Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
La potestad sancionadora, en palabras del profesor Jaime Ossa Arbelaéz es entendida como una
manifestación del ius puniendi del Estado, dirigida a reprimir aquellas conductas transgresoras
de la normativa propia de la administración.[3]
El ejercicio de esta potestad, como cualquier otra, encuentra límites de distintos tipos, en cuanto
a la materia, sujetos y términos de tiempo, que se derivan de las normas constitucionales,
legales y reglamentarias.
El cómputo del plazo prescriptorio, de acuerdo a las reglas dispuestas por el numeral 2 del
artículo 233° de la LPAG, se inicia según el tipo de conducta ilícita del que se trate: i) al
momento de la comisión del acto ilícito, tratándose de infracciones instantáneas; o, ii) cuando
la comisión de dicho acto ilícito ha cesado, tratándose de infracciones continuadas.
En este punto la norma hace una distinción entre las infracciones instantáneas y continuadas,
asignándoles consecuencias distintas. Esto resulta de suma relevancia pues la calificación de
una conducta infractora como instantánea o continuada determinará el inicio –y por tanto la
extensión- del plazo con el que cuenta la Administración Pública para ejercer el ius puniendi
sobre el administrado.
Por su parte, las infracciones continuadas son aquellas en las que existen varias acciones, las
cuales individualmente podrían constituir una sola infracción; no obstante, bajo ciertos
presupuestos, se les otorga unidad considerándolas una única infracción.
En el ámbito penal, el Poder Judicial ha señalado respecto a las infracciones continuadas que
estas comprenden varias infracciones con una única voluntad criminal. Así lo ha afirmado la Sala
Plena de la Corte Suprema de Justicia de la República, en el acuerdo plenario realizado en la
ciudad de Ica en 1998[6]:
“(…) Los hechos consumados en un solo acto deben reputarse como delitos instantáneos,
independientemente de la permanencia en el tiempo que puedan mostrar sus efectos. Debe
estimarse el hecho como delito continuado si él consiste en varias infracciones a la ley que
responden a una única resolución criminal fraccionada en su ejecución (…)”. (Énfasis agregado)
Dicho esto, el elemento esencial de las infracciones continuadas es la repetición del acto ilícito
en el tiempo, lo cual dará lugar a una serie de conductas infractoras con una misma y única
voluntad. Como bien lo ha señalado Ángeles de Palma del Teso, son tres (3) los requisitos o
características para determinar que estamos ante una infracción que califica como continuada:
i) la realización de un plan preconcebido o el aprovechamiento de idéntica ocasión; ii) la
realización de una pluralidad de acciones con unidad psicológica y material; y, iii) la infracción
del mismo o semejantes preceptos administrativos [7].
Tal es el caso de cuando un particular construye sin contar con la licencia de construcción
respectiva. En efecto, estas conductas quedan consumadas en el preciso instante en que se
realiza una edificación sin la licencia de construcción, independientemente de si este acto
infractor se prolonga en el tiempo. Así, la infracción queda consumada en el instante en que
se construye sin contar con la licencia respectiva. Culminada la obra, la construcción
permanecerá en el tiempo, y con ella los efectos del acto ilícito.
Al respecto, nuestras normas sobre Derecho Administrativo Sancionador no han recogido dicha
categoría. Como se mencionó en líneas anteriores, la normativa únicamente se refiere a las
infracciones instantáneas e infracciones continuadas. En el mismo sentido, Jorge Danós Ordoñez
ha señalado lo siguiente:
"(…) en el artículo 233.3 de la LPAG se hacen referencia a dos tipos de infracciones: en forma
tácita a las infracciones de carácter instantáneo o inmediato y las infracciones de carácter o
acción continuada. (…) Otra categoría doctrinal que no tiene aparente anclaje en el artículo
233.3 de la LPAG que establece las reglas para el cómputo del plazo de prescripción, pero que
sin embargo consideramos importante reseñar para fines ilustrativos, es el de las denominadas
'infracciones permanentes'."[9] (Énfasis agregado)
En este punto es importante mencionar que existen claras diferencias entre los conceptos de
infracción permanente e infracción continuada. En efecto, si bien ambas se caracterizan en que,
de una manera u otra, las conductas infractoras persisten en el tiempo, distan entre sí por la
pluralidad de los actos ilícitos y, por ende, el momento en que cada una de ellas se consuma,
como bien lo afirma José Garberí Llobregat:
Dicho esto, gran parte de las conductas que se califican como infracciones permanentes quedan
consumadas de manera instantánea, por lo que este tipo de conductas infractoras no son otras
que un subtipo de las infracciones instantáneas, con la característica particular de que sus
efectos se prolongan en el tiempo. Consecuentemente, las llamadas infracciones permanentes
no son identificables de manera clara y distinta, por lo que no cabe recurrir a dicha categoría
para efectos del inicio del cómputo del plazo de prescripción, más aún cuando las mismas no
tienen anclaje legal.
De este modo, es posible concluir que el criterio de determinación de la regla aplicable para el
inicio del cómputo del plazo de prescripción –ya sea cuando se comete la conducta o cuando
esta ha cesado− es el momento en el que queda consumado el acto ilícito, lo cual es definido a
través de la manera instantánea en que se ejecuta el acto o la existencia de una pluralidad de
conductas infractoras unidas por una única voluntad ilícita.
[1] Abogada por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Actualmente se desempeña
como abogada de la Dirección de Fiscalización, Sanción y Aplicación de Incentivos del Organismo
de Evaluación y Fiscalización Ambiental – OEFA.
[3] OSSA ARBELAEZ, Jaime. Derecho Administrativo Sancionador. Segunda Edición, Bogotá,
Editorial Legis, 2009, p. 125.
[5] BACA ONETO, Víctor. "La prescripción de las infracciones y su clasificación en la Ley del
Procedimiento Administrativo General". En: Revista Derecho y Sociedad No. 37, Año XXII, 2011,
p. 268.
[6] Cita extraída de la Resolución No. 1096-2009/SC2-INDECOPI recaída en el Expediente
No. 2245-2008/CPC emitida por la Sala de Defensa de la Competencia No. 2 del Tribunal de
Defensa de la Competencia y de la Propiedad Intelectual del INDECOPI.
[7] DE PALMA DEL TESO, Ángeles. “Las infracciones administrativas continuadas, las
infracciones permanentes, las infracciones de estado y las infracciones de pluralidad de actos:
distinción a efectos del cómputo del plazo de prescripción”. En: Revista Española de Derecho
Administrativo N° 112, 2001, Civitas, Madrid, pp. 555 - 556.
[8] GALLARDO CASTILLO, Maria Jesús. Los principios de la potestad sancionadora. Teoría
y práctica. 1era edición. Madrid: Iustel, 2008, p. 238.
[9] DANÓS ORDÓÑEZ, Jorge. Libro de Ponencias "Derecho Administrativo en el Siglo XXI.
Tomo I. Arequipa: Editorial Adrus, 2013, pp. 707 - 708.