El 20 de noviembre de 1989 se aprobó el tratado internacional donde se encuentran plasmados

todos los derechos de niñas, niños y adolescentes, el cual se conoce como la Convención sobre los
Derechos del Niño (CDN) y obliga a los gobiernos firmantes a cumplir dichos derechos.

La CDN se compone de 54 artículos y versan sobre los derechos económicos, sociales, culturales,
civiles y políticos de niñas, niños y adolescentes.

En cumplimiento a este Tratado Internacional y demás tratados e instrumentos en materia de

infancia y adolescencia, el 12 de octubre de 2011 en México se publicaron dos reformas
constitucionales trascendentes para los derechos humanos de niñas, niños y adolescentes: la
primera al artículo 4o., que adicionó el principio del interés superior de la niñez, y la segunda al
artículo 73, que facultó al Congreso de la Unión para expedir leyes en materia de derechos de niñas,
niños y adolescentes.

Estas reformas constituyeron un avance importante en el tratamiento de los temas de niñez y

adolescencia, y permitió la publicación de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y
Adolescentes (LGDNNA) el 4 de diciembre de 2014.

La LGDNNA tiene grandes méritos: reconoce a las niñas, niños y adolescentes como titulares de
derechos; garantiza su pleno ejercicio; crea diversas instituciones, tales como el Sistema Nacional
de Protección integral y la Secretaría Ejecutiva como órgano desconcentrado de la Secretaría de
Gobernación, que permitirá un trabajo más coordinado entre los actores responsables en la
importante labor de garantizar la protección de la niñez y adolescencia, esto es, los sectores público,
privado y social.

Sin embargo, tanto la LGDNNA como la LPDNNA son plataformas mínimas de los derechos de la
infancia y adolescencia; el reto está ahora en materializar los derechos en ella contenidos y lograr
una armonización legislativa adecuada en la materia.

Las causas y condiciones que han dado origen a la violación de los derechos humanos de la niñez y
adolescencia son innumerables y diversas, por ello es necesario el diseño e implementación de
políticas públicas efectivas dirigidas a garantizar su interés superior y a transversalizar el enfoque
de derechos en toda actuación estatal, comunitaria y familiar.

Por todo lo anterior, en Baja California, en abril de 2015 se publicó la Ley de Protección y Defensa
de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Baja California (LPDNNA), donde contempla un
Sistema de Protección Estatal junto con su coordinación operativa que recae en una Secretaría
Ejecutiva que depende de la Secretaría General de Gobierno del Poder Ejecutivo, para atender lo
siguiente: