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La percepción y

los procesos de
pensamiento

Mediación
Comunitaria y
Cultura de Paz

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La percepción y los procesos de
pensamiento
Transformar una dinámica de confrontación en una
dinámica de colaboración, lograr que las partes trabajen
juntas en la solución de un problema, acercarlas para lograr
un acuerdo… ¿De qué se trata esta tarea? ¿Cómo se hace
para transformar situaciones conflictivas en soluciones
aceptables? ¿Es una tarea de magos?... La magia de la
mediación consiste en ayudar a la gente a cambiar sus
percepciones acerca del problema que las aflige. Y modificar
la percepción del problema significa poder mirarlo desde
otro lugar. (Diez y Tapia, 1999, p. 23).

En mediación trabajamos para tratar de que las personas cambien su modo


de ver la situación problemática. Cambiar la mirada significa poder ver
desde otro ángulo, cambiar la percepción.

Al decir de Fisher, Ury y Patton (1991), los seres humanos no somos


computadores, no somos máquinas, somos criaturas intensamente
emotivas que frecuentemente percibimos las cosas de manera muy
diferente y eso hace que muchas veces nos cueste comunicarnos con
claridad.

Hemos visto que la comunicación es un proceso de decodificación del


mensaje, que es circular y multidimensional, entonces esa decodificación
estará siempre atravesada por nuestros pensamientos y percepciones
acerca de las cosas y también por los problemas a los que nos
enfrentamos. Las situaciones problemáticas tienen distintos significados
para las partes en conflicto, que están dados por la percepción que cada
una tiene sobre la situación. Cambiar el modo en que las personas
significan los hechos forma parte de nuestro trabajo como mediadores. En
mediación trabajamos con las partes para lograr analizar de qué manera y
por medio de qué interacciones se co-construyó el conflicto (Diez y Tapia,
2010).

Las personas se acercan a la mediación y nos cuentan sus relatos. Esos


relatos o historias no son objetivas, sino que tienen en su esencia la
subjetividad propia de cada persona, su historia, su cultura, etcétera. Sin
embargo, esa es nuestra materia prima para trabajar. Lo que tratamos de

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lograr aplicando distintas herramientas es que las partes puedan hacer que
los conflictos con los que llegan puedan ser transformados de manera que
aunque no logren ponerse de acuerdo en todo al menos tengan algunos
puntos de acuerdo y de consenso para así poder salir de las posiciones y
pasar a satisfacer sus intereses y sus (Diez y Tapia, 2010).

¿Cómo hacemos en mediación para ayudar a modificar las percepciones?


Es necesario comprender el proceso de formación de percepciones. Cada
persona estructura sus percepciones de acuerdo a múltiples factores,
historia, geografía, cultura, etcétera, por lo tanto, la manera en que
conforma el conflicto es original y propio de cada una (Diez y Tapia, 2010).

Desde la convicción de que la realidad puede ser entendida


de muy diferentes modos, intentamos trabajar en
transformar esos significados para poder ayudar a mirar con
otros lentes, es decir a reencuadrar las situaciones en otras
más beneficiosas u operativas para caminar hacia un
acuerdo que solucione los problemas de quienes vienen a
mediación. (Flores, s/f, p. 4).

El hecho de que las percepciones sean originales de cada persona hace que
exista una multiplicidad infinita de posibilidades para poder guiar un
cambio y esa es la riqueza que tiene este proceso.

Proceso de formación y construcción de las percepciones

Para comprender este proceso de formación y construcción de las


percepciones nos valemos de varias clasificaciones:

 El área interna de la realidad del individuo: aquí es donde la


persona organiza, desde su mirada, lo que siente, lo que le
sucede, sus deseos y cómo traduce todo eso en un relato. Aquí
están las ideas y supuestos que tiene sobre sí mismo, sus valores
y creencias, sus miedos, sus intereses. En síntesis aquí están los
intereses, las necesidades y las convicciones.

 El área externa de la realidad del individuo: aquí ubicamos todo


lo que rodea al individuo: personas, objetos y símbolos. Como
mediadores necesitamos saber cómo están estructurados y qué
significan para las partes en conflicto esas personas, esos objetos
y esos símbolos y qué papel juegan en su percepción del

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conflicto. Estos elementos están relacionados íntimamente entre
sí y son cambiantes.

 El aparato cognoscitivo con el que funciona cada individuo: aquí


hablamos de cómo es nuestra manera de conocer, cómo
vinculamos el área externa y el área interna de la realidad.
Podemos encontrar tres tipos de procesos: los de la razón, los de
la emoción y los de la imaginación-intuición. Estos campos no
son fijos ni estáticos, se influencian mutuamente y cambian el
modo en que predominan unos sobre otros, según el lente que
se aplique para mirar:
o El análisis racional lo utilizamos en mediación para marcar
contradicciones del razonamiento, para provocar
reflexiones lógicas. Utilizamos preguntas para provocar
otro tipo de razonamiento que ayude a entender el
problema de otra manera.
o Las emociones ocupan un lugar de suma importancia en el
proceso de aprendizaje. En mediación vemos que muchas
veces es a través de una situación donde predomina la
emoción que se puede impulsar un cambio en las
percepciones.
o Desde el punto de vista de la imaginación se pueden
producir saltos imaginativos que son muy difíciles de
prever y de clasificar, pero muchas veces se pueden hacer
grandes aportes a la construcción de la solución del
conflicto (Diez y Tapia, 1999).

Este recorrido por el proceso de formación de las


percepciones nos permite saber que ellas, las percepciones,
no son estables, por lo tanto eso nos da la posibilidad de
que se produzcan reacomodamientos y se pueda generar
otra percepción del conflicto. Es a través de las narrativas
como los Mediadores entramos en contacto con” el mapa
del sistema de formación de percepciones que despliega
cada una de las personas que participan en una mediación.
(Diez y Tapia, 1999, p. 88).

Los mediadores no escapamos de nuestro propio sistema de percepciones,


convicciones y valores, pero es muy importante tenerlo bien en claro pues
se pone en juego el elemento neutralidad. Si bien sabemos que es
imposible dejar afuera todas nuestras experiencias y vivencias,
entenderemos por neutralidad dejar afuera nuestros prejuicios.

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El mediador para las partes será visto como perteneciente al área externa
de la realidad y por lo tanto nuestro objetivo es movilizar, desestructurar la
percepción que la persona tiene del problema. A través de las
conversaciones hacemos posibles esos movimientos, podemos
desestabilizar al conflicto tal como se presentó al comienzo y provocar una
nueva manera de percibirlo (Diez y Tapia, 1999).

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Referencias
Diez, F. y Tapia, G. (1999). Herramientas para trabajar en mediación.
Buenos Aires: Norma.

Fisher, R., Ury, W., y Patton, B. (1993). Sí ¡De Acuerdo! Cómo negociar sin ceder.
Buenos Aires: Norma.

Flores, R. (s.f.) Comunicación y Mediación. En busca de una articulación


conceptual a partir de un modelo de intervención. Recuperado de
perio.unlp.edu.ar/ojs/index.php/actas/article/download/2852/2416.pdf

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