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LAS ESTRATEGIAS DEL TERRORISMO

ANDREW KYDD Y BARBARA F. WALTER


No hay duda que el terrorismo ha sido bastante exitoso ya que gran parte de las campañas
terroristas suicidas (al-Qaida, Hamas y los Tigres Tamiles) han conseguido concesiones
significativas por parte de los gobiernos a los cuales estuvieron destinadas.

Al respecto se debe mencionar el ataque suicida contra los marinos norteamericanos en


Beirut (octubre 1983), que obligó a Washington a retirar sus tropas de El Líbano; la salida
de las tropas norteamericanas de Arabia Saudita luego de los ataques del 11/09; así como
el llamado que hizo el Gobierno de Filipinas a su contingente luego del secuestro de uno
de sus camiones por parte de extremistas iraquíes.

Entre 1980 y la primera década del presente siglo, los secuestros de aviones, las
explosiones de bombas en buses así como los raptos de personas aunque parecieran
irracionales e incoherentes para los observadores, han sido tácticas sorprendentemente
efectivas en lograr los objetivos políticos de los grupos terroristas.

A pesar de lo sobresaliente del terrorismo en la actualidad, los estudiosos apenas


comienzan a entender por qué y cómo funciona. Mucho se ha escrito sobre los orígenes y
las motivaciones de los terroristas pero poco sobre las estrategias que las organizaciones
terroristas emplean y las condiciones en las cuales estas estrategias han tenido éxito o han
fallado. Diversos autores han considerado que factores como la pobreza, la educación y la
libertad política han tenido su influencia sobre el reclutamiento terrorista.

Otros han examinado los motivos que conduce al surgimiento del terrorismo así como las
redes, el dinero, y las operaciones que han permitido al terrorismo desarrollarse. Lo que
falta, es un claro entendimiento del amplio juego estratégico que se están llevando a cabo
y en la forma en que los Estados ayudan o lo obstaculizan.

No se pueden diseñar contra estrategias efectivas sino se entiendo primero la estrategia


lógica que conduce a la violencia terrorista. El terrorismo funciona no solamente porque
inculca miedo en determinas poblaciones sino también induce a los gobiernos y los
individuos a responder de una manera que colabora con la causa terrorista.

Al respecto, cuando se realizaron los actos terroristas contra el World Trade Center y el
Pentágono, al-Qaida tuvo la certeza que dichos actos contribuirían a aumentar el precio a
pagar por el apoyo de Estados Unidos a Israel, Arabia Saudita y otros regímenes árabes y al
mismo tiempo provocar que la movilización militar convocada por Washington llevara a la
movilización musulmana a nivel mundial.
De esta manera las respuestas de los gobierno atacados ponen de relieve la necesidad de
entender las razones que se encuentran detrás de este tipo de violencia.

En este articulo trata de dar respuestas a cuatro preguntas: 1. Cuáles son las metas que
los terroristas buscan alcanzar. 2. Que estrategias llevan a cabo para alcanzar estas
metas. 3. Porque estas estrategias funcionan en algunos casos pero en otros no y 4.
Cuáles son las mejores respuestas de los Gobiernos para prevenir el terrorismo y
proteger a sus países de futuros ataques.

El meollo del argumento es que la violencia terrorista constituye una señal altamente
costosa. Los terroristas no disponen en muchos casos de la capacidad para prevalecer
directamente con la fuerza. En algunas ocasiones, son lo suficientemente fuertes para
persuadir a la audiencia de hacer los que ellos desean por medio de la alteración de las
creencias de dicha audiencia respecto a algunos asuntos como seria la capacidad de los
terroristas para imponer costos y su grado de compromiso a sus causas.

Dado el conflicto de intereses entre terroristas y sus objetivos, la comunicación ordinaria


es insuficiente para cambiar de pensamiento o influenciar en la conducta. Si Al-Qaida
hubiera informado, el 10 de septiembre 2001, a Estados Unidos que mataría unas 3 mil
personas al menos que se produjera su retirada de Arabia Saudita, dicha amenaza hubiera
desencadenado temor pero no hubiera tenido el mismo impacto que tuvo. Esto es debido
a que es difícil para actores débiles hacer creíbles dichas amenazas. Los terroristas están
obligados a realizar el máximo despliegue, hasta donde sea posible, a objeto de obtener
los resultados deseados.

Hay cinco estrategias lógicas en una campaña terrorista:

1. Degaste. Busca persuadir al enemigo que el terrorismo es lo suficientemente fuerte


para infligir considerables daños, en caso de que el enemigo continúe con una
determinada política.

2. Intimidación. Trata de convencer a la población que el terrorismo puede castigar la


desobediencia y que el Gobierno no puedo detenerlo.

3. Provocación. Es un intento por conducir al enemigo a responder al terrorismo con


violencia indiscriminada e induce a la población a apoyarlo.

4. Deterioro. Es un esfuerzo de persuadir al enemigo que los moderados dentro del


terrorismo son débiles y de poca confianza para alcanzar un acuerdo de paz.
5. Presión. El uso de la violencia para convencer a la población que los terroristas
tienen una determinación más grande de combatir al enemigo y por lo tanto son
dignos de ser apoyados.

El artículo está dividido en dos grandes secciones. La primera discute las metas que
persiguen los terroristas y examina 42 grupos considerados por el Departamento de
Estado como organizaciones terroristas. La segunda parte, analiza las cinco estrategias
que utilizan los terroristas para alcanzar sus metas, discute las condiciones en las
cuales cada una de estas estrategias es posible que tengan éxito y delinea las
implicaciones para una mejor respuesta contra el terrorismo.

Las Metas del Terrorismo

Durante años los medios de comunicación han presentado a los terroristas como
extremistas dementes que cometen actos indiscriminados de violencia, sin ninguna
meta importante más allá de la revancha o de producir temor a la población.

Las motivaciones particulares en el caso de los voluntarios para una misión suicida
pueden ser la obtención de una recompensa después de la vida, vengar a un familiar
asesinado por el enemigo o simplemente una recompensa financiera para sus
descendientes. Por el contrario las metas de las organizaciones terroristas son por lo
general objetivos políticos y son esas metas las que determinan como deben ser
realizadas las campañas terroristas.

Si definimos al terrorismo como el uso de la violencia contra civiles por parte de


actores no estatales para obtener metas políticas, dichas metas pueden ser
conceptualizadas en una variedad de formas. Individuos y grupos tienen por lo general
jerarquías en la consecución de sus objetivos.

Aunque las metas finales del terrorismo han cambiado con el paso del tiempo, cinco
(5) han mantenido su importancia: Cambio de Régimen, Cambio Territorial, Cambio
Político, Control Social y Mantenimiento del status quo.

Cambio de Régimen: es el derrocamiento de un gobierno y su reemplazo por otro


presidido por los terroristas o por un grupo muy cercano ideológicamente. Es el caso
de la mayoría de los grupos marxistas como Sendero Luminoso en Perú.

Cambio Territorial: para establecer un nuevo Estado o unirse a un nuevo Estado.


Ejemplo los Tamiles en Sri Lanka y la incorporación de la región de Kashmir a Pakistán.

Cambio Político: es una categoría de solicitud como la realizada por al-Qaida para que
Estados Unidos dejara de apoyar a Israel y a las monarquías del Golfo Pérsico.
Control Social: restringe la conducta de los individuos más que de los Estados. El Ku
Klux Klan, grupos anti abortos.

Mantenimiento del status quo: es el apoyo a un régimen existente o a un acuerdo


territorial contra grupos políticos que buscan cambiarlo. Se podría citar como ejemplo
el caso de la Fuerzas Unidas de Auto Defensa de Colombia.

En el Cuadro Numero 1., se pueden observar las metas y las frecuencias relativas de los
42 grupos terroristas según el Departamento de Estado. 31 de estas organizaciones
tienen por objetivo el cambio de régimen, 4 el cambio político y 1 busca el
mantenimiento del status quo.

Las Estrategias de Violencia Terrorista.

Para lograr sus objetivos a largo plazo, los terroristas deben seguir una variedad de
estrategias. Durante años los estudios de esta materia han sugerido un número de
tipologías de estrategias terroristas. Thomas Thornton ofrece cinco objetivos:
Fortalecimiento Moral, Publicidad, Desorientación (de una población objetivo del
terrorismo), Eliminación de Fuerzas de Oposición y Provocación.

Por su parte, Edward Price considera que el terrorismo debe deslegitimizar al régimen,
e imponer un alto precio sobre las fuerzas de ocupación, e identifica como tácticas a
los siguientes actos: secuestro, asesinato, publicidad y provocación.

Un punto interesante para una teoría de las estrategias del terrorismo debe incluir
información sobre la incertidumbre, el conflicto y señales significativas.

Al respecto, la Incertidumbre ha sido durante mucho tiempo una causa de conflicto. Se


argumenta que las guerras comienzan cuando los Estados están en desacuerdo
respecto a su poder relativo y finalizan cuando los Estados están de acuerdo de nuevo.
La incertidumbre relacionada con los deseos de un Estado de ir a la guerra puede
causar un conflicto. Si los Estados no están seguros porque otro Estado pelearía, tendrá
que llevarse a cabo una larga negociación para poner fin al conflicto. Un ejemplo típico
fue la guerra de Vietnam.

La incertidumbre respecto a la veracidad o moderación de las preferencias pueden


también causar conflicto. Los Estados por lo general están indecisos respecto a las
ambiciones, intenciones y preferencias de cada uno. Si existe desconfianza mutua hay
un incentivo para iniciar un ataque en vez de correr el riesgo de ser atacado por
sorpresa.
Por estas razones cualquier cosa que incremente la idea de que uno de los actores está
mintiendo, es expansionista, constituye un riesgo, o incrementa las hostilidades son
motivos de conflicto para ir a la guerra en vez de cooperar.

Si la incertidumbre respecto al poder, determinación y veracidad puede conducir a la


violencia, entonces la comunicación sobre estos tópicos es la clave para prevenir o
instigar el conflicto. El problema es que simples declaraciones verbales por lo general
no son creíbles por que los actores frecuentemente tienen incentivos para mentir y
alardear.

Al respecto se puede mencionar el caso del ex Primer Ministro ruso Mikhail Gorbachev
que deseaba acercase a Occidente y terminar la Guerra Fría. Sus declaraciones
verbales no fueron suficientes debido a que los líderes soviéticos anteriores habían
incurrido en posiciones similares a las de Gorbachev. Sin embargo, la reducción de
armas nucleares por medio del Tratado de Armas Nucleares intermedias, de 1987, fue
importante para cambiar la opinión pública de Occidente.

Debido a que las declaraciones no tienen una alta aceptación, los Estados y los
Terroristas que deseen influenciar la conducta de un adversario deben recurrir a
señalas costosas, las cuales son acciones que actores acostumbrados a mentir y
alardear son poco partidarios de tomar en consideración. En las crisis internacionales,
la movilización de fuerzas o continuar una determinada línea de acción son ejemplos
de estrategias que los actores pueden considerar muy costosas de seguir.

La guerra misma o el deseo de sostenerla pueden constituir una señal convincente y


suministrar información creíble respecto al poder y las capacidades. Las señales
costosas separan la verdad de la mentira y permiten una comunicación clara aunque
algunas veces a un alto precio.

Para obtener sus metas políticas, los terroristas suministran información veraz a
aquellos a quienes esperan influenciar: a los Gobiernos cuyas políticas desean
modificar y a los individuos cuyo apoyo y obediencia buscan obtener. Los Gobiernos
objetos del terrorismo son fundamentales porque pueden otorgar concesiones sobre
políticas y territorios que los terroristas están buscando. Por su parte la población
también es importante ya que puede suministrar recursos a los terroristas y obedecer
sus órdenes sobre asuntos políticos y sociales.

Una organización terrorista puede utilizar diversas estrategias a la vez para la


consecución de sus fines. Así vemos que los ataques del 11 de septiembre fueron
probablemente una estrategia de desgaste junto con una de provocación. Al lanzar el
ataque contra el distrito financiero de Estados Unidos, al-Qaida es posible que
intentara aumentar el costo político de Washington por haber estacionado soldados en
Arabia Saudita, pero al mismo tiempo atacar símbolos prominentes del poder militar y
económico americano. Al-Qaida pudiera también haber tratado de acosar a Estados
Unidos para que respondiera con una respuesta militar extrema que sirviera a un
objetivo a largo plazo de esta organización terrorista a fin de radicalizar la población
musulmana mundial.

El reto de los políticos es calibran sus respuestas de manera que no incentiven ninguna
acción posterior de los terroristas.

Cinco Estrategias Terroristas

Desgaste: una Batalla de Voluntades

La más importante tarea de un grupo terrorista es persuadir al enemigo de su fortaleza


y de la capacidad para infligir serios daños, de manera que este aceda a sus demandas.
Esta estrategia está diseñada para alcanzar dicha meta. En este tipo de campaña, entre
más grande es el daño producido por la organización terrorista, es más creíble con
miras a futuras acciones similares y lo más probable es que consigan concesiones.

Ejemplos de la utilización de esta estrategia fueron los casos de Gracia en Chipre, los
judíos en Palestina y los árabes es Adén. Al respecto consideran los seguidores de
Hamas que pesar de pagar un alto precio usando solamente piedras y algunas armas
de fuego, necesitaban ejercer más presión y que el costo de la ocupación no solo era
alto en vidas sino también insoportable.

Robert Pape es de la opinión que el desgaste en el terrorismo suicida es utilizado por


actores débiles para quienes las tácticas pacificas han fallado y las tácticas militares
convencionales no son factibles debido al desequilibrio de poder. La estrategia es
causar bajas en el enemigo que los obliguen a retirarse. En este sentido el terrorismo
suicida comenzó a reconocerse como un método efectivo desde 1983 con el ataque de
Hezbollah donde mueren 241 soldados americanos en Beirut.

Condiciones favorables para el Desgaste

Una guerra de desgaste puede tener mejores resultados contra algunos objetivos que
contra otros. Tres variables son importantes a considerar: el nivel de interés del Estado
en el hecho en disputa, las limitaciones sobre su capacidad para retaliar, y su
sensibilidad a los costos de la violencia.

En la primera variable el grado de interés del Estado es fundamental. Estados con solo
intereses periféricos por lo general capitulan a las demandas de los terroristas;
mientras que Estados con intereses más capitales en juego raramente lo hacen. Un
ejemplo fue la retirada de Estados Unidos de El Líbano e Israel del sur de El Líbano
luego de los ataques contra las barricadas de marinos debido a que esta únicamente
tenía un interés marginal que era mantener la estabilidad y prevenir la dominación de
Siria de ese país. Por el contrario tenemos la respuesta a los ataques del 11 de
septiembre.

La segunda variable, limitaciones sobre la retaliación, afecta el costo pagado por los
terroristas al llevar una guerra de desgaste. En muchos casos las organizaciones
terroristas son más débiles que al Gobierno que quieren atacar y en consecuencia, son
vulnerables a su retaliación.

Mientras más obligado se encuentre el Estado de utilizar la fuerza, menos costosa será
una estrategia de desgaste, y más tiempo los terroristas pueden aguantar con la
esperanza de alcanzar su meta.

Por ejemplo, Israel está en capacidad de llevar a cabo una masacre de magnitudes
incalculables contra los palestinos o expulsarlos a los países árabes vecinos. Sin
embargo, depende de las estrechas relaciones con Europa y los Estados Unidos. Por lo
tanto este tipo de restricciones hace la estrategia de la retaliación menos costosa y
más efectiva para los palestinos.

Los Gobiernos democráticos pueden sentirse más restringidos en su capacidad para


retaliar que los regímenes autoritarios. Por eso los portadores de bombas suicidas
tiene por objetivo a los gobiernos democráticos y se argumenta que esto se debe en
parte a que dichos gobiernos se sienten menos inclinados a responder. Los gobiernos
autoritarios están en capacidad de recolectar más información de sus ciudadanos que
los demócratas y pueden fácilmente hacer una redada de terroristas sospechosos y
tener como objetivo las simpatías de la población. Los Gobiernos democráticos
también pueden sopesar sus acciones por consideraciones a los derechos humanos en
su ejecución de acciones de retaliación.

Esto también dependerá de la capacidad del país para realizar una retaliación.
Organizaciones terroristas como al-Qaida están muy dispersas y son difíciles de
identificar y son igualmente complicadas para llevar a cabo una acción de castigo. Tal
fue el caso durante mucho tiempo de Osama Bin Laden y su sucesor Ayman al-
Zawahiri.

La tercera variable es el Costo de la Tolerancia. Los Gobiernos que son capaces de


pagar un alto precio y mantenerse por mucho tiempo son considerados menos
atractivos para una estrategia de degaste.
Las organizaciones terroristas les gusta evaluar el costo de la tolerancia de un objetivo
basándose en 2 factores: a. el tipo de régimen y b. la conducta puesta en práctica en el
pasado hacia el terrorismo.

El tipo de régimen es importante porque las democracias pueden ser menos capaces
de tolerar los efectos del terrorismo que los no democráticos, debido a que sus
ciudadanos están más inclinados a exigir el fin de los ataques, mientras que en los
regímenes autoritarios, el gobierno ejerce más control sobre los medios de
comunicación y pueden ignorar la opinión pública en gran medida.

Adicionalmente, debido a que las organizaciones terroristas operan más libremente en


gobiernos democráticos y los políticos deben interactuar con la población para
mantener el apoyo político, los terroristas disponen de tiempo para preparar
asesinatos de personalidades prominentes como fue el caso de Indira Gandhi y Yitzak
Rabin.

Entre los gobiernos democráticos la sensibilidad por los costos puede variar según el
partido en el poder. Los niveles de tolerancia difieren de si el partido que está en el
poder es de los denominados Palomas (tolerantes) o si por el contrario son Halcones
(intolerantes). Este es el caso de la tradicional división de los partidos en Israel entre
paz y seguridad. Por esta razón los terroristas, que esperan conseguir grandes
concesiones, prefieren atacar a los partidos considerados palomas.

El número de concesiones a priori hechas a otros terroristas es probable que también


influya en las percepciones del costo de tolerancia de un objetivo. Los Gobiernos que
ya han cedido a las demandas de los terroristas es muy probable que experimenten
nuevos ataques terroristas. La conducta pasada de un gobierno por lo tanto
suministrará información a los grupos terroristas respecto a su conducta futura y el
éxito de esta estrategia particular.

Por esa razón la precipitada salida de Israel del sur de El Líbano en mayo de 2000
convenció a los líderes de Hamas de iniciar una segunda Intifada en septiembre de ese
mismo año.

La Mejor respuesta al Desgaste

Por lo menos hay cinco contra estrategias en una guerra de desgaste. 1. Los gobiernos
pueden hacer concesiones en aspectos no esenciales a cambio de la paz. Esta es una
estrategia que se utiliza bastante pero poco admitida. En algunos casos las concesiones
es la mejor respuesta del Estado. Sin embargo, otros potenciales contendientes
podrían percibir esta respuesta como signo de debilidad, lo cual los conduciría a llevar
a cabo su propio ataque.

Para reducir el daño provocado por su reputación, el país puede combatir


vigorosamente otras guerras de desgaste sobre asuntos que sean de más importancia,
lo que significará una buena disposición a cargar con los daños si el asunto es de
importancia vital.

2. Donde el asunto en disputa es lo suficientemente importante para que el Estado no


desee otorgar ninguna concesión, el gobierno debe embarcarse en una acción de
retaliación, que puede estar centrada en el liderazgo del grupo terrorista, sus
seguidores, sus activos y otros objetivos de valor. Sin embargo, hay que tener cuidado
que la retaliación podría llevarla a cabo simultáneamente con una estrategia de
provocación y convertirse en una guerra muy costosa para los terroristas pero también
podría afectar a víctimas inocentes.

3. Un Estado puede endurecer los objetivos para minimizar los daños que las
organizaciones terroristas puedan infligir. Si los gobiernos pueden prevenir la ejecución
de diversos ataques, una guerra de desgaste no será capaz de ocasionar los daños
necesarios para convencer al país de darse por vencido. Ejemplo es el Muro que separa
Israel de la Franja de Gaza.

4. Los Estados deben tratar de impedir que los terroristas tengan acceso a armas de
destrucción masiva, especialmente nucleares y biológicas. Cualquier arma que pueda
causar enormes daños será particularmente atractiva para que los terroristas lleven a
cabo una guerra de desgaste. Mientras mayor es la destrucción, más alta es la
probabilidad que el Estado amenazado haga concesiones en asuntos trascendentales.
Particular atención debería dársele a los almacenamientos de material nuclear y en
interrumpir la propagación de la tecnología de uranio enriquecido como es el caso de
Irán y Corea del Norte debido a sus vinculaciones con organizaciones terroristas.

Finalmente, los Estados pueden luchar para minimizar los costos sicológicos del
terrorismo y la tendencia popular que existe de reaccionar de forma exagerada. John
Mueller considera que el riesgo asociado con el terrorismo es moderado y que los
programas de opinión pública deberían ser cuidadosos en no exagerar la amenaza ya
que es utilizada por los terroristas.

Intimidación: el Reino del Terror


Es similar a la estrategia de disuasión, y su objetivo es prevenir algunas conductas
indeseables por medio de amenazas y mensajes significativos. Es más usada cuando las
organizaciones terroristas desean derribar un gobierno o ganar el control social sobre
una determinada población. Funcionada demostrando que los terroristas pueden
castigar a cualquiera que lo desobedezca y que el gobierno no tiene poder para
detenerlos.

Los terroristas se encuentran generalmente en competencia con el gobierno por el


apoyo de la población, y si desean sacarlo del poder deben de alguna manera
convencer a los partidarios del gobierno que si continúan respaldándolo terminarán
pagando un alto precio.

Una forma de hacer esto es suministrar una clara evidencia que la organización
terrorista puede asesinar a aquellos individuos que sigan sosteniendo al régimen.

Al poner como objetivo a los agentes y partidarios más visibles, tales como alcaldes,
policías, y ciudadanos relevantes, las organizaciones terroristas demuestran que tienen
la capacidad de hacer daño a sus oponentes y que el gobierno es débil para hacer
frente al terrorismo y proteger victimas futuras.

Los terroristas también pueden usar una estrategia de intimidación para obtener un
mayor control social sobre la población. Pueden aplicar esta estrategia donde un
gobierno constantemente se ha rehusado a practicar políticas que los favorezca y
donde los esfuerzos de los terroristas parecen inútiles.

En este caso, los terroristas usan la intimidación para imponer la política deseada
directamente sobre la población, ganando docilidad por medio de la violen selectiva y
la amenaza de represalias futuras. Un Ejemplo son los activistas anti aborto y los
grupos racistas en los Estados Unidos durante los años sesenta.

La estrategia de intimidación puede englobar un ámbito de acciones, desde el


asesinato de individuos en posiciones de poder hasta poner bombas en carros de la
policía. También incluye masacres de civiles que han cooperado con el gobierno o con
grupos rivales. Al respecto se puede citar la masacre de Melouza por parte del Frente
de Liberación Nacional durante la guerra de independencia de Argelia en 1957.

Condiciones Favorables para la Intimidación

Cuando el objetivo es un cambio de gobierno, hay factores que facilitan la


intimidación: Estados débiles o países con terreno agreste. Se argumenta que las
guerras civiles son posible que surjan y continúen donde el gobierno es blando y el
territorio es amplio y difícil de recorrer.

Estas condiciones permiten a pequeños grupos de insurgentes apoderarse de parte del


país como una base para retar al gobierno central. La intimidación es muy utilizada
contra civiles en las líneas que separan la parte controlada por el gobierno y la
controlada por los rebeldes para disuadir a los individuos de apoyar al gobierno.

Cuando el objetivo es el control social, Estados débiles de nuevo facilitan la


intimidación. Cuando el sistema de justicia también es inadecuado para perseguir de
manera efectiva delitos asociados con intimidación, la población vivirá con temor o
buscará protección de actores no estatales tales como militares locales o bandas
armadas.

La penetración del sistema judicial por simpatizantes de un grupo terrorista también


puede dar cabida a una estrategia de intimidación, debido a que la policía y los
tribunales son renuentes a perseguir determinados delitos e incluso pueden ser
cómplices de ellos.

La Mejor Respuesta a la Intimidación

Cuando la meta terrorista es el cambio de régimen la mejor respuesta a la intimidación


es recuperar el territorio en posesión de los rebeldes de forma progresiva pero
contundente.

La ambigüedad respecto a quien está encargado debería minimizarse, aun si esto


significa ceder temporalmente algunas áreas a los rebeldes para concentrar recursos
en secciones selectivas de territorio.

Esta respuesta está incorporada en la estrategia de limpieza y control que las fuerzas
norteamericanas emplearon en Irak y de igual manera en Vietnam. Así mismo la Ex
Secretaria de Estado Condoleezza Rice señaló en octubre de 2005 que era claro
mantener y recuperar áreas del control de los insurgentes a fin de establecer
instituciones iraquíes nacionales permanentes.

Si los rebeldes controlan su propia zona y no tiene acceso a la zona del gobierno, no
tendrán incentivos para matar civiles en su propia zona ni la habilidad en la zona
gubernamental. En esta situación no hay duda de quién está en control. La información
que se suministra por intimidación ya es conocida. Los Estados Unidos desarrollaron
esta estrategia en los años finales de la guerra de Vietnam limitando el acceso del
Vietcong a potenciales objetivos y de esta manera cortar su estrategia.
La estrategia de limpieza y control tiene sus limitaciones. Es imposible impedir
completamente a los terroristas la entrada a zonas controladas por el gobierno. Un
ejemplo es los terroristas chechenos y Sendero Luminoso. En estas situaciones una
contra estrategia más efectiva seria dedicarle mayor protección a objetivos posibles de
ataque.

En muchos países, la mayor parte del tiempo los agentes del estado no necesitan
preocuparse respecto a su seguridad física, porque nadie quiere hacerles daño. Sin
embargo, ciertos agentes como es el caso de los abogados acusadores del hampa
organizada, están acostumbrados al peligro y se han desarrollados procedimientos
para protegerlos.

Estos procedimientos deberían aplicarse para proteger a trabajadores, funcionarios


rurales y policías activistas de la comunidad quienes desempeñan un papel visible en el
apoyo y funcionamiento del gobierno asediado. Cuando el objetivo terrorista es el
control social, la mejor respuesta es fortalecer la aplicación de la ley. Esto podría
requerir de más recursos para permitir al Estado una efectiva investigación y perseguir
el delito.

Más controversial podría significar usar organismos nacionales tales como el FBI para
vigilar a funcionarios locales que simpatizan con los terroristas e investigar
organizaciones que ejecutan la ley para purgar a estos simpatizantes y obstruyen la
justicia. El Estado puede además ofrecer protección adicional a objetivos potenciales y
aumentar las penalidades por la violencia que comenten contra ellos.

Provocación

Esta estrategia es generalmente usada para buscar un cambio de régimen y


modificación territorial, las metas más comunes de la lista de las organizaciones
terroristas en el Departamento de Estado. Está diseñada para persuadir a la audiencia
interna que el objetivo de los ataques es debido a que el gobierno es funesto y poco
confiable y que debe ser resistido vigorosamente.

Las organizaciones terroristas buscan reemplazar un régimen que enfrenta un reto


significativo: son generalmente más hostiles al régimen que a la mayoría de los
ciudadanos del Estado. Ejemplo seria al-Qaida que desea acabar con la Casa Saud al
igual que los Tamiles en Sri Lanka.

Para tener éxito, una organización terrorista debe ante todo convencer a los
ciudadanos moderados que su gobierno necesita ser reemplazado o que
independizarse del gobierno central es el único resultado aceptable. La provocación
ayuda a cambiar el apoyo ciudadano al régimen imperante. En una estrategia de
provocación, los terroristas buscan acosar al gobierno para que lleve a cabo una
respuesta militar que afecte a los civiles dentro del territorio controlado por una
organización terrorista.

El objetivo es convencerlo que el gobierno es negativo, que las acciones radicales de


los terroristas se justifican y garantizar el apoyo para su organización. Ejemplo, ETA en
España.

Nada radicaliza más rápido a un pueblo que la conducta desenfrenada de las fuerzas
de seguridad en pueblos y ciudades. Se argumenta que los moderados se radicalizan
debido a que los ataques del gobierno proporcionan importante información respecto
al tipo de liderazgo en el poder y su buena disposición de negociar con elementos más
moderados.

La provocación por lo tanto es una vía utilizada por los terroristas para obligar a un
gobierno a revelar información respecto asimismo y que va ayudar a la organización a
reclutar miembros adicionales.

Condiciones favorables para la provocación

Las limitaciones sobre la retaliación y el tipo de régimen son también importantes en


determinar cuando la provocación ha tenido éxito. Para que la misma funcione, el
gobierno debe estar en capacidad de emplear ciertos niveles de crueldad. Un gobierno
que lleve a cabo actos de genocidio constituye un objetivo poco atractivo para la
provocación, ya que la respuesta destruiría la circunscripción que el terrorismo
representa.

De igual manera, un gobierno muy comprometido con los derechos humanos y el


estado de derecho esta menos inclinado a infligir castigos indiscriminados también es
un mal objetivo debido a que no puede ser provocado. Dicho gobierno puede ser un
objetivo atractivo en una estrategia de desgaste, en caso de que no sea bueno en
repeler ataques pero la provocación es inefectiva.

Cuál es la explicación porque un gobierno debería elegir una contra estrategia menos
discriminada sobre una más precisa? En algunos casos una respuesta militar a gran
escala aumentará la seguridad de un país. Si el gobierno es capaz de eliminar el
liderazgo de una organización terrorista y sus operaciones, el terrorismo es probable
que cese o se vea altamente reducido.
Una respuesta militar a gran escala puede también mejorar la seguridad de un país, a
pesar de radicalizar a algunos moderados, y pudiera disuadir ataques adicionales de
otros grupos terroristas que estén considerando una guerra de desgaste.

Los gobiernos amenazados pueden calcular que, las consecuencias negativas de una
estrategia de provocación son aceptables bajo estas condiciones.

Consideraciones políticas internas son también problemas que influyen en el tipo de


respuesta que el liderazgo de un Estado amenazado elija. Las democracias pueden ser
más susceptibles de provocación que las no democracias. Las poblaciones que han
sufrido la violencia terrorista querrán que su gobierno lleve a cabo acciones para
detener el terrorismo. Desafortunadamente, muchas de las herramientas más
discriminatorias de contraterrorismo, tales como infiltrar células, compartir
información de inteligencia con otros países, la detención de individuos, no están a la
vista del público las cuales sirven para protegerse.

Se ha argumentado que los líderes democráticos tendrían que emplear estrategias


antiterroristas más públicas y menos discriminadas para demostrar que sus gobiernos
están llevando a cabo acciones suficientes contra los terroristas. La presión para una
contra respuesta de provocación también puede ser particularmente aguda para
muchas administraciones de línea dura, cuyos electores podrían solicitar una mayor
acción. La contra estrategia, por lo tanto, se encuentra influenciada en parte por el
sistema político del cual surgen. Un Ejemplo fue que los Estados Unidos el 11 de
septiembre estuvieron listos para la provocación y al-Qaida había entendido esto.

La mejor respuesta a la Provocación

Es una estrategia discriminada que inflija pequeños daños colaterales como sea
posible. Los países deben de buscar y destruir los terroristas y sus inmediatos apoyos
para reducir la posibilidad de futuros ataques terroristas pero deben separar
cuidadosamente estos objetivos de la población, la cual podría tener o no simpatías
por los terroristas. Este tipo de discriminación requerirá capacidades de métodos de
inteligencia superiores.

Impedir: Sabotear la Paz


La meta de una estrategia de sabotear la paz es asegurar que las tentativas de
entendimiento entre líderes moderados del lado terrorista y del gobierno no tengan
éxito.

Funciona al poner en ejecución la desconfianza entre dos grupos y tiene éxito cuando
una o ambas partes fallan en firmar o ejecutar un acuerdo. Es generalmente utilizado
cuando el objetivo final es un cambio de territorio.

Los terroristas recurren a la estrategia del saboteo cuando las relaciones entre dos
enemigos están mejorando y un acuerdo de paz amenaza las más altas metas de los
terroristas.

Los acuerdos de paz producen alarma en los terroristas porque entienden que los
ciudadanos moderados son menos favorables a apoyar la actual violencia una vez que
un acuerdo de compromiso es alcanzado entre grupos moderados. Un ejemplo fue el
secuestro de 52 funcionarios diplomáticos americanos en la Embajada de Washington
en Teherán en 1979, acción mediante la cual los radicales impidieron la posible
reconciliación entre ambos países. En conclusión, la meta de la estrategia de sabotaje
es asegurar que un intento de paz entre líderes moderados del grupo terrorista y el
gobierno no tenga éxito.

La Estrategia del Sabotaje

Funciona al persuadir al enemigo que no se puede confiar en los moderados del lado
terrorista para acatar un acuerdo de paz. De cualquier manera en la negociación de un
acuerdo de paz, hay duda respecto a si el acuerdo es auto impuesto. Cada lado teme
que aun honrando sus compromisos, el otro lado no lo haga, llevándoles de regreso a
la guerra en términos desventajosos.

Es el caso de muchos judíos que temen que su país pueda regresar el 13% de la
Margen Occidental a los palestinos según el acuerdo de Wye en 1998.

Los extremistas entienden que los moderados buscan señales de que sus ex enemigos
violaron el acuerdo y el objetivo es que estos moderados con violencia aumentarán sus
temores hasta hacerlos explotar.

Por lo tanto los ataques terroristas están destinados a persuadir a un Estado que la
aparente oposición moderada con quien negocia un acuerdo no frena el terrorismo y
por lo tanto en ellos no se puede confiar para honrar un acuerdo.

Los actos terroristas son particularmente efectivos durante las negociaciones de paz
debido a que las partes opositoras están generalmente recelosas por motivos mutuos y
tienen limitadas fuentes de información respecto a las intenciones de cada uno. Así,
aun si los líderes moderados desean suprimir extremistas de su parte, los terroristas
saben que la violencia aislada podría convencer a la otra parte de rechazar el acuerdo.

La razón para esto es que el Estado amenazado sería incapaz de interpretar


inmediatamente la extensión de las medidas de castigo y debe basar su opinión en si el
terrorismo ocurre o no. No obstante, un sincero esfuerzo de auto control no sería
suficiente para convencer a dicho Estado a fin de proceder con un acuerdo en caso de
que ocurre un ataque terrorista.

Condiciones favorables para el Sabotaje

Los terroristas que llevan a cabo una estrategia de sabotaje son más propensos a tener
éxito cuando el enemigo percibe que los moderados de su parte son más fuertes y por
lo tanto capaces de hacer titubear al terrorismo. Cuando un ataque ocurre, el grupo no
puede estar seguro si los moderados de su lado pueden reprimir sus propios
extremistas o son débiles o les falta la capacidad para detenerlos. Israel siempre
cuestionó a Yasser Arafat por el hecho de no detener los ataques terroristas o no tenía
el deseo de hacerlo. Entre más débiles se perciban que sean los moderados menos
impacto tendrá un ataque terrorista en la credibilidad de la otra parte, y lo menos
probable es que dicho ataque convencerá a la otra parte para que abandone el
acuerdo de paz.

El Proceso de Paz de Oslo estuvo plagado de saboteadores. Del lado palestino Hamas y
del lado israelí los partidarios de la línea dura del partido Likud.

La mejor respuesta al Sabotaje

Cuando existe una confianza mutua muy alta, un acuerdo de paz puede ser ejecutado a
pesar de que se sucedan actos terroristas y la potencial vulnerabilidad que el acuerdo
pueda producir. La confianza, sin embargo, es alta, raras veces, luego de largos
conflictos, razón por la cual los saboteadores pueden atacar con una posibilidad
razonable de que sus ataques tendrán éxito. La estrategia de construir confianza y
reducir la vulnerabilidad son por lo tanto la mayor respuesta al sabotaje.

La vulnerabilidad emerge en un proceso de paz en dos formas: la vulnerabilidad


simétrica ocurre durante la ejecución de un acuerdo debido a que ambas partes deben
bajar la guardia. Los judíos redujeron sus controles sobre territorios ocupados mientras
que los palestinos se vieron obligados a desarmar sus grupos militantes.

La vulnerabilidad puede ser disminuida por el monitoreo de una tercera parte y la


verificación del proceso de ejecución de la paz. El monitoreo puede ayudar a reducir la
duda respecto a la conducta de las partes. Aun más, la injerencia de una tercera parte
en el acuerdo puede hacer que su incumplimiento por una de las partes lo lleve a
pagar un precio muy alto, aumentado la confianza en el acuerdo y su éxito final.

La vulnerabilidad puede ser también a largo plazo y asimétricas. En cualquier acuerdo


de paz entre Israel y los palestinos, la capacidad de estos para perjudicar a Israel
inevitablemente crecerá mientras los palestinos establezcan su propio Estado y
adquieran una mayor capacidad militar. Este cambio en la balanza del poder puede
hacerlo difícil para la parte que verá un incremento en su poder de compromiso para
no tomar ventaja de este incremento posteriormente. El problema del compromiso
puede causar que los conflictos se prolonguen aunque haya posibles acuerdos de paz
que ambos lados preferirían a la guerra.

El problema del cambio del poder puede ser tratado al menos en tres formas:

1. Los acuerdos mismos pueden ser elaborados de manera que limite un cambio en el
poder. Los acuerdos de cambios de poder tales como entre liberales y
conservadores para crear una presidencia compartida en Colombia en 1957 es un
ejemplo. Permitiendo a la parte derrotada retener alguna capacidad militar, como
fue también el caso de los oficiales confederados después de la rendición de
Appomatox.

2. Los acuerdos de paz pueden requerir que el lado que tenga ventaja envíe una señal
significativa de sus intenciones honorables, tales como suministrar protección
constitucional del derecho de las minorías. La Ley Constitucional sobre Minorías
Nacionales aprobada en Croacia en el 2002 permitió proteger los derechos de las
minorías a recibir educación en su propia lengua.

Finalmente las partes pueden comprometerse con un acuerdo al participar en


instituciones internacionales que protegen los derechos de las minorías. Un gobierno
que desea unirse a la Unión Europea se restringe de explotar a los grupos minoritarios
debido al alto costo que significaría en caso de que sea expulsado del grupo.

Presionar: fanatismos vs traiciones

Esta estrategia surge cuando prevalecen dos condiciones: dos o más partes están
compitiendo por el liderazgo, y la población se encuentra indecisa respecto a cuál de
los grupos representa mejor sus intereses. (Hamas y Fatah)

Si los ciudadanos tuvieran información completa respecto a las preferencias de los 2


grupos, una estrategia de presión sería innecesaria e ineficaz. Los ciudadanos
simplemente apoyarían al grupo que está más cercano a sus intereses. Sin embargo,
los ciudadanos no pueden estar seguros si el grupo que compite por el poder
representa sus preferencias verdaderamente.

Es evidente que el grupo podría ser fuerte y resultar defensor de la causa o débil e
inefectivo, títere del enemigo. Si los ciudadanos apoyan a los fanáticos, ellos obtienen
un representante de su causa pero con algún riesgo de ser arrastrados dentro de una
confrontación con el enemigo que puede terminar en derrota.

Si los ciudadanos apoyan a los denominados traidores, pueden obtener la paz pero al
precio de aceptar un peor resultado del que pudieron haber logrado con una lucha
armada.

Los grupos compitiendo por el poder tienen un incentivo de destacar que ellos son
defensores más que traidores. Los ataques terroristas pueden servir a esta función al
señalar que un grupo tiene el deseo de continuar la lucha armada a pesar de sus
costos.

Tres razones ayudan a explicar porque los grupos están más inclinados a ser
recompensados por ser más militantes.

1. En el contexto de la negociación, es generalmente muy útil estar representado por


un agente de más línea dura que ellos mismos, debido a que estos agentes
rechazan acuerdos que otros aceptarían, lo cual obliga al adversario a realizar una
mejor oferta. Los palestinos preferían ser representados por Hamas en las
negociaciones con Israel porque tiene la reputación de resolver y rechazar
acuerdos de inferior calidad.

2. La incertidumbre también puede existir respecto al tipo de adversario que la


población y sus grupos en competencia están enfrentados. Si la población cree que
hay alguna posibilidad que sus adversarios no son fiables (sin deseos de
compromisos bajo ninguna circunstancias) entonces saben que el conflicto puede
ser inevitable, en cuyo caso si son representados por fanáticos puede ser
desventajoso.

3. Lo que puede favorecer la presión es que el negociador pueda producir por si


mismo incentivos para capitular. Aquí, el problema depende de los beneficios que
el grupo reciba una vez en función (ingreso y poder). Los ciudadanos teman que
sus líderes una vez en el poder puedan traicionar principios importantes y decidan
establecer con el enemigo términos desfavorables. Saben que estar en el poder
puede modificar las preferencias hacia la capitulación, pero se mantiene inseguros
respecto a cuál de los líderes es más propenso a ceder.
Las organizaciones terroristas explotan esta incertidumbre al usar la violencia para
señalar su compromiso con una causa.

Un aspecto interesante de la estrategia de presión es que el enemigo sólo está


tangencialmente relacionado con la estrategia de interacción. En efecto, un ataque
motivado por presión puede aun no estar destinado a lograr ninguna meta relacionada
con el enemigo, tales como inducir a concesiones o hacer fracasar un tratado de paz.

El proceso está casi enteramente relacionado con la señal enviada a la población que
tiene incertidumbre respecto a su liderazgo y su compromiso con la causa. Tal presión
suministra una explicación potencial para los ataques terroristas que continúan aun
cuando parecen incapaces de producir resultado real alguno.

Condiciones favorables para la Presión

Esta estrategia será favorable cuando grupos múltiples estén compitiendo por la
lealtad de una base demográfica de apoyo. En Perú en la década de los setenta se vio
el desarrollo de un número de grupos izquierdistas que buscaban representar la
población pobre e indígena. Cuando los militares entregaron el poder a un gobierno
electo en 1980, Sendero Luminoso inició una lucha armada para distanciarse de los
grupos que escogieron la vía política electoral.

También se embarcaron en una campaña de asesinatos destinados a debilitar a los


grupos izquierdistas e intimidar a sus seguidores.

La mejor respuesta a la Presión

Una solución al problema de la presión sería eliminar la lucha por el poder


incentivando a los grupos en competencia a consolidarse dentro de una oposición
unificada.

Si la competencia entre grupos de resistencia es eliminada, el incentivo para la presión


también desaparece. La desventaja de esta contra estrategia es que una oposición
unida puede ser más fuerte que una dividida. La oposición unida, sin embargo, puede
hacer la paz y ganar, mientras que las divididas podrían enfrentar falta de incentivos
estructurales para hacerlo.

Una estrategia alternativa para que el gobierno continúe enfrentando la presión es


validar la estrategia elegida por grupos no violentos al otorgarles concesiones y
satisfacer las demandas de sus integrantes.
Si la presión se puede considerar que produce resultados pobres, los grupos pueden
ser persuadidos a abandonar la estrategia. Como fue el caso de Sendero Luminoso,
quien podría requerir suministrar protección física a los grupos en competencia en
caso de que alguien que presione se dedique a la intimidación con rivales menos
violentos.

En general cualquier paso que pueda tomarse para que los grupos de presión menos
exitosos (canalizar recursos y servicios del gobierno para sus intereses) también
ayudaría a minar las presiones. El gran cambio en las elecciones iraquíes de 2005 en las
regiones dominadas por sunitas implicó que la presión estaba comenzando a fallar en
las comunidades más fuertemente opuestas al nuevo sistema político.

Conclusiones

La violencia terrorista es una forma de señal muy costosa por medio de la cual los
terroristas intentan influir en las ideas de sus enemigos y la población que representan
o desean controlar. El uso de la violencia para señalar su fortaleza y resolver en un
esfuerzo para obtener concesiones de sus enemigos y obediencia y apoyo de sus
seguidores.

Ellos también tratan de sembrar desconfianza entre los moderados que deseen hacer
la paz y provocar una reacción que haga aparecer al enemigo como barbaros y
desconfiables.

En este artículo se han examinado las 5 metas principales que las organizaciones
terroristas buscan y las 5 más importantes estrategias y se ha hecho un bosquejo de las
mismas y cuál es la mejor contra estrategia que pudiera ponerse en práctica.

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