprensible?


¿Este canto da gloria y honra a Dios?
¿El canto está de acuerdo al tiempo litúrgico?
Para qué celebración es? (eucaristía, bautismo, confirmaciones,
matrimonios, etc.)
¿En qué momento concreto del rito que se celebra se cantará?
¿Debe o no la asamblea cantar este canto?
Si el canto debe cantarlo la asamblea, ¿Puede realmente cantarlo?
¿es un texto litúrgico o no litúrgico?
¿Tienen calidad poética?
¿Tiene belleza?
¿Es un texto apropiado para el momento litúrgico?
¿Qué quiere resaltar el texto?
¿Va el texto de acuerdo con la música?

JUICIO PASTORAL:

¿El canto ayuda a esta comunidad para expresar su fe en este lugar, en


esta época, en esta cultura?
¿Promueve este canto la santificación de la asamblea?
¿El canto está de acuerdo a la cultura, edad y educación de la asamblea?
¿La asamblea se sentirá identificada con este canto?
¿Fomenta este canto la participación de la asamblea y su compenetración
con la celebración litúrgica?

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Nivel Intermedio
Tema 10. Música en la Liturgia III:
La Música Sacra

Llegamos por fin a la charla que nos dispone a estudiar los Documentos de la Iglesia.

Recuerdo que al final de la charla de “La música al servicio de la Liturgia” puse un


cuento que comienza diciendo: “Un día se encontraron un liturgista "muy tradicionalista"
con un músico católico "de guitarrita"...

La historia va contraponiendo, de modo bastante exagerado, las actitudes y


disposiciones del cantor, que se remite a la Biblia, con las del liturgista, que solo se
remite a “los documentos”.

El final del cuento es el siguiente:


Dice el guitarrista:
“Tu si quieres sigue estudiando tus documentos, yo mientras voy a hacer lo que dice la
Biblia. Ah! y te sugiero que ajustes los documentos para que se apeguen más fielmente
a lo que enseña la Palabra de Dios! Cuando tus documentos se ajusten más a la Biblia,
entonces me regalas una copia y te prometo que los estudiaré.

El liturgista se quedo rascándose la cabeza y revisando sus notas y documentos,


mientras que el guitarrista entraba al templo alegremente cantando y bailando,
alabando a Dios.

Les confieso que yo siempre me he identificado mas con el guitarrista que con el
liturgista, y supongo que también la mayoría de ustedes. (jejeje) Pero como me dijo mi
querido hermano Cesar Augusto Solórzano Ramos, de Colima:

Fede: Yo creo, con todo respeto, que incluir esa anécdota del guitarrista y el liturgista
puede tener consecuencias desfavorables, pues como sabes, en nuestros días a
muchos jóvenes de los coros no les interesa mucho leer normas o sugerencias para la
música, y si estos jóvenes realizan su ministerio de forma pobre e indigna pareciera que
les estás diciendo que continúen así… entonces donde estará la gloria y el respeto a su
padre y Señor?

Pues bien, Cesar Augusto tiene mucha razón, porque realmente los Documentos de la
Iglesia, vistos en su contexto histórico y cultural, se apegan fidelísimamente al espíritu
de alabanza y honra a Dios que vemos en la Palabra de Dios, de modo que ha llegado

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el momento para junto con todos ustedes, CUMPLIR NUESTRA PROMESA DE
ESTUDIAR LOS DOCUMENTOS.

No se trata de cualquier documento, sino de verdaderos tesoros de enseñanza que nos


instruyen en el espíritu y la actitud de reverencia y amor de nuestro servicio como
cantores.

Recuerden que en el cuento, ustedes y yo (el guitarrista) le dijimos claramente al


liturgista de la anécdota “TE PROMETO QUE LOS ESTUDIARÉ”… de modo que vamos
hacerlo!!!

Ahora bien, para hacerlo de manera adecuada es importante tomar algunas pautas que
presento a continuación.

I. Como estudiar los documentos?

I.1 Actitud de Oración y respeto


Cuando leemos los escritos de los santos, lo hacemos comenzando con una oración,
luego nos disponemos y entramos a leer imaginándonos que es ese santo quien
personalmente nos habla y nos instruye. Hagamos lo mismo cada vez que vayamos a
leer alguno de estos documentos, porque han sido escritos por hombres santos: (San)
Juan Pablo II (el Grande), San Pio X, los Santos Padres Conciliares de Vaticano II,
etcétera.
No debemos asumir una actitud criticona o rebelde hacia lo que nos dicen los
documentos, porque sería ser criticones o rebeldes contra lo que nos dicen estos
hombres tan santos.

I.2 Comprensión del contexto histórico


Debemos leerlos teniendo muy en cuenta el contexto histórico en que fueron escritos.
Por ejemplo, los escritos del Papa San Pio X fueron escritos antes del Concilio Vaticano
II, por lo que no tienen todavía incorporados los elementos de la renovación litúrgica del
Concilio.
Al leerlos comprendiendo el contexto histórico, podremos descubrir su riqueza y el
tesoro que representan, porque los criterios fundamentales de honor a Dios, amor, y de
“tocar la mejor música” siempre aparecen.

I.3 Visión de Conjunto


Debemos leerlos también con visión de conjunto, es decir, no se trata de documentos
aislados, sino que uno se construye por así decir, encima del anterior, para ir formando
un cuerpo de enseñanza.

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I.4 Dedicarle tiempo a cada uno
A cada documento hay que tratar de leerlo pausadamente, con calma, pero en lo
posible tratar de leerlo completo y “digerirlo”. Debemos evitar la tentación de ir solo a
buscar “que permite” o “que prohíbe” el documento en cuestión, y sobre todo pedirle a
Dios que nos transmita la VISION ESPIRITUAL que contiene cada documento, para
que forme nuestro criterio y nos de profundidad de comprensión del hermoso ministerio
que tenemos en la música litúrgica.

II. Los documentos

Al empezar a buscar diversas fuentes para tener ejemplares en archivo electrónico, me


encontré con un magnifico compendio que realizó nuestro hermano Luis Fernández, de
la 2° Comunidad Neocatecumenal en la Parroquia Santa Catalina Labouré, en Madrid.
Luis Fernández, cantor de la comunidad, ha venido recopilando los documentos “desde
su juventud”, y nos hace una magnifica presentación de ellos. Además de los
documentos oficiales ha incluido algunos excelentes de charlas de su comunidad,
extractos de escritos y otras cosas que enriquecen muchísimo el compendio. Me he
permitido separarlos en archivos diferentes para quienes no tienen una conexión de
internet muy rápida, y el INDICE viene abajo para poderlos accesar.

El compendio completo hecho por Luis, de 199 páginas, también lo pueden encontrar y
bajar en la siguiente dirección:
http://www.archimadrid.es/laboure/docs/Orientaciones.pdf

Dicho esto, hermanos, los dejo con Luis Fernández:

III. Presentación de Luis Fernández

Quisiera comenzar esta breve presentación con temblor, al considerarme indigno del
don que he recibido del Señor en el Camino Neocatecumenal: ser cantor de la
comunidad donde he vivido desde mi juventud la renovación de mi Bautismo. Un
carisma purificado tras una intensa y necesaria noche oscura, que me llevó a tener
presente, siempre que me pongo delante del atril, las palabras del rey David: “¿cómo
pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?”. Cuántas veces mi guitarra me ha
preservado de tantos peligros; me ha sacado de una crisis; me ha hecho llorar; me ha
devuelto la alegría; me ha llevado a una intimidad más profunda con nuestro Señor
Jesucristo. Si mi libro de cantos hablara podría desnudar mi intimidad como si de una
confesión se tratara.

Posiblemente con muy poca intuición, pero con gran avidez por descubrir los tesoros de
la música sagrada en la tradición de la Iglesia, he ido recopilando a lo largo de estos
años una serie de documentos pontificios, desde San Pío X a Juan Pablo II, juntamente
con algunos comentarios de los Santos Padres o de autores reconocidos como el Padre

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Farnés o Dietrich Bonhoeffer, y algunas catequesis y comentarios de los iniciadores del
Camino Neocatecumenal, Kiko Argüello y Carmen Hernández; todos ellos me han
permitido iniciar este viaje de descubrimiento. Los he ido leyendo y releyendo una y otra
vez; con gran alegría he sido alcanzado por las palabras contenidas ellos, repletas de
sabiduría, llenas de intención y con una indescriptible unidad, como si de una misma
fuente hubiesen salido las riquezas que encierran.

Como no citar la transmisión oral, impregnada del Espíritu Santo, que he ido recibiendo
a través de mis catequistas en las distintas convivencias y pasos del camino. Cuantos
regalos hemos recibido a través de la inspiración musical que el Señor ha suscitado
tantas veces a Kiko Argüello poniendo música a un salmo, a una Palabra de la Escritura
o a un poema de San Juan de la Cruz.

No es de extrañar que el Concilio Vaticano II, refiriéndose a la música sagrada


proclamara su dignidad al dedicarle un capítulo entero en la constitución Sacrosanctum
Concilium sobre la sagrada liturgia afirmando que: “La tradición musical de la Iglesia
universal constituye un tesoro de valor inestimable, que sobresale entre las demás
expresiones artísticas, principalmente porque el canto sagrado, unido a las palabras,
constituye una parte necesaria o integral de la Liturgia solemne”. Y la música sagrada
en general, y su sensibilidad en particular, ha sido y sigue siendo hoy un medio a través
del cual Dios se sirve para impregnar en el hombre su Amor; de esta forma penetra
zonas profundas que solo el alma reconoce, manifestando el hombre con su respuesta,
con el canto, el reconocimiento debido a su creador.

Cuando decidí unificarlos en un pequeño mamotreto de orientaciones para mi propia


formación, apareció sobre mis manos este trabajo que tal vez pudiera ayudar a otros
hermanos a valorar con más estima el servicio que hacemos en la Iglesia y en la
comunidad; a conocer con mayor profundidad aquello que la Iglesia universal ha
manifestado a través de los siglos como fundamental al respecto de la música sagrada.
Es un elemento más que tal vez contribuya a nuestra formación; iluminar, si cabe,
nuestra misión, que no es otra que ser un instrumento al servicio de la comunidad. Ser
cantor no es un privilegio, no es un título, no es un puesto de honor en las asambleas;
ni siquiera lo son nuestras virtudes para el canto. Solo la experiencia de la Fe que viene
de la escucha constante de la Palabra, la Eucaristía y la vida de la Comunidad puede
hacer que nuestra voz, nuestra música, esté afinada con los deseos del Padre que ama
a todos los hombres y que desea que le conozcan. Ya decía San Basilio: “¡Oh sabio
invento del Maestro, que ideó un arte para a la vez cantar y aprender cosas útiles; pues
de esta forma los preceptos quedan impresos con más fuerza en el alma! En verdad,
difícilmente permanece lo que se ha aprendido de mala gana: lo que por el contrario se
ha recibido con gusto y suavidad, dura con más firmeza en nuestro espíritu”.

Cómo no reconocerse en las palabras de San Ambrosio: “Se canta el salmo y hasta los
corazones de piedra se ablandan. Vemos llorar a los pecadores más obstinados,

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doblegarse a los más recalcitrantes”; como una exultación, como un eco, una vivencia,
un testimonio vivo de su experiencia existencial, que no está distante de la nuestra.
Estas páginas pretenden solo abrir una ventana a este tesoro; y queda mucho más por
descubrir.

Con este espíritu podéis acercaros a estas páginas, que no requieren una lectura
continuada; podéis leerlo en el orden que os resulte más atractivo y volver a su lectura
cuando consideréis que os puede aportar ayuda a vuestras inquietudes.

Quisiera concluir con las palabras de Juan Pablo II en su mensaje dirigido a los artistas:
“No todos están llamados a ser artistas en el sentido específico de la palabra. Sin
embargo, según la expresión del Génesis, a cada hombre se le confía la tarea de ser
artífice de la propia vida; en cierto modo, debe hacer de ella una obra de arte, una obra
maestra”. Tal vez, con nuestro canto, podamos colaborar un poco a esta tarea.

Que nuestro servicio como cantores, como los últimos, ayude a los otros a recrear cada
día la belleza que está encerrada en la liturgia de nuestra vida.

Luis Fernández
2ª Comunidad Neocatecumenal
Parroquia Santa Catalina Labouré – Madrid

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Nivel Intermedio
Tema 11. Música en la Liturgia III:
La Música Sacra (Documentos en línea)

EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA SOBRE LA MÚSICA SAGRADA

1.- 1.-Mensaje del Concilio Ecuménico Vaticano II dirigido a los Artistas incluido en
el mensaje final del concilio dirigido a la Humanidad, 8 de Diciembre de 1965.

2.-Motu Proprio "Tra le Sollecitudini" de San Pío X sobre la Música Sagrada, 22 de


Noviembre de 1903.

3.-Carta Apostólica "Divini cultus sanctitatem" de Pío XI sobre la Música Sagrada,


20 de diciembre de 1928.

4.-Instrucción del Papa Pío XII sobre la Música Sagrada, 25 de Diciembre de 1955.

5.-Instrucción "Musicam Sacram" de la Sagrada Congregación de Ritos y del


Consilium sobre la música en la sagrada liturgia. Pablo VI, 5 de marzo de 1967.

6.-Constitución Apostólica "Laudis Canticum" de Pablo VI, 1 de Noviembre de 1970

EL MAGISTERIO DE JUAN PABLO II SOBRE EL ARTE, LA MÚSICA SAGRADA Y


LA ORACIÓN DE LOS SALMOS

1.-Carta de Juan Pablo II a los Artistas, 4 de abril de 1999.

2.-Discurso de Juan Pablo II a los participantes en el Congreso internacional de


música, 27 de enero de 2001.

3.-Los Salmos en la Tradición de la Iglesia, 28 de marzo de 2001.

4.-La Liturgia de las Horas, oración de la Iglesia, 4 de abril de 2001.

5.-La Liturgia de las Vísperas, 8 de octubre de 2003.

6.-La estructura de las Vísperas, 15 de octubre de 2003.

7.-Quirógrafo de Juan Pablo II sobre la música sacra en el centenario del Motu


Proprio «Tra le sollecitudini», 22 de noviembre de 2003.

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LA MÚSICA SAGRADA

1.-Sobre la dignidad de la música sagrada, de la Constitución Pastoral


"SACROSANCTUM CONCILIUM" del Concilio Ecuménico Vaticano II.

2.-La música sagrada en el Catecismo de la Iglesia Católica.

3.-Nota histórica sobre la Música Sagrada.

4.-Nota histórica sobre el Canto Gregoriano.

5.-Apuntes sobre Formación Músical.

EL CARISMA DEL CANTOR AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD

1.-El servicio de cantor en el Camino Neocatecumenal.Catequesis de Kiko


Argüello en la II convivencia de cantores en Madrid, marzo 1978.

2.-El Carisma del Salmista-Cantor. Apuntes de una catequesis de Kiko Argüello en


la convivencia de cantores en Roma, el 16 marzo de 1980.

3.-La vocación del Cantor en la tradición hebrea.

4.-El espíritu de David, rey de Israel, vive por siempre.

5.-Sobre la forma de cantar en la comunidad y de cómo hacer este servicio.

SOBRE LA INTERPRETACIÓN DE LOS SALMOS Y LA FORMA DE SALMODIAR

1.- Introducción al rezo de los salmos, de las "Moniciones y oraciones sálmicas"


del Padre Farnés, Barcelona, 1978.

2.- Carta de San Atanasio, arzobispo, a Marcelino sobre la interpretación de los


salmos.

3.- Algunos comentarios de los Padres de la Iglesia sobre la interpretación de los


salmos y la forma de salmodiar.

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Nivel Intermedio
Tema 12. El Ministerio de Música en las Asambleas de Oración

I. La experiencia de Jésed

Un elemento fundamental de Jésed como Ministerio de Música es que nuestro


servicio a la Iglesia está arraigado en nuestra vida comunitaria y en nuestra
actividad regular de dirigir la música de las asambleas de oración en nuestra
comunidad.

La Comunidad Jésed tiene 30 años celebrando todas las semanas, asambleas de


oración: cada 2 semanas tenemos la asamblea general, con mas de 600 adultos,
unos 200 jóvenes y alternadamente, cada 2 semanas tenemos las asambleas en
grupos de 100, lo que permite conocerse mas y construir vínculos fraternos mas
fuertes y profundos. Algunas veces tenemos asamblea con nuestros niños (unos
300). También celebramos la santa misa y tiempos de adoración al Santísimo
Sacramento en algunas asambleas generales. Todo esto nos da sentido e identidad,
para ser, en el corazón de la Iglesia, una gran familia de familias.

Todos estos elementos de vida comunitaria, junto con los campamentos para
nuestros niños, nuestras misiones de matrimonios, solteros profesionistas,
universitarios y adolescentes hacen que nuestra música sea muy familiar y
comunitaria, y que como ministerio siempre estemos procurando llevar este mismo
ambiente de oración comunitaria a nuestros conciertos, promoviendo la participación
de la comunidad que asiste y la celebración por encima de una presentación
virtuosa de talentos musicales. (que francamente, no tenemos muchos, todo es
gracia de Dios).

Nos gusta sobre todo que la gente participe y cante con nosotros, y llevarlos a la
presencia del Señor por medio de la oración y el canto es nuestra mayor alegría, es
nuestra razón de ser.

II. ¿Por qué es importante la música en nuestras asambleas y


celebraciones?

Primero que nada, debemos recordar que la idea de usar música en las reuniones y
asambleas de las comunidades cristianas no es nueva, sino que viene desde la
fundación misma de la Iglesia, como lo narra el Nuevo Testamento

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En Hechos 2,41-47 nos cuenta la Palabra de Dios que después de Pentecostés,
Los que acogieron su Palabra fueron bautizados. Aquel día se les unieron unas
3.000 almas.

Nos cuenta que “Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la


comunión, a la fracción del pan y a las oraciones”, y que “todos los creyentes vivían
unidos y tenían todo en común; vendían sus posesiones y sus bienes y repartían el
precio entre todos, según la necesidad de cada uno”.

Finalmente nos dice que Acudían al Templo todos los días con perseverancia y con
un mismo espíritu, partían el pan por las casas y tomaban el alimento con alegría y
sencillez de corazón. Alababan a Dios y gozaban de la simpatía de todo el pueblo.
El Señor agregaba cada día a la comunidad a los que se habían de salvar.

Mas adelante, San Pablo exhorta a los colosenses con estas palabras:

Col 3, 16-17: La palabra de Cristo habite en vosotros con toda su riqueza;


instruíos y amonestaos con toda sabiduría, cantad agradecidos, himnos y cánticos
inspirados, y todo cuanto hagáis, de palabra y de boca, hacedlo todo en el nombre
del Señor Jesús, dando gracias por su medio a Dios Padre.

Existen muchos testimonios históricos de nos demuestran que el canto siempre


estuvo presente en la vida naciente de la Iglesia, y que TODO EL PUEBLO
CANTABA.

El que todo el pueblo cante es algo fundamental del sentido comunitario de nuestras
asambleas. No se trata de asambleas en donde los cristianos se reunían a
escuchar “un concierto” o a oír cantar y tocar a unos cuantos virtuosos, sino de
experiencias comunitarias donde el mismo pueblo iba cantando y creando cánticos
inspirados, en un ambiente de apoyo fraterno, no de competencia, de show o de
concurso.

Por eso las canciones mas hermosas que nos da el Señor son en las asambleas de
oración, en medio de nuestro pueblo, un pueblo de reyes, sacerdotal, santo y
consagrado para las alabanzas a Dios, como dice 1 Pedro 2, 9-10:
Pero vosotros sois linaje elegido, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido,
para anunciar las alabanzas de Aquel que os ha llamado de las tinieblas a su
admirable luz, vosotros que en un tiempo no erais pueblo y que ahora sois el Pueblo
de Dios, de los que antes no se tuvo compasión, pero ahora son compadecidos.

Así pues, nuestra razón de ser es “anunciar las alabanzas de Dios”, para eso fuimos
constituidos como Pueblo, y para eso nos reunimos en las asambleas. Y como

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sabemos, la mejor manera de anunciar las alabanzas es cantando y exultando a
Dios con todo nuestro ser.

III. ¿Por qué alabamos y adoramos a Dios en las asambleas de oración?


(Repaso de “La música en la alabanza y la adoración”, del Nivel Básico)

Demos un repaso de esa charla que vimos en el nivel básico:

Veíamos que la alabanza es la expresión jubilosa y exultante de amor a Dios.


Cuando alabas a Dios, sueles hacerlo de pie, en voz alta, incluso levantando las
manos, saltando o danzando. Vemos ejemplos de alabanza en los salmos 149 y
150: “Alabadle con tamboril y danza, con salterio y trompeta…” La alabanza es
exterior, libre y celebrativa.

Solemos comenzamos nuestras asambleas de oración con Alabanza, y la música


viene a ser como la campana que nos congrega a entrar al templo. Nuestro cuerpo
es templo del Espíritu, y la alabanza mueve a nuestro ser a entrar a la presencia de
Dios. La alabanza atrae los sentidos exteriores a volverse hacia Dios. Como dice el
Salmo 95,1-2: “Venid, cantemos gozosos a Yahveh, aclamemos a la Roca de
nuestra salvación; con acciones de gracias vayamos ante él, aclamémosle con
salmos”.

Y la alabanza esta cargada de alegría y gratitud, como dice el Salmo 122:


¡Oh, qué alegría cuando me dijeron: Vamos a la Casa de Yahveh!, ¡Ya estamos, ya
se posan nuestros pies en tus puertas, Jerusalén!. Jerusalén, construida cual ciudad
de compacta armonía, a donde suben las tribus, las tribus de Yahveh, es para Israel
el motivo de dar gracias al nombre de Yahveh.

Reunirnos a alabar a Dios también es reunirnos con nuestros hermanos y amigos, y


juntos alabar a Dios. Como continúa el Salmo 122, 8: Por amor de mis hermanos y
de mis amigos, quiero decir: ¡La paz contigo!

Nuestra relación con Dios lleva un proceso natural de acercamiento.

Comenzamos por la alabanza = Levantar las manos, saltar, la danza, aplaudir,


etcétera, el énfasis de la alabanza es la expresión externa y corporal del culto a
Dios.
Meditación = La meditación de la palabra, la reflexión, la oración mental, etcétera: el
énfasis de la meditación es la expresión mental del culto a Dios.
Adoración: El susurro del corazón que de recrea junto a Dios, el silencio, la
contemplación… El énfasis de la adoración es el culto espiritual.

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Así pasamos del cuerpo a la mente y luego de la mente al espíritu. Nos vamos
como “adentrando” en Dios.

No podemos quedarnos solo en alabar a Dios en lo exterior, debemos profundizar


más y más, como pasar de.los Atrios, el lugar Santo y finalmente el Santo de los
Santos.

Somos “Guías de turistas del Templo”


Los músicos somos los “guías de turistas” en el caminar del pueblo hacia el interior
del Templo de la Alabanza y la Adoración. Primero los invitamos a venir a los atrios,
, pero no podemos dejarlos en los Atrios de la alabanza. Debemos de conducirlos,
con los cantos, a entrar al lugar Santo, y luego, debemos llevarlos mas adentro, a la
adoración. No debemos temerle al silencio de la adoración en nuestras asambleas.
Debemos ser guías muy respetuosos de este camino espiritual de la comunidad,
escogiendo cuidadosamente los cantos para llevar a la asamblea al momento y
“lugar” que debe estar viviendo.

IV. Consejos prácticos para el Ministerio de música en las asambleas

IV.1 Cantorales: Es muy importante que la comunidad tenga la letra de los cantos,
y para ello necesitamos libros de cantos. Nuestros libros deben ser prácticos, de
letra grande, con un índice, con los acordes de guitarra para los que tocan, y que
todo mundo pueda tener libro de cantos. Antes de iniciar el canto, o durante los
primeros acordes de introducción, conviene decir por el micrófono: “Canto Número
Tal” para que la asamblea lo busque. Adicionalmente conviene proyectar la letra de
los cantos con un proyector y una computadora o con acetatos. Algunas
comunidades no llevan el cantoral a la asamblea, sino que solo usan el proyector y
con eso tienen. De todos modos tienen libros de cantos para la oración en sus
casas.

IV.2 Tiempo para instalación del sonido y oración: Si la asamblea inicia a las
10:30 a.m. debemos llegar desde las 9:30 a.m. para tener tiempo de instalar y
probar el sonido, y para orar como ministerio de música antes de que inicie la
asamblea. También debemos quedarnos al final para ayudar a desinstalar y recoger
el sonido. Recuerda que el Ministerio de Música debe ser el primero en llegar, y
muchas veces es el último en irse, de nuestras asambleas.

IV.3 Varios Equipos: Muchas veces conviene tener más de un equipo del
ministerio de música y así poder servir por turnos: Una asamblea toca un equipo y la
siguiente el otro equipo. Esto permite varias cosas: (a) Ir capacitando a nuevos
miembros y que tengan oportunidad de servir. (b) los miembros pueden participar de
la asamblea libremente y “descansar” cuando no les toca servir, (c) Evitar el

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protagonismo y evitar llegar a la percepción de que Fulanito o Zutanito es
indispensable. En Jésed, por ejemplo, tenemos 3 equipos, uno de ellos lo dirijo yo,
y los otros los dirigen Rodrigo Carretero y Chuy Torres. Después de 25 años de
servicio, es un alivio saber que nadie es indispensable en el servicio al Señor.
También le da variedad al estilo de las asambleas. Por ejemplo, cuando es la
Asamblea posterior al campamento de niños, toca el equipo de Rodrigo (Generación
Jésed) que se saben muy bien los cantos para niños, y nos ponen a todos a brincar
y a correr como niños.

IV.4 Miembros confiables y apropiados: Es muy importante que los miembros de


la comunidad que sirvan en las Asambleas como parte del Ministerio de Música
tengan los 3 requisitos básicos: Visión, Dones y Disponibilidad. Creo que ya
mencionamos estos 3 requisitos en otra charla, pero vale la pena recordarlo: (a)
Tener la Visión es tener la formación espiritual y comprensión de la naturaleza
espiritual de nuestro servicio. Para ello conviene que la persona vaya recibiendo
enseñanza y formación en el Ministerio de Musica. (b) Tener los dones es tener las
habilidades que se requieren para la música: saber tocar bien, y/o saber cantar bien.
(c) Tener la disponibilidad es, además de tener disposición, tener el tiempo para
ejercer el servicio. Nadie puede servir bien si solo tiene 2 de estos 3 requisitos. Si
alguien solo tiene 1 o 2 no conviene que sirva en las asambleas. Quizá puede
pertenecer al Ministerio de Música y estar en “formación” pero NO CONVIENE que
lo pongamos a servir, porque nos va a fallar en algo, y será fuente de frustración
para la persona y para el ministerio.

IV.5 Hablar con el líder de la Asamblea:


Antes de iniciar la asamblea conviene hablar con el líder que la va a dirigir para que
nos diga que enseñanza va a haber, o en que línea va a ir. El líder nos dirá que es lo
que el tiene en mente, o si va a haber algo especial ese día, y así podremos
preparar la selección de cantos con anticipación.

IV.6 No echar rollo (no hablar demasiado):


Algunos hermanos hablan antes de iniciar el canto, animando a la asamblea a tal o
cual cosa. Yo no lo hago, porque siento que ese es el rol del líder de la asamblea.
Claro todo depende de las circunstancias y de la comunidad en la que participas. En
todo caso, si quieres decir algo antes de iniciar un canto, que tu participación sea
breve, y centrada en impulsar a la Asamblea a la presencia de Dios.

IV.7 El Ministerio de Música debe participar de la Asamblea:


Es importante que no hagamos distinciones entre nosotros y el resto de la
comunidad. Somos ante todo, miembros de la comunidad y debemos participar en la
Asamblea. Si todo mundo se pone de rodillas y pide perdón a Dios, nosotros
debemos también ponernos de rodillas y pedir perdón. Así como el coro DEBE
pasar a comulgar en la misa, así también en las asambleas debemos participar de

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todo. Si los padres van a orar por sus hijos, eso mismo deben hacer los miembros
del ministerio de Música, aunque se quede tocando solo uno o dos.
A veces la tentación es de diferenciarnos de la comunidad porque “estamos
sirviendo”, y ciertamente nuestro servicio nos exige cierta diferenciación (llegar más
temprano, irnos más tarde, no distraernos, no salirnos) pero JAMAS debe ser motivo
de “privilegios” o “beneficios”.

IV.8 Ubicación:
Conviene ubicar al Ministerio de Música en un sitio en el que pueda haber contacto
visual entre el líder de la asamblea y el líder del ministerio, para que puedan darle
más fluidez a la asamblea. Otro elemento a considerar para encontrar la ubicación
óptima es el equipo de sonido. Si el equipo de sonido lo permite, deberíamos
colocar al ministerio a un lado o frente a frente con el líder de la asamblea. A veces
esto no es posible, y entonces nos colocamos en donde sea mejor para la
sonorización, pero procurando conseguir el contacto visual con el líder de la
asamblea.

V. Servir en Amor
Servir en las asambleas de una comunidad siempre tiene sus momentos difíciles,
puede haber incomprensión, malos entendidos, fallas y llamadas de atención
cuando cometamos errores. Después de algún tiempo, servir regularmente en las
asambleas puede volverse tedioso y pesado. Siempre debemos tener en cuenta el
amor, como dice San Pablo, en Colosenses 3, 12 a 17:
Revestíos, pues, como elegidos de Dios, santos y amados, de entrañas de
misericordia, de bondad, humildad, mansedumbre, paciencia, soportándoos unos
a otros y perdonándoos mutuamente, si alguno tiene queja contra otro. Como
el Señor os perdonó, perdonaos también vosotros. Y por encima de todo esto,
revestíos del amor, que es el vínculo de la perfección. Y que la paz de Cristo
presida vuestros corazones, pues a ella habéis sido llamados formando un
solo Cuerpo. Y sed agradecidos.

Estas palabras de San Pablo presiden a las que veíamos al inicio de la charla:
La palabra de Cristo habite en vosotros con toda su riqueza; instruíos y amonestaos
con toda sabiduría, cantad agradecidos, himnos y cánticos inspirados, y todo
cuanto hagáis, de palabra y de boca, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús,
dando gracias por su medio a Dios Padre.

Recuerdo muy bien que en la primera Asamblea de Jésed en que me tocó participar
como líder del Ministerio de Música yo me había fracturado un brazo, y no pude
tocar la guitarra. Como guitarrista que soy, yo no podía concebir dirigir la música en
una asamblea sin tener una guitarra en mis manos, pero ese día el Señor me mostró
que eso no era indispensable. También recuerdo que recién entrado a la

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comunidad, David Mijares era el líder del Ministerio. Yo quería entrar de inmediato
pero “por alguna razón” no me lo permitían. Y es que NO TENIA LA VISION! Yo
quería tocar porque me gusta tocar, y toco bien, tenia disposición, disponibilidad,
tenía dones y habilidades, pero David sabía que si me ponía a tocar me iba a olvidar
de ORAR!
Había estado tratando de entrar mucho tiempo, (6 meses, que se me hicieron
eternos!) y me permitieron entrar cuando vieron que ya no me aferraba tanto a ello,
y que estaba orando y aprendiendo. Y luego, cuando me fracturé el brazo, y no
pude tocar, fue cuando David dijo que estaba listo para dirigir el Ministerio de
Música. Ese día el Señor me dio una buena lección: La mirada de Dios no es como
la mirada del hombre, pues el hombre mira las apariencias, pero Yahveh mira el
corazón. 1 Sam 16,7

Amén

© Copyright – Derechos Reservados


Jésed Ministerio de Música
www.jesed.org

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