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Facultad de Teología
Cátedra: Liderazgo
Catedrático: Ma. Walter O. Rodríguez H.
II Trimestre, Profesorado en Teología
1
Liderazgo Espiritual. J, Oswald Sanders. Editorial Portavoz, Grand Rapids, Michigan USA. Págs. 155-163.
Además, Jesús no da un mandamiento respecto a la codicia, claramente afirma:
Mirad, y guardaos de toda avaricia, porque la vida del hombre no consiste en la
abundancia de los bienes que posee (Mateo 12:15).
En el pasaje que sigue enseña cual es la verdadera riqueza que permanece y en la
que debiera ocuparse el hombre (Mateo 12:16-21). Este pasaje y sus paralelos en
el Nuevo Testamento deberían de ser objeto de un detenido estudio por todo aquel
que se considera discípulo de Cristo y líder de una congragación.
El resultado de atender la advertencia es terrible. Puntualizamos el concepto. Según
el diccionario, CODICIA, significa, el deseo exagerado de poseer mucho,
particularmente riquezas. Su sinónimo es ambición. Por eso, como se darán cuenta,
el codicioso nunca se conforma. Alguien dijo que, así como el mar y el infierno nunca
se detienen, así el ojo del codicioso nunca dice: ¡basta!
¿Cuál es entonces el resultado? Que la codicia es una enfermedad y su virus se llama
“amor al dinero.”
Observemos el comienzo y el final en el síndrome dela codicia: Hunde a los hombres
en destrucción y perdición v.9, Se extraviaron v.10, Traspasados de dolores v. 10.
Resumamos entonces, las riquezas no son malas en sí mismas, nosotros
determinamos su valor según la actitud de nuestro corazón.2
2
Liderazgo Cristiano, José Reina, Editorial imagen, Córdova Argentina.
CONCLUSIÓN:
Es claro que, a pesar de la lista de peligros, a los cuales se puede someter todo líder,
uno de los más peligrosos es, el endeudamiento. Ya que las personas empezarán a
desconfiar de él, especialmente los líderes cristianos. Pues el endeudarse, crea
incertidumbre en las personas a quienes dirige.
El caer pecado, es quizá uno de los peligros más terribles para todo líder cristiano,
esto podría terminar definitivamente con cualquier liderazgo. Los principios
cristianos y el amor al Señor, son determinantes en este asunto; aunque en líderes
no cristianos, esto es común y en ocasiones hasta son aplaudidos por sus fechorías.
Todo líder cristiano, tiene que tener la suficiente solvencia moral, para poder
mantener su liderazgo a la altura de la exigencia. El temor al Señor es la calve, pues
dice Su Palabra: “Con misericordia y verdad se corrige el pecado, y con el temor de
Jehová los hombres se aportando mal” (Pr. 16:6).
Quitar a Dios de la posición suprema, por supuesto, Dios es supremo,
independientemente del líder, pero el máximo peligro de un líder que no teme al
Señor, es que pelea con el orgullo. Reúsa someterse a la voluntad del Señor, prefiere
su propio camino, y los aplausos para su vanagloria.
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Líder de 360. John Maxwell, sección II, Los desafíos que un líder enfrenta, Pág. 57. Nashville Tennessee, EE.
UU.