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El papel de la propiedad intelectual en la

innovación y el desarrollo de nuevos


productos
(Documento también disponible en PDF)
De Christopher M. Kalanje1, Consultor, División de Pymes de la OMPI
"... Dado que su objetivo es crear clientes, una empresa comercial tiene dos
funciones básicas, y sólo dos: la mercadotecnia y la innovación. La
mercadotecnia y la innovación producen beneficios, lo demás son costos." Peter
Drucker
 La innovación
 La propiedad intelectual, las invenciones y la innovación
 Papel de la P.I. en la innovación
 La percepción de las ideas innovadoras
 Etapa de investigación y desarrollo
 La P.I. para sobrevivir en el "Valle de la Muerte" de la innovación
 Comercialización de las innovaciones
 Conclusión
La innovación
En general, se considera que una “innovación” consiste en desarrollar una nueva
idea y ponerla en práctica. Puesto que el presente artículo se centra en la
estrategia competitiva de una empresa privada en un entorno empresarial cuyo
motor es el mercado, usaremos el término “innovación” para referirnos al proceso
que consiste en introducir productos (bienes y servicios) nuevos y valiosos en el
mercado, es decir, el que media desde la idea o formulación del concepto inicial
hasta el lanzamiento de un producto nuevo o perfeccionado en el mercado 2, o al
resultado de dicho proceso, para dar respuesta a las necesidades explícitas o
implícitas de los clientes actuales o potenciales. Dicho de otra forma, la innovación
permite a la empresa proporcionar un nuevo valor añadido a sus clientes. En este
contexto, “la mercadotecnia” consiste en entender ese nuevo valor añadido y
comunicarlo a los clientes actuales y potenciales de una empresa para que se
venda el producto.
La innovación tecnológica se puede clasificar en función de distintos elementos:
innovación en los productos frente a innovación en los procesos; innovación
radical (básica o fundamental) frente a innovación incremental (mejora de un
producto); e innovación rupturista frente a innovación continuista (secuencial y/o
complementaria). Otros tipos importantes de innovaciones (no tecnológicas) que
no se derivan de la I+D en el ámbito científico o tecnológico pero que a menudo
son fundamentales para comercializar de manera provechosa los productos y
servicios resultantes de la inversión en I+D son los siguientes: la innovación en
mercadotecnia, la innovación institucional, y la innovación complementaria.
Sin embargo, este artículo se centrará en las innovaciones tecnológicas. En la
actualidad, se suele reconocer que, dado que el entorno empresarial es
competitivo y se basa en los conocimientos, la innovación tecnológica (que de
ahora en adelante denominaremos simplemente “innovación”, para aligerar el
texto) es un elemento determinante para el éxito de una empresa. Pero existen
opiniones divergentes entre los economistas y los encargados de la formulación
de políticas en relación con el papel que desempeña exactamente la propiedad
intelectual (P.I.) en la innovación. Por una parte, en teoría el sistema de P.I. se
considera absolutamente necesario “para fomentar la creación intelectual en aras
del interés público”3, y por otra algunos observadores creen que, en la práctica, el
sistema de P.I. obstaculiza la competencia hasta tal punto que a menudo se
considera que afecta negativamente a la innovación4. De ahí que sea necesario
estudiar y revisar sistemática y periódicamente el uso real de las herramientas del
sistema de P.I. por parte de las empresas, para que los economistas puedan
ofrecer orientaciones empíricas y basadas en pruebas a los encargados de
formular políticas, que se basarán en ellas para adaptar el sistema de P.I. a la
necesidad de equilibrar el interés privado y público al fomentar la innovación y su
difusión a gran escala en el plazo más breve posible. No obstante, en este artículo
no se abordarán esos aspectos, aunque los mismos no dejan de ser muy
importantes.
Uno de los principales objetivos de una empresa que quiere sobrevivir y prosperar
en la economía contemporánea es gestionar mejor su innovación que sus
competidores. A través de ejemplos concretos, en este artículo se expone cómo
contribuye el sistema de P.I., cuando se usan eficazmente sus diversas
herramientas, al proceso de acercamiento de nuevas tecnologías al mercado
mediante la introducción de productos y/o servicios superiores. Con el fin de
explicar cuál es el papel de las herramientas del sistema de P.I., en el artículo no
nos limitamos a considerar la innovación tecnológica como meros descubrimientos
tecnológicos radicales o incrementales, sino que planteamos la innovación
tecnológica como un proceso interactivo compuesto por varias etapas. Se empieza
formulando una idea/concepto novedoso y, paso a paso, se llega al éxito del
lanzamiento y la comercialización en el mercado de un producto nuevo o
perfeccionado. En otras palabras, se plantean cuestiones de P.I. pertinentes en las
distintas etapas del proceso de desarrollo del nuevo producto, en las que las
innovaciones tecnológicas pueden surgir en uno u otro eslabón de la cadena de
valor que va del productor al usuario final5. En aras de una mayor simplificación,
en este artículo se estudia la etapa en la que surge la idea y la etapa de
investigación y desarrollo.
La propiedad intelectual, las invenciones y la
innovación
¿Y qué es exactamente la P.I.? En un sentido amplio, el término “P.I.” se refiere a
las creaciones únicas de valor añadido fruto del intelecto humano, resultantes del
ingenio, la creatividad y la capacidad inventiva del ser humano. Un derecho de P.I.
es por lo tanto un derecho basado en la legislación nacional pertinente en virtud de
la cual se protegen ese tipo de derechos de propiedad intelectual. Ese tipo de
derecho sólo puede existir cuando se cumplan los requisitos estipulados por la
legislación de P.I. pertinente y, si resulta necesario, se otorga o se registra tras
haberse cumplido el procedimiento vigente en virtud de esa legislación.
Prácticamente en todos los países del mundo existe un sistema jurídico en el que
han ido evolucionando los derechos de propiedad intelectual; se han ido creando a
lo largo de varios períodos en los últimos 150 años aproximadamente. Eso ha
permitido otorgar derechos del tipo de los derechos de propiedad intelectual sobre
esos nuevos conocimientos y expresiones creativas de la humanidad, lo cual a su
vez hizo posible el aprovechamiento del valor comercial derivado de las
creaciones de la capacidad inventiva y la creatividad humanas. Eso suele hacerse
gracias al uso, intercambio y reparto ordenado de esas creaciones entre varios
tipos de socios comerciales, a través de una compleja red de relaciones
estratégicas que suelen funcionar con armonía a lo largo del proceso de desarrollo
del nuevo producto con el fin de comercializar bienes y servicios nuevos y
perfeccionados en el mercado nacional e internacional.

La concesión por parte del gobierno de un derecho de propiedad sobre un


producto intelectual intangible útil, aunque suela ser por un plazo determinado,
permite que el titular disfrute del derecho de excluir a todas las demás partes de
los beneficios económicos derivados de él. Lo cual significa que ese derecho
prohíbe el uso comercial de los activos de P.I. que conlleva por parte de terceros
sin el consentimiento previo del titular del derecho de P.I. Entre los distintos tipos
de derechos de P.I. se incluyen los secretos comerciales, los modelos de utilidad,
las patentes, las marcas, las indicaciones geográficas, los diseños industriales, los
esquemas de trazado de los circuitos integrados, el derecho de autor y los
derechos conexos, y las nuevas variedades vegetales.
Mientras que las innovaciones se relacionan con la comercialización de nuevas
ideas, una “invención” no se identifica necesariamente con la comercialización 6.
Como tal, la innovación puede considerarse como un proceso de interacción y
retroalimentación a lo largo de las distintas etapas del proceso de desarrollo de un
nuevo producto. Se considera que una invención es la generación de una nueva
idea o conocimiento cuya finalidad es resolver un problema técnico específico. Las
invenciones pueden estar relacionadas con productos o procesos y se protegen
tradicionalmente mediante secretos comerciales, modelos de utilidad/pequeñas
patentes o patentes. Los modelos de utilidad/pequeñas patentes y las patentes se
conceden/registran conforme a la legislación nacional/regional en las oficinas de
patentes nacionales o regionales correspondientes. Dado que no se comercializan
todas las invenciones, es evidente que no todas dan lugar a innovaciones. Se
urden y surgen muchas ideas nuevas, pero, como dice Brandt (2002), “la mayoría
mueren abandonadas, sin llegar nunca a ver la luz del éxito comercial”7.
Las innovaciones tecnológicas básicas o fundamentales producen nuevos
mercados y nuevas ramas industriales para un nuevo producto. Esas innovaciones
también se denominan innovaciones radicales o rupturistas. Las innovaciones de
mejoramiento (también llamadas innovación incrementales, continuistas,
secuenciales o complementarias) permiten mejorar la calidad, la fiabilidad, la
facilidad de uso, la protección medioambiental, el uso de las materias primas, la
rentabilidad laboral, u otra característica del producto en el que se basan. También
pueden entrañar la aplicación de procesos o técnicas de producción nuevos y
mejorados que permiten producir antiguos o nuevos productos de manera más
fiable, con mejor calidad, o simplemente en mayores cantidades o a un costo
inferior. Los secretos comerciales, los modelos de utilidad/pequeñas patentes y las
patentes permiten proteger, gestionar, explotar y beneficiarse de las innovaciones
básicas así como de las innovaciones de mejoramiento.

Un producto innovador nuevo o mejorado que cumpla las expectativas del cliente
ofrece a una empresa existente o una nueva parcela en el mercado sin
competencia mientras preserve su ventaja innovadora. El sistema de P.I.
desempeña un papel significativo a la hora de ayudar a las empresas a obtener y
preservar una ventaja basada en sus innovaciones. Por lo tanto, la ventaja
competitiva que una empresa puede obtener gracias a una innovación básica o
rupturista posiblemente dure más que una ventaja derivada únicamente de una
innovación de mejoramiento, siempre y cuando los obstáculos tecnológicos a los
competidores que sacan provecho de innovaciones similares sean más o menos
equivalentes; puesto que una innovación básica da lugar a una nueva clase de
producto o servicio, la aparición de un competidor requiere que el competidor
potencial haya reconocido la oportunidad que representa esa clase de producto o
servicio antes de intentar penetrar en el mercado. En el caso de una innovación de
mejoramiento, no sólo ya existen los competidores correspondientes a esa clase
de producto, sino que, dado que la innovación de mejoramiento suele
corresponder a una forma más eficaz, más rápida o más barata de fabricar el
producto, se entenderán y se copiarán mucho más rápido sus ventajas 8. De ahí la
necesidad de utilizar las herramientas que ofrece el sistema de P.I. para ambos
tipos de innovaciones, aunque en general sea necesario idear una estrategia
ofensiva de P.I. para las innovaciones básicas, mientras que las innovaciones de
mejoramiento precisan de estrategias preventivas de P.I.
Una encuesta sobre estudios económicos revela que las patentes son los
derechos de P.I. por los que se inclina la mayoría en relación con las innovaciones
tecnológicas. Esto parece deberse al hecho de que se usen indistintamente los
términos “innovación” e “invención” como sinónimos. Esto podría explicar que en
los estudios sobre innovaciones se considere a menudo a las patentes como un
sustituto de la innovación9. Concretamente, el número de patentes que posee una
empresa se usa a menudo como uno de los principales indicadores para
determinar la intensidad de la innovación en dicha empresa. Además, las patentes
también sirven para medir el resultado de la innovación. Sin embargo, aunque
resulta útil, ese enfoque no tiene en cuenta el contexto a gran escala en el que se
enmarca el importante papel de todo el sistema de P.I., incluido el subsistema
encargado de velar por la observancia de los derechos de P.I. (compuesto
principalmente por la policía, las autoridades aduaneras y el poder judicial), que
llega a determinar gran parte del éxito de una innovación en el mercado. No
obstante, en el presente artículo se ofrece un enfoque limitado a todas las
medidas relacionadas con la P.I. que debe tomar una empresa en las distintas
etapas del proceso o ciclo de desarrollo del nuevo producto para usar las distintas
herramientas del sistema de P.I. con el fin de garantizar su éxito en el mercado.
La innovación, en tanto que proceso, requiere por lo tanto que participen
eficazmente los empleados de las distintas secciones o divisiones de una
empresa, como los expertos técnicos de I+D, los responsables de la
comercialización, los ejecutivos, los expertos financieros, los juristas, etc., así
como los consultores externos, los suministradores, los fabricantes o
suministradores de servicios contratados en el extranjero, los socios comerciales y
los usuarios principales. Sin embargo, para evitar complicaciones, en el presente
artículo se supone que todas las medidas de innovación relativas al desarrollo de
nuevos productos se toman en el seno de la empresa.

Una empresa podrá sacar el máximo provecho de la innovación si tiene en cuenta


el conjunto de cuestiones de P.I. que están en juego a partir de la mismísima
etapa inicial del proceso de desarrollo del nuevo producto. Esto es válido para los
casos en que la decisión de innovar forma parte integrante de la estrategia
empresarial global de la empresa, tanto como para aquéllos en los que surge
puntualmente a raíz de una nueva idea o aquellos en que refleja una reacción
frente a la evolución del mercado.

Papel de la P.I. en la innovación


Dado que el éxito comercial de una innovación depende de varios actores, un uso
eficaz de las herramientas de P.I. ayudará en gran medida a reducir los riesgos
que corran los distintos actores, de modo que luego puedan obtener beneficios
razonables a cambio de su participación en el proceso. La P.I. facilita en gran
parte el proceso de introducción de la tecnología innovadora en el mercado, a la
vez que cumple una función esencial en el fomento de la competitividad de las
empresas basadas en la tecnología, ya comercialicen productos nuevos o
mejorados o proporcionen servicios inspirados en una tecnología nueva o
mejorada.

Para la mayoría de las empresas basadas en la tecnología, una invención exitosa


permite trabajar con mayor eficacia o comercializar un nuevo producto. Gracias al
valor añadido obtenido, la mayor rentabilidad de la empresa conlleva un aumento
de sus ingresos o de su productividad.

La percepción de las ideas innovadoras


Independientemente de que una empresa decida innovar porque así lo dicta su
estrategia comercial global (por ej., planteando la innovación como un medio de
crecimiento) o para hacer frente a la evolución del mercado, es imperativo que una
idea innovadora se considere como un secreto para que la empresa pueda
aprovechar los potenciales beneficios comerciales que de ella se derivan (es decir,
se debe proteger cuidadosamente toda la información relativa a la creación de la
idea en tanto que secreto comercial). Cabe señalar que no todas las ideas viables
desde el punto de vista comercial pueden o serán patentadas10, por lo que es
importante tratarlas como secretos comerciales, en particular en la etapa inicial.
Está demostrado empíricamente que las pequeñas y medianas empresas (Pymes)
suelen decantarse por los secretos comerciales más que por las patentes a la hora
de proteger sus invenciones y seguir siendo competitivas11. Las principales
razones a las que aluden las Pymes que no optan por patentar sus invenciones
son su elevado costo y la complejidad del sistema de patentes. De un estudio
sobre el número de solicitudes de patentes en Australia se deduce que el 44% de
las empresas recurren a las patentes, mientras que el 74% usa secretos
comerciales para proteger sus ideas. También se observa que el tamaño de la
empresa es un factor importante a la hora de optar por las patentes, ya que el 35%
de las pequeñas empresas con menos de 20 empleados usan patentes, mientras
que el 75% de las empresas con más de 500 empleados patentan sus
conocimientos12.
En algunos casos, el costo del patentamiento y la complejidad del proceso de
patentamiento (sobre todo las búsquedas sobre el “estado de la técnica” y la
redacción de las reivindicaciones de la patente) pueden considerarse como
obstáculos a la innovación, especialmente en el caso de las Pymes con recursos
limitados. No obstante, cabe asimismo señalar que cuando las patentes se usan
de manera estratégica, es decir, en entornos empresariales favorables a la
concesión de patentes a las Pymes o en asociación con otras empresas, pueden
convertirse en una fuente fiable de ingresos adicionales o más elevados para las
Pymes. Cuando surge una idea que puede dar lugar a una invención patentable y
se debe decidir si se protege mediante un secreto comercial o una patente, la
decisión debe enmarcarse adecuadamente en la estrategia de la empresa y
tomarse únicamente cuando se cumplan todos los requisitos de patentabilidad, a
saber, que la materia objeto de la patente esté reglamentada, y que la invención
reivindicada cumpla los requisitos de novedad y actividad inventiva/no evidencia,
que se pueda aplicar a la industria y que su divulgación sea suficiente. En el
momento de tomar la decisión se deberán tener en cuenta la naturaleza de la
invención, su potencial comercial, el tipo de competencia, y las posibilidades que
tendría la competencia de fabricar de manera independiente el producto
desarrollado o de recurrir a la ingeniería inversa para empezar a utilizarlo. No
obstante, fuera cual fuere la decisión final, lo primero que ha de hacerse es
protegerla como secreto comercial para que en una etapa ulterior parte de ella se
pueda patentar y el resto se pueda preservar como secreto comercial y
conocimientos técnicos, o conocimientos tácitos pertenecientes a las personas
asociadas con la patente.

Los dibujos técnicos, que en la mayoría de los casos forman parte integrante de
las innovaciones tecnológicas, están protegidos por secretos comerciales y/o el
derecho de autor. Es importante fechar los dibujos para que así se pueda
determinar la fecha de creación. En una etapa más avanzada, los dibujos técnicos
también pueden constituir una parte importante de la solicitud de patente
correspondiente.

La información que figura en los documentos de patente existentes (información


sobre patentes) desempeña una función importante en la concepción, la criba y el
desarrollo de una idea. Esa información puede ofrecer importantes indicaciones,
pues puede indicar si una idea es novedosa o no (estado de la técnica) y si
conviene seguirla desarrollando. Además, un análisis apropiado de la información
sobre patentes puede ayudar a comprender la estrategia de la competencia y a
descubrir las tendencias tecnológicas.
Etapa de investigación y desarrollo
Se han usado varios indicadores para medir los esfuerzos de las empresas
encaminados a investigar y desarrollar ideas innovadoras. Entre otros indicadores
figuran los gastos en investigación y desarrollo (I+D), la información sobre
innovación, las ventas totales, el tamaño de la empresa, las estrategias de
innovación, etcétera13. Estos indicadores pueden estar directa o indirectamente
influenciados por la P.I. Las herramientas de P.I. utilizadas durante la etapa de la
“concepción de una idea innovadora” siguen desempeñando su papel durante esta
etapa. Por ejemplo, los secretos comerciales siguen siendo pertinentes, sobre
todo si la empresa aún no ha decidido si va a presentar una solicitud de patente14.
Durante toda la fase de I+D es importante seguir manteniendo los secretos
comerciales, dado que no es deseable que la competencia acceda a esa
información vital. Si la competencia llegara a usarla, se perdería la ventaja
competitiva derivada del producto final.
Durante esta etapa, los investigadores deberían consultar periódicamente varias
fuentes de información que permitan asegurar el éxito de su proyecto. Los
documentos de patentes siguen siendo una fuente de información útil a la que a
menudo no se recurre lo suficiente. La Oficina Europea de Patentes (OEP)
considera que el 70% de la información de los documentos de patentes no está
disponible en ninguna otra fuente15, y, puesto que cada año se conceden más
de 800.000 patentes en todo el mundo, se deduce fácilmente la enorme cantidad
de información que se puede extraer de los documentos de patentes 16.
Los documentos de patentes ofrecen informaciones valiosas acerca del estado de
la técnica, con lo cual las empresas evitan perder tiempo y dinero durante el
proceso de I+D, y, en el mejor de los casos, pueden abaratar los costos de la I+D,
que suelen ser elevados. La información sobre patentes también puede
proporcionar informaciones útiles que permitirán mejorar un producto o crear uno
inspirado en una invención anterior, lo cual reduce considerablemente los largos
plazos que suelen mediar antes de introducir un nuevo producto en el mercado.

Lamentablemente, son pocas las Pymes que recurren en caso de necesidad a los
documentos de patentes como fuente de información sobre la competencia. Las
Pymes, sobre todo en los países en desarrollo y países menos adelantados,
deberían estar más sensibilizadas sobre esta cuestión y disponer de los equipos
necesarios para utilizar la información comercial, jurídica y técnica que figura en
los documentos de patentes del dominio público y usarla para crear productos
innovadores adaptados a la situación local.

Cuando una empresa ha decidido si va a recurrir a un modelo de utilidad o a una


patente para proteger el resultado de su investigación y desarrollo, debe iniciar el
proceso correspondiente, es decir, cumplimentar una solicitud de modelo de
utilidad/patente. Eso permitirá establecer una fecha de presentación, que será la
que determine la fecha de prioridad y permita reivindicar derechos exclusivos
sobre los resultados en cuestión antes incluso de que se conceda la patente (a no
ser que la oficina de patentes deniegue la patente basándose en motivos
absolutos o relativos). Los resultados de I+D suelen dar lugar a mejoras
funcionales y estéticas. Para proteger y sacar beneficios de los diseños nuevos u
originales, que sólo se pueden juzgar visualmente, debería iniciarse un proceso de
registro de diseño industrial ante una oficina de diseños nacional o regional
establecida en virtud de la legislación nacional o regional sobre diseños.

La P.I. para sobrevivir en el “Valle de la Muerte” de la


innovación
En la mayoría de los casos, las ideas tecnológicas innovadoras requieren cierto
perfeccionamiento técnico adicional para imponerse con éxito en el mercado. Las
Pymes y otras pequeñas empresas innovadoras basadas en la tecnología no
siempre disponen de los recursos y las instalaciones necesarios para
desarrollarlas, por ejemplo, para crear prototipos y ponerlos a prueba. La
protección de esas ideas mediante derechos de P.I. evita que se “pierdan”, a la
vez que permite a la empresa aprovechar los recursos y medios técnicos externos
existentes en los centros de innovación, los parques tecnológicos, las
universidades, los institutos de investigación y las otras (grandes) empresas.
Además, cuando se perfeccione una invención o un diseño y se introduzca en el
mercado mediante asociaciones (tales como empresas conjuntas, alianzas
estratégicas, contratos de licencia, fusiones o adquisiciones), el hecho de ser
titular de derechos de P.I. fortalecerá la posición de negociación de la empresa y
le permitirá entablar más fácilmente ese tipo de asociaciones. Asimismo, ambas
partes evitarán conflictos potenciales si las cuestiones de titularidad de la P.I. se
resuelven de forma clara desde el principio. Los inventores, sean autónomos o
empleados, no necesariamente son duchos en cuestiones de comercialización o
fabricación; además, para que el mejor de los productos tenga éxito en el
mercado, también es necesaria la mejor de las estrategias de comercialización 17.
En la mayor parte de los casos, introducir un producto en el mercado supone todo
un desafío para los inventores, los empresarios, y las empresas, sobre todo las
Pymes; de ahí se deriva el concepto del “Valle de la Muerte” de la innovación (el
Valle de la Muerte suele iniciarse con la creación de la invención y finaliza cuando
se introduce en el mercado el nuevo producto o proceso). Durante ese período la
mayoría de las invenciones desaparecen por falta de apoyo externo o porque no
resultan viables desde el punto de vista comercial.
La P.I., y las patentes en particular, suele desempeñar facilitar mucho el acceso a
los inversores no convencionales, que proporcionan el capital necesario durante
las primeras etapas, a saber, las fuentes de capital inicial, los empresarios de
capital riesgo, las instituciones financieras y otro tipo de instituciones similares que
velan por la “supervivencia” de la invención antes de su entrada en el mercado. Un
ejemplo de ello es la invención de la Xerografía. En 1937, Chester Carlson inventó
la xerografía, y en 1939 la patentó. Carlson necesitó casi ocho años para
encontrar un inversor dispuesto a invertir en su invención. Finalmente, la Haloid
Company (que más adelante se convirtió en la Xerox Corporation) logró el éxito
comercial de dicha invención en 195018. No cabe duda de que la patente de la que
era titular Carlson influyó en gran medida en la decisión de la Haloid Company de
promover esa invención. Las mayoría de las ideas con potencial innovador van a
parar al “Valle de la Muerte”. Las ideas que están protegidas por derechos de P.I.
tienen muchas más posibilidades de sobrevivir en la travesía del “Valle de la
Muerte”. La mayoría de las invenciones que logran salir del Valle de la Muerte
cuentan con ayuda exterior en forma de fondos, conocimientos técnicos,
comercialización, etcétera. La existencia de derechos de P.I. suele desempeñar un
papel clave a la hora de influir en los socios externos para que ayuden a una
invención a salir ilesas del “Valle de la Muerte”.
Los derechos de P.I. ofrecen varias posibilidades a sus titulares para lograr el éxito
de una innovación. Se trata por ejemplo de la posibilidad de vender la invención,
de conceder licencias, o de sellar distintos tipos de asociaciones y alianzas que
favorezcan su comercialización.

Los derechos de P.I. también pueden facilitar la creación de empresas conjuntas.


Las Pymes con fuertes limitaciones financieras pero que disponen de activos de
P.I. pueden considerar útiles ese tipo de asociaciones desde el punto de vista
estratégico. El hecho de ser titular de una patente o de secretos comerciales
puede ser un factor decisivo a la hora de asociarse con otras empresas. A veces,
una empresa que posea un producto patentado o valiosos secretos comerciales
puede considerar conveniente, desde el punto de vista estratégico, concertar
acuerdos con otra empresa que tenga una marca muy conocida para crear una
empresa conjunta y, de ese modo, aumentar las ventas.

Seguir de cerca las actividades de los competidores y aprovechar sus propios


activos de P.I. puede ser una estrategia propicia para las empresas que traten de
cruzar el “Valle de la Muerte”. Los titulares de ideas innovadoras protegidas por
derechos de P.I. pueden lograr con relativa facilidad alianzas estratégicas con
condiciones favorables. De esta manera, la empresa podrá tener acceso a los
servicios de I+D de su asociado o utilizar su red de distribución y ventas. Además,
la empresa también podrá beneficiarse del desarrollo de sus propios productos
protegidos mediante P.I., si ese desarrollo está previsto en el acuerdo estratégico.

Los inversores de capital riesgo desempeñan un papel clave a la hora de obtener


los fondos tan necesarios para que la empresa salga ilesa del “Valle de la Muerte”.
Una cartera de P.I. bien administrada puede influir significativamente en la
decisión de los inversores de capital riesgo si el plan de negocios y la estrategia
de la empresa demuestran que mediante el uso actual o potencial de los derechos
de P.I. de la empresa se puede favorecer eficazmente la generación de sus
ingresos futuros, su control del mercado, su posicionamiento sólido en el mercado
y su competitividad.

Comercialización de las innovaciones


Puesto que una innovación exitosa supone llevar un nuevo producto al mercado,
las otras herramientas de P.I. son especialmente importantes. Ante todo, el papel
de las marcas y los diseños industriales es fundamental en el proceso de
comercialización. Permiten a los consumidores identificar un producto o servicio y
distinguirlo de productos similares.

Las marcas son útiles a la hora de abrir nuevos segmentos de mercado para
productos ya existentes o de lanzar nuevos productos, basados en la tecnología o
no, es decir, potenciando la extensión de la marca. Además, las marcas pueden
facilitar mucho la penetración en nuevos mercados. Honda, por ejemplo,
aprovechó su reputación en el ámbito de la ingeniería de motocicletas para
penetrar en el mercado automovilístico de los Estados Unidos19.
Las marcas también permiten gozar de beneficios comerciales una vez que la
patente ha dejado de ser válida. El caso de la Aspirina® es un buen ejemplo. Felix
Hoffman, un investigador químico de la empresa alemana Bayer, la desarrolló
en 1897 y el medicamento fue patentado en 1899 por la empresa Bayer. Al saber
que las patentes tienen un plazo de vigencia limitado, la empresa Bayer empezó a
promover la marca de su nuevo producto. Cuando venció la patente de
la Aspirina®, la empresa siguió disfrutando de los beneficios que le reportaba la
aspirina gracias a su marca establecida, Aspirin®. La empresa Bayer también
recurrió a una estrategia doble de P.I., es decir, usó una marca para proteger su
cuota de mercado después del vencimiento de una patente, para otro de sus
productos, Cipro® (ciprofloxacina para el tratamiento de ciertas infecciones,
incluido el ántrax)20.
La innovación tecnológica también puede respaldarse con una combinación
adecuada de patentes, diseños industriales y marcas. Buen ejemplo de ello es la
invención y el desarrollo de la aspiradora, que ilustra cómo se pueden combinar de
forma estratégica las distintas herramientas que ofrece la P.I., es decir, las
patentes, los diseños industriales y las marcas21. Este caso demuestra que una
innovación se puede reforzar gracias al uso de esas tres herramientas de
protección de P.I.
Los secretos comerciales, las patentes, las marcas, los diseños industriales, y el
derecho de autor pueden facilitar, juntos o por separado, la adquisición de
tecnología y su uso comercial. Una combinación estratégica de las distintas
herramientas de P.I. en el proceso de innovación puede incrementar
significativamente las ganancias, ayudar a mantener una posición dominante en el
mercado, y por ende aumentar la rentabilidad de las inversiones de las Pymes
innovadoras basadas en la tecnología.

Conclusión
La innovación y la invención no son lo mismo. La innovación es un proceso que se
inicia con la concepción de una idea y termina con el lanzamiento al mercado de
un nuevo producto o proceso.

Un uso eficaz de los derechos de propiedad intelectual puede facilitar el éxito de la


innovación. Las tecnologías innovadoras tienen más posibilidades de tener éxito
comercial si se hace un uso estratégico de la P.I. Las patentes contribuyen a la
innovación o son el resultado de ella, pero distan mucho de ser la única
herramienta de P.I. que favorece el proceso de innovación, y cabe recordar que
existen otras herramientas de P.I. que desempeñan un papel fundamental en la
innovación. Es por lo tanto necesario adoptar un enfoque más amplio y no
limitarse a las patentes cuando se plantee la contribución de la P.I. a la
innovación.
La P.I. también desempeña un papel importante para cruzar de forma segura el
“Valle de la Muerte”. Garantiza el acceso a la financiación y a las instalaciones
técnicas. Asimismo, la P.I. ayuda a alcanzar una posición de negociación sólida a
la hora de forjar y preservar alianzas comerciales.

Se han dado varios ejemplos de empresas que se han enriquecido gracias a la


explotación de la P.I. para fomentar la innovación. En los casos de estudio figuran
más ejemplos que ilustran el papel de la P.I. en la innovación, y en las empresas
en general, y las Pymes en particular: https://www.wipo.int/sme.
https://www.wipo.int/sme/es/documents/ip_innovation_development.htm

Propiedad intelectual, innovación y


desarrollo de nuevos productos
julio de 2005

La evolución de la aspiradora desde el primer modelo de William Hoover ilustra el uso estratégico
de la combinación de instrumentos de propiedad intelectual.
"...Puesto que su finalidad es crear clientela, un negocio tiene
dos, y solamente dos, funciones: comercializar e innovar. La
comercialización y la innovación producen resultados; todo lo
demás son costes.” – Peter F. Drucker, asesor de dirección y
autor de "Innovation and Entrepreneurship"
La innovación tecnológica es uno de los elementos determinantes de
los resultados de una empresa. Las empresas pueden llegar a
cosechar mayores beneficios gracias a la innovación si a la hora de
desarrollar nuevos productos tienen en cuenta toda la diversidad de
elementos que engloba la propiedad intelectual. Un uso efectivo de las
herramientas que ofrece el sistema de propiedad intelectual facilitará
el proceso de sacar al mercado tecnología innovadora y reducirá los
riesgos durante este proceso, al tiempo que mejorará la competitividad
de las empresas que se basan en la tecnología.

Con el objetivo de explicar la función de los instrumentos del sistema


de propiedad intelectual, en este artículo se examina la innovación
tecnológica desde el punto de vista de un proceso interactivo
compuesto de diferentes etapas características, que comienza con la
formulación de una idea o un concepto novedosos, continúa a través
de la investigación y el desarrollo (I+D) y acaba en el lanzamiento al
mercado de un producto nuevo o mejorado. En el artículo se hace
hincapié en las cuestiones prácticas de propiedad intelectual
correspondientes a cada etapa.

¿Invención o innovación?
La innovación se refiere a la comercialización de ideas nuevas,
mientras que la invención no tiene necesariamente que estar
relacionada de forma directa con la comercialización.1 La invención es
la generación de una idea nueva cuyo fin es resolver un problema
técnico concreto. La innovación puede considerarse como un proceso
interactivo y de retroalimentación que tiene lugar a lo largo las
diferentes fases del desarrollo de un producto. No todas las
innovaciones son comercializadas, por lo que está claro que no todas
las invenciones acaban en innovación. Nacen muchas buenas ideas,
pero “la mayoría tienen una muerte solitaria, sin haber visto la luz del
éxito comercial.”2
Como sucede en el caso de las invenciones, el secreto industrial, los
modelos de utilidad o las pequeñas patentes y las patentes tienen
cabida en la protección, gestión, explotación y potenciación de las
innovaciones. Los estudios económicos han puesto de manifiesto que
la patente es el derecho de propiedad intelectual solicitado
preferentemente para proteger las innovaciones tecnológicas, hecho
que parece reflejar el uso de los términos “innovación” e “invención”
como sinónimos. Así, por ejemplo, el número de patentes que posee
una empresa suele utilizarse con frecuencia como uno de los
principales indicadores para determinar su fuerza de innovación, y las
patentes se utilizan como una medida del volumen de innovación. Si
bien este enfoque resulta práctico, no tiene en cuenta el sistema de
propiedad intelectual en su conjunto como elemento que facilita la
introducción de productos innovadores en el mercado.

La fase de la idea
Desde el momento en que una empresa tiene una idea o un concepto
que puedan ser innovadores, es fundamental que los trate como un
secreto. Esto quiere decir que la información generada en torno a la
creación de la idea debe protegerse cuidadosamente como secreto
industrial. No todas las ideas viables desde el punto de vista comercial
pueden ser o serán patentadas; de ahí la importancia de tratar las
ideas como secretos industriales, particularmente durante la fase
inicial
La decisión final entre seguir la ruta del secreto industrial o la ruta de
la patente a la hora de proteger una idea que puede acabar en una
invención patentable debe plantearse como una decisión estratégica
de empresa que habrá de tomarse en una etapa posterior del
desarrollo, una vez que se cumplen todos los requisitos de
patentabilidad. La elección depende de la naturaleza de la invención,
de su potencial comercial, de la competencia, de la facilidad con que
pueda reproducirse y de la capacidad de los competidores de aplicar
ingeniería inversa al producto final. Cualquiera que sea la decisión
definitiva, la idea debe protegerse inicialmente como secreto industrial
a fin de conservar la opción de obtener una patente en una etapa
posterior. Incluso después de patentarla, una parte de la idea puede
quedar como secreto industrial conexo.

Los dibujos técnicos que a menudo se realizan durante la fase de


concepción también deben tratarse como secretos industriales. Éstos
podrán, además, protegerse mediante el derecho de autor. Es
importante que los dibujos estén fechados a efectos del
establecimiento de la fecha de creación. Los dibujos técnicos podrán
también formar parte de la solicitud de patente pertinente en una fase
posterior.

La información que contienen los documentos de patente cumple


también una función importante durante esta fase con relación a la
concepción, descarte y desarrollo de la idea. Los documentos de
patente pueden aportar información útil respecto de si la idea es nueva
(estado de la técnica) y si merece la pena ser desarrollada. Además,
un análisis adecuado de la información de patentes puede dar una
idea de las estrategias de los posibles competidores y de las
tendencias en el campo de la tecnología.

Fase de investigación y desarrollo


Los instrumentos de propiedad intelectual empleados durante la fase
de concepción siguen teniendo pertinencia durante la fase de I+D. Por
tanto, una empresa debe seguir guardando sus secretos industriales,
especialmente si todavía tiene que decidir si presenta una solicitud de
patente o no. La competencia no debe tener acceso a ninguna
información esencial que pueda afectar a la ventaja competitiva del
producto final

Durante esta fase se llevan a cabo una intensa investigación y


consultas, importantes para que el proyecto llegue a buen fin. Muchas
empresas no aprovechan en este momento la valiosa información
técnica que contiene la documentación publicada sobre patentes. La
Oficina Europea de Patentes (OEP) calcula que el 70% de la
información contenida en la documentación sobre patentes no está
disponible en ningún otro lugar. Las más de 800 000 patentes que se
conceden anualmente en todo el mundo ofrecen gran cantidad de
información, como el estado de la técnica, que puede ayudar a una
empresa a no derrochar recursos de dinero y tiempo durante el
proceso de investigación y desarrollo. Los documentos de patente
pueden contener información que lleve a mayores mejoras en el
producto o a al acortamiento del tiempo necesario para sacar el
producto al mercado. Las pequeñas empresas, especialmente de los
países en desarrollo y menos adelantados, pueden utilizar la
información de uso público sobre patentes para idear productos
innovadores adaptados a sus condiciones locales.

Una vez que la empresa haya decidido el tipo de protección de


propiedad intelectual que utilizará para proteger los resultados de la
actividad de I+D, debe iniciar inmediatamente el proceso de registro.
El hecho de solicitar una patente permitirá sentar una fecha para
determinar la prioridad y poder reivindicar los derechos exclusivos
sobre el producto (incluso antes de que la patente haya sido
concedida; véase el caso de Jim Frazier en la página 10). Como la
actividad de I+D da lugar también a mejoras funcionales y estéticas, la
empresa debe plantearse igualmente proteger mediante el diseño
industrial el acabado y embalaje del producto.

Subcontratación
En la mayoría de los casos, la tecnología innovadora precisa recursos
y desarrollo técnico de los que la empresa no dispone. La propiedad
de los derechos de propiedad intelectual sobre la tecnología asegura
que éstos no se perderán, al tiempo que permite aprovecharse de la
utilización de recursos técnicos externos y de las instalaciones de
terceros. A fin de evitar conflictos en el futuro, la propiedad debe
quedar claramente establecida y cualquier cuestión relacionada con
los derechos de propiedad resultantes aclarada antes de embarcarse
en una operación conjunta o subcontratación.

La propiedad intelectual como flotador


Sacar un producto al mercado suele ser una ardua tarea para
inventores, industriales y empresas; de ahí que se hable del “valle de
los muertos” de la innovación, que discurre entre el momento en que
se ha creado el prototipo de la invención y el lanzamiento al mercado
del nuevo producto. Este es el periodo durante el que la mayoría de
las invenciones se vienen abajo debido a la falta de apoyo externo o a
que no son viables desde el punto de vista comercial. Durante esta
fase, la propiedad intelectual, en particular las patentes, desempeñan
un papel fundamental al facilitar el acceso a inversores de capital de
riesgo que pueden proporcionar un salvavidas y hacer que la
invención llegue al mercado. Los derechos de propiedad intelectual
dan fuerza a la posición negociadora cuando se buscan socios
inversores, y hace que la empresa resulte más atractiva para los
posibles inversores.
A modo de ejemplo, el Sr. Chester Carlson inventó la xerografía en
1938 y la patentó en 1942. Después le llevó cinco años encontrar la
financiación necesaria para sacar al mercado el producto. En 1947, la
empresa Haloid adquirió la licencia de sus patentes básicas de
xerografía. La primera xerocopiadora, el Modelo A, fue presentado en
1949. En honor a la verdad, el Sr. Carlson no habría podido
comercializar la invención sin la ayuda de inversión externa, pero la
patente de la que era titular contribuyó de forma importante a que
Haloid decidiera apoyar la invención.

La mayoría de las ideas innovadoras nunca llegan al mercado, pero


las que están protegidas por la propiedad intelectual tienen más
posibilidades. Los derechos de propiedad intelectual cumplen una
función importante al influir en la decisión de los inversores externos
respecto de si invierten en una empresa, y le abren a su titular más
posibilidades, como vender la patente o conceder licencias sobre ésta,
o formar alianzas empresariales estratégicas o alianzas de
comercialización. Las empresas con limitaciones financieras pero ricas
en activos de propiedad intelectual encontrarán que probablemente les
resulte más fácil organizar operaciones conjuntas que les permitan
acceder a instalaciones de I+D o a canales de distribución y redes de
ventas. A una empresa que disponga de una patente o de secretos
industriales valiosos le resultará más beneficioso desde el punto de
vista estratégico establecer una operación conjunta con una empresa
que cuente con una marca fuerte.
Una cartera de propiedad intelectual bien gestionada, acompañada de
un plan de negocio y de una estrategia que demuestre cómo pueden
explotarse los derechos de propiedad intelectual conexos para generar
ingresos futuros, alcanzar un posición de mercado fuerte y controlar el
mercado es más que probable que atraiga capital de riesgo.

Comercialización de las innovaciones


Durante la fase en que el producto se lanza finalmente al mercado, las
marcas y los diseños industriales desempeñan un importante
cometido. Permiten a los consumidores reconocer los productos de
una empresa determinada y distinguir estos productos de otros.

Primeros anuncios creados por Bayer para promocionar la marca Aspirina con vistas a alargar el
ciclo de vida del producto más allá de la vigencia de la patente.
La marca constituye una herramienta importante para el lanzamiento
de una nueva parte de un producto o de productos completamente
nuevos. Además, la marca puede ser muy efectiva para penetrar en
nuevos mercados y extender los beneficios comerciales más allá de la
vigencia de una patente. Un buen ejemplo es el caso de la aspirina.
Descubierto en 1987, este fármaco fue patentado en 1899 por los
laboratorios Bayer. Conscientes de que las patentes tienen una
duración limitada, los laboratorios Bayer se embarcaron en la
promoción de una marca para su nuevo producto. Cuando expiró la
patente de la aspirina, la empresa siguió beneficiándose de la venta
del producto a través de la marca Aspirina que habían creado.
La innovación tecnológica también puede ser respaldada por la
protección combinada de patentes, diseños industriales y marcas. La
invención y el desarrollo de la aspiradora ofrecen un buen ejemplo del
uso estratégico de la combinación de diferentes tipos de instrumentos
de protección de la propiedad intelectual. En 1908, el Sr. William
Hoover produjo la primera aspiradora vertical, pero él no fue el
diseñador. Compró la patente al Sr. James Spangler, inventor que
trabajaba de conserje de noche. A lo largo de los años, los técnicos de
Hoover (fundada en 1909) diseñaron aparatos nuevos mejorados, así
como cientos de características que se añadieron a la aspiradora,
como bolsas de papel desechables, un piloto para la aspiradora, un
dispositivo de autopropulsión o una conexión lateral del tubo, por la
que Hoover obtuvo una patente en 1936. En menos de diez años
desde la fundación de la empresa, la marca Hoover se convirtió en un
nombre de uso habitual en los hogares.
Los secretos comerciales, las patentes, los diseños industriales y los
derechos de autor pueden utilizarse de forma independiente o
simultánea como instrumentos de protección de la tecnología. El uso
estratégico de una combinación de instrumentos de propiedad
intelectual en el proceso de innovación puede contribuir a la obtención
de mayores márgenes de beneficios y al mantenimiento de la posición
de mercado, lo que permite a las empresas tecnológicas innovadoras
obtener un mejor rendimiento de la inversión.

Conclusión
Pocas innovaciones tecnológicas son productos radicalmente nuevos;
la mayoría constituyen mejoras que de algún modo hacen que el
producto sea mejor que su predecesor. El desarrollo de una mejora o
de un nuevo producto le da a la empresa la posibilidad de entrar en el
mercado sin competencia. El sistema de propiedad intelectual cumple
una función importante al contribuir a que la empresa logre y conserve
esta ventaja. La ventaja competitiva que puede conseguir una
empresa con una innovación radicalmente nueva probablemente
durará más que la que consiga con una simple mejora. En el caso de
la mejora, no solamente habrá en el mercado competidores en el
mismo tipo de producto, sino que se comprenderá y copiará con
mucha mayor rapidez.
La estrategia de propiedad intelectual puede variar dependiendo del
tipo de innovación de que se trate, pero en cualquier caso el sistema
de propiedad intelectual sigue siendo una herramienta valiosa. La
consulta a un especialista en propiedad intelectual podrá ayudar a la
empresa a hacer un uso óptimo del sistema.
Estudio de caso: Una invención australiana que encandila a Hollywood - Jim
Frazier
Los físicos dijeron que era imposible, pero el operador de cámara Jim Frazier siguió
adelante e inventó un nuevo objetivo que revolucionó la industria cinematográfica
internacional.

El Sr. Frazier, que se dedicaba a filmar documentales de fauna y flora para David
Attenborough, se sentía frustrado por las limitaciones de los objetivos disponibles
en el mercado. “La naturaleza es implacable. No tienes tiempo para montar la
cámara y fotografiar el plano como tú quieres. Además, con cosas pequeñas, como
insectos y arañas, es muy difícil tener enfocada la figura y el fondo a la vez. Yo lo
quería todo a foco y necesitaba un objetivo versátil que me permitiera obtener
rápidamente los planos que quería”.

“A finales de la década de 1970 comencé a hacer pequeños ajustes yo mismo, y


empecé a obtener los resultados que había previsto. Durante los diez años
siguientes seguí reacondicionando el objetivo, y tras muchas pruebas y esfuerzo
conseguí un objetivo con gran profundidad de campo y con una rótula giratoria en
el extremo. El mecanismo óptico para lograr esto es muy complejo, pero comencé a
obtener resultados positivos.”

El nuevo objetivo tiene tres características revolucionarias, a saber:

 un mecanismo de enfoque de “fijar y olvidarse”, que mantiene a foco todo, desde


el objetivo hasta el infinito;
 un cabezal giratorio, de modo que, sin mover la cámara, se puede girar el
objetivo en cualquier dirección hasta completar una esfera si se quiere; y
 un mecanismo de rotación de la imagen incorporado, que permite rotar la imagen
dentro del objetivo sin tener que cabecear la cámara.
Se trataba de una invención brillante, y cuando el Sr. Frazier empezó a utilizarla en
su trabajo no paso desapercibida. Nunca nadie había visto antes una fotografía con
tanta profundidad y claridad como la que él estaba obteniendo, lo que hacía que su
trabajo fuera excepcional. En 1993 fue invitado a dar una conferencia en Montage
93, un congreso de imagen celebrado en los Estados Unidos. A los pocos días de la
conferencia Panavisión llamaba a su puerta.

“Fue en este momento cuando pensé que debía buscar un abogado”, recuerda.
“Panavisión me envió un contrato tipo de tres páginas que mi abogado me aconsejó
que no firmara. Lo redactó de nuevo y les devolvimos un documento de 30 páginas
que no sólo protegía mi invención, sino que me ayudó a negociar un acuerdo muy
jugoso.”

El contrato estaba redactado de tal modo que Panavisión, considerada la mejor


fabricante de objetivos del mundo, nunca pudiera venir a reclamar que ya conocían
los mecanismos ópticos empleados en el objetivo. Se reunieron con el Sr. Frazier en
terreno neutral en Hong Kong, y la empresa tuvo que firmar un acuerdo de
confidencialidad antes de ver el objetivo. “El acuerdo consistió en que Panavisión
patentaría el dispositivo corriendo con los gastos, pero la patente sería de mi
propiedad.”

Cuando el Sr. Frazier mostró por primera vez el objetivo a Panavisión, éstos no
podían imaginarse cómo funcionaba, pero reconocieron su valía. Con un coste
superior a un millón de dólares de los Estados Unidos, ésta podría haber sido una de
las mayores patentes obtenidas por Panavisión, pero los ingresos están llegando en
grandes cantidades. Prácticamente la mitad de los anuncios que se realizan en los
Estados Unidos utilizan el objetivo de Jim Frazier, y en el campo del largometraje
son muchos los que no van al plató sin él.

Los beneficios para la industria cinematográfica son considerables. Aparte de las


posibilidades exclusivas que ofrece el propio objetivo, éste ha permitido reducir
espectacularmente los costos de producción. Tomas que solían necesitar tres días
ahora sólo precisan uno porque el objetivo de Frazier ha hecho que ya no sea
preciso contar con un equipo de personas para montar complicados decorados cada
vez que el director quiera un ángulo nuevo. Basta con ajustar el cabezal giratorio.

https://www.wipo.int/wipo_magazine/es/2005/04/article_0002.html

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