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Introducción a la Contabilidad Nacional:

La producción, la renta y su utilización en España

Emilio Díaz Calleja


Departamento de Economía Aplicada II
Universidad de Sevilla
AVD Ramón y Cajal s/n, Sevilla 41018
Octubre de 1996
Presentación

El presente ensayo trata de recoger los aspectos básicos de los flujos macroeconómicos que
atañen a la producción, la renta y a su utilización en el contexto de la economía nacional. Este
objetivo se apoya en una presentación simultánea de los agregados contables y de las cuentas
nacionales más significativos, así como en la elaboración de los indicadores básicos con los que
iniciar el estudio sistemático de la economía española. Las definiciones dadas en el texto de las
operaciones de bienes y servicios (código P) y de las operaciones de distribución (código R)
proceden, en la medida de lo posible respetando la literalidad, del Sistema Europeo de Cuentas
Económicas Integradas (SEC), que ha sido traducido al español y publicado en Madrid por el
Instituto Nacional de Estadística (INE) en el año 1988. En algún caso, hemos seguido también
al SEC en las definiciones de algunas cuentas y saldos contables.
No obstante, este ensayo parte de la necesidad de acercar a los estudiantes de la Escuela
de Relaciones Laborales de Sevilla (a los que va especialmente dirigido) al manejo de las
nociones elementales del Sistema de Contabilidad Nacional de España, razón por la cual se ha
simplificado substancialmente la presentación de los operaciones, cuentas y procedimientos de
valoración, aunque sin eludir los problemas conceptuales y metodológico involucrados en todo
sistema de registro de la actividad económica. Por otra parte, aunque se ha buscado completar
el conjunto de las operaciones sobre bienes y servicios y las operaciones de distribución en el
marco de la economía nacional (renunciando sin embargo a tratar las cuentas de los sectores
institucionales), no se han incluido las cuentas del resto del mundo ni la cuenta financiera. En
el primer caso, porque el análisis de los flujos de la economía española con el resto del mundo
puede ser cubiertos con otro instrumento contable de enorme interés para el alumno, la Balanza
de Pagos de España, cuya inclusión en la programación de la asignatura de Economía Española,
en que se inscribe este ensayo, nos ahorra profundizar en la problemática de los flujos con el
exterior desde la óptica del sistema de contabilidad nacional; no obstante, se ofrecen las
definiciones de exportación e importación de bienes y servicios, lo que permite cerrar el cuadro
con la cuenta de bienes y servicios. Tampoco se ha tratado la cuenta financiera, debido a las
dificultades intrínsecas que tiene su estudio en el contexto académico al que se dirige el texto.
La presentación de los agregados y cuentas del sistema de contabilidad nacional se
acompaña simultáneamente, como se ha dicho, de la elaboración de los indicadores económicos
más habituales para el estudio de la economía nacional, tanto desde la óptica de las comparacio-
nes en el espacio (intra-nacional e inter-nacional) como en el tiempo (utilizando series temporales
homogéneas). El objetivo en este caso, más allá de la transmisión de información acerca de la
economía española, es suministrar al lector las herramientas necesarias para afrontar por sí
mismo el tratamiento de la información de base, de manera que pueda llegar por su cuenta a
elaborar los rasgos generales de una descripción rigurosa de la estructura básica y de la dinámica
de nuestra economía. De ahí que, en muchos casos, se haya renunciado a abordar el análisis
algunos aspectos básicos de la economía nacional (como el consumo, el ahorro o la capacidad-
necesidad de financiación de la nación). Los cuadros estadísticos utilizados para ilustrar el uso
de los instrumentos contables y para apoyar los comentarios realizados sobre la economía
española proceden de publicaciones recientes del INE, fundamentalmente de la Contabilidad
Nacional de España, pero también de la Contabilidad Regional de España. En los casos en que
se han utilizado otras fuentes, se ha indicado su procedencia.

2
I. La producción: estructura y dinámica

1. Producción de bienes y servicios (P10): se entiende por producción el resultado de la


actividad económica de las unidades residentes1, que consiste en producir bienes y servicios en
un período dado (el año natural). Dentro de la producción se distingue:

) la producción de bienes (P11)


) la producción de servicios destinados a la venta (P12, P13)
) la producción de servicios no destinados a la venta (P14)

1.1. Producción de bienes (P11): comprende los bienes producidos por las unidades residentes
en el año, ya que todos estos bienes se consideran, por convenio, destinados a la venta, aunque
algunos de ellos no hayan sido vendidos en realidad. Dentro de la producción de bienes se
distinguen: (1) la producción de bienes nuevos vendidos efectivamente en el mercado; (2) la
producción de bienes nuevos autoconsumidos por las unidades residentes2.

1.2. Producción de servicios destinados a la venta (P12 y P13): los servicios destinados a la
venta son todos los servicios que pueden ser objeto de compra y venta en el mercado, y que son
producidos por unidades de producción residentes. Además de los servicios realmente vendidos
en el mercado, se incluyen también los servicios autoconsumidos por las unidades residentes que
los producen y los "servicios de alojamiento" autoconsumidos por los hogares como propietarios
de sus viviendas3. Dentro de la producción de servicios destinados a la venta se distingue entre:

1
Las unidades económicas que constituyen la economía de un país son aquellas que tienen un centro de interés en
el territorio económico de ese país; estas unidades, llamadas unidades residentes, pueden o no tener la nacionalidad de
ese país y pueden o no tener personalidad jurídica. Por "territorio económico" debe entenderse no sólo el territorio
geográfico del país dentro del cual los bienes circulan libremente, sino también el espacio aéreo nacional, las aguas
territoriales y otros recintos, como las embajadas o las bases militares situadas en el resto del mundo. Por "centro de
interés" se entiende el hecho de realizar operaciones económicas durante un año o más en el territorio económico de un
país. Se distinguen dos tipos básicos de unidades residentes: (1) las unidades cuya función principal consiste en producir,
financiar, asegurar y redistribuir, o unidades de producción; (2) las unidades cuya función principal consiste en consumir,
o unidades de consumo. Las unidades residentes se agrupan en sectores; estos sectores se caracterizan porque las
unidades residentes que los forman tienen un comportamiento económico similar, es decir, porque todas ellas realizan
la misma función.
La contabilidad nacional de España (CNE en adelante) distingue los siguientes sectores: (i) el sector de
sociedades no financieras (empresas públicas y privadas), cuya función principal consiste en producir bienes y servicios
destinados a la venta; (ii) sector de instituciones de crédito, cuya función principal consiste en financiar; (iii) el sector
de empresas de seguro, cuya función principal consiste en asegurar (es decir, transformar riesgos individuales en
colectivos); (iv) el sector administraciones públicas, cuya función principal consiste en producir servicios no destinados
a la venta para la colectividad y efectuar operaciones de redistribución de la renta y la riqueza nacionales; (v) el sector
de instituciones privadas sin fines de lucro, cuya función principal consiste en producir servicios no destinados a la venta
para determinados grupos de hogares; (vi) el sector de hogares, cuyas funciones principales son dos; con carácter general
su función principal es consumir, pero además, cuando los hogares son también empresas (familiares), producir bienes
y servicios. La CNE incluye además otro sector, (vii) el sector resto del mundo, en el que se recogen los flujos
económicos del país con otros países, e incluye no solo operaciones realizadas por unidades residentes, sino también
operaciones realizadas por unidades no residentes en el territorio económico.

2
El "autoconsumo" comprende aquella parte de la producción que las unidades productoras residentes, en lugar de
vender en el mercado, utilizan para consumo propio. Por ejemplo, este es el caso de los productos agrícolas y alimenticios
que las empresas que los producen distribuyen entre sus propietarios o entre sus asalariados. Hay, sin embargo, un tipo
especial de "autoconsumo" que no se tiene en cuenta en el cálculo de la producción de bienes (P11); se trata de la
producción doméstica de bienes que no es retribuida, cuyo valor global es difícil de evaluar y, de acuerdo con el Sistema
Europeo de Cuentas Económicas Integradas (SEC), no es significativo en los países miembros de la Unión Europea, de
manera que se ha decidido no contabilizar dicha producción.

3
Téngase en cuenta que cuando las unidades residentes que forman el sector de hogares tienen en propiedad una
vivienda existen contablemente dos operaciones básicas alternativas: (i) alquilar la vivienda, que es lo mismo que decir
que venden el "servicio de alojamiento" prestado por la cesión de la vivienda (servicios por el que los propietarios
obtienen una renta de alquiler, que equivale al precio de mercado del mismo), razón por la cual esta operación se

3
) La producción imputada de servicios bancarios (P13): es la realizada por las institucio-
nes de crédito en su actividad como intermediarios financieros, que consiste en reunir,
transformar y distribuir disponibilidades financieras4.
) La producción de servicios destinados a la venta excepto la producción imputada de
servicios bancarios (P12): comprende todos los servicios destinados a la venta que son
distintos de la producción imputada de servicios bancarios5.

1.3. La producción de servicios no destinados a la venta (P14): los servicios no destinados a la


venta son los siguientes: (i) los servicios domésticos que producen los hogares para ellos mismos
como empleadores de personal doméstico asalariado, y (ii) los servicios colectivos, es decir,
aquellos que se prestan a la colectividad o grupos particulares de hogares a título gratuito o cuasi-
gratuito.
Servicios colectivos: (i) por convenio, una serie de servicios se consideran siempre
servicios colectivos, como es el caso de la administración general, defensa nacional y seguridad
social obligatoria, o los servicios prestados por sindicatos; (ii) además, se incluyen también entre
los servicios colectivos la prestación de ciertos servicios distintos de los del punto anterior (como
por ejemplo los de enseñanza general y enseñanza superior, o los servicios prestados por las
asociaciones profesionales), siempre que los recursos de la unidad productora procedan en su
mayor parte (más del 50%) de fuentes distintas de los ingresos por ventas. Todos estos servicios
son prestados por unidades productoras pertenecientes bien al sector de administraciones
públicas o bien al sector de instituciones privadas sin fines de lucro.
1.4. Valoración de la producción de bienes y servicios: los bienes y servicios destinados a la
venta excepto la producción imputada de servicios bancarios (es decir, P11 y P12), se valoran
a precios de salida de fábrica. El precio de salida de fábrica incluye, en primer lugar: (i) la suma
de los costes de los bienes y servicios utilizados para producir los bienes y servicios de que se
trata; (ii) en su caso, la remuneración de los trabajadores asalariados, y (iii) los beneficios
obtenidos por el productor. La suma de estos tres elementos constituye el precio de producción.
Para obtener el precio de salida de fábrica ha de sumarse al precio de producción (iv) una parte
de los "impuestos ligados a la producción y a la importación" (también denominados "impuestos
indirectos"), y ha de restarse del precio de producción (v) una parte de las subvenciones6. El valor

considera como "producción de servicios destinados a la venta"; (ii) utilizar la vivienda para uso propio, que es lo mismo
que decir (desde el punto de vista de la CNE) que, en lugar de vender el "servicio de alojamiento" prestado por la
vivienda, los hogares "autoconsumen" dicho servicio, razón por la cual se conviene considerarlos también "producción
de servicios destinados a la venta". Este último tipo de operación se conoce como alquileres imputados, por oposición
a los "alquileres reales".

4
Los servicios que se incluyen en la producción imputada de servicios bancarios (P13) no son los servicios
suministrados por las instituciones de crédito a sus clientes contra el pago de un precio de mercado (como por ejemplo
el servicio de apertura o mantenimiento de una cuenta corriente, servicios por los que se cobra una comisión), sino los
denominados "servicios bancarios", es decir, aquellos servicios que las instituciones de crédito prestan al actuar como
intermediarios entre los que desean prestar dinero (acreedores) y los que desean que les sea prestado dinero (deudores).
Obsérvese que las instituciones de crédito no cobran un precio de mercado individualizado por realizar este servicio de
intermediación, sino que los ingresos que obtienen se deben a la diferencia o excedente entre el interés que cobran que
al prestar dinero (disponibilidades financieras) a los deudores y el interés (inferior) que han de pagar a los acreedores
que prestan ese dinero.

5
Dentro de P12 existen: (i) ciertos servicios que, por convenio, se consideran siempre destinados a la venta, y (ii)
otros servicios que sólo se consideran destinados a la venta cuando la unidad residente que los produce obtiene la mayor
parte de sus recursos (más del 50%) de la venta de su producción. En este último caso, si la unidad productora residente
obtiene menos del 50% de sus recursos de la venta de estos servicios )lo que quiere decir la mayor parte de sus recursos
proceden de transferencias públicas, contribuciones voluntarias de los hogares y rentas de la propiedad), los servicios
producidos se consideran no destinados a la venta (P14).

6
Téngase en cuenta que los "impuestos indirectos" hacen aumentar el precio de producción de los bienes y servicios,
ya que constituyen normalmente un "recargo" sobre dicho precio, mientras que las subvenciones hacen disminuir el
precio de producción (porque son como impuestos indirectos "negativos"). Aunque más adelante se estudian
detalladamente los impuestos indirectos y las subvenciones, señalaremos ahora cuales son los impuestos indirectos y las

4
de la producción imputada de servicios bancarios (P13) se mide por el excedente de las rentas
obtenidas por las instituciones de crédito de la colación de fondos ajenos y los intereses que
pagan por la disposición de dichos fondos a sus acreedores. El valor de la producción de los
servicios colectivos (una parte de P14) se mide por los costes de producción (los costes de los
bienes y servicios empleados en la producción más los costes laborales). El valor de la
producción de servicios domésticos (el resto de P14) se mide por el importe de la remuneración
de los asalariados pagada al personal doméstico empleado por los hogares7.

2. Consumo intermedio (P20): el consumo intermedio de las unidades de producción residentes


representa el valor de todos los bienes (excepto los de capital fijo) y servicios destinados a la
venta consumidos, en el período considerado (el año natural), para producir otros bienes y
servicios. Adviértase que el consumo intermedio constituye un uso o empleo determinado de los
bienes y servicios producidos, es decir, una manera de utilizar los recursos disponibles de bienes
y servicios que han sido producidos por unidades residentes.

2.1. El consumo intermedio incluye: (1) los bienes comprados en el mercado y consumidos
realmente en el proceso de producción por la unidad productora residente que los compra en el
transcurso del período considerado; (2) los servicios destinados a la venta comprados por las
unidades de producción residentes para producir otros bienes y servicios; (3) los bienes y
servicios destinados a la venta autoconsumidos (para producir otros bienes y servicios) por las
unidades productoras, y (4) la producción imputada de servicios bancarios.

2.2. El sistema de contabilidad nacional ofrece una lista completa de gastos en bienes y servicios
que deben contabilizarse como consumo intermedio8, y otra lista completa de gastos en bienes
y servicios que no deben incluirse en el consumo intermedio9.

3. Consumo de capital fijo (A1): representa la depreciación experimentada en el período


considerado (el año natural) por el capital fijo, como consecuencia del desgaste normal y de la
obsolescencia previsible, incluyendo una provisión para pérdidas de bienes de capital fijo como
consecuencia de daños por accidente asegurables. El consumo de capital fijo debe calcularse para
todos los bienes de capital fijo reproducibles (bienes que son objeto de la formación bruta de
capital fijo), excepto para los bienes de capital de utilización colectiva y de vida útil indetermina-
da (carreteras, puentes, etc.). El consumo de capital fijo no se calcula en base a las amortizacio-

subvenciones que se tienen en cuenta en la valoración de la producción de bienes y servicios a precios de salida de
fábrica y cuales no se tienen en cuenta. En concreto, a la valoración de P11 y P12 a precios de producción: (i) se suman
los impuestos ligados a la producción excluido el IVA (R22), y (ii) se restan las subvenciones de explotación (R31). Por
otra parte: (i) no se suma el IVA que grava los productos (R21); (ii) ni se suman los impuestos ligados a la importación
excluido el IVA (R29); finalmente, (iii) no se restan las subvenciones ligadas a la importación (R39). Todas estas
categorías se definirán con precisión posteriormente.

7
El problema que surge en la valoración de los servicios colectivos consiste en que dichos servicios no pasan por
el mercado (en lugar de venderse, se ofrecen a los hogares a título gratuito o semi-gratuito), de manera que no existe un
precio de mercado para estos servicios (piénsese en el servicio prestado por la administración de justicia o en el servicio
prestado por las universidades públicas). Por eso se valoran, por convenio, por lo que cuesta producirlos.

8
Por ejemplo, las compras por las unidades de producción de pequeño utillaje, ropa de trabajo, piezas de recambio
y bienes duraderos de pequeño valor (menos de 100 ECUs) o con una vida útil normalmente inferior al año. Y también
las compras de bienes y servicios necesarios para la conservación y reparaciones destinadas a mantener los bienes de
capital fijo en buen estado de funcionamiento.

9
Por ejemplo, las compras de bienes de equipo cuyo período normal de utilización supera el año, o los gastos de
grandes reparaciones de inmuebles de capital fijo y los gastos para mejoras y reparación de bienes muebles de capital
fijo destinadas a prolongar su vida útil, a aumentar su capacidad de producción o su rendimiento.

5
nes fiscales o contables, sino en base al valor de las existencias de capital fijo y a la duración
económica probable de los bienes que las conforman, según el método de amortización lineal
(amortizando su valor uniformemente durante la vida útil del bien de capital).

4. Impuestos ligados a la producción y a la importación (R20): son pagos obligatorios de las


unidades de producción recaudados por las administraciones públicas o por las instituciones
comunitarias europeas, y gravan la producción y la importación de bienes y servicios o la
utilización de factores de producción; estos impuestos se pagan independientemente de la
realización de beneficios de explotación.
Los impuestos ligados a la producción y a la importación (R20) se dividen en: (1) IVA
que grava los productos (R21); (2) impuestos ligados a la producción excluido el IVA (R22), y
finalmente (3) impuestos ligados a la importación excluido el IVA (R29).

4.1. IVA sobre los productos (R21): la rúbrica R21 comprende el impuesto sobre el valor
añadido percibido por el Estado que grava los productos nacionales o importados y, en su caso,
otros impuestos deducibles según modalidades análogas a las vigentes para el IVA. Para la
economía nacional, el IVA sobre productos equivale al saldo entre el total del IVA facturado y
el total del IVA deducible.
Téngase en cuenta que se distinguen tres operaciones distintas en relación al régimen del
IVA: (a) el "IVA facturado" por el productor, que es el IVA que éste calcula al tipo aplicable al
producto vendido y que factura a todo comprador; (b) el "IVA deducible", que es el IVA
calculado al tipo aplicable sobre los productos comprados por el productor, y que éste ha pagado
como consecuencia de la adquisición de inputs intermedios10 y otros bienes cuya adquisición da
derecho al productor a deducir el IVA que le han facturado; (c) el "IVA que grava los productos",
que es el saldo entre el IVA facturado por el productor sobre cada producto y el IVA deducible
por los otros productores sobre la compra de este mismo producto.

4.2. Impuestos ligados a la producción excluido el IVA (R22): se incluyen en R22 todos los
impuestos y tasas que gravan la actividad productiva distintos del IVA. Esta rúbrica se desglosa
en: (a) impuestos sobre los productos (R221), que se recaudan proporcionalmente al valor o
cuantía de los bienes y servicios producidos ) por ejemplo, los impuestos sobre consumos
específicos, como los impuestos sobre el consumo de tabaco o gasolina) ; (b) otros impuestos
ligados a la producción (R222), que gravan la utilización de factores de producción así como
ciertos requisitos necesarios para la actividad productiva ) como, por ejemplo, el impuesto
municipal sobre bienes inmuebles) .
4.3 Impuestos ligados a la importación excluido el IVA (R29): la rúbrica R29 comprende los
pagos obligatorios recaudados por las administraciones públicas o por las instituciones
comunitarias europeas sobre bienes importados, excluido el IVA, a fin de admitirlos en libre
circulación en el territorio económico del país. Este es el caso de los derechos de aduana y los
gravámenes sobre productos agrícolas importados, entre otros11.

5. Subvenciones (R30): son transferencias corrientes que las administraciones públicas o las
instituciones comunitarias europeas ) en el marco de su política económica y social) efectúan
a las unidades residentes que producen e importan bienes y servicios destinados a la venta con
el fin de influir en los precios y/o permitir una remuneración adecuada de los factores de

10
Se suele denominar "inputs intermedios" a los bienes y servicios que el productor adquiere en concepto de
consumo intermedio. El derecho que tiene el productor a deducir el IVA que le facturan en la compra de estos inputs se
debe al propio régimen del IVA, que grava únicamente el "valor añadido" por los productores.

11
La Contabilidad Nacional de España, siguiendo las reglas del Sistema Europeo de Cuentas Económicas integradas
(SEC), establece la ubicación específica de todos los impuestos ligados a la producción y a la importación en las rúbricas
correspondientes.

6
producción. La subvenciones (R30) son de dos tipos: (a) subvenciones de explotación (R31), y
(b) subvenciones a la importación (R39).
Las subvenciones de explotación (R31) se subdividen, a su vez, en "subvenciones a los
productos" (R311) ) que son todas la subvenciones concedidas proporcionalmente a la cantidad
o al valor de los bienes y servicios producidos) y "otras subvenciones de explotación" (R312)
) que son las no ligadas a la cantidad o valor de los bienes y servicios producidos o vendidos por
la unidades de producción residentes) . Las subvenciones a la importación (R39), por su parte,
son las subvenciones concedidas a productos importados antes de que estos productos sean
puestos en circulación en el territorio económico del país.
La diferencia entre los "impuestos ligados a la importación excluido el IVA" (R29) y las
"subvenciones a la importación" (R39) es lo que el sistema de contabilidad nacional denomina
impuestos netos ligados a la importación excluido el IVA (R29-R39).

6. El producto interior bruto a precios de mercado (N1): representa el resultado final de la


actividad de producción de las unidades de producción residentes, y corresponde a la producción
total de bienes y servicios de la economía (P10), menos el total de consumos intermedios (P20),
más el IVA que grava los productos (R21) y más los impuestos netos ligados a la importación
(R29-R39). Es decir:

N1=P10-P20+R21+(R29-R39) [1]
El producto interior bruto a precios de mercado (N1) es un agregado económico, es decir,
una magnitud de síntesis que mide el resultado de la actividad (en este caso, de la actividad de
producir) del conjunto de una economía. Deduciendo del producto interior bruto a precios de
mercado (N1) el consumo de capital fijo (A1) se obtiene el producto interior neto a precios de
mercado (N11). Es decir:

N11=N1-A1 [2]
El producto interior bruto a precios de mercado (N1) también es igual a la suma de los
valores añadidos brutos a precios de mercado (que notaremos por VABpm) de las diferentes
ramas (supondremos "n" ramas), más el IVA que grava los productos, y más los impuestos netos
ligados a la importación. Es decir:

N1 = Gi VABpmi + R21 + (R29-R39) [3]

7. Correspondencia entre categorías teóricas y magnitudes contables. Ahora podemos


establecer una equivalencia directa entre las magnitudes contables definidas anteriormente y las
categorías teóricas correspondientes que hemos estudiado. En efecto, el producto interior neto
a precios de mercado (N11), que representa la producción final neta de bienes y servicios en la
economía nacional durante el año, es el equivalente contable de la categoría teórica definida
como producto neto (QN). En segundo lugar, la categoría teórica producto total (QT) podría
asimilarse contablemente, en principio, con la producción de bienes y servicios (P10); sin
embargo, como hemos visto, surgen algunos problemas contables al valorar P10, debido a los
impuestos indirectos [de hecho, podría haber soluciones distintas a estos problemas, y el sistema
de contabilidad nacional adopta una de estas posibles soluciones]; por esta razón, es más correcto
decir que el producto total en términos teóricos, QT, equivale a la suma siguiente:
[P10+R21+(R29-R39)].
Finalmente, la "reposición del capital (circulante y fijo) utilizado en la producción del
producto total", categoría teórica que denominábamos simplemente producto de reposición (QR),
se corresponde contablemente: (i) en lo que se refiere a la reposición de las materias primas y
otros medios de producción consumidos por completo en la producción total anual (que equivale
al capital circulante empleado), con el consumo intermedio (P20); (ii) en lo que respecta a la

7
reposición del desgaste sufrido por la maquinaria y otros bienes de capital fijo, con el consumo
de capital fijo (A1). De esta manera, puede decirse que el producto de reposición, QR, se mide
contablemente por la suma [P20+A1]. Nótese que las relaciones teóricas entre las magnitudes
estudiadas pueden medirse realmente ahora para la economía española. Así, substituyendo N1
en la ecuación [1] por su valor en la ecuación [2], reagrupando los sumandos y cambiando
términos, tenemos que:

[P10+R21+(R29-R39)] = [P20+A1] + N11 [4]


.))))))))0))))))))- .))0)))- .0-

QT = QR + QN [5]

La correspondencia anterior es importante, en primer lugar, porque nos permite medir


empíricamente el producto neto de un país cada año, de tal suerte que podremos comparar
fácilmente el valor de QN de un año a otro y, de esta forma, averiguar si ha aumentado, ha
permanecido constante o ha disminuido (es decir, realizar "comparaciones en el tiempo"). En
segundo lugar, también es importante porque nos permitirá comparar el producto neto de unos
países con otros (con mayor generalidad, nos permitirá realizar "comparaciones en el espacio").
En ambos casos, podremos llegar conclusiones significativas, es decir, estaremos en disposición
de conocer varios aspectos reales de la economía española12.

8. La Cuenta de Producción de la Economía Española: la forma más sencilla de presentar las


categorías contables que hemos estudiado, cuyas relaciones básicas se representan en la ecuación
[4], es elaborar la Cuenta de Producción de la Economía Nacional. Esta cuenta muestra las
operaciones que constituyen el proceso de producción propiamente dicho, y puede elaborarse no
sólo para toda la economía del país (economía nacional), sino también para las diferentes ramas
de actividad.
Para el caso de una rama, esta cuenta tiene en recursos la producción, y en empleos el
consumo intermedio, y tiene como saldo el "valor añadido bruto a precios de mercado";
deduciendo de este último el consumo de capital fijo, se obtiene el "valor añadido neto a precios
de mercado"13. La cuenta de producción de la economía nacional incluye en recursos, además de
la producción de bienes y servicios, el IVA que grava los productos y los impuestos netos ligados
a la importación. Ello permite deducir como saldo el producto interior bruto a precios de mercado
y, restando de este último el consumo de capital fijo, el producto interior neto a precios de
mercado. A modo de ilustración, en el Cuadro 1 se ofrece la Cuenta de Producción de la
Economía Española (C1) para 1986.

12
Debe advertirse, sin embargo, que a menudo es habitual utilizar en este tipo de comparaciones N1, es decir, el
producto interior bruto a precios de mercado, en lugar de N11, el producto interior neto a precios de mercado. En todo
caso, debe afirmarse que las conclusiones a que se llega utilizando N1 o N11 en relación al conocimiento de la economía
nacional son similares.

13
Los recursos de la cuenta de producción representan el valor total de la producción de bienes y servicios )de la
economía nacional o de una rama de producción determinada); es decir, el resultado global (en términos monetarios)
del proceso de producción de la economía o de la rama. Los empleos de la cuenta de producción representan el valor de
los bienes y servicios que ha sido necesario consumir en el proceso de producción para elaborar la producción total. El
saldo de la cuenta representa el valor del resultado final del proceso de producción. Por otra parte, el "valor añadido
(bruto o neto) a precios de mercado" es a la rama de producción lo que el "producto interior (bruto o neto) a precios de
mercado" es a la economía nacional. En realidad, como ya sabemos, el primero no es sino una parte del segundo.

8
Cuadro 1
Cuenta de producción (C.1) de la economía española. Año 1986.
Unidad: Millones de pesetas
RECURSOS EM PLEOS

P10 Producción de bienes y servicios 56.998.825 26.471.782 Consumo intermedio P20

R29-R39 Impuestos netos ligados Producto interior bruto


a la importación 329.154 32.323.992 a precios de mercado N1
R21 IVA que grava los productos 1.467.795 3.857.866 Consumo de capital fijo A1

Producto interior neto


28.466.126 a precios de mercado N11

TOTAL 58.795.774 58.795.774 TOTAL

Fuente: Contabilidad Nacional de España. INE (1991).

A continuación se presentan en el Cuadro 2 las cuentas de producción de seis grandes


ramas de actividad ) cada una de estas grandes ramas se divide, a su vez, en distintas ramas de
actividad, cuyo proceso de producción también es susceptible de presentarse mediante cuentas
de producción propias) en que se puede desagregar la economía nacional desde el punto de vista
del proceso de producción. Estas ramas de actividad son las siguientes: (1) productos de la
agricultura, silvicultura y pesca; (2) productos energéticos; (3) productos industriales; (4)
construcción e ingeniería civil; (5) servicios destinados a la venta, y finalmente (6) servicios no
destinados a la venta.
Ahora puede comprobarse la veracidad de la segunda definición de producto interior
bruto a precios de mercado (N1) que viene dado por la ecuación [3] del apartado 6. En efecto,
sumando los "valores añadidos brutos a precios de mercado" (que abreviaremos por VABpm)
de estos seis grandes grupos de ramas de actividad, y sumando el IVA que grava los productos
(R21) y los impuestos netos ligados a la importación (R29-R39), se obtiene el producto interior
bruto a precios de mercado (N1):

Obsérvese que, para calcular el producto interior bruto a precios de mercado (N1) por este
procedimiento, se ha considerado una desagregación de la economía nacional de sólo seis ramas
(es decir, de acuerdo con la formulación expresada en la ecuación [3], se trata aquí simplemente
de que n=6); no obstante, como ya se ha señalado, dado que estas seis grandes ramas pueden
subdividirse, a su vez, en varias ramas de actividad, el resultado final no hubiera variado si el
número de ramas de actividad considerado fuera superior.

9. El producto interior bruto por habitante en España: el producto interior bruto a precios
de mercado por habitante, o producto per cápita (que designaremos por QH), es un indicador
simple y muy habitual para medir el "nivel de vida medio" de la población de un país14

14
Aunque sería más correcto utilizar como el producto interior neto a precios de mercado por habitante, o
producto neto per cápita, la costumbre ha consagrado al producto bruto per cápita como el indicador más utilizado y
conocido. No obstante, como indicadores agregados del nivel de vida medio ambos arrojan resultados similares.

9
Cuadro 2
Ramas de Actividad. Cuenta de Producción (C1). Año 1986
Unidad: Millones de pesetas
======================================================================================================================
RAM AS DE ACTIVIDAD CD RECURSOS CD EM PLEOS
======================================================================================================================

1. Productos de la agricultura, silvicultura y pesca P10 3.623.519 P20 1.808.468


N1 1.815.051
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
2. Productos energéticos P10 3.489.838 P20 1.565.635
N1 1.924.203
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
3. Productos industriales P10 18.950.497 P20 11.447.652
N1 7.502.845
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
4. Construcción y obras de ingeniería civil P10 4.021.158 P20 1.918.516
N1 2.102.642
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
5. Servicios destinados a la venta P10 21.521.426 P20 8.280.339
N1 13.241.087
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
6. Servicios no destinados a la venta P10 5.392.387 P20 1.451.172
N1 3.941.215
======================================================================================================================
Fuente: Contabilidad Nacional de España. INE (1991).

10
La razón de utilizar este indicador, en lugar de utilizar directamente el producto interior
bruto a precios de mercado, es la siguiente: la misma cantidad de producto interior bruto ) es
decir, de bienes y servicios producidos en el año que está a disposición de la población para
satisfacer sus necesidades) puede dar lugar a distintos "niveles de vida medio", según sea el
tamaño de la población15.
El producto per cápita se calcula sencillamente dividiendo el producto interior bruto a
precios de mercado (N1) entre el número de habitantes del país (H), ambos en el año
considerado; es decir QH = (N1/H). Así, para el año 1986, en que la población de derecho en
España era de 38.604.500 personas, el producto per cápita correspondiente a ese año, QH(86), era
de aproximadamente 837.311 pesetas por habitante16.
Debe advertirse, sin embargo, que QH presenta serios problemas como indicador del nivel
de vida de la población nacional (y aún más problemas como indicador del grado de "desarrollo
económico" de un país). La razón fundamental estriba en que este indicador refleja simplemente
la situación promedio, no la situación real. El producto interior bruto a precios de mercado no
se distribuye proporcionalmente (o, por emplear otra palabra, no se distribuye "por partes
iguales") entre las personas que forman la población del país. En realidad, no es cierto que
corresponda a cada habitante la misma "porción" del producto; por el contrario, mientras algunos
individuos acaparan grandes cantidades de bienes y servicios, otros individuos apenas si
alcanzan, a lo sumo, a obtener los bienes y servicios necesarios para garantizar la subsistencia.
Además, téngase en cuenta que el nivel de vida se mide exclusivamente en función de los bienes
y servicios producidos en el año de que dispone la población, sin tener en cuenta que algunos
individuos (los que obtienen la "porción" mayor del producto) acumulan bienes año tras año,
amasando así grandes fortunas, mientras que otros (la gran mayoría de los trabajadores
asalariados) "viven al día", es decir, no tienen posibilidad de acumular bienes17.
No obstante, este indicador puede ser útil en dos sentidos. En primer lugar, puede servir
para medir los cambios en el nivel de vida medio de la población a lo largo del tiempo (es decir,
para realizar comparaciones en el tiempo del nivel de vida medio de la población), y así
comprobar si éste mejora (aumenta), se mantiene igual (permanece constante) o empeora (se
reduce). Así, considerando que el producto interior bruto a precios de mercado equivalía en

15
Piénsese en dos países distintos, A y B, en los que, en el mismo año, se hubiera producido exactamente la misma
cantidad de bienes y servicios que forman el producto interior bruto a precios de mercado, pero que la población en el
país A fuera el doble de la población en el país B. ¿Qué país tiene un nivel de vida más alto? Aunque responder a esta
pregunta es más complicado de lo que parece, salta a la vista que, en principio, es posible que cada habitante del país
B tenga un nivel de vida dos veces superior al correspondiente a cada habitante del país A, porque, por término medio,
tiene a su disposición el doble de bienes y servicios, y ello aunque el producto interior bruto a precio de mercado sea
exactamente el mismo.
Esto no quiere decir, sin embargo, que comparar directamente el producto interior bruto a precios de mercado
de dos países no sea útil. Así, si se compara a este respecto, por ejemplo, España con Estados Unidos, resulta que el
producto interior bruto norteamericano, en el año 1986, era más de dieciocho veces el español, lo que es indicativo del
tamaño de la economía española en relación a la del gigante norteamericano. Dentro de Europa, el producto interior bruto
alemán (antigua RFA) representaba, en ese mismo año, casi cuatro veces el español, que a su vez era casi ocho veces
el producto interior bruto portugués. Comparando la magnitud absoluta del producto interior bruto entre países podemos
extraer conclusiones sobre el tamaño relativo de las economías nacionales, pero no nos aproximamos al nivel de vida de
la población en esos mismos países. Así, por ejemplo, aunque el producto interior bruto de Suecia era algo más de la
mitad del español en el año 1986, como se acaba de indicar, el producto per cápita sueco era mas de dos veces y media
el correspondiente a España. Véase OCDE (1994), pp. 124-125 (Cuadro 13) y pp. 128-129 (Cuadro 21).

16
Siguiendo el mismo procedimiento, puede calcularse también el producto neto per cápita, que sería igual al
resultado de dividir el producto interior neto a precios de mercado (N11) entre el número de habitantes del país (H),
ambos en el años considerado. En este caso, el producto neto per cápita español del año 1986 sería de unas 737.378
pesetas por habitante.

17
Puede decirse, adicionalmente, que lo que hemos venido denominando "nivel de vida" no está exclusivamente dado
por la cantidad de bienes y servicios de que se dispone, sino que hay muchos otros factores que influyen de forma
importante en el mismo, y que naturalmente no se reflejan en este tipo de indicadores.

11
España en el año 1980 a unos 29.027.187 millones de pesetas constantes18, y que la población
española en ese año era de 37.579.800 personas, el producto per cápita de ese año, QH(80), se
cifra en unas 772.415 pesetas por habitante.
Es evidente que, si se compara QH(80) con QH(86), se concluye que la cantidad de bienes
y servicios que corresponde a cada habitante ha aumentado en promedio, a lo largo de esos cinco
años, en algo menos de 65.000 pesetas. Pero esto no quiere decir necesariamente que la gran
mayoría de la población haya mejorado su nivel de vida, ya que puede suceder perfectamente que
sólo haya mejorado el nivel de vida de una pequeña minoría. Por esta razón, es difícil inferir
resultados concluyentes sobre el nivel de vida de la población que es capaz de suministrar la
economía española, a partir de este indicador, para el período 1980-1986.
En segundo lugar, este indicador pueden también ser de utilidad para comparar los niveles
de vida medio de dos o más países (y también de dos o más regiones dentro de un mismo país),
es decir, para realizar comparaciones en el espacio. En primer lugar, abordaremos las
comparaciones internacionales. Surge inmediatamente el problema de que las monedas de los
países son distintas, y es necesario expresar el producto interior bruto a precios de mercado en
una moneda común. La OCDE ofrece datos del producto interior bruto a precios de mercado por
habitante en moneda común (dólares)19.
Por ejemplo, de acuerdo con estos datos, y para el año 1986, mientras QH era en Estados
Unidos de 17.510 dólares, QH era en España de 5.969 dólares. Es decir, de acuerdo con este
indicador, el nivel de vida de cada habitante de España era, por término medio, la tercera parte
del nivel de vida correspondiente a cada habitante de Estados Unidos. Por otra parte, dentro de
la Unión Europea, el producto per cápita español era el más bajo, con la sola excepción de
Portugal y Grecia.
También en este caso los datos deben tomarse con precaución, pues si la distribución del
producto interior bruto a precios de mercado en EE.UU. era más desigual que en España en ese
año, es posible que la diferencia en el nivel de vida de la mayoría de los habitantes de ambos
países no fuera tan grande como la que mide el indicador QH. Pese a todo, es posible afirmar que
el nivel de vida en EE.UU. era, sin duda, significativamente superior al de España en el año
1986. Una conclusión similar se obtiene si se compara, en términos de QH, el nivel de vida medio
español con el correspondiente al conjunto de países que forman la Unión Europea.
El segundo tipo de comparaciones en el espacio que vamos a estudiar es el de las
comparaciones inter-regionales. Se trata en ese caso de estudiar el valor añadido bruto por
habitante de las distintas regiones españolas (comunidades autónomas). En este caso, debemos
tener presente que, al igual que para las ramas de actividad, la suma del "valor añadido bruto a
precios de mercado" (VABpm) de los ("j") entes territoriales en que se divide el territorio
nacional, más el IVA que grava los productos (R21), más los impuestos netos ligados a la
importación (R29-R39) es igual al producto interior bruto a precios de mercado (N1):

[6]

El Cuadro 3 sintetiza el cálculo del "valor añadido bruto por persona" (en tanto que
indicador del producto per cápita) para las diecisiete regiones (lo que significa sencillamente que

18
Surge aquí un problema, que tendremos ocasión de analizar con más detalle en el tema siguiente del Programa de
la Asignatura, que se deriva de la depreciación de la moneda (el problema de la inflación). Si podemos decir que una
peseta del año 1980 "vale más" (es decir, permite comprar más productos) que una peseta del año 1986, entonces no sería
correcto comparar el producto interior bruto a precios de mercado de esos dos años valorándolos con pesetas que no
"valen" lo mismo. Para resolver este problema es necesario "deflactar" el producto interior bruto a precios de mercado,
es decir, expresar esta magnitud en pesetas que "valgan lo mismo" (es decir, en "pesetas constantes"). En este caso, el
producto interior bruto a precios de mercado del año 1980 se mide "en pesetas de 1986" (al que se denomina "año base"),
esto es, por la cantidad de pesetas que en 1986 serían necesarias para comprar la cantidad de bienes y servicios
producidos en 1980.

19
Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE): National Accounts (Main Agreggates).
Volume I. 1960-1992. París, OCDE, 1994; pp. 129, Cuadro 21.

12
j= 17) españolas en 1986, año que venimos tomando como punto de referencia para en las
comparaciones.

Cuadro 3
Producto regional por habitante. Año 1986
Unidad (Q H): pesetas por personas
COMUNIDADES AUTÓNOMAS VABpm Habitantes QH

Andalucía 4.063.544 6,7732 599.944


Aragón 1.031.796 1,2210 845.042
Asturias (Principado de) 861.515 1,1359 758.443
Baleares (Islas) 690.624 0,6760 1.021.633
Canarias 1.146.702 1,4475 792.195
Cantabria 396.965 0,5257 755.117
Castilla y León 1.903.944 2,6349 722.587
Castilla- La Mancha 1.086.279 1,7052 637.039
Cataluña 5.535.511 5,9736 926.662
Comunidad Valenciana 3.017.757 3,7531 804.071
Extremadura 554.141 1,1190 495.211
Galicia 1.788.106 2,8170 634.755
Madrid (Comunidad de) 4.609.632 4,7992 960.500
Murcia (Región de) 775.743 1,0025 773.808
Navarra (Comunidad Foral de) 489.548 0,5192 942.889
País Vasco 2.171.900 2,1192 1.024.868
Rioja (La) 284.993 0,2611 1.091.509
Ceuta y Melilla 83.813 0,1212 691.526
Extra-Regio 34.530 - -
España 30.527.043 38,6045 790.764

Fuente: Contabilidad Regional de España. INE (1993).

Adviértase que, de acuerdo con los datos presentados en el Cuadro 3, es posible concluir
que existe una importante asimetría en la distribución regional del producto per cápita español
en el año de referencia, lo cual es indicativo de la existencia de fuertes desequilibrios
regionales en la economía española. Así, por una parte, nos encontramos con regiones con un
nivel de vida medio muy inferior al del conjunto del país: Extremadura, Andalucía, Galicia,
Castilla-La Mancha y Ceuta y Melilla20. Por contra, nos encontramos también con regiones con
un nivel de vida medio muy superior al del conjunto nacional: La Rioja, País Vasco, Baleares,
Madrid, Navarra y Cataluña21. Es habitual referirse a estas diferencias del nivel de vida medio

20
Estas cinco Comunidades autónomas agrupan aproximadamente 12,5 millones de habitantes, el 32,4% de la
población española correspondiente al año 1986.

21
Estas cinco comunidades autónomas agrupan aproximadamente 13,7 millones de habitantes, que supone un 35,4%
de la población española en el año de referencia.

13
entre los distintos territorios dentro de la economía nacional como diferencias en el grado de
desarrollo económico. La estudio del desarrollo económico, y por tanto el análisis de la dialéctica
entre zonas desarrolladas y zonas subdesarrolladas, tanto a escala nacional como a escala
mundial, va sin embargo más allá de la simple constatación empírica de la presencia de
desigualdades radicales en la distribución del producto, pues se trata de un fenómeno de
carácter estructural22.

En el caso específico de Andalucía, la comunidad autónoma con el producto per cápita


más bajo del país a excepción de Extremadura, el valor añadido bruto por habitante en 1986 era
inferior a las 600.000 pesetas, unas 190.000 pesetas menos que el correspondiente al conjunto
nacional23. Esto significa que el valor añadido bruto que, en promedio, corresponde a cada
habitante de Andalucía era, para el año de referencia, menos de 65% del correspondiente a cada
habitante de las cinco regiones más desarrolladas del país, citadas anteriormente.

10. La productividad aparente del trabajo en España: una primera aproximación al problema
de medir la capacidad productiva del trabajo de la economía nacional (o de una rama de actividad
en particular), esto es, al problema de medir la "producción por unidad de trabajo" en esa
economía o rama de actividad, consiste en utilizar como medida de la "producción" el producto
interior bruto a precios de mercado (N1)24, y como medida de la "unidad de trabajo" el número
de personas ocupadas en la elaboración de dicha "producción" (que notaremos por O).
Este indicador se conoce como productividad aparente del trabajo, que designaremos
por QO. Es decir, QO = (N1/O). La CNE ofrece, como sabemos, estimaciones de N1, y también
ofrece estimaciones del número de personas ocupadas o empleadas (distinguiendo entre
empleados asalariados y empleados totales), tanto para la economía nacional como para las
distintas ramas de actividad.
El SEC define la población ocupada o empleada como aquella que comprende todas las
personas que realizan una actividad considerada como productora en el sentido de la contabilidad
nacional (lo cual implica no solo producir en sentido propio, sino también financiar, asegurar y
redistribuir), ya sean estas personas civiles o militares, nacionales o extranjeras, siempre que
estén establecidas en el país de manera permanente (es decir, por un período superior al año). Se
incluyen en la población ocupada: asalariados, trabajadores por cuenta propia (empleadores y
trabajadores independientes), ayudas familiares no remunerados (que colaboran de forma habitual
en la empresa) y militares. Se trata de un concepto de población ocupada interior, de manera que
comprende a todas las personas empleadas, residentes y no residentes, que trabajan en las
unidades de producción residentes.
La población ocupada asalariada es la parte de la población ocupada que trabaja para
un empleador, público o privado, que recibe una remuneración en forma de sueldo, salario,
comisión, propina, pago a destajo o pago en especie, en incluye no solo las personas vinculadas

22
Aunque el estudio de esta compleja problemática está fuera de los objetivos de este ensayo, pueden citarse dos
textos de gran utilidad. El primero de ellos, todo un clásico del estructuralismo español, es el manual Estructura
Económica: Teoría básica y estructura mundial, de los profesores José Luis Sampedro y Rafael Martínez Cortiña,
publicado por Ariel, cuya tercera edición data de 1973. El segundo texto es un ensayo más reciente de Pablo Bustelo,
en el que se realiza una síntesis bastante completa de los grandes temas y orientaciones teóricas en el estudio de esta
problemática, que se titula Economía del Desarrollo: Un análisis histórico, publicado por Editorial Complutense, cuya
segunda edición apareció en noviembre de 1992.

23
La cifra nacional, 790.764 pesetas, es inferior al producto per cápita español que para ese mismo año calculamos
anteriormente (837.311 pesetas). La razón estriba en el hecho de que en el Cuadro 3 se ha considerado el VABpm para
medir el producto, mientras que en el cálculo precedente consideramos N1, que como sabemos incluye, además del
VABpm nacional, el IVA que grava los productos (R21) y los impuestos netos ligados a la importación (R29-R39).

24
Para las ramas de actividad y para los entes territoriales en que se desagrega la economía nacional se utiliza,
lógicamente, el valor añadido bruto a precios de mercado (VABpm). Asimismo, para facilitar las comparaciones se utiliza
a veces como medida de la producción final nacional el valor añadido bruto a precios de mercado de la nación, que es
igual, de un lado, a la suma de los VABpm de las ramas de actividad, y de otro lado, también es igual a la suma de los
VABpm del los entes territoriales.

14
a un empleador mediante contrato de trabajo, sino también los funcionarios civiles y otros
empleados de las administraciones públicas cuyas condiciones de trabajo están reguladas por el
derecho público, así como los militares de carrera, profesionales y de contingente obligatorio.
Para medir la población asalariada el SEC utiliza las categorías de empleo medio y número de
horas trabajadas. Por empleo medio se entiende el número de asalariados que han trabajado
durante todo el año, teniendo en cuenta, en su caso, que algunas personas no trabajan como
asalariados durante todo el año25. El número de horas trabajadas representa la cantidad de trabajo
realmente llevado a cabo en el curso de un año para obtener una determinada producción26.
Naturalmente, deduciendo de la población ocupada la población ocupada asalariada se obtiene
la población ocupada no asalariada.

10.1. Productividad aparente del trabajo por ramas de actividad. En el Cuadro 4 se presenta
el cálculo de la productividad aparente de trabajo tanto para la economía nacional de España
como para las seis grandes ramas de actividad consideradas en el apartado anterior.

Cuadro 4
Productividad aparente por ramas de actividad. Año 1986
Unidad (Q o): m illones de pesetas por ocupado

RAM AS DE ACTIVIDAD VABpm Ocupados QO

1. Productos de la agricultura, silvicultura y pesca 1,82 1,65 1,10

2. Productos energéticos 1,92 0,16 12,00

3. Productos industriales 7,50 2,50 3,00

4. Construcción y obras de ingeniería civil 2,10 0,83 2,53

5. Servicios destinados a la venta 13,24 4,23 3,13

6. Servicios no destinados a la venta 3,94 1,94 2,03

Econom ía Nacional 30,53 11,30 2,70

Fuente: Contabilidad Nacional de España. INE (1993).

Como en el caso del producto per cápita, la productividad aparente del trabajo, QO, puede
también utilizarse para realizar comparaciones en el tiempo y comparaciones en el espacio, lo
que permite extraer conclusiones significativas para la economía española. Téngase en cuenta
que la productividad aumenta en virtud del progreso técnico, de manera que los aumentos de QO
en el tiempo indicarán, en general, la presencia de progreso técnico en la economía nacional o
en las distintas empresas y ramas de actividad. Por otra parte, el nivel de la productividad, cuando
se hacen comparaciones en el espacio, es indicativo (como primera aproximación) de la
capacidad de competir o "competitividad" de esos espacios o territorios (nacionales o regionales).
En cualquier caso, puede hacerse un breve comentario sobre la información contenida en
el Cuadro 3. En este sentido, es de destacar que las ramas de actividad contempladas presentan

25
Caso de los trabajadores ocasionales (con contratos de trabajo temporales) o temporeros. Así, si un asalariado solo
ha trabajado seis meses en el año, se considera como ½ de persona ocupada (los asalariados a tiempo parcial que trabajen
durante todo el año se consideran, sin embargo, una persona ocupada). No obstante, si existe información estadística para
distintas a lo largo del año (como la Encuesta de Población Activa en España, que tiene un carácter cuatrimestral), se
utiliza el promedio anual, y no se tiene en cuenta lo dicho anteriormente sobre trabajadores ocasionales y temporeros.

26
Adviértase que la productividad aparente del trabajo puede definirse también utilizando el número de horas
trabajadas como "unidad de trabajo", en lugar del número de personas ocupadas (población ocupada, O). La CNE no
calcula, sin embargo, el número de horas trabajadas, razón por la cual se utiliza en este contexto O para realizar las
mediciones.

15
importantes diferencias en cuanto a la productividad aparente del trabajo. Así, el nivel de QO en
la rama de productos de la agricultura, silvicultura y pesca (1,1 millones de pesetas por
ocupado) era inferior no solo al de la economía en su conjunto (2,7 millones de pesetas por
ocupado), sino también al del resto de las ramas consideradas. La razón estriba fundamentalmen-
te en el hecho de que esta rama es más difícil de mecanizar que otras ramas (piénsese, por
ejemplo, en la producción olivarera), de manera que es lógico que se emplee relativamente más
trabajo para producir que en otras ramas27.
En segundo lugar, la producción industrial, que agruparía a las ramas de productos
energéticos y productos industriales es la más productiva, porque es más fácil de mecanizar: si
se mide QO para las estas dos últimas ramas de actividad a la vez, el nivel de la productividad
aparente del trabajo en la industria española en ese año sería de 3,54 millones de pesetas por
ocupado, muy por encima del correspondiente a la economía nacional en su conjunto y también
a la productividad aparente del trabajo de las otras ramas de actividad.
En tercer lugar, mientras la rama de construcción e ingeniería civil tenía una productivi-
dad aparente del trabajo (2,53 millones de pesetas por ocupado) inferior a la de la economía
nacional ) esta rama, que a veces se incluye dentro de la producción industrial, emplea
relativamente más trabajo que las ramas industriales en sentido estricto, también por razones
estructurales) , la rama de servicios destinados a la venta presentaba una productividad (3,13
millones de pesetas por ocupado) superior a la de la economía nacional.
Finalmente, la rama de servicios no destinados a la venta presentaba una productividad
(2,03 millones de pesetas por ocupado) inferior a la de la otra rama de servicios, y también a la
de la economía nacional. Esto no significa necesariamente que la producción de servicios
colectivos (que constituyen la mayor parte de los servicios que integran esta rama) sea menos
productiva que la producción de servicios por las ramas que producen para la venta, porque ha
de tenerse en cuenta que la valoración de los servicios públicos no es igual que la de los servicios
privados, como hemos visto.

10.2 Productividad aparente del trabajo por regiones. Por otra parte, es posible realizar
comparaciones de la productividad aparente del trabajo entre los distintos entes territoriales
regionales (comunidades autónomas) en que puede desagregarse la economía nacional. El
Cuadro 5 muestra los resultados obtenidos, en el año 1986, para las diecisiete comunidades
autónomas en que se divide el territorio económico del país. Las comparaciones inter-territoriales
de productividad dentro de una misma economía nacional son más difíciles de interpretar que,
por ejemplo, las comparaciones inter-sectoriales (ramas de actividad).
En este sentido, puede hablarse de dos causas generales para explicar las diferencias inter-
territoriales de productividad: (i) en primer lugar, las diferencias inter-territoriales de la
productividad aparente de trabajo tienen origen en la distinta especialización económica de los
entes territoriales considerados; (ii) en segundo lugar, estas diferencias se explican también por
diferencias tecnológicas, debido a que dentro de cada rama de actividad pueden coexistir
unidades productivas que utilicen distintas técnicas de producción, y estas unidades productivas
pueden estar distribuidas dentro del territorio nacional de manera desigual28.
Las cinco regiones españolas más productivas en 1986, que presentaban un producto por
ocupado superior a tres millones de pesetas de acuerdo con los datos presentados en el Cuadro
5, eran (por este orden): País Vasco, Madrid, Canarias, Baleares y Cataluña. Por contra, las cinco
regiones menos productivas eran (también por este orden): Galicia, Extremadura, Castilla-La
Mancha, Asturias y Cantabria. Los datos más destacables son, sin duda, los siguientes: entre las
regiones más productivas no aparece la Comunidad Foral de Navarra, que sí se encuentra entre

27
No obstante, la productividad aparente del trabajo también se ve afectada por el carácter de la explotación agrícola.
Por ejemplo, la calidad de la tierra que se cultiva y el grado de mecanización de las explotaciones agrarias (que está
relacionado con el tipo de explotación (regadío o secano) y con el tamaño de las explotaciones), son también factores
importantes a la hora de explicar las diferencias en el nivel de productividad.

28
El caso típico es que las unidades productivas que utilizan las técnicas de producción menos eficientes se
concentren en las regiones menos desarrolladas económicamente, y, por el contrario, las unidades productivas que
utilizan las técnicas más eficientes se concentren en las regiones económicamente más desarrolladas.

16
las regiones de mayor producto por habitante, pero sí Canarias, cuyo producto per cápita no se
diferencia significativamente del correspondiente al conjunto nacional; por otra parte, entre las
regiones menos productivas no aparecen Andalucía, aunque su productividad está claramente por
debajo de la del conjunto nacional, ni tampoco Ceuta y Melilla, ambas con un reducido producto
per cápita, pero sí aparecen Asturias y Cantabria, regiones que, en cualquier caso, presentan un
producto per cápita inferior al nacional.

Cuadro 5
Productividad aparente del trabajo por regiones. Año 1986.
Unidad (Q o): pesetas por ocupado

COM UNIDADES AUTÓNOM AS VABpm Ocupados QO

Andalucía 4.063.544 1,5757 2.578.882

Aragón 1.031.796 0,3847 2.682.080

Asturias (Principado de) 861.515 0,3592 2.398.427

Baleares (Islas) 690.624 0,2268 3.045.079

Canarias 1.146.702 0,3738 3.067.689

Cantabria 396.965 0,1618 2.453.430

Castilla y León 1.903.944 0,7930 2.400.938

Castilla- La Mancha 1.086.279 0,4732 2.295.602

Cataluña 5.535.511 1,8357 3.015.477

Com unidad Valenciana 3.017.757 1,1209 2.692.262

Extrem adura 554.141 0,2681 2.066.919

Galicia 1.788.106 0,9951 1.796.911

Madrid (Com unidad de) 4.609.632 1,4740 3.127.294

Murcia (Región de) 775.743 0,2782 2.788.436

Navarra (Com unidad Foral de) 489.548 0,1755 2.789.447

País Vasco 2.171.900 0,6739 3.222.882

Rioja (La) 284.993 0,0938 3.038.305

Ceuta y Melilla 83.813 0,0281 2.982.669

Extra-Regio 34.530 0,0066 5.231.818

España 30.527.043 11,2981 2.701.963

Fuente: Contabilidad Regional de España. INE (1993)

No obstante, estos datos confirman en general la idea de que las regiones más
desarrolladas son las más productivas; y viceversa, las regiones de menor desarrollo económico
son las menos productivas (aunque el dato de la región residual “Extra-Regio” debe considerarse
una consecuencia del cómputo, más que un dato directamente interpretable).

17
11. La dinámica de la producción en España. Uno de los elementos más característicos de la
economía aplicada se refiere al estudio de la dinámica de la producción. Este tipo de estudio
consiste, básicamente, en la realización de comparaciones en el tiempo de una serie de
indicadores a los niveles nacional, sectorial y territorial. En los siguientes apartado vamos a
estudiar los siguientes aspectos de la economía española: (1) La dinámica de la producción
nacional (1964-1994); (2) la dinámica de la estructura sectorial de la producción (1964-1994);
(3) la dinámica de la especialización económica regional (1980-1993).

En este apartado nos vamos a centrar en el estudio de la dinámica de la producción


nacional para el período 1964-1994. Para realizar este estudio es necesario, ante todo, clarificar
la forma en que se van a realizar las comparaciones en el tiempo de la magnitud seleccionada.
En este sentido, es obligado definir la tasa de crecimiento anual (TCA) de la magnitud contable
que vamos a utilizar para medir la producción, en este caso el producto interior bruto a precios
de mercado (N1). Podemos, pues, definir la tasa de crecimiento anual de la producción
) abreviadamente, TCA(N1)) de la forma siguiente:

En esta expresión, los subíndices "t-1" y "t" representan dos años consecutivos. Por
ejemplo, si queremos calcular la tasa de crecimiento anual de la producción en España

correspondiente al año 1986, tenemos que t= 1986, (t-1)= 1985. Por tanto, N1t= N11986, es decir,
el producto interior bruto a precios de mercado del año 1986, que era de 32.323.992 millones de
pesetas; por su parte, N1t-1= N11985 es el producto interior bruto a precios de mercado del año
1985, que era de 28.200.885 millones de pesetas. Finalmente, si multiplicamos por 100, para
expresar el resultado en tantos por ciento, tenemos que la tasa de crecimiento anual de la
producción (medida por N1) en España en el año 1986:
Es decir, la tasa de crecimiento anual de la producción en España correspondiente al año
1986 fue de 14,6% Esto significa sencillamente que el producto interior bruto a precios de
mercado (N1) creció en 1986 un 14,6 con respecto al producto interior bruto a precios de
mercado del año 1985; la razón estriba en que el crecimiento absoluto de N1 en el año 1986 con
respecto a 1985, que se cifra en 4.123.107 millones de pesetas, representa el 14,6 de N1 en el año
1985. La tasa de crecimiento anual, TCA, puede calcularse para cualquier agregado contable (no
solo para N1) y para todos los años que se deseen (siempre que se disponga de la cifra
correspondiente al año anterior), y mide el crecimiento relativo de la magnitud considerada.
Normalmente, cuando se habla de crecimiento económico se está haciendo referencia al
crecimiento relativo de la producción.
No obstante, surge aquí un problema que es necesario afrontar, problema que puede
plantearse de la siguiente manera: ¿es cierto que la "producción real", es decir, el "volumen" de
N1, creció en España un 14,6 por ciento en el año 1986 con respecto al año 1985? Esto
únicamente sería cierto si los precios de cada uno de los productos que forman materialmente N1
no hubieran variado entre 1985 y 1986. Adviértase que si el precio de los mismos productos (por
ejemplo, 1 Kg de pollo) aumentan entre esos dos años (cosa que sucedería, por ejemplo, si 1 Kg
de pollo tiene un precio de 100 pesetas en 1985 y de 110 pesetas en 1986), entonces la TCA(N1)
no reflejará correctamente el crecimiento del "volumen de la producción" o "producción real".
Cuando los precios corrientes de los productos aumentan de un año a otro, el crecimiento
relativo que mide TCA(N1) no reflejará correctamente el crecimiento material o "real" de la

18
producción. El fenómeno económico en virtud del cual crecen los precios de los productos se
conoce como inflación (en el ejemplo anterior, podríamos decir que el precio del pollo presenta
una inflación anual del 10% en 1986, porque el precio de ese producto en 1986 es un 10 por
ciento superior a su precio en 1985). El fenómeno contrario, la disminución de los precios de los
productos (que es menos habitual en la actualidad), se conoce como deflación.
No debe perderse de vista que estamos interesados en medir, ante todo, el crecimiento la
"producción real" (recuérdese que en el Epígrafe 1.1. nos interesamos por el crecimiento de la
producción y el excedente siempre en términos reales). La pregunta que debemos hacernos ahora,
por tanto, es la siguiente: ¿es posible medir el crecimiento de la "producción real"? Es decir,
¿existe algún procedimiento para resolver el problema de la inflación al medir el crecimiento de
la producción? Obsérvese que la inflación anual en el precio de los productos tiene el efecto
siguiente: de un año a otro la unidad monetaria (en nuestro caso, la peseta) se deprecia, es decir
"pierde valor", porque permite adquirir menos mercancías. Una manera de resolver el problema
de la inflación en la medición del crecimiento económico consiste, por tanto, en expresar la
producción de cada año en pesetas que "valen lo mismo", es decir, en lo que se suele denominar
pesetas constantes. En el caso que se ha puesto como ejemplo, el producto interior bruto a
precios de mercado del año 1985 podría expresarse en pesetas de 1986 (al que se denomina "año
base"), es decir, por la cantidad de pesetas que serían necesarias en 1986 para adquirir el volumen
de producción de 198529.
Se dice que una magnitud contable está deflactada cuando su valor está expresado en
pesetas constantes (es decir, en pesetas del año base seleccionado). Para deflactar una magnitud
contable determinada (como el producto interior bruto a precios de mercado), dicha magnitud
debe sencillamente dividirse por un número índice, denominado deflactor, que refleja los
cambios en el nivel de los precios de un año a otro30. Así, para deflactar el producto interior bruto
a precios de mercado del año 1985, N11985, bastará dividir esta magnitud entre el número índice
que se estime más adecuado; para este caso utilizaremos el deflactor implícito del producto
interior bruto ) abreviadamente, dN1) , elaborado por el Instituto Nacional de Estadística, que
toma 1986 como año base. El resultado de dividir N11985 a precios de ese año (precios corrientes)
por el valor correspondiente a ese año del deflactor dN1 es el "producto interior bruto a precios
de mercado de 1985 en pesetas constantes", o simplemente el "producto interior bruto a precios
de mercado de 1985 en términos reales", que designaremos por N1R1985. Es decir:

En este caso, se diría que el producto interior bruto a precios de mercado de 1985 en
términos reales (N1R1985) es de 31.321.697 millones de pesetas constantes (o, como sabemos que
1986 es el año base, podemos también decir "pesetas de 1986" en lugar de "pesetas constantes",
o incluso "pesetas constantes de 1986"). Ahora estamos en disposición de comparar los cambios
en el "volumen" de N1 entre 1985 y 1986, porque ambas magnitudes pueden expresarse en
pesetas que "valen lo mismo", es decir, en "pesetas del mismo año" (en este caso, 1986) o

29
En principio podríamos tomar cualquier otro año (en vez de 1986) como año base. Sin embargo, puesto que el
Instituto Nacional de Estadística toma actualmente como año base 1986 para realizar sus estimaciones en el marco de
la Contabilidad Nacional de España, en lo que sigue nosotros adoptaremos este mismo año como año base. Los detalles
del cómputo de los números índices, y en particular los problemas metodológicos derivados del establecimiento del años
base, pueden consultarse en el documento normativo citado (SEC).

30
Hay distintos tipos de deflactores, en función de los productos a los que se refiera. Por ejemplo, uno de los
deflactores más conocidos en es denominado índice de precios de consumo (IPC), que refleja los cambios en los precios
de una amplia gama de productos que se destinan al consumo. Los deflactores se elaboran por diversos procedimientos;
por ejemplo, el IPC se elabora por medio de una encuesta sistemática a una serie determinada de "puntos de venta". Los
deflactores que nosotros vamos a utilizar se elaboran, por el contrario, a partir de la información de base con que se
estiman las magnitudes de la CNE, y se les suele denominar deflactores implícitos. En este sentido, la tasa de inflación
se mide sencillamente por la tasa de crecimiento del deflactor correspondiente; por ejemplo, la tasa de inflación anual
de una economía (que expresa el incremento del nivel de precios en un año) suele medirse por la tasa de crecimiento
anual del deflactor implícito del producto interior bruto a precios de mercado.

19
"pesetas constantes"31. Por tanto, podemos calcular la tasa de crecimiento anual de la producción
"real" para 1986, considerando el valor de N1 correspondiente a los años 1985 y 1986 en pesetas
constantes:

De acuerdo con el cálculo anterior podemos afirmar que el crecimiento real de la


producción en 1986 fue de 3,2% El Instituto Nacional de Estadística ha elaborado recientemente
una serie homogénea para el producto interior bruto a precios de mercado (N1) que abarca el
período 1964-1994, y ha elaborado también, para todos esos años, el deflactor implícito del
producto interior bruto (dN1) con base en el año 1986. Podemos, por tanto, calcular: (i) la tasa
de crecimiento anual de N1 en pesetas corrientes, TCA(N1), para el período 1965-1994; (ii) el
producto interior bruto a precios de mercado en términos reales (N1R) para el período 1964-1994;
(iii) la tasa de crecimiento anual de N1 en pesetas constantes, TCA(N1R), para el período 1965-
1994. El Cuadro 6 muestra los resultados obtenidos de la tasa de crecimiento anual del producto
interior bruto a precios de mercado tanto en pesetas corrientes (N1) como en pesetas constantes
(N1R).
Las cifras ofrecidas en el Cuadro 6 permiten obtener una serie de conclusiones
significativas sobre la dinámica de la economía española a lo largo de las tres últimas décadas.
En primer lugar, es visible que el crecimiento económico en España durante el período 1965-
1994 no ha sido homogéneo. En efecto, de los datos del Cuadro 6 se desprende que la TCA(N1R)
presenta notables variaciones de un año a otro. Por ejemplo, mientras en 1969 esta tasa refleja
un crecimiento de la producción real de 8,91% (el nivel más alto de todo el período), en 1993 la
tasa refleja un crecimiento "negativo" (es decir, una disminución) de la producción real de -
1,16%; entre estos dos extremos, la TCA(N1R) presenta niveles muy dispares.
Una forma útil de analizar la evolución en el tiempo de la producción real es tratar de
establecer sub-períodos dentro del período 1965-1994. Por ejemplo, podemos distinguir
fácilmente tres sub-períodos: (i) el sub-período 1965-1974, en que el crecimiento económico fue,
en promedio, de aproximadamente 6,38 por ciento (media aritmética de TCA(N1R) en este sub-
período); (ii) el sub-período 1975-1984, en que el crecimiento real de la producción fue, en
promedio, de aproximadamente 1,45 por ciento, y (iii) el sub-período 1985-1994, en que la
TCA(N1R) presenta un nivel medio del orden de 2,9 por ciento.

Nótese que el ritmo, mayor o menor, de crecimiento económico de estos sub-períodos


tiene importantes repercusiones para la economía nacional. En efecto, como sabemos por el
estudio de los factores que determinan el aumento del producto neto, es evidente que, cuanto
mayor sea el crecimiento económico mayor capacidad tendrá la economía nacional para aumentar
el nivel de empleo.
Así, durante el sub-período expansivo 1965-1974, aunque buena parte del crecimiento de
la producción se explica por el aumento de la productividad del trabajo, el elevado ritmo de
crecimiento económico permitió, de acuerdo con las estimaciones de la EPA, la creación neta
de más de 1,2 millones de empleos; por el contrario, durante el sub-período de crisis 1975-1984
(en el cual el crecimiento medio del producto interior bruto real fue menos de la cuarta parte del
crecimiento medio del sub-período anterior), según la fuente citada, se destruyeron en términos
netos más de 2 millones de empleos. En este último sub-período el aumento de la productividad
del trabajo no sólo explica el crecimiento económico, sino también la espectacular destrucción
de empleo; la consecuencia será, naturalmente, la gestación de un volumen masivo desempleo.
Estudio aparte merece el sub-período más reciente, 1985-1994, a lo largo del cual es
visible una importante recuperación del crecimiento económico entre 1985 y 1990, y una caída

31
Es obvio que para el año base, en este caso 1986, el deflactor toma como valor la unidad (es decir, dN1= 1), de
manera que en este año el agregado contable en pesetas corrientes (pesetas del año considerado) que en pesetas
R
constantes. Es decir: N11986= N 1986.

20
muy fuerte del mismo a partir de 1991, que alcanza su punto más bajo en 1993, año en el que se
registra una tasa de crecimiento anual negativa (-1,16 por ciento), es decir, una disminución del
producto interior bruto a precios de mercado en términos reales. Por esta razón, aunque entre
1986 y 1990 se produce un notable crecimiento del nivel de empleo, a la altura del año 1993 una
parte del empleo neto que se había creado en años anteriores va a desaparecer de forma abrupta.

Cuadro 6
Producto Interior Bruto a precios de mercado (1964-1994)
Valores absolutos y tasas de crecim iento anual
AÑOS N1 dN1 N1 R TCA(N1) TCA(N1 R)
1964 1.208.821 0,084798397 14.255.234 - -
1965 1.402.220 0,092576130 15.146.669 16,00 6,25
1966 1.626.686 0,100139576 16.244.187 16,01 7,25
1967 1.842.052 0,108680539 16.949.235 13,24 4,34
1968 2.079.630 0,115104273 18.067.357 12,90 6,60
1969 2.381.185 0,121015342 19.676.720 14,50 8,91
1970 2.629.859 0,128209998 20.512.121 10,44 4,25
1971 2.967.992 0,138266381 21.465.753 12,86 4,65
1972 3.483.419 0,150049185 23.215.030 17,37 8,15
1973 4.199.415 0,167820989 25.023.181 20,55 7,79
1974 5.142.844 0,194612097 26.426.127 22,47 5,61
1975 6.038.200 0,227235804 26.572.397 17,41 0,55
1976 7.266.386 0,264710728 27.450.289 20,34 3,30
1977 9.219.912 0,326604276 28.229.612 26,88 2,84
1978 11.284.995 0,393995065 28.642.478 22,40 1,46
1979 13.201.116 0,460699383 28.654.512 16,98 0,04
1980 15.167.972 0,522543641 29.027.187 14,90 1,30
1981 17.044.800 0,588238806 28.975.987 12,37 -0,18
1982 19.722.635 0,670159559 29.429.760 15,71 1,57
1983 22.531.766 0,748987715 30.082.958 14,24 2,22
1984 25.519.539 0,836038626 30.524.354 13,26 1,47
1985 28.200.885 0,900362614 31.321.697 10,51 2,61
1986 32.323.992 1,000000000 32.323.992 14,62 3,20
1987 36.143.972 1,058465660 34.147.515 11,82 5,64
1988 40.158.739 1,118315478 35.910.027 11,11 5,16
1989 45.044.128 1,197618733 37.611.409 12,17 4,74
1990 50.145.195 1,285171288 39.018.297 11,32 3,74
1991 54.927.320 1,376515027 39.903.175 9,54 2,27
1992 59.081.359 1,470771687 40.170.313 7,56 0,67
1993 60.905.116 1,534036646 39.702.517 3,09 -1,16

1994 64.616.845 1,593982774 40.537.982 6,09 2,10


Fuente: Contabilidad Nacional de España. INE (1992, 1996)
No obstante, a pesar de que el crecimiento medio de la producción real es en este sub-
período menos de la mitad del correspondiente al sub-período expansivo, se crean en términos
netos algo menos de 1 millón de empleos. Esto se explica, lógicamente, por el moderado
crecimiento de la productividad del trabajo. Pese a ello, el desempleo ha aumentado en este sub-
período en más de 1 millón de personas, siempre sobre la base de las estimaciones de la EPA32.
Por otra parte, el ritmo del crecimiento económico tiene importantes repercusiones sobre
la distribución de la renta y, en general, sobre el nivel de vida de la población trabajadora. Por
ejemplo, el hecho de que aumente relativamente poco el producto neto refuerza la presión para
que crezca lo menos posible (o incluso se reduzca) el nivel de vida de las familias trabajadoras,
ya que el sistema reacciona aumentando el desempleo (lo cual resta capacidad negociadora a los
trabajadores asalariados), y la política económica busca, por diversos procedimientos, la
recuperación del excedente, pues el excedente es el "corazón" del sistema económico, en el
sentido que su dinámica condiciona poderosamente la dinámica del conjunto de la economía
capitalista.

12. Los cambios en la estructura sectorial del valor añadido. Es habitual desagregar la
economía nacional, desde el punto de vista de la producción de bienes y servicios, en tres grandes
sectores económicos: (i) el sector primario (al que a veces se denomina simplemente "sector
agrario", e incluso "agricultura") que comprendería la rama de actividad de "productos de la
agricultura, silvicultura y pesca"; (ii) el sector secundario (al que comúnmente se denomina
"sector industrial" o "industria"), que comprende las ramas de actividad de "productos
energéticos", "productos industriales" y "construcción"33; (iii) el sector terciario (también
llamado "sector servicios"), que comprende las ramas de producción de "servicios destinados a
la venta" y "servicios no destinados a la venta".
Como ya sabemos por el estudio de la cuenta de producción por ramas de actividad, es
posible calcular el "valor añadido" por las diferentes ramas en un año determinado, de manera
que el cálculo del valor añadido por los sectores económicos se realiza fácilmente agregando los
valores añadidos de las ramas de actividad correspondientes, de acuerdo con la desagregación de
la economía nacional por sectores económicos que se ha presentado en el párrafo anterior. Así,
a partir de los datos la cuenta de explotación por ramas de actividad presentados en el Cuadro 2,
podemos afirmar lo siguiente:

)) El valor añadido bruto a precios de mercado del sector primario de la economía española
(VABpmSP) en el año 1986 era de 1.815.051 millones de pesetas.
)) El valor añadido bruto a precios de mercado del sector secundario de la economía
española (VABpmSS) en el año 1986 era de 11.529.690 millones de pesetas.
)) El valor añadido bruto a precios de mercado del sector terciario de la economía española
(VABpmST) en el año 1986 era de 17.182.302 millones de pesetas.

El valor añadido bruto a precios de mercado de la economía nacional (VABpmEN) viene


dado, sencillamente, por la suma de los valores añadidos de los tres sectores económicos
considerados. Para ese mismo año, VABpmEN era de 30.527.043 millones de pesetas34.

32
Para el período 1965-1994, la economía española ha crecido, en promedio, un 3,85% Este crecimiento, sin
embargo, no ha permitido crear empleo neto en esos 30 años, pues el nivel de empleo (de acuerdo con las estimaciones
de la EPA): el nivel de empleo en 1965 era de 11.733.200 personas, y el de 1994 de 11.730.100 (es decir, 3.100 empleos
menos). El crecimiento económico ha descansado, pues, exclusivamente en el aumento de la productividad.

33
En muchos casos, es habitual hablar de "industria sin construcción", considerando así como un sector económico
aparte la rama de "construcción e ingeniería civil". En lo que sigue, vamos a considerar, por el contrario, que el sector
secundario incluye también esta última rama de actividad.

34
La suma del valor añadido bruto a precios de mercado de estos tres sectores económicos es, lógicamente, algo
inferior al producto interior bruto a precios de mercado (N1, que ascendió a 32.323.992 millones de pesetas) porque,
como sabemos, tanto el IVA que grava los productos (R21) como los impuestos netos ligados a la importación (R29-R39)
no se registran como elementos integrantes del valor añadido bruto de las ramas de actividad de la economía nacional.

22
12.1. La estructura inter-sectorial del valor añadido. La forma más común de estudiar la
importancia relativa de los sectores económicos en el conjunto de la economía nacional desde el
punto de vista de la producción es a través de la "estructura inter-sectorial del valor añadido" de
esa economía. Para realizar este estudio es habitual utilizar una serie de indicadores (de
"participación sectorial en el valor añadido nacional") muy sencillos, cuyo cálculo se realiza,
siempre en referencia a un año concreto, de la siguiente manera:
(1) La participación del valor añadido del sector agrario en el valor añadido de la
economía nacional:

(2) La participación del valor añadido del sector industrial en el valor añadido de la
economía nacional:

(3) La participación del valor añadido del sector industrial en el valor añadido de la
economía nacional:

Las tres fórmulas anteriores nos permiten saber cuál es la participación (en tantos por
ciento) del valor añadido de cada uno de los tres sectores económicos en el valor añadido de la
economía nacional en un año determinado. Naturalmente, la suma de estos tres porcentajes es
igual a 100 (por ciento). Es decir:

Por ejemplo, podemos considerar 1986, año para el que conocemos el valor añadido bruto
de cada uno de los tres sectores económicos y, naturalmente, la suma de los mismos (es decir, el
valor añadido bruto a precios de mercado de la economía nacional). Con estos datos podemos
calcular estos tres indicadores, y comprobar cómo su suma es igual a 100 por ciento:
) Participación del valor añadido del sector agrario en el valor añadido de la economía
española en 1986:

) Participación del valor añadido del sector industrial en el valor añadido de la economía
española en 1986:

) Participación del valor añadido del sector industrial en el valor añadido de la economía
nacional:

23
Las tres cálculos anteriores nos permiten saber cuál es la participación (en tantos por
ciento) del valor añadido de cada uno de los tres sectores económicos en el valor añadido de la
economía nacional, para el año 1986. Naturalmente, la suma de estos tres porcentajes es igual a
100 por ciento. Es decir:

En suma, puede afirmarse, a partir de estos indicadores, que la estructura inter-sectorial


del valor añadido de la economía española en 1986 era la siguiente: el 5,9% del valor añadido
nacional fue generado por el sector primario; el 37,8% por la industria y, finalmente, el restante
56,6% por el sector servicios. Esta estructura inter-sectorial del valor añadido es indicativa de la
importancia relativa de la producción de cada sector económico con respecto a la correspondiente
a la economía nacional para el año 1986. El Cuadro 7 muestra la estructura inter-sectorial del
valor añadido de la economía española para años seleccionados dentro del período 1964-1994.
Los datos presentados en el Cuadro 7 nos permiten extraer una serie de conclusiones
sobre la estructura económica de España. Ante todo, debe constatarse que, a lo largo de tres
últimos decenios, la estructura inter-sectorial del valor añadido de la economía española
presenta notables transformaciones. En este sentido, se distinguen dos claras tendencias
transformadoras: (i) la paulatina pérdida de importancia relativa de la producción del sector
primario35; (ii) el progresivo aumento de la importancia relativa del sector servicios. Así,
mientras en 1964 el sector primario generaba más de 17% del valor añadido de la economía
nacional y el sector servicios algo menos del 42%, treinta años más tarde, en 1994, el sector
agrario generaba un valor añadido que representa menos del 4% del correspondiente a la
economía nacional, mientras que el valor añadido por el sector terciario suponía más del 63% del
valor añadido del conjunto de la economía española. En particular, debe destacarse el notable
aumento de la importancia relativa de la rama de producción de servicios no destinados a la
venta, que ha duplicado su porcentaje en el valor añadido bruto a precios de mercado de la
economía nacional durante el período 1964-1994.
Por otra parte, es preciso referirse de manera específica al sector industrial, porque la
industria española pasó de ganar importancia relativa durante el período 1964-1974, a perderla
a partir de entonces. Especialmente, durante el período 1974-1984, de profunda crisis económica
en España, el retroceso del sector industrial es muy intenso (pierde más de siete puntos
porcentuales en este período).
A partir de 1984, aunque sigue el retroceso de la industria española, la pérdida de
importancia relativa del sector secundario es más moderada. En su conjunto, este sector ha
pasado en las tres últimas décadas de una participación en el valor añadido nacional de más de
41% (año 1964) a una participación muy inferior, de algo más de 33% (año 1994). Reviste
especial interés la pérdida de importancia de la rama de productos industriales, de más de once
puntos porcentuales a lo largo del período 1974-1994, que justifica que pueda hablarse de un
fuerte proceso de des-industrialización de la economía española.

35
Esto no significa, necesariamente, que el valor añadido generado por el sector agrario haya disminuido en términos
absolutos a lo largo del período (1964-1994). Por el contrario, si se mide en "términos reales" (en pesetas "constantes"
de 1986), el valor añadido bruto a precios de mercado del sector primario ha crecido en términos absolutos en el
período de referencia; en concreto, este agregado ha pasado de significar 1.339.171 millones de pesetas en 1964, a
significar 1.852.964 millones de pesetas en 1994. La razón de la pérdida de importancia relativa de la producción agraria
radica en el hecho de que, a lo largo de este período, el crecimiento absoluto del valor añadido de este sector ha sido
mucho más lento que el crecimiento absoluto del correspondiente a los otros dos sectores económicos, y, como
consecuencia, también más lento que el crecimiento absoluto del valor añadido de la economía nacional.

24
Cuadro 7
Estructura inter-sectorial del valor añadido. Economía española (1964-1994)
Unidad: m illones de pesetas corrientes, tantos por ciento
================================================================================================================================
AÑOS 1964 1974 1984 1994
================================================================================================================================

Valor añadido bruto a precios de mercado


1. Sector primario 199.077 496.891 1.572.699 2.232.425
1.1. Agricultura, silvicultura y pesca 199.077 496.891 1.572.699 2.232.425
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
2. Sector industrial 480.647 2.201.500 8.984.226 20.245.135
2.1. Productos energéticos 48.816 177.837 1.398.903 3.673.895
2.2. Productos industriales 341.138 1.509.854 5.976.169 11.428.894
2.3. Construcción 90.693 513.809 1.609.154 5.142.346
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
3. Sector servicios 486.385 2.252.105 13.705.323 38.288.130
3.1. Servicios destinados a la venta 405.614 1.815.665 10.658.457 29.385.264
3.2. Servicios no destinados a la venta 80.771 436.440 3.046.866 8.602.866
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Economía nacional 1.166.109 4.950.496 24.262.248 60.765.690
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Estructura porcentual
1. Sector primario 17,07 % 10,04 % 6,48 % 3,67 %
1.1. Agricultura, silvicultura y pesca 17,07 % 10,04 % 6,48 % 3,67 %
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
2. Sector industrial 41,22 % 44,47 % 37,03 % 33,32 %
2.1. Productos energéticos 4,19 % 3.59 % 5,77 % 6,05 %
2.2. Productos industriales 29,25 % 30,50 % 24,63 % 18,81 %
2.3. Construcción 7,78 % 10,38 % 6,66 % 8,46 %
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
3. Sector servicios 41,71 % 45,49 % 56,49 % 63,01 %
3.1. Servicios destinados a la venta 34,78 % 36,68 % 43,93 % 48,36 %
3.2. Servicios no destinados a la venta 6,93 % 8,82 % 12,56 % 14,16 %
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Economía nacional 100 % 100 % 100 % 100 %
================================================================================================================================
FUENTE: Contabilidad Nacional de España. INE (1992, 1996)

25
Cuadro 8
Estructura sectorial del valor añadido regional. Años 1980 y 1993
Porcentajes sobre el valor añadido nacional de cada sector económ ico

AÑO 1980 AÑO 1993

Comunidades autónomas Primario Secundario Terciario Total Primario Secundario Terciario Total
Andalucía 22,2% 10,1% 13,5% 12,8% 24,8% 11,4% 13,9% 13,5%
Aragón 5,2% 3,3% 3,3% 3,4% 3,4% 3,4% 3,3% 3,3%
Asturias (Principado de) 2,2% 3,5% 2,5% 2,9% 1,9% 2,9% 2,4% 2,5%
Baleares (Islas) 1,1% 1,1% 2,7% 1,9% 0,9% 1,1% 3,1% 2,3%
Canarias 3,6% 2,1% 5,0% 3,7% 4,1% 2,4% 4,6% 3,9%
Cantabria 1,4% 1,6% 1,4% 1,5% 1,8% 1,3% 1,3% 1,3%
Castilla y León 11,6% 6,3% 5,4% 6,2% 12,8% 6,1% 5,3% 5,8%
Castilla- La Mancha 9,5% 3,4% 3,0% 3,6% 8,3% 4,4% 3,1% 3,7%
Cataluña 9,0% 23,0% 17,4% 19,0% 7,4% 21,8% 17,9% 18,8%
Comunidad Valenciana 8,6% 10,1% 10,0% 10,0% 7,4% 10,0% 9,7% 9,7%
Extremadura 4,3% 1,0% 1,8% 1,6% 3,5% 1,8% 1,8% 1,9%
Galicia 11,0% 6,0% 5,3% 6,0% 11,9% 5,7% 5,0% 5,5%
Madrid (Comunidad de) 1,1% 12,7% 17,8% 14,6% 0,9% 12,7% 18,2% 15,8%
Murcia (Región de) 3,0% 2,5% 2,3% 2,4% 4,9% 2,5% 2,4% 2,5%
Navarra (Comunidad Foral de) 1,9% 2,0% 1,6% 1,8% 1,7% 2,0% 1,4% 1,6%
País Vasco 3,0% 10,3% 5,9% 7,4% 2,9% 9,1% 5.5% 6,6%
Rioja (La) 1,2% 1,1% 0,6% 0,9% 1,4% 1,3% 0,7% 0,9%
Ceuta y Melilla 0,0% 0,1% 0,4% 0,3% 0,1% 0,1% 0,4% 0,3%
Extra-Regio - - 0,2% 0,1% - - 0,2% 0,1%
España 100 % 100 % 100 % 100 % 100% 100% 100% 100%
Fuente: Contabilidad Regional de España. INE (1993).

26
13. La especialización económica regional. En este apartado nuestra intención es mostrar cómo
se distribuye territorialmente el valor añadido bruto a precios de mercado de los sectores
económicos en que se desagrega la economía nacional. El Cuadro 8 recoge la estructura
porcentual del valor añadido bruto a precios de mercado de los tres sectores económicos
(agricultura, industria, servicios) en que se desagrega la economía nacional teniendo en cuenta
su adscripción territorial (las diecisiete comunidades autónomas del país).
En el Cuadro 8, los porcentajes de las tres primeras columnas de cada año han sido
calculados dividiendo el valor añadido bruto a precios de mercado de cada sector económico
regional, es decir VABpmij (donde "i" indica el sector, de manera que i=1 se refiere al sector
primario, i=2 al secundario e i=3 al terciario; y donde "j" indica la región, de tal suerte que j=1
se refiere a Andalucía, j=2 se refiere a Asturias, etc.) entre el valor añadido bruto a precios de
mercado de cada sector económico a escala nacional (VABpmi), y multiplicando el resultado por
100. Es decir:

Por ejemplo, en el año 1980, el VABpm del sector primario (i=1) de Andalucía (j=1), es
decir VABpm11, representa un 22,2% del VABpm del sector primario de la economía nacional,
es decir VABpm1. En 1993, último año disponible de la serie homogénea elaborada por el INE,
el VABpm de la agricultura andaluza representa un 24,8% del VABpm de la agricultura nacional.
En general, las cifras recogidas en el Cuadro 8 pueden interpretarse de la siguiente manera. Para
cada uno de los años considerados, y para cada una de las diecisiete regiones, cuando el
porcentaje que representa la producción regional de un sector económico sobre la producción
nacional de ese mismo sector es superior al porcentaje que representa el VABpm regional con
respecto al VABpm nacional (cuarta columna dentro de cada año, designada como "total")
podemos afirmar que la región en cuestión está especializada en la producción sectorial que
cumple dicho criterio.
Por ejemplo, en el caso anterior, podemos decir que Andalucía está claramente
especializada en la producción agrícola, pues, en ambos años, la participación de la producción
agrícola andaluza en la producción agrícola nacional presenta un porcentaje (22,2% en 1980 y
24,8% en 1993) claramente superior al correspondiente a la participación del VABpm andaluz
en el VABpm nacional (12,8% en 1980 y 13,5% en 1993). En este sentido, que Andalucía es, con
mucho, la región española que más aporta al valor añadido bruto nacional de la rama de
productos de la agricultura, silvicultura y pesca para todo el período considerado, 1980-1993.
De acuerdo con este criterio, puede afirmarse que las cinco regiones españolas con mayor
especialización en la producción agrícola en el año 1980 eran: Andalucía, Castilla-La Mancha,
Castilla y León, Galicia y Extremadura. Estas cinco regiones concentraban el 58,6% de la
producción agrícola nacional, y tan solo el 30,2% del valor añadido nacional. En el año 1993
estas cinco mismas regiones mantenían una fuerte especialización agraria, pues aportaron
conjuntamente un 61,3% a la producción agrícola nacional, y un 30,4% al valor añadido
nacional36.
Por su parte, las cinco regiones españolas que presentan (en 1980) una mayor
especialización bien en la industria o bien en el sector servicios son: Cataluña (industria), Madrid
(servicios), País Vasco (industria), Canarias (servicios) y Baleares (servicios). En su conjunto,
estas cinco regiones concentraban un 49,2% de la producción industrial nacional, y un 48,8% de
la producción nacional de servicios, mientras el valor añadido bruto a precios de mercado de estas
mismas regiones representaba un 47,2% del valor añadido bruto a precios de mercado de la
nación. En el año 1993, estas mismas cinco regiones aglutinaban un 47,1% de la producción
industrial del país, un 49,3% de la producción terciaria nacional, y un 47,4% del valor añadido

36
La única variación significativa con respecto al año 1980 se refiere a la intensificación de la especialización
agrícola de la región de Murcia en detrimento de Extremadura, cuya producción primaria pierde peso con respecto a la
nacional.

27
bruto a precios de mercado del conjunto de España37.
Adviértase que esta especialización sectorial de las regiones españolas es coherente con
el análisis territorial del producto per cápita y la productividad aparente del trabajo que se ha
realizado en apartados anteriores. En general, el desarrollo económico de las regiones españolas
está relacionado directamente con el nivel de productividad alcanzado, y éste a su vez con la
especialización económica regional. Así, la especialización agraria de regiones como Andalucía,
Castilla-La Mancha, Galicia o Extremadura aparece asociada a un bajo nivel relativo tanto de la
productividad aparente del trabajo como del producto per cápita nacional. Por su parte, en
regiones como Cataluña y el País Vasco (con una fuerte especialización industrial), Madrid y
Baleares (especializadas en la producción de servicios), los niveles de producto per cápita y
productividad aparente del trabajo son relativamente más elevados. Debe señalarse, adicional-
mente, que durante el período 1980-1993, esta especialización económica inter-regional no ha
variado de forma substancial, lo cual es indicativo de que los desequilibrios regionales en España
no constituyen un fenómeno que tienda a desaparecer con el tiempo.

37
Desde un punto de vista poblacional, estas cinco regiones concentraron en el período 1980-1993 en torno al 39,4%
de la población española, mientras que las cinco regiones especializadas en la producción agrícola concentraron, en el
mismo período, aproximadamente un 38,5% de la población española.

28
II. La renta y su distribución

1. Remuneración de asalariados (R10): comprende todos los pagos en dinero y en especie


realizados por los empleadores en concepto de remuneración por el trabajo realizado por sus
asalariados durante el período considerado (el año natural). La remuneración de asalariados se
desglosa en dos elementos:

)) sueldos y salarios, y
)) cotizaciones sociales a cargo de los empleadores

1.1. Elementos contables de la remuneración de asalariados (R10). Los sueldos y salarios


comprenden tanto los sueldos y salario base como el conjunto de los incrementos, complementos,
primas, remuneraciones y comisiones pagados por los empleadores a sus asalariados durante el
año38. Los sueldos y salarios se registran antes de la deducción de las cotizaciones sociales a
cargo de los asalariados y los impuestos sobre salarios retenidos en origen. Las cotizaciones
sociales a cargo de los empleadores comprenden los pagos que los empleadores realizan, en
beneficio de sus asalariados, a las entidades aseguradoras (administraciones públicas
principalmente, pero también empresas de seguro), que cubren una serie de riesgos: enfermedad,
maternidad, invalidez, vejez y supervivencia, desempleo, accidentes de trabajo y enfermedades
profesionales, así como los subsidios familiares39.

1.2. Salario bruto y salario neto. La categoría de remuneración de asalariados registra, por tanto,
los pagos globales de los empleadores en beneficio de sus asalariados, es decir, el coste laboral
en que incurre el empleador, aunque una buena parte de estas remuneraciones no está a
disposición de los asalariados como ingreso que puedan gastar ) así, el conjunto de las
cotizaciones sociales, aunque efectivamente desembolsadas, no van a parar directamente a manos
de los asalariados, sino a las entidades aseguradoras) . Por eso es habitual distinguir en economía
entre salario bruto (SB) y salario neto (SN ): mientras el "salario bruto" incluye todos los pagos
realizados por los empleadores (que también hemos llamado "coste laboral, y que comprende la
suma de todos los elementos que integran la rúbrica R10), el "salario neto" solo incluiría la parte
de esos pagos efectivamente disponible para los asalariados, que equivale al montante de los
sueldos y salarios una vez descontadas las cotizaciones que corren por cuenta de los asalariados
y los impuestos retenidos en origen a los mismos (como las retenciones del IRPF en España)40.
En este sentido, podemos hablar de dos formas de medir empíricamente la categoría

38
Se incluyen en los sueldos y salarios, entre otros elementos, los incrementos por horas extra, los complementos por carestía de vida, las primas por
beneficios o por productividad, la paga extraordinaria anual, las remuneraciones por días festivos no laborables o las vacaciones pagadas. Se incluyen además
en esta rúbrica, al objeto de simplificar la presentación de las categorías contables, las prestaciones sociales que los empleadores realizan directamente en
beneficio de sus asalariados (o de las personas ligadas al mismo que tengan derecho), por las que el SEC realiza una imputación ficticia denominada
precisamente «cotizaciones sociales ficticias», que constituye un elemento contable independiente dentro de la rúbrica de remuneración de asalariados, creando
así un "circuito de cotizaciones" artificial.

39
Se dice que los desembolsos que realizan los empleadores (normalmente a la administración de la seguridad social o a las empresas de seguro) para
cubrir estos riegos están dentro de un "circuito de cotizaciones" porque, caso de que los riegos se materialicen efectivamente, existe siempre la correspondiente
compensación, en la forma de prestaciones sociales. Es decir, cuando los riegos que cubren estas cotizaciones sociales se convierten en realidad, las entidades
aseguradoras vienen obligadas a realizar esa compensación. Un ejemplo bastará para aclararlo: como hemos visto, entre los riesgos cubiertos por las cotizaciones
sociales se encuentra el de desempleo, de manera que aunque los asalariados no reciban las cotizaciones sociales que cubren este riesgo, cuando algunos
asalariados van al desempleo (siempre que cumplan los requisitos legales) tienen derecho a cobrar el "subsidio de desempleo", que es la prestación social
correspondiente, de la entidad aseguradora.

40
Se emplean aquí las palabras "bruto" y "neto" es un sentido diferente al que es habitual en la CNAE. En general, para la CNAE un agregado está dado
en términos "brutos" cuando incluye el consumo de capital fijo (A1), y en términos "netos" cuando no lo incluye. Sin embargo, aquí estamos utilizando la palabra
"bruto" para designar que el agregado contable incluye una serie de elementos que no tienen absolutamente nada que ver con el consumo de capital fijo, y la
palabra "neto" para designar que dichos elementos no se incluyen en ese agregado, como es el caso de la diferencia entre salario "bruto" y salario "neto".

29
teórica tasa de salario41 basándonos en las magnitudes contables de la CNAE. El primer
indicador de la tasa de salario (que se refiere siempre a un período de tiempo concreto, como
hemos dicho, en este caso un año natural), sería el salario neto por asalariado (en adelante, SN L),
que se calcula dividiendo el salario neto anual (SN ) entre el número de asalariados ocupados (L).
Es decir: SN L = (SN /L). Nótese que SN L representa los ingresos netos del trabajo que, en
promedio, recibe cada trabajador asalariado a lo largo del año. Así, en el año 1986, el salario neto
español puede estimarse en aproximadamente 9.210.215 millones de pesetas, mientras que el
número de trabajadores asalariados ocupados en ese mismo año fue de 7.997.900 personas; en
consecuencia, la tasa (neta) de salario de la economía española para 1986, medida por SN L, fue
de unas 1.151.579 pesetas por asalariado ocupado. La tasa neta de salario es un indicador del
"nivel de consumo habitual" que, en promedio, suministra directamente el mercado de trabajo
a los asalariados.
Por otra parte, el salario bruto por asalariado (en adelante, SBL), esto es, el coste laboral
por trabajador, se calcula dividiendo el salario bruto anual (SB = R10) entre el número de
asalariados ocupados en ese año (L). Es decir: SBL = (SB/L). Adviértase que SB L, o tasa (bruta)
de salario, no nos permite conocer los ingresos con que cuenta cada asalariado ocupado, en
promedio, para gastar en la adquisición de las mercancías que integran el nivel de vida habitual
de la clase trabajadora. En realidad, SBL mide lo que a cada empleador le cuesta, en promedio,
contratar a un trabajador asalariado durante un año (por eso se habla de "coste laboral por
trabajador"). Para el año 1986, la remuneración de asalariados ascendía en España, en total, a
unos 14.589.190 millones de pesetas (el valor de los costes laborales totales); considerando el
número de ocupados asalariados en ese año, la tasa bruta de salario de la economía española en
el año de referencia, medida por el salario bruto por asalariado, SBL, ascendía aproximadamente
a 1.824.128 pesetas por persona.

1.3. Remuneración de asalariados "interior" y remuneración de asalariados "nacional". La


remuneración de asalariados puede referirse a tres casos distintos: (a) la remuneración de
asalariados residentes por empleadores residentes; (b) la remuneración de asalariados residentes
por empleadores no residentes; (c) la remuneración de asalariados no residentes por empleadores
residentes. A partir de estos tres casos, la CNAE distingue dos conceptos distintos de
remuneración de asalariados (R10):

)) la remuneración de asalariados interior, RA(i), o remuneración de asalariados residentes


y no residentes por empleadores residentes, que comprende los pagos realizados por los
empleadores residentes a los asalariados, ya sean estos últimos residentes o no residentes.
Sería igual a la suma de (a) y (c).
)) la remuneración de asalariados nacional, RA(n), o remuneración de asalariados
residentes por empleadores residentes y no residentes, que comprende los pagos
realizados por los empleadores (residentes o no residentes) a los asalariados residentes.
Sería igual a la suma de (a) y (b).

Téngase en cuenta que, de acuerdo con lo que acabamos de ver, podemos establecer la
relación existente entre ambos conceptos de remuneración de asalariados ("interior" y
"nacional"). En efecto, como quiera que la remuneración de asalariados interior puede expresarse
como RA(i)= (a)+(c) y, por su parte, la remuneración de asalariados nacional puede expresarse
como RA(n)= (a)+(b), ambos conceptos pueden relacionarse directamente, de manera que RA(i)=
RA(n)-(b)+(c); alternativamente, podemos también establecer esta misma relación en la forma
RA(n)= RA(i)-(c)+(b). Estos dos conceptos de la operación R10 se deben utilizar en función del

41
Cuando en teoría económica se utiliza la categoría "tasa de salario" (a veces de dice simplemente "salario") se está haciendo referencia al precio de
mercado de la unidad de trabajo para un período de tiempo dado. Es evidente que dicha categoría teórica tiene una correspondencia con la "realidad"; es decir,
debe ser posible medir empíricamente ese precio si queremos, por ejemplo, estudiar un mercado de trabajo "real". Así pues, al estudiar un mercado de trabajo
concreto ) pongamos por caso, el mercado de trabajo de una región como Andalucía) necesitamos algún tipo de "indicador" para medir empíricamente la "tasa
de salario" que se forma en ese mercado. Por ejemplo, en el Epígrafe 5.3 del Programa de la Asignatura, en el que estudiaremos el mercado de trabajo español,
necesitaremos saber a cuánto asciende (en pesetas) la "tasa de salario" a lo largo de una serie de años. La pregunta que se plantea es, precisamente, ¿qué indicador
debemos utilizar para medir empíricamente dicha "tasa de salario"? Esto es lo que pretendemos resolver aquí, proponiendo dos formas distintas de hacerlo.

30
objetivo que se persiga.
Por ejemplo, en el apartado anterior hemos elaborado un indicador de la tasa de salario
(el salario bruto por asalariado, SBL) que es indicativo del coste anual que, en promedio, asumen
los empleadores residentes al contratar a un trabajador asalariado. Pues bien, dado que estos
empleadores contratan tanto a asalariados residentes como a asalariados no residentes en el país
(recuérdese que todos ellos están recogidos en la definición de "ocupados asalariados", que
hemos estudiado en el Epígrafe 1.2 del Programa de la Asignatura), el concepto de remuneración
de asalariados que debemos utilizar es claramente el "interior", porque éste mide el volumen de
los pagos realizados por los empleadores residentes al contratar trabajadores asalariados. En tanto
que no se especifique lo contrario, al referirnos en adelante a la remuneración de asalariados
(R10) deberá entenderse que se trata del concepto "interior".

2. La distribución primaria del producto. Recordemos que la CNE define el producto interior
bruto a precios de mercado (N1) como el resultado final de la producción de bienes y servicios
realizada en el año por la unidades de producción residentes en el territorio económico del país.
Pensemos ahora en lo siguiente: ¿cómo se utilizan los ingresos que resultan de la "venta"42 de los
bienes y servicios, producidos a lo largo del año, que integran el producto interior bruto a precios
de mercado? Está claro que una parte de dichos ingresos se utiliza para pagar a los trabajadores
asalariados que han sido contratados por las unidades productoras residentes que les dan
ocupación, es decir, por los "empleadores residentes"43. Esto quiere decir que la rúbrica de
remuneración de asalariados puede considerarse sencillamente un empleo (es decir, una forma
de utilización) del producto interior bruto a precios de mercado. Dicho con otras palabras: una
parte de producto interior bruto a precios de mercado (N1) se emplea para pagar la remuneración
de asalariados (R10), debido a la contratación de trabajadores asalariados.
Es evidente, sin embargo, que los ingresos que se obtienen de vender los bienes y
servicios que forman el producto interior bruto a precios de mercado no se emplean en su
totalidad para pagar la remuneración de asalariados. Por el contrario, una parte de esos ingresos
van a parar a las administraciones públicas, porque dichas administraciones recaudan una serie
de "impuestos indirectos" ) denominados por la CNAE, como sabemos, "impuestos ligados a la
producción y a la importación" (R20)) de las unidades de producción residentes. Sin embargo,
lo que las administraciones públicas recaudan en realidad de la unidades productoras residentes
no es igual a los "impuestos indirectos". La razón estriba en el hecho de que las administraciones
públicas también otorgan "subvenciones" a algunas de esas unidades productoras residentes ) que,
como ya sabemos, equivalen a "impuestos indirectos negativos") .
Es decir, lo que en realidad recaudan las administraciones públicas (y, en menor medida,
también las instituciones comunitarias europeas) es igual a la diferencia entre los "impuestos
indirectos" y las "subvenciones", o "impuestos indirectos netos de subvenciones", que la CNAE
denomina impuestos netos ligados a la producción y a la importación (R20-R30). En suma, los
"impuestos indirectos netos de subvenciones" constituyen la parte del producto interior bruto a
precios de mercado recaudada por las administraciones públicas (e instituciones comunitarias
europeas) a las unidades de producción residentes, normalmente cuando estas venden sus
mercancías.
Finalmente, hay que considerar que los ingresos en que se materializa el producto interior
bruto a precios de mercado no se agotan una vez pagadas la remuneración de asalariados y los
impuestos netos ligados a la producción y a la importación. Todavía queda otra parte, que la
CNAE denomina excedente bruto de explotación (N2). Como consecuencia, estamos en

42
Siendo rigurosos, como ya sabemos, no todos los ingresos considerados resultan de vender los bienes y servicios producidos (piénsese en el autoconsumo
de bienes y servicios o en los servicios no destinados a la venta). No obstante, para mayor comodidad, emplearemos la palabra "vender" (pues la venta es el
destino de la mayor parte de los bienes y servicios que forman N1) aunque en realidad algunos bienes y servicios no se vendan efectivamente en el mercado,
es decir, aunque no sean mercancías.

43
Téngase en cuenta que no todas las unidades de producción residentes emplean trabajadores asalariados. En realidad, hay un importante número de
unidades de producción residentes que no emplean trabajadores asalariados: se trata de los trabajadores independientes (a los que también se llama "auto-
patronos" y "auto-empleados"), que en muchos casos emplean de forma permanente a miembros de su familia (que se suelen denominar "ayudas familiares").
Naturalmente, estas unidades de producción residentes no pagan remuneración de asalariados, porque no contratan a asalariados para producir, sino que producen
con su propio trabajo (y a menudo con el de algunos miembros de la familia), de manera que los ingresos que obtienen normalmente al vender sus mercancías
no forman parte de la remuneración de asalariados (R10).

31
disposición de afirmar que el producto interior bruto a precios de mercado (N1) se distribuye en
tres partes:

)) la remuneración de asalariados (R10) pagada por los empleadores residentes,

)) los impuestos netos ligados a la producción y a la importación (R20-R30) pagados a las


administraciones públicas y al resto del mundo (instituciones comunitarias europeas),

)) el excedente bruto de explotación (N2), formado por las rentas de la propiedad y de la


empresa recibidas por los propietarios de las unidades de productoras residentes.

A esta distribución del producto, que está ligada directamente al proceso de producción,
es a lo que el sistema de CNAE denomina distribución primaria del producto. Debe insistirse en
que la palabra "primaria" indica que se trata de una distribución que se deriva directamente de
la producción de las mercancías. Es decir, para producir en un sistema económico capitalista,
normalmente se emplea trabajo asalariado, que evidentemente tiene que ser remunerado, de
manera que una vez deducido del producto las remuneraciones correspondientes, y también la
parte que detraen las administraciones públicas (impuestos indirectos netos de subvenciones), lo
que queda es el excedente. Estas tres operaciones (pagar a los asalariados, pagar los impuestos
indirectos netos y obtener beneficios y otras rentas de la propiedad) son consustanciales al
proceso de producción capitalista, de ahí que este "reparto" del producto se denomine
"distribución primaria del producto". Más adelante analizaremos ésto con mayor detenimiento.

3. El excedente bruto de explotación (N2). Esta rúbrica también es un agregado económico, que
se define en el SEC de la manera siguiente: el excedente bruto de explotación de la economía
corresponde al producto interior bruto a precios de mercado, una vez deducidos los impuestos
netos ligados a la producción y a la importación percibidos por las administraciones públicas y
por el resto del mundo (impuestos ligados a la producción y a la importación, menos subvencio-
nes de explotación y a la importación) y la remuneración de asalariados pagada por los
empleadores residentes. Comprende todas las demás rentas generadas por el proceso de
producción, así como el consumo de capital fijo. Es decir:

N2 = N1-(R20-R30)-R10 [6]

Como se ha indicado, en el excedente bruto de explotación de la economía se incluye el


consumo de capital fijo (A1). Así pues, deduciendo del excedente bruto de explotación de la
economía el consumo de capital fijo se obtiene el excedente neto de explotación (N12). Éste
corresponde al conjunto de las rentas de la propiedad y de la empresa derivadas de la actividad
productiva. En términos algebraicos:

N12 = N2 - A1 [7]
Por otra parte, el excedente bruto de explotación puede calcularse también para las
distintas ramas de actividad en que se desagrega la economía nacional. En este sentido, el
excedente bruto de explotación de la economía es igual a la suma de los excedentes brutos de
explotación de las diferentes ramas (que notaremos por EBE).

4. La Cuenta de Explotación de la Economía Española. Una forma útil y sencilla de presentar


las magnitudes contables representadas en las expresiones [6] y [7], que hemos definido en los
apartados anteriores, consiste en elaborar la Cuenta de Explotación de la Economía Nacional.
Esta cuenta registra las operaciones de distribución que están directamente ligadas al proceso de
producción, y puede elaborarse tanto para la economía nacional como para las diferentes ramas
de actividad. Para ilustrar estos registros, en el Cuadro 9 se ofrece a continuación la Cuenta de
Explotación de la Economía Española (C2) para el año 1986:

32
Cuadro 9 (Economía Nacional)
Cuenta de Explotación (C2). Año 1986
44444444 =444444444444444444444444444444444444444444444444444 ========444444444444444444444444444444444444444444444444444 =44444444
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44444444444444444444444444444444444444444 ==444 =4444444444444 ===44 =444 ===444444444444444444444444444444 ==44444444444444 ==44444444
N1 * Producto interior bruto a * 5 Remuneración de asalariados * 14.589.190 * R10
* precios de mercado * 32.323.992 5 * *
* * 5 Impuestos ligados a la * *
R30 * Subvenciones de explotación * 5 producción y a la importación * 3.490.420 * R20
* y a la importación * 672.716 5 * *
* * 5 * *
* * 5 Excedente bruto de explotación * 14.917.098 * N2
* * 5 * *
* * 5 Consumo de capital fijo * 3.857.866 * A1
* * 5 Excedente neto de explotación * 11.059.232 * N12
4444444444444444444444 ==4444444444444444444444444444444444 =4 =44 ==4444444444444444444444444444444444 =======444444444444444444444
* Total * 32.996.708 5 Total * 32.996.708 *
4444444444444444444444 ==4444444444444444444444444444444444 =4 =44 ==4444444444444444444444444444444444 =======444444444444444444444
Cuadro 10 (Ramas de Actividad)
4444 =444444 =44444444444444444444444444 ==44444444 =4444444444444 =44444 ===4444444444444444444444444444 =44 =44444444444 =4444444 =444
Rama* Código* RECURSOS 5 EMPLEOS * Código * (R)
4444 =444444 =44444444444444444444444444 ==44444444 =4444444444444 =44444 ===4444444444444444444444444444 =44 =44444444444 =4444444 =444
(1) * N1 * Valor añadido bruto a * 5 Remuneración de asalariados * 487.406 * R10 * (1)
* * precios de mercado * 1.815.051 5 Impuestos netos * -70.259 * R22-R31*
* * * 5 Excedente bruto de explotación * 1.397.904 * N2 *
4444 =444444 =44444444444444444444444444 ==44444444 =4444444444444 =44444 ===4444444444444444444444444444 =44 =44444444444 =4444444 =444
(2) * N1 * Valor añadido bruto a * 5 Remuneración de asalariados * 463.719 * R10 * (2)
* * precios de mercado * 1.924.203 5 Impuestos netos * 340.069 * R22-R31*
* * * 5 Excedente bruto de explotación * 1.120.415 * N2 *
4444 =444444 =44444444444444444444444444 ==44444444 =4444444444444 =44444 ===4444444444444444444444444444 =44 =44444444444 =4444444 =444
(3) * N1 * Valor añadido bruto a * 5 Remuneración de asalariados * 3.900.324 * R10 * (3)
* * precios de mercado * 7.502.845 5 Impuestos netos * 296.462 * R22-R31*
* * * 5 Excedente bruto de explotación * 3.060.059 * N2 *
4444 =444444 =44444444444444444444444444 ==44444444 =4444444444444 =44444 ===4444444444444444444444444444 =44 =44444444444 =4444444 =444
(4) * N1 * Valor añadido bruto a * 5 Remuneración de asalariados * 1.142.455 * R10 * (4)
* * precios de mercado * 2.102.642 5 Impuestos netos * 52.385 * R22-R31*
* * * 5 Excedente bruto de explotación * 907.802 * N2 *
4444 =444444 =44444444444444444444444444 ==44444444 =4444444444444 =44444 ===4444444444444444444444444444 =44 =44444444444 =4444444 =444
(5) * N1 * Valor añadido bruto a * 13.241.087 5 Remuneración de asalariados * 4.979.487 * R10 * (5)
* * precios de mercado * 5 Impuestos netos * 402.098 * R22-R31*
* * * 5 Excedente bruto de explotación * 7.859.502 * N2 *
4444 =444444 =44444444444444444444444444 ==44444444 =4444444444444 =44444 ===4444444444444444444444444444 =44 =44444444444 =4444444 =444
(6) * N1 * Valor añadido bruto a * 3.941.215 5 Remuneración de asalariados * 3.615.799 * R10 * (6)
* * precios de mercado * 5 Impuestos netos * )) R22-R31*
* * * 5 Excedente bruto de explotación * 205.692 * N2 *
4444 =444444 =44444444444444444444444444 ==44444444 =4444444444444 =44444 ===4444444444444444444444444444 =44 =44444444444 =4444444 =444
Fuente: Contabilidad Nacional de España. INE (1991). Unidad: Millones de pesetas .

33
Figuran como recursos de esta cuenta el producto interior bruto a precios de mercado (el
saldo de la cuenta de producción), y el conjunto de las subvenciones, y se registran como empleos
la remuneración de los asalariados y el conjunto de los impuestos ligados a la producción y la
importación; finalmente, la cuenta tiene como saldo el excedente bruto de explotación.
Naturalmente, restando de este último el consumo de capital fijo se obtiene el excedente neto de
explotación.
Por ramas de actividad, la cuenta de explotación registra en recursos el valor añadido
bruto a precios de mercado (VABpm, el saldo de la cuenta de producción de la rama de actividad)
y las subvenciones de explotación (R31); sus empleos son los impuestos ligados a la producción
excluido el IVA (R22) y la remuneración de asalariados (RA); su saldo es el excedente bruto de
explotación de la rama (EBE). Suponiendo que la economía nacional se desagrega en "n" ramas
de actividad, el excedente neto de explotación de la economía nacional (N2) puede obtenerse de
la forma siguiente:

[8]

En el Cuadro 10 se presentan las cuentas de explotación de seis grandes ramas de


actividad ) cada una de estas ramas puede dividirse a su vez en distintas (sub)ramas, de manera
que el proceso de distribución del producto también es susceptible de presentarse mediante
cuentas de explotación propias) en que se ha desagregado la economía nacional desde el punto
de vista de la distribución primaria del valor añadido. Las ramas son las siguientes: (1) productos
de la agricultura, silvicultura y pesca; (2) productos energéticos; (3) productos industriales; (4)
construcción e ingeniería civil; (5) servicios destinados a la venta, y finalmente (6) servicios no
destinados a la venta.
Ahora podemos comprobar el cálculo del excedente bruto de explotación de la nación
(N2) que se deriva de la agregación de los correspondientes a las ramas de actividad, tal y como
se recoge en la expresión [8]. En efecto:

Algunos comentarios son necesarios en relación al Cuadro 10. En primer lugar, debe
observarse que las subvenciones de explotación (R31) no se han registrado para cada rama como
un recurso de la cuenta de explotación, sino como un empleo con signo negativo; la razón estriba
sencillamente en que la CNAE no ofrece directamente la desagregación de la rúbrica "impuestos
netos" (R22-R31) ) esta forma de registro no afecta, sin embargo, al saldo de cada cuenta, sino
únicamente a la magnitud del total de recursos y empleos) . En segundo lugar, debe destacarse
que la rama de actividad (6), que corresponde a la producción de servicios no destinados a la
venta, tiene un excedente bruto de explotación (205.692 millones de pesetas) que es igual al
consumo de capital fijo de esa rama, de manera que el excedente neto de explotación44 de dicha
rama de actividad es igual a cero; la razón estriba en que, por definición, la producción de
servicios no destinados a la venta se valora, como sabemos, a precios de coste sin incluir
excedente neto alguno45. En tercer lugar, es instructivo darse cuenta de que la rúbrica de
"impuestos netos" de la rama de actividad (1) ) productos de la agricultura, silvicultura y pesca)

44
Tampoco se registra en la cuenta de explotación de las ramas de actividad presentada en el cuadro adjunto el excedente neto de explotación. Esto se
debe sencillamente a que la CNAE no suministra el consumo de capital fijo por ramas de actividad, lo que impide calcular el excedente neto de explotación
de las ramas ) y también el valor añadido neto, que tampoco aparece en la cuenta de producción de las ramas de actividad del Epígrafe 1.2) . No obstante, como
ya se ha dicho en más de una ocasión, aunque sería mejor contar con esta información, la mayor parte de las conclusiones sobre la economía española que pueden
extraerse utilizando las categorías de excedente bruto de explotación y valor añadido bruto son la mismas que las que se derivarían de utilizar estas mismas
categorías en términos "netos".

45
Esto es lógico porque estos servicios son prestados por unidades de producción (fundamentalmente, administraciones públicas e instituciones privadas
no lucrativas) que no se rigen por el criterio capitalista típico del "ánimo de lucro". Por esta razón, y como de hecho no venden los servicios (sino que los prestan
a título gratuito o semi-gratuito), el excedente neto de explotación de dichas unidades productoras se considera igual a cero.

34
tiene signo negativo, lo cual se debe sencillamente al hecho de que las subvenciones de
explotación que reciben las unidades productoras que integran esta rama son mayores en su
conjunto que los impuestos ligados a la producción (distintos del IVA) que deben pagar46.

5. Correspondencia entre las categorías teóricas y las magnitudes contables: como ya se hizo
en el Epígrafe 1.2 del Programa de la Asignatura, es posible también en este caso establecer un
equivalencia directa entre las magnitudes contables definidas anteriormente y las categorías
teóricas estudiadas en el Epígrafe 1.1 del Programa de la Asignatura.
Como se recordará, en el Epígrafe 1.1 se definió teóricamente el excedente (EQ ) como
la parte que queda del producto total (QT ) una vez deducido el producto necesario (NQ ). A su
vez, el producto necesario se compone de dos partes: (i) la cantidad dedicada al consumo por
parte de los productores directos (trabajadores asalariados), que forma el nivel de consumo
habitual de los trabajadores, VQ ; (ii) los bienes de capital fijo (máquinas) y circulante (materias
primas) utilizados para obtener el producto total, que deben reponerse, que llamábamos producto
de reposición, QR.
Ya vimos en el Epígrafe 1.2 del Programa de la Asignatura que el producto total (QT ) era
equivalente, en términos contables, a la suma [P10+(R29-R39)+R21], y que el producto de
reposición (QR) era equivalente a la suma [P20+A1]. Pues bien, podemos ahora aproximarnos
al "nivel de vida (consumo) habitual de los trabajadores" (VQ ) mediante la rúbrica contable de
remuneración de asalariados (R10). De acuerdo con esta correspondencia entre categorías teóricas
y magnitudes contables podemos expresar el producto necesario (NQ ) de la manera siguiente:

NQ = QR + VQ = [P20+A1] + R10 [9]

De la misma forma, podemos ahora establecer la equivalencia entre la categoría teórica


de excedente (EQ ) y las magnitudes contables que hemos estudiado. En principio, parece que
dicha equivalencia debe surgir de considerar la magnitud contable que hemos definido como
excedente bruto de explotación (N2). Sin embargo, es preciso hacer tres precisiones:

(i) en primer lugar, la rúbrica N2 incluye el consumo de capital fijo (A1), que teóricamente
forma parte del producto de reposición (QR), no del producto excedente (EQ ), de manera
que lo más correcto es partir del excedente neto de explotación (N12), que viene dado por
la expresión [7] del apartado anterior;

(ii) en segundo lugar, debe tenerse en cuenta que el excedente definido en términos teóricos
equivale a la cantidad de producto que los trabajadores asalariados procesan durante el
tiempo de trabajo excedente, mientras que la categoría contable de excedente neto de
explotación (N12) incluye además la producción realizada por los "trabajadores
independientes" y sus posibles "ayudas familiares"47, y, finalmente,

(iii) debemos considerar el problema planteado por los "impuestos indirectos netos de
subvenciones" (R20-R30); en este sentido, dado que los propietarios de las unidades
productoras son los que pagan a las administraciones públicas estos impuestos, hay que
considerarlos también como parte del excedente. Es decir, la categoría teórica de
excedente (EQ ) equivale empíricamente a la suma [N12+(R20-R30)]. Por tanto:

46
Las unidades productoras que forman esta rama de actividad han sido tradicionalmente protegidas por las administraciones públicas españolas ) desde
la integración del país en la Unión Europea esta intervención pública ha ido pasado, en parte, a manos de las instituciones comunitarias europeas en el marco
de la Política Agrícola Común (PAC)) . Estas unidades productoras se han visto así favorecidas por la política económica, ya que (como los "impuestos netos"
que pagan son negativos) obtienen un excedente bruto de explotación superior al que realmente resulta de venta de sus productos a los precios de mercado. De
la definición dada de subvenciones se desprende que éste es precisamente el objetivo que persigue la política económica: influir en los precios a favor de ciertas
unidades productoras. De hecho, muchas de estos productores no podrían sobrevivir con la venta de sus productos en el mercado si las administraciones públicas
no los protegieran, y no solo por este procedimiento, sino también por procedimientos distintos (como establecer elevados aranceles).

47
En rigor, esta última parte debería deducirse del excedente neto de explotación (N12) para obtener un cálculo exacto de la categoría teórica de
excedente. No obstante, dada la dificultad de estimar qué parte de N12 ha sido producida por los trabajadores asalariados durante el tiempo de trabajo excedente
y qué parte ha sido producida por los trabajadores independientes, no se deducirá de N12 la producción realizada por estos últimos.

35
QT = QR + QN [5]
+))))))))2)))))))), +))2))), +))))))))2)))))))),

[P10+R21+(R29-R39] = (P20+A1) + R10 + N12+(R20-R30) [10]

.))))))))0))))))))- .))0)))- .0- .)))))0)))))-

QT = QR + VQ + EQ [11]

.))))))))0))))))))- .)))))0))))))- .)))))0)))))-

QT = NQ + EQ [12]

La expresión [5], que representa el proceso de generación de valor añadido desde un


punto de vista teórico, como ya vimos en el Epígrafe 1.2, puede ahora aproximarse empíricamen-
te por la expresión [10]. Adviértase que la diferencia entre la expresión [4] del Epígrafe 1.2 y la
expresión [10] anterior radica en que en esta última expresión se representa la distribución
primaria del producto interior neto a precios de mercado (N11), ya que, como puede deducirse
fácilmente del apartado anterior, N11= R10+N12+(R20-30)48, y dada la correspondencia teórico-
empírica en virtud de la cual QN = N11, tenemos sencillamente que QN = R10+N12+(R20-30),
como refleja la equivalencia entre las ecuaciones [5] y [10]. La distribución del producto neto
(QN ) entre la clase trabajadora, a la que corresponde la parte del producto que integra su nivel
de vida habitual (VQ ), y las clases propietarias, a las que corresponde el producto excedente
(EQ ), tal y como refleja la expresión [11], también puede aproximarse por la expresión [10], ya
que, como hemos visto, VQ = R10, y por su parte EQ = N12+(R20-R30), pues la distribución
primaria del producto neto implica sencillamente que QN = VQ +EQ . Por último tenemos la
expresión [12], que representa la descomposición del producto total (QT ) en el producto necesario
(NQ ) y el excedente (EQ ), lo cual se traduce en que, como se representa en la expresión [9], NQ =
(P20+A1)+R10, lo que completa el cuadro de conexiones teórico-empíricas.

6. La distribución funcional de la renta interior. Uno de los aspectos más relevantes en el


estudio de la economía es el de la distribución de la renta entre las clases sociales. Para David
Ricardo, el más brillante de los economistas clásicos, éste era el problema fundamental de la
ciencia económica. En los apartados anteriores hemos visto cómo se distribuye entre las clases
sociales el producto, y cómo podemos medir dicha distribución. En este apartado se utilizan dos
nuevas nociones: "funcional" y "renta". El hecho de que se hable de distribución "funcional" es
para distinguirla de otros tipos de distribución (como la distribución "territorial" o la distribución
"personal"), y equivale a la distribución "inter-clasista" o entre clases sociales. La palabra "renta"
se emplea aquí en un sentido agregado; en términos teóricos, la "renta" es simplemente el
equivalente en dinero del producto neto. Por esta razón, es usual referirse a la distribución de la
"renta", y no solo a la distribución del "producto". Como la correspondencia empírica del
producto neto es el agregado contable N11, podemos decir en este caso el producto interior neto
a precios de mercado es lo mismo que la renta interior. En adelante, al hablar de distribución
funcional de la "renta", deberá entenderse que nos referimos a la renta interior, medida por N11.

6.1. El salario relativo. La cuenta de explotación nos suministra, por tanto, información sobre
la "distribución funcional de la renta". Sin embargo, es necesario elaborar indicadores para poder
extraer conclusiones significativas sobre la distribución funcional de la renta en un país, región,
o rama de actividad concretos. El indicador más sencillo que puede construirse, al que se suele
dar el nombre de "participación de los ingresos del trabajo en la renta", que denominaremos en

48
Las operaciones que hay que realizar para llegar a esta expresión pueden sintetizarse de la manera que se indica a continuación. En primer lugar,
sabemos que N1 = N11+A1 y, por tanto, N11 = N1-A1. Sabemos también, por la expresión [7], que N2 = N12+A1; así, partiendo de la expresión [6], podemos
escribir: N2= N1-R10-(R20-R30) 6 N12= (N1-A1)-R10-(R20-R30) 6 N12= N11-R10-(R20-R30) 6 N11= N12+R10+(R20-R30).

36
adelante salario relativo ) abreviadamente SR) , se calcula dividiendo la remuneración de
asalariados (R10) entre el valor añadido neto a precios de mercado (N11)49, y multiplicando el
resultado por 100 (esta última operación, si el indicador quiere expresarse en tantos por ciento):
SR= (R10/N11)x100. A partir de los datos de la Cuenta de Explotación de la Economía Española
del año 1986, podemos afirmar que la participación de los ingresos del trabajo en la renta interior
de España, en términos de SR, fue aproximadamente de 51,3%; esto quiere decir que de cada 100
pesetas obtenidas por la venta del producto interior neto a precios de mercado, algo más de 51
pesetas fueron dedicadas a remunerar a los trabajadores asalariados. Por otra parte, si este
indicador se calcula para varios años, podemos hacer comparaciones en el tiempo. Así, el salario
relativo fue en España de aproximadamente 57,9% en el año 1980, y de 50,7% en el año 1994,
de lo que se deduce que durante el período 1980-1994 la participación de los ingresos del
trabajo en la renta interior española descendió claramente50.

6.2. Los agregados económicos «al coste de los factores». Hemos estudiado en el apartado
anterior que la distribución primaria del producto neto equivale empíricamente al "reparto",
directamente ligado al proceso de producción, del producto interior neto a precios de mercado
(N11, que hemos llamado también "renta interior") en tres partes distintas: (i) una, que
corresponde a los asalariados (R10); (ii) otra, que corresponde a los propietarios y empresarios
(N12); y finalmente (iii) la tercera y última parte, que corresponde a las administraciones públicas
(R20-R30). Asimismo, hemos establecido una correspondencia entre la categoría teórica de
excedente (EQ ) y la suma de estas dos últimas partes, como expresan las ecuaciones [10] y [11]51.
Sin embargo, es habitual hablar de la distribución funcional de la renta excluyendo la parte
substraída por las administraciones públicas; es decir, para el caso de la economía nacional,
excluyendo (R20-R30). En general, podemos hablar de distintos agregados contables calculados
"al coste de los factores" (cf), en lugar de "a precios de mercado": (i) el "producto interior bruto
al coste de los factores" ) abreviadamente, N1(cf)) ; el "producto interior neto al coste de los
factores" ) abreviadamente, N11(cf)) ; y, con referencia a las ramas de actividad, el "valor añadido
(bruto y neto) al coste de los factores" ) es decir, VABcf y VANcf respectivamente) . Esto
significa, para los agregados nacionales, que N1(cf)= N1-(R20-R30), y que N11(cf)= N11-(R20-
R30). Igualmente, para las distintas ramas de actividad, tenemos que VABcf= VABpm-(R22-
R31), y VANcf= VANpm-(R22-R31)52. Naturalmente, es posible calcular la participación de los
ingresos del trabajo en la renta interior "al coste de los factores" mediante un indicador parecido
al que elaboramos en el apartado interior (para la economía nacional, bastaría substituir N11, que
está dado "a precios de mercado", por N11(cf), que está dado "al coste de los factores", en la
fórmula con que se calculó el salario relativo, SR). Sin embargo, tal indicador es menos
significativo ) esto es, resulta menos adecuado para estudiar la distribución funcional de la renta)
porque excluye una parte importante de la renta interior que, en principio, corresponde a las

49
Recuérdese que, cuando se trata de la economía nacional, la categoría que debe utilizarse es el producto interior neto a precios de mercado, que igual
a la suma de los valores añadidos netos a precios de mercado de las ramas de actividad, más el IVA que grava los productos, y más los impuestos indirectos
netos sobre la importación. En algunos casos, debido a la ausencia de información en las fuentes oficiales ) por ejemplo, para las ramas de actividad, pues la
CNAE no estima sus consumos de capital fijo) , las magnitudes contables no se pueden calcular en términos "netos", y por tanto únicamente podemos utilizar
(como aproximación) las magnitudes en términos "brutos".

50
Esto no quiere decir que la participación de los ingresos de trabajo en la renta interior haya descendido en todos los años dentro de ese período. Para
saber si esto último es cierto o no es necesario calcular el indicador para todos los años del período 1980-1994. Estos cálculos matizan la conclusión que
acabamos de exponer en el siguiente sentido: el salario relativo desciende rápidamente desde 1980 hasta 1986 (aunque en el año 1981 se alcanza el nivel más
alto, un 58,2%); desde 1986 hasta 1989 el salario relativo se estanca en torno al 51%; desde 1990 hasta 1993 sube ligeramente, situándose los porcentaje en
algo más del 52%; no obstante, en el año 1994 el salario relativo vuelve a descender hasta 50,7%, el porcentaje más bajo de todo el período. Estas cifras permiten
concluir, pues, que durante el período 1980-1994 la distribución funcional de la renta interior en España ha evolucionado de forma regresiva; es decir, que, en
todo caso, las rentas de los propietarios y empresarios han crecido mucho más que los ingresos de los trabajadores asalariados.

51
Lo cual es lógico, porque si decimos que la parte que corresponde en ese "reparto" a los asalariados (R10) está calculada antes de pagar impuestos y
cotizaciones, también debemos decir que el excedente hay que calcularlo antes de pagar todos los impuestos [N12+(R20-R30)].

52
Obsérvese que, por definición, los agregados y magnitudes contables dados "al coste de los factores", al contrario que los agregados y magnitudes
contables dados "a precios de mercado", no incluyen los impuestos indirectos netos correspondientes en cada caso. Es decir: N1(cf)= R10+N2, y N11(cf)=
R10+N12, para la economía nacional; VABcf= RA+EBE, y VANcf= RA+ENE, para las ramas de actividad.

37
clases propietarias53.

7. Los costes laborales: comparaciones internacionales. En este apartado vamos a realizar


algunas comparaciones internacionales, ya que este ejercicio nos permite estudiar aspectos
importantes de la economía nacional. Ante todo, es necesario tener en cuenta que las distintas
economías capitalistas, aunque su funcionamiento responde a la lógica del mismo sistema
económico, presentan grados de desarrollo diferentes, como puede deducirse de la comparación
del "nivel de vida medio" de los países, medido por el producto per cápita (QH), que estudiamos
en el Epígrafe 1.2. En este caso, vamos a comparar los costes laborales por trabajador, o salario
bruto por asalariado (SBL), considerando los países que actualmente integran la Unión Europea,
para 1986. Los resultados estimados se muestran en el Cuadro 11.
Como ya vimos, cuando se realizan comparaciones internacionales es preciso expresar
las variables (en este caso, los costes laborales) en moneda común. Aunque existen diversos
procedimientos para hacerlo, utilizaremos el método más simple ) magnitudes contables dadas
a precios corrientes y tipos de cambio corrientes), y como moneda común, el dólar. En la primera
columna de datos del Cuadro 11 se considera la remuneración de asalariados (R10), en millones
de dólares54; en la segunda, el número de trabajadores asalariados ocupados (L), en miles de
personas, y en la tercera columna el salario bruto por asalariado (SBL), en miles de dólares por
persona.

Cuadro 11
Costes laborales en la Unión Europea. Año 1986
Costes Ocupados Costes por
PAÍSES Laborales (1) Asalariados (2) Asalariado (3)
Alemania 494.799 23.806,0 20,78
Austria 49.861 2.773,0 17,98
Bélgica 62.735 2.944,0 21,31
Dinamarca 44.058 2.277,0 19,35
España 104.174 7.998,0 13,03
Finlandia 38.771 1.995,0 19,43
Francia 391.000 18.125,7 21,57
Grecia 15.469 1.949,0 7,94
Holanda 94.517 4.080,0 23,17
Irlanda 13.801 831,0 16,61
Italia 271.036 15.473,0 17,52
Luxemburgo 2.930 146,1 20,05
Portugal 13.432 2.631,0 5,11
Reino Unido 311.893 21.709,0 14,37
Suecia 79.797 4.021,0 19,85
Unión Europea - 12 1.819.790 101.969,8 17,85
Unión Europea - 15 1.988.219 110.758,8 17,95
FUENTE: OCDE (1994) y Ricardo (1991). Elaboración propia.
(1) Millones de dólares USA.
(2) Miles de personas.
(3) Miles de dólares por persona.

53
En rigor, si quisiéramos estudiar la manera en que la intervención del Estado incide sobre la distribución funcional de la renta interior sería necesario,
en primer lugar, considerar todos los impuestos (directos, indirectos), cotizaciones sociales y otras detracciones monetarias que las administraciones públicas
hacen pagar tanto a los asalariados como a las clases propietarias, para restarlos de sus respectivos ingresos; y, en segundo lugar, habríamos de considerar
también todos los gastos de que son beneficiarios la clase trabajadora y los propietarios y empresarios, para sumárselos a sus ingresos.

4
5 El tipo de cambio de la peseta con respecto al dólar estadounidense, en el año 1986, fue aproximadamente de 140 pesetas por dolar.

38
Una de las circunstancias más llamativas, que se refleja en los datos ofrecidos en el
Cuadro 11, es la relación que se infiere entre el nivel de desarrollo económico de los distintos
países y el nivel de la tasa de salario correspondiente. En efecto, los países más desarrollados de
la Europa comunitaria (el "núcleo duro" de la Unión Europea, formado por Alemania, Francia,
Holanda y Bélgica), son los que presentan las tasas de salario más altas ) en promedio, para
estos cuatro países considerados conjuntamente, el salario bruto por asalariado fue, en el año
1986, de aproximadamente 21.300 dólares) , mientras que los países menos desarrollados
(particularmente, Portugal, Grecia y España) son los que presentan las tasas de salario más bajas
) para estos tres países, considerados en su conjunto, la tasa de salario fue, en el año de referencia,
de unos 10.580 dólares, menos de la mitad de la correspondiente a los países del "núcleo duro"
de la Unión Europea) .
Es destacable también que un país como el Reino Unido, la potencia capitalista más
importante del mundo en el siglo XIX, que ha sufrido en las últimas décadas un claro retroceso
económico, presenta una tasa de salario de las más bajas de la Unión Europea en 1986 (en
concreto, 14.360 dólares), considerablemente por debajo de la media correspondiente al bloque
de países hegemónico. Finalmente, debe señalarse también que España presenta una tasa de
salario (13.030 dólares) substancialmente inferior a la media de la Unión Europea, si bien tanto
Grecia como Portugal (países con los que España comparte una posición subordinada, en
términos económicos, dentro de la Unión Europea) presentan unos niveles de coste laboral por
trabajador asalariado ocupado muy inferiores, a su vez, a los españoles.
La relación empírica comentada entre tasa de salario y nivel de desarrollo económico (que
puede hacerse extensiva al capitalismo a escala mundial) fue establecida, en términos teóricos,
por la escuela clásica de economía. Por esta razón, el propio Adam Smith (que no tenía a su
disposición nada parecido al actual Sistema de Contabilidad Nacional), en su obra más famosa,
La Riqueza de las Naciones, publicada por primera vez en el año 1776, podía afirmar que la
prosperidad de las naciones estaba directamente relacionada con el nivel de los salarios, y que
en los países donde la riqueza acumulada era mayor, también los salarios eran más elevados. Pese
a que esta doctrina ha sido relegada a un segundo plano en la actualidad, pues se suele argumentar
que la reducción de la tasa de salario nacional es necesaria para alcanzar mayores cotas de
desarrollo económico, caben pocas dudas de que el criterio de los economistas clásicos tiene un
respaldo empírico que no posee, desde luego, el de los economistas modernos.

8. La renta nacional. Hasta ahora hemos venido utilizando como agregado contable en el estudio
de la distribución de la renta en España la denominada renta interior, que viene dada por el
producto interior neto a precios de mercado (N11). Es sin embargo habitual referirse, además de
la renta interior, a la renta nacional (que abreviaremos por RN). La diferencia entre ambas puede
establecerse como sigue.
Por una parte, como sabemos, la renta interior es igual al ingreso monetario que se deriva
de la realización del producto interior neto a precios de mercado, y por tanto puede considerarse
como la renta generada por las unidades de producción residentes. La pregunta que nos hacemos
entonces es la siguiente: ¿la renta interior es percibida sólo por la población residente en la
nación (es decir, por los "nacionales")? La respuesta es negativa por dos razones: (i) porque las
unidades de producción residentes pueden contratar a asalariados no residentes en el país, de
manera que la remuneración de asalariados correspondiente irá a parar hacia el resto del mundo,
abreviadamente RTHRM55; (ii) porque una parte de las "rentas de la propiedad y de la empresa"
que forman el excedente de explotación pueden ir a parar también hacia el resto del mundo,
abreviadamente RCHRM ("rentas del capital hacia el resto del mundo"), ya que puede haber no
residentes que sean propietarios de capital utilizado por unidades productoras residentes.
Por tanto, para calcular la renta percibida por los "nacionales" será necesario restar de la
renta interior estos dos flujos monetarios hacia el resto del mundo (es decir, RTHRM y
RCHRM). Sin embargo, una vez deducidos estos flujos monetarios, la renta resultante ¿es
verdaderamente la renta obtenida por los "nacionales" como consecuencia de la realización de

55
Es decir "rentas del trabajo hacia el resto del mundo" (RTHRM). En concreto, se trata de la remuneración de asalariados no residentes por empleadores
residentes, que es el tercero de los casos (c) a que puede referirse la remuneración de asalariados (R10), como hemos visto.

39
actividades productivas? La respuesta sigue siendo negativa, también por dos razones: (i) porque
una parte de los asalariados residentes en el país trabajan para unidades productivas no residentes,
recibiendo por ello remuneraciones salariales procedentes del resto del mundo, abreviadamente
RTPRM56; (ii) y también porque hay residentes que obtienen "rentas de la propiedad y de la
empresa" procedentes del resto del mundo, abreviadamente RCPRM ("rentas del capital
procedentes del resto del mundo") debido a que son propietarios de capital utilizado por unidades
de producción no residentes. Por tanto, para calcular la renta de los "nacionales", habrá además
que sumar a la renta interior estos dos últimos flujos monetarios procedentes del resto del mundo
(es decir, RTPRM y RCPRM). En consecuencia, podemos expresar la renta nacional (RN)57 en
los siguientes términos:

RN= N11+(RTPRM -RTHRM)+(RCPRM-RCHRM) = N11+RNTPRM +RNCPRM [13]


Donde RNTPRM significa las rentas netas del trabajo procedentes del resto del mundo,
el resultado de restar a las rentas del trabajo que proceden del resto del mundo las rentas del
trabajo que van hacia el resto del mundo (esto es, RNTPRM= RTPRM-RTHRM), y, por su parte,
RNCPRM significa las rentas netas del capital procedentes del resto del mundo, el resultado de
restar a las rentas del capital que proceden del resto del mundo las rentas del capital que van hacia
el resto del mundo (es decir, RNCPRM= RCPRM-RCHRM). Obsérvese que también es posible
estudiar la distribución funcional de la renta nacional, sólo que ahora hay que tener en cuenta
que sus componentes serán la remuneración de asalariados "nacional", en lugar de la
remuneración de asalariados "interior", y el excedente de explotación "nacional", en lugar del
excedente de explotación "interior"58. Así, podríamos utilizar los indicadores que hemos
elaborado para estudiar la distribución funcional de la renta (como el salario relativo), sólo que
considerando las magnitudes contables en términos "nacionales", no en términos "interiores". En
realidad, la única novedad de este tratamiento se refiere a lo siguiente: mientras en términos
"interiores" estudiamos la distribución de la renta generada por las unidades de producción
residentes ) aunque algunos perceptores de esta renta no sean "nacionales") , en términos
"nacionales" estudiamos la distribución de la renta percibida por los "nacionales" ) aunque una
parte de esta renta no haya sido generada por unidades productoras residentes) .
8.1. La renta nacional disponible. Podríamos preguntarnos, pese a todo, si la renta nacional,
formada por el conjunto de los ingresos que la población nacional (es decir, la población
residente en el país) recibe a lo largo del año como consecuencia de su participación en las
actividades productivas, es efectivamente la renta de que dispone la población nacional para
consumir (es decir, gastar en la adquisición de bienes y servicios) o, alternativamente, ahorrar.
La respuesta a esta cuestión es negativa, porque la renta nacional no es exactamente la
renta que la población nacional dispone para consumir o ahorrar. ¿Porqué? Las razones son tres:
(i) en primer lugar, porque una parte de los impuestos indirectos (impuestos ligados a la
producción e importación) pagados por las unidades productoras residentes van a parar hacia
resto del mundo (es decir, ILPIHRM)59, y una parte de la subvenciones recibidas por las unidades

56
Es decir, "rentas del trabajo procedentes del resto del mundo" (RTPRM). Se trata en este caso de la remuneración de asalariados residentes por
empleadores no residentes, el caso segundo (b) a que se refiere la remuneración de asalariados (R10), como hemos visto.

57
Puesto que la renta nacional (NR) es un agregado contable en términos "netos" (porque no incluye el consumo de capital fijo de la economía nacional)
y "a precios de mercado" (porque incluye los impuestos indirectos netos de subvenciones), su denominación completa sería "renta nacional neta a precios de
mercado" (RNNpm). Naturalmente, puede hablarse de "renta nacional bruta a precios de mercado" (RNBpm= RN+A1), aunque este agregado es más conocido
con el nombre de "producto nacional bruto a precios de mercado" (PNBpm), muy utilizado en otros sistemas contables (como por ejemplo el norteamericano).

58
De la misma manera que la renta interior equivale al producto interior neto a precios de mercado (N11), la renta nacional equivale por su parte al
denominado producto nacional neto a precios de mercado (PNNpm). Téngase en cuenta que la renta nacional (RN) es un agregado contable dado en términos
"netos" y "a precios de mercado" (es decir, el nombre completo de la RN es, como hemos visto, RNNpm), y, por definición RNNpm=PNNpm.

59
En concreto, a las Instituciones Comunitarias Europeas, que financian sus actividades con el dinero que recaudan de los Estados miembros de la Unión
Europea por esta vía (la mayor parte de ese dinero proviene del IVA sobre productos recaudado por las administraciones públicas nacionales).

40
productoras residentes provienen del resto del mundo (esto es, SUBPRM)60; por tanto, restando
de las subvenciones procedentes del resto del mundo (SUBPRM) los impuestos ligados a la
producción e importación pagados al resto del mundo (ILPIHRM) se obtiene el flujo monetario
neto (positivo o negativo) denominado subvenciones netas de impuestos ligados a la producción
e importación procedentes del resto del mundo (o sea, SUBNPRM); (ii) en segundo lugar, porque
cuando las empresas de seguro realizan "operaciones de seguro de accidentes" vinculadas al
comercio internacional de mercancías se producen una serie de flujos monetarios entre países que
hay que tener en cuenta a la hora de determinar la renta efectivamente disponible por la población
nacional61, que dan lugar al flujo monetario neto (positivo o negativo) denominado operaciones
de seguro de accidentes netas con el resto del mundo (es decir, OSANRM); (iii) finalmente, se
producen también una serie de "transferencias corrientes sin contrapartida", públicas y privadas,
entre países, que constituyen conjuntamente un flujo monetario neto denominado transferencias
corrientes sin contrapartida netas procedentes del resto del mundo (esto es, TCSCNPRM). Por
tanto, la renta nacional disponible (RND, o N13):

N13 = RN + SUBNPRM + OSANPRM + TCSCNPRM [14]


Naturalmente, la renta nacional neta (N13) es un agregado contable dado en términos
"netos" (no incluye el consumo de capital fijo) y "a precios de mercado" (incluye impuestos
ligados a la producción e importación netos de subvenciones), razón por la cual la denominación
completa de la renta nacional disponible es "renta nacional neta disponible a precios de mercado"
(RNNDpm), lo que indica que podía calcularse esta última "al coste de los factores (RNNDcf),
añadiendo los impuestos indirectos netos de subvenciones correspondientes; asimismo, podrían
calcularse la "renta nacional bruta disponible" (RNBDpm, o también N3), añadiendo a la renta
nacional el consumo de capital fijo de la economía nacional, tanto "a precios de mercado" como
"al coste de los factores" (RNBDcf), en este último caso deduciendo los impuestos ligados a la
producción e importación pagados a las administraciones públicas nacionales62.

8.2. La Cuenta de Renta de la Economía Nacional (C.3). Una forma sencilla de presentar el
cálculo contable de la renta nacional disponible es elaborar la cuenta de renta de la economía
nacional, que recoja el conjunto de los flujos monetarios (tanto nacionales como internacionales)
que intervienen en dicho cálculo. Se trata, por tanto, de registrar las operaciones de distribución
y redistribución de la renta cuyo resultado final (el saldo de esta cuenta) es la renta nacional
(bruta y neta) disponible a precios de mercado. En el Cuadro 12 se presenta la Cuenta de Renta
de la Economía Española (C.3) para el año 1986.

60
En este caso, se trata de las subvenciones concedidas por las Instituciones Comunitarias Europeas a las unidades productoras residentes en los países
miembros de la Unión Europea, fundamentalmente en el marco de la política agrícola común y de la política de desarrollo regional.

61
La empresas de seguro residentes, además de cobrar un precio por sus servicios al asegurar los accidentes del tráfico internacional de mercancías,
reciben una cantidad de dinero determinada de las empresas no residentes a las que aseguran (las "primas netas de seguro de accidentes" recibidas del resto del
mundo), pero deben efectuar pagos en dinero a las empresas aseguradas caso de siniestro (las "indemnizaciones de seguro de accidentes" pagadas al resto del
mundo). Por su parte, cuando las empresas de seguro no residentes realizan contratos de seguro de accidentes con unidades productoras residentes que se dedican
al comercio exterior se produce también un flujo monetario neto que afecta a la renta disponible por la población nacional.
A partir de este conjunto de operaciones se distinguen dos flujos monetarios internacionales: (i) el correspondiente a las primas netas e
indemnizaciones que proceden del resto del mundo (OSAPRM), y (ii) las primas netas e indemnizaciones que van hacia el resto del mundo (OSAHRM). Estos
dos flujos monetarios internacionales puede resumirse en un único flujo monetario neto (positivo o negativo) entre la economía nacional y el resto del mundo,
flujo al que el SEC denomina operaciones de seguro de accidentes netas con el resto del mundo (OSANRM= OSAPRM-OSAHRM).

62
Para mayor claridad, vamos a relacionar el conjunto de los agregados contables "nacionales" que se consideran de interés:
(1) La renta nacional (que designamos por RN). Por ser un agregado contable "neta" y estar dado "a precios de mercado" su nombre completo es "renta nacional
neta a precios de mercado" (RNNpm). La renta nacional es el resultado de la "venta" del producto nacional neto a precios de mercado (PNNpm), por tanto (por
definición): RN(RNNpm) = PNNpm.
(2) La renta nacional bruta a precios de mercado (RNBpm), que es igual a la renta nacional (RNNpm) más el consumo de capital fijo (A1): RNBpm=
RNNpm+A1. También por definición, la RNBpm es igual al producto nacional bruto a precios de mercado (PNBpm): RNBpm = PNBpm.
(3) La renta nacional neta al coste de los factores (RNNcf) es igual a la renta nacional menos los impuestos indirectos netos de subvenciones pagados a las
administraciones públicas (es decir, (R20-R30) excluyendo los impuestos indirectos netos de subvenciones pagados al resto del mundo): RNNcf= RNNpm-(R20-
R30). De la misma forma, puede definirse la renta nacional bruta al coste de los factores, RNBcf= RNBpm-(R20-R30).
(4) La renta nacional disponible (que hemos designado por RND, aunque también podemos denominarla por su código contable, N13). Por ser, al igual que
la renta nacional, un agregado contable "neto" y estar dado "a precios de mercado" su nombre completo es "renta nacional neta disponible a precios de mercado"
(RNNDpm). Como en el caso de la renta nacional, podemos hablar de varios agregados contables «disponibles»: la renta nacional bruta disponible a precios
de mercado (que podemos designar por RNBDpm o por el código contable N3, de manera que RNBDpm= RNNDpm+A1); la renta nacional neta disponible
al coste de los factores (RNNDcf= RNNDpm-(R20-R30); la renta nacional bruta al coste de los factores (RNBDcf= RNBDpm-(R20-R30) = RNBDcf-A1.

41
En los recursos de esta cuenta aparecen el excedente bruto de explotación de la economía
(N2, el saldo de la cuenta de explotación de la economía nacional), la remuneración de
asalariados nacional (que incorpora el flujo monetario neto RNTPRM), los impuestos ligados a
la producción y a la importación pagados a las administraciones públicas (que no incluye los
impuestos ligados a la producción y a la importación pagados al resto del mundo, ILPIHRM), las
rentas de la propiedad y de la empresa procedentes del resto del mundo (RCPRM), las
operaciones de seguro de accidentes con el resto del mundo (por ser un recurso, se trata de las
primas netas e indemnizaciones procedentes del resto del mundo, es decir, OSAPRM) y las
transferencias corrientes sin contrapartida procedentes del resto del mundo (TCSCPRM).
En los empleos de esta cuenta aparecen las subvenciones a la producción e importación
de las administraciones públicas (excluyendo las subvenciones recibidas del resto del mundo),
las rentas de la propiedad y de la empresa pagadas al resto del mundo (RCHRM), las operaciones
de seguro de accidentes con el resto del mundo (por ser un empleo, se trata de las primas netas
e indemnizaciones pagadas al resto del mundo, OSAHRM), y finalmente, las transferencias
corrientes sin contrapartida pagadas al resto del mundo (TCSCHRM). Naturalmente, el saldo de
esta cuenta es la renta nacional bruta disponible (a precios de mercado, N3, que puede expresarse
en términos neto, es decir, como renta nacional neta disponible (o simplemente renta nacional
disponible), N13, deduciendo el consumo de capital fijo de la economía nacional (A1).

43
III. La utilización de la renta

1. Consumo final (P30): representa el valor de los bienes y servicios utilizados para la
satisfacción directa de las necesidades humanas, ya sean estas individuales o colectivas. El
consumo final comprende el "consumo final de los hogares", o consumo (final) privado, y el
"consumo colectivo de las administraciones públicas y de las instituciones privadas sin fines de
lucro", o consumo (final) público.
El consumo final puede referirse: (a) al consumo final en el territorio económico de
unidades residentes (P31); (b) al consumo final en el resto del mundo de hogares residentes
(P32); (c) al consumo final en el territorio económico de hogares no residentes (P33). A partir
de estos tres flujos, pueden distinguirse dos conceptos distintos de consumo final:

)) el consumo final nacional (P3A), que agrupa a los flujos P31 y P32 (es decir, P3A=
P31+P32, que es el consumo final (público y privado) realizado por las unidades
residentes, tanto en el territorio económico como en el resto del mundo.
)) el consumo final interior (P3B), que agrupa a los flujos P31 y P33 (esto es, P3B=
P31+P33), que es el consumo final (público y privado) realizado en el territorio
económico, tanto por unidades residentes como por hogares no residentes63.

Desde el punto de vista del sistema de contabilidad nacional es necesario clasificar


inequívocamente la utilización de todos y cada uno de los bienes y servicios que forman la
producción anual. Ya hemos estudiado que una parte de esos bienes y servicios se utilizan como
consumo intermedio, es decir, con el objeto de producir otros bienes y servicios; se trata del
consumo "productivo" realizado las por unidades productivas (no por los hogares) de productos
que, en general, no tienen uso más allá del período productivo anual. En el caso del consumo final
se trata de una utilización o empleo de los bienes y servicios producidos en el año diferente; a
saber, la satisfacción directa de las necesidades personales o colectivas, de manera que estos
bienes y servicios son consumidos por los hogares (consumo privado) o por las administraciones
públicas e instituciones privadas sin fines de lucro (consumo colectivo), no por las unidades de
producción.
Por tanto, es especialmente importante entender que la clasificación de los empleos o usos
de los bienes y servicios producidos en el año es inequívoca; es decir, cada bien o servicio solo
tiene un empleo posible. Esto significa que un bien o servicio no puede ser al mismo tiempo, por
ejemplo, consumo intermedio y consumo final. En los casos en que es dudoso clasificar el empleo
de un bien y servicio (ya que, en principio, algunos productos pueden utilizarse como consumo
intermedio o como consumo final) el SEC emplea convenciones (normalmente, mediante la
elaboración listados completos de los tipos de bienes y servicios cuyo empleo se clasifica de una
manera u otra). Ya hemos estudiado algunas de estas convenciones cuando tratamos el consumo
intermedio. Ahora estudiaremos brevemente otras convenciones en relación al consumo final.
En el consumo final se incluyen: (i) con carácter general, todos los bienes nuevos
comprados en el mercado que se utilizan para satisfacer las necesidades personales y colectivas,
con independencia de que sean duraderos o no, con la excepción de los inmuebles adquiridos

63
Téngase en cuenta que el consumo público se realiza siempre, por definición, en el interior del territorio económico, de manera que aparece (por idéntica
magnitud) tanto en P3A, por ser consumo final de unidades residentes, como en P3B, por realizarse en el territorio económico. Por el contrario, la magnitud
del consumo privado será diferente en P3A, donde se incluye el consumo privado nacional, y en P3B, donde se incluye el consumo privado interior. Es decir,
mientras en P3A se incluye el consumo público y el consumo privado realizado por los hogares residentes tanto en el territorio económico como en el resto del
mundo (consumo privado nacional), en P3B se incluye el consumo público y el consumo privado realizado en el territorio económico tanto por los hogares
residentes como por los no residentes (consumo privado interior).
Nótese que es posible relacionar ambos conceptos de consumo final, pues P3A= P31+P32= P31+P32+P33-P33= (P31+P33)+P32-P33, y como P3B=
P31+P33, tenemos que P3A= P3B+P32-P33, y que, por tanto, P3B = P3A+P33-P32. Téngase en cuenta que el consumo colectivo o público está contenido dentro
de P31, razón por la cual éste forma parte (por la misma magnitud), como hemos dicho, tanto de P3A como de P3B. En consecuencia, si se conoce la magnitud
del consumo público o colectivo (CC) podemos también expresar el consumo privado interior (CPI) y el consumo privado nacional (CPN) en los términos
anteriores. Es decir: P3A = CC+CPN= P31+P32, luego CPN= (P31-CC)+P32; asimismo, P3B= CC+CPI = P31+P33, luego CPI= (P31-CC)+P33.

44
para este propósito (por ejemplo, los inmuebles adquiridos por los hogares como vivienda)64; (ii)
las compras de servicios destinados a la satisfacción de necesidades personales y colectivas; (iii)
los bienes y servicios autoconsumidos personalmente dentro de los hogares que los producen,
excepto la producción doméstica no remunerada autoconsumida por los hogares, que no se
contabiliza; (iv) finalmente, es también importante tener en cuenta que en el consumo final deben
incluirse los alquileres imputados y los servicios producidos por el personal doméstico
asalariado para los hogares que lo emplean.

2. La Cuenta de Utilización de la Renta de la Economía Española. En apartados anteriores


hemos estudiado la renta nacional disponible (RND, saldo neto de la cuenta de renta de la
economía nacional con el código N13), es decir, la renta que está a disposición de la población
nacional para "consumir" o para "ahorrar". Adviértase que de esta definición se deduce que una
parte de RND se utiliza como consumo final, es decir, para la adquisición de una serie de medios
de consumo con los que satisfacer directamente necesidades personales o colectivas; con otras
palabras, una parte de renta nacional disponible se gasta en adquirir bienes y servicios que
forman parte del consumo final.
Claro está que la renta nacional disponible representa la renta de que dispone la población
nacional en el período anual considerado, y que el consumo final que realiza la población
nacional es precisamente el consumo final nacional (P3A). Por tanto, podemos decir que P3A
es uno de los empleos de la renta nacional disponible65. Por otra parte, la renta nacional
disponible que no se utiliza para el consume, evidentemente, se ahorra. En realidad, la forma más
habitual de definir el ahorro es precisamente la siguiente: el ahorro es, sencillamente, la parte
de la renta que no se consume. Esto no quiere decir, desde luego, que el ahorro no se utilice a su
vez con algún otro propósito económico, sino solamente que el ahorro no se utiliza, por
definición, para el consumo. Una forma sencilla de presentar los empleos de la renta nacional
disponible es la Cuenta de Utilización de la Renta de la Economía Nacional (C.4). En el Cuadro
13 se presenta la Cuenta de Utilización de la Renta de la economía española para el año 1986.
Como único recurso de la Cuenta de Utilización de la Renta aparece la renta nacional
bruta disponible, N3 (que, como sabemos, es igual a la renta nacional disponible, N13, más el
consumo de capital fijo, A1). Como empleo de esta cuenta aparece el consumo final nacional
(P3A), y como saldo el ahorro nacional bruto, N4; deduciendo de este último el consumo de
capital fijo, A1, se obtiene el ahorro nacional neto, N14, el saldo neto de esta cuenta. En
consecuencia, podemos decir que N3= P3A+N4, y puesto que N4= N14+A1, entonces:

N13= N3-A1= P3A+N14 [15]


Es decir, la renta nacional disponible es igual, de acuerdo con la expresión [15], al
consumo final nacional más el ahorro nacional neto.

64
Nótese que los inmuebles nuevos comprados no siempre se utilizan para satisfacer directamente necesidades personales o colectivas, porque las
empresas también adquieren estos inmuebles producir otros bienes y servicios. No obstante, la adquisición de inmuebles por las unidades productivas no se
considera consumo intermedio, porque su uso supera ampliamente el período anual de producción; en general, cuando los inmuebles nuevos se utilizan para
producir bienes y servicios se considera que pasan a formar parte del capital fijo de las unidades productivas que los emplean (de ahí que no se clasifiquen como
bienes de consumo intermedio o final, sino como bienes de inversión, dentro de la rúbrica contable «formación bruta de capital fijo», que estudiaremos más
adelante).
Está claro, pues, que parte de los inmuebles nuevos adquiridos en el mercado no constituyen consumo final (ni tampoco consumo intermedio). Sin
embargo, ¿qué sucede con los inmuebles nuevos adquiridos por los hogares y por las administraciones públicas e instituciones privadas sin fines de lucro? En
principio, es claro que estos inmuebles se emplean para la satisfacción de necesidades personales y colectivas, por lo que parece lógico que se les clasifique
como consumo final, ya que el empleo como consumo final de un producto dado no depende de que éste sea duradero o no. Sin embargo, el SEC (y la CNAE)
conviene que los inmuebles nuevos adquiridos por hogares, administraciones públicas e instituciones privadas sin ánimo de lucro, aunque efectivamente se
emplean para satisfacer directamente necesidades personales y colectivas, no sean clasificados como consumo final, sino como bienes de inversión (dentro de
la rúbrica «formación bruta de capital fijo»). De esta forma, la totalidad de las adquisiciones de inmuebles nuevos, con independencia de su empleo real, se
consideran contablemente, por convenio, «formación bruta de capital fijo».

65
Nótese que el consumo final interior (P3B) no es, en rigor, un empleo de la renta nacional disponible. En primer lugar, porque una parte de los bienes
y servicios que integran P3B no es adquirida por la población nacional (en concreto P33, que representa el consumo final de hogares no residentes en el territorio
económico). Además, la población nacional adquiere una serie de bienes y servicios cuyo consumo no se incluye en P3B (en concreto P32, que representa el
consumo final de los bienes y servicios adquiridos por los hogares residentes en el resto del mundo).

45
Cuadro 13
Economía Nacional. Cuenta de Utilización de la Renta (C4). Año 1986
Unidad: Millones de pesetas
=44444444 =444444444444444 ==444444444444444444444444444444444444 =44444444444444444 ===4444444444444444444444444444444444 =44444444 =
Código * RECURSOS 5 EMPLEOS * Código
=44444444 =444444444444444 ==444444444444444444444444444444444444 =44444444444444444 ===4444444444444444444444444444444444 =44444444 =
* * 5 * *
N3 * Renta nacional bruta disponible * 32.159.983 5 Consumo final nacional * 25.177.951 * P3A
* * 5 * *
* * 5 * *
* * 5 Ahorro nacional bruto * 6.982.032 * N4
* * 5 * *
* * 5 Consumo de capital fijo * 3.857.866 * A1
* * 5 Ahorro nacional neto * 3.124.166 * N14
* * 5 * *
=44444444 =444444444444444 ==444444444444444444444444444444444444 =44444444444444444 ===4444444444444444444444444444444444 =44444444 =
* Total * 31.159.983 5 Total * 32.159.983 *
=44444444 =444444444444444 ==444444444444444444444444444444444444 =44444444444444444 ===4444444444444444444444444444444444 =44444444 =
Fuente: Contabilidad Nacional de España. INE (1996)

Cuadro 14
Economía Nacional. Cuenta de Capital (C5). Año 1986
Unidad: Millones de pesetas
=44444444 =444444444444444 ==444444444444444444444444444444444444 =44444444444444444 ===4444444444444444444444444444444444 =44444444 =
Código * RECURSOS 5 EMPLEOS * Código
=44444444 =444444444444444 ==444444444444444444444444444444444444 =44444444444444444 ===4444444444444444444444444444444444 =44444444
* * 5 * *
N4 * Ahorro nacional bruto * 6.982.032 5 Formación bruta de capital fijo * 6.296.770 * P41
* * 5 * *
R70 * Transferencias de capital * 5 Variación de existencias * 162.007 * P42
* procedentes del resto del mundo * 40.570 5 * *
* * 5 Transferencias de capital * *
* * 5 al resto del mundo * 5.098 * R70
* * 5 * *
* * 5 * *
* * 5 * *
* * 5 Capacidad (+) o necesidad (-) * *
* * 5 de financiación de la nación * 558.727 * N5
* * 5 * *
=44444 ==444444444444444444444444444444444444 =44444444444444444 ===4444444444444444444444444444444444 =44444444 =
* Total * 7.022.602 5 Total * 7.022.602 *
=44444444 =444444444444444 ==444444444444444444444444444444444444 =44444444444444444 ===4444444444444444444444444444444444 =44444444 =
Fuente: Contabilidad Nacional de España. INE (1996)

46
3. La formación bruta de capital. De acuerdo con el SEC, la «formación bruta de capital» (P40)
comprende dos flujos distintos: (i) la formación bruta de capital fijo (P41), y (ii) la variación de
existencias (P41). Es decir, P40= P41+P42.

3.1. La formación bruta de capital fijo (P41). Esta rúbrica contable representa el valor de los
bienes duraderos, de una valor de al menos 100 ECU, adquiridos por las unidades de producción
residentes con el fin de utilizarlos durante más de un año en sus procesos de producción. En
términos teóricos, se trata de los medios de producción fijos, por oposición a los medios de
producción circulantes (que se corresponderían con el consumo intermedio), que se utilizan por
las unidades productoras para producir otros productos. La diferencia básica entre los bienes
intermedios (incluidos en el consumo intermedio) y los bienes de inversión (incluidos en la
formación bruta de capital fijo) se refiere al tiempo de uso de los mismos: los bienes de inversión
se utilizan en los procesos de producción por un período superior al año. Aunque hay algunas
excepciones (como que el valor de cada bien sea al menos de 100 ECU), esta regla tiene carácter
general.
La formación bruta de capital fijo comprende, fundamentalmente: (a) los bienes duraderos
nuevos, comprados en el mercado o producidos por cuenta propia por las unidades de producción
a lo largo del período considerado y destinados a utilizarse, durante un período superior al año,
en sus procesos de producción; (b) los bienes y servicios incorporados a los bienes de capital fijo
existentes con el fin de mejorarlos, de aumentar su vida útil, su capacidad de producción o su
rendimiento, o de proceder a su reparación o reconstrucción.

3.2. La variación de existencias (P42). Esta rúbrica contable representa la diferencia entre las
entradas y salidas de existencias durante el año. Las existencias comprenden todos los bienes
materiales (materias primas, productos semielaborados, trabajos en curso, productos terminados)
que no forman parte del capital fijo y que, en un momento dado, se encuentran en poder de las
unidades de producción residentes.
Por convenio, se considera que hogares, administraciones públicas e instituciones
privadas sin fines de lucro consumen inmediatamente todos los bienes que adquieren (distintos
de los que forman parte de la formación bruta de capital fijo), de manera que a estas unidades
institucionales no se les atribuye «variación de existencias», con las excepción de las existencias
estratégicas, de emergencia y reguladoras del mercado en el seno de las administraciones
públicas.

4. La Cuenta de Capital de la Economía Española. Al estudiar la Cuenta de Utilización de la


Renta de la economía nacional llegábamos a la conclusión de que la renta nacional disponible se
empleaba en adquirir los bienes y servicios que comprende el consumo final nacional, y el resto
constituía el ahorro nacional. No obstante, como ya se dijo, esto no significa que el ahorro
nacional no tenga, a su vez, otros empleos, sino sencillamente que sus empleos no son, desde
luego, ni el consumo intermedio ni el consumo final. ¿Qué empleos tiene, pues, el ahorro
nacional?
Adviértase que, como sabemos, la producción anual se materializa siempre en dos tipos
de productos: medios de consumo o medios de producción. Sabemos que el consumo intermedio
está formado por medios de producción circulantes, y que el consumo final (de todas las clases
sociales) está formado por medios de consumo. Si una parte de la renta nacional disponible se
ahorra (que es lo mismo que decir que no se utiliza para adquirir medios de consumo), debemos
convenir entonces que el ahorro nacional ha de emplearse en adquirir medios de producción66.

66
sNótese que, en última instancia, cuando hablamos de ahorro nacional nos estamos refiriendo, en términos teóricos,
a la parte de las rentas de la propiedad y de la empresa (que denominábamos beneficio (d), resultado de la venta del
producto excedente) que no se emplean para el consumo, sino que se ahorran. Es evidente que este ahorro se destina
(directa o indirectamente) a la adquisición de nuevos medios de producción. No debe perderse de vista que, si bien en
términos teóricos las rentas del trabajo no se ahorran, sino que se destinan al consumo, siempre es posible en realidad
que los asalariados ahorren (no destinen al consumo todos sus ingresos) o des-ahorren (destinen al consumo todos sus
ingresos y, además, se endeuden al objeto de aumentar su consumo) en el período considerado. No obstante, es razonable

47
Con otras palabras, el ahorro nacional se empleará, en principio, en adquirir bienes y servicios
que forman parte de la formación bruta de capital (P40). La Cuenta de Capital de la Economía
Nacional (C.5) representa precisamente dichos flujos; en el Cuadro 14 se presenta la Cuenta de
Capital de la Economía Española para el año 1986.

Entre los recursos de la Cuenta de Capital de la economía nacional, además del ahorro
nacional bruto (N4, saldo de la Cuenta de utilización de la Renta), aparecen las denominadas
«transferencias de capital procedentes del resto del mundo» (TKPRM). Las transferencias de
capital procedentes del resto del mundo, como también las transferencias corrientes procedentes
del resto del mundo, son desembolsos en dinero efectuados desde unidades no residentes a
unidades residentes sin contrapartida alguna (es decir, quien desembolsa el dinero no obliga a
quien lo recibe a entregar nada a cambio). La diferencia entre el carácter "corriente" o "de capital"
de las transferencias se refiere a la utilización que se hace del dinero por parte de quien lo recibe:
si el dinero se utiliza para la adquisición de bienes y servicios que son objeto de la formación
bruta de capital, entonces se trata de transferencias de capital; en otro caso, se trata de
transferencias corrientes.
La mayor parte de las transferencias de capital son ayudas a la inversión realizadas por
las administraciones públicas o las instituciones comunitarias europeas. Así, cuando las
instituciones comunitarias europeas financian proyectos de inversión en España ) por ejemplo
destinando una parte de sus fondos para el desarrollo regional (los llamados fondos FEDER) para
ayudar a financiar la instalación o ampliación de una serie de empresas españolas cuya promoción
se entiende conveniente, por la razón que sea, para el desarrollo económico de las regiones
afectadas) están efectuando "transferencias de capital" que, desde el punto de vista de la
economía española, "proceden del resto del mundo". En este sentido, es evidente que las
transferencias de capital procedentes del resto del mundo son un recurso adicional (además del
ahorro nacional) a la hora de adquirir los bienes y servicios de que es objeto la formación bruta
de capital, de ahí que aparezcan entre los recursos de la Cuenta de Capital de la economía
española.
Entre los recursos de la Cuenta de Capital de la economía española aparecen tanto la
formación bruta de capital fijo (P41) como la variación de existencias (P42), y además, por la
misma razón que se ha señalado antes, las «transferencias de capital al resto del mundo»
(TKHRM)67. Finalmente, el saldo de esta cuenta es la denominada capacidad (+) o necesidad
(-) de financiación de la nación (N5). Este saldo es peculiar porque, a diferencia de los saldos de
las cuentas nacional que hemos estudiado hasta ahora, puede ser positivo (se dice entonces que
la nación tiene «capacidad de financiación») o negativo (en este caso se dice que la nación tiene
«necesidad de financiación»). Es decir:

N5 = N4 + (TKPRM-TKHRM) - P40 [16]

El saldo de la Cuenta de Capital de la economía nacional (N5) refleja, pues, cosas


distintas en función de su signo: (i) si el signo es positivo, es que la economía nacional cuenta
con recursos de capital (fundamentalmente, con ahorro nacional bruto) que no solo son
suficientes para financiar sus operaciones de capital (fundamentalmente, la formación bruta de
capital), sino que además permiten financiar operaciones de capital en el resto del mundo, de ahí
que se diga que la economía nacional tiene «capacidad de financiación»; (ii) por el contrario, si
el signo es negativo, sucede que los recursos de capital disponibles no son suficientes para
financiar sus operaciones de capital, razón por la cual se dice que la economía nacional tiene

suponer que, en general, el ahorro nacional proviene de las rentas de la propiedad y de la empresa, no de las rentas del
trabajo.

67
Piénsese en este caso, por ejemplo, en las ayudas a proyectos de inversión que las administraciones públicas realizan en favor de otros países (en el
caso de España, fundamentalmente en favor de algunos países latinoamericanos). Estas transferencias de capital constituyen, desde el punto de vista de la
economía nacional, un flujo monetario "al resto del mundo", lo cual supone un empleo o utilización adicional (además de la formación bruta de capital) del
ahorro nacional.

48
«necesidad de financiación»68.
Finalmente debemos señalar que la Cuenta de Capital de la economía nacional presenta
entre dos agregados "brutos" en recursos (ahorro nacional "bruto") y empleos (formación "bruta"
de capital fijo). Esta misma cuenta podría haberse expresado con dichos agregados en términos
netos (ahorro nacional "neto" y formación "neta" de capital fijo), simplemente deduciendo de
cada agregado el consumo de capital fijo de la economía nacional, sin que ello afecte en absoluto
al saldo de la cuenta. En realidad, las partidas en términos netos reflejan más adecuadamente los
flujos económicos, toda vez que incluir el consumo de capital fijo en estos agregados únicamente
es indicativo de que no puede disponerse de una parte del ahorro nacional (porque debe utilizarse
como fondo de amortización del capital fijo consumido) y que una parte de la formación de
capital fijo no representa más que el "desgaste" productivo estimado del stock de capital fijo de
la economía nacional.

6. La formación de capital en España. La formación de capital es un agregado contable


significativo para el estudio de la economía nacional, razón por la cual se le suele prestar una
especial atención en los estudios de economía española. En realidad, puesto que la formación de
capital se utiliza para medir la categoría teórica de inversión, la formación de capital resulta de
una utilidad indiscutible para comprender la dinámica de la producción. En esta caso, nos
limitaremos a estudiar dos indicadores (en términos "netos") de la inversión en España:
(1) La tasa de inversión neta sobre renta interior neta, o tasa de participación de la
formación neta de capital fijo en la renta interior neta (producto interior neto a precios de
mercado):

(2) La tasa de inversión neta sobre excedente neto, o tasa de participación de la formación
neta de capital fijo en el excedente neto antes de impuestos (excedente neto de explotación más

impuestos indirectos netos de subvenciones):


Este tipo de indicadores (que es habitual construir en términos "brutos") puede calcularse
para un amplio período de tiempo en el caso de la economía española. En el Cuadro 15 se
presentan: (i) la participación de la formación neta de capital fijo en la renta interior neta para el
período 1970-1994; (ii) la participación de la formación neta de capital en el excedente neto,
también para el período 1970-1994.
Podemos ahora realizar algunos comentarios en relación a la información suministrada
por el Cuadro 15. En primer lugar, debe señalarse que ambos indicadores de la tasa de inversión
presentan variaciones de un año a otro (aumentos o disminuciones) en el mismo sentido, lo cual
significa que podemos tomar cualquiera de los dos indicadores propuestos para extraer
conclusiones sobre el comportamiento de la economía española a lo largo del período 1970-1994.
Consideremos, pues, la dinámica de la tasa de inversión neta sobre excedente neto, que mide
sencillamente la proporción (en tantos por ciento) del excedente que se destina a la formación
neta de capital fijo, que es indicativa de ritmo al que se acumula el capital.

68
Lógicamente, en el primer caso los residentes (considerados globalmente) tienen en su poder más renta de la que necesitan para realizar sus operaciones
de consumo e inversión, razón por la cual, podríamos decir, les queda algo de ahorro, que prestan o invierten en el resto del mundo. En el segundo caso, sucede
lo contrario, pues son los no residentes (resto del mundo) los que prestan o invierten en la economía nacional.

49
Obsérvese que, entre los años 1970 y 1974, la tasa de inversión crece desde el 34,5%
hasta el 43,5%, es decir, unos 9 puntos porcentuales. En el período 1970-1974, que se
corresponde con los últimos años de la fuerte expansión económica que se inicia en España a
principios de la década de los sesenta, el producto neto está creciendo rápidamente, lo cual es el
resultado lógico del crecimiento de la tasa de inversión y, subsecuentemente, de la acumulación
acelerada de capital. Sin embargo, a partir del año 1975 se inicia una fase de reducción de la tasa
de inversión, fase que se prolonga hasta 1984, año en que la inversión neta solo representa el
14,7% del excedente neto; es decir, a lo largo del período 1975-1984 ) que se corresponde, como
hemos visto, con una fase de intensa crisis económica con fuerte repercusión sobre el empleo)
la tasa de inversión se reduce en 28,8 puntos porcentuales, lo cual tendrá un impacto muy
negativo sobre la acumulación de capital y sobre el empleo. A partir de 1985, la tasa de inversión
empieza a recuperarse hasta alcanzar en 1990 un 31,5%, porcentaje que es más del doble del que
había en 1984. El período 1985-1990, como sabemos, es un período de recuperación relativa (con
respecto al período anterior) del crecimiento económico y del empleo, motivado precisamente
por la recuperación de la tasa de inversión. No obstante, a partir de 1991 la tasa de inversión
inicia un descenso muy rápido, hasta situarse en 1994 en un 18,9%, lo que explica de nuevo la
reducción del crecimiento de la producción real (la tasa de crecimiento anual del producto interior
bruto en términos reales llega a ser negativa en el año 1993, como hemos visto) y la destrucción
masiva de empleo en el período 1991-1994.

7. Exportación e importación de bienes y servicios. Para completar el cuadro de operaciones


sobre bienes y servicios es preciso referirse a dos flujos específicos de la economía nacional con
el resto del mundo: la exportación de bienes y servicios (P50) y la importación de bienes y
servicios (P60).

7.1. Exportación de bienes y servicios (P50). Esta rúbrica contable comprende tres elementos:
(i) la exportación de bienes (P51), (ii) la exportación de servicios (P52), y (iii) el consumo final
en el territorio económico de hogares no residentes (P53).
La exportación de bienes (P51) comprende todos los bienes (nuevos o usados) que, a
título oneroso o gratuito, salen definitivamente del territorio económico del país con destino al
resto del mundo. El criterio básico de esta definición es el hecho de franquear el territorio
económico; sin embargo, en el caso de las exportaciones de medios de transporte el criterio que
se utiliza es el cambio de propiedad entre las unidades residentes y no residentes. La exportación
de servicios (P52) comprende todos los servicios ) transportes (bienes y pasajeros), seguros y
otros) prestados por unidades residentes a unidades no residentes. Finalmente, el consumo final
en el territorio económico de hogares no residentes (P53), que hemos estudiado en el apartado
correspondiente al consumo final con el código P33, también constituye una exportación de
bienes y servicios, en la medida en que supone la adquisición de bienes y servicios en el territorio
económico por parte de unidades no residentes.

7.2. Importación de bienes y servicios (P60). Esta rúbrica contable comprende también tres
elementos: (i) la importación de bienes (P61), (ii) la importación de servicios (P62), y (iii) el
consumo final en el resto del mundo de hogares residentes (P63).
La importación de bienes (P61) comprende todos los bienes (nuevos o usados) que, a
título oneroso o gratuito, entran definitivamente en el territorio económico del país procedentes
del resto del mundo. El criterio básico de esta definición es el hecho de franquear el territorio
económico; sin embargo, en el caso de las importaciones de medios de transporte el criterio que
se utiliza es el cambio de propiedad entre las unidades residentes y no residentes. La importación
de servicios (P62) comprende todos los servicios ) transportes (bienes y pasajeros), seguros y
otros) prestados por unidades no residentes a unidades residentes. Finalmente, el consumo final
en el resto del mundo de hogares residentes (P63), que hemos estudiado en el apartado
correspondiente al consumo final con el código P32, también constituye una importación de
bienes y servicios, en la medida en que supone la adquisición de bienes y servicios en el resto del
mundo por parte de unidades residentes.

7.3. Indicadores del comercio exterior. El estudio de la evolución del comercio exterior de una

51
economía es especialmente importante debido a sus repercusiones económicas generales. Así,
los mercados del resto del mundo son importantes para una parte de las unidades productivas
residentes (que a veces se denomina "sector exportador" de la economía nacional), de manera que
la demanda externa (dada por el conjunto de las exportaciones de bienes y servicios) contribuye
decisivamente a dar salida a una parte de la producción del país. De hecho, la competencia entre
las empresas capitalistas, que se desarrolla crecientemente en el mercado mundial, es la clave que
nos permite comprender porqué unos países van ganando cuotas del mercado mundial y otros las
van perdiendo ) es decir, la competitividad de las economías nacionales está directamente ligada
a la capacidad de competir de su "sector exportador") . Por otra parte, el mercado nacional es,
desde el punto de vista de las empresas capitalistas de otros países, una parte de su demanda
externa, de manera que la importación de bienes y servicios significa, sencillamente, la cuota que
del mercado nacional poseen las empresas radicadas en el resto del mundo.
En este caso, vamos a utilizar únicamente dos indicadores en relación al comercio exterior
de la economía española (importaciones y exportaciones de bienes y servicios): (i) la tasa de
apertura exterior (TAE), que mide la importancia relativa del conjunto de los flujos de bienes
y servicios de la economía nacional con el resto del mundo, y (ii) la tasa de cobertura exterior,
que mide el grado en que los ingresos derivados de la exportación de bienes y servicios permiten
financiar los gastos derivados de la importación de bienes y servicios (TCE).
La formulación de la tasa de apertura exterior (TAE) de la economía nacional es la
siguiente:

Por su parte, la formulación de la tasa de cobertura exterior (TCE) de la economía


nacional es la siguiente:

El Cuadro 16 presenta el cálculo de TAE y TCE para el caso de la economía española


a lo largo del período 1970-1994. Una de las cuestiones destacables, observando la tendencia de
la tasa de apertura exterior, se refiere al creciente grado de apertura de la economía española, pues
los flujos de bienes y servicios de la economía nacional con el resto del mundo (exportación e
importación de bienes y servicios en sentido amplio) ha ido aumentando, como porcentaje del
producto interior bruto a precios de mercado. En efecto, durante el período completo analizado
(1970-1994), la tasa de apertura exterior (TAE) de la economía española presenta un
movimiento oscilatorio, pero sobre una tendencia claramente ascendente. Aunque las
oscilaciones de esta son originadas por un conjunto complejo de factores determinantes, la
tendencia general a una mayor apertura exterior de la economía nacional tiene sin duda su origen
en la progresiva intensificación de los flujos económicos con la Europa Comunitaria, con la que
el Estado español firmará un Acuerdo Preferencial en 1970, y a la que se adhirirá en 1986.
Además, en la mayor parte de este período la tasa de cobertura exterior (es decir, el
grado en que las exportaciones permiten financiar las importaciones) ha sido inferior al 100 %.
En efecto, sólo en 9 de los 25 años considerados la TCE ha superado el 100%, de lo que se
deduce que la economía española no ha conseguido por regla general satisfacer sus necesidades
de importación con los ingresos obtenidos mediante la exportación. Únicamente en coyunturas
concretas, como el buen comportamiento de las exportaciones en algunos años (en particular, en
la década de los setenta, y directamente ligado a los acuerdos con la CEE, favorables en general
al comercio exterior español), las fuertes restricciones al crecimiento de las importaciones (como
en los años 1984-1986, provocadas por el débil crecimiento de la demanda interna) o el intenso
crecimiento del turismo extranjero, se ha producido un saldo externo favorable a la economía
española. Puede afirmarse pues que, con carácter general, la economía española presenta una
menor competitividad externa que los países más desarrollados de su entorno.

52
8. La Cuenta de Bienes y Servicios de la Economía Española. Como síntesis de las
operaciones sobre bienes y servicios es útil considerar la Cuenta de Bienes y Servicios de la
Economía Nacional (C.0), que ofrece una presentación simplificada de la producción de bienes
y servicios (oferta) y de su utilización (demanda). Esta cuenta, por su propio carácter, no tiene
saldo, ya que trata de reflejar (al contrario de todas la demás cuentas estudiadas) flujos de bienes
y servicios, no flujos monetarios.
Esta cuenta presenta en recursos el conjunto de los bienes y servicios con que cuenta la
economía nacional: la producción de bienes y servicios (P10), el IVA que grava los productos
(R21), los impuestos ligados a la importación netos de subvenciones (R29-R39), la importación
de bienes (P61) y la importación de servicios (P62). Por su parte, entre los empleos de esta cuenta
figuran: el consumo intermedio (P20), el consumo final interior (P3B), la formación bruta de
capital (P40) y las exportaciones de bienes (P51) y la exportación de servicios (P60).
Es importante señalar que la cuenta de bienes y servicios de la economía podría
desagregarse por ramas de actividad, con lo que la información suministrada por la misma
permite construir una imagen bastante precisa de la estructura económica de España desde el
punto de vista tanto de la producción como de la utilización de los bienes y servicios en la
economía española. Por otra parte, a partir de esta cuenta se puede calcular el producto interior
bruto a precios de mercado (N1) tanto desde la óptica de la producción (generación de valor
añadido), como desde la óptica del gasto (utilización del valor añadido). Como quiera que ya
hemos estudiado la primera de estas ópticas (con motivo de la presentación de la Cuenta de
Producción de la Economía Nacional), vamos brevemente a presentar el cálculo de N1 por la vía
del gasto:

N1= P3B + P40 + (P51+P52) - (P61+P62) [17]


Obsérvese que la expresión [17] puede leerse de la siguiente forma: los recursos finales
de bienes y servicios con que cuenta la economía nacional (en términos "brutos"), que son el
producto interior bruto a precios de mercado (N1) y las importaciones de bienes y servicios
(P61+P62) se emplean como consumo final en el interior del territorio económico (P3B), para
la formación bruta de capital (P40) y, finalmente, para la exportación de bienes y servicios
(P51+P52). En el Cuadro 17 se presenta la Cuenta de Bienes y Servicios de la Economía
Española para el período 1970-1994.

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