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Eutanasia
Autores:
● Felipe González
● Carolina Valenzuela
● Paloma Rojas
Fecha: 01/06/2107
Profesor: Mario Farias
Asignatura: Bioética
Fundamental
Introducción:
Cuando se habla de eutanasia, no solo se habla de vida en sí, sino que se abarcan valores y
entra en juego la moralidad, es ahí donde se pone en palestra la labor del profesional y la
decisión de la familia de que querer o no dejar partir a un ser querido.
- Analizar la decisión propia de una persona respecto a su vida y calidad de vida de una
enfermedad determinada, quien optó por la eutanasia.
- Indagar en el quehacer profesional y la toma de decisiones sobre el caso de un
paciente desahuciado y le tengan que aplicar eutanasia o dar el pase a un paciente que
quiere que le apliquen la eutanasia-
- Analizar la relaciones familiares y posteriores duelos de un ser querido eutanasiado.
Desarrollo:
La eutanasia siempre a sido un tema que está puesto en palestra por las diferentes
connotaciones entregadas por profesionales de diferentes índoles y enfoques. Este tema trae
una vez más una serie de dilemas éticos y pone en juego los valores sociales integrados y
arraigados en nuestra sociedad.
La evaluación de esta acción consciente por terminar con una vida o la decisión consciente de
una persona por terminar con su vida es una pincelada de los significados atribuidos al tema
de la Eutanasia, ya que solo se tiene una perspectiva biomédica y técnica de esta, dejando de
lado otros aspectos igual de importantes como la salud mental del sujeto que padece, el
desequilibrio familiar, los gastos económicos y el sufrimiento por alguna enfermedad que de
una u otra forma, afecta al sujeto y a su entorno empeorando aún más su calidad de vida.
Retomando lo anterior expuesto, Manuel Hurtado (2015), siendo miembro del comite de
bioetica y docente de la facultad de bellas artes y humanidades en la universidad tecnológica
de Pereira, colombia. Expone que:
“La eutanasia no debe ser revisada únicamente a partir de sus significados médicos y
técnicos, sino que debe ser un concepto holístico que toma en cuenta el proceso que el
paciente ha tenido durante la progresión de su enfermedad, sus relaciones familiares,
su situación económica y las experiencias vividas, que hacen cada caso diferente y
único, priorizando de este modo la libertad, la independencia y la autonomía del
paciente, las cuales, son la base principal en el momento de respetar su voluntad y de
su familia, ante la solicitud de una muerte digna por medio de la eutanasia” (Hurtado,
2015. parra. 4)
Es por esto, que cuando se plantea que el paciente es un sujeto dotado de derechos y se hace
hincapié en la autonomía y la conciencia del paciente en tomar una decisión respecto a su
situación, si está en un estado terminal, está en su derecho manifestarle a su médico tratante
la situación que padece y el dolor o malestares causados, siendo este escuchado y apoyado
por el profesional a cargo, llevando el caso a un comité de profesionales en ayuda de tomar la
mejor decisión.
Lo que nos lleva una vez más a pensar respecto a la autonomía del paciente, la cual debe de
ser limitada por el especialista, si este no se encuentra en las condiciones o si su realidad está
perturbada. Es por esto que la labor del especialista es de de suma importancia ya que será el
encargado sobrellevar la situación, de explicar el procedimiento ( si se llega o no a la
eutanasia) y dejar claro que su labor no es matar a un otro, sino que, curarlo o encontrarle una
solución concreta a un sufrimiento prolongado, proporcionando una calidad de vida digna a
sus paciente hasta el final de sus días.
Como se nombraba anteriormente, el profesional a cargo del caso debe de consultar siempre
frente a una situación de eutanasia a un comité médico en donde se evaluará la situación
desde algunos parámetros (científicos y éticos), decidiendo finalmente si la eutanasia es o no
lo mejor para el paciente. (Hurtado, 2015).
Una vez que se toma la decisión, y esta es terminar con la vida de un paciente, el médico
tiene que ser capaz de preparar a su paciente y familiares, mediante un consentimiento
informado, para evitar caer en diversas convergencias y dudas por parte de otros
profesionales como por ejemplo si se lleva a cabo la eutanasia por el estado del paciente o si
es una limitación del esfuerzo terapéutico.
En base dichas posturas se evalúa una vez más la ética médica, la cual se enfoca directamente
en la relación médico - paciente, es por esto que: “una vez que se tiene clara la relación
terapéutica, no hay justificación para confundir los cuidados intensivos con los cuidados
paliativos, ni tampoco la limitación del esfuerzo terapéutico con la eutanasia” (Betancourt,
2011, parra, 15)
Dentro de la problemática a investigar, nace una serie de dilemas en torno a la vida y muerte,
como también de la independencia del paciente o el sufrimiento, estos puntos son los que
que nos hacen analizar una serie de caso de índole mayor, entendiendo a aquellos pacientes
graves y / o desahuciados, en donde los intentos sucesivos de los médicos por mantener vivo
el paciente también traspasa las condiciones y calidad de vida de este, tornándose de igual
manera poco ético, siendo ético el cuidado y la mantención de la vida del sujeto enfermo.
El dilema que presentaremos y en el cual nos basaremos es entorno a una niña de 10 años que
fue diagnosticada con un tumor cerebral, el cual fue tratado pero nunca dejó de crecer,
alojandose en el hipotálamo, dejándola inválida, con problemas cognitivos cerebrales y
posteriormente vegetal.
La niña comenzó a tener problemas renales por lo cual se le consultó a la familia sobre la
posibilidad de que alguien fuera el donante, pero la madre se negó a dicha operación, tomado
la decisión de dejar descansar a su hija. La calidad de vida de la niña empeoraba cada vez
más, como por ejemplo el sin número de escaras que le aparecieron por el uso de cama, el
dolor en ciertas áreas del cuerpo producto del tumor y tomando en consideración el hecho de
que ella no despertaria mas, ya que de acuerdo al diagnóstico médico entregado, su vida
dependencia de un ventilador mecánico muy costoso para la familia y de la operación de
trasplante, la cual dilata la larga agonía de esta niña. además el tiempo de vida estimado de la
infante de acuerdo a las problemáticas que está teniendo es de 1 semana máximo.
El médico tratante se opone a desconectar a la niña, ya que prefiere que la niña muera cuando
su cuerpo colapse y no de mas. De acuerdo a la postura del médico tratante, los padres
enviaron una carta al director del hospital, explicando la situación su hija, oponiéndose
rotundamente por un tema de ética profesional. Ya que la explicación que da es que la labor
del médico es cuidar y entregar bienestar a sus pacientes, no desconectarla y dejarla morir.
De acuerdo al caso, es que surgen una serie de preguntas en torno a principios y valores. Al
tomar la decisión de que la niña se le permita descansar, se estaría apelando al principio de
beneficencia, en la cual la familia y los médicos tratantes velarán por el bienestar de la
paciente en todo momento, en este caso en particular, producto de la magnitud de la
enfermedad, son los padres en este los que deciden el bienestar de su hija. En este sentido, se
convierte en un dilema bioético ya que existen dos postular al respecto, en la cual los médicos
tienen la obligación de salvar la vida a sus pacientes a toda costa. No obstante, surge la
interrogante ¿Qué calidad de vida tendrá esta niña y su familia si siguen con los
procedimientos médicos?.
Asimismo, siguiendo lo que propone Poblete & Sanhueza (2005) el profesional de la salud
debe tener acciones beneficiosas para el paciente, ya que es este el miembro más débil de la
interacción ( p. 2 ). De esta manera es que el actuar del médico sería contraproducente para
el bienestar de la niña, en donde se pone en juego su condición física y también el bienestar
familiar y el estado psicológico de los padres por ver cómo el cuerpo de su hija padece.
En esta misma línea, se puede destacar el principio de justicia. En el cual el médico tratante
velará por el bienestar de la paciente, previendo en todo momento la atención óptima de esta.
Igualmente, se podría pensar que el hospital y en particular el cuerpo médico a cargo de la
niña, tendría esta postura en contra de que se desconecte a la niña debido a que estos tienen
como principio fundamental la justicia. Sin embargo, para que se cumpla este principio se
debería dar a cada persona una atención de acuerdo a su necesidad. De esta manera, esto se
podría contraponer de acuerdo al punto de vista de cada actor de la problemática, en donde
para los padres sería desde otro punto de vista que para el cuerpo médico.
Entorno a los principios identificados, se pueden rescatar los siguiente valores que están en
juego en el caso planteado; como el compromiso con el paciente y la vida de este, la
honestidad es otro valor que se puede identificar, atribuido a los padres al plantear lo que
quieren para su hija. Otro valor a identificado es el amor, el amor que los padres sienten por
su hija ya que decidir terminar con la vida de un hijo es un proceso difícil y doloroso.
Dentro de los valores que se pueden encontrar trastocados es el de comprensión, ya que por
una parte los padres comprenden la situación de salud de su hija y optan por terminar con la
vida de la niña que de igual forma terminaría y en peores condiciones de las que ya está, pero
la comprensión de dicho dolor de la familia y la decisión de los padres, no es tomado en
cuenta por los médicos y el comité ético del hospital, ya que al priorizar la situación de la
niña, es solo prolongar un sufrimiento mayor que llegaría tarde o temprano, porque la niña ya
se encontraba inconsciente y conectada a ventilación mecánica.
Retomando el caso expuesto, sobre el caso de esta niña de 10 años conectada a ventilación
mecánica, siendo consciente o no de lo que pase a su alrededor, tiene los mismos derechos
que una persona consciente, de ser tratada y asistida por el personal de la institución, hasta
que su organismo dictamine lo contrario, además se habla de una menor de edad que es
portadora de derechos, como la salud, buenos tratos y cuidados necesarios, siendos estos
requisitos expuestos en la convención nacional de los derechos del niño el 14 de agosto de
1990. (UNICEF, 2017).
Por otro lado, la perspectiva utilitarista de Stuart Mill, la cual señala que “las acciones son
justas en la proporción con que tienden a promover la felicidad; e injustas en cuanto tienden a
producir lo contrario a la felicidad ”(López & Cortez, s.f ).
Esta corriente, se centrará en las consecuencias más que en las acciones, en la cual una acción
se consideraba moralmente buena cuando produce más beneficios que prejuicios en las
personas, de esta manera se entendería esta teoría como un beneficio para un mayor número
de personas. En este sentido se debe pensar que el bien debe llegar a su grado máximo y al
máximo número de personas, siendo un beneficio para la comunidad.
De acuerdo a la teoría expuesta se puede relacionar con el caso, en el cual no solo se podría
pensar desde este caso en particular, más bien se pretende abarcar desde casos similar en el
cual sería necesario para la familia y los paciente una opción de eutanasia. Esto viéndolo
desde una beneficio para los pacientes y por la salud mental para la familia, la cual se
encuentran viendo a su hija en condiciones inhumanas. Asimismo, si se realizara la eutanasia
en estos casos y en donde la enfermedad no tuviera otro pronóstico que no sea la muerte,
desde esta teoria se podria apelar a la felicidad en este caso de la familia y el darle a su hija el
descanso que merece y necesita.
Es por esta razón que viéndolo desde la teoría utilitarista, este método sería beneficioso para
las personas que se encuentran viviendo estas situaciones, en los cuales seria una opcion para
evitar una agonía que se prolonga por meses e incluso en algunos casos por años. Siendo la
familia la que debe cargar con toda la carga emocional y económica de ver a su ser querido
en estas condiciones. Igualmente, Dr. Condemarín (s.f). plantea una serie de argumentos en
contra y a favor de la eutanasia, los a favor se basan en la compasión hacia el paciente y su
familia, los cuales señalan que mantener al enfermo en esta agonía es una manera cruel
debido a los padecimientos e indignidad que trae estar en estas condiciones. En esta misma
línea, el doctor señala que el paciente tiene el derecho a decidir cuando abandonar esta lucha
por la vida y en este caso en que el paciente no puede decidir, lo haría su familia, debido a
que la medina no lograr aliviar lo que produce la enfermedad o encontrar una cura para la
misma.
Dentro de los contenidos del curso, el acto es de suma importancia ya que tiene una causa y
un efecto, teniendo consecuencias tanto positivas como negativas o ser simplemente una
omisión, pero cuando se habla de un paciente consciente, se habla de un acto libre, que tiene
como fin el alivio de una vida tortuosa y complicada. Pero la pregunta que nos hacemos es
que ¿qué pasa con la autonomía del paciente?, dentro de los principios de la bioética y la ética
personalista la vida huma es de suma importancia al igual que la concepción del organismo
pero, cuando el paciente es quien toma decisión por acabar con su vida, siendo un sujeto
consciente, está dentro de lo permitido y dentro de su autonomía como paciente, al igual que
dejar el tratamiento médico si este así lo desea.
Este derecho a la autonomía, también puede abarcar a aquellos paciente que de una u otra
forma son terminales y son inconscientes y están desahuciados, por lo que sus familias se
encuentran en su derecho de tomar una decisión ante el padecimiento del cuerpo del enfermo.
Quizás es una visión un tanto utilitarista pero es una realidad omitida por un sin fin de
mecanismos defensivos sociales.
Se comprende que la labor del médico no es el quitar la vida a sus pacientes, si no brindarle
un servicio para que este sobreviva y tenga una calidad de vida digna, pero nos preguntamos
una vez más, entorno al caso expuesto ¿es digno asistir de esa manera una niña que está
muerta en vida?, la agonía y la llegada de la muerte, que de igual forma llegará, pero ¿qué
pasa con la familia que hay detrás del enfermo?, ¿qué pasa con las consecuencias que le trae
dicha situación a estas personas?.
Es claro que no es una decisión fácil pero, quizás sana mentalmente para los otros que aun
estan combientendo en esta vida. Es por esto que consideramos que la libertad, la elección y
la decisión son conceptos delicadas y expuesto en palestra para ser discutidos y refutados, por
qué se puede tomar la autonomía como el acto de una persona de quitarle la vida a un otro,
pero en el caso de esta niña, la familia por ser menor de edad tienen la tuición y la
responsabilidad para decidir qué es lo mejor para ella, por ende pueden decidir sobre la
situación que vive su hija, que está agonizando (Taboada, 2015).
Conclusión
Podemos concluir que la eutanasia no es una discusión nueva, sino que se a tratado a lo largo
de la historia en dependencia de las circunstancias, esta se ve ligada según las diversas
corrientes políticas, culturales y religiosas prevalecientes en nuestro país, aunque no se
desconoce que en los últimos años ha adquirido un mayor auge.
Si bien en nuestro país hay una tendencia muy marcada a la defensa de la vida sea cual sea la
circunstancia existen países que llevan una discusión muy adelantada en cuestiones de
eutanasia, y paulatinamente se van sumando más a esta discusión. El debate es constante y
cada vez se suman más opiniones a nivel local y mundial.