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U na vez -más, la literatura en lengua francesa nos

convoca y, a la vez, nos interpela desde su condición de


extranjera, para hacernos reflexionar sobre dos aspectos
íntimamente relacionados: la alteridad y la intimidad.
Esta indagación implica un doble movimiento: por un
lado, de acercamiento a textos provenientes de épocas y
coordenadas culturales diversas, para rastrear en ellos las
huellas de lo íntimo y de lo alterno; por otro, una
reconstrucción de los universos textuales de escritores
francófonos, para ofrecer una lectura posible desde las
prácticas académicas argentinas. Esto supone un desafío; de
allí la revalorización de la permanencia de estos estudios en
los ámbitos académicos, que hablan de su vitalidad y de su
perseverancia, a la vez que definen un espacio para la crítica,
la lectura y el análisis de textos.
Parafraseando a Pierre Ménard, cuya reminiscencia
LA ALTERIDAD Y LA INTIMIDAD francesa es imposible soslayar, esperamos, con este libro,
"haber enriquecido el arte de la lectura".
l:STUDIOS AR.GENTINOS DE LITER.ATUR.A FR.ANCESA Y FR.ANCóFONA
Los editores

MAR.ISA EUGENIA ELIZALDE


NOR.A BEATR.IZ FOR.TE
JOR.GE ALBER.TO PIR.IS
-Editores-

-----------------------------
Facultad de
Ciencias Humanas UNLPam
Unjven;idad Nacio.nal de La Pampa

-
1AI Ed \JI lun
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UN
RED DE EDOORIAl.fS
DE UNIVERSIDADES
NAOONIJ.ES
LA ALTERIDAD Y LA INTIMIDAD
ESTUDIOS ARGENTINOS DE LITERATURA FRANCESA Y FRANCÓFONA

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MARISA EUGENIA ELIZALDE


NORA BEATRIZ FORTE
JORGE ALBERTO PIRIS
-Editores-
Elizalde, Marisa Eugenia
La alteridad y la intimidad : estudios argentinos de literatura
francesa y francófona / Marisa Eugenia Elizalde ; Nora Beatriz
Forte; Jorge Alberto Piris. - 1a ed. - Santa Rosa : Univ. Nacional
de La Pampa, 2009.
150 p. ; 15x21 cm.

ISBN 978-950-863-116-9

1. Ciencias Sociales. l. Forte, Nora Beatriz 11. Piris, Jorge


Alberto 111. Título
CDD 301

Fecha de catalogación: 09/03/2009

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PAMPA


Rector: Lic. Sergio D. Maluendres
Vice-Rector: Prof. María Estela Torraba

Facultad de Ciencias Humanas


Decano: Prof. Jorge Mitre Saab
hl"lttldt
Ci111\flntlt.1M.,,n Vice-Decana: Mg . Uliana Emilse Campagno
Impreso en Argentina
ISBN 978-950-863-116-9 Instituto de Análisis Semiótico del Discurso
Cumplido con lo que marca la ley 11 . 723 1-,4111\ 11 IM l�lll'>h
Ullfll� 1l!tll (Q,��}
Director: Dr. José Javier Maristany
EdUNLPam - Año 2009
Cnel. Gil 353 PB - CP L6300DUG EdUNLPam
SANTA ROSA - La Pampa - Argentina Presidente: Luis Alberto Díaz
1-,,1 ·11,, Director: Rodolfo David Rodríguez
ÍNDICE
PALABRAS PRELIMINARES ................................................................ 9
LA MUERTE, iCALLEJÓN CON SALIDA!
(Homenaje a Paul Guilmot) ......................................................................... 13
INTIMITÉ ET AUTOFICTION DANS LA NOUVELLE LIT TÉRATURE
AUTOBIOGRAPHIQUE FRAN�AISE
Conférence clu Lic. Sébastien Durancl .......................................,.................... 15
LA ALTERIDAD
EL AUTOEXAMEN DE LA ALTERIDAD EN I-IISTOIRE DE LA FEMME
CANNIBALE DE MARYSE CONDÉ
Francisco Aiello ........................................................................................... 23
LA ALTERIDAD EN ECUADOR DE HENRI MICHAUX
Estela Blarduni ............................, .............................................................. 31
METAMORFOSIS Y LICANTROPÍA: FORMAS DE LA ALTERIDAD
EN LAIS DE MARIE DE FRANCE
Susana Verónica Caba .................................................................................. 41
LA CONSTRUCTION DU MOL LES IDENTITÉS MBURTRIBR/1S DE
AMIN MAALOUF
Marta Celi .............................................,,,,, ................................................ 49
ELAMANTIJY LAS ALTERIDADES DEL AMOR
Juan Hernán D'Ambrosio ...................................., ....................................... 59
CONFIGURACIONES DEL OTRO EN UN CUENTO DE FLAUBERT
María Eugenia G antus - Sofía Mariana De Martín ...................................... 67
iLOS OTROS SON COMO YO? LA GUERRA DE TIWYA NO TBNDRÁ
LUGAR DEJEAN GIRAUDOUX
Nora Beatriz Porte ...................................................................................... 75
L'AUTRE
Paul Guilmot .............................................................................................. 83
L' INTERTEXTUALITÉ COMME INVOCATION A L 'ALTÉRITÉ
DANS L 'CEUVRE DEMICHEL TOURNIER
Mónica Martínez de Arrieta ......................, .., ........., ......................................... 95
GÉRARD DE NERVAL:LA OTREDAD A TRAVÉS DEL SUEÑO
GracielaMayet .............................................................................................. 107
ESTRATE GIA�DELOTRO PALABRAS PRELIMINARES
Graciela Raquel Ort1z ............................................• •• •·••································· 117
ALTERIDAD EXTERIOR E INTERIOR EN LA MODIFICACIÓN,- DE
MICHEL BUTOR
C laudia Teresa Pelossi .................................................................................... 125

EXTRANJEROS Y EXTRAÑOS
Jorge Alberto Piris ......................................................................................... l3 5 Una vez más, la literatura en lengua francesa nos convoca y,
a la vez, nos interpela desde su condición de extranjera, para hacer­
LA ALTERIDAD EN LOS OBJETOS, UN ESTUDIO SOBRE FRANCIS
PONGE nos reflexionar sobre dos aspectos íntimamente relacionados: la alte­
Josefina Stancacti ....................................• •···. • •· • •··· ••· •· • •• •• ·..•············ ··· ···· ······· 145 ridad y la intimidad. Una recorrida a lo largo de los trabajos que ver­
EL BOVARISMO YLOS EFECTOS DE LECTURA tebran esta obra, presentados en las XXI jornadaJ Naciona/eJ de
Marta Urcasun .............................................................................................. 15 5 U1en111m1 FrttnceJtt y Franc6fona -realizadas en la Universidad
LA REPRESENTACIÓN DE LA ALTERIDAD EN LA CANCIÓN DE
Nndonal de La Pampa los días 15 y 16 de mayo de 2008-, nos per­
ROLANDOYELCAN'(AR DEGUif:LB�MO mite indagar en las formas en que ambos conceptos se expresan en
Carlos Valencini-Marcela Ristorto-Noeha Rwz .......... •· •·.. • •· • •· •················· ·· · 165 los textos literarios en lengua francesa.
LA INTIMIDAD Esta indagación implica un doble movimiento: por un lado,
de acercamiento a textos provenientes de épocas y coordenadas cul­
LA VIE DE JEANNE DE LAMARE DANS UNE VIE DE GUY DE
MAUPASSANT
turales diversas, para rastrear en ellos las huellas de lo íntimo y de lo
Silvia A. Anad ............................................................................................... 179 alterno; por otro, una reconstrucción de los universos textuales de
escritores franc6fonos, para ofrecer una lectura posible desde las prác­
DESCUBRIR LA INTIMIDAD DE L'AFRICAIN DE JEAN-MARIE
GUSTAVELECLÉZIO ticas académicas argentinas. Esto supone un desafío; de allí la revalo­
Daniel Alejandro Ca pano ................................................•······ ···· ··········· ········ 19 1 rización de la permanencia de estos estudios en los ámbitos académi­
LOS USOS DE SALOMÉ: PROLIFERACIÓN, PASADO Y PRESENTE cos, que hablan de su vitalidad y de su perseverancia, a la vez que defi­
DE UNMITO nen un espacio para la crítica, la lectura y el análisis de textos.
Cristian Molina ...........................................................··· •· · ···· ························ 209 Desde esta perspectiva, los ejes elegidos se presentan como
L A I NTIM I D A D: UN C O NCEPTO DIL ATA D O Y dos caras de una misma moneda. La intimidad refiere a un sujeto
CONTRADICTORIO EN LES LIAISONS DANGEREUSES vuelco hacia sí, en una introyección hacia los espacios que delinean
Claudia Moronell .......................................................................................... 213
el universo de lo íntimo, de aquello que se supone ajeno a la mirada
C A RTA INTIMID A D Y F I CC IÓ N EN REL A T O S DE de los otros. La alteridad, por su parte, habla de un sujeto que reco­
JULIO CORT ÁZAR Y MICHELTOURNIER
. noce la existencia de otros, bajo formas y matices diversos, que,
Silvina Perrero de Roncaglia .................................... •····...·• ·· ·········· ···.............. 221
desde la diferencia, permiten el (auto)conocimiento. Ambas formas
EL PROBLEMA DE LA EXISTENCIA EN ROLAND DUBILU}U)�
«LAISSEZ-MOI TRANQUILLf: AVEC MOI-MEME. ASSIS MOI-MEME remiten a un modo de conocer(se) propio de los sujetos, y que se
LÁ-BAS ENFACE DE MOI-MEME» resuelve discursivamente de maneras diferentes.
María Paula Salerno ................................... • • .. •· •• • •· •·· •·········· •··· •·········· ·· ········ ·· 231

1)
La alteridad y la intimidad Marisa E. E/iza/de - Nora B. Forte - Jorge A. Piris

En los trabajos aquí presentados, estos temas son abordados académico de nuestro país, la existencia de este tipo de encuentros
desde múltiples perspectivas, dejando entrever las posibles aristas reafirma la ª:titud constante de nuestros investigadores por gene­
de su construcción discursiva. La primera parte está referida a las for­ rar u� espacio ¿e debate, de reflexión y de trabajo y un aporte a la
_
mas retóricas de la alteridad y exhibe las variadas facetas que asume act1V1dad academica.
en los textos. Así, lo otro puede incluirse en el campo de las lenguas, Asimismo, en nombre de la Comisión Organizadora de este
las razas, las nacionalidades o el género, pero también se vincula con encuentro queremos agradecer a las autoridades de la Universidad
lo extranjero, el exilio, el viaje o el doble. También los textos pueden Nacional de La Pampa y de la Facultad de Ciencias Humanas a la
ser lo otro, y trabajar la idea de las reescrituras y las reapropiaciones Delegación General de la Alianza Francesa, al Cenero de Est�dios
como formas de alteridad textual, así como las prácticas de la tra­ Argentino-Canadienses y a las asociaciones nacionales de Profesores
ducción. de Francés.
La segunda parte aborda las formulaciones del discurso de Parafraseando a Pierre Ménard, cuya reminiscencia france­
la intimidad, y en estos textos es posible rastrear sus formas de cons­ sa es imposible soslayar, esperamos, con este libro, "haber enrique­
trucción, las convergencias y divergencias de lo público y lo privado cido el arte de la lectura".
y su interrelación con los géneros propios de la intimidad: cartas,
diarios, memorias, textos que se articulan con el espacio de la escri­ Marisa E. E/iza/de - Nora B. Porte -Jorge A. Piris
tura íntima. A su vez, la intimidad también es una búsqueda de los (editores)
aspectos del yo que pueden ser develados, de aquello que permane­
ce oculto aun para el propio sujeto.
Resulta significativo señalar la diversidad de autores y géne­
ros que son objeto de análisis en estos trabajos: desde la poesía
medieval a la contemporánea, obras dramáticas clásicas y moder­
nas, novelas, cuentos, textos autobiográficos; todos comparten su
pertenencia a la lengua francesa, que marca similitudes, pero tam­
bién diferencias en sus modos de apropiación. Asimismo, se destaca
la variedad de autores estudiados, lo que refuerza la idea de la rique­
za de estos enfoques y perspectivas.
En ese sentido, es necesario reconocer el esfuerzo que la
Asociación Argentina de Literatura Francesa y Francófona (AALFF)
viene realizando desde hace años para concretar cada año un
encuentro donde compartir y difundir las líneas de investigación,
las preocupaciones estéticas y literarias, los objetos de estudio y las
nuevas perspectivas teóricas y críticas, de manera de crear espacios
para seguir trabajando esta área de estudios literarios. En el campo

10
11
LA MUERTE, /CALLEJÓN CON SALIDA!
(Homenaje a Paul Guilmot)

Solo he cambiado los signos de interrogación por los de


admiración. El título del ensayo de Paul Guilmot (La muerte, üalle­
j6n con Jalida? Buenos Aires, Lumen, 2000) encuentra una apropiada
respuesta a su partida. La muerte de su madre le dio la pauta de que
existe realmente una manera simple y digna de morir, y orientó su
vida y sus investigaciones. Indagó el fenómeno de la muerte con pro­
fundidad y sacó como conclusión la importancia de la vida y del
altruismo. Quien muere, a la manera de Sócrates, da una lección de
vida a sus familiares y amigos. El dolor por su inesperada muerte
debe hacernos reflexionar sobre su ejemplar comportamiento.
Lo conocí en las Jornadas de Corrientes. Yo iba por primera
vez: él era una de las figuras señeras de la Asociación. Por ser parte
de la minoría masculina, me acerqué a él. Descubrí a un ser genero­
so, sabio y modesto, que me hacía preguntas, cuyas respuestas, segu­
ramente, ya conocía, para que yo tuviera oportunidad de hablar con
él. A través de los años fuimos manteniendo una cordial relación,
que no me animo a llamar amistad por lo esporádico de los encuen­
tros. No obstante, siempre advertí una gran afinidad espiritual, lo
que me llenó de orgullo por sus méritos.
Su figura paternal, con el pelo en desorden, los anteojos ..,
sobre la cabeza y sus botas tejanas, adquirió mayor envergadura
luego de la desaparición de Pierina Lid.ia Moreau. Se convirtió en el
decano de la Asociación: como tal, sentí que lo recibía en La Pampa,
c11 estas últimasJornadas, y de ese modo lo recordaré.
Ya no contaremos con su comentario acertado, su elogio per­
manente hacia nuestros trabajos como estímulo para continuar con
la tarea, su sonrisa cómplice, sus rabietas fugaces ante las demoras,

13
La alteridad y la intimidad
INTIMITÉ ET AUTOFICTION DANS LA NOUVELLE
su personalidad cálida y amable. LITTÉRATURE AUTOBIOGRAPHIQUE FRAN<;AISE
Pero el callejón tiene salida. Sabemos que todos pasaremos
por él y algún día volveremos a verlo. Hasta entonces, sigamos ade­
lante en su nombre y con su ejempl9.
Jorge Alberto Piris Conférence du Lic. Séba.rtien Dttrand
Santa Rosa, La Pampa, diciembre de 2008 Liceo Franco-argentino Jean Mermoz.

L'ct¡,jlarition du terme atttofiction dans la littératttre franfaise des


11·1111/t: demieres ,mnées c(}rrespond au désir des écrivains de repottJser lesformes
r/11 0111.í'm·e dJd,mt autottr dtt moi et c!ouvrir la voie a texploration de
li11tilllt!. li11Jtmce, fitmille, sexe, maladie, mort... les grancls sujets tabotts
rl1•1 1ic1111e11t les mots t!ordre de técrivain. Tottt sera dit, ríen ne sera ocC11lté!
Q11elle est alors la limite entre la pudettr et !obscene, le secret et tavett qtti ont
t
J tit si sottvent !enjeu et le charme de /écritttre autobiographiq11e?
L'r111tofiction serait-elte une voie dacces privilégiée a texploration des
territoi-res de !intime? N'attrions pas parfois affaire a stratégie marketing d11
111ilie11 de tédition po1-1r exploiter le filon de lintimité dtt petit monde
littérctire ?

La littérature post-moderne aime a confondre les frontieres


et a dynamicer les genres. A la croisée du roman et de
l'autobiographie est apparu le terme ambigu de l'autofiction, crée en
1977 par l'écrivain fran�ais Serge Doubrovsky a l'occasion de la ...
parucion de Pils, récit sur la mort auchentique de sa mere auquel se
rnúlc un apport fictionnel mais ne se voulant pas romanesque: « une
íktion d'événements et de faits strictement réels. » On voit bien que
l'cssai de définition d'un genre qui naviguerait entre le principe du
journal intime marqué par la véracité des faits et l'utilisation de
rccours narratifs propres au récit fictionnel pose probleme.
L'autofiction semble etre le produit de l'exigence de vérité lucide d'un

15
14
Sébastien Durand
La alteridad y la intimidad

de plus en plus friand de vérité crue. Ainsi les petits secrets de


narrateur pourtant confronté aux discours de l1inconscient,
l'ogresse Marguerite, couronné pour ses impudeurs par le
susceptibles de Jui ouvrir « des voies censurées » et de perturber le
prestigieux prix Goncourt, vont ouvrir la voie a bien des romanciers
fameux « pacte autobiographique » établi avec son lecteur. Pas
étonnant que ce genre hybride soit né a Paris quand le nouveau
en mal de publication.
En effet une fois la foire aux tabous ouverte, le moi des
coman instaurait « l'ere du soupc;on », sous le regne de Lacan et de
écrivains devient rapidement une matiere premiere fructueuse, un
Barthes, papes incontestés d'une époque ou tous les doutes sur le
terrain d'exploitation tres rentable. On ne compte plus les nouveaux
langage et l'inconscient étaient permis.
romanciers qui confondent l'autofiction avec la confession
Depuis les années 70 l'étiquette « autofiction » a connu un
psychanalytique ou un jeu d' exhibition-voyeurisme avec les lecteurs.
beau succes et suscité bien des polémiques. Depuis les Confessions
La trop célebre Christine Angot s'est acquis une tres solide mauvaise
de Rousseau ou les tentatives de Stendhal, les écrivains n'auraient­
réputation sur cette écriture nombriliste et cette tendance a
ils jamais rien fait d'autre que de se situer entre le périlleux exercice
de sincérité et la contorsion romanesque qui cherche a souligner,
confondre la Jogorrhée verbale avec l'introspection dans des
embellir, dissimuler ou nier la courbe du vécu ? Cependant, force est ouvrages comme L'inceste ou. tous les reglements de compre
de constater que les auteurs émergeants de la littérature franc;aise familiaux et sentimentaux sont permis. Une autre figure de proue
actuelle flirtent tous avec le genre, avoué ou pas, de l'autofiction et de l'exhibitionnisme littéraire est la fameuse Catherine Millet
que celui-ci ese devenu une catégorie littéraire incontournable. Et personnalité parisienne du milieu de l'art contemporain qui avec so�
c'est particulierement chez les ecrivames que la tendance a ouvrage La tJÍe sexuelle de Catherine M révélait au pied de la leme
l'autofiction s'illustre avec force et un sens de l'impudeur souvent ce que le titre promettait. Scandale et succes de librairie
aussi violent que fascinant. accompagnent ce genre de démarche qui ne choque que les
C'est peut-etre Marguerite Duras qui a ouvert Je chemin de hypocrites et ne constitue pas plus qu'un document sur les mreurs
cette exigence de vérité dans ses oeuvres plus confidentielles du d'une certaine tranche de la bourgeoisie arciste et libertine a Paris au
début, puis avec une nette insistance a la fin de sa vie avec des récits début du XXIeme siecle. Cette « ballade au creur de l'obscene », se
directement autobiographiques. Malgré les réussites de cette mise a retrouve d'ailleurs au sein de la démarche de certains artistes
nu sur un mode souvent incantatoire, on sent toujours chez Duras contemporains comme la tres intéressante photographe Nan
surgir un détournement trop stylistique du vrai, opéré pour mieux Golding ou la franc;aise Sophie Calle qui propose une transcription
sa1sir iustement une vérité douteuse, victime des !acunes de la plastique ou audiovisuelle de l'autofiction avec son travail intitulée
mémoire, des assauts du lyrisme difficilement contenu, des troubles L,, douleur exqnise ou. l'artiste a consigné les récits intimes de
du désir ou de l'angoisse. Ainsi en est-il de L'amant, qui cherche a pcrsonnages anonymes pour en constituer une installation melant
dévoiler et a faire revivre l'éblouissement des premiers plaisirs sexuels l'écrit et le visuel. L'intéret pour la chose intime et ses avatars publics
ou encore de La vie matérielle qui prétend exorciser les souffrances cst donc au creur de la réflexion morale et artistique de notre époque.
_
de l'alcoolisme. L1exposition de soi dans la trame romanesque Ego et 1mago sont les nouvelles muses de l'inspiration !
devenait avec Duras un acre de foi personnel et artistique mais aussi De l'autre coté de cette agitation égotiste, l'écrivaine Annie
sur le tard une recette de vente efficace dans un marché de l'édition Ernaux travaille depuis son premier ouvrage a une mise a plat

17
16
La alteridad y la intimidad Sébastien Durand

dépouillée et minutieuse de son existence. La famille fran�aise dépouilles du désir, ces témoins de leur passion. Mise a nue
populaire et ses tabous, l'école et ses frustrations, l'adolescence et ses ?é �ouillement, exhibition de l'envers de !'intime, reliquats du corp�
métamorphoses, l'entrée dans la vie professionnelle, les secousses JOu1ssant et souffra�t, tout est dit dans ces photographies que
,
de l'amour fou, les angoisses de la maladie, nourrissent cette reuvre completent les chapttres alternativement rédigés par Annie Ernaux
a la croisée de l'étude sociologique et de l'analyse psychologique. A et son amant Marc Marie. L'autofiction prend ici corps dans le texte
la maniere de Montaigne, pionner de l'essai autobiographique, et d �ns l' �age, comme radioscopie du vécu et de ses plus infimes
Ernaux peut se réclamer du courant de la vraie introspection détails. Lom de cette surexposition du moi qui envahit les écrans de
littéraire qui affirme comme l'auteur des Essais: « je suis moi-meme notre société de surconsommation obsédée par l'ego, Ernaux impose
le gout des traces, des vestiges, des séquelles. C'est a une rigoureuse
_
la matiere de mon livrc.» Les titres de ses romans sont du reste
_
él oquents La honte, La place, Passion simple, Se perdre, Les confrontat1on avec la vraie matiere de !'intime, le souvenir, les affects,
années... On per�oit combien les interrogations sur la vie le désir, l'angoisse de mort, que l'écrivaine nous soumet.
intérieure, la recherche de l'identité a travers l'espace et le temps sont Ce face a face entre le sexe et la mort, a trouvé son apogée au
au centre de sa démarche. Chez Ernaux, la simplicité des mots et dé�ut des années 90 avec l'reuvre de l'écrivain et photographe, Hervé
l'économie du style cherchent a atteindre une autopsie toute clinique Gu1bert. Auteur confidentiel aux écrits sombres, et a la plume
_
du je. Epure, lucidité, transparence la guident dans sa quete d'une nuelle, ami de Foucault et Patrice Chéreau pour lequel i1 signera le
vérité sur elle-meme qui sait toujours toucher le lecteur a l'endroit scénario du film L'homme blessé, Hervé Guibert conna1tra la
des ses propres blessures, de ses propres expériences. Dans Passion consécration a travers la relation de son expérience du SIDA dont iJ
simple, par exemple, le récit de sa relation amoureuse avec un <lécedera en 1992. Le mal irrémédiable luí permettra en effet de
homme qui la laissera extasiée, désespérée et détruite, réussit a éviter pousser jusqu'au paroxysme sa pratique littéraire. « Le sida disait-il
tout sentimentalisme pour nous fournir un état des lieux de l'avant, m'a P:rmis de radicaliser un peu plus encore certains sys�emes d�
le pendant et l'apres de la passion, qui brille par l'effet d'une écriture narrat1on, de rapport a la vérité, de mise en jeu de moi-meme au-dela
qu'on pourrait qualifier de photographique. meme de ce que je pensais possible.Je parle de la vérité daos ce qu'elle
Ce lien entre image et texte prend avec De fusage de la photo �eut avoir de déformé par le travail de l'écriture. C'est pour cela que je
une dimension nouvelle et expérimentale. Alors qu'elle apprend t1ens au mot roman. » Sa trilogie A fami qtti ne m'a pas sattvé la vie
qu'elle est atteinte d'un cancer, l'auteure-narratrice tombe amoureuse Le protocole compassionne� L'homme au chapeau rottge constitu;
d'un homme. Les troubles de l'éros et les angoisses de Thanatos se n?n seul�ment un des témoign�ges les plus riches sur l'épidémie
_
conjuguent alors au fil des pages. Au cours de leurs rencontres ';'�cue . « tnttts et tn cttte » selon 1 expression de Rousseau, « depuis
érotiques les amants se prennent au jeu de photographier leurs 1 mténeur et dans la peau ». Guibert au cours de ses derniers années
vetements jonchant le sol. Jetés au hasard de leurs ébats, pantalons, de vic s'est imposé comme un des écrivains de l'impudeur absolue de
jupes, chaussures et lingerie intime constituent un paysage insolite l'impudeur élevée au rang des Beaux-arts. L'écriture du :noi
autour du lit et des meubles des chambres d'amour. Le rituel se �?uffr �nt, jouiss �nt, agonisant devient alors une reconquete de
déclenche : des photographies consigneront la trace de leur 11dent1té attaquee par le mal et en perdition. L'exhibition ou
rencontres a travers les formes de leurs vetements abandonnés, ces l'exhumation de !'intime devient une thérapie contre la maladie 'et la

18 19
La alteridad y la intimidad

mort. Plus de masque narratif, plus de personnage littéraire,


seulement un moi écorché vif, ou mieux, un corps immolé, une chair
disséquée et exposée comme offerte en sacrifice, (en expiation ?) au
lecteur. « Je dispara1trai et je n'aurais ríen caché» Avec cette formule
testamentaire Guibert va plus loin que l'aucofiction : plus que genre
ou pratique littéraire celle-ci devient acre de survie et une quete de
transcendance.

La alteridad

20
EL AUTOEXAMEN DE LA ALTERIDAD
EN l-IISTOIRE DE LA FEMME CANNIBALE
DE MARYSE CONDÉ.
Francisco Aiello
Universidad Nacional de Mar del Plata - CONICET

En esta comunicación proponemos una lectura de HiJtoire


ti,· /11 famme canniba/e de la escritora nacida en la Guadalupe Maryse
C:ondé, que atienda -de acuerdo con la propuesta de los
mganizadores de este encuentro- al problema de la alteridad, el
cual puede ser abordado desde distintas perspectivas, puesto que el
discurso problematiza tres aspectos que configuran a la
protagonista como el otro: la identidad negra, la condición
femenina y el origen caribeño.
Por razones de espacio, nos limitaremos a examinar la
cuestión de la alteridad en relación con la identidad negra, tan
asociada desde el movimiento de la négritttde a la idea mítica del
retorno al África. Justamente esta novela transcurre en Ciudad del
Cabo, Sudáfrica, aunque no se trata del primer texto vinculado al
África contemporánea qu� pueda citarse entre la producción de
Maryse Condé, quien cuenta con una experiencia directa gracias a
..,.
su estadía en distintos países de ese continente durante los años
sesenta.
La primera novela de Condé, Heremakhonon -publicada por
primera vez en 1976 y reeditada ocho años más tarde con el título
En attendant le bonheur-, transcurre en Guinea en el contexto
dictatorial de un régimen que restringe la libertad de expresión,
valiéndose de detenciones ilegales y de asesinatos. En el relato
predomina la linealidad cronológica, que sólo se ve alterada por

23
La alteridad y la intimidad Francisco Aie/lo

reminiscencias a la infancia en la Guadalupe de la narradora­ prnlifcrantcs son las biografías de un gran número de personajes, las
protagonista. Si bien la narradora recorre espacios sociales cuales configuran el espacio mulricultural donde transcurre la
antagónicos, todos los personajes que intervienen en el desarrollo de novela, principalmente en Ciudad del Cabo, pero también en
la historia son nativos del país africano, entre quienes no se señalan Nueva York y el Caribe. Estas biografías ponen especial atención al
diferencias raciales o étnicas. origen nacional, social y racial de los sujetos migrantes, destacando
En el prólogo a la edición de 1988, Condé declara: "...ma el mestizaje que conlleva este entrecruzamiento de historias de vida.
conception de l'écriture et de la structure romanesques a Un recurso para insertar las biografías es la incorporación de
sensiblement évolué''. (Condé 1988: 11). Esta somera referencia a materiales no literarios, como es el caso de las fichas en que Rosélie
Heremakhonon nos permite arribar a nuestro planteo central sobre Thibaudin, la protagonista, registra a sus clientes. Estas
Histoire de la femme canniba!e, donde el conflictivo contexto anotaciones, que aparecen con un formato que suspende el hilo
multicultural y globalizado -en el que conviven razas, etnias, narrativo, vienen acompañadas del relato de la vida. También
1 >iografías muy breves pueden acumularse en un mismo párrafo con
nacionalidades y clases sociales- es representado mediante una
escritura mucho más compleja, que caracterizamos como barroca, e I objeto de servir de argumento para sostener una observación.
en el sentido específico que le asigna a esta noción Alejo Carpentier La presencia de núcleos proliferantes es reforzada por los
en su ensayo "Lo barroco y lo real maravilloso". rnnstantes saltos temporales, en tanto diferentes momentos de la
En este ensayo, propone una definición del barroco que historia se yuxtaponen en cada capítulo, aunque el orden del
excede un momento histórico preciso (el siglo XVII) y, siguiendo a discurso corresponde al desarrollo de la trama policial que busca
Eugenio D1 0rs, sostiene que se trata de una constante humana. '.·esolv�r e�,crimen de Stephen, el marido de Rosélie. La propia
Consiste en una pulsión creadora que puede encontrarse en todas 111vest1gaoon -llevada adelante canto por la policía como por la
las manifestaciones del arce a lo largo de la historia. El rasgo central misma Rosélie- implica un retroceso hacia el pasado que permite
que caracteriza el barroco, según el escritor cubano, es la existencia reconstruir las acciones que condujeron al asesinato. De todos
de "núcleos proliferantes", para los cuales se encuentran en el 1,n�dos, las permanentes idas y vueltas en la historia no se explican
ensayo los sinónimos "focos proliferantes" y "células proliferantes". u01camente por la matriz detectivesca. Por ejemplo, la biografía de
En el campo de la literatura destaca como ejemplos de esta tenden­ uno de los clientes es seguida por la alusión al crimen de Stephen,
cia, entre otros, a los franceses Franc;:ois Rabelais y Marce! Proust. marido de Rosélie, del cual se pasa inmediatamente a otro tiempo
,,.
Los focos proliferantes se advierten en la escritura de de la historia: "Cétait la seconde fois qu1un homme abandonnait
Histoire de la femme canniba!e a través de la repetida inserción de Rosélie sans ménagement. Vingt plus tót, sa chair n 1était pas encore
digresiones de tipo argumentativo, las cuales son suscitadas por el t�iste !� (22) A continuación, una nueva analepsis da lugar a
mismo devenir de las acciones y por los parlamentos de los persona­ b1ografia de Stephen, siempre poniendo el énfasis en el origen
jes. Así, el discurso novelístico incorpora a la trama narrativa pasajes múltiple. Esta sucesión de fracturas cronológicas dificulta el
ensayísticos -sobre cuestiones raciales, políticas, sociales, entre reconocimiento de un relato primario, en relación al cual puedan
otras- que permiten vislumbrar una ideología autoral. establecerse los saltos temporales. Esta estructura narrativa no­
Otra forma en que el texto habilita el ingreso de los focos lineal contribuye a considerar la escritura como barroca'

24 25
Francisco Aiello
La alteridad y la intimidad

distanciándose sensiblemente del relato clásico. grandes flujos migratorios. Esta visión da cuenta del desencanto de
Asimismo, la modalización narrativa escapa a las pautas la ilusión mítica de retorno al origen, lo cual supone una fisura en la
tradicionales. La omnisciencia selectiva confunde la voz del idea de hermandad en la raza negra.
narrador con la del personaje, dado que sus pensamientos surgen a La cuestión racial surge reiteradamente a través de los
la superficie textual sin ningún marco formal como signos de diálogos, los cuales ponen en escena distintas polémicas sobre el
puntuación o expresiones introductoras de cita (verba dicendi) y sin racismo y la militancia de los negros. Cuando se le pregunta si
adaptar el sistema deíctico. Veamos un ejemplo: guarda rencor a los blancos por el mal que han hecho, Rosélie piensa
Rosélie s'assit sur le lit que, depuis trois mois, elle occupait seule, (lo que de ningún modo implica que lo exprese abiertamente):
roulée en position de fcetus, le nez collé contre la cloison parce que "Mon ami, je suis égo'iste. L'échec de mon présent m'absorbe plus
le vide derriere son dos la terrifiaic. Ese-ce que j'ai dormi cette nuit? que les blessures de notre passé." (206). Pocas líneas más abajo,
Non, je n'ai pas dormí.Je ne dors plus. (12) conocemos su anhelo: "Ce monde sans bourreaux, et done sans
victimes, est-il différent de celui dont je reve ? Finies les races. Finies
En esta cita se advierte el paso de la tercera persona (elle) a la les classes. Finies les frontiere. Finies... "(206).
primera (je), lo que supone el desplazamiento de la voz del narrador Este intento de trascender su condición negra y su lugar en
a la consciencia del personaje. La dificultad para establecer ambas la sociedad entra en tensión con la experiencia del personaje que es
instancias favorece la complejidad de la escritura barroca. reinstalada en el lugar de la alteridad, como consecuencia de la
Esta escritura barroca que hemos caracterizado responde al mirada de los demás:
propio barroquismo -siempre siguiendo la propuesta de Autrefois, ce quartier du Cap étaic interdit aux N oirs. Pour y avoir
Carpentier- que conlleva el fuerte mestizaje de los espacios sociales acces, il fallait montrer son laissez-passer. Aujourd'hui encore, a en
en que transcurre la novela. En este contexto multicultural, Rosélie juger par les regards qui s'appesantissaient sur elle, sa présence
étaic une incongruicé, une menace. (232)
emprende un auto examen de su condición de alterna, a través de un
movimiento reflexivo por momentos ambivalente que la une a un Quand Rosélie s'approcha, ils cournerent la tete et la fixerent de
cierto grupo (los negros), aunque siempre exaltando la fac;;on peu amene. Dans leurs yeux, elle luc clairement cecte peur
individualidad. que quoi qu'ils fassenc, les Noirs inspirenc aux Blancs... (228)
Coincidimos con Dominique Chancé, quien caracteriza a
Condé del siguiente modo: "Elle vit aux États-Unis et fuit les La alteridad se construye no por reconocimiento esencial de
communitarismes quels qu'ils soient. Elle interroge tous les lo uno, sino por la mirada de los otros. La narración sigue el punto
préjugés raciaux, sociaux, familiaux, et donne a l'individu exigeant ele vista del observado, lo que sugiere la posibilidad de que no se
la mission d'exister, saos compromis, et de trouver sa propre voie." l'l'ate más que de un sentimiento alimentado por prejuicios.
(Chancé 2005: 39). En Histoire de la femme cannibale, Maryse Condé Para terminar, resulta interesante poner en diálogo esta
insiste en desterrar la ideas esencialistas sobre la raza negra. novela del año 2003 y el ensayo que Maryse Condé publicó con el
La novela denuncia la vida en África, destacando -entre título "Liaison dangeureuse" en el volumen colectivo de 2007, Pour
otros aspectos- el contexto de violencia generalizada que impulsa a une littératttre-monde, editado por Michel Le Bris y J ean Rouaud.

27
26
La alteridad y la intimidad Francisco Aiel/o

En el ensayo predomina la trama narrativa, mediante la c11 que estaba escrito y no el cuestionamiento de la sacro-santa
cual se traza una autobiografía intelectual donde el punto central revolución africana.
-de acuerdo con la temática de la obra colectiva- es el la relación de Esta incomprensión, no desalentó a Condé, quien retomó la
la escritora con la lengua francesa y su conflictiva convivencia con el rncstión africana en su obra narrativa, como hemos visto en Histoire
créole. Nos interesa recuperar sólo algunas ideas de este texto, las rle lrtfemme cannibale. La maduración de su pensamiento acerca de la
cuales se vinculan con el asunto de nuestro trabajo. identidad negra la ha conducido a forjar una nueva escritura
En primer lugar, destaca que la literatura francófona del novelesca, que llamamos barroca, capaz de dar cuenta de los nuevos
Caribe emergió después de un largo silencio. Los nativos estaban y conflictivos contextos sociales, cuya complejidad escapa al relato
obligados a expresarse de acuerdo con modelos extranjeros, los tradicional.
cuales estaban representados por viajeros y misioneros, cuyos textos
eran los únicos que cobraban peso. Ante a este panorama, Condé
concede al movimiento de la Négritttde el comienzo de exploración y .Referencias bibliográficas
reapropiación del ser antillano. Sin embargo, observa que este Carpentier, Alejo. "Lo barroco y lo real maravilloso". Ensayos selectos. Buenos
movimiento no se propuso la desposesión lingüística, subrayando Aires: Corregidor, 2003: 123-154 (Edición a cargo de Celina Manzoni].
Chancé, Dominique. Histoit-e des littératttres antillaises. París: Ellipses, 2005.
que Aimé Césaire explotaba juegos con el griego y el latín para crear
Condé, Maryse. En attendant le bonhettr. (He,-emakhonon). París: Robert Laffonc
ritmos y sonoridades nuevos. 1988 (1976).
Su estadía en África coincide, según explica Condé, con Condé, Maryse. Histoire de lafemme cannibale. París: Mercure de France, 2003.
" ... années de boheur - de paix - linguistique ..." (Condé Condé, Maryse. "Liaison dangereuse". Le Bris, Michel y Ruaud, Jean (eds.). Poui'
2007:209), dado que dejaba atrás las disputas entre el francés y el tme littérattn-e-monde. París: Gallimard, 2007: 205-215.
créole. En Guinea procuró zambullirse completamente en la Corzani, Jack. "La liccéracure de la négricude". Corzani, Jack et al. Littératttre
francophones II. Les Amériques. Hai'ti, Anti/les-Guyane, Québec. París: Belin,
cultura local, lo que incluyó el estudio del malinké. A su regreso a 1998: 121-137.
París, se acercó a los grupos nacionalistas, convencida de que -a
pesar de las notables diferencias entre Guadalupe y Ghana y
Guinea- su experiencia como testigo directa del desencanto
revolucionario en África le permitiría alertar sobre ciertos errores.
No obstante, los debates de desarrollaban en créole, signo exterior
del repudio a la dominación francesa. Esta elección deja perpleja a
Condé, en cuya familia la lengua créole era considerada una afrenta.
La narradora indica que su primera novela, Heremakhonon
(1976), con su título en malinké y las reiteradas alusiones a la
oralidad africana, debía ser una prueba rotunda de que ella
" ...n'étai[t] pas fermée aux divers trésors linguistiques." (Ibídem:
211) De todos modos, el interés por este libro se ocupó de la lengua

28 29
LA ALTERIDAD EN ECUADOR
DE HENRI MICHAUX

Estela Blarduni
Universidad Nacional de Buenos Aires
Universidad Nacional de La Plata

Obsesionado por la precariedad de su propio yo, viajero


incansable del planeta, Henri Michaux ( 1899- 1984) se inscribe en
la larga tradición francesa de los libros de viajes, con una obra tem­
1
prana: Ecuador (1929).
Al modo de Montaigne, quien aconsejaba que se debiera
viajar "pour frotter et limer notre cervelle contre celle d'autrui"2, el
método de Michaux confronta, de un modo casi físico, el sujeto
observador con los gestos y miradas del Otro observado.
En las antípodas del cosmopolitismo mundano o de la repre­
sentación "poética" de pueblos extraños, la experiencia de la alteri­
dad - ya sea la de la vida urbana en Quito, o la de la naturaleza
americana, de los Andes al Amazonas- se expresa en una escritura
anticonvencional, muchas veces irónica y hasta cáustica.
En la dedicatoria de Ecttador (Michaux: 7) aparecen dos nombres:
Alfredo Gangotena y André de Monlezum. El primero es el de su
amigo, poeta malogrado, con cuya familia, perteneciente a la aristo­
cracia ecuatoriana, emprende el viaje desde Paris a Quito.
Monlezum es su "compañero de piragua" quien, so pretexto de un
retorno desde Brasil, lo acompaña en una travesía de más de 3.000
Km., desde occidente a oriente por el Amazonas y sus afluentes.

'Michaux, Henri. (1929) Ec11ado1: Paris, Gallimard, 1968. En adelante las páginas de las citas
correspondientes a esta edición, serán consignadas en el texto entre paréntesis.
'Montaignc, Michel. EJ1aii. LI, c. 26. Paris: Bordas, 1967: 57.

31
La alteridad y la intimidad Estela Blarduni

Un Prefacio, donde irónicamente el autor prevé las posi­ nica, prosa poética alternada con descripciones que rechazan el
bles críticas a su libertad en la composición de un libro de viajes exotismo tradicional y pasan por el tamiz de la ironía o la desilusión,
que no se sujeta a los cánones tradicionales del género, funciona poemas que expresan el sentimiento de la muerte o el asombro ante
doblemente como advertencia al lector y como pacto de lectura: los accidentes geográficos, los hombres, animales y especies vegeta­
"Un homme qui ne sait ni voyager ni tenir un journal a composé ce les del Ecuador.
journal de voyage. Mais, au moment de signer, tout a coup pris de Las primeras observaciones sobre el país responden a las de
peur, il se jette la premiere pierre. Voila." (Michaux: 9). un viajero en busca de la mirada justa, rechazando en forma tajante
En efecto, la hibridez de la composición recoge algunas la moda de la celebración del Otro desde los preconceptos culturales
subdivisiones propias del "Diario de viaje": menciones de fechas, europeos:
horas, momentos del día; alternadas con textos de extensión varia­ yne lettre ce matin. On m'écrit. "Vous regretterez l'
ble separados por asteriscos, suerte de puntuación secuencial que Equateur et les Indiens ! J'e ai vu ( en cire) au musée de
luego se empleará en Un barbare en Asie3, forma de contra-tiempo, Berlin. Quelle poésie ils contiennent!
amplificado por un tercer recurso: las elipsis marcadas por líneas de J'avais déja dit que je detestáis les Indiens! Non, il me
puntos suspensivos que dan lugar a hiatos, silencios, blancos (Roger faut faire le voyageur intelligent, !'amateur d'exotisme.
2005: 48-54). (Michaux: 98)
Pero en estas divisiones externas del texto, subyacen tensio­
nes interiores que generan el carácter multiforme del relato, que Tal mirada sobre la alteridad conlleva la desmitificación
rechaza tanto el discurso etnográfico pretencioso de una descripción que recorre variados caminos, desde la desilusión y el cinismo, a 1�
realista de lo visible, como la exaltación de la subjetividad que surge verdadera comprensión.
de las impresiones personales. Así, la primera visión de Quito se concreta en un poema,
Michaux anota una observación sobre el sentido de la frase
.
a
"A rrtvée Quito", que se inicia con un saludo al país recién conocido,
que puede ser la clave del estilo de su obra: "La phrase est le passage que tiene muc�o de desafío contestatario: 'Je te salue quand meme,
d'un point de pensée a un autre point de pensée. Le passage est pris pays maudit d'Equateur." (Michaux: 32) .
daos un manchon pensante." (Michaux: 41). De este modo, la frase Al cabo de tres semanas de estadía en la capital ecuatoria­
como flujo o pasaje expresa una experiencia del desplazamiento a
na, ésta no le parece "tottt fait réel" (Michaux: 37) y retrata a sus
incesante de una forma a la otra, sostenida a cada instante por un habitantes indígenas, quienes padecen "el opio de la gran altitud", "'
"anillo pensante", punto de sostén en el que la búsqueda interna con adjetivos próximos a la animalización: "Trapus, brachycépha­
del propio ser se amalgama a las diversas experiencias externas del les, a petits pas,/ Lourdement chargés marchent les Indiens daos
v1a¡e. cette/ville, collée daos un cratere de nuages." (Michaux: 33).
Así, Ecuador conjuga un viaje iniciático en busca de la propia A lo largo del libro se suceden las observaciones acerca del
identidad, una novela de aventuras en el relato de la odisea amazó- país, su geografía los habitantes, el clima variable y sus paisajes.
Michaux teje una poética del espacio ecuatoriano donde se
'Michaux, Henri (1933).Un harba,� en A.rie. Paris: Gallimard, 1967.
reiteran las imágenes que aluden a la desnudez de un suelo volcáni-

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La alteridad y la intimidad Estela Blarduni

co, desértico y oscuro, sólo dulcificado con las sombras del amane­ La mirada fascinada que se ha desplazado de la tierra hacia el
5
cer. Así en un poema titulado "La cordillera de los Andes" : "Le sol cielo, concluye en el éxtasis contemplativo de un cielo estrellado al
1
est noire et sans accueil./ Un sol venu du dedans. / Il ne s intéresse atardecer: "C'est ensuite un ciel d'étoiles, tres pur, dru, presque
pas aux plantes./ C'est une terre volcanique./ Nu! Et les maisons piquant d'étoiles et tellement plus immense que la terre... " (
noires par- dessus,/ Lui laissent tout son nu; / Le nu noir du mau­ Michaux: 110).
vais." (Michaux: 34). El aforismo final condensa poéticamente la experiencia del
Comparada con los paisajes europeos, coloreados por las contacto, o el poder del mundo exterior para iluminar la propia
construcciones de ladrillos o la vegetación, la tierra ecuatoriana intimidad: "L'étoile n'éclaire pas, mais achaque oeil tourné vers elle,
muestra para el autor una morena monotonía: "La ter re de I Équa­
1 elle envoie son rayon."( Michaux: 111).
teur, elle, est brune ou noire, ou couleur de cuir. C'est la couleur de
son paysage... " (Michaux: 108), color que se repite en las chozas y El mundo indígena
en los sembradíos de maíz, diferentes a los de trébol o caña de La actitud del narrador con referencia al mundo indígena,
azúcar. refleja desde el inicio un intento de despojarse de los estereotipos de
El cromatismo aliado a los colores terrosos se reitera en las los museos, o del mito europeo del "buen salvaje". Si el viajero
imágenes referidas a los ríos ecuatorianos, color chocolate: "Tom­ contestatario, ve en el indio un hombre como cualquier otro, y lo
bant, elle semble poussiere, en bas fumée, fumée d'asphyxie, en desprecia porque no lo ayuda a mejorarse a sí mismo: "les hommes
haut, cacao bouillant. Ce rio est le Pastaza." ( Michaux: 5 7) qui n'aident pas a mon perfectionnement: zéro." ( Michaux: 98);
También la visión umbría reaparece en el poema dedicado progresivamente, y a partir de la propia experiencia, su voz se torna
al lago San Pablo y su color de anguila: "Il se colore au sommet, luí, comprensiva y comprometida.
/ Ne te laisse que la mesure de son ombre. / Oh triste, oh sombre! Se trata de desplazamientos o nuevos "pasajes" del texto,
Oh! Lac, couleur d'anguille!" (Michaux: 107). donde Michaux deja de lado la auto-referencia, e intenta la com­
En una de las descripciones que es también una poema en prensión del otro.
prosa, súbitamente, el ojo del extranjero, acostumbrado a la mono­ Así por ejemplo, como reacción al malestar que le produce
tonía, y reacio a las extasiadas celebraciones de lo diverso, se con­ en ciertas ocasiones la asfixiante sociedad colonial de Quito,
_
mueve sin embargo a la vista de las nubes, incomparables en sus M1ehaux se dirige instintivamente a lo alto de la ciudad, donde
variados tintes y matices: "Le nuage équatorien n'a pas son pareil, le habitan los indígenas, cuyas casas de tierra lo conmueven profunda­
beau nuage équatorien!" (Michaux: 110).
6 mente: "Elles donnent tranquillement leur lec:;on d1 humilité, ne
sont ni prétentieuses ni ridicules, et expriment l'idée que moi, j'ai du
'Las mismas nocas reaparecen en otros poemas: en "Arrivée a Qt1ito": Région de H11ygra, noil'e, noire,
"chic" (Michaux68: 39).
11oire, ... " (Mkha11x 68: 32) En otro, escrito en la ruta, camino a la ciudad de Ontavalo, la voz poérica No se trata del único párrafo que traduce una actitud recep­
de la región norteña se auto• adjudica aquellas cualidades relacionadas con el vacío y la falta: 'Je .r11iJ 7
1111, ot1i,/"Noire1 vide, ot1i, {... (Michaux 68: 106).
tiva y atenta , tampoco es la única referencia al enfrentamiento de
' La alusión a las nubes como parte constirutiva del paisaje ecuatoriano se reitera en el poema " La
'. P�r ejemplo, recién llegado a Quito, sentía extrañeza ante la expresión naturalmente distante e
cordillera de los Andes": Q11i n'aimepas les n11age,, /Qt1'il ne viennepasa t Éq11a/e11r./ Ce.ront /e, chien.rfidtles
111d1fcrente de las mujeres indígenas, lo que a su parecer, les concedía una ,x1raordinai,� alltm....
dela monta.gne,... " Micht111X68: 34).

34 35
La alteridad y la intimidad Estela Blarduni

culturas. A propósito de los indios, quienes a pesar de sus danzas, En el caso del yo enunciador en Ecuador, parece pertinente
sus borracheras y los tonos vivos de sus vestimentas, no manifiestan detenerse en el concepto de identidad como ipseidad, que según
alegría en sus expresiones, cita un comentario que le había hecho el llicoeur, no alude a un pretendido núcleo no cambiante de la perso­
marqués de Wavrin, antropólogo belga, autor de varias películas nalidad, sino que pone en juego una dialéctica complementaria, en
etnográficas sobre América del Sur: "Seuls savent rire les Indiens el que la alteridad aparece como constitutiva de la identidad: sí
qui n1 ont pas connu I 1oppression du blanc." ( Michaux, 108). mismo como otro, significa sí mismo en cuanto otro.
Hacia el final del libro, en un apéndice precedido de un De la fricción y el contacto permanente de su yo con el
"Préface a quelques souvenirs", en el que anuncia haber tomado Inundo exterior, el narrador de Emador, permeable a lo desconoci­
"une voix de pédagogue" (Michaux, 173) realiza un homenaje al· do, intenta a cada paso desafiar sus límites más secretos, forzando
indio, el excluido de su propia tierra. las fronteras entre sí mismo y lo diverso para autodefinirse.
En uno de dichos textos, se refiere a las cabañas indígenas. A diferencia de Antonin Artaud, por ejemplo, que en Les
Comenta cómo éstas, al carecer de chimenea, son, a los ojos de "los Tarahttmaras lleva su identificación con los indígenas hasta querer

blancos idiotas", prueba de la torpeza de los indígenas mientras que deshacerse de su propia identidad , Michaux la construye a cada
para el autor, esa humareda que rebosa, proveniente del maíz que instante a partir de la confrontación casi física con la alteridad.
cuecen o de los troncos que queman , constituye la única riqueza de Un poema que evoca la aniquilación mallarmeana, confi­
sus habitantes: "Mais que lui restera -t-il ,a I 1Indien? 11 a besoin d1 gura la particular visión del yo del poeta desde un título admonito­
etre riche." (Michaux, 76). rio: "Je Sl{ÍS né trotté", (He nacido agttjereado). Dos versos se retoman de
Repetidamente también, aparece en Ecuador, la descripción la primera a la segunda estrofa, con la imagen de su pecho hendido
elogiosa del poncho indígena y su colorido brillante y grave a la vez, por un pequeño agujero: "Ce n1 est qu1un petit trou dans ma poitri­
que asegura un triunfo certero pero calmo sobre el paisaje umbrío: ne, / Mais il y souffle un vent terrible,/" (Michaux, 94).
"Le poncho de couleur éclatante et sombre et une joie constante Como si una negatividad innata lo habitara y se erigiera en
pour moi. Cest le triomphe splendide sur la terre noire." ( Michaux, su propia esencia; el vacío, la falta, la ausencia y el silencio reco­
8
40) . rren descriptivamente el poema, sinónimos de la nada que simultá­
neamente construyen y devoran al poeta-viajero: "Je me suis bati
Sí mismo como otro sur une colonne absenre"...Mon vide est un grand mangeur, grand
Paul Ricoeur distingue dos significaciones importantes de broyeur, grand annhileur" / (Michaux, 96).
la identidad, según se entienda por idéntico el equivalente del idem Llamativamente, al referirse a la carencias de la civilización
o del ipse latino. europea definida por Paul Valéry, Michaux emplea los mismos
términos que para las propias: 'Jamais je ne semis que ses trous, et
.....damazones. ( Michaux 68: 38) . Hacia el final del libro, en la última etapa de su recorrido, evoca d'ou elle était absente" ( Michaux, 81).
conmovido el gesto de una india, que al verlo escupe enérgicamente y sonríe;//y aje ne 1ai1 q11ef/ejoie
danJ ce ge1te. C/11 a1mi comme rm 1al111. (Michaux: 130). Esca valoración, que implica la comunicación con
el otro, conlleva también el ejercicio irónico de la autocrítica: alon je cracheraiJ volontim moi mime.
MaiJ...je crach, Ji médiocrement. (Michaux: 130). 10
"Je ne ve11x 1igne,· J a11mn prix", Ana11d, Antonin. Lf!J Tarah11ma1w1. París: Gallimard, 68.
' Ver también en Michaux: 109.

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37
La alteridad y la intimidad Estela Blarduni

El viaje emprendido es entonces un viaje iniciático que receptáculo de sensaciones del mundo tropical: serpientes, boas,
explora y afianza el propio ser haciendo tabla rasa con todo lo mosquitos, arañas , vampiros y pirañas lo acechan como un zooló­
preexistente, desde el despojamiento y la nada. ¡�ico maldororiano.
El "yo" que ha nacido hendido, somete su precariedad Sólo la gloria del mundo arbóreo aparece como remanso de
física, las fallas de un organismo débil, a los diferentes grados de gozo. No llega a ver los árboles, sólo puede contemplar la luminosi­
percepción que el cuerpo tiene de sí mismo: el mal de alturas11, las dad de sus reflejos, lo que lo lleva a confesar, próximo al fin de su
, - i2 , n, las rn1ecc10nes
. r . u. aventura: "Quoique je parle plus souvent de malheur, j'ai aussi des
. . de un corazon pequeno , 1as nauseas
arr1tm1as
Al someterse a los desafíos y peligros de un clima y una tas de petites jouissances." (Michaux, 163). Gozo que también
naturaleza hostil, emprendiendo trayectos a pie durante varios días, había expresado anteriormente ante los árboles de la selva tropical,
largas cabalgatas, o viajes en canoa por el medio de la selva, entre "sus árboles": ''.Arbres des tropiques, a l'air un peu na1f, un peu bete,
tribus salvajes, alimañas, y enfermedades como el paludismo; el agrandes feuilles, mes arbres!." (Michaux, 60).
viajero pareciera auscultar su propia resistencia en relación con la T. Todorov ha incluido a Michaux entre los que denomina
grandiosidad de un afuera que actúa como espejo alegórico. "viajeros impresionistas", aquellos quienes más que desear revelar
La última parte, juzgada por André Gide (1965: 555) lo la naturaleza eterna de un país, admiten modestamente que sólo
mejor del libro, abarca el frenesí de emociones y peripecias del viaje pueden brindar algunas imágenes sobre éste. Señala además como
de un mes por el Amazonas hasta !quitos y desde allí a Para, en característica esencial de estos viajeros que "lo que verdaderamente
Brasil. les interesa, son las impresiones que estos países o seres dejan sobre
La navegación constituye una hazaña física y moral: prime­ ellos, y no los propios países o seres." (2003: 390).
ro el descenso brusco de los rápidos del Napo en piragua, luego Es evidente que en el autor de Ecuador, tanto la alteridad de
1.400 km en canoa, la mayor parte acostado bajo un pamaraki, la naturaleza y sus diversos paisajes, como la de los hombres, su
techo de hojas arqueado que desciende hasta los bordes de la embar­ cultura y su hábitat, importan por la huella que dejan en un ser en
cación. busca de sí mismo; y en ese sentido la definición es adecuada.
Verdadera caja de resonancias de la selva entera, el navío es Pero se debería agregar, que a lo largo del libro se opera en el
comparado con un féretro a 38° grados de calor (Michaux, 147). narrador una maduración de aquellas primeras impresiones, cuya
Sintiéndose prisionero, tendido sobre sacos de arroz, sin ver nada, y valoración en varias oportunidades, como se ha señalado, ha ido
con el peligro de una pierna gangrenada, el autor se convierte en un variando en virtud de una ponderación y una actitud de compren­
sión que denota un interés verdadero por el otro, no sólo por sus
01
atributos diferentes, sino como vida y cultura dignas de ser respeta­
Apenas llegado a la ciudad de Quito, alude a las alteraciones del mal de altura: "Ese dangercux
qu'ils discnt, pour le cocur, pour la rcspiration, pour l'cstomac/ Et pour le corps tout cnticr de
das y valoradas.
l'écrangcr(Michaux, 34). Por eso no resulta sorpresivo que si en el inicio el autor
""Ne soup�onncs- tu pas, de ton coté commc mon cocur / est pctic? f' (Michaux, 48).
'·' D'abord, on me dit: insuffisancc aortiquc et ce doit etre vraie en partic.11 s'agissait d'expliqucr des
maldecía la tierra recién conocida, ya próximo a su retorno, salude
continuellcs nausécs.. " (Michaux, 99). al Ecuador como un país sagrado: "Équateur, tu est tout de meme
""Voila que me reviene ma sinusice. L'aile gauche de mon ncz se gonfle comme si on avait glissé sous
clic des formcs scmblables a des filecs de harcng." ( Michaux, 122).
un sacré pays..." (Michaux, 118).

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La alteridad y la intimidad

METAMORFOSIS Y LICANTROPÍA:
Referencias bibliográficas
Gide, André. "Journal". Oe11vrescompletes. Tomo II. Paris: Gallimard, 1965. FORMAS DE LA ALTERIDAD EN
Montaigne, Michel de. Essais. Paris: Bordas, 1967. LAIS DE MARIE DE FRANCE
Ricoeur, Paul. Sí mismo como otro. Madrid: Siglo Veintiuno, 1996.
Roger, Jérome. Ecuador et ttn Barbare en Asie. Paris: Foliotheque, 2005. Susana Verónica Caba
Todorov, Tzvetan. Nosotros y los otros. Buenos Aires: Siglo Veintiuno, 2003. lSFD nQ 29- Bs.As.

En Francia y en Bretaña, en la Alta Edad Media existían los


llamados lais bretones, cuentos escritos en la lengua madre de Breta­
ña, el bretón, de origen céltico, sobre temas heroicos, fantásticos o de
fábula moral. Aunque no se ha conservado ningún lai en bretón, sí se
conservan traducciones francesas efectuadas en el S.XII, como las de
la poetisa anglonormanda Marie de France que, pese a residir en
Inglaterra, como buena normanda, escribía en francés. En los lais bre­
tones traducidos por esta aurora y por otros poetas franceses que tra­
dujeron estas narraciones de tipo popular no aparece ninguna leyenda
artúrica pero sí se hacen alusiones del tipo "En tiempos de Arturo", lo
que indica que no sólo en Bretaña sino en toda Francia las leyendas
de este rey eran sobradamente conocidas a mediados del XII. Es inne­
gable ya en este punto la decisiva aportación francobretona a la leyen­
da artúrica, pues se ha establecido que la leyenda de Arturo gozaba de
una gran popularidad en la región francesa transmitida por juglares y
trovadores, de hecho, la cultura del romance cortés era mayor en Fran­
1
cia que en las islas, superando incluso a Gran Bretaña • Sin ir más
lejos, los primeros escritos de Marie de France datan de 1150 (cinco

' Es sabido en realidad que Monmouth fue el autor que estableció las bases del mito del Rey Arturo, sin
embargo fue el francés Chréticn de Troyes el autor que dio cuerpo y configuración literaria de calidad a
dichos mitos, hacia 1165, unos diez años después de que Wace escribiese la primera aproximación
escrita en lengua francesa de la que se tiene constancia escrita. Troyes tomó todos los elememos de los
R.oman d, B1111 de Wace (que eran los manejados por Monmouth más los de la Mesa Redonda) e
introdujo nuevos elementos provenientes de las narraciones bretonas sobre la saga artúrica.

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La alteridad y la intimidad Susana Verónica Caba

años antes de la versión de Wace) y ya se hace mención a Arturo y, La acción es simple y normalmente narrada de forma lineal,
según algunos autores, dejan entrever la existencia de la Mesa Redon­ aunque puede haber saltos hacia el pasado o adelanto intencional de
da. acontecimientos. Sin embargo, esta simplicidad permite incluir el
Marie de France popularizó este género literario, que se tema que hoy nos convoca: la alteridad. Esta alteridad adoptará
extendió rápidamente por la Europa de la época. Tras centurias de diversas formas, evidentemente las propias del mundo medieval en
olvido, su obra fue redescubierta en el siglo XVIII. No se sabe casi principio. Una de ellas, tal vez la más productiva e inquietante sea la
nada de esta escritora, que únicamente afirma en una de sus obras que de la animalización. Los lai permiten abrirse hacia los bestiarios
se llama Marie y que es de Francia. Probablemente de origen noble, medievales. Procedentes del mundo grecorromano, bizantino y per­
parece que vivió en la corte de Inglaterra, donde Leonor de Aquitania sa, los bestiarios fantásticos se apoderan del mundo cristiano románi­
había creado un centro de cultura francesa. Tradujo al latín algunas co no sin resistencias y críticas por pensadores de la época. Pero el
fábulas de Fedro, que agrupó bajo el nombre de Ysopet (h. 1170), y románico sacraliza esta estética pagana convirtiendo a los animales -
una narración: El purgatorio de San Patricio. Es conocida sobre todo por tanto reales como imaginarios- en portadores de virtudes o perversio­
sus Lais (h. 1167), doce breves narraciones en verso de tradición bre­ nes, por lo que su aparición es reinventada y usada con sentido de ense­
tona. Elegantes, poéticos y evocadores, tratan temas amorosos y con­ ñanza y advertencia. Es innegable que el bestiario fantástico es uno de
tienen numerosos elementos mágicos y fantásticos. Marie de France los motivos que mayor efecto de intimidación provocaría en el hom­
reformula en éstos las composiciones musicales que los bretones toca­ bre medieval. Estas peculiares e imaginativas bestias se generaban
ban con arpa y terminó designando con el mismo término las narra­ por combinación de partes de animales diferentes, creando estampas,
ciones breves de temática similar. Se inspiran, por lo tanto, en los en ocasiones, atroces; estos animales que podían ser representados
juglares, pero su elaboración literaria se debe a su trabajo, al dotar a solos o en lucha entre sí o con hombres indefensos, con el objetivo de
los personajes de matices psicológicos. También recoge influencias conmover y motivar al creyente en su esfuerzo por evitar las tentacio­
populares, que predominan sobre el amor cortés. La obra en su con­ nes y exorcizar de algún modo lo evitable: el pecado.
junto presenta una dedicatoria: «En lhonur de vus, nobles reis» , dedica­ Aunque muchos símbolos tienen dualidad de significados,
toria que refiere a Enrique II de Inglaterra, quien reinó desde 1154 incluso completamente opuestos, el románico usó ciertos animales
hasta su muerte en 1189. En cierta manera, pudo reflejar la imagen con predilección para manifestar el bien y otros como formas del mal
del mítico rey Arturo, por su labor durante su reinado: gobernó, por y del diablo. En el caso que estamos tratando, la licantropía es la
herencia, sobre Inglaterra y Francia, recuperó territorios en poder de forma privilegiada, dando lugar a la transformación del hombre en
Escocia y extendió su reino hasta Irlanda y Gales. Predomina en estos lobo, ser que representa la maldad, lo bestial, lo infrahumano. Pero
textos una serie de características, que marcan las pautas de los perso­ ese lobo es independiente, como animal, del humano que le dio ori­
najes: la carencia inicial, el conocimiento de esa falta por parte del pro­ gen, pues éste sigue pensando y actuando como tal, horrorizado de su
tagonista, la oposición al agresor, la presencia de un colaborador del forma animalizada. A continuación, nos abocaremos al análisis de
protagonista, el acuerdo entre protagonistas, el regalo como símbolo tres lais: "Melión", "Tyolet", "Bisclavret"
de acuerdo, el enfrentamiento a un peligro, la traición, la unión o sepa­
ración de los personajes.

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La alteridad y la intimidad Susana Verónica Caba

"Melión" bre y habló como un hombre" (117). La mujer será demonizada,


En e1 lai "Me/ion", el protagonista pertenece a la corte del rey pues Melion: "Dejó a su mujer en Irlanda, encomendándola a todos
Artús, y ha hecho un voto: el de no casarse con ninguna doncella que los diablos(... ) Nunca quiso perdonarla" (118).
hubiera estado con otro hombre, lo que genera en el otro, en este
caso, otras, un odio acérrimo. El propio Arcús le otorga un feudo para "Tyolet"
alegrarlo, sin embargo, se instala aquí un aspecto nuevo en la confor­ El lai "Tyolet", nuevamente, comienza ubicándonos en los
mación del héroe y su heroicidad. Esto es, el aspecto político. Baste tiempos del Rey Artús. En este inicio hay un cierto afán por detallar el
advertir que el castillo otorgado por el rey se halla en Irlanda y que en funcionamiento de los caballeros: el ir en busca de aventuras y e1
el !ai este territorio es considerado enemigo. La aparición de una regreso para contar dichas experiencias en la corte. La temporalización
dama, hija del rey de Irlanda, viene a corroborar el tema de la rivali­ del relato se plantea con un narrador que se ubica a una distancia que
dad entre reinos e incluye el tema de la traición. El recurso de la lican­ parece darle a la historia que va a narrar cierto folklorismo y al mismo
tropía permite en este caso, vislumbrar un aspecto de la heroicidad dis­ tiempo cierto aire mitológico. La distancia temporal trabaja entonces
minuida a manos de la malvada esposa, quien esconde la ropa para con el juego dialéctico: "Hace mucho tiempo/ Ahora, en nuestro tiem­
que Melion no pueda recuperar su condición humana. Melion se po" (132). Este juego permite tomar tal distancia que los elementos
halla, en principio, escindido: "Aunque era lobo tenía el juicio y la maravillosos que aparecen más tarde crean en los lectores cierto grado
memoria de un hombre" ( 111). Esca alteridad u otredad no es sinóni­ de verosimilitud, que también se verifica en los personajes. Tyolet es
mo de una simple y sencilla diferenciación. O sea, no sólo se trata de la un muchacho que diríamos, como Perceval, ha sido criado y educado
constatación de que codo ser humano es un individuo único y que por su madre viuda en la ignorancia de la caballería, en un entorno soli­
siempre se pueden encontrar algunas diferencias en comparación con tario, enmarcado por la presencia del bosque: espacio de lo ignoto, de
otros. Alteridad significa aquí un tipo particular de diferenciación; la naturaleza silvestre y salvaje, lugar del hombre solitario, lugar de la
tiene que ver con la experiencia de lo extraño. Esca sensación puede purificación o de perfeccionamiento antes de comenzar una etapa
referirse a paisajes y clima, plantas y animales, formas y colores, olores nueva de la vida. Por lo tanto, su historia tiene carácter iniciático y esto
y sonidos. Pero sólo la confrontación con las hasta entonces descono­ contribuye a crear una atmósfera a la vez mágica y real. Nuestro joven
cidas singularidades de otros seres -lenguaje, costumbres cotidianas, héroe está alejado del mundo exterior caballeresco de la corte del Rey
religiosidad- proporciona la experiencia de lo ajeno, de lo extraño pro­ Artús. La corte constituirá el lugar de encuentro con el mundo conoci­ !>

piamente dicho: de allí luego también los elementos no humanos reci­ do sujeto a normas y a un orden fijado, es el lugar del individuo social.
ben su calidad característicamente extraña. El amor de su madre establece la presencia de un mundo femenino (fe­
Así, el antagonismo con los otros genera una escisión en la menino cristiano) que se completa con la aparición de un elemento
individualidad y gallardía de nuestro héroe, que solo puede ser resti­ maravilloso: el hada. Así, Tyolet es presentado como un ser al que un
tuida por orden real. Será el propio Artús, quien "se dirigía a Irlanda hada regaló el don del silbido, don feérico utilizado como medio de
porque quería negociar la paz" (113) el que podrá restituir su natura­ supervivencia propia y de su madre, pues los animales al oírlo, se some­
leza humana: "El rey puso el anillo sobre la cabeza del lobo y apareció ten a la muerte. Precisamente en este !ai, la irrupción de lo maravilloso
el rostro de un hombre: todo su aspecto cambió, se convirtió en hom- se da por medio de una situación de caza. La presencia del ciervo es de

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La alteridad y la intimidad Susana Verónica Caba

algún modo, bastante extraña. Momentos antes se nos ha dicho que La capilla donde el hombre-lobo realiza la transformación
los animales responden al silbido feérico de Tyolet: ahora esto se nos transmite la idea de que dicha metamorfosis se hace, de algún
invierte. Es el otro, en este caso el ciervo, quien lo guía fuera del bos­ modo, al amparo de un lugar sagrado. A causa de la traición de su
que (también fuera de la influencia materna) y cruza un río peligroso, esposa. Bisclavret perderá la condición de ser humano cuando el
amante de ésta le robe su ropaje. Así pasará un año entero hasta que el
de características impetuosas. El otro cruza perfectamente, pero Tyo­
rey vaya a cazar y lo encuentre, luego se apiadará de él y lo llevará a su
let aún no puede hacerlo: todavía está al amparo tutelar de su madre
castillo. Es precisamente en este lugar donde nuestro héroe puede
-otro yo-. La metamorfosis ciervo- caballero como elemento maravi­
recuperar plenamente su condición humana. Una de sus primeras
lloso permite la concatenación de dos significaciones: el mundo del
acciones es la de castigar a su esposa, por haberlo traicionado y haber­
ingenuo y maternal Tyolet por un lado, y por otro, la aparición del
le sido infiel, pues su mujer no poseía las virtudes medievales de toda
mundo de la caballería: mundo de gran prestigio y reputación.
buena dama. Bisclavret la atacó arrancándole la nariz. Este tipo de
mutilaciones es de fuerte carácter sexual, y fueron frecuentes en la
"Bisclavret" Edad Media; no eran sólo una marca física sino que se creía que afec­
El lai "Bisclavret" también recibe el nombre de "Garwalf" en taban a todo el linaje, y eran resarcitorias por la magnitud de la afren­
las leyendas normandas. Y como afirma M. de France: "Antaño se ta que hizo la mujer de Bisclavret a éste.
podía oír y ocurría con frecuencia, que algunos hombres se convertían
en "garval" y hacían de los bosques su casa". "Garval", esto es animal Algunas palabras finales
salvaje, se relaciona con werewolf, es decir hombre- lobo. De algún Emmanuel Levinas argumenta que el término "alteridad" se
modo entonces ya desde su nominación el personaje está determinado aplica al descubrimiento que el "yo" hace del "otro", lo que hace sur­
por su aspecto dual, que se manifestará en forma contradictoria, como gir una amplia gama de imágenes del "otro, del "nosotros", así como
veremos. visiones del "yo". Tales imágenes, más allá de múltiples diferencias,
La creencia en los hombre-lobo era extensa en la Edad Media. coinciden todas en ser representaciones-más o menos inventadas­
Según las leyendas estas criaturas son propensas a morar en los bos­ de seres ames insospechados. El hombre percibe su finitud, entre
ques, lugares peligrosos y espantosos. En este lai de Marie de France otras cosas, porque depende del encuentro con lo otro, con lo que no
tenemos el ejemplo de la esposa curiosa que sólo busca develar el es él. Sin contacto con los objetos, con los que se enfrenta y opone, el
secreto de su marido para perjudicarle; es el modelo bíblico da Sansón yo, en este caso, estos personajes medievales, no pasarían de ser una
y Dalila. Vemos que el protagonista, aunque se convierta en hombre­ autorrealización vacía que sería ciertamente capaz de pensarse, pero a
lobo no ataca a los humanos: vive de la caza, podría ser un intento por la que tendríamos que designar como un pensamiento vacuo. En esta
parte de la escritora de darle una moral al protagonista y hacernos perspectiva la máxima oposición se da en el encuentro con el "otro",
entender que actúa siendo víctima de su propia transformación. En la relación "intersubjetiva" o "interpersonal". El enorme influjo de la
este lai se le da muchísima importancia al hecho de aparecer desnudo relación intersubjetiva en la formación del yo podría mostrarse en el
fenómeno del lenguaje, la tradición, el trabajo, las relaciones de
ya que la desnudez como tal es el distanciamiento de la civilización, la
poder, las relaciones interpersonales, etc. En la concepción cristiana
ropa es precisamente lo que diferencia a los seres humanos de los ani­
medieval, existen múltiples "otros", con diferentes valores según una
males.

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La alteridad y la intimidad

escala moral rígida: lo positivo estará encarnado en el Rey y la Corte y LA CONSTRUCTION DU MOI.
sus castillos, ciertos objetos y seres mágicos; por el contrario, el LES IDENTITÉS MEURTRIERES
ambiente natural, en particular los bosques y los animales salvajes DE AMIN MAALOUF
que allí habitan serán representativos de lo demoníaco, pero también
los territorios enemigos pueden considerarse en este dominio. Marta Celi
Hemos intentado ver que el concepto de alteridad puede pre­ Universidad Nacional de Córdoba
suponer o implicar una identidad incompleta, inquieta, que busca su
complementariedad. En los relatos medievales, la figura del héroe y
su heroicidad no son ajenas a esta preocupación; por el contrario, la
alteridad da cuenta del deseo de reconstruir la unidad primigenia del
Byzance, Constantinople, l'Occident d'aujourd'hui: tous
individuo, es decir imaginar que alguna vez el Hombre fue perfecto y ces mondes vivent en vous?
completo. En los lais bretones y en particular en los Lais de Marie de A.M. Touc cela apparcient a mon identité et je le revendique. Entre autres roa
France esta alteridad adopta diversas modalidades, entre ellos, las double appartenance au passé et au présent. Cecee diversité, je ne la pense pas
metamorfosis y en particular la licantropía, inquietante recurso que en termes de rupcure mais de richesse. Je ne supprime pas, j'ajoute. (Maa­
permite generar formas antagonistas o duplicadas de uno mismo, con louf 2000) (C'est nous qui soulignons)
las cuales el sujeto debe enfrentarse vislumbrando una amenaza, la
más temible de las alteridades: el terror al otro que hay en uno. Amin Maalouf est un écrivain qui appartienc a la fois a
Enfrentarse a ello y vencer esta dualidad representa la verdadera aven­ l'Orient et a l'Occident. L'Histoire a une place tres importante clans
tura personal que nuestros héroes deben llevar a cabo. son reuvre dont les themes majeurs sont l'exil, le voyage, la nostal­
gie, la quete iclencitaire... A travers sa production, qui se situe a la
croisée des civilisations méditerranéennes, on peut montrer un
Obras citadas autre visage de la Méditerranée et appréhender une nouvelle
María de Francia, Lais, Madrid, Alianza, 1975 dimension du Mare Nostmm, celle de la mémoire et de la réconcilia­
N1tevelaisb,-eto11es, Madrid, Siruela, 1984.
Referencias bibliográficas
tion.
Dubost, Francis. Aspectsfantastiq11es de la litterature narrative medievale. Paris: Cham­ Né en 1949 au Liban dans la communauté minoritaire des
pion, 1991. chrétiens melkites, Maalouf est a la fois un homme d'Orient et
Duby, Georges. Mttjem del siglo XIl. Santiago de Chile: Andrés Bello, 1996, 3 vols. d'Occident, de la chrétienté et du monde arabe, un écrivain qui sait
Kolher, Erich. La aventura caballeresca. Ideal y realidad en la narrativa cortés. Barcelo­
na: Sirmio, 1990.
bien ce qu'il doit aux anciennes civilisations, tout en marquant sa
Le Goff, Jacques. Lo maravilloso y lo cotidiano en el occidente medieval. Barcelona: Gedi­ présence dans le monde contemporain. Ses ouvrages apparaissent
sa, 1994. souvent comme le miroir mémoriel et du présent et du passé. Ils refl­
Lévinas, Emmanuel. "El ser y el otro". Madison, G.B. (ed.). Sens et existence. (Home­ etent des sociétés marquées par la pluralité et l'enchevetrement de
naje a Ricoeur). Paris: Seuil, 1975.
Krocz, Esteban. La otredad mltttral: entre utopía y ciencia. Un est11dio sobre el origen, el maintes cultures. Cet écrivain libanais de langue frarn;aise est un
desarrollo y la reorientación de la antropología. México: Fondo de Cultura Económi­ défenseur de la documentation plutot par nécessité que par choix
ca/Universidad Autónoma Metropolitana, Iztapalapa, 2002.

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Marta Celi
La alteridad y fa intimidad

parce que son reuvre prétend représenter la découverte de toute une rrcr les stéréotypes qui enferment, stérilisent et rendent violent un
mosaYque de civilisations et de cultures: européenne, orientale, étre humain quand ils le figent a priori dans un cliché, que ce soit
maghrébine, africaine, asiatique. Mettant en relation le passé et le une race, une religion, une idéologie ou une culture. En revanche, il
présent, Maalouf invite le lecteur a prendre conscience des probl­ prone I'hétérogénéité de tout homme car une vie est faite d'acquis
emes qu'ont posés dans l'histoire, les différentes ethnies, religions aléacoires et dynamiques et nos pas de l'accomplissement d'un
pu cultures. répertoire marqué a ]'avance par la "nature" ou l'"essence" de cha­
Journalisce de métier, il voyage beaucoup. Apres les événe­ que individu. Dans cet ouvrage, il examine la construction du Moi.
ments cragiques du Liban, il quitte le pays en 1976 avec sa famille Dans ce travail, nous nous proposons de suivre quelques par­
pour aller en France ou il habite jusqu'amaintenant. Dans ce pays cours qui menent cet écrivain Jibanais-fran�ais a interroger la
d'adoption, il se consacre asa carriere littéraire. Le voyage constitue notion cruciale d'identité, a affirmer que: "La vraie question est de
un theme privilégié dans son écriture. A travers le voyage -tantot faire cohabiter au sein de chaque identité toutes les appartenances
"forcé", un déplacement d'exilé, tantot un itinéraire de plaisir­ qui constituent cette identité". Sous cette perspective, le Moi se
Maalouf traite certains des themes principaux de son reuvre: l'expé­ construit selon les regles du jeu du contrepoint identité/altérité. II
rience migratoire, la nostalgie, la quete identitaire, cel1e-ci étant suppose d'emblée la notion de création du Moi saisie en termes de
intimemenc liée ala question de l'étrangeté ou au theme de l'appar­ problématiqne.
tenance aun groupe national, aune culture, aune religion. L'essayiste Maalouf interpelle l'idée précon�ue d1 identité, les
.
La noscalgie ese omniprésente dans ma vie. Enfant, j'ai constam­ pass1ons qu'elle suscite, ses dérives meurtrieres. Pourquoi est-il si
ment entendu parler de la maison de mes grands-parents qui se difficile d'assumer en toute liberté ses diverses apparcenances?
trouvait en Égypce et que nous n'avions plus; de celle de mes arrie­ Ponrquoi faut-il, de nos jours, que l'affirmation de soi s'accompagne
re-grands-parencs a Constantinople que nous n'avions plus.
si souvent de la négation d'autrui? Nos sociétés seront-elles indéfi­
Ensuite, la guerre au Liban m'a éloigné des lieux qui m'étaient
chers. J'ai le sentiment aujourd'hui d'avoir derriere moi tout un niment soumises aux tensions, aux déchaí:nements de violence
chapelet de maisons abandonnées et de pays perdus. (Maalouf, pour la seule raison que les erres qui s'y cotoient n'ont pas cous J�
2000) meme religion, la meme couleur de peau, la meme culture d'origi­
ne? Y aurait-il une loi de la nature ou une loi de I'Histoire qui con­
Amin Maalouf connaí:t fort bien les tragédies provoquées par damne les hommes as'entretuer au nom de leur identité?
le désir d'enfermer l'individu dans une seule et unique identité, "
Qui, mieux qu'un Libanais, héritier de plusieurs traditions
souhait incité souvent par la peur ou la négation de l'"Autre". religieuses, partagé entre tant d'influences, peut cémoigner en
Question liminaire: est-il Libanais ou Fran�ais? De fait, Maalouf, faveur de I'interculturel? L'arabe ese la langue maternel1e de
nous l'avons déja remarqué, est intimement en contact avec ces Maalouf, mais c'est en fran�ais qu'il écrit ses livres. 11 s'adonne dans
deux mondes, J'Orient et l'Occident, qui ne se comprennent pas, l'essai qui nous occupe aune sorte d'examen d'identité, pour condu­
qui s'affrontent et qui constituent ses origines. Dans J'essai qui nous re que la sienne est complexe, multiple, colérante, alors que le Moi
occupe, Les identités meurtrieres (1998), il office comme un passeur réduit a une seule appartenance, ethnique ou religieuse, débouche
culturel entre les deux univers concernés visant toujours acontreca- trop souvent sur une véritable folie meurtriere. Amin Maalouf

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La alteridad y la intimidad Marta Celi

porte en lui les espoirs et les doutes d1un pays éternellement décom­ matiques et métisses commencent a étre valorisées dans le contexte
posé. Le texte étudié peut étre lu comme un plaidoyer en faveur de culture!. Ajourons que si les identités et les altérités constituent des
la tolérance jalonnant un parcours qui va des identités meurtrieres constructions intellectuelles, elles n1ont pas de seos qu1en les met­
aux altérités salvatrices. "L1humanité tout en étant multiple, est d1 a­ tant en relation les unes par rapport aux autres. Construire une iden­
bord une", affirme Maalouf. tité suppose I1 utilisation des matériaux de I 1histoire, la géographie,
A travers la question du rapport a l1 autre eta soi-meme, la lec­ la biologie, les institutions, la mémoire collective et les fantaisies per­
ture de cet essai force le lecteur a une révision des certitudes identi­ sonnelles. Maalouf considere que la prolifération d1images, sons et
taires considérées comme inébranlables et indéfectibles. Maalouf le variété de produits couvre toute la planete, modifie les gouts, les
rendsensible au fait qu1 en début de ce troisiememillénaire I 1identité aspirations, les comportements, les modes de vie et les visions du
personnelle est toujours ·déterritorialisée". Migrations, traversées des monde. Dans ce contexte, une proposition surgit, proposition qui
frontieres ne visent plus a fonder des territoires, elles forcent les consistea penser les relations multiculturelles des les frontieres' non
migrants a faire I1examen de leur identité, ase créer des ·identités dias­ pas en tant que limites, ni séparation, mais comme un intervalle, un
poriques". Périples identitaires done, parce qu1ils contraignent les "entre-deux", c1est-a-dire, un espace qui coule entre les frontieres.
voyageurs a former et reformerune carte d1 identité composée d1 une L1 " entre-deux" conjure toute proposition de l 1identité comme uniré
multiplicité d 1appartenances. Odyssées identitaires aussi, et avant et toute possibilité de transformer en essentielles des identités mobi­
tout, parce que ces circuits mettent les nomades face au caractere les, poreuses, dynamiques, pour tour dire, en permanente transfor­
changeant de leur étrangeté. La construction des identités et des mation. Cela signifie aussi vivre daos I1interstice, daos la fissure
altérités, sous la perspective de la Communication Interculturelle, entre deux mondes. On assume ainsi toutes les identités possibles.
ar
se trouve aujourd1hui face une de ses crises majeures. García Canclini avoue:
Cuando me preguntan por mi nacionalidad o identidad étnica, no
Daos le contexte des sociétés contemporaines, des tentatives puedo responder con una palabra, pues mi 'identidad' ya posee
de réaffirmations identitaires se sont produites accompagnées de repertorios múltiples: soy mexicano pero también soy chicano y
situations critiques de refus ou d1 accueil de I1 ''Autre", des altérités latinoamericano. En la frontera me dicen 'chilango' o 'mexiquillo';
ethniques, culturelles et sociales. D1 une part, le nombre de commu­ en la capital 'pocho' o 'norteño', y en Europa 'sudaca'. Los anglosa­
nautés qui ne cachent pas leur métissage physique ou socio­ jones me llaman 'hispanic' o latinou' y los alemanes me han con­
fundido en más de una ocasión con turco o italiano'. (García
culturelle augmente, et, d 1autre, on crée aussi celles qui essaient de Canclini 1989: 302)
les refuser en intensifiant les degrés de violence quand elles tentent
d1occulter leurs marques hybrides. La non compréhension de Écho de Maalouf quand il affirme dans la phrase liminaire de
I1''autre" légitime un discours fondamentaliste, voire une guerre 1
I essai qui nous occupe:
interculturelle. Depuis que j'ai quieté le Liban en 1976 pour m'installer en
De cette fac;on, une premiere question surgit: est-il possible France, que de fois m'a-t-on demandé, avec les meilleures
de penser interculturellement sans tenir compte de ces contextes? intentions du monde, si je me sentais «plutot fran<;ais» ou
La notion essentialiste d1identité a racine unique entre daos un pro­ «plutot libanais». Je réponds invariablement: «L'un et l'au­
cessus accéléré de décomposition et les nouvelles perspectives rhizo- tre!» Non par quelque souci d'équilibre ou d'équité, mais

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la alteridad y la intimidad Marta Ce//

parce qu'en répondant différemment, je mentirais. Ce qui tion de soi-meme, soit l'intégrisme, soit la désintégration. En ce
fait que je suis moi-meme et pas un autre, c'est que je suis sens, les individus métissés -ou hybrides, terme tellement remis en
ainsi a la lisiere de deux pays, de deux ou crois langues, de question- semblent devoir jouer un role dé: celui de traits d'union,
plusieurs traditions culturelles. C'est précisément cela qui de médiateurs. Mais ils sont généralement les premieres victimes de
définit mon identité. Serais-je plus authentique si je m'am­ cette conception tribale s'ils sont dans l'impossibilité d'assumer
pucais d'une partic de moi-memc? (Maalouf 1998: 7) cette diversité: a l'heure de la mondialisation, une nouvelle concep­
tion de l'identité s'impose, a tous. Or, "pour aller résolument vers
11 devient un clair exemple de ces "agencements" qui operent l'autre, il faut avoir les bras ouverts et la tete haute, et l'on ne peut
dans l'"entre" comme des formes d'etre au milieu. Maalouf fuit, avoir les bras ouverts que si l'on a la tete haute". Quand Maalouf
échappe, tache de définir son identité a partir de la multiplicité de interroge la modernité, il réfléchit: "Personne n'a le monopole du
conditions, Fran�ais ou Libanais?, catholique ou musulman?, oui, il fanatisme et personne n'a, a l'inverse, le monopole de l'humain". 11
s'installe dans l'"entre". C'est pourquoiil ajoute: faut poser "un regard neuf et utile", avoir le "scrupule de l'équité",
A ceux qui me posent la question, j'explique done, patiemment,
ne supporter ni "hostilité, ni complaisance, ni surtout l'insupporta­
que je suis né au Liban, que j'y ai vécu jusqu'a l'age de vingt-sept
ans, que l'arabe est ma langue maternelle, que c'est d'abord en tra­ ble condescendance".
duction arabe que j'ai découvert Dumas ou Dickens et Les Miyages Devenue la civilisation de référence, la civilisation occidentale
de Gtt!liver, et que c'est dans mon village de la montagne, le village a placé les autres daos une position périphérique. Modernisation est
de mes ancétres, que j'ai connu mes premieres joies d'enfant et devenu synonyme d'occidentalisation, et cette réalité a pu etre
entendu certaines histories dont j'allais m'inspirer plus tard dans
vécue de maniere douloureuse par ceux nés au-dehors.
mes romans ( ... ) Mais, d'un autre coté, je vis depuis vingt-deux
11 ne fait pas de doute que la mondialisation accélérée provoque, en
ans sur la terre de France, je bois son eau et son vin, mes mains
réaction, un renforcemenc du besoin d'identité (. .. )et un renforce­
caressem chaque jour ses vieilles pierres, j'écris mes livres dans sa
ment du besoin de spiritualité. Or, seule l'appartenance religieuse
langue, jamais plus elle ne sera pour moi une terre étrangere. (Maa­
apporte, ou du moins cherche a apporter, une réponse a ces deux
louf 1998: 7-8)
besoins. (Maalouf, 1998)
Les identités meurtrieres est un essai qui refuse la définition sim­ Le Libanais-Fran�ais explicite sa notion de "tribus planétai­
pliste, "tribaliste", selon Maalouf, trop courante, de l'identité. res", désignant les communautés de croyants qui tentent "la
L'identité est forcément complexe. Le Moi ne se limite pas a une synthese entre le besoin d'identité et l'exigence d'universalité". La
seule appartenance: il est une somme d'appartenances plus ou solution serait que l'appartenance a la communauté apparaisse
moins importantes, mais toutes signifiantes. L'identité n'est pas comme la composante majeure de l'identité: pour l'auteur, elle est
innée; elle s'acquiert via l'influence d'autrui. indispensable et semble etre la plus apte a dépasser l'appartenance
Les identités deviennent, ou peuvent devenir meurtrieres, religieuse comme les autres, sans pour autant les effacer.
lorsqu'elles sont con�ues de maniere tribale: elles opposent "Nous" L'évolucion actuelle pourrait favoriser, a terme, l'émergence d'une
aux "Autres", favorisent une attitude partiale et intolérante, exclu­ nouvelle approche de la notion d'identité. Une identité gui scrait
sive et excluant. Le choix proposé par cette conception est extreme­ pen;ue comme la somme de ronces les appartenanccs, et au scin de
ment dangereux, il implique soit la négation de l'autre, soit la néga- laquelle l'appartenance a la communauté humaine prcnd rait de

54 55
La alteridad y la intimidad Marta Celi

plus en plus d'importance, jusqu'a devenir un jour l'appartenance wmprendre l'itinéraire linguistique qui conduit Maaloufa adopter
principale, sans pour autant effacer nos multiples appartenances le: fran�ais comme langue d'écriture. De l'arabe de sa mere au fran­
parciculieres. (Maalouf 1998) \ais de l'école, c'est ce dernier qui l'a emporté. II y a dans ce choix
délibéré, un exemple typique de ce phénomene de la Langue de l'au­
Des identités meurtrieres aux altérités salvatrices, disions­ trc ou de la double identité de l'écriture qui refletent, en général, ce
nous au début de ce travail ... Maalouf explique alors la peur ressen­ que l'on appelle maintenant Je "double-jeu", le "double-je", "l'en­
tie par une majorité facea la mondialisation par la peur de l'unifor­ trc-deux". En effet, on est toujours pris entre deux réalités quand on
mité. A cet égard, explicite-t-il, il faut que les valeurs d'universalité se trouve, comme lui, entre Occident et Orient, avec des identités
priment: les droits universels ne peuvent étre déniés sous prétexte diverses qui ne sont ou ne devraient pas étre, comme il le dit, des
de préserver une tradition, une croyance, mais il faut également lut­ "identités meurtrieres", mais plutot des identités fécondes.
ter contre une uniformisation appauvrissante. Il lui paraít indispen­ Se méfiant du mot "identité", Maalouf se penche plutot sur la
sable, alors, que la civilisation globale n1apparaisse pas comme complexité des mécanismes de son Moi en pratiquant ce qu'il appe­
exdusivement américaine, il ne doit pas y avoir d'un coté des émet­ lle "un examen d'identité". Conclusion: il faut que l'homme "appri­
teurs universels et de l'autre, des récepteurs, d'ou son attachement voise la bete identicaire". Cependant, afin de promouvoir la diversi­
au "príncipe-dé" de la réciprocité. Mais s'il faut refuser la tentation té, entreprise majeure de Maalouf, la voie est, certes, la reconnais­
hégémonique, il faut également refuser la tentation de la colere: ne sance de la part de chaque Moi -et de chaque société- de sa propre
pas se conforter dans un role de victime. Le monde n'appartient a diversité et non pas la défense agressive des identités "tribales".
personne, il faut avoir l'ambition de s'y inscrire. La mondialisation
Pour condure, nous citons des propos de Amin Maalouf con-
menace la diversité culturelle mais, écrit-il dans Les identités mettr­ signés dans une interview déja citée:
trieres, "le monde d'aujourd'hui donne aussia ceux qui veulent pré­ Je crois qu'il ese urgent de rompre avec l'idée d'une appartenance
server les cultures menacées les moyeris de se défendre". Elle n'est univoque et exclusive sous peine d'accentuer les crispacions idenci­
pas l'arme de quelques-uns contre tous mais une "immense arene, caires. Surcouc qu'apparcenance ne signifie pas syscématiquement
ouverte de toutes parts". adhésion. Comme je vous l'ai die, je suis né dans une famille cacho­
U ne des appartenances qu1il considere déterminantes, rivale lique au sein de la communaucé melkice. Je ne veux pas faire sem­
blanc d'étre croyant, (. .. )je ne me sicue pas en dehors de la com­
de la religieuse, est la langue. Son avantage est de ne pas étre exclu­ munauté. Je garde mes liens, mes attachemencs ... (Maalouf
sive, contrairementa la religion. "Séparer la liguistique de l'identi­ 2000)
taire ne me parait ni envisageable, ni bénéfique", car la langue est le
"pívot de l'identité culturelle" et "la diversité linguistique le pívot Enqueter sur l'identité conduit inévitablement a l'altérité qui
de toute diversité", et nous citons toujours l'essai objet d'érude, tout a construir le Moi, qui fait partie du Moi eta laquelle ce Moi conti­
étre humain a besoin d'une langue identitaire. Tout Moi se construit nue d'appartenir. Toute identité est multiple, de meme que tout
sur la base de la vision du monde véhiculée et transmise par chaque systeme culture!. II n'y a pas d'homme qui ne soic pas hétérogene et
langue naturelle. C'est pourquoi chacun doit lutter pour le main­ interculturel. Accepter ce rhizome peut conjurer les fausses identi­
tien et l'avancement de sa langue identitaire. On pourrait essayer de tés tueuses et déployer les altérités salvatrices qui dialoguent quand

56 57
La alteridad y la intimidad

ELAMANTE
elles construisent le Moi toujours dy namique. Parce qu1enfin, elles
habitent et traversent les "Moi" heureusemenc divers.
Y LAS ALTERIDADES DEL AMOR

Referencias bibliográficas Juan Hernán D'Ambrosio


Universidad de Morón
García Canclini, Néstro. Cult11ras híbridas. Estrategiaspara entrar y salir de la moder­
nidad. Buenos Aires: Paidós, 2005.
Maalouf, Amin. Les identités meurtrieres. Paris: Grasset, 1998.
http://www.lire.fr/encrecien

El amante, de Marguerite Duras, puede ser leído como una


doble alteridad amorosa en donde, por una parte, se manifiesta la
intimidad de los protagonistas y, por otra, su relación con el
entorno.
Esta lectura permite que la obra sea relacionada con los tres
espacios racinianos que describe Roland Barthes en Sobre Racine. De
acuerdo con el crítico, en Racine hay tres locaciones importantes: la
Cámara, que es el sitio invisible en donde se encuentra el Poder. "Es
a la vez la residencia del Poder y su esencia, pues el Poder no es más
que un secreto" (Barthes 1992: 48); la Antecámara, que es el
"espacio eterno de todas las sujeciones"(idem), el espacio del
lenguaje, un medio de transmisión que participa a la vez en el Poder
y en el Acontecimiento, en el interior y en el exterior; y el Exterior,
que es "el dominio de la no-tragedia"(ibid: 49); en él pueden darse
tres sucesos: la muerte, la huida o el Acontecimiento.
En El amante, el chino y la niña comparten una Antecámara:
el apartamento, que simboliza la intimidad y, por Jo tanto, es el
lugar en donde se desarrollará una alteridad erótica, cuestión que
puede ser rastreada a lo largo de ciertos personajes de la literatura
francesa, respecto de los conflictos entre la alteridad del amor
cortesano y del mito de don Juan.
Además, cada uno tiene su propia Cámara: el lugar familiar,
el entorno, en donde los protagonistas, inmersos en un mundo que
unifica culturas y tradiciones por medio de las relaciones

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La alteridad y la intimidad Juan Hernán D'Ambrosio

económicas, son introducidos por sus respectivos familiares en la la entrega que va más allá de los amantes y como muerte de lo
alteridad de los orígenes, del amor a la identidad. Aquí, el racional, nacimiento del instinto sexual.
determinismo étnico pondrá en juegos valores y prejuicios y Francia Entonces, el chino sería un caballero, un Láncelot oriental
y China, el chino y la niña, serán el reflejo de una guerra racial que rescata día a día a la protagonista; el silencio de los amantes
creada por el colonialismo y la consecuente extranjerización de la podría ser leído como entrega.
sociedad de masas. Volviendo a Robbe-Grillet, se dirá que el nouveau roman
El Exterior será Acontecimiento, huida fortuita: la refleja la sociedad de masas. En El caballero de la carreta puede
literatura permitirá el control de estas alteridades. observarse una jerarquía de reyes, nobles, caballeros, campesinos,
Según Alain Robbe-Grillet, el nouveau roman se etc. El amante, como literatura de colonización, refleja una
caracteriza por poner el mundo fenomenológico, objetual, en cxtranjerización que, a lo largo de este trabajo, se presentará como
primer plano. una alteridad externa a la relación de los protagonistas; el entorno
En El amante hay objetos bien marcados, determinantes. La hará que los amantes sufran el determinismo étnico en un mundo
niña vive en un pensionado. El chino la pasa a buscar por el instituto pangeático que vuelve a unir los territorios. La literatura
con su coche para ir a un apartamento en donde, entre ruidos y contemporánea, en una de sus expresiones, supo dejar en la periferia
voces, ellos hacen el amor en silencio: "quizá descubre que nunca se a la estratificación social para centrarse en los efectos de la
han hablado, excepto cuando se llaman entre los gritos de la globalización y del imperialismo.
habitación, por la noche" (Duras, 1993: 124). El carácter anónimo y la impersonalidad que, de acuerdo
Esta escena puede relacionarse con El caballero de la carreta y, con Robbe-Grillet, se presentan a lo largo del nouveau roman, en El
más precisamente, con el amor cortesano. Láncelot y Ginebra son mnante permiten establecer una intertextualidad con el Donjuan de
amantes mudos, sólo los mueve la 'entrega. Láncelot se sacrifica por Moliere. Inmersos en el amor cortesano, el chino y la niña sufren e,
amor, arriesgando su vida para salvarla y, a pesar de haberla poseído, inconscientemente, combaten; en su ausencia de identidad,
la devuelve a los brazos de Arturo. influidos por el determinismo étnico y por el amor, ambos son, a la
Continuando esta línea de trabajo, podría pensarse que vez, don Juan y Elvira.
ciertos objetos de El caballero de la carreta son transformados en El Baudrillard dice que "el seductor [...] es sólo el operador
amante: el auto es entonces un caballo; el instituto es el castillo en sacrificial de un proceso que le rebasa[...] Y la víctima no puede
donde la dama es rescatada; el pensionado es el castillo a donde es jactarse de ser inocente, y a que, virgen, bella y seductora, constituy e
devuelta; y el apartamento es el tálamo. un desafío en sí, que sólo puede ser igualado por la muerte" (1994:
Láncelot sangra sin darse cuenta al lastimarse la mano 96-97). Agrega el autor que el encanto del seductor consiste en
intentando alcanzar sexualmente a Ginebra. Cuando el chino la hacer acceder los encantos naturales de su víctima en la esfera de la
posee, la niña pierde la virginidad y sangra: "le había pedido que me seducción y, ahí, destruirlos; "la seducción reside en el movimiento
lo hiciera otra vez y otra. Que me lo hiciera. Lo había hecho. Lo de transfiguración de las cosas en apariencia pura. La seducción se
había hecho en la untuosidad de la sangre. Y, en efecto, había sido rnnsuma como mito en el vértigo de las apariencias, justo antes de
hasta morir.Y ha sido para morirse" (ibid: 57). verificarse en lo real"(ibid: 110-111).
La sangre puede ser interpretada como materialización de Los protagonistas de El amante son, al mismo tiempo, don

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La alteridad y la intimidad Juan Hernán D'Ambrosio

Juan y Elvira, víctimas y victimarios, operadores. En la relación de El tiempo de don Juan es el eterno retorno; el pasado, para
los protagonistas se presenta una alteridad de roles: el chino no es él, es una lección, un memorándum; el futuro es accidental. Don
siempre hombre ni la niña es siempre mujer; un continuo cambio de .Juan no envejece.
papeles signa esta alteridad entre lo masculino y lo femenino, lo La niña envejece prematura y rápidamente: "salimos del
dominante y lo dominado. Esta diseminación de los protagonistas apartamento. Me he vuelto a poner el sombrero de hombre con la
puede leerse en el título. El amante menciona el género (él), pero, a la cinca negra, los zapatos dorados, el rojo oscuro de los labios, el
vez, indica la pertenencia de ese hombre respecto de la niña (El vestido de seda. He envejecido. Lo advierto de repente. Se da
amante de ella) Otro signo de ambigüedad puede observarse en el cuenta.Dice: estás cansada" (ibid: 61).
sombrero de la niña, que la convierte en hombre, en seductor, y en El donjuanismo no termina de cumplirse en ella ni en el
prostituta, en víctima: chino; el amor cortés no muere en manos del don Juan que a cada
Lo que ocurre ese día es que la pequeña se toca la cabeza uno le crea el entorno.Ninguno se consagra como don Juan porque
con un sombrero de hombre, de ala plana, un sombrero de fieltro ambos sienten amor. Pero los familiares de ambos impedirán que el
flexible de color de palo rosa con una ancha cinta negra(...) Bajo vínculo entre ellos se concrete, no los dejarán ser Elvira.
el sombrero de hombre, la delgadez ingrata de la silueta, ese
defecto de la infancia, se convirtió en otra cosa. Dejó de ser un
Don Juan recurre a su padre pidiéndole dinero para salvar
elemento brutal, fatal, de la naturaleza. Se convirtió, por el su donjuanismo. En la obra de Duras, los padres aparecen para
contrario, en una opción contradictoria de ésta, una opción del destruir la relación de los amantes. La alteridad del donjuanismo
espíritu. De repente, se hizo deseable(Duras 1993: 20) pretende sobrevivir con la aparición del Padre. Esta imagen
dominante puede relacionarse con el Padre raciniano que describe
La diseminación refleja otra de las características que Barches: "el Padre es el pasado. Y debido a que su definición está
plantea Robbe-Grillet: la multiplicidad de significados. Elamante es muy atrás de sus atributos[ ...J, es[ ...J un Padre total; [ ... J es un
una batalla donjuanesca signada por los prejuicios y la hecho primordial, irreversible" (Barthes 1992: 80).
determinación étnica que habitan el entorno El héroe no puede separarse del Padre porque es inmortal y
Mientras que don]uan busca arrebatarle a Dios a Elvira, los determinante: cuando falta, todo se desmorona, hay desorden;
amantes buscan arrebatarse la identidad, la nacionalidad.En ambas cuando retorna, todo se enajena, hay falta.
obras hay' un dima de deshonra, de profanación. Como donjuan, En El amante, el Padre separa a los protagonistas: tanto la
los amantes prostituyen al tiempo que son prostituidos. madre y los hermanos de la niña como el padre del chino, rechazan
Elvira descubre a donjuan. En la obra de Duras, cada uno la relación de los amantes, rechazan al extranjero, pretendiendo
de los amantes conoce las estrategias del otro. Como Elvira, el chino salvar la sangre, la identidad original. He aquí la segunda alteridad,
y la niña, a partir de sus características, muestran la anormalidad del la alteridad del origen:
otro frente a sí mismos. En la novela de Duras, los protagonistas Le digo que pienso en mi madre, que me mataría si se entera
muestran la discriminación, la globalización, el imperialismo. de la verdad(...) Dice que comprende lo que mi madre quiere
En el Don Juan de Moliere, Elvira genera, finalmente, decir, dice: esa deshonra. Dice que no podría soportar la idea en
respeto. En El amante, Elvira es la sangre de la entrega, el vínculo de caso de matrimonio. Le miro. Me mira a su vez, se excusa con
los amantes. orgullo. Dice: soy chino (Duras 1993: 58-59)
Mis hermanos nunca le dirigirán la palabra. Es como si no fuera

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La alteridad y la intimidad Juan Hernán D'Ambrosio

visible para ellos, como si careciera de la densidad superficial �ara 1!<:volviéndole al chino su armadura, permitiéndole volver a ser
ser percibido, visto, oído por ellos( ...) Eso ocurre porque es chino, l.áncelot.
porque no es blanco (ibid: 67) En este punto, con la niña como escritora de su romance con
el chino, se puede leer a la novela como una inversión de Madame
En el beso lloraba. El padre seguiría viviendo. Su última Hovary. Según Vargas Llosa (1975: 175),
esperanza se desvanecía. Se lo había pedido. Le había suplicado
que le dejara retenerme con él contra su cuerpo ( ... ) El padre le al convertirse en escritura la realidad se hace mentira. La
correspondencia, el periodismo, los libros son en Madame Bovary
había repetido que prefería verlo muerto (ibid: 105-106)
agentes desrealizadores ( ...) Escribir, en la realidad ficticia, es
siempre engañar; la escritura es el reino de la fantasía. La
Finalmente, los amantes se separan: inadaptación de Emma a la vida es hija en buena parre de sus
Ella también, cuando el barco lanzó su primer adiós, cuando se
lecturas.
levantó la pasarela y los remolcadores empezaron a arrastrarlo, a
alejarlo de la tierra, también ella lloró. Lo hizo sin dejar ver sus
lágrimas, porque él era chino y esa clase de amantes no debía ser Mientras el bovarysmo de Emma la lleva a intentar la literatura en
motivo de llanto(...) Sabía que la miraba. Ella también le miraba, la vida, provocando el alejamiento del amor y su muerte, la
ya no le veía pero seguía mirando hacia la fortaleza del coche protagonista de la obra de Duras, al llevar su vida a la literatura, se
negro. (ibid: 139-140) reencuentra con su amante y obtiene su salvación y la salvación del
amor. La adaptación de la protagonista es hija de su escritura:
La sangre vuelve a aparecer, pero aquí no es entrega ni se "escribiré libros. Eso es lo que vislumbro más allá del instante, en el
encuentra en la intimidad de los protagonistas, aquí la sangre es gran desierto bajo cuyos trazos se me aparece la amplitud de mi
exterior y refleja las intenciones del linaje. Esta sangre impide 1� vida"(Duras 1993: 130).
relación de la niña y del chino porque no quiere ser mezclada m Robbe-Grillet habla, para referirse al nouveau roman, de la
contaminada. La sangre, preservándose, manteniéndose,
poética de la mirada. El amante tiene una mirada de ensueño hacia la
perpetuándose, separa a los amantes.
vida en donde todas sus alteridades se vuelven literatura para ser
Se puede establecer un paralelo eAtre Fedra y la novela de
comprendidas y superadas.
Duras. En la obra de Racine, todos son monstruos unos para otros.
Según Esteban Krotz, el uso, el reconocimiento y la
En El amante, todos son extranjeros, violentos, desdichados o
comprensión de la alteridad implican un conocimiento de lo propio
imperantes.
ante cuyo horizonte solamente "lo otro" puede ser concebido como
En Fedra, la única salida se encuentra en la huida o en la
otro; signada por esta concepción, la civilización fue establecida
muerte y eludir la palabra es eludir el acto porque la palabra desata
como negación del salvajismo y de la barbarie, englobándolas bajo
una tragedia inmóvil, le devuelve el movimiento al mundo. En El
el aspecto genérico de la no civilización. En El amante, la relación
amante, la salida es la escritura; la novela misma concreta el amor
con "lo otro" y la dicotomía civilización/ no civilización pueden
entre los protagonistas. La palabra desata el amor; reorganiza el
leerse como el combate entre dos tipos sangre: por un lado, desde el
mundo reescribiendo el pasado para deshacer el presente de los
exterior, en el entorno de los amantes, la sangre del origen, de la
amantes. La escritura condensa las alteridades que se presentan en
identidad, denuncia la extranjerización, el contacto interracial,
la novela y permite que la niña las comprenda y las supere,

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La alteridad y la intimidad

pretendiendo mantener un linaje. Por otro lado, en la intimidad de


CONFIGURACIONES DEL OTRO
los protagonistas, la sangre de la entrega simboliza el amor y el EN UN CUENTO DE FLAUBERT
sacrificio, el rechazo de la noción de otredad.
Las dos sangres están en constante alteridad. La sangre del
origen, el determinismo étnico, ataca doblemente a la sangre de la María Eugenia Gantus - Sofía Mariana De Martín
entrega: en el imaginario de los amantes mismos y por medio del Facultad de Humanidades y Artes
Universidad Nacional de Rosario
entorno. Ocurre así una lucha entre el querer y el poder, una
alteridad entre amor cortesano y donjuanismo que hace que el amor
entre ellos sea un lamento. Esta batalla es culminada por una voz
superior: el Padre silencia el deseo de los amantes, separando a
Tener una cierta libertad para relacionarse con el otro
China y a Francia a pesar de la fusión de culturas que vive el mundo, era siempre #n privilegio del occidental,
cuidando a la raza dentro de una sociedad de constante intercambio porque fa sttya era la cultura másfi,erte.
racial. El Padre es una voz antigua y orgullosa, pero, aún así, Edgard Said. Orientalismo
invencible e inmortal, es la paradójica voz de la alteridad que
denuncia la otredad, la no civilización desde la vivencia de la Flaubert incluye la historia de Herodfas junto a dos relatos
globalización. más: Un coraz6n simple y La leyenda de Sanjulián el Hospitalat·io, en un
Separados los amantes, su historia se vuelve literatura y es pequeño libro que titula Tres cuentos. Esta presentación se propone
comprendida. Las alteridades y las dudas de la protagonista, se indagar de qué manera las imágenes orientales construidas por el
desvanecen. Sólo quedan el chino y el amor, Francia en China y autor articulan un espectáculo caracterizado por el exotismo y el
China en Francia. Pero ya es tarde. exceso de la alteridad.
El texto que nos ocupa narra los hechos que produjeron el
I
degüello deJuan Bautista o Yaokanán como lo llama Flaubert, con­
Referencias bibliográficas
Barthes, Roland. Sobre Racine. México: Siglo XXI, 1992 (trad. Martí Soler).
servando la denominación en arameo. Si bien el autor se toma algu­
Baudrmard, Jean. De la seducción. Buenos Aires: Rei, 1994 (trad. Elena nas licencias introduciendo escenas que no están documentadas, no
Benarroch). deja por ello de ser fiel a las tradiciones bíblicas e históricas. Es
De Troyes, Chrétien. "El caballero de la carreta". Maldoror. Barcelona: Labor, importante considerar que el relato aparece en un período en el cual
1976. 2
el Orientalismo académico está en pleno auge y se transmite a la pro­
Duras, Marguerite. El amante. Buenos Aires: Tusquets, 1993 (trad. Ana María
Moix). ducción literaria ofreciéndole un saber erudito que encuentra en su
Krotz, Esteban. "Utopía, asombro, alteridad: consideraciones acerca de la base una distinción ontológica entre Oriente y Occidente.
investigación antropológica". Estudios sociológicos, núm. 14, vol. 5, mayo­
agosto 1995: 283-302.
' Iokanan: (Jokanan, Jojanan). Igual que Juan o Joaranan. La mejor versión del hebreo es
Robbe-Grillec, Alain. Por tma novela ntteva. Barcelona: Seix Barral, 1973. probablemente la latina que lo tradujo como loannes, de donde vienen todas las formas existentes en
Vargas Llosa, Mario. La orgía perpettta. Fla#bert y 'Madame Bovary'. Barcelona: Seix las lenguas romances. En árabe Hanna y también Yahya.
Barral, 1975. 'EdwardSaid. "Introducción", Orienra/i11no, 2002: 21.

66 67
La alteridad y la intimidad María Eugenia Gantus - Sofía Mariana De Martín

El cuento desarrolla dos ejes de sentido. Por un lado, la rela­ 1 e, mientras Salomé apenas se insinúa sugerente.
ción entre Antipas y Herodías, sus intereses políticos y los pormeno­ El modo en que están representadas las imágenes en los pri­
res de la crisis marital que los afecta. Por el otro, el relato bíblico del meros párrafos se asemeja a un plano cinematográfico que abarca
crimen de Juan Bautista, el cual aparece como telón de fondo en la una amplia extensión del paisaje para luego realizar progresivamen­
mayor parte de la narración, aunque pasa a primer plano en el te una descripción más detallada. Flaubert construye una visión
momento del festín. La presencia del profeta detona el conflicto que panorámica con la que sobrevuela la fortaleza de Maqtteronte acer­
afecta al tetrarca y a su mujer, siendo una amenaza constante duran­ cándose hasta focalizar la terraza. Recorre imágenes de la ciudadela
te todo el cuento. vista de lejos, al oriente del Mar Muerto. Describe valles, casas, un
La narración se desarrolla en veinticuatro horas, comienza al camino en zigzag que lleva hasta los muros de protección e ingresa
amanecer del día en que se celebra el cumpleaños del tetrarca, al palacio a través de la azotea que ocupa el soberano.
Herodes Antipas, y culmina al clarear el día siguiente. A esta particu­ La brevedad del relato obliga a Flaubert a dosificar progresi­
laridad se suman la unidad de espacio y de acción, características vamente la información en escenas cortas e intensas. Es por esto que
que, según la mayoría de los críticos, lo acercan al texto teatral, más incluye resúmenes en los diálogos, como así también en las reflexio­
específicamente a una tragedia en la que Antipas y Salomé son vícti­ nes interiores de los personajes y en las descripciones para lograr un
mas de las intrigas de Herodías. Al mismo tiempo, se organiza en texto comprensible. Introduce como pretexto la mirada del tetrarca
tres partes que podrían corresponder a tres actos. Cada una tiene sobre los caminos, condensando de esta forma diversas reflexiones
como eje un momento bien definido: La primera funciona como pre­ que contextualizan el relato. Mientras sus ojos se detienen sobre dis­
sentación, provee la información necesaria para comprender la his­ tintos puntos del paisaje aprovecha el artificio para describir Judea y
toria. La segunda relata el arribo del procónsul romano Vitelio, la los pormenores de la situación política:
recorrida por los depósito de armas del tetrarca, y el develamiento Conjuntamente, algunos momentos de la composición per­
de la prisión de Yaokanán, quien increpa a Antipas y a Herodías. miten mantener la intriga y cohesionan la trama del texto. Los sig­
Finalmente, la última parte relata cómo se desarrolla el festín donde nos de una cólera inmortal que Antipas percibe en el paisaje, las
se celebra el cumpleaños del tetrarca, la danza de Salomé y el cumpli­ fugaces apariciones de una joven vestida de romana, el presagio de
miento del desgraciado pedido de la bailarina. Fanttel, que augura la muerte de un hombre importante, entre otros
Volviendo al primer apartado, se puede decir que contextua­ hechos, anticipan lo que pasará, son pequeñas pistas que adquieren
liza el relato mediante una descripción detallada del espacio geográ­ mayor sentido al releer el cuenco. Elementos dispersos que penetran
fico y de las circunstancias políticas e históricas que lo enmarcan. Al toda la trama.
mismo tiempo, presenta a los personajes más destacados y los con­ Los personajes que protagonizan el cuento aparecen atrave­
flictos que los atraviesan: Antipas aparece preocupado por el doble sados por sus propias historias debido a que determinados aconteci­
peligro que lo acecha: desde fuera a raíz de la presencia de las tropas mientos del pasado tienen progresión en el presente del relato
árabes que acampan cerca de la ciudad y desde los sótanos de la pri­ desencadenando una constante tensión opresiva. Sus historias están
sión a través de la voz enfurecida de Yaokanán. Al mismo tiempo atravesadas por hechos ya transcurridos y de los que todavía sufren
Herodías intriga contra el profeta con el propósito de lograr su muer- las consecuencias, pues la crisis que les preocupa tiene profundidad

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La alteridad y la intimidad María Eugenia Gantus - Sofía Mariana De Martín

en el tiempo y se desencadena a raíz del cúmulo de hechos que com­ El cliché de la mujer oriental, como aquella capaz de satisfa­
ponen toda una vida. Al mismo tiempo, son seres solitarios que cer todos los deseos y fantasías, sufre una mutación particular ya
expresan sus sentimientos e intenciones a través de gestos y accio­ que en este caso se desdobla. Herodías y Salomé aparecen como las
nes, ya que nada se sabe de las fuerzas internas que los impulsan. dos caras de una moneda. La primera representa la sabiduría y la
Entre los límites estrictos impuestos a las mujeres según las astucia, la segunda la sensualidad.
leyes bíblicas se encuentra el de la sumisión al marido: las mujeres Como ya se dijo, en este período la mujer tiene un lugar pasi­
callan estando en público. Pues no les está permitido hacer uso de la vo en el ámbito público. La estrategia de la danza, es el lenguaje cor­
palabra, sino que escuchan dóciles y en silencio con entera obedien­ poral que permite a las mujeres expresarse logrando así cierta auto­
cia. La figura de Herodías que compone Flaubert transgrede estos nomía en relación a los hombres. En este caso, el baile ofrece la opor­
preceptos, su fuerte personalidad se impone con astucia y violencia tunidad de afirmar su ingenuidad libertina. El esplendor de la belle­
a lo largo de todo el relato. Sus intervenciones dirigen la trama y defi­ za, la virtuosidad de la intérprete y el lujo de la ornamentación con­
nen la suerte de los demás protagonistas. Manifiesta su tempera­ quista al público que la mira. La bailarina aparece como un objeto
mento malintencionado desde la primera aparición donde no deja mágico, lleno de poder sugestivo.
dudas sobre su falta de escrúpulos al complotar contra de su herma­ Durante su actuación, despliega una sensualidad instruida
noAgripa. woducto de su delicada feminidad, la cual embeleza al tetrarca.
Impulsada por la ambición, no duda en abandonar a su hija Extasis que lo inmoviliza y domina. La visión de Salomé le recuerda a
para unirse a Antipas. Como así también manipula a Salomé, trans­ Herodías y reaviva el hechizo que en otro tiempo lo conquistó. El
formándola en un tentador señuelo que le permite concretar su avi­ momento clave de la danza es su culminación, instante en que la ten­
dez de poder. Se convierte en espectadora directa del efecto cauti­ sión estalla cuando Salomé obedeciendo las instigaciones de Herodías
vante que ejerce la joven sobre su esposo. pide la cabeza de Yaokanán.
El TetrarcaAntipas, aparece representado como un soberano En contraposición con el lugar pasivo y sumiso que implica el
derrotado y envejecido, quien sufre las desgraciadas consecuencias estereotipo femenino en la cultura oriental. Antipas pone todo su
de su relación con Herodías, como así también agobiado por la poder en manos de la bailarina, acción que indirectamente le otorga
angustiosa decisión de ejecutar a Yaokanán para complacer a su espo­ ese poder a su madre. El olvido del nombre del prisionero que reali­
sa. za Salomé la define por completo, ese detalle sutil demuestra su ino­
La relación conyugal de los soberanos completa el perfil de cencia.
ambos personajes Herodías trata astutamente de reanimar el amor Este olvido de Salomé, junto a la reacción de Herodías al ente­
que en otro momento inspiró en el corazón de Antipas con fines coer­ rarse del encarcelamiento de su hermano y el llanto de Antipas luego
citivos, mientras él rechaza sus acercamientos. de ordenar la ejecución del profeta son tres momentos claves en la
Paralelamente, la peligrosa figura de Salomé manifiesta su pre­ definición de cada personaje puesto que marcan su impronta.
sencia a través de seductoras insinuaciones. Pequeñas visiones que Debido a la brevedad del cuento Flaubert utiliza estos hechos bien
poco a poco intrigan al tetrarca, en tanto que Herodías evita revelar concretos para completar con claridad el perfil de los protagonistas.
la identidad de esa imagen cautivante. Paradójicamente, aunque Flaubert visita Oriente en 1849

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La alteridad y la intimidad María Eugenia Gantus - Sofía Mariana De Martín

sigue recreando los estereotipos asimilados en cuadros y lecturas a los criminales, o la enmienda de injusticias. Saduceos y fariseos
que, como ya se dijo, el auge de los estudios sobre Oriente ponía a su ambicionaban el cargo de Sumo Sacerdote; galileos, judíos, roma­
disposición. Es importante aclarar que la noción de estereotipo es nos; todos hablaban a la vez.
entendida como una representación colectiva fija en el plano del pen­ La celebración de cumpleaños es una enorme amalgama de
samiento o de la expresión que circula en una comunidad en un comidas, lenguas que se confunden y razas que coexisten, en la que
momento dado y a la cual se le asigna una serie de atributos forzo­ todos departen en un ambiente lleno de furor y ruido. El griterío,
sos. enardecido por el vino, colma el aire.
Contrariamente la observación directa no modifica sus pro­ Este reencuentro con el Oriente soñado se hace presente en
pias visiones, sino que elabora su propio material oriental el cual res­ varios pasajes del festín. Los personajes reúnen las características de
ponde al ideal imaginario: "Lo que contaba ... era la estructura de los "excesos orientales": El procónsul junto aljoven asiático represen­
su obra como un hecho independiente, estético y personal, y no la tan la homosexualidad y la pederastia. A11lio, que come y vomita,
manera en la que, si se quería, se podía dominar efectivamente expresa la gula, uno de los siete pecados capitales del occidente cris­
Oriente" (Said 2003: 248). tiano.
Flaubert explora Oriente con el fin de constatar la realidad Fariseos y Saduceos ejemplifican la lucha encarnizada por el
exótica y atrayente que palpitó en sus lecturas: poder utilizando para conseguirlo métodos que no contemplan los
En el sistema de conocimientos sobre Oriente, éste es menos un valores morales, éticos y religiosos que en su carácter de represen­
lugar que un topos, un conjunto de referencias, un cíunulo de tantes de una comunidad religiosa, debieran tener.
características que parecen tener su origen en una cita, en el frag­
La presencia de los reyes árabes enemigos de Herodes da cuen­
mento de un texto, en un párrafo de la obra de otro autor que ha
escrito sobre el tema, en algún aspecto de una imagen previa o en ta del temor del Tetrarca por un lado y de la táctica de incorporar al
una amalgama de todo esto ... En ... Flaubert, Oriente es la enemigo por la falta de "valentía" para hacerse cargo del hecho de
representación de un material canónico orientado por una volun­ que esta enemistad responde a la elección que él hace como adulto.
tad estética y activa capaz de producir interés en el lector (ibid: Dicha situación se relaciona con una parte fundamental de la visión
243). sobre Oriente: el in stattt p11pilliari, según el cual a través del exceso
continuo los orientales permanecen en un estado de infancia irre­
Varios elementos del cuento responden a ese Oriente fasci­ mediable.
nante, lleno de objetos extraños y exóticamente hermosos, elabora­ Por último, la presencia de los publicanos, que siempre han
dos de un modo exquisito; como así también detalles inhumanos y sido despreciados por su función de recaudadores de impuestos,
monstruosos. Las descripciones exageradas de los sirvientes, el representa el lucro desenfrenado.
atuendo y los adornos femeninos, o los manjares del festín adhieren En conclusión, Flaubert reconstruye Oriente según una esté­
a esa visión. tica personal, en la cual aparece representado como un espectáculo
La masa furiosa asedia al procónsul en forma brutal, expo­ exótico. A pesar de encontrarse con el otro oriental no deja de inte­
niendo la lucha de fuerzas sociales. Las diversas razas y naciones que ractuar con la identidad ficticia que le dicta su propio intelecto.
intervienen en el cuento desfilan ante él reclamando favores, castigo Constituidos en espectadores de un panorama maravilloso penetra-

72 73
La alteridad y la intimidad

mos en el palacio desde la montaña a través de la terraza del tetrar­ ¿Los OTROS SON COMO YO?
ca. Conocemos las intrigas de Herodías, recorremos los recintos jun­ LA GUERRA DE TROYA NO TENDRÁ LUGAR
tos a sus invitados y sentados a la mesa somos cautivados por el DE JEAN GIRAUDOUX
embrujo de Salomé y su danza. Finalmente, presenciamos el crimen
de Yaokanán que cierra el relato. De este modo, su claridad de estilo Nora Beatriz Forte
Instituto de Análisis Semiótico del Dismrso
y composición permite reunir elementos dispersos que derivan de la Facultad de Ciencias Humanas
diversidad de razas, naciones y lenguas que recorren el cuento. Universidad Nacional de La Pampa

Referencias bibliográficas El proceso de semiosis o producción de sentido del género tea­


Charaudeau, Patrick y Maingueneau, Dominique. Diccionario de análisis del dis- tral se distingue de otras prácticas artísticas literarias por la natura­
c11rso. Buenos Aires: Amorrortu, 2005.
leza particular de su enunciación. Exhibe un sujeto múltiple cuyo
Flaubert, Gustave. Tres ettentos. Madrid: Cátedra, 1999 (trad. Germán Palacios).
Flaubert, Gustave. Herodías. Buenos Aires: Poseidón, 1946 (trad. Roger Plá). discurso imprime sus huellas en las réplicas de los personajes, en las
Friedrich, Hugo. Tres clásicos de la novela francesa. Stendhal - Balzac - Fla11bert. acotaciones escénicas y en la carga ideológica del texto en cuestión
Buenos Aires: Losada, 1969. (De Toro 1992': 22). Su discurso-y sobre todo el del autor- consti­
Levin, Harry. El realismo francés (Stendhal, Balzac, Flaftbert, Zo/a, Promt). tuye un "principio de agrupación, como unidad y origen de sus sig­
Barcelona: Laia, 1974.
nificaciones, como foco de su coherencia" {es} "quien da al inquie­
Lottrnan, Herberc. Gttstave Flar,bert. Barcelona: TusQuets, 1991.
Said, Edward. Orientalismo. Barcelona: De bolsillo, 2002 '.
tante lugar de la ficción sus unidades, sus nudos de coherencia, su
Todorov, Tzvecan. Nosotros y los otros. Reflexión sobre la diversidad humana. México: inserción en lo real" (Foucault 2004: 29-31) y está determinado
Siglo XXI, 2005. por las condiciones de producción socio-históricas.
VVAA. Travail de Flaftbert. Paris: du Seuil, 1983. La relación de los discursos con las condiciones de producción
se instaura a través del marco institucional, los aparatos ideológicos
en los que se inscriben, la coyuntura política, las representaciones y
convenciones sociales, las relaciones entre destinador y destinatario,
las posiciones entre los agentes en el campo de los conflictos ideoló­
gicos y los efectos estratégicos que se buscan. Cada uno de estos com­
ponentes se yuxtaponen en el discurso teatral en "campos discursi­
vos con lenguajes fuertemente marcados" por donde circulan los
"paradigmas de una hegemonía dada (Angenot 1986: 10) la que, de
acuerdo con los contextos de producción y las circunstancias de
enunciación puede, entre otros int. ereses, legitimar o censurar enun­
ciados, imponer formas legítimas de lenguajes, insinuar saberes y

74 75
La alteridad y la intimidad Nora Beatriz Forte

procedimientos en los discursos mediante conjeturas. En el plano simbólico, extratextual, los hechos referidos alu­
Si acordamos en que un discurso refleja/ refracta aspectos del den a las reacciones de la diplomacia francesa ante las amenazas de
los sucesos acaecidos en la Alemania de Hitler entre 1933 y 1935 y
3
universo de lo real y responde a las reglas de lo decible y no decible
para un momento y un lugar determinados, el autor de una pieza le permiten al dramaturgo discutir las formas de gobierno y de
teatral-consciente o no de su producto simbólico-desmonta su voz impartir justicia en los Estados europeos de los años treinta, especí­
y la de otros sujetos sociales bajo formas de la alusión, la presuposi­ ficamente en el período de entreguerras.
ción y el silenciamiento; de modo tal que genera un espacio de La intriga dramática de esta pieza se desarrolla en dos Actos y
entrecruzamiento de saberes, lenguajes e ideologías. En esta línea en dos escenarios diferentes de la legendaria Troya: el primero, en la
escriruraria se ubica un grupo destacado de dramaturgos franceses terraza de una muralla desde la que se domina otra terraza y nuevas
que compusieron en la primera mitad del siglo XX. Al mismo tiem­ murallas; el segundo, en la plazoleta cerrada del palacio, desde
po que reflexionaron sobre el propio arte, sus criterios, su lenguaje y donde se avistan salidas al mar y desde donde se observan que las
su validez como forma de representación, cuestionaron s1/ realidad puertas de la guerra están abiertas de par en par. El Acto I se inicia
contemporánea: unos observaron el desencanto y la angustia y adop­ con el intercambio dialógico entre Andrómaca y Casandra.
taron una mirada escéptica ante las posibilidades del cambio, otros Mientras ambas evocan el rapto de Helena por parte de Paris,
plantearon la necesidad de transformar la sociedad y consideraron Héctor ingresa a escena. Regresa de ttna guerra con la esperanza de
que el teatro podía convertirse en uno de sus instrumentos. que ésa haya sido la última, pero la noticia del rapto y de que será
Jean Giraudoux no escapa a estas reflexiones. En La guerra de padre modifican sus planes. El conflicto bélico se reinstala en el esce­
2
Troya no tendrá lugar ( 193 S) , modela una versión particular del mito nario troyano y divide la opinión pública. Con la ayuda de las muje­
clásico focalizada desde la perspectiva de los vencidos, los troyanos, res (Andrómaca y Hécuba), Héctor denuncia la propaganda anti­
y relega a un segundo plano la intervención de los griegos, los ven­ griega del poeta Demokos, jefe del grupo beligerante. Aferrado a la
cedores. Si bien advierte en los que rechazan -la guerra y en los que idea de lograr la paz, Héctor convencerá a Paris, a Príamo y a la pro­
apuestan al conflicto bélico el desencanto y la angustia ante las posi­ pia Helena de que ella debe renunciar a Paris y, por consiguiente,
bilidades de cambio , plantea no obstante "la irracionalidad de la con­ regresar con los griegos.
dición humana, [pero] con un razonamiento edificado lógicamen­ El Acto II se centra en los debates y las agresiones verbales, de
te" (Essling 1966: 1 S). Sus personajes se debaten entre "la protesta tono sarcástico, entre los protagonistas por la apertura de las puer-
solitaria del hombre contra el mundo en que vive" y los esfuerzos
que realizan para conciliarse con el universo al cual pertenecen (Gue­ 'Entre 1934-1935, "Francia era evidentemente el país más amenazado por la política revisionista de
rrero Baeza 1998). Hitler. Tras el abandono alemán de la Conferencia de Desarn1e y la evidencia del rearme germano, el
17 de abril de 1934, el gobierno de París publicó una nora diplomática denunciando el rearme alemán
y proclamando la determinación francesa de defenderse por sí misma. Era el primer acro del nuevo
'El subrayado es nuestro. ministro de asuntos exteriores francés, Louis Barchou, quien desde febrero de 1934 estaba dirigiendo
'La gue,-,. de 'Ji'oie n',mra P"' liett fue estrenada el 21 de noviembre de 1935 en Paris en el Théatrc de una acción diplomática destinada a conseguir que Alemania garantizara el respeto a sus fronteras
l'Achénée, bajo la dirección de Louis Jouvct. Los principales roles fueron interpretados por Falconetti orientales. Se trataba de conseguir un Locarno del Este. Francia inició una vigorosa actividad
(Andrómaca), Madcleine Ozeray (Helena), Paule Andral (Hécuba), Marie-Hélcne Dasté(Casandra), diplomática a lo largo de roda Europa. Fruto de ella fue la aproximación del gobierno de París a la
LouisJovcc (Héccor), Pierre Rendir(Ulises),J osé Noguero(Paris) y Roberc Bogar(Príamo). URSS y a la Italia de Mussolini" (edición electrónica htc¡,://www.hiscoriasiglo20.ors/EG/l933-
39.hrm).

76 77
La alteridad y la intimidad Nora Beatriz Forte

tas de la ciudad. El agon final entre Héctor y Ulises anticipa el desen­ Héctor. -Los otros son como yo. El ejército que he traído odia la gue­
rra.
lace de la historia: Héctor comprende que se trata de una "guerra de [...J No puedes imaginar cómo, de repente, todo le ha sonado
intereses" y que el rapto de Helena es una mera excusa para que los afinado, hace una hora, a la visea de Troya[ ... ] El asedio pacífico
griegos se apropien de las riquezas de Troya. La diplomacia, el diálo­ de la patria abierta: ésa es la carea digna de un verdadero ejército.
go y el análisis acerca de la utilidad y las consecuencias de la guerra Andrómaca. -[...]No has comprendido que esa era la peor falacia. La
convencen a Ulises del acuerdo de paz. Pero la intervención del grie­ guerra está dentro de Troya, Héccor. Ella os ha recibido a sus puer-
tas[...]
go Oyax mediante un gesto obsceno hacia Andrómaca y el engaño
[ ...]
final de Demokos precipitan el desenlace trágico de los aconteci­ Héctor.- tranquilízate los troyanos que han hecho y pueden hacer la
mientos. Las puertas de la ciudad se abren y dan paso al inicio de la guerra no quieren hacerla.
guerra. Andrómaca.-Quedan aún los otros. (1, iii: 124-126)
i

En efecto, la guerra no sólo se tematiza en tópicos de conver­


sación en los parlamentos de los protagonistas sino, también, se ins­ Para Héctor, los sonidos desafinados de la guerra estrechan
taura como uno de los organizadores del logos en escena y como la distancia entre él y su ejército porque generan un clima de recha­
marco de referencia en torno del cual se construyen los modos de per­ zo hacia lo que efectivamente ocurre en un campo de batalla: can­
cepción de los personajes. Los protagonistas observan y reaccionan sancio, muerte, sinsentido, absurdidad. El regreso a la patria impli­
al nombrarla ya sea a través de los sentidos, los movimientos y las ca el abandono definitivo de ese estado. Hay un 'yo' que manifiesta
referencias temporales. Se activa en ellos el deseo de saber por qué se su odio a la guerra y postula un 'otros' que participa de ese rechazo.
la rechaza o bien por qué se espera que se lleve a cabo. Pero, la noticia del rapto de Helena, el reclamo de los griegos y la
Consideremos el intercambio dialógico entre Héctor y negativa de quienes se oponen a su devolución modifica la configu­
Andrómaca: ración semántica de ese 'otros'. Ahora los 'otros' designan a los tro­
Héctor. -[ ...J por muy extraño que parezca, la guerra me prometió la yanos aliados del poetaDemokos que apuestan por un conflicto béli­
bondad, la generosidad, el desprecio de la ruindad. Creí deberle co, más allá de las causas que los provoquen y que, obviamente, no
mi ardor y mi gusto por la vida, incluso por ti ... Hasta esta última aceptan la idea de que la devolución de Helena a los griegos es una
campaña, no he dejado de amar ni a un solo enemigo. señal de mediación diplomática.
[ ...}no puedes imaginar lo afinadas que estaban las escalas de
la guerra [ . ..J En la escena iv del Acto Segundo escuchamos las reflexiones
Andrómaca. -Y, esta vez, la guerra te sonó desafinada, ino? deDemokos:
Héccor. -Me pregunto por qué. ¿La edad? ¿o, sencillamente, ese can­ Demokos.- [ ...]os he convocado aquí, antes de la hora, para nuestro
sancio del oficio que de repente se apodera del ebanista junto a su primer consejo. Es un buen augurio que este primer consejo de
banco, ese cansancio que me abrumó una mañana, justo cuando, guerra no sea el de los generales, sino el de los intelectuales. Pues a
inclinado sobre un adversario de mi edad, iba a acabar con él? [ ...J la guerra no le basta con dotar de armas a nuestros soldados. Es
La lanza, resbaladiza sobre mi escudo, sonó de pronto desafinada, indispensable exaltar el entusiasmo. La borrachera física, que sus
[ ...]Y hasta la guerra se dio cuenta de que había comprendido, y jefes consiguen en el momento del asalto con un vino con su
no se sintió ofendida. Los gritos de los moribundos sonaban desa­
finados ... Ahí me encuentro ahora. ' Las citas en español corresponden a la traducción de Francisco Torres Monreal y Guy Teissier,
Andrómaca.-Pero todo siguió sonando afinado para los otros. Madrid, Cátedra, 1996.

78 79
La alteridad y la intimidad Nora Beatriz Forte

buena dosis de resina, resultará ineficaz frente a los griegos si no se (;jes temáticos de la pieza teatral y porque se pone de relieve la iden­
dobla coa la borrachera mental que nosotros los poetas, vamos a tificación de unos con otros.
verterles. Y puesto que la edad nos aleja del combate, colabore­ Cuando Ulises exclama que, en vísperas de cualquier guerra
mos para que sea un combate sin piedad. (156) dos jefes que pertenecen a pueblos en conflicto se encuentran a
solas, reconocen en el rostro del 'otro' que no existe ninguna señal
En este pasaje, el dramaturgo retrata con tintes irónicos la que justifique el odio y el desencadenamiento de una guerra; por el
antesala de la guerra y se burla de los artistas autodenominados inte­ contrario, se identifican con ese 'otro' porque ambos comparten el
lectuales que utilizan las estrategias de persuasión con fines políti­ deseo de la paz. La despedida -concluye Ulises - no implica que
cos. luego estalle la guerra: "nuestros pueblos callan, nos dejan conver­
Otro de los ejes que vertebra la intriga dramática es la imagen
sar. Pero no significa que esperen de nosotros una victoria sobre lo
de Helena. Como su homónima mítica, el personaje de Giraudoux inevitable[...} los grandes tenemos el privilegio de ver las catástro­
despierta pasiones y odios. Con excepción de Héctor, los varones tro­ fes desde una terraza" (189). Dispuestos a negociar la paz a partir de
yanos Príamo, los ancianos, el joven Troilo-entre otros- fueron sedu­ la entrega de Helena , Héctor y Ulises descubren que la paz lograda
cid�s por la belleza de Helena. Según Paris, Helena"no es el tipo de
fue, en realidad, un intervalo entre dos guerras.
muier de aquí" (I, iv: 126); ella es la 1 otra', la diferente y la define por
Para el espectador contemporáneo al estreno de esta pieza tea­
lo que no es: no es pegajosa, no es violenta ni besa como deglutiendo
tral, Giraudoux puso en escena una paradoja histórica porque pre­
las palabras, no imita a hombres; por el contrario, se manifiesta
sentó "la guerra a un público aterrorizado por el recuerdo de la
como distante. De ahí que esa ausencia- presencia, justifique el con­
Primera Guerra Mundial y por los temores de nuevo conflicto, en
sentimient� de una guerra. Para Hécuba, Helena es la forastera por
un momento en que el tema desencadenaba pasiones contradicto­
antonomasia que fue convertida innecesariamente en un símbolo
rias" (Torres Monreal y Teissier 1996: 49). En tanto diplomático del
del pueblo (I, vi: 133). Es una mujer de historias (I, vi: 137) que
gobierno francés, Giraudoux fue testigo de las estrategias contra­
queda al margen de los dos bandos porque no se involucra con sus
dictorias de la diplomacia francesa para organizar la posguerra; tra­
propios sentimientos ni con los sentimientos de otros (I, viii: 144-
tar de neutralizar a Alemania, contener el avance de los regímenes
5). En conclusión, hacer una guerra por el amor a una mujer -ex­
totalitarios en Europa, e intentar la creación de una línea defensiva
tranjera, solitaria- es, como sentencia Hécuba, "la manera de amar )
en la frontera germana para impedir un nuevo conflicto .
de los impotentes" (I, vi: 136).
El enfrentamiento verbal decisivo entre Héctor y Ulises, que
ocupa la escena xiii del Acto II , es doblemente significativo. En pri­ Consideraciones finales
m:r lugar porque, el autor dramático enfrenta a dos héroes paradig­
_ No deja de ser paradójico que sea un poeta quien provoque la
�aticos, que se muestran como seres desamparados que buscan guerra con sus palabras. El personaje de Demokos miente cuando
mfructuosamente la razón de lo inevitable y, por ese mismo motivo,
acusa al griego Oyax de ser el autor de su asesinato. Y así, como con-
recurren a la abstracción para encontrar a los responsables de los
acontecimientos: el universo, el destino, la guerra misma. En ' Entre 1930 y 1938, Jean Giraudoux desempeñó cargos como inspector general de puestos
segundo lugar porque, en este intercambio verbal, convergen los diplomáticos y consulares.

80 81
La alteridad y la intimidad

L'AUTRE
cluirá Casandra, "el poeta troyano ha muerto .. . tiene la palabra el
poeta griego" y, despegándose de las manos de Andrómaca, Héctor
exclama: "la guerra tendrá lugar".
La ambigüedad que recorre la obra y que se plantea desde el
título dan cuenta de la intencionalidad del dramaturgo. Jean Paul Guilmot
Alianza Francesa
Giraudoux se vale del mito - del mito de la guerra de Troya - para Universidad Nacional de Mar del Plata
demostrar que la historia siempre la escriben los vencedores, ya
desde las terrazas ya desde sus cómodos despachos y que, cuando el
sujeto se mira en el 'otro', la imagen que ese otro le devuelve es la
imagen de su yo fragmentado. Quel mystere que l'autre! Il est toujours la comme aux
aguets: que me veut-il? et comment m1 appara1t-il dans un premier
moment ? Me veuc-il du bien ? ou ne cherche-t-il qu'a profiter de
Referencias bibliográficas moi ou me cherche-t-il noise ? M'aime-t-il et ma présence
l'enrichit-il comme si j'ajoutais une fleur a son jardin ? Puis-je
Angenot, Marc. "Intertextualidad, interdiscursividad, discurso social". Revista
de Crítica y de Teoría Lite,·aria, N ° 6, 3-18. Rosario: UN de Rosario,
1988. l'aimer et en tirer parti s'il me complete, me comprend et me
De Toro, Fernando. Semiótica del teatro. Del texto a lap11.esta en escena. Buenos Aires: découvre tel que je suis ? ou bien finalement lui suis-je ou m'est-il
Galerna, 199i. indifférent comme si nous n'avions rien a voir entre nous ? Je
Essling, Martin. El teatro del absttrdo. Barcelona: Seix Barral, 1966. n' existe pas pour lui et il n' existe pas pour moi.
Foucault, Michel. El orden del discttr.ro. Buenos Aires: Tusquets, 2005. Quel est done cet autre qui r6de autour de moi et qui
Guerrero Baeza, Patricia. "Helena, la encarnación de la fatalidad", Revista
Signos, Vol. 31, Nº 43-44, 1998: 75-88. 28 Febrero 2008 souvent n'est autre que moi-meme ? Si moi ese un autre, comme a
< http://www.scielo.cl/scielo.php?script= sci_arttext&pid = S0718- dit Rimbaud, quel est done cet autre qui semble me poursuivre, qui
9341998000100007&lng =es&nrm = iso >. m'assaille d'un peu parcout et qui m'empeche d'ecre moi-meme ou
Girauodux, Jean. La g11.erre de Troie n'attra pas liett. París: Larousse Bordas, me permet peut-etre de l'etre?
1996. Il y a aussi cet autre que je rencontre sur ma route qui me fait
Giraudoux, Jean. La gtterra de Troya no tendrá lttgar. La loca de Chaillot. Madrid:
Cátedra, 1996. Traducción de Francisco Torres Monreal y Guy Teissier. signe pour m'accueillir ou qui ferme les yeux pour ne pas me voir, a
moins que ce soit moi qui les ferme pour que sa vue ne me
déconcerte pas. Parfois un din d'oeil change les choses et établit
une connivence, une sorce de complicité qui ouvre á notre insu un
dialogue qui se glisse entre nous et facilite ainsi la rupture ou
!1 éclatement d'une intimité apparemment infranchissable.
Quel est done cet autre dont la présence sournoise m'obsede
sans que je puisse savoir ce qu'il est , car j'ignore encore ce que je

82 83
La alteridad y la intimidad Paul Guilmot

suis. M'aide-t-il a sortir de ma solitude ou a l'approfondir, comme si que « soi-meme » n'est pas seulement de comparaison, mais
j'avais besoin de cet autre pour ecre conscient que je suis seul. d'implication : « soi-meme » n'est pas semblable a un autre, il est en
1
Paradoxe surprenant, c'est la rencontre avec l'aucre qui me confirme tant que « autre » • En d'autres termes, se penser soi-meme en tant
ma solitude et m'arrache a elle. qu'autre signifie que l'autre ese constitutif de ma propre identité.
En somme, l'autre apparait des qu'il surgit, comme une Nous voila done a pied d'oeuvre pour mieux comprendre la
naissance possible, entendue dans un sens large qui embrasse tout confusion qui se faufile adroitement dans cette sorce
élément qui contribue a créer un etre nouveau, car l'homme est cet d'autobiographie qu'est l'Africain de Jean-Marie Le Clézio.
etre original qui, en raison de ce qu'il peut devenir, nait d'une L'Africain, c'est le pere, mais c'est aussi cet autre soi-meme qu'est le
maniere permanente, dans la course de la vie qui se rythme au fils. On peut done affirmer que, d'une certaine fa�on, l'africain
battement, régulier ou non, de ses étapes. Mais ce battement, si s'applique autant au pere qu'au fils dom la vie finit par se calquer
constant ou si régulier qu'il soic, se déroule suivant un póle positif sournoisement sur celle, insolite, de son pere. Le fils finit par
ou négatif, positif si l'un et l'autre s'enrichissent, négatif s'ils décrire la personnalité de son pere par bribes et morceaux, grace a

s1appauvnssent.. de discretes confidences de ses parents. Lui, le fils, découvre que son
Ainsi, face a l'autre, on se heurte a une ambigu'ité pere, a l'age de la retraite, revenu vivre en France, est l'Africain,
fondamentale, caractéristique de notre condition humaine, chose, a premiere vue, difficile a admettre. Pour comprendre ce que
ballottée entre le refus de l'autre souvent tenté d'envahir un espace fue son pere et, par ricochet, ce qu'il est lui-meme, il écrit ce livre.
qui n'est pas le sien pour en etre le propriécaire exdusif, ou endin a Son pere nait aux environs de 1900 a l'ile Maurice, ile de
l'accepcer pour accéder a une nouveauté qui laisse une porte l'océan indien, a l'est de Madagascar, sous domination britannique
ouverte sur un horizon plein de promesses. de 1810 a 1957. 11 en est expulsé avec toute sa famille en 1919; les
Ce long commentaire sur l'autre est repris d'une maniere siens sont ruinés, il n'a des lors plus qu'un désir, partir tres loin, et ne
suggestive et originale par Ricoeur dans son livre « Soi-meme jamais revenir. Sans le soutien familia!, il ne peut compter que sur
comme un autre ». Recourant aux apports de la phénoménologie une bourse du gouvernement qui lui permet de cerminer sa
unís a l'herméneutique, Ricoeur énonce trois visées impliquées dans médecine a Londres. I1 passe ses congés a París aupres de son onde
ce titre : Le « soi » ese un réfléchi qui peut s'ajouter a tous les et de sa cousine germaine sa fucure épouse. Il partage avec son onde
pronoms personnels sans etre lui-meme un pronom personnel. Il se des souvenirs communs a l'tle Maurice et sa mere qui en entend
place au lieu du « je » et par conséquent échappe au vocabulaire du souvent parler en reve avec lui. « Mon pere et elle, condut le fils,
sujet. Le seconde visée implique que le « meme » évite !'entente unis par ce reve, sont ensemble comme les exilés d'un pays
inaccessible » •
2
entre le sujec constituant et l'identité, sorce de substrae qui
perdurerait derriere les changements. On n'affirme pas qu'il y I1 s'engage, al' age de trente ans comme médecin en Guyane,
aurait un prétendu noyau non changeant de la personnalité. Le « au lieu d'accepter un poste a l'hópital de Southampton. Premicrc
meme » est done employé dans le cadre d'une comparaison et il
s'oppose a« autre », ce qui entraine une troisieme visée qui mee en ' Ricocur , Paul. Soi-mime romme un aum. Paris : Scuil, 1990, pnssirn.
'Le Clézio, J.M.G. L'Afrkain. Paris: Folio, 2007: 58-59. Désornrnis mous cllcrom l.'✓lfl'll,1111, p11r lij
jeu la dialectique du« soi » et del'« autre » que« soi », ce qui signifie siglcA.

84 U'
La alteridad y la intimidad Paul Guilmot

rupture symptomatique de son tempérament entier qui se rebelle dcux ans. Son fils commente l'exaltation que vit son pere a l1arrivée a
contre la société européenne Il refuse done une vie rangée comme Victoria. Parmi les clichés de son pere, il y a une photo qu'il a
médecin de campagne dans la banlieue londonienne et choisit agrandie pour en faire un tableau qui évoque le mystere et la
délibérément autre chose, « par orgueil sans doute, pour fuir la sauvagerie d1un endroit presque vierge qui lui rappelle avec
médiocrité de la société anglaise, par gout de !'aventure aussi » (A, nostalgie l'Ile Maurice, au Cap Malheureux 011 il allait parfois en
50) Ce choix n'était pas gratuit, car c1 est un autre monde, dans cxcursion dans son enfance. Allait-il retrouver maintenant quelque
lequel il plonge, une autre vie qu'il cherche, avec les conséquences chose de l'innocence perdue, le souvenir de cette ile arrachée a son
qu1 il connaitra, l'exil au moment de la guerre, l'éloignement de sa coeur ? Comment n1y aurait-il pas pensé, puisque tout ici lui
femme et de ses enfants qui le rend inéluctablement étranger, rappelle le temps passé, le meme paysage, le meme climat, la meme
comme s'il était en marge de la société. mer, les memes visages, les memes rires d1enfant. Pour cela, il est
Apres deux ans de séjour, il accepte de se porter volontaire impatient de commencer son métier de médecin et de parcourir la
a l'ouest du Cameroun, sous mandar britannique. Il a 32 ans, « c'est route qui le conduira a son poste a Bamenda. Cest la qu1il emmene
un homme endurci par deux ans d'expérience médicale en sa femme apres son mariage dans leur premiere maison de Foresty
Amérique tropicale, il connait la maladie et la mort, il les a cótoyées 1-Iouse. Ils achetent leurs meubles, tables, fauteuils, avec des murs
chaque jour, dans l'urgence, sans protection » (A, 63) 11 soigne tous ornés de masques, de statues. L'auteur a passé une partie de son
ceux qu1il rencontre avec un dévouement a toute épreuve et ne cnfance et de son adolescence dans ce décors bariolé d1objets. 11
disposant que de moyens et d'instruments précaires. Les indiens s1 indigne lorsqu'il découvre, longtemps apres, que ces objets son
l'aimaient Et Le Clézio qui a refait le meme voyage plusieurs années cxposés et peuvent etre achetés par des gens qui n1y trouvcnt
plus tard, et, symbiose étonnante, éprouve le meme sentiment aucune signification, alors que pour lui, ils sont un peu lui-meme
d'aventure que son pere avait éprouvé en débarquant au port de qu'il arrive a comprendre car ils étaient sa part africaine et
Georgetown. Et, plus que cela, il parle de son pere aux indiens qui cxpliquaient d1une certaine fac;on sa vie, car « ils parlaient du
l'invitent a revenir sur leurs terres en lui offrant tout ce dont il aurait tcmps que mon pere et ma mere avaient vécu la-bas, dans cet autre
besoin pour vivre, habitation et nourriture. Et le pere, déja malade monde 011 ils avaient été heureux » ( A, 7 6).
dit dans un sourire: il y a dix ans, j'y serais allé. Et l'auteur conclut, « En 1932, ils quittent leur résidence de Bamenda et
1
c'était trap tard, le temps ne se remonte pas, meme dans les reves » ( s installent a Banso, 011 un hópital doit etre créé. Pendant quinze
A, 62). De son séjour en Guyane, le pere ne rapportera que l'image ans, il y vivra une vie rude, mais humaine, car il y rencontre chaque
de deux enfants de 5 et 6 ans qui l'observent, le ventre distendu par habitant, assiste a de nombreuses naissances, accompagne d1autres
la parasitose Que sont-ils devenus ? se demande l'auteur, comme vers la mort. Il est aimé surtout, car il admire ce pays 011 il ressent
Saint Exupéry qui se pose la meme question apres avoir atterri a avec sa femme une liberté qu1ils n 1ont jamais connue ailleurs. C'est
Punta Arenas et qui contemple un enfant qui pleure, seul souvenir une Afrique réelle qu1ils vivent., a forre densité humaine, non pas
qui lui reste de son atterrissage. celle de la colonisation, car les anglais ont laissé en place la structure
Au début de 1928, il longe en bateau la cote de l'Afrique, politique traditionnelle, rois, chefs religieux, juges, castes et
pour débarquer a Victoria sur la baie du Biafra. 11 y restera vingt privileges. Pour eux c1est le temps de la jeunesse et de !'aventure. Ils

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La alteridad y la intimidad Pau/ Guilmot

marchent tout le jour et s'installent pour la nuit dans un équipe d'infirmiers et de sages-femmes. 11 vit maintenant dans une
campement précaire, pour y vivre parfois une nuit de danses au maison attenante a l'hopital. Son travail de médecin, commente son
bruit des tam-tams jusqu'au petit matin, quand ils finissent par fils, devient pour lui une obsession. Les malades sont maintenant
s'endormir. trop nombreux et le contact avec eux se dépersonnalise. 11 n'a plus
Ce bonheur, il ne le conna1tra plus dans les années qui le temps de parler et d'écouter. L'angoisse et la peur se lit dans les
suivent, La guerre a opéré une cassure dans sa vie. L'avant ce n'est regards, car le médecin n'est plus l'homme qui partageait son savoir
pas un paradis, « mais un trésor d'humanité, quelque chose de avec les anciens du village et qui apportait le bienfait des
puissant et généreux, tel un sang pulsé dans de jeunes arteres » (A, médicaments occidentaux. II est un étranger dom la réputation
91). Ce que le fils perc;oit, c'est cette force, « ce bouillonnement s'est répandue dans tout le pays qu'il parcourt en voiture, mais qui
d'énergie, la soupe de molécules pretes a s'assembler pour former un coupe bras et jambes atteints par la gangrene, qui pratique des
corps » (A, 92). L'héritage que rec;oit Le Clézio avant sa naissance autopsies répugnantes. Se fait jour en lui la conscience qu'il n'est
c'est l'identification de sa mémoire avec celle de son pere, mémoire plus qu'un agent de la colonie. Tout ce qu'il vit et ce qu'il voit lui
concrete de l'Afrique, des villages,des vieillards, des enfants, l'odeur donne l'impression d'un monde violent, exacerbé par la contrainte
de la peau humaine, le murmure de plaintes. « Malgré tout cela, a de la puissance coloniale. Le charme de l'Afrique n'existe plus et la
cause de tout cela, ces images sont celles du bonheur, de la maladie acquiert un caractere offensant insupportable.
plénitude qui m'a fait na1tre », souligne le fils (A, 92) qui ajoute que Auparavant, il s'émouvait devane la derniere flamme d'un regard
ce sont aussi les lieux, les montagnes, le ciel, l'air léger du matin, mouranr, ou « la seconde infinie durant laquelle le médecin voit
tout enroulé et embaumé dans l'amour et l'amitié, celle de deux s'éteindre la vie sur la pupille d'un agonisant » (A, 103) tout cela
amis !'un, son homme de confiance, grace auquel il est accepté de n'est plus de mise car ont disparu le partage et le contact direct avec
tous, et peut exercer son métier, l'autre, un docteur, officier de le malade. II se sene maintenant obsédé par l'impossibilicé d'aller au
district, passionné d'archéologie et d'anthropologie, avec qui il bout de sa tache, de faire face a son métier. S'accentue chez lui ce qui
correspond. l'idencifiaic a l'Afrique dans ses coutumes quotidiennes : faire cuire
En 1938, sa mere quitte le Nigéria pour accoucher en France, son riz a l'Africaine, son gout pour les légumes bouillis, les fruits
rejointe par son mari en Bretagne ou il reste jusqu'en septembre secs, les dattes, les figues, son marché du matin, ce ne sont pas que
pour retourner a Ogoja, au moment ou la guerre éclate. Impossible des anecdotes. Ces manieres africaines constituent sa seconde
done de revenir en France, malgré une tentative folle de traverser le narure, héritage indirect qui passe a son insu dans la sensibilicé du
désert pour ramener sa famille en Afrique. Mais I'échec ese total. II fils (A, 112). Chose étonnante mais compréhensible, le fils n'appelle
est arreté et refoulé. 11 doit refaire la route jusqu'a Ogoja. Tout jamais son pere Papa, parce que c'est un des premiers mots que l'on
change maintenant dans sa vie. II est seul loin des siens et sans balbutie, mais Le Clézio n'a pas vécu I'age de cette intimité. En
nouvelles. plus, cette omission de Papa indique peut-etre une sorce de
C'est une aucre Afrique qu'il conna1t désormais. Ogoja est un distance entre le pere et le fils qui n'a jamais été facile de franchir.
poste avancé de la colonie anglaise. L'hopital dont il a la charge est Mettons les choses au poinr. L'identité du pere synchronisée
bien organisé, pourvu d'une salle d'opération, dortoirs et une avec celle du fils s'ébauche dans la double confi.dence qui encadre

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La alteridad y la intimidad Paul Guilmot

l'ensemble du récit. Le portique d'entrée :a son retour en France, le suivait les combats en Afrique qui se menaient pour
fils doit reconnaí:tre que son pere était l'Africain, chose difficile a l'indépendance. Meme si son unique lecture écait l'Imitation de
admettre. Pour le comprendre, il doit retourner en arriere et c'est Jésus Christ, il suivait avec passion l'avenement de l'indépendance
pour ce motif qu'il écrit le livre, (A, 9) qui se termine dans le fils par au Cameroun et au Nigéria.
l'évocation toute actuelle de cette connaisance charnelle de Quand il rencontre pour la premiere fois ses enfancs, apres la
l'Afrique, sorte de trésor qui récupere dans le présent ce qui reste guerre, en 1948, il leur apparalt comme un etre écrange,
vivant. dans la mémoire su passé. Le point d'orgue souligne que le possiblement dangereux., un regard dur, deux rides verticales
pere devient l'Africain, par la force de la destinée, candis que le fils entre les sourcils et surtout ce qui frappe, c'est « la raideur de sa
l'est par la naissance grace a sa mere qui l'a embrassé et nourri a tenue, une armacure rigide qu'il avaic revetue une fois pour toutes »
l'instant de la conception et de la naissance (A, 124). (A, 50). Les enfants qui avaienc vécu sous la houlette de la mere qui
Cet encadrement nous donne le sens de tout le récic, sorte de jamais n'éleve la voix, jouissaient d'une vie de grande liberté, qui les
cié de vouce qui soutient !'ensemble de la construction, le pere est cnivrait en les confondant au paysage éblouissant qui rappelle les
l'Africain, bien sur, mais le fils l'est aussi, peut-etre meme plus que évocations de l'extase matérielle en face d'une nature luxuriance,
le pere. C'est a l'Afrique que je veux revenir, souligne Le Clézio, ama comme le <lit quelque pare Le Clézio: « la beauté de la vie, l'énergie
mémoire d'enfant. Et ailleurs, il dit encare : si j'écris, c'est pour de la vie ne sonc pas d'esprit, mais de la matiere » 1. C'est la
savoir qui je suis. Et l'image du pere apparaí:c d'une maniere découverte des termites, des fourmis, des insectes, des scorpions,
permanente et en filigrane dans toutes les anecdotes qui émaillent tout un monde qui s'offre a lui, symbole d'une violence déja
!'ensemble de la narration, sans laisser tomber, en raison meme de sa manifestée dans les corps, l'impudeur qui s'harmonise avec le pays,
discrétion, la mere. A ses amies parisiennes, au moment de se mais aussi la violence, sourde et cachée comme une maladie, le
marier et de partir au Cameroun, qui luí disent : « Quoi, chez les manque de tout, les cousines se nourrissanc d'épluchures (A, 20).
sauvages ? » elle réplique de bue en blanc : « Ils ne sane pas plus La violence des orages, ensuite. « Car l'Afrique écait puissante.
sauvages que les gens de París!». Ce qui en dit long sur sa pensée et Cette violence était générale, indiscucable. Elle donnait de
son ouverture (A, 70). l'enchousiasme.» (A, 21). Dans ce décor, « j'ai vécu, die l'auteur, les
La personnalité du pere est toute en contrastes. C'est un moments de ma vie sauvage, libre presque dangereuse. Une liberté
homme qui aime ses malades et qui les soigne avec compétence et de mouvement, de pensée et d'émotion ». Les jours d'Ogoja
dévouement. 11 aime les siens et entreprend par amour fou une <leviennent des lors, un trésor « le passé lumineux que je ne pouvais
équipée qui échoue et qui le retrouve plus seul que jamais. 11 traite pas perdre» (A, 24).
les gens qui travaillent avec lui avec bonté et respect.. Il se révolte Telle ese done cecee premiere partie de la vie de son pere et de
contre l'injustice, comme par exemple, lors d'un voyage touristique sa mere, illuminée par le soleil qui fissurait les rouces, la course pieds
au Maroc, il s'indigne en voyant le chauffeur franc;ais de l'autobus nus a travers la savane, tour un frisson de sensations inoubliables.
rejeter au bord de la route un vieux paysan qui sans doute n'avait Mais la vie avec le pere prend aussi une autre couleur. Redoutable, il
pas payé son parcours et son commentaire s'étendait a l'occupation
franc;aise qui empechait les autochtones de vivre librement. I1 ·' A. J.M.G. Le Clezio, L'txtrm malérielle, passim.

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Paul Guilmot
La alteridad y la intimidad

instituait une justice virile, sans dialogue et sans excuse, refus de L'Africain, c'est incontestablement le pere, l'autre, mais c'est
troute tractation, insensible au jeu des 1armes. 11 exigeait la priere a aussi la mere qui a embrassé et nourri son fils a l'instant de sa
l'heure du coucher, la lecture du livre de messe le dimanche. Malgré rnnception et c'est enfin Le Clézio identifié et calqué sur ceux qui
ces rites conformes a une formation qui exclut tout atténuation a la l'ont engendré, soi-meme comme un autre.
rigueur, Le Clézio reste séduit par ce pere dont il accueille les
confidences souvent tragiques et toujours émouvantes. C'est un
horizon paterne1 fait d'humilité et d'une grande compassion pour Références bibliographiques
Fonkoua, Romuald, Pierre Halen et a/.(comp.). Les champs littéraires africains.
toute souffrance. Le contraste est énorme entre le médecin qui aime
ses malades et l'anonymat dont il souffre a l'hopital d'Ogoja,
Paris: Éditions Karthala, 2001.
l.cClézio,J.M.G. L'Africain. Paris: Mercure de France, 2004.
amplifié par l'amertume de sa vie loin des siens. Il raconte a son fils, te Clézio, J.M.G. L'extase matérielle. Paris: Gallimard, 1967.
tout ému au souvenir de l'épisode, un jeune ibo, d'une ethnie du
Cameroun, mordu par un chien enragé et victime lui-meme de la
rage, qui tente de se délivrer des sangles qui l'emprisonnent . Mon
pere lui donne une piqure. Avant de mourir, il regarde mon pere,
perd connaissance et il s'affaisse dans un dernier soupir. Et Le Clézio
conclut :«Que! homme est-on quand on a vécu cela ? » (A, 104).
Une autre anecdote le peint tout entier. Hospitalisé pour une
transfusion sanguine, il ne décline sa profession de médecin que sur
l'insistance de l'infirmiere. Et Le Clézio conclut une fois de plus :«Il
me semble que c'était moins par résignation que par son désir
d'identification avec tous ceux qu'il avait soignés, a qui a la fin de sa
vie il s'était mis a ressembler.» (A, 118).
A son retour en France, il a encore cherché a se faire une
nouvelle vie, dans un monde nouveau ou il pourrait recommencer.
Le massacre du Biafra met fin a ce reve. Les images tragiques
montrées au reste du monde, le pere n'a pu les accepter. A soixante
douze ans, dit Le Clézio, «on ne peut que regarder et se taire. Sans
doute verser des 1armes.» (A, 117). 11 s'enferme alors.dans une sorte
de mutisme qui durera jusqu'a sa mort., comme si le silence pouvait
etre la seule réponse aux drames que vivent les hommes sous toutes
les latitudes. Ses défauts, envers de ses qualités, n'ont pu empecher
de détruire en lui l'etre humain, héro'ique et solidaire de toutes les
souffrances.

92 93
L 'INTERTEXTUALITÉ COMME
INVOCATION
Á L, ALTÉRITÉ DANS
L'CEUVRE DE MICHEL TOURNIER
Mónica Martíncz de Arricta
Universidad Nacional de Córdoba

A partir de sa premiere définition par Julia Krisceva, dans le


contexte chéorique de la fin des années soixante (la notion existe
avant cette date), comme « une permucacion de cexces » (Piégay­
Gros 1996 : 10), un croissement de superficies textuelles, un
dialogue entre plusieurs écritures, l 'intertextualité s 'est imposée
dans le discours critique comme une notion dominante, objcc de
multiples théorisacions, parfois concradictoires, qui cofocidcnt
néanmoins dans la définition du phénomene: proposer une nouvcllc
forme de leccure et d 'interprétation. La généralisacion du conccpc a
provoqué une extension considérable de ses limites et en
conséquence une ambigüité dans son sens; e'est pourquoi les
définitions varient et les limites de l 'incertexte son incertains. Pour
Genette l 'intertexcualité ese une relacion de « coprésence entre
deux ou plusieurs textes », parfois, « présence effective d 'un texte
dans un aucre », une relation transcextuelle parmi d 'autres qui
interviennent dans un systeme de relations qui définit la littérature
dans son spécificicé. L 'auteur reconna'it néanmoins que les
catégories ont une certaine porosité et qu 'elles ne constituenc pas
des compartimencs étanches : métatextualité, hypercextualité et
intertextualité sont étroitemenc liées. La complexité du phénomene
incluc une conception de l 'écriture et aussi de la lecture, de leurs
liens avec la cradition et l 'histoire lictéraires. L 'incertextualité ese
une partie conscitucive de 1 'écricure littéraire, transcende les

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La alteridad y la intimidad Mónica Martínez de Arrieta

frontieres génériques et historiques et comprend une multiplicité (V.P. : 54). Mais en meme temps il reconna1t daos Le vént Paraclet
de pratiques et des formes : citation, allusion, plagiar, réécriture, (1977), son autobiographie intellectuelle, dont le titre établit déja
pastiche. . . tous des phénomenes intertextuels qui, comme dans les une relation, que cette pratique d'écriture le déshérite de son
collages de la peinture cubiste, apparaissent dans une ceuvre patrimoine et il a besoin d'échapper a la tutelle des ancetres par la
comme des pieces hétérogenes, des fragments discontinus d'un transgression ; ses ceuvres, de facture plutot classique, transmettent
ensemble que l'écrivain convoque daos son ceuvre devenue un contenu qui ne l 'est pas. Tournier prétend nous convaincre
palimpseste, mosa"ique ou caléidoscope, et qui nourrissent qu'il est un homme saos imagination et il se définit lui-meme
l'imaginaire du texte en appelant aussi a la mémoire et aux savoirs comme un romancier « du type encyclopédique », dans le seos de
du lecteur. L'intertextualité, d'une maniere générale, c'est done Diderot ou D'Alembert, c 'est a dire qu'il lit tout ce qui concerne
le mouvement par lequel un texte réécrit un autre texte, un le theme qui l' intéresse et il arrive a se comparer avec une « pie
élément constitutif de la littérature qui propase « une nouvelle voleuse », qui pille saos aucune honte, tout cype de documents,
forme de penser et d'appréhender les formes d'intersection histoire, sciences, géographie, ainsi que des chroniques, des
explicite ou implicite entre deux textes » (Piégay-Gros : 8). biographies de personnes actuelles ou passées, historiques ou
Mon intention n'est ni réviser ni apporter du nouveau aux quotidiennes et, selon lui, la partie proprement inventée est
théories connues sur ce sujet, sinon montrer, daos 1'ceuvre de moindre daos ses textes (Interview avec Serge Koster : 10).
Michel Tournier, non seulement la présence de ces pratiques, Sa formation philosophique est la pierre angulaire de son
comme « relation » entre textes, « présence » de l' un daos l'autre, univers imaginaire, le premier moteur des fictions qui ne
ou comme«dialogue», mais aussi la conception de l'auteur de ce prétendent pas etre une démonstration des vérités, sinon illustrer
phénomene: une invocation al' altérité. une vision du monde et du destin de l'homme a travers
Toute l'ceuvre de Tournier, de fiction et de non fiction I 'étonnante séduction du jeu littéraire. C'est pourquoi ses histoires
dévoile les trois sources de sa formation : la philosophie, la <; sont « secretement mues par les ressorts de 1'ontologie et la logique
germanistik », comme il appelle la culture allemande héritée de ses matérielle » (VP : 179), ce qui ne signifie pas pour autant qu'elles
parents, et le catholicisme, dont il prendra ses distances daos sa vie soient des textes ou des theses philosophiques, tout le contraire,
adulte, néanmoins, l'Anden et le Nouveau Testament sont des Tournier remarque : « Un roman peut certes contenir une these,
hipotextes fréquents daos son ceuvre : le chapitre II de l'Évangile mais il importe que ce soit le lecteur, non l 'écrivain, qui l'y ait mise
de Sa�nt-Mathieu et le « Sermon de la Montagne » daos Gaspar, » (VV : 16-17), et il nie que l 'auteur parte délibérément d'une

Melchtor & Balthazar(1980); les deux premiers chapitres du « Livre théorie philosophique pour raconter une histoire. Si daos véndredi ott
de la Genese » daos«La famille Adam » et«Le Sosie de Dieu » (Le les limbes dtt Pacifique (1967) , son premier roman, hypertexte de
coq de br�yere, �9: 8) ai�si que différ: tes réécritures de 1'histoire de Robinson Crttsoe de Daniel Defoe, les trois étapes qui parcourt
_ Robinson dans son ile déserte: « la souille » d 'abord, « l'1le
la Creat1on, d1ssemmees daos ses teites, entierement traversés par
,
des phénomenes intertextuels que , ournier considere une « sorte administrée » ensuite et « l 'extase solaire » a la fin, illustrent les
d'hommage furtif rendu au « patron » avec un din d'ceil a trois genres de la connaissance de Spinoza; si dans « Le Nain rouge»
l 'intention du lecteur assez attentif ou lettré pour comprendre » (Le coq de brttyere), la révolution qualitative produite comme

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La alteridad y la intimidad Mónica Martínez de Arrieta

conséquence d'un processus quantitatif continu, c'est du « pur véritable herméneutique, de lire en se servant de toutes les
Hegel» et,dans « La jeune fille et la mort »,de la meme anthologie, connaissances et réminiscences, en appelant, tantót a la mémoire
il y a une opposition explicite entre Héraclite et Parménide, entre circulaire définie par Barthes,cantót a celle labyrinthique proposée
bien d'autres textes, Tournier affirme que ces « échos » n'étaient parBorges.
pas prévus et que ce n'est qu 'apres avoir lu les histoires que ces Tournier affirme en 1977 dans Le Vent Paraclet : « Peut-etre
théories sont devenues évidentes car il serait tres lent et compliqué l'ordinateur permettra-t-il un jour de mesurer exactement la pare
de partir de la philosophie pour créer des hiscoires, meme si elle est d'influence qui revient aux auteurs du passé daos une reuvre
le vent paraclet qui fait bouger les fictions. ultérieure » (op.cit : 5 3), et il ajoute qu'il ne peut pas s'empecher
Aucun etre ou discipline du monde échappe ala curiosité sans de penser face a certains textes : « ce récit, cette page, cet épisode,
limites de Tournier, la preuve ce sont les quatre-vingt-deux « e'est a moi qu 'il revenait de l'écrire. J'en étais de toute éternité
texticules » de Célébrations (1999). La fusion de matériaux divers,de I 'auteur prédestiné. Un méchant hasard en faisant naitre un tel
différents savoirs que ces textes explicitent, montrent le pouvoir avant moi lui a permis de me devancer » (op. cit : 54). Ces mots
démiurgique de leur auteur et son dialogue permanent avec les révelent le projet littéraire de l'auteur. Daos ce livre,chaque partie
autres et avec l'Autre. csr précédée d'un épigraphe révélateur,qui convoque,pour chaque
11 nous propose son reuvre comme une entreprise étiologique, étape de la vie et l'reuvre de Tournier,un auteur différent: Saint­
en meme temps prospective et eschatologique, qui implique John-Perse, Gérard de Nerval, Jean Cocteau, Jean Guéhenno,
toujours une relecture et une revalorisation des reuvres antérieures Joseph de Maistre et le calligraphe arabe Ibn Al Houda"ida.
hipotextes d'origine diverse qu'il inverse dans ses réécritures'. Destiné a etre professeur de philosophie, il avoue que le
Quand il réécrit un texte il ne prétend pas le remplacer ou passage de la métaphysique au roman lui fut donné par le mythe, un
1'annuler, sinon dialoguer avec lui, susciter une spéculation édifice a plusieurs étages qui reproduisent tous un meme schéma
créatrice dans le jeu intertextuel, qui demande au lecteur un mais a des niveaux d'abstraction croissante (il utilise comme
programme. 11 y a des intertextes explicites ou déclarés, qui exemple le mythe de la caverne de Placon). Son programme narratif
enrichissent beaucoup des fictions avec la saveur des Mil/e et une est done mythico-philosophique parce que « l'homme ne s'arrache
Nuits et participent du jeu de la pensée qui accompagne le jeu des al'animalicé que grace a la myrhologie (op.cit : 191). Tournier se
mots : les contes « Barberousse ou le portrait du roi » et « La Reine demande si [ 'ambition majeure de l'art ne serait pas celle de créer
Blonde » dans La goutte d 'or (1986), servent au développement du du nouveau avec l'apparence du « déja vu ». Toute transtextualité
theme de l' image et du signe, cher al'auteur ; les récits « L 'ane » est contenue dans cette phrase.
et « Le breuf » dans Gaspar, Melchior & Balthazar permettent L'ambition de cet écrivain-philosophe est celle de « faire
l'intromission de 1 'Hiscoire dans la fiction, une réflexion profonde sortir du Zola de la machine aécrire de Hegel». Quand il décide de
sur le pouvoir, et le récit insolite de la nai�sance de 1'Enfant Jésus transformer ses connaissances philosophiques en atelier littéraire, il
narré par un « ane charlaran ». Mais les reuvres de Tournier trouve dans le mythe la transition cherchée. Ces « histoires
transmettent aussi la présupposition qu'iÍ y a d 'autres intertextes, fondamentales », que « tout le monde connait déja », sur les
que le lecteur pourra ou non découvrir, mais ils exigent, dans une jumeaux (Le Météores); les ogres (Le roi de Attlnes); les nains (« Le

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Mónica Martínez de Arrieta
La afterldad y fa intimidad

Nain rouge»;« La fugue du Petit Poucet » dans Le coq debruyere); le rcprésente. Ces deux comes sur la problématique de l'image, sont
célebre naufragé solitaire dans une 'ile déserte (Vendredi 011 les limbes cnchassés et insérés comme intertextes dans le roman La gorttte d 'or.
d � P_acifiqtte) ; Don Juan (« Le coq de bruyere ») ; les mythes, Son procagoniste, Idriss, jeune immigrant maghrébin en France,
b1bliques ou de la tradition chrétierine, comme celui des Rois Mages n 'arrivera pas, par la calligraphie, a se Jibérer de la prison de
(Gaspar, Melchior & Balthazar), celui du Pere Noel (« La Mere Noel 1 'image-maciere qui domine l'Occident. Il viene d'un monde de
») ou celui de la Création, entre autres, servent a J'écrivain dans son signe-esprit, quin'a rien prévu pour lutter contre le « mauvais reil »
dialogue avec I 'Autre, dans le jeu d'inversion et séduction de la représentation. Pour Tournier, la peinture, le tableau comme
proposé. incertexte, o' est jamais quelque chose uniquement figurative sinon
La référence intertextuelle est présente aussi dans Je domaine I 'espace d'un événement dialogique qui existe seulement s 'il es
de la peinture et de la photographie. L 'écrivain ese l 'auteur des tcxtualisable, prétexte et pré-texte d'une verbalisacion qui définit
préfaces a des livres d'art, des catalogues d'expositions, des 1 'homme dans et par le langage. L'ocil ne se promene pas par la
commentaires des photographies et il est lui-meme un surface peinte, sinon la pensée, qui s'efforce pour s'approprier du
P��tographe amateur. Nous connaissons sa prédilection pour scns pictural a travers la synchese image-signe-. Dans l'ocuvre
Durer et Rembrandt, mais ses reuvres renvoient difficilement a des tournérienne les expériences esthétiques véhiculent une méditation
peintures connues, qui figurent excepcionnellement dans ses textes: philosophique sur l 'image qui a son origine daos le premier
C �naletco dans Les Météores (p. 428); Gozzoli et Fra Angelico dans chapitre du Livre de la Genese (I, 6-27). Le projet esthétique­
Gtlles etJeanne (p. 69), réécricure du mythe de l 'histoire de Jeanne théologique de Tournier se développe a travers 1 'opposirion image­
d 'Are et Gi !les de Rais; le « David » de Guido Reni que Tiffauges, ressemblance dans sa réécriture du mythe des Rois Mages dans
, Gaspar, Melchior et Balthazar, (quatre pour 1'écrivain), que
l ogre, le ro1 des aulnes, contemple au Musée du Louvre.
La position de Tournier s 'oppose a celle de Lyotard quand il 1 'histoire de la peincure s'est occupée de représenter.
affir�e qu' « on ne lit pas, on n 'écoute par une peinture », pour le L'écriture de Tournier ese aussi « hommage et appropriation
», selon ses mots, car pour l'écrivain, le véritable inventeur d 'un
prem1er, regarder un tableau e'est vouloir Je déchiffrer, comme
Riad, le jeune pecheur qui arrive, par l'écriture, a découvrir le cheme est celui qui sait le mieux l'utiliser. Ce concept justifie les
maléfice du portrait de « La Reine Blande» qui provoque la mort et réécritures, principalement destinées aux jeunes, que l'auteur fait
les malheurs de tous ceux qui la regardent, qui paralyse comme la <le ses textes et permet aussi .de comprendre le processus d'auto
1
te�e de Méduse tout ceux qui ne réussissent pas a voir que la commémoration et auto référentialité dans son ocuvre •
pemture est un déchiffrement de signes et une lecture. Le
calligraphe Ibn Al Houda1da nous apprend que pour un lettré ' De Vendrl!di 011 /tJ limbeJ d11 P«cifiq11e il fait dcux versions postéirucres : Vendredi o fa 11it1 Jt1111111ge en
1971, ec une édition Spéciale Nº 445 avcc un album de phocographics ülumé par Pat York/Sygma,
l '_im�ge n 'est jamais muerte, il faut savoir lire, comme Riad, qui ainsi qu'un conte brefinclut dansú roq dehru_r�re en 1978, "La fin de Robinson Crusoé'º. Lt!1,·onm du
dech1ffre le portrait comme un palimpseste et, en le spiritualisant 111Mi«nod;e (1989), avec des illuscrations de Bruno Mallare. Folio Junior Nº 5 S 3, sur Le mldi11norhe

dans sa description, le rend tout a f�offensif. La magie de J'are


,i,no11re11x (1989). ÚIJ roiJ mage1 (1985), avcc des illustrations de Michel Charrier. Folio Junior Nº 280,

permet a « Barberousse » de s'accepter roux, de récupérer son


sur Ga1pa1; Melchior et Bal1baza1· ( 1980).
Plusicurs contcs qui incegrent divcrs volumes ou qui figurent commc intcrccxtcs dans ses grands
romans, ont été publiés dans d 'autres vcrsions ou dans des albums illustrés : Picrroc ou les sccrecs ...
00

identité dans l 'image tridimensionnelle d 'un tapis qui le

100 101
Mónica Martínez de Arrieta
La alteridad y la intimidad
3
géométrie , dont la figure montre, comme les histoires de ce
Toute référence extratextuelle est aussi un commentaire
médianoche amoureux, des points lumineux d 'une constellation
métaphorique sur la facture et le fonctionnement du texte lu. Le
minutieusement disposée.
médianoche amourmx (1989) peut etre considéré un véritable «
La construction parabolique n 'est pas un simple jeu de mots,
laboratoire », ou effectivement, « s 'élaborent » des réflexions, des
c.lans les nouvelles et les comes de l 'anthologie la chémacique
passages et des glissements entre les genres, de la nouvelle au
cournérienne se déploie a travers la mémoire qui conduit a des récits
conte, a travers une gamme narrative qui indut la fable, la parabole
autobiographiques ainsi qu 'a des références historiques («
et le proverbe, pour ne citer que quelques modes du récit, transmis a
Pyrotechnie... »). Les récits sont transmis oralement mais ils seront
travers la séduction de ses viogt histoires. La premiere, « Les amants
cnregistrés et conservés, c 'est a dire qu 'ils deviendront le germe de
taciturnes » propose une distinction de genres (architextualité),
nouvelles écritures, de nouveaux dialogues avec les autres et avec
fondée sur l 'opposition connue entre nouvelle et come, a travers
l 'Autre.
l 'histoire de Nadege et Oudalle. ». Les dix-neuf histoires
La « maison de mots » qui sauve finalement les amants
aononcées des la premiere, comme un principe de construction:
tacicurnes de la séparation, est construite par la plus ancienne des
s�nt celles qui composent 1 'anthologie et suggerent aussi que le
traditions poétiques, celles de trouveres de l 'Occident et les
hvre et ses effets peuvent orienter ou modifier la réalité. La derniere
conteurs d 'Orient : Víctor Hugo est revisité daos « Angus » et la
hist?ire narrée, ceJle des deux banquets, qui est aussi celle qui ferme
présence des califes et des conteurs, des peintres et des cuisiniers,
le ltvre, propose de sauver le couple de l 'opacité des gestes
persans, chinois ou grecs, de Pierrot et Arlequine, qui, au milieu des
quotidiens en les élevant, par la répétitioo, a la hauteur d 'une «
couleurs et des parfums (« La légende .. ») peuplent cet univers de
cérémonie fervente et intime ». Dans ce dí:ner marin
légende. Néanmoins, le silence est peut erre la proposition la plus
minutieusement décrit, le rapport entre nourriture et paroles es;
importante de ces textes régis par la parole ; pour Tournier il n 'est
1;1is en évidence daos la notion meme de parabole, dans les Saintes
pas une limite ou un manque sinon une maniere de poser et de se
Ecritures, daos la thématique biblique dans son ensemble, les
poser certaines questions fondamentales. En meme temps
situations cooviviales abondent et Ja pensée allégorique prend une
forme narrative a 1 'occasion d 'un repas. La derniere Cene c 'est le
1 'écrivain « oublie», refoule ou semble ignorer d 'autres hipotextes,
tel est le cas pour « Les deux banquets », transposition de « Pierre
modele, qui est aussi une scene de langage. La parole allégorique ese
2 Menard autor del Quijote » (1944) de Borges, qui reconnaí:t : « El
distribuée en meme temps que la nourriture • Le mot « parabole »
texto de Cervantes y el de Menard son verbalmente idénticos pero el
appartient au domaine de la narratologie ainsi qu 'a celui de la
segundo es casi infinitamente más rico » (Ficciones vol I : 449).
Tournier daos « Le deux banquets ou la commémoration » raconte
...de la nuit" (MA); '"Barbedor"; "L 'aire du muguet"; "Que ma joicdemcurc··cca), entre aucces. 1 'histoire d 'un calife d 'Ispahan qui avait perdu son cuisinier. Deux
DansL� vent Pararltt ( 1977) I 'autcur commentc la genesc ce el coneenu de ses écrics ce dans ú vold11
vampm. NoltS de feelm• (1981) il exposc ses opinions sur divers auccurs ce reuvres et sa concepcion de la candidats se présentent pour le remplacer, un dimanche chacun
lcccure ce de I 'écriturc littéraircs.
' Dans « Le mendianc de� écoiles •, le na�raceur et son ami Karl vonc ¡, Calcutra pour Nocl et se
co�fondcnc avec les mcndiancs, les souven,rs les conduiscnc i\. des allusions mychiques qui vonc de la 'En géomérrie elle ese représencéc par une ligne courbe daos laquclle chacun des poincs ese situé a
v15,cc d 'Ulyssc a Tir�si�, jusqu 'a 1 'cnfcr a la recherche de Don Juan ce LcporcUo et la stacuc du la mcme discancc d 'un poinc fixe, le foyer, ce d 'une ligne fixe, la directrice, parfaicemenc cracée.
Commandcur. Tourmer a¡ouce dans ce cexcc la parabole biblique de l 'hommc riche ec son banquet.
103
102
Mónica Martínez de Arrieta
La alteridad y la intimidad

aura l'opportunité de servir un banquet a la cour. Étant les deux Références bibliographiques
Borges, Jorge Luis. "Pierre Menard autor del Quijote", Ficciones vol. I. Obras
repas identiques, il ne doute pas une seconde a reconna1tre la Completas. 4 volúmenes. Bs.As.: Emecé, 1994 449.
20 :

supériorité du deuxieme cuisinier, lequel, faisam de son banquet la Genette, Gérard. Palimpsestes. La littéatrtre au second degré. Paris: Seuil, 1982.
r

répétition du premier, l 'avait élevé a une "dimension supérieur": « Koster, Serge. Miche Tournier. París: Henri Veyrier (Artefact) 1986. Ed. Juillard
(. .. ) si le premier était mémorable, e'est le second seul qui lui a corrigée etaugmentée, 1995.
conféré rétroactivement cette mémorabilité » (MA, 302). Molloy, Silvia. Las letras de Borges. Bs.As: Sudamericana, 1979.
Répétition et innovation comme composantes de la littérature et la Piégay-Gros, Nathalie. Introd11ction a /'intertextt,alité. Paris: Dunod, 1996.
To11rnier, Michel. Ve11d1-edi ou les limbes d11 Pacifiq11e. Paris: Gallimard, 1972. Coll.
commémoration. Le deuxieme banquet est sacré et le conte finit º
Folio N 959.
avec les memes mots que le premier du livre qui se termine avec --------------------. Le vent Paradet. Paris: Gallimard, 1977. Col!. Folio Nª 1138.
cette métaphore de la création intertextuelle selon Michel Tournier. (VP).
Cette transposition confirme que « tout texte reproduit fatalement --------------------. Le coq de bruyere. Paris: Gallimard, 1978. Col!. Folio
le texte précédent par réflexion ou inflexion, inquiete ce texte, cette Nª 1229. (CB).
--------------------. Gaspar, Me/chior & Balthazar. Paris: Gallimard, 1980. Col!.
parole déja nommée et en meme temps est inquiété par lui » (S.
Folio. W 1415.(G.M.B.).
Molloy 1979: 152). -------------------. Le vol d11 vampire. Notes de lect11re. París: Gallimard, 1981. Coll.
L'ceuvre de Tournier est tantót l'image d, un énorme Folio Essais Nª 258.(VV).
puzzle, tantót caléidoscope, mosa"ique ou palimpseste dont les -------------------. La gorttte dor. Paris: Gallimard, 1986. Coll. Folio Nª 1908.
fragments divers : philosophie, mythes, « germanistik », (G.0.).
littératures ou religion, dialoguent toujours avec la réalité -------------------. Le médianoche amo11reux. Paris: Gallimard, 1989. Coll. Folio Nª
2290.(MA).
quotidienne car ils évoquent des problemes de l 'actualité et
-------------------. Cé/ébrations. Paris: Mercure de France, 1999.
simultanément ils renvoient aux grands mythes de l 'humanité, les
gardiens des traditions. L'intertextualité est au service d' une
esthétique de sens enchassés qui, comme les poupées gigognes que
Tournier admire, se contiennent les uns les autres jusqu'au plus
petit, l'invisible mais essentiel ; elle rompt définitivement le
caractere monolithique de la signification d'un texte littéraire en
introduisant des éléments hétérogenes qui détruisent toute idée
d'univocité et de linéarité de la lecture pour devenir, daos cette
ceuvre d, une maniere tres particuliere, une fervente et permanente
invocation al'altérité.

1
1

J
__/
104 105
GÉRARD DE NERVAL:
LA OTREDAD A TRAVÉS DEL SUEÑO

Graciela Mayet
Universidad Nacional del Co111ah11e

El hombre, soñador sin remedio...


( André Brcton, Manifiestos del surrealismo)

Gérard de Nerval, que dio a conocer Aurélia en 1857 y


Baudelaire, quien publicara Las flores del mal el mismo año,
constituyen el punto de partida de la poesía moderna (Béguin
1996: 443). En el caso de de Nerval, su modernidad está en
anticiparse a los surrealistas en la predilección por los sueños. En
este sentido, en el "Primer Manifiesto del surrealismo" de 1924,
Breton considera que el grupo del que es jefe está estrechamente
vinculado al supernaturalismo del que habla de Nerval en la
dedicatoria a Dumas de Lesfilies dufeu y concluye:"[... } parece que
Nerval conoció a maravilla el espíritu de nuestra doctrina".
A partir de la definición misma del surrealismo nos
encontramos con el mundo onírico. En efecto, una parte de dicha
definición apunta a buscar la expresión real del pensamiento "sin la
intervención reguladora de la razón" (Breton 1969). Como es
sabido, Breton se opone al racionalismo y por lo tanto apela al
sueño, a la infancia, a la imaginación, a la locura como fuentes del
pensamiento poético.
La importancia de los sueños para el grupo surrealista se
evidencia en diversos casos: "Una ola de sueños" de Louis Aragon,
los títulos de crónicas de Roger Vitrac "La moda es un sueño", "La
vida es un sueño". Por su parte, André Breton relata cuatro sueños

107
la alteridad y la intimidad Graciefa Mayet

en "Littérature". A diferencia de Freud, los surrealistas cuentan el poeta no sólo conocerse a sí mismo sino también descubrir la
contenido de sus experiencias oníricas sin perderse en la realidad última. Al igual que Rimbaud, desciende hasta los
interpretación. Además, el relato de éstas y la escritura automática infiernos de su propio interior, más allá del despliegue de la
les permiten, no sólo el conocimiento de sí mismos, sino también subjetividad. En este sentido, en la dedicatoria a Alexandre Dumas
vislumbrar nuevos paisajes y explorar los caminos sin término de la de Lesfilies dttfeu, dice de Nerval que tuvo la sensación de encarnarse
escritura. Además, Breton afirma la urgencia y la importancia de un en un personaje, viviendo su vida como la suya propia: "Inventer, au
examen sistemático del pensamiento onírico puesto que un estudio fond, c'est se ressouvenir, a dit un gran moralista; ne pouvant
semejante confirma la orientación científica del movimiento trouver les preuves de l'existence matérielle de mon héros, j'ai cru
surrealista. Además, algo muy interesante y a propósito de las tout acoup ala transmigration des ames(... )" ( 15).
experiencias oníricas de Gérard de Nerval, Breton sostiene que en el Las experiencias de de Nerval lo hacen temblar ante (les)
sueño todo parece posible para quien duerme, superando el "vaines apparitions de mon sommeil" las cuales llegaron a
individuo las limitaciones de la existencia diaria. En este sentido, atormentarlo hasta que pudo encontrar el sentido de esas visiones
señala que el sueño importa, no por sí mismo, sino para destruir la que lo llevaron a una "descente aux enfers". Ese sentido se lo dio la
antinomia entre lo que aquél nos permite percibir y lo que la vida posibilidad de escribir sobre lo vivido en ese estado de "reverie
durante la vigilia nos presenta como real. La resolución entre los dos supernaturaliste".
estados se da a través de la realidad absoluta llamada Al comienzo de Attrélia se alude al sueño como Ja
suprarrealidad. experiencia de algo más allá de lo cotidiano y sensible: "Le Rcve est
En Aurélia, de Nerval manifiesta que la percepción habitual une seconde vie. Je n'ai pu percer saos frémir ces portes d'ivoire ou
es sustituida por imágenes superadoras de la realidad cotidiana. En de come qui nous séparent du monde invisible" (219).
un desgarramiento de su ser experimenta una doble existencia de Los griegos decían que el sueño es hermano de la muerte y
modo que lo vivido se proyecta a un "yo" desconocido que no tiene de Nerval manifiesta algo similar pues afirma que los primeros
límites, revelándosele los abismos interiores. Breton confirma como momentos del sueño son la imagen de la muerte. Luego el yo
posibles estas vivencias cuando el hombre es capaz de sortear el continúa con otra modalidad de existencia en un instante
pensamiento racional y la lógica, algo que es propio de la infancia, impreciso. Swedenborg, Apuleyo, Dante se detuvieron en el mundo
de la locura, de los sueños: "En la infancia, la ausencia de toda desconocido de las almas. El poeta intenta entonces manifestar su
norma conocida ofrece al hombre la perspectiva de múltiples vidas propia experiencia de haberse internado en esos extraños caminos
vividas al mismo tiempo; el hombre hace suya esta ilusión" (Cirlot del espíritu cuando las capacidades de su ser estuvieron en su
1995: 126). plenitud, principalmente su imaginación 1a cual le proporciona
En de Nerval el sueño adquiere gran importancia en tanto dé!ices infinies. En una primera etapa de esa experiencia, el poeta
experimenta doblemente cuanto le ocurre: vive simplemente y pierde por una falta a una mujer que ama, Aurélia. Desahuciado, se
revive por la memoria y la escritura. Las imágenes del sueño entrega a la diversión hasta que un nuevo amor lo arroja con
conforman otra vida que se aleja de las condiciones de la vida entusiasmo en la ilusión.
cotidiana. Afirma Albert Béguin que el sueño le permitía a nuestro Las premoniciones, los anuncios son parte de esta extraña

108 109
La alteridad y la intimidad Graciela Mayet

experiencia. Un día, el poeta encontró iluminado el número de una dialogismo resulta ser un punto de vista capaz de ofrecer la
casa que correspondía al de su edad y cerca de allí, a una pálida posibilidad de ver y comprender los demás puntos de vista
mujer que se parecía a Aurélia. Entonces pensó que su muerte o la existentes como un evento unitario, el acontecer del "ser" en su
1
de ella le era así anunciada. Un sueño se lo confirmó y en la devenir conjunto con el otro.
contemplación de una estrella encontró a la mujer amada. Fue Encontramos en el poeta una relación entre los sueños y la
entonces cuando comenzó la expansión del sueño en la vida real con sensación dentro de sí mismo de vivir la vida de otros. Además, esto
una proyección doble de sus vivencias: "A dater de ce moment, tout último casi siempre lo experimenta a partir de los recuerdos los
prenait parfois un aspect double ...mes actions, insensées en cuales son capaces de ser despertados por una sensibilidad
apparence, étaient soumises a ce que l'on appelle illusion, selon la exacerbada ante los estímulos exteriores, como un palimpsesto que
raison humaine" (224). se vuelve perceptible bajo la acción de sustancias químicas. En este
Esta experiencia le recordó la creencia tradicional en sentido, la importancia dada a los recuerdos se puede desprender de
Alemania de que cada alma tiene su doble y cuando se la contempla, la expresión del relato "Angélique": "Religion ou philosophie, tout
sobreviene la muerte: "( ...} mon ame se dédoublait pour ainsi dire indique a l'homme ce culte éternel des souvenirs" (59). Más
distinctement partagée entre la vision et la réalité" (225). También adelante, la contemplación de la campiña llena de paz y emoción al
se sintió transportado un siglo atrás y un pájaro le hablaba de poeta y cuando llegan a Senlis, estalla su prosa describiendo el
personas de su familia vivas y muertas como si existieran paisaje otoñal con sus encinas rojizas en la ruta a Flandres. Al
simultáneamente. El hecho de haberse reencontrado con sus escuchar el canto de unas niñas, se intercalan en su memoria jirones
familiares y amigos muertos le hizo ver que sólo lo separaba de ellos del pasado, particularmente de las luchas de la Liga en tiempos de
la luz del día. En sueños visita la casa de sus antepasados. Al Henri IV, vinculadas a odios raciales entre los habitantes de l'Ile-de­
mezclarse la vigilia con el sueño, llega a sentir su desdoblamiento: France, los primitivos francos venidos de Germania y los galo­
"Mais quel était done cet esprit qui était moi et en dehors de moi? romanos quienes apoyaban al Bearnés. Precisamente, el relato de
Etait-ce le Double des légendes ou ce frere mystique que les Angélique se sitúa en esta época y se trata de una serie de cartas en
Orientaux appellent Ferouer?" (244). las que el poeta detalla la búsqueda de un antiguo libro sobre un
Sin embargo, nuestro poeta va más allá en esta experiencia. abad, pariente de Angélique, libro que contenía un manuscrito
Un poco más adelante parece anticiparse a las conclusiones a que sobre la vida de esta joven. El autor de estos escritos no parece
llegara Bajtin respecto del carácter dialógico del enunciado y que el preocupado por el anacronismo de intercalar una carta en que se
espíritu del otro se manifiesta en el diálogo ontológico con el ser. En dirige (au) "lecteur sympatique de M. Gérard de Nerval"
este sentido dice de Nerval: "Il y a en tout homme un spectateur et comunicándole el contenido de otro breve manuscrito (90). De este
un acteur, celui qui parle et celui qui répond "(245), idea que parece modo el autor se vuelve personaje de su propio relato, participando
reunir los conceptos de dialogismo y otredad. del mismo, desdoblándose y dando así espacio al otro yo del relato
Al respecto sostiene Bajtin que si surge el héroe como un quien evoca el pasado en una asociación de recuerdos y datos
yo, entonces el autor se erige en otro. En el contexto de la
comunicación, el héroe es "él", de quien se habla, es el objeto. El 'Bajtin, Mijail, ú príncipe dialogiq11,, du Seuil, Paris, 1981; }v tambiln soy, México, Taurus, 2000.

110 111
La alteridad y la intimidad Graciela Mayet

históricos como la mención de los Iluministas conde de Saint­ al poeta de tristeza sin embargo, un día exitoso en la Bolsa lo volvió
Germain, Mesner, Cagliostro, y Cazotte, entre otros. Esta rico y con la posibilidad de acercarse a la mujer humana. Los sueños
permanente evocación del pasado histórico de los diversos lugares dependen, ·muchas veces para su realización, de logros financieros:
se corresponde con el entusiasmo por los objetos antiguos, "Je touchais du doigt mon idéal" (12 3).
particularmente libros. Así, cuando menciona que pasó por En los momentos intermedios entre el sueño y la vigilia, se
Soissons, la antigua Augusta Suessonium, refiere acontecimientos le presentan al poeta con mayor viveza los recuerdos o algún
ocurridos en el siglo VI y el origen de la monarquía de los francos. período brillante del pasado. En ''.Adrienne" contempla un castillo
Las alusiones al pasado se expanden a los textos que se de la época de Henri IV. La evocación le produce bienestar y placer:
entrelazan en un entramado intertextual. Un interlocutor dice al "[ ...] l'on se sentait bien exister dans ce vieux pays du Valois" (125).
narrador que él ha imitado a Diderot quien imitó a Sterne, éste a Se ve a sí mismo niño, como si fuera otro que vive una vida en siglos
Swift, éste a su vez a Rabelais, entre otros, hasta remontarse a pasados, compartiendo danzas antiguas con bellas niñas. Un hálito
Ulises. Así como Ulises encontró !taca, luego de su extenso periplo, del más allá parecía flotar en el lugar: "La pelouse était couverte de
el narrador encuentra el libro biográfico del abbé de Bucquoy, faibles vapeurs condensées qui déroulaient leurs blancs flocons sur
pariente de Angélique. les pointes des herbes. Nous pensions erre au paradis" (125).
Estas evocaciones constituyen lo que Hans Robert Jauss Este sueño es un sueño de amor trunco pues luego de
llama "la poésie de la mémoire" del siglo XIX de la cual de Nerval, conocer a Adrienne no volverá a verla más. Los caminos de ambos
junto con Baudelaire y Ruskin consrituyen los antecedentes de tomaban rumbos diferentes: él a París y ella al convento. Recuerdos
quien la hace evidente: Marce! Proust quien la desarrolla en su y sueños se mezclan ya que lo soñado parece haber sido vivido y lo
teoría del "souvenir involontaire" y la realizara con su relato vivido, una ilusión: "Tout m'était expliqué par ce souvenir a demi
retrospectivo A la btísqueda del tiempo perdido (J auss 1986: 145). revé" (127). Pero también los sueños se entrelazan unos con otros y,
Otro espacio donde se intercalan las remembranzas y las al amar a una actriz, ama también a Adrienne; quizás ama a una
asociaciones de la memoria es el mundo del teatro. En "Sylvie", el misma mujer, ambas eran una sola: "Aimer une religieuse sous la
narrador sale de un teatro maravillado por la figura de una actriz forme d'une actrice!. ..et si c'était la meme!...C'est un entrainement
que no conocía y que le deja como un halo mágico de su imagen: "Je fatal oú l'inconnue vous attire comme le feu foller fuyant sur les
craignais de troubler le miroir magique que me renvoyait son joncs d'une eau morte... " (127).
image" (121). Se enamora de estas mujeres idealizadas porque el En un paseo por las afueras de Loisy, al ver un convento
amor tiene mucho de ilusión y ellas estaban llenas de misterio que lo pensó que podría ser el de Adrienne. Era de noche y el recuerdo de
remontaban -al mundo suprasensorial: "Amour, hélas! Des formes ella lo invadió. Con el día se desvaneció y acudió entonces el
vagues, des teintes roses et bleues, des fantómes métaphisiques! pensamiento de Sylvie. Sus dos amores compartían el mundo de los
Vue de pres, la femme réelle révoltait notre ingénuité! II fallait sueños y el de lo cotidiano: "C'étaient les deme moitiés d'un seul
qu'elle apparG.t reine ou déesse, et s�rtout n'en pas approcher" amour. L'une était l'idéal sublime, l'autre la douce réalité" (157). En
(123). un momento convergen las dos mujeres amadas. El poeta lleva un
La imposibilidad de concretet-Íos sueños de amor llenaban día a Sylvie a una representación teatral de Adrienne y le pregunta si

112 113
Graciela Mayet
La alteridad y la intimidad

pensamiento surrealista y a las preocupaciones filosóficas del


la actriz no se le parece. Ella le dice que Adrienne había muerto.
presente.
Algo similar se encuentra en "Cotilla", breve pieza dramática en
que Fabio se enamora de una actriz que reúne en ella a todas las
mujeres amadas por él: ''Je les voyais toutes enfermées a la fois sous
cette mantille coquette, sous cette coiffe de satin... " ( 198). Referencias bibliográficas
Bajcin, Mijail. Lepríncipe dia/ogiq11e, París: du Seuil, 1981.
En "!sis", el poeta recuerda un paseo por las ruinas de --------------. Yo también soy. México: Taurus, 2000.
Pompeya el cual le provoca la evocación de la ciudad antes de la Béguin, Albert. El alma romántica y el srteño. México: FCE, 1996.
erupción del Vesubio. En esa ocasión, él se detiene ante el templo de Brccon, André. Manifiestos delJmrea/iJmo. Madrid: Guadarrama, 1 969.
Isis donde asiste a una ceremonia religiosa de la que imagina --------------. "Primer Manifiesto". Cirlot, Lourdes. Primeras vangnardias
cantos, ritos y objetos sagrados, estos últimos admirados la víspera artísticaJ. Barcelona: Labor, 1995.
en un museo y evocados por el pensamiento. Es así como advierte Jauss, Hans Robert. Experiencia estética y het1nenétttica literaria. Madrid: Taurus,
1986.
que una parte de sí está en relación con algo fuera del tiempo. Como
dice Albert Béguin, en de Nerval, al igual que en Novalis, en el
amor se imprime algo de lo religioso dándole el carácter de
eternidad (Béguin 1996: 445). Pero esta experiencia del abismo
interior trae consigo el estigma de los elegidos y malditos. Nuestro
poeta, como Baudelaire se siente exiliado entre los hombres: "J'étais
maudit peut-étre pour avoir voulu percer un mystere redoutable en
offensent la loi divine" (249). No obstante, para esa generación
nacida en días de revolución que dieron por tierra las creencias
religiosas, es difícil sostener las ideas sobre esa vida otra. Además, la
proyección mística del poeta va más allá de la mujer amada o las
mujeres que se resumen en Aurélia. En efecto, percibe esa
proyección en todas las cosas y a los demás seres como expresión de
un universo de otra dimensión. Asimismo, encuentra relaciones
entre todas las cosas: "tout se correspond" (272) Este lazo entre el
mundo externo y el interno lo lleva a reflexionar acerca de la
importancia de los sueños. Ellos ocupan un tercio de nuestra vida y
cree que en ellos reside la vida verdadera, auténtica del hombre.
Sueños, correspondencias entre los mundos interior y exterior,
otredad son algunas de las preocupaciones de este poeta
contemporáneo de Baudelaire, de Víctor Hugo, Balzac, Dumas,
entre otros grandes poetas y escritores de Francia, el cual precedió al

114
�. 115
ESTRATEGIAS DEL OTRO

Graciela Raquel Ortiz


Facultad de Humanidades y Artes
Universidad Nadonal de Rosario

Tanto la novela La Qttébécoite (1983) de la escritora franco­


canadiense Régine Robin como La profesora de español (2005) de la
argentina Inés Fernández Moreno colocan en escena a mujeres
migrantes, así, la protagonista de La Québécoite francesa de
nacimiento, se instala a Montreal mientras que la protagonista de
La profesora, argentina, lo hace en Benalmar, España. Como ocurre
con la mayoría de aquellos que se van de su país, ellas se encuentran
dilaceradas entre dos horizontes culturales, el de su pasado con la
carga de vivencias que las han constituido y el nuevo contexto en el
cual deberán negociar una nueva forma de vida construyendo
nuevas referencias para atenuar los efectos, muchas veces
arrasadores, del desenraizamiento. Nos interesa indagar,
confrontando ambas novelas, los modos en que ambos textos
construyen las representaciones ficcionales de la alteridad.
Janet Paterson (1998) afirma que determinar la alteridad
de un personaje implica establecer no sólo los términos relacionales
opositivos del individuo respecto de otro sino también situarlo en
relación a un grupo respecto del cual se posiciona como Otro
identificando, así mismo, quién lo enuncia como Otro. Si bien hay
diferencias en la forma en que las novelas que nos ocupan se
estructuran, sin embargo, ambas comparten una misma estrategia:
tanto la protagonista de La profesora de español como la narradora de
La Québécoite se autoidentifican como el Otro en las sociedades en las

117
La alteridad y la intimidad Gracie/a Raquel Ortiz

que están inmersas. En la novela de la argentina, lo que lleva a genéricos, es ficción y al mismo tiempo se trata de un relato con una
Isabel, la protagonista a definirse como un Otro es la conciencia y el impronta autobiográfica, hay canciones, poemas traducidos al
temor de ser ilegal. El tiempo de permanencia en España transcurre francés del iddish, hay fragmentos que rozan la crónica, a su vez la
signado por la ilegalidad pues al cabo de los tres meses expira la visa narradora está escribiendo una novela cuyo personaje escribe a su
de turista. Este tema es recurrente en la novela tanto como vez una novela. Cada relato se fragmenta, y el relato principal se
fantasma constante que la atemoriza por la posibilidad de ser dispersa y en movimiento de retracción retoma los hilos para
deportada como por la situación real de vivir en una marginalidad redireccionar la narración que vuelve a fragmentarse. Todos los
compartida con los otros inmigrantes ilegales, explotados en los relatos comparten ese rasgo, llegan a un punto, paran y
trabajos que"tienen la suerte" de conseguir. Vive en/con el temor de recomienzan pues ningún narrador está conforme con lo que hace.
ser denunciada a Extranjería por cualquiera de los de allí, que por Se trata de una novela escrita en forma de"collage" cuya estructura
estar enraizados en ese espacio tienen ese poder sobre ella. "Todos fragmentada alude a la fragmentación del imaginario migrante, tal
ellos pertenecen naturalmente a su mundo". Es esta no pertenencia como lo expresa la misma Robín en el postfacio de la edición de
al mundo de ellos que sitúa al personaje como Otro. 1993.
Si bien la narradora de La Québécoite no se encuentra en la La novela de Fernández Moreno presenta una estructura
situación de ilegalidad, sin embargo, la embarga un sentimiento que podríamos caracterizar como menos innovadora pues se
semejante "Quelle angoisse certains apres-midi - Québécité - construye a través de la mediación de un narrador que, focalizando
québécitude - je suis autre. Je n, appartiens pas a ce Nous si el relato en Isabel, cuenta en presente el tiempo de permanencia de
fréquemment utilisé id - Nous autres - Vous autres" (5 3 ). Así, ella la protagonista en España, una mujer de unos cincuenta años, que
se encuentra en ese lugar de los Otros, y por ello se enuncia como emigra luego de la crisis económica argentina de 2001 con el
Otro, distanciada de esa comunidad que se aucoidentifica con proyecto de quedarse para trabajar, juntar dinero y volverse a la
orgullo nacionalista desde la esencia de su "québécité", que Argentina. Situación diferente a la de la narradora de La Qttébécoite
demarcan la pertenencia a partir del "nosotros" apartando a que emigra a Montreal con el propósito de instalarse a vivir allí. Si la
aquellos que no caben en dicho grupo. Robin sitúa la novela en el certeza del regreso a su país natal da al sujeto que emigra el
período en el que la sociedad quebequense vivía un intenso debate sentimiento de estar sólo de paso en ese lugar, lo que podría en
entre aquellos que apelando a sus raíces históricas y lingüísticas, principio atenuar el dolor del desarraigo, no es esto lo que se plantea
defendían con vehemencia un Quebec independiente del Canadá en la novela de Fernández Moreno. En ella, fragmentos destacados
anglófono. Es en el marco de ese momento, que debemos entender en cursiva interrumpen el discurso del narrador poniendo en escena
los términos "Québécité" y"québécitude". una primera persona, la propia Isabel, que toma la palabra. En el
La novela de Régine Robin se abre con un epígrafe de primero de estos fragmentos, que aparece en el inicio de la novela,
EdmondJabes en donde el escritor expresa su deseo de escribir una reflexiona sobre los efectos de la migración en aquel que se va de su
obra que no pertenezca a ningún género y que sin embargo, los país"el pasado se vuelve incierto, ilusorio, ya que nadie lo menciona
contenga a todos. A este deseo de ]abes responde la escritura de La [ ...]hay también, en cierta forma una abolición del presente, de lo
Québécoite, pues es una novela cuya forma desestructura los límites que ha sido hasta ayer lo propio y cotidiano" (15). Expresada en esos

118 � 119
La alteridad y la Intimidad Graciela Raquel Ortiz

términos, la experiencia de la emigrac10n se relaciona con el Lo que una vive como una obligación que Ja empuja a
sentimiento de desintegración de la identidad al desaparecer las desplazarse por el entramado urbano, tejiendo relaciones con los
personas que con su testimonio reviven el pasado del individuo, hilos elaborados por el deambular del propio cuerpo, la otra lo
sensación de deriva por perder también las referencias que lo anclan experimenta como un desplazamiento de significante a
en el presente pues como afirma Sa:id, "El exilio es, significante. Ante la pregunta "Serait-il possible de trouver une
fundamentalmente, un estado discontinuo del ser" (Sa'id, 1984). position dans Je Jangage, un point d 'appui . .. quelque chose qui
Reflexión que coincide con Jo que afirma la narradora de La ancre la parole alors qu 'il n 'y a qu 'un tremblé du texte, une voix
Qttébécoite: ''Aucune figuration de 1 'exil. IrreprésentabJe. Sans muerte, des mots tordus?" (19) Ja respuesta de la narradora es un
présent, sans passé" (15 ). afán omnívoro "Tour consigner pour donner plus de corps a cette
Ahora bien, frente a la "pérdida desorientadora que existence" (19) y más adelante agrega "Noter toutes les différences,
embarga al emigrado" (Sa'id) se elaboran mecanismos donner du corps, du relief a ces différences" (113) "Oui, noter
compensadores que permiten crear nuevos referentes, estrategias toutes les différences. Ne rien oublier, ni les marques de dentifrices
para paliar la extrañeza de todo lo que rodea al que se sitúa como { ...} Pénétrer l 'étrangeté de ce quotidien"(l83). Largas listas
Otro. insertas en la novela devienen un inventario de lo que las cosas que
Cuando viajamos, recorrer una ciudad que no conocemos es la rodean, apropiación simbólica a través de la palabra escrita qµe Je
siempre un desafío para nuestros sentidos que, con avidez, intentan da "cuerpo a esta existencia" adelgazando así Jas capas de extrañeza
registrarlo todo. Para aquel que se instala en un nuevo espacio que envuelven hasta los más nimios objetos nimios como una pasta
compelido a tornar habitable lo desconocido, el gesto de caminar de dientes. Registro de lo que lo que ve mas también de lo que
por el espacio urbano que se impone en toda su extrañeza puede ser escucha "Des voix rauques, des voix chaudes, entrecroisement des
vivido como el necesario remedio para iniciar vínculos, fijándose voix- je les touche- je Jes palpe- je m1 y ]ove- I ]ove you- boucs de
itinerarios como práctica que posibilita fabricar el espacio, quotidiens mornes" (17) "tocar Jas voces" asir lo impalpable, asir las
(entendiendo espacio como un lugar practicado, según Michel de voces a través de las palabras, "je m 'y ]ove" acurrucarse en esas
Certeau (1996: 196) Así, en la Profesora la protagonista se obliga a voces, encontrar refugio en ellas, y deslizarse del significante francés
una búsqueda consciente de construcción de referencias que puedan "love" a] inglés "!ove" "I love you", refugio en francés que en inglés
evitar la deriva de la pérdida "Isabel se impone, como quien toma deviene amor, juego de palabras que evoca el contacto y los
una medicina, algunos recorridos por Benalmar. La ciudad tiene deslizamientos entre las dos lenguas que conviven a veces no tan
que empezar a existir, existir para ella. Entonces tiene que armoniosamente en Montreal.
construirla, un bloque sobre otro" (p.32). La obligatoriedad Ambas protagonistas tienen como lengua materna la
significada en la expresión "tiene que empezar a existir" "tiene que lengua que se habla en los países a los que emigran. Lo que en
construirla" reforzada por la imagen creada por los bloques principio podría pensarse como un elemento que aproxima la
apilándose, figuran el agotador esfuerzo y la voluntad del migrante cultura de origen de cada protagonista con la cultura del país
para hacerse de referencias que le permitan crearse un entorno elegido, representa, paradójicamente, en ambas novelas, un campo
amable, en definitiva un comienzo de cotidianeidad. de conflicto, pues se trata de las mismas lenguas y sin embargo son

120 ) 121
La alteridad y la intimidad Graciela Raquel Ortiz

otras, situación que engendra el sentimiento de estar dentro y a la en dos. Y Nazir." (24). Revelaciones semánticas que tienen algo de
vez afuera de su propia lengua. epifánico, viaje a su contorno íntimo.
La narradora de La Qttébécoite al no conseguir asir el relato Si para Isabel la alteridad de su propia lengua se constituye
que está construyendo cae en la cuenta que se encuentra "En exil en el viaje de autoconocimiento, para la narradora de Robín, esa
dans ta propre langue. Le leurre de la langue. Ni la meme, ni une alteridad la lleva a experimentar el desamparo del exilio en su
aucre. L 'AUTRE dans le MEME. L 'inquiétante étrangecé d 'ici11 propia lengua. Sin embargo, a pesar de haber afirmado al inicio de
( 183). Por su parte, Isabel logra sobrevivir dando clases de español a la novela ''.Aucune figuración de l 'exil. lrreprésencable", encuentra
los turistas extranjeros que llegan a Benalmar, de allí el título de la una estrategia como gesto tenaz de resistencia, la escritura, registro
novela. Enseña pues el español, su lengua materna, inmersa en un de la desagregación y al mismo tiempo, en tanto espacio de
extrañamiento tanto más perturbador por tratarse de la lengua, creación, salvoconducto para evitar la pérdida total. Es consciente
instrumento de comunicación y de trabajo. Lo que la sostiene en que de allí en más, vivirá en el entre-dos. "Désormais le temps de
Benalmar es la necesidad de sobrevivir: " ... su trabajo de profesora l 'entre-deux. Entre deux villes, entre deux langues" (63).
de español, con su cúmulo de dudas, de diálogos impostados, de En este breve recorrido, en el cual nos detuvimos en sólo dos
ambigüedades" ( 17 5 ). Al azar en un diario encuentra una frase que personajes, migrantes y situados en el lugar del Otro, hemos
la conmueve "'Despojados de lo propio y cotidiano, el viaje nos destacado algunas estrategias representadas en y por los discursos
invita a conocer nuestro contorno más íntimo'" (176). Si ficcionales, utilizadas voluntaria u obligadamente por ambos
establecemos una analogía entre el viaje y la emigración, en la cual personajes para dirimir las tensiones surgidas de dicha posición.
el individuo se ve despojado de todo, el vivir como emigrado es a
pesar de todo una invitación a explorar los límites más profundos de
sí mismo. Bien podemos pensar también que la tensión que se Referencias bibliográficas
origina entre la cordialidad implícita en el gesto de invitar y la Fernández Moreno, Inés. Laprofmra tkespaño!. Buenos Aires: Alfaguara, 2005.
violencia del despojo, es la misma que experimenta al emigrado al Robin, Régine. La Q11ébécoite. Montréal: XYZ, 1993.
situarse como Otro frente a la extrañeza. Certeau, Michel de. La invención de lo cotidiano. México D.F.: Universidad
Cada clase es para Isabel como un viaje de descubrimiento. Iberoamericana, 1996.
Paterson, ]anee. "Pour une poétique du personnage del' Aurre". Texte. Revtte de
Cuando habla de su vida intenta "darle un sentido didáctico a sus critique et de théorie !ittéraire. "L'altérité" Nº 23/23. Toronto: Trincexte.
palabras" para que "resulte provechosa, idiomáticamente, la Trinity College, 1998.
lección" (190) sin embargo, las propias palabras parecieran estar al Sa'id, Edward. "Recuerdo del invierno". Pttnto de Vista. Revista de Cultura Nº
acecho para atraparla. Enseñando el verbo partir a una iraní y a sus 22, diciembre 1984.
hijas "Isabel hace una valija imaginaria, saluda, parte. '¿Dddu
parcir?', pregunta Nazir. 'lo partí de Buenos Aires. Tú partiste de
Teherán1 • 'Partir también es esto' dice Isabel, y con un cuchillo parte
una manzana en dos. Después enmudece. Acaba de entender el
significado de partir, dividir, separar. Así ha quedado ella, partida

122 123
ALTERIDAD EXTERIOR E INTERIOR EN
LA MODIFICACIÓN, DE MICHEL BUTOR
'
1

Claudia Teresa Pelossi


Universidad del Salvado,· (CABA)

León Delmont, el protagonista de La modificaci6n, de Michel


Butor, emprende un viaje de veintiún horas, de París a Roma. Cons­
treñido al espacio físico del compartimiento de un tren, el verdadero
periplo se efectúa por los vericuetos de los espacios psíquicos, a través
de los cuales el héroe intenta hallar una solución a sus conflictos inte­
riores. La novela constituye el relato de una crisis existencial que se
realiza, entonces, sobre la estructura simbólica del viaje: viaje como
fuga, pero también como tentativa de recomposición del ser, de salva­
ción. No es casual que ese itinerario se efectúe en tren: la estación es
un espacio que representa un lugar de transición y fusión entre los dos
dominios de la existencia: pasado y presente, y opera como signo del
comienzo y el final de una búsqueda o de una relación hwnana.
Tomar un tren posee a menudo la significación de un rito de pasaje
de un estado de vida a otro. Es así como León Delmont, con el objeti­
vo de romper con la monotonía que corroe su existencia desde hace
años, se traslada a Roma para activar un proyecto de cambio: llevar a
París a su amante, para convivir con ella. Sin embargo, a medida que
el tren avanza, asistimos a la revocación de esa decisión: a su llegada a
la capital italiana, el viajero sólo piensa en regresar a su ciudad para
recuperar, paradójicamente, la tediosa rutina familiar y laboral.
El análisis del proceso interior de crisis del protagonista, que lo
conduce a la modificación sustancial de su proyecto, constituye el
objetivo de este trabajo, el cual se orientará en la perspectiva de la

125
La alteridad y la intimidad Claudia Teresa Pelossi

temática del doblewmo alteridad interior y como alteridad exterior. desempeñando un trabajo absolutamente insatisfactorio. Sólo puede
rescatar de él la posibilidad de encontrarse con Cécile, su única liber­
Alteridad exterio/ tad. Los dos pilares sobre los que se cimienta su sueño burgués, dinero
Lourdes Carriedo López en su ensayo "Héroe pasivo y concien­ y éxito profesional, se desvanecen frente a la simple contemplación
cia activa en La modificaci6n" expresa que "son los objetos, las personas del pasajero.
y las imágenes que le rodean, la realidad exterior en definitiva, 1� que Así como el profesor le revela los aspectos negativos de su salida
propiciará el movimiento de la conciencia en función de una mirada y su accionar en el mundo, el eclesiástico opera como la contracara de
que no se atiene a la superficie de las cosas sino que proyecta en ellas su universo íntimo y familiar. En él aparece por primera vez el con­
su interioridad" (Carriedo López 2000: 46). Es decir, la contempla­ cepto de máscara: la sotana se manifiesta como una pantalla unifor­
ción minuciosa de la realidad que León realiza a lo largo de su viaje Y madora que impide descubrir cuál es el verdadero ser que se esconde
los ecos interiores que despierta en la conciencia son los que pondrán detrás de ella. No obstante, cree percibir en el religioso un gesto de
en evidencia la crisis existencial, de la cual declara ya no poder huir. La contrariedad, que atribuye a la insatisfacción de su oficio, al deseo de
mirada del personaje no sólo se detiene en las cosas, dotándolas de su divorcio de la Iglesia y a una lucha interior que sostiene entre la
espesor significativo, sino fundamentalmente en las personas, en esa pasión y el deber. En realidad, la supuesta carga intolerable del orden
abigarrada galería de viajeros, que se halla reunida por azar en ese sagrado no es más que la proyección en el sacerdote, del peso del
vagón. Si bien en un principio son percibidos como un grupo amorfo, sacramento del matrimonio con Henriette y su deseo íntimo de libe­
lentamente León los va individualizando y, frente a ciertos rasgos defi­ ración. Refleja también un anhelo de ruptura con la educación y los
nitorios, imagina la vida y circunstancias de cada uno de ellos. No es mandatos cristiano occidentales. Pasión y deber se debaten, en reali­
casual que les atribuya rasgos o situaciones que se vinculan con sus dad, dentro del propio protagonista. Más adelante, cerca de la esta­
propios conflictos, puesto que en la búsqueda de sí mismo, el prota­ ción de Novi Liguri, León comprenderá que es él el portador de esa
gonista proyecta en los otros -sus alter ego o dobles- sus su� ños, máscara que anhela arrancarse para poder dejar en descubierto su ver­
deseos y frustraciones. Y ellos, a su vez, le devuelven una nueva ima­ dadero rostro, ya que en ese punto ha comprendido que el camino
gen especular, muchas veces deformada o caricaturizada. León agrega tomado no lo lleva a donde creía y que su aventura no es más que un
a ese acto de contemplar, el ingrediente de la imaginación, pues fabu­ falso espejismo de felicidad.
la libremente acerca de sus vidas. Así, por ejemplo, el personaje a En relación con su fracaso matrimonial, aparece otra figura
quien apoda "el profesor", le transfiere la imagen del fracaso de su importante: la del viajante de comercio. El protagonista imagina que
sueño burgués. Luego de compadecer a este viajero por su aparente este hombre, aparentemente vulgar y pobre, se ha trasladado a París
estrechez económica, llega a la conclusión de que en realidad, el mere­ para unirse como él a su amante, en el hotel de una sórdida calle. Fan­
cedor de piedad es él mismo, ya que el otro es un ser feliz, apasionado tasea con una esposa que si bien sabe todo, no lo contradice para man­
por una profesión libremente elegida e indiferente ante lo material, tener la paz (como Henriette), pero que de tanto en tanto estalla.
mientras que él, a pesar de la riqueza, no puede ni disponer totalmen­ León se ha reenviado a sí mismo su propia imagen, pero deformada y
te de su dinero por la presión familiar ni tampoco disfrutar de él, pues caricatura!, que da al adulterio una apariencia repugnante: la modifi­
la firma Scabelli le devora todo su tiempo; además, se siente vacío, cación ya está en marcha. Y el proceso surge simplemente a partir del

126 127
La alteridad y fa intimidad Claudia Teresa Pelossi
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aspecto exterior desagradable de un pasajero y de los símbolos que De esta manera, Delmont se posiciona no sólo como sujeto padecien­
León agrega a lo percibido. te, sino también como sujeto crítico de su propio proceso. De ahí el
Otras proyecciones se producen a lo largo del paso de las esta- nacimiento de una conciencia moral que opera como un juez que ins­
ciones: Cécile y Henriette también se reflejan en las mujeres del truye un proceso y que queda reflejada en el uso del pronombre de la
vagón, quienes encarnan diferentes edades de sus vidas. Así, Madame segunda persona. Ese "vous", que fuerza a reconocer la verdad oculta
Polliat, anciana y decadente, anticipa a su esposa en pocos años. Los hasta ese viaje en tercera clase, opera como el motor mismo de la
dos muchachos son los hijos de Pierre y de Agnes en veinte años, así modificación. Podemos afirmar que León, motivado por estímulos
como sus hijos en la actualidad. exteriores, se contempla a sí mismo, generando un desdoblamiento,
La pareja Pierre-Agnes merece una atención especial, ya que ya que se constituye simultáneamente en sujeto que contempla (el
constituye una pieza clave en el motor de la modificación, al activar la juez) y en objeto contemplado (el acusado): él mismo se convierte en
aparición de los recuerdos de un momento feliz con Henriette: el viaje "el otro". Desde esta perspectiva, la alteridad ya no se ubica fu.era,
de bodas· éstos se van multiplicando a medida que nos acercamos al sino dentro de su propia conciencia. Analiza y juzga particularmente
final del 'recorrido. En este sentido, afirma Lourdes Carriedo López su vida pasada para intentar sustituir la negativa imagen de ese hom­
que bre viejo, por una nueva representación: la del hombre nuevo que
la obra se construye en función de la pareja antitética espacial proxi­ nace junto a Cécile. Pero esta construcción es tan endeble, que se esfu­
midad-lejanía. Al alejamiento espacial de París y de Henriette le ma antes de nacer. Para analizar esas proyecciones interiores de sí mis­
corresponden inversamente un acercamiento mental, y al acerca­ mo, seguiremos el marco teórico aportado por el investigador argen­
miento espacial a Roma y a Cécile le corresponde progresivamente
-al ritmo de la degradación psicológica de Delmont- un alejamiento
tino David Maldavsky en un estudio acerca del doble, "Los dobles, la
mental y afectivo. La estructura espacio-temporal corresponde per­ ligadura pulsional y los procesos subjetivos" (Maldavsky, 2000: 61-
fectamente a la estmctura mental del héroe (Carriedo López, 97), que nos permitirá completar y ampliar lo explicado en el aparra­
1988: 18). do anterior. Sobre la base de los cuatro tipos de elección narcisista de
1
objeto, que Freud expone en "Introducción al narcisismo" , el inves­
En el flamante matrimonio se plantea entonces un doble
tigador argentino considera cuatro tipos de doble, a los que designa
juego especular. Por un lado, ellos reenvían la imagen de felicidad Y
respectivamente como: a) ideal (lo que yo desearía ser), b) idéntico (lo
juventud del viaje de bodas y por el otro, León proyecta en el futuro
que yo soy), c) anterior (lo que yo fui) y d) generado por desasimiento
de ellos su propia decepción del matrimonio y de la vida.
(lo que ha salido de mí). Esta categorización se vincula claramente
con la conjugación del verbo "ser" y aquí se halla, precisamente, el
Alteridad interior punto clave de la crisis del protagonista. León se pregunta, en defini­
El concepto de crisis, en relación con la subjetividad, posee dos tiva: ¿quién soy?, ¿quién fui? y ¿quién deseo ser?.
acepciones. Por una parte comprende el sentimiento de ruptura . �e
una condición de equilibrio anterior, acompañada de una sensaoon
subjetiva de padecimiento; por otra, la posibilidad de ubicarse como
sujeto activo, crítico, de aquel equilibrio ancerio! (Burin, 2004: 123). ' Cfr. Freud, Sigmund. '"Imroducci6n al narcisismo··, en Ohra.r compl,1a.r, Buenos Aires: Arnorrorm,
1978-1985,vol. 14.

128 129
La alteridad y la intimidad ._/
Claudia Teresa Pelossi
2
El doble anterior: lo que fui infidelidad. Otro de los emblemas masculinos citados por Gilmore es
Para poder proyectar un futuro diferente, León Delmont el de la autosuficiencia económica: la masculinidad se mide al menos
necesita hurgar en los recuerdos para aniquilar así la representación parcialmente en dinero. León Delmont lo ha alcanzado, pero vive
del hombre viejo. En esta novela, la memoria cobra un valor funda­ como una exigencia muy apremiante ser el sostén económico de su
mental como mecanismo identitario. La pregunta clave es: ¿quién fue familia. A lo largo de la historia, como el protagonista de la novela, el
León Delmont?, es decir, cómo se ve a sí mismo en ese otro que fue hombre proveedor muchas veces ha cobrado sus aportes económicos
antes del viaje y que ya no quiere ser. La crisis existencial del protago­ asignándose prerrogativas especiales en el área de la sexualidad,
nista se vincula, entre otras causas, con la necesidad de ruptura de cier­ mediante la tolerancia de aventuras extraconyugales. Por este motivo
tos patrones masculinos impuestos socialmente. Irene Meler, en su se puede presuponer que Henriette, a pesar de las sospechas de infide­
ensayo "La masculinidad. Diversidad y similitud entre los grupos lidad de su marido, acepta y calla.
humanos" (2004: 80-82) cita a otro investigador, Gilmore • Para él,
3
Otro emblema masculino para Gilmore es la protección: León rei­
en las culturas mediterráneas, ser un hombre significa poseer una tera obsesivamente, como una acusado frente a un juez y no como un
modalidad pragmática y activa, involucrándose en la vida pública, en padre amoroso que, a pesar de su divorcio, tanto Henriette como sus
pos de éxito y de fama. Meler lo caracteriza también como a un sujeto hijos siempre contarán con su apoyo moral y económico.
narcisista en constante búsqueda de convalidación pública, que no La existencia del viejo León Delmont se resume perfectamente
vacila en abandonar a su familia en aras de aventura o figuración y en esta frase: " ...toute cette demie vie se refermait autour de vous
que exige una fidelidad a la cual no corresponde. En relación con el comme un pince, comme les mains d'un étrangleur, toute cette exis­
sexo y el matrimonio, Gilmore incluye la valorización de la asertivi­ tence larvaire, crépusculaire, a laquelle vous alliez échapper enfin"
dad sexual y la competencia en la fecundación. León Delmont ha cum­ (4 lf Sin embargo, no pudiendo desprenderse por completo de sus
plido con estos preceptos: ha logrado el éxito en el mundo laboral, viejos modelos, comprende finalmente que la opción de Cécile no
cuida afanosamente su imagen social y pública, posee una familia solucionaría sus conflictos de fondo y decide, entonces, la modifica­
modelo y ha tenido cuatro hijos. Sin embargo, siente una perpetua ción de su proyecto.
insatisfacción y entra en conflicto con este modelo. Butor nos presen­
ta un personaje alienado, preso en un engranaje de servidumbres fami­ El doble ideal: Lo que yo desearía ser
liares y laborales. Su única salida consiste en vivir una aventura ¿cómo es ese hombre nuevo que se representa en la concien­
romántica rejuvenecedora. Pero por más que trate de encontrar mil cia del director de la firma Scabelli? Ante todo, un ser "au plus haut
justificaciones, la culpa lo asedia y lo empuja a enfrentarse con otro point éveillé, vivant, et vainqueur" (5 5), puesto que la vida junto a
parámetro muy poderoso, el de la educación cristiana, que condena la Cécile se avizora como una promesa de renovación, de juventud y de
libertad, una "bocanada de aire fresco". Sin embargo, este ideal porta
'Para una mejor exposición, hemos alterado el orden de los dobles propuesros. en sí mismo el germen de la autodestrucción. Las dudas comienzan a
' Cfr. Gilmore, David. l\111nhood in the making. C11!11m,I co11cepu of mrJJc11lini1y, Ncw Haven: Yale
Uoiversity Press, 1990. En este estudio Gilmore define la masculinidad como la forma aprobada de
'Butor, Michel. Ld modification, Paris: les éditions de minuit, 1957. Al ser ésca la edición empicada
ser var6n en una sociedad determinada. Se propone estudiarla to1nando como eje la inrcrrelaci6n
para la elaboración del presente trabajo, a ella se referirán en adelante, las páginas que se indiquen al
entre la organización social de la producción y 1a dinámica intra psíquica.
final de las citas, sin constatar cada vez el nombre del aucor, ni el año de edición.

130
131
La alteridad y la intimidad
Claudia Teresa Pelossi

corroer lentamente sus proyecciones futuras, contaminado imágenes


za a gestarse ese hombre nuevo al que León aspira. Por eso es que el
y voces. Así, por ejemplo, cuando fabula el diálogo con Henriette, en
microrrelato del descenso a los infiernos opera como una puesta en
el que le anunciará el abandono, se aterra ante el mero hecho de no
abismo de todo este proceso de muerte y resurrección. "Il est daoge­
poder soportar su mirada. Toma conciencia de que su convivencia en
remc de se peocher au dehors", reza el cartel. Asomarse al otro lado
París constituirá una nueva decepción: " ...chaque foi que vous l'a­ del vidrio, o mejor dicho, a la vida, cruzar el umbral, implica vencer
percevrez, vous sera rejetée au visage la fa�on ridicule dont aura tour­ primero los fantasmas interiores para poder enfrentar, como un hom­
né votre plus grande tentative de libération" (203). Y deja de soñar
con Cécile: "Elle sentira peu a peu ce qu'elle avait d'ailleurs toujours
bre nuevo y maduro, los peligros que acechan en el juego del vivir. Y
éste constituye el gfan desafío de nuestro protagonista "Les livres de
sentí, que notre amour n'est pas un chemin menant quelque pare,
mais qu'il ese destiné a se perdre dans les sables de notre vieillissement
Butor se terminent par la naissance d'un nouvel homme, apres qu'ils
a tous deUJC" (27 2). sont conté l'engloutissement symbolique de celui que était remonté
aUJC origines" (Roudaut 1964: 113).
El doble idéntico: lo que yo soy El doble generado por desasimiento: lo que ha salido de mí,
Para Maldavsky, este doble parece requerir para su desarro­ como podría ser una obra o un hijo
llo, que el yo haya alcanzado una identificación primaria con el mode­ Los hijos son nuestros dobles arrojados al mundo, la más clara
lo o ideal y opere en consecuencia como sujeto. Si no lo logra, puede proyección de nuestros anhelos y fantasías. Pero para León sólo cons­
ocurrir que el yo se coloque como doble de otro, que ha logrado �a tituyen un grupo compacto de enemigos que intenta desenmascarar­
identificación con un modelo y con el que el yo logra una precaria lo y una tarea más para cumplir. Tan pobre es la comunicación, como
identificación. La modificaci6n constituye, sobre todo a partir del capí­ el amor que siente por ellos. Y la paternidad tampoco aparece como
tulo V, el relato de la caída de un falso ideal de libertad y juventud, una fuente de plenitud.
que intentaba encubrir el miedo a la vejez y a la muerte. Ese yo lacera­ Finalmente, desmoronados los valores sobre los cuales el prota­
do, carente de modelos de identificación, se posiciona a lo largo del tra­ gonista edificó su mundo y perdido el ideal de libertad y juventud,
yecto, como el doble de algunos pasajeros que supuestamente han sólo le queda "la salvación por la escritura" (Carriedo López, 1988:
alcanzado su ideal, como el profesor que ama su trabajo o los felices 40). Es decir, la voluntad de escribir la novela que acabamos de leer
esposos que confían en la eternidad de su amor. Las secuencias referi­ como una manera de reconstruir la propia existencia y de poder atra­
das a esta etapa se hallan en tiempo presente y corresponden al sopor­ vesar los límites infranqueables de la vida real. Así se genera este otro
te anecdótico del viaje a Roma. El protagonista se halla en un tren, en doble por desasimiento, la obra literaria, único acto auténtico en la
un tiempo sin tiempo, como si durante veintiún horas los relojes se vida del protagonista. ''.Alors dans cette chambre, seul, vous com­
hubiesen suspendido. La mirada del viajero se detiene continuamente mencerez a écrire un livre, pour combler le vide de ces jours a Rome
en el adentro y en el afuera de ese espacio reducido. Afuera, los autos sans Cécile, dans l'interdiction de l'approcher" (27 3).
que se desplazan, la gente que camina o la naturaleza que se desarro­
lla; en una palabra, la vida que pulula. Adentro, la quietud, la espera, Conclusión
la transición. Y en ese vagón, como un gran vientre materno, comien- A lo largo de este estudio hemos analizado la crisis existencial
132
133
La alteridad y la intimidad

de un hombre que intenta a lo largo de un viaje recomponer las piezas EXTRANJEROS Y EXTRAÑOS
desgajadas de una identidad escindida. Al buscarse a sí mismo, pro­
yecta sus propios deseos y frustraciones en los otros, creando así imá­
genes especulares que alimentan la construcción de sus propios
dobles interiores, los que van surgiendo al compás de los vaivenes de Jorge Alberto Piris
las estaciones del ayer, del hoy y del mañana. Instituto de Análisis Semiótico del Discurso,
León Delmont es un hombre dividido entre dos mujeres, Hen­ Universidad Nacional de La Pampa.
riette y Cécile, o mejor dicho, entre dos ciudades: París, metonimia de IES Nº 1 "Dra. Alicia M. dejusto", Bs.As.
Henriette, el espacio opresor de la familia y del trabajo y Cécile, puer­
ta de la mítica Roma, el espacio de los sueños y de la libertad. Pero
esta vinculación es tan poderosa que el proyecto de alterar el orden Suelen resultar extrañas las actitudes, los gestos, las vesti­
resulta imposible: fuera de Roma Cécile pierde su esplendor y queda mentas, las costumbres de las personas de otras culturas, especial­
condenada a convertirse en una nueva Henriette. Solo resta dejar per­ mente cuanto más se apartan de nuestro comportamiento habitual.
sonas y cosas en su lugar, y revivir esa aventura a través de la escritura Así como lo propio parece "natural", lo diverso se muestra arbitra­
de un libro, única vía posible para comunicar dos ciudades misteriosas rio, ilógico, cuando no absurdo o ridículo. Sólo la inteligencia, el
e insondables. humanismo o la fe hacen que aceptemos al otro como perteneciente
a la misma especie, con igual estado y dignidad, criatura del mismo
Creador.
Referencias bibliográficas Esos "otros", tan diferentes a nosotros, pueden parecernos
Burin, Mabel. "Construcción de la subjetividad masculina". Burin, Mabel y Meler, iguales entre sí. Se nos hace necesario, entonces, poder clasificarlos.
Irene. Varones. Género y st✓bjetivid4d masmlina. Buenos Aires: Paidós, 2000. En El amante, Marguerite Duras lo subraya con el pronombre que
Butor, Michel. La modification. Paris: Les éditions de minuit, 195 7. usa la jovencita cuando se dirige al hombre que se le ha acercado en
Carriedo López, Lourdes. "Héroe pasivo y conciencia activa en La modificación de
el transbordador: "Le pregunta qué es. Le dice que es chino ..." (Du­
Michel Butor". Théíeme. Revista Complutense de Estudios Franwes. 2000, 15:
43-56. ras .1994: 45).
Carriedo López, Lourdes. "Introducción". Butor, Michel. La modificación. Madrid: Las naciones actuales se han originado tras largos procesos
Cátedra, 1988. de migraciones, enfrentamientos, luchas, asimilaciones. En épocas
Maldavsky, David. "Los dobles, la ligadura pulsional y los procesos subjetivos". de paz y bienestar, se recibe al inmigrante y se lo invita a incorporar­
Braier, Eduardo (comp.). Gemelos. Narcisismo y dobles. Buenos Aires: Paidós, se al proceso de crecimiento, a cobijarse bajo la misma ley que ampa­
2000.
Meler, Irene. "La masculinidad. Diversidad y similitud entre los grupos humanos".
ra a los ciudadanos nativos. Pero en épocas turbulentas, los ánimos
Burin, Mabel y Meler, Irene. Varones. Género y s11bjetivid4d masmlina. Buenos se exacerban en contra del enemigo de la patria y de la fe, y se utiliza
Aires: Paidós, 2000. el odio hacia el extranjero para acrisolar la propia identidad. Esto es
Roudaut,Jean. Michel B"tor 011 Le Livrefittttr. Paris: Gallimarcl, 1964. lo que apreciamos en El cantar de Rolando. Más de trescientos años
transcurrieron desde el hecho histórico hasta la composición del poe-

134 135
La alteridad y la intimidad Jorge Alberto Piris

ma. La derrota en Roncesvalles de la retaguardia del ejército de logías. No se reconocen distintos "otros": quien no es cristiano entra
Carlomagno por parte de los vascos -oscuro hecho de armas del que en el mismo saco, ya sea pagano, infiel o hereje.
el entonces rey de los francos no tomó venganza- fue disimulado en Al comenzar la segunda parte, Marsil "Manda que en
las crónicas de la época, pero perduró en la memoria popular. Con el Zaragoza resuenen sus tambores, / a Mahoma levantan en la más
tiempo, se fue convirtiendo en leyenda y se deformó paulatinamen­ alta torre / y todos los paganos le rezan y le adoran" (vv. 852-54).
te durante la transmisión oral. En época de cruzadas, se magnifica Quien no es cristiano es idólatra. Nada más alejado del espíritu del
ostensiblemente el número de combatientes y se diversifica su pro­ islamismo que adorar imágenes o rezar al profeta. En las iglesias cris­
cedencia para que la lucha adquiera la jerarquía de cruzada, y los tianas de la época sí había imágenes. Como no se conocen los tem­
nobles guerreros, que habían marchado en busca de riquezas al plos de las otras religiones se les atribuyen las mismas característi­
territorio español, se conviertan en mártires de la fe. cas.
El tema de la derrota sirve para estimular la venganza e En la estrofa CCLXVI se advierte el espíritu de cruzada:
impulsar a la acción. Para que los responsables de la misma no sean Dueño el emperador es ya de Zaragoza:
cristianos, se los suplanta por los sarracenos. Y para no desmerecer mil franceses recorren la ciudad registrándola,
las cualidades de los franceses, se apela a la desmesura del héroe y a sin que de sinagogas y mezquitas se olviden;
con las mazas de fierro que llevan y las hachas
la traición. destrozan las imágenes, los ídolos destrozan,
El pueblo que escucha el relato no debe olvidar las maldades sin dejar maleficios ni dejar sortilegios.
de estos infieles a quienes se irá a enfrentar a su propia tierra para El monarca en Dios cree, cumple así su servicio,
liberar el Santo Sepulcro. Por eso, resulta conveniente describir sus han tornado benditas las aguas los obispos
defectos, su falta de escrúpulos, su baja moral. y al baptisterio llevan a todos los paganos:
si ahora alguno de ellos se resistiera a Carlos,
Aquí surge un gran problema para el anónimo autor del can­ será ahorcado, quemado o muerto por el hierro. (vv. 3660-70)
tar. Tras ser derrotados por Carlos Marcel y Pipino el Breve, los
sarracenos no habían vuelto a pisar el suelo francés desde mediados La idolatría se extiende aquí a los judíos, también falsamen­
del siglo VIII. Debe describir lo que no conoce. Y lo hace con imagi­ te. Y los guerreros cristianos hacen lo mismo que los herejes icono­
nación y aplicando la propia organización social y cultural para clastas del siglo VIII (ivaya coincidencia temporal!) que negaban el
reemplazar a la desconocida. De cualquier modo, el riesgo era debido culto a las sagradas imágenes, las destruían y perseguían a
pequeño porque el público tampoco conocía al "otro". quienes las veneraban. Y cabe preguntarse, porque no habían apa­
Ya desde la primera estrofa advertimos ese desconocimien­ recido en el poema hasta el momento, ¿qué tenían que ver los judíos
to . Más allá de los errores históricos y geográficos, se afirma que "Su en todo esto? Los combates habían sido entre cristianos y sarrace­
monarca Marsilio no adora al Santo Dios,/ sirve a Mahoma en todo nos. Pero, antes de la conversión forzada de los vencidos, como una
y se encomienda a Apolo" (vv. 7-8). En la estrofa XXXII, forma adicional de humillación, se extiende la acción destructora,
Blancadrín dice: "iSalud, en nombre de Mahoma/ y de Apolín, pues por ilógica simpatía, a todos los templos que no son cristianos. Solo
de ambos la santa ley guardamos!" (vv. 416-17). Es fácil advertir la el espíritu inflamado de las cruzadas puede explicar tanto odio irra­
mezcla del islamismo con un paganismo híbrido de distintas mito- cional. Todo se justifica por la religión: el que no es cristiano está

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Jorge Alberto Piris
equivocado y debe ser convertido o muerto. Lo dice Rolando al inci­
nunca la lluvia cae ni se esparce el rocío,
tar al combate: "Del pagano es la falta, del cristiano el derecho" (v. ni piedra alguna existe sin que negra no sea,
1015). Y hasta hay quien asegura que allí moran los diablos. (vv. 979-8 3)
A la discriminación religiosa se le suma el odio racial hacia
los negros, no muy lógico en el momento del hecho histórico que En el ejército de Baligán se nombran guerreros de diversos
origina la gesta pero sí en el momento de su concepción, luego de la pueblos, la mayoría ignotos, y muchos de ellos presentan caracterís­
batalla de Sagrajas, en el 1086, donde la guardia senegalesa de ticas físicas extrañas y se los compara con animales: "La primera la
Yusufben-Texufin, el jefe almorávide, derrotó totalmente a las hues­ forman los guerreros butrancios; / micenios la segunda, los hombres
tes de Alfonso VI de Castilla . Estos guerreros negros provenían del cabezudos:/ sobre sus espinazos, a lo largo del dorso,/ es su piel tan
interior africano y mostraban la ferocidad y la intolerancia de los sedosa como la de los puercos" (vv. 3220-23). De los ociánicos se
pueblos recientemente convertidos. Como señala Carl Grimberg, dice que "el cuero de sus cuerpos como el hierro es de duro" (v.
" ...los últimos años del siglo XI y primeros del XII presencian el des­ 3249) . Se los animaliza totalmente cuando, en medio de la batalla,
pliegue de la contraofensiva musulmana en la península, debida al se afirma que "esos que son de Ocián rebuznan y relinchan, / esos
fanatismo africano, simultáneo a la intransigencia pontificia y clu­ que son de Argólida como perros aú11an" (vv. 3526-27).
niacense de los europeos" (Grimberg 1980: 279). En resumen, en los inicios de la literatura francesa nos
Este odio a los negros se advierte reiteradamente en el poe­ e �contramos con una imagen del extranjero deformada, deficiente.
ma. Del sarraceno Abismo se dice que "es tan negro su cuerpo como Tiene defectos físicos y morales, se lo animaliza y a sus templos y cos­
pez derretida" (v. 1474) y que "nadie le ha visto nunca ni jugar ni tumbres se les atribuyen las propias características culturales: las
reír" (v. 1477). De Marganice se afirma que "es dueño de Cartago, mezqui�as tienen imágenes, entre los sarracenos hay duques y con­
,
de Alferna, de Garmalia, / y de un lugar maldito que Etiopía se lla­ des, Baligan entrega el guante al emisario y Marsil se refiere a la tie­
ma. / Están las gentes negras bajo su señorío, / tienen grandes nari­ rra de su enemigo como "Francia la dulcísima" (v. 16).
ces, larguísimas orejas" (vv. 1914-17). Vemos renacer el mito de la Para un hombre del siglo XX, en cambio, estudiar al otro
raza maldita, los descendientes de Cam. El aspecto físico extraño y pued� ser una forma de conocerse a sí mismo o de buscar respuestas
las connotaciones negativas del color presagian desventuras: a los interrogantes esenciales. En agosto de 1937, Albert Camus
"Cuando Rolando observa a la gente maldita/ que es de un color tan escribe el plan para El extranjero: "Un hombre que ha buscado la
negro, mucho más que la tinta, / sin tener nada blanco sino sólo los vida allí donde de ordinario se la coloca (matrimonio, situación, etcé­
dientes,/ entonces dice el conde: 'Sé verdaderamente/ que hoy día tera) Y que de pronto, leyendo un catálogo de moda, se da cuenta de
moriremos, mi razón me lo dice'" (vv.1931-35). cuán extranjero ha sido a su vida (la vida tal como está considerada en
Cuando se describe a Quernublos de Monegros, con el l�s catálogos de moda)" (Todd 1997: 161). Meursault ya se anun­
cabello que arrastra por tierra, se hace referencia a su patria, de pie­ Ciaba en Mersault, héroe de La muertefeliz, la primera novela encon­
dras negras, como a un verdadero infierno: trada de Camus, que no fue publicada. Cuando en 1940 está en
Dicen que en esa tierra en la cual ha nacido París, a punto de terminar El extranjero, escribe en sus cuadernos,
.
el sol no luce nunca ni el trigo nunca crece,
reflexionando sobre el título: "Extranjero, ¿quién puede saber lo

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Jorge Alberto Pirís

que quiere decir esa palabra?" (Todd 1997: 245). Y ya en diciembre responde que más que pena sentía aburrimiento y, aunque calla,
de 1939 había utilizado el seudónimo de J ean Meursault para criti­ habría querido decir que "nunca había podido sentir verdadero
car a la URSS en el periódico argelino Le Soir républicain. pesar por cosa alguna" (ibid., 128).
Para este particular protagonista, según Olivier Todd, autor Nos queda la impresión de que se lo condena por no acatar
de la más documentada biografía sobre Camus, "se inspira en normas sociales básicas, comportamientos comunes, aspiraciones
Camus y en Pascal Pia, en Pierre Galindo, en los hermanos generales. La vindicta pública se ejerce sobre lo cultural más que
Bensoussan, en Sauveur Galliero y en Yvonne" (op. cit., 248). sobre lo delictual.
Sabemos que es un extranjero en su propia patria: un extra­ Al saberse condenado a muerte, al tomar conciencia de la
ño. Experimenta el tiempo de manera singular: puede pasar un finitud, se convierte en un héroe absurdo y expresa su rebeldía al
domingo entero sin hacer cosa alguna, asomado al balcón, sintiendo rechazar con furia al capellán que intenta convertirlo. Comprende
las diferentes notas del día. Cuando analiza el pasado advierte cómo que el mundo es absurdo como su vida y en esa similitud descubre la
van cambiando sus opiniones. Y puede habituarse a la prisión pues felicidad pasada y la presente. El indiferente comulga con la indife­
comprende que "Una vez más todo el problema consistía en matar rencia del mundo:
el tiempo" (Camus 2007: 101). Como si esta tremenda cólera me hubiese purgado del mal,
Se dispersa fácilmente y suele no escuchar a quien le habla o vaciado de esperanza, delante de esta noche cargada de presa­
no entender algo porque se aburre, se distrae o tiene calor, hambre u gios y de estrellas, me abría por primera vez a la tierna indife­
otra sensación. Su cuerpo reacciona ante los estímulos físicos y ale­ rencia del mundo. Al encontrarlo tan semejante a mí, tan fra­
ternal, en fin, comprendía que había sido feliz y que lo era
targa o cambia sus sentimientos. Es particularmente sensible a la todavía(ib.,pp. 154-155).
luz, que lo perturba cuando reverbera o deslumbra. La reacción del
público que asiste al juicio, cuando le preguntan los motivos de su Esta rebeldía coincide con la propuesta por Alfred de Vigny
acto, subraya la particular condición del personaje: "dije rápida­ un siglo antes. En la justificación de su drama Chatterton, en la que
mente que había sido a causa del sol. En la sala hubo risas" (ibid., describe el suicidio del poeta inglés de sólo 18 años, afirma:
131). He querido presentar al hombre espiritualista ahogado por una
Reiteradamente se muestra que es indiferente o insensible a sociedad materialista, donde el calculador avaro explota sin pie­
la mayoría de las cosas. No se conmueve ni emociona. Cuando le dad la inteligencia y el trabajo. No he pretendido justificar los
actos desesperados de los infelices, sino protestar contra la indife­
piden opiniones, no las tiene. Ni siquiera está seguro del amor. rencia que los obliga a cometerlos (De Vigny 1969: 160).
María le pregunta si la ama: "Le contesté que no tenía importancia,
pero que me parecía que no" (ibid., 49). Cuando su jefe quiere man­ Y es la misma rebeldía que presentará Sísifo, que "Es más
darlo a París como una oportunidad de cambiar de vida, responde fuerte que su roca" (Camus, 1970: 94) por su conciencia del mundo
que nunca se cambia de vida. absurdo y el desprecio a los dioses. Por eso, el esfuerzo realizado en
Más que el crimen en sí, durante el juicio, pesan sus actitu­ un trabajo inútil no lo desmoraliza. "Hay que imaginarse a Sísifo
des extrañas: su comportamiento durante el velatorio de su madre, dichoso" (Ibíd., 96).
su falta de arrepentimiento. Siente que no lo comprenden cuando Tratando de clasificar su obra realizada y la futura, escribe

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Camus en sus cuadernos: "Primera serie. Absurdo: El extranjero- El peste, no encuentra las palabras para solicitar un aumento, ni para
mito de Sísifo- Calígttla y El malentendido" (Todd 1997: 441). Por eso justificarse ante la mujer que lo abandonó, y retoca una y mil veces
no extraña que en las dos obras de teatro encontremos también pen­ la primera frase de una supuesta novela que escribe.
samientos y personajes absurdos, y se subraye la condición de Señala Todd que Camus sacó un sentido posible de El malen-
extranjero. Calígula es diferente porque quiere lo imposible. Como tendido:
el mundo no es soportable, pretende la luna, la dicha o la inmortali­ "Si el hombre quiere ser reconocido, hay que decirle simplemente
dad. Por eso es peligroso. Quereas quiere matarlo por seguridad, que existe. Si calla o si miente, muere solo, y todo a su alrededor
porque no se puede vivir en un mundo impredecible o absurdo: "Per­ está abocado a la desgracia. Si por el contrario dice la verdad, mori­
der la vida es poca cosa, y no me faltará valor cuando sea necesario. rá sin duda, pero después de haber ayudado a los demás y a sí
mismo a vivir"(Todd 1997: 357)
Pero ver cómo desaparece el sentido de esta vida, la razón de nuestra
existencia, es insoportable. No se puede vivir sin razones" (Camus Para poder sobrevivir en un mundo absurdo es necesario
1982: 71). amar y comprender al otro. Es la actitud del Dr. Rieux en La peste:
En El malentendido se desarrolla el tema que Meursault lee "yo me siento más solidario con los vencidos que con los santos. No
en su celda: la historia del checoslovaco. Un hombre que regresa tengo afición al heroísmo ni a la santidad. Lo que me interesa es ser
rico a su pueblo para ayudar a su madre y a su hermana, tras un hombre" (Camus 1972: 200). Y algo similar hallamos en El jwimer
largo alejamiento. Deja a su esposa en un hotel porque quiere com­ hombre, ese manuscrito que fue hallado junto al autor el día del acci­
probar si lo reconocen. Como no encuentra las palabras para presen­ dente fatal y que fuera publicado treinta y cuatro años después de su
tarse, mantiene el incógnito y se aloja en la pensión que fuera su muerte. En esta historia que reproduce, bajo supuestos nombres, su
casa. Durante la noche, la madre y la hermana lo asesinan.Jan dice a propia infancia, el niño protagonista se pelea a la salida del colegio
su esposa: "No se puede ser feliz en el destierro o en el olvido. No es con un compañero y con sus golpes le deja un ojo morado. La refle­
posible seguir siendo un extranjero" (Camus 1982: 16). En las con­
xión del autor resume el humanismo de Camus, con ese profundo
versaciones con su hermana se reitera la extrañeza: "Simplemente, respeto por el otro, aun por los "extranjeros", que se aprecia en toda
me pareció que no éramos tan extraños el uno para el otro" (ib., p. la obra:
20); " ... permítame decirle que es usted extraña" (ibid., 28); "Sus Quería sentir su vanidad satisfecha, y en parte ya lo había conse­
palabras son muy extrañas [ ... } Esta casa es realmente extraña" guido, y, sin embargo, en el momento de salir del campo verde,
(ibid., 31). Y a la madre, que no lo ha reconocido, le dirá: "Claro volviéndose hacia Muñoz, súbitamente una sorda tristeza lo acon­
está, todo es culpa mía: todavía soy un extranjero" (ibid., 35). gojó de pronto al ver la cara descompuesta del que había recibido
sus golpes. Y supo así que la guerra no es buena, porque vencer a
La hermana, Marta, presenta una rebeldía final semejante a
un hombre es tan amargo como ser vencido por él (Camus 1995:
la de Meursault: "Porque antes de morir no alzaré los ojos para 135).
implorar al cielo" (ibid., 47). La esposa, María, explica la conducta
de Jan: "Él quería que ustedes lo reconocieran, quería volver a su
casa, traerles la felicidad, pero no sabía dar con la palabra necesaria"
(ibid., 49). Parecería nacer aquí el personaje de Grand, que en La

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La alteridad y la intimidad

Referencias bibliográficas LA ALTERIDAD EN LOS OBJETOS,


Anónimo. El Cantar tk Rolando. Estudio preliminar y notas: Braulio Arenas. (Tra­ UN ESTUDIO SOBRE FRANCIS PONGE
ducción de Braulio Arenas). Buenos Aires: Centro Editor de América
Latina, 1984 (Biblioteca Básica Universal, 290-291).
-----: La Chanson tk Roland. Traduccion, préface, notes et commentaires par Pierre
Jonio. Paris: Gallimard, 1992. Josefina Stancatci
Camus, Albert. L'Étranger. [1942) París: Gallimard, 1943. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
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Buenos Aires: Losada, 1970.
-----. Lapeste. Traducción de Rosa Chacel. Buenos Aires: Sur, 1972.
El malentendido. Calígtrla. {1947] Traducción de Aurora Bernárdez y
Guillermo de Torre. Buenos Aires: Losada, 1982. "No pueden representarse a sí mismos, deben ser representados"
El primer hombre. [1994] Traducción de Aurora Bernárdez. Barcelona: Karl Marx.
Tusquets, 1995
-----. El extranjero. {1942} Traducción de Bonifacio del Carril. Buenos Aires: "Nosotros no estamos solos aquí, estamos lejos de estar solos"
Booket, 2007. Francis Ponge.
Duras, Marguerite. Et amante. (1984] Barcelona: Tusquets, 1994.
Grimberg, Carl. Historia Universal Daimon. Tomo 4: La Edad Media. El choq11e de dos ''Al mito de Ulises que regresa a Ítaca quisiéramos contraponer la
m11ndos: Oriente y Occidente. Traducción de T. Riaño. Barcelona: Daimon, historia de Abraham, que abandona para siempre su patria por una
1980. tierra aún desconocida y que prohíbe a su siervo, incluso, conducir de
Todd, Olivier. Albert Camm: una vida. Traducción del francés de Mauro Armiño. regreso a su hijo a ese punto de partida"
Barcelona: Tusquets, 1997. Emanuel Levinas.
Vigny, Alfred de. Dafnis. Chatterton. Traducciones de A. Centeno Rilova y José
Robles. Madrid: Espasa-Calpe, 1969 (Col. Austral, 1443). El presente escrito postula a la literatura como una
alternativa que permite dejar fluir la alteridad. Se observa que el
lenguaje, herramienta cultural fuertemente naturalizada en la
sociedad, suele viciar la percepción de los hombres para arrojarlos a
una alteridad vacua, no genuina. No así la literatura, la cual,
saliéndose de las reglas serviles del lenguaje, deja decir algo
diferente a lo eternamente reiterado.
Francis Ponge (1899- 1988), poeta y ensayista francés, se
muestra como un artista que logra despojarse de las costumbres
gregarias de los sujetos culturales, para desnudar ante nosotros un
mundo no escuchado, al que ingresa por medio de los objetos. De
este modo, el autor logra combatir un mal uso cultural fuertemente
arraigado: la falsa alteridad.

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La alteridad genuina y la voluntad de poder introducen en el concepto de la falsa alteridad: la misma consiste en
el fatuo reflejo de lo mismo, la mera espuma que el hombre
La alteridad comienza cuando el yo, individuo, sujeto, construye en cada uno de sus actos, el hecho de creer comprender y
descubre al otro. En el último epígrafe, Mario Levinas contrapone lo ver lo otro, cuando en realidad se ordena y taxonomiza el mundo tal
conocido, el regreso a lo familiar, a lo desconocido, el riesgo de lo como se lo desea.
diferente. A partir de esta dicotomía aparece la posibilidad de la Uno de los modos de la permanencia del orden, de lo
alteridad: ésta, la verdadera, tendrá lugar cuando el sujeto sea capaz establecido, utilizado por la voluntad de poder, por excelencia, es el
de encontrarse con lo nuevo y extraño sin anteponer sus prejuicios, y lenguaje. En él, el poder, como parásito, aparece inscripto,
posibilitará así el crear inusitadas relaciones tanto con lo otro como arraigado. La lengua pone en escena una eterna conminación en la
consigo mismo. cual se imprime la voz dominante, obligando al sujeto a decir y
Alteridad es el principio filosófico de alternar, de cambiar la repetir la estructura que en ella subyace, sin dejarle alternativa para
perspectiva propia por la de otro; por ende, la misma podrá tener comunicar algo otro. Así, el poder, lo cultural, el orden, se ·ven
lugar sólo si el sujeto se aleja de sus propios límites y mira hacia el naturalizados mediante el habla, modo primordial de expresión y
exterior. Dada la voluntad de percibir lo otro, pueden aparecer comunicación entre los hombres.
diferentes caminos para darle a éste un lugar: la apertura hacia lo La literatura, diferenciándose del mero lenguaje, hace
externo puede resultar beneficiosa, pero acarrea a su vez el riesgo de estallar a éste al ponerlo en escena en lugar de tan sólo utilizarlo.
sucumbir a la voluntad de poder, la cual según Friedrich Nieztsche Dentro del texto literario se da lugar al afloramiento de la lengua, y
consiste en querer organizar el mundo ordenándolo a partir de es en el interior de la misma en donde ésta deberá ser combatida, no
postulados inamovibles, que pretenden dejar hablar al otro, pero por medio del lenguaje del cual es instrumento, sino por el juego de
que en verdad no son más que proyecciones solipsistas de los propios palabras que en su centro se constituye. Así, la literatura ejerce el
valores, pensamientos y deseos, adjudicados a otras subjetividades: juego de desplazamiento de la lengua, y se presenta como la
Voluntad de verdad llamáis vosotros, sapientisimos, a lo que
revolución del lenguaje, que permite escuchar a la lengua fuera del
os impulsa y os pone ardorosos. Voluntad de volver pensable todo
lo que existe: iAsí llamo yo a vuestra voluntad! Ante todo queréis poder.
hacer pensable todo lo que existe: pues dudáis, con justificada "¿Hace falce recordar todavía que las obras serenas tienen
desconfianza, de que sea pensable. iPero debe amoldarse y más poder para cambiar al hombre que las botas de los
plegarse a vosotros! Así lo quiere vuestra voluntad. Debe volverse conquistadores?" se pregunta Francis Ponge en su ensayo 'El
liso y someterse al espíritu, como su espejo y su imagen reflejada.
murmullo' enMéthodes (op. cit., 194).
Ésa es toda vuestra voluntad, sapientísimos, una voluntad de
poder; y ello aunque habléis del bien y del mal y de las Si hablamos de la literatura como de una herramienta para
valoraciones. Queréis crear el mundo ante el que podáis escapar de la falsa alteridad, como el motor de cambio para percibir
arrodillaros: esa es vuestra última esperanza y vuestra última realmente a la otredad fuera de las imposiciones del poder, veremos
ebriedad. (op. cit. 91) en el autor que nos ocupa a un referente innato de este
desplazamiento: "iAh! Algo está podrido en la lengua francesa/
Estas líneas, publicadas en Así hab/6 Zaratustra, nos ¿cómo salir de ella? (iSalgamos entonces!. ..)" (op. cit. 139).
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La alteridad y la intimidad Josefina Stancatti

Francis Ponge mi única razón de ser, mi pretexto propiamente dicho y la variedad


delascosasesen realidadloqttemuomtn,ye.' (op. cit. 22).
Diferenciándose del lenguaje que repite lo dado, que no
problematiza ni cuestiona, la literatura de Francis Ponge abre sus Ponge se encuentra más seguro de la existencia de las cosas
puercas al accionar insumiso: en sus poemas en verso y en sus que de la suya propia, pues a diferencia de los hombres, inmersos en
ensayos y reflexiones, se aleja de sí mismo tanto como de la voluntades de poder y disputas intelectuales, los objetos
concepción estandarizada y repetida de la realidad, para ponerse de simplemente son, se muestran, existen relajadamente en su
un lado menos pensado, del lado de las cosas. completud.
A pesar de haber comenzado su creación literaria en su En la historia de las palabras, la existencia y la realidad de los
plena juventud, y de la publicación escasamente advertida de Dottze objetos han sido relegadas a un segundo plano. Jean Paul Sartre, en
petits écrits en 1926, fue Le parti pris des choses, de 1942 -libro que La náttSea, inaugura una encarnizada percepción de su presencia. Él
logró acaparar el interés de pensadores can diversos como Jean Paul siente que con el sólo hecho de estar allí los objetos se le imponen, le
Sartre, Albert Camus, Jorge Luis Borges, Juan José Saer, y Jacques oponen resistencia, cobran vida, lo cual le produce la nauseabunda sen­
Derridá, entre otros-, el que lanzó a Francis Ponge a la fama. Es ésta sación de la contingencia de lo real y de su propia existencia:
Los objetos no deberían tocar', puesto que no viven. U no los usa,
la obra en la cual la poética pongeana se pone de manifiesto y se da a
conocer rotundamente. En ella el autor abre las puertas a un mundo
los pone en su sitio, vive entre ellos; son útiles, nada más. Y a mí me
tocan; es insoportable. Tengo miedo de entrar en contacto con ellos
de objetos, a los cuales da voz, luego de percibirlos en su unicidad y como si fueran animales vivos.
en sus más íntimas características. Ahora veo; recuerdo mejor lo que sentí el otro día, a la orilla del
Francis Ponge inicia un recorrido artístico que lo conducirá a mar, cuando tenía el guijarro. Era una especie de repugnancia dulzo­
una cosmogonía o característica universal de objetos, a su na. iQué desagradable era! Y procedía del guijarro, estoy seguro;
pasaba del guijarro a mis manos (op. cit .. 24).
descripción-definición meticulosa. El autor reparte su material
poético fundamentalmente entre los mundos de los moluscos el Francis Ponge va aun más lejos que su coterráneo, no sólo per­
animal y el vegetal. Su obra, escasamente traducida en la Argentina cibe la presencia de las cosas, sino que da lugar en su voz a la expresión
(pues sólo Méthodes, L' asparagtts, y fragmentos de Le parti J1ris des de su ser, de su esencia. En la historia de un lenguaje que reitera siem­
choses, dentro de una decena de libros de su autoría, son hallados en pre las mismas ordenaciones, ideas, luchas, concepciones, él intenta
castellano), atrae y forma adeptos por su forma inusitada de mostrar otra visión, la de los objetos: se esmera en dejarlos expresarse,
torcerse en el camino de las costumbres del habla, para expresarse y en mostrarlos sin introducir en sus descripciones-definiciones ningún
dejar hablar a sus también inusitados personajes: preconcepto y sin caer en los usados lugares comunes:
(Los objetos) ... atraen mi convicción. Por el sólo hecho de que Los placeres de la puerta: (...) La dicha de empuñar en el vientre por
no la necesitan en absoluto. Su presencia, su evidencia concretas, su nudo de porcelana uno de esos altos obstáculos de una pieza. Ese
su espesor, sus tres dimensiones, su lado palpable, indudable, su cuerpo a cuerpo rápido, por el cual, retenida la marcha un instante,
existencia de la que estoy más seguro que de la mía, su lado: 'esto
no se inventa (sino que se descubre)', su lado: 'es hermoso porque 1
Las cursivas pertenecen al autor.
no lo he inventado, habría sido incapaz de inventarlo', todo eso es ? La cursiva pertenece al autor.

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el ojo se abre y el cuerpo encero se acomoda a su nuevo departamen­ de remitir (por ejemplo, para un vegetal) a cal o cual clasificación
to ... (Ponge 1942) previamente establecida (admitida) y en suma a una ciencia
humana supuestamente conocida (y generalmente ignorada)
Jean Paul Sastre, en el artículo que le dedicó, "L, homme et remiran, si no completamente a la ignorancia rotal, al menos a un
les choses" -en Situations, 1- comenta con respecto a su poesía: orden de conocimientos bastante comunes, habituales y
... No creo que se haya ido nunca más lejos en la comprensión elementales, estableciendo correspondencias inéditas que
del ser de las cosas. Aquí el materialismo y el idealismo son ya descompongan las clasificaciones habituales y se presenten así de
improcedentes. Estamos muy lejos de las teorías, en el centro de manera más sensible, más impactante y también más agradable.
las cosas mismas, y las vemos de pronto como pensamientos (op. cit. 2 7)
empastados por sus propios objetos como si la idea que se puso en
camino para llegar a ser idea de silla de pronto se solidificase de Algunas veces las definiciones pongeanas exceden a los
atrás adelante y se convirtiese en silla (op. cit. 201). objetos y engloban también a su persona y a su obra. De este modo
el autor deja entrever que también él (como cualquier ser humano,
Ponge deslumbra a sus lectores porque con su literatura como cualquier obra) puede ser lo otro, que lo humano puede
logra describir la existencia de acuerdo con la norma del ser en sí: se
cosificarse, desasirse del dominio racional, volverse otredad.
regodea y nos fascina con el modo particular de la existencia de la
Entonces, la obra pongeana ya no pertenece al poeta y se ve dueña
cosa, con su total adhesión a sí misma, con el reposo y la
de sí misma para expresarse genuinamente, librada de ataduras y de
imperturbabilidad que ello implica. Para lograr esto el autor se vale rotulaciones:
del axioma fundamental de la fenomenología: analiza Lo que ha cambiado es mi existencia con respecto a los demás,
intuitivamente al objeto tal como le es dado a la conciencia porque existe una obra y se ha hablado de ella. Esto se ha
cognoscente, tomándose el cuidado de no molestarlo; de él importa planteado, se impuso como existencia distinta, y también mi
su ser real, no sus cualidades, el mismo aparece entonces como un 'personalidad' en alguna medida. Así que ahora puedo considerar
esas cosa.i': mi obra, mi personalidad, como algo muy diferente ..."
proyecto de expresión: " ...Compenetrarse con ese esfuerzo mismo,
(op. cit.,p.24)
más allá del aspecto fenomenal de la cosa, es haber llegado a su ser" "No se pueden comprender enseguida cosas que están hechas
(op. cit., p.203), agrega Sartre. para ser comprendidas indefinidamente. Luego, poco a poco, las
Para alcanzar la verdadera alteridad, para entender el ser en respuestas llegan, al cabo de muchísimo tiempo, esto. Hay
sí de cada objeto, Ponge rechaza la significación estandarizada, se pruebas de lectura, hay un artículo en un diario, y bruscamente
aleja de sus amados diccionarios, oye a las cosas y nos alcanza su uno se encuentra cambiad/. Uno se encuentra cambiado como
cuando se mira en un espejo por primera vez. Hasta entonces uno
alma con asociaciones impensadas, espontáneas, que intentan ser no se había reflejado, uno había perseguido su propia apetencia
novedosas y que recuerdan al extrañamiento de los niños. como si no existieran espejos. (op. cit., p. 246)
Ingenioso, original, ingenuo, el ensayista desvela de la otredad
compartida por los hombres el pequeño mundo oculto que los La otredad es capaz de penetrarlo todo. El mirarse al espejo
demás no vemos. abriga la posibilidad de no verse como se esperaba, pues todo
Lo que pretendo formular son pues descripciones­
definiciones-de-arte-lirerario, es decir definiciones que en lugar 3
4
La cursiva pertenece al autor.
La cursiva pcrccnccc al autor.

150 151
La alteridad y fa intimidad Josefina Stancatti

cambia al hallarse liberado. Cada objeto al que se reconozca una En su literatura el mundo (tal como suele entenderse) se
presencia, se lo entienda e interprete como único, autónomo ser en desestabiliza gracias a una igualación entre hombres y cosas, pues
sí, será lo otro. Para esto es necesario alejarlo, diferenciarlo del tanto los hombres como los constructos culturales y artísticos
pensamiento dominante que se tiene sobre su identidad, nunca pueden ser objetados, como los objetos personificados, ambos son
reducirlo ni juzgarlo. valorados en su realidad, en su alteridad y en su ser en sí particular.
Aquello que es visto con esta nueva mirada (no racional, no Este mecanismo de transmutar la esencia de humanos y
dominante), aquello nunca antes escuchado, descontaminado a objetos vuelve o permite volver a una mirada extrañada, que
partir de la visión emergente, será la genuina alteridad. Si todo intenta ser más ingenua y despojar de lagañas a los ojos cansados de
puede ser algo otro, es porque todo puede ser pensado desde sí los sujetos sociales:
mismo, sin imposiciones ni marcas, y esto es lo que ocurre en la "La boca: ( ...) La boca en su palacio -es el templo del
literatura, fundamentalmente en la literatura de Francis Ponge. gusto- procede con sus apreciaciones particulares. Se forma su
propia opinión, luego se la comunica al cerebro, en sesión en la
cámara del consejo, por intermedio de las fosas nasales,
La mirada desestabilizadora
portadoras del olfato, con el cual se concerta a lo largo de
vestíbulos y escaleras interiores.
En el mundo ordenado según la voz dominante la visión de los Se decide entonces si el alimento puede ser ingerido o debe
hombres se halla limitada: los valores están predeterminados, no ser escupido con asco.
hay lugar para una alteridad verdadera pues nada externo se ve en Nada es nunca demasiado grave para el organismo debido
a los contactos hechos solamente en esca antecámara.
su esencia sino que se encuentra ya juzgado y rotulado. El rol que se
La boca es así una especie de sala de guardias.
le asigna a los objetos es un ejemplo claro de esta tiesa estructura, los Por ejemplo, un alimento demasiado caliente es rechazado
mismos suelen ser utilizados como meros útiles, herramientas, en la puerta, o bien se lo hace esperar en el zaguán (todo el tiempo
utensilios o adornos. que haga falta): uno muy evidentemente tóxico, en el umbral de
Ponge aparece en la historia de la literatura como un los labios ... etc. (op. cit. 186)
contraejemplo de este funcionar estanco, tomando el partido por
parte de las cosas, desvelando a los objetos del halo utilitario y
despojándolos de su mutismo inútil; él oye lo que ellos tienen
dentro, asocia desligándose del mero lugar común. Referencias bibliográficas
Pablo Picasso, en palabras que intentan definirlo, ha dicho a Barthes, Roland. El placer del texto y Lección inaflgttral de la Cátedra de Semiología
literaria del Collage de fra11ce pronunciado el 7 de enero de 1977. México: Siglo
Francis Ponge: "Usted, sus palabras, son como peoncitos, sabe, veintiuno editores, 1995. Traducción de Osear Terán.
pequeñas estatuillas, giran y cada palabra tiene varias caras, y se Barthes, Roland. Mitologías. México: Siglo Veintiuno Editores, 1985. Traducción
iluminan unas a otra". Esta frase fue celebrada por el poeta al de Héctor Schmucler.
encontrarla acertada, ya que él mismo logró percibirse como un Calvino, !talo. "Francis Ponge". Por q11é leet' los clásicos. Buenos Aires: TusQuets,
creador que deslumbra por lo novedoso de su obra, por lo alejado de 1979. Traducción de Aurora Bernárdez.
Ferrater Mora, José. Diccionario de filosofía abreviado. Buenos Aires:
sus palabras de de la monotonía de la costumbre.
Sudamericana, 1973.

152 153
La alteridad y fa intimidad

Ponge, Francis. El aJpárag11s. Buenos 1l.ires: Jimmy Jimmereeno, 1993. EL BOVARISMO Y LOS EFECTOS DE LECTURA
Traducción de Alejandro Mendez.
Ponge, Francis. Le parti pris des choJes. Précédé de Dottze petits écrits et mivi de Proemes.
France: Gallimard, 1948.
Ponge, Francis. Métodos. La práctica de la literatttra, El vaso de agua y otros poemas
ensayo. Buenos Aires: Adriana Hidalgo editora, 2000. Traducción de Silvio Marta Urtasun
Macón. Facultad de Ciencías Humanas
Saer,JuanJosé. "Sobre Francis Ponge". Trabajos. Buenos Aires: Seix Barral, 2006. Universidad Nacional de La Pampa
Sartre, Jean Paul. El existencialismo es 11n ht1manismo. Heidegger, Martin, carta sobre el
humanismo. Buenos Aires: Ediciones del 80, 1982.
Sarcre,Jean Paul. La náusea.. Buenos Aires: Losada, 1953. Traducción de Aurora
Bernárdez
El presente trabajo pretende reflexionar acerca de Madame
Sarcre,Jean Paul. "El hombre y las cosas". Sittttions l. Buenos Aires: Losada, 1960.
Traducción de Luis Echávarri. Bovary y la categoría de bovarismo. Más allá de la consideración
canónica de la novela como una de las expresiones más
contundentes del realismo del siglo XIX, y una poética de su
autor. (En este sentido se pueden citar el ensayo Orgía pe1petua de
Vargas Llosa, en el que reflexiona acerca de la obra de Flaubert en la
posmodenidad, y el polémico texto novelado de Julian Barnes, El
loro de Flaubert/ en esta comunicación, la propuesta es, deslizar la
mirada hacia otro de los agentes del campo intelectual: el lector.
Por un lado, desde la historia representada en la novela y la

1
1) Antonio Mauri (trad.) Barcelona: Anagrama, 1994. Notas acerca de El fol'O de F/a11bert,Juliá11
Barnes www.aulndefilosofia. Blogspot. Diario de lecturas. Esta novela del conocido autor británico
Julian Barnes obtuvo en 1985 el premio Geoffrey Fabcr Memmorial y fue seleccionada para el
Booker. Pertenece a un género frecuence entrepo1mode,·no1: la meralireracura. Podemos omitir la trama
por intrascendente y reducir la novela a un ensayo sobre Flaubert, la crítica literaria, los lectores y la
función de la literatura. Sobre estos remas las ideas de Barnes son bastante sencillas:
l. A la literatura no puede exigírsele una función moral o política.
2. La ilusión y el recuerdo son siempre mejores que la rosca y absurda realidad.
3. La crítica literaria, cuando se ejerce tal y como cuenca Barnes en el capítulo 6, ÚJ ojoJ de
Emma Bovary•, centrándose en si Flauberr se contradice en su novela acerca del color de
los ojos de la protagonista, es una infamia para el autor y para el lector.

4. Las ideas antimodernas o anciilustradas de Flauberr, crítico severo de la confianza en el


progreso de la humanidad o las virtudes innatas de la democracia, no son argumentos
válidos contra su gran literatura.
5. La literatura es un oficio triste por la incapacidad que tiene el lenguaje para mostrar el
verdadero ser de las cosas. Quien elige este oficio elige ser mero espectador de la vida, y,
por tanto, en algún sentido, la derrota y el fracaso.

154 155
La alteridad y la intimidad Marta Urtasun

noción de bovarismo más generalizada, se reconoce en Emma a una En una acepción más abarcadora del término, el bovarismo es
mujer que lee y quiere ser otra. Así es posible relevar a ese Otro una facultad común de hombres y pueblos. Por ejemplo, Alicia
como sujeto que desmonta cuestiones genéricas y visibiliza el papel Dujovne Ortiz considera que la novela debe leerse en nuestro
que desde la normativa patriarcal se le adjudica a la mujer. Y, por presente "Porque nuestro país es bovarista (lo ha sido desde
otro lado, analizar el bovarismo, uno de los "derechos siempre), y porque Emma es argentina: la más actual de nuestras
imprescriptibles" del lector", según Daniel Pennac, especie de compatriotas" • Este concepto de bovarismo nacional, inventado
2

enfermedad textt,almente transmisible que nos comprometería a no por el filósofo mexicano Antonio Caso (1883-1946) sintetiza la
perder nuestro estado de lectttra, y la posibilidad de defenderla contra idea clave de la interpretación acerca de la realidad nacional y
toda imposición crítica academicista. latinoamericana y traspone lo que se afirma sobre un sujeto a los
pueblos latinoamericanos. Bovaristas serían las naciones que,
Acerca del bovarismo preocupadas en ser algo distinto de sí mismas, terminan por no ser
nada en concreto. Se instalan en una especie de utopía para ir de la
Desde Madame Bovary se ha acuñado el concepto de imitación de un modelo a otro, sin que éstos coincidan con la propia
bovarismo para designar una actitud caracterizada por el rechazo a realidad. Esta humanidad idealista "va por la vida con el señuelo de
la mezquindad cotidiana y la búsqueda de una vida más novelesca. lo que quiere ser y descuida la realidad que posee y el mundo que
En términos psicopatológicos, el bovarismo es " una alteración del podría disputar por la consecución de un mundo imposible de una
sentido de la realidad, de raíz esquizoide, por la que una persona se vana realidad de ley enda" (Caso 1976: 23).
considera otra de la que realmente es." Este estado de insatisfacción Empero, los bovaristas pueden trascender el sueño y llegar a
crónica surge por el contraste entre sus ilusiones y aspiraciones y la ser lo que no son, siempre y cuando no sacrifiquen su ser por el no
realidad, que generalmente la frustra. Emma Bovary, entonces, se ser. El ideal latinoamericano dice Caso "estriba en acometer
convierte en una figura emblemática de la insatisfacción empresas desmesuradas, desproporcionadas, en el sentido
matrimonial. caballeresco y absurdo de la vida, en donquijotismo generoso en
Si bien el término bovarismo no está en el Diccionario de la Real verdad, ilógico, sin tendencia crítica ni ponderación filosófica."
Academia Española se lo usa con frecuencia y figura en diccionarios (Caso 1973: 190).
de Psicología. La palabra fue acuñada por el francés Jules de Caso quiere ir más allá del idealismo bovarista, irreal,
Gaultier, antes de Freud y del psicoanálisis cuando escribe Le propone combinar el ideal con lo real. Cree que los hombres y los
bovarisme ( 1902), posteriormente Le génie de Flattbert (1913). Si bien pueblos necesitan saber que el ensueño más puro será solo eso si no
el nombre de la patología es de impronta flaubertiana, otros se afianza en la realidad y con ella se integra. Porque "sin aspirar a
consideran que su descubridor fue Miguel de Cervantes Saavedra, algo mejor se retrocede sin remedio; pero sin saber con precisión a
porque el primero contraer el mal del bovarismo es "Don Quijote". dónde se va se fracasa" (Caso 1976: 87). Por lo tanto, el empeño por
Ambos personajes literarios, Emma y Don Quijote, reemplazaron
su ser real por uno imaginario aunque realizan acciones que se
2
En Les mots clés du francais au bac (Profil Pracique 422-423), de Paul
Désalmand://www.francc.diplomatic.fr/labcl_france/ESPANOL/DOSSIER/2000BIS/l lpouvoir.hc
acercan a sus sueños. mi.

156 157
La alteridad y la intimidad
Marta Urtasun

copiar modelos sociales, políticos, jurídicos o filosóficos interfirió en gusto nuestro, tan misterioso" (Puig en 1972, entrevistado en
la configuración de un modelo propio. Textual (Perú), Nº 4).
El crítico argentino Ricardo Piglia en su ensayo Crítica yficci6n
se refiere al bovarismo al considerar una de las escenas más famosas El bovarismo y la lectura
de la historia de la filosofía como el resultado de un efecto del poder
de la literatura. Nietzsche en 1888 al ver cómo un cochero castigaba La teoría de la lectura se puede aplicar a Madame Bovary y
con brutalidad a un caballo caído, llorando se abraza al cuello del también a Anna Karenina aunque de modo diferente. Anna en el
animal y lo besa. Ese hecho marca el fin de la filosofía y empieza la capítulo 29 de la obra lee una novela inglesa en un tren. Esta escena
"locura" de Nietzsche, como un hito fundamental en la historia de es una manifestación del contexto histórico que pone de relieve a las
la razón occidental. La escena reitera, en sentido literal, una mujeres como protagonistas del consumo narrativo. Así, las dos
secuencia de Crimen y Castigo de Dostoievski, en la que Raskolnikov novelas sacan del anonimato la figura de las mujeres que leen. Anna
sueña con unos campesinos borrachos que golpean un caballo hasta y Emma leen una serie de hechos y quieren vivirlos. En esa lectura
matarlo. Dominado por la compasión Raskolnikov se abraza al está el paso al bovarismo: querer ser otro, querer ser lo que son los
cuello del animal caído y lo besa. Nadíe parece haber reparado en el héroes de las novelas, es decir, la mujer debe hacer lo que lee. Ambas
bovarismo de Nietzsche que repite una escena leída. (La teoría del sienten un vacío y encuentran otra vida posible en la infidelidad. Sus
Eterno Retorno puede ser vista como una descripción del efecto de experiencias personales son la corroboración de esos mundos
memoria falsa que produce la lectura). posibles. Tensión y realidad, apariencia y sentido son el contenido
El mismo Piglia asegura en una entrevista a Página/12 que el de las novelas, ejemplos de bovarismo, la vida posible que se
gran tema de Puig es el bovarismo en relación con el modo en que la pretende alcanzar.
cultura de masas educa los sentimientos. El cine, el folletín, el La pregunta que sigue es cómo se fue dibujando el lugar
radioteatro, la novela rosa, el psicoanálisis: en tanto "trama de asignado, primero, y ganado después, de la mujer como lectora.
emociones extremas, de identidades ambiguas, de enigmas y Marce! Proust en un ensayo sobre la lectura, incluido en el interior
secretos dramáticos, de relaciones de parentesco exasperadas, sirve de una de sus obras literarias, Pastieches et Mélanges (1919), privilegia
de molde a la experiencia y define los objetos de deseo"3• El la dimensión individual, subjetiva y solitaria del acto de leer que
bovarismo al que se refiere Manuel Puig no apunta a ningún género vuelca al lector hacia su propia interioridad, y libera en él la
en particular, sino al deseo de ser culto en general: "Me conmueve emotividad, la comprensión intelectual, la imaginación y la
esa necesidad de engañarse, porque tienen necesidad de belleza, sin inspiración creativa que puede lanzarlo a su vez a la autoría.
haberla visto nunca. Solamente en figuritas. Los puntos de Al exaltar esta modalidad de lectura, evoca momentos felices
referencia están lejos: en Acrópolis, el Louvre, la bahía de de nuestra propia experiencia como lectores: la lectura placentera
Guanabara, la isla de Morea, y la constante emboscada de la que nos permite disfrutar de libros que no necesariamente forman
cursilería, no saber qué línea seguir. (. .. ) Es el fenómeno del mal parte del aprendizaje escolar o académico; el tipo de lectura que se
vincula con el ocio creativo.
'Dujovne Orciz, A. versión digitalizada. No obstante, la mirada de Proust se aleja de la de otros
158 159
La alteridad y la intimidad Marta Urtasun

intelectuales, políticos y pedagogos que desde el siglo XIX en intelectual entre los sexos, que puede "derivar a su vez en un replanteo
adelante conciben la lectura como un vehículo de integración y indeseado de los roles establecidos para unos y otros."
1

regulación social En esta versión, la lectura está lejos del placer y Luego del fracaso de la Revolución Francesa, esos temores, en
cerca de la utilidad. Al considerar este aspecto nos enfrentamos con las primeras décadas del siglo XIX, se traducirán en un estancamiento
una dimensión histórica de la lectura que no responde y un retroceso a estadios anteriores: las mujeres regresan de manera
necesariamente a las motivaciones de los lectores sino del Estado. Y, real y simbólica al interior doméstico y a la repartición binaria de los
entonces, nos encontramos con leyes, reformas y programas roles. Se delimita el ámbito del adentro, la maternidad y la familia
educativos diversos, los cuales nunca afectan por igual a hombres y como "naturalmente" femenino y el afi.tera de la casa como el
a mujeres. Es necesario tener en cuenta una perspectiva de género espacio propio de los varones.
en la medida en que la historia de las mujeres como lectoras casi Las representaciones pictóricas decimonónicas construyen
nunca caminó en sincronía con la masculina. imágenes de mujeres leyendo como una de las tantas actividades
Un eslogan del siglo XIX afirma que "por la educación de la domésticas adentro de las casa (de la mujer que lee para su hijo, que
mujer es posible medir el grado de alfabetización de un pueblo". La
posa con un libro en la mano, que se retrata junto a la biblioteca o
instrucción de la mujer y su participación en la esfera pública es una
leyendo junto al piano o aparece confraternizando con amigas a
proclama engañosa porque no da cuenta de una verdadera
través de la lectura compartida) o al aire libre, al cuidado de los
convicción por considerar el derecho de las mujeres a recibir una
hijos y la familia y, por lo general, en el marco de una naturaleza
educación superior sino que, en realidad pone en evidencia el interés
como telón de fondo tranquilizador tanto para el artista como para
masculino por dejar para ellas un poco de educación "conveniente"
los espectadores.
para la sociedad de la que forman parte, y en la que desarrollan su
En el siglo XIX, el folletín se expande en las primeras planas
rol inclaudicable de madres y esposas. "Si la prescriptiva primordial
de los diarios del mundo, se populariza y busca un público que
de la época es 'educar al ciudadano, en bien de la república, la crece e incluye cada vez más a las mujeres, quienes gustan de las
educación de las mujeres no debería conducirlas hacia la lectura
novelas porque a través de su mediación acceden a diversos saberes e
libre y placentera que supone, desde luego, un contacto personal y imaginarios y suelen identificarse con las aventuras de sus
desenfadado con los libros, como querría Proust. Difícilmente los protagonistas. Por eso el folletín-novela se considera "pernicioso"
intelectuales acuerden con la idea de una lectora en contacto abierto para el público en general y para las mujeres en particular porque la
con las bibliotecas, sean éstas de índole literaria, científica o
novela es capaz de enfermar a las lectoras, "Todos esos imaginarios
filosófica. Por el contrario, en el siglo XIX y hasta bien entrado el
amorosos o políticos que las novelas desatan en las lectoras se
XX la lectura femenina se verá severamente custodiada, tutelada y asoman como una conjura contra el orden social que debe ser tan
gttiada por expertos (el padre, el maestro, la madre ya formada celosamente custodiado. Así la novela resulta a menudo un género
moralmente) que disponen lo que se puede o no leer, de qué
manera, en qué lugares y con quién/es. "
4

Esta etapa y este cambio abrupto desatan a su vez una " García, Germán, versión digltalizada.
. . .
fantasmática presente en los siglos anteriores: la de la competencia 'Baccicuore, Graciela, "La construcción histórica de la mujer lectora", en Curso de Espcc1altzac1ón en
Lectura, csctirura y educación, Flacso, 2007 versión digitalizada.

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La alteridad y la intimidad Marta Urtasun

poco recomendable. O si se quiere, un género bajo sospecha; que provoca en el lector una confusión mental y anímica que lo
rehuido por unos, perseguido por otros, pero que no es jamás objeto lleva a creerse dentro de la fantasía, de • modo de abstraerse de la
.
realidad, intentar participar en la mentira que lee y mod1fi1Car "la
6
de indiferencia" • " 11

Debemos anotar la paradoja que resulta del hecho de que esas verdad o realidad". Reivindica la necesidad de recordar nuestras
mismas novelas que muchos intelectuales recomendarían no leer, primeras emociones como lectores y acepta que �l bovarismo es -
naturalizan la idea de que el hogar es el sitio natttra/ de la mujer, aún entre otras- la cosa mejor repartida del mundo: siempre es del otro
cuando muestren que ellas pueden tener deseos que las arrastran de donde la desalojamos:
fuera de la vida conyugal. Nu nea engañados, siempre lúcidos, pasamos el tiempo
Hasta aquí unas anotaciones para relevar a la mujer lectora sucediéndonos a nosotros mismos, convencidos para siempre de
que Madame Bovary es la otra. Ema debía compartir esta
como sujeto que desde su alteridad visibiliza el papel que desde la • •, 7
conv1cc10n
normativa patriarcal se le adjudica.
Finalmente consideraremos el bovarismo como uno de los Para finalizar recuperamos dos ideas apenas esbozadas en este
"derechos imprescriptibles" del lector". Daniel Pennac publicó trabajo 1) la matriz de la configuración histórica de la mujer lect� ra
Como 1ma novela por Gallimard en 1992 y, en 1993, en España por que influyó sobre la construcción de la identidad de la mu¡er
Anagrama. En la edición original afirma: "Se ruega (les suplico) no _
docente. Así podemos decir que como en efecto de copia, las
utilizar estas páginas como instrumento de tortura pedagógica". La características de la domesticidad y de la moral, fueron
versión española deja afuera este pedido del autor y pone una cinta encarnándose en las tantas maestras y profesoras que conocimos a lo
publicitaria en la portada con el siguiente texto: "Leed cien veces largo de nuestra historia de aprendizaje de la palabr� �scrita.
este libro, los pedagogos, mil veces...Una esplendida reivindicación _
Entonces resulta significativa la cons1derac1on prospectiva
de la lectura desde unos presupuestos tan inhabituales por la posición que adoptamos cuando promovemos la lectura en
pedagógicamente como de sentido común" (Cuadernos de nuestros alumnos y 2) la de bovarismo como un estado de lectura. El
pedagogía). deseo resultante de esta combinación aspira a eliminar de nuestras
La edición de Norma de 2004 no respeta el pedido del autor prácticas las marcas de la domesticidad y de la moral y propiciar
expuesto al inicio del texto. En el apartado IV, El qué se leerá Pennac una lectura que respete el bovarismo, como estado de lectura
enumera los derechos imprescindibles del lector: el derecho a no leer, a entusiasta. Esta acción implica poner en escena cuáles son los
saltarse las páginas, a no terminar un libro, a releer, a leer cualquier atributos de género que sobrevuelan al marcar relación con la
cosa, 1 derecho a leer en cualquier lugar, el derecho a hojear, derecho lectura y qué otros rasgos son negados en este acto. Lo que está en
a leer en voz alta, derecho a callarnos y el derecho al bovarismo. juego aquí es qué tipo de controles ejercemos sobre lo que s; lee Y
Defensor de un estado de lectura constante, Pennac lee el por sobre los sujetos que se están formando en y a traves de la
bovarismo como una enfermedad textualmente transmisible, una lectura(Pennac 2005: 169).
especie de compulsión frenética por la lectura de libros de ficción,

'Op. cit. nota 5. 'Op. cit. nota 5.

162 163
La alteridad y la intimidad

Referencias bibliográficas LA REPRESENTACIÓN DE LA ALTERIDAD


Batticuore, Graciela "La construcción histórica de la mujer lectora". Cttrso de EN LA CANCIÓN DE ROLANDO
E specializaci6n en Lectttra, escrit11rayed11cación. Buenos Aires: Flacso, 2007. Y EL CANTAR DE GUILLERMO
Budassi, Sonia. "150 años del bovarismo". Perfil, 29 de abril de 2007.
Caso, Antonio. "El bovarismo de la ley". Obras completas, t. II. UNAM: México,
1973. Carlos Valentini - Marcela Ristorto - Noelia Ruiz
Caso, Antonio. "El bovarismo nacional; México: alas y plomo". Obras completas, t. Facttltad de Humanidades y Artes
IX. UNAM: México, 1976. Universidad Nacional de Rosario
Dujovne Ortiz, Alicia. "El bovarismo argentino". Suplemento Cttltttra-Nación, 25
de occubre de 2000.
García, Germán. "Entrevista a Ricardo Piglia". Página/12, 21 de julio de 1990.
Gaultier, Jules de. Le bovarisme. París: Mercure de France, 1902. 1
El presente trabajo está centrado en el análisis de la alteri­
----------. Legéniede Fla11bert. París: Mcrcure de France, 1913.
Maristany, José. Intoxicación literaria: dispositivos de lectura femenina en
dad en dos textos épicos medievales: La Canción de Rolando y el Can­
Argentina(1890-1930), 2008 (inédito). tar de Guillermo. Esta alteridad aparece representada en las figuras
Pennac, Daniel. Comottnanovela. Bogotá: Ediciones Norma, 2004. del enemigo y de la mujer.
Piglia, Ricardo. Crítica yficción. Buenos Aires: Ed. Seix Barral, 2000.
----------. El ríltimolecto1: Buenos Aires: Anagrama, 2005. El otro, el enemigo
Scalanre, Marcelo. "Bovarismo". Rosario/12, 8 de agosto de 2003.
El mundo medieval considera a su otro más extremo par­
tiendo de la diferencia; ésta se traduce inmediatamente en términos
de inferioridad (Todorov 2001: 50). En la CR, el inferior es el musul­
mán; además su "alteridad" lo sitúa en el límite. Así Cros (1977: 49-
65; 57) sostiene que "no es extraño que las representaciones de la 'al­
teridad' se articulen con el espacio mítico de la transgresión, es decir,
de lo satánico, ya que la representación de lo no semejante, de lo disí-

' Esta comunicación se inscribe dentro del trabajo realizado por el equipo de la cátedra de Li1m1111ra
E11ropea l (Litera111ra MediNJaf) en el marco del proyecto de investigación sobre "La representación de
la akeridad en tres cantares de gesra" acreditado por la Secretaría de Ciencia y Técnica de la
Universidad Nacional de Rosario y radicado en el Instituto de Investigaciones de la Facultad de
Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario. Asimismo, esta investigación
constituye una de las actividades académicas del Centro de Estudios Comparativos de dicha facultad.
Para las citas en anglo-normando de La C.mción d, Rolando (en adelante CR) se seguirá la versión de
Martín de Riqucr quien reproduce el texto del manuscrito de Oxford enmendado y completado con la
ayuda de otros manuscritos. Para la traducción en español, se utilizará la versión castellana de Braulio
Arenas. En el caso del Cantar de G11íffermo (en adelante CG) se utilizaron respectivamente las versiones
deJeanne Wathelet-Willcn y deJoaquín Rubio Tovar.

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La alteridad y la intimidad Carlos Valentini - Marce/a Ristorto - Noelia Ruiz

mil, es filtrado una vez más por los modelos discursivos preestable­ agobiarán y sus almas serán llevadas por los diablos al Infierno.
cidos". También los musulmanes aparecerán vinculados a la magia,
Al destacar la hermosura fisica y el arrojo en la batalla de los Ja oscuridad, la malformación, la mitología y los vicios: e] rey de Cor­
jefes sarracenos el poeta de la CR exacerba la belleza y la valentía de salís es "un berberisco ducho en artes maléficas" (v.886); Sig]orel es
los héroes cristianos. El enemigo no es bello per se sino como recurso un "encantador que estuvo en el infierno" (v.1391) llevado por la
que alimenta y potencia las virtudes cristianas. El coraje y la belleza magia de Júpiter; Abismo es dueño de un "mágico escudo" que Je
del adversario sólo son una mera proyección de los propios valores fue obsequiado por el emir Galaferno, quien lo recibió de un "dia­
cristianos. blo" (vv.1499-1503); Fa]sarón tiene una frente tan amplia que los
Entonces, la valentía de Carlos, de Rolando, de Oliveros, de ojos están separados entre sí por medio pie de distancia (vv.1217-
Turpín es inconmensurable puesto que sus contrincantes son Bali­ 1218) y el tío de Marsil, Marganice, tiene un ejército de "gentes
gán, Malprimís, Blancandrín. Y su hermosura es deslumbrante ya negras" con grandes narices y larguísimas orejas (vv. 1912-1917).
que impacta la de Margarís y la del emir de Balaguer. Exterioridad e Asimismo, las huestes del emir están conformadas por guerreros
interioridad, forma y virtud se ensamblan en un solo fin: represen­ micenios (que son cabezudos con espaldas de una piel semejante a la
tar la perfección del Bien. de ]os puercos), cananeos, gente de Samue1, de Malprosa (que son
Pero al mismo tiempo que el Otro es lo semejante también hombres gigantes), todos son los "peores felones", "nunca sirvieron
es su antítesis porque representa lo desconocido, lo extranjero, lo a Dios", en ]a batalla son "viles y obstinados" y no necesitan llevar
diferente. Por ello, bajo la apariencia de lo bello y lo valiente yelmos ni lorigas porque "e] cuero de sus cuerpos como el hierro es
comienzan a emerger los sernas de lo monstruoso. duro" (vv. 3214-3233).
Así, el poeta agregará un verso final a la descripción positiva Por otra parte, la caracterización de ]os sarracenos en el CG
del emir de Balaguer: "Fust chrest"iens, asez oüst barnet" / "y gran aúna dos perspectivas diferentes: son considerados el enemigo que
barón sería si en nuestro Dios creyera" (v.899) con el que señalará la debe combatirse ya sea porque es monstruoso en su comportamien­
presencia de la falla, de lo disímil, de lo imperfecto. Bajo una apa­ to, por sus creencias o por su aspecto físico. Pero al mismo tiempo es
riencia casi semejante a la del cristiano se esconde, agazapado, el ene­ presentado como honorable, valiente, hábil en el manejo de las
migo. armas y fiel a su causa. El poeta señala insistentemente su superiori­
Pero también, aquél que no pertenece al mundo cristiano dad numérica y los incontables recursos que poseían: rápidos caba­
no puede ser humano, puesto que la Edad Media no concibe otro llos y ricas y poderosas armas. Como los ejércitos sarracenos hacen
mundo que el reino de Dios y si no pertenece a este mundo, enton­ temblar la tierra a su paso, para los cristianos vencer a tales hordas es
ces debe pertenecer necesariamente al reino del Demonio. una gloria inconmensurable y, como señala Comfort (1940: 650),
El poeta de la CR, luego de señalar las semejanzas, inicia un ser derrotados por ellos no es una muestra de deshonra.
camino más radical de deshumanización de la alteridad. O bien el Esta excelencia que el poeta reconoce al enemigo encuentra
otro es inferior, o bien carece de toda característica humana. un límite: la carencia de la fe cristiana:
Así los sarracenos serán "impíos", "viles paganos", "menti­ Li sarazín alderufe fu hardiz e prouz / cheualer bon si out fere uer­
rosos", "felones", "jactanciosos", "gente asesina", sus pecados los cuz / mais deu ne nout par cant ese il ruc perdu (CXXXVI, vv.

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La alteridad y la intimidad Carlos Valentini - Marce/a Ristorto - Noelia Ruiz

2134-36) //El sarraceno Alderufe es audaz y valiente y es un buen integrando las huestes cristianas: Guischard y Renuard. El primero
caballero de fuerza descomunal, pero no cree en Dios y por ello está
completamente perdido (CXXXVI) reniega de su señor Guillermo "jamás volvería a llevar vuestras
armas" y abjura de la fe cristiana y se lamenta: "si hubiera invocado
Junto a la valoración positiva de las cualidades guerreras se a Mahoma no vería en mis costados heridas por donde la sangre se
encuentran expresiones que manifiestan el desprecio hacia ese otro escapa a borbotones" (XCIII-XCIV). El poeta probablemente
infiel; así puede verse que el poeta los llama "chusma detestable", introdujo este personaje para mostrar la debilidad de la fe de los
"odiosa/despreciable raza enemiga", "raza maldita" y "viles y felo­ sarracenos conversos. Como en este caso, también los jefes sarrace­
nes sarracenos". Este menosprecio se sustenta en la conducta sacrí­ nos de Marsil en la CR, exhiben una cólera pueril por la ineficiente
lega de los sarracenos que roban las "santas reliquias" (II y IV). Asi­ protección de sus dioses.
mismo atacan cobardemente en grupo a un único adversario: Vivién En cambio, el caso de Renuard -el otro converso- es más
herido de muerte es embestido por varios paganos a la vez y un bere­ complejo. Porque su inclusión, según Adler (1952: 161), implica la
bere lo mata ya moribundo, varios se precipitan sobre su cuerpo y lo inserción de un personaje cómico dentro de la épica tradicional.
destrozan, demostrando cobardía, al no respetar el cuerpo del ene­ Renuard, si bien posee un origen noble, ya que es hijo del poderoso
migo (LXIX y LXXIII); igualmente Girard es muerto por treinta rey Deramé, ha sido criado en la cocina real del rey cristiano Luís y
paganos (XCI) y, cuando Guillermo quiere rescatar a Vivién, sarra­ su conducta y su aspecto físico no concuerdan con los de los guerre­
cenos y eslavos se precipitan contra él (CXVIII, CXIX, CXXXIII). ros nobles cristianos: está pobremente vestido y tiene pies enormes;
Como afirma Comford (1940: 639), los poetas épicos no es glotón, dormilón y borracho y su arma es una gruesa maza que
estaban preocupados por cuestiones teológicas, por ello en los poe­ lleva apoyada en su cuello, tan pesada que ningún hombre podría
mas los sarracenos son idólatras, adoradores de numerosos dioses: cargarla.
Mahoma, Apolo, Tervagán, Tartarón, Belzebú, Bagot, Macabeo y el Puede decirse que es un personaje que evoluciona (a dife­
Anticristo. Del mismo modo, en la CR, Mahoma, Apolo y Tervagán rencia del héroe épico): si bien al principio el joven rechaza armas y
constituyen una especie de trinidad sintetizando en ellos al conjun­ caballo, finalmente acepta una espada de Guiburc por si se le rompe
to de las culturas no cristianas. la maza. Profiere el grito de guerra iMonjoie! de las huestes de Carlo­
Esta imagen distorsionada de los sarracenos puede verse, tal magno, con lo que evidencia la continuidad de la gesta carolingia.
como ya se señalara en la CR, en la presentación de los mismos como Es el primer indicio de la transformación que se da en el personaje
figuras monstruosas. Así por ejemplo Tabur de Canalonia: es feo, porque de ser criticado pasa a ser tratado progresivamente con res­
tiene la piel más dura que cota de malla y con sus fauces roe y devora peto y admiración por sus hazañas en el campo de batalla.
acero (CLXXV); como en la CR los sarracenos gritan y aúllan. El
emir de Balán es comparado con un verdadero demonio, se resiste a La alteridad femenina
renunciar a su ferocidad y su enorme fuerza no se debilita En los cantares de gesta, la mujer es considerada como una
(CLXXVII-CLXXIX). otredad dentro de un contexto exclusivamente masculino y guerre­
Paradójicamente, el CG presenta a sarracenos conversos ro. El lugar que suele asignársele es totalmente secundario y sólo
sirve para exaltar el prestigio del héroe.

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La alteridad y la intimidad Carlos Va/entini - Marce/a Ristorto - Noelia Ruiz

En la CR, la voz de la mujer es una voz clausurada. Alda es sonaje. A pesar de ser noble y cristiana, evidencia un egoísmo abso­
la prometida de Rolando y encarna la mesura de la mujer cristiana. luto al exhortar al rey para que no ayude a Guillermo (que es su her­
Sólo interviene para preguntar por la suerte de su prometido y su mano) porque teme que al morir Luís, Guillermo y Guiburc se apo­
única reacción es morir ante la infausta noticia. El héroe, en cambio, deren del reino. Acusa a su cuñada de hechicera por su condición de
no la recordará antes de perecer en la batalla mientras que sí men­ musulmana siendo rebatida por Guillermo quien le responde de
cionará el dolor por dejar de ver a su emperador. La respuesta de Car­ manera extremadamente dura, olvidando todo rango y respeto:
lomagno ante su aflicción permite apreciar un cierto reconocimien­ "iQué Dios te maldiga! Reina inmunda"(CLVII), "lengua de víbo­
to de su estatus y nobleza al ofrecerle en matrimonio a su heredero y ra" (CLVIII), la acusa de tener amantes: "cien prestes os han poseído
por la donación que hace al convento donde será enterrada. Su con­ y vigorosamente han golpeado el yunque" (CLVIII), "te dejas joder
ducta es la esperada en una mujer cristiana y sirve para contraponer­ con las piernas levantadas" (CLVIII) y amenaza con matarla: "si
la a la otra figura femenina. desenvaino esta espada te cortaré la cabeza" (CLVIII). Es el momen­
Bramimunda, la esposa de Marsil, representa el exceso de la to en el que interviene el padre de ambos y detiene a Guillermo
mujer sarracena: interviene en las discusiones de su marido con los recordándole: "es vuestra hermana, en mala hora nació" (CLVIII).
vasallos e impreca contra sus propios dioses, pero más tarde, despro­ Asimismo el Rey considera que ha hablado como "mujer insensata"
vista de coda protección y hecha prisionera se convertirá rápida­ (CLVIII) y decide ayudar a Guillermo, ignorando a su esposa.
mente al Cristianismo para salvar su vida. Su importancia, señala La descalificación generalizada de este personaje femenino
Tukey Harrison (1982: 675), es subrayada por el hecho de que es la por parce de los masculinos castiga el exabrupto de la reina Blanche­
única sobreviviente de su pueblo y porque su bautismo es la confir­ fleur y la condena al silencio.
mación del principal tema de la CR: el cristianismo tiene la razón, El otro personaje femenino es Guiburc, que como se señala­
los paganos el error. ra anteriormente es de origen sarraceno, quien se ha convertido al
En el CG, encontramos a dos mujeres, una cristiana, la reina cristianismo al casarse con Guillermo. A lo largo del texto encontra­
de Francia, y otra musulmana convertida al cristianismo, llamada mos un tratamiento respetuoso hacia ella, por parte de su marido,
Guiburc, esposa de Guillermo. Sin embargo, frente a lo que natu­ de los otros caballeros y del propio poeta. Da muestras claras de pru­
ralmente podría considerarse, será esta última quien mostrará un dencia, discreción y fidelidad. Guillermo y Guiburc no tienen des­
comportamiento virtuoso mientras que la reina actuará de manera cendencia, pero igualmente ella cumple con uno de los deberes de la
deleznable. mujer casada: la crianza y educación de la prole, tareas que realizará
La conducta de la reina aparece en un solo fragmento del con los donceles del castillo. El propio conde Vivién recordará los cui­
cantar (CLVII-CLVIII), a diferencia de Guiburc a quien encontra­ dados que ella le prodigara durante más de quince años, y Gui la año­
mos a lo largo de todo el poema. rará cuando padezca hambre en el campo de batalla.
La soberana no interviene hasta el momento en que Guiller­ Como mujer ejecutará las tareas propias de su sexo: en reite­
mo le pide ayuda al emperador (por consejo de Guiburc). Resulta radas oportunidades aparecerá sirviendo bebida y comida a su mari­
significativo que el poeta no la designe por su nombre, lo que puede do y a los caballeros, les preparará la cama y hasta acariciará con ter­
ser leído como un mecanismo expresivo para quitar jerarquía al per- nura a Guillermo en el momento de dormir. Se ocupará del esparcí-

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La alteridad y la intimidad Carlos Valentini - Marce/a Ristorto - Noelia Ruiz

miento de los hombres del castillo, haciendo cantar y recitar histo­ El juglar compromete su palabra al elogiarla: "il ní out tele
rias para exacerbar su coraje en la batalla y también cumplirá con los femme en la crestiente / pur sun seignur seruir e honorer / Ne pur
rituales caballerescos entregando a los guerreros armas y caballos. eshalcer saínte crestiente / ne pur leí maíntenír e garder" (CV, vv.
Es ella quien en todo momento insta a Guillermo a la lucha y no per­ 1487-90)//"No hubo ninguna mujer en toda la cristiandad que sir­
mite que éste flaqueé, dándole fuerza moral y ayuda material cuan­ viera y honrara igual a su esposo, ni en exaltar la santa cristiandad ni
do lo necesite. Muestra una actitud extremadamente devota, invo­ en observar y defender la ley" (CV).
cando a la Santa Cristiandad y encomendando a Dios la vida de Gui­ A diferencia de Alda, Bramimunda y la reina Blanchefleur,
llermo. Guiburc es una figura central puesto que interviene directamente
Por otro lado, tiene un comportamiento poco usual por ser en la acción y será la propulsora de las empresas que ejecute su mari­
mujer y cristiana: toma decisiones aún contraviniendo lo dispuesto do. Su conducta virtuosa y su fortaleza moral permitirán a Guiller­
por su esposo y hasta le impone condiciones cuando le recomienda mo obtener la victoria e impedirá que en numerosas ocasiones su
el cuidado de su sobrino; propone soluciones cuando su marido esposo corra peligro de muerte.
parece no encontrar salida a las dificultades; dirige la protección del Mientras las tres primeras son personajes anecdóticos, que
castillo en ausencia de éste; rechaza el pesimismo de Guillermo podrían no aparecer en la trama sin que los textos se vean modifica­
cuando le propone que se recluyan en un convento; da muestras de dos, y solamente sirven para demostrar la supremacía masculina,
poseer una gran dureza de carácter al no aceptar la justificación Guiburc es fundamental para el desarrollo de la historia y se con­
sobre la ausencia del rey: "cest vers auez vus fait / Sil ore Gist ia ne vierte en el sostén permanente del héroe.
releue il mes" (CLXI, vv.2804-05)// "Vos habéis inventado ese cuen­
to. iSi está acostado que no se levante más!" (CLXI). No duda en Conclusión
pasar a la acción: ofrece a sus jóvenes doncellas como esposas y pro­ En ambos textos las representaciones del enemigo musul­
mete a los caballeros que Guillermo les dará tierras si van a luchar mán y de las mujeres son estereotipadas y evidencian estrechas vin­
con él y hasta organiza un ejército solicitándole a su esposo permiso culaciones en el tratamienco de la alteridad. Sin embargo, el CG pre­
para mentir. senta -entre otras singularidades- un abordaje particular de los
Como se puede observar, en ella se concentran las virtudes musulmanes conversos como es el caso de Guiburc y de Renuard
de una noble y buena cristiana y de esposa fiel aunque demuestre un que anuncian una visión matizada de la alteridad.
carácter no tan sumiso, no siempre obedezca a su marido y hasta dé Esto se debe a que la percepción de la condición femenina
consejos que Guillermo aceptará: "iol ferai mult free/ mais tun con­ que se desprende del CG, si bien modifica notoriamente el estereoti­
seil en dei io creire ben/ enplusurs líus mad eu mult grant mester" po de la mujer vigente en las canciones de gesta francesas, se antici­
(CXLIX, vv. 2432-34)// "Lo haré muy a disgusto, pero debo tener pa a la de las novelas cortesano-caballerescas que surgieron a partir
por bueno tu consejo, pues en muchas ocasiones me ha sido muy de la segunda mitad del siglo XII: los personajes femeninos reafir­
útil" (CXLIX). Este punto es uno de los más novedosos, ya que Gui­ man y ennoblecen la conducta de los caballeros y sirven para lograr
burc a diferencia del estereotipo de la mujer cristiana no sólo acon­ el perfeccionamiento moral de los héroes.
seja, sino que el propio marido toma en cuenta sus indicaciones. Por su parte, el personaje de Renuard estaría señalando, tal

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La alteridad y la intimidad
Carlos Valentini - Marce/a Ristorto - Noe/ia Ruiz

como lo afirma Adler (195 2: 171) la confluencia de la proletariza­ Pellat T.; Pellat Ch. "L'idée de Dieu chez les "sarrasins" des chansons de geste".
ción de la primera cruzada, que a diferencia de las anteriores, inclu­ Stttdia lslamica nº 22, 1965: 5-42.
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174
La intimidad
LA VIE DE JEANNE DE LAMARE
DANS UNE VIE DE GUY DE MAUPASSANT

Silvia A. Anad
Universidad Nacional de Córdoba

lntroduction
Publié en 1833, Unevie fait partie avec Mont-Oriol (1887) et
Pierre et Jean (1888) des romans provinciaux. Le romancier nous y
dépeint la campagne normande, son pays natal. Mais
contrairement aux écrivains naturalistes, le décor chcz Maupassant
n'est qu'un instrument pour restituer la vie dans ces moindrcs
détails. Une vie est avant tout le roman consacré a la dcstinéc d'unc
femme. L'reuvre se ressent de l'influcncc ele Mme Bovary de
Flaubert pour nous présenter une héro'ine aux prises avec ses rcves
d'amour et le piege du mariage. Maupassanc nourrit l'reuvrc de rnus
les themes qui lui sont chers : l'horreur du mariage, le dégout de la
maternicé, le probleme de la batardise qu'il nuance de sa vision
pessimiste du monde et de l'humanité.
Nous nous proposons d'aborder la vie de Jeanne de Lamare
daos Une vie de Maupassant. Une premiere partie portera sur des
aspects généraux de l'reuvre -genese, structure, titre et publication­
pour aborder daos une seconde partie, les illusions d'une jeune filie a
marier. La troisieme partie sera consacrée a Ja vie malheureuse de
Jeanne, a ces supplices de jeune mariée _et a son calvaire de mere.
Daos la conclusion, nous tacherons de dégager les causes qui ont
entra1né la protagoniste dans la déchéance en tenanc compte du
pessimisme foncier de Maupassant.

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La alteridad y la intimidad Silvia A. Anad

l. Aspects de I'oeuvre réalité. Ainsi, la campagne normande semble disparaícre derriere le


Genese rideau d'eau et de neige qui s'abat sur la région. La tempere
Dans une lettre du 10 décembre 1877, Maupassant confie a détrempe les chemins, déréalise le paysage, engourdit les esprits.
Flaubert le plan d'un roman. Malgré la chaleureuse approbation du Au niveau du texte il est a noter l'emploie réitératifs d'expressions
ma'itre, six années se sont écoulées entre le projet initial et la comme «sonner le creux », « trou sans bords», « trou sombre », ou
publication du livre. Certes, la composition s'est révélée une tache des mots clés comme « blancs », « vides » pour suggérer une
difficile et de longue haleine que Maupassant abandonne en 1878 destinée incomplete et lacunaire.
pour ne la reprendre qu'en 1881. Pourtant, au long de cette
période, il continue avec la publication des cantes qui sont comme Structure
des ébauches d'Une vie, entre autres : Par ttn soir de printemps (le Le roman est divisé en quatorze chapitres non regroupés en
Gaulois, le 7 mai 1881) ; Le saut du Berger (Gil Blas, 9 mars 1882) grandes parties. Les chapitres longs, chapitres VII et IX- comptant
Vieux Objets (Gil Bias, 29 mars 1882); R.encontre (Le Gaulois, 26 mai environ 30 pages- portent sur les épisodes malheureux : infidélité
1882) et, postérieur au roman, Hmnble drame (2 octobre 1883). Le de Julien avec Rosalie, mort de perite mere, mort de J ulien. Les
roman appara'it d'abord, sous forme de feuilleton du 27 février au chapitres courts évoquent les moments de bonheur : Chapitre I
avril 1883, daos Gil Blas. La version définitive sera publiée par -retour aux peuples, Chapitre II- temps de fian�ailles, Chapitre
Harvard, en avril de cette année. VIII- naissance de Paul. La prédominance de chapitres longs
s'explique par la linéarité descendante du récit daos lit souffrance.
Titre Mais le roman a été conscruit aussi par le procéclé du cyclc et
Roman de la vie d'une femme, Une vie est aussi le roman de la de la répétition pour indiquer l'encha1nement ele malheurs qui
perte d'identité, a commencer par le nom de la protagoniste que s'abattent sur la jeune femme. Ainsi, !'infidélité de petite mere
Maupassant s'abstient de titulariser, comme moyen de refuser la rejoint celle de J ulien avec Rosalie, la naissance du batard est suivie
moindre individualisation. Alors que bon nombre de romanciers de de celle de Paul, la mort frappe successivement la baronne, J ulien, le
son époque ont donné a leurs ceuvres le nom ou le prénom du baron, tante Lison puis, la femme de Paul. Ce procédé affirme
personnage central-Mme. Bovary, Nana, Madeleine Férat- pour ne l'éternel retour du malheur. L'arrivée de la petite enfant de Paul sert
citer que quelques-uns, Maupassant condamne d'entrée son a relancer le processus des générations.
protagoniste a l'anonymat, a la non-existence. Or, cette exclusion L'action d'Une viene se cléroule pas a l'époque contemporaine
annonce en quelque sorte le sujet du roman qui n1 est autre que celui de l'auteur. Le roman débute le 2 mai 1819 et s 'acheve au-dela de
de la progressive nullité d'une existence vouée a l'échec, « la 1850. Au long de ces années la Fr_ance a été bouleversée par des faits
biographie du néant ». politiques et historiques tres· importants cependant, aucune
D'ailleurs, bon nombre d'images et de mots reviennent pour allusion n'y est faite. Le récit se limite a raconter la vie de Jeanne et
renforcer cette idée. A titre d'exemple remarquons, dans les son entourage le plus étroit. Enfin, si bien l'action se déroule en
descriptions, l'importance donnée aux phénomenes naturels- pluie, Normandie, certains endroits comme les Peuples ou Batteville
neige, brume, brouillard- dom l'effet est d'estomper ou d'effacer la restent des lieux imaginaires.

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Le livre et son public nature la fait rena1tre a la vie :


La réaction de la presse et des critiques sont d'emblée Mais Jeanne, sous ce ruissellement tiede, se sentait revivre ainsi
favorables. Paul Alexis proclame dans Le Révei! du 15 avril les qu'une plante enfermée qu'on viene de remetrre a l'air ; et
qualités d'un « style chaud comme du sang, phrase musclée et l'épaisseur de sa joie, comme un feuillage, abritair son cccur de la
tristesse. Bien qu'elle ne parlat pas, elle avait envie de chanter, de
d'aplomb, attaches solides d'athlete ». Pace aux critiques qui lui cendre au-dehors sa main pour l'emplir d'eau qu'elle boirait, et elle
reprochent son « pessimisme » et «son esthétique naturaliste», jouissait d'etre emportée au grand croe des chevaux, de voir la
Philippe Gilles remarque dans Le Fígaro qu1 Une vie a permis a désolation des paysages, et de se sentir a l'abri au milieu de cetce
Maupassant de faire le grand pas, c1 est a dire, de briser les anciennes inondation,
attachcs au naturalisme, pour s1engager dans sa propre voie
romanesque. Le grand public reste sensible a l'ceuvre d1 un écivaint Enfin, les voyageurs arrivent au vieux chateau de Peuples.
qui lui est cher. Vingt-cinq mille exemplaires sont vendus en «Planté sur la falaise pres d1Yport », cette « vaste demeure » en pierre
quelques jours. Pourtant Maupassant n'échappe pas aux préjugés et a deux corps, domine la plaine normande. Au rez-de-chaussée, le
de son temps. Certes, la librairie Hachette, jugeant ce livre grand salon, la bibliotheque et les pieces de services. Au premier
malséant et obscene, par la franchise dans l'évocation du désir étage, dix chambres s'alignent au long d'un corridor, donnant, au
sexuel, interdit sa vente dans toutes les bibliotheques de gares. La fond et a droite, sur celle de Jeanne. Mais Peuples est aussi le
Jeune Prance réagit en publiant des vers humoristiques. Pace a ce domaine de la vie familiale et reste attachée a la présence des etres
scandale « ferroviaire » la direction de la libraire doit revenir sur sa aimés, du pere, de perite mere, de Rosalie. Sorce de Paradis Perdu, le
décision et le livre repara'it dans toutes les bibliotheques dépendant vieux chateau renferme les douceurs de la perite enfance. Pour ce
de cette maison. retour, le baron a fait redécorer le chateau. Des tapisseries illustrant
Les Fables de La Fontaine, décorent le vaste salan qui s'ouvre sur la
2. Illusions d'une jeune fille a marier bibliotheque. Tour autre est le décor choisit pour la chambre de
Le 2 mai 1819 ese un jour heureux dans la vie de Jeanne. Elle Jeanne. Depuis le lit orné des oiseaux en chene, jusqu'a l'assemblage
sorc du couvent, « libre enfin pour toujours », prete a vivre un avenir hétéroclite de vieux meubles, tout est un appel a 11imagination et a la
radieux. D'ailleurs, cette jolie fille blande de dix-sept ans, a tout fantaisie. De anciennes tapisseries d'origine flamande ou la jeune
pour etre heureuse: beauté, fortune, éducation. Elle trépigne de joie fille essaie de déchiffrer le mythe de Pyrame et de T hisbé la font
et d1impatience le jour de son départ mais son enthousiasme se voit rever d'une « cendresse antique et légendaire». Touchée par ce décor
vite confronté a la tempete de pluie et de neige qui s'abat sur la singulier, J eanne a besoin de se promener dans la campagne.
région. Personne ne veut sortir par un pareil temps. Sous la demande Plongée dans ce « bain de nature » nocturne, la jeune fille
de Jeanne, le baron a fait atteler la voiture. Les voyageurs se sont mis s'éveille a la vie de sens. Elle prend conscience de son corps et du
en marche au milieu du déluge. La baronne, assise a coté de Rosalie, plaisir qu'il luí procure. Son coeur «fourmille de mille désirs rodeurs »
tombe dans l'assoupissement tandis que le baron contemple, d'un pareils a ces betes nocturnes. Au milieu de cetce nature, pen,;ue
oeil morne, la désolation du paysage campagnard. Jeanne est la
'Une vie, Paris, Calmann-Lévy, 1950. Pagc 9-10. A partir de la cicacion suivancc nous désignerons
seule a éprouver une joie et une gaieté sans bornes. Ce contact avec la l'ceuvre par les siglcs Uv en indiquanc sculcmcnc le numéro de la pagc correspondante.

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La alteridad y la intimidad
( Silvia A. Anad

cornme une « poésie vivante », elle laisse envoler son ame et reve rnariage, Jeanne éprouve «une grande sensation de vide dans tout
d'un amour idyllique et passionné: son corps» (Uv: 54), comme si elle était combée dans le piege «d'un
L'amour ! II l'emplissaic depuis deux années de l'anxiéré croissanre trou ouvert sous (ses) pas» .
de son approche. Maincenanc elle écaic libre d'aimer ; elle n'avaic
plus qu'a le rencontrer, lui ! Comment sera-il ? Elle ne le savait pas
au juste et ne se le demandait meme pas. II serait /f(i, voila rout. 3. Les supplices d'une jeune mariée
Elle savaic seulement qu'elle l'adorerait de route son ame et qu'il la La nuit de noces se présente comme la déréalisation de ses
chériraitde toute saforce. (Uv: 17) reves d'amour. Julien se révele un mari violent, brutal,
J ulien de Lamare a écé introduit aux Peuples par l'abbé Picor. désobligeanc. La vie lui apparait dans sa dimension purement
Ce prete campagnard,« toléranc» et« brave» encourage le rnariage négative. Figée dans un morne désespoir,Jeanne regarde a nouveau
de jeunes gens persuadé qu'ils ne peuvenc qu'ecre heureux puisqu'ils la tapisserie sur le mythe de Pyrarne et Thisbé lequel lui renvoie,
apparciennent a la rnerne échelle sociale et qu'ils sonc «d'un sang comme daos un miroir, le secret de sa propre destinée.
équivalant ». En effet, fils unique du vicornte Jean de Lamare, Malgré tout, la jeune mariée trouve un moment de plénitude,
Julien ese un aristocrate de naissance pourtant sa haute condition pendanc le voyage de noces, a Evisa. Le contact avec la nature
sociale ne s'accorde pas avec la question d'argent. Les dettes laissées l'éveille a la vie sensuelle. J eanne accede pour la premie re et dernicrc
par son pere apres sa more, l'ont obligé a vendre le chateau familia! fois, au plaisir sexuel: « J eanne ne parlait plus, le creur serré, et clic
et a vivre des produits de ses fermes. Comrne la plupart de nobles de prit la main de Julien qu'elle étreignit, envahie <l'un besoin d'aimer
province, J ulien ese un aristocrate déplacé par l'essor de la devant cette beauté des choses. » (Uv: 73)
bourgeoisie industrielle. De retour aux Peuples, Elle est déja une femme désabuséc.
Au physique, Julien ese un« grand jeune homme élégant », L'affaissement de ses reves la fonc comber dans l'apachie ce clans une
doué « d'une figure heureuse done revent les femmes », les yeux progressive léchargie : «Et la journée s'écoula comme celle de la
noirs, les cheveux « frisés », la barbe « drue » et « luisante » lui veille, froide, au lieu d'etre humide. Et les autres jours de la semaine
donnent un aspece énergique et viril. ressemblerenc a ces deux-la ; et coutes les semaines du mois
Des son arrivée aux Peuples, tout se passe tres vite dans le ressemblerent a la premiere. » (Uv: 86)
récit et daos la vie de la protagoniste: dí'ners en famille, promenades De son cocé,Julien a repris sa figure d'homme vulgaire, avare,
aux environs, encretient avec la baronne qui le trouve« charmanc», autoritaire. Conscient de sa supério�icé de male, il délaisse sa femme
« tres comme il faut » et du baron qui ajoute: « tres bien élevé », et pour la cromper avec Rosalie, la servante et sceur de lait de Jeanne.
voila que couc ese déja arrangé, convenu, décidé. De son coté, La crise conjugale éclate lors du 9 janvier, jour du départ des barons
Jeanne qui continue a voyager dans les reves, voic dans la figure du pour Rouen, et clébute avec la naissance du batard de Rosalie et la
jeune homme la criscallisation de ses illusions. découverte, quelques jours.plus card, de l'aduleere deJulien.
Le cemps de fian�ailles ese une étape de prornenades en Contrairement a ces attentes, Jeanne ese confrontée a la
baceau, déjeuner sur la plage ou « la lumiere, l'espace et l'eau » se méchanceté d'une vie grin�ante et cruelle. Pour la premiere fois, elle
conjuguent pour créer une atmosphere d'irréalité, propice a la éprouve le non-sens de l'existence, cecee affreuse sensation de vide qui
confidence ec a l'approchement. Cependant, le 15 aout, jour de son l'entraí'ne dans l'aliénation et le suicide:

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La alteridad y la intimidad
Silvia A. Anad

Jeanne allait vite, sans souffler, sans savoir, saos réfléchir a ríen. Et
grand-pere, Paul, surnommé Poulet, a régné en enfant despote et
�ou �ain, elle se trouva au bord de la falaise. Elle s'arreta nec, par
mstmct, et s 1accroupit, vidée de touce pensée et de touce volonté. gaté. A l'age de quinze ans il est mis en pension au College du Havre
(. . .)Oh! sa vie est cassée, touce joie finie, toute attente impossible· mais il ne manifeste aucun gout pour l'étude ni pour la discipline. Or,
et l'épouvantable avenir plein de tortures, de trahisons et d� cette séparation marque le début du progressif éloignement de Paul
de la vie familiale. Au Havre, il s'esc fait des amis et se donne a sa
désespoirs lui apparut. Aucant mourir, ce serai fini tout de suite.
(Uv: 112)
passion pour le jeu. Une premiere demande d'argent est suivie de sa
Incapable de réagir contre le malheur, Jeanne s'égare dans son fuite en Angleterre avec une filie de mauvaise réputation. Comme
P��pre univers intérieur pour devenir un personnage amnésique et son pere, Paul deviene un personnage désobligeant et cruel, un fils
d�h rant: « < ..) elle raisonnait péniblement, cherchant des choses qui ingrat et dépensier. Bientót Jeanne doit hypothéquer le chateau et
, :
hu echappa1ent, comme si elle avait eu des trous dans sa mémoire, de ses fermes. On peut dire que l'inconduite de Paul marque dans le
grandes places blanches et vides ou les événements ne s'écaient point récit le retour du malheur. La vie aux Peuples est envahie par la
marqués.» (Uv: 115) tristesse et la désolation:
Apres cette tentative de suicide, Jeanne apprend qu'elle est Et les trois habicants du chateau vécurent silencieux et sombres
• • dans l'enfer morne des tortures morales. Les cheveux de Jeanne,
encemte, mais cette nouvelle n1apporte aucun soulagement a sa
gris déja, écaient devenus blancs. Elle se demandait rnüvement
situation de femme outragée. L'étape de la grossesse est vécue pourquoi la destinée la frappait ainsi. (Uv: 207)
comme un période de souffrances physiques et morales. Jeanne ne Privé de son fils aimé, Jeanne essaie d'écrire son nom dans le
cesse de penser a !'adultere, a Rosalie et a son enfant. Enfin, le vide comme si elle pouvait saisir par les mots, cette présence qui se
probleme de la batardise et de l'impossible famille rend illusoire tout dé robe asa vue et a son cceur:
espoir de se retrouver dans la vie conjugale et familiale. Et, couc bas, ses levres murmuraienc : Poulet, mon petic Poulet
Apres avoir endurer tant de souffrances, on doit penser que (. ..) elle essayait parfois pendant des heures d'écrire dans le vide,
.
nen de plus grave ne peut arriver acette femme, cependant, il lui faut de son doigt cendu, les lemes qui le composaient. Elle les tra�ait
lencement, devane le feu, s'imaginant les voir, puis, croyant s'ecre
encore subir une nouvelle trahison de Julien, cette fois avec la
trompée, elle recommen�ait le P d'un bras tremblant de fatigue,
comtesse de Fourville, la mort de petite mere et la découverte, par ses s'effor)ant de dessiner le nom jusqu'au bouc ; puis, quand elle
lettres, de son ancien adultere avec Paul d'Ennemare la mort de avait fini, elle recommen)ait. ( Uv: 244)
Julien, la perte de son second enfant, mort-né, et s¡ solitude de
femme veuve. On voit done que la vie de Jeanne ne cesse de déraper. La rupture de liens filiaux est renforcée dans le récit par la
Enfin, cette épouse malheureuse retrouvera-t-elle l'amour souhaité mort du baron, survenue l'année du départ de Paul et, trois ans plus
dans les attaches filiales ? tard, par la disparition de tante Llson. Ces pertes font d'elle une
femme sans vie affective, condamnée a la plus atroce solitude. Sur le
4. Le calvaire d'une mere consei1 de Rosalie, elle vend les Peuples pour s'installer a Bateville. A
Elevé par une mere veuve, une vieille tante célibataire et son l'age de presque quarante ans, J eanne est l'imag e de la désolation.
Elle subit la platitude d'une vie stérile et sans lendemain. Pour y
échapper, elle tente de reconstituer son passé : « Et une idée la saisit
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La alteridad y la intimida Silvia A. Anad

qui fut bientót une obsession terrible, incessante, acharnée. Elle matermte. Cette duperie initiale la fait tomber dans le piege de
voulait retrouver presque jour par jour ce qu'elle avait fait » (Uv. J'amour et du mariage sans qu'elle puisse discerner la réalité.
246). Enfin, Une vie est le roman de la négation et du malheur. Mais
Mais ce retour en arriere ne sert qu'a faire ressortir ce qu'elle sur cet aspect il faut dire que la destinée de J eanne doit beaucoup
n'a jamais vécu, c'est-a-dire, ces illusions et espoirs manqués, aux idées pessimistes de Maupassant qui, sous l'influence de
soulignant ainsi les « blancs » qui ont « meublé » son existence Schopenhauer, soutient que le lot de l'humanité est la souffrance et
jusqu'a la rendre déserte, engourdie, inconsistante. la solitude. Dans Une vie, Maupassant nous dépeint un monde
Enfin, la lettre de Paul lui annon�ant la mort de sa femme et le d'amertume et de désarroi. L'amour, le mariage n'est qu'une
désir de lui confier sa petite fille va changer le cours cette histoire. duperie d'autant plus désespérante qu'elle trompe les individus sur
Certes, l'arrivée de l'enfant, dans les bras de Rosalie, fait pressentir leur réelle solitude. Peu de choses résistent dans Une vie, a cet élan
en quelque sorce, le retour du fils prodigue et la reconquete d'un dévastateur : !'adultere désintegre la vie familiale, l'inconduite de
certain bonheur qui la sousmrit au tragique. La célebre phrase Paul brise a jamais les attaches filiales. Personnage sans issue,
prononcé par Rosalie: « La vie, voyez-vous, �a n'est jamais si bon ni Jeanne se débat entre« le vouloir vivre » et le déchirement que lui
si mauvais qu'on croit » rétablit un certain équilibre dans le récit et provoque le vécu. De cette maniere, Maupassant nous fait sentir la
don ne un sens, quoique précaire, a la vie deJeanne de Lamare. cruauté d'un monde déshumanisé dont la portée dépasse les
désillusions et les souffrances d' Une vie.
Conclusion
Roman de la destinée d\rne femme, Une vie porte témoignage
de la condition de jeunes filles mal mariées. Le roman devient un
réquisicoire contre les préjugés et les codes périmés de cette Notes:
aristocratie de province qui refuse a la femme la moindre Pyrame et Thisbé personnages mythologiques, protagonistes d'une
individualisation, le droit aux choix personnel. Jeanne doit épouser histoire tragique d'amour. Dans une interprétation, Thisbé se tue
l'homme qui lui ont choisi ses parents et le curé du village dans lorsqu'elle apprend qu'elle est enceinte ce qui entra1ne a son tour le
l'intéret de préserver une caste, une hiérarchie, un rang en voie de suicide de Pyrame. Les dieux apitoyés ont transformé Pyrame en
disparition lors de l'essor de la bourgeoisie industrielle. fleuve et Thisbé en affluent de celui-ci. Dans une autre version,
Mais Une vie est aussi le roman de la désillusion. Le drame de Pyrame et Thisbé s'aiment malgré l'opposition de leurs parents.
Jeanne vient du décalage irréductible entre le reve et la réalité, et Maupassant a publié cinq romans done : Une vie (1883), Bel-Ami
plus encare, du fait qu'elle croit vraiment que ces reves d'amour vont (1885), Mont-Oriol (1887), Pierre etJean (1888), Fort c01mne la mort
se réaliser le jour de son mariage. De ce point de vue, on peut ajouter (1889) et Notre cceur (1891). Peu avant sa more survenue en 1893, il
que J eanne reste victime d'une éducation passive qui la cantonne entreprend deux romans L'áme étrangere arretée en juillet de 1890 au
dans un monde idyllique et mensonger. Certes, Je jour de sa sortie profit de L'Angélus. Ces fragments ont été publiés dans La Revue de
du couvent, elle débute en jeune fille ignorante de choses de la vie. Paris, en novembre 1894 et en avril 1895, respectivement.
Personne ne lui a parlé de la vie conjugale, des rapports sexuels, de la

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La alteridad y la intimidad

Références bibliographiques DESCUBRIR LA INTIMIDAD


Oeuvres de Maupassant : DE L'AFRICAIN
Unevie, Paris: Calmann-Lévy, 1950 DE JEAN-MARIE GUSTAVE LE CLÉZIO
Yvette, Paris: Albin-Michel, 1970.
Autres oeuvres consultées:
Daniel Alejandro Capano
Troyar, Henri. Ma11passant. Paris: Flammarion, 1989
UCA,UBA,USAL,CEN
Rochefort-Guillouet, Sophie. Étude sur Mattpassant et le roman. Paris : Ellipses,
1999.
Dussarr, Delphine et Cathérine Hervé-Montel. MaNpassant romanciet: Paris :
Ellipses, 1999.

Pareciera ser una constante en el ser humano dejar huellas


de su accionar por medio de diferentes señales o signos. Tales
testimonios pueden registrarse desde los albores de la humanidad
en los que el hombre utilizaba partes de su cuerpo como las manos
tiznadas o sucias de pintura para imprimir en las paredes de las
cavernas las marcas de su presencia -quizá, una inaugural
autobiografía pictórica-. Luego, a esa intención primaria por asir la
realidad, por fijar la vida, continuó la reproducción de escenas
"protonarrativas" que relataban acontecimientos relacionados con
la caza o con las luchas que libraban entre sí. La actividad expresiva
se prolongó a lo largo de los siglos y se intensificó con la aparición de
la escritura. Así, el hombre va revelando paulatinamente su
identidad.
Ya en nuestra era y en épocas modernas la marcha escritura!
en la que se muestra la interioridad del ser se vuelca en categorías
abundantes y variadas: cartas íntimas, confesiones, memorias,
1
recuerdos, diarios, jo1trna11x papiers, cuadernos y autobiografías.

' Desde la difundida sentencia socrática ó, pasando por las hagiografías y la_, GimftJion,i de san Agustín,
hasta el presente, la actitud de aucoexaminarsc ha sido permanente en el hombre. Por citar algunos
ejemplos literarios paradigmáticos, menciono: los E.uai.J, de Moncaigne; las Corrft.uirm.1, deJean-Jacque
Rousscau; las Mémoim doutre torn/,e, de Chareaubriand; la Vie de IJemy llml,ml, de Stendhal; los Ct1bi,•r.r
dAndré Walter y Si le grain ne 1ne111·1, de André Gide; Le 1110/J, de Jean Paul Sartre; li11f,111re, de Nadinlie
Serraure; y 1V 011 le Jo,,venir denfimce, de George Pcrec. Por cierro que cada 11110 de estos 1cx1os ofrece
distintas particularidades dcncro del amplio terreno de In li11ét�11111, d11 111oi, pero con ello, sólo he
querido marcar la presencia consranrc del género a la largo de los siglos c11 l11 li1ern111ra frnnccsn.

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La alteridad y la intimidad Daniel Alejandro Capano

Todas ellas pertenecen a una zona de la literatura que toma como lenguaje y la escritura desde una perspectiva experimental que lo
objeto hermenéutico al yo que se autointerroga sobre su existencia. aproxima a George Perec y a Michel Butor en cuanto escritor
Según Montaigne, se presenta a sí mismo como argumento y como rebelde, desafiante, no sujeto a convenciones e indagador de nuevos
objeto (Montaigne, Essais II: 8). La escritura funciona, entonces, modos expresivos.
como una imagen especular del individuo. De este modo, la vida se El segundo período comprende los últimos años de la
vierte en palabras a través del gesto de la escritura en una voluntad década del 70 hasta la actualidad. Se observa en las obras publicadas
de perpetuarse, de explicar simbólicamente el universo y el misterio en este lapso una renovación estilística y formal, una escritura más
de la creación. serena y un mayor interés por los temas vinculados a la infancia, a la
En la actualidad se observa en numerosos escritores una memoria y, fundamentalmente, a la literatura de viaje y a las
fascinación, casi obsesiva, por el calco en la ficción de experiencias policulturas, abordadas con verdadero interés integrador y
de vida en la que se muestra una intimidad flagrante. Con antropológico. Baste observar la nutrida bibliografía lecleziana-no
frecuencia el campo privado invade lo público generando ha cesado de escribir desde los ocho años; en la actualidad tiene
narraciones alimentadas por referentes concretos e "historias sesenta y ocho-' para advertir que muchos de sus libros llevan el
verdaderas". El componente dinámico de esas recreaciones es la nombre de viajes: ¼yages de tautre coté; ¼yage au pays des arbres,
memoria, porque escribir significa, entre otras cosas, recordar. Así, V!Jyage a Rodrigues , y otros, que sin ser titulados voyage desarrollan
por medio de la escritura, el escritor transfiere hechos y situaciones una temática similar: Onitsha, Gens des nuages, Raga. Approche dtt
que son evocados por ella, pues estimula la indagación del pasado y continent invisible, y por supuesto L1Africain.
actualiza el tiempo pretérito. La rememoración de vivencias Le Clézio se manifiesta como un viajero impenitente. Ha
personales identificadas con la primera persona del discurso resulta, recorrido África, Oceanía, Oriente y América, tratando de captar la
entonces, una variación de la escritura íntima, autobiográfica. cultura de los pueblos con una mirada inaugural, ingenua, como un
De acuerdo con este marco conceptual, me propongo jláneur maravillado por lo que observa. Su errance continua ha sido
investigar la construcción del espacio privado, íntimo, a través de la asociada con una quete metafísica y con la denuncia de un mundo
escritura, en L1Africain de Jean-Marie Gustave Le Clézio, que ya no resulta acogedor para sus habitantes (Le Magazine
considerado el mejor escritor viviente en lengua francesa conforme Littéraire, 1998: 18-35). En sus escritos, ya sean ficcionales o
a una encuesta realizada por la revista Lire.
2
ensayísticos, las fronteras intelectuales se borran poniendo en
La crítica ha dividido la prolífica trayectoria literaria de Le evidencia la necesidad de comunicarse con el otro, de descubrir la
Clézio en dos períodos: el primero se extiende desde la aparición, en alteridad con la que se encuentra en sus expediciones. Muchos de
1963, de su gran éxito inicial, Le Proces-verba/, con el que ganó el sus libros están marcados por el multiculturalismo y la diversidad
premio Renaudet, hasta 1975. Esta etapa de su producción se (Étoile errante, Poisson dor, Hasard). En ellos los ambientes y las voces
caracteriza por desarrollar temas relacionados con la locura, el se manifiestan como el reflejo de una integración con las
'En 1994, la revistaLire realizó una encuesta. Se le preguntó a los lectores: "Q11e/ es/ leplmgranlcrivain
vivam de lang11ef,-anraire?". El 13% de cUos respondió Le Clézio, ocupando así, el primer lugar.(Lii,, 'Ha publicado numerosos libros: novelas, no11velle.i, cuentos, además de traducciones e innumerables
1994: 22 y ss.) prefacios, artículos y colaboraciones recogidos en volúmenes colectivos.

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La alteridad y la intimidad
Daniel Alejandro Capano

cosmogonías indígenas y con problemas vinculados a las de los aconteom1entos. El mismo narrador autodiegético de
migraciones y al poscolonialismo. L'Africain expresa: "la memoria de un niño exagera las distancias y
Respecto de L'Africain, la primera cuestión que plantea el las alturas" (29). Y más adelante, al referirse a un hormiguero,
análisis es su configuración como género. Si se atiende a la temática, explica desde el tiempo de la enunciación: "Pero tal vez al escribirlo
se trataría de un libro de viajes y, con un criterio menos preciso, hago demasiado literario, demasiado simbólico el furor que
hasta de aventuras. Si se observa en cambio su andamiaje dominaba nuestros brazos cuando golpeábamos los termideros"
narratológico, la forma en que la materia se presenta y lo contextual (35)
con relación a la vida del escritor, se concluiría que se trata de una A estos primeros planteos corresponde continuar con la
autobiografía en la que se recompone el yo a partir de recuerdos pregunta para qué se escribe una autobiografía. Creo que no existe
vividos por el protagonista durante su infancia, en África. una única respuesta. En el caso de L'Africain el hecho de escribir, de
L'Africain posee las tres características detalladas por Jean desnudar aspecto de la vida, responde a la necesidad de
Starobinski para ser considerado una autobiografía: 1) la identidad reencontrarse para descubrir en la adultez las raíces que en la
entre el narrador y el héroe de la narración; 2) el texto es infancia sirvieron para marcar la identidad presente.
mayoritariamente narrativo; y 3) relata una trayectoria de vida. En su nouvelle, Le Clézio presenta el desarrollo de una niñez
(Starobinski, 1970: 25 7). A ellas agrego una cuarta caracterizada por la libertad y por el dolor. Hace partícipe al lector
complementaria señalada por Philippe Lejeune: la identidad entre de una experiencia de formación vivida en África, a los ocho años, en
narrador y autor(Lejeune, 1974: 15). 1948, cuando abandonó su Niza natal para viajar con su madre y su
El texto de Le Clézio posee tres entidades equivalentes: hermano a Ogoja, en Nigeria, donde su padre era médico militar
autor, narrador, personaje. El sujeto de la enunciación y el sujeto del contratado por el gobierno inglés. Sobre esta línea argumental, el
enunciado son coincidentes y remiten al interior del texto, mientras escritor moldea una autobiografía.
que el otro elemento geminado, el autor, reenvía a su exterior. Por lo Dos son los hilos conductores que tejen la narración: África
tanto, ubico la nottvelle dentro de una categoría autorreferencial, con y la figura del padre.
la salvedad de que no se trata de una autobiografía tottt cottrt porque África será recreada en el relato a través de la mirada
comparte zonas discursivas con otro tipo de género, como el relato infantil, pero evocada desde su voz de adulto, como un espacio
de viaje. inédito, mágico, utópico, pero también lleno de excesos y cruel, en
Ahora bien, la semejanza entre autor, narrador y personaje el que se siente en un comienzo extranjero. Un continente violento
¿¡nscribe al texto dentro del campo de la verdad? en cuanto a las sensaciones vividas, que el niño asocia al ímpetu de la
Comparto la opinión, difundida hoy por ciertos críticos, de naturaleza, al rigor del clima y al furor de los animales. Son
que todo texto autobiográfico, aun cuando revele al emisor del impresiones que, experimentadas en la infancia, son traídas por una
mensaje, siempre es una impostura, una construcción ficcional que cascada de recuerdos al mundo adulto. Valiéndose a ellos describe la
pasa por el tamiz del recuerdo, por una criba que selecciona, humilde vivienda que habitaba su padre, el jardín que no tenía una
suprime, adiciona y modifica los verdaderos hechos. La vida que se función ornamental, sino que se configuraba como un espacio útil,
muestra es construcción literaria y no documento fiel, fotográfico, en el que el médico había plantado árboles frutales. El recuerdo
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La alteridad y la intimidad Daniel Alejandro Capano

evoca además el gusto de la sopa de maní, preparada por el cocinero, juga las dos ideas axiales del relato: la del sujeto y la del espacio que
el de las papas asadas y el delfoufou, la pasta de ñame. Todas esas lo identifica. El retrato que presenta de él lo capta en su realidad físi­
sensaciones conforman para el narrador "la libertad total del ca, pero sobre todo, psicológica. En Nigeria encuentra un hombre
cuerpo y del espíritu (21), intensificado por el espacio abierto, casi desgastado, envejecido por el clima ecuatorial. Su carácter se había
infinito, sin límites físicos, donde la mirada se perdía: "Nunca había vuelto irascible, huraño, autoritario, amargado por la soledad en
imaginado que gozaría de esa independencia. La llanura estaba allí, que había vivido durante largos años. Era inflexible e imponía a sus
delante de mis ojos para recibirme" (30), comenta. En este sentido, hijos en forma anárquica manías y rituales que de no ser cumplidos,
resulta pertinente citar otro texto de Le Clézio: Désert en el que pone castigaba con severidad. Sin embargo, en contraste con esos rasgos
el acento, no en la dimensión geográfica, sino en la inmensidad y en caracterológicos negativos, el escritor destaca en él la generosidad y
la experiencia del tiempo que suscita esa infinita extensión la dulzura para con los africanos.
4

desolada. "Hay que borrar -dice- las particularidades de un lugar Ahora bien, la pintura que se brinda del médico, contribuye
que existe de verdad para que el lector acceda a un espacio que lo en gran parce a canalizar las propias ideas del escritor sobre el colo­
lleve a olvidar todos los puntos de referencia. Entonces se logra la nialismo y contra la discriminación racial. Dice, refiriéndose al
materialización de la libertad" (Apud Baroo Supervielle, La Nación, padre: "veintidós años de África le habían inspirado un odio profun­
27.6.99). do al colonialismo en todas sus formas"(l23).
Pero, no todo es placentero en la vida del pequeño Jeao­ En este tramo de la narración el discurso cambia de registro.
Marie, también recuerda la violencia, no la de la guerra vivida en El tono intimista, afectivo, del primer momento se tiñe de un matiz
Europa, sino la de la naturaleza africana: la agresividad de las combativo, comprometido con la realidad africana. La evocación de
tormentas y los vientos, el ruido ensordecedor de los truenos, el la infancia se eclipsa en favor de mostrar, con intención de denuncia,
destello pavoroso de los rayos restallando en el cielo. "África era la situación de los países colonizados.
potente" (23), reflexiona el hombre. Relata cómo en una oportunidad el padre salió en defensa
Mediante la transcripción de esas sensaciones extremas, el de un viejo campesino que no podía pagar el boleto y fue arrojado al
narrador desnudará su intimidad: camino por el conductor del ómnibus en el que viajaba. El médico
Allí, en ese marco viví los momentos de mi vida, salvaje, libre, bregaba por la independencia de los kikiuyus y apoyaba las luchas
casi peligrosa. Una libertad en movimiento, de pensamiento y
emoción que jamás volví a conocer. Sin duda esa libertad total la
de los zulúes contra la segregación racial. El padre soñaba con el
soñé más que vivirla{... } los días de Ogoja se convirtieron en mi renacer de África, liberada de la esclavitud colonial . N uoca le había
tesoro, el pasado luminoso que no podía perder (25-26). perdonado a De Gaulle su política colonialista. El continente negro
lo había atrapado con su magia. Se sentía integrado a su suelo y a su
El otro grao tema que vertebra el libro es la figura del padre, gente, y comprometido con su causa.
como ya se dijo, médico militar, primero en Camerún y luego en Le Clézio relata su muerte en forma lacónica: "Murió el año
Ogoja. Ejercerá su profesión desde 1928, en que se instala en África, en que apareció el sida"(l24). Y ello es ocasión para hablar sobre la
hasta su jubilación, en 1950, cuando vuelve a Europa. El narrador­
Le Clézio lo llama el africano. El apelativo que da título al libro con- 'En cierto modo, el personaje evoca en la enciclopedia literaria del lector el padre de LeJmmi,r homm,
de Albert Camus.

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La alteridad y la intimidad Daniel Alejandro Capano

pandemia que hace estragos en África. Recrimina a las naciones occi­ narrativos que el autor despliega en Onitsha, pero hay que destacar
dentales no auxiliar en forma debida a los pueblos sufrientes, porque en el relato el encanto de una mirada virginal para captar ciertas
"fingen no ver o no saber" (125). situaciones y la belleza de la prosa poética de algunos pasajes.
Conectado con el recuerdo del médico, denuncia la posición En síntesis, L'Africain admite más de una lectura. Puede ser
de Gran Bretaña y EE.UU. respecto del bloqueo territorial de Biafra leído como un libro de viajes, como una autobiografía en la que el
que impidió toda ayuda y aprovisionamiento. Cuando las organiza­ lector penetra en la intimidad del escritor y también como un
ciones internacionales pudieron entrar en la zona insurgente, descu­ Bildungsroman del protagonista. Se trata de un texto íntimo en el
brieron con horror que el lugar se había convertido en un cementerio que el autor se abre a una verdad interior que exhibe fragmentos de
donde los niños huérfanos vagaban por todas partes con sus cuerpos una vida recuperada por la escritura. A través del recuerdo convoca
transformados en esqueletos. un período de su niñez pasada en África, un lugar idealizado por su
Sobre el final de su vida, el padre se convierte en un apátrida. visión infantil. El encuentro con su interioridad, con su alma, se
Siente que no posee un lugar en el mundo, pues se le retira la nacio­ ofrece a través de un borbotón de recuerdos vividos y captados como
nalidad británica debido a la independencia de la isla Mauricio, leyenda, como un viaje iniciático, por medio de los ojos infantiles de
donde había nacido. Le Clézio nunca lo juzga con dureza a pesar de un Jean-Marie niño que se descubre hombre en contraste con el
su severidad y falta de afecrn para con sus hijos, por el contrario, res­ tiempo pasado y con la al ceridad.
cata sus valores solidarios y de libertad. Comprende que África mode­
la la existencia y la personalidad de quienes la habitan, como lo hizo
con su padre, el africano. En este sentido, el continente negro se con­
vierte en un espacio utópico, mítico, en un ómphalos vital.
Se debe advertir también que la narración escrita se comple­ Referencias bibliográficas
ta con una serie de fotografías en blanco y negro tomadas por el - Fuentes Literarias:
padre. El código icónico puede ser interpretado como el disparador Baron Supervielle, O. "Le Clézio y el origen". La Nación. Suplemento de Cultura,
de la escritura y, además, como un diario íntimo en que se develan domingo 27 de junio de l 999.
trozos de vida congelados en las imágenes. "]. M. G. Le Clézio". Le Magazine Littéraire Nº 362 (Dossier errances et
mythologies), février 1998(18-35).
L'Africain se hermana sin esfuerzo con un libro anterior, "Le Clézio" enLire N º 1, 1994(22 y ss.).
Onitsha, aparecido en 1991, también ambientado en África y con
5 Le Clézio, Jean-Marie Gustave. L'Africain. Collection Traits et Portraits. Paris:
una estructura narrativa similar. Es cierto que el texto que analizo Mercure de France, 2004.
quizá no tenga la riqueza temática ni el aliento y los recursos El Africano. Buenos Aires: Adriano
Hidalgo, 2007 (traducción de Juana Bignozzi).
Lejeune, Philippe. Le Pacte a11tobiographiq11e. París: Senil, 197 5.
'Fiuta, siendo niño, parce de Burdeos con su madre Maou para reunirse con el padre, Geoffroy Allen, Montaigne, Michel. Essais. Collection Bibliotheque de la Pléiade. París:
hacia Onicsha, un pequeño puerco sobre el río Níger, donde trabaja para la Unión Africana. El viaje de Gallimard.
iniciación lo llevará a descubrir el continente africano y a conocer en profundidad a su padre. Los Starobinski,Jean. "Le style de l'aucobiographie". Poétiqtte Nº 3, 1970: 25 7 Y ss.
acontecimientos se desarrollan finalizada la Segunda Guerra Mundial, en 1948.

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La alteridad y la intimidad

- Fuentes electrónicas: LOS USOS DE SALOMÉ:


Jean-Marie Gustave Le Clézio. http://fr.wikipedia.org/wiki/Jean­ PROLIFERACIÓN, PASADO Y PRESENTE
Marie-Gustave-Le-CI.Áczio
Mercure de France. DE UN MITO
http://www.mercuredefrance.fr/titres/Africain.htm.
Cristian Molina
Universidad Nacional de Rosario
FONCYT- UDESA

I
Josefina Ludmer ha declarado que ya no hace crítica literaria,
que se dedica, simplemente, a escribir sobre el mundo o un aspecto de
él en textos de literatura. Esta declaración busca desbaratar la especi­
ficidad en la cual se ha erigido el discurso crítico durante el siglo XX;
pero instala otra bajo la forma de un realismo donde el crítico se vuel­
ve un lector del mundo externo (y contemporáneo) a partir de la lite­
ratura. El desplazamiento del objeto crítico al objeto del lector resul­
ta, sin embargo, insuficiente, en virtud de que el modo Ludmer deja
afuera al lector mismoy al modo de operar de su objeto: la literatura.
Por este motivo, me preguntaba cómo superar esa maniobra en
el terreno de la literatura europea; fundamentalmente, en el proble­
ma de la proliferación del mito de Salomé desde la literatura en len­
gua francesa. De lo que se trata es de conciliar la lectura del mundo
externo -del pasado y del presente en rélación al mito-- con una sub­
jetiva; es decir, de aquellos regodeos y énfasis que hacen que lea lo que
leo y ponen en evidencia mi intimidady la de la lectura. Esa pregunta
resultaba complicada de responder por la existencia de coordenadas
no europeas en la apropiación de los textos: un latinoamericano, pro­
veniente de una clase proletaria, en el siglo XXI, pretende arrojar una
lectura de textos de dos siglos atrás y de una cultura ajena, mediado
por las traducciones -dada su pobreza material trasladada a su pobre­
za lingüística-y por la naturaleza encapsulada del discurso académi-

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La alteridad y la intimidad Cristian Malina

co-crítico en Latinoamérica, que se niega, a veces, a abrirse hacia otras III


direcciones de lectura y de escritura, bajo moldes científico-teóricos Una digresión. Porque leer es apartarse de los sentidos para
que no se corresponden con los de su objeto: la literatura. encontrar otros, en otra parte. No sé el porqué de este interés en
Salomé, en la Otra. Tal vez porque yo sea Otro, tal vez porque allí, en
II los intersticios del que no es como la mismidad; del que se siente afue­
Es la noche de San Juan y alguien camina por una barranca. ra de algo y colocado en una jerarquía, trate de encontrar en Salomé,
De repente las ve y escribe versos o los versos lo escriben como un yo, la mujer orientalizada, respuestas a las representaciones que los
que ya no sabemos si es él o no, pero que nos dicen que una de ellas lo demás hacen del Otro y, entonces, la intimidad se pone en evidencia.
seduce, que le acaricia la cabeza y que, por eso, lo intranquiliza, por­ Pero no hay que ocultarla como suponen unos, también es lícito exhi­
que ella, el ángel-demonio, pone en evidencia la Bestia: "Elle porte birla pornográficamente al extremo. No lo sé. Sólo retengo escenas y
toujours dans ses mains le plat ou se trouve la tete de Jean-Baptiste, creo que esas mismas escenas pueden ayudar a entender. Ahí estoy;
et elle la baise; oui, elle baise avec ferveur cette tete morte (Heine en medio de un campo de soja verde y con flores cerradas. U na pala en
1847: 4)". Es la escena que introduce a Herodías en el poema de la mano. En los demás surcos, mi viejo y dos o tres amigos más, suyos.
Henrich Heine, Atta Ti-off, escrito en alemán en 1841 y publicado tra­ Hay que cortar el chamico, sacarlo, y romperle el tallo con el filo de
ducido al francés en 1847 por el mismo autor. Con él se inicia el cono­ acero. A veces, choca contra la tierra. Y la escena cobra sentido. No
cido proceso de proliferación del mito de Salomé en el contexto de la hablo. Pienso. Son las dos de la tarde y el sol no incendia los campos,
segunda mitad del S XIX. En efecto, tanto en el terreno de la literatu­ no, sino la piel. ¿por qué tengo que estar acá, si no tengo la mínima
ra como en el de la música y en el de la pintura, algo de la danzarina intención? Para perder el tiempo (desde las seis de la mañana a las
orientalizada atrae, seduce y produce la coagulación de imágenes ocho de la noche) y por setenta y cinco pesos a la semana. No, no es
sobre su actitud o circunstancias, que parecen develar una verdadera eso. Fue el puñete del viejo en la cabeza cuando le dije que no quería ir
"estructura de sentimiento", emergente no sólo de diferentes artes, a trabajar, que me quería quedar a hacer otras cosas -a leer o a escri­
sino a través de estéticas consideradas diferentes'. Lo notorio es que bir, cosa que no podía decir porque iba a ser peor. Que desde enton­
cada artista inscriba directa o indirectamente el mito en el contexto ces, no iba a ser más mi amigo, me dijo. ¿Tengo trece o catorce? Y me
de Francia o influido por él, como si no pudiera escribirse o pintarse doy cuenta: soy el Otro. De mi familia, de mi clase social. Como a
más que en, desde o para Francia2. Por lo tanto, la clave es la difusión J ulian de Sorel, cuando lo golpean y le tiran el libro, inútil, por perder
del mito que en ese contexto espacio-temporal (Francia, en la segun­ el tiempo en algo improductivo. Me salgo afuera de lo que debo hacer
da mitad del siglo XIX) se promueve.
' Los casos de Wilde y de Heine son la clave para comprender este fenómeno: tanto uno como el otro,
1 escriben Salomé en el exilio, con la diferencia de que Heine primero lo hará en alemán y, luego,
De este modo, Theodorc de Banville (1843 -1874 -1875), Renan (1863), Mallarmé (1864 -1869),
traducirá Alta T,·oll al francés; mientras que Wilde se asesorará para producir primero una versión
Flaubcrc (1877), Huysman (1884), Laforgue (1886), Wildc (1893), Albert Samain (1893 - 1901),
francesa y luego otra inglesa (1894). Los carteles y cuadros de Beardslcy, incluso, se piensan para
Bernard Lazard (1897), Jcan Lorain (1897), Caculle Mendés (1900), Guillaumé Apollinaire (1906 -
promocionar la obra en el contexto francés y no en Inglaterra, donde fue censurada hasta 1909,
1910) son quienes en el terreno de las letras se proponen re-escribir el mito en la segunda mitad del S
contexto durante el cual, incluso, el productor Thomas Beecham tuvo la obligación de cambiar el
XIX y comienzos del siglo XX. Junto a ellos, Gustavc Moreau (1874) y Aubrey Beardsley en la
nombre de Juan por "El Profeta", para aminorar los impactos en el público que suponía la profanación
pintura, y la ópera compuesta por Strauss en 1905. Las fechas corresponden a los años en que los
de la santidad del mismo mediante juegos sensuales. Esto explica, además, por qué Strauss tuvo varias
artistas usaron el n1ito en sus composiciones o textos.
dificultades para la recepción de la ópera en un contexto que no era el de la cultura francesa.

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La alteridad y la intimidad Cristian Mofina

y no quiero volver. Pero estoy adentro. Soy el Otro. Y ahora miro a mi IV


compañerito. El hijo del amigo de mi papá. Ahí, en el surco, lo tum­ Volvamos. El mito de Salomé prolifera en el contexto de fines
baría y lo lamería, de pies a cabeza. Pero no puedo. Tengo que seguir de siglo XIX y comienzos del XX, desde Francia y hacia el mundo.
por el surco y cortar y no salirme. Pero me salgo, con él, revolcado; es En 'J ules Laforgue et les ussages du mythe", Daniel Grojnowski sos­
lo único que me ayuda a estar donde no quiero. Y vuelvo a ser el Otro, tiene que en el S XIX, el término mito es redefinido. Para Baudelaire,
pienso. Un proletario gay. El puto. Pero no salgo del surco y, sin comienza a encenderse como una versión enigmática donde se pro­
embargo, salgo. En una democracia, sólo se puede apelar a ser lo que yectan las preocupaciones íntimas. De este modo, sostiene, el simbo­
la mayoría es, y yo no, no, soy el Otro de la mayoría democrática. lismo pudo comprenderlo como aquel relato donde las figuras ejem­
Hombre, ¿pero con un gusto sexual de mujer? Y condenado por el plares provocan la expresión del yo y su puesta en distancia. Como
contacto de Occidente y Oriente a no pensar siquiera en lamer a otro vemos, en los finales del Siglo XIX, el mito supone el acercamiento
hombre. Pero me salgo. Qué me importa, ahí, en el surco, me salgo y hacia la experiencia y su puesta en distancia. Esto se trata, en el fondo,
me siento en la sombra. El agua fresca de un bidón con hielo y jugo, de una postura estética muy fuerte que, por otro lado, se corresponde
me espabila. Ahora estoy en una fiesta. Es la segunda escena. Uno de con la formación de una "estructura de sentimiento" muy particular
los chicos se acerca y me convida un vaso de cerveza. No puedo, le en el contexto del imperialismo, de la urbanización de las condiciones
digo. Dále, qué te va a hacer. Engordar. Pero si sos flaco. Porque me vitales y de la caída de los valores metafísicos y religiosos como ejes
cuido, porque soy un gordito adelgazado, si como demás o tomo un organizadores de la vida. Hwnberto Eco ha sostenido que a partir de
vaso demás, la enfermedad se activa y subo y subo y subo. Entonces, mediados del S XIX "comienza una auténtica religión estética y, bajo
me doy cuenta. Ahí también, ni gordo ni flaco. El gordito adelgaza­ la consigna del arte por el arte, se impone la idea de que la belleza es
do. Ni la trasgresión de la norma social, ni su acatamiento. El que se un valor superior que hay que materializar a toda costa, hasta tal
controla, el Otro de la dicotomía social. Afuera y adentro, otra vez. Y punto que para muchos la propia vida será vivida como obra de arte
entonces, él empieza a bailar. Me doy cuenta de que es negro, moro­ (Eco 2007: 330)". Arte por el arte y belleza, dos imperativos sin los
cho, con unos gluteos en semicírculos y unas piernas elásticas y unos cuales no se comprendería la recurrencia al mito. En efecto, por un
brazos anchos y una espalda secreta. Él también es el Otro. Me mira lado, el mito garantiza la no referencialidad, en tanto versión de ver­
raro, con dos vasos en la mano. Y se acerca y me habla en la oreja, sión y cuyo énfasis se pone, por tanto, en la forma distintiva de cons­
mientras mueve las caderas. El calor en la oreja; sí, el calor, no sus pala­ truirlo y no en un referente fáctico; por el otro, está cubierto del res­
bras. Y el movimiento de sus caderas y los vasos como telas que se des­ guardo de una sublime y bella tradición clásica.
pliegan bajo las luces, centelleantes. Que dejés de bailar, quiero, de Incluso el decadentismo, con su énfasis en lo sórdido y mortuorio
gritarme en la oreja la respiración a propósito, que dejés de pintarte se regodea en los valores del artificio y de la belleza. En este sentido,
de una Salomé-Hombre que provoca, no sé si a mí o a vos mismo. Juan Ritvo ha sostenido que lo que define al decadentismo es, funda­
Tomáte mi tela, tomála. Y agarro la cerveza. Al otro día, me levanto y mentalmente, una estética del esplendor en la ruina. Me permito pen­
él está desnudo, al lado. Me subo a la balanza. Dos kilos demás. Como sar, a partir del mito de Salomé, que esa característica no es exclusiva
Herodes, perdí el poder del imperio de mi cuerpo. Las cosas que uno del decadentismo, sino que atraviesa toda la estética de mediados del
hace por sexo, cuando el Otro tienta. S XIX y comienzos del XX. Esplendor: por un lado, es fácil recono-

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La alteridad y la intimidad
Cristian Molina

cer la frase sobrecargada en cualquiera de los decadentes; desde Los colores locales de los que se queja Apollinaire en "La danseuse"
Huyssman, Laforgue a Wilde, si algo los une es su ampulosidad dis­ son los que más predominaron en la escritura del mito de sus antece­
cursiva. Por el otro y contrariamente, en el caso de Flaubert, no se sores: las extensas y recurrentes descripciones de metales preciosos,
comprendería su estética de la documentación y de frase pulida al vinos, telas, detalles arquitectónicos (presentes en los cuadros tam­
extremo sin la necesidad de reconocer que su búsqueda es la del bién) y las extrañas y ampulosas joyas ponen en evidencia el interés y
esplendor de la forma, la puesta en evidencia, bajo la máxima simpli­ la fascinación que despertaba eso que provenía del Otro no sólo para
cidad, de la perfección artística. Y entre ellos, más allá de esta preocu­ los escritores, sino también para el público lector. De ahí la necesidad
pación formal, aparecen las intermitencias esplendorosas en los moti­ de recurrir a un mito que transcurre en una extraña tierra del Oriente.
vos de la composición: fosforescencias, luminiscencias, metales brillo­ Sin embargo, el análisis de Hobsbawn no termina allí. Es el
sos y auras en las descripciones del mito de Salomé.3 Centenario de la Revolución francesa y se sabe que desde entonces las
De la ruina. Es evidente que la ruina aparece, de manera gene­ mujeres comenzaron a pujar por la igualdad de derechos frente al
ral, en la predilección por el crimen sangriento cometido por una hombre; por lo cual, cien años después y entre Restauraciones, revo­
mujer, en un país exótico, que da cuenta, a su vez, de la descomposi­ luciones e Imperios, el rol de la mujer no resulta sólo conflictivo, sino
ción del imperio romano por la emergencia del cristianismo. Los moti­ también, un peligro. En efecto, las aspiraciones a participar de la polí­
vos de la mujer, de lo exótico y del imperio no resultan para nada ino­ tica, de trabajar fuera de la casa y la promoción, aunque todavía mino­
centes en el contexto del Siglo XIX, sobre todo a partir de la segunda ritaria, de la liberación sexual femenina, ponían en jaque un orden
mitad del mismo, fecha en la que Eric Hobsbawn sitúa el comienzo patriarcal y machista. La mujer había devenido un Otro peligroso. Lo
en Europa de "La época del imperio". Hobsbawn asegura que es un que Salomé viene a poner en tela de juicio es, precisamente, el poder
periodo imperialista, donde los países 1avanzados1 comienzan a domi­ de la mujer no sólo frente al hombre, sino frente a un representante
nar a los 'atrasados1 y en el cual los gobernantes se autodenominan del Imperio (Romano). La particular estructura de sentir que pro­
emperadores. De este modo, aparecen vastos territorios -las colo­ mueve el uso del mito, debe buscarse en la confluencia de estos dos
nias- asociados a la explotación económica; pero que ejercen también factores -peligrosidad de la mujer como Otro e imperialismo-y pone
un influjo de orden simbólico: el exotismo. La atracción por lo remoto en evidencia que la elección del mito en finales del S XIX no sólo res­
y extraño, por lo que viene de una cultura diferente y lejana, del Otro, ponde a factores estéticos, sino a otros de orden histórico cultural,
comienza a plasmarse en el terreno del arte, hasta el punto de que 4
mucho más complejos y que revelan una intimidad viril amenazada.
Hobsbawn señala que todas esas producciones culturales devinieron,
en algún sentido, imperialistas. El mito de Salomé no resulta ajeno.
' La peligrosidad del Otro se pone aún más en evidencia si nos concentramos en las maneras particula­
res en las que el mito es usado. Bárbara Coquetee ha señalado que hay dos modos generales en los cuales
' "Es como un rayo de luDa, como un dudo de piara" (Wilde, 200L: 48), "De pronro las puercas de la los escritores del S XIX representan a la mujer y, sobre todo, en el mito de Salomé. Esas dos formas se
tribuna de oro se abrieron y envuelta en el esplendor de las antorchas, rodeada de sus esclavas y de corresponden con las imágenes bíblicas del origen del género. En efecto, según la tradición judía la pri­
:
guirnaldas de anémonas, apareció Herodías(Flaubcrt, 1995: 42)", "porcant sur un piar d'or conscellé mera mujer fue Lüith, a quien Dios crea como compañera de Adán. Pero ella se vuelve una mu¡er d e s ­
de rubis (Banville, 1843: l)". Ni siquiera Apollinaire escapa a esos esplendores, a pesar de que declara bordada en cuanto a la sensualidad y se niega a sumirse a la voluntad del hombre, porque quiere ser tra­
tada corno igual. Al no estar de acuerdo en este punto, Lilith dejó el paraíso y se volvió, para la tradición
irónica y arrificialmence, después de la proliferación del mito que 'Je n'ai point orné le conre de mots
judía, un demonio. La otra imagen es la de una Eva remada que condena a roda la humanidad con su
hébreux, de descriprions exactes de costumes et de palais ; sophisteries qui eussenr donné au récit
pecado. Las dos figuraciones reaparecen constantcn1cntc en los usos particulares que los escritores r e a ­
cetre couleur locale tant cherchée aujourd'hui(Apollinairc, 1910: 2)".
lizan del mito, o bien Salomé es una desbordada sexual o irracional (Wilde, Laforgue, Apollinaire, ...

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La alteridad y la intimidad Cristian Mofína

V sonar en todas las radios de Europa y, luego del mundo a través de la


El mito emerge desde mediados de siglo XIX y se vuelve domi­ red. Asimismo, Chayanne en Atado a tu amor introduce "Salomé" en
nante en el terreno literario en sus últimos treinta años, hasta decaer 1998, tema que le permite la introducción en el mercado europeo. Lo
en los primeros decenios del siglo XX. El estilo más seco y bufonesco notorio es cómo Salomé ha devenido, sobre finales de siglo, en garan­
de los dos poemas de Apollinaire sobre el mito, dan cuenta de que ya tía de éxito y, por lo mismo, en objeto de consumo. Lo interesante, no
no viene a representar lo mismo en la literatura. Pero donde más obstante, son los modos particulares con los cuales estos temas son
encuentra espacio desde entonces es en el cine y en las numerosas puestos en circulación.
puestas en escena de la obra de Osear Wilde y de la ópera de Straus. Hay una asimilación del mito, un desplazamiento anacrónico y
Ha comenzado otra época: la del lenguaje visual, la de la industria cul­ un vaciamiento del nombre Salomé. En efecto, Salomé puede ser cual­
tural y la de la masificación del público; y lo que se impone como con­ quiera y no se hace necesario -como sí ocurre con la película de Saura
sagrado del mito es la versión a lo Wilde. La primera representación o lade Bryant-el mito para comprender el tema. Salomé es una chica
fílmica es la de Charles Bryant en 1923, a la que le siguen la Salomé contemporánea que baila bien y que seduce; y que está en un escena­
de William Diererle (1953), la de Claude D'Anna (1985), la de Ken rio del presente: una bailanta en el caso de Crucet o en uno metálico y
Russell (1988) y la de Carlos Saura en 200i. brillante, electrónico y virtual -en los video-clips de Bunbury y de
Sin embargo, el punto del presente más fructífero donde se Chayanne. Este aplanamiento de la lectura es, sin embargo, contra­
mete el mito es en la cultura pop6. Lía Crucet, en su segundo disco de rrestado por diversas alusiones que sólo un lector con acceso al mito
1990, usa como modo de promoción "La güera Salomé" de Ramón -y a sus versiones- puede reconocer. Primero, los esplendores. Tanto
Olivares. Ahí la vemos. Puro cuerpo en la portada, cubierta de un ves­ la tapa de Crucet, así como los escenarios virtuales de Bunbury y
tido esplendoroso de piedras preciosas y oro. En 1997, el español Chayanne, brillan, lanzan luces metálicas. Segundo, los espacios. La
Enrique Bunbury lanza su carrera como solista con el disco Radical versión de los hombres es más alusiva. En el caso del puertorriqueño,
sonora, en el cual incluye el tema "Salomé", un éxito que comienza a la visión panorámica nos introduce un domo-isla-montaña en medio
del mar y pone, así, el foco en una lejanía donde el baile y la música
permiten aislar al mundo opaco de la seducción y del movimiento. El
...Scrauss, Beardslcy) o bien es tencada por su madre, la serpience Herodías (Flaubert, Mallarmé, Huys­
snrnn, Banville, Hcine). Nótese que el papel de Serpiente pecaminosa recae sobre 1-lerodías, otra español, en cambio, muta. La virtualidad del espacio en el video clip
mujer; es que el mito permite, a partir de estas imágenes, problemacizar el rol peligroso que puede
tener la mujer enla estructura familiar y sobre el hombre si se le da poder de elección y de decisión. Pare­
ce decirnos que hay que velarse de ese rol de la Otra y, sobre todo, que no vaya a ser que porsacarla de su
diferencia, se ponga en peligro codo un imperio y se cumpla la profecía de su aniquilación. Su ruina. ...Flamenco y acordes arabescos y gestos, orientales y españoles. Sólo una cultura que ha sido influida
' Acaso esca última es la que mejor se ofrece corno un producto más profanacorio desde el punco de y ocupada por el pueblo árabe, podía darnos esca versión de Salomé: una fusión de dos culturas, la
vista de la técnica y de las representaciones del Otro. La película consiste en el símil de un documental convivencia y la lucha entre los gestos que pertenecen a dos otrcdadcs que parecen poder convivir en el
sobre la realización de una obra musical inspirada en el drama de Wildc. Hablan y cuentan sus artificio de la escena.
historias profesionales, los diferentes protagonistas que habrán de encarnar a Herodías, a Salomé, a 'En L.,, mopía dt Id cojlú,, Mercedes Bunz ha sostenido que la cultura pop funciona en base a la coma en
Juan el Bautista, a Herodes; mientras el ojo, el cuerpo y la voz de Saura se exhiben, con sus ambidoncs préstamo de concepciones y de formas de arce preexistentes para fusionarlas en una suerte de
y sus preguntas, con su paso a paso en el avance de los ensayos y en la composición de arce. Si en un cclccticisn10 que anula sus diferencias. De ahí que, para Bunz1 ya no sea necesario ser artista para hacer
primer movirnienco, el filme presenra la inrirnidad de una obra de reacro cuyo especrador es la cámara arce, puesto que cualquiera puede sacar una fotografía y capturar la escena de acuerdo a motivos
-poniendo en evidencia su arcificialidad-; en otro, segundo, se pone en marcha el ficticio ensayo inspirados en obras prccedcnces que están al alcance de codos, no sólo gracias a incernct, sino también
¡.:cneral que anula la intimidad para dar lugar al producto. Un ambiente rninimalisca, de colores a los medios masivos de comunicación. Lo que exhibe la cultura pop es una nueva manera de hacer y
dlidos y fríos que pasan, con una luna y un sol que acompañan los movimientos. Y la música ... de rclaciona,se con el arre, concluye.

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La alteridad y la intimidad Cristian Molina

configura unas montañas-moradas en la cual la voz se encierra y baila, tancia sólo ocurre en la virtualidad. Salomé puede ser cualquiera y
grita y se lamenta ante Salomé. Acaso haya, en ambos, una reminis­ estar en cualquier lugar; pero al mismo tiempo, siempre marca una
cencia a Galilea o una nueva versión del exotismo, en tanto fascina­ diferencia, un brillo, un gesto o un acorde que sólo aquel con la posi­
ción por Ja distancia y el espacio de lo Otro; pero que en el mundo glo­ bilidad de entenderlo puede reconocerlo como lo Otro, lo ajeno, lo
bal, donde todo es próximo y lo mismo, no tiene lugar,sino en la vir­ que escapa a la mismidad y a la literalidad. La cultura pop juega sutil­
tualidad. La rareza emerge con Crucet: Salomé llega a la bailanta; no mente y cruza esos niveles.El Otro está al lado, como los dos niveles
hay distancia,Salomé está acá, entre nosotros. Tercero, el punto de de lectura, como quien les habla, el proletario gay,el gordito adelga­
vista de la voz.Bunbury y Chayanne parecen hablar desde la expe­ zado, el que se niega a hacer crítica sin producir arte al mismo tiempo.
riencia de Herodes, del seducido y condenado al candelero por un
aogel-demonio -Chayanne- o del que se lamenta por el rechazo y la
condición impuesta -Buobury. La versión femenina de Crucet es, no
obstante,la más innovadora en la escritura del mito: "Al ritmo de esta Referencias bibliográficas
cumbia,/ la güera está bailando./ iAy qué sabroso baile!/ iCoo todo Fuentes:
está mirando!/ Compadre no la tome,/ ella mueve la cintura./ Se Apollinaire, Guillaume, "Salomé" dans Alcoo!s (1906). Marzo de 2008.
noca que a esca güera,le sobra sabrosura/iAhhhh!". Se trata de la mira­ < http://www.mediterranees.nec/myches/salome/index.html >
da de la mujer que admira el baile, no que es seducida; es la emergen­ Apollinaire, Guillaume, "La danseuse" dans L'Hérésiarq11e etCie. Trois histoires de
cia de la Otra mirada del mito,la femenina.Por último,cuarto: los chátiments divins (1910) dans OP. CIT.
de Banville, Théodore. Les Princems-Hérodiade ( 1874) dans IB---Idem.
acordes y los gestos. El mito convoca acordes arabescos, notas orien­ de Banville, Théodore. Les cariatides - Les baisers depierre (1843) en IB---Idem.
tales que se mezclan al ritmo de la cumbia o del electro-pop o que, de Banville, Théodore. Rimes dorées - La danseuse (1875) dans IB---Idem.
incluso,en la versión de Bunbury,rompen lo electrónico y se impo­ Flauberc, Guscave. "Hérodias" dans Tt·ois contes (1877) dans IB---Idem.
nen a él por momentos, o se fusionan. Ninguno puede dejar de Heine, Heinrich. Atta Trol! - Ein Sommernachtstrartm (1841) dans IB---Idem.
moverse, de eludir el movimiento incesante de algunos gestos árabes. Heine, Heinrich. Atta Trol!-Reve dune nuit dété (1841) dans IB---Idem.
Huysmans. A Rebours, (1884) dans IB---Idem.
Aquí sobreviene la escena. Antes de terminar esta ponencia, el
Laforgue, Jules. "Salomé" (1886) dans Moralités légendaires, dans IB---ldem.
29 de marzo de 2008, salí a comprar. En la esquina, vi el tumulto. Lazare, Bernard, La Porte dlvoire - La Vierge (1897) dans IB---Idem.
Había cámaras de televisión, gente indignada; otros que lloraban. Lorain,Jean, L'ombre ardente-Hérodias-Hérodiade (1897) dans I B - - Idem.
Habían matado a la vecina de la esquina, una señora de 5 O años, para Mallarmé, Se., Hérodiade (occobre 1864 - sepcembre 1867) dans IB---Idem.
robarle.Nunca la había visto. Pero ahí me di cuenta.En el mundo con­ Mendes, Caculle, Les Braises du Cendriet· - La gloire de Salomé - (1900) dans IB---
temporáneo, el Otro convive con nosotros, está ahí, y su diferencia y Idem.
Renan, Vie dejéstts, chapicre XII ( 1863) en IB---Idem.
peligro nos puede asaltar en cualquier momento.Víctimas y victima­
Samain, Albert, Aujardin de !Infante - Des soirsfiévreux (1893) dans IB---Idem.
rios.Herodes,Salomé, Herodías. Por eso, me dije, las canciones pop Samain, Albert, Le Chariot dor-Symphonie héroi'q_11e - Evocations - Hérode (1901) dans
juegan la puesta en distancia y la asimilación del mito como planos IB---Idem.
superpuestos. Ya no es necesario remarcar la distancia tajante del Wilde,Oscar, Salomé (1893) dans IB---Idem.
Otro y, si se lo hace, hay que tener el cuidado de evidenciar que esa <lis-

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La alteridad y la intimidad

Fuentes traducidas: LA INTIMIDAD:


Flaubert, Gustave. "Herodías". Herodías, Santiago: Andrés Bello, 1995. No se con­ UN CONCEPTO DILATADO Y CONTRADICTORIO
signa traductor. EN LES LIAISONS DANGEREUSES
Laforgue, Jules. "Salomé". Moralidades Legendarias. Madrid: Cátedra, 1994.
Traducción de Alfredo Rodríguez López-Vázquez.
Mallarmé, Stéphane. "Herodias" (dos versiones). Obra poética l. Madrid: Ediciones Claudia Moronell
Hiperión, 1980. Traducción de Ricardo Silva Santisteban. Universidad Nacional de La Plata
Wilde, Osear. Salomé. Buenos Aires: Longseller, 2001. Traducción de Guadalupe de
la Torre.

Fuentes secundarias:
Bunz, Mercedes. La utopía de fa copia. El pop como irritación. Buenos Aires: Interzona, La literatura pedagógica, médica y filosófica que impera en el
2007. Traducción de Cecilia Pavón. 1
siglo XVIII está estructurada sobre la "voluntad de saber" y esa
Coquecte, Barbara. Salomé,j11dhit et Balqrtis. Fig11res bibliq11e.r de fafemme fataíe dans la
litteratttre moderne. Septiembre de 2007. misma voluntad que conlleva una mirada inquisidora, crítica de
http://barbara.poutiers.free.fr/siteweb/perso/salome.htm. todos los aspectos del individuo y de la sociedad, rige también la fic­
Costa, Flavia. Entrevista a 'Josefina Ludmer, elogio de la literatura mala". ción. La novela del siglo XVIII, como ha dicho Jean Rousset, preten­
Suplemento Ñ, Clarín, Buenos Aires, O1/12/2007. de no ser novela, no inventar nada, mostrarse como testimonio direc­
Eco, Umberto. "La religión de la belleza". Historia de la belleza. Barcelona: Lumen, to de la realidad, de allí que se presente como documentos que pro­
2007. Traducción de María Ponz Irazabal.
vienen de personajes reales que han vivido y escrito. Como conse­
Grojnowski, Daniel.] Laforgue et les rmages d111nythe. Septiembre de 2007.
< http://www.orsini.ner/laforgue/vortex2/grgno2 .htm. > cuencia se desarrollan u1;1a serie de procedimientos que buscan cons­
Hobsbawn, Eric. La época del imperio. Madrid: Crítica, 2007. Traducción de Juan truir un efecto de verdad. En las obras en que el mismo sujeto asume
Faci Lacasta. el relato novelesco, el yo se presenta como una garantía de la verdad,
Ritvo,Juan Bautista. "El decadentismo francés" y"1885: irrupción del decadentis­ y de esta manera la novela en primera persona aparece como auténti­
mo". Decadentismo y melancolía. Córdoba: Alción, 2006. ca. La novela epistolar, que se había desarrollado a lo largo del siglo y
Williams, Raymond. El campo y la ciudad. Buenos Aires: Paidós, 2001.
---------------. Marxismoy literatura. Buenos Aires: Península, 1980.
había evolucionado adquiriendo mayor complejidad, logra su garan­
tía de verdad a partir de su carácter íntimo. Es decir, una de las carac­
terísticas fundamentales de la correspondencia personal como es el
hecho de ser estrictamente privada, opera de manera esencial para
mantener la ilusión de autenticidad. Deberíamos agregar que los
escritores insisten en dicha autenticidad, revelándose en los prólogos
como depositarios del material que editan como lo hace Jean-Jacques

1
Foucaulr, Michcl, HÍJtoÍ>< de la s,xrtalité, citado porJacot Grapa, Carolinc._Lts Liaison.< ckmgemms de
Chodet-!osde Lac/01. Paris, Gallimard. 1997: 11.

212 213
La alteridad y la intimidad
Claudia Morone/1

Rousseau en La nouve!!e Hé!oi'se, Rétif de la Bretonne en La campesina ya sea porque se les envían copias, o las mismas cartas dentro de otras,
pervertida, Crébillon hijo en las Cartas de la Marquesa de M. a t conde de o porque las roban, o porque al final algunas se publican en sociedad
R. 2. para desenmascarar el accionar de los libertinos. Esta trayectoria múl­
Les Liasons dangerettses, novela epistolar de Choderlos de tiple de las cartas, que incluye los borradores de las que irán a otros
Lados se presenta en el Prefacio como una nutrida correspondencia destinatarios, aparte de instalar un intercambio triangular, que funda
que el editor se ve encargado de publicar y cuya labor no ha llegado el erotismo de Les Liaisons dangere1-1ses, como lo ha señalado Caroline
más allá de ordenarla, separar algunas cartas por juzgarlas de poca Jacot Grapa (1997: 43), reafirma la situación de un lector que se
utilidad, o redactar algunas notas aclaratorias. Cabe señalar que en introduce en Jo privado de otros, en el secreto y que constituye uno de
Advertencia del editor, y como una especie de aviso a los lectores los atractivos de la literatura epistolar.
demasiado crédulos, se dice que hay razones por las que se puede Hay que decir que aquí lo privado se desliza rápidamente
dudar de la autenticidad de las cartas y motivos suficientes para con­ hacia lo íntimo; la escritura desnuda la intimidad de los seres, sus sen­
siderarla sólo una novela. La ironía de la Advertencia deja en claro que timientos, sus pensamientos a los que el lector tendrá la posibilidad
se trata de lograr un efecto de realidad y que es parte de los procedi­ de asomarse.
mientos literarios de la ilusión. Ahora bien, esta ilusión de realidad se Valmont, Mme de Merteuil y al final Mme. De Rosemonde
debe, por una parte, a que la obra se presenta como una práctica pri­ son los que leen y expiden juntas, cartas que ya han sido enviadas o lo
vada que se hace pública; la intimidad se saca a la luz. serán a otras personas. A esta intromisión en la correspondencia por
Frente a las actitudes públicas de un Valmont o de una Merteuil, su parte de un tercero se agregan los juicios acerca de lo escrito, lo que
correspondencia nos revela su ser específico. La correspondencia dice
aprovecha el autor para destacar aspectos importantes que la novela
la verdad: es el lugar donde uno se abandona y se confia. Aun cuando
el autor de la carra mienta para engañar a su destinatario, el lector trabaja contrastándolos: la hipocresía y la ingenuidad, la falta de jui­
sabe muy bien a qué atenerse. No es víctima de engaño, como cio y el razonamiento y a nivel de la intriga, despliegan las posibilida­
mucho cómplice. La lectura le coloca en la situación del mirón que des de acción que de dichos juicios se desprenden.
sorprende las intimidades y los secretos (3) Las cartas, desplazadas de su orden, organizan uno nuevo
que complejiza el uso del género epistolar. Veamos algunos de los
Desde el prefacio, en una especie de diálogo entre autor y lec­ ejemplos de la correspondencia entre Valmont y Merteuil: Je vous l1en­
tor se establece ya la complicidad entre el que ha leído y compilado y voie (la leme) ainsi que le brouillon de la mienne; lisez et jugez; (Let­
aquel que va a leer cartas que se han escrito para otros. Esta situación tre 25 de Valmont a la marquise, 86).
fundamental que se establece como parte del pacto epistolar tiene en Y la respuesta de la Marquesa:
la novela misma un efecto de perspectiva importante, pues también Croyez-moi Vicomte: on vous demande de ne plus écrire: profirez­
encontramos aUí individuos que leen cartas que no les son dirigidas, en pour réparer votre faute et attendez l'occasion de parler. Savez­
vous que cette femme a plus de force que je ne croyais? sa défense est
bonne; et sans la longueur de sa Lettre, et le prétexte qu'elle vous
donne pour rentrer en matiere dans sa phrase de reconnaissance, elle
' Goulcmor, Jean-Marie. "Las prácticas literarias o la publicidad de lo privado". Aries, Philippe,
Georges Duby cr al. llúroria de la vidt1 privada: Elproceso de cambio en la 1ociedad de 1011ig/01 XVl­
ne se serait pas du tout trahie. (Leme 33 p 101)
XV/ll. Tomo S. Madrid: Taurus, 1992.

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La alteridad y la intimidad
Claudia Morone/1

Al final de la obra, Mme. De Rosemonde pide al caballero consecuente posibilidad de exponer la intimidad sexual a la vista de
Danceny, quien le ha hecho llegar todas las cartas de Valmont, tam­ los demás, y por lo tanto, el escándalo, está a las puertas, tanto se
bién las cartas de Cécile y al mismo tiempo mantener el secreto de sus trace de la devota, en una sal.a en penumbras, o de la adolescente en
amores. El joven contesta: un cuarto apenas separado del de su madre, o el de una amante entre
Vous avez raison, Madame et surement je ne vous refuserai rien de ce
qui dépendra de moi, et a quoi vous parattrez attacher quelque prix. las puertas de su marido y de otro amante.
le paquee que j'ai l'honneur de vous adresser contiene toutes les let­ En la casa de campo de Mme. De Rosemonde, Valmont entra
tres de Mlle. De Volanges. Si vous les lisez, vous ne verrez peut-etre en las habitaciones de Mme.de Tourve1 cuando ella dice estar enferma
pas sans étonnement qu'on puisse réunir tant d'igénuité et tant de y la perturba con su presencia. También se introduce en el cuarto para
perfidie. C'est, au moins, ce qui m'a frappé le plus daos la derniere registrar sus cartas, cosa que no consigue porque ella lleva toda la
lecture que je viens de faire. (Leme 174: 470)
correspondencia en su bolsa. Finalmente, cuando la Presidenta ino­
centemente lo invita a conversar, él logra hablarle de su amor en la
A partir de la lectura de escas cartas Mme. De Rosemonde
alcoba misma, centro de la intimidad.
aconseja a su amiga, Mme. De Volanges, que no se oponga a la voca­ Sa premiere réponse, quoique simple, m'a paru assez expressive: Oh!
ción religiosa de Cécile, quien ha decidido entrar al convento; la vieja Tenez, m'a-t-elle dit, ne parlons pas de cela ici; et elle tremblait. La
dama tiene la certeza de que la clausura ocultará para siempre los desa­ pauvre femme! Elle se voit mourir.
ciertos y la irreparable pérdida del honor de la hija, y que el secreto
evitará el sufrimiento de saber la dimensión de la caída de Cécile. Mme. de Tourvel está a punto de confesar su amor y de ceder
Por otra parte, la noción de «intimidad», definida como una ante el vizconde, pero este no quiere una victoria tan fácil y la deja
esfera protegida de las miradas indiscretas, donde los actos y las pala­ escapar. La devota busca refugio en París, en su propia casa, donde per­
bras no tienen consecuencias sociales, es también un concepto perma­ manecerá prácticamente encerrada y alejada de su verdugo, quien sin
nentemente embestido en la novela ya sea por la violación sistemática embargo conocerá toda su intimidad, hasta los mínimos detalles gra­
de ese espacio por parte de los personajes, o por el cuestionamiento cias al espionaje de su criado Azolan, que a su vez recibe la informa­
del propio novelista a la construcción de la confianza, pilar funda­ ción de la mucama de Mme. Tourvel. La misma casa de la devota será
mental para el concepto tratado. más adelante el lugar de su caída e irónicamente será un cura el que
La casa, lugar que ocupa la familia y que se fue convirtiendo haga de mediador para que ella reciba finalmente a Valmont. Vemos
en el centro de la vida privada y refugio frente a la sociedad, define en así, que la casa no es para la protagonista el lugar de salvación. La vida
la novela un espacio de intimidad que corresponde en su mayor parte familiar o matrimonial no se rescata en la novela de Lados como
a lo femenino, resguardado por criados, porteros y diversas prohibi­ garantía de amparo de la mujer devota.
ciones. Pero esos espacios no son de ninguna manera inaccesibles. No Por otra parte, en el otro extremo del universo femenino de
hay muros que puedan contener al libertino; los diferentes espacios Les Liaisons dangereuses se encuentra Mme. De Merteuil, la aristocrá­
en donde transcurren sus proezas sexuales presentan peligros que aci­ tica libertina que mueve los hilos de la vida de los demás; el episodio
catean a Valmont, tanto la delgadez de los tabiques, como la eventua­ de su aventura con el caballero Prévan termina en casa de la marque­
lidad de irrupción de otras personas, maridos, amantes, criados con la sa, en el cuarto donde ha transcurrido su conquista, y que ella ha pre-

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parado como trampa para el seductor. Al lugar acuden los criados, Esta especie de arquitectura de la vida privada que simboliza
alertados por los gritos de la marquesa por el supuesto ataque y la casa con su aislamiento relativo se opone al otro espacio de la inti­
Prevan es apresado y exonerado del ejército por su conducta inmoral midad sexual, del pecado y el goce frívolo de la aristocrática libertina
y despreciado por toda la sociedad a instancias de la hipócrita mujer. tensionan el relato y nos dicen mucho de la búsqueda de la libertad en
Para reforzar el carácter complejo que la intimidad femenina todos los comportamientos privados y el afán de sustraerlos a los ojos
adquiere en la novela, ella tiene para sus encuentros íntimos una "ca­ de una sociedad que pretende regularlos.
sita", a la que llama "templo de amor" y "mansión deliciosa", harta­ En el análisis que realiza Jean Marie Goulemoc en el capítulo
mente conocida por el Vizconde, por su anterior relación con ella. La "Las prácticas literarias o la publicidad de lo privado", advierte la coe­
marquesa relata a Valmont un encuentro con un caballero, que en ese xistencia en cada uno de los planos de la práctica social y cultural de
momento es su amante: los siglos XVII y XVIII , de dos espacios unidos: el público y el priva­
Au moment ou nous sortí'mes, et pour dernier adieu, je pris la def de
do. Afirma que data del período clásico, período de constitución del
cet heureux séjour, et la lui remettant entre les mains: 'Je ne l'ai eue
que pour vous, lui dis-je; il est juste que vous en soyez maitre : c'est Estado y de profunda transformación de la sociedad civil, la constitu­
au Sacrificateur a disposer du Temple. » C'esc par cette adresse que ción de la cámara como lugar de la intimidad, de los nuevos compor­
j'ai prévenu les réflexions qu'auraic pu lui faire naí:tre la propriété, tamientos sexuales, que se instalan así en lo secreto de las "alcoves" y
coujours suspecte, d'une perite maison» (Leccre 10: 56). de las conciencias (3 71). En ese espacio privado que se va construyen­
do a lo largo de toda la época ve el autor, una dialéctica del rechazo y
La marquesa ha construido su libertad en base a ciertas pre­ de la imposición, es decir un espacio que nace por un lado de la necesi­
cauciones fundamentales y muchas ocasionales a las que la ha llevado dad a causa de las nuevas formas de la organización del intercambio
su reflexión acerca de la condición de las mujeres en la sociedad. Esta social y también un modo de protegerse contra un conjunto de nor­
"casita" segura, resguardada de las miradas del mundo, refugio para mas y controles sociales y del estado.
el amor, contrasta con las casas familiares, expuestas como vimos a la Aunque el debate pedagógico y el problema de la educación
violación de la intimidad. La joven Cécile es aleccionada por Valmont y libertad de las mujeres atraviesa toda la época, Lados comenzará a
para robar la llave de su propia habitación a su madre, para que el viz­ interesarse, desde el punto de vista teórico en la educación y el rol de
conde pueda sacar una copia; de esca manera él se introduce en el cuar­ las mujeres en la sociedad en ensayos posteriores a la publicación de la
to y en la cama de la muchacha y consuma la violación. Más adelante, novela. Sin embargo hemos observado en la obra tensiones y contra­
cuando ya Cécile es la joven corrompida por la pareja de los malvados, dicciones en algunos aspectos lo femenino y lo privado en contrapo­
ella invita a Danceny, instruida también por el vizconde, a entrar a su sición con los preceptos sociales y religiosos, que señalan la visión pesi­
casa mista de las relaciones entre hombres y mujeres. Lados discute las ins­
Le Portier m'a die que, quand vous voudriez venir comme <;a, au lieu tancias de control social ligadas a la moral, la reputación y el presti­
de frapper a la porte, vous n'auriez qu'a frapper a sa fenecre, et qu'il
gio, pues en la novela estas instancias son burladas por la hipocresía
ouvrirait tout de suite ; et puis vous crouverez bien le petit escalier; et
comme vous ne pourrez pas avoir de la lumiere, je laisserai la porte de de las mentes más inteligentes, o como en el caso de la marquesa, más
ma chambre encr'ouverte, ce qui vous éclairera coujours un peu. reivindicativas de su libertad. La inconsecuencia de esta sociedad está
(Letrre 156:437). representada en la novela por Mme de Volanges, quien alerta a la

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La alteridad y la intimidad

devota contra el accionar del libertino, le aconseja alejarse rápida­ CARTA, INTIMIDAD Y FICCIÓN
mente del peligro que concita la mínima intimidad con él, pero sin EN RELATOS DE
embargo admite que se lo recibe en sociedad con complacencia y ella JULIO CORTÁZAR Y MICHEL TOURNIER
misma compartirá su compañía en casa de Mme. De Rosemonde.
También es Mme. De Volanges el personaje más perspicaz en el trato Silvina Perrero de Roncaglia
social, pero más engañado en el trato íntimo, y habría que notar aquí Facultad de Lenguas
cómo el autor le quita uno de los pilares en los que debería basarse el Universidad Nacional de Córdoba
trato con su hija, y que funciona como estructura de la intimidad fami­
liar: la confianza. La hija no confía en su madre, la respeta y le teme
pero tanto la madre como la hija confían sus secretos y proyectos a su
pariente, la nefasta Mme. De Merteuil que aprovechará las confiden­ Escribir una carta es enviar un memaje alfuturo...
Ricardo Piglia (Respiración artificial)
cias de ambas para lograr sus propios fines. La novela de Lados nos
presenta una sociedad sumamente entrenada en la lectura de las apa­
En sus Conceptos de Literatura Moderna,]aime Rest afirma que
riencias, de la que es muy difícil sustraerse, ya que lee todos los signos
a pesar del recelo con que la crítica generalmente aborda las cartas
y condena por esas mismas apariencias; de allí que todos los persona­
por su carácter efímero y su contenido muchas veces trivial, " ... es
jes quieran penetrar en la intimidad de los otros no sólo leyendo sus
posible señalar la existencia de muchos escritores cuya fama y per­
cartas sino a través de todos los signos verbales, del cuerpo y de los ros­
duración han radicado parcial o exclusivamente en el interés de sus
tros.
textos epistolares, sea por la riqueza testimonial que proporcionan
Las tensiones entre los polos opuestos de la sociabilidad y la
sobre un momento histórico o personalidad significativa, sea por la
intimidad, la constante intromisión en los espacios en donde tiene
belleza artística que exhiben, por la hondura del pensamiento, por
nacimiento lo íntimo, pone en crisis la emancipación de los personajes
la importancia que poseen documentalmente"(Rest 1991: 22). Y
de Lados de las esferas públicas y descubre la precariedad del pudor
esto porque el ejercicio epistolar puede ser abordado como un acto
de las mujeres, de los preceptos religiosos y de la sanción social como
de creación literaria, que se ubicaría en los límites de otros géneros
formas reguladoras de las relaciones entre hombres y mujeres.
como el diario, la autobiografía o las memorias, con los que, más allá
de las particularidades que los caracterizan, se relaciona por la ten­
Referencias bibliográficas
Lacios, Pierre Ambroise Choderlos de. Oettvres Completes. Paris: Bibliorheque de la
dencia a la confesión, asumida de forma más o menos abierta por un
1
Pléiade, 1943. narrador autodiegético , y se distingue por la posición que ocupa y
Lacios Choderlos de. Les liaisons dangere11ses. Paris: Gallimard, 1970. el papel que desempeña el receptor.
Jacot Grapa, Caroline. Les Liaisons dangere11Ses tk Choder/os tk Lacios. Paris:
Gallimard, 1997.
Rousser,Jean. Formeet signification. Paris: LibraireJosé Corti, 1970. 1
La expresión "narrador aucodlcgécico"1 incroclucida en loi:; estudios narratológicos por Gcncrtc,
Chartier, Roger. Espacio Público, Crítica y Desacralización en el Siglo XVIII. Barcelona: "designa a la entidad responsable de una situación o actitud narrativa espe cífica: agucl �a en !� gue
_ _ .
d
Gedisa, 1995. narrador de la historia r elata sus propias ex¡1c ricnci11s como personn¡c central de la historia . Reis,
Carlos y Ana C. M. delópcz. Diccion11riode 11,11·m111loi/,1. S11l11n11111c11: Al11111r, 2002: 158.

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La alteridad y la intimidad Silvina Perrero de Roncaglia

El diario, particularmente el diario íntimo, parece tener como El género epistolar en el discurso ficcional
característica, en su situación límite, la autodestinación: el narrador
que lo enuncia es su destinatario preferente. Las memorias y la auto­ "Carta a una señorita en París" es el segundo relato de
biografía se inscriben dentro de la narrativa retrospectiva, conexio­ Bestiario de 1951 y en él, el huésped de un departamento porteño da
nadas con la intención asumida de ofrecer un balance de la propia cuentas a la dueña instalada en París de su absurda situación: desde
vida del narrador o experiencias vivenciales concebidas por aquel hace un tiempo y con irregular frecuencia vomita conejitos. El dis­
como merecedoras de atención por parte de los destinatarios. curso adopta la forma epistolar desde la cual el narrador en primera
En la narrativa epistolar, el destinatario de la carta constituye persona establece su destinatario, la señorita Andrée, y es una con­
el motivo primero de la existencia de la narrativa, en especial, desde fesión que no espera respuesta porque concluye con la decisión de
que el mismo se hace autor de una carta de respuesta, pero incluso arrojar los conejitos desde el balcón y luego saltar al vacío.
cuando no sucede la inversión destinador/destinatario, por limitarse El cuento es una de las propuestas de Cortázar orientada a
este último a una actitud pasiva, la experiencia epistolar, de diverso mostrar la complejidad de lo que existe, su reverso, su otra faz; de
modo que la autobiografía, es recíproca. El autor de la carta procura allí que la estructura del universo cotidiano planteado por una escri­
influir en su lector y es influido por él. tura mimética se ve alterada por la irrupción en el texto de un regis­
En muchos casos, la práctica epistolar sostiene la estructura tro fantástico que modifica radicalmente la relación del sujeto con
de otro género, como en la novela Boqttitaspintadas de Manuel Puig, su referente espacial:
que se construye en base a la correspondencia entre Nené y Leonor, Jusco entre el primero y el segundo piso sentí que iba a vomitar un
o en las cartas que el senador Osorio le envía a Maggi en Respiración conejito. Nunca se lo había explicado antes, no crea que por des­
artificial de Ricardo Piglia. Las cartas operan como refuerzo de la lealtad, pero naturalmente uno no va a ponerse a explicarle a la
gente que de cuando en cuando vomita un conejito. Como siem­
veracidad del enunciado: de cotidianidad en el caso de Puig; de
pre me ha sucedido estando a solas, guardaba el hecho igual que se
reconstrucción histórica en el de Piglia, en donde el archivo se pre­ guardan tantas constancias de lo que acaece (o hace uno acaecer)
senta, en definitiva, como fuente de conocimiento y el archivo epis­ en la privacidad total. (21)
tolar como reaseguro de tal conocimiento.
En relación con lo expuesto, con la temática de la intimidad y Los conejitos representan el desdoblamiento del personaje, su
la literatura comparada, se vincula la propuesta de nuestra ponen­ propia dualidad materializada, que él admite y acepta como parte
cia: reflexionar acerca de las funciones que el género epistolar cum­ de sí mismo, de allí que lo inverosímil, la irrupción de lo otro en lo
ple dentro del discurso ficcional, particularmente en dos cuentos de cotidiano, se atenúe por la falta de sorpresa del narrador para quien
Julio Cortázar -"Carta a una señorita en París" y "Cartas de mamá" - este acceso a la alteridad no es novedoso, sólo se reinicia con su llega­
y dos de Michel Tournier -"T héobald o el crimen perfecto" y "Tris­ da al departamento de la señorita Andrée. Pero el personaje no
tán Vox"-. puede mostrarse tal como se ha descubierto, debe ocultar su alteri­
dad ante los ojos de una otredad ajena, la de Sara, encargada de la
limpieza: "De día duermen. Hay diez. De día duermen. Con la puer­
ta cerrada, el armario es una noche diurna para ellos, allí duermen

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La alteridad y la intimidad Silvina Perrero de Roncaglia

su noche con sosegada obediencia"(26). Y el narrador recompone de que Théobald escribió a su hermana unos días antes de su muerte,
día lo que los conejitos han destrozado durante la noche, sin embar­ acusando a los amantes y anticipando su intuición de que sería asesi­
go, a medida que aumenta la necesidad de que los animalitos no nado; recuerda la aventura amarga y ardiente que vivió junto
sean vistos, aumenta también su sonoridad ("gritaban, gritaban Thérese, la sorpresa de ser los dos descubiertos por el profesor, y la
como yo no creo que griten los conejos"), y disminuye lo que para él carta que a él le envió reclamando el dinero que a ella le había pres­
tenían de agradable ("... solamente los diez conmigo, su diurna tado, y, hacia el final del relato, transcribe la que recibió como res­
noche y creciendo, ya feos y meciéndoles el pelo largo, ya adolescen­ puesta, que marca el desenlace de la historia.
tes y llenos de urgencias y caprichos"). El sujeto siente, entonces, Recordemos que los enunciados pertenecen, según Mijail
perdida su capacidad de dominio y contención y revela su alteridad Bajtín, a diversas esferas de la actividad humana y se concretan en
en la carta: "Basta ya, he escrito esto porque me importa probarle las formas de los géneros discursivos, los que a su vez son clasificados
que no fui tan culpable en el destrozo insalvable de su casa. Dejaré en primarios y secundarios. Bajtín considera entre los primarios a la
esta carta esperándola, sería sórdido que el correo se la entregara carta, dada su condición de comunicación inmediata; pero ella se
alguna clara mañana de París"( 32). desnaturaliza de su función comunicativa primaria y se redimensio­
Si nos atenemos a la estructura narrativa, Cortázar recurre al na dentro del género secundario, adquiriendo otras proyecciones
discurso epistolar y la carta, en tanto estructura continente, cum­ (Bajtín 1982: 250). Tal lo que ocurre en el relato de Tournier:
ple una doble función: desde el punto de vista de la intimidad del Théobald envía la carta a su hermana porque supone que en ella ha
remitente, refuerza, profundiza el destino de un sujeto marcado puesto las pruebas para que la historia de su asesinato sea verdadera,
por la tensión consigo mismo; desde la perspectiva extratextual, en cuando en realidad es verosímil, y quien opera una verdadera mani­
su relación con el lector, es un recurso de verosimilización vinculado pulación de la historia es el narrador, casi un detective que intuye la
con el carácter fantástico del relato: predispone a la aceptación del verdad, vinculada con otra carta de Théobald, la que escribió quince
hecho insólito (lo inverosímil) irrumpiendo en el universo cotidia­ años antes, y donde desnudaba su personalidad:
no. Soy un hombre débil e infortunado ( ...} La primera aventura de
En "Théobald o el crimen perfecto", relato incluido en Thérese me empujó algo más lejos en mi noche. Probablemente
me hubiera venido abajo si no hubiera sentido de repente una
Medianoche de amor, Tournier apela a un narrador homodiegético,
extraña y negra energía que se apoderaba de mí y que le daba a mi
protagonista y testigo de los acontecimientos. Desde las primeras vida un sabor nuevo .... yo me vengaría, y para eso necesitaba
líneas advertimos el interés del autor por hacer verosímil su historia: vivir. ¿Pero de qué y de quién tenía yo que vengarme? Mi herida
el narrador lee en el diario la noticia policial del asesinato de incurable provenía del rechazo de Thérese a tener un hijo mío ...
Théobald Bertet, un profesor que conoció quince años antes, duran­ Pero hay en ella una irreprensible vocación maternal. El día en que
ella obedezca a tal llamada, me daré muerte. Pero, créame, no me
te su etapa de formación como estudiante de Letras, y el nombre de
iré solo. Mi cadáver arrastrará a Thérese, a su amante y al detesta­
sus asesinos: Thérese, su mujer y Harry Pink, el amante de ella. ble fruto de su fornicación. (7 6)
No se trata de un cuento epistolar, pero las cartas sostienen la
estructura narrativa, contienen la información confidencial que sólo El narrador comprueba el último indicio: la mujer estaba
comparten destinador y destinatario: el narrador alude a la carta embarazada. Y el relato es una muestra de que los géneros discursi-

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vos se yuxtaponen para construir un soporte solidario de los unos máscaras, equívocos y dobles, las cartas asumen un papel protagó­
con los otros a favor de la recepción del enunciado, de allí que narra­ nico esencial. Tristán Vox se enfrenta con un personaje extraído de sí
dor-detective con aspiraciones de escritor confiese: "Al leer las cuar­ mismo, pero fecundado y cargado de realidad gracias a los sueños de
tillas cubiertas por la escritura microscópica de Bertet me dije a mí la multitud, de su audiencia predominantemente femenina, que lo
mismo que aquel documento auténtico constituía por sí mismo una van perfilando en sus cartas; y el personaje va cobrando fuerza y
novela mil veces más emotiva y profunda que cualquier cosa que yo poder, se impone en la existencia de los personajes ficcionalizados.
hubiera podido inventar" (7 2). Pero el juego va más allá: Amelía confiesa a Robinec:
En "Tristán Vox", incluido en El ttrogallo, y "Cartas de mamá", Todos los días del año escucho, como hacen otras miles de perso­
de Las armas secretas, las cartas dan vida a personajes externos al nas, la voz de Tristán entre las diez y las doce de la noche. Pero no
del mismo modo que esos miles de personas. Porque yo era la
mundo de ficción, que interfieren en las relaciones de los personajes
mujer de Félix Robinet. Y en principio Tristán y Félix eran el
ficcionalizados hacia el interior de la narración misma. mismo hombre. ... pero... iprepárate! Lo cierto es que yo jamás
En épocas en que la radio "ejercía su imperio sobre las mentes pude reconocer tu voz por la radio... iJamás! Y claro... a la fuerza
y calentaba la imaginación", y los locutores "medían su popularidad tenía que pensar cosas, ¿Quién era ese Tristán Vox imaginario que
por la fabulosa cantidad de correo que recibían", Tristán Vox es el era a la vez mi marido de todos los días y el amor imaginario de
una multitud de mujeres desconocidas? Quise comprobarlo: con­
personaje idealizado por la voz de Félix Robinet, un comediante fra­
vertirme en enamorada de Tristán. Escribí unas cartas con la firma
casado casi sesentón que vive junto a su esposa Amelía una existen­ de Isolda... para ver lo que pasaba. Y también para tratar de
cia gris y apacible, y disfruta las comidas especiales que ella prepara encontrarme de nuevo y tenerte cuando te convertías en Triscán
y comparten en cenas que son casi un rito, una forma de comunica­ Vox. (155)
ción a través de la "beatitud gastronómica". Si a Tristán Vox lo crea
la palabra pronunciada y no debe mostrarse, a !solda la crean las car­ Las cartas fecundan a Tristán, pero también crean a una Isolda­
tas enviadas a la radio, sin señas para obtener respuesta. Esas misi­ Amelia, que se debate entre su realidad y la fantasía del Tristán ima­
vas comienzan a perturbar al locutor y terminan destruyéndolo por­ ginado y a otra Isolda-Flavia, que lee las cartas de la anterior, se
que Flavia, su secretaria, se confiesa la Isolda de los arrebatos eróti­ auto-construye a partir de ellas y quiere superar la antinomia reali­
cos de las cartas y se suicida, y Amelía, se revela la Isolda de las pre­ dad/fantasía:
... toda esa correspondencia dedicada a un ser que no existía. Ya no
cisiones gastronómicas vinculadas con la vida de los Robinet., tam­
era posible. Me estaba volviendo loca....Desde sus primeras carras
bién incluidas en las cartas. Cuando Tristán Vox se encarna en la figu­ quise ocupar su puesto. Imité su escritura y le bombardeé a usted
ra de Durateau, un joven y apuesto tenista que retoma el programa con carras violentas, inconvenientes, que me coscaban lágrimas de
nocturno con ese seudónimo, Félix Robinet y su mujer se han desen­ vergüenza y de cólera mientras las escribía. Y todo para obligar a
contrado para siempre: en Billon, la aldea de donde provenían y Tristán Vox a manifestarse, a salir de su agujero... (p. 151)
adonde anhelaban regresar, Félix envejece en soledad, Amelía ya no
cocina, pero sigue sometida al hechizo de la voz cálida de Tristán y La historia se construye a parcir de un triángulo-cuadrado
para él deposita cartas en el buzón de correos. afectivo que se establece entre los personajes ficcionalizados y los
En este juego de realidad, imaginación, ficción y fantasía, de que crean las cartas, que se transforman en el proceso del relato

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La alteridad y la intimidad Silvina Perrero de Roncaglia

cuando se manifiestan, se de-velan en su relación con los autores de No quedaba más que una parva de libertad condicional, la irrisión
la correspondencia. Las relaciones se vuelven sinuosas y terminan de vivir a la manera de una palabra entre paréntesis, divorciada de
imponiéndose en la existencia de Robinet y desplazándolo de su la frase principal de la que aún sin embargo es casi siempre sostén
y explicación. Y desazón, y una necesidad de contestar en seguida,
lugar en el mundo de las relaciones sociales (abandona la radio) y en como quien vuelve a cerrar la puerta. (7)
la intimidad de las relaciones yo-tú.
En otro sentido, Robinet , como la !solda de la ópera wagne­ En el relato, las cartas imponen la negación de la causalidad y
riana, se decide a eliminar a Tristán pero no puede. Flavia, con su los nexos lógicos, instauran como verosímil lo que ni los personajes,
muerte, tampoco puede eliminar a !solda. Alguien (¿el joven tenis­ ni los lectores tenemos por verdadero porque para Cortázar, como
ta?) ha cambiado el veneno por un filtro de amor dándole nueva ya lo señalamos, lo fantástico no surge de una operación o procedi­
vida a Tristán y también a !solda, a quien descubre Robinet enamo­ miento literario sino que, por el contrario, deviene de una experien­
2
rada de Tristán • cia vivida.
En "Cartas de mamá", Luis, un porteño exiliado en París con
su mujer, intercambia correspondencia con su madre, rutina Conclusión
impuesta por la distancia y la ausencia; pero la monotonía de la con­
vivencia comienza a ser alterada a partir de la carta en que mamá El género epistolar, en tanto discurso eminentemente perso­
cambia Víctor por Nico. El error preanuncia la irrupción del absur­ nal, favorece la expresión de una subjetividad y establece una comu­
do, el retorno a la vida de Nico, el hermano de Luis y antiguo novio nicación diferida en el tiempo y distanciada en el espacio. En sus rela­
de su mujer, quien había sido tachado, convertido en tabú y ahora se ciones con el discurso ficcional, más allá de crear un efecto de verosi­
"reencarna" y se interpone entre los afectos de la pareja. militud, puede cumplir distintas funciones, y operar una manipula­
Las cartas están emparentadas con la recuperación de la ción de la historia que atrape la atención del lector.
memoria, con el rescate de las metáforas de un pasado próximo que Cuando se trata de un cuento epistolar, como ocurre en "Car­
no ha sido definitivamente asumido y por eso opera y actúa en otro ta a una señorita en París", su estructura corresponde a una única
espacio y en otro tiempo. Se pone en juego una pulsión escritura! carta que un emisor dirige a un destinatario; el narrador autodiegé­
que oscila entre el consciente y el inconsciente, de una carta a otra se tico se desnuda en su alteridad ante Andrée y atenúa la irrupción de
va operando un cambio en los personajes que llegan a "materializar" lo fantástico en la vida cotidiana.
a Nico. De allí que el primer enunciado encierra ya la esencia del En otros casos -"Cartas de mamá"-, el cuento construye la
cuento: "Muy bien hubiera podido llamarse libertad condicional... " estructura a partir de cartas, también protagonistas de la historia,
y luego: que interpelan y cuestionan las relaciones de los personajes. En este
sentido, también en "T héobald o el crimen perfecto" la correspon­
dencia sostiene la estructura, pero el narrador recurre además a una
carta circunstancial del pasado, transcripta en el relato, que funcio­
'La referencia pcnniriría plantear ocras relaciones vinculadas con Tristán e Iseo, dos amantes trágicos
na como recurso clave en relación con el desenlace de los aconteci­
en las leyendas medievales de Inglacerra, Irlanda y Alemania, pero esas consideraciones exceden los
límices y los p rop6sicosdeescc trabajo. mientos.

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La alteridad y la intimidad

Y si el discurso confidencial del género epistolar puede irrum­ EL PROBLEMA DE LA EXISTENCIA


pir en la intimidad, provocar fisuras, trastornar la armonía del diario EN ROLAND DUBILLARD:
vivir, revelar secretos, también puede darle vida y conferirle fuerza y «LAISSEZ-MOI TRANQUILLE AVEC MOI-MEME.
poder a seres que no existen, seres capaces de imponerse a los perso­ ASSIS MOI-M.EME LÁ-BAS EN FACE DE MOI-M.EME»
najes ficcionalizados en el relato, como ocurre en "Tristán Vox." María Paula Salerno
En última instancia, el discurso ficcional es claro testimonio Universidad Nacional de La Plata
de que no siempre una carta tiene carácter efímero y contenido tri­
vial, porque "escribir una carta es enviar un mensaje al futuro" y ese
mensaje puede alcanzar proyecciones insospechadas.

En «... Ou bolvent les vaches», pieza teatral en tres actos


Referencias bibliográficas representada por primera vez el 20 de noviembre de 1972 en el
Bajtín, Mijail. Estética de la creación verbal. Bs. As.: Siglo Veintiuno, 1982. Teatro Récamier por la compañía Renault-Barrault con la puesta en
Cortázar,Julio. Bestiai·io. Bs.As.: Sudamericana: 1993. escena de Roger Blin, Roland Dubillard hace girar el problema de la
-----------------.Las armas secretas. Barcelona: Sol, 2000. existencia alrededor de la intimidad de su protagonista, Jean Marie
Reís, Carlos yAna M. De lópez. Diccionario de narratología. Salamanca: Almar, Aimé Félix, dit Félix Enne, un reconocido artista (sobre todo poeta)
2002.
que figura en los programas de los colegios, es solicitado por la pren­
Rest, Jaime. Conceptos de Literatttra Moderna. Bs.As.: Ceda!, 1991.
Tournier, Michel. El urogallo. Bs.As.: Alfaguara, 1988. sa, premiado por academias de arte y considerado por el gobierno.
-------------------. Medianoche de amor. Bs.As.: Alfaguara, 1994 . Sin embargo, como su nombre lo indica, Félix Enne es un descono­
cido; él, su producción, sus opiniones resultan objeto de innumera­
bles interrogantes para los personajes y también para el lector. Su
familia y su público se manifiestan inquietos por los enigmas que
este gran poeta parece encerrar, pero será él mismo quien encarne la
máxima búsqueda dentro y en torno de sí, procurando desentrañar
los aspectos más recónditos de su figura. Jean Marie Aimé Félix, dit
Félix Enne, se muestra y se siente en conflicto consigo mismo. La
reflexión vuelta lenguaje, frases y palabras arrojadas al aire, son el
camino por el que intenta encontrar un sentido para su vida. El agua
es el elemento que lo acompaña desde el principio hasta el final, con­
virtiéndose en significante de una larga cadena metafórica en la que
acaba resolviéndose la pieza.
La escena X del acto I sucede dentro de un taller en la casa
del protagonista en el que Marchecru intenta trazar en una tela plu-

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La alteridad y la intimidad María Paula Salerno

ridimensional los rasgos de Jean Marie Aimé Félix, <lit Félix Enne, a moi. Voila. Chopin. Moi" (Dubillard 1973: 24), y es realmente
fin de construirle una cabeza de yeso. En el ínterin, el poeta discurre Chopin en su interior, lo que fluye en él, la música, que es con lo que
acerca de lo que la situación le genera: "Ce portrait de moi, non cela en verdad se identifica; pero por el cuerpo que se ve, que lo contiene,
n'est pas bien. C'est ce qui passe a travers moi qui compte" (Dubi­ es inexorablemente Walter. Los personajes que presencian la escena
llard 1973: 35 ). Siente que su cuerpo, su exterioridad no lo repre­ creen que Walter se ha vuelto loco, sólo lo ven a él. Y lo que se ve es
sentan, que lo que sucede en su interior nada tiene que ver con la ,
definitorio o, al menos, lo único cognoscible. De allí que Elodie y
forma que lo contiene. Piensa en el vaso que sujeta en su mano y en Marchecru identifiquen a Félix con su exterioridad. El problema es
cómo el agua fue a parar a esa porción de espacio y tuvo que amol­ espacial.
darse a una forma que le es impropia: "j'en avais mal pour elle d'etre «... Oit boivent les vaches» se abre con la voz del portero de la
contenue. La-dedans. Dans cette transparence figée, le contraire de casa donde habita Jean Marie Aimé Félix, <lit Félix Enne, hablándo­
l'eau" (Dubillard 1973: 35). Esa pequeña cantidad de agua, piensa nos de ella, de una casa construida ladrillo por ladrillo a fin de alojar
Félix, es libre de salir del vaso y de retornar al espacio, volver a fluir a sus primeros habitantes, Oblofet y la condesa d'Artsin. De aquél
en el río, en su cauce natural, entonces, la arroja, la libera. Él mismo sólo queda un busto a punto de ser removido, que habla cuando se le
se niega a ser capturado en un retrato, se desinteresa de su cabeza de aprieta un botón para hacer un alegato cuyo contenido a nadie inte­
yeso, la rechaza, contra el pensamiento de su madre (Élodie), que lo resa. Dentro de esa casa, afirma el portero, había algo no muy per­
impele a dejarse retener prisionero de sus rasgos, pues ellos son, para ceptible (visible), pero no por ello irrelevante, que mudó: la propie­
ella, todo su ser. Marchecru, por otra parte, le aconseja que si real­ dad, que se entiende en tanto posesión y en tanto cualidad esencial.
mente desea que su retrato se le parezca lo que debe hacer es pare­ Sus habitantes han cambiado y ya no perciben la importancia de las
cerse él primero al retrato, es decir, moldearse a sí mismo conforme características edilicias de la casa, que "c'est toujours la meme mai­
al artificio de la pintura. El ser, como Dubillard lo presenta, está son" (Dubillard 1973: 11). La casa que ocupa Félix Enne, en la que
embutido en un cuerpo, en una materia física que lo contiene, y con­ transcurren los dos primeros actos de la obra, poco que ver tiene (se­
tinente y contenido entran en constante conflicto. En determinado gún cuenta el portero, que la conoce desde que se ha construido),
punto de la obra, el protagonista descubre que dentro de su cabeza consigo mismo. En efecto, cuando el periodista pregunta al portero
tiene algo que lo oprime y afecta, una cabeza más pequeña que se sus impresiones sobre el ambiente de la casa del gran poeta, aquél
queda quieta y cierra los ojos cuando la más grande se sacude de evade la respuesta y acaba por no contestar: no existe tal cosa, conti­
izquierda a derecha, esperando que termine, y, a la inversa, se nente y contenido son discordantes. El problema radica en qué
mueve vivamente de un lado al otro cuando aquélla está detenida. hacer para que le chez-soi devenga le soi, para que el espacio en el
Estar en un cuerpo no es lo mismo que ser un cuerpo, y la inminente que uno está devenga uno mismo. Y precisamente esto es lo que
necesidad de ser genera una lucha extrema por alcanzar la equiva­ intenta Rose, la esposa de Félix, quien, porque siente la incompati­
lencia al parecer imposible entre el adentro y el afuera. Esta desar­ bilidad entre su ser y el lugar donde habita, arma por sí misma su
monía es revelada a partir de diferentes objetos, personajes y situa­ habitación, crea un espacio íntimo propio, su pequeña casa dentro
ciones. Walter, por ejemplo, toca el piano y se siente Chopin: "je l'ai de la gran casa, a la que entra por una pequeña puerta que ella ha
entendu jouer, lui, Chopin, avec ses doigts. Ces doigts-la. C'était descubierto y que nadie conoce, cuya llave ha fabricado ella misma:
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La alteridad y la intimidad
María Paula Salerno

')'entre par ma porte. Dans ma maison (...) Personne ne le sait. puede ver lo que está por fuera, es decir, el continente. El poeta,
Chez moi. Oui, chez moi : pas dans 'la maison1 , dans 'ma' petite mai­ entonces, se nos revela empecinado en una labor inasequible, descu­
son par ma petite porte chez moi. Pas par la 'grande porte'" (Dubi­ brirse mirando hacia dentro, a su acotado alrededor: 'J'ai beau tour­
Jlard 1973: 64-65) Cuando Rose entra en su habitación pretende ner aucour de moi-meme, j'ai beau tourner autour de ma tete" (Du­
entrar en sí misma. Hasta la luz con que se ilumina emana de una billard 1973: 78). La búsqueda, así, va adquiriendo un tono angus­
linterna que ella misma ha comprado con su dinero. Son notables tiante, agónico.La razón de la existencia se torna difusa. El arte ence­
los esfuerzos por acercarse a lo propio, a la intimidad en la que se rrado en el arte que entiende a su fuente de inspiración sólo dentro
aloja el ser. de su propia esfera toma también ese tinte, se cuestiona sobre su exis­
Los distintos momentos de la intimidad de Jean Marie tencia, se debate contra su ser. Jean Marie Aimé Félix, dit Félix
Aimé Félix, die Félix Enne (que son distintos porque no hay conti­ Enne quiere liberarse de sus ataduras, fluir como el agua, como la
nuidad en su historia, carece de pasado, sólo le importa el presente, música, como las palabras, pero el peso de su cuerpo y de su lira no
afirma pertenecer y seguir a su época), se vuelven, poco a poco, metá­ se lo permiten. En la escena VIII del acto II, acostado en una suerte
fora del arte; y las incógnitas, una quejumbrosa necesidad de dar de ataúd, percibe que el constante merodear una y otra vez por los
con su valor. Debe escribir el libreto para una ópera y no logra alcan­ ambientes de su casa, de dar vueltas en corno de sí (que es lo único
zar el estado de inspiración que le es preciso, entre intranquilo y que ha podido, sin conseguir penetrarse) lo han conducido al vacío,
desahuciado pide que lo dejen solo consigo mismo, sentado frente a a descubrirse solo en una casa hueca, sin nada ni nadie adentro. El
sí. Cree en la soledad de los creadores y en su intimidad más profun­ contenido ha muerto. Félix en posición horizontal es como un muer­
da como fuente de inspiración. En dicha escena están él y su mani­ to. La noche se eleva a su alrededor. Lo único que queda es el conti­
quí sentados uno frente al otro. Conversan y Félix pretende en ese nente, el esqueleto material de una casa y un cuerpo que ya ni
diálogo poder verse en su retrato. La búsqueda de la inspiración se entiende propios: "Sur n'importe quoi je cognerai, ríen ne me
vuelve búsqueda de la propia identidad. Sin embargo, continente y répondrait, le creux seul sonnerait" (Dubillard 1973: 78) Mientras
contenido persisten irreconciliables. Su cuerpo es incapaz de reflejar acuña estas reflexiones, el pequeño Saül lo interpela en nombre de
lo que hay dentro, sucede con él lo mismo que con el hacha que la todos los hijos, de su generación y de todo aquel público que ha
Académie internationale des Arts Décrassants le ha obsequiado, que es leído los libros de su padre,Jean Marie Aimé Félix, dit Félix Enne, a
una lira de mármol y no un hacha, como lo anunciaba la nota con fin de dar con algo especial en ellos. No han encontrado ni entendi­
que el obsequio iba acompañado. Por la existencia de esa nota, el do nada. Su padre, dice Saül, ha estado hablando todo este tiempo
obsequio es en esencia un hacha pero desde el exterior es una lira; en dirigiéndose a estatuas y no al público real que tenía enfrente. Los
definitiva, reconoce el protagonista, "c'est une fausse hache et libros son para el joven pequeños ataúdes de hojas prensadas que
meme une fausse lyre" (Dubillard 1973: 71). El desdoblamiento de nada revelan, extintos en la gran Biblioteca que nada significa. Su
Jean Marie Aimé Félix, dit Félix Enne en su cuerpo y su maniquí se padre y todos los que como él se han dedicado al arte de la escritura
da para que ensaye una mirada hacia dentro desde el exterior. Mas no son grandes poetas sino hombres de nada, hombres muertos de
luego descubre que: "on ne peut pas voir a l'intérieur de sa tete" (Du­ letras muertas. Le dice: "nous on piochait daos ton cercueil pour y
billard 197 3 : 74). Lo que la pieza teatral va sugiriendo es que sólo se trouver quelque chose, quelque chose a manger, on avait faim et toi,
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La alteridad y la intimidad
María Paula Salerno

tu étais la nous parlant des oiseaux" (Dubillard 197 3: 80) Los jóve­ rechazando la encomienda del gobierno, por considerarla inútil. Sin
nes tienen hambre y no se llenan con palabras.Félix, desgastado por embargo, Félix Enne no accede de inmediato, le cuesta separarse de
una búsqueda que sólo conduce al fracaso, se va. Ahora, quiere des­ su cabeza, dice necesitarla, aun cuando la reconoce pensante pero
vanecerse, desaparecer. Sale de la casa en el automóvil rojo de su muda y probablemente también sorda. En todo caso, la elección es
madre y aparece al acto siguiente accidentado en el campo, boca suya, y lo sabe. Las palabras fluyen a borbotones de su boca y en ese
abajo sobre el barro de una zanja, con su lira de mármol cerca de su discurrir parece renunciar a la búsqueda interminable del ser inte­
mano derecha y su cabeza de cera al alcance de su mano izquierda. rior, ese ser liviano que debía, para él, fluir en libertad: 'Je connais
Allí transcurrirá el resto de la obra. les choses par leur poids. Par ce qu'elles pesent" (Dubillard 1973:
A DubilJard le interesa mucho más que contar, mostrar, 103). Finalmente, cede su cabeza a la fuente. El gran poeta, Jean
poner en escena. No es casual su elección por el teatro, donde la Marie Aimé Félix, dit Félix Enne, cuya labor fue reemplazada por la
dimensión espacial y la materialidad adquieren una relevancia espe­ de un plomero totalmente desconocido, queda inmortalizado en la
cial, operando como significantes a la par de las palabras. La luz, los materialidad de una fuente. De su boca brota ahora el agua (como
ruidos, las posiciones de los personajes y objetos, los objetos ... sig­ antes las palabras), agua que será bebida por las vacas.
nifican. Las escenas, repetidas veces, quedan sumergidas en la oscu­ Para Roland Dubillard el ser es inaprehensible. Los sentidos
ridad, se ilumina sólo a un personaje u objeto y lo que el espectador no permiten captar más que las propiedades físicas de lo material,
ve, lo único que puede percibir es la sensación de vacío a su alrede­ de los cuerpos que operan como envases. Lo de adentro queda siem­
dor. Las cabezas que aparecen en el tercer acto colgadas del follaje, pre encarcelado en formas contrarias a su esencia. La intimidad per­
están inmersas en ese vacío, flotando en él, carecen de cuerpo, y en manece presa de continentes de los que jamás podrá salir. Saül no
torno de sí: nada. Es lo mismo que reconoce el gran poeta, Jean puede acceder al contenido de los libros, reprueba su examen, el
Marie Aimé Félix, dit Félix Enne, después de tanto buscarse en su saber es ajeno a él. Su padre y todos los padres de la cultura no
casa y acabar echado en el fango: 'Je ne suis pourtant pas grand, un logran transmitirle nada. Todo lo que se entrega es exterior y, por
tout petit objet perdu dans l'immensité de son horizon ( ... )Je dis­ ende, no real: una cabeza de cera que es copia de unos rasgos que
paraitrai jusqu'a ne plus paraicre que rien. Qu1 un point. Que pas tampoco coinciden con el verdadero ser; un agua que corre artifi­
méme un point. Une fourmi ailée qui s1 est envolée" (Dubillard cialmente por cañerías de bronce, palabras que no son más que
1973: 96) Y esto es lo que en verdad siente hasta que se encuentrn soporte de una ficción. No hay comunicación. Existe una ruptura
con Zerbine en el medio de la nada y la carga sobre sus hombros generacional que es también una ruptura con la historia, con el pasa­
para llevarla a su casa: se halla a sí mismo, por primera vez en fo do, con la memoria. Ni Saül, ni Rose, ni Élodie saben sobre la vida
vida, útil. Sirve a la humanidad, no con su arte (pues acaso ésta ya no pasada de Félix, él mismo niega tenerla. Igual que su cabeza de cera,
lo necesite), sino con un esfuerzo físico, material y tangible. Ahorn Félix, como sus pares, es un ser pensante que nada transmite, es
quiere ser útil y encuentra su oportunidad frente al pedido del padre mudo y también sordo. La cabeza en la fuente no puede más que
de Zerbine, un plomero que desea su cabeza de cera (por la forma de generar sonidos semejantes a un mugido y hacer "glou-glou". Saül y
su boca abierta en O) para construir la fuente que el entonces grnn todos los jóvenes reclaman, critican, pero nada hacen. Y también
poeta, Jean Marie Aimé Félix, dit Félix Enne, se negara a edificar, son mudos, como sus precursores y como las vacas. Y todos, como
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La alteridad y la intimidad

ellas, carecen de memoria, de historia.


Si la existencia está en contenido y continente y éstos son
irreconciliables, queda o el arte de los anaqueles de la biblioteca o el
arte de la fuente. Habría que preguntarse cuál será su destino si
Saül, en tanto representante del público, se encuentra con aquél y
no lo entiende; se topa con la fuente y quiere beber su agua, el agua
de su padre en el vaso de su padre, capturando el mismo contenido
que antes el gran poeta echara en libertad; quiere absorber el agua a
la par de las vacas. Y ni siquiera sabemos si llega a beberla, pues
antes de que pueda hacerlo se cierra el telón.

Referencias bibliográficas:
Texto literario:
Dubillard, Roland. «... O,, boivent lesvaches». Mayenne: Gallimard, 1973.
Textos de consulta:
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