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AUTORES:
-Dra. Odalys Ricardo Santiesteban. Especialista Primer Grado Medicina General Integral.
Residente Anatomía Humana. Profesor Asistente.
-Dra. Leticia María Turtos Díaz. Especialista Primer Grado Medicina General Integral.
Residente de Fisiología normal y patológica. Profesor Asistente.
-Dra. Zulma Ribas García. Especialista Segundo Grado Medicina General Integral.
Residente Anatomía Humana. Profesor Asistente.
-Dra. Sonia Navarro Arrieta. Especialista Primer Grado Medicina General Integral.
Residente Bioquímica. Profesor Asistente.
-Dra. Liane Santiago Pino. Especialista Primer Grado Medicina General Integral y
Anatomía Humana. Profesor Auxiliar
RESUMEN:
ABSTRACT:
The hepatic illness for deposit of fat acquires every time a bigger importance as
entity and, at the same time, as factor of isolated risk or associated to the
metabolic syndrome. With the objective of upgrading some aspects related with
this hepathopaty, such as the behavior of the indicative biométricos and
biochemical existent for their diagnosis, the present bibliographical revision was
made. They were used as sources gastroenterología articles and of other
specialties that are about the available topic in electronic databases. The
evidences showed it is the most frequent cause, at global level, of chronic
alterations in the tests of hepatic function in asymptomatic individuals. It exists
great variety of biochemical indicators and antropometry that constitute new
parameters in the identification of patient of high risk, of the studies for images
the sonographic the most used one, although the Resonance evidences bigger
specificity.
Words key: hepatic steatosis, biochemical indicators, anthropometry
INTRODUCCIÓN:
Considerada como una de las epidemias clínicas del siglo XXI debido al consumo
generalizado de una dieta excesivamente calórica, el hígado graso se produce por la
acumulación de ácidos grasos y triglicéridos en las células hepáticas. Su origen es
desconocido, aunque suele ir asociado a la obesidad, la diabetes y la hiperlipidemia, y
cuando esta infiltración grasa se complica, el hígado se inflama y aparece la
esteatohepatitis, una enfermedad que debe ser tratada precozmente porque puede
desembocar en cirrosis o cáncer.1
Sin embargo, a partir de 1994 esa percepción cambió con la publicación de un estudio el
cual arrojó como resultado que, después de la hepatitis por virus C, EHNA era el
diagnóstico más común en pacientes con pruebas funcionales hepáticas
persistentemente alteradas. Comenzó a quedar claro entonces que la EHNA tenía igual
distribución por sexo y que no todos los pacientes eran obesos ni diabéticos. Es más
frecuente en hombres que en mujeres, afectando más a la población latina que a la
caucásica, al igual que se incrementa a medida que aumenta la edad.
Se reporta que EHNA está presente en 18,5 % de los sujetos obesos (en comparación
con 2,7 % de sujetos magros) y en 50 % de personas diabéticas y severamente obesas. 4
Entre las personas no obesas ni diabéticas, se plantea que los factores de riesgo para
EHNA son: niveles de glicemia en ayunas elevados, hipertrigliceridemia, hiperuricemia,
hipertensión, bajos niveles de lipoproteínas de baja densidad y obesidad central, esta
última presente en un elevado porciento de población para los cuales pasa inadvertida. 5
Por su parte en Europa se estima que 9 millones de españoles padecen hígado graso y
en torno a 1.1 millones de ellos desarrollarán EHGNA. Estos datos de prevalencia e
incidencia son aproximados debido a que la enfermedad no produce síntomas y el
diagnóstico preciso solo se puede realizar tras una biopsia hepática.6
En Latinoamérica las cifras son más bajas posiblemente por diferentes condiciones. En
Cuba, mediante muestras de biopsia hepática se ha confirmado 36 % de HGNA en
pacientes obesos.8
Sin embargo, según el Anuario Estadístico de Salud, desde hace varias décadas, la
cirrosis y otras enfermedades crónicas del hígado se encuentran entre las diez primeras
causas de defunciones en nuestro país; el 2018 cerró con una tasa de mortalidad de 15,5
por 100 000 habitantes. El número de defunciones se incrementa de manera sostenida
de 988 en el año 2000 hasta 1738 en el 2018; en todos los años se observa mayor
mortalidad en el sexo masculino, Holguín es la segunda provincia con mayor número de
defunciones por esta causa, cerrando el pasado año con 161 defunciones. 9
Considerada hasta hace poco como una hepatopatía relativamente benigna y poco
frecuente, hoy se sabe que es una enfermedad potencialmente grave y prevalente.
OBJETIVO
Normalmente el hígado tiene 5 gr de grasa por cada 100 gr de peso, con una mayor
abundancia de los fosfolípidos, que llegan a constituir aproximadamente hasta 50 % del
contenido total; en menos proporción, es decir, en 7 %, se hallan los triglicéridos y el
colesterol no esterificado.
Reconocen también los estudios de Diehl que, en otra teoría, plantea la existencia de un
tercer impacto o fibrogénesis, a punto de partida de la activación y perpetuación de las
células estrelladas hepáticas que conduciría a la cirrosis hepática. Una potencial y
eventual carcinogénesis conformaría el cuarto impacto que desembocaría en un
carcinoma hepatocelular.14
La característica fundamental fisiopatológica de la hepatopatía grasa no alcohólica es la
resistencia a la insulina y a la vez es el principal vínculo de aquella con el síndrome
metabólico, definido, en líneas generales, por la presencia de obesidad visceral o
abdominal, hipertensión arterial, resistencia a la insulina o Diabetes y dislipidemia
La ecografía constituye el estudio imagenológico más utilizado por su bajo costo, así
como por su elevada sensibilidad y especificidad para la detección de esteatosis
moderada a grave.18
El hígado sin esteatosis muestra una ecoestuctura homogénea similar a la corteza renal
y al parénquima esplénico. El hígado graso tiene una ecogenicidad mayor (más brillante)
que la corteza renal y el bazo debido a la acumulación intracelular de vacuolas grasas.
En la EHGNA también puede observarse hepatomegalia y alteraciones en las estructuras
vasculares. Los grados de esteatosis ecográfica se definen cualitativamente con una
escala de 4 puntos: grado 0, sin esteatosis; grado 1, leve; grado 2, moderada y grado 3,
severa.20
La ecografía es útil para diagnosticar esteatosis de grados 2 y 3, pero es menos efectiva
para grado 1. Por otra parte, no permite distinguir entre fibrosis y esteatosis hepática. La
sensibilidad para detectar esteatosis es del 93% cuando el hígado tiene más de 33% de
grasa; diferentes estudios mostraron una especificidad entre 84-95%.19-20
Sin embargo, al ser un procedimiento invasivo y con cierto riesgo, su utilización no puede
plantearse como estudio de tamizaje ni de seguimiento, de ahí que se plantea que la
prevalencia de EHNA está probablemente subestimada y hace absolutamente inviable la
práctica de una biopsia hepática, por este motivo en los últimos años se evalúan múltiples
marcadores clínicos, antropométricos y bioquímicos útiles en el diagnóstico de EHNA
con o sin fibrosis asociada.
El Índice de Masa Corporal (IMC) suele ser el más utilizado para la evaluación nutricional,
sin embargo, en estudios recientes es criticado porque no permite distinguir entre masa
magra y masa grasa, además tampoco determina la distribución de la adiposidad. Esto
es importante porque la grasa abdominal, o sea, la que se ubica en la zona superior del
cuerpo, está relacionada con los factores de riesgo de enfermedades como la
Hipertensión arterial, Diabetes y Dislipidemia.
Estudios muestran evidencias que aún cuando el IMC del individuo no supere el valor
considerado como normal, el almacenamiento excesivo de grasa alrededor de la cintura
expone un riesgo significativo para la salud, incluso hasta en aquellas personas que no
son consideradas obesas.31
Aun cuando el IMC del individuo no supere el valor considerado normal, dicho estudio
brinda evidencias tangibles que demuestran que el almacenamiento excesivo de grasa
alrededor de la cintura supone un riesgo significativo para la salud, hasta en aquellas
personas que no son consideradas obesas o con sobrepeso.31-33
CONCLUSIONES
Estos datos nos hacen prever que la carga asistencial asociada a las patologías
hepáticas irá en aumento durante los próximos años, lo que convierte a el hígado graso
no alcohólico en un problema sanitario importante, y que constituye actualmente un
problema de salud como entidad individual.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.