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El debate ético-político entre Sócrates y los sofistas

La reacción contra la especulación física


Nos encontramos en la segunda mitad del S. V a. C. Sócrates está a la mitad de su vida y
Platón ya ha nacido. Es el tiempo en que se produce una reacción contra la especulación física
propia de los presocráticos y los filósofos comienzan a dirigir su pensamiento hacia la vida
humana (giro antropológico). No es difícil de encontrar la razón de este cambio. Fue una rebelión
del sentido común contra la lejanía e incomprensibilidad del mundo tal como los físicos lo
presentaban. El hombre corriente se hallaba ante el dilema de creer, con Parménides, que todo
movimiento era ilusión y la realidad un todo inmóvil, o de "salvar los fenómenos" aceptando como
realidades únicas los átomos y el vacío. Ninguna de las dos teorías era satisfactoria ni
particularmente creíble. De todos modos, si estaban en lo cierto los físicos, la naturaleza del mundo
real resultaba de muy poca importancia para el hombre, que tenía que tratar todos los días con un
mundo completamente distinto.

Si la investigación científica exige, como señalaba Aristóteles, un mínimo de sosiego y


de circunstancias materiales propicias, Atenas no era ya un lugar en que esto fuera fácil, sino
más bien al contrario, una ciudad en que los problemas de la vida y la conductas humanas
eran cada día más apremiantes. Además, Atenas era una democracia, una democracia lo bastante
pequeña para garantizar la participación de todos los ciudadanos en la vida política (la cual no
consistía simplemente en votar a un representante cada cierto número de años). Algunos cargos se
proveían por sorteo, y todos los ciudadanos veían que tenían muchas posibilidades de representar un
papel activo en la dirección de los negocios de Estado. Esto aumentaba la ambición de saber más
acerca de los principios que sirven de fundamento a la vida política y de las artes que garantizan el
éxito en estas actividades.

Causas más profundas, de carácter filosófico, motivaron también este giro en las inquietudes
filosóficas. La reacción hacia el humanismo está asociado con la aparición de una nueva clase, los
sofistas. Se dice a menudo que no fueron una escuela filosófica, sino más bien una profesión. Eran
maestros ambulantes que hicieron su modo de vivir del anhelo que empezaron a sentir los hombres
de ser dirigidos y orientados en los asuntos prácticos, anhelo que nació en aquel tiempo de dichas
oportunidades crecientes de participación política activa, de la insatisfacción creciente respecto a las
doctrinas de los filósofos naturales, y por último del creciente escepticismo acerca de la validez de
la enseñanza religiosa tradicional, con sus representaciones de los dioses toscamente
antropomórficas.
Dos modelos de paideia
Dado el sistema de participación democrática de Atenas, todo ciudadano adulto griego iba al
“Parlamento” al menos una vez en su vida. Por lo tanto, la educación que tuviera un ciudadano era
muy importante para la deriva política que fuera a producirse en ese momento. La educación era
esencial ya que el ciudadano la iba a emplear más tarde o más temprano en las instituciones. Por
este motivo cobra mucha importancia la “Paideia” (educación). Podemos hablar de dos dos
“paideia”, la sofistica y la filosófica-socrática.

Similitudes entre los dos tipos de educación:


- Se trata de una educación masculina.
- Se basan en la racionalidad, es decir, tanto filósofos como sofistas creen que merece la pena la
educación porque el ser humano es un ser racional, puede aprender.
- Kalokagathia (kalos kai agathos = lo bueno y lo bello), significa la mayor virtud que pueda
alcanzar un ciudadano, en la actualidad se traduciría como “hombres de bien”. Tanto filósofos como
sofistas querían que sus alumnos fueran hombres de bien. Aunque cada escuela entendía la
kalokagathia de forma diferente: mientras para el sofista un hombre de bien es aquel que sabe dar
una opinión racional y es capaz ante un auditorio, con sus artes de persuasión, de convencer a los
demás de que su opinión es la más correcta; para un filósofo, un hombre de bien es aquel que busca
la verdad y es capaz de analizar todo para conseguir esa verdad.

Diferencias entre los dos tipos de educación:


SOFISTAS FILÓSOFOS
Cobraban No cobraban
Eran metecos Eran ciudadanos de pleno
derecho
Utilizaban como Desprecian la persuasión y
elemento principal la utilizan la razón epistémica
persuasión (científica) como
instrumento
Son relativistas (saben Son absolutistas (cuando
que la opinión es hallan la verdad es
relativa, que depende absoluta)
del contexto)
Consideran que la areté Areté natural: la virtud no
(virtud) es adquirida se adquiere, es innata
Practican el arte de la Se basan en la lógica
retórica
Escuela Sofista: Protágoras y Gorgias

Protágoras: dice que las cosas dependen de cómo el hombre las interprete y eso es relativo. Los
hombres además varían sus interpretaciones, lo que un día te puede parecer bien al día siguiente te
puede parecer mal, todo es relativo, depende de la persona y del contexto. (Ejemplo: una música
estridente en una discoteca te puede gustar y sin embargo te la pone un vecino al día siguiente que
te pilla durmiendo y te puede parecer un horror).
“El hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en tanto que son y de las que no son en
tanto que no son” (Relativismo).
Protágoras con esta frase está retando a los filósofos, diciendo que no existe un ser y un no ser, sino
que el camino de las dobles cabezas es el adecuado porque se pueden tener diferentes opiniones de
una misma cosa, que todo es relativo y que depende del contexto y del hombre. El hombre es el que
pone la medida de las cosas. Además ésto tiene implicaciones en la política: si todo es relativo,
también lo es la justicia y el bien.

Gorgias: orienta su sofistica, su manera de enseñar a través de la “Psicagogé” (psica= alma, goge=
conducción, cómo se orienta tu alma hacia una cosa determinada). Gorgias dice que a los alumnos
hay que enseñarles la retórica psicagógica, que consigue que las almas se conduzcan hacia sus
intereses. La forma de conseguir conducir al auditorio a tu manera de pensar es a través del
discurso. Gorgias dice que lo más importante es ordenar correctamente tu discurso.

Gorgias propone un silogismo para definir su pensamiento: “Nada es, si algo fuera sería
inconcebible, si fuera concebible sería incomunicable”( Escepticismo) . Lo que quiere decir es que
ninguna cosa cumple las condiciones del ser de Parménides, si fuera verdad el ser humano no lo
podría entender y si alguien lo consiguiera entender, sería incapaz de transmitirlo a otra persona.
Esto es como una burla al ser de Parménides, diciendo que es una invención.

Escuela Filosófica: Sócrates


Sócrates: es ágrafo (no se conserva ningún escrito de él) Daba clases orales, en aquella época los
filósofos eran considerados extravagantes, al contrario que los sofistas. Busca la definición de las
cosas (conceptos) utilizando el método mayéutico: hace lo mismo que su madre, que era
comadrona, pero en lugar de niños ayuda a dar a luz las ideas que tenemos dentro. Formula
preguntas guiadas que son respondidas por el alumno poco a poco hasta tener la definición y darse
cuenta de que sabía la respuesta pero no sabía exponerla, sacando el concepto que tenía en su
interior. Para los sofistas cada uno tiene un modo de ver las cosas. Sócrates y los filósofos intentan
hacer una definición de una cosa y esa definición una vez aceptada valdrá para todos, será única.

Fórmulas socráticas: “Sólo sé que no sé nada”: si uno quiere aprender sobre algo, primero tiene
que aceptar que no lo sabe. “Conócete a ti mismo” (precepto délfico): tenemos que conocernos a
nosotros mismos porque si no es difícil conocer lo que te rodea; mirar en nuestro interior porque ahí
residen nuestros conocimientos sobre el mundo.
Siguiendo estas dos ideas intenta enseñar a sus alumnos.
Finalmente a Sócrates le acusan de corrupción de jóvenes y de impiedad (asebeia). En el juicio,
Sócrates se burla del tribunal y le condenan a muerte (le hacen beber cicuta veneno); aunque sus
discípulos le preparan una huída, él decide acatar la sentencia para ser coherente con su
pensamiento: si conoces la ley, que indica lo que es lícito, no puedes actuar como si la ignoraras.
Por esto se dice que Sócrates es el padre del “intelectualismo moral”: hay que definir el bien y el
mal para poder llevarlo a cabo porque solo hay un bien y un mal. Aquél que actúa mal lo hace por
simple ignorancia.
Conclusión

Los cambios históricos y culturales de la Atenas en el S. V a.C hacen girar las inquietudes de los
pensadores de la época hacia cuestiones más vinculadas con la vida humana (ética y política) y
menos con la especulación metafísica. De aquí surgen principlamente dos corrientes: la sofística,
que apuesta por el relativismo, el subjetivismo y el escepticismo, y la de Sócrates, que considera
que la verdad es una y universal y se puede llegar a conocer con el adecuado uso de la razón. Esto
tiene implicaciones importantes no solo en el campo de la epistemología, sino también en el de la
ética y la política fundamentalmente: ¿es la justicia universal?, ¿es una invención humana y
convencional?, ¿qué es el bien?, ¿se puede establecer una definición objetiva del mismo?.

Platón tratará de dar respuesta a todos estos interrogantes contruyendo lo que podemos dar en
llamar el primer sistema filosófico.

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