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Cultura

Desmontando al «machista» Sabina


(y echando humo en las redes)
La musicóloga y consultora de género gijonesa Laura
Viñuela desencadena una polémica al poner letras
del cantautor como ejemplo de machismo y «mensajes
rancios apenas por encima del reggaetón»

J. C. Gea
Gijón 16/02/2017 08:02 h

«No es nada personal; solo son negocios. Si hablo de las letras de Joaquín Sabina es
como musicóloga y consultora de género; igual él es una bellísima persona y nos caeríamos
bien». Laura Viñuela maneja con tanta tranquilidad como sentido del humor el revuelo que
ha causado su diagnóstico sobre la presencia de considerables dosis de machismo -ella
prefiere hablar de «patriarcado»- en las letras del cantautor jiennense. Se le ocurrió poner la
letra de Contigo como ejemplo de esa infiltración de gérmenes patriarcales en cualquier
cancionero popular (y escoger Sabina «por la enorme devoción que se le tiene en Asturias,
casi como a la Virgen de Covadonga»), y se ha ganado en unas horas agresivos
tweets como el de Edu Galán retuiteado nada menos que por Javier Pérez Reverte.

Pero, lo dicho, la musicóloga y especialista en feminismo gijonesa está tranquila y puede


que incluso de algún modo agradecida de haber encontrado altavoces para un mensaje que
tiene muy claro: «Hay, bajo el disfraz del arte, muchos mensajes rancios que parece que
van investidos de empaque y santidad, pero que apenas están por encima del reggaetón».
Precisamente, del reggaetón partió la idea de citar a Sabina. El popular género musical
tachado abiertamente de machista por su concepción de la mujer y de las relaciones
amorosas y sexuales es la base del trabajo que está desarrollando Viñuela con alumnos de
institutos de Secundaria de Mieres en un curso sobre el desmontaje de los tópicos y
estereotipos adolescentes -y no tanto- sobre el amor ideal.

«Les invité a poner banda sonora a su historia de amor ideal y enseguida salió el caso de
Maluma y sus famosas cuatro mujeres. Eso parece que indigna a todo el mundo por su
machismo, que lo tiene; aunque no nos demos cuenta que también nuestra opinión sobre el
reggaetón está cargada de prejuicios racistas y machistas, esa idea de los latinoamericanos
que vienen a llevarse a nuestras mujeres y nos contagian el machismo como la
tuberculosis», explica la especialista.
En ese contexto, y en unas declaraciones a la prensa sobre el curso, echó mano de las letras
de Sabina para responder a esos prejuicios y demostrar que lo mismo «se nos puede estar
colando con sus letras, que no se dirigen precisamente a nenes que no filtran los mensajes,
sino a gente que nos consideramos listos y con un poco de gusto».

Ni censura ni prohibiciones

Naturalmente, los sabinistas -que son legión-, quienes ven en estas denuncias intentos de
limitar la libertad de expresión o creación o los ardorosos críticos de lo que consideran
como feminazismo empezaron a volcar sus críticas en las redes sociales casi al
instante. «Ya sabía que no iba a hacer amigos», ironiza Laura Viñuela, que precisa que su
posición nada tiene que ver ni con la censura ni con ningún tipo de prohibicionismo. «En
absoluto: cada uno puede escuchar lo que le dé la gana, faltaría más. Yo lo único que hago
es decir que eso está ahí, y que puedes escucharlo desde esa perspectiva. En el caso de los
alumnos, solo procuro darles recursos para saber qué están escuchando; el placer de
escuchar la música va por otro lado».

¿Y qué es «eso que está ahí», en letras como las de Sabina, por ejemplo? «Muchas cargas
culturales que llevamos en nuestro ADN y en nuestro imaginario». Tópicos -enumera
Viñuela- como «el de la mala mujer, que es de 1º de Patriarcado: ese mundo de mujeres
nocturnas en la barra y putas vocacionales que ve glamour en la mierda de la vida, y que en
el fondo tiene mucho que ver con aquello de 'todas son malas, salvo mi hermana y mi
madre', que en el fondo son las mujeres virginales de las que al final se enamora uno, y que
es tan de la copla». Están también los temas de la «entrega total», la presentación de las
mujeres «como rivales entre ellas», o su cosificación «como 100 libras de carne».

Laura Viñuela cita material fresco, como la ya muy popular Lo niego todo que anticipa el
nuevo álbum de Sabina. «Solo habla de mujeres en su letra para decir que va a acabar como
una puta vieja hablando con mis gatos -no sé si puta es adjetivo o sustantvo, pero me da lo
mismo; o utilizando la metáfora de bailar con la más fea... ¿Necesitaba tirar de esas
imágenes tan chusqueras quien se supone que es un gran poeta», se pregunta Viñuela.

La especialista encuentra además especialmente significativo que esas vetas que considera
de toxicidad patriarcal se deslicen en el cancionero de quien pasa por ser hombre
progresista y de izquierdas, apreciado también especialmente entre oyentes del mismo palo,
con especial calado entre las mujeres.

«Bueno, claro, pero es que ser mujer no equivale a ser feminista. Y además, con la música,
que se dirige a las emociones, la gente pierde los filtros. Igual que la gente no filtra sus
sentimientos amorosos, no filtra este tipo de discursos. Y menos viniendo de un
cantautor que no crea personajes, que pasa por ser el ejemplo mismo de la autenticidad,
habla en primera persona y se supone que te está enseñando su alma en una relación directa
contigo... Igual que si te lo estuviera cantando Rosendo, vamos».

Aprender feminismo
No tiene por qué ser evidente ni por qué ser fácil ver estas cosas, admite Viñuela. «Es que
hay un desconocimiento del feminismo. Todo el mundo se piensa que sabe de feminismo
porque no hay que saber nada del feminismo. Pero hay muchas cosas sobre el patriarcado
que no sabemos y que obligan a desmontar muchas capas de cultura. Eso no tiene nada que
ver con ninguna paranoia: todo esto forma parte de algo mucho más grande, que tiene que
ver en el fondo con un mundo donde hay mujeres asesinadas, desigual reparto del tiempo y
de los salarios...», reflexiona la especialista que considera que «es fácil decir que se es
feminista, pero cuando se te empieza a exigir coherencia o actuar de cierto modo, vale más
pensar que el mundo es de otro modo y que las feminazis estamos locas».

Por eso cree que -seas Sabina, Maluma, Melendi o casi cualquier otro- «no es fácil escapar
a esos contenidos». Laura Viñuela lo tiene claro: «No puedes no ser machista a no ser que
seas feminista. Tienes que hacerlo adrede, si no, te va a surgir lo otro. Está en el ADN». ¿Y
hay en la música popular contemporánea quien lo consiga? Los hay. «Bruce Sprignsteen,
por ejemplo, en canciones como Bobby Jean o No Surrender. O Mónica Naranjo, que es
una grande, cuando en Sobreviviré le da a la vuelta a Mina para decir justamente lo
contrario y convertir una letra de sumisión en una celebración y una bandera»

La musicóloga y consultora de género se hizo viral recientemente a raíz de señalar en una


entrevista que algunas de las letras de artistas tan populares como Joaquín Sabina, Leiva o
Alejandro Sanz eran «machistas y más peligrosas que el reggaeton», montándose un lío en
el que hasta Pérez-Reverte metió baza. Ahora en bi fm le da la vuelta a la tortilla, para
hablar de todo lo contrario. Riot Grrrl!

Laura Viñuela (Gijón, 1976), quien se autodefine como «feminista y consultora de


género«, lleva casi media vida vinculada a la Musicología (es licenciada en Historia y
Ciencias de la Música) y, en concreto, a la investigación sobre músicas populares y su
relación con cuestiones de género, aspectos sobre los que también trabaja en Espora,
empresa de la cual es directora y que fundó en 2005 con el fin de asesorar a empresas y
organismos públicos.

Autora del libro «La perspectiva de género y la música popular: dos nuevos retos para la
musicología» (KRK Ediciones, 2005), se hizo popular (y viral) recientemente, coincidiendo
con la publicación en La Nueva España de un artículo que, titulado «Una experta denuncia
el machismo de las letras de Joaquín Sabina«, hizo correr ríos de tinta y, sobre todo, fue
objeto de miles de posts, tuits, retuits, likes y opiniones de todo tipo, algunas en clara
consonancia con aquello que la experta denunciaba en su entrevista. Vamos, que si
pretendía poner el foco sobre la música pop, consiguió plasmar, también, que el machismo
es un problema real en nuestra sociedad, más allá de lo que cante tal o cual artista.
Frases como «Sabina tiene letras que son
tanto o más machistas y peligrosas que el reggaeton«, y afirmaciones como la de que el
jienenense es «el típico cantautor progre que no reconoce su machismo«, hicieron que no
solo hordas de furibundos fans del autor de «Contigo» (ya sabéis, la de «y morirme contigo
si te matas, y matarme contigo si te mueres«) se lanzaran (cibernéticamente hablando) a la
yugular de la asturiana, sino también los de Leiva o Alejandro Sanz, por ejemplo, otros
cantautores cuyas letras fueron señaladas por la responsable de «Desmontando el amor
romántico«, unos talleres dirigidos a alumnos de primero de la ESO, con los que Viñuela
pretende prevenir la violencia de género y detectar comportamientos peligrosos a edades
tempranas.

Valga como muestra del revuelo montado, la extraña y sorprendente alianza tuitera entre
Edu Galán, cofundador y redactor de la revista satírica Mongolia, y Arturo Pérez-
Reverte, el más popular y lenguaraz de los académicos de la RAE, quienes no dudaron en
tildar a nuestra protagonista de «idiota«, ahí es nada (podéis seguir el hilo aquí), al hacerse
eco de sus declaraciones.

Ahora, una vez calmadas las aguas (y con Sabina siendo noticia por su nuevo álbum, «Lo
niego todo«, no por su supuesta misoginia), desde bi fm le hemos pedido a Laura que le dé
la vuelta a la tortilla, hablándonos, no de autores y obras machistas, sino de cantantes y
canciones abiertamente feministas. En clave positiva, vaya (¿o eres de los que piensa que el
feminismo es algo negativo? Venga…)
TAMBIÉN NOS PONEN: Javier Clemente, Iñaki López, Arnaldo Otegi, Lucía Etxebarria,
Bárbara Goenaga, Patxi López, Diego Vasallo, Soy Una Pringada…

NOS PONE (10 CANCIONES FEMINISTAS): LAURA VIÑUELA

1- ¿Qué estás escuchando últimamente? Dinos tu canción/artista feminista del


momento

Llevo varias semanas preparando algunas sesiones para un curso que se llama «Over the
rainbow: lo gay en la música«, del Aula de Música Pop-Rock de la Universidad de Oviedo,
y he estado escuchando muchas canciones relacionadas con el movimiento organizado de
lesbianas, sobre todo en Estados Unidos (por ejemplo, las artistas vinculadas al sello Olivia
Records o, más cercano en el tiempo, la escena queercore y dykecore). Es un tema
interesantísimo y hay mucha música para escuchar. Es difícil elegir una canción, pero me
quedo con «Angry Atthis«, de Maxine Feldman, que fue una de las pioneras.

2- ¿Qué sería para ti un «clásico básico» feminista?

La primera que me viene a la cabeza es «Rebel Girl«, de Bikini Kill. El Riot Grrrl ha sido
el movimiento más reciente que une explícitamente feminismo y música y no cabe duda de
que Kathleen Hanna es uno de los referentes incontestables. Ya en los años 70, sin
embargo, existían bandas femeninas con este objetivo, como la Chicago Women’s
Liberation Rock Band, que tienen un tema genial que se llama «Papa, Don’t Lay that Shit
On Me«, respondiendo con mucha coña a canciones como «Under my Thumb» de los
Rolling Stones.

3- Menudo revuelo con tu artículo sobre el machismo en la música pop, ¿eh? ¿Lo
esperabas? ¿Qué canción le dedicarías a aquellas personas que te atacaron tan
airadamente tras su publicación?

La verdad es que no lo esperaba en absoluto. En primer lugar, porque en la entrevista estaba


hablando sobre el trabajo que hago para cambiar esa idea de amor romántico desgarrado y
sufriente que tanto abunda y tan malas consecuencias trae. Y, en segundo lugar, porque no
creo que haya dicho nada del otro mundo, aunque es evidente que a mucha gente la pilló
por sorpresa. A mis haters les dedico «Hot topic«, de Le Tigre, porque, afortunadamente,
hay muchas mujeres por ahí diciendo cosas interesantes contra viento y marea, y es a ellas a
quien voy a seguir escuchando.

4- ¿Con qué cantante te sientes identificada o conectas especialmente?

Con Björk, una mujer en constante evolución que ha conseguido ser conocida en todo el
mundo, casi mainstream, haciendo una música tan rara, arty y experimental como la que
hace. Ahora está de actualidad por «Björk Digital«, una exposición itinerante en la que los
asistentes pueden ser partícipes en primera persona gracias a la realidad virtual. Como
canción escojo una de «Vulnicura«, su último disco: «Black Lake«. Además, tengo una
filia personal con Islandia, un lugar tan alejado de todo, aparentemente tan remoto. Su
último álbum se grabó ahí, en su país.

5- Dices que la idea que tenemos del «amor romántico» es muy peligrosa y, así, nos
encontramos con canciones de desamor que muchas veces son un ataque despiadado
al otro, en ocasiones con un punto de vista claramente machista, de superioridad, de
posesión. ¿Es posible escribir una canción de ruptura que resulte respetuosa?

Sí, como en el caso de Anna Waronker y «I Wish You Well«. Este tema pertenece al
primer trabajo en solitario de Waronker y merece la pena escucharlo entero. Es un ejemplo
de canción de ruptura amorosa sin odios ni venganzas ni dramas («te deseo lo mejor y me lo
deseo también a mí«) y me pone de muy buen humor. También me gusta un montón lo que
tiene con Ze Malibu Kids, por ejemplo, «Your Bed», que es muy divertida y muy tierna.

6- Por una cuestión idiomática, las canciones en lengua española son más fáciles de
analizar por parte del público que nos lee. ¿Destacarías alguna banda y canción
cantada en castellano que sea claramente feminista?

Nosoträsh, «Gloria«. De esta canción me gusta todo: la melodía, la estructura, la


instrumentación, la voz y la letra. De forma aparentemente sencilla, se carga un montón de
tópicos musicales, amorosos y patriarcales. Lo de «hacerme un vestido con mapas de los
lugares que he visitado desde que me dejaste» siempre me puso de muy buen humor. Y me
encanta que, de esta gran banda de chicas, hayan salido proyectos musicales como La
Villana, Mona o Petit Pop (este último junto con componentes de Undershakers).

La musicóloga y consultora de género se hizo viral recientemente a raíz de señalar en una


entrevista que algunas de las letras de artistas tan populares como Joaquín Sabina, Leiva o
Alejandro Sanz eran «machistas y más peligrosas que el reggaeton», montándose un lío en
el que hasta Pérez-Reverte metió baza. Ahora en bi fm le da la vuelta a la tortilla, para
hablar de todo lo contrario. Riot Grrrl!

Laura Viñuela (Gijón, 1976), quien se autodefine como «feminista y consultora de


género«, lleva casi media vida vinculada a la Musicología (es licenciada en Historia y
Ciencias de la Música) y, en concreto, a la investigación sobre músicas populares y su
relación con cuestiones de género, aspectos sobre los que también trabaja en Espora,
empresa de la cual es directora y que fundó en 2005 con el fin de asesorar a empresas y
organismos públicos.

Autora del libro «La perspectiva de género y la música popular: dos nuevos retos para la
musicología» (KRK Ediciones, 2005), se hizo popular (y viral) recientemente, coincidiendo
con la publicación en La Nueva España de un artículo que, titulado «Una experta denuncia
el machismo de las letras de Joaquín Sabina«, hizo correr ríos de tinta y, sobre todo, fue
objeto de miles de posts, tuits, retuits, likes y opiniones de todo tipo, algunas en clara
consonancia con aquello que la experta denunciaba en su entrevista. Vamos, que si
pretendía poner el foco sobre la música pop, consiguió plasmar, también, que el machismo
es un problema real en nuestra sociedad, más allá de lo que cante tal o cual artista.

Frases como «Sabina tiene letras que son tanto o más machistas y peligrosas que el
reggaeton«, y afirmaciones como la de que el jienenense es «el típico cantautor progre que
no reconoce su machismo«, hicieron que no solo hordas de furibundos fans del autor de
«Contigo» (ya sabéis, la de «y morirme contigo si te matas, y matarme contigo si te
mueres«) se lanzaran (cibernéticamente hablando) a la yugular de la asturiana, sino también
los de Leiva o Alejandro Sanz, por ejemplo, otros cantautores cuyas letras fueron
señaladas por la responsable de «Desmontando el amor romántico«, unos talleres dirigidos
a alumnos de primero de la ESO, con los que Viñuela pretende prevenir la violencia de
género y detectar comportamientos peligrosos a edades tempranas.

Valga como muestra del revuelo montado, la extraña y sorprendente alianza tuitera entre
Edu Galán, cofundador y redactor de la revista satírica Mongolia, y Arturo Pérez-
Reverte, el más popular y lenguaraz de los académicos de la RAE, quienes no dudaron en
tildar a nuestra protagonista de «idiota«, ahí es nada (podéis seguir el hilo aquí), al hacerse
eco de sus declaraciones.

Ahora, una vez calmadas las aguas (y con Sabina siendo noticia por su nuevo álbum, «Lo
niego todo«, no por su supuesta misoginia), desde bi fm le hemos pedido a Laura que le dé
la vuelta a la tortilla, hablándonos, no de autores y obras machistas, sino de cantantes y
canciones abiertamente feministas. En clave positiva, vaya (¿o eres de los que piensa que el
feminismo es algo negativo? Venga…)

TAMBIÉN NOS PONEN: Javier Clemente, Iñaki López, Arnaldo Otegi, Lucía Etxebarria,
Bárbara Goenaga, Patxi López, Diego Vasallo, Soy Una Pringada…

NOS PONE (10 CANCIONES FEMINISTAS): LAURA VIÑUELA

1- ¿Qué estás escuchando últimamente? Dinos tu canción/artista feminista del


momento

Llevo varias semanas preparando algunas sesiones para un curso que se llama «Over the
rainbow: lo gay en la música«, del Aula de Música Pop-Rock de la Universidad de Oviedo,
y he estado escuchando muchas canciones relacionadas con el movimiento organizado de
lesbianas, sobre todo en Estados Unidos (por ejemplo, las artistas vinculadas al sello Olivia
Records o, más cercano en el tiempo, la escena queercore y dykecore). Es un tema
interesantísimo y hay mucha música para escuchar. Es difícil elegir una canción, pero me
quedo con «Angry Atthis«, de Maxine Feldman, que fue una de las pioneras.

2- ¿Qué sería para ti un «clásico básico» feminista?


La primera que me viene a la cabeza es «Rebel Girl«, de Bikini Kill. El Riot Grrrl ha sido
el movimiento más reciente que une explícitamente feminismo y música y no cabe duda de
que Kathleen Hanna es uno de los referentes incontestables. Ya en los años 70, sin
embargo, existían bandas femeninas con este objetivo, como la Chicago Women’s
Liberation Rock Band, que tienen un tema genial que se llama «Papa, Don’t Lay that Shit
On Me«, respondiendo con mucha coña a canciones como «Under my Thumb» de los
Rolling Stones.

3- Menudo revuelo con tu artículo sobre el machismo en la música pop, ¿eh? ¿Lo
esperabas? ¿Qué canción le dedicarías a aquellas personas que te atacaron tan
airadamente tras su publicación?

La verdad es que no lo esperaba en absoluto. En primer lugar, porque en la entrevista estaba


hablando sobre el trabajo que hago para cambiar esa idea de amor romántico desgarrado y
sufriente que tanto abunda y tan malas consecuencias trae. Y, en segundo lugar, porque no
creo que haya dicho nada del otro mundo, aunque es evidente que a mucha gente la pilló
por sorpresa. A mis haters les dedico «Hot topic«, de Le Tigre, porque, afortunadamente,
hay muchas mujeres por ahí diciendo cosas interesantes contra viento y marea, y es a ellas a
quien voy a seguir escuchando.

4- ¿Con qué cantante te sientes identificada o conectas especialmente?

Con Björk, una mujer en constante evolución que ha conseguido ser conocida en todo el
mundo, casi mainstream, haciendo una música tan rara, arty y experimental como la que
hace. Ahora está de actualidad por «Björk Digital«, una exposición itinerante en la que los
asistentes pueden ser partícipes en primera persona gracias a la realidad virtual. Como
canción escojo una de «Vulnicura«, su último disco: «Black Lake«. Además, tengo una
filia personal con Islandia, un lugar tan alejado de todo, aparentemente tan remoto. Su
último álbum se grabó ahí, en su país.

5- Dices que la idea que tenemos del «amor romántico» es muy peligrosa y, así, nos
encontramos con canciones de desamor que muchas veces son un ataque despiadado
al otro, en ocasiones con un punto de vista claramente machista, de superioridad, de
posesión. ¿Es posible escribir una canción de ruptura que resulte respetuosa?

Sí, como en el caso de Anna Waronker y «I Wish You Well«. Este tema pertenece al
primer trabajo en solitario de Waronker y merece la pena escucharlo entero. Es un ejemplo
de canción de ruptura amorosa sin odios ni venganzas ni dramas («te deseo lo mejor y me lo
deseo también a mí«) y me pone de muy buen humor. También me gusta un montón lo que
tiene con Ze Malibu Kids, por ejemplo, «Your Bed», que es muy divertida y muy tierna.

6- Por una cuestión idiomática, las canciones en lengua española son más fáciles de
analizar por parte del público que nos lee. ¿Destacarías alguna banda y canción
cantada en castellano que sea claramente feminista?

Nosoträsh, «Gloria«. De esta canción me gusta todo: la melodía, la estructura, la


instrumentación, la voz y la letra. De forma aparentemente sencilla, se carga un montón de
tópicos musicales, amorosos y patriarcales. Lo de «hacerme un vestido con mapas de los
lugares que he visitado desde que me dejaste» siempre me puso de muy buen humor. Y me
encanta que, de esta gran banda de chicas, hayan salido proyectos musicales como La
Villana, Mona o Petit Pop (este último junto con componentes de Undershakers).

7- Hablamos mucho de «mujeres que cantan», pero, ¿y mujeres que tocan? Existe un
machismo bastante explícito en el mundo de la música con el que se da a entender que
las chicas no saben tocar como los hombres. ¿Con qué respondes a esto?

Con Sister Rosetta Tharpe y su «Up Above My Head«. Las mujeres estamos faltas de
historia propia y de genealogías, así que no pierdo ocasión de reivindicar a las grandes
músicas. Sara y Maybelle Carter son algunas de las que suelo citar, pero elijo a Sister
Rosetta Tharpe que, además de una grandísima guitarrista, fue quien sacó el gospel del
entorno sagrado de las iglesias y lo llevó a los clubes de Nueva York.

8- No nos centremos solo en artistas españoles o anglosajones… ¿alguna muestra de


música femenina llegada desde otras latitudes?

Cibo Matto y su «Sugar Water«. La primera vez que oí hablar de ellas fue cuando
investigaba sobre bandas femeninas; aparecían en un artículo junto a Shonen Knife, otra
banda japonesa, y me engancharon. El videoclip está hecho por Michel Gondry. Años
después tuve la enorme suerte de ver en concierto a Miho Hatori, una de las componentes
de Cibo Matto, también buenísima en solitario.

9- En ocasiones, las grandes divas del pop sacan a relucir la bandera del feminismo
(de una manera más o menos convincente). ¿A quién destacarías en este aspecto?
¿Quién es la gran estrella del pop a reivindicar?

Madonna. Me fascina la capacidad que tiene para saber qué música es la que tiene que
hacer en cada momento y convertir todo lo que toca en oro. Ha traducido como nadie todas
las tendencias de música underground al mainstream y siempre por todo lo alto. Es la única
estrella del pop femenina con un carrera continuada de éxito constante y, por lo tanto, es la
primera a la que veremos envejecer. Es un lujo poder contemplar en directo cómo se
adentra en terreno desconocido. Suya, elijo «Bitch I’m Madonna», junto a Nicki Minaj.

10- Por último, la pregunta «picante«. ¿Te atreverías con una canción que consideres
sexy… sin ser sexista? ¿Una que te «ponga«?

Sin duda, «Mi bañera«, de Pauline en la Playa. Una bañera con espuma, agua caliente,
esponja y vaho para escribir en los azulejos. Es una oda al autoerotismo femenino y a la
intimidad con una misma que, definitivamente, me pone.

Sobre mí
Soy Laura Viñuela (Gijón, 1976), feminista y consultora de género. Desde 2005 soy,
además, directora de mi propia empresa, Espora.

Me licencié en Historia y Ciencias de la Música en la Universidad de Oviedo, donde realicé


también el Programa de Doctorado de Estudios de la Mujer. Combinando los conocimientos
de ambas áreas, publiqué en la Colección Alternativas mi trabajo de investigación
Musicología feminista y música popular: dos nuevos retos para la musicología (KRK
Ediciones, 2005). Este fue el inicio de una relación estrecha con el mundo académico, con
el que sigo vinculada como docente en postgrados y cursos de extensión universitaria sobre
feminismo y como investigadora en diversos proyectos. Algunos de mis artículos pueden
descargarse en mi perfil de academia.edu.

El trabajo como investigadora junior en dos proyectos de investigación financiados por la


Unión Europea me acercó a la aplicación práctica de los conocimientos teóricos y a la
colaboración en equipos internacionales. En la actualidad, continúo participando en
proyectos de ámbito europeo como experta en género a través de mi empresa, Espora.

En estos años he seguido también desarrollando el área de feminismo y músicas populares.


Imparto charlas en asociaciones y cursos en institutos y escuelas. En los últimos años he
hecho cosas muy interesantes con el Aula de Música Pop-Rock de la Universidad de Oviedo.

Mi compromiso con el feminismo abarca diversos ámbitos y uno de ellos, de gran


importancia, es la participación en asociaciones. Desde 2005 formo parte de la Junta
Directiva de la Asociación Universitaria de Estudios de las Mujeres AUDEM, estoy en el
equipo que en 2010 creó la Asociación Profesional de Consultoría de Género APCG, de la
que soy Presidenta, y en 2003 puse en marcha la Vocalía de la Mujer de la Asociación de
Vecinos de Somió (Gijón), donde coordino actividades relacionadas con las mujeres e
imparto clases de inglés.

Laura Viñuela (Gijón, 1976) estudió Musicología, su especialidad académica es la música


pop y el feminismo. En 2005 puso en marcha la empresa Espora, una consultoría de género
para empresas y administraciones. Ahora es la encargada de impartir el taller
"Desmontando el amor romántico" en los institutos de Mieres. Acuden todos los
alumnos de primero de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) del concejo. Las sesiones
son entretenidas y el objetivo ambicioso: lograr que los chicos y las chicas adquieran las
herramientas necesarias para reconocer conductas "peligrosas" en las relaciones y prevenir
así la violencia de género.

En su análisis de la música popular no se escapa nadie. "A Joaquín Sabina le hacemos la


ola cada vez que asoma por esta región. Pero tiene letras que son machistas y peligrosas,
tanto o más, que el reggaeton", afirma, y pone como ejemplo la canción. "Contigo".

Pero no sólo en la música española aflora el machismo. Viñuela también ha analizado letras
de The Police y explica que la archiconocida y tarareada "Every breath you take" "es
supuestamente de amor pero en realidad es un psicópata que te está vigilando hagas lo
que hagas". Los más grandes de la historia del poop-rock como "Rolling Stones" o "The
Beatles" o los mismísimos cantautores "también patinan bastante".
"Contigo". Joaquín Sabina
Yo no quiero un amor civilizado,
Con recibos y escena del sofá;
Yo no quiero que viajes al pasado
Y vuelvas del mercado
Con ganas de llorar.

Yo no quiero vecinas con pucheros;


Yo no quiero sembrar ni compartir;
Yo no quiero catorce de febrero
Ni cumpleaños feliz.

Yo no quiero cargar con tus maletas;


Yo no quiero que elijas mi champú;
Yo no quiero mudarme de planeta,
Cortarme la coleta,
Brindar a tu salud.

Yo no quiero domingos por la tarde;


Yo no quiero columpio en el jardín;
Lo que yo quiero, corazón cobarde,
Es que mueras por mí.

Y morirme contigo si te matas


Y matarme contigo si te mueres
Porque el amor cuando no muere mata
Porque amores que matan nunca mueren.

Yo no quiero juntar para mañana,


No me pidas llegar a fin de mes;
Yo no quiero comerme una manzana
Dos veces por semana
Sin ganas de comer.

Yo no quiero calor de invernadero;


Yo no quiero besar tu cicatriz;
Yo no quiero París con aguacero
Ni Venecia sin ti.

No me esperes a las doce en el juzgado;


No me digas volvamos a empezar;
Yo no quiero ni libre ni ocupado,
Ni carne ni pecado,
Ni orgullo ni piedad.

Yo no quiero saber por qué lo hiciste;


Yo no quiero contigo ni sin ti;
Lo que yo quiero, muchacha de ojos tristes,
Es que mueras por mí.

Y morirme contigo si te matas


Y matarme contigo si te mueres
Porque el amor cuando no muere mata
Porque amores que matan nunca mueren.

Por Tremending
15.02.2017

Una entrevista en la que se denuncia el supuesto machismo en las letras de Joaquín Sabina
ha provocado una polémica en las redes, a la que el escritor y miembro de la Real
Academia Española Arturo Pérez-Reverte se ha unido dando su opinión.El diario La Nueva
España, publicó este martes una entrevista a la “musicóloga y consultora de género” Laura
Viñuela. Bajo el título “Sabina tiene letras que son tanto o más machistas y peligrosas
que el reggaeton”, Viñuela ponía como ejemplo la canción “Contigo”. La entrevistada,
que imparte el taller “desmontando el amor romántico” en los institutos de Mieres, ponía,
como otros ejemplos de letras machistas, la canción “Every breath you take”, de The
Police. Además, citaba a otros grupos, como los Rolling Stones o The Beatles.

Fernanda Vera Malhue


Profesora de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación UMCE, doctoranda
en Estudios Latinoamericanos, musicóloga y profesora especializada en Teoría General de la
Música por la Universidad de Chile. Desde 2012 a la fecha es investigadora asociada al
Archivo Central Andrés Bello de la Universidad de Chile.

Manifiesta un interés profundo por la música como disciplina y especialmente por sus
relaciones con la cultura en general. Su desarrollo en el ámbito de la investigación ha sido
mediante la participación en diversos proyectos e iniciativas centradas en la sistematización
y puesta en valor de distintas colecciones musicales del siglo XIX en Chile que permanecían
ignoradas, a saber, la Sección Partituras del Archivo Central Andrés Bello, el Fondo Musical
del Seminario Pontificio Mayor de Santiago y la Colección Musical de la Biblioteca
Patrimonial de la Recoleta Dominica.

Actualmente está desarrollando su tesis doctoral está enfocada en el estudio de los


álbumes musicales en Chile y México durante la segunda mitad del siglo XIX hasta la
primera década del siglo XX, donde el objetivo central es demostrar que a través del uso y
posesión de estos objetos suntuarios las mujeres, tanto chilenas como mexicanas, ejercieron
agencia y desarrollaron su propio proceso de construcción de subjetividades modernas.

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