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INTRODUCCIÓN

La violencia contra la mujer y la niña es un importante tema de salud y


derechos humanos. Tomando como referente la población femenina mundial,
por lo menos una de cada cinco mujeres ha sido maltratada física o
sexualmente por un hombre o varios hombres en algún momento de su vida.
En muchos casos, incluyendo las mujeres embarazadas y las niñas jóvenes,
son objeto de ataques graves, sostenidos o repetidos. En todo el mundo, se
ha calculado que la violencia contra la mujer es una causa de muerte e
incapacidad entre las mujeres en edad reproductiva tan grave como el cáncer
y es una causa de mala salud mayor que los accidentes de tránsito y la
malaria combinados.

El maltrato de la mujer es condenado de hecho en casi todas las


sociedades. El encausamiento y la condena de los hombres que golpean o
violan a las mujeres o las niñas son poco frecuentes en comparación con el
número de agresiones. Por lo tanto, la violencia opera como un medio para
mantener y reforzar la subordinación de la mujer.

Desde los años setenta, en el siglo veinte es reconocida su


especificidad y el hecho de que sus causas están en las características
estructurales de la sociedad, consecuencia de la histórica posición de la
mujer en la familia patriarcal, subordinada al varón, carente de plenos
derechos como persona. La violencia contra la mujer presenta numerosas
facetas que van desde la discriminación y el menosprecio hasta la agresión
física o psicológica y el asesinato. Produciéndose en muy diferentes ámbitos
(familiar, laboral, formativo,..), adquiere especial dramatismo en el ámbito de
la pareja y doméstico, en el que anualmente las mujeres son asesinadas a
manos de sus parejas por decenas o cientos en los diferentes países del
mundo. Todos estos aspectos, así como las medidas utilizadas en Venezuela
para proteger los derechos de las mujeres serán tratados a continuación en
esta investigación.
DESARROLLO.

Se define violencia como el uso de la fuerza (verbal, física y/o


psicológica) sobre el cuerpo, la voluntad, el deseo y los afectos de otras
personas .Se ejerce cuando una persona más fuerte, o con mayor autoridad y
poder, atenta contra los bienes, la libertad, la salud y los derechos humanos
de otras personas, amenazándolas, causándoles daño u obligándolas a
realizar actividades en contra de su voluntad y sus derechos.

En la mayoría de las culturas, las mujeres y los niños/as suelen


encontrarse en condiciones de menor poder, lo que les hace más vulnerables
a ser víctimas de violencia. La violencia hacia las mujeres es denominada
violencia de género o violencia basada en género y se refiere, a la que éstas
sufren por el hecho de ser mujeres, como una expresión de las relaciones de
poder entre hombres y mujeres. Este tipo de violencia puede darse en el
ámbito de la familia, en el lugar de trabajo, en la escuela, en la comunidad, en
la calle, en las instituciones.

La Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer,


define la violencia contra la mujer como: "Todo acto de violencia basado en el
género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o
psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la privación arbitraria de la
libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la vida privada."

La violencia de género encuentra sus raíces profundas en la


característica patriarcal de las sociedades en las que prevalecen estructuras
de subordinación y discriminación hacia la mujer, que consolidan la
conformación de conceptos y valores que descalifican sistemáticamente a la
mujer, sus actividades y sus opiniones.

Se trata, pues, de una violencia que se dirige sobre las mujeres por ser
consideradas, por sus agresores, carentes de los derechos fundamentales de
libertad, respeto, capacidad de decisión y del derecho a la vida. Esta situación
constituye un grave problema de salud pública y de violación sistemática de
sus derechos humanos, que muestra en forma dramática, los efectos de la
discriminación y subordinación de la mujer por razones de género en la
sociedad.

Contrario a lo esperado, es en el hogar donde la mujer está más


expuesta a ser víctima de violencia, siendo su pareja el autor de la mayoría de
los actos violentos. A este hecho se denomina violencia doméstica y es la
forma más común de violencia contra las mujeres.

TIPOS DE VIOLENCIA.

La Asamblea General de las Naciones Unidas aprueba en 1993 la


“Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer” en la que se
describen las expresiones de la violencia basada en género (VBG), las cuales
incluyen:

Violencia psicológica o emocional: Constituye toda acción u omisión que


cause daño, dolor, perturbación emocional, alteración psicológica o
disminución de la autoestima de la mujer. Esta se encuentra también en los
casos de violencia física y sexual. Incluye los siguientes actos: amenaza de
daño, aislamiento físico y social, celos extremos y posesión, privación,
intimidación, degradación y humillación; llamar a la víctima con nombres
peyorativos, criticarla, insultarla, devaluarla constantemente; ignorar,
minimizar o ridiculizar sus necesidades y sus logros

Violencia física: Es considerada como todo acto de fuerza que cause daño,
dolor o sufrimiento físico en las personas agredidas, cualquiera que sea el
medio empleado y sus consecuencias, sin considerarse el tiempo que se
requiera para su recuperación. La violencia física puede incluir los siguientes
maltratos: empujar, abofetear, golpear, patear; atacar con un arma; sujetar,
amarrar o recluir; dejar a la víctima en un lugar peligroso; negar ayuda a la
víctima estando enferma o herida.

Violencia sexual: se considera todo maltrato que constituya imposición en el


ejercicio de la sexualidad de una persona y que la obligue a tener relaciones u
otras prácticas sexuales con el agresor o con terceros, mediante el uso de la
fuerza física, intimidación, amenazas o cualquier otro medio coercitivo. La
violencia sexual incluye los siguientes actos: tratar de que la víctima realice
actos sexuales en contra de su voluntad; intentar tener actividad sexual con la
víctima cuando no está totalmente consciente, no se le pregunta o ella siente
temor a negarse; producir daño físico durante la relación sexual, o lesionar sus
genitales, incluyendo el uso de objetos o armas, de manera intravaginal, oral o
anal; obligar a la víctima a tener relaciones sexuales sin protección
anticonceptiva posibilitando la infección de una enfermedad de Transmisión
Sexual, criticar y utilizar palabras sexualmente degradantes para la víctima.

Violencia económica: es el ejercicio abusivo del poder que incluye el control


y manejo, por parte del hombre, de dinero, propiedades y, en general, de los
recursos de la familia. Algunas manifestaciones de este tipo de violencia son:
hacer que la mujer tenga que dar todo tipo de explicaciones cada vez que
necesita dinero; dar menos dinero del que se necesita en el hogar, a pesar de
contar con él; inventar que no hay dinero para gastos que la mujer considera
importantes; gastar el dinero sin consultar con la mujer; disponer del dinero de
la mujer; que el hombre tenga a su nombre las propiedades derivadas del
matrimonio; privar de vestimenta, comida, transporte o vivienda.

CICLO DE LA VIOLENCIA.

Generalmente, la violencia doméstica tiene un carácter cíclico y suele


manifestarse en tres etapas o fases:

1. Fase de tensión: En este período, las expresiones de violencia pueden


incluir insultos y un conjunto de demostraciones que no son
considerados por la mujer y el agresor, como extremas. En esta fase,
ella intentará calmarlo o evitará hacer aquello que le pueda molestar,
bajo la falsa suposición de que su acción o inacción logrará controlarlo.

2. Fase de explosión de la agresión: En esta etapa, ocurre un hecho


considerado extremo por parte de la víctima y el agresor. La tensión va
aumentando y los límites de las conductas consideradas no extremas
se reducen, generándose un incremento en el número y tipo de
situaciones de violencia física, psicológica y sexual.

3. Fase de reconciliación, arrepentimiento: luego de la fase de


explosión, el agresor intenta dar señales de arrepentimiento,
generalmente prometiendo que no volverá a ocurrir.

Algunas instituciones (AVESA; FUNDAMUJER; ORG. LAS MANUELAS)


que trabajan en la atención y prevención de la violencia intrafamiliar y de
género en América Latina han planteado que existe una fase intermedia, que
se da justo después de la fase de agresión: la fase de alejamiento o
separación temporal. En este período, la mujer busca ayuda en distintas
instancias, incluyendo familiares, amigos/as y centros de ayuda. Esta fase es
considerada muy importante ya que en ella la mujer adquiere información y
realiza actividades que pueden ayudarla a enfrentar el problema y, además,
generalmente evalúa distintas opciones en términos legales, de atención
psicológica y alternativas económicas, entre otras. Las intervenciones en esta
fase pueden hacer la diferencia entre la vida y la muerte de la mujer.

PERSPECTIVAS DE ANÁLISIS DEL PROBLEMA.

La violencia de género es un problema que afecta a todas las


sociedades y culturas y aparece como una situación con tendencia a
incrementarse en todo el globo. Se está considerando como una pandemia.
Alrededor de 30 estudios realizados en el mundo, muchos en América Latina,
señalan que entre el 20% y el 50% de las mujeres entrevistadas afirmaron que
fueron víctimas de violencia física por su pareja.

La obtención de datos estadísticos para dimensionar el problema


resulta sumamente difícil, entre otras por tres razones: a) resistencia de las
mujeres a realizar la denuncia, b) insuficiencia de recursos humanos formados
en las instituciones responsables de recibir y gestionar el encauzamiento de
las denuncias y c) ausencia de instrumentos de registros que posibiliten la
sistematización y procesamiento de la información proveniente de las distintas
instancias que atienden el problema. En América Latina y en Venezuela,
existe un sub-registro importante, así que los casos que llegan a registrarse,
ya sea en la policía, fiscalías o en los servicios de salud u otros servicios
sociales, representan solamente la punta del iceberg.

El problema de la violencia de género (o violencia basada en género


VBG) soporta diversas aristas para su análisis, ya que es reconocida como un
problema importante de salud pública y de derechos humanos. No obstante,
aún persisten en muchas prácticas religiosas y culturales que cercenan, no
sólo la integridad física de la mujer (la mutilación genital) sino sus derechos a
la vida y al disfrute. Las relaciones de poder presentes en el matrimonio y en
otros espacios (laborales, sociales, académicos, entre otros) restringen el
ejercicio de los derechos de las mujeres y atentan contra su autonomía
económica, jurídica, y personal, por lo que la VBG también es un problema
legal y una variable que contribuye en la perpetuación de la pobreza.

Las repercusiones económicas de la VBG se expresan a través de


pérdidas en la productividad de las mujeres afectadas y en el costo de los
servicios de salud para la atención de víctimas y transgresores. Representa
igualmente, un obstáculo para el ejercicio de la ciudadanía, el cual debe
garantizar la seguridad de las personas.

Es un fenómeno cultural que condiciona los comportamientos humanos


transmitidos a través de la socialización, por lo que resulta ser un problema
educativo y cultural. Las pautas de socialización estructuran las asignaciones
o roles de género en los que la represión de las emociones esgrime como
indicador de masculinidad, siendo la violencia psicologica, la rabia, e incluso la
violencia física, formas socialmente aceptadas para que ellos expresen sus
sentimientos.

Para algunos hombres, la violencia doméstica está frecuentemente


asociada al estrés económico, ya que la virilidad está asociada con la
productividad económica. Las conductas masculinas referidas a la VBG
suelen acompañarse con las asignaciones de género contempladas en la
feminidad. Expresiones como: “la mujer necesita alguien que la represente”;
“la mujer debe complacer al hombre”; “la mujer debe ser abnegada”, entre
otras muchas, nutren la representación social de la feminidad que las propias
mujeres han internalizado.

FACTORES ASOCIADOS A SU APARICIÓN Y BÚSQUEDA DE


SOLUCIONES.

Son diversas las variables que confluyen para propiciar la aparición de


la violencia de género. Entre las cuales destacan como las más
frecuentemente citadas, las siguientes: el nivel socioeconómico, la escolaridad
y el grupo de edad. Hay acuerdo en señalar que la VBG puede ocurrir en
todos los estratos económicos, sin embargo, mientras más bajas las tres
variables señaladas, más alto es el riesgo.

Otras variables asociadas son el estado civil (las mujeres no casadas


están en mayor riesgo), el haber sufrido abuso o violencia durante la infancia o
el haber sido testigo de ella (tanto la mujer como su pareja); la condición de
ocupación de la pareja (si está desempleado aumenta el riesgo) así como de
la mujer (si trabaja fuera de la casa disminuye el riesgo); la dependencia
económica de la mujer suele incrementar el riesgo, sobre todo cuando las
pautas sociales y culturales obstaculizan la obtención de bienes económicos
por parte de ella. En algunas culturas el hombre no sólo es el único que puede
heredar y manejar los bienes económicos (incluso procedentes de la familia
de ella), sino que puede decidir la vida o muerte de la mujer.

El número de hijos, el número de años de la unión, y el consumo de


alcohol (en los tres casos, mientras más alto, más riesgo de violencia). La
existencia de una marcada asimetría de poder en la pareja, sustentada en los
roles tradicionales de género, que no pocas veces enseña y hace creer a las
mujeres que se “merecen” ese maltrato.
Un elemento importante es el no reconocimiento de muchas conductas
como violentas asumidas como expresión natural de la virilidad como: “Es que
los hombres son así”. Es decir, que ni los hombres ni las mujeres identifican y
diferencian los hechos de violencia. Muchas mujeres desconocen que el ser
obligadas por el esposo a tener relaciones sexuales es una expresión de
violencia sexual, la cual se justifica con argumentos como “el deber de la
mujer es complacer a su marido”, o considerar que es parte del debito
conyugal, “para eso me casé con ella“, “para eso la mantengo” o “para eso soy
su mujer”.

Finalmente, muchas sociedades hacen poco o nada para reducir la


violencia o castigar a los que la cometen. Aun en lugares donde existen leyes
explícitas contra la violencia doméstica, este problema es frecuentemente
menospreciado por la policía y el sistema jurídico.

La prevención es la alternativa: El enfrentamiento del problema, al


igual que su génesis, es multifactorial. Contempla la formulación de marcos
normativos, su aplicación y difusión, el diseño de políticas y programas para
atención y prevención, así como de intervenciones sistemáticas, coherentes y
permanentes de educación y socialización. El feminismo contribuyó a
visualizar la VBG como un problema que trascienda la esfera privada del
hogar y que constituye un problema social, de orden público y de
competencia de los tribunales, que exige la formulación de políticas públicas y
programas para su atención y prevención.

En los últimos cinco años ha habido importantes avances en la


visualización y enfrentamiento del problema. Desde el contexto de reuniones y
acuerdos internacionales se ha exhortado a los gobiernos a asumir la VBG
como un problema que les atañe, pues constituye una violación de los
derechos humanos y un problema social y de salud pública que tiene un
impacto económico importante. Esto se ha traducido en la elaboración y/o
ajuste de marcos nacionales legales y en el diseño de políticas y estrategias
para abordar la situación.
En el ámbito educativo y cultural, la tarea apunta hacia la
reconstrucción de las asignaciones o roles de género tradicionales que
fomentan el uso de la violencia por parte del hombre y la aceptación por parte
de la mujer. Es necesario re-significar las masculinidades y educar a los niños,
niñas y adolescentes para la utilización del diálogo y la negociación en la
resolución de las diferencias. No es una tarea fácil ni de resultados
inmediatos, pero es una intervención que incide en la génesis del problema y
que debe acompañar a las acciones emprendidas en el ámbito legal y de
salud.

En el área de la atención, resulta fundamental incluir a las dos personas


involucradas: la mujer y el hombre. Este enfoque no ha sido el
tradicionalmente asumido, más bien se ha centrando en la víctima, tomando al
agresor como elemento para la penalización, más que para la intervención
psicológica y social.

Un ejemplo interesante es la Campaña del Lazo Blanco (White Ribbon


Campaign) iniciada en Canadá, la cual se desarrolla a nivel internacional, de
sensibilización sobre la violencia de los hombres contra las mujeres. La
Campaña está llegando a varios países del mundo, usando el lazo blanco
como un símbolo de garantía masculina en no cometer actos de violencia
contra mujeres y no eximir de responsabilidad a quien la practique. La
Campaña partió ahora para los Estados Unidos, España, Noruega, Australia,
Namibia y Finlandia, y ha inspirado campañas en México, Nicaragua y Brasil.
Es de hacer notar que se ha aplicado en países industrializados, en los
cuales, al igual que en aquellos en proceso de desarrollo, registran altas tasa
de VBG.

El trabajo de los países que participan en las reuniones internacionales


ha devenido en la estructuración de importantes acuerdos que han hecho un
llamado a la acción para eliminar la violencia contra las mujeres y tratar sus
causas subyacentes, para proporcionar servicios para las víctimas de la
violencia y crear conciencia pública sobre las consecuencias de la violencia
contra las mujeres y la necesidad de ponerle fin.
Entre los acuerdos internacionales de mayor relevancia, referidos al
tema se listan los siguientes:

 Declaración Universal de Derechos Humanos.


 Declaración sobre la eliminación de la discriminación contra la mujer.
 Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación
contra la mujer.
 Convención sobre los derechos políticos de la mujer.
 Declaración sobre la protección de la mujer y el niño en estados de
emergencia o de conflicto armado.
 Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer.
 Protocolo Facultativo de la Convención sobre la eliminación de todas
las formas de discriminación contra la mujer.
 Conferencia Mundial sobre los Derechos Humanos (Vienna 1993).
 Convención Interamericana sobre la Prevención, el Castigo y la
Eliminación de la Violencia contra la Mujer (Convención Belém do Pará)
(1994).
 Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (Cairo 1994).
 Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer (Beijing 1995).

Los documentos internacionales de derechos humanos abarcan documentos


escritos formales, como convenciones, declaraciones, afirmaciones de la
conferencia, normas, resoluciones y recomendaciones. Los tratados obligan
legalmente a los Estados que han ratificado o accedido a los mismos, y su
ejecución se observa mediante entidades de vigilancia, como la Comisión
sobre la Eliminación de la Discriminación de la Mujer (CEDAW). Las
declaraciones reflejan la norma progresiva del derecho internacional. Los
documentos adoptados por las Conferencias Mundiales reflejan un consenso
internacional.
DOCUMENTOS MUNDIALES.

La Declaración Universal de Derechos Humanos (1948) ha sentado las


bases para la creación de convenciones internacionales de derechos
humanos. El artículo 3 declara que todas las personas tienen derecho a la
vida, la libertad y la seguridad personal. Según el artículo 5, nadie será objeto
de tortura, trato o pena crueles, inhumanos o degradantes. Por consiguiente,
cualquier forma de violencia contra la mujer que represente una amenaza para
su vida, libertad o seguridad personal o que pueda interpretarse como tortura
o tratos crueles, inhumanos o degradantes infringe los principios de esta
declaración.

El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales,


(1966) junto con el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
prohíbe la discriminación por razón de género. La violencia afecta
perjudicialmente la salud de la mujer, por consiguiente, infringe el derecho de
disfrutar el máximo nivel posible de salud física y mental (artículo 12).
Además, el artículo 7 estipula el derecho de disfrutar condiciones de trabajo
justas y favorables que garanticen condiciones de trabajo inocuas y sanas.
Esta disposición abarca la prohibición de la violencia y el acoso de las mujeres
en su lugar de trabajo.

El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1966) prohíbe la


violencia en todas sus formas. El artículo 6.1 protege el derecho a la vida. El
artículo 7 prohíbe la tortura y el trato o pena inhumanos o degradantes. El
artículo 9 garantiza el derecho a la libertad y la seguridad de la persona.

La Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles,


Inhumanos o Degradantes (1984) brinda protección para todas las personas,
independientemente de su sexo, de una manera más detallada que el Pacto
Internacional sobre los Derechos Civiles y Políticos. Los estados deben tomar
medidas eficaces para impedir los actos de tortura (artículo 2).
La Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer (1979) es el instrumento internacional más
extenso que trata los derechos de la mujer. Aunque la violencia contra la
mujer no se aborda específicamente en la Convención, salvo en relación al
tráfico de mujeres y la prostitución (artículo 6), muchas de las cláusulas de
antidiscriminación protegen a las mujeres de la violencia. Los estados
signatarios han aceptado una política de eliminar la discriminación de la mujer
y adoptar medidas legislativas y de otra índole que prohíban la discriminación
contra la mujer (artículo 2).

La Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas


de Discriminación Racial (1965) declara que los estados signatarios se
comprometen a prohibir y eliminar la discriminación racial en todas sus formas
y a garantizar la posibilidad de disfrutar el derecho a la seguridad personal y la
protección del Estado contra la violencia o el daño corporal, ya sea infligido
por los funcionarios públicos o por cualquier grupo o institución (artículo 5).

Las cuatro Convenciones de Ginebra de 1949 y dos Protocolos


adicionales forman la piedra angular de la ley humanitaria internacional. Las
Convenciones de Ginebra requieren que todas las personas que no toman
parte activa en las hostilidades sean tratadas humanitariamente, sin distinción
adversa por cualquiera de los motivos usuales, como puede ser el género
(artículo 3). Ofrecen protección a todos los civiles contra la violencia sexual, la
prostitución forzada, el maltrato sexual y la violación. En lo referente al
conflicto armado internacional, el Protocolo Adicional I de las Convenciones
de Ginebra de 1949 crea obligaciones para las partes de un conflicto de tratar
humanitariamente a las personas bajo su control. Requiere que las mujeres
estén protegidas contra la violación, la prostitución forzada y la agresión
indecente. El Protocolo Adicional II, aplicable durante los conflictos internos,
también prohíbe la violación, la prostitución forzada y la agresión indecente.

La Convención sobre los Derechos del Niño (1989) declara que las partes
deben tomar medidas legislativas, administrativas, sociales y educativas
apropiadas para proteger al niño de la violencia física o mental, el abuso, el
maltrato o la explotación (artículo 19). Los estados actuarán en consecuencia
para impedir la explotación de los niños en la prostitución u otras prácticas
sexuales ilegales, y la explotación de los niños en actuaciones y materiales
pornográficos (artículo 34).

MARCO LEGAL ESTABLECIDO EN VENEZUELA EN CONTRA DE LA


VIOLENCIA Y PARA LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHO DE LAS
MUJERES.

En nuestro país, se estableció desde el año 1998 las medidas de


protección a la mujer contra la violencia, a través de la ley sobre la violencia
contra la mujer, la cual fue derogada por la actual Ley Orgánica sobre el
Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, debido al nivel de
importancia que tiene esta problemática mundial en nuestro país y al hecho de
que se trata de una ley que debe desarrollar los derecho constitucionales de
las mujeres, de allí su carácter orgánico (artículo 203 de la Constitución de la
Republica Bolivariana de Venezuela). Derechos estos que se encuentran
garantizados en la Constitución Nacional en sus artículos 19, 20 y 21 de la
siguiente manera

Artículo 19. El Estado garantizará a toda persona, conforme al principio de


progresividad y sin discriminación alguna, el goce y ejercicio irrenunciable,
indivisible e interdependiente de los derechos humanos. Su respeto y garantía
son obligatorios para los órganos del Poder Público de conformidad con esta
Constitución, con los tratados sobre derechos humanos suscritos y ratificados
por la República y con las leyes que los desarrollen.

Artículo 20. Toda persona tiene derecho al libre desenvolvimiento de su


personalidad, sin más limitaciones que las que derivan del derecho de las
demás y del orden público y social.

Artículo 21. Todas las personas son iguales ante la ley; en consecuencia:

1. No se permitirán discriminaciones fundadas en la raza, el sexo, el


credo, la condición social o aquellas que, en general, tengan por objeto
o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio
en condiciones de igualdad, de los derechos y libertades de toda
persona.
2. La ley garantizará las condiciones jurídicas y administrativas para que
la igualdad ante la ley sea real y efectiva; adoptará medidas positivas a
favor de personas o grupos que puedan ser discriminados, marginados
o vulnerables; protegerá especialmente a aquellas personas que por
alguna de las condiciones antes especificadas, se encuentren en
circunstancia de debilidad manifiesta y sancionará los abusos o
maltratos que contra ellas se cometan.

En estos artículos es donde la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres


a una Vida Libre de Violencia, haya su fundamento constitucional, además de
otros marcos legales que le sirven al efecto como:

 Igualdad ante la Ley Artículo 7 Declaración Universal de los Derechos


Humanos y Artículo 24 Convención Americana Sobre Derechos
Humanos el Pacto de San José.
 Derecho del Trabajo e Igualdad, artículo 88 Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela.

El objeto de esta ley es garantizar y promover el derecho de las mujeres a


una vida libre de violencia, creando condiciones para prevenir, atender,
sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en cualquiera de sus
manifestaciones y ámbitos, impulsando cambios en los patrones
socioculturales que sostienen la desigualdad de género y las relaciones de
poder sobre las mujeres, para favorecer la construcción de una sociedad justa
democrática, participativa, paritaria y protagónica”.

Para garantizar esto, establece una serie de conceptos acerca de la


violencia y tipos de violencia que puede sufrir una mujer, tipificándolas como
delito, dicha ley define la violencia contra la mujer en su artículo 14 de la
siguiente manera:

Artículo 14. La violencia contra las mujeres a que se refiere la presente Ley,
comprende todo acto sexista o conducta inadecuada que tenga o pueda tener
como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual, psicológico, emocional,
laboral, económico o patrimonial; la coacción o la privación arbitraria de la
libertad, así como la amenaza de ejecutar tales actos, tanto si se producen en
el ámbito público como en el privado.

Formas de Violencia en Contra de la Mujer: Dicha ley establece como


formas de violencia en su artículo 15:

Violencia Psicológica:

Son todos aquellos actos capaces de atentar contra la estabilidad


emocional y psíquica de la víctima, usando como medios tratos humillantes y
vejatorios, ofensas, aislamiento, vigilancia permanente, comparaciones
destructivas o amenazas genéricas constantes y cuyo propósito es la
afectación de la estabilidad emocional y psíquica de la víctima.

Acoso u Hostigamiento:

Son todas las acciones tendientes a intimidar, Chantajear, Acosar u


Hostigar, a través de comportamientos, expresiones verbales o escritas, o
mensajes electrónicos; con el fin de afectar la estabilidad emocional, laboral,
económica, familiar o educativa de la mujer.

Amenaza:

Son los anuncios o actos intimidantes que impliquen la probabilidad de


causar un grave daño; usando expresiones verbales, escritos o mensajes
electrónicos, tendientes a lesionar el derecho de la víctima a actuar y decidir
con libertad.

Violencia Física:

Es considerado como violencia física, cualquier acto violento que


implique contacto y uso de la fuerza física, que consecuencialmente produzca
un daño o sufrimiento físico a una mujer con la intensión de causar lesiones a
la integridad física de la mujer.
Violencia Sexual:

Consiste en constreñir u obligar, por medio de violencias o amenazas a


la mujer a acceder a un contacto sexual no deseado que comprenda
penetración por vía vaginal, anal u oral, aun mediante la introducción de
objetos de cualquier clase por alguna de estas vías.

Acto Carnal con Víctima Especialmente Vulnerable:

Incurre en este delito quien ejecuta un Acto Carnal contra una mujer en
aprovechamiento de la condición personal de la víctima, o de la relación que
posea con el actor; como son: la vulnerabilidad en razón de la edad sea mayor
o menor, superioridad o parentesco con la víctima, o que esta le haya sido
confiada para su custodia en caso de detención o condena, o la discapacidad
física o mental o la victima haya sido privada de la capacidad de discernir por
el suministro de fármacos o sustancias psicotrópicas.

Actos Lascivos:

Se refiere a constreñir a una mujer aprovechándose de la condición


personal de esta como víctima, o de su relación con el actor, a acceder a un
acto sexual que aunque no es deseado, es distinto al de una violación sexual
ya que no existe la intención de tal distinto

Prostitución Forzada:

Consiste en obligar a una mujer a través del uso de la fuerza física, la


amenaza de violencia, la coacción psicológica o el abuso de poder a realizar
uno o más actos de naturaleza sexual con el objeto de obtener a cambio
ventajas de carácter pecuniario o de otra índole, en beneficio propio o de un
tercero.
Esclavitud Sexual:

Se trata de privar de su libertad a una mujer con el fin de explotarla


sexualmente mediante la compra, venta, préstamo, trueque u otra negociación
análoga, y obligándola a realizar uno o más actos de naturaleza sexual.

Acoso Sexual:

Es la solicitud de cualquier acto o comportamiento de contenido sexual,


para sí o para un tercero, o el procurar cualquier tipo de acercamiento sexual
no deseado que realice un hombre prevaliéndose de una situación de
superioridad laboral, docente o análoga, o con ocasión de relaciones
derivadas del ejercicio profesional, y con la amenaza expresa o tácita de
causarle a la mujer un daño relacionado con las legítimas expectativas que
ésta pueda tener en el ámbito de dicha relación.

Violencia Laboral:

Es la discriminación hacia la mujer en los centros de trabajo: públicos o


privados que obstaculicen su acceso al empleo, ascenso o estabilidad en el
mismo, tales como exigir requisitos sobre el estado civil, la edad, la apariencia
física o buena presencia, o la solicitud de resultados de exámenes de
laboratorios clínicos, que supeditan la contratación, ascenso o la permanencia
de la mujer en el empleo. Constituye también discriminación de género en el
ámbito laboral quebrantar el derecho de igual salario por igual trabajo.

Violencia Patrimonial y Económica:

Se considera violencia patrimonial y económica toda conducta activa u


omisiva que directa o indirectamente, en los ámbitos público y privado, esté
dirigida a ocasionar un daño a los bienes muebles o inmuebles en menoscabo
del patrimonio de las mujeres víctimas de violencia o a los bienes comunes,
así como la perturbación a la posesión o a la propiedad de sus bienes,
sustracción, destrucción, retención o distracción de objetos, documentos
personales, bienes y valores, derechos patrimoniales o recursos económicos
destinados a satisfacer sus necesidades; limitaciones económicas
encaminadas a controlar sus ingresos; o la privación de los medios
económicos indispensables para vivir.

Violencia Obstétrica:

Se entiende por violencia obstétrica la apropiación del cuerpo y


procesos reproductivos de las mujeres por personal de salud, que se expresa
en un trato deshumanizador, en un abuso de medicalización y patologización
de los procesos naturales, trayendo consigo pérdida de autonomía y
capacidad de decidir libremente sobre sus cuerpos y sexualidad, impactando
negativamente en la calidad de vida de las mujeres.

Esterilización Forzada:

Se entiende por esterilización forzada, realizar o causar


intencionalmente a la mujer, sin brindarle la debida información, sin su
consentimiento voluntario e informado y sin que la misma haya tenido
justificación, un tratamiento médico o quirúrgico u otro acto que tenga como
resultado su esterilización o la privación de su capacidad biológica y
reproductiva.

Violencia Mediática:

Se entiende por violencia mediática la exposición, a través de cualquier


medio de difusión, de la mujer, niña o adolescente, que de manera directa o
indirecta explote, discrimine, deshonre, humille o que atente contra su
dignidad con fines económicos, sociales o de dominación.

Violencia Institucional:

Son las acciones u omisiones que realizan las autoridades, funcionarios


y funcionarias, profesionales, personal y agentes pertenecientes a cualquier
órgano u ente público que contrariamente al debido ejercicio de sus
atribuciones, retarden, obstaculicen o impidan que las mujeres tengan acceso
a las políticas públicas y ejerzan los derechos previstos en esta Ley, para
asegurarles una vida libre de violencia.

Violencia Simbólica:

Son mensajes, valores, iconos, signos que transmiten y reproducen


relaciones de dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones
sociales que se establecen entre las personas y naturalizan la subordinación
de la mujer en la sociedad.

Tráfico de Mujeres, Niñas y Adolescentes:

Son todos los actos que implican su reclutamiento o transporte dentro o


entre fronteras, empleando engaños, coerción o fuerza, con el propósito de
obtener un beneficio de tipo financiero u otro de orden material de carácter
ilícito.

Trata de Mujeres, Niñas y Adolescentes:

Es la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de


mujeres, niñas y adolescentes, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza
o de otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de
poder o de una situación de vulnerabilidad o la concesión o recepción de
pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga
autoridad sobre mujeres, niñas o adolescentes con fines de explotación, tales
como prostitución, explotación sexual, trabajos o servicios forzados, la
esclavitud o prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción
de órganos.
MEDIDAS DE PROTECCIÓN

Aun cuando el objeto de la ley es evitar los casos de violencia en contra de las
mujeres, desgraciadamente estos se siguen dando, por lo cual la misma ley
prevé una serie de medidas para proteger la dignidad de las mujeres que son
víctimas de tales agresiones y abusos como lo son:

a. El trato digno de respeto y apoyo con la condición de la victima por


parte de los funcionarios encargados de recibir las denuncias que
incluye(artículo 33):

a.1 Asesorar a las mujeres víctimas de violencia sobre la


importancia de preservar las evidencias.
a.2 Proveer a las mujeres agredidas información sobre los derechos
que esta Ley le confiere y sobre los servicios gubernamentales o
no gubernamentales disponibles para su atención y tratamiento.
a.3 Cualquier otra información que los órganos receptores
consideren importante señalarle a la mujer en situación de
violencia para su protección.

b. Derecho a la reducción o reordenación de su tiempo de trabajo cuando


la trabajadora o funcionaria haya sido víctima de violencia o agresión
(artículo 34).

c. Asistencia jurídica gratuita, cuando la mujer carezca de la misma o no


tenga los medios económicos para obtener una (artículo 36).

d. Como forma preventiva para proteger a la mujer agredida en su


integridad física, psicológica, sexual y patrimonial, y de toda acción que
viole o amenace a los derechos contemplados en esta Ley, evitando así
nuevos actos de violencia los órganos receptores de denuncias
deberán aplicar las siguientes medidas de protección (artículo 87):

d.1 Referir a las mujeres agredidas que así lo requieran, a los


centros especializados para que reciban la respectiva orientación
y atención.
d.2 Tramitar el ingreso de las mujeres víctimas de violencia, así
como de sus hijos e hijas que requieran protección a las casas
de abrigo de que trata el artículo 32 de esta Ley. En los casos en
que la permanencia en su domicilio o residencia, implique
amenaza inminente o violación de derechos previstos en esta
Ley. La estadía en las casas de abrigo tendrá carácter temporal.
d.3 Ordenar la salida del presunto agresor de la residencia común,
independientemente de su titularidad, si la convivencia implica
un riesgo para la seguridad integral: física, psíquica, patrimonial
o la libertad sexual de la mujer, impidiéndole que retire los
enseres de uso de la familia, autorizándolo a llevar sólo sus
efectos personales, instrumentos y herramientas de trabajo. En
caso de que el denunciado se negase a cumplir con la medida,
el órgano receptor solicitará al Tribunal competente la
confirmación y ejecución de la misma, con el auxilio de la fuerza
pública.
d.4 Reintegrar al domicilio a las mujeres víctimas de violencia,
disponiendo la salida simultánea del presunto agresor, cuando
se trate de una vivienda común, procediendo conforme a lo
establecido en el numeral anterior.
d.5 Prohibir o restringir al presunto agresor el acercamiento a la
mujer agredida; en consecuencia, imponer al presunto agresor la
prohibición de acercarse al lugar de trabajo, de estudio y
residencia de la mujer agredida.
d.6 Prohibir que el presunto agresor, por sí mismo o por terceras
personas, realice actos de persecución, intimidación o acoso a la
mujer agredida o algún integrante de su familia.
d.7 Solicitar al órgano jurisdiccional competente la medida de arresto
transitorio.
d.8 Ordenar el apostamiento policial en el sitio de residencia de la
mujer agredida por el tiempo que se considere conveniente.
d.9 Retener las armas blancas o de fuego y el permiso de porte,
independientemente de la profesión u oficio del presunto
agresor, procediendo a la remisión inmediata al órgano
competente para la práctica de las experticias que correspondan.
d.10 Solicitar al órgano con competencia en la materia de
otorgamiento de porte de armas, la suspensión del permiso de
porte cuando exista una amenaza para la integridad de la
víctima.
d.11 Imponer al presunto agresor la obligación de proporcionar a la
mujer víctima de violencia el sustento necesario para garantizar
su subsistencia, en caso de que ésta no disponga de medios
económicos para ello y exista una relación de dependencia con
el presunto agresor. Esta obligación no debe confundirse con la
obligación alimentaria que corresponde a los niños, niñas y
adolescentes, y cuyo conocimiento compete al Tribunal de
Protección.
d.12 Solicitar ante el juez o la jueza competente la suspensión del
régimen de visitas al presunto agresor a la residencia donde la
mujer víctima esté albergada junto con sus hijos o hijas.
d.13 Cualquier otra medida necesaria para la protección de todos los
derechos de las mujeres víctimas de violencia y cualquiera de los
integrantes de la familia.
CONCLUSIÓN

La violencia contra las mujeres no es exclusiva de ningún sistema


político o económico; se da en todas las sociedades del mundo y sin distinción
de posición económica, raza o cultura. Las estructuras de poder de la
sociedad que la perpetúan se caracterizan por su profundo arraigo y su
intransigencia. En todo el mundo, la violencia o las amenazas de violencia
impiden a las mujeres ejercitar sus derechos humanos y disfrutar de ellos.

Hoy en día numerosos países cuentan con estrategias específicas para


combatir la violencia contra la mujer. Estos países han modificado su
legislación incluyendo en ella leyes contra la violencia hacia la mujer como es
el caso venezolano; diseñan planes generales y sectoriales para combatirla y
promueven campañas para interesar a los diferentes ámbitos de la sociedad
en este problema. Estas estrategias han servido a su vez para sensibilizar a
Estados y Sociedad ante otras formas de violencia: contra la infancia,
ancianos, minusválidos, colectivos minoritario. No obstante, la violencia contra
la mujer sigue produciéndose en tasas insoportables.

En Venezuela, aun cuando existe una legislación que busca proteger


los derechos de la mujer en contra de la violencia, el problema de la violencia
contra la mujer se ha invisibilizado desde el aspecto práctico. En pleno siglo
XXI, todavía en algunos sectores de la sociedad se considera normal que una
mujer sufra agresiones de su pareja, y peor aún, suele culpársele por
supuestamente provocar los malos tratos que recibe, ya que en los mismos la
mujer suele verse como la única responsable del cuidado de la familia, del
éxito del matrimonio o fracaso de los hijos. Por lo cual se hace necesario
sensibilizar a la gente para combatir la ignorancia y cambiar estos paradigmas
culturales. Uno de los principales obstáculos para atacar los casos de
agresiones, es el silencio y temor a denunciarlos. Por lo cual, debe dejarse
atrás el miedo y exigir respeto a los derechos que contempla la Ley Orgánica
Sobre el Derecho de las Mujeres a una vida libre de violencia.

El respaldo de la familia a la víctima es fundamental, pues debe dejar


de justificar los ataques, como ocurre en una sociedad con características
machistas como la nuestra.
BIBLIOGRAFIA

 Álvarez, Ofelia. El enfoque de Género y la violencia contra las


mujeres: Aproximación al análisis de los conceptos. Revista
Venezolana de Estudios de la Mujer. CEM. Caracas, 2006.

 Lorena Fíes, Victoria Hurtado. Serie Mujer y Desarrollo: Estudio de la


Información Sobre la Violencia contra la mujer en América Latina y
el Caribe; Naciones Unidas, CEPAL, Santiago de chile 2010.

 Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela, Gaceta


Oficial N° 5.453- Extraordinaria del 24 de Marzo de 2000.

 Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de


Violencia., Gaceta Oficial N°. 38.647 del 19 de Marzo de 2007.

 Ley Aprobatoria de la Convención Americana Sobre Derechos


Humanos “Pacto de San José de Costa Rica”; Copia de la Gaceta
Oficial N°. 31.256 del 14 de Junio de 1977.
INDICE

Introducción.

Desarrollo.

Tipos de violencia.

Violencia psicológica o emocional.

 Violencia física
 Violencia sexual
 Violencia económica

Ciclo de la violencia.

Perspectivas de análisis del problema.

Factores asociados a su aparición y búsqueda de soluciones.

Documentos mundiales.

Marco legal establecido en Venezuela en contra de la violencia y para la


protección de los derecho de las mujeres.

Formas de Violencia en Contra de la Mujer.

Medidas de protección.

Conclusión.

Bibliografía.

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