Ezequiel vivió en Jerusalén hasta la edad de 25 años. Luego fue llevado prisionero a Babilonia. Ezequiel era sacerdote (Ez 1:3). Seguramente se sintió muy desalentado, especialmente al cumplir los 30 años. Ezequiel estaba en Babilonia y el templo donde los sacerdotes servían estaba en Jerusalén. Como sacerdote, Ezequiel dice mucho sobre el templo (Ez 8–11; 40–48). El nombre de Ezequiel significa “Dios fortalece”. El SEÑOR le dio una gran sorpresa a Ezequiel en su trigésimo cumpleaños, cuando le dio fortaleza al llamarlo para ser profeta. Profetizó por 22 años, por lo menos. Desde el 593 hasta el 571 a.C. (Ez 29:17). Estos fueron años oscuros y difíciles para el pueblo judío que estaba en Jerusalén y en Babilonia. Ezequiel se casó (Ez 24:15-18). Él vivía en su propia casa en medio de los judíos cautivos, junto al río Quebar (Ez 1:1; 3:15, 24; 8:1). Dios le exigió a Ezequiel, más que a cualquier otro profeta, que dramatizara sus profecías. Ezequiel ministró por dos razones. Primero, para proclamar el juicio de Dios sobre Judá (Ez 1–24) y las naciones (Ez 25–32).
1.1 Sus antepasados y parientes
Ezequiel pertenecía a una familia de sacerdotes, y él mismo era sacerdote. Sabemos que era casado, pero que de manera sorpresiva su esposa murió. Esta muerte se convirtió en una señal de advertencia para el pueblo de Dios. Como su mensajero, Ezequiel fue marcado de manera especial por el espíritu de Dios.
1.2 Lugar y circunstancias de su nación
Desde la perspectiva histórica, el reino unido de Israel duró más de ciento diez años (ca. 1043-931 a.C.), pasando por los reinados de Saúl, David, y Salomón. Después el reino dividido, Israel (norte) y Judá (sur), se extendió del 931 a.C. al 722/21 a.C. Israel cayó en manos de Asiria en el 722/21 a.C. dejando a Judá, el reino sobreviviente por ciento treinta y cinco años, el cual cayó en manos de Babilonia en el 605-586 a.C. Domésticamente, Ezequiel y los diez mil vivieron en exilio en Babilonia (2Re_24:14), más como colonos que como cautivos, teniendo permiso de cultivar porciones de tierra bajo condiciones algo favorables (Jer_29:1-32). Aun Ezequiel tenía su propia casa (Eze_3:24; Eze_20:1).
1.3 Preparación y experiencias de su temprana edad
Al igual que Jeremías, Ezequiel también era sacerdote (1:3). Su nombre significa “fortalecido por Dios.”El era miembro de la aristocracia de Jerusalén y fue llevado al exilio en el año 597 a.C. durante la segunda deportación, en el mismo tiempo que el rey Joaquín (1:2; 2 R 24:11-18). Ezequiel llegó a ser un líder de la comunidad del exilio en Tel Abib en las márgenes del río Quebar en Babilonia (1:1; 3:15). Aunque se menciona su esposa (24:15-27), no se habla de ningún hijo. Su casa era usada como lugar de reunión para los ancianos de Israel (3:24; 20:1). El ministró a los exiliados del reino del norte, Israel (2:3; 3:1, 3:11; 11:25); así que Ezequiel fue el primer profeta a su propia gente en tierra extranjera. Daniel, contemporáneo suyo, fue profeta entre los gentiles y sus gobernantes. 2.0 Experiencia de conversión o llamamiento especial Tras su llamamiento a ser profeta y su nombramiento como «atalaya a la casa de Israel» (capítulos 1–3), Ezequiel comienza de inmediato a predicar y demostrar la verdad de Dios, y predice el inminente sitio y la destrucción de Jerusalén (capítulos 4–24). Esta devastación sería en castigo por la idolatría del pueblo. Ezequiel los exhorta a apartarse de sus caminos malvados. Profetiza que Dios también les castigará por todos sus pecados (capítulos 25–32). Ezequiel proclama la fidelidad de Dios y predice las bendiciones futuras para su pueblo (capítulos 33–48). 3.0 Ministerio Sacerdote Nacido de una familia sacerdotal (Eze_1:3). Profeta, es decir, un portavoz de Dios (cf. Deu_18:18; Jer_1:9). Por eso el Señor, después de manifestarle su gloria, le hace oír su palabra y le ordena que él, a su vez, la haga llegar a los demás miembros del pueblo (v. Eze_2:7). Así vuelve a ponerse de manifiesto una de las características más importantes de las visiones proféticas.
3.1 La naturaleza de su ministerio
Dios lo llamó a predicar a los cautivos un mensaje de juicio y de salvación, para que se arrepintieran y obedecieran. El ministró a los exiliados del reino del norte, Israel (2:3; 3:1, 3:11; 11:25)
3.2 Reacciones de otros en cuanto a su ministerio
Jerusalén era el lugar donde más se había concentrado el pecado (caps. 8-12); era una ciudad llena de crímenes, y la justicia de Dios no podía dejarla sin castigo (Ez 22). Además, para hacer que su mensaje penetrara más profundamente en aquel auditorio muchas veces rebelde y escéptico, el profeta realizaba extrañas acciones simbólicas (Ez 4-5), ininteligibles para sus destinatarios, que se veían obligados a preguntarle: Explícanos qué quiere decir eso que estás haciendo (Eze_24:19; cf. Eze_12:9). Cuando la caída de Jerusalén confirmó la verdad de sus anuncios proféticos (cf. Eze_33:21-22), Ezequiel debió gozar de un prestigio incuestionable entre los exiliados a Babilonia. Su hermosa voz y sus aptitudes musicales (cf. Eze_33:32) debían ejercer una especial fascinación sobre el espíritu de sus compatriotas. Su misión consistió entonces, sobre todo, en preparar a sus hermanos de exilio para la futura restauración, haciéndoles comprender el verdadero motivo de aquella catástrofe (Eze_36:16-19).
3.3 Contribuciones que ha dejado su ministerio
La presencia de un profeta como Ezequiel contribuyó en gran medida a que el exilio en Babilonia fuera uno de los periodos más ricos y fecundos en la historia de Israel. Ezequiel, como antes Oseas, compara el exilio con una vuelta al desierto, de la que Israel debía salir purificado (Eze_20:35-37).
4.0 Evaluación de su carácter
Se ha afirmado con razón que en la persona de Ezequiel convivían muchas almas: era contemplativo y hombre de acción, poeta inspirado y razonador sutil. Su condición de sacerdote se manifiesta en la preocupación por el templo del Señor (Eze_10:18-22; Eze_43:1-12), en el horror por las impurezas rituales (Eze_4:14) y en el cuidado por distinguir lo sagrado de lo profano (Eze_45:1-6). Pero ese sacerdote era al mismo tiempo profeta, y tenía clara conciencia de haber sido puesto como centinela de Israel en uno de los momentos más críticos de su historia (Eze_3:16-21).
4.1 Puntos positivos
Un hombre obediente, valiente y fuerte para alcanzar a un pueblo duro y terco (3.8)
4.2 Puntos negativos
Sensible, legalista Ezequiel 4:14
5.0 Relaciones con otros: amigos y asociados
Jeremías profetizó que Babilonia conquistaría a Judá, y los judíos serían prisioneros en Babilonia por setenta años (Jer 29:10). En tres ocasiones Babilonia llevó prisioneros desde Judá. Ezequiel y Daniel eran aproximadamente de la misma edad, pero Daniel fue llevado prisionero cuando tenía más o menos 17 años. Ezequiel probablemente tenía cerca de 25 años cuando Nabucodonosor lo capturó y le llevó a Babilonia. Ya Daniel había estado en Babilonia por nueve años cuando Ezequiel llegó en el 597 a.C. 6.0 Grandes crisis de su vida y su reacción a las crisis Durante su ministerio Dios le dijo que ilustrara sus mensajes con lecciones objetivas dramáticas. Algunos de estos actos fueron: (1) permanecer tendido sobre un costado durante trescientos noventa días en los cuales solo podía comer doscientos veinticinco gramos de comida al día cocinada sobre excremento, (2) rasurarse la cabeza y la barba, y (3) no mostrar tristeza al morir su esposa. Ezequiel obedeció y proclamó fielmente la Palabra de Dios. 7.0 Su muerte Ezequiel escribe de la muerte de su esposa en el exilio (Eze_24:18), pero el libro no menciona la muerte de Ezequiel, la cual la tradición rabínica sugiere que ocurrió en las manos de un príncipe israelita cuya idolatría él reprendió alrededor del 560 a.C.