El cráneo es la estructura de huesos que se encarga de
cubrir y proteger el encéfalo (el conjunto de varios órganos y estructuras que se incluyen en el sistema nervioso, como el cerebro, el cerebelo y el bulbo raquídeo).
Ocho huesos forman la caja del cráneo, cuyo espesor
varía de acuerdo a la persona; sus nombres son los siguientes: occipital, frontal, etmoides, esfenoides, dos parietales y dos temporales. Es importante resaltar que en algunos casos se registra también la existencia de huesos suturales. Existen varias denominaciones que son equivalentes o similares a la noción de cráneo. El cráneo también suele nombrarse como esqueleto de la cabeza, cabeza ósea o calavera, de acuerdo al contexto. La función del cráneo es muy importante ya que brinda protección al cerebro, un órgano muy sensible que es imprescindible para la vida. Lo que hace el cráneo es proteger el cerebro de golpes y otros daños, aunque la caja ósea también puede resultar afectada por un traumatismo. Un traumatismo de cráneo, de hecho, se produce por un fuerte golpe en la región craneal que provoca problemas neurológicos. Se trata de una lesión física que genera hemorragias o contusiones en ciertas regiones del tallo encefálico, el cerebelo o el cerebro. La pérdida de conciencia o de memoria, problemas de equilibrio, dificultades en el habla y disminución de la capacidad visual son algunos síntomas de un traumatismo de cráneo. Para evitar estos trastornos, es importante proteger el cráneo con un casco cuando se realizan ciertas actividades de riesgo (como el trabajo en una obra en construcción, en el que es posible ser golpeado en la cabeza por rocas o escombros).
El cráneo es el esqueleto de la cabeza y diversos huesos constituyen
sus dos partes: el neurocráneo y viscerocráneo. El neurocráneo es la caja ósea del encéfalo y sus cubiertas membranosas. En un adulto, está formado por una serie de ocho huesos: cuatro impares centrados en la línea media (frontal, etmoides, esfenoides y occipital) y dos series de pares bilaterales (temporal y parietal). Los huesos del denominado neurocráneo en conjunto conforman otras dos estructuras anatómicas: Los huesos frontal, parietales y occipital suelen conformar una estructura de techo parecido a una cúpula, denominada calvaria o bóveda craneal, mientras que el hueso esfenoides y temporales forman parte de la base del cráneo. El esplacnocráneo o viscerocráneo, también llamado esqueleto facial, constituye la parte anterior del cráneo y se compone de los huesos que rodean la boca (maxilares y mandíbula), la nariz/cavidad nasal y la mayor parte de las cavidades orbitarias. Este consta de 14 huesos irregulares: dos huesos impares centrados (mandíbula y vómer) y seis huesos pares bilaterales (maxilar, cornete nasal inferior, cigomático, palatino, nasal y lagrimal). Los maxilares y la mandíbula albergan los dientes, o de otra forma dicho, proporcionan las cavidades y el hueso de sostén para los dientes maxilares y mandibulares. Los maxilares forman la mayor parte del esqueleto facial superior, fijado a la base del cráneo. La mandíbula forma el esqueleto facial inferior, siendo este de carácter móvil al articularse con la base del cráneo en las articulaciones temporomandibulares. La columna vertebral, espina dorsal o el raquis es una compleja estructura osteofibrocartilaginosa articulada y resistente, en forma de tallo longitudinal, que constituye la porción posterior e inferior del esqueleto axial. La columna vertebral es un conjunto de huesos1 situados (en su mayor extensión) en la parte media y posterior del tronco, y va desde la cabeza (a la cual sostiene), pasando por el cuello y la espalda, hasta la pelvis a la cual le da soporte. La columna vertebral consta de cinco regiones, contando con 33 vértebras durante la niñez y 26 en la adultez (debido a que las vertebras de la región sacro-coxial y el coxis se unen formando un hueso cada uno), dividiéndose en:
región cervical (7 vértebras, C1-C7)
región dorsal o torácica (12 vértebras, T1-T12) región lumbar (5 vértebras, L1-L5) región sacro-coxial (5 vértebras, S1-S5) coxis (4 vértebras) Cada región tiene una serie de características propias, las cuales se van superponiendo en aquellas vértebras cercanas a la otra zona (como por ejemplo C7, T12 o L5).
Existen siete huesos cervicales, con ocho nervios espinales, en general
son pequeños y delicados. Sus procesos espinosos son cortos (con excepción de C2 y C7, los cuales tienen procesos espinosos incluso palpables). Nombrados de cefálico a caudal de C1 a C7, Atlas (C1) y Axis (C2), son las vértebras que le permiten la movilidad del cuello. En la mayoría de las situaciones, es la articulación atlanto-occipital que le permite a la cabeza moverse de arriba abajo, mientras que la unión atlantoaxidoidea le permite al cuello moverse y girar de izquierda a derecha. En el axis se encuentra el primer disco intervertebral de la columna espinal. Todos los mamíferos salvo los manatíes y los perezosos tienen siete vértebras cervicales, sin importar la longitud del cuello. Las vértebras cervicales poseen el foramen transverso por donde transcurren las arterias vertebrales que llegan hasta el foramen magno para finalizar en el polígono de Willis. Estos forámenes son los más pequeños, mientras que el foramen vertebral tiene forma triangular. Los procesos espinosos son cortos y con frecuencia están bifurcados (salvo el proceso C7, en donde se ve claramente un fenómeno de transición, asemejándose más a una vértebra torácica que a una vértebra cervical prototipo).