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INFORMES

ANTIGÜEDADES DE MURVIEDBO

Por Real orden de 15 de Septiembre de 1858, expedida por el


Ministerio de la Guerra, se dignó S. M. resolver, de conformidad
con lo informado por el Excmo. Sr. Ingeniero general, que no
sólo se entregase á la Academia el teatro romano de Murviedro,
sino que pudiese sacar de las fortalezas de sus zonas todos los mo­
numentos, lápidas, medallas y cemás objetos históricos que allí
se encontrasen, siempre que la Academia costease los gastos que
se ocasionaran y las reparaciones á que diera lugar la referida ex­
tracción, debiendo dirigirse todo por el Comandante de Ingenie­
ros de la plaza, y hacerse constar los objetos que se extraigan en
un acta que se extenderá con intervención del Gobernador, Co­
mandante de Ingenieros, Comisario de guerra y de la persona
delegada por la Academia para que de ellos se haga cargo.
A consecuencia de esta Real orden, conforme la Academia con
el dictamen de una Comisión nombrada al efecto, acordó, en se­
sión celebrada el 25 de Febrero del año de 1859, pasase el que
suscribe en viaje literario de inspección á Murviedro para exami­
nar el estado de aquellas antigüedades y proponer lo que consi­
derase más conveniente á fin de dar cumplimiento á la Real or­
den ya citada, transcrita á la Academia por la Dirección de Ins­
trucción pública en 10 de Noviembre de 1858.
Cumpliendo el que suscribe con este acuerdo, procuró conci­
liar sus atenciones y sus deberes con el encargo que se le había
confiado, y por esto retardó hacer su viaje hasta la Semana San­
ta, época en que no le estorbaba el viaje de inspección que se le
confiara, y así llegó á Valencia en 18 de Abril anterior, acompa­
ñado del limo. Sr. Barón de Tecco, Ministro de Cerdeña en esía
Corte, eminente orientalista y peritísimo en todo género de anti­
güedades, que por su afición á estos estudios se había ofrecido á
acompañarle. El Excmo. Sr. Capitán general de aquel distrito y
el Gobernador de la provincia, á quienes visitó, se sirvieron faci­
litarle órdenes terminantes dirigidas al Gobernador del castillo y
al Alcalde de la población, no sólo para que le prestasen cuantos
auxilios necesitara, sino para que le diesen posesión del teatro ó
hiciesen entrega de cuanto creyera convenir ála Academia. Auto­
rizado así, marchó á Murviedro el sábado 23, acompañado de don
Vicente Boix, nuestro celoso Correspondiente en Valencia, del ci­
tado Barón Sr. Tecco y del dignísimo Brigadier de Artillería, exce­
lentísimo S. D. Santiago Piñeiro de las Gasas, Jefe de Escuela de
aquel departamento y muy entendido eu este género de estudios.
La actual ciudad de Murviedro está situada á la falda del ce­
rro que ocupó la antigua y memorable Sagunto; así es que por
todas partes se encuentran esparcidos trozos de columnas, capite­
les, monumentos epigráficos y otros objetos extraídos de las ru i­
nas de aquella ciudad. En el alto del monte, que es una deriva­
ción de la sierra de Espadan avanzada sobre la costa, se encuentra
el castillo con su ciudadela, cuyas murallas son en parte por su
base antiguas, y después, de construcciones de diferentes épocas
muy marcadas, debiendo advertir que hacia la parte occidental
de la vertiente del monte se conocen vestigios de la primitiva mu­
ralla, que por aquella parte avanzaba más de lo que en el día es
fortaleza. Estos vestigios demuestran que su construcción primi­
tiva es de la segunda época ibérica, porque los sillares desiguales
en longitud y latitud, generalmente de gran tamaño, están bien
cortados, trabados y ajustados con tal precisión, que, sin mezcla
para unirlos, se conservan y conservarán por muchos siglos en
la misma posición en que fueron colocados.
Por cima-de este trozo de muralla, que sirve en el día de muro
á una casa de la población y de pared interior de una bodega,
principia el ascenso al castillo por medio de rampas formando
ángulos, dejando en el centro el antiguo teatro de la ciudad, de
grandes dimensiones y mucho mejor conservado de lo que creía­
mos. La base de este edificio está labrada sobre la roca que le
sirve de asiento, conserva casi todas las graderías y parte de las-
oficinas laterales y manifiesta claramente la escena, el prosce­
nio y el postscenio, algo del pulpito y todo el espacio semicircular
que ocupaba la orquesta. Las altas paredes que subsisten son de
durísimo mortero, revestido á veces de sillería, no de piedras-
grandes, sino medianas, pero de notable igualdad y simetría,
como construcción de los mejores tiempos del Imperio, cuando
no de los últimos años de la República, pues es muy semejante al
teatro llamado de Pompeyo, cuyas ruinas se conservan en Roma.
En general, el conjunto de este vetusto edificio de la antigua Sa-
gunto ofrece admiración y aún respeto.
De este antiguo teatro se han ocupado largamente varios escri­
tores eruditos de Yalencia. Fué el primero el señor deán Martí
en una carta latina que, describiéndolo, dirigió, á principios del
siglo pasado, al Sr. Zondodari, Arzobispo de Damasco y Nuncio
de S. S. en esta Corte, la cual publicó traducida el Sr. Ponz en
su Viaje de España, tomo iv, impreso en 1774. Después, en el
año de 1793, el abogado D. Enrique Palos y Navarro, vecino de
la misma villa de Murviedro, y conservador nombrado por S. M.
de todas las antigüedades que en ella había, escribió una diser­
tación sobre este teatro, que dedicó al Príncipe de la Paz, enton­
ces duque de la Alcudia; y últimamente eiSr. D. JoséOrtiz, deán
de San Felipe, describió minuciosamente el mismo teatro de Sa-
gunto en el primer tomo, único que publicó, de un Viaje ar­
quitectónico anticuario de España en el año de 1807: además de
esto, se remitieron en aquel tiempo dos modelos de corcho de este
mismo edificio, el uno á la Academia'de San Carlos, de Valencia,
y el otro á la de San Fernando, de Madrid, los cuales se conser­
van en los gabinetes de ambas Corporaciones, razón por la que
el que suscribe escusa detenerse en hacer una minuciosa descrip­
ción del mismo edificio, por cuanto ya de antemano debe ser co­
nocido de los ilustrados individuos de esta Academia. Sólo, pues,
le resta decir que el teatro se conserva casi en el mismo estado en
que se hallaba á principios de este siglo, sin más falta que la de
algunas piedras sillares extraídas para edificios de la población, ó
para las obras del castillo, y la de haber rebajado los directores de
la fortificación, durante la guerra de la Independencia, alguna de
las altas paredes que lo circundaban, porque impedían que los
fuegos de la plaza dominasen completamente la población.
Antes de dejar este recinto, quisimos conocer las disposiciones
-acústicas de esta localidad, y, al efecto, esparcidos por lo más alto
de las graderías, oímos claramente al Sr. Boix, que, colocado so­
bre el lugar del pulpito, recitaba en voz natural algunas poesías
latinas, de las cuales no perdíamos ni una sola sílaba, y eso que
nos encontrábamos á distancia de más de cuarenta metros.
Siguiendo nuestra exploración subimos al castillo y ciudadela,
la cual se compone de dos fortificaciones principales, situadas,
una al NO. y otra al SE., enlazadas por cortinas, y entre éstas
se ven establecidos los modernos cuarteles y pabellones. El señor
coronel D. Juan Fernández de Castro, gobernador de la fortale­
za, tuvo la bondad de acompañarnos, así como el teniente coronel
D. Juan Fernández, mayor del mismo castillo, y D. Joaquín
Fernández del Corral, capitán del provincial de Segorbe. La for­
tificación está desartillada, pero no abandonada, pues tiene para
su custodia ocho ó diez soldados á las órdenes de los dignos jefes
que allí moran. Se temía que el Gobierno dispusiera volarla para
excusar los gastos de la demolición; pero el que suscribe puede
manifestar á la Academia que este peligro no es tan inminente,
por cuanto se le ha manifestado que por ahora no se piensa
en eso, antes bien, acaba de devolverse la bandera para que on­
dée sobre aquellos antiguos muros en los días de gala y de fiesta
nacional.
La fortificación del SE. se conoce bajo la denominación de AL
menara; conserva, á nuestro juicio, restos de un templo, y allí
empotrada en una altísima pared de la moderna fortificación, vi­
mos una piedra de grandes dimensiones, con tres grandes letras
de á tercia de alto, que debieron ser parte de la inscripción del
frontispicio. Estas letras estuvieron revestidas de otras de bronce,
pues se conocen los huecos por donde entraban los clavos que las
sujetaban, y creemos sea probable encontrar en aquellas inmedia­
ciones las restantes para completar la inscripción.
La fortificación del NO. es la ciudalela, en buen estado de
conservación, la cual domina otras altaras inmediatas y tiene
magníficas vistas á todas aquellas deliciosas llanuras que se ex­
tienden hacia el mar. Allí también reconocimos vestigios de an­
tiguas fábricas de mortero romano, cisternas y pavimentos anti­
guos, abiertos en la roca. Entre las cortinas que unen entre sí
ambas fortificaciones, donde hemos dicho se encuentran los pa­
bellones y cuarteles, y donde está la única entrada, hay también
varias baterías para defenderlas, y tanto éstas como otras fortifi­
caciones se conoce fueron levantadas durante la guerra de la In­
dependencia, y considerablemente mejoradas por el ejército fran­
cés, al mando del general Suchet, por cuanto en los dibujos que
he visto de aquel castillo, publicados por Ortiz en 1807, no se re­
conocen sino murallas derribadas ó en mal estado, y nada ó poco
sino ruinas en lo que hoy es ciudadela.
En los edificios del centro y pabellones, así como en la ciuda­
dela, reconocimos varias inscripciones, medios relieves y una
estatua togada de la época romana. Aquéllas son en su mayor
parte basas de otras estatuas que se han perdido.
El que suscribe llevó bajo del brazo la Memoria del Príncipe
Pío, que tuvo la honra de publicar, reformada por acuerdo de
esta Academia, en su último tomo de Memorias, que contiene to­
das las inscripciones que vió y copió dicho señor en el reino de
Valencia hacia fines dei siglo pasado: de su examen deduce que
casi todas las inscripciones reunidas en el castillo son inéditas,
y como parece imposible hubieran podido escapar á la exquisita
investigación de aquel sabio, creemos que fueron descubiertas
después, y probablemente por los ingenieros directores de las
obras durante la guerra de la Independencia, cuando, como he­
mos dicho, extendieron y mejoraron la fortificación; pues obser­
vamos que todas ellas estaban empotradas en los bastiones y pa­
bellones que los mismos construyeron.
He aquí las leyendas de estos interesantes monumentos epigrá­
ficos y la interpretación que de ellos se hace.
NÚM ERO I

En la ciudadela empotrada entre dos troneras de cañón:


M, BAEBIO. M, F

GAL. CRISPO

AED. PO N TIF

SALIO

CONLVSORES.

Atareo Baelno, Marti filio, Galeria, Crispo, aedili, pontifici salió


Conlusores; cuya traducción es: «Los atletas, gladiadores ú otros
que se ejercitaban en los juegos públicos, dedicaron este monu­
mento á Marco Bebió Crispo, hijo de Marco, y déla tribu Gale­
ria, que habla sido edil, y era pontífice salió, ó del dios Marte.»
Nada conocidos son ¡os Conlusores en los antiguos clásicos: Fac-
ciolati dice, suprimida Ja n. c o l l u s o r , o r i s : qui cum altero ludit.
Cicerón en una de sus filípicas: Hunc tu compransoribus tuis et
collusoribus dividebas. Plinio, Historia natural, libro ix, capí­
tulo xxxm, dice: Delfinus collusor puerorum. Eu el Diccionario
medice et infimee latinitatis de Ducange: Conllusiun est jurgiun
rixee. Foresto le damos la interpretación sentada. La inscripción
es del primer siglo de nuestra era, según se deduce de la forma de
los caracteres, y es basa de estatua, de mármol del país.

N Ú M E R O IX

Sobre la puerta de la cuadra de la bóveda, en el castillo, eu la.


llamada calle Ancha de los Césares:
F V L V IO . L. F

CESSGNl

T RíB. MIL. D I V I . AV G

q_. FAB1VS N ÍG ER . . Q_. ET. L

PATER. AVO. MATERNO


Fulvio (falta el prenomen), L udí filio, Cessoni, tribuno milita-
ri, divi Augusti, Quintus Fábius Niger, Quinti et Lucii patev, acó
materno.
La traduzco así: «Quinto Fabio Niger, padre de Quinto y de
Lucio, dedicó este monumento á la memoria de su abuelo ma­
terno Fulvio Cesso, hijo de Lucio, que había sido tribuno militar
en el ejército de Divo Augusto.»
No he tenido tiempo de consultar si este Fulvio Cesso, que ejer­
ció tan alto puesto militar en los ejércitos de Octaviano, está men­
cionado por los historiadores. La inscripción es también del pri­
mer siglo de nuestra Era por su forma de letra, ya que desde
luego no lo indicase su contexto, pues fué dedicada cuando vivía
la segunda generación, después que aquel célebre emperador ven­
ció con sus ejércitos á todas las fracciones que le disputaban el
.poder, y últimamente á los cántabros en España.

N Ú M E R O III

Empotrada en ¡a batería de Daoíz:

Q_. VA RVIO. Q^. F G A ...


C E U ..
AED. II. V1R. FLAM. BIS
SALIOR. MAG
QVESTOR1
PRAEF. IV. C. VENVSTVS
AIVUCO

Quinto Varvio, Quinti filio, Galería, Cellere, aedili, duunviro,


flamini bis, saliorum magistro, questori, prcefecto juris Cajus Ve-
nustus amico.
Su traducción es la siguiente: «Cayo Venusto dedicó este monu­
mento á su amigo Quinto Varvio Celer, hijo de otro Quinto y de
la tribu Galeria, que había sido edil, duunviro de la ciudad, dos
veces flamen, después maestro de los salios ó sacerdotes de Mar­
te, cuestor del municipio y últimamente juez delegado para ejer­
cer justicia.»
No nos detenemos en explicar la importancia de estos cargos
sacerdotales y civiles, porque son comunes á otras muchas ins­
cripciones que se encuentran en España, y conocidos de los seño­
res Académicos. Sólo diré que esta inscripción, si bien antigua y
también del primer siglo, contiene el nombre de Varvio, gente
poco conocida entre los ciudadanos romanos.

N Ú M E R O IV

Empotrada entre las troneras de cañón, en la batería ó baluarte


de San Jorge, dentro del castillo:
DRVSO. CAESARI
TI. AVG. F. DEIVI
AVG. NEPOTI
DEIVI. iVLJ
PRONEPOTI. COS

Druso Coesari, Tiherii Augusti filio, Deivi (pro Divi) Augusti ne-
poti, Deivi Julii pronepoti, consuli.
Traducción: «A Druso César, cónsul, hijo de Tiberio Augusto,
nieto de divo Augusto y biznieto de divo Julio.» Druso, llamado
el menor ó el joven, era hijo del emperador Tiberio y de Yipsa-
nia Agrippina: nació hacia el año de Roma 741 (13 antes de la
Era vulgar). Fué cónsul en el año 768 de Roma (13 de la Era vul­
gar): decorado con el poder tribunicio en el 775 (22). Muerto em­
ponzoñado por su mujer Livia ó Livila en el año 776 (23).
Faltando entre los títulos dados á Druso en esta inscripción el
de tribuno, es evidente que fué dedicada años antes: y como lleva
el título de cónsul, se deduce que lo fué en los que transcurrieron
desde el 768 al 775 de Roma. De este César no creemos se en­
cuentre otra inscripción dedicatoria en España. Tiene de notable
la extraña ortografía, evidente arcaísmo, de escribir deivi por divi.
En monedas de la familia Didia se ve escrito también el nombre
de T. DEIDI por T. DIDT, y pudiéramos citar algún otro ejemplo.
NÚM ERO V

Pedestal para estatua, de mármol negro, colocado á la entrada,


del pabellón del gobernador del castillo, con la inscripción si­
guiente:
C. CAESARI. AVGVSTI. P
PONTIF. COS. DES1NG

PRINCIPI. IVVENTVT1S

Cajo Ccesari, Augu&ti filio, pontifici, consuli designato , principi


juventutis.
Traducción: «Gayo César, hijo de Augusto, pontífice, cónsul
designado y príncipe de la juventud.»
Gayo, hermano de Lucio, filé hijo de M. Agrippa y de Julia,
hija de Augusto, por lo que eran estos príncipes nietos de dicho
emperador. Nació Gayo en el año 734 de Roma (20 antes de Cris­
to). Fue adoptado por Augusto como hijo, y nombrado César en
el año 737 (17 antes de Cristo). Decorado con el título de Príncipe
de la juventud en el año 749 (5 antes de Cristo). Cónsul en 753, y
por lo mismo designado en 752, un año antes de nuestra Era, ó
sea del nacimiento del Redentor. Muerto en Lycia en 757 (4 de la
Era vulgar).
Es muy bello pedestal y bien conservado; se cree fué encon­
trado cerca del pabellón del Gobernador, en el sitio que llaman
calle de los Césares.

NÚM ERO V I

Pedestal de estatua, también colocado á la entrada del pabellón


del Gobernador, junto al anterior y de igual forma:
AVGVSTO
PONTIFICI. MAX. IMP

XIIII. COS. XII. TRIB


POTEST. XV. MVNICIP
SAGVNTINI
Augusto, Pontifici máximo, imperatori decimoquarto, consuli
duodécimo, tribunicia potestate decima quinta, Muñidpes sa-
guntini.
Traducción: «Los ciudadanos del Municipio saguntino dedica­
ron esta estatua á Augusto, pontífice máximo, nombrado catorce
veces emperador, doce veces cónsul, y que había ejercido la po­
testad tribunicia quince veces.»
El emperador Augusto, á quien aparece dedicada esta inscrip­
ción, basa de estatua, había ya ejercido los cargos que se expre­
san en el año 751 de Roma, que es el mismo en que se dedicó la
estatua de su nieto Gayo; y, como ambos son de la misma forma,
parece demostrado que se erigieron á un tiempo.
Comprueba este monumento epigráfico, que allí estuvo, como
todos hemos supuesto, la célebre ciudad de Sagunto, siendo la
única inscripción de las existentes en Murviedro que así lo dice:
y además, que llevaba Sagunto la honrosa denominación de mu­
nicipio, envolviendo esto la idea de que se gobernaba por leyes
propias.
Tanto esta inscripción de Augusto, como la anterior, Núm. Y,
dedicada á Cayo César, están bien conservadas, y los pedestales
donde están grabadas conservan en la parte superior los huecos
para sujetar las estatuas que tuvieron sobrepuestas.

N Ú M ERO V II

Inscripción notabilísima colocada en el baluarte de San Jorge,


ya citado, también empotrada entre las troneras, formando juego
con la de Druso César.
p. sc ipio m , eos
1MP. OB. RESTITV
TAM. SAGVNTVM

EX. S. C. BELLO PV

MICO. SECVNDO

Publio Scípioni, Consuli, Imperatori, objeslilutam Saguntum,


ex senatu consulto, bello púnico secundo.
T ra d u cció n : «A P u b lio S c ip ió n , c ó n su l y em p era d o r, se d ed icó
e s te m o n u m e n to por h a b e r re sta u r a d o á S a g u n to de o rd en del
S en a d o ro m a n o d u r a n te la se g u n d a g u e r r a p ú n ic a .»
E l h e c h o h istó r ic o á q u e esta p ied ra se re fier e, e s b ien n otorio
para q u e trate el q u e su sc r ib e de re fe r ir lo . S a g u n to fu á v íc tim a
de la co n fed er a ció n y de s u a m ista d con R o m a . E l S en a d o y p ue­
b lo r o m a n o n o p u d ier o n se r in d ife r e n te s á esta lea lta d n i á su
sa c r ific io h e r o ic o , y a sí por d e b e r , cu a n d o n o p or e l in te r é s de
d em o str a r á lo s esp a ñ o le s q u e le s er a n a d icto s la d eb id a p ro tec­
c ió n , d ecreta ro n q u e e l c ó n s u l P u b lio S c ip ió n v in ie s e á E sp añ a,
n o só lo para ven ga r en lo s c a r ta g in e s e s e l d e sa str e de a q u ella
ciu d a d in v ic ta , sin o para r e sta u r a r la á co sta d e l tesoro d e la R e ­
p ú b lic a . D e sp u é s lo s c iu d a d a n o s de S a g u n to , r e co n o c id o s á a q u el
b e n e fic io , q u isie r o n p erp etu a r la m e m o r ia de e ste c ó n su l y g e n e ­
r a l, e r ig ié n d o le u n a esta tu a , en c u y a b a se s e g rab ó d ich o ep ígrafe.
N o c r ee m o s se e r ig ie s e e n a q u e lla rem o ta ép oca, p o rq u e al e x ­
p resa r la s e g u n d a g u err a p ú n ic a , m á s p arece u sa r o n esta fra se
co m o h isto r ia d o r e s q u e co m o co n te m p o r á n e o s; ta m p o co en la d e ­
ca d en cia d el Im p e r io , p o rq u e s u se n c illo e s t ilo , a co stu m b ra d o en
la ep ig r a fía del sig lo de oro de la lite r a tu r a , y la b ella fo rm a cu a ­
d rad a de lo s cara cteres n o lo p e r m ite n . A sí, p u e s, c r e e m o s fué
grab ad a en lo s p rim ero s a ñ o s d el im p e r io d e T ib e r io C ésar, es
d ecir, e l 14 ó 15 d esp u é s de C risto ó se a de la E ra v u lg a r , fu n d a ­
d o s e n q u e la fo rm a d el m o n u m e n to y lo s ca ra cter es so n ig u a le s
á la in sc r ip c ió n a n te s d esc rita d e D r u so C ésa r. N o tem e m o s a fir ­
m ar q u e es u n o de lo s m o n u m e n to s e p ig r á fico s h istó r ic o s m ás
im p o r ta n te s q u e en E sp a ñ a se e n c u e n tr a n .
A d em á s de esta s in sc r ip c io n e s d e d ic a to r ia s, cop ió el c o m is io ­
n a d o q u e su sc r ib e otra se p u lc r a l, co lo ca d a a l p ie d e u n a cruz
d en tr o de la c iu d a d e la , escr ita en m á r m o l n eg r o d el p a ís , en lo s
tér m in o s q u e a q u í ap arecen bajo e l N ú m . V I H , d eb ien d o a d v ertir
q u e , á p esa r de e sta r m u y b ie n co n se rv a d a , n o p u e d e a firm a r esté
ex a c ta la cop ia d el co g n o m b r e d el su jeto ; p o rq u e , d a n d o e n to n c e s
d e fren te á lo s caracteres lo s r a y o s d el s o l, n o h a b ía la so m b r a
n ece sa r ia para d is tin g u ir lo s h u e c o s c in c e la d o s d e l resto d el m á r­
m o l. Con d ificu lta d , p u es, le y ó lo sig u ie n te :
NÚM ERO V III

D. M . L . AEL, CAER
IAE. MAGISTRO
ARTIS. GRAMMA
TICAE. L. AEL. AELI

ANVS. LIBERTVS
PAT. BENEAAERITO
V!X1T. ANN. LXXXV

Diis manibus, Lucio JElio Gcerice, magistro artis grammaticce


Lucius Mlius Mlianus, libertus, patrono benemérito, vixit annos
octuaginta et quinqué.
T raducción-, «A. lo s d io se s m a n e s , L u c io E lio E lia n o , lib e r to ,
d ed icó este m o n u m e n to á su b e n e m é r ito p atro n o L u lio E lio G eria,
m a estro d el arte g ra m á tic a , q u e v iv ió o c h e n ta y cin c o a ñ o s.»
C om p ru eb a esta lá p id a q u e la c iv iliz a c ió n e n S a g u n to estab a
a d ela n ta d a , cu a n d o en e lla se e je rcía el m a g iste r io de la g r a m á ­
tica , tan to m á s n e c e sa r io e u a q u e llo s p u e b lo s, c u a n to q u e p rob a­
b le m e n te se h a b la r ía e l la tín co r r u p ta m e n te .
O tros re sto s d e in s c r ip c io n e s v ió e l q u e su scr ib e , ó le h ic ie r o n
n o ta r s u s co m p a ñ e ro s de v ia je q u e a llí e x istía n ; p ero, y a p o rq u e
n o se p o d ía form a r co n ce p to d e su le c tu r a por h a lla r s e fr a c tu r a ­
d o s, ó y a p o rq u e , em p o tr a d o s e n la s p ared es á g r a n d e a ltu r a , n o
era fa ctib le p or e n to n c e s le e r lo s , lo s a b a n d o n ó ; y só lo le resta
d ecir, al term in a r el rela to de s u v is ita al c a s tillo , q u e v ió e m p o ­
trado ta m b ién ju n to á u n a tro n er a d e c a ñ ó n , e n la b a te ría de
D aoiz, u n b a jo r r e lie v e en p ied ra d el p a ís, con d os fig u r a s m ilit a ­
re s d á n d o se la s m a n o s, y la u n a de e lla s alzab a la m a n o sin ie str a
con u n p u ñ a l para cla v a rlo a l a m ig o . ¿ S ería ésta u n a r e p r e s e n ta ­
c ió n de lo s a n tig u o s m ora d o res de S a g u n to , q u e , a n te s de e n tr e ­
ga rse á lo s c a r ta g in e se s , u n o s á o tros se sa c rific a b a n , p refir ien d o
la m u e rte á v e r se h u m illa d o s co n la e sc la v itu d ; ó m á s b ie n u n a
r e p r esen ta c ió n h u m a n a de la íe p ú n ica ?
D eja m o s el c a s tillo y e l teatro para d isp o n e r n u e str o re g r e so á
■Valencia, p a sa n d o a n te s por el la d o del q u e se su p o n e fu é el a n ­
tig u o circo, h o y ocu p a d o p or lin d ís im o s h u e r to s d e n a ra n jo s y
otro s fru ta le s. E l P r ín c ip e P ío y D . E n r iq u e P a lo s , en su s M e­
m o ria s r e sp ec tiv a s, d esc r ib e n e sto s r e sto s d eta lla d a m e n te; por m i
parte só lo p u d e ob serv a r u n a d ilatad a pared de m ortero r o m a n o ,
a l lad o de la cu a l corría u n a a b u n d a n te a c e q u ia de r ie g o , y en e l
cen tro p r ó x im a m e n te de ella u n a p ortada de s ille r ía p erfe cta m e n te
cortad a y de Ja m ism a ép oca. G om o está m u y reb a ja d a , no p u ed e
cla sifica r se el ord en á q u e co rresp o n d ió .
A n te s de p artir de M u rv ied ro n o s co n d u jo e l S r. D . J o sé G al-
m e s y C u b erto ret, p erso n a d is tin g u id a d e d ic h a ciu d a d y d ip u tad o
p r o v in c ia l por e l m is m o d istr ito , á u n a v er ed a e n tr e lo s h u e rto s
situ a d o s á la iz q u ier d a d el c a m in o , para m o str a rn o s otra in s c r ip ­
c ió n se p u lc r a l, d esc u b ier ta no h a ce m u c h o s añ os; d ecía así:

N Ú M ER O IX

LIBERTORVM. JVV. V A ...

MONIfAENTVM. FECERVNT
M. VARVIVS. VALENS. M. VARVIVS. HERMEROS
M. VARVIVS. CALATICVS. M. VARVIVS. SiNTROPHVS
M. VARVIVS. CHRESIMVS. AEMILIA SLNTROPHI

T ra d u cció n : «M arco V a rv io V a le n te , M arco V a rv io H e rm er o s,


M arco V a rv io G a lático , M arco V a r v io S in tr o p h o , M arco V a rv io
C h r esim o , y E m ilia S in tr o p h e , h ic ie r o n el m o n u m e n to se p u lc r a l
de lo s lib e r to s de M arco V a r v io .»
E s n o ta b le e n esta in sc r ip c ió n q u e to d o s lo s d e d ic a n te s lle v a b a n
c o g n o m b r e s g r ie g o s, lo cu a l er a m u y c o m ú n en tre lo s ro m a n o s
q u e h a b ita ro n en E sp a ñ a , e s p e c ia lm e n te 'e n el lito r a l de V a le n c ia ,
co m o se p ru eb a en m u c h a s in s c r ip c io n e s co p ia d a s por el P r ín c ip e
P ío . H a c ie n d o g a la de c u ltu r a por la le n g u a h e lé n ic a , d aban á
s u s escla v o s y lib er to s n o m h r e s sig n ific a tiv o s en a q u e l h e r m o so
id io m a . A q u í H e rm ero s p arece s ig n ific a cosa de M ercu rio (H erm es);
C a lá tic u s, n a tu r a l de C a la tiu m en M y sia ; S in tr o p h u s, fa m ilia r ó
e d u ca d o en la fa m ilia ; y C h r e sim o s, ú til, c o n v e n ie n te , v e n ta jo so .
O tras m u c h a s in s c r ip c io n e s e x a m in a m o s en M n r v íe d r o , e m p o ­
tra d a s en la s p a r ed es; p ero , c o m o íb a m o s p ro v isto s de la cita d a
M em o ria del P r ín c ip e P ío , v im o s q n e e sta b a n co p ia d a s; c o n te n ­
tá n d o n o s con coteja rla s, q u e d a n d o m u y sa tisfe c h o s de la e x a c ti­
tud y p rec isió n co n q u e d ich o se ñ o r s e h a b ía ocu p a d o de a q u e l
im p o r ta n te trabajo.
D eb em o s rep etir q u e la s in s c r ip c io n e s da q u e a h o ra se da n o ­
tic ia á la A ca d em ia n o e s tá n , á n u e str o j u ic io , p u b lic a d a s, y so n
p or lo tan to in é d ita s, p u e sto q u e n o a p a rec en n i en G a ite r o ,
M u ratori, M asd éu, P o n z , C ean B e rm ú d ez , n i C o rtés, n i e n la s
e d ic io n e s d e M arian a, de V a le n c ia y de S a b a u , n i en n in g u n o de
lo s o p ú sc u lo s q u e sob re in sc r ip c io n e s h a n v isto ia lu z p ú b lic a á
fin e s d el p asado y p r in c ip io s d el p resen te sig lo . R ep e tim o s q u e la s
m ás in te r e sa n te s, q u e so n la s d ed ica to ria s em p o tra d a s e n la s fo r ­
tifica c io n e s d el c a s tillo , h a n sid o ca si de se g u r o d esc u b ier ta s en
ép o ca p osterior á la fec h a en q u e e sc r ib ie r o n la m a y o r p arte de
a q u e llo s e scr ito r e s, y m u y p ro b a b le m e n te p or lo s d ire cto re s de
la fo rtifica ció n d u r a n te la g u e r r a de la In d e p e n d e n c ia .
D e acu erd o co n n u e str o C o rr esp o n d ie n te el S r. B o ix , cr e im o s in ­
c o n v e n ie n te se e x te n d ie se u n acta de en tr e g a d el teatro á la A c a ­
d e m ia y de la tom a d e p o se sió n . C om o y a n o h a b ía e n M u rv ied ro
jefe d e In g e n ie r o s , y esta n d o a b a n d o n a d a la zo n a d el c a s tillo , el
A y u n ta m ie n to era el q u e d eb iera h a cer se ca rgo d e a q u e l e d ific io ,
cr eim o s c o n v e n ie n te se n o s h ic ie s e e n tr e g a por el A lc a ld e d é l a
p o b la c ió n , y al efecto d isp u sim o s v o lv e r e l m artes 26 de A b r il a l
m ism o M u rvied ro. N o s a co m p a ñ a r o n el citad o S r. P iñ e ir o , lo s
d ip u ta d o s á C ortes S re s. V iz c o n d e d el P o n to n y D . F e r m ín L a sa la ,
el S r. C onde de C a m p o m a u es, b iz n ie to d el a n tig u o D ire cto r d e
n u estra A ca d em ia , y el S r . M u ro , o ficia l p rim ero de a q u e l G o-
h ier n o de p ro v in cia . E l S r. C u b ertoret tu v o la b o n d a d de a sis tir
al acto, y e l A lcald e n o s d io p o se sió n e n la form a q u e a p a rece del
acta q u e ten em o s el h o n o r de p resen ta r .
E n treta n to q u e la A c a d e m ia r e su e lv e lo m á s c o n v e n ie n te , el
S r. B o ix q u ed ó en ca rg a d o de la c o n se r v a c ió n d el teatro, y p r e ­
v e n tiv a m e n te e n M u rvied ro e l S r. C a lm e s y C u b erto ret, p erso n a
in s t r u id a y de la s c o n d ic io n e s so c ia le s q u e se d eja n m e n c io n a d a s .
E n v ista de e sto s a n te c e d e n te s, el q u e su sc r ib e s e a tre v e á p ro ­
p o n e r se ce rq u e e l teatro de S a g u n to co n ta p ia y p ied ra , y q u e so
reco ja n tan to la s in s c r ip c io n e s q u e se e n c u e n tr e n a s í en el ca stillo
■de M u rv ied ro , co m o a q u e lla s q u e s e h a lle n s u e lta s ó en p e lig r o
d e d e str u ir s e d en tro de la p o b la c ió n ó en s u tér m in o , c o n d u c ié n d o ­
la s todas al teatro d esp u é s de cerca d o , y em p o tr a n d o en el n u e v o
m u r o la s q u e por s u fo rm a d e n lu g a r á e llo . L a A ca d e m ia , s in
e m b a r g o , re so lv e r á sie m p r e lo m á s acertad o.

A n t o n io D e l g a d o .

M a d r i d , 20 d e M a y o d e 1859.

ir

NOTICIA ACERCA DE UN EDIFICIO RODANO


QUE SE CONSERVA Á LAS INMEDIACIONES DE LA VILLA DE FABARA
PARTIDO DE ALCAÑIZ EN ARAGÓN,
EXTRACTADA
DE LA MEMORIA QUE EN 1807 DIRIGIÓ AL P. FR. JOSÉ DE LA HUERTA,
DE LA AC A D EM IA DE LA H IS T O R IA ,
SU DISCÍPULO D. E. C.

E n la parte o r ie n ta l d e A r a g ó n , q u e lla m a n a llí la tierra baja,


está s itu a d a ia v illa de F a b a ra , so b re la r a y a de C a ta lu ñ a , á o r i­
lla s d e l río M a ta rrañ a, q u e n o le jo s de a llí d esem b o ca e n e l E b ro.
F u é en otro tiem p o d e l p a rtid o d e A lc a ñ iz ; a h o ra es d el ju z g a d o ,
de C aspe eu la p r o v in c ia de Z aragoza. E n a q u e l p u e b lo , poco fa ­
v o re cid o por lo s g e ó g r a fo s, n i fre cu en ta d o por v ia jero s co n m o tiv o
d e s u p o sic ió n ex c én tr ic a , e x iste u n ed ific io ro m a n o m a l c o n se r ­
v ad o, al c u a l e l v u lg o d e s ig n a co n e l n o m b r e d e Casa de Moros,
s e g ú n la c o stu m b re tra d ic io n a l de m ir a r co m o co sa de e llo s todo
lo q u e en E sp a ñ a tie n e cier to s v iso s de a n tig ü e d a d .
U n id a á esta d e n o m in a c ió n v a la tra d icio n a l c o n se ja de la
c o n sa b id a m o ra q u e está a llí en ca n ta d a , y g u a rd a n d o u n r iq u í­
sim o teso r o . O tra, m á s p o p u la r to d a v ía , h a se rv id o q u iz á para
sa lv a r lo de co m p leta d e m o lic ió n y r u in a , p u e s c u e n ta n la s c o m a ­
d res de F ab a ra q u e, e n o c a sió n eu q u e s e p r in c ip ió á d e m o le r e l

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