Вы находитесь на странице: 1из 11

Modelización de la erosión hídrica potencial en cuencas de montaña

Boris G. Diaz

Mg. Sci. Ing. Forestal. Dirección Provincial de Recursos Hídricos (CAP), Santa Cruz, Argentina.
Avellaneda 801 (9400) Río Gallegos, Santa Cruz. E–mail: changoforesto@gmx.net. Tel: (+54) – 2966
– 433147.

Presentado en: VI JORNADAS NACIONALES DE GEOGRAFÍA FÍSICA


Río Gallegos, 19 – 20 – 21 de abril de 2006 UNIDAD ACADEMICA RIO GALLEGOS (UNPA)

RESÚMEN
El riesgo de pérdida de suelos por erosión es uno de los principales condicionantes para el
aprovechamiento de un territorio. Se ensayo el modelo USLE para la estimación preliminar
del riesgo de erosión actual en la Cuenca del Río de las Vueltas, al SurOeste de la provincia
de Santa Cruz. Se ajustaron diversas modelizaciones del terreno y de las características de
la precipitación regional para complementar antecedentes edafológicos, vegetacionales y de
uso del territorio disponibles. La existencia de amplias superficies con elevadas pendientes
asociadas a una densa cobertura vegetal, la predominancia de una morfología que permite
la rápida concentración del agua precipitada, el escaso desarrollo del drenaje y el clima, y la
creciente ocupación y uso sin planificación, entre otros factores, se combinan para
representar un importante riesgo de erosión hídrica. Un 26% de la superficie en la cuenca
presenta niveles bajos de erosión, con valores de hasta 1,0 t/ha/año, mientras que unas
32.109 hectáreas (56%), se encuentra sometida a procesos moderados de erosión, entre
1,0 y 10,0 t/ha/año. En estas áreas, la cobertura vegetal juega actualmente un importante rol
de protección.

PALABRAS CLAVE: USLE – suelos – Patagonia

Potential soil erosion modelling in mountainous watersheds

ABSTRACT
Soil erosion risks represent one of the most important limitations for land development. USLE
model was applied for a preliminary estimation of actual soil erosion risks in Rio de las
Vueltas Watershed (Southwestern Santa Cruz province). Terrain and regional precipitation
models were adjusted to complement soil, vegetation and land use available information.
Important soil erosion risks are mainly influenced by limited drainage, weather, increasing
land occupation and use without appropriate planning, large areas with high slopes and
dense vegetation cover and a topography which rapidly concentrates water flows, between
other factors. About 26 percent of the watershed represent lower erosion risk levels, up to
1,0 t/ha/year. Other 56 percent (about 32.109 hectares), represent moderate erosion risk
levels, between 1,0 y 10,0 t/ha/year. In these areas, vegetation cover plays a fundamental
role in preventing soil losses.

KEYWORDS: USLE – soils – Patagonia


INTRODUCCIÓN
El riesgo de pérdida de suelos por erosión es uno de los principales condicionantes para el
aprovechamiento de un territorio. El fenómeno se caracteriza por un conjunto de factores
que determinan la degradación total o parcial del suelo, de la biomasa existente y, en última
instancia, de la calidad de vida de quienes habitan y aprovechan el territorio (Vich, 1989).
La caracterización y cuantificación de los parámetros involucrados en el ambiente natural
físico puede resultar una tarea compleja y analizable mediante procedimientos diversos. No
obstante esto, es posible ensayar modelizaciones que sirvan como referencia, tanto para la
caracterización y clasificación de las diversas unidades de gestión territorial, como para la
realización de análisis comparativos e incluso el ensayo y ajuste de las propuestas de
manejo más apropiadas (Tragsa et al., 1998). Estas modelizaciones adquieren particular
importancia en zonas de las que se dispone de escasos o nulos registros de los parámetros
físicos de interés.
El modelo paramétrico USLE (Ecuación Universal de Pérdida de Suelos) originalmente
desarrollado para su utilización en pequeños predios agrícolas permite una aproximación al
riesgo erosivo actual o potencial de suelos como una función de las características físicas,
biológicas y de uso a nivel de parcelas (Renard et al., 1997). En décadas recientes se han
multiplicado los ensayos de su utilización a una mayor escala territorial, si bien esto requiere
del establecimiento de supuestos y simplificaciones que deben tenerse presentes durante la
interpretación de los resultados, en especial cuando mediante la simulación se pretende
cubrir la falta de información (Wijesekera & Samarakoon, 2001; Van Remortel et al., 2001).
No obstante la importancia de esta información durante la planificación del manejo en áreas
naturales de Argentina, son escasas las determinaciones de la pérdida actual o potencial de
suelos originada en la erosión hídrica (Vich y Pedrani, 2002). Los esfuerzos tendientes a la
caracterización de los procesos de desertificación en la patagonia argentina han resultado
significativos en los últimos años, lográndose importantes aproximaciones a la distribución
del fenómeno en la región. Sin embargo, los antecedentes relacionados con la cuantificación
de la pérdida de suelos por erosión tanto hídrica como eólica, resultan escasos aún. Es
probable que, no obstante la relevancia de este tipo de investigaciones, la dificultad para la
obtención de información básica y la complejidad de los modelos de cuantificación y
estimación involucrados, resulten una de la principales limitantes para su implementación

MATERIALES Y MÉTODOS
Área de estudio
Se trabajo en la Cuenca Río de las Vueltas (SO de la provincia de Santa Cruz), definida
superficialmente aplicando el criterio de divisoria superficial de aguas, asumiendo una
coincidencia perfecta entre la cuenca vertiente y la cuenca topográfica superficial (Figura 1).

Modelización del terreno


Se generó un modelo digital de terreno (MDT) a partir de información planialtimétrica
regional con datos provenientes del proyecto SRTM3, obtenida con tecnología radar (InSAR)
por NASA (National Aerospace Administration, USA) en febrero de 2000. El MDT se
corroboró mediante la comparación visual con un modelo cartométrico generado a partir de
la digitalización de curvas de nivel en cartografía topográfica del Instituto Geográfico Militar
(Walker & Willgoose, 1999). Se determinó una escala de trabajo de 1:50.000. Con ésta, se
consideró que las imperfecciones y márgenes esperados de error, ocasionados durante la
generación del MDT, propias de este tipo de información, resultan despreciables (Walker &
Willgoose, 1999).
Estimación de la pérdida potencial de suelos por erosión
Se ensayó el modelo paramétrico USLE (Universal Soil Loss Equation) para la estimación
de la erosión hídrica potencial de suelos [1].

[1]
Donde: A representa la pérdida anual de suelo por unidad de superficie (t*año-1*ha-1);
R representa la erosividad de las lluvias (J*mm*m-2*h-1); K representa la erodabilidad
del suelo (t*J-1*mm-1); L es la longitud de la parcela (m); S es el valor de la pendiente;
C representa las prácticas de manejo de la cobertura vegetal; y P representa las
prácticas de conservación.

Se utilizó una grilla de puntos espaciados 250 x 250 m, extraída del MDT según los
procedimientos detallados por Van Remortel et al. (2001) y Mati et al., 2000 para la
aplicación del modelo a escala de cuenca. Cada uno de los puntos representa a una parcela
rectangular de características homogéneas de 6,25 hectáreas. Se descartaron del análisis
las áreas de la cuenca representadas por lechos rocosos de río, cuerpos de agua y por
encima del límite altitudinal del bosque.

Erosividad de la precipitación
La modelización de este factor es una práctica común durante la utilización de la USLE
debido a la dificultad para disponer de la información requerida para el cálculo apropiado
(Vich, 1989; Gabriels, 2000). Entre las diversas aproximaciones al factor, una de las más
utilizadas en forma preliminar por su simplicidad y fuerte correlación con la erosividad de las
lluvias, es el índice modificado de Fournier (Looijen et al., 1998; Gabriels, 2000; Jordan &
Bellifante, 2000; Sheridan y Rosewell, 2003), [2].
Es posible reconocer en la región dos gradientes de precipitación, determinados
fundamentalmente por la posición geográfica y la topografía. Se modelizaron dos gradientes
de precipitación para una mejor aproximación de la distribución teórica de las lluvias dentro
de la cuenca, dado que la información meteorológica disponible consta de series de
registros breves, discontínuos y parciales. Un primer gradiente E–O se ajustó con
información de precipitaciones promedio mensuales y anuales entre el Campo de Hielo Sur
y el extremo E del lago Viedma [3]. Un segundo gradiente altitudinal sencillo se utilizó para
simular el incremento de las precipitaciones con la altura [4].

[2]
Donde: IMF es la erosividad pluvial estimada mediante el Índice Modificado de
Fournier; p es la precipitación media mensual (mm); P es la precipitación total anual
(en mm).

Se estableció un sistema de coordenadas relativas para los puntos de la grilla extraída del
MDT. Cada punto fue representado por un valor x,y,z a partir de dos ejes de referencia. Se
asignó el valor 0 a la sección media del Campo de Hielo Patagónico, definido sobre un eje
latitudinal común a la ubicación de las estaciones meteorológicas sobre las que se dispone
actualmente de información (Fitz Roy, 49°20’LS–72°53’LO y Ea. Punta del Lago, 49°40’LS–
71°53’LO). El gradiente E–O se establece sobre esta referencia [3]. El valor 0 de referencia
para el gradiente altitudinal se representó como el valor medio de todas las cotas a una
distancia dada desde el valor 0, ubicado en el Campo de Hielo Continental [4].

[3]
Donde: PPION es la precipitación anual en un punto determinado de la cuenca (mm);
DIST es la distancia (m) desde la cordillera (punto medio del Campo de Hielo
Patagónico) hacia el E de la región (Estancia Punta del Lago).

[4]
Donde: INCR es el incremento medio de la precipitación con la altura (mm/m); DIST es
la distancia (m) desde la cordillera (punto medio del Campo de Hielo Patagónico) hacia
el E de la región (Estancia Punta del Lago).

Erodabilidad del suelo


Se ensayó la versión simplificada de su cálculo [5], válida para aproximaciones preliminares
(Mintegui y Unzú, 1990), con información obtenida de estudios de suelo realizados en la
región (CAP–CFI, 2002; Villegas et al., 2004), (TABLA 1).

[5]
Donde: K es el factor de erodabilidad del suelo; M es una relación multiplicativa entre
la fracción de partículas comprendidas entre 0,002-0,1 mm de diámetro y la fracción
de arcillas; a es la fracción de materia orgánica presente.

Pendiente
La topografía determina una significativa influencia en el riesgo erosivo. La erosión se
incrementa conforme aumenta el valor de la pendiente del terreno (S) y la longitud para un
declive determinado, entre el origen de un flujo de escorrentía y el punto de deposición de
los materiales acarreados (L), (Renard et al., 1997). Se modelizaron valores para el factor
topográfico L*S a partir de sus ecuaciones características [6, 7] y de parámetros de ajuste
propuestos por Renard et al. (1997), Tragsa et al. (1998) y Mintegui y Unzú (1990). Se
asumió una pendiente uniforme dentro del área de influencia de cada punto de la grilla, así
como la homogeneidad en las características de suelo y vegetación (TABLA 1).

[6]
Donde: L*S es el factor topográfico; λ es la longitud del declive en metros; s el factor
de pendiente; a, b y c son parámetros de ajuste y constantes propuestas para el
modelo, según diversos autores y situaciones de pendiente y longitud del declive. La
variable S adopta la siguiente forma:

[7]
Donde: a y b son parámetros de ajuste del modelo, variables según los rangos de
pendiente a que se apliquen; y α es el ángulo de pendiente.
Prácticas de uso y conservación
El factor C representa en el modelo USLE el efecto de las intervenciones antrópicas en la
tasa de erosión y suele ser el indicador utilizado para la comparación de diferentes
alternativas de manejo y planes de conservación (Renard et al., 1997). Su valor se establece
en relación a una situación de referencia, contemplando las características de la cobertura
vegetal y de los residuos vegetales presentes, de la humedad del suelo y del poder erosivo
de la lluvia y la escorrentía (SanRoque et al., 1983; Vich, 1989; Renard et al., 1997).
Para situaciones de montaña, y en particular en ecosistemas que pueden ser considerados
como relativamente inalterados durante breves lapsos de tiempo (a diferencia de ambientes
sometidos a cultivos rotativos, por ejemplo), la estimación del factor C puede simplificarse
respecto a los terrenos sometidos a prácticas de manejo más intensiva, como los agrícolas
(Mintegui y Unzú, 1990). Se obtuvieron los valores para el factor C a partir de publicaciones
de referencia para diversas situaciones de cobertura vegetal y de residuos, presentados por
Mintegui y Unzú (1990) y Tragsa et al. (1998). La información de terreno se extrajo del
sistema de información geográfico basado en el análisis de imágenes, aerofotografías y un
censo de vegetación realizado en la cuenca (Diaz, 2005). No se consideró en los cálculos el
factor P de prácticas de manejo dado que éste se orienta al impacto de actividades
agrícolas, ausentes en la región, (TABLA 1).

TABLA 1. Rangos de valores aplicados a los distintos factores de la Ecuación Universal de


Pérdida de Suelos (USLE) para la estimación de la erosión potencial anual en la Cuenca Río
de las Vueltas.
FACTOR K
SUELO K mínimo K máximo SUELO K mínimo K máximo
Franco – arenoso 0,02 0,19 Arenoso – franco 0,03 0,09
Franco 0,14 0,57 Arenoso 0,00 0,01
FACTORES LS
PENDIENTE LS mínimo LS máximo PENDIENTE LS mínimo LS máximo
< 10% 0 4,1 30–40 % 21,3 30,2
10–20 % 4,1 12,4 40–50 % 30,2 38,6
20–30 % 12,4 21,3 > 50 % (*) 38,6 56,1
(*) Los valores de pendiente extremos en la cuenca alcanzan al 150%. La USLE fue aplicada en sitios
con existencia de suelo, libre de la cobertura dominante de hielos y rocas. Los valores extremos de
pendiente en estas situaciones alcanzan entre 70–80 %. Los valores de LS tabulados corresponden a
estos valores extremos.
FACTOR C
COBERTURA DOMINANTE C mínimo C máximo
Bosques de Nothofagus maduro con gran cobertura de dosel y de suelo 0,006 0,061
Bosques de Nothofagus con coberturas de dosel y de suelo variable 0,046 0,185
Bosques de Nothofagus abierto con baja cobertura de dosel / de suelo 0,007 0,420
variable
Krummholz y arbustales densos, con cobertura de suelo variable 0,007 0,280
Krummholz y arbustales abiertos, con bajas coberturas de suelo 0,008 0,400
Krummholz y arbustales abiertos, con altas coberturas de suelo 0,003 0,062
Pastizal con baja cobertura del suelo 0,110 0,450
Pastizal con alta cobertura del suelo 0,007 0,066
Pastizal con arbustivas bajas y grados variables de cobertura de suelo 0,007 0,260

RESULTADOS Y DISCUSIÓN
La Cuenca Hidrográfica Río de las Vueltas es una cuenca de montaña, inserta en el paisaje
cordillerano de Patagonia Austral. Ocupa una superficie total de 1.283 km2 sobre las
nacientes del Sistema Hidrográfico del Río Santa Cruz. Este sistema, con una superficie
total aproximada de 58.000 km2 y un módulo de 700 m3/s, es el más importante de la
provincia y uno de los más importantes de Patagonia. Aproximadamente la mitad de su
superficie se halla cubierta por rocas, glaciares y otros hielos permanentes (TABLA 2). Las
formaciones boscosas del género Nothofagus y los pastizales presentan coberturas
aproximadamente similares entre si, ligeramente mayores en el primer ecosistema.
El paisaje cordillerano de la Cuenca Río de las Vueltas es relativamente joven en términos
geológicos. Buena parte de su fisonomía actual procede de eventos tectónicos ocurridos
desde el Paleozóico y hasta el Mioceno, así como de las diversas glaciaciones posteriores
ocurridas durante el Plioceno (Riccardi & Rolleri, 1980; Ercolano, 2000). La relativa juventud
de la cuenca se evidencia en las fuertes pendientes y gradientes altitudinales en buena
parte de su superficie. Su relieve condiciona fuertemente el desarrollo de los suelos los que
se presentan escasamente desarrollados a lo largo de las laderas medias y altas de los
diferentes valles y con un mayor grado de desarrollo en las áreas bajas.
En general los suelos en la región tienden a presentar perfiles escasamente desarrollados,
con texturas gruesas, abundancia de gravas, con contenidos variables de materia orgánica
y, baja retención hídrica (Villegas et al., 2004). No obstante esto, se presentan diferencias a
escala local, fundamentalmente según la pendiente, la altitud, la edad y origen de las
geoformas. Al igual que en el caso de la vegetación, se presentan importantes gradientes
ambientales que condicionan las características y distribución de los tipos de suelos,
fundamentalmente a partir de dos ejes, Norte–Sur y Oeste–Este. Villegas et al. (2004)
describen 4 grupos de suelos dominantes, presentes en la Cuenca Río de las Vueltas, entre
los que se encuentran 7 órdenes: Andisoles, Aridisoles, Entisoles, Espodosoles, Histosoles,
Inceptisoles y Molisoles.

TABLA 2. Coberturas del suelo existentes en la Cuenca Río de las Vueltas.


ÁREA PLANA PROP.
COBERTURA
(km2) AREAL (%)
Glaciares y otros hielos permanentes 212 16,5
Roca 1 473 36,9
1
Cuerpos de agua 20 1,5
Formaciones boscosas 2 330 25,7
Pastizales 2 248 19,4
TOTAL 1.283
1
La superficie total ocupada por el lecho rocoso de ríos y arroyos es
despreciable y ha sido incluída con las coberturas de roca y cuerpos de
agua; 2Zonas de transición, con bosque ralo y pastizales o arbustales
fueron distribuidas en ambas categorías.

Estimación de la erosión hídrica


El modelo USLE utilizado para la estimación de la pérdida anual de suelos a escala de
cuenca presenta una serie de limitantes importantes que deben tenerse presentes durante la
interpretación de sus resultados. No permite la cuantificación de la sedimentación que
ocurre dentro del sistema en que se aplica (SanRoque et al., 1983; Wijesekera y
Samarakoon, 2001). Si bien esta situación no afecta a la estimación del volumen de suelo
removido a escala de parcela (una vez aceptados los supuestos de homogeneidad de las
características físicas y biológicas dentro de ella), esto no implica una pérdida real de suelo
de una superficie mayor bajo estudio ya que en el caso de coexistir procesos de
sedimentación se estarían sobrestimando los volúmenes de suelo desplazados a escala de
cuenca o subcuenca. El modelo tampoco permite la estimación de la erosión concentrada en
flujos u otros movimientos en masa (SanRoque et al., 1983; Wijesekera y Samarakoon,
2001). Estos fenómenos de erosión concentrada se encuentran en forma generalizada en la
Cuenca del Río de las Vueltas (Villegas et al., 2004) y podrían representar grandes
volúmenes de suelo desplazado en tiempos relativamente cortos, aunque poseen una
escasa representación superficial, con lo cual el impacto de la estimación puntual en
parcelas individuales se ve atenuado a escala de cuenca. En este contexto y tomando en
consideración las distorsiones esperadas durante la modelización del terreno mediante la
aplicación de una grilla, los resultados alcanzados durante la aplicación de la USLE a escala
de cuenca son orientativos y obligan a un tratamiento más cualitativo que cuantitativo (Van
Remortel et al., 2001; Wijesekera y Samarakoon, 2001).
No se dispone aún de trabajos que definan las tolerancias para la pérdida anual de suelos
en la región. Su definición es de gran importancia para el desarrollo de planes de manejo
que aseguren la conservación de los suelos (Brooks et al., 1991). La extrapolación de
tolerancias aplicadas en otras regiones no resulta una práctica efectiva dada la gran
variabilidad de las condiciones físicas, biológicas y antrópicas posibles (Pahari et al., 1996).
No obstante ello algunos indicadores generales pueden ser utilizados como referencia
cuando se carece de información local comparativa. Tragsa et al. (1998) propone una
tolerancia teórica en función de la profundidad media de raíces. De acuerdo a ella, para una
profundidad radical aproximada de entre 0,4–0,5 m, como es en el caso predominante del
bosque de Nothofagus (Richter y Frangi, 1992), podría considerarse hasta unos 2,2 t/ha/año
o incluso hasta unas 4,5 t/ha/año para sistemas que profundizaran entre 0,5–1,0 m.
Ferro et al. (1998) citan para la cuenca del río Percey, en valles cordilleranos de la provincia
de Chubut con una cobertura vegetal dominante de Nothofagus y sometida a uso ganadero
intensivo, valores de erosión de hasta 17 t/ha/año, con un riesgo potencial de hasta 37
t/ha/año en simulaciones realizadas con remoción parcial del dosel arbóreo. Irurtia et al.
(1986) establece una escala de tolerancias más amplia trabajando en la Cuenca del Plata,
en la que valores de pérdida de suelos por debajo de 60 t/ha/año son considerados bajos en
ambientes tropicales y subtropicales. Mendía y Ferrer (1984) juzgan como nula o ligera
niveles de erosión de hasta 10 t/ha/año y moderada para los valores entre 10 y 50
t/ha/año en cuencas de la provincia de Neuquén, en la que incluso se observaron valores
extremos de entre 200–400 t/ha/año en grandes superficies. Rostagno et al. (2002)
mencionan valores de hasta 114 t/ha en áreas incendiadas y expuestas a la erosión eólica,
en el NE de Chubut.

TABLA 3. Distribución de la erosión actual modelizada en la Cuenca del Río de las Vueltas.
PÉRDIDA DE SUELO SUPERFICIE REPRES. LAMINA DE SUELO
(t/ha/año) (hectáreas) %1 EQUIVALENTE (mm) 2
0 - 0,09 12.479 21,6 0,005
0,1 – 0,49 107 0,2 0,025
0,5 – 0,99 2.566 4,4 0,05
1,0 – 4,99 21.684 37,5 0,25
5,0 – 9,99 10.425 18,0 0,5
10,0 – 49,99 9.052 15,7 2,5
50,0 – 99,99 755 1,4 5
> 100,0 751 1,2 -
1
Representatividad sobre la superficie total cubierta con vegeteación, en la cuenca; 2 Según
una densidad media teórica de 2 t/m3 (Mintegui y Unzú, 1990).

La existencia de amplias superficies con elevadas pendientes asociadas a una densa


cobertura vegetal, la predominancia de una morfología que permite la rápida concentración
del agua precipitada, el escaso desarrollo del drenaje y el clima, entre otros factores, se
combinan para representar un importante riesgo de erosión hídrica en la Cuenca del Río de
las Vueltas (Diaz, 2005). Aproximadamente un 26% de la superficie con algún tipo de
cobertura vegetal en la cuenca presenta niveles bajos de erosión, con valores de hasta 1,0
t/ha/año (TABLA 3). La mayor superficie de la cuenca, unas 32.109 hectáreas (56%), se
encuentra sometida a procesos moderados de erosión, entre 1,0 y 10,0 t/ha/año. La
distribución espacial de los niveles potenciales de erosión obtenidos mediante modelización
de la USLE no permite identificar patrones puntuales dentro de la cuenca, presentándose en
general un mosaico de situaciones resultantes de todas las combinaciones posibles de
cobertura vegetal, pendientes y gradientes de precipitaciones simuladas (FIGURA 1). Los
valores más elevados de erosión, por encima de las 10 t/ha/año, se presentan en dos zonas
netamente diferenciadas, al O de la zona central de la cuenca y sobre su porción final. Estas
superficies representan un 18% de la superficie total con cubiertas vegetales de la cuenca.

CONCLUSIONES

El ensayo del modelo USLE para la estimación de las pérdidas actuales o potenciales de
suelo por erosión, a partir de la existencia de relaciones útiles entre parámetros físicos y
biológicos, permiten realizar aproximaciones preliminares al estado de conservación y riesgo
potencial de diferentes suelos sometidos a condiciones diversas de uso e intensidad. Esto
es particularmente importante en regiones como el Oeste de la provincia de Santa Cruz,
actualmente sometida a una presión creciente de ocupación y uso, en las que prácticamente
se carece de información de base orientada al manejo de los recursos naturales. Estas
aproximaciones no reemplazan la necesidad de ensayos específicos de campo para el
ajuste de los riesgos o pérdidas reales de erosión, sin embargo permiten orientar pautas
generales e iniciales de manejo en un contexto regional de acelerada ocupación y uso del
territorio usualmente, sin control.

Se presenta un mosaico de situaciones de riesgo actual de erosión en la Cuenca del Río de


las Vueltas, aunque mayormente dentro de niveles tolerables, con valores inferiores a 10
t/ha/año. Los sitios con riesgos mayores se concentran principalmente en la zona Central–
Oeste del valle, en donde coinciden una serie de factores que condicionan una rápida
concentración de las precipitaciones. En el modelo paramétrico aplicado, las variaciones
posibles del riesgo erosivo son significativas para las diferentes coberturas del dosel
arbóreo, principalmente como consecuencia de posibles intervenciones, por lo que se
evidencia en estas áreas la necesidad de priorizar la conservación, como parte de
eventuales planes de manejo u ordenación del territorio.

BIBLIOGRAFIA

BROOKS K.N., FFOLLIOTT P.F., GREGERSEN H.M. & THAMES J.L. 1991. Hydrology and
the management of watersheds. Iowa State University Press, Iowa (USA). 392p.
CAP-CFI. 2002. Determinación de tierras con aptitud forestal en áreas piloto de la Provincia
de Santa Cruz. Tomo II, 162p.
DIAZ B. 2005. Uso múltiple de recursos naturales renovables en la Cuenca Río de las
Vueltas, provincia de Santa Cruz. Tesis de Mg.Sci. Manejo de Cuencas Hidrográficas
(UNLP). Inédita. 195p.
ERCOLANO B. 2000. Las rocas y su historia geológica en el extremo meridional de
Patagonia. En: El gran libro de Santa Cruz. Ed. Milenio - Centro Literario Alfa. Tomo I,
Cap.II: El Ambiente Natural: 65-87.
FERRO L., VALENZUELA F., IRISARRI J. & BUDUBA C. 1998. Áreas con riesgo de erosión
en la cuenca del río Percey, provincia del Chubut, Patagonia Argentina. I°Simposio
Latino Sobre Geología, Medio Ambiente y Sociedad. Ajuntament de Camarasa,
España.
GABRIELS D. 2000. Rainfall erosivity in Europe. III°Int. Cong. European Society for Soil
Conservation, 28 March – 1 April, Valencia, España.
IRURTIA C.B., MUSTO J.C. & CULOT P. 1986. Características y delimitación cartográfica
de factores generadores de procesos erosivos en el sector argentino de la Cuenca del
Plata. Proyecto FAO de Asistencia Técnica Para Acciones de Conservación de Suelos,
TCP/ARG/0001. 33p.
JORDAN A. & BELLIFANTE N. 2000. Cartografía de la erosividad de la lluvia estimada a
partir de datos pluviométricos mensuales en el Campo de Gibraltar (Cádiz).
Edafología. Volumen 7(3): 83-92.
LOOIJEN H., BOOM A., ABREU J., KOSIR U. & STAN O. 1998. A soil erosion risk analysis
on a big scale in a small area near Lammi, Southern Finland. Proc. 10th EGEA
Congress, 19-27 September, Finland.
MATI B.M., MORGAN R.P.C., GICHUKI F.N., QUINTON J.N., BREWER T.R. & LINIGER
H.P. 2000. Assessment of erosion hazard with USLE and GIS: A case of study of the
Upper Ewaso Ng´iro North basin of Kenya. JAG 2(1): 1-9.
MENDÍA J.M. & FERRER J.A. 1984. Estimación de la erosión hídrica en la Cuenca Alta del
Río Neuquén. Relatos en Conferencia Nacional sobre Erosión y Conservación del
Suelo y el Agua. INTA - Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria. 191-201.
MINTEGUI J.A. & UNZU F.L. 1990. La ordenación agrohidrológica en la planificación. Depto.
Agricultura y Pesca, Gobierno Vasco, España. 306p.
PAHARI K., DELSOL J.P. & MURAI S. 1996. Remote sensing and GIS for sustainable
watershed management: a study from nepal. Proc. 4th International Symposium on
High Mountain Remote Sensing Cartography, Karlstad, Kiruna, Tromsø, August 19-29.
RENARD K.G., FOSTER G.R., WEESIES G.A., McCOOL D.K. & YODER D.C.,
Coordinators. 1997. Predicting soil erosion by water: A guide to conservation planning
with the Revised Universal Soil Loss Equation (RUSLE). US Dept. of Agriculture,
Agriculture Handbook N°703. 404p.
RICCARDI A.C. & ROLLERI E.O. 1980. Cordillera Patagónica Austral. En: “Geología
Regional Argentina”, Academia Nacional de Ciencias, Córdoba. Vol.II: 1173-1306.
RICHTER L.L. & FRANGI J.L. 1992. Bases ecológicas para el manejo del bosque de
Nothofagus pumilio de Tierra del Fuego. Revista de la Facultad de Agronomía, La
Plata 68: 35-52.
ROSTAGNO C.M., SALOMONE J., DEL VALLE H.F., TOYOS A., ELISSALDE N. &
ESCOBAR J. 2002. La erosión de los suelos en un área quemada del NE de Chubut.
Actas XVIII°Congreso Argentino de la Ciencia del Suelo, Puerto Madryn, Chubut. 16 al
19 de abril.
SANROQUE P., RUBIO L. & SANCHEZ J. 1983. Evaluación de la erosión hídrica de suelos.
An. Edafol. y Agrobiol, Año XLII: 855-876.
SHERIDAN G.J. & ROSEWELL C.J. 2003. An improved Victorian erosivity map. Australian
Journal of Soil Research 41: 141-149.
TRAGSA, TRAGSATEC & MINISTERIO DE MEDIO AMBIENTE. 1998. Restauración
hidrológico-forestal de cuencas y control de la erosión. Ed. Mundi-Prensa, Madrid
(España). 945p.
VAN REMORTEL R., HAMILTON M. & HICKEY R. 2001. Estimating the LS factor for
RUSLE through iterative slope length processing of digital elevation data. Cartography
30(1):27-35.
VELEZ M.V. 2002. Geomorfología de cuencas. En: “Hidrología para Ingenieros” Cap.4.
Escuela de Geociencias y Medioambiente, Universidad Nacional de Medellin,
Colombia.http://poseidon.unalmed.edu.co/PARH/Materias/hidrologia/mariav/Docs/04_g
eomorfologia.pdf
VICH A.I. & PEDRANI A. 2002. La erosión hídrica en el piedeminte árido de Mendoza. En:
IANIGLA, 30 Años de Investigación Básica y Aplicada en Ciencias Ambientales.
Tronbotto D. y Villalba R. (Eds.), Mendoza: 151-154.
VICH A.J. 1989. Erosión hídrica: estimación y medición de pérdidas de suelo. Curso
Latinoamericano sobre Detección y Control de la Desertización. Fidel A. Roig Ed.
CRICYT, Mendoza: 118-130.
VILLEGAS D.C., PEREYRA F.X., IRISARRI J.A., FERRER J.A. & VIAGGIO A. 2004.
Génesis de suelos en el valle del río de las Vueltas, Provincia de Santa Cruz,
Patagonia Austral. Revista de la Asociación Geológica Argentina. Inédito. 20p.
WALKER J.P. & WILLGOOSE G.R. 1999. On the effect of digital elevation model accuracy
on hidrology and geomorphology. Water Resources Research, 35(7): 2259-2268.
WIJESEKERA S. & SAMARAKOON L. 2001. Extraction of parameters and modelling soil
erosion using gis in a grid environment. 22nd Asian Conf. Remote Sensing, 5–9
November, Singapore. 6p.

Figura 1. Ubicación de la zona bajo estudio.


FIGURA 1. Riesgo erosivo hídrico
según USLE para la Cuenca del
río de las Vueltas (t/ha/año)

0 200

10 0 10 20 Kilometros

* Coordenadas de la grilla en sistema POSGAR94, faja 1 (meridiano central -71°LS).

Вам также может понравиться