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Introducción
Desarrollo
Adulterio
Abandono voluntario
Excesos, Sevicia e Injurias Graves que hagan imposible la vida en común
Conato de uno de los cónyuges para corromper o prostituir al otro cónyuge, o
a los hijos, o la connivencia en su corrupción o prostitución
Condenación a presidio
La adición alcohólica u otras formas graves de fármaco-dependencia que
hagan imposible la vida en común
La interdicción por causa de perturbaciones psiquiátricas graves que
imposibiliten la vida en común
Conversión de la separación de cuerpos en divorcio
Separación de hecho prolongada
Conclusión
Bibliografía
INTRODUCCIÓN
Artículo 185°
Son causales únicas de divorcio:
1º. El adulterio.
2º. El abandono voluntario.
3º. Los excesos, sevicia e injurias graves que hagan imposible la vida en
común.
4º. El conato de uno de los cónyuges para corromper o prostituir al otro
cónyuge, o a sus hijos, así como la connivencia en su corrupción o
prostitución.
5º. La condenación a presidio.
6º. La adición alcohólica u otras formas graves de fármaco dependencia que
hagan imposible la vida en común.
7º. La interdicción por causa de perturbaciones psiquiátricas graves que
imposibilite la vida en común. En este caso el Juez no decretará el divorcio sin
antes procurar la manutención y el tratamiento médico del enfermo.
También se podrá declarar el divorcio por el transcurso de más de un año,
después de declarada la separación de cuerpos, sin haber ocurrido en dicho
lapso la reconciliación de los cónyuges.
En este caso el Tribunal, procediendo sumariamente y a petición de
cualquiera de ellos, declarará la conversión de separación de cuerpos en
divorcio, previa notificación del otro cónyuge y con vista del procedimiento
anterior.
Artículo 185A
Cuando los cónyuges han permanecido separados de hecho por más de cinco
(5) años, cualquiera de ellos podrá solicitar el divorcio, alegando ruptura
prolongada de la vida en común.
Adulterio.
Abandono voluntario.
Condenación a presidio.
Cuando una pareja con hijos se separa, debe decidirse con quien vivirán
los hijos menores de 18 años (Artículo 351 L.O.P.N.N.A.). Es decir se debe
determinar quien ejercerá la custodia de los hijos. La custodia comprende la
asistencia material, la vigilancia y la educación de los hijos, así como la
facultad de imponerles correcciones adecuadas a su edad (Artículo 358
L.O.P.N.N.A.). En los casos de divorcio, las leyes establecen que los padres
podrán decidir de mutuo acuerdo, cuál de ellos ejercerá la Custodia de los
hijos de más de siete años. Los hijos que tengan siete años o menos, deben
permanecer con la madre, excepto el caso en que, por su interés superior
resulte inconveniente. De no existir acuerdo entre el padre y la madre, un juez
determinará con quien vivirán los hijos. En el caso de los hijos de siete años o
menos que no puedan vivir con la madre, el juez debe decidir si vivirán con el
padre (Artículo 360 L.O.P.N.N.A.). Cuando los hijos mayores de 12 años, el
padre, la madre o el Ministerio Público lo soliciten, el juez puede revisar y
modificar las decisiones en materia de custodia (Artículo 361 L.O.P.N.N.A.). Si
uno de los padres a que le ha sido impuesto el cumplimiento de la Obligación
de Manutención por un juez (a), y se niega a cumplirla a pesar de tener los
recursos económicos para hacerlo, perderá la posibilidad de que se le
conceda la custodia de sus hijos. Para revertir esta sanción deberá cumplir
perfectamente con esta obligación por más de un año. (Artículo 362
L.O.P.N.N.A.)
Los niños tienen el derecho de ver y estar con sus padres cuando así lo
deseen, así que no deberá prohibírsele el poder hacerlo. Pueden conversar y
llegar a un acuerdo acerca del régimen de visitas, vacaciones...y por supuesto
también deben acordar mutuamente las normas a señalar en ambos hogares
para que no existan confusiones. Por todo esto, los padres deben tratar de
llevar una relación respetuosa entre ambos, no expresar cosas negativas del
otro delante del niño (a), y no utilizar a los hijos para obtener beneficios
propios, ni para interrogarlo intentando explorar qué hace o deja de hacer el
otro padre; ni tampoco amenazar a sus hijos o imponer como un castigo a su
comportamiento el llevarlo o dejarlo con el otro progenitor. No someter al niño
o la niña a la difícil situación de escoger con qué progenitor quiere quedarse,
esto genera angustia y sentimientos encontrados.
En el caso de que exista una nueva pareja, darle tiempo al niño (a)
para que la conozca y se adapte a la nueva relación, se debe dejar que sean
quien decida como llamarla, ya que es preferible el papel de una buena amiga
o de un buen amigo que no asuma las responsabilidades y aplique normas
disciplinarias, que le corresponden a su padres biológicos.
El divorcio, por lo tanto, es la disolución legal del matrimonio por acuerdo entre
ambas partes o por la violación de alguno de los derechos u obligaciones
matrimoniales, que vienen dados por las diferencias entre las parejas y los
conflictos que estas generan haciendo que se imposibilite la vida en común y
la relación de pareja se ha torne conflictiva. En estos casos no solo se afecta
la vida en común de la pareja, ya que si durante el matrimonio concibieron
hijos, estos últimos también se ven afectados emocionalmente, no solo antes
del divorcio, sino además durante y después del mismo.
¿Cómo reaccionarán los niños ante sus padres cuando la familia sufre
estos cambios? ¿Se ajustarán a una nueva pareja de sus padres, y tal vez a
hermanastros? ¿Sufrirá su rendimiento escolar? ¿Se aislarán de sus amigos,
sufrirán tal vez daños emocionales permanentes?