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La obra de Daniel Lagache en el psicoanálisis francés

Algunas correlaciones con las ideas de Jean Paul Sartre y Melanie Klein *

David Rosenfeld **

Vida y formación de Daniel Lagache

Cuando le comuniqué a Lagache mi interés por hacer un estudio


sobre su obra, me envió una lista actualizada de sus trabajos. En la
carta comenta: “Estoy muy impresionado por el recibimiento de mis
escritos en diversos países de América latina, particularmente en Bue-
nos Aires, y viene al caso recordar que nadie es profeta en su tierra”.
También me envió una breve autobiografía: “Nací en París, el
3 de diciembre de 1903. Como mi apellido lo dice, mi familia (la rama
paterna) era de La Picarde”. Su padre era de Boulogne-Sur-Mer. Fue
primero Sub Prefecto de la ciudad y luego Consejero en el Consejo
Municipal de París. “Yo tenía apenas 13 años cuando tuve la desdicha
de perderlo”. La madre tuvo que trabajar y “yo arreglarme solo en el
mundo de los hechos, en una carrera científica y universitaria”. Se pre-
gunta cómo llegó a ser y cómo es psicoanalista: “Hace falta buscarlo
en mi adolescencia. Conocí otros intereses y tendencias en mi adoles-
cencia: la Filosofía [de la Escuela Normal en la que cursó], la Historia
de la Literatura, la Historia de la Lengua, la Literatura Inglesa; sin em-
bargo, la Filosofía me arrastraría, La lectura fortuita de un libro de Pierre
Janet sobre el automatismo psicológico me había sugerido que la Filoso-
fía me llevaría, posiblemente, a la Medicina. De Freud, nuestro profesor
de Filosofía nos había dicho solamente que 'hacía del sueño la reali-
zación de un deseo”. Es mi único recuerdo de Freud de la Escuela Nor-
mal Superior.”
“En 1923, la lectura de la Introducción al psicoanálisis me deja
interesado, perplejo, y lleno de una ignorancia que sólo percibí tiempo
después. Como muchos profanos, asimismo bastante instruidos, yo no
sospechaba que fuera necesario un estudio largo y profundo para
comenzar a Comprender qué era el psicoanálisis.

* Agradezco la orientación y el estímulo del doctor José Bleger y del profesor Daniel Lagache para
escribir este trabajo, ,
** Dirección: Melo 2864, 6% A, Buenos Alres, Argentina. 747
David Rosenfeld

“Cuando entré en la Escuela Normal, en el 24, yo estaba seguro


de que haría Filosofía, pero no sabía de qué manera. ¿Filosofía Griega?
¿Estética Musical? ¿Filosofía de las Ciencias? Me dediqué, y seria-
mente, a las Matemáticas Superiores. El reencuentro con George Du-
mas en Psicología Clínica y sus brillantes demostraciones cambiaron
mis planes.
“Algunos 'normalistas' que seguíamos con asiduidad sus presen-
taciones de “enfermos del domingo a la mañana' en Saint Anne éramos:
Paul Nizan, Raymond Aron, Jean Paul Sartre.
“En 1928, con mucho trabajo y un poco de suerte, me recibi
en Filosofía, con una clasificación honorable.”
En 1929 retoma Medicina. La autobiografía que me envió resume
así toda su carrera psiquiátrica: “Interno de los Hospitales Psiquiátricos
en 1931”; “Jefe de Clínica de Enfermedades Mentales en la Facultad de
Medicina de París (1935)”. Sin embargo nos dice: “Yo no dejaba la
Filosofía. Trabé conocimiento con la Fenomenología de Husserl, la
Psicopatología de Jaspers, que me ofrecía un acercamiento fenomeno-
lógico más próximo a la clínica.”
Estas influencias se hicieron sentir en su libro Las alucinaciones
verbales y la palabra, de 1934. Incluso ahora sus cursos están influidos
por Jaspers.
“En 1934 comencé un análisis didáctico con Lówenstein, entonces
instalado en París”. Pero, al mismo. tiempo, seguía preocupado por la
Fenomenología, y “una de mis largas y cuidadosas preocupaciones do-
minantes era articular la experiencia vivida con la interpretación analí-
tica”. Testimonio de esto lo encontramos en su trabajo de 1935 «sobre
el amor y el odio (en el Nuevo tratado de psicología de George Dumas)
y los artículos del VIII volumen de la Encyclopedie Francaise que dirigió
H. Wallon (1938).
Después pasó a la Universidad de Strasburgo, donde sucedería
748 a Charles Blondel en la cátedra. Inspiró su enseñanza de Psicología
La obra de Daniel Lagache en el psicoanálisis francés

General en la psicología personalista de W. Stern y en la psicología del


niño, sobre la base de los trabajos de Charlotte Búilher y H. Wallon.
Estos datos permiten ubicar el tipo de influencias que recibe
Lagache. Es imposible entender su aporte sin hablar de Von Brentano,
de Husserl| o de Sartre. En esa época empezó a formar discípulos. Un
trabajo que valora especialmente es el de André Levy (de la Resisten-
cia, un hombre audaz, fusilado en 1944) sobre liderazgo en los grupos:
“es un trabajo inigualado, por su carácter concreto y la abundancia
y penetración de la observación clínica.”
Luego relata cómo se embarcó en la Segunda Guerra Mundial,
en sus actividades militares o clandestinas, Simultáneamente fue Asesor
Psiquiátrico en Criminología, circunstancia que le permitió obtener una
rica experiencia en relación con la patología en los celos homicidas.
Muchos trabajos clínicos tienen que ver con ejemplos clínicos tomados
de la criminología, entre ellos un artículo sobre acting out ?”.
Se escapó de un campo de concentración; se refugió en Cler-
mont Ferrand (en el Sudeste, cerca de la frontera suiza). Incluso en
los títulos militares de su curriculum consigna: junio de 1940: hecho
prisionero en Meursault; setiembre de 1940: evasión. La evasión figura
como título honorífico.
Después de la guerra escribe sobre los celos; recibe la influencia
de R. Spitz y estudia conductismo. En 1947 se lo nombra profesor de
Psicología en la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de La Sorbona.
Una de sus inquietudes fundamentales fue tratar de lograr la
unidad de la psicología. Este fue uno de los temas que trató en la lec-
ción inaugural de la Cátedra de Psicología. Quizá sea éste el aspecto
más importante de su obra: la tentativa de unificar las tendencias dis-
persas, todas las “Psicologiías” existentes. Para realizar esta ciclópea
tarea-se basó en el psicoanálisis y en la teoría sobre la estructura de la
personalidad descubierta por Freud.
Creó y dirigió en 1952 el Laboratorio de Psicología Social de La
Sorbona, donde se formaron Robert Pagés, que actualmente dirige el 749
David Rosenfeld

Instituto, Max Pagés y muchos otros investigadores de los pequeños


grupos.
El laboratorio nucleó a los más importantes investigadores en
psicología social y microsociología en ese momento en Francia. En
1955 pasó a la Cátedra de Psicología Patológica en la misma Facultad.
Escribe el trabajo que él considera más importante, “La estructura de la
personalidad”, leído en Royaumont en 1958.
En su reseña biográfica incluye una actualización de sus inves-
tigaciones psicoanalíticas, Podemos observar que en su carrera cien-
tífica el compromiso con el psicoanálisis no es un compromiso ciego
y que no se atiene rígidamente a lo que aprendió.
“Respeto profundamente la obra de Freud, la leo y la hago leer,
tratando de perseguir con ardor en el texto los contrastes y las inter-
pretaciones tendenciosas, pero para entender todo lo que “el maestro
ha dicho”. “Enseño el rigor, pero no la rigidez; la flexibilidad y los
arreglos necesarios para la investigación, pero no la fantasía ciega
que se toma por la de un genio.”
“No pienso que el fondo de los problemas humanos sea la sexua-
lidad, sino la lucha del hombre con el hombre, la lucha por el poder;
el amor no está en la naturaleza, es una superaciónde la naturaleza.”
Tiene importancia su- formación como compañero de estudios
de R. Aron y de Sartre. Sartre y S. de Beauvoir aludieron algunas veces
a Lagache en sus obras, de manera encubierta o no.
En un planteo equivalente al del existencialismo sartreano, La-
gache trata de concebir psicoanaliticamente al ser humano como sujeto
humano y no como cosa.
Al igual que Freud, revé “esquemas” para devolver al sujeto su
cualidad de sujeto humano. Por eso vuelve a Freud, toma lo auténtico
de su pensamiento. En los seminarios de Lagache se lee Freud en ale-
mán para lograr un mayor nivel de profundización de los conceptos.
Esta preocupación de Lagache se refleja, por ejemplo, en la cuidadosa
750 revisión terminológica y conceptual del Vocabulaire de la Psychanalyse.
La obra de Daniel Lagache en el psicoanálisis francés

Aportes de Lagache a la unificación de las “Psicologías”

El interés básico de Lagache reside en lograr la unidad de la


psicología. Lagache realiza su intento durante una época en la cual se
observa una disociación enorme entre “las psicologías”. Para superarla
se propuso unir los métodos clínicos, los métodos de investigación, los
tests, con la psicología clínica, dentro de un esquema psicoanalítico
y de la validación científica del psicoanálisis.
Este intento, planteado en la clase inaugural de su Cátedra, tuvo
un carácter renovador. Se propuso unir conceptos psicológicos sobre
el ser humano, no en términos de actitud consciente-actitud inconsciente;
actitudes del Yo-actitudes del Ello; zonas con-zonas sin conflictos, etcé-
tera, puesto que esto hubiera sido para él volver a la atomización con-
ceptual del ser humano. En cambio, trató de unificar una serie de con-
ceptos básicos, sobre todo el concepto de conducta al que definió como
“conjunto de hechos, acciones simbólicas, verbales, motrices de un
sujeto en situación, tendiente a resolver los conflictos que lo motivan
y a devolverle su unidad”.
El concepto de conducta alude a la totalidad, y cada aspecto
queda implicado como una unidad. Además, incluye al ser humano en
situación y en relación con otro para solucionar sus conflictos de la
mejor manera que pueda, lo cual no quiere decir que los solucione
siempre.
De Von Brentano toma la noción de intencionalidad de la cons-
ciencia y de la conducta, el sentido del comportamiento, por encima de
lo que aparece como exterioridad o interioridad. A Lagache le interesan
las estructuras internas de significación.
Plantea que el problema básico de la psicología es el problema
de la relación con el otro. El hombre está ligado íntimamente con el
mundo humano y existe sólo por él. Piensa que la nueva psicología debe
renunciar a la idolatría del objetivismo y redescubrir su vocación rela- 751
David Rosenfeld

cional. Sostiene que tratar de hacer un objetivismo con lo cual se cosi-


fica al ser humano, implica una traición a Freud. Señala que una cosa
es estudiar objetivamente un problema y otra cosificar al ser humano.
El ser humano está en relación constante consigo mismo y con el
mundo; el ser humano hace y se hace.
Así, pues, para Lagache las psicologías o ciencias psicológicas
dispersas se conectan entre sí en la medida en que estudian la interac-
ción entre el organismo y el ambiente.
Otro autor, que no es psicoanalista, Sartre, parece acercarse a
la misma definición de Lagache.
En la Crítica de la razón dialéctica Sartre dice que la familia, el
grupo, están en el origen de las conductas sociales.
Cuando Sartre alude a que el contexto da significado al acto, sus
ideas se acercan a las de Lagache, cuando éste se refiere a que un
organismo está siempre en situación, y a que de alguna manera la
situación determina el acto del organismo. Podemos tomar el ejemplo
de una película de Chaplin en la cual aparece como picapedrero. En
determinado momento termina de arreglar una calle, toma la banderita
roja que coloca a su lado cuando trabaja para advertir a los conducto-
res, y comienza a caminar. Era una época de crisis en Estados Unidos.
De pronto sale de un fábrica una manifestación reclamando sus reivin-
dicaciones, La banderita roja, de señal de peligro, se transforma en
el emblema del líder de la manifestación.
Lagache señala, además, que de alguna manera también las con-
ductas modifican el campo. Un organismo siempre se encuentra en
situación. Pero también ocurre lo mismo con el sistema de la percep-
ción. Ninguna percepción del ser humano es pasiva. Toda percepción
es selección y acción. El cuerpo también se incluye de una manera
activa en el campo psicológico.
En su libro sobre teoría de las emociones, Sartre ** alude al mismo
752 tema. Dice: “una emoción remite a lo que ella significa. Y lo que ella
La obra de Daniel Lagache en el psicoanálisis francés

significa es, en efecto, la totalidad de las relaciones de la realidad


humana con el mundo. El paso a la emoción es una modificación
total de “el-ser-en-el-mundo', según las leyes muy particulares de la
Magia” (pág. 86).
Sartre trata de enfatizar, como Lagache, que no hay que buscar
un primum movens vital fuera del ser humano, un instinto del Yo para
explicar el funcionamiento del Yo; en la emoción el ser humano en sí
mismo se expresa de esta manera como una unidad. La emoción corres-
ponde al ser humano en una forma particular de relación con el mundo.

Psicoanálisis y psicología experimental

Sartre afirma que la teoría psicoanalítica ha sido la primera en


poner el acento sobre la significación de los hechos psíquicos. Ha sido
la primera que ha insistido sobre el hecho de que todo estado de
consciencia vale por otra cosa que él mismo. Lagache parece seguir
esta misma idea cuando valoriza el intento de Freud de dar sentido
a los actos humanos.
Lagache trata de explicar que las modificaciones simbólicas del
ser humano ocurren gracias al tratamiento psicoanalítico, que es un mé-
todo clínico en profundidad y hablado,
Lagache se plantea qué es el psicoanálisis, qué es la psicología
clínica, qué es la ciencia en general. Señala que el término “clínico”
proviene de “clinos”, inclinado, es decir, en la cama. De alguna manera
el psicoanálisis tiene Una deuda con el método clínico de la medicina
pero ninguna con la psicología tradicional y experimental. El psicoaná-
lisis tiene la característica de ser extremadamente clínico, a diferencia
de la psicología. Pero su origen también es distinto del de la medicina
y del de la psicopatología, porque se basa en el encuadre y en lo que dice
y no dice el paciente. Además,el terapeuta interviene sólo con las inter-
pretaciones y construcciones que revelan estructuras, procesosy ficcio-
nes de sus actos. Deja a un lado la administración de su mundo privado 753
David Rosenfeld

y busca la implantación más eficaz y feliz de un mundo común. Esta es,


según Lagache, la definición de curación mediante el psicoanálisis.
Según Lagache, el escándalo del psicoanálisis no reside en haber
colocado el énfasis en la agresividad ni en la sexualidad sino en la inter-
acción de la fantasía con lo real, lo consciente con lo inconsciente.
Lagache muestra que el psicoanálisis tiene un método propio,
un campo propio y que no debe perder especificidad disociándolo en
pedazos de otras ciencias. Es un error querer incluir el psicoanálisis en los
métodos y enfoques de otras ciencias. Lagache afirma que los problemas
no están hechos para los métodos sino los métodos para los problemas.
A veces, tal como con otro enfoque lo plantea Sartre, se crean
obstáculos epistemológicos por querer adaptar un objeto de estudio
a un método. Por ello este autor critica a muchos marxistas que pro-
curan aplicar la dialéctica o de lo contrario rechazan un área científica
inabordable con ese método. Ello produjo atrasos en el conocimiento,
tal como pasó en la URSS en el área de la computación.
Lagache intentó también diferenciar entre la psicología experi-
mental y la psicología clínica. Fue director del laboratorio de psicologia
social experimental. Por jo tanto, tenía que definir estas áreas de trabajo.
Afirma que si tratamos de hallar lo dominante en la psicología
experimental y en la psicología clínica, podemos decir que epistemoiló-
gicamente Una es humanista y la otra es naturalista. La psicología expe-
rimental tiende al naturalismo. El fundador del primer laboratorio de
psicología experimental, Wundt, perteneció a una época experimental
y naturalista +. En esta área se intentaba eliminar la consciencia, tomar los
hechos como cosas, llegar al cosismo. Se trata de un enfoque mecanicista.
Lareflexología también es mecanicista y teleológica, versus el psicoaná-
lisis, que Lagache considera como dialéctico. Paradójicamente, en Rusia
se estudiaba la reflexología y en Estados Unidos el psicoanálisis.
Las leyes en el naturalismo se reducen al atomismo, a partes, en
754 un análisis molecular. Toda la psicología experimental de Wundt im-
La obra de Daniel Lagache en el psicoanálisis francés

plicaba tomar tales partes, sensaciones, percepciones, sólo elementos


moleculares con base orgánica, donde no hay nada subjetivo.
Lagache afirma que esto no es psicología. Para él la psicología
trata de encarar la totalidad, la síntesis, en un concepto molar. Estudia
la existencia viva de la persona en el mundo. La personalidad está
incluida dentro del campo de estudio como la totalidad manifiesta de
la actividad compleja, con motivaciones y mediaciones. Según Lagache
la psicología experimental trata de explicar, mientras que la psicología
humanista trata de comprender.
En este concepto se incluye al sujeto como inconsciente y cons-
ciente, con significado humano, sentido y finalidad creadores.
Para Lagache, el problema central de la psicología es la adap-
tación funcional. El problema central se refiere a pensar en una situa-
ción en un mundo de valores. Lagache señala que una lectura rigurosa
de la obra de Freud puede desentrañar que en toda su obra, desde los
primeros trabajos, alude al problema de la adaptación del ser humano
en relación con un conflicto que nunca termina de solucionar. La teoría
del conflicto es otro de los aportes importantes de Lagache en la re-
lectura de Freud,
Lagache enfatiza la importancia de la mezcla de lo consciente
y lo inconsciente. En cambio, en psicología experimental se trata de
explicar científicamente algo, no de entender o comprender una con-
ducta como propia del ser humano. Está negada la introspección, y por
supuesto más negados los problemas del inconsciente.
Otra diferencia que señala Lagache entre el método experimental
y el clínico, es que, mientras en un caso se trata de una situación
que se repite y se controla experimentalmente, que se busca repetir
y modificar, en el otro caso, el del método clínico, no se controla, no
se abstrae, sino que sólo se toman en cuenta los factores que intere-
san en conjunto y se procuran controlar las condiciones de la conducta.
755
David Rosenfeld

Aportes de Lagache al estudio psicoanalítico de la personalidad

Lagache sostiene que el concepto de “personalidad” tiende a cen-


trar unitariamente la Psicología en el ser humano total, Según Hesnard *,
el psicoanálisis de hoy, buscando depurarse de ciertos residuos dogmá-
ticos, se encamina, gracias a Lagache, hacia una Personología, hacia un
psicoanálisis de sentido antropológico. El concepto de personalidad
es un modelo que está en el centro de interés de la Psicología y La-
gache trata de integrarlo con el Psicoanálisis. Es un modelo, es decir
que nos sirve como objeto de representación; un modelo es un anda-
mio que sirve para representar algo e intentar la construcción de hipó-
tesis o teorías. Debo aclarar que el modelo no es una explicación, sino
que sirve para entender algo. Por ejemplo, el modelo que usa Freud
para la represión, cuando habia del dique que contiene el agua y cuya
ruptura hace que emerja la libido. Es un modelo para entender con
conceptos conocidos algo nuevo o desconocido. El problema es no
efectuar un enfoque ni abstracto, ni simplificado, ni complicado pos-
teriormente, que se transforma en una cosa en sí, en una entelequia,
que es lo que pasa tantas veces con conceptos de Freud retomados
por otros autores, al confundirse el modelo con un objeto que provoca
algo de por sí. Siempre que escogemos una unidad de estudio, ésta no
constituye una unidad substancial, sino un punto que privilegiamos y
en el que convergen múltiples interacciones y estructuras. Además, se
gún Lagache, hay que tener en cuenta que la personalidad es siempre
un recorte artificial de una situación compleja del ser humano. Tampoco
hay que dejar a un lado las implicancias socio-culturales por las cuales
se hizo el recorte de esa manera *,
Lagache aplica el modelo de la personalidad **, que no es psico-
analítico, pero sin falsear la personología psicoanalítica, Demuestra cómo

+ Sastre *!; cuando habla de los grupos humanos, también estudia por qué se recortan á veces ciertos mo-
delos sociales, por qué se dan ciertas formas de organización de los grupos humanos, tales como
la relación padres-hijos, empleados-jetes.
** Según Allport, es la organización dinámica en el interior del individuo de los sistemas psicofísicos
756 que condicionan sus particulares ajustes al medio, Es decir que el concepto de personalidad implica
la noción de lá unidad integrativa del hombre.
La obra de Daniel Lagache en el psicoanálisis francés

desde el origen, Freud tenía un esquema de la personalidad, según el


cual siempre aludía al ser humano con estructuras relacionadas entre
sí y, dentro de cada estructura, con subestructuras en interrelación. Por
ejemplo, los tres sistemas: Yo, Superyó y Ello en interrelación estructural
entre sí y cada uno con subestructuras con relaciones intrasistémicas. Se
puede diferenciar este esquema de la personalidad del de Ribot, quien
también habla de personalidad, autonomía del Yo, doble consciencia,
personalidad del Yo, personalidad múltiple, etcétera. Para Freud estos
términos tienen otra significación, porque están incluidos en otro con-
texto. Si se toman palabras de Freud y se las ubica en un contexto aisla-
do, pierden totalmente significación con respecto a la estructura de la
personalidad *.
La personología, para Lagache, se funda en bases muy sólidas,
de carácter empírico. Recurre a los estudios de Freud sobre las psico-
neurosis y los sueños, a los primeros historiales clínicos (Emy de N.,
Isabel de R., Miss Lucy R.). Señala que en estos trabajos puede de-
tectarse el esquema de la personalidad del ser humano y una de las
nociones básicas que Lagache rescata como centro de la teoría psico-
analítica, el concepto de conflicto.
La noción de conflicto es el centro de la teoría psicoanalítica.
Freud plantea sus hipótesis a partir de la idea de conflicto, la lucha entre
dos elementos (instintos sexuales versus instintos del Yo, Yo versus
Superyó, instintos de vida versus instintos de muerte, etcétera). Esto
hace que Freud se distancie de Jung para quien había un solo móvil
de la energía mental. Lagache se acerca a las ideas de Sartre, según el
cual el ser humano está siempre en conflicto, va creando conflictos
y, a medida que se solucionan, genera y soluciona otros nuevos. Se
trata de un ser humano en situación que siempre está en conflicto y
nunca los resuelve por completo.

* Estas palabras fueron repetidas por Lagache muchas veces en los cursos de la Sorbona y en los se-
minarios sobre Freud donde yo fui alumno. 757
David Rosenfeld

Las ideas de Lagache sobre la personalidad pueden asemejarse


a las de Sartre sobre la libertad, como una lucha constante que nunca
acaba, o sobre el grupo, que aparecen desarrolladas en mi libro Sartre
y la psicoterapia de los grupos, como lucha constante que nunca ter-
mina de plasmarse en un grupo. El grupo psicológico como cosa no existe,
es algo que se va haciendo, lo mismo que la libertad. Algo similar ocurre
con la personalidad según Lagache.
El concepto de personalidad como una estructura en devenir
constante y no como algo que termina, puede aplicarse también al
concepto de Yo. Cuando el Yo se objetiva, está cosificado; por eso La-
gache lo describe como una estructura en devenir, en movimiento, en
contraposición con las ideas estáticas y cosificadas de ciertos autores
de la escuela americana.
Para Lagache la personología es estructural en toda la obra de
Freud y esto puede observarse en la primera teoría del aparato psíquico,
desde 1900, que en conjunto se llama teoría tópica. Desde ese período
podemos detectar el esquema de la personalidad para Lagache, y mucho
más con la segunda teoría tópica, a partir de 1923.
Lagache sostiene que la personología freudiana es estructural
porque sitúa el aparato psíquico entre el cuerpo y el ambiente como sis-
temas articulados unos con otros a diferencia de, por ejemplo, Ribot, para
quien tales articulaciones no existen.
Según Lagache, Freud describe estos sistemas articulados y, ade-
más, las estructuras y los modos de funcionamiento de cada sistema.
Esto es un concepto analítico estructural.
Lagache enfatiza que se trata no de conceptos sobre un aparato
electrónico sino de un modelo de la personalidad, construido sobre la
base de la experiencia. Por ejemplo, cuando Freud escribe sobre los
sueños, en el capítulo VIl de La interpretación de los sueños propone
la ficción de un aparato psíquico, por analogía con un aparato fisiológico
u óptico. Los sistemas que distingue Freud son “agrupamientos men-
758 tales”. Es decir que nunca se accede a ellos por localizaciones neuro-
La obra de Daniel Lagache en el psicoanálisis francés

lógicas. Solamente una vez Freud alude a algo semejante a una má-
quina neurológica, en el “Proyecto” de 1895, pero también en este caso
lo hace para explicar problemas psicológicos. Incluso cuando describe
zonas de contacto de la censura preconsciente-inconsciente, en 1900,
también intenta mostrar por medio de analogías algo que es psicológico.
El concepto de fantasía inconsciente que describe Freud tampoco es
una noción aislada, sino que está en relación con la descripción de los
sistemas estructurales. Lagache procura despojar los conceptos freu-
dianos de toda cosificación. Para él, la fantasía inconsciente es algo
que surge de la relación de las estructuras mentales entre sí y del ser
humano en situación ?,
Las zonas de contacto, la censura, la fantasía inconsciente, la
personalidad, el Yo como subestructura, el Yo y el narcisismo, el Yo y la
psicosis, el Ideal del Yo, el Yo y lo reprimido, y todas las divisiones
estructurales, pueden ser reenfocados desde esta nueva perspectiva.
En síntesis, Lagache enfatiza el concepto de personología psico-
analítica. Destaca que en el psicoanálisis freudiano la noción de con-
flicto se apoya en un concepto dualista, hecho que distancia a Freud
de Jung, que basa su noción de conflicto en una teoría monista.
El aporte de Lagache a una personología psicoanalítica es de tipo
estructural. Según el autor, el modelo psicoanalítico de la personalidad
ha sido siempre estructural, al situar el aparato psíquico entre el cuerpo
y el ambiente y describirlo en términos de un conjunto de sistemas ar-
ticulados entre sí, con estructuras y funciones propias. Esto da lugar
al enfoque de problemas inter e intrasistémicos.
Lagache hace notar el carácter teórico de este aporte, Según
el autor, la estructura de la personalidad no es directamente observable.
Sólo observamos ciertas regularidades que permiten: ubicarnos en un
esquema teórico. Nosotros no percibimos esta estructura, sino que la
concebimos en la medida en que a través del flujo de los fenómenos
reconocemos el retorno de ciertas relaciones, la cohesión" y la autono-
mía de ciertas estructuras. La personalidad es una estructura que el 759
David Rosenfeld

tiempo diferencia en el individuo. Es un conjunto dinámico de forma-


ciones psicofisiológicas también organizadas y en movimiento. Ellas
aseguran sin embargo con alguna regularidad las relaciones de la per-
sona con su mundo, lo que quiere decir también con ella misma. “Es-
tructura diferenciada en una estructura que la comprende, ella com-
prende en sí otras estructuras ?2?.”
Describe dos concepciones de la estructura de la personalidad
en la personología contemporánea. Una estudia a la personalidad co-
mo un conjunto de hechos directamente observables. Se trata de una
concepción estática, formal, de una clasificación lógica de todos los
componentes individuales, psicológicos o somáticos.
La otra teoría concibe a la estructura personal en un sistema de
relaciones entre formaciones que no son directamente observables pero
a las cuales la observación de ciertas regularidades confiere una reali-
dad conceptual en el interior de un modelo teórico. Este es el modelo
de la personología psicoanalítica que desarrolla el autor,
Lagache estudia los tres sistemas articulados en la estructura
de la personalidad: Ello, Yo y Superyó. Destaca cómo cada estructura
posee subestructuras articuladas entre sí.
Con respecto al Superyó, Lagache efectúa una síntesis de las
ideas de Freud, y redescubre en su obra que Ideal del Yo y Superyó con-
forman una estructura compleja y dinámica. Rastrea en la obra de Freud
la noción de Ideal del Yo como subestructura dentro de una estructura
compleja que es el Superyó, dentro de la cual desempeña funciones
libidinosas.
En resumen, dice Lagache, la expresión Ideal del Yo en las
“Nuevas Conferencias” corresponde a una función del Superyó. Lagache
agrega una precisión estructural a esta función: la posibilidad de que
el sujeto se comporte para responder a una autoridad, al modelo de
una relación con el otro. Básicamente el esquema de Lagache, siguiendo
a Freud, sería: el Ideal del Yo representa la manera en que la persona
760 debe comportarse para recibir la aprobación del objeto, identificado
La obra de Daniel Lagache en el psicoanálisis francés

con la autoridad parental. Es decir que el Superyó sería algo distinto del
Ideal del Yo.
Habría subestructuras funcionantes, el Ideal del Yo y el Superyó
que aparecen en conflicto y en lucha. El Ideal del Yo tiene aspectos
de emulación y de protección.
La estructura interna del sistema del Superyó implica la identi-
ficación secundaria, es decir, residuos impersonales de antiguas rela-
ciones interpersonales. El par Superyó-Ideal del Yo es un regulador de
los sentimientos de autoestima. Las estructuras del Superyó son el
residuo de las relaciones de amor y de poder con las personas impor-
tantes del ambiente del niño.
Siguiendo a Nunberg, Lagache señala que el Yo ideal es una
formación más antigua que el Superyó, igualmente reguladora de sen-
timientos de autoestima, pero que alude a un modelo de conducta que
el sujeto debe realizar para satisfacer una esperanza personal, un ideal
narcisista omnipotente. El Yo ideal aparece así como un polo de iden-
tificación diferente del Ideal del Yo, que puede ser definido como el
modelo de conducta al que debe adaptarse el sujeto para responder
a las exigencias morales cuya fuente es el Superyó. Por ello, el Yo Ideal
puede estructurar con el Ideal del Yo un conflicto intrasistémico.
Todo este desarrollo sobre el Superyó tiene que ver con el es-
quema teórico de Melanie Klein, Está extraido textualmente de Freud,
cosa en que también insiste Melanie Klein. Ella ha enfatizado que el
Superyó tiene un doble origen, con aspectos buenos y malos, es decir
objetos parciales.
Podríamos decir que en el enfoque del Superyó hay una evolu-
ción dentro de la obra de M, Klein. En 1927* se refirió a un niño con
un Superyó severo, con imágenes distorsionadas de sus padres reales.
Postuló entonces la hipótesis de que el complejo de Edipo aparece du-
rante el primero o segundo año de vida. El Superyó estaría originado por los
impulsos hostiles en las etapas tempranas, que son de “máximo sadismo”,
según lo expresó entonces.Al año siguiente * conectó .el concepto de sen- 761
David Rosenfeld

timiento de culpa con la hipótesis de las fases de la libido. El Superyó


comienza en la fase sádica y ello explica su enorme severidad.
Este primer período culmina en 1932 con su planteo del con-
cepto de un Superyó arcaico surgido, junto con el complejo de Edipo
temprano, de frustraciones orales. El Superyó (y el conflicto edípico)
comienza a conformarse a partir de los seis meses y su desarrollo se
complementa a los tres años. En 1934 ?, siguiendo esta línea, agrega que
durante el primer año de vida hay un aumento del sadismo contra el pecho
y el interior del cuerpo materno, En esa época lo llamó etapa de máximo
sadismo.
Sólo bastante después*”'" aparecen aportes que modifican su
primer enfoque. Sostiene que el Superyó surge por la introyección de
objetos orales parciales. El Superyó posee, según esta hipótesis, aspec-
tos buenos y malos. En el núcleo del Superyó existen también aspectos
buenos, de carácter protector. El superyó poseería pues aspectos contra-
dictorios, buenos y malos, como los objetos introyectados de los cuales
surgen. En obras posteriores 1? enriguece con nuevos aportes esta línea
básica de pensamiento.
Con respecto al Ello, Lagache señala que es un concepto cuyo
uso se tue empobreciendo y cosificando a'medida que se lo conectaba con
la biología *. Freud alude a los dos orígenes de los contenidos del Ello;
lo innato hereditario y lo reprimido, es decir lo adquirido. Para Freud
el concepto de Ello es una construcción o modelo apoyado en la biolo-
gía, aunque el Ello es una entidad que corresponde al sujeto. Algunos
teóricos le hacer perder este carácter individual, “desujetizan” la noción
y la transforman en una cosa, en un mero depósito, circunstancia que
justificaría la crítica de Sartre *3 quien lo considera un concepto cosista.
Sin embargo, el concepto de Ello incluye deseos y conflictos. Es una

* Lacan 13 sostiene que suscribiria muchos de los conceptos de Lagache sobre el Ello, Enfatiza el mérito
762 del esfuerzo de Legache de situar al sujeto en su estructura.
La obra de Daniel Lagache en el psicoanálisis francés

desorganización organizada “sui generis”. Corresponde a una parte


del inconsciente y se conecta con el Yo y el Superyó. Para Lagache,
el Ello tiene una estructura que no es homogénea ni coherente. Por ello,
como los otros sistemas, es susceptible de conflicto interno, o sea, de
conflicto intrasistémico.
Con respecto al Yo, Lagache diferencia entre el Yo como sujeto
(je) y el Yo como estructura del aparato psiquico (das Ich). Aunque
en un comienzo (1900) Freud definió al Yo como opuesto a lo reprimido,
en 1923 modifica esta hipótesis señalando que hay partes del Yo que
son inconscientes. Freud se refirió entonces también a la heteronomía
del Yo. En obras posteriores Freud no renunció a esta idea, aunque la
atenuó y le dio matices: en Inhibición, síntoma y angustia (1926) reac-
cionó con fuerza contra la insistencia exclusiva y excesiva de conceptos
psicoanaliticos referidos a la dependencia del Yo, y enfatizó la ¡dea
de su autonomía, destacando la importancia de las operaciones defen-
sivas. Agregó que sólo una discusión sobre la estructura intrínseca del
Yo podría responder a los planteos que se formulan,
En trabajos posteriores a los de Freud que poseen una orienta-
ción “egológica” se ha usado primero esta idea. Esto se puede juzgar
por el predominio de escritos sobre el Yo que procuran aclarar su auto-
nomía relativa. Según Lagache, debemos considerar que el modelo psi-
coanalítico de la personalidad reconoce una autonomía al Yo, pero que
la personalidad no se vuelve ella misma una estructura a menos que
la autonomía de cada una de las subestructuras sea una autonomía
relativa, limitada por la autonomía relativa de las otras. Se ha hablado
mucho de la autonomía relativa del Yo sin advertir que la autonomía
relativa es también una característica de las otras estructuras del apa:
rato psíquico, el Ello y el Superyó.
En relación con el Yo, Lagache afirma que la consciencia posee
una actividad de aceptación o rechazo. Considera que lo inconsciente
es Un enriquecimiento del sujeto y no algo que lo maneja desde afuera. 763
David Rosenfeld

Los mecanismos de defensa son paralógicos, es decir, poseen una


lógica propia.
Al examinar el preconsciente, Lagache insiste en que no es lo
reprimido sino lo latente, A diferencia de Hartmann, que considera al
preconsciente como libre de conflicto, para Lagache está ora de un
lado, ora del otro lado de los términos conflictivos. El surgimiento del
deseo inconsciente puede culminar en una represión o en una acción
adaptada. Las actividades preconscientes del Yo pueden servir para
una mejor adaptación a la exigencia del ambiente, pero también pueden
ponerse al servicio de la defensa.
También en la consciencia observamos esta ambigiedad, según
Lagache. Por un lado, es el agente de las adaptaciones discriminativas
al ambiente, de la verdad del pensamiento, de la eficacia de la acción.
Representa entonces el triunto del principio de realidad y del proceso
secundario. Pero por otro lado surge la infiltración con el proceso pri-
mario y el principio de displacer-placer. Lagache sostiene que por con-
siguiente no es posible convertir a la consciencia en un agente de una
autonomía relativa, Para Lagache, la autonomía del Yo significa algo
distinto, es decir, que el Yo puede objetivar las operaciones del Yo
inconsciente, adoptar posición y separarse de ellas.
Ahora bien, cada uno de los sistemas o subsistemas en que
el modelo psicoanalítico divide al aparato psíquico se caracteriza por
su resistencia al cambio. El modelo estructural del aparato psíquico
conceptualiza el carácter repetitivo del conflicto inconsciente. La auto-
nomía relativa del Yo depende de una capacidad de cambio que se
reduce a la acción desestructurante y restructurante de la consciencia.
La verdad del pensamiento, la eficacia de la acción suponen que el
sistema del Yo se apoya en la razón y la justicia. Pero el Yo no es el
sujeto, y la autonomía relativa del Yo no es la del sujeto.
Las nociones de heteronomía y de autonomía aparecen, pues, bajo
una nueva luz. El sujeto es heterónomo en la medida en que está más
764 o menos profundamente vinculado con un sistema de referencia, con
La obra de Daniel Lagache en el psicoanálisis francés

sus deseos inconscientes, con las motivaciones axiológicas surgidas


del Superyó, con las defensas del Yo inconsciente, con la realidad
“externa”, en el sentido de que puede buscar en ella una garantía con-
tra las exigencias de las formaciones inconscientes. A la inversa, un
sujeto es relativamente autónomo en la medida en que tiene capacidad
para moverse de un sistema de referencia a otro, por ejemplo, de la
razón a la sinrazón y viceversa.

Aperturas

En este enfoque de sus aportes más abarcativos hemos visto


que el valor del pensamiento de Lagache reside en su tentativa de
unificar todas las psicologías, en especial sobre la base de una perso-
nología psicoanalítica. Esta contribución debe ser revaluada tomando
en cuenta que en la época en que Lagache llevó a cabo su tentativa
no se había discriminado entre diferentes enfoques psicológicos y los
papeles asignados a los profesionales correspondientes. El esfuerzo de
Lagache incluyó el desarrollo de una serie de problemas metodológicos
enfocados con gran lucidez.
En nuestro país el pensamiento de Lagache ha sido retomado
y reformulado por J. Bleger quien, apoyado en su obra, desarrolla con-
sideraciones clínicas y teóricas que constituyen nuevas aperturas en el
pensamiento psicoanalítico.

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