DESPOTISMO A AVENTURARSE POR EL PROCELOSO MAR DE LA LIBERTAD
Empieza a avizorarse un nuevo horizonte, a romperse las cadenas de la
opresión y tiranía, que se consolidaría con la independencia y libertad del 9 de octubre de 1820, hombres, mujeres y niños, con la dulce compañía de esos primeros albores de la mañana recorren las calles al grito de ¡Viva la Libertad!
Se enarbola en todos los balcones de la ciudad un precioso pabellón de
armoniosa concepción; cinco franjas horizontales: tres azules y dos blancas; en el centro azul, tres estrellas que representaban a los tres departamentos del ecuador, en que se hallaba dividido en ese entonces.
La primera fundación de Guayaquil se realizó a orillas del río Babahoyo y
la realizó Sebastián de Benalcázar el 25 de julio de 1535; que más tarde fue destruida por los Huancavilcas. La segunda fundación se hizo en 1536, por el Capitán Francisco de Zaerá el 25 de julio de 1538, Francisco de Orellana, refundó la ciudad en el Cerro Verde. En 1547, el Rey de España concedió a la ciudad el Escudo de Armas y la denominó: “Noble y Leal”.
“El Acto de independencia se produjo al amanecer del nueve de octubre
de 1820. el Teniente Coronel Escobedo sublevó a su Batallón peruano Granaderos de la Reserva; los dos oficiales dados de baja; Letamendi y Febres Cordero se tomaron los otros cuarteles. Guayaquil tenía 1500 hombres. Asumió actitud brillante otro venezolano, Luis Urdaneta, quien mató con su pistola al Comandante de la Caballería Joaquín Magullar. El Gobernador de la Plaza Vivero, el Jefe de las Lanchas cañoneras Villalba, fueron apresados. La acción bien calculada, alcanzó cabal culminación.
Todo esto se cumplió en la mañana del 9 de octubre, mujeres, hombres y
niños se regocijaron en las calles. El sonar de las campanas unían a la muchedumbre en el Cabildo. A Olmedo se le encargó el Gobierno Civil, a Febres Cordero se le nombró Jefe Supremo de la Provincia, aunque después no aceptó. Inmediatamente se formó la Junta Gubernamental, compuesta por Escobedo y Ximena. Gregorio Escobedo aceptó la Jefatura Militar.
El Movimiento Heroico de Guayaquil fue uno de los más firmes
basamentos para la conquista de la victoria que selló la Independencia y un camino que se abre a la forja de nuevos destinos para el Ecuador.
El patriotismo que se refleja a través de esta fecha histórica, debe ser la
fuente generosa de los más caros ideales que impulsen el progreso de la Patria, y cuando nos alejamos de él en su más noble concepción y en la práctica, nos encontramos al borde el naufragio.
El pueblo de Guayaquil ha dado pruebas incuestionables del progreso,
del triunfo y bienestar; sigamos su ejemplo, y nuevos rumbos se vislumbran en torno a una mejor y nueva Patria.