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GUIAS CLINICAS
2006
COAUTORES:
• A [os pacientes, particularmente los que padecen enfermedades malignas y crónicas que
requieren de la sangre, a fin de contribuir a asegurar la calidad de la hemoterapia y que se
cumplan los objetivos y funciones de la transfusión de sangre.
• A los donantes de sangre, quienes, como expresara nuestro Comandante en Jefe, realizan
"...una de las tareas mas hermosas, mas nobles y mas generosas... "cuyo aporte voluntario y
altruista es parte esencial de nuestro Sistema Nacional de Salud para coadyuvar a salvar las
vidas de nuestros conciudadanos y de todos cuantos lo necesiten.
•
INDICE
PROLOGO
En nuestro país se realizan anualmente más de 400 000 procederes transfusionales, de los que se
benefician miles de pacientes, por lo que este libro puede ser de gran utilidad coma una guía
orientadora sobre esta insustituible terapéutica.
El objetivo de este libro es proporcionar a todos los que deben hacer uso de este importante
proceder, los principios básicos para la utilización adecuada de la sangre y sus componentes. No se
pretende agotar todos los aspectos de la Medicina Transfusional, que es una especialización de la
medicina, sino actualizar el conocimiento en esta disciplina para un uso racional, científico y oportuno
de la hemoterapia.
Si lo logramos, contribuiremos a contar con servicios de atención médica de EXCELENCIA.
Colectivo de Autores
CAPITULO I
HISTORIA DE LA TRANFUSION DE SANGRE.
Desde la aparición del Homo Sapiens, este vínculo la pérdida de sangre con el estado de salud y la
muerte y se le han atribuido propiedades místicas y curativas, así como rasgos de la personalidad, "de
sangre caliente", "sangre fría", "mala sangre".
Los antecedentes del uso de la sangre como elemento terapéutico en el mundo occidental, se
registran desde mediados del siglo XVIII en que científicos franceses e ingleses (Jean Baptiste Denis y
Richard Lower), paralelamente, hicieron transfusiones entre animales y entre estos y hombres. Como se
produjeron resultados fatales, esta practica se abandono durante mucho tiempo.
La primera transfusión de sangre humana reportada en Cuba data de 1878, en el Hospital San Juan
de Dios de la capital, realizada por el Dr. Claudio Delgado Amestoy, médico colaborador del Dr.
Carlos Juan Finlay. Sus resultados no son conocidos.
Este proceder terapéutico comienza exitosamente después del ano 1900, en que fueron descubiertos
los grupos sanguíneos del sistema ABO por el científico austriaco Karl Landsteiner y por la posibilidad
de realizar transfusiones directas, brazo a brazo, de arteria del donante a vena del paciente receptor,
técnica descrita independientemente por los Dres. Alexis Carrel y George Crile.
En 1915, el Dr. Luis Agote, de Argentina, publicó su experiencia con el uso del citrato de sodio
como anticoagulante, lo que propició que otros investigadores aportaran experimentos que permiten
mantener la sangre líquida almacenada durante semanas sin perder sus propiedades biológicas. Esto lo
facilitó la introducción de botellas de vidrio en 1936; y las bolsas plásticas en 1950, lo que ha permitido
el uso de componentes como las plaquetas, con la calidad y cantidad adecuadas, y del crío precipitado,
fuente del factor VIII y fibrinogeno.
Otros descubrimientos importantes fueron la descripción de otros grupos sanguíneos como el
sistema RhHr en 1940, por Philip Levine, Landsteiner y Weiner.
Las dos guerras mundiales obligaron a desarrollar los métodos transfusionales y el uso de los
componentes de la sangre. El más significativo fue el fraccionamiento del plasma por alcohol en frío,
descrito por Edwin Cohn en 1940, por el cual se obtienen a1búmina, inmunoglobulinas y fibrinógeno
para uso clínico.
En relación con la organización de bancos de sangre, está referido que el primero se creó en
Leningrado en 1932, y en 1936 en Barcelona, durante la guerra civil española.
En Cuba, en 1922, el Dr. Alfredo Figueroa Ballester, Médico del Ejército, organizó un
destacamento de 800 donantes clasificados (ABO). Los primeros servicios de transfusión se
establecieron en 1925 en algunos hospitales de maternidad. El primer banco se organizó en locales del
Hotel Nacional en 1941, auspiciado por distintas asociaciones, de las que era la principal la Federación
Médica. No pudo iniciar su trabajo hasta 1944, ya que hubo muchas dificultades para lograr el
equipamiento necesario. En 1945 pasó al Colegio Médico Nacional y paralelamente se organizó el
Banco del Hospital Calixto García. Posteriormente se crearon algunos bancos privados y servicios de
transfusiones en varios hospitales.
Después de 1959 es que se organiza la infraestructura que garantiza la hemoterapia en nuestro país,
que está integrada por 48 bancos provinciales y municipales, 121 centros de extracciones de sangre y
servicios de transfusiones en los hospitales que lo requieren, así como un Laboratorio para la
producción de albúmina y gammaglobulinas. Anualmente se colectan mas de 500 000 bolsas de sangre
de donantes voluntarios y se realizan como promedio, 450 000 transfusiones de sangre y componentes.
CAPITULO II
SISTEMAS DE GRUPOS SANGUINEOS
El descubrimiento de los grupos sanguíneos eritrocitarios se debe a Karl Landsteiner en e11900,
cuando demostró diferencias entre los eritrocitos de los humanos al mezclar sueros y hematíes de
diferentes individuos, lo que conllevó la descripción de los grupos sanguíneos ABO. Estudios
posteriores permitieron el reconocimiento de los sistemas MNS, P Y Rh Hr, al inmunizar conejos con
hematíes humanos, aunque los supuestos anticuerpos anti Rh obtenidos en conejos reconocían en
realidad a los antígenos del sistema LW. El resto de los sistemas de grupos sanguíneos fueron
descubiertos generalmente, al identificarse anticuerpos en el suero de pacientes poli-transfundidos o en
el suero de puérperas con recién nacidos afectados de enfermedad hemolítica. De esta forma, los
grupos sanguíneos son moléculas permanentes presentes en la membrana de los eritrocitos de algunos
de los miembros de la especie y ausentes en otros. Estas estructuras están bajo estricto control genético
y se heredan de acuerdo con las leyes de Mendel.
La importancia clínica de los grupos sanguíneos eritrocitarios está dada por la capacidad que tienen
de provocar una respuesta de anticuerpos en el receptor transfundido con componentes que contengan
hematíes o por el estimulo antigénico que desencadena en la madre el paso trasplacentario de hematíes
fetales a la circulación materna durante el embarazo o el parto.
Estos anticuerpos eritrocitarios estimulados por la transfusión y los embarazos se clasifican como a
los anticuerpos, ya que reconocen a antígenos ausentes en los eritrocitos del individuo donde se genera
la respuesta inmune. Algunos de los aloanticuerpos se clasifican como naturales, si se desconoce el
estímulo antigénico que los generó. Estos aparecen en el suero de individuos que carecen de los
antígenos correspondientes y generalmente son de la clase Ig M, como por ejemplo, los anticuerpos del
sistema ABO, también llamados anticuerpos naturales. Sin embargo, la mayoría son anticuerpos de la
clase Ig G que se producen en respuesta a un estimulo conocido, asociado frecuentemente a la
transfusión.
No obstante y aunque es bien conocida la importancia que tiene el estudio de los grupos sanguíneos
para la prevención de las reacciones hemolíticas asociadas a la presencia de anticuerpos eritrocitarios,
no todos los antígenos de estos sistemas tienen igual importancia y en algunos casos la identificación
de aloanticuerpos no necesariamente se relaciona con síntomas y signos de hemólisis inmune. De esta
forma, describiremos los sistemas de grupos sanguíneos de mayor relevancia clínica con énfasis en
cada antígeno en particular. *
Se han descrito 29 sisternas de grupos sanguíneos dentro de los que se encuentran los sistemas
ABO, MNS, P, Rh, Lutheran, Lewis, Kell, Duffy, Kidd, Diego, Cartwright, XG, Scianna, Dombrock,
Colton, Landsteiner-Wiener, Chido/Rodgers, Hh, Kx, Gerblch, Cromer, Knops, Indian, OK, Raph,
John Milton Hagen, I, Globosido y GIL (ver tabla). De éstos se hará referencia a aquellos que por su
significado clínico constituyan un riesgo para la transfusión o provoquen enfermedad hemolítica del
feto y del recién nacido.
• Sistema ABO
El sistema ABO es el de mayor importancia transfusional. Los anticuerpos anti-A, -B, -AB se
detectan en el suero de los individuos según la dotación de los antígenos ABO presentes en los
eritrocitos. **
Para su tipificación se utilizan reactivos formulados con anticuerpos anti-A y anti-B y el resultado
es confirmado por la presencia en el suero del individuo de los anticuerpos contra los antígenos ABO
ausentes en sus hematíes. ***
* Sistemas de grupos sanguíneos eritrocitarios. (Vea en las Pág. siguiente Tabla #/)
** Antígenos y anticuerpos del sistema ABO. (Vea en las Pág. siguiente Tabla #2)
*** Determinación del grupo sanguíneo ABO. (Vea en las Pág. siguiente Tabla #3)
.
Tabla # 2. Antígenos y anticuerpos del sistema ABO
Dentro de los anticuerpos del sistema ABO, el anti-A, es uno de los mas infrecuentes. Este puede
causar confusión en la determinación del grupo ABO al demostrarse la presencia de anticuerpos anti-A
en el suero de individuos de grupo A. La investigación de la discrepancia conc1uye el tipaje de un
subgrupo de A, generalmente A2. Los anticuerpos anti-A, causan también un resultado positivo en las
pruebas de compatibilidad pre-transfusionales, aunque reaccionan mejor o únicamente a temperaturas
inferiores a 37º C y no se consideran de importancia transfusional, a menos que sean hemolíticos a
37°C. Cuando el anti-A1 está presente y la comprobación de compatibilidad en la prueba de anti-
globulina indirecta es negativa, se puede administrar la unidad de hematíes sin riesgos de reacción
hemolítica.
Raramente se observan dificultades en la determinación del grupo sanguíneo ABO; las
discrepancias se observan cuando no hay coincidencia entre el grupo celular y el serológico. Por otra
parte, pueden observarse expresiones débiles de los antígenos que imposibilitan la determinación
exacta del fenotipo. Cuando esto ocurre, se hace necesario recurrir al empleo de técnicas más
complejas, como son los estudios de absorción-elución y en algunos casos, hasta de las
determinaciones de las transferasas séricas para la confirmación del fenotipo. Detalles más comunes
sobre estas situaciones se describen en la siguiente tabla:
Tabla #6. Algunas discrepancias en las determinaciones de los grupos sanguíneos ABO
Aumento de proteínas en
Antígeno B adquirido asociado con cáncer el plasma en pacientes
gástrico y de colon. con gammapatia
monoclonal
Presencia de
Presencia de gelatina de Wharton en la sangre
Aloanticuerpos.
de cord6n
Ej. anti-M,-N,-P,
Anticuerpos ABO
Por Hematíes con PAD positiva
reacciones adquiridos pasivamente
positivas Fenómeno de poli aglutinación Subgrupo de A con anti-A1
Anticuerpos contra la acriflavina
usada como colorante del anti -B
Trasplante de medula ósea
Reacción transfusional ABO
incompatible
Subgrupos de A y B Recién nacidos y ancianos
Depresión de los antígenos ABO en la
leucemia y otras Hipogammaglobulinemia
Por
enfermedades
reacciones
negativas Aumento de sustancia ABO
soluble en el plasma asociada
Inmunosupresión
con quiste de ovarlo
seudomucinoso.
De ser necesaria la transfusión urgente en un paciente en que no sea posib1e la determinación del
grupo ABO rápidamente, debe transfundirse concentrado de hematíes de grupo "0" y de requerirse un
derivado plasmático, este será de grupo AB. Deberá de extraerse una muestra de sangre a1 paciente
antes de la transfusión, para concluir posteriormente los estudios de grupo ABO.
• .Sistema Rh
El sistema Rh es el más polimórfico de los grupos sanguíneos eritrocitarios. Consta hasta el momento,
de 49 antígenos, que con la excepción de los antigenos D, C, c, E y e, es infrecuente encontrar
reacciones hemolíticas donde se identifiquen anticuerpos de esas especificidades, ya que en su mayoría
son antigenos de alta o baja incidencia y por lo tanto, muy pocos receptores producen anticuerpos
contra ellos. Todos los anticuerpos contra antigenos del sistema Rh son capaces de causar, tanto
reacciones transfusionales hemolíticas (RTH), como enfermedad hemolítica del feto y el recién nacido
(EHFRN).
• El Antígeno D
Los términos Rh+ y Rh- hacen referencia únicamente a la presencia o ausencia del antigeno D en
los hematíes. Este antigeno después, de los A y B del sistema ABO, es el de mayor importancia en la
práctica transfusional. A diferencia del sistema ABO, los individuos que carecen del antigeno D, o sea,
los Rh-, no presentan anticuerpos anti-D naturales en el suero. La formación de estos anticuerpos se
produce por exposiciones a hematíes D+ a través de las transfusiones de sangre o embarazos. La
inmunogenicidad de este antigeno es tal que el 80% de los individuos RhD- producen anticuerpos anti-
D con la transfusión de una unidad de sangre RhD+. Estos anticuerpos son los responsables de la
enfermedad hemolítica del feto y del recién nacido (EHFRN) en las embarazadas RhD-.
• Expresión débil del antigeno D (D débil)
La gran mayoría de los individuos RhD positivos muestran aglutinación definida con el reactivo
anti-D. En ocasiones, los eritrocitos D positivos no reaccionan con los reactivos anti-D en las técnicas
convencionales y la detección del antigeno D requiere una incubación prolongada con el anti-D o el
empleo de la técnica de antiglobulina (Coombs). Antiguamente estos eritrocitos eran considerados
como DU. Este término ya no es usado y en su lugar se emplea el de D débil, aunque estos eritrocitos
son considerados D positivos. El D débil es definido como un fenotipo que tiene una menor expresión
del antigeno D y responde a varias circunstancias genéticas, como es que el gen RhD puede codificar
para una expresión debilitada del antigeno D. Este tipo es común entre individuos de la raza negra y
tiene lugar como parte del haplotipo cDe. Otro de los fenómenos bien conocidos es el debilitamiento
del antigeno D por la presencia del gen C en posición trans con respecto al D, o sea, en el cromosoma
opuesto. Los eritrocitos que muestran este efecto son generalmente de genotipo CDe/Ce.
• El D débil en el donante de sangre
La posibilidad de que los hematíes D débiles puedan estimular la producción de anticuerpos anti-D
ha invalidado el uso de los eritrocitos de este fenotipo para la transfusión de los receptores RhD
negativos. Al parecer esta posibilidad es remota ya que estas formas debilitadas del D son mucho
menos inmunogénicas. También es probable que estos eritrocitos sean destruidos si se les transfunde a
receptores que presenten anticuerpos anti-D. El empleo de los reactivos anti-D monoclonales ha
minimizado estos riesgos ya que actualmente muchos de estos fenotipos se clasifican como RhD
positivos. No obstante, es importante la identificación correcta del fenotipo D débil en los donantes de
sangre, ya que existen evidencias de inmunización de receptores Rh D negativos transfundidos con
eritrocitos D débil.
• El D débil en los receptores de sangre
La gran mayoría de los pacientes con este fenotipo pueden recibir sangre RhD positiva sin riesgos
de inmunización, a menos que carezcan de algún epítope del antigeno D (D parcial). Las políticas
actuales con respecto al D débil como receptor de sangre plantean que es innecesaria la detección de
formas débiles del antigeno en los pacientes. Los centros que disponen de reactivos anti-D
monoclonales clasifican a los pacientes D débiles como RhD positivos y los restantes no detectados
reciben sangre RhD negativa. En algunos centros se considera esta política como un gasto inútil de
sangre D negativa y prefieren realizar la detección del D en técnica de antiglobulina a todos los
receptores D negativos y de ser positivos, administrar sangre D positiva. Sin embargo, de seguirse esta
alternativa es importante implementar procedimientos que prevengan de una determinación errónea en
la técnica de antiglobulina del antigeno D en un paciente D negativo con prueba de antiglobulina
directa positiva. Por otra parte, estas determinaciones pueden dar lugar a diferentes interpretaciones del
estatus D de un paciente entre un centro y otro, que puede motivar dudas y el empleo de diferentes
criterios de transfusión.
• D parcial
La producción de anti-D en un paciente D positivo es muy infrecuente. Los eritrocitos de estos
individuos carecen de algunos de los epitopes del antigeno D y el anticuerpo anti-D que producen es
contra la parte del antigeno que no esta presente en sus células; por esta causa se clasifican como D
parcial. El antigeno D consta de 16 epitopes y se han descrito cerca de 12 tipos de D parcial de acuerdo
con la dotación de epitopes presentes y ausentes que corresponden también con la presencia o ausencia
de los 10 exones del gen Rh D. En la práctica, es difícil clasificar el tipo de D parcial a que pertenece el
paciente pero este procedimiento no es imprescindible ya que en estos casos se seleccionan hematíes
Rh D negativos para la transfusión.
• Sistema Kell
Los anticuerpos del sistema Kell son considerados clínicamente significativos. El antigeno K es muy
inmunogénico y es frecuente encontrar anti-K en los pacientes poli transfundidos. El anti-k (Cellano)
tiene características clínicas y serológicas similares al anti-K, pero es infrecuente, ya que muy pocos
individuos son k negativos. Estos anticuerpos causan tanto RTH como EHFRN. Los anti-Kpa,-
Kpb,_Jsa,_Jsb son anticuerpos muy poco frecuentes con características serológicas similares a las anti-K
y se consideran de importancia clínica. El anti-Kpb y Jsb causan reacción hemolítica transfusional
tardía, por la que se recomienda usar para la transfusión sangre Kp(b-) Y Js(b-), respectivamente.
• Sistema Duffy
Los antígenos más importantes de este sistema son el Fya, Fyb y el Fy3.
Los anti-Fya son comunes y ocasionan RTH y EHRN. Los anti-Fyb son infrecuentes, reaccionan
débilmente in Vitro y pueden provocar reacciones hemolíticas. No se han documentado casos de
EHRN por este anticuerpo. El anti-Fy3 es un anticuerpo raro que reconoce a un antígeno público que
está ausente en los eritrocitos Fy(a-b-) y causa RTH pero no se han documentado casos de EHFRN. El
fenotipo Fy(a-b-) es raro en caucasianos pero común en personas de origen africano.
• Sistema Kidd
El sistema consta de tres antígenos, Jka, Jkb y Jk3. Los anticuerpos comúnmente muestran reacciones
débiles en las técnicas de aglutinación porque generalmente se detectan de forma indirecta a través del
complemento que fijan a los eritrocitos. Los anti-Jka son más comunes que los anti-Jkb y se identifican
con frecuencia coexistiendo con aloanticuerpos de otros grupos sanguíneos. El anti-Jk3 es muy raro, es
producido por individuos Jk(ab-) y generalmente se detecta junto con los anti-Jka y anti-Jkb; puede
causar RTH inmediata y tardía por lo que se recomienda seleccionar sangre Jk(ab-) para la transfusión.
También provocan EHFRN.
• Sistema Lutheran
Este sistema está compuesto por 18 antígenos. Los antígenos más conocidos son el Lua y el Lub.
Los anticuerpos se producen generalmente en respuesta a embarazos o transfusiones, pero pueden
aparecer también en ausencia de estímulo previo como el anti- Lua. Estos últimos no se han asociado
con RTH y tampoco se han comunicado casos de EHFRN, probablemente porque este antígeno está
poco expresado en los hematíes de los recién nacidos. Los anti-Lub pueden provocar tanto RTH como
EHFRN.
• Sistema Diego
El sistema Diego lo constituyen 18 antígenos. Los antígenos más conocidos son el Dia, Dib , Wra y
Wrb . El anti-Dia detecta un antígeno infrecuente en caucasianos pero polimórficos en las personas de
Asia Oriental. Puede ocasionar EHFRN y RTH. El anti Dib es un anticuerpo raro que detecta un
antígeno de alta frecuencia y puede ocasionar EHFRN. El anti-Wra generalmente se identifica en
individuos sin antecedentes de estímulo previo. Es un anticuerpo relativamente común de muy baja
frecuencia antigénica. En pocas ocasiones provoca EHFRN y RTH.
• .Sistema MNS
El sistema MNS agrupa un total de 43 antígenos distribuidos en las glicoforinas, aunque los más
importantes de este sistema son los antígenos M, N, S, s y U. El anti-M y el anti-N generalmente no se
detectan a 37º C, aunque cuando lo hacen podrían provocar reacciones hemolíticas. Los anticuerpos
anti-M raramente se relacionan con la EHFRN. En caso de estar en presencia de anti-M o anti-N
reactivos a 37°C, para la transfusión se recomienda seleccionar sangre M- y N-, respectivamente.
Los anticuerpos anti-S y anti-s son infrecuentes pero causan, tanto la EHFRN como RTH. El anti-U
es muy raro y aparece en individuos de origen africano de fenotipo S-s-U-; es muy difícil encontrar
sangre compatible para la transfusión de estos pacientes y causan RTH y EHFRN severas.
• Sistema P
Este sistema contiene un solo antígeno originalmente denominado P, pero clasificado
posteriormente como P1. El antígeno P1 está presente en los eritrocitos del 79% de los individuos
blancos y en el 94% de los negros. Este anticuerpo reacciona óptimamente a 4º pero puede ser
detectado en ocasiones a 37°C. El anti-P1 raramente se ha implicado en reacciones hemolíticas y como
generalmente es de naturaleza Ig M, no provoca EHFRN. Este anticuerpo puede causar RTH y sólo en
ocasiones EHFRN, cuando son de la clase Ig G
• Sistema Lewis
Este sistema comprende los antígenos Lea y Leb. Los anti-Lea como los anti-Leb son generalmente
anticuerpos naturales de la clase Ig M. La temperatura óptima de reacción es de 22°C, aunque algunos
anti-Lea pueden reaccionar a 37°C. Sólo se consideran de importancia transfusional si son capaces de
provocar hemo1isis "in Vitro" de los hematíes o si reaccionan fuertemente en la prueba de
antiglobulina (Coombs) y por lo tanto, se le administraran al paciente hematíes carentes del antígeno
especifico. De no tener disponibles hematíes compatibles, puede administrarse plasma previo a la
transfusión de los hematíes para neutralizar a los anticuerpos. Los anticuerpos de este sistema no
provocan EHFRN, ya que en su mayoría son de la clase Ig M Y los antígenos de este sistema están
muy poco expresados en los hematíes de los recién nacidos.
Tabla #7. Importancia clínica de los principales anticuerpos contra los antigenos de los grupos
sanguíneos
Sistemas HLA y de grupos sanguíneos leucoplaquetarios.
• Sistema HLA
La inmune es realizada por proteínas específicas codificadas por genes situados en un locus
denominado complejo principal de histocompatibilidad conocido como MHC, del inglés, major
histocompatibility complex. Las moléculas del MHC humano reciben el nombre de antígenos
leucocitarios humanos o HLA (Human leukocyte antigens). Los primeros genes identificados dentro de
este sistema son el HLA-A, HLA-B Y HLA-C y se agrupan como genes de clase I. Todas estas
moléculas radican fundamentalmente en los linfocitos.
Dentro de los genes de clase II se encuentran el HLA-DR, HLA-DP Y HLA-DQ. Los genes del
MHC son los más polimórficos del genoma y se han identificado más de 150 alelos para algunos de
los loci del HLA. El conjunto de alelos del HLA presentes en cada cromosoma se denomina haplotipo
HLA y recibe una designación numérica de acuerdo con los antígenos presentes, como por ejemplo,
HLA-A2, B5, DR3. Una de las aplicaciones más importantes del estudio de este sistema es para la
selección de donantes compatibles para el trasplante de órganos y de medula ósea, ya que los genes del
MHC control ante el rechazo de injerto así como las respuestas inmunitarias a todos los antígenos
proteicos.
• Antígenos plaquetarios
En las plaquetas se expresan antígenos específicos y otros que son compartidos con otras líneas
celulares. Entre estos últimos se incluyen los antígenos de los grupos sanguíneos eritrocitarios ABO,
Lewis, I y P; y los del sistema HLA de clase I.
La administración de plaquetas ABO incompatibles puede ser indicada en caso de no disponerse de
plaquetas compatibles, pero la sobrevida plaquetaria es muy variable y está en relación con el título de
anticuerpos anti-A o anti-B en el receptor.
Los antígenos del sistema HLA clase I que se encuentran en las plaquetas pueden ser adsorbidos
del plasma, pero su expresión se debe en mayor medida a su síntesis en la propia célula. La presencia
de anticuerpos contra los antígenos HLA en los receptores puede provocar refractariedad a la
transfusión de las plaquetas (RTP), definida como la ausencia de un incremento en la cifra de plaquetas
en el recuento efectuado una hora después de la transfusión, y las reacciones febriles postransfusionales
que es la reacción postransfusional mas frecuente.
Los antígenos específicos de plaquetas se designan con las siglas HPA (del ingles Human Platelet
Antigen) con dos formas alélicas codominantes, y se identifican con las letras a y b, en
correspondencia con sus frecuencias relativas. Cada sistema antigénico esta asociado con
glicoproteínas plaquetarias especificas.
El sistema HPA-I es uno de los de mayor importancia clínica. Los anticuerpos anti HPA-1a son los más
frecuentemente implicados en la púrpura trombocitopénica neonatal aloinmune (PTNA) y en la púrpura
trombocitopénica postransfusional (PTP).
La PTNA es una trombocitopenia ocasionada por aloanticuerpos maternos de la clase Ig G dirigidos
contra antígenos plaquetarios del feto, heredados del padre, de los cuales la madre carece. La incidencia
es de 1 por cada 2 000-4 000 recién nacidos y el 50% de los casos se produce en una primera gestación.
Por otra parte, la PTP es un cuadro c1inico poco frecuente, caracterizado por una trombocitopenia que
aparece entre los 7 a 10 días después de una transfusión de componentes sanguíneos en un receptor con
historia de exposición a antigenos plaquetarios por embarazo o transfusiones anteriores. Los
anticuerpos anti-HPA también pueden provocar la RTP.
. Antigenos leucocitarios
Los leucocitos presentan antigenos que juegan un papel importante en la diferenciación celular;
además, actúan como mo1éculas de adhesión y como receptores en las múltiples funciones que tienen
estas células. Sin embargo, en este acápite abordaremos solo los antigenos capaces de generar una res-
puesta aloinmune, que son en mayor frecuencia los antigenos específicos de los neutrófilos.
Los antigenos específicos de granulocitos se c1asifican con las siglas HNA (del ingles Human
Neutrophil Antigens), con una numeración que está en correspondencia con su localización en las
glicoproteinas de membrana.
El sistema HNA-l es el de mayor significación clínica y está constituido por los antigenos HNA-1a,
HNA-lb y HNA-lc, localizados en el receptor de baja afinidad para la Ig G FcRIIIb (CD16).
Los anticuerpos anti-HNA pueden ocasionar neutropenia neonatal aloinmune, reacción febril
postransfusional y daño pulmonar agudo relacionado con la transfusión.
La neutropenia neonatal aloinmune se produce por la presencia en la madre de anticuerpos de la
clase Ig G anti-HNA contra los antigenos del recién nacido. Clínicamente se manifiesta por infecciones
en el recién nacido con una incidencia estimada del 0,2%. Los antigenos mas comúnmente implicados
son el HNA-Ia, el HNA-1b y el HNA-2a.
El daño pu1monar agudo relacionado con la transfusión, conocido comúnmente como TRALI por
sus siglas en ing1és (Transfusion related acute lung injury), aparece en los pacientes dentro de las
primeras de 6 horas de haber recibido una transfusión, como una insuficiencia respiratoria aguda con
hallazgos radiológicos compatibles con edema pulmonar y sin evidencias de insuficiencia cardiaca.
Tiene una incidencia de 2 de cada 1 000 componentes transfundidos y una mortalidad entre e1 5-20%
de los casos. Se produce con mayor frecuencia por la presencia de anticuerpos en el producto
transfundido y que tienen especificidad anti HLA o contra antigenos específicos de los neutrófi1os.
CAPITULO III
REACCIONES ADVERSAS NO INFECCIOSAS DE LA TRANSFUSION DE SANGRE Y
COMPONENTES
• Hemólisis inmediata
Una reacción transfusional hemolítica inmune aguda es la destrucción de los eritrocitos
incompatibles transfundidos por anticuerpos eritrocitarios naturales o inmunes presentes en el receptor.
La incompatibilidad ABO es la principal causa de las reacciones hemolíticas inmediatas. La hemólisis
inmediata inmune puede producirse por mecanismos de destrucción intravascular o extravascular
determinados por el sitio de destrucción de los eritrocitos y los anticuerpos encargados de la
destrucción. Las características c1inicas y de laboratorio de estos dos tipos de hemólisis son diferentes,
como se observa en la siguiente tabla:
• Síntomas y signos de la hemólisis por incompatibilidad ABO:
En el paciente consciente, la transfusión de unos pocos mililitros de sangre ABO incompatible
puede causar síntomas en 1 o 2 minutos. El paciente se torna intranquilo y puede referir sensación de
opresión, frecuentemente acompañada de dolor subesternal o lumbar. Puede presentar, además, rubor
facial, dolor abdominal y vómitos.
En el paciente inconsciente, los signos más importantes son la hipotensión y el sangramiento
incontrolable.
En la incompatibilidad Rh con frecuencia se detecta solo fiebre como único signo de reacción
adversa, aunque más tarde puede observarse ictericia y algunas veces hemoglobinuria debida a la
destrucción eritrocitaria en el bazo por citotoxicidad celular dependiente de anticuerpos (ADCC).
Anafilaxia: Esta reacción es poco frecuente y se caracteriza por hipotensión e incluso shock, sensación
de "estrechamiento de la garganta", estridor, do1or subesternal, opresión torácica, disnea y
síntomas gastrointestinales que incluyen do1or abdominal. Estas reacciones resultan de la
reacción entre la Ig A normal del donante y la anti Ig A clase-especifica del receptor. Este
anticuerpo se encuentra en algunos sujetos con deficiencia de Ig A (menos de 1 mg/L de plas-
ma); la incidencia de estos individuos en la población normal es de 1/1000. Las reacciones
anafilácticas severas pueden conducir a la muerte y deben tratarse de urgencia.
Urticaria: La urticaria es la reacción adversa más común a la transfusión de plasma o a cualquier
componente que contenga plasma. De hecho, la presentan entre el 1 y el 3% de los pacientes
que reciben transfusión de plasma. La causa invocada es la reacción contra proteínas
plasmáticas o alergenos presentes en el plasma del donante y la Ig E del receptor.
Reacción febril: La reacción febril se produce en pacientes que presentan anticuerpos antileucocitarios
potentes que reaccionan con los leucocitos presentes en la sangre o los componentes
sanguíneos a transfundir, generalmente de especificidad HLA. La característica más común en
este tipo de reacción es la fiebre, a veces precedida por escalofrío y que comienza a los 30-60
minutos de iniciada la transfusión.
Daño pulmonar agudo (TRALI): Esta reacción se produce cuando el plasma del donante contiene
leucoaglutininas potentes incompatibles con los granulocitos del receptor. La reacción puede
ser severa y se caracteriza por escalofríos, fiebre, tos no productiva y diarrea.
En rayos X de tórax pueden observarse numerosos nódulos predominantemente perihiliares, con
infiltración de las bases pulmonares. Los donantes con estos anticuerpos son generalmente mujeres
multíparas que desarrollaron leucoaglutininas durante sus embarazos.
• Reacciones inmunológicas tardías:
• Hemólisis retardada
Esta reacción ocurre en individuos previamente inmunizados con antigenos extraños por una
transfusión o un embarazo, pero en quienes la concentración del anticuerpo contra el antigeno extraño
es tan baja que no puede detectarse por las pruebas pre-transfusionales realizadas. En una próxima
transfusión que contenga el antigeno para el que el individuo esta inmunizado, se producirá una
respuesta secundaria y en unos pocos días la concentración del anticuerpo se habrá elevado lo
suficiente para causar la destrucción de los eritrocitos transfundidos que contengan el antigeno en
cuestión. Sus signos son fiebre, caída de la concentración de hemoglobina e ictericia o hemoglobinuria,
generalmente de 5 a 10 días después de la transfusión. Los anticuerpos que con mas frecuencia son
responsables de la reacción hemolítica retardada son los pertenecientes a los sistemas Rh (anti-c, anti-
E) y el Kidd, pero puede haber otros como el anti-K. Ocurren en alrededor de 1 en 500 transfusiones;
no suelen ser graves pero pueden producir serios efectos adversos en pacientes gravemente enfermos.
• Púrpura postransfusional
Es una reacción grave pero poco frecuente, producida por la presencia de anticuerpos
antiplaquetarios (generalmente anti HPA-1a) en el receptor, que reaccionan con las plaquetas del
donante. En estos casos, el receptor esta inmunizado previamente a este antigeno plaquetario por un
embarazo y mas raramente por una transfusión anterior. Durante la nueva transfusión con plaquetas
HPA-1a positivas, el receptor inmunizado desarrolla una respuesta secundaria que lleva a la
destrucción de las plaquetas transfundidas y a las propias plaquetas HPA-1a negativas del paciente, por
causas no bien precisadas.
• Reacción de injerto contra huésped
. Cuando se transfunde sangre o componentes con linfocitos T alogénicos inmuno competentes o en
individuo inmunodeficiente o inmuno deprimido; los linfocitos trasplantados pueden injertarse en el
tejido linfoide o hematopoyético del receptor y convertirse en funcionales. Los linfocitos T trasplan-
tados reconocen los antígenos de las células del receptor como extrañas y desarrollan una respuesta
inmune humoral o celular contra el huésped, lo que da lugar al síndrome conocido coma enfermedad de
injerto contra huésped. Esta reacción puede producirse también cuando un receptor inmuno competente
recibe linfocitos T de un familiar o donante histocompatible, quien comparte uno de sus haplotipos
HLA para el cual el receptor es homocigótico. De este modo, el receptor reconocerá al donante como
idéntico pero el donante lo reconocerá a él como extraño.
• Inmunomodulación
Algunos estudios en humanos y en animales de experimentación plantean un efecto inmuno
supresor de la transfusión de sangre o sus componentes, reflejado en algunos efectos negativos, como
un incremento de la frecuencia de las infecciones bacterianas postoperatorias y un aumento de la
recurrencia del carcinoma colorrectal o positivos, como la mayor sobrevida de trasplantes renales. Al
parecer, son los leucocitos y fundamentalmente los linfocitos, los generadores de este efecto inmuno
supresor.
• Reacciones no inmunológicas inmediatas:
• Contaminación bacteriana
La reacción transfusional debida a sangre contaminada se caracteriza por enrojecimiento facial,
fiebre alta, dolores abdominales, vómitos, diarreas y shock. A veces ocurre coagulación intravascular
diseminada (CID). La contaminación bacteriana de los componentes sanguíneos es rara si la extracción
de sangre se hace correctamente.
La contaminación de los concentrados de eritrocitos se debe fundamentalmente al crecimiento en
frío de bacterias gram negativas productoras de toxinas como las Pseudomonas, la Escherichia coli, la
Citrobacteria freundii y la Yersinia enterocolítica. En las plaquetas es más frecuente la presencia de
organismos contaminantes que pueden ser gram positivos o negativos. La contaminación bacteriana de
la sangre puede prevenirse con una cuidadosa preparación del sitio de venipuntura durante la donación,
siguiendo las correctas normas de preparación de los componentes y no excediendo en 4 horas el
tiempo de administración de la transfusión. .
Deben adoptarse medidas adicionales, tales como: evitar perforaciones de las bolsas durante el
proceso de preparación de componentes y no exponer la bolsa directamente al agua de los baños a 37º
C en el proceso de descongelación de plasma o crío precipitado (introducirla en otra bolsa). Debe
interrogarse cuidadosamente a los donantes para explorar si no han tenido traumas de mucosas que
puedan haber producido bacteriemia recientemente, procedimientos estomatológicos, colonoscopía o
sigmoidoscopía y manipulación del tracto genitourinario.
• Hemólisis no inmune
Existen diferentes causas de hemólisis no inmune, entre ellas:
• El sobrecalentamiento de la sangre por el uso de un calentador o un refrigerador no
bien controlados.
• La congelación accidental.
• La dilución de los eritrocitos con solución hipotónica de dextrosa en agua al 5%.
• La dilución de los eritrocitos en solución de lactato de Ringer, que puede revertir la
acción anticoagulante del citrato y causar formación de coágulos y subsecuente hemólisis.
• La entrada accidental de agua destilada en el torrente sanguíneo producirá hemólisis
intravascular.
• La transfusión de eritrocitos a través de agujas de calibre estrecho (ej. No. 21) a presión.
• La contaminación bacteriana de la unidad de sangre puede provocar su hemólisis.
Aunque poco frecuente, si un paciente con tratamiento con quinina recibe sangre de un donante con
deficiencia de glucosa-6-fosfato-deshidrogenasa (G6PD) puede hemolisar los eritrocitos del donante.
Un paciente con hemoglobinuria paroxística nocturna puede hemolisar sus propios eritrocitos,
especialmente después de recibir una transfusión de productos sanguíneos que contengan
complemento.
Si se demuestra hemólisis y se detectan eritrocitos residuales de la unidad transfundida sin
hemolisar, debe sospecharse una reacción hemolítica inducida por anticuerpos.
El transfusionista debe observar la sangre antes de su administración en busca de signos de
contaminación visibles, como alteraciones en la coloración de la sangre, presencia de coágulos o
agregados, color oscuro del plasma debido a hemólisis, o la presencia de gas.
• Sobrecarga de citrato
Cuando se transfunden grandes volúmenes de sangre total o plasma pueden elevarse los niveles de
citrato provenientes del anticoagulante. El citrato depleta los niveles de calcio y produce hipocalcemia,
lo que puede provocar signos tales como: sensación de adormecimiento en los labios, calambres,
alteraciones del ritmo cardiaco y tetania. Esta situación puede verse en casos de transfusiones masivas.
La reacción se revierte con la administración de gluconato de calcio por vía endovenosa.
• Sobrecarga de potasio
En la sangre almacenada por periodos superiores a 5 días, comienza a liberarse el potasio
intracelular, por lo que aumenta la concentración de potasio extracelular que al administrarse en
grandes volúmenes a un paciente puede producir hiperpotasemia con una consiguiente hipocalcemia.
Esto hace que se evite el empleo de sangre de mas de 5 días para las transfusiones masivas, la
exsanguinotransfusión y la transfusión de fetos y neonatos.
• Sobrecarga de volumen
La sobrecarga de volumen producida por la transfusión de sangre o sus componentes, es mas común
en pacientes con compromiso cardiovascular, enfermedad pulmonar o anemia crónica normovolémica,
así como en los recién nacidos, fundamentalmente los prematuros. Los síntomas incluyen disnea y tos
por edema pulmonar y un súbito incremento de la presión sistólica.
Una de las complicaciones que tiene la transfusión de sangre es la transmisión de infecciones, tanto
endógenas, por portarla el donante, como exógenas, por contaminación en el procesamiento. Si se
cumplen las buenas prácticas en todo el proceso, este riesgo es ínfimo.
También pueden ocurrir errores humanos o por la calidad de los reactivos y equipos utilizados.
Existen infecciones para las que en este momento no hay disponibles métodos estandarizados de
estudio.
Contaminación en el proceso:
Debido a:
-- Bolsas de sangre, infusores y agujas contaminados.
-- Deficiente limpieza y desinfección de la piel del donante.
-- Tocar la aguja con los dedos en la venipunción.
-- Deficiencia en la cadena de frío, transportaci6n y almacenamiento de la sangre o componentes.
-- Contaminación del agua de los baños de maría.
-- Existencia de gérmenes criofílicos.
PLASMÁTICOS CELULARES
- Hepatitis C - Citomegalovirus
- Hepatitis B - Epstein-Barr
- Hepatitis A - HTLV -I/ II
Otras: D.E, GC, DELTA
- VIH 1, 2 (SIDA)
- HHV-8 (Sarcoma de Kaposi) - HHV-6
-TTV
- Parvovirus B 19
- Virus d
PARASITOS
- PLASMODIOS:
Falciparum
Vivax
Ovale
Malariae
- TRIPANOSOMA CRUZII (Chagas) Babesiosis
Borrelia Bugdorferi (Lyme)
Leishmania (Wuchereria Bancroft)
Toxoplasma Gondii
BACTERIAS
Estafilococos
B. Difteroides
Micrococos
Pseudomonas
Acromobacterias
Coliformes Salmonella
Yersinia Enterocolftica
Serratia Mm"senses
Treponema Pallidum
. Priones:
Es una proteína que, teóricamente, puede transmitirse por la sangre y causar una variante de
encefalopatía espongiforme, enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (r CJD) (enfermedad de las vacas
locas).
Con las alteraciones que se están produciendo en el medio ambiente es posible que surjan nuevos
agentes patógenos. El pesquisaje en el laboratorio de algunas de estas enfermedades está en fase
investigativa.
El pesquisaje de la sangre para infecciones se establece según las condiciones epidemiológicas de
cada país.
En Cuba es obligatorio el estudio individual de la presencia de infecciones por la presencia de los
antígenos o de los anticuerpos de los virus VIH 1 y 2, la hepatitis C y la hepatitis B, así como la sífilis,
en el l00% de las donaciones. Los resultados en 2005 en 495 343 donaciones fueron:
- VIR 1 Y 2 = 0,016 %
- Hepatitis B = 0,52 %
- Hepatitis C = 0,60 %
- VDRL = 0,68 %
La donación positiva es eliminada y se orienta al donante hacia la atención primaria de salud, donde
se adoptan las medidas epidemiológicas y terapéuticas necesarias.
Es por ello que para reducir ese riesgo es fundamental:
• LA SELECCION ADECUADA DEL DONANTE.
• PESQUISAR LA SANGRE CUIDADOSAMENTE.
• CONTAR CON DONANTES VOLUNTARIOS Y HABITUALES.
• APLICAR METODOS FISICOQUIMICOS DE INACTIVACION VIRAL A
COMPONENTES YDERIVADOS.
• INDICAR LA SANGRE 0 EL COMPONENTE CIENTÍFICA Y RACIONALMENTE.
• CUMPLIR RIGUROSAMENTE CON LAS BUENAS PRÁCTICAS EN TODO EL
PROCESO DE LA OBTENCION DE LA SANGRE, SU PROCESAMIENTO Y
ADMINISTRACION AL PACIENTE.
CAPITULO V
PROCEDIMIENTOS PARA LA TRANSFUSION DE SANGRE Y SUS COMPONENTES
Solicitud de transfusión
El proceso comienza con la evaluación médica de la necesidad del paciente y una solicitud por
escrito para que se realice la transfusión.
• Consentimiento informado:.
- Además de la decisión de transfundir, la responsabilidad del médico abarca la explicación y sus
beneficios, riesgos y terapias alternativas.
- El paciente debe tener oportunidad de hacer preguntas y su consentimiento informado debe de
estar documentado en su historia clínica.
- Si un paciente no se encuentra en condiciones de consentir, lo puede hacer un familiar
responsable.
- Si no se cuenta con un familiar responsable o si una emergencia no posibilita el consentimiento,
esto se consignara en la historia clínica.
• Obtención de la muestra:
La flebotomía debe ser lo más aséptica y rápida posible y se evitara la utilización de vías periféricas ya
canalizadas.
El servicio de medicina transfusional determinara el numero de muestras a extraer, la solución
conservante de los tubos y la utilización de suero o plasma; habitualmente, una muestra para la
obtención de suero y otra con EDTA al 5% para la obtención de eritrocitos.
La muestra se colectara en tubos identificados con el nombre y apellidos del paciente. Para los
neonatos se anotara el sexo y el número de identificación de la pulsera. En pacientes de identidad
desconocida se utilizan una serie única de números que figuran en la historia clínica o en la pulsera, de
acuerdo con las normas especificas.
El tipo de papel o soporte para las etiquetas de identificación de la muestra, serán resistentes a cambios
bruscos de temperatura (-70° C, +37° c) y al agua.
El periodo entre la extracción del estudio inmuno hematológico y la fecha de la transfusión, no exceden
las 24 horas. Esta premisa es de obligatorio cumplimiento en las embarazadas y en transfusiones
recientes del paciente. Una nueva solicitud transfusional en un plazo mayor de 72 horas respecto a la
anterior, requerirá de otra extracción de muestra con la consiguiente nueva identificación.
• Pruebas de compatibilidad:
Se realizará la prueba de compatibilidad entre el receptor y el donante en las transfusiones de
componentes que contengan glóbulos rojos. El significado más importante de esta prueba es comprobar
la compatibilidad ABO entre donante y receptor. Las técnicas que se utilizan en las pruebas de com-
patibilidad deberán incluir la de salina con centrifugación inmediata. Esto es: mezc1ar una suspensión
en salina de los hematíes de la unidad de sangre, con el suero del receptor y centrifugar. Las muestras
de sangre de los componentes se obtendrán de un segmento de la guía originalmente unida a la bolsa.
Con este método se corrobora la identidad ABO entre el donante y el receptor. La prueba de
antiglobulina puede omitirse si no se demostraron anticuerpos en los ensayos de detección de estos. De
no realizarse la detección de anticuerpos en paralelo, entonces la prueba de compatibilidad se realizara
también por la técnica de antiglobulina indirecta.
Un resultado positivo en las pruebas de compatibilidad obliga a una investigación rigurosa para
dilucidar la causa antes de proceder a la transfusión.
Si existe una necesidad urgente de sangre, se podrá administrar EXCEPCIONALMENTE antes de
conc1uir las pruebas de compatibilidad. De ser imposible tipificar al paciente, se le administrarán
hematíes de grupo "O" Rh D negativos; de no contar con ellos se transfundirán hematíes "O" Rh D
positivos.
En la transfusión de componentes plasmáticos se tendrá en cuenta únicamente la compatibilidad
ABO entre donante y receptor.
Para la transfusión en pacientes con anticuerpos irregulares, se seleccionarán únicamente los
eritrocitos carentes de los antígenos correspondientes.
Las muestras de sangre del receptor y del donante se mantendrán tapadas a temperatura entre 2 y 6°
C durante 72 horas después de la transfusión, por si son necesarias investigaciones ulteriores o se
diagnostica una reacción postransfusional hemolítica tardía.
• Identificación del componente compatible
El componente debe llevar una etiqueta con los siguientes datos:
-Nombre y apellidos, numero de identificación y grupo ABO y Rh D del receptor.
-Interpretación de las pruebas de compatibilidad.
-Identificación de la persona que ha realizado las pruebas de compatibilidad.
. Administración:
-La transfusión de cualquier componente de la sangre debe realizarse bajo estricta supervisión del
personal de enfermería, el técnico y el medico responsable.
-Para una correcta administración de los componentes es imprescindible la existencia de
procederes escritos que especifiquen lo siguiente:
- Como se efectuará el traslado de los componentes.
- Temperatura en que debe mantenerse.
- Identificación del paciente mediante la confrontación de los datos con los de la unidad a
transfundir.
-Pautas de la utilización de los equipos de transfusión.
-No añadir ninguna medicación al componente o cualquier otra sustancia que no sea la
solución salina fisiológica, en condiciones de esterilidad.
-Utilización de una técnica aséptica para la flebotomía.
-Control del paciente durante la transfusión.
-Descripción de los efectos adversos.
. Ritmo de infusión:
Se iniciara la infusión con solución salina a razón de 30 gotas/min, asegurando el flujo libre. Antes de
aplicar la unidad de eritrocitos, mezc1ar lentamente las células y el plasma, ajustar el goteo a 45
gotas/min (aproximadamente 2 mL/min) durante los primeros 15 a 20 minutos en un paciente adulto y
durante este mismo tiempo en niños, aproximadamente un quinto del volumen a transfundir.
Transcurrido este tiempo y si no hay cambios en el paciente, el flujo se puede incrementar a 60-90
gotas/min (50 mL/30 min), para garantizar que la unidad sea transfundida antes de 4-5 horas.
. Supervisión clínica:
-Durante la transfusión es obligatoria la observación cuidadosa del paciente, lo cual es muy
importante al inicio de la transfusión.
-Los componentes sanguíneos se deberán transfundir dentro del tiempo recomendado.
-Permanecer con el paciente durante los primeros momentos, tomando signos vitales a los 15
minutos. La infusión lenta y la observación estrecha en este periodo permitirá la observación
temprana y la reducción de la severidad de las reacciones transfusionales mas serias que
ocurren generalmente en la infusión de los primeros 50 ml.
-En pacientes ancianos que presenten anemia crónica severa, alteración cardiopulmonar o
debilitada, que son especialmente susceptibles a sobrecarga circulatoria, la transfusión debe durar
entre 4-5 horas.
-Los signos vitales deben controlarse cada hora en el curso de la transfusión y compararse
con los basales y los anteriores hasta terminar el proceder.
-La enfermera debe permanecer atenta durante la transfusión, vigilar periódicamente el sitio de
venipunción y determinar el estado del paciente y si aparece eritema, dolor, infiltración u otra
alteración. El medico debe permanecer accesible para su localización inmediata en caso de
necesidad.
-El monitoreo del paciente con transfusión masiva es responsabilidad del anestesiólogo y la
enfermera puede colaborar con el monitoreo visual del color de la orina, vigilar la eliminación
urinaria y mantener la coordinación con otros departamentos, como el laboratorio c1ínico.
-Los componentes con pocos glóbulos rojos, como las plaquetas, el plasma y el crío precipitado,
se transfunden rápidamente pero se debe tener especiales cuidados con la sobrecarga circulatoria
en neonatos, pacientes geriátricos, pacientes pediátricos y cardiópatas.
• Medicación:
No añadir medicamentos ni fluidos a la sangre. La única solución compatible para administrar
componentes es la solución salina al 0,9% y su aplicación se limita a lo siguiente:
-Como solución iniciadora de la transfusión.
-Lavado de glóbulos rojos.
• Postransfusión:
Cuando se transfunde la ultima unidad, se infunde solución salina al 0,9%, se desconecta la transfusión,
se mantiene la línea venosa abierta y se observa al paciente durante una hora; después, se retira el
equipo de transfusión, se coloca una venda estéril sobre el sitio de venipunción y se verifican los signos
vitales.
En el caso de pacientes ambulatorios es importante insistirles que deben acudir al centro en el caso
de presentar algún evento adverso postransfusional.
Materiales: Pipeta de 2 mL
Pipeta de 5 microlitros.
Placa de microcultivo de 96 pocillos con fondo plano
Negatoscopio.
Preparación de Buffer de solubilidad:
16,040 g K2H P04
28,188 g K2H P04
7,5 mL de Saponina al l %
H2O csp para 125 mL.
Técnica:1- Depositar 0,2 mL de Buffer de solubilidad en cada pocillo.
2- Añadir 2- 3 mg de ditionito de sodio.
3- Añadir 5 microlitros de sangre del donante (glóbulos)
4- Mezclar.
5- Dejar 5 min. a temperatura ambiente.
6- Observar turbidez en el negatoscopio
Resultados:
Positivo: si hay turbidez Hb S (debe ser un portador de Hb S = AS)
Negativo: transparente Hb A (normal Hb AA).
CAPITULO VI
TRANSFUSION AUTOLOGA DE SANGRE
. Contraindicaciones:
A pacientes que padecen diversas enfermedades como:
-Estenosis aórtica
-Angina inestable
-Infarto miocárdico reciente
-Arritmias
-Bloqueo atrio ventricular
-Hipertensión arterial
-Asma severa
- Diabéticos
-Enfermedades malignas, tumores, leucemias
-Estar recibiendo tratamiento anticoagulante
-Ser positivo al VIH o hepatitis
- Tener un proceso infeccioso con posible bacteriemia.
. Ventajas:
-Se elimina la posibilidad de transmisión de enfermedades infecciosas como el VIH, las hepatitis
y otras.
-No hay posibilidad de alo inmunización o inmuno modulación por incompatibilidad.
-Se previenen reacciones alérgicas y la enfermedad respiratoria aguda por inmuno complejos.
Desventajas:
-En muchas situaciones quirúrgicas la sangre autóloga no elimina la necesidad adicional de sangre
homologa, es decir, sangre de banco.
-Problemas a los pacientes que residen lejos del hospital o del banco que realizara las
extracciones, o con enfermedades que limitan su movilidad.
-Riesgo de contaminación bacteriana o de hemólisis.
-En varios estudios realizados, aproximadamente e150% de la sangre extraída preoperatoriamente
no es utilizada.
2.- Hemodilución normovolémica.
Se puede realizar por un método manual o con equipos automáticos:
Se extrae una cantidad de sangre o mejor, de concentrado de hematíes, previamente calculada que no
debe sobrepasar el 15% de la volemia del donante / receptor y se restituye con sustancias cristaloides o
coloides.
Se usa este proceder en los casos en que no hay tiempo para la donación predeposito y en pacientes con
dificultades para el desplazamiento.
3- Recuperación intraoperatoria.
Con este método se obtiene la sangre que se derrama en el acto operatorio y mediante un sistema de
aspiración, filtrado y lavado de los hematíes con solución salina isotónica, se transfunde al paciente
durante el acto operatorio o posteriormente.
ESTA CONTRAINDICADO SU USO EN CIRUGIA DE TUMORES, POR EL RIESGO
DE DISEMINACION HEMATOGENA DE LAS CELULAS MALIGNAS.
4- Recuperación postoperatoria:
Se colecta la sangre de hemorragia de cavidades mediante drenaje y se procede asépticamente
como en la recuperación intraoperatoria, filtrándola y lavando los hematíes antes de transfundirlos. La
duración del proceso no debe exceder las cuatro horas, por el riesgo de contaminación bacteriana.
La transfusión de sangre ha adquirido en nuestros días un gran desarrollo y seguridad; sin embargo,
una práctica transfusional adecuada requiere de una constante y critica evaluación clínica teniendo en
cuenta que la transfusión de sangre alogénica continúa siendo riesgosa. Algunos de los problemas
presentes en la práctica transfusional corriente son: la elevada proporción de transfusiones que son
catalogadas como innecesarias y la variabilidad en los criterios para determinar la necesidad de una
transfusión, los que suelen ser complejos y de difícil aplicación a una población heterogénea. Estos
hechos representan una preocupación para la medicina transfusional y exigen un análisis clínico
exhaustivo para la indicación de sangre y sus componentes.
• Concentrados de eritrocitos
El concentrado de eritrocitos se obtiene después de que la sangre total ha sido centrifugada y
separado el plasma. El objetivo fundamental de su empleo es mejorar la capacidad de transportar
oxigeno sin el peligro de aumentar la volemia. En la actualidad, los criterios más aceptables para la
transfusión de concentrados de eritrocitos son los siguientes:
a) Anemia sintomática en un paciente normovolémico, independientemente de sus niveles de
hemoglobina. El estado c1inico del paciente y no el resultado de laboratorio, es el factor más
importante para determinar las necesidades transfusionales.
b) En las perdidas agudas de sangre, la necesidad de la transfusión de glóbulos se correlaciona con la
cuantía de ésta y el estado c1inico del paciente:
-las perdidas menores del 20% del volumen sanguíneo estimado no suelen ocasionar síntomas y
la transfusión de eritrocitos no es necesaria, salvo en aquellos pacientes que previamente tenían
niveles de hemoglobina menores de 100 g/L o exista alguna enfermedad de base que determine
la aparición de trastornos cardiovasculares y síntomas de hipovolemia.
-Las perdidas mayores o iguales al 20% del volumen sanguíneo estimado suelen ser
sintomáticas y deben administrarse glóbulos rojos precedidos de sustancias cristaloides y
coloides, para reponer el volumen sanguíneo y la capacidad de transporte de oxigeno. Otros
componentes de la sangre se administrarán según los resultados de los exámenes de laboratorio.
c) En la transfusión perioperatoria, la práctica de la anestesia quirúrgica ha sido guiada par la creencia
de que un valor de hemoglobina menor de 100 g/L o un hematocrito menor del 30%, es una
indicación para la transfusión. En nuestros días, estos criterios son discutidos y se señala con
insistencia que en lugar de corregir un valor de laboratorio, deberán tomarse en consideración
múltiples factores coma la duración de la anemia, el volumen intravascular, la extensión de la
cirugía, la probabilidad de una perdida masiva de sangre, así como otras condiciones
coexistentes, coma son: el deterioro de la función respiratoria, el gasto cardiaco inadecuado, la
isquemia miocárdica o cerebro vascular y la enfermedad vascular periférica.
Si la persona esta sana y no existen factores de riesgo adicionales asociados a la naturaleza de la
cirugía, los niveles de 80 g/L serán bien tolerados si el paciente esta controlado adecuadamente.
d) Hemoglobina menor o igual a 90 g/L en un paciente en régimen de hipertransfusión crónica (β-
Talasemia mayor).
e) En las complicaciones de la drepanocitosis la transfusión de eritrocitos suele ser necesaria en
muchos casos, coma en la crisis aplastica, la crisis de secuestro, los accidentes vasculares
encefálicos, el síndrome toráxico agudo, el priapismo, entre otros. Teniendo en cuenta las
características y la gravedad de la complicación, se emplea la transfusión simple, la
exsanguinotransfusion o el régimen de transfusión crónica.
f) Hemoglobina menor o igual a 80 g/L en pacientes que reciben radioterapia o quimioterapia o
padecen trastornos cardiovasculares.
No constituyen indicaciones de transfusión de eritrocitos, la promoción de la cicatrización de
heridas, la prevención de infecciones o la corrección del tiempo de sangría prolongado.
• Plaquetas
La hemostasia se compone de cuatro eventos, cada uno de ellos muy complejo, que resumidamente
son: etapa vascular, formación del tapón celular, desarrollo del coágulo de fibrina y lisis del coágulo.
En estos eventos participan elementos celulares, principalmente las plaquetas y proteínas del plasma
(factores de la coagulación). La deficiencia cuantitativa o cualitativa de algunos de ellos impide la
formación del coágulo. Es por ello que la presencia de las plaquetas es fundamental para una
hemostasia normal, si se determinó que la trombocitopenia es la causa de la hemorragia.
La respuesta a la transfusión de plaquetas se reconoce por el cese de la hemorragia y por el aumento
de estos elementos, que se produce aproximadamente una hora después de su infusión.
. Concentrados de plaquetas:
La transfusión de plaquetas es apropiada para prevenir o controlar los sangramientos asociados a
defectos cualitativos o cuantitativos de las plaquetas.
El concentrado de plaquetas obtenido de una unidad de sangre entera contiene 0,55 a 0,75 x 1011
plaquetas en 40 - 60 mL de plasma y en condiciones óptimas es de esperar que eleve el recuento
plaquetario en un receptor de 70 kg de peso, entre 5 000 y 10 000 plaquetas. Para establecer la dosis
óptima y la frecuencia de administración se deben tener en cuenta el número de plaquetas del paciente,
el valor que se desea alcanzar, el volumen sanguíneo y la presencia de factores secundarios que
compliquen la respuesta.
Sin embargo, empíricamente se ha adoptado la dosis de 1 U/10 kg de peso o 4 U/m2 de superficie
corporal, con la cual se logra un incremento de la cifra de plaquetas mayor 0 igual a 50 x 109 /L sobre
el conteo previo y en consecuencia, un efecto terapéutico satisfactorio.
El intervalo entre las siguientes dosis la determinara el estado clínico del paciente y la existencia
de situaciones que disminuyan la sobrevida plaquetaria. En casos de trombocitopenia no complicada,
la transfusión esta indicada 2 0 3 veces por semana, mientras que en pacientes que presenten fiebre,
sepsis, hepatoesplenomegalia, sangrado activo, estén sometidos a quimioterapia y otros agravantes, es
necesario suministrar plaquetas dos veces al día.
La velocidad de administración esta determinada par la tolerancia al volumen y el tiempo máximo de
infusión debe ser de 4 horas. La transfusión de plaquetas puede ser profiláctica o terapéutica y los
criterios para su indicación son los siguientes:
Transfusión profiláctica
a) Trombocitopenia hipoproliferativa con:
-Recuento plaquetario menor o igual a 10 x 109/L, sin sangramiento.
-Recuento plaquetario menor o igual a 20 x 109/L, sin sangramiento, pero con factores que
favorecen la ocurrencia de este: infecciones, fiebre, esplenomegalia, lesión anatómica,
medicación anticoagulante, coagulopatía.
-Recuento plaquetario menor o igual a 50 x 109/L y en cirugía mayor o proceder invasivo.
-Recuento plaquetario menor o igual a 100 x 109 /L y en cirugía de cerebro.
-Los pacientes con leucemia y recuento de blastos mayor de 100 000 en sangre periférica, deben
mantener niveles de plaquetas mayores de 50 x 109 /L, por el peligro de leucoéstasis cerebral o
pulmonar.
b) En pacientes con disfunción plaquetaria y cirugía inminente, parto, proceder invasivo, extracción
dentaria, teniendo presente las características individuales de cada paciente.
Transfusión terapéutica
a) Síndrome hemorrágicos en el curso de trombocitopenia; en estos casos constituye una meta
razonable a1canzar cifras en el recuento plaquetario postransfusional mayor o igual a 40 x 109 /L.
b) Sangramiento micro vascular difuso en un paciente con coagulación intravascular diseminada
o transfusión masiva y un recuento de plaquetas no disponible o menor de 50 x 109/L.
c) Sangramiento micro vascular difuso que se presenta con posterioridad a un bypass cardiopulmonar o
balón intraaórtico y recuento plaquetario no disponible o menor de 100 x 10 /L.
d) Sangramiento micro vascular y disfunción plaquetaria con tiempo de sangramiento prolongado.
. Eritrocitos congelados:
La producción de estos concentrados es engorrosa. Además, ocurre cierto grado de hemólisis con
disminución del hematocrito inicial cuando se conservan a-120° C en nitrógeno líquido y hay un
aumento del potasio extracelular. La no desglicerolizacion total puede producir hemólisis in vivo. El
período de almacenamiento es largo, de 10 años o más, lo que le confiere indicaciones precisas:
a) Para almacenamiento de unidades de eritrocitos autólogos por más de 30 días.
b) Unidades para la transfusión de pacientes alo inmunizados, cuando las unidades antígeno
negativas son de difícil obtención por poseer múltiples alo anticuerpos o ser un antígeno
muy frecuente en la población.
c) Reservas para movilizaciones militares y catástrofes civiles.
d) Como en su preparación se emplean lavados múltiples, las indicaciones de eritrocitos
lavados y desleucocitados se hacen extensivas a este tipo de componente.
Indicaciones en las que su uso está condicionado a otros factores; en ausencia de hemorragia será
suficiente la alteración de las pruebas de la coagulación para indicar el PPC:
- En pacientes con déficit congénito de la coagulación, cuando no existan concentrados de
factores específicos, ante la eventualidad de una actuación agresiva: cirugía, extracciones
dentarias, biopsias u otros procedimientos invasivos o traumáticos.
- En pacientes sometidos a anticoagulación oral que precisen cirugía inminente y, por
consiguiente, no se pueda esperar el tiempo necesario para la corrección de la hemostasis con
vitamina K intravenosa (6 - 8h).
En general, siempre que no exista una indicación formal ni condicionada, debe evitarse la
administración de plasma por los riesgos potenciales que conlleva y ante la necesidad del uso racional
de un producto de origen humano de disponibilidad limitada.
Crioprecipitado
Es un concentrado de proteínas plasmáticas de alto peso molecular que se precipitan con el frío.
Cada bolsa de crío precipitado tiene un volumen aproximado de 25-30 mL y contiene 70 - 80 UI de
factor VIII, 40 - 7-% de factor von Willebrand del plasma original, 100 - 200 mg de fibrinogeno, 50 -
60 mg de fibronectina, trazas de factor XIII y aglutininas anti A y anti B. Debe administrarse
inmediatamente después de su descongelación a 37° C.
Está indicado en caso de hemorragias asociadas a:
a) Hemofilia A, cuando no están disponibles los concentrados de factores de la coagulación.
Cada unidad de crioprecipitado aumenta la actividad de factor VIII en 1 %. Debe
emplearse la siguiente formula:
Porcentaje de actividad a elevar
(en dependencia del tipo de sangramiento)
x kg de peso =
. Hemoterapia en el neonato:
Los neonatos enfermos están sujetos a múltiples determinaciones sanguíneas y las pérdida de sangre
por este concepto pueden exceder los 10 mL/dia. En el recién nacido (RN) de 1 kg de peso esto
puede representar el 10% del volumen sanguíneo total y necesitar entonces, transfusiones de
pequeños volúmenes de sangre para reemplazar la pérdida.
CONCENTRADO DE HEMATIES:
a) Reemplazo de la pérdida de sangre.
b) Descenso progresivo del hematocrito y la hemoglobina
CONCENTRADO DE PLAQUETAS
a) Sangrado clínico con recuento de plaquetas menor que 100 x 109/L.
b) Recién nacido enfermo con recuento plaquetario menor que 10 x 109/L.
c) Recién nacido normal (sin enfermedad asociada) sin alteración de la función plaquetaria y
sin signos de hemorragia c1inica, puede esperarse hasta valores de 10 x 10 /L.
La trombocitopenia inmune en este periodo merece especial atención, ya que el tratamiento
hemoterapéutico será diferente en dependencia de si es auto inmune o alo inmune.
La dosis es de una unidad de concentrado de plaquetas por cada 10 kg de peso. Se administrará
por vía periférica, ya que se ha observado trombosis y gangrena en aquellos en quienes se utilizo
la vía umbilical.
CRIOPRECIPITADO
No es frecuente su uso, esta indicado en:
a) Déficit de factor VIII (hemofilia A).
b) Enfermedad de von Willebrand.
c) Déficit de factor XIII.
d) Afibrinogenemia e hipofibrinogenemia.
Dosis: una unidad de crioprecipitado eleva el nivel de factor VIII en el 1%. La dosis varía en
dependencia de la cuantía del sangramiento.
CONCENTRADO DE GRANULOCITOS
Su uso es útil en circunstancias bien definidas:
a) Infección bacteriana en recién nacido menor de 2 semanas de edad con conteo de
neutrófilos por debajo de 3 x 109/L.
b) Infección bacteriana o fúngica diseminada que no responde al tratamiento antibiótico en
pacientes mayores de 2 semanas de edad y conteo de neutrófilos menor de 0,5 x 109/L.
c) Infección que no responde a los antibióticos y la presencia de un defecto cualitativo de los
neutrófilos independiente del recuento.
d) Existen signos de depleción de los neutrófilos medulares.
La dosis promedio es de 10 mL/kg de peso y la velocidad de infusión debe de ser lenta (4 horas).
Reiteramos:
No transfundir si el paciente esta recibiendo anfotericin b.
En los últimos años, la terapéutica transfusional del recién nacido ha surgido como una especialidad
debido a las características de estos pacientes, por lo que requiere una especial y cuidadosa atención
dentro de la organización de los servicios de medicina transfusional.
Exsanguinotransfusión
Este proceder fue introducido por Wallerstein en 1945. Se emplea en el tratamiento de la EHRN
severa, pues corrige la anemia, elimina los eritrocitos unidos a las inmunoglobulinas, así como las
inmunoglobulinas libres y reduce la carga de bilirrubina al remover los productos liberados por la
hemólisis eritrocitaria.
- Indicaciones:
1. Bilirrubina sanguínea no conjugada entre 6 - 9 mg/dL en los recién nacidos pre término.
2. Bilirrubina sanguínea no conjugada en 18 mg/dL en los recién nacidos a término.
3. Incremento rápido de la bilirrubina sanguínea no conjugada, excediendo los 8,6 mol/L/hora.
También se puede administrar sangre total. La sangre a administrar debe ser fresca (de menos de 4
días), exenta de capa leucoplaquetaria, libre de CMV e irradiada (2 500 rads) (para evitar el riesgo
potencial de enfermedad de injerto contra huésped) y carente de Hb S.
El problema fundamental de la exsanguinotransfusión en la EHRN es la selección de la sangre
adecuada. En la EHRN por incompatibilidad ABO se deben utilizar concentrados de hematíes de grupo
O, con igual RhD del recién nacido, combinados con plasma fresco congelado AB 0 del mismo grupo
del recién nacido.
En la EHRN por incompatibilidad RhD se pueden utilizar concentrados de hematíes del mismo grupo
ABO del recién nacido o de grupo O, pero siempre RhD negativo, combinados con plasma fresco
congelado AB 0 del mismo grupo del recién nacido.
Si el anticuerpo problema está dirigido contra otro antígeno eritrocitario, se administraran hematíes
carentes del antígeno problema.
Transfusión simple
Se emplea en aquellas situaciones clínicas donde el evento fisiopatológico predominante es la
reducción de las cifras de hemoglobina hasta niveles sintomáticos o que comprometan la vida:
a) Crisis de secuestro: la caída brusca de los niveles de hemoglobina por secuestro de glóbulos
rojos a nivel hepático o esplénico, constituye una emergencia médica y generalmente requiere
de transfusión inmediata.
b) Crisis aplástica: la detención de la eritropoyesis secundaria a diversos agentes y la consecuente
disminución de la hemoglobina.
c) Infecciones relacionadas con aumento de la hemólisis y/o hipoplasia eritroide.
d) Fallo renal crónico.
e) Complicaciones vasooclusivas: en estos casos, el propósito primario es el de reducir la
concentración de las células con Hb S para mejorar las condiciones reológicas de la sangre. Las
indicaciones son consideradas relativas más que absolutas y el empleo de la transfusión de
eritrocitos puede producir un incremento de la viscosidad sanguínea y empeorar los eventos
vasooclusivos, por lo que se debe evitar que el hematocrito supere el 30%.
Exsanguinotranfusi6n
La exsanguinotransfusión ofrece ventajas en el manejo de algunas complicaciones de la
drepanocitosis cuando estamos en presencia de fenómenos vasooclusivos severos que necesitan de
mejoría rápida de las condiciones reológicas de la sangre. Este proceder permite la reducción de la
concentración de la Hb S sin grandes variaciones del hematocrito y de esta forma, interrumpe y
resuelve los eventos vasooclusivos sin el riesgo de aumento de volumen y la viscosidad sanguínea. Sus
indicaciones mas frecuentes incluyen:
• Enfermedad cerebro vascular.
• Síndrome de hipoxemia arterial.
• Síndrome toráxico agudo.
• Priapismo.
• Cirugía del ojo.
• Vasooclusión de la arteria retiniana.
• Fallo hepático.
• Shock séptico.
• Acidosis metab6lica.
• Preparación perioperatoria.
hematocrito de la bolsa
VS= VET-VG
Donde: VG: Volumen de glóbulos rojos
VS: Volumen de solución salina fisiológica.
-- Hematocrito deseado: los pacientes con drepanocitosis tienen habitualmente un hematocrito
entre 0,24 y 0,30, cifra que no debe ser sobrepasada para evitar el aumento de la viscosidad sanguínea.
--.Hematocrito de la balsa: suele estar entre 0,60 y 0,80; si es necesario, debe ser medido.
3°. Definir la ejecución del proceder:
Volumen de cada recambio (VR) = 10 mL x kg de peso.
Cantidad de recambios = VET / VR
El acceso venoso puede ser único 0 doble:
Doble acceso venoso: un doble acceso garantiza una vía para la sangría y otra para la
transfusión y durante el proceder, el volumen sanguíneo se mantiene estable.
Acceso venoso único: por éste se realiza la sangría y la transfusión; se debe tener presente el
hematocrito inicial del paciente, el cual determinará si se comienza con la transfusión o
con la sangría.
4°. Vigilar la estabilidad hemodinámica durante la ejecución del proceder.
5°. Una vez concluido el proceder, realizar hemoglobina, hematocrito y si es posible, cuantificación de
Hb S, para evaluar el resultado 6 horas después.
Adultos
Se ha establecido el recambio de un volumen de 3 000 mL reponiéndolo con una mezcla de 1 500 mL
de glóbulos rojos y 1 500 de solución salina.
Régimen de hipertransfusión
Se utiliza en pacientes con complicaciones graves en las que el peligro de recurrencia se encuentra
latente. Su objetivo es mantener bajos los niveles de Hb S por medio de transfusiones o
exsanguinotransfusion cada 21 días. Al incrementarse los niveles de Hb A mejora el transporte de
oxígeno a los tejidos y se inhibe la eritropoyesis.
Indicaciones:
-Enfermedad cerebro vascular.
-Crisis de secuestro esplénico a repetición en niños con contraindicaciones de la
esplenectomía.
-Priapismo recurrente.
-Síndrome torácico agudo recurrente, con zonas de infarto pulmonar.
-Complicaciones del embarazo.
- Insuficiencia renal crónica.
-Enfermedad cardiaca severa.
Una vez ocurrida, se debe realizar exsanguinotransfusión de urgencia para reducir la concentración Hb
S a menos del 30%. El riesgo de recurrencia se ha reportado en un rango entre el 66 y el 90%; para
evitar ésta se debe instaurar un régimen de transfusión crónica con la Hb S en los niveles antes
descritos. La duración de esta complicación no se ha definido; se han reportado rangos de recurrencia
del 50% después de suspendido el régimen de transfusión crónica a los 5 años. Recientes trabajos
emplean el doppler transcraneal para predecir que pacientes pueden desarrollar nuevos episodios,
incluso actualmente se emplea para detectar aquellos pacientes con riesgo de desarrollar una primera
crisis del SNC e instalar precozmente el régimen de transfusión crónica
Priapismo
La hipoxemia y !a acidosis en los cuerpos cavernosos predisponen a la falciformación y a la
vasooclusión. Sobre esta base teórica se fundamenta el empleo de la exsanguinotransfusión a las 12 a
24 horas del comienzo del cuadro, cuando la respuesta a la terapia convencional ha sido mínima. En
pacientes con priapismo recurrente se emplea el régimen de hipertransfusión, con el objetivo de evitar
las crisis agudas que provocan secuelas permanentes.
Crioprecipitado:
Es la terapia sustitutiva que se distribuye en forma de bolsas que contienen entre 25 - 30 mL y entre
70 - 80 UI de FVIII.
Para ca1cular la dosis se multiplica el peso del paciente en kg por el nivel de factor deseado.
Ej.:70kg x 30 (% del nivel deseado) = 2 100 U de factor VIII. Se debe tener en cuenta que la vida
media del factor VIII en plasma es de 8 - 12 horas.
Otra formula es:
FVIII = Kg x % deseado x 0,5 = UI a transfundir
FIX = Kg x % deseado x 1,0 = UI a transfundir
(la frecuencia depende de la situación clínica del paciente)
En la tabla que se muestra a continuación se presentan la dosificación y el nivel plasmático del
factor VIII recomendado para cada tipo de sangramiento. La transfusión del crioprecipitado se realiza
después de su descongelación mediante baño de mafia, entre 30 y 37° C. Después de descongelado,
debe de administrarse inmediatamente. ∗
En todo paciente hemofílico se debe estudiar la presencia de inhibidores cada 6 0 12 meses y antes de
cualquier proceso invasivo.
El tratamiento de los pacientes con inhibidores tiene dos aspectos:
1. Tratamiento de los eventos hemorrágicos.
2. Supresión inmune del inhibidor.
Tratamiento de eventos hemorrágicos:
Hemorragias menores:
Tanto en los pacientes bajos respondedores como en los altos respondedores, la
terapéutica consiste en reposo, tratamiento sintomático, frío local si se requiere y agentes fibrinolíticos.
Hemorragias mayores o cirugías:
En pacientes bajos respondedores, elevar el nivel del factor al doble de lo que se
requeriría para el tipo de sangramiento o tratamiento quirúrgico en cuestión. Se recomienda el
tratamiento con con centrado de factor VIII 0 IX de origen humano.
En pacientes altos respondedores, disminuir temporalmente los niveles del inhibidor:
Inmunosupresión.
Plasmaféresis durante 5 - 7 días.
Utilizar la terapia de reemplazo; si no se cuenta con los concentrados de factores
VIII, IX ó VIIa, con crioprecipitado, para elevar el nivel del factor al l00%. En el caso de la hemofilia
B utilizar el PFC a razón de 20 mL/kg/dosis.
Deben monitorearse los valores del factor y de los inhibidores, al menos cada 3 días.
Transfusión de hematíes:
La transfusión de hematíes tendrá como objetivo mantener la cifra de hemoglobina por encima de
80 g/L.
Criterios de transfusión de plaquetas:
-Transfusión profiláctica.
-Si los recuentos de plaquetas son < 10 x 109/L sin factores de hiperconsumo.
-Si el recuento es < 20 x 109 /L y con factores de hiperconsumo.
- Lesiones mucosas importantes.
-Coagulopatía asociada.
-Fiebre, infección.
-Caída brusca de la cifra de plaquetas.
- Hepatopatía/nefropatía.
-Si hay que realizar algún procedimiento cruento y el recuento de plaquetas es de <50 x 109 /L.
-Transfusión terapéutica.
-Si hay hemorragia activa y plaquetas < 50 x l 09/L.
Transfusión de granulocitos:
Similar a lo descrito en usos generales de los componentes de la sangre (Atención con el
anfotericin b.)
Transfusión pretrasplante:
Se recomienda en los enfermos de aplasia medular con posibilidad de recibir TMO, realizar este en
el plazo mas corto posible y evitar la transfusión antes del trasplante, especialmente de donantes
familiares. En el caso del uso de plaquetas profilácticas, se mantienen los criterios descritos. Además,
es aconsejable utilizar hemoderivados desleucocitados.
Incompatibilidad de grupo sanguíneo:
En los trasplantes alogénicos, la selección del donante se hace de acuerdo con el sistema HLA y la
existencia de incompatibilidad ABO entre el donante y el receptor no es un obstáculo.
Incompatibilidad Rh
Mayor: receptor Rh negativo / donante Rh positivo.
Menor: receptor Rh positivo / donante Rh negativo.
Aféresis terapéutica
La aféresis terapéutica es un procedimiento mediante el cual se extrae sangre total a un paciente, se
retiene parte de uno de sus componentes y se reponen los restantes, con la finalidad de eliminar un
exceso de elementos normales o la retirada de algún elemento pato1ógico que interviene en la
fisiopatología de una enfermedad. El volumen extraído se repone con diferentes líquidos de reposición:
soluciones cristaloides, coloidales, albúmina y plasma, según las diferentes situaciones.
En dependencia del componente extraído las aféresis se clasifican en:
- Plasmaféresis: cuando el componente a extraer es el plasma.
- Trombocitoféresis: cuando los elementos a extraer son las plaquetas.
- Leucocitoféresis: cuando los elementos a extraer son los leucocitos.
- Eritrocitoféresis: cuando los elementos a extraer son los eritrocitos.
Los últimos 3 involucran elementos formes de la sangre, por lo que se les da el nombre genérico de
citoféresis.
. Plasmaféresis terapéutica: (extracción de 1-2 volúmenes plasmáticos; el volumen se puede calcular
con el hematocrito.
Indicaciones generales:
• Extracción de auto anticuerpos.
• Extracción de alo anticuerpos.
• Extracción de inmunocomplejos circulantes (ICC).
• Extracción de mediadores inflamatorios.
• Extracción de toxinas exógenas.
• Extracción de proteínas monoclonales.
• Extracción de un componente plasmático que se produce en exceso.
•
Indicaciones específicas:
• .Enfermedades renales y metab6licas:
Enfermedad por anticuerpos anti membrana basal glomerular.
Glomerulonefritis rápidamente progresiva.
Hipercolesterolemia familiar.
Enfermedad de Refsum (almacenamiento de ácido fitánico).
Envenenamiento.
• . Enfermedades auto inmunes
Crioglobulinemia.
Púrpura trombocitopénica auto inmune (PTI).
Artritis reumatoide.
Miastenia gravis.
• . Enfermedades hematológicas:
Púrpura trombocitopénica trombótica (PTT).
Púrpura postransfusional.
Mieloma, paraproteinemias, hiperviscosidad.
Inhibidores de los factores de la coagulación.
Trasplante de medula ósea ABO incompatible.
• . Enfermedades neurológicas:
Polirradiculopatía desmielinizante inflamatoria crónica.
Polirradiculopatía desmielinizante inflamatoria aguda.
Síndrome de Lambert-Eaton.
Enfermedad inflamatoria desmielinizante del SNC.
Polineuropatía desmielinizante por Ig G/Ig A.
Enfermedad neuropsiquiátrica auto inmune.
b) Hipercolesteronemia familiar:
Sustancia a retirar: colesterol LDL.
Indicación: pacientes homocigóticos para el gen.
Procedimiento Plasmaféresis 1 cada 3 semanas.
Solución de recambio: albúmina y plasma del paciente libre de colesterol.
Tratamiento asociado: tratamiento del plasma con AcLDL en columnas de matriz de sefarosa.
Criterio de eficacia: disminución del colesterol circulante.
c)Crioglobulinemia:
Sustancia a retirar: Ig G / Ig M con carácter de crioglobulina.
Indicación: urgente, síndrome agudo o en falta de respuesta a otros tratamientos.
Solución de recambio: albúmina y plasma del paciente sin crioglobulina.
Tratamiento asociado: congelación del plasma e inmunosupresores.
Criterio de eficacia; resolución del cuadro.
d) PTI:
Sustancia a retirar: auto anticuerpos contra plaquetas.
Indicación: guda con alto riesgo de hemorragia.
Procedimiento: Plasmaféresis l/día durante 3-4 días; posteriormente, en días alternos.
Solución de recambio: albúmina.
Tratamiento asociado: inmunosupresores, uso de columnas de agararosa recubiertas de proteína
A de estafilococo.
Criterio de eficacia: aumento del número de plaquetas.
e) Artritis reumatoide:
Sustancia a retirar: CC, auto anticuerpos.
Indicación: artritis reumatoide refractaria al tratamiento convencional.
Solución de recambio: albúmina.
Tratamiento asociado: inmunosupresores.
Criterio de eficacia: mejora de la sintomatología.
f) Miastenia gravis:
Sustancia a retirar: anticuerpo Ig G contra el receptor de la acetilcolina.
Indicación: enfermedad rápida y progresiva con afectación bulbar o respiratoria
incontrolable; crisis miasténica, preparación a la timectomía,
postoperatorio con complicaciones, y embarazo.
Procedimiento: Plasmaféresis, Igs IV.
Solución de recambio: albúmina.
Tratamiento asociado: inmunosupresores, Igs IV.
Criterio de eficacia: mejoría clínica, disminución de los anticuerpos, mejora de la transmisión
neuromuscular.
g) Síndrome de hiperviscosidad:
Sustancia a retirar: Ig M; excepcionalmente Ig G ó Ig A.
Indicación: alteraciones del SNC o de la hemostasia, hiperviscosidad mayor de
10 cp, neuropatía, citopenias.
Procedimiento: Plasmaféresis semanalmente.
Solución de recambio: albúmina y solución salina.
Tratamiento asociado: quimioterapia.
Criterio de eficacia: resolución de los síntomas, disminución de la viscosidad.
h) Aloanticuerpos naturales:
Sustancia a retirar: anti A ó anti B.
Indicación: incompatibilidad mayor en el TMO.
Procedimiento: Plasmaféresis 1.
Solución de recambio: albúmina.
Tratamiento asociado: adsorción de los anticuerpos con columnas con sustancia de grupo
específica.
Criterio de eficacia: disminución del título del inhibidor.
i) Inhibidores de la coagulación:
Sustancia a retirar: Ac Ig G, inhibidor del factor.
Indicación: hemorragia aguda, cirugía de urgencia.
Procedimiento: Plasmaféresis 1 día durante 3-4 días.
Solución de recambio: PFC seguido de las dosis adecuadas de factor.
Tratamiento asociado: inmunosupresores, factores recombinantes.
Criterio de eficacia: disminución del título del inhibidor. Elevación de la tasa del factor.
j) PTT:
Objetivo: retirar de la circulación sustancias que favorecen la agregación plaquetaria
y aportar sustancias presentes en el plasma normal.
Indicación: al diagnóstico de una PTT.
Procedimiento: Plasmaféresis 1 día.
Solución de recambio: PFC.
Tratamiento asociado: inmunosupresores.
Criterio de eficacia: elevación de la cifra de plaquetas, disminución de la LDH, resolución del
cuadro clínico.
k) Síndrome de Guillain-Barré:
Sustancia a retirar: Ac Ig G, antimielina de los nervios periféricos.
Indicación: enfermedad progresiva de evolución rápida, alteración que impide la
marcha.
Procedimiento: Plasmaféresis 1/día durante 4-5 días; posteriormente en días alternos.
Solución de recambio: albúmina.
Tratamiento asociado: inmunosupresores.
Criterio de eficacia: mejoría clínica, mejoría en los estudios de conducción nerviosa.
La albúmina que se utiliza en estos recambios es al 5%.
. Leucocitoféresis:
Indicaciones:
Leucocitosis mayor de 100 x 109fL
Linfoma cutáneo de células T.
. Eritrocitoféresis.
Indicaciones:
Eritrocitosis, policitemia vera.
Anemia drepanocítica.
. Trombocitoféresis.
Indicaciones:
Trombocitosis mayor de 1 000 x 109/L con evidencia de trombosis o amenaza de accidente
cerebro vascular.
Las trombocitoféresis se realizarán con equipos automáticos.
. Albumina.
La albúmina, derivado proteico plasmático, es una solución coloidal. La solución al 5% es isoosmótica
con el plasma y cuando se administra tiene una vida media de 16 horas, no tiene riesgo de transmisión
viral, en el proceso de producción hay una inactivación de los microorganismos y tampoco contiene alo
anticuerpos. Es responsable del 80% de la presión oncótica coloidal del plasma.
El organismo almacena aproximadamente 300 g en un adulto de 70 kg de peso. Es sintetizada en el
hígado.
Se puede diluir en solución de CINa al 0,9% 0 en dextrosa al 5%, nunca en agua destilada.
Indicaciones:
-Recambios plasmáticos
-Síndrome nefrótico
-Hipoalbuminemia por hepatopatía
-Kernicterus. Hiperbilirrubinemia
-En las hipovolemias, después de utilizar las soluciones cristaloides u otras soluciones
coloidales.
-En el shock hipovolémico, antes que la albúmina, en primera instancia deben
utilizarse las soluciones cristaloides o coloidales.
Las reacciones más frecuentes después de su administración, son: escalofrío, fiebre, rash, vomitos,
nauseas, hipotension si se infunde rápidamente.
. Inmunoglobulinas
Las inmunoglobulinas (Igs) se obtienen en el proceso de fraccionamiento del plasma normal o de
plasma hiperinmune y hay preparados para uso exclusivamente intramuscular y para administración
intravenosa.
Las Igs contienen anticuerpos contra múltiples microorganismos y cuando proceden de plasma
hiperinmune tienen mayor concentración de anticuerpos específicos, como la Ig antitetánica, anti
hepatitis B, anti Rh(D).
Las principales indicaciones están dadas como terapia sustitutiva en los déficits de estas en
inmunodeficiencias, para complementar tratamientos anti-infecciosos, en algunas enfermedades auto-
inmunes y en prevención de enfermedades como en la incompatibilidad (Rh D) materna fetal.
CAPITULO VIII
HEMOTERAPIA EN SITUACIONES DE DESASTRE
El tratamiento del paciente con pérdida masiva de sangre, sea por trauma o por proceso quirúrgico,
requiere fluidos, como soluciones cristaloides o coloidales, sangre total y componentes sanguíneos.
La hemorragia severa puede ser fatal cuando fallan los mecanismos de control del sangrado. Aún
controlado éste, la sobrevivencia puede comprometerse por los procesos metabólicos e inflamatorios
secundarios al shock.
Para su mejor comprensión y aplicación de medidas terapéuticas, el shock hipovolémico
hemorrágico se clasifica en:
Clase 1: Pérdida del 10-15% del volumen sanguíneo; no hay síntomas evidentes.
Clase 2: Pérdida del 20-30%, taquicardia, ansiedad; se conserva la presión arterial sistólica
Clase 3: Pérdida del 30-40%, taquicardia, confusión, oliguria e hipotensión.
Clase 4: Pérdida de más del 40%, fallo multiorgánico, hipoxia cerebral y posible muerte
inmediata.
. Transfusiones masivas:
Una transfusión de sangre se considera masiva cuando se transfunde una cantidad de sangre
equivalente al volumen sanguíneo de un individuo adulto en un período de 24 horas (volumen
sanguíneo: 70 mL/kg). Es generalmente una urgencia médica por un accidente traumático, por
complicaciones quirúrgicas u obstétricas, el paciente presenta hemorragia y shock hipovolémico. En
determinadas situaciones clínicas, como el trasplante hepático, la transfusión masiva es predecible y
puede monitorearse adecuadamente.
La pérdida rápida de grandes volúmenes de sangre afecta la percusión tisular y requiere una corrección
de urgencia, una rápida resucitación para mantener el volumen sanguíneo, la capacidad transportadora
de oxígeno, la homeostasis, la presión oncótica y la bioquímica sanguínea.
. Disturbios metabólicos:
Los pacientes en shock hemorrágico a los que se les restaura rápidamente el volumen sanguíneo y por
tanto, la reperfusión de tejidos y órganos, restauran con rapidez la capacidad regulatoria del pH y
eliminan los ácidos orgánicos producidos como metabolitos intermediarios durante el shock, por lo que
no es necesaria la administración de bicarbonato de sodio, como se acostumbraba anteriormente. De
hecho, muchos pacientes que reciben transfusión masiva, en el período postransfusional hacen alcalosis
porque metabolizan el citrato sódico contenido en las balsas de sangre. La hipo perfusión y el shock
prolongado puede provocar acidosis, pero el empleo de agentes alcalinizantes debe evaluarse por los
resultados de laboratorio y no por el número de unidades de sangre transfundidas.
En la transfusi6n masiva rápida es recomendable el uso de gluconato de calcio para evitar la
toxicidad por citrato, aunque en los pacientes que no tienen disfunción hepática la eliminaci6n del
citrato por el hígado es muy rápida. El uso de calentadores de sangre puede ser útil para evitar la
hipotermia producida por la infusión rápida de sangre extraída del refrigerador, pero tiene el
inconveniente de enlentecer la transfusi6n.
La reposición masiva de cristaloides y coloides sin plasma, puede disminuir la presión oncótica del
plasma, lo que a su vez, puede contribuir a la producción del síndrome de distrés respiratorio, por lo
que es recomendable la administración de albúmina si los niveles de albúmina plasmática descienden
significativamente.
Por los riesgos de transmisión de infecciones y otras reacciones adversas que tiene la transfusión de
sangre y de sus componentes, se investiga en la creación de posibles sustitutos y aunque mucho se ha
avanzado, todavía su uso es imprescindible, principalmente en situaciones críticas de numerosas
enfermedades. En este capitulo describiremos algunos productos: unos que se utilizan en la clínica y
otros que están en diversas fases de investigación.
. Sustitutos de eritrocitos
La función de los eritrocitos es la transportación de oxígeno a los tejidos, que reside en la
hemoglobina y varias enzimas contenidas en este, por lo que se investiga en soluciones de hemoglobina
y en compuestos orgánicos que teóricamente pueden realizar esta función.
Las soluciones de hemoglobina se preparan a partir de los eritrocitos mediante procesos físico-
químicos.
La hemoglobina liberada de los eritrocitos tiene una vida media muy corta y permanece en la
circulación un promedio de 3 horas.
Otra inconveniencia es que no retiene la enzima 2,3 DPG; esencial para la cesión de oxígeno a los
tejidos; aunque por métodos químicos se ha logrado un producto más estable, estas soluciones son
potencialmente tóxicas para el riñón y el aparato cardiovascular.
Actualmente se trabaja con técnicas de biología molecular para obtener hemoglobina humana en
animales transgénicos.
Perfluorocarbonos
Son compuestos orgánicos emulsionados capaces de disolver gases y emplearse como
transportadores de oxígeno. Las primeras soluciones de este compuesto datan de los años 80.
Actualmente hay algunas soluciones comercializadas.
Su uso clínico todavía es muy limitado y se requiere de más ensayos clínicos para generalizar su
aplicación clínica.
La medicina regenerativa es una nueva rama de las ciencias médicas que se basa, fundamentalmente,
en los nuevos conocimientos sobre las células madre y en su capacidad de transdiferenciación, o sea, de
convertirse en células de diferentes tejidos. Consiste en la aplicación de la terapia celular, que no es
más que la administración de elementos celulares propios para reemplazar células dañadas por sanas, lo
cual es sustentado por los mismos factores intra e intercelulares que el organismo emplea para su
autorreparación.
Existen algunos estudios que indican, de manera bastante evidente, la posible existencia de células
madre adultas pluripotentes, aunque ninguno cumpla estrictamente con estos criterios.
La existencia de células madre en distintos tejidos, inc1uyendo la MO, la sangre periférica, la
sangre de cordón umbilical, el cerebro, la medula espinal, la grasa, la pulpa dentaria, los vasos
sanguíneos, el músculo esquelético, la piel, el tejido conjuntivo, la córnea, la retina, el hígado, los
conductos pancreáticos, el folículo piloso, el tejido gastrointestinal y el pulmón, no admite
controversia.
Sin embargo, cada vez parece mas evidente que las células madre adultas derivadas de estos
órganos, no solo pueden generar células maduras de dicho tejido, sino también de otras capas
embrionarias, siendo el caso mas típico el de las células madre hematopoyéticas capaces de dife-
renciarse a tejidos como los hepatocitos, el músculo cardiaco, el músculo estriado, el endotelio, las
neuronas, la piel y el intestino, o a tejidos derivados de las tres capas embrionarias. Este fenómeno,
denominado versatilidad o capacidad de transdiferenciación de las células madre adultas, se encuentra
en controversia, ya que, mientras algunos estudios lo apoyan, otros trabajos lo cuestionan.
. Alfonso ME. Sustitutos de la sangre. Rev Cubana Hematol Inmunol Hemoter 2000; 17(2):90-7.
. Bencomo A, Alfonso Y, Alfonso ME, González R, Fernández J, Ballester A. Frecuencia de los grupos
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. Editado por el Instituto de Hematología e Inmunología y el Programa Nacional de Sangre del
Ministerio de Salud Publica de la Republica de Cuba con el patrocinio de la Organización
Panamericana de la Salud (OPS) Septiembre 2006.