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I: Lo primero que tienes que hacer es darte cuenta de que eres un ser
humano y de que esa Bestia existe.
Y que como ser humano eres, como toda vida, un parásito y una plaga cuya
única diferencia es que has conseguido ponerte por delante de otras formas
de vida. Eso significa que ahora tenemos una responsabilidad mayor para
con los otros seres vivos y que siempre estaremos eternamente manchados
de sangre.
Con lo último no podemos hacer nada, tendremos que vivir con ello...
excepto por una cosa.
Podemos ser menos animales de lo que realmente somos.
Somos por tanto lobos por naturaleza, seres que tienen una Bestia en su
interior y exterior.
Hay momentos en que sentimos una serie de sensaciones negativas y
violentas, pueden ser inducidas por razones de egoísmo o por empatía.
II: Lo segundo es ser sincero contigo mismo, tienes que escuchar los
deseos y opiniones de esa Bestia y analizarlos para conocerte mejor.
Tienes que evitar justificar tus necesidades y razones para tus defectos,
realmente uno nunca puede engañarse a sí mismo. Puede intentar cerrar los
ojos, mirar incómodo hacia otro lado, buscarse excusas que jamás creerá
realmente y hacer como si nunca existiera el hecho en sí. Pero todo ser
humano sabe que no puede engañarse realmente, nadie puede escapar de
sí mismo. Y lo único que consigues con eso es un total desconocimiento de ti
mismo y de tus errores, por lo que jamás podrás controlarlos y jamás serás
capaz de mantenerla bien sujeta. Eso a la Bestia le encanta, y muchas veces
es la que te elabora las excusas para poder escapar libre y hacer todo
aquello que desea sin demora.
En su lugar tienes que aceptar tus defectos, comprenderlos y darte cuenta de
que debes estar vigilante para evitar cometerlos cuando la Bestia te los exija
y te empiece a dañar si no los cumples... eso último es lo más difícil de todo.
Requiere cierto entrenamiento.
Por otro lado también es importante escuchar a la Bestia porque a veces los
instintos humanos no son crueles. A veces hay un deseo de hacer bien,
intervenir sin razonar... o defenderse de otra Bestia. Pero de eso ya se
tratará más adelante.
Por otro lado, hay ciertas actitudes que equivocadamente se creen ayudan a
controlar o a distraerse de la existencia de la Bestia y lo único que hacen es
liberarla, a seguir: