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Del año dos mil nueve.‐
LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
DE LA REPUBLICA; vista la causa número dos mil ochocientos cincuenta y ocho – dos mil siete,
con los acompañados, en Audiencia Pública de la fecha, y producida la votación con arreglo a
ley, de conformidad con el dictamen de la señora Fiscal Suprema en lo Civil, emite la siguiente
sentencia; MATERIA DEL RECURSO: Se trata del recurso de casación interpuesto por Flor
Marina Herrera Zavaleta mediante escrito de fojas cuatrocientos sesenta, contra la sentencia
de vista emitida por la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque, de
fojas cuatrocientos cincuenta y tres, su fecha veintiocho de marzo del dos mil siete, que revoca
la sentencia apelada de fojas trescientos noventa y cinco que declaró fundada la demanda, con
lo demás que contiene, y reformándola la declara improcedente, dejando a salvo el derecho
de la actora para que lo haga valer con arreglo a ley; FUNDAMENTOS DEL RECURSO: Que, el
recurso de casación fue declarado procedente por resolución del veinte de setiembre del dos
mil siete, por la causal prevista en el inciso segundo del artículo trescientos ochenta y seis del
Código Procesal Civil, en virtud de lo cual la recurrente denuncia la inaplicación de normas de
derecho material, como son: a) el inciso primero del artículo trescientos once del Código Civil,
que establece que todos los bienes se presumen sociales, salvo prueba en contrario; y en autos
ha demostrado y acreditado su pretensión con el contrato de crédito del cinco de abril de mil
novecientos noventa y cuatro, el mismo que permite apreciar que la recurrente participó del
préstamo para la construcción del inmueble materia de litis, lo que no se ha valorado en forma
conjunta con los demás medios probatorios, habiéndose pronunciado el Colegiado Superior
únicamente sobre la base de dos documentos como son el contrato de venta y préstamo de
hipoteca social y la partida de matrimonio, dejando a la recurrente sin respaldo legal para su
defensa; b) el segundo párrafo del artículo trescientos diez del Código Civil, que establece que
también tienen la calidad de bienes sociales los edificios construidos a costa del caudal social
en suelo propio de uno de los cónyuges, hecho que ha quedado demostrado en autos con las
documentales ofrecidas, pues inicialmente el predio contaba con una extensión construida de
diecinueve punto ochenta y nueve metros cuadrados al momento de su adquisición, y
posteriormente al préstamo otorgado por el Banco de Materiales fue ampliada a cincuenta
metros cuadrados de construcción, habiendo transferido el demandado el lote de terreno con
el área inicialmente construida y el área perteneciente a la sociedad conyugal, circunstancia
que afecta de nulidad a la compra venta celebrada por su esposo demandado con Alicia Santa
Cruz Vera de García y ha sido obviada por la Sala Superior, con grave perjuicio a la recurrente;
y, CONSIDERANDO: Primero.‐ Que, conforme aparece de la revisión de los autos, Flor Marina
Herrera Zavaleta ha interpuesto demanda para que se declare la nulidad del acto jurídico
contenido en la Escritura Pública de compra venta de fecha once de mayo del dos mil uno,
mediante el cual su cónyuge César Augusto García Salazar vendió a favor de su cuñada Alicia
Antonieta Santa Cruz Vera de García (esposa del hermano del citado codemandado) el
inmueble sito en la Calle Santo Domingo número ciento treinta y nueve (antes Lote veintitrés
de la manzana diez) de la Urbanización Las Brisas, distrito y provincia de Chiclayo, venta que
incluyó no sólo la propiedad del terreno y la construcción original, sino las ampliaciones
realizadas en virtud al préstamo que solicitaron conjuntamente al Banco de Materiales, según
acredita con el contrato de crédito que suscribieron con dicha entidad el cinco de abril de mil
novecientos noventa y cuatro, teniéndose en cuenta además que el inmueble fue adquirido
dentro del periodo convivencial previo al casamiento, que data desde el año mil novecientos
ochenta y dos, aunque recién el matrimonio se formalizó el seis de diciembre de mil
novecientos ochenta y seis. Asimismo, solicita que, además de la nulidad del acto jurídico, se
declare la nulidad del documento que lo contiene y de su asiento registral; Segundo.‐ Que, la
sentencia de primera instancia declaró fundada la demanda interpuesta y, en consecuencia,
nulo el acto jurídico de compra venta del inmueble sub litis, nulo el documento que lo contiene
consistente en la Escritura Pública del once de mayo del dos mil uno y ordena la cancelación
del asiento registral, por cuanto: i) con el Contrato de Compra Venta y Préstamo de Hipoteca
Social – Conjunto Habitacional Núcleos Básicos para Vivienda “Cerro Pon” del ocho de junio de
mil novecientos ochenta y cuatro que obra a fojas ciento sesenta y siete (refoliado como fojas
ciento setenta y uno), el codemandado César Augusto García Salazar adquirió la propiedad del
bien inmueble que comprendía un terreno de cien metros cuadrados de extensión y un área
construida de diecinueve punto ochenta y nueve metros cuadrados, siendo su estado civil el de
soltero; ii) con el Contrato de Crédito obrante a fojas diecinueve, celebrado con el Banco de
Materiales el cinco de abril de mil novecientos noventa y cuatro, se advierte que tanto el
codemandado como la demandante, en calidad de cónyuges, solicitaron un préstamo
destinado a la ampliación de la vivienda común, constituida por el inmueble sub litis, no
existiendo prueba alguna de que el préstamo en mención haya sido destinado a un tercero o
no se haya invertido en el indicado bien, lo que hace presumir que la construcción efectuada
con el referido préstamo corresponde a un bien social, conforme lo dispone el inciso primero
del artículo trescientos once y artículo trescientos diez del Código Civil; iii) en la cláusula
primera de la Escritura Pública de compra venta materia de litis, se advierte que la
transferencia que realiza César Augusto García Salazar a favor de Alicia Antonieta Santa Cruz
Vera de García es sobre el inmueble ubicado en la manzana diez lote veintitrés de la
Urbanización Las Brisas del distrito y provincia de Chiclayo, con un área total de cien metros
cuadrados y un área construida de cincuenta metros cuadrados, es decir, la transferencia
involucró tanto el bien propio del demandado (lote de terreno más el área construida de
diecinueve punto ochenta y nueve metros cuadrados) como el bien de la sociedad conyugal
(área construida con el préstamo del Banco de Materiales), por lo que dicha venta se
encuentra incursa en causal de nulidad prevista en el inciso primero del artículo doscientos
diecinueve del Código Civil, por falta de manifestación de voluntad de la cónyuge demandante,
debiendo cancelarse el asiento registral que motivó su inscripción; Tercero.‐ Que, sin embargo,
apelada que fuera esa decisión, la Sala Superior emite sentencia de vista revocando la apelada,
y reformándola, declara improcedente la demanda interpuesta, por cuanto estima que la
demandante contrajo matrimonio civil con César Augusto García Salazar el seis de diciembre
de mil novecientos ochenta y seis, y el inmueble urbano ubicado en la Calle Santo Domingo
número ciento treinta y nueve de la Urbanización Las Brisas‐ Chiclayo fue adquirido por el
citado codemandado en mil novecientos ochenta y cuatro, es decir, antes de la celebración del
matrimonio con la demandante, por lo que se trata de un bien propio de éste, quien podía
disponer del mismo sin la intervención o autorización expresa de su cónyuge; Cuarto.‐ Que, la
causal de inaplicación de una norma de derecho material se configura cuando: Que, la causal
de inaplicación de una norma de derecho material se configura cuando concurren los
siguientes supuestos: 1) el Juez, por medio de una valoración conjunta y razonada de las
pruebas, establece como probado ciertos hechos alegados p or las partes y relevantes del
litigio; 2) que estos hechos guardan relación de identidad con determinados supuestos fácticos
de una norma jurídica material; 3) que no obstante ésta relación de identidad (pertinencia de
la norma) el Juez no aplica ésta norma (específicamente, la consecuencia jurídica) sino otra
distinta, resolviendo el conflicto de intereses de manera contraria a los valores y fines del
derecho y, particularmente, lesionando el valor de justicia; Quinto.‐ Que, el segundo párrafo
del artículo trescientos diez del Código Civil establece que, también tienen la calidad de bienes
sociales los edificios construidos a costa del caudal social en suelo propio de uno de los
cónyuges, abonándose a éste el valor del suelo al momento del reembolso. Es decir,
independientemente que un terreno pueda ser de propiedad exclusiva de uno de los
cónyuges, el edificio construido sobre el mismo (es decir, la fábrica) se considera parte de la
sociedad de gananciales cuando se ha construido a costa del patrimonio conyugal; Sexto.‐ Que,
con la instrumental obrante a fojas diecinueve, consistente en el Contrato de Crédito que
celebraron con el Banco de Materiales los esposos César Augusto García Salazar y Flor Marina
Herrera Zavaleta, durante la vigencia de la sociedad de gananciales que constituyeron desde el
seis de diciembre de mil novecientos ochenta y seis, la demandante pretende acreditar que la
ampliación de la vivienda ubicada en la Calle Santo Domingo número ciento treinta y nueve de
la Urbanización Las Brisas‐ Chiclayo, cuyo terreno y módulo básico (diecinueve punto ochenta
y nueve metros cuadrados de construcción) fue originalmente adquirido por el citado García
Salazar cuando era soltero, es un bien de la sociedad conyugal. Sin embargo, el solo mérito de
este documento resulta insuficiente para establecer la calidad de bien conyugal que se
atribuye a la ampliación efectuada sobre el bien sub litis, más aún si el codemandado César
Augusto García Salazar ha venido negando uniformemente que el préstamo del Banco de
Materiales se haya destinado para el fin que fue solicitado, y que la demandante carecía de
ingresos para solventar su pago; Sétimo.‐ Que, es de anotar además que en el proceso de
divorcio por causal seguido entre Flor Marina Herrera Zavaleta y César Augusto García Salazar,
la demandante solicitó, entre otras pretensiones accesorias, además de la declaración de
fenecimiento de la sociedad de gananciales, se proceda a la liquidación de la misma sociedad;
sin embargo, no se advierte que tal pretensión haya merecido pronunciamiento alguno por
parte del juez de la causa, según aparece de la lectura de la sentencia del ocho de marzo del
dos mil dos obrante a fojas sesenta y tres del principal. Era, pues, en el proceso de divorcio
donde debió definirse la existencia y destino de los bienes comunes, sin embargo, no parece
que la demandante objetara la omisión incurrida por el juez de aquel proceso, ni obra en autos
documento alguno que acredite la declaración judicial de bien común de la fábrica ampliada, ni
ésta obra inscrita como bien conyugal en la partida P cien sesenta setecientos cuarenta y
cuatro del Registro Predial Urbano, que se adjunta a fojas trece y siguientes, no siendo este
proceso uno destinado a establecer la calidad de bien común de la fábrica, sino a establecer la
validez de un acto jurídico determinado; Octavo.‐ Que, en tal contexto, y en la medida que no
se puede establecer fehacientemente que la mayor extensión de la fábrica construida sobre el
bien propio del codemandado sea de propiedad de la sociedad conyugal, no resulta atendible
la aplicación de lo dispuesto en el segundo párrafo del artículo trescientos diez del Código Civil
al caso concreto, por lo que el agravio descrito en el segundo acápite de los fundamentos del
recurso de casación (acápite b), debe ser desestimado; Noveno.‐ Que, de otro lado, el inciso
primero del artículo trescientos once del Código Civil establece que todos los bienes se
presumen sociales, salvo prueba en contrario. La norma citada contempla una presunción iuris
tantum para efectos de considerar como parte del patrimonio común un determinado bien
que se encuentre en posesión de la sociedad de gananciales, salvo que la parte interesada
acredite que no lo es. Para el caso concreto, sin embargo, existe certeza plena de que el
codemandado César Augusto García Salazar era propietario único y exclusivo de la fábrica de
diecinueve punto ochenta y nueve metros cuadrados y del terreno de cien metros cuadrados
de extensión ubicados en la Calle Santo Domingo número ciento treinta y nueve de la
Urbanización Las Brisas‐ Chiclayo, pero respecto de la mayor construcción (treinta punto once
metros cuadrados) no existe prueba que acredite que fuera levantado a costa del caudal social
ingresado al patrimonio común producto del préstamo obtenido del Banco de Materiales,
razón por la cual no se advierte cómo es que la aplicación de la presunción contenida en el
inciso primero del artículo trescientos once del Código Civil vaya a modificar sustancialmente
el sentido de lo resuelto, pues no existe duda alguna sobre la cual deba aplicarse la indicada
presunción e invertir la carga de la prueba, todo lo cual da lugar a que el primer extremo de los
fundamentos del recurso de casación (acápite a) no merezca ser amparado; Décimo.‐ Que,
siendo así, al no configurarse la causal material denunciada, el recurso de casación debe ser
desestimado, procediendo conforme a lo normado en los artículos trescientos noventa y siete,
trescientos noventa y ocho y trescientos noventa y nueve del Código Procesal Civil; en
consecuencia, declararon INFUNDADO el recurso de casación interpuesto por Flor Marina
Herrera Zavaleta mediante escrito de fojas cuatrocientos sesenta; en consecuencia, NO
CASARON la sentencia de vista de fojas cuatrocientos cincuenta y tres, su fecha veintiocho de
marzo del dos mil siete; CONDENARON a la recurrente al pago de las costas y costos originados
por la tramitación del presente recurso, así como al pago de una multa ascendente a una
Unidad de Referencia Procesal; DISPUSIERON se publique la presente resolución en el Diario
Oficial El Peruano; en los seguidos por Flora Marina Herrera Zavaleta contra César Augusto
García Salazar y otros sobre Nulidad de Acto Jurídico y otros; y los devolvieron; interviniendo
como Vocal Ponente el señor Ticona Postigo.‐
SS.
TICONA POSTIGO
SANTOS PEÑA
MIRANDA MOLINA
MAC RAE THAYS
ARANDA RODRIGUEZ
jpl
Corte Suprema de Justicia de la República
Sala Civil Transitoria
CASACIÓN 2858‐2007
LAMBAYEQUE
NULIDAD DE ACTO JURÍDICO Y OTRO
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