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JURISPRUDENCIA

Roj: STMT 71/2005 - ECLI: ES:TMT:2005:71


Id Cendoj: 08019830032005100013
Órgano: Tribunal Militar Territorial
Sede: Barcelona
Sección: 3
Fecha: 18/10/2005
Nº de Recurso: 2/2005
Nº de Resolución: 20/2005
Procedimiento: Recurso contencioso-disciplinario militar
Ponente: MARCELO ORTEGA GUTIERREZ-MATURANA
Tipo de Resolución: Sentencia

Resoluciones del caso: STMT 71/2005,


STS 4269/2006

TRIBUNAL MILITAR TERRITORIAL TERCERO


SALA DE LO CONTENCIOSO DISCIPLINARIO
SENTENCIA NÚM. 20 / 2005
AUDITOR PRESIDENTE DE SALA
Iltmo. Sr. Teniente Coronel Auditor
D. Marcelo Ortega Gutiérrez Maturana
VOCALES TOGADOS
Iltmo. Sr. Teniente Coronel Auditor
D. Manuel Osuna Martín
Iltma. Sra. Comandante Auditor
Dª María Luz Pozuelo Antoni
EN NOMBRE DEL REY
La Sala de lo Contencioso Disciplinario del Tribunal Militar Territorial Tercero, constituido por los señores al
margen indicados,
con la potestad jurisdiccional que dimana de la Constitución y les confiere la Ley Orgánica de Competencia
y Organización de la
Jurisdicción Militar, dicta la siguiente
SENTENCIA
En la ciudad de Barcelona, a dieciocho de octubre del año dos mil cinco.
Visto el presente Recurso Contencioso Disciplinario Militar Preferente y Sumario número 02/05 seguido
ante esta Sala a instancias del Comandante de la Guardia Civil D. Víctor , entonces Comandante 2º
Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Girona, contra resolución sancionadora por la que se le
impuso el correctivo de Reprensión, como autor de una falta leve incursa en el apartado 2 del artículo 7
de la Ley Orgánica 11/1991 de 17 de junio, del Régimen Disciplinario de la Guardia Civil (LORDGC ) bajo el
concepto de "la negligencia en el cumplimiento de sus obligaciones profesionales", porque desatendiendo
las indicaciones del Teniente Coronel Jefe de la Comandancia, y aprovechando su ausencia, estableció unos
servicios previsiblemente ineficaces en los que estaba interesado, perjudicando a la Unidad y contraviniendo
intencionadamente los criterios de su Jefe de Comandancia.

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JURISPRUDENCIA

Dicha sanción le fue impuesta por el Teniente Coronel Primer Jefe de la Comandancia, mediante escrito de
fecha 14 de diciembre de 2004, y es ratificada, por el General Jefe de la 7ª Zona de Cataluña por escrito de
fecha 17 de enero de 2005. Tal resolución fue notificada al recurrente el día 24 del mismo mes y año.
El Recurrente actúa en nombre y derecho propio. Ha sido parte, la Administración demandada, representada
por la Abogacía del Estado, así como el Fiscal Jurídico Militar, dada la especial naturaleza de este recurso.
Es vocal ponente para la redacción de esta Sentencia, que recoge el parecer de la Sala, el Teniente Coronel
Auditor D. Marcelo Ortega Gutiérrez Maturana.

ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO: Que el Comandante de la Guardia Civil D. Víctor , con destino -en la fecha de autos- en la
Comandancia de Girona, interpone Recurso Contencioso Disciplinario Militar Preferente y Sumario contra
resolución sancionadora por la que se le impuso el correctivo de Reprensión, como autor de una falta leve
incursa en el apartado 2 del artículo 7 LORDGC bajo el concepto de "la negligencia en el cumplimiento
de sus obligaciones profesionales", porque desatendiendo las indicaciones del Teniente Coronel Jefe de la
Comandancia, y aprovechando su ausencia, estableció unos servicios previsiblemente ineficaces en los que
estaba interesado, perjudicando a la Unidad y contraviniendo intencionadamente los criterios de su Jefe de
Comandancia.
Dicha sanción le fue impuesta por el Teniente Coronel Primer Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de
Girona, mediante escrito de fecha 14 de diciembre de 2004, y es ratificada por el General Jefe de la 7ª Zona
de Cataluña, por escrito de fecha 17 de enero de 2005. Tal resolución fue notificada al recurrente el día 24 del
mismo mes y año.
Tras la admisión de solicitud del procedimiento, se sustanció el presente Recurso Contencioso-Disciplinario
Militar Preferente y Sumario, fijando cada parte sus pretensiones.
SEGUNDO: Invoca el Recurrente, en sus escritos de interposición (folio 2), de demanda (folios 31a 49) y en sus
conclusiones sucintas (folio 75), que la Administración en su actuar ha vulnerado los derechos fundamentales
del recurrente recogidos en los artículos: 24.1 de la Constitución Española (CE), indefensión, por no haberse
llevado a cabo la audiencia y desviación de poder. El recurrente interesa se dicte resolución por la que se estime
el recurso declarando nulos y sin efectos los acuerdos recurridos.
TERCERO: El Abogado del Estado, como legal defensor de la Administración sancionadora, al contestar la
demanda, (folios 51 a 54) y en su escrito de conclusiones sucintas (folio 72), argumenta la no infracción de
derecho ni principio constitucional alguno, solicitando del Tribunal, consecuentemente, la desestimación del
recurso.
El Fiscal Jurídico Militar, en sus correspondientes escritos de contestación de la demanda (folios 57 a
60) y de conclusiones sucintas (folio 69), sostiene, igualmente, que no existe vulneración de los derechos
fundamentales del recurrente, y, por tanto, solicita la desestimación del recurso.
CUARTO: Que no se ha recibido el procedimiento a prueba, al no haberlo pedido, en forma, ninguna de las
partes.
QUINTO: Como hechos probados el Tribunal, expresamente, declara los siguientes: Que -a pesar de las
advertencias al respecto, y de habérselo desaconsejado expresamente, hasta en tres ocasiones anteriores
previas a las ausencias del Teniente Coronel Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Girona de la
misma-, durante los meses de octubre y noviembre del año 2004, el Comandante de la Guardia Civil D. Víctor
, (DNI. NUM000 ), aprovechando una Comisión de Servicio del Teniente Coronel Jefe de la Comandancia,
y, desatendiendo sus indicaciones y desobedeciendo sus criterios para el ejercicio del Mando, estableció
unos servicios (refuerzo de controles y seguridad estática), que además de su previsible ineficacia, podrían
desestructurar el normal desarrollo de algunas unidades, al emplear, de forma sistemática, personal de varios
departamentos de la Jefatura de la Comandancia en misiones no apropiadas, causando fuertes malestares
que, en ocasiones, llegaron hasta las bajas psicológicas.
Solicitado, en trámite de audiencia, informe sobre los hechos, el Comandante Víctor , lo realiza, por escrito de
fecha 30 de noviembre de 2004, que a los efectos del presente se da por reproducido, que no es considerado
suficiente por el mando Sancionador para desvirtuar la imputación realizada.
Como consecuencia de los hechos relatados al Comandante de la Guardia Civil D. Víctor , le fue impuesto por
el Teniente Coronel Jefe de la Comandancia de Girona, mediante escrito de fecha 14 de diciembre de 2004,
el correctivo de Reprensión, como autor de una falta leve incursa en el apartado 2 del artículo 7 LORDGC bajo
el concepto de "la negligencia en el cumplimiento de sus obligaciones profesionales", porque desatendiendo

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las indicaciones del Teniente Coronel, y aprovechando su ausencia, estableció unos servicios previsiblemente
ineficaces en los que estaba interesado, perjudicando a la Unidad y contraviniendo intencionadamente los
criterios de su Jefe de Comandancia. Dicha sanción es ratificada por el General Jefe de la 7ª Zona de Cataluña,
mediante escrito de fecha 17 de enero de 2005.

FUNDAMENTOS JURÍDICOS
I.- En Primer lugar no considera la Sala inútil recordar que las sanciones administrativas que se imponen por
apreciarse la comisión de faltas leves conforme a la Ley Orgánica 11/1991, del Régimen Disciplinario de la
Guardia Civil , y, en concreto, los actos que resuelven recursos contra la imposición de dichas sanciones,
no son, en principio, a tenor de lo dispuesto en el artículo 468 de la Ley Procesal Militar (LPM), recurribles
en la vía contencioso-disciplinaria militar, salvo que afecten, entiéndase bien, al ejercicio de los derechos
fundamentales de la persona señalados en el artículo 53.2 CE , en cuyo caso, y solamente en él, en virtud
de lo establecido en los artículos 453 y 518 de la Ley rituaria Militar, se puede acudir a esta especial vía
contenciosa preferente y sumaria. No es, por tanto, el mero desacuerdo del corregido con la sanción impuesta
lo que legítima el amparo del recurrente en el recurso militar preferente y sumario de referencia sino la defensa
de los derechos fundamentales aludidos. Quiere entonces ello decir que la competencia de este Tribunal
queda funcionalmente restringida a declarar si es o no conforme a Derecho la resolución o acto recurrido, en
tanto en cuanto se haya producido o no la vulneración constitucional invocada, pero sin que le sea dado al
Tribunal entrar en una posible revisión por razón de haberse infringido un precepto o advertirse quebranto o
error en la aplicación de la ley ordinaria salvo, claro está, que ello fuera preciso y pertinente para determinar
si efectivamente se ha vulnerado el derecho constitucional que se invoca o bien cualquier otro de los aludidos
en el artículo 53.2 de nuestra Carta Magna. Queda, por tanto, fijado que el Tribunal ha de limitarse a amparar
al demandante en el supuesto de que, efectivamente, se le hayan vulnerado los derechos constitucionales
iterados pero sin que le sea dado actuar como un órgano en instancia ordinaria de revisión por apelación, lo
que conlleva que, pudiendo ser no totalmente ajustada a Derecho una resolución o no compartiendo la Sala
el criterio mostrado por el órgano administrativo resolutorio competente, y a pesar de ello, el demandante no
podrá obtener estimación de su pretensión formulada en este proceso judicial contencioso militar preferente
y sumario si no se da, además y efectivamente, la vulneración de alguno de los derechos fundamentales
señalados en el repetido artículo 53.2 CE .
II.- La Competencia, según lo anteriormente expuesto, queda funcionalmente restringida a declarar en el
presente Recurso Contencioso Disciplinario Preferente y Sumario número 02/05 si es o no conforme a
Derecho el acto recurrido, en tanto en cuanto, se hayan producido realmente las vulneraciones constitucionales
denunciadas, en concreto las relativas a los artículos: 24.1 CE , indefensión, por no haberse llevado a cabo la
audiencia y desviación de poder. Por ello y aun cuando la invocación del derecho fundamental que cita pudiera
no estar correctamente desarrollada, no es menos cierto que, el mismo, considera vulnerado con la resolución
recurrida el derecho fundamental que invoca y que el Tribunal, aún cuando éste pueda estar defectuosamente
invocado, debe examinar y resolver sobre si tal vulneración se ha producido. El recurrente interesa, en definitiva,
se dicte resolución por la que se estime el recurso declarando nulos y sin efectos los acuerdos recurridos.
III.- Comenzaremos el examen de las alegaciones por las relativas a la presunta infracción del artículo 24.1 CE ,
indefensión, que fundamenta en la inexistencia de trámite de audiencia, por considerar que no es equiparables
la elaboración de un Informe, como el que se le solicitó por el Jefe de la Comandancia, a la presentación de las
alegaciones que previene el procedimiento sancionador, pues en la elaboración de un informé se está obligado
a decir la verdad, mientras que, en la obra elaboración de las alegaciones, no se está sujeto a tal obligación.
En el presente caso ha de examinarse, si ha existido o no vulneración del derecho fundamental a la defensa
recogido en el artículo 24.1 CE , por no ser oído, el ahora recurrente, sobre los hechos por los que mas tarde se
le sanciona disciplinariamente, no cumplimentándose, por tanto, el trámite de audiencia exigido en el artículo
38 LORDGC . Del examen de las actuaciones resulta que el Teniente Coronel que sanciona los hechos tiene
conocimiento directo de los mismos y una vez examinados y verificados solicita del presunto infractor le
informe sobre las razones por las que los ha llevado a cabo. Es mas, como apunta el Ministerio Fiscal, las
preguntas que el Mando Sancionador formula al recurrente en su escrito de 30 de noviembre de 2004, en el que
se le requiere el citado informe, no puede considerarse como de mera investigación, sino mas bien como una
posibilidad, que se concede al presunto infractor, de justificar los motivos de su conducta para su valoración
por dicho Mando a los efectos de estimar, o no cometida la falta leve. Es especialmente significativo, como muy
bien señala el Ministerio Fiscal, el que en dicho escrito se le requiera a que exponga los motivos por los cuales
establece los servicios a pesar de haber sido expresamente desaconsejados por el Jefe de la Unidad que no
es otro que el propio Mando Sancionador. El sancionado conoce, en este caso, perfectamente cuáles son los
hechos son los que ha de defenderse que están circunscritos en el escrito en el que se solicita alegaciones o

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JURISPRUDENCIA

informe, y tal circunstancia recoge sobradamente la exigencia de audiencia previa recogida en el artículo 38
LORDGC , por lo que no existe la infracción procedimental de la que derivaría la indefensión denunciada, pues
el Mando Sancionador otorga al infractor en vía disciplinaria la posibilidad de explicar los motivos por los que
ha realizado los hechos que se le imputa.
La proscripción de la indefensión, se garantiza e instrumenta a través de otros derechos que de forma mediata
deben respetarse, y sólo a través de la infracción de estos últimos se provocará inmediata indefensión. Lo
que no cabe es deducirla de la aplicación de los mecanismos legales que se establecen en su garantía La
Jurisprudencia ha venido afirmando, con reiteración, que no se produce indefensión cuando el actor ha tenido
conocimiento de los cargos que se le imputaban, actuándose para llegar a la resolución conforme previene
el artículo 38 LORDGC , es decir mediante un procedimiento preferentemente oral. En este caso, el Mando
sancionador, como hemos visto, tras tener conocimiento directo de un hecho, presuntamente, constitutivo de
falta leve cometido por un subordinado, procedió a verificar la exactitud del mismo y oye al presunto infractor,
tras lo cual consigna en la resolución sancionadora un extracto de las alegaciones efectuadas por el recurrente,
imponiendo finalmente la sanción disciplinaria. Se ha seguido, pues, escrupulosamente, el procedimiento
previsto, para la imposición de sanciones por falta leve, habiendo de concluirse, que no existe, la indefensión
denunciada por el recurrente en la imposición del correctivo. Como afirma la Sentencia de fecha 1 de octubre
de 1.990 "no existe indefensión, cuando se da a conocer la existencia del procedimiento y se le permite hacer
las manifestaciones que tenga por conveniente en su defensa e invocar las pruebas que considere pertinentes
y favorables para sus derechos". Hemos de tener en cuenta, asimismo, que el concepto jurídico-constitucional
de indefensión, con trascendencia constitucional es, como señala nuestra doctrina jurisprudencial, entre otras
en las Sentencias del Tribunal Constitucional de 26 de marzo y 18 de junio de 1999 , de carácter material y no
puramente formal; se caracteriza por suponer una privación o limitación del derecho de defensa, en la medida
en que entraña mengua del derecho a intervenir en el proceso, así como del derecho a realizar los alegatos
que se estimen pertinentes; o se crean obstáculos que dificulten gravemente el ejercicio de tales derechos,
concepto que no coincide enteramente con la figura jurídico-procesal de la indefensión, puesto que para que
sea constitucionalmente relevante se precisa que se haya entorpecido o dificultado en términos sustanciales
la defensa de los derechos o intereses de las partes, privándoles de la apertura del adecuado proceso o la
realización dentro del mismo de las adecuadas pruebas (Sentencias del Tribunal Constitucional de 4 de abril
de 1984, 11 de junio de 1984, 19 de junio de 1989, 22 de octubre de 1990 y 11 de marzo de 1991 ).
IV.- Se alega, igualmente, en el recurso interpuesto, la existencia de la desviación de poder que menciona
el artículo 494 de la Ley Procesal Militar, cuyo segundo párrafo dispone que la sentencia que se dicte en el
recurso contencioso disciplinario militar lo estimará cuando el acto impugnado incurriere en cualquier forma
de infracción del ordenamiento jurídico, incluso la desviación de poder, precepto este similar al contenido en
el segundo párrafo del artículo 70 de la Ley de la Jurisdicción Contencioso Administrativa . Ambas leyes, la
Procesal Militar y la de la Jurisdicción Contencioso Administrativa, definen la desviación de poder como el
ejercicio de potestades administrativas para fines distintos de los fijados por el ordenamiento jurídico. Queda
prevista así la sanción que corresponde a ese vicio, de conformidad con la norma constitucional que atribuye
a los Tribunales no solo el control de la potestad reglamentaria y la legalidad de la actuación administrativa,
sino también del sometimiento de ésta a los fines que la justifican, según se dispone en el artículo 106.1 CE
., que hay que relacionar con el artículo 103.1 CE . cuando proclama que la Administración Pública sirve con
objetividad los intereses generales y actúa de acuerdo con los principio de eficacia, jerarquía, descentralización,
desconcentración y coordinación, con sometimiento pleno a la ley y al derecho.
La fundamentación de esta alegación, sobre la que no se ha solicitado ni practicado prueba alguna, se
haya esencialmente, ajuicio del recurrente, en el hecho de existir una mala relación previa entre ambos jefes
(sancionador y sancionado), constatable en cuanto que llegó incluso a motivar la intervención del General Jefe
de la Zona para intentar una solución amistosa al conflicto, intervención, que como se vio posteriormente,
resultó ineficaz. Se menciona, especialmente, la imposición al recurrente por parte de Mando Sancionador de
cuatro sanciones disciplinarias, todas ellos consistentes en represión, siendo una de ellas la que se dirime en
el presente recurso, de las que tres fueron anuladas al ser estimado el recurso de alzada interpuesto contra
las mismas por el Órgano administrativo revisor. Con ello se pretende demostrar que el Teniente Coronel Jefe
de la Comandancia utilizo la potestad sancionadora como pura venganza de haber dado cuenta de diversas
irregularidades que le afectaban, falseando además en este caso lo expuesto en el parte sancionador, de
que los servicios montados, por el recurrente, mientras ejerció el mando accidental de la Comandancia, no
contaban con su aprobación previa. Sin embargo, tales alegaciones, por si solas, ni ninguna de las que se
añaden a su exposición, constituyen base fáctica suficiente para llevar al Tribunal la convicción de que se
ha producido esa desviación teleológica en el ejercicio de la potestad disciplinaria que constituye el vicio
denunciando. Olvida el recurrente, que no solo los hechos por él ejecutados tenían apariencia de infracción
disciplinaria, sino que efectivamente su existencia fue reconocida por la propia Autoridad Administrativa

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JURISPRUDENCIA

revisora que confirmó la sanción impuesta y la falta leve apreciada. Siendo Ésta la misma Autoridad que dejo
sin efecto los otros tres correctivos impuestos por el mismo Mando. En esas condiciones, la calificación de
los hechos y su corrección que se hizo en la vía disciplinaria, que estimamos acertada, no representa, en
forma alguna, la utilización de potestades disciplinarias para fines distintos de los fijados en el ordenamiento
jurídico, porque del conjunto de datos de que dispone la Sala y a los que se refiere el recurrente para basar su
denuncia, no solo no resulta acreditada directamente esa utilización ilegítima de las facultades sancionadoras,
sino que ni siquiera puede racionalmente deducirse de tales datos a través de la técnica de las presunciones,
perfectamente aplicable en esta materia de tan difícil prueba, ese apartamiento de la autoridad sancionadora
del cauce jurídico, ético y moral que le es exigible, en que consiste la desviación. Como señala la Sentencia de
la Sala Quinta del Tribunal Supremo de fecha 26 de enero de 2004 "no basta la alegación del grave defecto de
la utilización de las potestades sancionadoras para fines distintos de los fijados por el ordenamiento jurídico,
en que consiste la desviación de poder (art. 494 LPM ), para alcanzar una decisión acorde con este alegato,
sino que es preciso la prueba inequívoca de tal desviación teleológica entre el ejercicio de aquella potestad
y los fines previstos mediante su actuación. Igualmente es preciso acreditar mediante prueba contundente
el apartamiento del órgano causante de la indefensión del cauce jurídico, ético y moral que debe seguir sin
atender a otros intereses que los inspiradores de la norma aplicable (Sentencias de esta Sala 31.03.1995;
13.11.1996; 29.10.1997y 13.10.2002 )". Por ello debe desestimarse la existencia de la vulneración denunciada.
Vistos los preceptos citados, los artículos 491 a 495 de la Ley Procesal Militar y demás preceptos concordantes
de la Ley de Enjuiciamiento Civil y demás de pertinente uso y aplicación,

FALLAMOS
Que debemos de DESESTIMAR y DESESTIMAMOS el presente Recurso Contencioso Disciplinario Militar
Preferente y Sumario número 02/05, seguido ante esta Sala a instancias del Comandante de la Guardia Civil D.
Víctor , con destino en la Comandancia de Girona, contra resolución sancionadora por la que se le impuso el
correctivo de Reprensión, como autor de una falta leve incursa en el apartado 2 del artículo 7 de la Ley Orgánica
11/1991 de 17 de junio, del Régimen Disciplinario de la Guardia Civil bajo el concepto de "la negligencia en
el cumplimiento de sus obligaciones profesionales". Dicha sanción le fue impuesta por el Teniente Coronel
Jefe de la Comandancia, mediante escrito de fecha 14 de diciembre de 2004, y es ratificada, por el General
Jefe de la 7ª Zona de Cataluña, mediante escrito de fecha 17 de enero de 2005. Resoluciones que declaramos
ajustadas a derecho en cuanto no han supuesto vulneración de las garantías constitucionales, invocadas por
el recurrente.
Notifíquese esta Sentencia a las partes a tenor de lo dispuesto en el artículo 497 de la Ley Procesal Militar ,
con la advertencia de que contra la misma se puede interponer Recurso de Casación ante la Sala de lo Militar
del Tribunal Supremo, en tiempo y forma, a tenor de lo dispuesto en el artículo 503 del citado texto legal.
Así por esta nuestra Sentencia, de la que se llevará certificación a los Autos, la pronunciamos, mandamos y
firmamos.

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