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En las matemáticas, las operaciones tienen diferentes propiedades.

La propiedad
distributiva, por ejemplo, se aplica en la multiplicación e indica que el número
multiplicado por la suma de dos sumandos es igual a la suma de los productos de cada uno
de estos sumandos por el número en cuestión. Es decir: A x (B + C) = A x B + A x C.

La propiedad asociativa, aplicable en la multiplicación


y la suma, indica por su parte que el resultado de las
operaciones no está vinculado a la forma en la que se
agrupan los números. Dicho en una expresión algebraica:
(A + B) + C = A + (B + C)

Ahora es el turno de analizar otra de estas propiedades:


la propiedad conmutativa, que indica que el orden de los números que se emplean en la
operación no altera el resultado de la misma. La propiedad conmutativa aparece en la
suma y la multiplicación y define la posibilidad de sumar o de multiplicar los números en
cualquier orden, obteniendo siempre el mismo resultado:

A+B=B+AoAxB=BxA

En primer lugar, veamos cómo funciona la propiedad en la suma. Si tenemos los valores A
= 5 y B = 7, obtendremos la siguiente equivalencia a partir de la propiedad conmutativa:

5+7=7+5
12 = 12

En el caso de la multiplicación, el razonamiento es el mismo. Trabajando con los mismos


valores que en el ejemplo anterior, por lo tanto, obtendremos esta equivalencia:

5x7=7x5
35 = 35

Conocer la propiedad conmutativa a la hora de


realizar sumas y multiplicaciones es muy útil, especialmente durante la resolución de
ecuaciones con incógnitas, ya que nos quita el peso de mantener un orden en particular
para cada uno de sus sumandos y factores. No olvidemos que los ejemplos expuestos
anteriormente reflejan las posibilidades más sencillas, ya que también podría darse la
siguiente ecuación para demostrar la efectividad de la propiedad conmutativa en ambas
operaciones:

(A x C + Z / A) x B + D + E x Z = D + B x (Z / A + C x A) + Z x E

Nótese que en este caso la propiedad conmutativa puede aplicarse de manera que
obtengamos varias equivalencias, ya que al incluir la suma y la multiplicación, aumenta el
número posible de combinaciones. Una ecuación mucho más compleja podría tener
operaciones tales como la radicación y la potenciación, además de constantes (valores
fijos, a diferencia de las variables) y divisiones que abarquen todo un término o parte del
mismo.

Cuando se busca despejar una incógnita, resulta esencial conocer todas las propiedades de
las operaciones involucradas en la ecuación para evitar cometer errores. No olvidemos que
la matemática es una ciencia exacta y que, por lo general, su uso nos lleva a conseguir un
único valor posible; en otras palabras, cometer un pequeño error es suficiente para invalidar
el resto del trabajo.

Por otro lado, también es muy importante saber que la propiedad conmutativa no se
cumple en la resta, la división, la potenciación y la radicación. Basta con invertir el
orden de cualquier ecuación sencilla que incluya una de dichas operaciones para apreciar
esta incompatibilidad. En los siguientes ejemplos se puede verificar cuán peligroso puede
ser intentar aplicar los principios de la propiedad conmutativa fuera de sumas y
multiplicaciones: 12 – 8 = 4, mientras que 8 – 12 = -4; 4 / 2 = 2 mientras que 2 / 4 = 0,5; 3
elevado a la octava potencia es igual a 6561, y dista mucho de 8 elevado al cubo, que da
como resultado 512.

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