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Causas más profundas, de carácter filosófico, motivaron también este giro en las inquietudes
filosóficas. La reacción hacia el humanismo está asociado con la aparición de una nueva clase, los
sofistas. Se dice a menudo que no fueron una escuela filosófica, sino más bien una profesión. Eran
maestros ambulantes que hicieron su modo de vivir del anhelo que empezaron a sentir los hombres
de ser dirigidos y orientados en los asuntos prácticos, anhelo que nació en aquel tiempo de dichas
oportunidades crecientes de participación política activa, de la insatisfacción creciente respecto a las
doctrinas de los filósofos naturales, y por último del creciente escepticismo acerca de la validez de
la enseñanza religiosa tradicional, con sus representaciones de los dioses toscamente
antropomórficas.
Dos modelos de paideia
Dado el sistema de participación democrática de Atenas, todo ciudadano adulto griego iba al
“Parlamento” al menos una vez en su vida. Por lo tanto, la educación que tuviera un ciudadano era
muy importante para la deriva política que fuera a producirse en ese momento. La educación era
esencial ya que el ciudadano la iba a emplear más tarde o más temprano en las instituciones. Por
este motivo cobra mucha importancia la “Paideia” (educación). Podemos hablar de dos dos
“paideia”, la sofistica y la filosófica-socrática.
Protágoras: dice que las cosas dependen de cómo el hombre las interprete y eso es relativo. Los
hombres además varían sus interpretaciones, lo que un día te puede parecer bien al día siguiente te
puede parecer mal, todo es relativo, depende de la persona y del contexto. (Ejemplo: una música
estridente en una discoteca te puede gustar y sin embargo te la pone un vecino al día siguiente que
te pilla durmiendo y te puede parecer un horror).
“El hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en tanto que son y de las que no son en
tanto que no son” (Relativismo).
Protágoras con esta frase está retando a los filósofos, diciendo que no existe un ser y un no ser, sino
que el camino de las dobles cabezas es el adecuado porque se pueden tener diferentes opiniones de
una misma cosa, que todo es relativo y que depende del contexto y del hombre. El hombre es el que
pone la medida de las cosas. Además ésto tiene implicaciones en la política: si todo es relativo,
también lo es la justicia y el bien.
Gorgias: orienta su sofistica, su manera de enseñar a través de la “Psicagogé” (psica= alma, goge=
conducción, cómo se orienta tu alma hacia una cosa determinada). Gorgias dice que a los alumnos
hay que enseñarles la retórica psicagógica, que consigue que las almas se conduzcan hacia sus
intereses. La forma de conseguir conducir al auditorio a tu manera de pensar es a través del
discurso. Gorgias dice que lo más importante es ordenar correctamente tu discurso.
Gorgias propone un silogismo para definir su pensamiento: “Nada es, si algo fuera sería
inconcebible, si fuera concebible sería incomunicable”( Escepticismo) . Lo que quiere decir es que
ninguna cosa cumple las condiciones del ser de Parménides, si fuera verdad el ser humano no lo
podría entender y si alguien lo consiguiera entender, sería incapaz de transmitirlo a otra persona.
Esto es como una burla al ser de Parménides, diciendo que es una invención.
Fórmulas socráticas: “Sólo sé que no sé nada”: si uno quiere aprender sobre algo, primero tiene
que aceptar que no lo sabe. “Conócete a ti mismo” (precepto délfico): tenemos que conocernos a
nosotros mismos porque si no es difícil conocer lo que te rodea; mirar en nuestro interior porque ahí
residen nuestros conocimientos sobre el mundo.
Siguiendo estas dos ideas intenta enseñar a sus alumnos.
Finalmente a Sócrates le acusan de corrupción de jóvenes y de impiedad (asebeia). En el juicio,
Sócrates se burla del tribunal y le condenan a muerte (le hacen beber cicuta veneno); aunque sus
discípulos le preparan una huída, él decide acatar la sentencia para ser coherente con su
pensamiento: si conoces la ley, que indica lo que es lícito, no puedes actuar como si la ignoraras.
Por esto se dice que Sócrates es el padre del “intelectualismo moral”: hay que definir el bien y el
mal para poder llevarlo a cabo porque solo hay un bien y un mal. Aquél que actúa mal lo hace por
simple ignorancia.
Conclusión
Los cambios históricos y culturales de la Atenas en el S. V a.C hacen girar las inquietudes de los
pensadores de la época hacia cuestiones más vinculadas con la vida humana (ética y política) y
menos con la especulación metafísica. De aquí surgen principlamente dos corrientes: la sofística,
que apuesta por el relativismo, el subjetivismo y el escepticismo, y la de Sócrates, que considera
que la verdad es una y universal y se puede llegar a conocer con el adecuado uso de la razón. Esto
tiene implicaciones importantes no solo en el campo de la epistemología, sino también en el de la
ética y la política fundamentalmente: ¿es la justicia universal?, ¿es una invención humana y
convencional?, ¿qué es el bien?, ¿se puede establecer una definición objetiva del mismo?.
Platón tratará de dar respuesta a todos estos interrogantes contruyendo lo que podemos dar en
llamar el primer sistema filosófico.